Fate/Zero:Acto 10 Parte 1

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Acto 10.

Sin importar qué, aquellos que percibieron la presencia de la extraña hechicería no fueron solo Waver y Rider.

Las ondas como conjuros emitidas de los alrededores del rio Mion se aproximaban a las arias múltiples de la clase de los rituales mágicos, algo que no podía efectuarse sin al menos 10 personas. Ciertamente, cada mago en Fuyuki– a saber, todos los Maestros participando en la Guerra del Santo Grial, habrían sentido eso al mismo tiempo.

Sola-Ui Nuada-Re Sophia-Ri, quien había adquirido hace poco los derechos de ser un Maestro, y Lancer estaban en ese momento buscando al enemigo desde un lugar apropiado para una visión amplia, en la altura en Shinto; el último piso del edificio bajo construcción Centro de Fuyuki. Esta noche, una bruma hervía del rio Mion, causando que el campo de visión disminuyera de manera extrema. Con la vista de un ser humano, solo se podía ver la nublada figura del iluminado puente Fuyuki.

“– ¿Puedes ver qué está pasando? Lancer.”

Lancer, mirando a través de la niebla con la súper vista de un Sirviente, asintió a la pregunta de Sola.

“De verdad es Caster. Luce como algo ha instalado un campamento al centro del rio. En cuanto a los detalles, me temo que no puedo verlo.”

Como es usual, su falta completa de la noción de encubrirse a sí mismo, y su mínima defensa eran impropias como un mago. Caster se había vuelto simultáneamente en el blanco para muchos otros Sirvientes debido al acuerdo del supervisor, ¿y él aún no estaba al tanto?

“Si queremos hacerlo caer, ¿ahora es la mejor oportunidad, no es así?”

“Sí. Lo que sea que él esté haciendo, será más sabio matarlo antes de que consiga resultados.”

Naturalmente, eso no era todo – Mirando a los Sellos de Comando gravados en la parte trasera de su mano que había robado de su prometido, Kayneth El-Melloi, ella pensó: Estoy segura que los otros Maestros habrán sentido la aparición de Caster. Si deseo la recompensa del supervisor, los Sellos de Comando suplementarios, debo ir por delante de los otros rivales y derrotar inmediatamente a Caster.

Si ellos lograron conseguir exitosamente la cabeza de Caster, estos Sellos de Comando, que faltaban de un trazo por la idiotez de Kayneth, estarían completos nuevamente. Tres trazos del Sello de Comando, la forma original ideal – Su lazo impecable con el Espíritu Heroico Diarmuid se recuperaría. Pero meramente pensando en eso, Sola no podía suprimir su corazón pulsando violentamente.

“Yo saldré y atacaré. Sola-sama, por favor permanezca aquí y observe mi pelea.”

“¡De ninguna manera! Ahora yo soy una Maestra. Yo te asistiré de un lado.”

Lancer sacudió determinadamente su cabeza frente a esos ojos rogantes.

“Eso no puede hacerse. Con el debido respeto, mi dama no posee el conocimiento de batalla que Kayneth-dono posee. Esa rivera se convertirá en un lugar de muerte. Incluso para mí, una batalla en que deba proteger a mi dama, cuya defensa no puede seguir el paso, me es imposible. Por favor, por favor comprenda.”

“Pero…”

Aunque le haya dicho eso, ahora para Sola, meramente partir del lado de Lancer por un lapso corto era una privación más allá de la desolación.

“O tal vez – Sola-sama, ¿usted sospecha torpeza en la punta de mi lanza? ¿Que estoy divirtiéndome en esta lucha egoísta?”

Sola sacudió su cabeza rápidamente a Lancer que estrechaba sus ojos al preguntarle eso. Sumarle a la humillación que Kayneth “dispensó” a Lancer no tenía cabida. Por todos los medios Sola debía hacer que Lancer, que aún había jurado obediencia a Kayneth, comprendiera que Sola era la Maestra verdaderamente diga de su lealtad.

“Lancer, dejaré el criterio en el campo de batalla a ti. Por favor lucha libremente esta batalla, sin ningún arrepentimiento.”

“Estoy endeudado contigo.”

Después de arquear su cabeza silenciosamente, Lancer pateó el marco de hierro donde estaba parado y saltó hacia la luz en la ciudad bajo sus ojos.

Viendo la espalda del Sirviente que saltaba de un techo a otro en los edificios cercanos, íntegramente enfocado en el rio, Sola lo despidió con un amargo, doloroso sentimiento.

Incluso después de sustituir a Kayneth como Maestro – ese Espíritu Heroico jamás le había sonreído a ella; ni una sola vez.


Desde la base que Kiritsugu preparó hasta el rio Mion, que era la fuente de la magia anormal, Saber necesitaba solo unos minutos más para cubrir esa distancia con el Mercedes que iba conduciendo.

Pensando lógicamente, como las calles de la ciudad Miyama eran angostas y complicadas, el tiempo requerido fácilmente excedía los 30 minutos. Sin embargo, la habilidad de Conducción de esta Sirviente desechaba este razonamiento. La velocidad del automóvil plateado que pasaba a través de las angostas pistas y curvas, entre topones y rozones, ya había alcanzado un absurdo que hacía incluso dudar de las leyes de la naturaleza.

Emergiendo desde el camino al sendero junto a la rivera, el automóvil se detuvo después de aterrizar con una elegante vuelta. Sin ni siquiera esperar a que el ala del vehículo se abriera, Saber dio un salto y corrió por la orilla. La niebla era lo suficientemente densa para bloquear la visión de los humanos ordinarios, pero no la de los Sirvientes.

Muy seguramente, su amargo enemigo estaba justo en frente de ella, tranquilamente parado quieto al centro del rio de 200 metros de ancho. Saliendo del asiento de pasajero encima de la orilla, Irisviel comprobó la figura en la niebla con su vista reforzada con magia, y frunció el cejo con una expresión irritada.

“Tal como lo pensé, es Caster.”

Saber asintió y observó afanosamente al enemigo. Solo, y desacompañado de su Maestro como es usual, él estaba parado recto en el centro del rio sin bancos de arena, como si estuviera parado en la superficie del agua. Desde una perspectiva más cercana, lo que le servía de soporte eran grotescas sombras agrupándose bajo la superficie del agua. Parecía que el enjambre de criaturas con que ella había luchado el otro día se había reunido bajo los pies de Caster, formando un “banco de arena”.

A partir de la emisión anormal de prana, no había duda de que Caster estaba efectuando alguna clase de conjuro de gran escala. El origen de esta extraña niebla que se centraba en el rio era probablemente también una consecuencia de esto. Ni siquiera mostrando una expresión de estar enfocado en sus conjuros, él meramente estaba parado relajadamente – un vórtice de prana feroz escapaba del libro de conjuros en sus manos, incluso distorsionando el espacio alrededor de él.

Un extraordinario horno de prana, un Fantasma Noble que reúne los procedimientos monológicos… en las manos de un lunático, no había un arma tan peligrosa como esta.

“Bienvenida, santa doncella. Es de todo mi deleite el poder encontrarte una vez más.”

Los ojos de Saber ardieron en ira hacia Caster que daba una inclinación en su modo cortés usual.

“Eres incorregible… ¡¡Hereje, cuál es tu plan esta noche!!”

“Lo siento mucho, Juana. Esta noche, el invitado de honor no es mi dama.”

Su rostro se torció con una carcajada siniestra que podía hacer a uno temblar. Aun revelando una locura que no había existido antes, Caster respondió.

“– A pesar de eso, ser honrado otra vez con la presencia de mi doncella es un goce supremo para mí. Por favor disfruta en todas sus formas, el banquete de muerte y degeneración que ha preparado este indigno Gilles de Rais.”

Bajo los pies de Caster que reía a toda voz, la superficie oscura comenzó a sacudirse. Las incontables criaturas que se reunían bajo los pies de su invocador sacaron simultáneamente sus incontables tentáculos - ¿no estaban acaso tragándose a Caster que estaba parado sobre sus cabezas, recibiéndolos?

A una primera vista, Caster parecía estar siendo por los familiares que lo traicionaban. Como sea, con su cuerpo entero cubierto por los tentáculos, Caster alzó orgullosamente el sonido de su enferma, estridente carcajada otro tono más, la que ya era similar a un extraño alarido.

“Ahora, ¡una vez más flamearemos la bandera de la salvación! Es bueno que los abandonados se hayan reunido. Grandioso que los condenados se hayan reunido. ¡Yo soy el líder! ¡Yo soy el comandante! ¡Los resentimientos hacia nosotros, los oprimidos, seguramente habría alcanzado incluso a “Dios”! ¡Oooh Señor de los Cielos! ¡¡Yo recibo la condena y ofrezco mi cuerpo!!”

La superficie burbujeante subía y cargaba a Caster que seguía siendo tragado por los tentáculos. Antes que uno supiera, el número de criaturas tornándose en su pedestal incrementaban. Si uno consideraba la profundidad del rio, el número ya era más aterrador de lo imaginado.

“¿Caster esta… siendo absorbido??”

En frente de los ojos de Saber horrorizada, la cantidad de criaturas poblando el cuerpo el mismo cuerpo del invocador seguía creciendo. Las invocaciones del Libro de Hechizos de Prelati debían tener un suministro inagotable. Los incontables tentáculos se entrelazaban entre ellos y se fundían, volviéndose entre todo una masa de carne.

El brillante, sucio moco nauseabundo era más bien un banco de carne; una isla de carne. Y aún así, como si no fuera suficiente, el grupo de criaturas crecía continuamente.

Incluso la figura de Caster había desaparecido. Solo su voz resonaba como un grito de victoria.

“¡O, orgulloso “Dios”! ¡O cruel “Dios”! ¡Nosotros te arrebataremos de tu trono celestial! ¡O siervo amado por Dios! ¡O humanos que reciben la imagen de Dios! ¡En este mismo momento, desdén, insulto, desgarran los contenidos de sus corazones! ¡Nosotros nos montaremos sobre las carcajadas de los rebeldes, sobre los lamentos y alaridos de los hijos de Dios, y golpearemos las puertas del cielo!”

La sucia masa de carne ya había crecido hasta formar una esfera. No, quizás esta es la verdadera forma del diabólico inframundo. Todos los familiares que Caster había empleado hasta hoy debían ser pedazos de esto, pequeños esbirros que no podían exceder esto.

“Eso es…”

Una grotesca sobra se alzaba en oscuridad en el trasfondo. Saber detuvo su aliento ante esa repugnante pero sobrecogedora majestad.

Incluso los campeones del mar profundo – ballenas y calamares gigantes, no ostentarían un tamaño tan grande. Una pesadilla que gobierna el océano en un reino que está fuera de este mundo. Sin lugar a duda, ese gigante acuático se adecua al nombre de “demonio marino”.

Era afortunado que nadie estuviera con Irisviel en la rivera del rio, pero del otro lado del rio, algunas residencias ya habían encendido sus luces. A pesar del hecho de que fuera esta hora de la noche, los furiosos sonidos eran transportados por el viento. Naturalmente, un misterio tan obvio se expondría a los ojos del público. Al menos, la densa niebla nocturna que envolvía la vista limitaría el número de los capaces de atestiguar el monstruo. El pánico de los residentes estaría confinado a esta sola área.

En cualquier caso, el acuerdo hecho sin palabras de que la Guerra del Santo Grial debería conducirse en secreto ya estaba completamente violado.

“He subestimado a este sujeto… ¡Que invocara a un monstruo tal!”

“No, sin importar que tan fuerte fuera un Sirviente, la “forma” del familiar que ellos puedas invocar y usar debería ser limitada. Como sea, si fueras a ignorar el “usarlo”, no debería haber algún límite…”

El supuesto valiente corazón de Irisviel reveló su temor esta vez en su voz.

“Abandonar el control después de la invocación, si tan solo está “invitando”… no importa que tan poderoso el monstruo sea, lógicamente, debería ser posible. En tanto él tenga el prana y la técnica para solo abrir la puerta.”

“… ¿Ese monstruo no está bajo el control de Caster?”

“No hay duda al respecto.”

El estado de Irisviel había sido sacudido probablemente por el terror que ella había podido comprender como mago. Como sea, Saber no tenía ningún problema advirtiendo la gravedad de la situación.

“La magia es “el arte de mirar a través del mal”. Pero ESO es “maldad” genuina que no aplica a la lógica de esos esbirros. La encarnación de algo con el vehemente deseo de devorar indeteniblemente con una completa avaricia. Invocar algo así, ¡ese acto no es ni “arte” ni ninguna otra cosa!”

Apretando sus puños de ira, Saber consideró la demencia del mago.

“Bueno entonces, ¿esa criatura no está desafiando a nadie a una pelea…?”

“Así es. Solo fue invitado a comer. Solo toma algunas horas para una ciudad como ésta el ser completamente consumada.”

“– Tch!”

Caster ni siquiera reconocía lo que una batalla o una victoria eran. El Sirviente demente probablemente planeaba descarrilar la “Guerra del Santo Grial” – al acto en sí mismo; y desperdiciarlo. Junto con todas las vidas en esta ciudad.

Saber se volteó al escuchar estrépitos de truenos familiares. En el espacio abierto del parque donde estaban solo ellas dos, el destellante carruaje de la autoridad de Dios había aterrizado. Sosteniendo las riendas, el Sirviente gigante dio una sonrisa insolente a la persona en frente a él.

“Que tal, Rey de los Caballeros. Que esplendida noche… es lo que quisiera decir, pero parece que este no es el momento para gentiles saludos.”

“Rey de los Conquistadores… Aún eres incorregible. ¿Has venido otra vez a hacer algunas bromas?”

Como si evadiera a Saber que en alerta ya se había puesto en guardia, Rider levantó tranquilamente sus manos.

“Vamos, vamos. Hoy es la única tregua. Si ese SUJETO GIGANTE es dejado solo, no puede acaban con nada en paz.

Solo hasta he estado llamando a los demás Sirvientes. Lancer ha estado de acuerdo. El debería haber llegado por ahora.”

“… ¿Los otros Sirvientes?”

“Yo he aplastado a Assassin hasta la muerte, y Berserker está fuera de asunto. En cuanto a Archer… meramente llamarlo es inútil. Él es el tipo que responderá con confabulaciones.”

Saber asintió, y con una seria expresión, golpeo su peto con la mano de su guantelete.

“Comprendido. Yo no tengo alguna objeción en cooperar tampoco. Rey de los Conquistadores, aunque esta es una breve alianza, juremos nuestra lealtad juntos.”

“Huhu, es bueno que tengas comprensión cuando se trata de batallas… ¿Hmm? ¿Qué anda mal? ¿Tu Maestro no está feliz?”

“…”

Naturalmente, no era que no estuviera satisfecha. Irisviel tan solo estaba algo intimidada por el deportivismo práctico de Rider y Saber, habiendo dejado sus rencores pasados en la repisa. En cuanto a Waver, él ni siquiera trato de ocultar su caución, observando tímidamente desde el asiento del carruaje de Rider, sin tratar de bajarse en absoluto de él.

Tratándose o de matar al enemigo o de formar alianzas, aquellos que viven en el campo de batalla definitivamente no tienen espacio para sentimientos personales, y deben realizar juicios a corazón frio– probablemente ellos dos tendrían la misma perspectiva en este asunto. Este es el espíritu que no podrían compartir aquellos que no hubieran atravesado problemas similares.

Sin embargo, con lo que fuera que estuvieran omitiendo por ahora, la imprudencia de Caster debía ser detenida. Si un voto es algo suficiente en que confiar, la decisión más prudente ahora sería unir fuerzas aquí.

“No me opongo. Einsbern acepta la tregua. Maestro de Rider, ¿está eso bien contigo?”

Waver asintió reaciamente a la voz de Irisviel.

“… Einsbern, ¿cuál es su plan? ¿Oí de Lancer tan solo ahora que esta no es su primera vez peleando con el mismo Caster?”

Cierto. Para Saber, esto podría llamarse la segunda vuelta de la pelea en el bosque. Ellos habían conseguido por poco salir de la pelea con la ayuda de Lancer, pero habiendo adquirido incomparables poderes de batalla, Caster volvería a pelear. Sin embargo, esta vez Lancer no estaba aquí, y habían formado una alianza con Rider. En la manera en que las cosas van, todavía no eran completamente malos prospectos.

“– Como sea, debemos derrotarlo rápidamente. Justo ahora ese monstruo probablemente está siendo mantenido en este mundo aún por provisión de prana de Caster, pero una vez que ESA COSA adquiera provisión independiente y se soporte por sí misma, las cosas se saldrán de nuestras manos. Detener a Caster antes de eso…”

Satisfecha, Saber asintió.

“¿Su libro de conjuros, correcto?”

El horno de prana de invocación autonómico, Libro de Conjuros de Prelati. Ese Fantasma Noble extraordinario estaba ahora enterrado con el cuerpo de Caster dentro del corazón de ese monstruo marino.

“Ciertamente. Debemos decidir esto antes que ese tipo salga de la rivera a comenzar su comida. Pero…”

Frunciendo insatisfecho, Rider observó gigante de un verde oscuro que se enroscaba una y otra vez.

“Caster está en lo profundo de esa carne masiva. Bueno, ¿Qué debemos hacer?”

“Sacarlo. No podemos hacer otra cosa.”

Junto con el gruñido de Rider una nueva voz respondió detrás de la oscuridad. Bajo las luces de las calles, apareció la resplandeciente silueta de las lanzas gemelas. Brevemente más tarde que el carro que corría por los cielos llegó Lancer. Finalmente la alianza de tres Sirviente anti-Caster se había reunido.

“Si el tan solo mostrara su Fantasma Noble yo podría destruirlo con un ataque de mi Gáe Dearg… Naturalmente, yo no creo que ese sujeto permitirá fácilmente que eso ocurra.”

“Lancer, ¿puedes golpear el Fantasma Noble de Caster desde la rivera arrojando la lanza?”

Lancer rió audazmente ante la pregunta de Saber.

“Si tan solo él mostrara esa cosa, no habría ningún problema. ¿Acaso estás despreciándonos a nosotros los Espíritus Heroicos portadores de lanza?”

“De acuerdo. Entonces Rider y yo cubriremos el frente. ¿Está bien, Rey de los Conquistadores?”

“No me molesta, pero… Incluso si mi carro no necesita un camino en que viajar, Saber, ¿cómo planeas atacar tú al enemigo desde el rio?”

Esta vez Saber ponía sonreía en cuanto Rider le hizo la pregunta.

“Este cuerpo mío recibe la protección divina de la dama del lago. Cualquier agua que sea, no es algo que pueda detener mi avance.”

“¿Oh? Eso es algo bastante raro… En serio quisiera que te unieras a mis hombres.”

Ante el comentario centrado en sí mismo de Rider, de los que alborotaban las preciosas cejas de Saber, Saber lo ignoro con una aguda mirada.

“Pagarás en otra ocasión el precio de ese comentario descuidado. Ahora, sacar a Caster del interior de ese monstruo es la máxima prioridad.”

“¡Haha, aye! Bueno entonces, déjame dar el primer golpe.”

Junto con esta carcajada como rugido, Rider azotó a los bueyes de su carro y partió velozmente hacia el cielo con estrepitosos truenos. Sin molestarse en absoluto por los gritos de Waver quien aparentemente no había concluido una preparación mental, el Fantasma Noble galopante del Rey de los Conquistadores comenzó una carga directa contra el colosal monstruo marino.

“Saber, ¡buena suerte!”

Asintiendo a Irisviel que la llamada, la Rey de los Caballeros dio un salto desde la rivera hasta el rio.

La brillante armadura golpeaba la superficie del agua y salpicaba un brillante plateado que se dispersaba. Pero, las puntas de sus dedos no se hundían. Con dureza idéntica a un suelo, el agua que pisaba Saber aceptaba su paso. Tan solo era el milagro que podría realizar el rey debido a la bendición del espíritu del lago.

En cuanto iba más cerca, la figura del monstruo marino crecía más y más. Como si se encorvara sobre Saber, la abrumaba con su odiosa dignidad.

Como un grupo de serpientes, los tentáculos que se extendían libremente por todas partes se prolongaban para interceptar a la Rey de los Caballeros que se aproximaba.

Aún así, ni su rareza ni su odiosidad estorbaban su paso. Justo ahora, el temor y la impaciencia eran lo mismo en el corazón de Saber.

“¡Arreglemos esto ya, Caster!”

El guillotinante impacto de la Barrera del Rey Viento que marchaba sobre su cabeza con un renovado espíritu de pelea golpeo de lleno al monstruo marino en un golpe despiadado.


※※※※※


En algún lejano lugar, entre las nubes cargadas en altitudes en las que ni las aves vuelas, se escuchaban voces de susurros intercambiados en radios inalámbricos codificados digitalmente.

“¡Control a Diablo I, adelante!”

“Este es Diablo I, fuerte y claro. ¿Hay algo?”

“Solicitud desde ciudad Fuyuki para operación de socorro de desastre. Deja de patrullar inmediatamente, ve ahí ahora.”

“¿Operación de socorro de desastre?” Oyendo esas palabras de sus audífonos, el Teniente de Primer Rango Ōgi dudo sus oídos.

Si fueran helicópteros a P3C, así se entendería. Pero un “desastre” que pudiera solicitar un F15 fighter desde su patrulla del borde marino, ¿Qué demonios podría ser?

“Control, clarifique el contenido de la orden. ¿Qué pasó?”

Del otro lado del radio inalámbrico hubo un breve, incomodo silencio.

“… Ah, de acuerdo, no te rías. Por ahí… apareció un monstruo.”

Oír eso en la cabina, tripulando a velocidad subsónica, podría decirse que es una broma de primera categoría. Era una petición absurda pedir que no se riera.

“¡Pero qué buena! Valió la pena haberme inscrito a la defensa aérea.”

“Como sea es una orden oficial. Diablo I, observa y reporta la situación en el rio Mion.”

“… Es una broma, cierto. ¿Oye?”

“Diablo I, repito.”

La voz irritada del controlador le dijo que él también fue arrastrado a esta ridícula broma. Suspirando, el capitán Ōgi dio una respuesta arreglada monótona.

“Diablo I, entendido. Este avión está en camino al rio Mion por reconocimiento. Fuera.”

A pesar de eso, el capitán Ōgi en algún momento se había visto inclinado a creer el contenido de la conversación. Cuando la idea de que esa absurda conversación quedaría grabada en el grabador de voz cruzó su mente, él sintió una incomodidad que lo hacía querer salir de ahí.

“… Diablo II, tal como se dijo. Da la vuelta. ¡Regresemos!”

“Entendido. Pero… ¿está bien eso?”

El piloto del avión escolta, Diablo II – Teniente de Tercer Rango Kobayashi dijo en un tono que no ocultaba sus sospechas hacia la absurda orden.

Sin embargo, fuera verdadera of falsa, él no tenía otra opción que realizar las ordenes que se le dieran. Al menos, la única consolación era que su destino, ciudad Fuyuki, estaba en el espacio aéreo camino de vuelta a su base. Él no sabía quién diablos tomaría responsabilidad por esto, pero por ahora al menos el gasto del tanque de combustible se mantendría al mínimo por cualquier ir y venir innecesario.

“Si de verdad hubiera un monstruo, ¿nos daría permiso de pelear?”

El teniente de primer rango Ōgi dio un bufido tras las palabras semi-desesperadas del teniente de tercer rango Kobayashi.

“Si este es un film de monstruos, nosotros seguramente tenemos el rol de los asesinados. Los menos favoritos en Ultraman.”

“Eso no es gracioso.”

En el corazón de los pilotos, con el estruendoso rugido del postquemador, volviendo las alas plateadas, las figuras de los F15J eran tan galantes como era usual.



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