Fate/Zero:Acto 11

From Baka-Tsuki
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Acto 11[edit]

Act 11

-84:15:32[edit]

Desde el tejado del edificio central de Shinto a mucha distancia, Sola observaba la figura del gigante monstruo marino que fue tragado por una deslumbrante luz y gradualmente desapareció en la niebla de la noche del otro lado.

Su visión ya se veía obscurecida por la niebla, y aún más desde tal distancia, ella no podía seguir el progreso de la pelea solo con sus ojos. Ella no preparó algún familiar que pudiera ser usado inmediatamente para propósitos de exploración en esta situación, así que no tuvo más opción que ver hacia la rivera en que el gigante monstruo marino y jets de combate bailaban salvajemente, sumida en preocupación.

Como sea, aparentemente la batalla había completado su primera etapa, y los Sellos de Comando en su mano derecha seguían ahí. Eso significaría que Lancer aún permanecía en batalla en buen estado.

“Gracias a Dios…”

Aunque ella estaba siendo golpeada por fuertes oleadas de viento que corrían en el alto lugar, Sola estaba aliviada por ahora. Lancer probablemente le traería buenas noticias pronto. Si su victoria fue compartida con otros Sirvientes, otros Maestros aparte de Sola recibirían los Sellos de Comando de incentivo, pero esto era algo trivial. Ahora ella estaba feliz tan solo de recuperar los tres trazos del Sello de Comando que la enlaza con su Sirviente.

Si el ruido de el viento soplando estuviera ausente, Sola probablemente sentiría la presencia de un agresor arrastrándose desde más temprano por las escaleras sin ser notado. Ella bajó su guardia preocupada del campo de batalla del otro lado. Pero no había forma de que se le pudiera culpar a la dama que no tenía ningún conocimiento de defensa personal y mucho menos entrenamiento de combate.

Repentinamente ella tropezó. Incluso después de que ella terminó en el concretó cabeza arriba, no tuvo el tiempo siquiera para recopilar lo que había ocurrido. Ella reflexivamente extendió su mano derecha para buscar ayuda, pero fue agarrada severamente por alguien. Así, es persona obviamente no tenía la menor intención de ayudar a Sola que había caído. En lugar de eso, un golpe de insoportable dolor sacudió su muñeca.

“Aaa–”

Desde la superficie de su fina y delgada muñeca, como un grifo roto, brotaba sangre fresca. Sola lo miraba atentamente sin poder creerlo.

Su mano derecha no estaba ahí.

De solo un golpe fue cortado lisamente. Los dedos y uñas de los que se enorgullecía y nunca descuidada, y también los Sellos de Comando que eran más valiosos que cualquier cosa, desaparecieron todos juntos del brazo derecho de Sola.

Sobre el dolor y el frio de perder su sangre, la aún más desesperada sensación de pérdida teñía los pensamientos de Sola de negro.

“Aa, aaaa, ¡aaaahhhhh! ¡¡AAAAAHHHHH!!”

Dejando un grito desgarrador, Sola se arrastró en el suelo, tratando de encontrar el lugar de su mano derecha desaparecida.

¡No! Va a ser un problema si tengo ESO. No puedo llamar a Diarmuid. No le importaré a Diarmuid.

Aún peor, ella ocuparía todos los trazos y ordenarle “¡Ámame!”, y eso debería poder unirlos. Por eso le molestaba su mano derecha. En cualquier caso, incluso por el precio de su vida, ella recuperaría esos Sellos de Comando…

Sin embargo, sin importar cuánto buscara en el frio suelo de concreto, no había nada más aparte de su sangre desparramada – Después de eso, podían verse las puntas de un par de botas de apariencia indiferente y no se movían.

En el medio de su visión nublándose por la severa pérdida de sangre, aún postrada en el piso, Sola miró arriba y vio a una dama de cabello negro no familiar. Sin demostrar ninguna emoción, mucho menos piedad, la dama miró sin ninguna expresión a Sola hacia abajo, a punto de desmayar.

“Mano… mi… mano…”

Con su mano izquierda, ella agarró las botas de la dama, asiéndose de ellas – y después perdió la consciencia.


Sin dejar atrás ninguna emoción, Hisau Maiya lanzó la femenina mano derecha que había amputado con toda su fuerza a la maga usando un cuchillo de supervivencia. Usando los métodos apropiados probablemente se pudieran recuperar los Sellos de Comando grabados en su mano izquierda, pero como Maiya no poseía una técnica así en este momento, era completamente inútil.

Maiya rápidamente ató su muñeca derecha para prevenir más pérdida de sangre, después de lo que levantó el blanco inconsciente en su hombro, y con su otra mano vacía llamó a Emiya Kiritsugu con su celular.

“– ¿Anda algo mal, Maiya?”

“He asegurado a Sola Nuada-Re Sophia-Ri en Shinto. Saqué los Sellos de Comando con su mano derecha, pero su condición no es crítica.”

“De acuerdo. Deja ese lugar rápidamente. Lancer probablemente regrese pronto.”

“Entendido.”

Después de acabar con un mínimo de conversación y cortar la llamada, Maiya bajó apuradamente las escaleras y alcanzó el primer piso. En la costilla de homúnculo que se le había trasplantado por Irisviel todavía quedaba un leve dolor como aún debía familiarizarse con su cuerpo, pero en cuanto a sus movimientos no daba ningún problema. Gracias a eso, justo como antes de que estaba herida, Maiya rastreó a Lancer y a su Maestro y logró conseguir la oportunidad dorada de capturar a Sola durante la ausencia de Lancer.

Seguramente la suposición de Kiritsugu era correcta, pero como antes, él todavía veía a Kayneth, que había perdido sus derechos como Maestro, como el objetivo a aniquilar. La política de Kiritsugu es ser precavido con los que fueron elegidos como Maestros, incluso si hubieran perdido sus Sellos de Comando.

Su verdadera intención al ordenarle a Maiya que capturara a Sola viva es interrogarla acerca del escondite de Kayneth. La interrogación seguramente sería una experiencia cruel para Sola, pero aún en ese caso, no había simpatía ni piedad de Maiya.

En el caso de hombres peleando con hombres, la crueldad no es algo fuera de lo común. Incluso Maiya comprendía algo tan simple como eso, y mucho más Kiritsugu.


※※※※※


La tranquilidad de la noche profunda que acompañaba las calles de Shinto parecía tan lejana, ahora que ambulancias y patrullas deambulaban continuamente de un lado a otro. Esas personas que corrían apuradas encendiendo las luces de emergencia probablemente no entenderían qué situación los había forzado a correr a la mitad de la noche, o el panorama completo de la situación. Quizás ellos tampoco lo entenderían ni mañana ni después.

La sombra de un hombre alto en atavíos de sacerdote caminando solo por la vereda tarde en la noche sería suficiente para cuestionarse como una persona sospechosa bajo circunstancias normales, pero esta noche todos estaban atareados virtualmente hasta la muerte debido al recibo de sucesivas peticiones de ayuda e instrucciones de bloqueos, así que no había forma de que tuvieran siquiera el tiempo para ocuparse de un peatón ordinario. Entre las patrullas que pasaron a Kotomine Kirei varias veces, ninguna le prestó atención.

Kirei, que silenciosamente se dirigía de vuelta a la Iglesia Fuyuki, envuelto en profundo pensamiento, no dedicó un segundo al caos de la ciudad de la que aún debían amainarse los restos del alboroto.

Siempre fiel a las instrucciones, obediente a las responsabilidades, estricto a sus éticas. Kirei había luchado duro hasta hoy. Sus conductas nunca necesitaron cuestionarse.

Lo que es exactamente por qué – esta era la primera vez que había tenido la perplejidad de no poder figurar el significado detrás de sus acciones.

Originalmente, Kirei se apuraría a las batallas de Tōsaka Tokiomi con el fin de proveer apoyo a su profesor – Pero en el momento en que vio que el oponente de Tokiomi era Matō Kariya, Kirei eligió no unírsele como refuerzo, sino meramente ocultarse en la sombra; una acción equivalente al sabotaje.

Ciertamente era verdad que él conocía la diferencia de fuerza entre Tokiomi y Kariya, y que en primer lugar, la situación dejaba a cosas como asistencia sin significado. Así que aún si el solo fuera a ponerse a un lado de la batalla como espectador, uno podría decir que su decisión estaría en línea con sus principios.

Sin embargo, sus acciones después de eso fueron una completa desviación de su deber,

En el instante en que Tokiomi provocó que Kariya cayera del techo del apartamento, como si hubiera reconocido una victoria absoluta, él no revisó el cadáver de su enemigo.

Aún si estaba medio asombrado por la audacia de su profesor, Kirei fue a buscar el cuerpo de Kariya después de eso… cuando no mucho más tarde él vio esa figura postrada en el callejón, Kariya todavía respiraba.

Naturalmente, si él era el can del grupo Tōsaka, era un deber obvio dar el último golpe. A pesar de eso, lo que iba y venía dentro de la mente de Kirei entonces era la conversación que él había tenido con Archer esta mañana.

Si Kotomine Kirei quería entenderse a sí mismo, no solo a Emiya Kiritsugu – no, antes que a Kiritsugu, él debía observar el camino de Matō Kariya – ese fue el consejo que recibió.

En general, esta sería una conversación desagradable. Una broma que no merecía tomarle atención.

Pero aún así, con la demostración de Tokiomi y Kariya frente a él, ¿qué fue lo que provocó que Kirei eligiera quedarse a un lado como espectador? No había ninguna razón para que él se quedara ahí si ya había decidido que era innecesaria cualquier asistencia. ¿No tendría más sentido que él buscara a los otros Maestros?

Y entonces, en el instante en que las llamas que creó Tokiomi capturaron a Kariya… lo que estaba en su mente, ¿no era una sensación de desaliento?

Cuando él súbitamente entendió lo que estaba haciendo, Kirei ya había comenzado a subministrar magia curativa de primeros auxilios en el cuerpo de Kariya. Él había dejado el lugar de batalla cargando a Kariya, cuya condición se había vuelto estable a pesar de quedar en un profundo sueño, y después lo dejó en frente de la residencia Matō ocultándose silenciosamente del ojo público – Eso paso hace acerca de unos 15 minutos.

Los grabados de los Sellos de Comando seguían en la mano de Kariya. Kirei no observó la batalla en el rio Mion hasta el final, pero sin importar cuánto daño se le hubiera infligido, Berserker aparentemente seguía vivo.

Mientras cubría la larga distancia desde ciudad Miyama hasta los suburbios de Shinto a paso corto, durante ese recorrido que atravesaba ciudad Fuyuki, Kirei siguió abatido acerca de la pregunta de la que no obtenía respuesta – ¿Por qué diablos habría hecho una cosa así?

Esto era completamente diferente de comprar y mantener vinos que no conocía su sabor. Esa no era una acción completamente privada de beneficios. Hasta ahora, Kirei también había hecho cosas en secreto sin la autorización de Tokiomi, y le había dado reportes falsos en repetidas ocasiones, pero esas no eran algo que pudiera obstruir directamente a Tokiomi. Su esperanza de un enfrentamiento con Emiya Kiritsugu y la posesión del Santo Grial de Tokiomi – aquellas no eran cosas en conflicto.

No obstante, prolongar la vida de Matō Kariya, quien había rondado tras Tokiomi como su némesis lo había convertido inequívocamente en enemigo de Tokiomi. Un acto de traición sin ninguna excusa permitida. Y habiéndolo hecho sin un propósito en definitivo, él había cometido una absurdidad. Esta noche, Kirei claramente había cruzado la línea de ser un leal sirviente de Tokiomi.

Aunque él era consciente de la gravedad de su acción, ¿por qué Kirei no tenía un rastro de arrepentimiento en su corazón, sino una inexplicable exaltación?

Archer – ¿Había el Espíritu Heroico de ese Rey de los Héroes estado jugando con él?

En comparación a sus pies que lo llevaban, su mente estaba extremadamente exhausta.

De repente, Kirei tuvo una rara sensación de querer hablar con su padre Risei. A pesar de que él es honesto con Kirei en todos los aspectos, él es un padre que jamás sería capaz de entender las preocupaciones de Kirei. Sin embargo, pensándolo por segunda vez, ¿no había tenido Kirei una conversación de corazón a corazón con su padre antes?

Incluso si él terminara poniendo a su padre profundamente decepcionado, si él tan solo dijera todo lo que tiene en mente sin ningún miedo – mientras que su relación con su padre cambiaría definitivamente, ¿eso no le daría algo completamente nuevo a Kirei?

Con esta vaga anticipación en su corazón, guardando su preocupación para otro momento, Kirei continuó caminando en la noche.





-82:09:51[edit]

Para Padre Risei, el supervisor del cuarto Toque del Cielo, esta había sido una noche extremadamente cansadora.

Esta era la segunda vez que había asumido el oficio de supervisor del Toque del Cielo, pero nunca había imaginado que llegaría a convertirse en una situación tan difícil de manejar.

Precisamente por la gran escala de la serie de problemas sucedidos, para lograr eliminar la evidencia, no solo la Iglesia, sino incluso la Asociación de Magos actuaba en secreto. Para ambas partes de estos dos grandes grupos, la situación ya había evolucionado a un punto que – más que pelear entre ellos y definir sus respectivas esferas de influencia, ellos debían priorizar el considerar como levantar los fragmentos.

En la superficie, el extraño incidente no lejos del Rio Mion fue atribuido a gases venenosos producidos por reacciones químicas provocadas por desechos tóxicos – este reporte podía engañar al público temporalmente. El vehículo de los medios que patrullaba decía que inhalar los gases tóxicos podía producir alucinaciones y que la gente que viviera cerca de las orillas debía dirigirse rápidamente al hospital por tratamiento. Por supuesto, todos los hospitales que podían llevar diagnósticos de noche ya habían sido infiltrados por magos y Ejecutores capacitados en lavado cerebral a través del poder de la sugestión; ahora ellos esperaban ansiosamente ordenes. Debería ser posible así eliminar la mayoría de los testimonios, pero no el origen de los rumores.

Tan solo ahora había sido completado el procedimiento para comprar dos planeadores de combate F15 a vendedores de armas del medio oriente; este era el resultado de haber tenido a la Torre del Reloj como intermediario. Aunque fuera un planeador modelo-C de segunda mano, en este punto crítico verdaderamente no había tiempo para tomar en cuenta esto. Los dos F15, en los que se había pintado temporalmente la bandera de Japón, serían repartidos a la base aérea fortificada; todo lo que queda es encontrar la oportunidad para intercambiar las partes incompatibles, y luego ensamblar el jet de combate de modelo-J.

Las fuerzas de defensa Japonesas ciertamente eran un grupo inquieto con el presupuesto. Un solo avión de combate ya costaba sobre un billón de yenes, y ahora que se había librado un escándalo que involucraba la pérdida de dos simultáneamente, este hecho debía encubrirse sin importar qué. A partir de este punto, ellos solo podrán usar aviones preparados para repuesto como señuelo para las negociaciones, y hacer que las fuerzas de defensa tomen responsabilidad también en destruir la evidencia.

Ya era tarde en la noche cuando las interminables negociaciones telefónicas finalmente cesaron y él podía descansar por un momento, pero Risei inmediatamente recordó al invitado esperando en el salón principal. Suspirando, él movió una silla y retomó sus tareas, siguió realizando sus deberes como supervisor.

“Realmente lo siento por haberlo hecho esperar. He estado muy ocupado esta noche.”

En la voz del padre Risei había un agotamiento que no podía ocultarse.

Desde los tenuemente iluminados bancos de la iglesia vino el sonido de una risa algo artificial.

“Eso es inevitable. Usted tiene asuntos urgentes que atender.”

Un ligero, metálico rechinar de las ruedas de la silla de ruedas acompañó a esa risa. La silueta que emergió de la oscuridad permaneció sentada.

La silueta, tan pálida como si fuera otra persona que no podía ni siquiera pararse para caminar, era en realidad el una vez famoso prodigio Kayneth El-Melloi.

¿Quién de entre los que conocían su anterior situación hubiera pensado que él se hubiera visto reducido a tal condición? Pero en sus ojos había una fuerte determinación que pudiera llamarse obsesión a partir de la cual se podía percibir vagamente la obstinada, intolerante personalidad del antes mago prodigio.

Aunque Kayneth había recibido grandes lesiones físicas que le hicieron casi imposible restablecer su gloria, él había más o menos conservado el uso de sus manos a través de contactos con el clan El-Melloi, intercambiando una asombrosa suma de dinero como gratitud por hacer un trato con un hacedor de maniquíes que reside en Japón, y a través de grandes dificultades él obtuvo la habilidad de moverse libremente dentro de los parámetros de la movilidad de la silla de ruedas. Su meñique izquierdo, cubierto en una densa capa de yeso, también había recuperado su sentido del dolor.

“Padre, acorde a mi demanda – ¿cuál es exactamente su juicio?”

En contraste a la atenta sonrisa en su cara, la voz de Kayneth contenía al menos la mitad de un tono subyacente de amenaza. Los adictos a las drogas probablemente sean así cuando se hayan acabado los efectos y demandaran drogas a otros antes de entrar en abstinencia. Risei miró fijamente a la cara de este antes pródigo mago; su cara mostraba paranoia y confusión que no podía ocultar.

Que las cosas llegaran a este punto definitivamente no era lo que Risei había esperado. Como sea, un contrato era en última instancia, un contrato. Poniendo a lado por el momento la consideración por la alianza secreta con Tōsaka, era necesario practicar la que él había predicado por el honor de la Iglesia.

“… Ciertamente, en la cruzada contra Caster, el Sirviente Lancer jugó un rol importante; esto también ha sido verificado en el reporte del supervisor.”

“¿Eso quiere decir, que no queda duda de que soy dueño del derecho para recibir un Sello de Comando?”

“Aunque fuera así…”

El Padre Risei surcó sus cejas y miró a kayneth como si sintiera algo inconcebible.

“Por supuesto, en concordancia al acuerdo es necesario darle al Maestro de Lancer una recompensa apropiada… Señor Kayneth, ¿usted piensa que lo pueda considerar como un Maestro?”

Una mirada de odio apareció momentáneamente en los ojos de Kayneth, pero recuperó inmediatamente su aire suficientemente precavido de un caballero.

“Con respecto a mi contrato con Lancer, yo lo establecí en la forma en que sería llevado de forma conjunta por mí y mi prometida Sola. Ciertamente yo no tengo intención de proclamarme a mí mismo de Maestro. Los dos, Sola y yo, somos un Maestro.”

“Pero ahora, ¿no está llevando ambos el suministro de prana y los Sellos de Comando la señora Sola por sí sola?”

La extraña mueca de Kayneth era en realidad difícil de explicar como una sonrisa cortés.

“Por consideraciones de estrategia, los Sellos de Comando se han pasado temporalmente a Sola por resguardo. Pero el control sobre el contrato con Lancer aún es mío. Si aún sospecha, puede preguntarle directamente a Lancer por una confirmación. Y más importante aún, la firma en la solicitud dada a la Iglesia es solo mía.”

El Padre Risei suspiró. Incluso si él fuera a profundizar en el asunto, dar objeciones en los fundamentos de pequeños puntos irrelevantes no tendría significado. El verdadero origen del dolor de cabeza de Risei era esta situación inesperada en que debía pasar Sellos de Comando a otro Maestro más que a Tokiomi Tōsaka. Esta vez, aún siendo reticente a entregar el Sello de Comando a Kayneth, al final sería imposible no darle el Sello de Comando que él se niega a dar a su prometida. Incluso si el Padre Risei fuera a interferir en el conflicto interno de la facción Archibald, no le sería de ningún beneficio.

“– De acuerdo. Te reconozco como el Maestro. Vez, señor Kayneth, por favor extienda su mano.”

Con experticia, Risei trazó las marcas desvanecidas en la mano derecha extendida de Kayneth, transfiriendo uno de los Sellos de Comando acumulados en su muñeca derecha a la mano de Kayneth. Ni siquiera había dolor; el proceso entero había concluido en solo unos minutos.

“Entonces por favor continúe luchando gloriosas batallas como Maestro–”

“Eso es seguro.”

Kayneth asintió, sonriente, y luego tomó una pistola de mano que había ocultado en el asiento de su silla de ruedas, y apuntó al sacerdote que ya había dado la vuelta.

El seco sonido de un arma disparando rompió el silencio del Salón de Dios.

Kayneth no le repartió otra mirada al viejo sacerdote desplomado, y vio paralizado el dibujo del Sello de Comando surcado en la parte trasera de su mano derecha.

Las cosas habían llevado a esto pero el solo tenía uno… en comparación con los oponentes que ni siquiera los habían usado, él estaba en desventaja. Y los Maestros de Saber y Rider ya habían obtenido nuevos Sellos de Comando; estas circunstancias definitivamente no podían ignorarse.

El asesinato del supervisor indudablemente causaría un revuelo, pero en este Toque del Cielo, había otros magos aparte de él que gustaban usar artefactos como pistolas de mano. El primer sospechoso sería entonces la sucia rata empleada por los Einsberns.

Kayneth no podía contener la risa satisfecha que brotó desde lo profundo de su garganta. Él estaba inmerso en el goce de recuperar su estatus como Maestro. Por el asesinato del supervisor, una acción que hizo desplomar la dignidad y el orgullo de Lord El-Melloi al piso, él no tenía intención de reprocharse.


※※※※※


Inmediatamente al poner un pie en la capilla Kirei sintió la presencia de la muerte.

Un leve olor a sangre, y un subyacente, aún más leve olor a humo. Definitivamente ha habido alguien que ha cometido un acto imperdonable en esta casa de Dios.

Aunque él no sintió ningún peligro, Kirei todavía caminaba muy cuidadosamente, pasando a través de las bancas – tras llegar al altar, él descubrió la silueta que yacía a un lado.

“Padre–”

El grito que salió de sus labios fue débil. En el momento que descubrió la silueta del Padre Risei, los entrenados y observadores ojos de un Ejecutor notaron el agujero de la bala en su espalda y el charco de sangre en el suelo.

Kirei, en un completo estopor mental, examinó cuidadosamente el cadáver de su padre.

Haló su manga derecha y revisó el número de Sellos de Comando que sostenía. Tal como esperaba había uno menos. Risei le había dado uno de sus Sellos de Comando a alguien, y presumiblemente había sido asesinado por esa persona más tarde. Uno de los Maestros que había ganado merito en la cruzada contra Caster estaba insatisfecho con compartir el crédito con los otros con quienes había peleado, y por eso cometió este crimen. Prácticamente no hacía falta un análisis para poder determinar la secuencia de eventos completa.

Pero incluso un mago no podría tomar todos los Sellos de Comando de las manos del anciano sacerdote muerto. Los Sellos de Comando resguardados por el supervisor estaban protegidos por plegarias sagradas. Sin su permiso, no era posible obtenerlos por el uso de la magia. El Padre Risei, el único que conocía las palabras sagradas secretas, ya estaba muerto; los Sellos de Comando de Guerras del Grial anteriores ya no podrían ser usados.

–––Algo no andaba bien; ¿Hubiera permitido el Padre Risei que algo así pasara?

Kirei levantó la mano derecha de su padre y descubrió que había manchas de sangre poco naturales en las puntas de sus dedos. Había marcas aparentemente hechas a arañazos. Agonizante, el Padre Risei debió haber sumergido sus dedos en el charco de sangre y debe haber dejado pistas en algún lugar.

Sabiendo esto, fue relativamente sencillo encontrar las palabras en la sangre.

En el piso, la voluntad final escrita en un rojo oscuro era “jn424” – alguien no de la fe cristiana podría pensar que se tratase de un mensaje secreto con un significado oculto. Pero para Kirei, quien había heredado la pía fe de Risei, el significado de esta cifra era obvio.

Juan 4:24. Sin errar una palabra, Kirei recitó esas palabras sagradas guardadas en su memoria.

“Dios es espíritu, y sus seguidores deben seguirlo en espíritu y en la verdad–”

Como si respondieran, en la ya fría muñeca derecha del Padre Risei todos los Sellos de Comando simultáneamente emitieron una luz apagada.

Acompañado de un arranque de leve dolor, los Sellos de Comando fueron transferidos de uno en uno al brazo de Kirei. Sin habla, Kirei observó la luz de los Sellos de Comando.

Indudablemente, ese era el destino que el padre le había encomendado a su hijo.

El Padre Risei había creído que la primera persona en descubrir su cuerpo definitivamente habría sido su hijo. Solo así él escribió con su sangre un código que solo alguien del clérigo comprendería. Él le había confiado confiado todos los importantes deberes del supervisor– administrar los Sellos de Comando, resguardar el Grial, guiar el Toque del Cielo en la dirección correcta– a su hijo. El realmente había creído que su hijo era aquel que podría cargar con todas estas responsabilidades; incluso en la muerte, él no había tenido duda de esto.

Él no sabía que Kirei había ocultado sus recién obtenidos Sellos de Comando, y ya había obtenido el derecho a ser un Maestro–

Él no sabía que su hijo, en un impulso, sembró las semillas del desastre para su benefactor Tokiomi–

“–––!”

Al sentir repentinamente las lágrimas cayendo de sus mejillas, Kirei presionó sus manos en su rostro, sorprendido.

Derramar lágrimas en frente del cadáver de su padre y sus últimos deseos… como una persona, esto era natural.

Aún así, en ese momento Kirei se sentía atascado en el terror y la confusión, casi como si cayera al abismo del infierno.

Él debe enfrentar todo esto directamente–– en su corazón una voz autoritaria le decía esto.

Los sentimientos surgiendo de tu corazón, Kotomine Kirei– tú debes entender esto, debes aceptar todo esto. Eso es porque–

Lágrimas.

¿Cuándo fue la última vez que derramó lágrimas? Ahora recordó claramente que había sido hace tres años. Usando una mano para secar sus lágrimas, la mujer había dicho esto una vez: “Tú me amas.” ––

La habilidad intrínseca de su corazón de encubrirse a sí mismo bloqueaba firmemente la recolección.

Él no puede voltear atrás. Él no puede repetir. Las lágrimas derramadas aquel día, los sentimientos de aquella vez, debían ser arrojadas al abismo del olvido.

La respuesta que había comprendido una vez.

La verdad que esmeradamente había llegado a alcanzar.

Si había sido porque él no había enfrentado esto con el corazón abierto y había permanecido esquivo para mantener su condición –

Él no podía comprender en absoluto las lágrimas que derramaba otra vez. Los mismos sentimientos de aquella vez llamaban a los sentimientos que permanecían sellados y buscaban su entendimiento.

Y sin cuidado de las alertas racionales, más recuerdos se filtraban continuamente entre los espacios de los sellos que las retenían.

Esta vez era muy diferente del final que él había esperado – había pensado él aquella vez.

Al lado de la cama de la frágil mujer agonizante, ¿Kirei no había llegado a conocer lo que deseaba su consciencia?

Deseando ■ ■ ■ ■ a esta mujer–

Deseando ver a esta mujer aún más ■ ■ ■ ■–

Amando profundamente y confiando en Kotomine Kirei – en este aspecto, su padre y esta mujer si tuvieron algo en común.

Ellos también eran iguales tal que absolutamente malentendían la naturaleza de la persona que es Kirei.

Precisamente por esto, hace tres años Kirei había rogado de esta forma incansablemente en su corazón…

En los últimos momentos antes de la muerte de su padre, dejarse probar una vez más el goce del mayor ■ ■ ■ ■ del mundo mortal–

“Igual que esas bestias que persiguen el aroma de la sangre–el alma persigue el placer–”

Como si esos ojos como rubíes que estaban latentes en el fondo de su corazón susurraran silenciosamente acompañado por su risa siniestra.

Solo el placer es la forma del alma – ¿no había dicho esto? La naturaleza de Kotomine Kirei también es así–

“… Oh Señor… alabado sea tu nombre. Que venga vuestro reino. Que se haga en la tierra como es hecho en el cielo.”

La familiar oración que debía recitar cada día se disparó instantáneamente de su boca; esto debía ser el instinto de auto-conservación. De esta manera el había vuelto a su rol como clérigo, amarrando firmemente un alma que estaba punto de caerse a pedazos.

“Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden… no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal… Amén.”

El selló la maldita verdad en las lágrimas cayendo ininterrumpidamente de su rostro de otro lado del olvido. Kirei oró por el porvenir de su padre en la próxima vida y hizo una cruz en su pecho.





-72:43:28[edit]

"¡Tú—sujeto inútil! ¡Basura que sólo sabe alardear!"

Lancer sólo podía bajar su cabeza discretamente, y en silencio, soportar la feroz reprimenda.

"Sólo tenías que proteger temporalmente a una mujer. Pero ni siquiera pudiste hacerlo; ¡Esto es absurdo! ¡Así que esta es la cosa de la que está hecho un supuesto caballero!"

Kayneth estaba actualmente maldiciendo, saliva volando por todas partes. Pero desde la extensión de desconcierto, en comparación con Lancer quien se olvidó de sí mismo por vergüenza, Kayneth estaba, en realidad, incluso más fuera de lugar. Debido a su personalidad naturalmente terca, ahora la extensión de la ira de Lord El-Melloi fue llenada con indignación justificada, hasta el punto de inducir miedo.

Kayneth había obtenido un nuevo Sello de Comando; satisfecho, había regresado a la fábrica abandonada que utilizaba como escondite, y encontró que, de hecho, no había señal de Sola ahí. Lógicamente hablando, a esta hora, ella ya debería de haber terminado la batalla con Caster y regresado aquí. Él había esperado en estado de ansiedad, provocada por la preocupación, y esperó hasta---el solitario regreso de Lancer, cuya expresión era seria.

"A pesar de que solo era una sustitución temporal, Sola era indudablemente tu Maestro, ¡¿o no lo era?! En realidad no tienes la capacidad de resguardarla hasta el final--¿por qué te convertirse en un Sirviente? ¡Cómo puedes ser tan descarado como para regresar solo!"

"... Yo, realmente no tengo la dignidad de regresar."

"Entonces tú---en la batalla con Caster, ¿fue también tu estúpido infantilismo el que te animó a descuidar la protección de tu Maestro, centrándote únicamente en desplegar ese estúpido heroísmo tuyo?"

Lancer débilmente negó con la cabeza. Su belleza natural estaba torcida por el pesar; esto significaba que él también estaba arrepentido de este aborrecible resultado. Pero ahora Kayneth no tenía el tiempo para darse cuenta de esto en lo absoluto.

"Maestro, por favor, permítame... Porque Sola-sama y yo no hicimos un contrato oficial, ni siquiera podemos sentir la presencia del otro..."

"¡Es precisamente por eso que debiste haber sido más cuidadoso, incluso más atento!"

Kayneth inmediatamente gritó, interrumpiendo la explicación de su Sirviente.

Usualmente para un Maestro y Sirviente, quienes habían hecho un contrato, sin importar cual cómplice hubiese caído en peligro, sería comunicado al otro. En verdad, en el bosque Einsbern, fue de esta manera que Lancer había salvado a Kayneth de las circunstancias de emergencia.

Pero esta vez, debido a que Lancer y Sola habían, de hecho, entrado a la batalla sin formar un contrato oficial de acuerdo con las leyes taumatúrgicas de contrato, Lancer sólo había protegido a Sola fuera de su deber para con Kayneth; esto también se había convertido en una causa del desastre.

Al final, para el momento en que Lancer había terminado la batalla y regresado a la azotea del edificio en el centro de Fuyuki, Sola, quien originalmente se había quedado ahí, había desaparecido; sólo las manchas de sangre salpicadas sobre el suelo, eran pista alguna en cuanto a la gravedad de lo ocurrido.

La única cosa que podía ser confirmada, era que Sola estaba todavía viva. El suministro de prana que le permitió a Lancer permanecer en este mundo y que le proveía la fuerza para actuar, aún estaba fluyendo sin obstáculos en su cuerpo. Indudablemente, ella había sido secuestrada, pero el instigador no parecía intentar quitarle la vida.

Si hubiese sido otro Sirviente, quizás sería posible detectar su ubicación aproximada por el camino del suministro de prana. Pero desafortunadamente, debido a que el contrato que Lancer había hecho no era uno estándar--el contratista y el proveedor de prana eran dos personas diferentes, su capacidad para detectar al proveedor de prana, era con claridad extremadamente débil. Incluso si podía determinar que Sola estaba todavía viva, no podía sentir para nada de donde provenía el prana. Sin pistas, buscar a Sola en la ciudad era casi como buscar una aguja en un pajar. Al final, tuvo que regresar solo.

"¡Ahah, Sola... no debí haberle pasado los Sellos de Comando a ella... una batalla mágica realmente la habría sobrecargado..."

"En no aconsejar a Sola-sama de otra manera, yo también soy responsable. Pero Sola-sama tomó esa decisión simplemente porque deseaba que usted, Sir Kayneth, pudiera recuperar su posición. En ese caso, no importa qué, por favor---"

Kayneth levantó la mirada nublada por los celos, y se quedó mirando a Lancer.

"Todavía tienes el descaro de hablar así. No actúes estúpido, Lancer, debes haber sido tú quien animó a Sola."

"Usted... por qué sacaría tal conclusión..."

"Hmph, ¡deja de fingir! En las historias de leyenda, eres bastante conocido por ser mujeriego y adultero. ¿No estabas involuntariamente intentando seducir a la prometida de tu amo?"

Arrodillado en el suelo con su cabeza baja, los hombros de Lancer estaban temblando violentamente, casi peligrosamente.

"-----Mi amo, no importa qué, usted debe retirar esas palabras"

"Hn, ¿toque un nervio? ¿No puedes soportar esta ira? En ese caso, ¿estas intentando mostrarme tu verdadero rostro de ferocidad?"

Kayneth continuó burlándose del Espíritu Heroico, quien apenas podía controlar sus propias emociones.

"Finalmente has resbalado. Por un lado me juras lealtad eterna, hablando palabras bonitas; por otra parte, guiado por la lujuria, me traicionas. Siempre hablas de la caballería con una orgullosa expresión; ¿crees que eso sería suficiente para engañarme a mí--Kayneth? "

"Sir Kayneth... usted... ¡¿por qué no entiende mi lealtad?!"

Lancer sollozó. La un tanto temblorosa pregunta era casi lastimera.

"¡Todo lo que quería era defender el honor que siempre he tenido! ¡Sólo quiero participar con usted en gloriosas batallas! Amo, ¡¿por qué no entiende el corazón de un caballero?!"

"¡Deja de decir estas cosas insolentes, Sirviente!"

Kayneth sin piedad replicó la petición de Lancer con una expresión implacable. La sospecha y la insatisfacción con su Sirviente, ya habían en este momento pasado el punto de ebullición en su corazón.

"Títere impertinente. No importa qué, sólo eres un Sirviente. ¡Sólo eres una sombra que puede quedarse en el mundo real a través de medios mágicos! La gloria y orgullo de la que hablas es sólo un truco que los espíritus de los muertos utilizan para confundir a las personas del mundo. Además, en realidad eres lo suficientemente insolente, hasta el punto de sermonear a tu Maestro; ¡conoce los límites de tu audacia! "

"------"

Porque lo que Kayneth había dicho era demasiado, Lancer estaba sin habla. Kayneth, viendo la expresión de Lancer, secretamente sentía un placer sádico. Aprovechando la oportunidad, estiró su brazo derecho hacia Lancer, en el cual, la imagen del Sello de Comando había una vez más sido tallada, el mago orgullosamente se rió a carcajadas.

"Si estás insatisfecho, entonces trata de usar ese orgullo y honor del cual hablas para soportar mi Sello de Comando --hm, ¿no estas a la altura? Entonces esta es tu verdadera habilidad. El espíritu y la fortaleza de la cual hablas ni siquiera son dignos de mencionar en la presencia del Sello de Comando. Esos son los verdaderos trucos de los títeres tales como los Sirvientes, entonces. "

"... Kayneth... señor..."

Frente a Kayneth quien escandalosamente burlándose de él, Lancer débilmente bajó su cabeza, incapaz de hacer cualquier tipo de refutación. La majestuosidad anterior al blandir las lanzas gemelas en la presencia de líderes militares, hacía tiempo que había desaparecido sin dejar rastro; sea de hombros débilmente caídos, o los ojos desenfocados mirando al suelo, era imposible ver algún rastro de heroísmo.

Mirando su imagen miserable, Kayneth finalmente sintió que había descargado todas las quejas que había estado acumulando continuamente, y se sintió ligeramente aliviado.

Quizás hasta ahora, Kayneth finalmente había sido capaz de establecer su relación ideal de amo-sirviente con este Espíritu Heroico. A pesar de que era un tanto tarde; debería haber sido capaz de, en un tiempo más temprano--de preferencia inmediatamente después de la convocación--totalmente matar su orgullo. Si esto se hubiese hecho antes, este presuntuoso Sirviente probablemente no habría tenido otras intenciones y le serviría obedientemente.

"-----Maestro."

Tras un largo silencio, Lancer repentinamente llamó a Kayneth con una voz fría.

"¿Qué es? ¿Hay algo que todavía tienes que decir?"

"... Esa no es mi intención. Parece que hay algo acercándose a nosotros. Es probable que sea el sonido de un motor equipado con una transmisión automática."

Aunque Kayneth no escuchaba nada. Sin embargo, la audición de la gente ordinaria era enormemente incapaz de compararse con la de un Sirviente.

Un automóvil, el cual, casi el amanecer, se conduce en esta dirección, con esta fábrica abandonada como su objetivo, definitivamente no podía estar simplemente pasando por ahí.

Ahora que lo piensa, al momento de decidir este lugar como fortaleza, los encantamientos de camuflaje que él había creado en los entornos, casi habían llegado al punto de revelar puntos débiles... Kayneth se burló de sí mismo, quien ya no era un mago, y emergió una sonrisa forzada.

"Lancer, ve inmediatamente a destruirlo. No te contengas."

"Entendido".

Lancer asintió, inmediatamente cambió a forma espiritual y desapareció.


※※※※※


De acuerdo con las instrucciones que Irisviel, quien estaba sentada en el asiento del pasajero frontal, estaba dando, el Mercedes-Benz 300SL que Saber estaba conduciendo, había gradualmente dejado Shinto, se trasladó al este, y llegó a una zona desierta.

"Si sigues esta carretera recto, al lado izquierdo hay una fábrica abandonada. Ahí... parece ser la fortaleza de Lancer y el resto."

La ubicación de la fábrica y la ruta a tomar habían sido dichas a Irisviel telefónicamente por Kiritsugu.

Después de la intensa batalla no lejos del río, uno podría adivinar que Lancer, quien había dejado el campo de batalla sin decir una palabra, probablemente habría regresado al lado de su Maestro. Al escuchar que Kiritsugu había conseguido un informe sobre el paradero de Lancer, Saber había propuesto actuar inmediatamente.

"Ahora que lo pienso... ¿te encuentras bien? ¿No serán las batallas consecutivas una gran carga para tí?"

"No hay problema, Irisviel. Por otro lado, espero ser capaz de enfrentar a Lancer esta noche."

Después de anunciar esto sombríamente, esta vez fue Saber quién flanqueó preocupada al asiento del pasajero.

"Tú, por otra parte, Irisviel, ¿te encuentras bien? no te ves muy bien en este momento."

Mientras operando el volante, Saber miró a Irisviel a su lado. Saber descubrió a simple vista, que el rostro de Irisviel estaba pálido y sin sangre, ella estaba constantemente limpiando el sudor frío de su frente. Desde que dejaron la orilla del río, había estado así. A pesar de que estaba haciendo todo lo posible para ocultarlo, los observadores podían darse cuenta a simple vista que se estaba esforzando a sí misma.

"... No te preocupes, Saber. Siempre y cuando estés a mi lado...

“Ah, mira. Ese edificio. Ese debería ser. "

Hace mucho tiempo, cuando la ciudad aún no había sido descrita como área residencial emergente, este fue probablemente un lugar utilizado como aserradero. El lugar que había sido abandonado por las tendencias de desarrollo, olvidado por las emergentes calles florecientes, tranquilamente se quedó en el corazón de una pequeña zona escarpada cubierta de maleza.

Lentamente pasando por la puerta principal y en una tierra vacía, Saber apagó el motor del automóvil. Los alrededores eran tranquilos; Irisviel, parándose fuera del automóvil, cautelosamente observó la situación alrededor, y luego asintió.

"---En efecto, hay rastros de encantamientos mágicos. Pero lo que es extraño, es que no parecen ser manejados cuidadosamente; Ya están mostrando fallas."

"No, este es el lugar. Irisviel."

Saber, quien había salido del automóvil un poco más tarde, afirmó con una expresión calmada. Esta espadachín altamente hábil, probablemente ya había percibido a través de sus sentidos agudos, la esencia de la batalla.

De hecho--como si demostrando el pronunciamiento verdadero de Saber, frente a la silenciosa tierra abandonada, de repente, apareció una figura apuesta sosteniendo una lanza.

"Realmente fuiste capaz de encontrar este lugar--no debe haber sido fácil, Saber."

"Después de investigar, mi--compañero me dijo, que esta era tu fortaleza."

La palabra “Maestro” casi se había salido de sus labios, pero en última instancia no la había dicho-- esto mostraba la mínima onda de emoción, de la cual, incluso la misma Saber no había estado enterada. Por supuesto, en principio, era por el bien de ocultar la realidad de quién realmente era su verdadero Maestro. Pero, la razón más fundamental, era que todavía subconscientemente, no deseaba admitir que Kiritsugu era su Maestro.

La expresión de Lancer era grave, muy diferente de lo usual, dudando por mucho tiempo como si escogiendo palabras en su mente, entonces hizo una pregunta al visitante.

"¿Dónde está la prometida de mi amo?... Saber, ¿no dirás que no sabes?"

Las expresiones de Saber e Irisviel, ambas se volvieron inquietas; se miraron la una a la otra.

"No lo sé--¿qué sucedió?"

"Nada. Pretende que nunca pregunté."

Lancer suspiró prolongadamente; la cantidad de alivio que contenía era mucho mayor que la decepción. Originalmente no tenía la intención de preguntarle esto a Saber. Que quien era su rival usará tales medios poco limpios, como el secuestrar a un rehén--sólo pensar en ello, Lancer lo encontraba detestable . "---Ahora que lo pienso, Saber, ¿te encuentras bien? no creo que fuese para conversar conmigo que has venido aquí. Pero, ¿no gastaste mucha energía en la batalla contra Caster?"

"Respecto a eso, creo que los otros Sirvientes están igual."

Saber le restó importancia al asunto como si fuera intrascendente. Era de hecho, como había dicho; en la batalla con Caster en la orilla del río, cada Sirviente había gastado una gran cantidad de prana.

"Así que predigo que esta noche nadie iniciará un ataque, en su lugar, tomarán la postura defensiva--precisamente debido a esto, no hay necesidad de preocuparse de que la batalla de esta noche sea entrometida por personas que no tienen nada que ver con ella."

Saber, cuyo completo cuerpo estaba desbordante de un calmado espíritu de lucha, pisó hacia adelante. Su esbelto y pequeño cuerpo, sin embargo, evocaba la impresión de majestuosidad; esta aura, acompañada por la espléndidamente radiante armadura, formada de deslumbrante prana, cubrió todo su cuerpo.

“Ya casi es el amanecer... Todavía hay tiempo en la noche; si esta gran oportunidad fuese a perderse, no sabríamos en qué mes, de qué año, tendríamos otra oportunidad de enfrentarnos sin preocupación. No creo que esta oportunidad debiera ser perdida--¿qué te parece? Lancer. "

Lancer, cuya usualmente apuesta expresión había sido perdida por las preocupaciones de su corazón, ahora finalmente sonrió levemente.

"Saber... ahora la única cosa que puede traer un sereno y refrescante viento a mi corazón, es esta voluntad pura de luchar tuya."

En realidad, hace un rato, Saber también había sido secretamente sorprendida, de por qué Lancer había perdido su majestuosidad anterior. Hasta que había visto su sonrisa, y descubierto que sus preocupaciones eran innecesarias. Un hombre con tal sonrisa, claramente no requiere inquietud o preocupación de ningún tipo. Ese tipo de sonrisa era una que sólo las personas quienes habían superado todas las dificultades, y eran firmes en sus creencias, podían tener.

Lancer blandió su roja lanza, como si deseando ahuyentar todas las preocupaciones y lamentos en su corazón; la punta estaba dirigida a Saber.

Saber también liberó la Barrera del Rey Viento; la preciosa espada dorada fue revelada en medio del torbellino. Enfrentando a Gáe Dearg de Diarmuid, el utilizar la presión de aire para ocultar la hoja de la espada era inútil.

Y lo más importante era que, el Rey de los Caballeros cree que este rival originalmente de otro tiempo, pero que había conocido por casualidad en este mundo, era un Espíritu Heroico digno de aceptar la luz de la espada que brillaba sobre él, en la cual, ella había acumulado toda su gloria.

La luz de la mañana era clara, el cielo de un rojo pálido; todo el espíritu de lucha concentrado entre los dos Sirvientes estaba silenciosamente y ansiosamente a la ofensiva. Si los sentidos de uno fuesen especialmente sensibles, solamente de pie en medio del remolino de sus voluntades, haría sentir dolor, como si habiendo sido golpeado; quizás incluso induciría a un ataque cardiaco.

Cada célula en el cuerpo de Irisviel se estremeció con la anticipación de un golpe letal; por no hablar del aura, incluso la circulación de su sangre estaba estancada.

Entonces--ambas partes pisaron hacia adelante al mismo tiempo, con espíritus majestuosos como el arco iris en el cielo. Los sonidos de choque eran claros.

Los dos héroes quienes no habían tenido la oportunidad de batallar estos tres días, esta noche finalmente tenían la oportunidad de enfrentarse; una intensa batalla ocurriría una vez más.

La situación de batalla de esta noche--por un lado era una recreación de la confrontación en los almacenes, pero la batalla de sus espadas que se cruzan, era incluso más intensa que la primera--más feroz, más directa, más definitiva; era un choque directo de fuerza a fuerza.

Entre los dos no había necesidad de evaluación mutua, ni el uso de trucos para confundir al otro. Lancer sólo sostenía una lanza justo desde el principio; la hoja de la espada de Saber también fue completamente revelada. Tampoco usaban medios conspirativos y mentiras. Incluso más rápido, incluso más imponente. Después de que uno hacía un movimiento, el otro de inmediato contraatacaba con toda la fuerza, con un golpe que contrarrestaría al primero. Un simple concurso de habilidad, la hoja de la espada contra la punta de la lanza, incluso más intenso, incluso más candente.

La espada sagrada entrelazada con la lanza demoníaca, en directa oposición; las chispas volando eran simplemente deslumbrantes. El choque entre los objetos preciosos de la leyenda, impulsados por la fuerza y la velocidad mucho más allá de la de un humano, pasaba la velocidad del sonido, acercándose a la velocidad de la luz. La observación hacía tiempo que había perdido sentido, en esta batalla trascendental. Esas habilidades divinas, empujadas a los límites de esta feroz batalla, estaban teniendo un supremo concurso entre las dos.

Un indeterminado número de rondas habían sido cruzadas; quizás decenas de rondas, quizás cientos de rondas. Era simplemente imposible determinar con un ojo mortal. Después de que la lanza y la espada de los dos chocaron, finalmente se separaron y se alejaron el uno del otro.

"Saber, tú---"

Lancer acababa de empezar a hablar, pero fue incapaz de continuar, en su rostro, una expresión de angustia y confusión.

Esta noche, a pesar de que el manejo de la espada de Saber había cambiado solo ligeramente, pero era, de hecho, más ligero en fuerza que la primera vez, y un tanto retenido. Lancer no habría sido incapaz de notar esto. Esto no era debido al gasto de la fuerza física de Saber, sino que su propio manejo de la espada había cambiado.

Saber sostenía con fuerza su pulgar izquierdo, metido en su palma, en realidad no agarrando su espada. Los restantes cuatro dedos estaban levemente envueltos alrededor de la espada; en controlar su espada, su mano izquierda era utilizada sólo para apoyar. Cuando ataca, la fuerza de su mano izquierda no era utilizada en absoluto.

Había sido claramente Saber quien había tomado la iniciativa de pronunciar su intención de enfrentarse, pero deliberadamente no usaba su mano izquierda, sólo usaba la derecha para sostener la espada de oro.

Por supuesto, Lancer entendió la razón detrás de ello.

De hecho, Lancer había una vez utilizado la lanza demoniaca Gáe Buidhe, para sellar la fuerza de la mano izquierda de Saber, pero en la batalla contra Caster la noche anterior, Lancer había destruido la lanza amarilla maldita, proactivamente renunciando a la ventajosa delantera. Pero el orgullo de Saber no se conformaría con la aceptación de la concesión de Lancer, y por eso, intencionalmente no usaba su mano izquierda. Esto, entonces, era una acción de verdadera caballería.

Pero---incluso esa concesión que era lo suficientemente noble para inspirar respeto instantáneo---Lancer no acogió esta acción desde su corazón.

Si la acción de descartar Gáe Buidhe le había causado a Saber preocupación innecesaria.

Desde el resultado final, significaba que las acciones de Lancer habían desalentado el entusiasmo de la confrontación entre los dos. Era una batalla en la cual ambas partes no tenían ningún arrepentimiento, y usaban toda su fuerza para enfrentarse, lo que Lancer había esperado. Si Saber se había contenido porque no podía dejar de lado su consideración equitativa de las circunstancias, Lancer estaba realmente un tanto incomodo acerca de la batalla.

"---Si lo malinterpretas, estaré muy preocupada. Lancer."

Como si hubiese adivinado lo que Lancer estaba pensando, Saber sacudió su cabeza con una severa pero tranquila expresión.

"Si fuese a usar mi mano izquierda, mi vergüenza definitivamente frenaría mi espada. Enfrentando tus espléndidas habilidades con la lanza, eso sería un error fatal."

"Saber..."

"Por lo tanto, Diarmuid, esta es realmente la mejor estrategia que puedo usar con el fin de poner toda mi fuerza en derrotarte."

Saber dijo con resolución. Sosteniendo la espada con una mano, era, de hecho, un tanto pesada; Saber bajó la espada levemente y asumió su postura.

Brillando en sus ojos, sólo estaba una imponente y serena voluntad para combatir. No hubo negligencia, ni hubo vacilación.

Quizás para ella, la extensión de la lesión en su mano izquierda, era solo de secundaria importancia en la batalla. Quizás el más importante colaborador a la habilidad de Saber para obtener la victoria, estaba en el claro espíritu de lucha y la pasión por la batalla que había sido pulido a pureza.

Para romper su confusión, preferiría renunciar a su mano izquierda---el orgullo oculto en su corazón, entonces, era su más grande arma.

Es esto en lo cual el Rey de los Caballeros es más noble.

Saber ahora, sin duda, había abrazado la resolución de luchar hasta la muerte. También deseaba enfrentarse con Lancer a su antojo en condiciones como éstas--después de entender sus intenciones, Lancer sintió algo intenso y también liberador, como si hubiese sido sacudido por electricidad.

"La gloria brilla desde el interior de la espada del Rey de los Caballeros. Es realmente grandioso que he sido capaz de conocerte."

El camino que los dos anticipaban era el mismo.

Si era un estrecho puente sobre el cual no era posible darse paso entre sí, la persona quien tomó el primer paso debe ser despedido respetuosamente desde atrás, por el otro quien había caído hacia atrás.

Precisamente así---era esta, sin preocupación, sin distracción, en la cual las vidas son arriesgadas, exploración y búsqueda de lanza y espada, una batalla de verdadero significado.

Las expresiones de los dos eran extremadamente ansiosas y serias, pero en la esquina de sus labios, pendía el indicio de una sonrisa.

“Caballero líder de los Caballeros de Fianna, Diarmuid ua Duibhne--- ¡ataca!"

"Eso está bien. Rey de Britania, Arturia Pendragon ¡enfrenta la batalla------!"

Los dos se acercaron una vez más, blancas hojas chocando, chispas volando; desde el medio podía verse la alegría de aquellos para quienes la batalla es el significado de sus vidas, brillando intensamente.




-72:37:17[edit]

Kayneth se escondió en las sombras, profundo dentro de la fábrica abandonada y miró fijamente la situación de la batalla de afuera. Los pensamientos en su corazón, al contrario de la preparación incorrupta de esos caballeros, sólo estaban hirviendo de ansiedad.

Ya que el vencedor continuaba pendiente por largo tiempo, estaba volviéndose más inquieto cada segundo con esos sentimientos de ansiedad.

¿Por qué no podía ganar?

Aunque Saber subestimaba mucho a Lancer, ¿por qué la lanza de Lancer, todavía era incapaz de golpear a Saber?

La respuesta se volvió muy clara, luego de una cuidadosa reflexión - es decir, Lancer es muy débil, mucho más inferior a Saber.

En este momento, lamentaba profundamente no tener al Espíritu Heroico Alexander.

Nunca habría resultado como esto si hubiese hecho del Rey de los Conquistadores su Sirviente como lo había planeado anteriormente. Teniendo robada su Reliquia Sagrada en el momento crucial, tuvo que convocar a Diarmuid como sustituto en un apuro. Siempre y cuando un auténtico Maestro de primera clase, tal como él, este presente, esas pequeñas desventajas pueden ser corregidas, incluso si los rangos del Espíritu Heroico fuesen reducidos. Las partes de las que el Sirviente carece, serian enmendadas por su propio talento; Lord El-Melloi de hecho tiene tal audaz actitud.

Sin embargo, justo ahora, habiendo perdido sus Circuitos Mágicos, Kayneth hace mucho había perdido su confianza anterior. Con el fin de sobrevivir a esta guerra con su único Sello de Comando restante y su inferior Sirviente, tiene que ser incluso más prudente que antes.

Cuando no hay posibilidad segura de victoria, lo correcto a hacer sería escapar de inmediato con el Maestro. Aunque no había tenido tiempo de preguntar cómo Lancer logró perder Gae Buidhe, las posibilidades de victoria en contra de Saber se volvieron incluso más elusivas después de que su mano izquierda había sanado.

Ahora mismo no era el momento de adherirse a las batallas; Lancer debería tener otras tareas que necesitan ser priorizadas sobre ésta. Sería imposible para el Kayneth actual, buscar y rescatar a Sola por sí mismo. Simplemente no puede hacerse sin ordenárselo a su Sirviente.

Pero - ¿Qué tan estúpido es ese Lancer? ¿Ni siquiera puede darse cuenta de la gravedad de tal situación?

Inquietándose, Kayneth se rascó su cabeza repetidamente. ¡Cuán bien sería si pudiera usar un sello de Comando ahora mismo! ¿Por qué solo tiene que tener un Sello de Comando a su disposición? Fue una lástima que Sola se llevase dos Sellos de Comando. Si tan solo ella fuese capaz de confiar en Kayneth...

Justo entonces, el cuello de Kayneth repentinamente sintió un innatural flujo de aire.

Un trozo de papel revoloteaba a su lado. Era una extremadamente ordinaria pieza de papel de notas, pero Kayneth fijó sus ojos en las pocas palabras concisas en ella, con una mirada mortal.


"- Si no quiere que su amada muera, entonces tranquilamente mire hacia atrás -"


Aturdido, los ojos de Kayneth se agrandaron, y movió las ruedas de la silla de ruedas para cambiar la dirección en que su cuerpo estaba orientado. Profundo, dentro de la completamente oscura fábrica abandonada, la luz entrando a través del tragaluz iluminó un solo lugar como un reflector.

Los contornos de una mujer, tendida en el suelo como si profundamente dormida, surgieron de la tenue y fría luz.

"¡...!"

Kayneth nunca confundiría esas características no importa cuán tenue la luz o qué tan lejana se vuelva la distancia.

Aunque el dolor y lo demacrado en el rostro grisáceo de Sola mostraba que algo evidentemente había ocurrido, el mechón de cabello junto a su boca se estremeció como si soplado por una brisa. Esa era la prueba de su respiración. Aún estaba con vida.

Kayneth olvidó la advertencia sobre el papel y casi gritó a pesar de sí. Entonces, como un espectro emergiendo de la oscuridad, una figura humana pisó sobre la débil luz y se mostró.

Un abrigo viejo, ese desordenado cabello, barba indiferente, y sólo ese par de ojos, diferente del sombrío rostro, ardientemente emitía una luz distintiva - ese inolvidable hombre, el único que había destrozado cruelmente todos los Circuitos Mágicos en el cuerpo de Kayneth, ese odioso lacayo de los Einsberns.

Él había transportado probablemente a la inconsciente Sola en silencio desde la puerta de atrás, durante el espacio formado mientras Saber y Lancer se concentraban en luchar el uno al otro. El cañón de la subametralladora en la mano del hombre, apuntaba fijamente a la frente de Sola.

"Simplemente tiene que ser... ese maldito..."

Kayneth había experimentado esa crueldad como víbora y prudencia perfecta, de primera mano. En comparación con la ira y el odio - una profunda desesperación que superó por mucho a todas las demás emociones, le hizo bajar su cabeza impotentemente.

Realmente era la peor situación que podía pensar. La mujer que ama fue capturada por el enemigo más difícil que ni siquiera quería imaginar.

Sin embargo, justo antes de hundirse en pánico, la voz de la razón detuvo a Kayneth.

Debe haber algún propósito en ese hombre para que deliberadamente se muestre y deje a Kayneth confirmar el bienestar de Sola.


"..."

Kayneth giró su cabeza y echó una mirada a Lancer, quien estaba luchando con todo lo que tenía en la abandonada zona vacía. A juzgar por la posición de los dos Sirvientes en la batalla, la ubicación de Sola era un punto muerto que ellos no pueden ver. Los dos estaban empeñados en tratar con el fuerte enemigo frente a ellos, completamente ignorantes de este nuevo invasor.

Kayneth no podía adivinar lo que el hombre buscaba, por lo que inclinó su cabeza en silencio, mostrando su intención de obedecer el deseo del otro.

El hombre tomó un rollo de pergamino fuera de su abrigo y lo arrojó al aire después de casualmente abrirlo. Aunque el peso del pergamino no puede ser comparado con el papel de nota de antes, simples manipulaciones de aire fueron suficientes para hacerlo volar con el viento. Como una medusa, el pergamino flotó a través del espacio, poco a poco y sin prisa, aterrizó sobre las rodillas de Kayneth.

Aunque otros solo percibirían esto como figuras sin sentido y patrones bien hechos, las cosas grabadas en ello, eran, para Kayneth, un perfecto documento mágico escrito en un formato que le era familiar.

- Solo que el contenido era muy raramente visto.


Vinculante mágico: Objetivo - Emiya Kiritsugu

La Cresta de la familia Emiya por la presente ordena: Siempre y cuando las siguientes condiciones se cumplan, este juramento se convertirá en un mandamiento y obligará al objetivo sin excepción.

Juramento:

Para la quinta cabeza de la casa Emiya, Kiritsugu, hijo de Noritaka: concerniendo a ambos Kayneth El-Melloi Archibald y Sola-Ui Nuada-Re Sophia-Ri, todas las intenciones y acciones de matar y hacer daño serán prohibidas para toda la eternidad.

Condiciones:

…………………………


"¡...!"

Pergamino de Auto-Juramento - uno de los más despiadados contratos mágicos que sólo sería utilizado en la traicionera sociedad de magos, cuando un contrato que absolutamente no puede ser desobedecido iba a ser hecho.

Es una maldición impuesta, que por la fuerza usa las funciones de la propia Cresta Mágica sobre uno mismo. En teoría, tiene un poder que no puede ser borrado por ningún método. Incluso si su lanzador pierde la vida, las Crestas Mágicas atarían el alma del muerto y no pasaría de generación en generación. Es una magia muy peligrosa. Para los magos, una negociación que involucra ofrecer tal declaración, de hecho, significaría una máxima concesión.

A pesar de que no era algo que Kayneth veía a menudo, estaba de hecho, correctamente escrito, sin lagunas. La firma hecha con la sangre del propio declarante, estaba evidentemente pulsando con prana, mostrando que el hechizo ya se había establecido y estaba actualmente funcionando.

Es decir - cuando las condiciones grabadas en la mitad inferior de la declaración sean cumplidas, ese hombre - Emiya Kiritsugu renunciará a una parte de su libre voluntad, y el contrato será confirmado como una maldición irrompible.

Sosteniendo el pergamino con manos temblorosas, Kayneth lee las condiciones para establecer el contrato una y otra vez. Como si esperando que el contenido cambiara la próxima vez que lo lea, tercamente contemplaba esas palabras varias veces. Empeñó toda su voluntad para considerar si el contenido deja cualquier abertura que tal vez forme contradicciones.

Sin embargo, a diferencia de los pensamientos vacilantes de Kayneth, la parte más lógica de su corazón ya había aceptado su propio rendimiento. La posibilidad de que su amada mujer y él, puedan volver a su tierra natal con vida - en este momento, ¿no es ese su mayor deseo?

Si dudaba unos cuantos momentos más, Emiya Kiritsugu probablemente jalaría el gatillo. Después de que la primera bala tome la vida de Sola, el cañón definitivamente apuntaría al propio Kayneth. No había opciones para él. Ya sea para perder todo o para considerar esa declaración como su última esperanza de vida... esa era la única diferencia.

Con una mirada tenue y en blanco, como si él fuese una cáscara vacía, miró al Sello de Comando final en su mano derecha y luego dio la última orden inquebrantable como Maestro de Lancer.


Sin una señal, sin una razón - bermellón brillante se esparció por toda la tierra.

Todos parecían estar igualmente sorprendidos. Saber, Irisviel, e incluso el propio Lancer, ampliaron sus ojos ante demasiado abrupto final – la propia sorpresa de Lancer debería probablemente ser la más intensa, ya que no tenía una pizca de expectación o de preparación para esa agonía y desesperación.

Aturdido, Lancer miró fijamente las flores carmesí que goteaban desde el mango de la lanza roja, al suelo. No importa cómo, no podía creer que todo era su propia sangre.

Su propia lanza amada, atravesó su corazón. No era nadie más, sino sus propias dos manos, las que forzosamente apuñalaron la punta de la lanza en su propio cuerpo.

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Por supuesto, no era su intención, ni tampoco era su deseo. Lo que su lanza carmesí se suponía que perforaría, era el corazón de Saber, y lo que se supone que perforaría su propio corazón, debería haber sido la espada sagrada de Saber.

Capaz de robar todo de él en un capricho, independientemente de su espíritu de lucha o creencias - tal gran poder no existe, aparte de los Sellos de Comando.

Porque Lancer estaba demasiado concentrado en el duelo con Saber, no notó el amenazante tratado secretamente sellado en la tenue fábrica abandonada a su lado, hasta el final.


"Use todos los Sellos de Comando, y deje que el Sirviente se termine a sí mismo" - esa era la condición requerida dentro del Pergamino de Auto-Juramento que Emiya Kiritsugu trajo. Él demandaba a Kayneth a utilizar todo los Sellos de Comando y destruir completamente al Sirviente - una retirada total de la Guerra del Santo Grial.

"Ah..."

Lagrimas carmesí volaron de los ojos abiertos de Lancer.

Para él, ya era la segunda vez en ser asesinado por su señor. Fue precisamente porque Diarmuid ua Duibhne estaba decidido en superar ese final infeliz, que deseaba tan fuertemente regresar a este mundo desde el Trono de los Héroes. Sin embargo, el final que recibió fue una repetición de aquella tragedia - solamente experimentó aquella desesperación y dolor una vez más.

El Espíritu Heroico miró a su espalda con ojos húmedos de sangre y lágrimas. Justo entonces, dos Maestros salieron de la fábrica abandonada para presenciar su fin. Ellos eran Kayneth, sentado en su silla de ruedas con una vacía y aturdida expresión, y otro hombre, quien de pie cargaba el cuerpo comatoso de Sola en sus manos. Él era el anónimo Maestro verdadero de Saber que vio en el castillo Einsbern.

"¿Tú... tanto...?"

De rodillas en un charco de su propia sangre, Lancer hizo su mayor esfuerzo para hablar con un sonido ronco y bajo.

"¡¿Tanto quieres la victoria?! ¿Tanto quieres ganar el Santo Grial? Incluso... dispuesto a pisotear mi único verdadero deseo... tú, ¡¿no te sientes avergonzado?!"

Su belleza torcida con sangre y lágrimas, cambiando a un rostro completamente diferente, semejante al de un demonio. Lancer, olvidándose de todo, excepto del odio, ya no distinguió entre amigo y enemigo. Pensando en Kiritsugu, Saber, y todo en el mundo, rugió un gruñido de venganza que le desgarraba el corazón.

"Imperdonable... ¡Nunca te perdonaré! Hombres muertos quienes están esclavizados por la fama y profanaron la gloria de los caballeros... ¡qué mi sangre manche ese sueño! ¡Maldigo al Santo Grial! ¡Maldigo que tus deseos se conviertan en desastres! ¡Al caer en la sartén del infierno, no olvides la furia de Diarmuid!"

Mientras gradualmente perdía su cuerpo material y se arrugaba como una sombra borrosa, gritaba maldiciones hasta el último momento cuando desapareció. Ya no había la gloriosa figura de un Espíritu Heroico, sino sólo un espíritu maligno rugiendo con resentimiento. El Sirviente Lancer había sido finalmente eliminado por completo.

"..."

Como si desconcertado, Kayneth miró fijamente al espacio en blanco dejado por la desaparición de Lancer. Casualmente, Kiritsugu coloco a Sola, quien aún estaba profundamente dormida, sobre sus rodillas. Mientras Kayneth suavemente acariciaba el demacrado rostro durmiente de su amada, le preguntó a Kiritsugu con una voz débil.

"... Entonces, ¿tu mandato ha sido...?"

"Ahh, esta establecido. Ya es imposible matarte... "

Kiritsugu lentamente retrocedió mientras sacaba un cigarrillo de su bolsillo y lo encendía - tal vez esa era la señal.

"Para mí, claro está."

Mientras Kayneth murmuró en voz baja, Hisau Maiya, quien presenció todo en las sombras lejanas, tranquilamente jaló el gatillo del rifle de asalto Steyr AUG.

Kayneth y Sola fueron capturados por la mira del alcance de visión nocturna y fueron expuestos sin piedad a una lluvia de balas automáticamente disparadas. Para los dos, quienes han perdido la protección de Volumen Hydragyrum y no tienen Sirvientes restantes en servicio, la lluvia de balas bautismales de alta velocidad de 5,56 mm era un inescapable vendaval de muerte. Con el salvaje poder de las balas que ellos habían despreciado en el pasado, los cuerpos del mago y de su prometida fueron destrozados en pedazos y cayeron al suelo de concreto.

Solo dudó si la magia del Pergamino de Auto-Juramento estaba temperada con ella, pero perdió la trampa oculta detrás del significado del importante contrato. Eso finalmente tomó el destino del mago genio.

"Uuu... ¡Ahhh!"

Quizás Sola, quien murió a causa de las balas sin dolor, fue la más afortunada. Trágicamente, incluso después de que fue transformado en un colador y se cayó de la silla de ruedas, Kayneth aún permanecía respirando. Había recibido muchas heridas fatales por todo su cuerpo y no tenía más esperanza de sobrevivir. Sin embargo, incluso si solo tenía unos segundos restantes de vida, sería un cruel largo tiempo si fuese a pasar soportando el dolor y la agonía de la muerte.

"... Ahhh... mata... mátame..."

"Lo siento, ese es un deseo que no puedo cumplir."

Kiritsugu ignoró los débiles sonidos rogando al lado de sus pies, y respondió con una voz indiferente mientras exhalaba el humo púrpura que había respirado.

El sonido que sollozaba con dolor no se iba. Saber no podía soportar seguir observando y usó su espada para cortar la cabeza de Kayneth, poniendo fin a su dolor.

Al final, la espada del Rey de los Caballeros no cumplió la promesa hecha con Lancer. Por el contrario, terminó lejos de la fe y la gloria, fue manchada con la sangre para dar fin al dolor de alguien ya herido sin esperanza.

"Emiya, Kiritsugu -"

Los irises azules ardían con un fuego frío. No eran ojos usados para mirar a los amigos, ni tampoco una vista usada para enfrentar a compañeros en un sentido más amplio. Idéntica a cuando enfrentó la locura de Caster y la arrogancia de Archer, era una mirada afilada como una navaja, usada para perforar a aquellos que había reconocido como enemigos.

"Finalmente lo entiendo ahora; eres un hombre sin moral. Había pensado originalmente que aunque nuestros caminos difieren, nuestras metas eran las mismas; pero fui demasiado tonta..."

Kiritsugu aún permaneció en silencio. Ya no había necesidad de responder. Era debido a que las acciones que Saber acababa de presenciar, eran absolutamente "malvadas".

"Hasta ahora, he creído en las palabras de Irisviel y nunca dudé de tu carácter. Sin embargo, incluso si un hombre como tú, ahora dice que salvará al mundo con el Santo Grial, ya no voy a creer una palabra de eso.

¡Respóndeme, Kiritsugu! ¿Engañaste incluso a tu esposa? ¡¿Cuál es la verdadera razón por la que buscas el omnipotente recipiente concede deseos?!"

"---"

Kiritsugu - aunque sus ojos miraban fijamente a Saber como si irritado, la boca que sostenía un cigarrillo, todavía no hablaba una palabra. Era una mirada usada para mirar a un perro callejero ladrando salvajemente. Simplemente contenía una decisiva separación que se rindió a tratar de entenderse usando palabras desde el principio.

Dentro del corazón de Saber, ya había una decisión tranquila y decidida que casi decía "él debe ser asesinado."

Tal vez, al final, la única cosa que queda entre ella y su Maestro, sería enfrentarlo con su espada. Incluso si eso sería prohibido por los Sellos de Comando, esta enemistad evidente no puede ser cambiada. Esta podría ser la fractura más grande en el bando de ellos durante la Guerra del Santo Grial. Sin embargo, no importa qué, siempre que ella este con Emiya Kiritsugu, es muy probable que no sea capaz de obtener el Santo Grial que realmente desea.

"Incluso si mi espada gana el Santo Grial, si he de a confiar el Grial a tí, entonces yo..."

Aquella puesta de sol sobre Camlann paso destellando ante los ojos de Saber. El deseo oculto en su corazón hizo borrosas sus palabras al final.

Un sonido desde atrás de ella, interrumpió esa dolorosa pausa.

"Respóndele, Kiritsugu. No importa qué, esta vez tienes la obligación de explicar."

Incluso Irisviel, quien confiaba en su esposo por completo, no podía evitar alzar su voz en su pregunta.

A diferencia de Saber, ella completamente conoce la manera en que piensa su esposo y lo entiende. Sin embargo, había una vasta diferencia entre las creencias expresadas en palabras y las impresionantes acciones reales ante sus ojos.

Ella ya tuvo un frío presentimiento que decía "¿podría ser...?" en su corazón, cuando Lancer le preguntó acerca de la prometida de Lord El-Melloi en aquel entonces. Sin embargo, la conciencia en su corazón negaba esa probabilidad. No importa qué, para que él haga algo de esa magnitud...

Al final, incluso como su esposa, Irisviel había subestimado la crueldad de Kiritsugu.

"- Hablando de eso, esta es la primera vez que presencias mi "método de matanza", Iri."

Cambiando desde el silencio que mantuvo hasta ahora, Kiritsugu respondió con voz seca. La tenue y fría mirada que dio a Saber, se contrajo tímidamente con vergüenza mientras giró hacia Irisviel.

"No, Kiritsugu. No hables conmigo, habla con Saber. Ella necesita hablar contigo."

"No, no tengo nada que decir a ese Sirviente. No hay nada que decir a un asesino controlado por la gloria y el honor."

Sin temor, dijo palabras que insultaron a Saber mientras hablando en dirección hacia Irisviel. Por supuesto, Saber no lo dejaría en paz.

"No te atrevas a humillar a la caballería delante de mí, ¡bestia!"

Incluso si enfrentado a los gritos molestos del Rey de los Caballeros, quien levantó las cejas en furia, Kiritsugu se quedó firme como una roca. Aún no prestaba atención a Saber, fijando la mirada en su esposa en su lugar. Sin embargo, en este momento, finalmente comenzó a escupir sus palabras infinitamente.

"La caballería no puede salvar al mundo. Fue así en las historias del pasado, y así será en el futuro. Esos tipos promovieron la idea de que hay una diferencia en bien y mal cuando se trata del método de batalla, y actúan en el campo de batalla como si tuvieran orgullo. Solo porque todos los héroes de las eras estaban cubiertos con esa ilusión, ¿cuantos jóvenes crees que fueron engañados por la gloria de tal coraje y finalmente sangraron hasta sus muertes?"

"¡Eso no es una ilusión! Incluso si es una cuestión de vida o muerte, mientras sea la acción de los humanos, debe tener reglas y creencias que no permitan ninguna violación. ¡La rectitud no debe perderse! ¡De lo contrario, las interminables llamas de la guerra, una vez más convertirán a este mundo en infierno al final!"

Saber reprochó justamente. Sin embargo, Kiritsugu bufó en burla.

"Ves, justo así – justo como lo dijiste, Iri. Este gran Espíritu Heroico se atreve a pensar que el campo de batalla es mejor que el infierno.

¡Qué broma! No importa en qué era, el campo de batalla siempre ha sido un verdadero infierno. En el campo de batalla no hay lugar para la esperanza. Lo que hay ahí, sólo es fría desesperación, y un pecado llamado victoria, construida sobre el dolor de los vencidos.

Todas aquellas personas que se conocieron ahí, han plenamente admitido el mal y la estupidez de este acto llamado "guerra". Mientras la gente no se arrepienta y no lo considere como el tabú más malvado, entonces el infierno reaparecerá interminablemente en el mundo."

Para Saber, quien sólo conoce al completamente cruel, carente de emoción Kiritsugu, era la primera vez que vio el otro lado de Emiya Kiritsugu - un hombre casi aplastado por la interminable angustia y tristeza, su monólogo estaba cerca de la lamentación.

"Sin embargo, los humanos no se dan cuenta de esa verdad, no importa lo alto que levanten sus montañas de cadáveres. Eso es porque no importa en qué era, los valientes e intrépidos grandes héroes siempre han deslumbrado a los ojos de las multitudes con sus esplendidas leyendas heroicas. ¡Debido a las acciones nostálgicas de esos idiotas y su negativa a admitir que el derramamiento de sangre es por sí mismo maldad, la esencia de los humanos se ha quedado en el mismo lugar desde la Edad de Piedra!"

Quién era el blanco de la ira llenando ese par de ojos - eso ya estaba claro sin la necesidad de aclarar.

Desde el día en que las llamas de la guerra comenzaron en la tierra de Fuyuki, Kiritsugu había probablemente comenzado a mirar a las brillantes figuras de los Espíritus Heroicos ante él, aquellos quienes se enorgullecían de valor y resolución, con esa insoportable furia en su corazón.

Aquellos quienes dejaron tal heroísmo, y aquellos quienes anhelaban tal heroísmo; la ira dirigida hacia ellos y sin un lugar para dejarla salir... era un odio hacia el concepto general de "Espíritus Heroicos" que fue creado debido a las oraciones de los hombres.

"- Entonces Kiritsugu, tu humillación a Saber... ¿fue a causa de tu odio hacia los Espíritus Heroicos?"

"¿Cómo puede ser? Nunca mezclaría tales emociones personales en ello. Necesito ganar el Santo Grial y salvar al mundo. Sólo estoy usando el método más adecuado en el proceso de luchar por ese objetivo.”

Si hubiera luchado como lo había planeado antes, y si no hubiese capturado a Sola, sino que la hubiese matado inmediatamente, entonces Lancer, cuyo suministro de prana sería completamente detenido, naturalmente desaparecería. Sin embargo, lo que Kiritsugu empleó, fue una estrategia que completamente removía la posibilidad de que un Sirviente, habiendo perdido a su Maestro, formase un contrato con alguien más y regresase al campo de batalla. Basado en el resultado de la batalla contra Caster, predijo que Kayneth, quien estaba protegido por la Iglesia Fuyuki, podría obtener Sellos de Comando adicionales. Por lo tanto, preparó tal torcida y complicada trampa.

Dependiendo en el Sello de Comando del Maestro rival para eliminar al Sirviente y luego sacar al Maestro, una completa remoción del obstáculo... durante ese tiempo, lo que él exigía de Saber no era ganar sobre Lancer, sino distraer la atención de Lancer mientras Kiritsugu convencía a Kayneth, actuando únicamente como un señuelo.

"El mundo tal como es, la naturaleza humana como siempre, es imposible eliminar las batallas. Al final, matar es necesariamente malo. Si es así, es mejor acabar con ellas con la máxima eficiencia, al menor costo y menor tiempo. Si deseas calumniarlo como tonto y degradarlo como algo desagradable, entonces has lo que quieras. La justicia no puede salvar al mundo. No tengo interés en ese tipo de cosas."

"..."

Saber recordó el final de Lancer, ojos desapareciendo llenos de ira. Entonces, ella se quedó mirando los restos trágicos del hombre y la mujer, colapsados en un charco de sangre y la expresión de angustia grabada en sus rostros, y habló.

"Aun así, tú -"

Mientras Saber estaba a punto de hablar sus pensamientos, repentinamente encontró que su propia voz era más baja y más tranquila de lo que pensaba que sería. Justo se había dado cuenta de que sus complicadas emociones hacia Kiritsugu, ya no eran su enojo anterior, pero tuvo que cambiar a alguna clase de compasión.

Así es, tal vez es un hombre que debe ser digno de lástima.

¿No será él, quien necesita salvación, y no este mundo?

"- Emiya Kiritsugu, no sé a qué tipo de traición fuiste sometido en el pasado y por qué pierdes las esperanzas. Pero esa furia, ese lamento, son sin duda las cosas que aquellos quienes persiguen la justicia poseen. Kiritsugu, en tu juventud debes haber querido ser "un héroe de la justicia". Debes haber creído y querido convertirte en un héroe quien salva al mundo más que cualquiera - ¿no es así?"

Hasta ahora, las únicas actitudes que Kiritsugu había mostrado a Saber, eran completa ignorancia y frío desprecio. Pero ahora, Kiritsugu, habiendo escuchado los cuestionamientos tranquilos de Saber – los ojos que fijó en su Sirviente, mostraban otras emociones por primera vez.

Era una furia aparentemente cerca de hervir.


El sonido del escape de un automóvil perturbó el silencio de la madrugada. Luego, la camioneta que conducía Hisau Maiya, entró en el patio de la fábrica abandonada con los brillantes faros encendidos. Ella debería estar aquí para llevar a Kiritsugu de regreso a Shinto después de concluir su deber como francotirador.

Kiritsugu quitó sus ojos de Saber y caminó hacia la camioneta, ni siquiera dándose la vuelta y abrió la puerta del pasajero. Saber aún estaba hablando a su espalda. Había algo que tenía que decir no importa qué.

"Kiritsugu... ¿entiendes? Si cometes el mal debido a tu odio al mal, al final todo lo que queda será el mal. La furia y el odio que broten de ella, causarán nuevas guerras una vez más."

Ante las palabras fuertes de Saber, era como si Kiritsugu tuviese la intención de responder por primera vez y quería darse la vuelta - sin embargo, cambió de opinión al final, y dijo mientras miraba al vacío.

"Voy a detener los ciclos sin fin. Es por eso que necesito el Santo Grial."

De hecho, como si hablara consigo mismo, dijo en voz alta.

"Usaré este milagro para completar la revolución de este mundo, la revolución de todas las almas humanas. Haré del derramamiento de sangre dentro de la ciudad Fuyuki, el último derramamiento de sangre de todos los seres humanos.

Para eso, incluso si voy a cargar “todos los males de este mundo" - no importa. Si eso puede salvar al mundo, entonces gustosamente lo aceptaré."

"..."

Kiritsugu habló la decisión en su corazón con tal calma y uniformidad que incluso Saber no podía encontrar palabras para responderle.

Incluso si su método y camino eran insoportablemente malvados - su fe en la búsqueda del Santo Grial era pura y desinteresada. Ella tuvo que admitir que si había un Maestro en la guerra digno de obtener el Santo Grial, entonces, indudablemente, sería Emiya Kiritsugu.

Sin palabras, Saber observó la partida de la camioneta que Kiritsugu montó. El primer rayo del alba brilló a su lado. La noche oscura que hizo de Fuyuki un reino demoníaco había partido, y las calles una vez más se pusieron la máscara de "ordinario" bajo la luz del sol.

“¿Kiritsugu... se a ido ya?"

"- ¿Irisviel?"

Ya que Saber tuvo el tiempo de pensar acerca de la rareza de la pregunta, fue incapaz de detectar inmediatamente la extrañeza de Irisviel.

Esa mirada vacía y de asombro, el rostro pálido y el sudor bajando de su frente como una cascada...

Ella estaba probablemente sólo forzándose a sí misma mientras estaba al lado de su esposo y fingió que no había nada malo. Irisviel se desmayó tan pronto se relajó, y colapsó como si fuera un títere cortado de sus cuerdas.

Aunque Saber inmediatamente se trasladó y la sostuvo, el extraño calor saliendo del cuerpo delgado en sus brazos, le hizo darse cuenta que Irisviel ya estaba en una condición crítica.

"¿Irisviel? ¡Resiste!"


※※※※※


Por la forma decidida y valiente en que Emiya Kiritsugu declaró su tan fuerte determinación esa mañana, podía verse que eran verdaderas palabras de su corazón, sin ninguna falsedad.

Pero qué significan esas increíbles y auguriosas palabras al final - Kiritsugu finalmente lo entendió claramente unos cuantos días después.

En una desesperación más profunda que la desesperación.

En un lamento más profundo que el lamento.






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