Fate/Zero:Acto 6 Parte 1

From Baka-Tsuki
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Act 6.

- 131:21:03[edit]

Dirígete derecho al oeste desde las ruidosas calles de Fuyuki por unos quince kilómetros.

Hay una autopista en dirección al este que atraviesa las altas montañas alejadas de las villas y ausente de la presencia del hombre. Un tramo de denso bosque ocupaba ambos lados de la autopista, y este trecho de bosque parecía olvidado por el torrente en aumento del desarrollo de terreno.

Quizás esta tierra fuera propiedad del estado, pero basado en los registros parece estar adueñada por una compañía extranjera; y más aún, todavía no se confirmaba si esa compañía extranjera verdaderamente existía. Si alguien insiste en investigar esta tierra, entonces el primer impedimento sería el mito urbano.

Se rumorea que en lo más profundo del bosque existe un ‘castillo legendario’.

Por supuesto, el mito es solo un aburrido cuento de hadas. Aunque el bosque no haya sido tocado por el desarrollo, todavía está a solo una hora conduciendo desde Fuyuki. Si verdaderamente hubiera un eminente castillo entonces todos sabrían al respecto. De hecho, la gente ha realizado numerosos sondeos de terreno en esta tierra primitiva y ni una vez han encontrado rastros de edificaciones humanas.

Pero después de unos años, alguien levantaría otra vez ese mito.

Un grupo de niños caminó una vez en el bosque entre jugando y entre explorando, y había un hombre que pedía aventón. Ellos vieron un antiguo castillo aparecer repentinamente de la densa niebla; estaba construido de roca y era inmensamente espectacular. Nadie vivía dentro del castillo y parecía abandonado. Pero dentro de él había toda clase de objetos y todo estaba en perfecto orden, y la gente no podía evitar tener la ilusión de que ciertamente vivían humanos ahí. Se dice que es un castillo antiguo extremadamente misterioso.

Obviamente nadie creía este rumor. Lo más que podría ser sería una historia vendida por la prensa sensacionalista cuando se quedaron cortos de material nuevo, que hubiera ocupado una plana en la edición especial de verano dedicada a extraños relatos para pasarse entre la gente.

Solo una muy pequeña cantidad de magos sabían que este castillo verdaderamente existía.

Este castillo solo recibe al dueño que llega acá para participar en la guerra cada sesenta años; en todo sentido, es un castillo de la magia.

Este castillo está envuelto por múltiples capas de ilusiones y campos, y jamás quedaría expuesto al exterior de no ser por algún raro accidente. Este es un anómalo espacio de existencia. La gente que conoce la existencia del castillo llama a este denso bosque ‘el bosque Einsbern’.

Cuando Fuyuki sostuvo el Toque del Cielo, Jubstacheit, el jefe de la familia Einsbern, sintió que era un movimiento inapropiado establecer un puesto avanzado directamente sometido a la familia archirrival Tōsaka. Por eso, el usó todo el poder financiero de su clan y compró todo el campo que cubría las tierras más cercanas a Fuyuki como el cuartel de la familia Einsbern. Eso ocurrió cerca del comienzo del tercer Toque del Cielo, que también coincidió con los tensos y peligrosos tiempos justo antes del establecimiento de la Segunda Guerra Mundial.

Este extenso bosque primitivo está cubierto con un campo y completamente aislado del mundo exterior, y la familia Einsbern transfirió todo en su castillo original hasta este bosque. A partir de este acto se puede ver el inmenso poder financiero y la extraordinaria persistencia en la persecución del Santo Grial de los Einsbern. Comparado a los Einsbern, todas las negociaciones que han hecho los Tōsaka para comprar la tierra en Fuyuki, y las dificultades que habían pasado en encubrirlo pasaban a ser un mero juego.

※※※※※

La densa atmosfera hizo a Irisviel suspirar varias veces.

“– ¿Estás cansada, Iri?•

Le preguntó Kiritsugu. Irisviel ocultó su melancólica expresión y sacudió su cabeza mostrando una sonrisa.

“No es nada, no estoy cansada. Sigue adelante.”

Irisviel apuró a Kiritsugu. Kiritsugu siguió hablando acerca de todo tipo de asuntos de inteligencia respecto a Fuyuki. En la mesa en frente de Kiritsugu estaba extendido un mapa retratando la ciudad Fuyuki entera.

“– Dos posiciones son el corazón del área entera. Una es la residencia del Segundo Maestro, Tōsaka. No hace falta nombrar la otra; el Monte Enzō. Todas las líneas LEY en los alrededores se convergen en el Monte Enzō. Los detalles son tal como lo dijo el Jefe de Familia Acht –“

Habían venido sirvientes al castillo antes de que lo hicieran Irisviel y compañía y habían preparado todo apropiadamente en el lugar de encuentro antes de irse. Por lo tanto, el lugar de encuentro donde se sostenía la reunión se mantenía inmaculado. Ni una mota de polvo se juntaba en ningún lado desde las patas de las mesas hasta las tazas de té, y los floreros estaban llenos de vivas flores. Es imposible imaginar que nadie había estado aquí por seis años.

Sería una mentira decir que ella no estaba cansada. Pero Irisviel al menos había descansado en cama por un rato. Por el otro lado, Kiritsugu no había descansado un solo minuto. Ya era cerca del medio día cuando Kiritsugu y su asistente Maiya llegaron al castillo. Como sea, tan pronto como ellos llegaron al castillo, recibieron la convocación de la iglesia Fuyuki, manipularon familiares, confirmaron el aviso, y Kiritsugu trató todos estos líos sin parar. Anoche, después de la batalla en los almacenes, Kiritsugu y compañía atacaron al Maestro de Lancer, Kayneth, e incluso se encontraron con Kotomine Kirei. Otra violenta batalla se desató. Pero aún así, Kiritsugu no se mostraba de ninguna manera exhausto, y por eso no había lugar para que Irisviel se quejara del cansancio.

No, había otras razones, encubiertas, para que Irisviel suspirara.

“– Se estableció un poderoso campo con el templo Ryūdōji en la cima del Monte Enzō como su base. Como resultado, aparte de los Sirvientes, todas las criaturas naturales solo pueden atravesar el campo a través del camino de la montaña. Saber debe tener cuidado de esto cuando actúe.”

Estas palabras dándole aviso a Saber solo podían decírsele a Saber cara a cara. Como sea, Kiritsugu no puso ni una sola vez la mirada en la niña vestida en atuendo masculino que estaba de pie detrás de Irisviel.

Había dos razones para que el aire se sintiera estancado y pesado. Una era que Saber ponía una actitud de completo rechazo hacia Kiritsugu. Esta actitud de Saber no comenzaba tan solo ahora, pero se volvía aún más obvia desde que ellos habían llegado al Castillo Einsbern.

“También, aparte de estas dos posiciones, hay otros dos puntos clave en Shinto donde se juntan las líneas LEY. Uno es la iglesia Fuyuki en la cima de la colina sur, y la otra es la nueva población extendiéndose al este del distrito financiero. Para concluir, hay cuatro terrenos espirituales clave en Fuyuki que están propiamente equipados para llevar a cabo el descenso del Santo Grial.”

“Entonces, ¿una vez que la guerra entre en su fase final y el número de Sirvientes se vea reducido, debemos tomar control de una de estas posiciones?”

“Correcto. ¿Alguna otra pregunta respecto a la topografía?”

“… Saber, ¿Hay algo de lo que no estés segura?”

Irisviel actuó con un poco de tacto y trató de despertar su interés. La niña Sirviente sonrió y sacudió su cabeza.

“Nada en particular. Fue suficiente explicación.”

Aunque la muchacha en cuestión no lo tuviera presente, desde el punto de vista de un observador esa era una respuesta sarcástica, poco seria.

Con un suspiro, Irisviel continuó.

“Bueno, en cuanto a nuestras normas a partir de ahora… Parce que todos los demás Maestros cazarán primero a Caster, ¿no es así, Kiritsugu?”

“Sí, ese parece ser el caso. El supervisor sí insinuó que habrían compensaciones por el esfuerzo.”

Hace un rato, Kiritsugu les había hablado del anuncio en la Iglesia Fuyuki, y el repaso de las reglas a partir del supervisor; sobre la naturaleza perversa del Sirviente Caster y sobre la contramedida del supervisor para detenerlo.

“Como sea, respecto a este Caster, será más ventajoso si no nos uniéramos con los otros Maestros. Después de todo, como en este momento somos solo nosotros quienes conocen su verdadero nombre… Barón Gilles de Rais.”

Kiritsugu continuó con sus labios torcidos por una cínica sonrisa.

“Él debe haber perdido la cordura si esta merodeando así a Saber, pensando que es Juana de Arco. Este sujeto es útil. Ni siquiera necesitamos sacarlo de la escena, solo debemos plantar nuestras redes y esperar.”

“Maestro, ya es suficiente.”

Esa fue la fría voz de Saber objetando, que hasta ahora había sido apartada de la discusión.

“Con la personalidad de Caster, si nosotros no hacemos nada y simplemente lo observamos entonces el número de víctimas inocentes solo aumentara. Sus fechorías son inaceptables. Debemos sacarlo de la escena antes que el daño se propague.”

Quizás Saber esperó que con sus sinceras palabras ella atravesara el muro que rodeaba el corazón de Kiritsugu; si es así, entonces sería inútil.

Como siempre Kiritsugu, sin mostrar señales de siquiera haber oído la voz de Saber, habló de nuevo.

“Estará bien, Iri. No encontramos aperturas en el campo, y la alarma y los sistemas de sondeo ya han sido revisados…”

Mordiendo sus labios, la expresión de Saber se volvió más sombría mientras miraba a Kiritsugu. Aunque Saber podía aguantar forzadamente la manera en que Kiritsugu la ignoraba, estaba la justa indignación de que él dejara hacer a Caster lo que quisiera.

Por supuesto, Emiya Kiritsugu no podría verse menos molesto por la expresión de Saber.

“No íbamos a usar el castillo esta vez pero la situación ha cambiado. Hasta que podamos tender acá a Caster, mantendremos nuestra posición en esta fortaleza.”

“… Pero Kiritsugu, ¿no debemos pensar en una forma de manejar a Lancer primero?”

Irisviel dio una objeción a favor de la ignorada Saber.

“Han pasado ocho horas desde que derrotaste a Lord El-Melloi, pero aún la mano de Saber no parece sanar.

Si la maldición de la lanza no desaparece, significa que Lancer aún está bien. Distinto a Archer y su habilidad de Acción Independiente, el Sirviente Lancer no puede permanecer en el mundo presente por mucho tiempo sin un Maestro.”

Kiritsugu asintió rápidamente a lo que su esposa señalaba.

“Eso es cierto. Quizás Lancer formó un nuevo contrato con un nuevo Maestro, o yo no logré matar a Kayneth… apareció una traba y me previno de asegurarme que estuviera muerto.”

“Si es así, para confrontar a Caster con más seguridad, ¿no deberíamos derrotar a Lancer primero?”

De cualquier manera, enfrentado a las continuas preguntas de Irisviel, Kiritsugu sacudió su cabeza.

“Nosotros no necesitamos confrontar directamente a Caster cuando él aparezca. Todo lo que debes hacer es usar la ventaja del terreno al máximo. Saber puede escapar y confundir el campo de vista del enemigo.”

Irisviel estaba perpleja. Cuando Saber oyó esto de Kiritsugu, ella estaba boquiabierta de la rabia.

“¿No… combatir a Caster?”

“Todos los otros Maestros han puesto su mira en Caster. Es seguro que alguien manejará a Caster sin que nosotros levantemos un dedo. Por eso, no necesitamos actuar demás.

Caster no está preocupado de todos los Maestros que lo persiguen con ojos sangrientos. La mira de Caster está fija en Saber. Siempre cuando Caster haga un movimiento, uno o dos de los Maestros que persiguen a Caster definitivamente pondrán el pie en este bosque y podremos atacar a estos Maestros lateralmente. El Maestro que ponga toda su atención en seguir a Caster nunca pensaría que pasaría del rol del cazador al cazado.”

Aquella era; esa era la encomiable estrategia de Kiritsugu. Para los ojos de Kiritsugu no hay morales humanas o el orgullo de ser un mago. Él es solo una máquina depredadora originada de la formula de la supervivencia del más apto.

Originalmente Kiritsugu no planeaba venir a este castillo. Irisviel finalmente comprendió la intención de Kiritsugu al cambiar súbitamente sus planes y unir fuerzas con ella.

“Maestro, tú… ¡¿Tan solo qué tan despreciable puedes ser?!”

Saber rebatió enfurecida y a toda voz, y también Irisviel sintió una débil punzada en su corazón. La indignación de Saber de ahora era diferente de la ira que había sentido anoche por las burlas de Rider y los alardeos de Caster – de cierta manera esta era una ira aún más viva.

“Emiya Kiritsugu-sama, usted insulta a los Espíritus Heroicos.

Yo solo me uní a esta guerra para evitar el derrame de ríos de sangre. Pelear por el Santo Grial, no derramar sangre sin sentido, minimizar los sacrificios, que una persona acepte la misión del destino en vez de ejércitos de hombres, y competir aquí… eso es lo que debemos hacer nosotros Sirvientes.

¿Por qué no me da la responsabilidad de unirme a la batalla? Fue igual cuando atacó al Maestro de Lancer anoche. Un paso incorrecto hubiera resultado en un desastre. ¡Yo ya he hecho un trato con Lancer para pelear de nuevo! No tiene para que usar métodos tan despreciables – ¿o acaso Kiritsugu-sama no tiene fe en mí, una Sirviente?”

Kiritsugu no respondió. Él mantuvo un silencio indiferente como si las palabras furiosas de Saber fueran meras bromas. Irisviel odió sin fin la expresión como mascara de indiferencia en Kiritsugu.

Este hombre no era el esposo que ella conocía.

Ella ciertamente sabía que Emiya Kiritsugu tenía una doble personalidad. Ella detectó que por un lado, Kiritsugu pasaba todas sus emociones a su esposa e hija, y por el otro lado él ocultaba las heridas del pasado en su corazón. Irisviel sabía algo acerca de qué clase de vida llevaba Kiritsugu antes de que entrara a la familia Einsbern. ¿Pero era ese el factor decisivo que causaba la separación entre ellos dos?

También, el factor que ayudaba a Irisviel a darse cuenta de eso era esta mujer de ropa negra presente en la reunión. La mujer no hablaba ni una sola palabra, y silenciosamente encomendaba todo lo que tenía a Kiritsugu. Esa mujer era la otra razón porque Irisviel se sentía melancólica.

No era la primera vez que ella había visto a Hisau Maiya. Ella había visto a Hisau Maiya algunas veces en el castillo Einsbern. Era Hisau Maiya quien administró todos los negocios mundiales externos de Kiritsugu durante sus nueve años de reclusión.

La mujer que obraba con Kiritsugu antes que él conociera a Irisviel. En el tiempo de la reunión, ella no presentó ni un poco de duda frente a las palabras de Kiritsugu y mantuvo su silencio inexorable. Quizás para Maiya, el Kiritsugu de ahora era el Emiya Kiritsugu que ella conocía.

Repentinamente, un leve aroma se deslizó hasta la nariz de Irisviel. Era el olor del tabaco. Ese olor a tabaco siempre había estado con Kiritsugu, desde el día en que lo conoció. Irisviel aún recordaba que ella detestaba mucho ese olor entonces.

Ella no había sentido ese olor por un largo tiempo desde que se casó con Kiritsugu. Ahora el aroma del tabaco emanaba de nuevo de Kiritsugu. Quizás es el olor de la pólvora del campo de batalla.

El Kiritsugu de ahora había indudablemente vuelto a ser el Kiritsugu de hace nueve años atrás. En ese entonces, Acht adoptó a Kiritsugu para ganar el Santo Grial. Kiritsugu era como un cruel y despiadado perro.

Y la Irisviel de entonces era una mera muñeca resguardando el Santo Grial. En cuanto ella recordaba el pasado de Kiritsugu, era casi como si Irisviel recordara su propio pasado. Como si los nueve años que ellos dos vivieron juntos ya no existieran. El corazón de Irisviel comenzó a ponerse impaciente e inquieto.

Justo ahora, la persona más cercana a ese hombre, Emiya Kiritsugu, no era ella, su esposa, sino Hisau Maiya…

Irisviel no dijo lo que pensaba, sino que hizo una pregunta completamente irrelevante:

“… ¿Qué deberíamos hacer con la nueva regla que propuso el supervisor? ¿No quería él que hiciéramos un alto al fuego con todos los enemigos aparte de Caster?”

“Ignora esa nueva regla. El supervisor solo propuso los premios por atenerse a la nueva regla, no los detalles del castigo que obtendrías si rompieras la regla. Si el supervisor nos llegara a estorbar por eso, podemos tan solo pretender que no sabíamos respecto a esta regla.”

Con una actitud completamente diferente de cuando trataba con Saber, respondió Kiritsugu con detalles a las preguntas de Irisviel.

“– Además, tan solo no pareciera que pudiera ser confiado y respetado supervisor de esta guerra. Encubriendo al Maestro de Assassin como si no supiera nada al respecto, él probablemente está del lado de Tōsaka. Antes de que averigüemos todo sobre ellos, deberíamos mirarlo con duda.”

“…”

Saber estaba tan furiosa que su cuerpo temblaba, e incontables pensamientos rondaban el corazón de Irisviel. Por un momento, ellas dos se hundieron en silencio. Kiritsugu tomó ese silencio como la señal para que terminara la reunión.

“Entonces, la reunión ha terminado. Irisviel y yo nos quedaremos en el castillo y haremos las preparaciones para el asalto de Caster. Maiya regresará a la ciudad y reunirá información. Repórtame si hay algún cambio ahí.”

“Sí señor.”

Maiya asintió sin vacilar, se levantó y dejó el cuarto de la reunión. Kiritsugu se levantó un poco después, reunió los mapas y documentos en la mesa, y también dejó el cuarto. Kiritsugu no miró a Saber ni una sola vez hasta el final.

Saber, completamente ignorada por Kiritsugu, mordió su labio firme y furiosamente y fijó los ojos en la alfombra bajo sus pies. Irisviel y Saber se quedaron en el cuarto de la reunión. En ese momento, Irisviel no tenía las palabras para apaciguar a la humeante Saber.

No, la orgullosa Rey de los Caballeros Saber no esperaría que otros la confortaran con palabras demás. Justo ahora, para Saber, lo que debía hacer era resolver el problema actual desde su raíz. Cuando ella pensó esto, Irisviel puso una mano en el hombro de Saber para mostrarle su gratitud, e inmediatamente dejó el cuarto y siguió a Kiritsugu.

La abrumadora ignorancia intencional que Kiritsugu mostraba hacia Saber – no era tan solo porque ellos dos tuvieran credos distintos. Si Kiritsugu no cargara emociones como odio extremo o ira hacia Saber sería imposible que actuara tan indiferentemente hacia ella. Dentro de todo, Kiritsugu se había pasado esta vez. Sin importar cuando difirieran sus estrategias ellos aún eran compañeros peleando por una meta en común. Aunque ellos no se respetaban el uno al otro, tampoco se deberían humillar el uno al otro.

Irisviel encontró dentro de poco la figura de Kiritsugu. Él estaba en el balcón en que podía mirar el jardín frontal del castillo, postrado en la baranda y mirando hacia el bosque nocturno. Afortunadamente, la figura de Maiya no estaba junto a Kiritsugu.

“… Kiritsugu.”

Irisviel habló mientras se acercaba lentamente a la espalda de Kiritsugu. Ella no pensó que su voz repentinamente se tornaría severa. Kiritsugu debió haber sentido la presencia también. Ya que Kiritsugu no parecía sorprendido en absoluto, y lentamente se dio vuelta.

Irisviel ya estaba preparada. Justo entonces, cuando Kiritsugu confrontaba a Saber en la habitación de la reunión, una mirada de tal crueldad apareció en sus ojos. Irisviel se preparó para plantarse directamente en la cruel mirada de Kiritsugu. Como sea, cuando ella vio la expresión de Kiritsugu cuando se dio vuelta, no pudo evitar sentirse desvalida y se detuvo enraizada en el suelo.

La expresión de Kiritsugu era como la de un niño herido y desamparado, conteniendo forzadamente sus lágrimas. Kiritsugu lucia como si hubiera sido puesto contra una pared. El Kiritsugu que estaba ahora frente a Irisviel era tan remoto de la figura del poderoso asesino de magos; él era solo un hombre débil y cobarde.

“Kiritsugu, tú –“

Kiritsugu no habló, abrazando fuertemente a la confundida Irisviel. Su pecho estaba temblando. En los ojos de Irisviel, los hombros de su esposo siempre eran fuertes y poderosos, algo en lo que otros pueden apoyarse, pero ahora su esposo estaba tan desamparado como un bebé refugiado en los brazos de su gentil madre.

“Si yo –“

Irisviel sintió como su esposo la abrazaba firmemente, hasta herirla. Ahí, la débil pregunta de su esposo resonó junto a su oído.

“Si yo decidiera abandonar todo y huir de aquí ahora – Iri, ¿Tú irías conmigo?”

Probablemente, Irisviel nunca habría sido capaz de imaginar que un hombre como Emiya Kiritsugu haría una pregunta tal. Ella estaba tan conmocionada que no pudo hablar por un momento, y solo luego de una larga pausa pregunto:

“Ilya… esa niña aún está en el castillo. ¿Qué hay de ella?”

“Volvemos al castillo y la llevamos. Asesinaríamos a todos los que se pusieran en nuestro camino.”

Ese fue un sonido corto y crispante – pero también lleno de desesperación. Indudablemente Kiritsugu no estaba bromeando; él hablaba en serio.

“Después de eso – le daré todo lo que tengo a mi familia. Protegeré a Ilya y a ti con mi vida.”

“…”

Ahora Irisviel finalmente comprendía los sentimientos atrapados en el hombre en frente a ella. Kiritsugu, el compañero de su vida, enfrentaba la batalla más grande de su vida, y ya se ha visto forzado a un camino sin retorno.

Él ya no era más el Kiritsugu de hace nueve años. Ya no era más el perro frio y sin emociones, ya no era más la máquina asesina que se castigaba a sí mismo sin fin.

Kiritsugu había cambiado. Se había vuelto muy débil, incluso forzándose a sí mismo a esas situaciones para cumplir con su cruel ideal. La clave que hizo a Kiritsugu cambiar no era más que Irisviel.

Esposa e hija. Ambas no debían recorrer la vida de Emiya Kiritsugu.

Originalmente, Kiritsugu no tenía nada que perder. Él ni siquiera podía sentir dolor. Precisamente porque Emiya Kiritsugu era ese hombre que él podía ser extraordinariamente fuerte, él puede seguir el inmenso ideal de salvar el mundo, sacrificando todo por eso sin pensarlo dos veces, y se volvió un soldado cuya crueldad no conoce límites.

El Kiritsugu actual quería volver a ese pasado, al hombre que él solía ser. Pero – al mismo tiempo que el recordaba el pasado, en lo profundo del alma de Kiritsugu se formaba un inconsolable dilema. Estos nueve años cambiaron completamente a Kiritsugu. Kiritsugu ya estaba resistiendo una enorme cantidad de presión y dolor solo para mantener la mirada de crueldad e insensibilidad que solía tener.

La ignorancia de Kiritsugu hacia Saber era precisamente la revelación de la debilidad de Kiritsugu. Ahora, Kiritsugu ya estaba exhausto tratando de preservarse a sí mismo. Él no tenía energía para aceptar a Saber, ni tenía energía extra para comunicarse con la Rey de los Caballeros.

El corazón de Irisviel dolía terriblemente. El hombre que ella amaba con todo su corazón estaba atormentado, pero no había nada que ella pudiera hacer. Eso es porque la persona que causó todas las angustias de Kiritsugu es ella misma.

Lo único que Irisviel puede hacer ahora – era débilmente otorgarle la duda hacia él.

“¿Podemos escapar? Nosotros…”

“Podemos. Ahora aún hay oportunidad.”

Respondió Kiritsugu inmediatamente. Pero no era creíble. Kiritsugu solo dijo eso para permitir a su corazón atesorar esa esperanza ilusoria.

“– Estás mintiendo.”

Le remarcó Irisviel, gentilmente, cruelmente.

“Eso es imposible. Emiya Kiritsugu, es imposible que tú huyas.

Abandonar el Santo Grial, abandonar el ideal de salvar el mundo; tú definitivamente no te perdonarías. Tú definitivamente serías el último juez y declararías la pena de muerte para ti mismo.”

Kiritsugu finalmente lloró. Él comprendía eso también. Él no tenía alternativas desde hace mucho tiempo.

“Tengo tanto miedo…”

Kiritsugu sollozó y habló todo lo que tenía en su corazón como un niño.

“Ese sujeto – Kotomine Kirei tiene su mira en mí. Maiya me contó. Ese sujeto usó a Kayneth como carnada para atraerme a su anzuelo. Él ya ha descifrado todos mis planes…

Yo podría perder la batalla. Te he sacrificado a ti, y he dejado de lado a Ilya, pero aún… la persona más peligrosa ya ha apuntado sus armas hacia mí. ¡Ese sujeto es el enemigo que menos quiero enfrentar!”

Emiya Kiritsugu, no un héroe, no un guerrero, sino un asesino. Él no tiene el coraje ni el orgullo que tienen los otros con su vida al borde. Él es un cobarde. Así, su meta es asegurarse su victoria y el derecho de sobrevivir cautelosamente y con el menor riesgo. Para el cazador, la peor pesadilla es ser cazado por otro.

Pero aún así, si fuera el Kiritsugu de hace nueve años, él no haría más que levantar una ceja y tramar la mejor solución. Ese era el aterrador Kiritsugu cuando no tenía a nadie amado que perder. Pero ahora, cuando él Kiritsugu que teme perder a los que ama enfrenta nuevamente la batalla, ese miedo se vuelve su debilidad fatal.

“Yo no te dejaré luchar solo.”

Le dijo gentilmente Irisviel mientras acariciaba la espalda temblorosa de su esposo.

“Yo te protegeré. Saber también te protegerá. Y… Maiya también estará junto a ti.”

Irisviel se vio forzada a admitir cual mujer necesitaba más Kiritsugu en este momento.

Solo una persona puede despertar nuevamente la tenaz firmeza sellada en lo profundo del corazón de Kiritsugu y revocar la cruel y descorazonada personalidad que tenía Kiritsugu hace muchos años atrás. Pero Irisviel nunca le mencionaría esto a Kiritsugu.

Si Irisviel aún puede hacer algo, es abrazar a Kiritsugu y permitirle tener un consuelo temporal. De cualquier manera – Irisviel rogaba silenciosamente en su corazón.

No importaría si sus plegarias no funcionaran. Ella rogaba que el tiempo en que podía abrazar a Kiritsugu se alargara, aún si fuera un minuto o un segundo. Entonces, ella podría curar el dolor de Kiritsugu todo lo que pueda con su limitada fuerza.

– Aquellas plegarias y ese abrazo desaparecieron simultáneamente sin dejar un rastro.

Repentinamente el pecho de Irisviel se estremeció intensamente y no pudo evitar que todo su cuerpo entrara en tensión. Consecutivas e intensas vibraciones aparecieron en sus circuitos mágicos tan pronto como ella sostuvo el campo en el bosque con su propia magia.

Era la alarma.

“– ¿Ya está aquí?”

Masculló su esposo junto a su oído. Serenamente – él retomó el cruel y resuelto tono al que ella aún no se había acostumbrado.

Kiritsugu detectó que algo había pasado solo viendo la expresión de su esposa. Irisviel asintió silenciosamente y soltó a su esposo de su abrazo. El cruel semblante del ‘asesino de magos’ emergió una vez más en frente a sus ojos.

“Afortunadamente él vino antes que Maiya partiera. Ahora podemos aplastarlo de frente – Irisviel, prepara la bola de cristal para mirar a la distancia.”

“Correcto.”

Los eventos ocurrían mucho más rápido de lo esperado. El torbellino de la batalla comenzaba a soplar en el bosque.

※※※※※

“– Él ha aparecido.”

Todos los jugadores del equipo Einsbern se reunieron nuevamente en la sala de reunión – Kiritsugu, Maiya y Saber. Ante ellos tres, Irisviel mostró en la bola de cristal la imagen que el campo había obtenido del invasor.

El invasor vestía una sotana negra como tinta, y un aura maligna daba vueltas alrededor de él. También, los patrones teñidos de rojo en la sotana parecían manchas de sangre, flaqueando dentro y fuera de la vista en el bosque.

“¿Es acaso ese Caster?”

Era la primera vez que Kiritsugu veía a Caster. Irisviel asintió hacia él. La figura reflejada en la bola de cristal era ciertamente el extraño Espíritu Heroico que detuvo a Saber la noche anterior.

“Pero, ¿Qué va a hacer?”

Lo que aturdía a Irisviel era el hecho de que Caster llevaba un grupo de gente detrás de él.

Caster no actuaba solo esta vez. Parecía como si llevara a unas diez personas detrás de él y se paseaba hacia adelante en el bosque. Toda esa gente eran niños inmaduros. Incluso los mayores solo parecían estudiantes de primaria. Todos los niños cojeaban mientras caminaban como si fueran sonámbulos, mientras que Caster caminaba frente a ellos guiándolos. Indudablemente, estos niños eran controlados por la magia de Caster.

Debe ser que Caster vio el anuncio del supervisor y secuestró a estos niños de Fuyuki y sus alrededores.

“Iri, ¿Cuál es la posición de ese sujeto?”

“Dentro de dos kilómetros al norte del castillo. Parece que Caster no intenta ir más dentro en el bosque.”

El campo expandiéndose en el bosque es un círculo con un diámetro de cinco kilómetros y tiene al castillo como su centro. La posición de Caster era el borde de este campo.

Si Caster avanzara hacia el centro del campo entonces Irisviel podría apoyar a Saber en batalla. Como sea, como si Caster viera a través de las intenciones de Irisviel, comenzó a rondar en círculos el exterior del campo.

“Irisviel, el enemigo nos está provocando para que salgamos.”

Dijo Saber resueltamente. Ella solo necesita unos minutos para llegar a la ubicación de Caster con solo su velocidad a pie como Sirviente. Los pensamientos de Saber también pasaron a Irisviel. En ese momento, Saber estaba de un humor extremadamente ansioso y quería salir y aplastar a Caster.

Pero la Rey de los Caballeros no podía hacer todo lo que quisiera. El grupo de niños reunidos detrás de Caster – eran exactamente la razón por la que la Rey de los Caballeros se sentía descolocada.

“¿Rehenes… cierto? Sí, definitivamente.”

Murmuró Irisviel melancólicamente. Saber asintió.

“Gatillar las trampas y maquinaciones puestas heriría a esos niños. Solo si yo salgo y derroto a Caster esos niños podrán salvarse.”

La situación actual era clara sin tener que explicarla. Como sea, Irisviel también tenía una razón para dudar. La herida de Saber es una gran desventaja y es preocupante hacerla pelear contra Caster así. Irisviel instintivamente dedujo que Caster es un enemigo duro. Irisviel no podría apoyar a Saber fuera del campo. Permitir a Saber pelear sola en una situación así…

En ese momento, los ojos como de una bestia de Caster miraron hacia arriba. ¿Podría ser que ya haya sentido la “clarividencia” de Irisviel?

Caster fijó la mirada en la dirección de Irisviel y aduladoramente alzó sus brazos e hizo una reverencia hacia Irisviel. Era algo tan simple de hacer para el mago Espíritu Heroico.

“Vine aquí especialmente para visitarte de acuerdo a la promesa de anoche.”

La superficie de la sólida bola de cristal comenzó a flaquear y empezó a pasar sonido a través de la posición de vigilancia.

“Ahora, por favor de la orden para permitirme estar en la presencia de la hermosa santa doncella nuevamente.”

Saber miró a Irisviel, urgiéndola a dar rápidamente la orden. La niña Sirviente ya había hecho las preparaciones para pelear. Era solo su maestra quien vacilaba.

Como si él viera a través de los pensamientos de Irisviel, Caster mostró una expresión de desdén, espetó una risa como si actuara un show de un solo hombre, y dijo:

“… Ah, parece que aún no tienes tus convicciones. Yo esperé por un largo tiempo también, así que tan solo tomate tú tiempo haciendo tus preparaciones. Anda, este es un juego tan aburrido - ¿Puedo tomar una esquina de tu territorio?”

Caster chasqueó sus dedos. Los niños que obedientemente seguían por detrás a Caster abrieron todos al mismo tiempo los ojos como si despertaran de un sueño. Los niños se miraron entre ellos desamparadamente, como si no pudieran comprender donde estaban.

“Escuchen niños, vamos a jugar a la escondida. Las reglas son simples. Solo huyan de mí. Y si los atrapo –“

La mano de Caster apareció de la manga de la sotana y atrapó a un niño junto a él.

“¡Alto!”

Saber sabía que su prevención no tendría efecto, pero no pudo evitar gritar.

El sonido del cráneo haciéndose añicos. Materia cerebral rociada en todas direcciones y globos oculares se deslizaron por el aire. Esas escenas de pesadilla fueron esculpidas en la mente de todos.

Los niños emitieron un terrible grito y se dispersaron por todos lados. Caster, parado en el medio, se rió fuerte y felizmente y lamió sus dedos cubiertos de sangre.

“Apúrense y huyan. Comenzaré a cazarlos cuando cuente hasta cien. Así que Juana, antes que capture a todos los niños, ¿Cuánto más te vas a preparar?”

Irisviel no dudó más cuando vio esta escena. Era imposible para ella dudar más. Ella es también la madre de una niña. Ese niño que fue asesinado y desechado; su pequeña y lastimosa figura era exactamente del mismo tamaño que su hija Ilya.

“Saber, derrota a Caster por mí.”

“Sí señor.”

La respuesta de la Rey de los Caballeros fue extremadamente corta. Saber ya había desaparecido del cuarto de reunión cuando oyó la respuesta de Irisviel. Solo el viento que comenzó a soplar detrás de ella estaba lleno de un extraordinario furor.



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