Daybreak:Volumen 1 Capítulo 10

From Baka-Tsuki
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Capítulo 10 – Favor Crítico[edit]

El primer frente frío del invierno llegó pronto ese año desde el Mar Nórdico. Los primeros copos de nieve comenzaron a caer del cielo, dejando un brillo húmedo en el tejado de piedra del torreón-dormitorio.

Era un sábado por la mañana, y Kaede estaba meditando a través del tiro con arco como era habitual. Excepto porque esta vez, la arquería era tanto un ejercicio para calmar los nervios como una excusa para estar allí.

Tras recibir las órdenes de Marina, había pasado sus horas en vela de los últimos dos días planificando diferentes escenarios. Era imposible que Pascal no hubiera notado su pobre rendimiento durante las investigaciones, pero no había dicho ni una palabra al respecto.

Al no ponerse en marcha el complot contra Pascal la noche del lunes, Kaede dedujo que los asesinos debían tenerlos a ambos bajo vigilancia. Eso les había permitido suspender el golpe final cuando fue ella y no él quien cayó inconsciente debido al veneno. Además, eso significaba que debía ir con cuidado para mantener la fachada de actuar acorde al plan. Había retrasado su primera acción hasta el sábado por la mañana porque no había otra forma de acercarse a Ariadne sin levantar sospechas.

Por suerte, Ariadne también estaba muy apegada a su rutina personal, y Kaede llamó con la mano a la amazona en cuanto la divisó.

“...No hace hoy demasiado frío como para estar volando?” Kaede dijo sus cumplidos habituales con el mismo tono alegre de siempre mientras pulsaba una runa de su brazo. Le había pedido a Pascal -- en privado a través de telepatía -- que cargara un set con conjuros de utilidad en vez de mejoras defensivas. La primera runa mandó un susurro telepático directo a la mente de Ariadne:

Ariadne, lo siento, pero necesito tu ayuda. Me están vigilando, estoy segura. Tienes algún hechizo para mantener una conversación privada? Discreto, a ser posible.”

“Mi uniforme tiene un adaptador térmico, así que un poco de frío no me molesta.” Ariadne asintió mientras su mano derecha realizaba una serie de extraños gestos. “Supongo que ese niñato encargó aquí la mayoría de tu ropa; pregúntale a cual le ha puesto el encantamiento. Probablemente sea el conjunto que espera que lleves más a menudo. El auto-ajuste debería activarse en cuanto la hayas llevado unas cuantas veces, pero siendo tan delgada deberías pedir algo de calor extra. Debería bastar con una orden mental; así es como funcionan la mayoría de objetos mágicos.”

Kaede supo al instante cuál era: con razón tengo tanto frío cuando no llevo la lencería de mi primera noche; pensaba que era por el material...

Su cuerpo enseguida fue envuelto en un calor que le recordaba al de unas manoplas aislantes. Mientras tanto, los guanteletes de cuero de Ariadne brillaron por un instante. Entonces, con una sonrisa angelical, explicó:

“Hechizo Velo Santuario. Cualquiera tratando de observar o escuchar nuestra conversación podrá vernos hablando del tiempo y cosas así. Los dispositivos de espionaje son fácilmente detectables por un mago atento a las auras de su alrededor -- y no podemos decir que el niñato de tu amo sea perezoso o estúpido, -- así que lo más probable es que estén observando desde lejos.”

“Entonces,” Ariadne se encaró ansiosamente hacia ella, con ambas manos en la cintura. “Con qué necesitas ayuda? Necesitas darle una lección a ese niñato egoísta?”

Hace dos años Pascal debía ser mucho peor, o no le odiaría tanto, Kaede se estremeció.

“En realidad, es justo lo contrario. Necesito ayuda porque alguien atenta contra la vida de Pascal, se trata de una estratagema política y es un riesgo para la seguridad nacional.

Kaede remarcó las palabras clave para asegurarse de que Ariadne comprendía que no se trataba de un problema personal, sino un tema de interés para cualquier aspirante a caballero de Weichsel. De otra forma, no podría convencer a Ariadne para escuchar un plan que salvaría a su némesis.

Tal y como esperaba, la sonrisa de la chica se congeló.

“Te escucho.”

Kaede tardó un rato en explicar cómo había sido envenenada, su encuentro con la criada y su oferta.

“Hablamos de Marina, verdad?” Ariadne soltó una risita ante la sorpresa de Kaede. “Es fácil adivinarlo. Ella es la criada responsable de limpiar las habitaciones de los alumnos varones de tercer año.” Luego, más seria: “Me sorprende que no te hayas limitado a denunciarla. También me sorprende que Pascal no haya llegado a la misma conclusión.”

“Entonces su grupo se ocultaría antes de poder ser apresados, y eso sólo retrasaría el siguiente intento unas cuantas semanas.” –replicó Kaede, con mirada decidida. “Mi intención es dejarlos expuestos y eliminar el problema de un solo golpe. Y sobre Pascal,” se encogió de hombros. “Debo haberle hecho pensar que la culpa es de mi fatiga”

“No crees que esto te supera? Suponiendo, claro está que antes de tu invocación no fueras una espía o algo así.”

“Ni de lejos,” negó Kaede. “Era un estudiante normal. Pero no pienso dejarme abrumar por la situación. La historia no sólo la escriben los grandes planes, sino también las pequeñas acciones individuales que los hicieron posibles.”

Ariadne asintió con su sonrisa habitual: “Hablas como mi amigo Gerd. Sigue.”

“Tampoco soy tan estúpida como para enfrentarme a esto sola, y por eso necesito tu ayuda. Esta gente son asesinos profesionales; yo a duras penas puedo defenderme. Pero en esta academia hay decenas de aspirantes a caballeros y comandantes, incluidos tú y tus amigos.” Kaede tomó aliento antes de argumentar: “Sé que no tenéis ningún motivo para ayudar a Pascal en nada, y francamente no se lo merece. Pero también sois nobles que valoran el deber hacia vuestro país lo suficiente como para convertirlo en vuestra profesión. Tengo fe en que escogeréis el bien mayor por encima de las disputas personales -- por muy justificadas que sean -- por lo tanto, no veo motivo por el cual no podamos lograrlo.

De inmediato fue evidente que Kaede había tenido éxito, al menos en parte, pues Ariadne presionó un dedo contra su mejilla considerando seriamente la propuesta.

“Me sorprende que hayas esperado hasta hoy para pedírmelo. Si padre no hubiera recibido una citación de última hora, a estas alturas estaría de vacaciones en casa.”

“Lo siento, pero no podía acercarme a ti sin levantar sospechas, y todo el plan se basa en mantener la farsa,” se disculpó Kaede. “Un momento...vacaciones?”

“El próximo lunes es el Día Nacional de Weichsel. Deduzco que no estabas enterada?” –preguntó Ariadne. Kaede sacudió la cabeza. “Nordkreuz está demasiado lejos como para que ese niñato vuelva a menudo, pero no es así con mi finca. De haberme ido, qué hubieras hecho?” La noble sonrisa acompañando esa pregunta la hacía incluso más intimidante.

“Podría pedirle ayuda discretamente a tu querido Parzifal,” Kaede se encogió de hombros mientras por dentro se regañaba al darse cuenta de lo mala que era su única alternativa. "Si no fuera el caso, entonces tendría que rendirme y retirar el farol. Reunirme con el profesor de Pascal sería como anunciarle al otro bando mis intenciones, y a duras penas he hablado con nadie más.”

Un silencio tenso cayó entre ambas. Kaede podía sentirse siendo examinada, escudriñada por unos enormes ojos mientras la noble la contemplaba todavía con un dedo en su mejilla. Justo cuando Kaede iba a tratar de persuadirla una vez más, Ariadne asintió con una sonrisa tranquila:

“Es la voluntad del Santo Padre. Necesitaré consultarlo con mis amigos antes de darte una respuesta definitiva, pero por ahora considéranos dentro. Tu ropa ha llegado a la tienda, así que pasare a buscarla y te la traeré ésta tarde -- la oportunidad perfecta de pasarte discretamente un mensaje.

Kaede se quedó sin palabras por un instante, mientras la otra chica le sonreía con dulzura.

“...Ha sido mucho más fácil de lo que esperaba...Gracias. Pero, por qué?”

“Sería un insulto si pensaras que no entiendo de política,” declaró Ariadne alegremente mientras sacaba pecho con orgullo, acentuando todavíamás su prominencia. “El compromiso entre ese niñato y la Princesa Heredera Sylviane de Rhin-Lotharingie es sobradamente conocido...”

La mente de Kaede se quedó completamente en blanco por segunda vez.

“--además es uno de los cimientos de la alianza militar defensiva entre Weichsel y Rhin-Lotharingie. Marina asegura que su señor es un duque lotharino, por lo que su objetivo no es fracturar la alianza, sino evitar que un extranjero manipule el trono, pero eso no cambia las consecuencias en caso de que tuvieran éxito.”

Él...él...la mente de Kaede todavía estaba intentado asimilar la información.

“Pascal está PROMETIDO!?”

Realmente debería poner tanto énfasis en investigar sobre las familias nobles tanto como hago con los países en sí.

“No lo sabías? Pensaba que ese niñato tendría el suficiente sentido común como para decirle eso a una chica antes de cortejarla! Qué otra cosa pensabas que tendría importancia a escala nacional?”

Kaede sacudió la cabeza mientras lo negaba de plano:

“No tenemos ese tipo de relación. De hecho, para mí sería algo imposible aunque él estuviera interesado en...”

Por algún motivo, la sencilla idea de hablarle a Ariadne sobre su mezcla de géneros parecía...un error.

“-- Como sea, simplemente pensé que trataban de provocar al padre de Pascal, el Mariscal de Campo, para hacerle cometer alguna imprudencia en el futuro. No sería la primera vez que una guerra estalla por culpa de un miembro de la familia furioso.

Ariadne estuvo de acuerdo: “Parte del motivo por el cual Weichsel y Rhin-Lotharingie dejaron a un lado sus diferencias para formar esa alianza fue por la rabia del emperador, que perdió dos hijos a manos de los asesinos imperiales, pero esa es una historia distinta.”

Aunque técnicamente Rhin-Lotharingie también era un imperio, la palabra Hyperiana 'Imperial' se reservaba para el enemigo al sur de Weichsel – el Sacro Imperio del Mar Interior y su 'Sacro' Emperador.

“Entonces, suponiendo que todo vaya bien por mi lado, cuál es tu plan?”

“En realidad no lo he podido detallar mucho,” admitió Kaede, “ya que no tengo ni idea del potencial de combate de tus amigos. Pero como el objetivo principal es Pascal, en su dormitorio es donde más ayuda necesitaremos. Se me ha ocurrido que como Pascal y Reynald son ambos de tercer año, sus dormitorios deberían estar en el mismo piso...?”

Ariadne asintió para confirmarlo.

“Entonces pueden rodear a los asesinos por la espalda mientras Pascal consigue algo de tiempo. Mientras tanto, yo tendré que permanecer en el tejado para mantener el engaño, así que agradecería algo de ayuda cuando la tapadera salte por los aires. Después de todo, deseo salir viva de todo esto.”

“Ese plan me sirve,” Ariadne accedió, sonriendo con aprobación. “Si es necesario realizar algún cambio, lo notificaré junto con la respuesta. En cualquier caso, parece ser que me espera un día ocupado, así que te veré luego, Kaede.”

Poniendo un pie en los estribos, Ariadne montó en su pegaso blanco con un movimiento ágil. Entonces se despidió con la mano antes de despegar desde el tejado del torreón.

Y así comienza el día...

Kaede siguió disparando durante media hora antes de volver dentro, sólo para asegurar que su encuentro con Ariadne no parecía deliberado.


----- * * * -----


“Por qué no me contaste que estabas prometido?” –preguntó Kaede cuando Pascal volvió de su entrenamiento matinal.

Era difícil darse cuenta, ya que como era de esperar, los magos tenían un hechizo para limpiarse el sudor. De hecho, tenían tantos hechizos para mantenerse limpios y guardar las apariencias que ducharse era más un lujo que una necesidad básica.

“Porque no hay mucho que contar? Ni siquiera he visto a Sylv desde hace casi un año debido a nuestros horarios, y últimamente no contesta a mis llamadas.”

Kaede sabía que eso no era extraño para los compromisos políticos de la época. Pero Pascal no sólo sonaba irritado; enterrado debajo había además un profundo anhelo.

“Cómo es ella?”

“No creo que pueda existir una chica más hermosa que ella,” cuando hablaba de la princesa, su admiración brillaba incluso a través de las oscuras nubes de melancolía. “También es una persona maravillosa y será una reina excelente. Por desgracia, su tiempo libre se reducirá todavía más.”

Definitivamente le gusta.

Kaede sonrió. Era difícil saber si Pascal amaba o no a su prometida -- cosa excepcionalmente rara en los matrimonios concertados. Pero era obvio que la respetaba, valoraba e incluso confiaba en ella – lo cual era incluso más importante que el amor en cualquier unión entre aristócratas feudales, por no hablar de jefes de estado.

También se sintió extrañamente aliviada, ya que estando Pascal enamorado de otra chica, las probabilidades de algo incómodo sucediendo entre ellos se reducían drásticamente.

“Desde cuándo estáis prometidos?”

“Desde que tenía nueve años,” una sonrisa nostálgica se coló en la expresión de Pascal mientras explicaba. “Los Caballeros Fantasma de mi padre la capturaron en una de sus incursiones tras las líneas enemigas de Rhin-Lotharingie durante la Guerra de Sucesión Imperial, aunque en ese momento todavía tenía hermanos y no era la heredera al trono. La conocí por primera vez cuando tenía siete años y la manteníamos bajo custodia en nuestra finca. Durante su estancia de un año y medio allí, nos hicimos amigos.”

“Weichsel y Rhin-Lotharingie no estaban oficialmente en guerra durante esa época caótica; cada país buscaba aprovecharse de la guerra civil librándose en el Sacro Imperio, y sus intereses colisionaron. Así que cuando mi padre negoció el fin de las hostilidades entre ambos países y una unión contra nuestro auténtico enemigo en el sur, su padre, Geoffroi el Grande, pidió como pago nuestro compromiso matrilineal. Padre aceptó.”

Los compromisos matrilineales indicaban que cualquier descendente se trazaría por línea materna, lo cual significaba que Pascal ingresaría en otra familia -- en este caso, la familia real de Rhin-Lotharingie.

“No eres el heredero de Nordkreuz?” Kaede frunció el ceño. “Cómo funciona eso para tu dominio?”

“Sí. Aunque Nordkreuz fue regalado a Padre de las tierras anexionadas durante la guerra, también era una posición fronteriza estratégica. Nuestro compromiso implica que junto conmigo, ese territorio se traspasará al Imperio de Rhin-Lotharingie. El trato fue muy poco convencional, sobre todo teniendo en cuenta que en ese momento íbamos ganando. Pero Padre también sabía que Weichsel era una nación pequeña atrapada entre gigantes, y hacía los planes a largo plazo.”

Las palabras de admiración de Pascal vinieron con un tono pensativo, y Kaede enseguida descubrió el motivo:

Tiene problemas con papá. No me sorprende, teniendo que vivir bajo semejante sombra.

“Me sorprende que aun así cortejaras a Ariadne y a otras chicas.”

“Fue idea de Padre, y Sylv estuvo de acuerdo con ello. Ambos dijeron que necesitaba 'experiencia', signifique lo que signifique eso.” Pascal se encogió de hombros.

Kaede pensó que lo mejor era mantenerse alejada de esa potencial bomba.

“Entonces no tienes hermanos con quien discutir la sucesión?”

Aunque su padre a menudo aparecía en las conversaciones, Pascal casi nunca hablaba de su familia.

“Soy hijo único,” suspiró. “Madre murió por una herida de guerra cuando yo tenía cuatro años, y Padre nunca se volvió a casar. Se podría decir que en su mayoría, fui criado por los sirvientes.”

Con razón tienes problemas sociales.


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“…Como Gerd y Cecylia están fuera por las vacaciones, depende de nosotros tres,” escuchó Reynald decir a Ariadne mientras se sentaba en su cama junto a Parzifal y entrelazaban las manos.

Era totalmente inapropiado para una dama invitar a varios hombres a su habitación, pero también era la única forma de garantizar el secretismo. A diferencia de Parzifal, cuya única especialidad era la bio-alquimia, y Reynald a quien simplemente no le importaba, Ariadne realizaba inspecciones periódicas en su habitación.

Reynald sabía que como noble, debería mantener una sana dosis de paranoia. Pero eso sería suponiendo que le importara en lo más mínimo parecer un 'noble apropiado'.

Además se sentaba con la silla del revés, sus piernas abiertas; difícilmente lo más adecuado en presencia de una dama.

“Pero estamos hablando de Pascal...” respondió Parzifal.

Su voz era gélida, y Reynald no pudo evitar preguntarse cómo de frías debían estar sus manos en ese momento. A juzgar por la dolorosa mueca que Ariadne trataba de ocultar, no debía ser nada agradable.

“--Deja que el Runelord se ocupe él mismo de sus problemas. Siempre va por ahí creyéndose digno y poderoso, tan seguro que podría enfrentarse a cualquier cosa con una sola mano. Bueno, pues aquí tiene su oportunidad. Lo único que me sorprende es que su familiar se haya molestado en intervenir.”

“Pero si él fracasa y muere, eso pondría en peligro la alianza entre Weichsel y Rhin-Lotharingie,” Ariadne jugó la carta política, sus ojos cargados de preocupación mirando a su amado.

“Qué problema hay con eso?” replicó Parzifal. “El tratado era injusto desde un principio. Por qué deberíamos ceder territorio cuando íbamos ganando? Qué recibió von Moltewitz del emperador Geoffroi para volverse tan ansioso por firmar ese tratado?”

Reynald alzó las cejas. Las declaraciones de Pascal eran preocupaciones que muchos otros compartían; la única 'mancha' en la ejemplar carrera del Mariscal de Campo von Moltewitz. Pero mientras algunas personas en Weichsel sospechaban de traición, otros veían la disposición a renunciar a su recién obtenido feudo de Nordkreuz por el bien de la nación. Cierto, su hijo sería el Principe-Consorte de Rhin-Lotharingie, pero sus sucesores llevarían el apellido 'de Gaetane' en vez de 'von Moltewitz'. Desde el punto de vista de las ambiciones políticas y dinásticas de la nobleza, era el equivalente al suicidio.

Por la gloria de Weichsel...

Reynald no había olvidado sus días de infancia, cuando adoraba completamente al anciano con Moltewitz, el héroe conquistador. Desde entonces, había aprendido de los fallos del Mariscal, especialmente desde que su padre fue relevado 'con honores' por el Mariscal. En muchas vías, Pascal simplemente mostraba la intolerancia propia del anciano von Moltewitz, llevada a una nueva magnitud. Pero los propios padres de Reynald eran razonables, y la familia Witzinger no le guardaba ningún odio a pesar de las desgracias sufridas.

No había sido fácil, pero el tiempo considerando ambas posturas le había dado a Reynald una opinión bastante objetiva del Mariscal...o eso creía él. Mientras tanto, Ariadne parecía reacia a proseguir. De hecho, incluso estaba asintiendo ante la larga lista de acusaciones y quejas de Parzifal.

Reynald consideraba a Ariadne la chica perfecta para su mejor amigo. Pero el Santo Padre era justo; y a pesar de sus muchas virtudes, Ariadne también tenía un gran defecto: era lo bastante vanidosa como pasa poner las opiniones de otros por encima de su propio sentido de la moral y el deber, incluso si los 'otros' eran unos idiotas y ella era la voz de la sensatez.

En este caso, la desaprobación de su amado valía por docenas de estúpidos 'otros'.

“Hermano. Para. Odio tener que decir esto, pero ahora mismo no estás diciendo más que tonterías.”

Desgraciadamente, Parzifal era además terco como una mula y tenía memoria de elefante para las disputas:

“Reynald, sé que el Mariscal es el héroe de tu infancia, pero no puedes--“

“Oh, recuerdas eso, no es así?” interrumpió Reynald con un tono deliberadamente ácido. “Pero por lo visto no recuerdas que el Mariscal también relevó a mi padre tras seis décadas de leal servicio solo por enamorarse de mi madre...madrastra, una asesina Cuchilla Mantis Imperial enviada para matarle? O qué por ello nuestra familia cayó en desgracia? O tal vez...” su voz se aligeró “que hasta que me ofreciste tu amistad durante nuestro primer año, el resto de nobles me trataban como un bastardo por ser mi madre una plebeya?”

A veces hacía falta un toro desbocado para detener a otro. Parzifal cerró la boca al instante al darse cuenta del campo de minas donde se había metido.

Reynald sabía que ahora tenía la iniciativa, y no pensaba dejarla ir:

“Déjate de tanta mierda sobre el Mariscal y mira las cosas desde su perspectiva. De verdad piensas que un hombre capaz de pasar el noventa por ciento del tiempo en campamentos militares, que rara vez vuelve a casa desde que murió su esposa hace quince años, que usó a su único hijo como moneda de cambio en la diplomacia, vendería Weichsel a los lotharinos? Acaso ese hombre tiene algo en la vida aparte de Weichsel!?”

“Apoyo al Mariscal, pero no por alguna estúpida fantasia infantil, sino porque en asuntos militares de estado, suele tener razón. Sanguinario y despiadado? Cierto; la historia de mi familia lo demuestra. Pero un auténtico genio en el arte de la guerra que ha probado su lealtad a Weichsel en numerosas ocasiones? También cierto.”

Reynald volvió a mirar a Ariadne y asintió. Lo que ella necesitaba era precisamente que alguien aprobara su idea original para librarse del momento de idiotez inducida por Parzifal.

“Estoy de acuerdo con la sugerencia de Ariadne. De hecho, creo que tiene toda la puñetera razón! Esto está por encima de nuestra relación personal con Pascal o con su padre; CUALQUIER relación. Es un asunto de estado, y tenemos la oportunidad perfecta para ocuparnos de ello.”

“Pero sólo somos estudiantes. Algo como esto no debería dejarse...!”

“Como ha dicho Ariadne, si informamos a las autoridades ahora, reaccionarán o demasiado rápido y estropearán la operación, o demasiado lento y no llegarán a tiempo.”

Sólo que ella lo ha expresado de forma más diplomática... pensó Reynald.

“Pero...pero...”

Una de las cosas buenas de Parzifal es que nunca se daba por vencido fácilmente. Reynald lo descubrió cuando Parzifal pasó semanas mostrándose amable con una versión más joven y cínica de sí mismo. Desgraciadamente, pasaba lo mismo cuando estaba equivocado.

“Piénsalo de esta forma, hermano. Si perdemos la alianza con Rhin-Lotharingie y el Sacro Imperio decide aprovechar la oportunidad para apuñalarnos por la espalda en venganza...cuanta gente crees que morirá? Estás dispuesto a correr ese riesgo?”

Parzifal no volvió a oponerse después de eso. Sencillamente, su instinto de sanador superaba cualquier otra cosa.

“Vale, cuál es el plan?” preguntó Reynald tras unos instantes de silencio, provocando que Ariadne lo mirara boquiabierta.

“Qué pasa? Yo sólo soy el caballero tonto,” sonrió. “Parzifal puede ser el corazón de nuestro grupito, pero tú eres la Capitana aquí, chica!”


----- * * * -----


“Qué es eso? Tu uniforme?” preguntó Pascal mientras Kaede daba unos saltitos y giraba para mostrar su ropa nueva.

El atuendo blanco realmente tenía un diseño parecido a un uniforme, con hombreras de corte rígido, pliegues en el cuello y una corbata negra. Era mayormente blanco, con líneas negras cerca de los extremos y lazos rosas en los bordes a juego con los ojos de Kaede. Eran un contraste perfecto con el uniforme negro y carmesí de Pascal. La falda corta más las enaguas de encaje llegaban hasta el muslo, justo a la altura de sus medias, haciendo mucho más fácil moverse. Remataban el conjunto un par de botas negras hasta la pantorrilla.

“Sip,” respondió Kaede con una risita nerviosa mientras releía por tercera vez la nota de Ariadne:

Misión aceptada. Parzifal y Reynald monitorizarán la situación y atacarán a los asesinos desde atrás; por favor deja la moneda-foco de escudriñamiento en tu habitación. Estaré cuidando de Eldeweiss en los establos hasta que Parzifal me dé la señal a través de su familiar, después iré a ayudarte y utilizaré la superioridad aérea en la batalla en caso de que algún atacante trate de huir. – Ariadne

Tras una comida tardía, el reloj marcaba ya la media tarde; el plan comenzaría con el prematuro anochecer de invierno.

Pascal, por favor siéntate y finge seguir leyendo,” pidió Kaede a través del canal telepático. “No tengo ni idea de cómo pueden estar vigilándonos, pero ya va siendo hora de que te cuente lo que ocurre.

Una hora pasó mientras Kaede explicaba todo lo ocurrido, incluyendo el plan de operaciones. Fiel a su palabra de confiar en ella, Pascal nunca mostró sospecha o enfado, simplemente asintiendo y pidiendo alguna aclaración puntal, hasta que su conversación con Ariadne salió a la luz:

Te dije que no quería deberle a Ariadne ningún--

Si son capaces de dejar a un lado su odio hacia ti por el bien de tu país, por lo menos deberías estar agradecido!


Se hizo el silencio entre ambos mientras Pascal pasaba una página por mantener el pretexto.

Vale,” cedió Pascal. “Y admito que Reynald es un soldado excelente para tener como apoyo. Pero dudo que Parzifal sea de mucha ayuda.

Siempre es útil tener un sanador. Mejor prevenir que lamentar.

Kaede llenó el cáliz plateado de pascal con agua recién conjurada, y entonces echó el veneno antimágico en su propia taza, justo delante del cáliz.

Cualquier observador tras las ventanas vería el veneno siendo vertido en la bebida de Pascal. Con un ágil giro de muñeca mientras levantaba el cáliz, tiró discretamente la taza al suelo.

“Toma, antes de que empieces a quejarte de sed otra vez.”

Los ojos de Pascal no se apartaron del libro mientras cogía el cáliz y lo dejaba en la mesa a su lado.

Asumo que no voy a beberme el veneno y acabar insconsciente?

Por supuesto que no. Vas a beber agua y fingir desmayarte, entonces subiré al tejado y les haré la señal a los asesinos. Ya he escondido algunas de tus runas defensivas por toda la habitación; deberían activarse siguiendo tus órdenes habituales.

Entonces todo debería ir como la seda.” –concluyó Pascal tras cerrar su libro. Mientras su mano derecha cogía el cáliz, su izquierda sacó un pequeño par de guantes blancos y los dejó sobre la mesa.

Sabes, para ser una novata, tu plan es bastante decente.

Kaede se encogió de hombros mentalmente a través del vínculo telepático:

Te lo dije: lee suficiente historia, aplica algo de creatividad y tendrás como mínimo una buena idea para cualquier situación.

Entonces con suerte, para cuando reciba mi primer mando podré asignarte una posición entre mi personal. No tienes permitido morir esta noche, lo he dejado claro?” ordenó Pascal mientras alzaba el cáliz y bebía a grandes sorbos.

Cristalino.

Tras beberse la mayor parte del agua, las manos de Pascal lentamente dejaron caer el cáliz al suelo mientras él se derrumbaba sobre el escritorio. Incluso a tan corta distancia, Kaede pensó que era una actuación muy convincente. En ese momento, como confirmando que seguía consciente, la voz de Pascal resonó en su cabeza:

Coge los guantes. Tienen incorporado un bolsillo dimensional como los que usan la mayoría de magos. Dentro encontrarás una hoja mórfica -- considéralo un regalo de mi parte. Está forjada con veracero, y su encantamiento le permite transformarse en cualquier arma no mecánica que puedas imaginar. Sin embargo, recomiendo no intentar recrear algo con una estructura material compleja como tu arco en el primer intento.

Kaede sacudió el cuerpo de Pascal un par de veces, como si comprobara los efectos del veneno, antes de acercarse y coger los guantes. Estaban hechos de cuero blando, siendo un guante completo para la mano izquierda y uno de arquería con tres dedos para la derecha.

No te preocupes, voy a hacer que se arrepientan por haber pensado que soy una simple familiar.

Por supuesto. Eres mi familiar.


...


La última media hora antes del anochecer pasó en un instante, y pronto Kaede estuvo en la esquina noroeste del torreón-dormitorio, como le habían indicado.

“Alea iacta est...” repitió de memoria las famosas palabras de Cesar.

Bañada en la luz anaranjada del sol poniente, Kaede respiró hondo antes de alzar su mano derecha al cielo, la señal convenida.

Ni siquiera pudo exhalar antes de que un peso golpeara su espalda y mandara una sensación ardiente por su torso.

Mirando hacia abajo, pudo ver la punta ensangrentada de una flecha sobresaliendo justo por encima de su pecho derecho.

He...fallado?

Fue el último pensamiento de Kaede antes de desplomarse en el suelo.


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