Fate/Apocrypha:Volumen4 Capitulo1

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Capitulo 1

Él estaba en trance. Se encontraba insensible. Estaba en un estado de suspensión.

La película fue cortada en pedazos y la escena cambiaba cuando parpadeaba.

Sentía un inmenso dolor en su pecho. Un sentimiento de cansancio y letargo se apoderaba de todo su cuerpo.

¿Qué diablos fue lo que sucedió? Antes de pensar en tales cosas, lo primero que tenía que priorizar era—sobrevivir.

Lo que necesitaba para sobrevivir era tratamiento médico—tenía que cerrar la herida. Pero un dolor intenso lo atacaba a cada segundo, y ni siquiera podía construir un hechizo de curación en su cabeza.

Mientras se quejaba de la angustia, movió su mano y toco su pecho.

Habían disparado balas dentro de su corazón—y cada vez que el órgano bombeaba sangre, las balas alojadas en él enviaban una nueva ola de dolor. Primero, tenía que remover las balas que agitaban su cuerpo.

Un hechizo de curación era imposible para él en estos momentos. Por el momento, estimuló su metabolizo a la fuerza para formar prana. Tuvo que arrastrarse hasta el punto donde pudo utilizar hechicería básica.

La niebla venenosa también era una causa de consternación. Estaba acelerando el deterioro de su fuerza física.

Aunque ni siquiera tenía un momento para relajarse, se sintió sorprendentemente tranquilo. Prana, el prana era necesario. Inhalo fuertemente y comenzó a reunir prana. Sus pulmones se incendiaron, pero esta no era una situación donde pudiera preocuparse de eso.


Por ahora, solo reunió prana. Estaba asediado por un fuerte dolor de cabeza, minando incluso sus fuerzas para gritar.

Más, necesito más prana. Está bien, no hay problema. Este corazón tiene la sangre de un dragón fluyendo dentro. ¿Qué si me han disparado tres balas? No te preocupes. ¡Como si fuera a morir por algo como esto—!

“¡¡Guh…!!”

Los músculos de su corazón rechinaron mientras removían la sustancia extraña dentro de él. Activando sus Circuitos Mágicos, acelero el prana que circulaba en su interior, y comenzó gradualmente a reparar su cuerpo.

En algún lugar en su corazón, una voz le pregunto llena de duda, ‘¿Acaso no hay algo extraño en todo esto?’

Estaba bien que el corazón de Siegfried fuese fuerte.

Y también estaba bien que apenas pudiese mantener el control de su conciencia fracturada aun cuando sufría todo ese dolor.

Pero—aun así. Esta habilidad curativa era demasiado extraña. La situación era similar a cuando fue cortado por el Saber Rojo, aunque por supuesto, las heridas de bala que había recibido no eran comparables en términos del poder destructivo.

Sin embargo, en ese entonces, definitivamente había muerto, aún con este corazón.

Así que ¿Por qué no había muerto en esta ocasión?

—No pienses en ello ahora.

Respiró y exhaló de nuevo. Reunió y acumulo prana. Tenía que ponerse de pie. El enemigo no había desaparecido por arte de magia, y ella no había bajado su guardia pensando que él ya había muerto.

Porque, incluso ahora, ella lo observaba mientras respiraba y vomitaba sangre repetidamente—su fría mirada como la de una serpiente.



Se podían escuchar gritos de agonía en todas direcciones. La ciudad se había hundido en el caos a causa de la niebla que había envuelto Trifas de manera instantánea.

Habiendo invocado su armadura, Ruler corrió apresuradamente detrás de Sieg, quien había saltado hacia la niebla sin escuchar sus advertencias. Pero su figura había desaparecido en un parpadeo a causa de la niebla.

Ella pudo escuchar un sonido seco de algo siendo golpeado. Era similar al sonido de cañones que había escuchado en el pasado, pero más tenue.

“¡Un disparo…!”

Ahora estaba segura de que el Assassin Negro se encontraba oculto en algún lugar de esta niebla. Pero en este momento estaba más preocupada por Sieg.

La niebla que había liberado el Assassin Negro no tenía más efecto en Ruler que el de obstruir su visión. Ni siquiera recibía una penalización en su agilidad, gracias a su Resistencia Mágica ridículamente alta.

“¿¡Sieg-kun!?”

“Ayuda… me…”

Quien respondió a su llamado no fue Sieg si no una niña. Sin dudarlo Ruler decidió dirigirse hacia la niña.

Sin embargo – Ruler instintivamente sintió que el Assassin Negro se encontraba cerca. Decidiéndose a no bajar su guardia, sujetó su estandarte y busco el lugar de donde provenía la voz.

Buscando a pesar de su visión borrosa, Ruler encontró de inmediato a la niña. La niña recargaba su cabeza contra un muro, sujetando su pecho demostrando dolor. Su rostro – no era visible.

Ruler dudó ligeramente. El verdadero nombre del Assassin Negro era [Jack el Destripador], el nombre del asesino que una vez fue famoso en Gran Bretaña, pero –

No había forma de que Assassin fuese una chica tan joven. Pero nadie conocía el verdadero rostro de Jack el Destripador o su verdadera identidad.

Quizás… Eligiendo no descartar ni la más mínima posibilidad, Ruler tocó el hombro de la chica.

…Instantáneamente se llenó de alivio. Podía darse cuenta de inmediato con solo tocarla. La chica no era un ente espiritual como un Servant, sino un humano hecho de sangre y carne.

“Ma… dre…”

“No te preocupes, te llevare con tu madre de inmediato.”

Dijo Ruler y cubrió a la chica con un manto sagrado que materializo. Si ella estaba envuelta en este manto el cual protegía a aquellos que lo portaban, estaría a salvo por el momento.

Afortunadamente la chica tampoco parecía lastimada…

“¿Eh——?”

Ella no parecía estar herida.

Eso era completamente imposible. Aun si la niebla era algo tenue y débil era lo suficientemente dañina para matar a los homúnculos o desmayarlos en menos de diez minutos. De ser así ¿Cómo es que una niña normal y débil podía seguir con vida?

En el peor de los casos la habría matado instantáneamente, y en el mejor no podría haber evitado sentirse realmente enferma.

“Umm ¿Te encuentras… bien?”

“…Uh-huh. Ya no nos duele.”

Respondió la chica a la pregunta de Ruler. Ruler sintió que había algo fuera de lugar.

“¿Dónde te duele?”

La chica mostro su pierna en silencio. En una parte de su rodilla había un raspón. Una herida por haber tropezado… era obvio que no era así. Y por supuesto ella tampoco tenía heridas por la niebla.

Esta era — una herida por haber sido cortada por algo. Es por eso que ella había gritado de dolor.

Un escalofrió recorrió el cuerpo entero de Ruler. Instantáneamente sintió de golpe toda esa ‘ansia asesina’.

Más aún.

Era…

Esta intención asesina no era algo simulado. Se sentía como un tarro de brea pegajoso, una antorcha que ardía tan fuerte que su llama se había vuelto blanca, o como si fuese un virus mutado. Era una malevolencia sorprendentemente sobrecogedora.

Aun peor, esta ansia asesina no estaba dirigida directamente a Ruler—

Si huyo de aquí esta niña será asesinada.

Estaba dirigida a la niña que Ruler sujetaba en un brazo. El Assassin Negro parecía tener una seguridad sobrecogedora con respecto a su siguiente ataque.

“Muy bien.”

Ruler juró que protegería a la chica que protegía con un brazo. Sin importar como llegara el siguiente ataque, Ruler no caería mientras sujetara este estandarte.

Si, Ruler había cometido un error de cálculo.

Este sería que, en este instante, ella concentro todos sus sentidos en el Assassin Negro que iba a atacar – y veía a la chica que estaba sosteniendo como alguien a quien proteger.

La niña abrió su boca – y puso su mano en ella, sacando un escalpelo que había estado guardado en su estómago.



Para asesinar a esta Servant femenina sin identificar, la Assassin Negra había tomado todas las precauciones posibles. Su propia Master, Rikudou Reika, se había hecho cargo del chico que parecía ser el Master de esta Servant.

Pero aun así, esta Servant no había entrado en pánico, en vez de eso trataba de encontrar y atacar a Assassin. Seguramente ella poseía la habilidad [Acción Independiente] o tal vez – en primer lugar el chico no era su Master.

Aun así, no habría problema. Sin duda o piedad. Assassin Negro activo su Noble Phantasm.

“Aquí comienza el infierno. Nosotros somos la flama, la lluvia y el poder —”

Las dimensiones circundantes comenzaron a alterase y un asesinato comenzó a tomar lugar. La victima es una mujer. Una ‘mujer’ vagando ‘dentro de la niebla’ es asesinada por la ‘noche’.

Las tres condiciones se habían cumplido. El ataque de la Assassin Negra era María la Destripadora: La Sagrada Madre de la Disección. Un Noble Phantasm absoluto que virtualmente era capaz de asesinar a todas las ‘mujeres’.

Y ahora, este Noble Phantasm – un asesinato – llegara a existir aquí.

Jack el Destripador asesinó al menos a cinco prostitutas – tal vez.

Jack el Destripador poseía avanzados conocimientos médicos – tal vez.

Jack el Destripador podría haber sido un hombre o una mujer.

Aun cuando los eventos de la historia permanecían del mismo modo, la existencia misma de Jack el Destripador era meramente vaga e incierta.

Nadie sabía su verdadera identidad. Nadie pudo averiguar su verdadera identidad. Podría haber sido un detective o policía, un investigador privado, un poeta, un estudiante, un doctor, un degollador demoniaco, un psíquico, un científico – o incluso un dios.

Solo había una cosa que se sabía cómo cierta acerca de Jack el Destripador.

Jack el Destripador asesinaba mujeres.

El abdomen de la víctima femenina se encontraba abierto. En el instante en que el Noble Phantasm es activado acaba con todas las situaciones posibles.

Esto no era ni un ataque por una espada sagrada ni una serie de ataques consecutivos de una lanza divina – se trataba de la reproducción de un asesinato.

La victima muere – es diseccionada, sus órganos son robados, pierde toda su sangre, y como resultado, muere.

Primero, ocurre un ‘asesinato’, seguido de la ‘muerte’ y finalmente, la ‘causa’ de este llega drásticamente tarde; esto es lo que hace de él un verdadero ataque instantáneo. Contraatacar, evadir y resistirse es inútil.

La Assassin Negra estaba segura de esto.

La había asesinado. Definitivamente había asesinado a este Servant. Al mismo tiempo trató de sacar el corazón de este Servant.

El prana de un Servant era enorme. Más aún dentro de su corazón o su cerebro que es donde existía su núcleo espiritual. La Assassin Negra devoraría su alma y ganaría aún más poder.

…Si, la Assassin Negra había realizado un error de cálculo.

Este era que veía a esta mujer como un Servant ordinario. Es verdad, María la Destripadora era un Noble Phantasm que no tenía igual para traer una muerte instantánea de un solo golpe. Todas las condiciones se habían cumplido – ‘de noche’, ‘dentro de la niebla’, y una ‘mujer’.

Pero aun si uno traía un fenómeno que alteraba la causa y el efecto, una base, algo que sirviera como material base para esto era necesario.

En este caso, María la Destripadora era, en esencia, una [maldición] –– un conjunto de maldiciones de miles de niños no natos. Esa era la verdadera naturaleza de este aterrador Noble Phantasm.

Acorde a esto, para contrarrestar este Noble Phantasm lo que era necesario no era ni suerte ni resistencia, sino una resistencia ante las maldiciones.

Y la mujer que era su blanco –– Ruler, Jeanne d’Arc, era una santa que sin duda tenía la fe y creencias del mundo reunidas en ella, un Servant con una de las resistencias más grandes contra las maldiciones de este mundo. Y lo que fue aún más fatal para la Assassin Negra fue…

…el estandarte santo que ella poseía.




Rikudou Reika observaba el revólver del que había jalado el gatillo. Era un arma de mano italiana con un barril extremadamente estrecho, conocido como ‘Rhino’. Aunque en primer lugar Reika ni siquiera sabía el nombre del arma. Una banda Rumana que Jack había ‘devorado’ poseía muchas armas de fuego y ella había elegido esta porque era la más ligera y la más pequeña entre ellas.

Que extraño, pensó. Esta cosa, la cual era lo suficientemente grande para caber en la palma de su mano, podía robar la vida de una persona con el tirar de un solo dedo.

¿Acaso la vida no era algo valioso y resistente? Por lo menos ¿no se supone que debía ser así? Sin embargo, en el transcurso de un siglo, la gente podía morir con solo ser golpeadas en el cerebro o corazón por pequeñas bolas de plomo.

Naturalmente, ni los magos eran la excepción.

Ella miró al cadáver—se veía más joven que ella. Pero si era un mago podría tener algún tipo de hechizo de rejuvenecimiento. Sin embargo, era un hecho que él había intentado salvarla.

“Que pena. En verdad es una pena.”

Reika había invadido los hogares de los magos en incontables ocasiones, y había comprendido su estilo de vida. Un hogar expresa la naturaleza interior del residente. Por ejemplo, había múltiples casos donde la gente fastidiosa tenía cuartos hechos un caos. Esta era una expresión de cómo, aunque podían perdonar sus propios fallos, no podían perdonarlos en los demás.

La casa de la mayoría de los magos habían sido moradas simples y frías. Esto seguramente significaba que no le prestaban importancia a sus vidas diarias como seres humanos.

Reika conocía a gente similar. Los adictos al trabajo… El tipo de personas que piensan que su hogar es simplemente un lugar para bañarse y dormir. Solamente un lugar para descansar el cuerpo, esa gente que no tenía pasatiempos y dedicaban sus vidas enteras a su trabajo.

Por otra parte, cada mago había construido ingeniosamente sus talleres en sus sótanos o en cuartos secretos. Al ver estos cuartos Reika sintió que comprendía la naturaleza de los magos. Era en estos talleres donde su pasión salía a la luz. Su vida se encontraba ahí. Un deseo más parecido a una maldición se encontraba ahí. Y al mismo tiempo también se podía sentir algo de desesperación.

Reika había interrogado a los magos y había aprendido de su forma de vivir. Para poder dominar los misterios de la hechicería transmitían su sangre y conocimientos acumulados de generación en generación, e incluso sabiendo que su meta final era inalcanzable—entregaban su vida entera a ello.

Para Reika parecía una vida extremadamente vacía, pero ciertamente había gente así allá afuera.

Sin embargo, este chico era un obstáculo para Reika. Ella no sentía alguna emoción salvo pena. Ahora, si las cosas fuesen bien, tanto este Master como su Servant deberían de haber caído a manos de ella y Jack.

Si confiaba en las palabras de Jack, dos o tres Servants habían muerto en el campo de batalla hace algunos días.

“Aún falta mucho.”

Suspirando, Reika comenzó a caminar despreocupadamente en medio de la niebla cuando—

“Oh cielos”

De inmediato se detuvo y se dio la vuelta. Aunque fluía sangre de su pecho y salía por su boca, el chico se retorcía y luchaba en el suelo. Parecía que aún seguía con vida.

Ella le había disparado en tres ocasiones a quema ropa directo al corazón. No había forma de que un humano hubiese podido sobrevivir a eso.

Pero ese era el tipo de ser que era un mago. Aunque sorprendida por el hecho de que siguiera con vida, Rikudou Reika no entro en pánico. Ah ¿así son las cosas? Pensó aceptando los hechos.

Con un movimiento suave ella retiró el cilindro de la Rhino, hizo a un lado los cartuchos vacíos y recargó el arma.

Mientras lo hacia sus movimientos eran atemorizantemente calmados, sin ningún rastro de confusión o duda… Solo podía llamarse anormal.

Había humanos que podían disparar un arma a sangre fría. Pero no había humanos que pudieran permanecer calmados al ver a alguien que debía estar muerto aún con vida.

Más aun, Reika ni siquiera era una profesional y jamás había tocado un arma hasta que vino a Rumania. Aun así, podía tirar del gatillo tranquilamente. Si fuese por el bien de su hija Jack—podría matar tranquilamente a cualquiera.

“¿Me pregunto si morirás si te disparo en la cabeza?”

Ella se aproximó al chico agonizante y cuando había menos de un metro de distancia entre ellos apunto el arma hacia él. No fallare a esta distancia, pensó Reika.

El chico yacía boca abajo sosteniendo su pecho adolorido. Su respiración era entrecortada y parecía que aún no había notado que Reika estaba apuntando su arma hacia él.

Por favor en esta ocasión muere como es debido.

Con ese deseo en mente, Reika disparo el arma.

La fuerza de su dedo fue del gatillo al percutor, el percutor golpeo el detonador, la pólvora exploto, y la bala fue disparada con un poder sobrecogedor. Tenía más que suficiente energía para destruir el cráneo de una persona. Ese chico estaba impotente ante la bala que volaba rápidamente hacia él.

No… debía de encontrarse impotente.

“Straße \ gehen.”

Justo cuando ella pensó que había visto una luz pálida brillar, el chico extendió su mano y protegió su cabeza. Hubo un sonido agudo y algo explotó.

“…Oh cielos.”

La bala debió atravesar la corona de su cabeza y desaparecer en algún lugar. Para ser precisos no había desaparecido si no que había sido destrozada.

Sin dudar, Reika jalo del gatillo una vez más—y el chico repitió las mismas palabras de antes, con la bala desvaneciéndose al mismo tiempo que chocaba con su palma.

“Esto… no es bueno, ¿huh?”

La respiración del chico estaba comenzando a estabilizarse. Aún estaba arrodillado en el suelo como si estuviese rezando, pero comenzó a levantar su cuerpo con su brazo izquierdo y dio un paso firme con su pie derecho. Parecía haber recibido daño a causa de la niebla, pero—no parecía ser un obstáculo significativo.

“¿Así que tú eres la Master del Assassin Negro?”

Pregunto el chico en voz baja.

Ahora, ¿qué es lo que hare?—mientras contemplaba sus opciones Reika dio un paso atrás.



Aunque ligeramente, comenzó a fluir algo de sangre de la base del cuello de Ruler. La chica de ojos vacíos la había apuñalado con el escalpelo. Hubo poca fuerza en ese ataque, el escalpelo en sí mismo no tenía mucho prana tampoco. Pero el brazo de la chica había cambiado a un color negro al punto de que era difícil de mirar.

Posesión espiritual—la posesión de un espíritu de bajo nivel era un fenómeno común. Dispersar al espíritu tampoco era difícil. Normalmente, Ruler habría lidiado fácilmente con el ataque aun si fuese un ataque sorpresa.

Pero encima de estar abrazando a la chica antes mencionada, Ruler había concentrado todos sus sentidos en el Assassin Negro que la atacaba.

Sus pensamientos se detuvieron por un breve instante ante este ataque extremadamente inesperado. Ese paro temporal en sus pensamientos era precisamente lo que el Assassin Negro había esperado—

¡Aquí viene…!

¡Aquí voy…!

El Assassin Negro activó su Noble Phantasm, María la Destripadora: Madre Sagrada de la Disección.

Ruler activó su Noble Phantasm, Luminosité Eternell: Dios Está Aquí Conmigo.

Todos los preparativos de Jack estaban completos. Había preparado una situación donde pudiese usar su Noble Phantasm a su máximo efecto y había llevado a cabo un ataque sorpresa perfecto utilizando un señuelo.

Por lo tanto Assassin fue un poco más rápida.

El Noble Phantasm de Ruler fue ligeramente más lento en activarse.

Pero, aun así, la maldición no alcanzo a Ruler.

La rápida maldición negra trato de poseer a Ruler, y al mismo tiempo trato de abrir su abdomen—pero el Noble Phantasm de Ruler se activó inmediatamente antes de que pudiese hacerlo.

“¡¡Kuh…!!”

Un intenso impacto se sintió en su estandarte sagrado. Como era de esperarse no fue capaz de absorber todo el daño de la maldición y algo de entumecimiento recorrió todo su cuerpo. A diferencia del ataque del Berserker Rojo, el cual era un simple torrente de energía, este era un Noble Phantasm del tipo maldición que seguía ciertas reglas.

Era algo que podría fácilmente disolver y asesinar un Servant normal.

Ruler gritó de dolor y escupió sangre teñida de negro. Pero ni siquiera cayó arrodillada, y de algún modo logro resistir.

“¿¡Qué———!?”

Quien grito sorprendida fue la Assassin Negra, quien había caído al suelo. Definitivamente había activado su Noble Phantasm de muerte segura en las condiciones perfectas. Y aun así ni siquiera había generado una herida fatal.

“Así que eres… una usuaria de espíritus malignos, Assassin Negra.”

Ruler inmovilizó a la chica con una mano, y después de que toco su frente la chica se desmayó. Entonces Ruler roció sobre la chica agua bendita de su bolsillo y rápidamente exorcizó el espíritu dentro de ella. Su brazo ennegrecido regresó a la normalidad—y su apariencia atroz cambió a la de la gentil jovencita.

“¿Por qué… es que no estas muerta?”

La voz de Assassin parecía algo extraña. Algo áspera y mezclada con un sonido extraño, como si varias personas estuvieran diciendo las mismas palabras al mismo tiempo.

Lo más sorprendente era que se veía como una chica muy joven. El que una chica tan joven fuera un Servant ya era suficientemente inusual, pero que ella fuese el asesino serial Jack el Destripador que alguna vez aterrorizo Gran Bretaña, estaba más allá de las expectativas de Ruler.

Sin revelar lo sorprendida que estaba, Ruler respondió a la pregunta de Assassin.

“Desafortunadamente poseo algo de Resistencia contra las maldiciones.”

“…Ese estandarte, ¿huh?”

La Assassin Negra asintió comprendiendo sus palabras. Ese estandarte había absorbido el ataque de la Assassin Negra como si fuese un para rayos. Sus preparativos no habían sido inútiles; el espíritu maligno que había puesto en la niña que había secuestrado del pueblo había rendido frutos, haciendo que el Noble Phantasm de Ruler retrasara un poco su activación.

Como resultado, la maldición había afectado de manera adversa al Servant ante sus ojos—pero aún seguía con vida.

“…Onee-san, ¿acaso tu clase es Lancer? …No. El número de Servants no correspondería en ese caso. ¿Acaso eres Saber?”

“No, ninguno. Yo soy Ruler, la mediadora de esta Gran Guerra del Santo Grial.”

Los ojos de la Assassin Negra se llenaron de sorpresa.

“Heeh. Ruler… así que había una clase como esa también. No lo sabía” murmuro Assassin.

Ruler miro que la chica se había desmayado. Si hubiese permanecido poseída por ese espíritu maligno, incluso su alma habría sido contaminada y se habría convertido en un muerto viviente.

Ruler extendió su estandarte. Como si se sintiera presionada por su galante postura, Assassin retrocedió.

“Assassin. La Guerra del Santo Grial solo debería consistir de siete Master y Servants compitiendo por el Santo Grial. Tu comportamiento al involucrar un niño inocente en esto es la peor ofensa posible. No dejare que te marches.”

“…Hmm. ¿Eso piensas?”

Las palabras de Ruler parecieron tocar algo dentro de la Assassin Negra. Ella miro a la chica desmayada y repentinamente le lanzo un escalpelo.

Ruler lo repelió con su estandarte—pero algo parecía extraño. No tenía sentido el ataque. Ruler solo podía pensar que fue causado por enojo. No, si no fuese simple enojo, entonces—

“Assassin… no puede ser…”

Existen infinidad de niños. Si aun así deseas protegerla… buena suerte con eso.”

Sosteniendo ocho escalpelos entre sus dedos—Assassin sonrió ligeramente.




Desde la azotea del Ayuntamiento de la ciudad de Trifas, la Archer Roja miraba la desastrosa escena debajo de ella con una expresión estupefacta.

“Esto es—”

La niebla cubría Trifas. Aun si era una ciudad pequeña, era una locura que la ciudad entera estuviese cubierta por la niebla. En estos días todo el tráfico en las calles y banquetas se detenía inmediatamente llegada la noche, pero ya que el sol apenas estaba ocultándose mucha gente que estaba a punto de regresar a casa fue devorada por la niebla.

En realidad una multitud de gritos se alzaron por toda la ciudad. Al comienzo la gente se mostró confundida, entonces comenzaron a gritar, y después de gritar rogaron por ayuda con voces rasposas.

…No había nada que ella pudiese hacer.

…Más aun, ella no tenía intenciones de hacer algo tampoco.

“Todos ustedes fueron desafortunados.”

Murmuro fríamente la Archer Roja. Los habitantes deberían haber notado las anormalidades que ocurrían en este pueblo. Ellos fueron los que decidieron salir a caminar por la noche en esta situación.

El Assassin Negro ciertamente estaba involucrado en la causa de sus muertes, pero la responsabilidad de sus muertes recaía en ellos mismos, y más aún—solo fueron mortalmente desafortunados.

…Era una ocurrencia común. Los débiles eran devorados por los fuertes por pura mala suerte e incluso los fuertes llegaban a su final a causa de ‘algo más’. Por lo tanto la Archer Roja no tenía intenciones de salvarlos.

Su visión estaba bloqueada completamente por la niebla, pero si utilizaba su sentido del oído y su habilidad de sentir la presencia de los otros Servants, podría adivinar vagamente la locación de cada Servant. Como era de esperarse, el Assassin Negro era el único cuya presencia era vaga y difusa, pero Ruler era fácil de detectar. Ella era un vórtice de luz que brillaba pura y honestamente sin importar que tan oscura fuera la noche.

La Archer Roja podía notar que el Rider y el Archer Negro la estaban buscando pero no parecían capaces de detectar su presencia aún. Muy probablemente Ruler era la única que podía sentirla.

Pero Ruler estaba corriendo hacia la niebla en este momento. Ella estaba luchando con el Assassin Negro. En otras palabras ella no tendría que concentrarse en el Archer Rojo.

“Aun así… pensar que es incapaz de derrotar a Assassin.”

La Archer Roja inclino su cabeza confundida. Assassin, justo como indicaba su nombre, era la clase del ‘asesinato’. Para ellos el enfrentar a un enemigo directamente era la cima de la estupidez.

Para que ella no pudiese derrotar a Assassin uno contra uno quería decir que, o Ruler era un Servant débil e inútil o esta niebla le daba a Assassin una ventaja tremenda—

De cualquier modo, había llegado el momento de que la Archer Roja tomara una decisión sobre cómo actuar.

¿Debería lanzarse a la niebla o continuar esperando y observando de este modo?

Observar era una táctica valida, pero había un problema… Hasta hace poco el Rider Negro había estado realizando reconocimiento desde el cielo de manera activa. Archer estaba confiada que su velocidad no perdería ni siquiera ante la del Rider Rojo, pero aun así, ella deseaba evitar ser perseguida por un hipogrifo.

Una Bestia Fantasmal nacida de un grifo y un caballo. Sin importar que tan rápida fuese ella en tierra, esa cosa podría alcanzarla fácilmente desde el aire.

Si hubiese algún mérito en saltar valientemente dentro de la niebla, era que la oportunidad de asesinar a Ruler podría aparecer. La Archer Roja había decidido aceptar a Shirou Kotomine como su Master. No sabía si su ‘método’ estaba bien en realidad. Pero definitivamente había cierta verdad en sus palabras.

Deseaba creer en ello. La Archer Roja tenía un deseo que quería priorizar por encima de todo.

La salvación de todos los niños del mundo. Un mundo en que todos sean amados—donde todos sean felices si una sola excepción. La malicia en el mundo indicaba que esto era algo imposible. Todos devoraban a los demás; así es como funcionaba el mundo. Incluso la Archer Roja lo comprendía.

Aun así. Aun así no podía evitar desearlo… Después de todo, la misma Atalanta había sido abandonada en una montaña inmediatamente después de haber nacido.

“Una mujer es innecesaria.”

Su padre había dicho tal cosa y le abandono en la montaña. La Diosa de la Luna Artemis había visto esto y pensó que era una lástima, así que decidió enviar a una osa para criarla.

Protegida por la osa Atalanta creció en la montaña.

Muchos otros bebés además de ella eran abandonados en esa montaña. La mayoría de estos infantes morían ya fuesen devorados por bestias o de hambre. Aun si sobrevivían por casualidad su forma de pensar era exactamente la de las bestias. Separados del mundo Vivian vidas sin sentido y tenían muertes sin sentido.

Gracias a que fue criada por una osa, la vida de Atalanta fue salvada y eventualmente fue encontrada por un cazador.

…Ella lo recordaba.

Recordaba bastante bien el momento en que fue abandonada. Como infante, había agitado sus manos ruidosamente y había buscado desesperadamente a su padre y madre—pero su madre no estaba ahí y su padre la había abandonado.

Ella recordaba desear ser salvada. Recordaba desear que alguien tomara su mano.

Recordaba que su deseo no fue concedido y como se había ahogado en un mar de miedo—y como había extendido sus manos mientras sollozaba.

La herida en su corazón por haber sido abandonada nunca sanó.

Incluso después de crecer hermosa y convertirse en una famosa arquera—seguía manteniendo su soledad.

Había tenido amigos. Había tenido compañeros con los que viajó en el Argo y vivió muchas aventuras. Pero nunca encontró un humano que pudiese amar al punto de arriesgar su vida y jamás pensó en tener hijos.

Ese sentimiento había crecido aún más después de la competición y lucha sobre la Cacería del Jabalí de Calidonia.

Pero—la causa más probable fue que su fama se alzó a causa de sus aventuras, la belleza de Atalanta llego a oídos de mucha gente y al final también llego a oídos de su padre.

“Cualquiera está bien. Elige un marido y ten un hijo.”

Para su padre su reunión con Atalanta fue un evento feliz. Pero solo fue porque ella había crecido bella y podía ser utilizada para un matrimonio arreglado.

…Al final, su padre jamás amó a su hija, del inicio hasta el final.

Después de eso, ella trató de huir del matrimonio una vez que averiguo las condiciones para ello, pero se vio atrapada en una trampa y termino casándose con Hipomenes.

—Ella solo deseaba ser amada.

Deseaba conocer el verdadero amor, sin ataduras a un deseo carnal, honor o lujuria por el poder.

Habría sido mejor si pudiese creer que no había tal cosa como el amor. Si pudiera pensar que este mundo era el infierno, que este era un mundo maldito donde los padres devoran a sus hijos y los hijos devoran a sus padres— ¿Qué tan bueno podría ser un mundo así?

Pero eso era errado.

En este mundo había padres que amaban a sus hijos. Era un amor libre y maravilloso. Había padres que daban su vida por sus hijos. Había padres que trabajaban duro toda su vida por el bienestar de sus hijos y aun así sonreían.

Por otro lado había padres que oprimían a sus hijos. Había padres que trataban a los hijos que habían traído a la vida como si fuesen basura.

Eso está mal, pensaba Atalanta.

Debe de ser corregido, pensaba Atalanta.

Aun cuando comprendía que era una parte natural de la crueldad de este mundo, aun deseaba que cambiara.

La razón de que participara en la Guerra del Santo Grial era que aún tenía la ligera esperanza de que el Santo Grial pudiese conceder su deseo.

Era un deseo que la Assassin Roja había llamado “imposible”.

La misma Archer lo comprendía. Pensaba que podría ser un deseo que sobrepasara las habilidades del Santo Grial.

Pero Shirou Kotomine le había mostrado un modo. Ese chico le había mostrado una esperanza. Un método para salvar al mundo, para salvar a todos los niños utilizando el Santo Grial.

En ese caso, eliminaría incluso a Ruler si se convirtiera en un obstáculo.

Estaba completamente al tanto de los peligros de saltar dentro de la niebla. Lo sabía, pero—

“Si es por el bienestar de esos niños, no tengo arrepentimientos”

La Archer Roja saltó del tejado del ayuntamiento dentro de la niebla.




Él era asaltado por un inmenso dolor con cada respiración. Una horrible cicatriz se desplegaba en su pecho manchado de sangre, una marca de los disparos que le habían dado. Tres balas habían atravesado los músculos de su pecho y alcanzaron su corazón. Si hubiesen disparado a su cabeza sin duda estaría muerto.

Pero eso no significa que hubiese escapado de la muerte—de hecho había una pistola apuntada hacia Sieg en este momento.

Todo se terminaría si le dispararan a la cabeza. Y la joven enfrente de él estaba remplazando las balas en un movimiento suave y ágil. Sus movimientos eran extremadamente tranquilos, sin mostrar signos de pánico. Está acostumbrada a asesinar… dedujo Sieg.

En solo unos segundos, esta mujer iba a dispararle en la cabeza.

No se lo permitiré. Activando Circuitos Mágicos—concentrando prana en la palma de la mano—adquiriendo información de las balas cargadas—dejando para más tarde si seré capaz de mover mi brazo a la misma velocidad que las balas y aplastarlas en el instante en que me toquen— ¡grita el hechizo!

“¡Oooooooooh!”

El arma fue disparada.

Dos balas fueron disparadas y repelió cada una de ellas.

Su brazo derecho fue herido… Definitivamente se habían formado anormalidades dentro de sus huesos. Soportándolo, apretó los dientes y la miró de manera amenazadora.

La madre que buscaba ayuda. La madre que se reía junto a su hija. ¿Quién eres?

Un Master ¿O tal vez alguien más? De cualquier modo ella no era una persona inocente que pudiese dejar en paz. Pero, completamente opuesta a la voluntad de pelea de Sieg, la joven no siguió jalando el gatillo y en vez de ello, repentinamente dejo caer su abrigo y comenzó a correr.

“¡E… espera!”

Tomado por sorpresa por su intento de huida, Sieg comenzó a perseguirla frenéticamente. Pero en ese momento un terrible sonido se interpuso entre ellos. Inmediatamente después dos figuras saltaron por encima de él.

Una era Ruler, y la otra era una delgada joven que llevaba un traje de cuero. Ruler corría tan fuerte que era capaz de aplastar el pavimento debajo de ella y llevaba a una chica en un brazo. La otra chica escaló y se sujetó al muro de un edificio con una velocidad claramente inhumana.

“¿¡Sieg-kun!?”

“¡Ah…!”

La chica miró el rostro de Sieg y pareció sorprenderse un poco dejando salir un suspiro.

Ruler de inmediato agitó su estandarte—y un agudo sonido metálico resonó. Un escalpelo aplastado cayó al suelo.

Parecía que la chica había lanzado un escalpelo hacia Sieg y Ruler lo había derribado.

“…No estás muerto. Que sorpresa.”

“Assassin… parece que tienes una deuda que saldar con él pero ahora yo soy tu oponente.”

Aparentemente la chica era la Assassin Negra—en otras palabras, Jack el Destripador.

“Que mala broma.”

En respuesta al murmullo de Sieg, Ruler suspiro completamente de acuerdo. Ella aun llevaba a la chica inconsciente en sus brazos.

“Ella era—la hija de la madre, si recordaba claramente.”

“Sí. Más importante, Sieg-kun, ¿acaso encontraste a su madre?”

Le pregunto Ruler mientras sostenía su estandarte y miraba a Assassin con cautela. Assassin aun colgaba del muro sin moverse mientras preparaba dos escalpelos. Como si fuese una araña pensó Sieg.

“…Parecer que la madre es la Master de Assassin.”

“¿Eh? ¿Cómo lo sabes?”

Sieg llevó silenciosamente una mano a su pecho para mostrar la sangre que caía de este.

“Ella me disparo.”

“Ya veo, ella te disparo… ¿¡E-E-E-Estas bien, Sieg-kun!?”

En realidad las balas habían llegado a su corazón, así que estaba lejos de estar bien—pero actualmente no significaba algún dolor u obstáculo a sus movimientos.

“Ya veo. Aún más importante Ruler. Yo perseguiré al Master para tratar de derribar a la Assassin Negra también.”

“…No, sería mejor que la dejaras ir.”

Mientras decía eso, Ruler ondeo su estandarte—y antes de que Sieg pudiera preguntar porque, un agudo sonido metálico inundo el área. Y entonces, pedazos de un escalpelo roto cayeron en el piso cerca de Sieg.

“No te dejare ponerle una mano encima a Madre.”

Había una clara intención asesina dentro de la expresión comúnmente imperturbable de Assassin. Ya veo. Sieg lo comprendió de inmediato. Si él se apartaba de Ruler, Assassin definitivamente lo atacaría.

Naturalmente Ruler actuaria para defenderlo, pero Assassin rivalizaba con las clases de Caballería de los Espíritus Heroicos o con la clase Rider cuando hablábamos sobre su agilidad. En el peor caso, si ella lograba esquivar a Ruler, Assassin asesinaría fácilmente a Sieg.

“Lo lamento. Parece que me he vuelto una carga.”

“Está bien… No te preocupes, Sieg-kun. No hay necesidad de que te transformes. Si esperamos un poco más llegaran refuerzos.” Refuerzos.

Ya veo. Sieg decidió mantener esta postura de pasividad. Sieg se había decidido a transformarse en Saber si hubiese comenzado una pelea antes, pero decidió esperar. Si se transformaba, la buena voluntad de Ruler llegaría a nada. Prevenir eso era muy importante para Sieg.

Sieg juntó prana y entonces desenvaino una delgada espalda de la funda que colgaba de su cintura. Era la espada que el Rider Negro le había dado antes. Era el arma de un Servant, un ser espiritual, así que normalmente solo Rider podría materializarla al reunir prana.

Pero, ya que la había obtenido como préstamo del mismo Rider y el mismo Sieg se había convertido en algo excesivamente cercano a un Servant, era capaz de materializarla en el mundo físico utilizando el mismo truco que usaba para activar sus Circuitos Mágicos.

“Nosotras no haríamos eso si fuésemos ustedes, ¿cierto?”

Sonriendo ligeramente, la Assassin Negra silbó. El sonido de pasos resonó alrededor de ellos—y entonces el rostro de Ruler palideció.

“¡Assassin, no te atreverías…!”

Escuchando la tensión en la voz de Ruler, Sieg también se puso en guardia y observo sus alrededores. Desde la niebla comenzaron a formarse tenues formas de incontables niños sosteniendo escalpelos en sus manos. Algunos de ellos era ligeramente familiares—entre ellos se encontraban chicos que habían visto jugando horas antes.

Llevaban expresiones vacías con sus bocas abiertas, sus cuerpos enteros se convulsionaban con espasmos y los brazos que sostenían los escalpelos se estaban volviendo negros… la Assassin Negra era un conglomerado de espíritus vengativos. Esos espíritus parecían haber poseído a estos niños. Los espíritus vengativos por separado eran suficientemente débiles como para que un santo como Ruler pudiese disiparlos fácilmente leyendo alguna escritura sagrada, pero Assassin no los estaba utilizando como soldados, sino como rehenes móviles. Dado que Ruler era un santo, debía proteger a esos niños… o eso había juzgado Assassin.

“Hmm, entonces Ruler y también el, umm… ¿el Master de ahí? Traten de proteger a cada uno de ellos.”

“¡Sieg-kun!”

Ni siquiera tienes que preguntar. Sieg pensó mientras se movía. Él repelió los escalpelos que le habían lanzado y al mismo tiempo derribo a los niños que corrían hacia él. Los niños no estaban atacando por su propia voluntad, si no por los espíritus vengativos que los poseían. Estaban inconscientes desde el comienzo, así que desmayarlos fue inútil y solo podía comprar tiempo al derribarlos.

Pero mientras derribaba desesperada e incesantemente a cada niño, los escalpelos de Assassin llegaban volando. Peor aún, cada uno estaba dirigido inmisericorde e incesantemente a los niños.

“¡Kuh…!”

Un escalpelo se clavó en el brazo derecho de Sieg. Defenderse de los escalpelos sin saber cuándo llegarían volando mientras que también tenía que lidiar con los ataques de los niños era algo más allá de las capacidades de Sieg, como era de esperarse.

Aunque Ruler era capaz de deshacerse de los escalpelos, era forzada a retroceder un paso por cada paso adelante, evitando que pudiese acercarse a Assassin. Si Ruler se aproximara sin cuidado, Assassin fácilmente podría hacer llover escalpelos hacia los niños.

Por un instante, Ruler pensó en utilizar un Hechizo de Comando, pero la Master femenina que había huido era el problema. Basándonos en el comportamiento de Assassin, su relación con su Master era más cercana a la de una madre y su hija más que la de un Master y Servant, y como tal probablemente no serían mezquinos acerca de utilizar Hechizos de Comando dependiendo de la situación. Era probable que cualquier orden que Ruler le diera a Assassin para que cometiera suicidio o le fuese un obstáculo, sería cancelada de inmediato por los Hechizos de Comando de su Master.

La situación estaba en un completo estancamiento, pero el cansancio de Sieg seguía incrementándose poco a poco. Era una batalla contra el tiempo. Ya sea que Rider entrara a la niebla, los encontrara y se uniera a la batalla primero o Assassin asesinara a Sieg antes de eso.

Aun si derrotar a Ruler fuese imposible, Assassin determino que matar a Sieg sería fácil. Un ataque sorpresa ya era imposible en esta situación, pero aun así, ella podría fácilmente golpearle cuando bajaran la guardia.

Assassin lanzó una lluvia de escalpelos y comenzó a separar a Ruler y a Sieg, aunque el pivote de su plan meramente requería que alejara lo suficiente a Sieg de Ruler para que esta no pudiese alcanzarlo de un salto.

Ella controlaba a los niños con sus espíritus vengativos y gradualmente comenzaba a separar a Ruler de Sieg. Incluso mientras lanzaba escalpelos, Assassin se movía a una locación desde la cual pudiera asesinar a Sieg con un solo golpe.

Ruler purificaba los espíritus vengativos que poseían a los niños, uno a uno.

Pero había demasiados niños, y la mayoría de ellos retenían su valor como rehenes incluso con los espíritus vengativos disipados. Eso solo hacía que protegerlos fuese más fácil, pero eso era todo.

En medio de todo esto Ruler se dio cuenta.

“¡Sieg-kun! ¡Regresa aquí!”

Escuchando el grito de Ruler, Sieg finalmente lo noto. Él y Ruler se habían separado por completo a causa de los niños que se encontraban atacando entre ellos.

Aun si Ruler trataba de proteger a Sieg del ataque de Assassin, con una docena de niños actuando como un muro y bloqueando el camino, sería incapaz de proteger a Sieg al menos por un instante.

“¡Demasiado lenta————!”

Assassin saltó del muro y se lanzó hacia Sieg. Ella sostenía un cuchillo de carnicero en cada mano y se movió para cortar la cabeza de Sieg con estos.

Su confianza en su victoria era absoluta.

El sonido de la desesperación de su derrota.

Pero había algo incluso más rápido que la decisión de Sieg de transformarse o el movimiento para cortar la cabeza de Sieg.

Una flecha disparada para un Arquero semi divino—el Archer Negro—se hizo paso a través de la niebla que rodeaba el pueblo como si fuese un tiburón.

Era demasiado tarde para el momento en que Assassin lo noto. La flecha, llena de prana, exploto como el disparo de un cañón. Fue suficientemente fuerte como para que una onda expansiva lanzara a Sieg y lo enviara rodando a través del piso. Assassin, quien fue golpeada directamente por ella, perdió una parte de su cuerpo destrozada.

“¡¡Ugh, guuuuuuh…!!”

Aullando de dolor, Assassin logro saltar alejándose. Ella saltó de edificio en edificio y trato de escapar a un lugar seguro.

“¡—No te escaparas!”

Ruler corrió hacia ella con la velocidad de un cometa.

Ya que Assassin se concentraba en huir, los movimientos de los niños poseídos se volvieron torpes, habiendo notado eso, Ruler corrió a través de la superficie del muro de un edificio y blandió su estandarte sagrado hacia la Assassin Negra.

Assassin trato de bloquear el ataque directamente con el cuchillo de carnicero en sus manos, pero el estandarte sagrado no tenía un filo como el de una espada. Era un arma que bloqueaba los ataques y derribaba al enemigo con su cuerpo de acero.

Además, el estandarte de Jeanne d’Arc era un tesoro sagrado que siempre la había acompañado al campo de batalla y era tratado como un símbolo incluso en la actualidad.

Los cuchillos de Jack el Destripador eran símbolos del miedo—aun así no había forma de que pudieran ganar contra el estandarte sagrado que había ganado gran fama en el campo de batalla.

La Assassin Negra cayó. Con un golpe tan fuerte como para hacer un cráter en el pavimento de piedra, ella básicamente había quedado incapacitada para seguir peleando.

Lo triste de la clase Assassin era que no tenían la resistencia para intercambiar golpes directos con aquellos de la clase de las Caballerías o la clase Ruler.

“¡Guh… uu, uuu, uuuuuuugh…!”

Aun así, la Assassin Negra continuaba moviéndose y trató de escapar. Ruler miro a Sieg. Los niños poseídos estaban cayendo al suelo como si hubieran perdido sus almas.

Ruler imaginaba que las heridas de la Assassin Negra eran la causa más probable. Su conclusión no era errada. La Assassin Negra se había debilitado hasta el punto en que tenía que llamar de regreso y reunir al resto de los espíritus que poseían a los niños.

Incluso la niebla creada por su Noble Phantasm estaba disipándose gradualmente.

“Ma… dre… Madre, ¡Madre…!”

Mientras caía sobre sus manos y rodillas y trataba de huir solo utilizando sus brazos, la Assassin Negra seguía llamando a su madre. Ruler no pudo evitar sentir lástima por ella.

Si alguien le preguntara si Assassin era la perpetradora o la víctima, diría sin duda que era la perpetradora. Pero lo más seguro es que sus orígenes hayan sido los de una víctima.

Mirando su forma y escuchando su voz, Ruler llego a esa conclusión.

Y—sin embargo, era maligna. Si se le dejaba sola, el fenómeno conocido como Jack el Destripador probablemente crecería hasta que no pudiese ser contenido en el marco de un Servant.

Ella era única, un monstruo anormal que existía fuera de los marcos convencionales.

Ruler se interpuso frente a la Assassin Negra quien se arrastraba y puso una mano en su rostro para sublimarla con Rito de Bautismo.

“El señor perdona todas las injusticias y perdona todas las calamidades. Y libera tu alma de la tumba, sintiendo amor y compasión—”

Tal vez sintiendo algo, los fríos ojos azules de Assassin se ampliaron llenos de miedo.

“No…”

Sin responder a las palabras de Assassin, Ruler comenzó a rezar.

“No… no… ¡no, no, no…! ¡Detente! ¡Détente, détente, détente! ¡Madre…! Sálvame ¡Madre…!

Ruler apretó los dientes y continuó sus rezos, pero repentinamente sintió un flujo masivo de prana.

“¿¡Esto es—un Hechizo de Comando!?”

“¡Madreeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!”

La Assassin Negra desapareció en ese instante. El Master probablemente había sentido que su Servant estaba en peligro y utilizó un Hechizo de Comando. Justo como Ruler lo había pensado, ella parecía observar la condición de Assassin desde algún lugar. Su falta de esfuerzo para ocultar sus asesinatos podría descalificarla como un mago, pero parecía que entendía claramente el sistema bajo el que funcionaba la Guerra del Santo Grial.

Ruler sentía ligeros rastros de la presencia del Assassin Negro. Muy probablemente seguía en algún lugar de este pueblo. Ahora que la niebla se había disipado, buscarla sería fácil. No podían permitirse que escapara.

“¡Persigámosla, Sieg-kun!”

Sieg asintió y comenzó a correr detrás de Ruler.



Rikudou Reika utilizó un Hechizo de Comando ya que la niebla se había disipado. Que la niebla se disipara significaba que el poder de Jack se había debilitado considerablemente. Para Reika era fácil imaginar que ella había caído en una situación peligrosa.

“Ma… dre…”

Mientras la Assassin Negra se retorcía de dolor, Reika la levanto. Aunque ella era un Servant, su peso era el mismo que el de una niña. Assassin era extremadamente ligera, tanto que Reika se preguntaba si estaba completamente vacía por dentro.

“Lo siento…”

“No hables. Ahora duerme.”

Reika comenzó a caminar apresuradamente mientras hablaba. Tenían que huir de ahí. Afortunadamente su escondite se encontraba cerca.

Madre… ¿Qué deberíamos hacer ahora…?”

“Pensemos en ello después de que cures tus heridas. Por ahora deberías descansar.”

Mientras decía esto Reika siguió pensando. Deseaban obtener el Santo Grial, y aquella gente con la que habían luchado eran un obstáculo para ello, pero eliminarlos seria incluso más difícil después de esto. Tal vez ellas deberían pensar en una guerra prolongada y salir de Trifas por ahora.

Afortunadamente no habría problemas para obtener información mientras hubiese magos alrededor. Sin importar en que parte del mundo se encuentre el Santo Grial, definitivamente serían capaces de rastrearlo.

“…Hey, hey, Madre. Quiero escuchar, el piano, de nuevo…”

Escuchando la infantil y repentina petición proveniente de la boca de Jack, Reika comenzó a reír. Aunque estaba sufriendo, Jack se quejó adorablemente mientras sonreía.

“De acuerdo, tocare para ti.”

Priorizar las palabras de Jack era más importante para Reika en este momento que pensar un plan de batalla.

Ver la sonrisa de Jack a pesar del dolor hizo que Reika se sintiera aliviada. La niebla se había desvanecido en el aire. Si no se apresuraban las encontrarían de nuevo—

Reika se apresuraba a través de una estrecha calle lo suficientemente ancha para que pasara un solo carro. Había gente desmayada en el piso aquí y allá, pero ella ignoro a cada uno de ellos. Su corazón no sentía nada por ellos, descartándolos de su mente. ‘Fueron desafortunados’. Justo ahora, darle a su hija la oportunidad de descansar era prioritario para ella.

Una de las lámparas de la calle, que justo acababa de encenderse, ilumino el vidrio de la ventana de una tienda por la que casualmente se encontraban cruzando.

Por casualidad, el reflejo de la luz le mostro eso a Reika. Una forma humana, vistiendo ropajes extraños que claramente parecían provenientes de una era completamente diferente. Y esa persona había preparado una flecha en su arco y estaba apuntando en su dirección—definitivamente era un enemigo y el blanco de esa flecha eran Reika y Jack quien iba en sus brazos.

Fue forzada a elegir. A este paso, la flecha definitivamente atravesaría tanto a Jack como a ella. No sabía que pasaría con Jack, pero al menos ella experimentaría una muerte casi instantánea. El depender de la suerte sería inútil.

No podía escapar y pelear también sería difícil. No había posibilidad de que el enemigo les mostrara piedad.

En otras palabras, no tenía forma de detenerla. Por lo tanto, no había razón para lo que estaba a punto de hacer.

“…Si, no hay nada que hacer.”

En verdad no había significado en hacerlo. Pero tengo que hacerlo, pensó Rikudou Reika.

Sus pensamientos terminaron justo en ese instante.

Reika giró repentinamente y soltó a Jack de sus brazos. Naturalmente, Jack cayó de espaldas al pavimento de piedra. Habiendo sido lanzada repentinamente, Jack miro a Reika con una expresión sorprendida—y su expresión se congelo.

¿Ma, dre…?

Ella sintió un dolor agudo por un instante, pero aun así, Reika logro entenderlo instintivamente.

No puedo ser salvada.

—Desde el comienzo era una batalla con pocas oportunidades de victoria. Dado que la clase Assassin en si misma solo mostraba su valor real en una batalla todos contra todos, Jack era incapaz de luchar justamente sin importar cuanto lo intentara.

Matar Masters también era difícil considerando como se encontraban recluidos en una fortaleza. Además, su Master, Reika, no era un mago y no podía proporcionarle prana, la fuente del poder de un Servant.

Es por eso que desde el comienzo se encontraban en una sobrecogedora desventaja. Si Reika supiera quien controlaba todo esto, habría puesto una seria queja contra ellos.

Pero a Reika no le importaba.

No le importaba matar gente. Había matado tanto a los pecadores como a los inocentes, pero aun así no se preocupaba por ello—sentía algo de lastima por las víctimas, pero eso era todo.

Solo había dos puntos importantes para ella.

Jack el Destripador había salvado a Rikudou Reika. Le había otorgado el deseo de vivir.

Y, aunque fue por un breve tiempo, había disfrutado los días que paso con Jack más que ninguna otra cosa en su vida entera.

Sin importar que tan sanguinaria, que tan cruel fuese Jack—

Rikudou Reika había disfrutado desde el fondo de su corazón estar con ella.

Madre.

Una niña la llamo con su inocente voz. Sin importar cual fuse su identidad, a Reika no le interesaba. Algo así de simple le hacía feliz. Solo eso hacía de esos días algo maravilloso.

Ese sueño feliz había concluido.

Tenía montañas de lamentaciones—pero no tenía caso lamentarse.

Fue un sueño feliz.

Mientras que sus pensamientos seguían siendo claros Reika murmuro en su mente.

Mientras caía al suelo boca arriba, Jack se acercó hacia ella frenéticamente.+

¡¡Madre…!!

Reika puso una mano en la mejilla de Jack—al menos tenía suficiente tiempo y fuerza aun para hacer eso. Ella sonrió—de algún modo logró hacerlo. Decir unas palabras finales—eso no tendría sentido. Había algo más importante que debía decir ahora.

Tenía dos cosas que decir.

“Te ordeno con dos Hechizos de Comando. [Aun si ya no estoy aquí], [estarás bien]… Jack.”

Era inútil conservar estos Hechizos de Comando en este punto.

Utilizaría los dos restantes para tratar de mejorar las posibilidades de supervivencia de Jack aunque fuese solo un poco. Como siempre, no comprendía la hechicería muy bien.

No la comprendía, así que los utilizo como el sustituto de un amuleto de buena suerte. Como una madre tratando de tranquilizar a su atemorizada hija, Reika utilizo los dos Hechizos de Comando restantes.

“No, no te vayas, no te vayas, ¡Madre! ¡No, no, no…!”

Eres una hija muy lista, pensó Reika.

Estaba perdiendo la conciencia y alejándose de este mundo—había cerrado sus ojos. Su sentido del oído se desvanecía y ni siquiera podía sujetar la mano que sujetaba la suya.

Ya no podía sentir nada o pensar algo.

En ese momento, Rikudou Reika meramente llevaba una expresión que de algún modo parecía acorde a la situación… una sonrisa.



La Archer Roja había derribado al Master del Assassin Negro. Aun si los hubiera dejado solos no habría sido un problema. Sin embargo, habría sido mejor para el bando de Archer si Assassin y su Master siguieran creando caos de ese modo. Los únicos preocupados por el hecho de que eran asesinos y se desviaban de las reglas de la Gran Guerra del Santo Grial eran los magos. No tenía nada que ver con la Archer Roja.

Pero—el Assassin Negro había involucrado a los niños.

En ese instante, Assassin y su Master se volvieron enemigos de la Archer Roja. El Master era especialmente imperdonable. Assassin era una niña pero su Master era una adulta—y había permitido que su Servant involucrara niños.

Archer había preparado una flecha y tenía la intención de terminar tanto con Assassin como con su Master. Pero sorprendentemente el Master de Assassin, tal vez porque estaba tratando de proteger al Servant en sus brazos, se había dado la vuelta en la dirección de Archer.

Coincidentemente sus miradas se encontraron.

No tenía la apariencia de un mago hábil, sino que llevaba ropa moderna—claramente era una mujer ordinaria.

La mujer llevaba un semblante pasajero de tristeza, y entonces, sin resistirse en lo absoluto, simplemente esperó a que fuese disparada la flecha. No, eso no era correcto. Parecía que la mujer trataba de proteger a Assassin.

—Aun cuando era un acto inútil.

La Archer Roja no dudó. Si su blanco iba a permitir que le disparasen, Archer no dejaría pasar la oportunidad. Neutral, vaciando todos sus sentimientos, disparó esa flecha.

El disparo era más que suficiente para matar a una persona. La flecha atravesó el pecho del Master, y la Archer Roja pudo sentir que había asesinado al Master de Assassin.

¡Madre…! ¡Madre, Madre, Madre…!

La Master de Assassin había puesto una mano en la mejilla de la niña que la llamaba desesperadamente, y murmuro algo hacia ella antes de morir finalmente.

Un sentimiento similar a la culpa se alojó en el pecho de Archer, pero no conmovió su corazón. Aun si ella era una niña, Assassin era un Servant. Los Servants eran seres invocados para ganar la Guerra del Santo Grial.

Aun si tomaba la forma de una niña, esa simplemente era la forma de la cúspide de su vida.

…Aunque era irregular, había casos así dentro de los Espíritus Heroicos.

La Assassin Negra simplemente observaba el cadáver de su Master, confundida. Ella desaparecería eventualmente a este paso, aun si Archer la dejaba ir, pero aun si hubiese una oportunidad de una en un millón, otro Master podría aparecer para hacer un contrato con ella.

Me desharé de ella aquí y ahora, decidió Archer, preparando otra flecha y disparando inmediatamente. Assassin no se movió un centímetro de su posición arrodillada a lado del cadáver. Tal vez ni siquiera comprendía que le habían disparado una flecha.

Es mejor de este modo, pensó Archer. Sería mejor si dejaba que las cosas sucedieran de este modo. Todos los lamentos de Assassin, su esperanza o desesperación serian irrelevantes si desaparecía.

Assassin se convulsiono por unos instantes cuando la flecha atravesó su corazón, ni siquiera dejando salir un grito.

Confundida, la Archer Roja se aproximó a ella. La flecha definitivamente debería haber destruido el núcleo espiritual de Assassin. Pero ella no mostraba signos de esto.

No había muestras de dolor o de que su cuerpo se desvaneciera. Era algo anormal. Assassin solo miraba hacia el cielo. Su rostro inexpresivo hacia claro que era incapaz de seguir peleando.

Y aun así, la Archer Roja sintió un escalofrió y comenzó a sentir miedo sobre algo que no podía identificar.

Los Espíritus Heroicos eran aquellos que se habían convertido en figuras valientes al conquistar el miedo en todas sus formas. Naturalmente, como parte de esos Espíritus Heroicos, Atalanta lo comprendía bastante bien.

Ella no sentía miedo por la oscuridad del bosque en medio de la noche. No había temido al jabalí gigante que un dios había liberado en la tierra.

Incluso se podía reír y superar campos de batalla donde un instante de indecisión podía llevarte a la muerte. Eso no debería de haber cambiado en la Gran Guerra del Santo Grial.

No había espacio para que sintiera miedo en esta situación. Había derribado a un enemigo, aun si no lo hubiese hecho, Assassin estaba al borde de la muerte. Este era territorio enemigo, pero estaba confiada en que podría escapar con su velocidad. Aun si todo procedía del peor modo posible y perecía en el campo de batalla, tendría algunos lamentos, pero podría aceptarlo.

Ese era el karma de la batalla. Cualquier Espíritu Heroico tenía al menos esa resolución.

Pero…

La Archer Roja dio un paso atrás- No, la cosa que le preocupada en este momento era algo definitivamente diferente a ese tipo de miedo.

Era un sentimiento que, con solo permanecer aquí, algo se terminaría.

¿Qué era lo que tenía que temer? La Assassin Negra ya no tenía forma de contraatacar.

¿Qué tipo de amenaza podría este Servant, cuyo Master estaba muerto y no podía utilizar su Noble Phantasm, representar?

No había una amenaza. No debería haberla, y aun así—

La cabeza de la Assassin Negra giró por completo como si fuese una muñeca y se detuvo a mirar a la Archer Roja. Archer no pudo evitar pensar que sus ojos en blanco eran tan bellos como unos cristales azules.

La Assassin Negra abrió la boca.

“¿Por qué?”

Después de que Assassin hiciera esa pregunta, un torrente de un fango negro broto de su boca.

La Archer Roja saltó hacia atrás frenéticamente, pero su reacción fue fatalmente demasiado lenta.

“¿¡Esto es…!?”

Invocada como un Assassin, Jack el Destripador era una amalgama de espíritus vengativos. Los niños no natos que habían sido abandonados en el distrito Whitechapel se habían materializado temporalmente al tomar la forma de una joven chica.

La flecha de la Archer Roja los había liberado del punto focal conocido como [Jack el Destripador].

Asemejando una densa niebla, los espíritus vengativos atacaron al ser vivo más cercano, Archer—y la cubrieron por completo.

—En ese instante la Archer Roja vio el infierno.

Pregunta: ¿Qué es el infierno?

Respuesta: Tortura Eterna.

Respuesta: Masacre Perpetua.

Respuesta: Desesperación Sin Fin.

Es verdad, cada una de esas respuestas podía ser el infierno.

Sin embargo, en realidad había una gran variedad de infiernos en este mundo.

La ciudad de la niebla, Londres, el distrito Whitechapel—para cierta gente, ese lugar definitivamente era el infierno. El solo sobrevivir era difícil, y era imposible llevar una vida de la cual estar orgulloso.

¿Cómo podría haber orgullo en un mundo donde chicas de nueve años vendían sus cuerpos en las calles? La peste de las fábricas de curtidos y las plantas de procesamiento de carne llenaban siempre el aire y las ratas y las cucarachas se regocijaban en esta sociedad. No había tal cosa como ser ‘fuerte’ ahí; todos los que vivían en ese lugar eran debiluchos miserables, victimas lamentables y asaltantes crueles.

Si, era el infierno.

Infierno, esto en verdad es el infierno. Niños, hay niños, tantos niños.

Sus miradas están muertas. Entienden que no hay amor en este mundo. No, se equivocan, existe amor. Definitivamente lo hay. Y aun así no puedo decírselos. Deseo ayudar, deseo salvarlos a todos y aun así mi cuerpo no se mueve.

Todos los niños llevaron sus miradas hacia ella.

¡Los salvare! ¡Los salvare! En el pasado fui abandonada como todos ustedes. ¡Fui salvada de ese destino! La alegría de ello, la felicidad de ello, se las otorgare a todos ustedes—

Había perdido la habilidad de hablar, pero aun así, la Archer Roja trataba de razonar con ellos desde su corazón. Los niños simplemente se acercaban en silencio.

No había alegría, tristeza u odio en ellos. Sus fríos e inhumanos ojos eran demasiado similares a los de un tiburón.

La Archer Roja trató de dar un paso atrás de manera inconsciente a causa de una repugnancia escalofriante, pero uno de los niños sujetó su brazo.

Todos los niños abrieron sus bocas al mismo tiempo.

“Únetenos.”

Suavemente, los niños entraron en su piel. Otro sujetó sus piernas—y penetró sus venas. Otros penetraron sus nervios, huesos, órganos, músculos, cerebro…

La Archer Roja gritó.

Su corazón estaba atormentado no por el miedo, sino por la desesperación de los niños y la suya—