Fate/Strange Fake Jugador
Epilogo: Jugador[edit]
Tú—llegaste a la ciudad de Snowfield como un viajero, sin saber del grito de Guerra que casi partió la tierra el día anterior.
Entraste a una farmacia cerca de la entrada de la ciudad y preguntaste si habría algún motel de un solo piso barato y cercano.
La persona encargada del mostrador llevaba un mohawk. Aunque su apariencia contradecía su naturaleza amigable. Él señalo algunos moteles cercanos. También menciono algunos hoteles de precios similares cercanos, pero rechazaste educadamente sus sugerencias.
El hombre con el mohawk te miro curiosamente. Eventualmente movió su mirada a tus manos y cuello.
“Hey, esos son unos tatuajes geniales, compañero.” Murmuro.
Te forzaste a reír ante sus comentarios mientras abandonabas la tienda y mirabas tus propias manos.
En tu mano izquierda y derecha se encontraban dos marca idénticas.
Pero eso ya lo sabias.
Un signo se encontraba inscrito tanto en cada uno de tus hombros como en tu espalda.
Un vagabundo que llego a Snowfield en medio de la guerra, llevando cinco Hechizos de Comando: ese es quien eres tú.
Puede que fueses un hombre o tal vez una mujer.
Tu etnia y tu complexión no son conocidas por nadie más.
Podrías ser un criminal, un santo o un falsificador.
Tenías cerca de veinte años o tal vez ya los habías pasado.
Tienes la libertad de decidir qué es lo que harás en este lugar.
Podrías encontrarte con el rey dorado y la chica de piel rojiza.
Podrías encontrarte con el mago carente de malicia y el asesino que carece de un cuerpo.
Podrías encontrarte con una mujer de una fe profunda y al vampiro que se encuentra persiguiéndola.
Podrías ser aprisionado por esos incontables policías, equipados con armas bizarras.
Podrías ser secuestrado hacia el sueño de la chica que se encuentra en coma.
Podrías encontrarte con una noble bestia y el Espíritu Heroico que se encuentra a su lado.
Podrías escoger pelear a lado de cualquiera de ellos, o elegir asesinarlos a todos.
Traición, confianza, emboscada, fuga, todo depende de ti.
Podrías destruir todo a tu paso. Podrías salvar todo lo que se encuentre en tu camino.
Sin embargo, estas atado a ciertas condiciones.
Regla: No puedes entrar a edificios que contengan elevadores.
Regla: De vez en cuando tienes visiones de una chica bañada en sangre.
Regla: Hace mucho tiempo viviste en Fuyuki, Japón.
Regla: Parece que estabas huyendo de algo cuando viniste a América.
Dependiendo de lo que hagas, podrías o no sobreponerte a estos obstáculos.
Pero sin importar que, no puedas escapar de los Hechizos de Comando.
Sabes que el huir resultaría en tu muerte. Ese conocimiento está gravado en tu cuerpo.
Estas conectado a varios Espíritus Heroicos por tus Hechizos de Comando.
A diferencia de los otros Servants, tus Servants no pueden ser invocados continuamente.
Si utilizas tu poder para llamar a un Servant, perderás un Hechizo de Comando y la protección que estos ofrecen.
Tienes acceso a cinco Servants en una sola ocasión.
Dependiendo de cómo los utilices podrías aniquilar a los otros Servants.
Es verdad, tú—
Tú viniste a esta ciudad para llenar el vacío dejado por la clase perdida Saber.
Sin embargo no eres un mago. Eres un simple humano.
Sobre cómo te encontraste en esta situación en primer lugar—Todo comenzó tres días atrás—
Tal vez deberíamos comenzar con la ocasión en que te encontraste con cierta mujer en Las Vegas.
Después de que te forzó a aceptar los Hechizos de Comando, te susurro.
“Para subvertir todo lo que resulto de la Quinta Guerra—”
“Para convertir todo en nada nuevamente—incluyendo todos los sacrificios que hemos hecho—”
“Para lograr esas metas, nos haremos con este falso Santo Grial.”
No era claro que tanto entendiste de lo que ella dijo.
Solo recuerdas que ella era indescriptiblemente bella.
Era como un cuento de hadas. Ella, con su pelo blanco y piel pálida, te trajo aquí, y entonces
¡Una vez que hayas diseñado a tu personaje, el resto de la historia podrá tomar parte en el juego!
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