Gekkou:Volumen 1 Chocolate Amargo

From Baka-Tsuki
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Chocolate Amargo[edit]

Tuve que admitirlo. Youko Tsukimori era una chica perfecta.

Fui naturalmente yo a quien se le asignó la tarea de enseñarle todo lo que debía saber relacionado con su nuevo trabajo, dado que estaba en su misma clase. Al principio me mostré más bien agrio debido a la incómoda tarea, pero rápidamente entendí que era bastante entretenido enseñar a alguien que es muy bueno recordando cosas.

Solo habían pasado dos semanas desde que Tsukimori había empezado a trabajar en Victoria, pero ya podía hacer cualquier trabajo relacionado con la espera de las mesas por su cuenta, tales como atender a los clientes, tomar sus pedidos y estar en la caja.

En términos de atender a los clientes, podría incluso haber superado a la totalidad de las personas que trabajan en este café. Además, gracias a los clientes que visitan solo para disfrutar de ella en un uniforme de camarera, las ventas estaban en aumento, también.

El gerente y los otros empleados estaban bastante impresionados con sus habilidades, mientras que para mí no fue una sorpresa ya que desde que la conocí en la escuela había visto una pequeña parte de lo que era capaz de hacer.

Lo que fue una sorpresa, sin embargo, fue que Tsukimori y Mirai-san se llevaban muy bien. Habría sido capaz de entenderlo si hubieran estado como gato y perro, pero en verdad incluso se podría decir que formaban un buen dúo.

—Estaba convencido de que no te gustaría su tipo de persona— me dirigí a Mirai-san.

—Al contrario, las mujeres como Youko son las que no pueden soportarme.

Mirai-san mostró la clase de sonrisa que esperarías del líder de alguna organización perversa que planea conquistar el mundo.

—¿Por qué es eso así?

—A los magos no les gusta la audiencia que ve a través de sus trucos, y como deberías saber, los trucos de esas mujeres no funcionan conmigo— en efecto, la intuición de Mirai-san era extrañamente aguda—. Hay una chica en la universidad que es bastante popular con los chicos por esos trucos. Bueno, pues una vez me molesté un poco por su actitud, bueno, en realidad mi humor esa semana había estado bastante alterado en general, pero... De cualquier manera, le bajé los humos en frente de los demás. Y cuando hube acabado, lloró y lloró... Qué coñazo.

—Mis condolencias.

—¿A que sí? Siempre huye cuando me ve desde entonces. ¡Como si yo fuera la mala!

Mirai-san parecía contenta de tener mi asentimiento, pero mis condolencias naturalmente pertenecían a la pobre joven que había hecho Mirai-san su enemigo.

—Pero Youko no es así. Parece ser sincera, sin engaños ni fingimientos.

Mirai-san dirigió su mirada hacia las mesas donde Tsukimori estaba sirviendo a los clientes.

—Tenía ganas de volar su máscara, pero no importa lo ferozmente que la observe, no muestra aberturas. Je, al principio estaba emocionada por la llegada de un poderoso oponente y fue como... 'No creo que me puedas engañar para siempre!', Pero aun así—

Mirai-san made a short pause to sneer.


—Últimamente, he llegado a pensar que así es como Youko realmente es.


Seguí su mirada hacia Tsukimori

En efecto, ella siempre era digna, así que ni siquiera podía imaginarla a ella gimiendo. Incluso con esta personalidad fría que tengo, consideré ese brillo suyo algo puro y no una mentira.

Incluso había logrado domesticar a la "bestia". No es de extrañar que los "seres humanos" a su alrededor estuvieran cautivados por ella.

—Lo que más me gusta de ella es, sin duda, que no tiene miedo de mí- dijo Mirai-san, quien luego se volvió hacia la cocina y de repente gritó—¡SARUWATARIǃ

—¿S-Sí, señora?

—¡Haz tu trabajo correctamente!

—S-síǃ... Lo haré! ¡Lo haré correctamente!— gritó Saruwatari-san, y se movió aún más rápido que antes.

—¿Ves? Cualquier otro tipo es así, a que sí?

—¿Eres un demonio?

—¡Idiota! Puede que no se vea a simple vista, pero Saruwari en realidad está enamorado de mí, ¿sabes?— Mirai-san tocó mi frente con su dedo índice. -Aunque no me gustan en absoluto los tipos tímidos.

Eres un demonio.

Me quedé sin palabras, sólo frotándome la frente.

—De todos modos, el punto es que me gusta ella, aunque sea sólo una máscara falsa, ¡se siente!

—¿Tan simple como esto?

—Así es. Por mucho que Youko se vuelva viciosa, creo que no voy a ser capaz de que no me guste tan fácilmente. Parecido a mi afición al chocolate, que no puedo detenerla, aunque todos balbuceen que comer demasiado no es bueno para mi salud.

La auto-proclamada adicta al chocolate Mirai-san se sentó en un borde del mostrador, sacó un trozo de chocolate de su bolsillo y lo tiró al aire sólo para atraparlo con su saludable lengua roja.

—¡Por favor, esos malos modales Mirai-san! No intentes siempre zamparte el chocolate cuando el encargado de la tienda no está mirando. Me contó esa historia sobre ti, ¿sabes cuál es? Una vez, te desplomaste porque no querías comer nada más que chocolate— gritó Tsukimori, que había venido a trasmitir un pedido, con la actitud que un oficial de clase tendría hacia un gamberro.

—¡Hablando del demonioǃ— contestó Mirai-san con un tono desalentador que no sonó a nada exceptuando a un perfecto ejemplo de un gamberro.

—¿Estabais hablando de mí? No malamente, espero, ¿verdad?

—Por supuesto que no. Te estábamos alabando, Youko.

—Muy bien, tomaré tu palabra por esta vez.

En contraste de lo que decían, las dos parecían que disfrutaban con la conversación.

—A ti te gusto, ¿no?— preguntó Mirai-san de la nada.

—Claro que sí— respondió Tsukimori en una fracción de segundo con una risita- Tú también me quieres, ¿verdad?

—No hace falta ni mencionarlo— Otra respuesta inmediata: Parecían casi viejas amigas—¿Ves? Eso es a lo que me refería.

—Ya veo.

Todavía había algunos puntos que no tenían mucho sentido para mí, pero comprendí lo que ella quería decir.

—Realmente os parecéis en cierto modo, eh— murmuró Tsukimori de repente.

Mirai-san y yo nos miramos.

—¿Un tipo tan desagradable y yo?

—No soy tan franco, ¿sabes?

Nuestras negaciones estuvieron sincronizadas.

—No halagas a nadie, no vas con el flujo de las cosas. "Tienes tu camino" por así decirlo. En realidad estoy muy celosa de ese rasgo de tu carácter.

Hice una pausa por un momento antes de contestarle.

—Mirai-san es más santa que tú de aquí a Lima, mientras que simplemente yo tomo las cosas a mi propio ritmo. A diferencia de ella, soy capaz de adaptarme y seguir con gusto a los superiores si es necesario.

—Siempre soy honesta y no tramando como tú— respondió Mirai-san bruscamente—.

—Deberías darte cuenta de que a veces la verdad puede herir a otros más que una mentira.

—Realmente eres un tipo descarado sin ningún encanto, Nonomiya.

—¡No necesito esas palabras de una matona poco delicada como tú!

Me burlé, y Mirai-san se puso de pie con los ojos brillantes.

—¡Muy bien, Nonomiyaǃ Acabas de pasarte de la raya! ¡Vayamos afuera! ¡Voy a doblar tu naturaleza deformada con mis puños!

Tsukimori, que nos había estado observando, de repente empezó a reír.

—Sois como hermanos. ̟ —¿Nonomiya, mi hermano?

Ella se soltó de mi cuello y me evaluó de punta a punta con su mirada.

—Hermana— traté de burlarme de ella. A mí me pareció nada más que una manera Yakuza de dirigirse a la superior femenina respectiva.

—...Qué pesadilla.

Ya fuera porque Tsukimori hubiera acabado su apetito por la discusión o porque estaba disgustada con la manera en que la había llamado, Mirai-san desapareció por la cocina, aguantando la cabeza.

—Puede que no lo parezca, pero a Mirai-san le gustas, Nonomiya-kun— susurró Tsukimori-. Creo que estaba bastante contenta de que la llamaras "hermana". Aunque estoy segura de que escapó porque estaba avergonzada.

La miré.

—¿Qué pasa? ¿Por qué pones ese rostro con dudas?

A pesar de que has pasado mucho menos tiempo con Mirai-san que yo, parece que la entiendes bastante bien.

—Tengo un ojo para la gente. Sabía que nos llevaríamos bien a primera vista— me dijo Tsukimori, pareciendo muy satisfecha con el cumplido que le había dado.

—Pero tu ojo para los hombres necesita un serio pulido.

Al parecer, su estado de ánimo era bueno; todo lo que conseguí a cambio de mi comentario cínico fue una sonrisa dulce azúcar.

—Creo realmente que no es así... Vas a convertirte en mi querido compañero de vida sin ningún tipo de duda.

Puso una taza de café con la habilidad en la bandeja y se dirigió con pasos ligeros hacia una mesa.

No tenía la intención de seguir sus planes, así que era seguro asumir que no tenía fundamento; pero al ver su sonrisa que tenía autoconfianza, no pude evitar pensar que sus palabras se harían realidad.

Aun así, no tenía planes de confiar en ella como si fuera Mirai-san.

Ella tampoco habría dejado de dudar de Tsukimori con tanta facilidad, si estuviera en mi posición.

Porque sabía lo de la receta de asesinato.


Después de Tsukimori comenzara a trabajar en Victoria, Usami también se convirtió en una cliente frecuente de la tienda.

Ya que ella era muy comunicativa, no tomó mucho tiempo hasta que fuera muy querida por el personal y el gerente, y por ahora estaba siendo cercana a convertirse en un cliente regular. Gracias a eso estaba permanentemente a oídas, temiendo que el señor Kujirai pudiera ofrecerle una posición.

—Oye, Nonomiya, Nonomiya, ¡escucha!

Desde que usualmente venía después de lads actividades del club, casi siempre llegaba antes del anochecer, cuando el número de clientes disminuía. En aquellos momentos felizmente nos explicaría lo que le había pasado en ese día en particular.

—¡He estado seleccionada como jugadora regular para el siguiente partido!

—Enhorabuena, déjame invitarte a una copa para celebrar la ocasión.

—¡Hurra!— gritó tan vigorosamente que casi se levanta de un salto—. Um, en ese caso... puedo pedirte una cosa más?

De repente se puso nerviosa y me miró con vergüenza. Sus ojos grandes y redondos me recordaban a un tití pigmeo.

—Si está dentro de mi poder.

—¿Puedo hacerte una foto?

—¿Por qué? Nos vemos casi todos los días. No tiene sentido tomar una foto, ¿verdad?

—¡Sí hay! ¡Te quiero en tu traje de garçon!

—Ya veo— Fingí reflexionar sobre ello— No.

—¿Por qué no? ¡No hay ningún problema con elloǃ ¿No te hará daño, sabes?

Fue muy divertido cuando se enfadó y actuó como una niña caprichosa.

—No me gustan mucho las fotografías o cosas por el estilo.

Eso no fue mentira. Realmente lo dije en serio.

—Pero tu aspecto garçon tiene valor de rareza, sería una pena, ¡te lo digo! ¡Vamos, sólo unaǃ— apasionadamente trató de persuadirme.

—Bueno, ya que finalmente te has convertido en una jugadora regular y lo deseas tanto...

—Ehh? ¿Me dejarásʔ

Los ojos de Usami brillaron con expectativas.

—Me rehúso.

Contento desmentí lo dicho por ella.

—¿EEHH? ¡¿Por qué?ǃ

—Porque no quiero que mi alma sea abducida.

—¡Eso es una superstición absurdaǃ

Molestar a Usami era uno de mis pasatiempos favoritos. Ya que ver sus reacciones era como obtener el sonido crujiente y agudo de una campana, no podía parar de ser malo con ella.

—Por Dios, ¡serás miserableǃ

—Digas lo que digas mi respuesta seguirá siendo "no".

—No me queda más remedio que hacerte la foto en secreto, pues.

—Ya que lo acabas de decir a la persona en cuestión, no va a ser secreto en absoluto.

—¡Chúpate esaǃ

Usami adoptó medidas drásticas: me señaló con móvil y trató sacarme la foto. Me alejé instantáneamente de ella.

—¡Aaah!¡¿P-Por qué te has girado?!

—Tomar fotografías está prohibido en este establecimiento. Si no obedeces esta regla, tendré que pedirte que te vayas— le expliqué en un tono oficial, con lo cual Usami se hinchó las mejillas y guardó su teléfono en su bolso, pero no sin sisear: ¡miserable!

Una risa accidental se escapó de mis labios.

—Anímate, Usami. No puedo consentir lo de la fotografía, pero en vez de eso te traeré el postre.

Su mirada amarga me movió y me hizo querer estropearla. Esa es otra forma de zanahoria y palo, supongo.

—... un chocolate con hielo y una tarta de mango.

—Ciertamente— le respondí con la mejor sonrisa que pude producir y me dirigí hacia la cocina para enviar la orden.

No pude evitar que mi expresión se aflojara, lo cual era razonable. Las reacciones directas de Usami tuvieron una especie de efecto de alivio del estrés en mí, probablemente porque tenía que tratar con personas peculiares, por decir lo menos, durante mi día habitual.

—Eres como un niño que juega con su juguete favorito— con la barbilla apoyada en su mano, Mirai-san sonrió torpemente.

—¡Por qué, yo nunca pensaría de ella como si fuera un juguete!— respondí mientras ordenaba las cuentas después de haber comunicado la orden a Saruwatari-san.

Naturalmente, Mirai-san con su aguda inteligencia ya había notado que me gustaba Usami. No quise ocultarlo de todos modos.

—Pero me encantaría tener una mascota como ella en casa.

En mi mente imaginé un tití pigmeo dando lo mejor para masticar un trozo de mango que era igual de largo que éste.

—No hay mucha diferencia.

—En cualquier caso, es muy cierto que estoy aficionado a ella.

—Que raro de ti que admitas esto con tanta facilidad— Mirai-san me miró, sorprendida.

—Todo depende de quién sea!— su sencillez me hace ser honesto también.

—¡Je, genial! ¡Pues entonces hazla tu novia y haz que arregle esa personalidad torcida tuya!

Mirai-san rió en voz alta, inclinándose hacia delante.

—Esa personalidad torcida que mencionas se tornaría todavía más torcida si fueras mi novia— pensé sin realmente decirlo.

—Eso es bastante realista— antes de que lo supiera, Tsukimori se encontró de pie junto a mí—. Por lo que veo, Chizuru también está interesada en ti, Nonomiya-kun— dijo Tsukimori con esa sonrisa madura de la cual era tan buena.

—¿Oh? ¿Así que ella tampoco está en contra de Nonomiya? No sabía que Nonomiya fuera un don Juan.

Mirai-san miró curiosamente a Tsukimori. En mi mirada, sin embargo, no había nada exceptuando sospecha.

¿Qué estaba tramando?

A diferencia de Mirai-san, que no sabía que Tsukimori me había pedido que saliera con ella, no entendía por qué me animaba a que tuviera una relación con Usami.

—¿Por qué no vas a por ella?— Mirai-san no dejó pasar tal deliciosa oportunidad.

—No estoy en lugar para decidir eso, o simplemente soy ignorante y el amor sólo involucra a una persona?

—Oye, ¿no dijo Youko que tus posibilidades eran buenas?

Mis palabras bruscas hicieron que Mirai-san frunciera el ceño.

—Tú tampoco eres mejor, Tsukimori. No aprecio que estés intentando alentarnos sin razón. Los comentarios descuidados como estos son groseros para con Usami y yo.

Me di cuenta de que estaba irritado. No enojado, sino irritado. No como el fuego, sino como "brasas ardiendo".

—Tienes razón, Nonomiya-kun. No debí decir eso. Lo siento.

Tsukimori fácilmente admitió su error y se inclinó en disculpa.

—Er, sí, lo siento. No esperaba que fueras tan serio sobre este tema—. Mirai-san se rascó la cabeza torpemente, siguiendo el ejemplo de Tsukimori.

—... No, depende de mí pedir disculpas. Es que no estoy acostumbrada a este tipo de charla.

Les mostré una especie de autodesprecio, que fue lo mejor que pude hacer para barnizar mi irritación.

Incapaz de mantener la conversación, compartimos unos segundos de silencio.

Entonces Mirai-san perdió interés y desapareció en la cocina, buscando una salida para su vejación: "¡Saruwatari!"

Tsukimori, sin embargo, se había alejado de mí y permanecía inmóvil, con una actitud indecisa que no coincidía con la imagen que tenía de ella.

Por mi parte, todavía estaba incómodo, sintiendo un regusto amargo en mi lengua incluso ahora que la conversación había terminado.

No fue la irritación que se originó por la seriedad hacia Usami que Mirai-san había mencionado.

Efectivamente, una parte de mí no le gustaba cuando la gente se molestaba por los asuntos amorosos de otros. Sin embargo, tales situaciones eran comunes y no raras, y habría sido capaz de esquivar o adaptarse, respectivamente, ocultando mis sentimientos como solía hacerlo sin vacilación hasta ahora.

Ahora mismo, sin embargo, me había deshonrado exponiendo mis sentimientos, actuando de manera antagónica a la que normalmente tengo respecto a este tema. Probablemente fue la primera vez que había tenido una experiencia de este calibre.

¿Por qué estaba tan irritado? Era una sensación desagradable; mientras supiera que estaba ahí y no cuál era la causa.

En ese momento oí un murmullo.

—...Lo siento—. Susurró Tsukimori con una débil, dolorida voz que fue fácilmente ahogada por el rumor en la tienda-. No podía ver su cara mientras todavía me diese la espalda, pero de alguna manera sentí que sus palabras no eran de "disculpa" sino más bien de "remordimiento".

Nunca hubiera pensado que Tsukimori lamentara tanto sus palabras. Al mismo tiempo de manera sorpresiva, también experimenté un fuerte sentimiento de pacificación.

Había encontrado la causa de mi irritación. Todavía no sabía claramente por qué, pero parecía que la causa era Tsukimori.

¿Por qué estaba tan irritado por ella?

Otra pregunta emergió.

Elegí hacer un reajuste de mis sentimientos y llevar a Usami su orden porque pensé que sólo perdería el tiempo si me perdía en el laberinto de pensamientos.

Sin embargo, había hecho un nuevo descubrimiento: una nueva clase de emoción hacia Tsukimori estaba a punto de nacer.

Todavía no sabía el nombre de esa emoción, sin embargo.


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