Heavy Object:Volumen 2 Capítulo 1

From Baka-Tsuki
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Capítulo 1: Es Natural Ensuciarse en una Carrera de Obstáculos >> Batalla para Controlar la Antártica[edit]


Parte 1[edit]

¡¡Tengo una misión realmente importante para ustedes!!

“…”

Heivia, un chico de complexión fuerte y cabello castaño y corto, recuerda las palabras de su oficial superior mientras mueve silenciosamente sus dedos con una mirada en los ojos que recuerda a un pescado muerto.

Se encuentra en una habitación sin mucho espacio.

Dentro de la misma se encuentra una mesa con un montón de aparatos metálicos sobre ella. Quenser, un chico de cabello rubio que no le llega a los hombros, está sentado del otro lado de la mesa llevando a cabo una tarea similar.

En vez de sillas, están sentados sobre valijas para los proyectiles usados por los pequeños cañones de riel usados por los Objetos. Heivia no sabe cuántos proyectiles hay dentro, pero cada valija es del tamaño de un sofá para tres.

Además, la mesa no es realmente una mesa; es una enorme caja de madera. Está vacía, pero ha sido colocada entre las valijas con proyectiles para crear un espacio de trabajo.

Están cargando municiones.

Se les entregaron una gran cantidad de cartuchos para rifles de asalto vacíos, y están usando sus dedos para introducir una bala tras otra. Mientras que un ineficiente chasquido proviene del cartucho de Heivia, Quenser está utilizando sus delgados dedos que son como los de una doncella protegida para llevar a cabo el trabajo sistemáticamente.

Comenzaron apenas hace unos 15 minutos, pero Heivia ya se siente harto.

Golpea la valija con proyectiles para los cañones de riel con sus talones mientras se encuentra sentado y comenta, “Hey, ya no puedo continuar. ¡¡Esto no es la guerra!! ¡¡Con esos Objetos que pueden continuar moviéndose incluso después de un impacto nuclear, cargar estas insignificantes balas no nos servirá de nada!!”

“Heivia, repara el cartucho. Usaste demasiada fuerza y doblaste el resorte en forma de S. Puedo deducirlo por el sonido.”

“¿¡Por qué te ves tan contento!? ¡¡Este irritante trabajo hará que me vuelva loco!!”

“¿Eh? ¿Qué no éste tipo de trabajo trivial va acorde con tu corazón? Yo diría que correr por la selva con un pesado rifle es mucho peor que esto.”

“Ah, no me había dado cuenta de que ustedes los estudiantes de diseño de Objetos están locos. ¿Y qué chiste tiene hacer esto? ¿Las compañías de municiones no pueden cargar las balas en las fábricas antes de embarcarlas?”

“¿No se supone que mantenerlas cargadas por mucho tiempo debilita el resorte, incrementando el riesgo de mal funcionamiento? Es por eso que tenemos que cargar solamente las balas cuando son necesarias y retirarlas nuevamente si no se van a utilizar.”

“¿En verdad? ¿No es igual a la tinta para impresoras? Apuesto a que puedes dejarlas dentro para siempre sin problemas, pero te dicen que hagas este tipo de cosas para que continúes comprando.”

“Heivia, el resorte de ese cartucho está doblado. Tienes que retirar las balas y rehacerlo.”

“¡¡Gaahhh!!” Heivia grita irritado, pero Quenser, naturalmente, lo ignora.

“¿¡Cómo se supone que terminaremos con todo esto!? ¿¡Y no crees que es algo que debería hacer una máquina!? Si tuvieran al menos una máquina para hacerlo, nosotros podríamos simplemente colocar los cartuchos y presionar un botón. ¡Entonces todas quedarían cargadas automáticamente como una máquina expendedora de helados!”

“¿No crees que simplemente están intentando ahorrar fondos? Todo lo relacionado a la guerra está centrado en los Objetos estos días. Los soldados normales ya no pelean. ¿Cuándo podría ser usada una bala de rifle en realidad? Para ellos, tiene más sentido usar a sus soldados desocupados para esto que comprar una máquina ridículamente cara.”

“Realmente tienes facilidad para destruir la motivación de las personas, ¿sabes?”

Harto de todo, Heivia deja el cartucho del rifle de asalto sobre la caja de madera que utilizan como mesa. Dobla su espalda hacia atrás mientras se estira y mira detrás de él.

Ubica una pequeña alacena.

Heivia revisa tranquilamente los objetos alineados ahí, pero entonces…

“Hey, Quenser. Mira lo que encontré.”

“¿…?”

“Hay un video porno mezclado entre los videos de entrenamiento.”


Parte 2[edit]

Después de obligar a dos chicos soldados a llevar a cabo un trabajo increíblemente aburrido bajo sus órdenes con una sonrisa en el rostro, Froleytia regresó a la habitación especial preparada en su base. Sin embargo, la base es realmente un convoy a gran escala conformado por más de 100 enormes vehículos especiales, así que incluso su oficina es similar a un contenedor.

Quenser y Heivia tienen 17 años y Froleytia tiene 18. La edad promedio en las unidades continúa reduciéndose, pero eso sólo es una muestra de la época. La chica de cabello plateado es una menor, pero nadie piensa que sea raro que comande un enorme grupo de cerca de 800 personas. Simplemente así es como se hacen las cosas.

Ahora mismo, Froleytia está usando una tableta conectada a su computadora para revisar la ruta de invasión de sus fuerzas para la siguiente misión.

Mientras lo hace, se fija en un monitor diferente.

Con un micrófono y una videocámara conectados a la computadora, es algo así como un mecanismo de video chat. Del otro lado se encuentra un invitado del país seguro que se encuentra muy alejado del campo de batalla.

La chica podría simplemente tener dos ventanas abiertas en su laptop en vez de preparar dos computadoras, pero Froleytia tiene una razón para no hacer eso.

Éste invitado es el tipo de persona que tomaría como una grosería incluso que su rostro sea cubierto por otra ventana. Ella solamente tiene un rango de tres estrellas, pero actúa como si fuera de cinco.

“Ya veo. ¿Y qué tal está Heivia?”

“Ah, bien. Después de todo, es el heredero de la bien conocida familia Winchell. Nunca sería puesto en peligro al ser enviado a las líneas frontales.”

Froleytia dice eso para apresurar la conversación, pero la verdad es que ha usado a Heivia para todo desde cargar inútiles balas de rifles en cartuchos vacíos hasta destruir Objetos de 50+ metros.

(Bueno, yo misma estoy teniendo una vida desafortunada…)

La invitada que se muestra en el monitor no sabe nada de eso. Es una chica rubia de unos 15 años que lleva puesto un vestido que no pertenece a la era moderna. Sin embargo, el corsé y otros puntos importantes han sido lo suficientemente modificados para que puedan ser puestos sin necesitar la ayuda de alguien más. Incluso si es una chica noble, parece ser que su crianza no fue tan protegida como para usar a sus sirvientes para todo.

La chica rubia se rasca la mejilla con su dedo índice y dice, “Muy bien. Incluso para mí, sería un desperdicio si muriera antes de que la gran ceremonia sea llevada a cabo.”

“Disculpa, pero pensé que tanto la familia Winchell como la familia Vanderbilt estaban fuertemente en contra del compromiso.”

“Entre mayor sea el obstáculo, más me motiva. Deberías intentar enamorarte alguna vez, señorita soldado.”

Sin pensarlo, Froleytia se encoje de hombros al escuchar eso resaltado por una influyente chica noble. Sacude su largo y plateado cabello e intenta cambiar de tema.

“¿Esto en verdad es una buena idea?”

“¿A qué te refieres?”

“Hacer que traten a Heivia como un soldado de primer rango. Como el heredero de la familia Winchell, ¿no debería ser al menos un oficial como segundo teniente? Puede que se escuche grosero, pero primer rango es un poco…”

“Bueno, estoy segura de que hay muchas razones entremezcladas en eso. Realmente no lo sé. En verdad no me importa y no tengo un conocimiento real sobre los rangos militares, así que no puedo comentar nada al respecto. Y si vas a sacar ese tema a conversación, tú eres la hija de una familia de nobles y aún así estás disparando armas en el campo de batalla.”

Froleytia despeja su garganta.

Intentó evitar problemas innecesarios al cambiar de tema, pero terminó en una situación mucho peor.

“Entonces, ¿podría hablar con Heivia?” pregunta la chica.

“En serio. Conectaré el video chat, pero mantenlo en secreto. Todos los demás se la pasan viendo fotografías de sus amantes y diciendo que se casarán con ellas cuando regresen a casa.”

“Oh, pensaba que eso sólo sucedía en las películas,” dice la chica rubia mientras se arregla el fleco y revisa varias partes de su vestido. Parece un poco nerviosa sobre la idea de hablar con Heivia.

(Supongo que incluso algunas veces se ve tierna.)

Mientras Floreytia tiene ese pensamiento poco amable, la chica noble se lo pide nuevamente.

“Por favor conéctame con Heivia.”

“Bien, bien. Está en la habitación de trabajo del tercer almacén de armamentos. Te conectaré ahí.”


Parte 3[edit]

Quenser y Heivia están frente a una computadora en la esquina de la habitación. Introducen el disco del video porno y se sientan mientras el programa de reproducción multimedia se inicia.

Y entonces todo el porno llena la pantalla.

“¡¡Muy bien!! ¡¡Yo, Jessica, la intelectual soldado genio, convertiré en hombres a todos ustedes nuevos reclutas que tienen tanto miedo como para moverse!! ¡Es una orden! ¡¡Cualquiera que desee dejar de ser un niño, salte a mi pechoooooo!!”

“¡¡Co-comandante!!”

“¡¡Yo también, comandante!!”

“¡¡Yo… yo… comandante… comandante!!”

“¡Wah ha ha! ¡¡Muy bien, yo, Jessica, haré algo al respecto sobre esto, así que todos acérquense!!”

Mientras escucha las risas continuas, los gritos, los gemidos de esfuerzo, y observa la carne y el sudor y el sudor y la carne y la carne y el sudor mostrados en la pantalla, Quenser frunce el ceño. Desvía la mirada hacia el estuche y se da cuenta de que el nombre del video es “El Entrenamiento Secreto de Placer y Tetas de una Soldado Genial”.

Voltea a ver a su compañero, quien fue el que encontró el video, y comenta, “Um, ¿Heivia? ¿Eres del tipo de persona que disfruta recibir órdenes de una comandante?”

“¡¡No, idiota!! ¡¡Simplemente dije que debíamos disfrutar lo que encontré, no dije que fui yo el que lo ocultó aquí!!”

Quenser desvía la mirada de las imágenes que son más bizarras que eróticas y regresa a seguir cargando los cartuchos vacíos. Pero… “… ¿Huh? ¿Qué? ¿Huh? Por alguna razón estoy trabajando más rápido que antes. ¿Por qué?”

“¡¡Deja de perder el tiempo, chico!! ¿¡Quién dijo que podías descansar!? ¿¡Cuántas veces tengo que repetir que no te detengas hasta que yo, Jessica, te lo ordene!?”

“¡¡Waahh!! ¡¡Por alguna razón, me siento realmente motivado!! ¡Pensé que esto se suponía que sería sexy, pero estoy progresando increíblemente al trabajar al ritmo de su voz!”

“¿Qué? Mis manos se mueven por su cuenta. ¿¡Por qué tengo esta sensación natural de que sería incorrecto descansar!? ¿¡Crees que pueda filmarse un video de dietas efectivo al hacer que un sargento te grite sin descanso!?”

“¡¡Deja de hablar y mueve más rápido tus dedos!! ¡¡No permitan que yo, Jessica, me aburra ni por un instante!! ¡¡Si son hombres, destruyan las expectativas que tengo sobre ustedes!!”

“¡¡Sí, comandante Jessica!! ¡¡Haremos eso exactamente!!”

“¡Comandante! ¡¡Te demostraremos que somos soldados competentes! ¡¡Comandante!!”

Las manos de los dos chicos comienzan a moverse más y más rápido hasta que introducen las balas en los cartuchos de los rifles de asalto a una velocidad que parece ser mayor a la de una máquina de coser. Mientras Quenser y Heivia ejecutan esa tarea a sus límites, se deshacen de cualquier pensamiento inútil y se transforman en máquinas que no hacen nada más que introducir balas con precisión en los cartuchos mientras respiran pesadamente.

“¡¡Fihh!!”

“¡¡Siiii!!”

De pronto, creen escuchar un leve tono electrónico anunciando una video llamada entrante, y se abre una nueva ventana sobre el video porno.

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Y…

“¿Qué están haciendo?” pregunta una chica rubia con vestido y una voz y mirada frías.

“¿¡Waaaaaaaaahhhhhhhhhhh!?”

“¿¡Waaaaaaaaahhhhhhhhhhh!?”

Quenser y Heivia gritan al unísono y saltan para tomar el ratón y cerrar el reproductor con el video porno.

Sin embargo, la chica rubia de la otra ventana señala con ojos fríos y dice, “Heivia, estoy viendo un estuche muy sospechoso encima de esa caja de madera.”

“¡¡Kyaaaahh!!”

El fuerte y experimentado soldado grita como niña y lanza el estuche del video porno para retirarlo de la caja de madera que actúa como mesa.

Quenser se inclina y le murmura a Heivia para poder reunir algo de información.

“(Hey, Heivia, ¿quién es esta chica? Al parecer te conoce.)”

“(Te lo explicaré mejor después, pero es la hija única de la familia Vanderbilt. Su familia tiene casi tanto poder como la mía, pero puede usar casi todo su poder como noble mientras que yo estoy prácticamente solo y sin esperanzas. No puedo bajar la guardia, así que tú sólo quédate callado y déjame hablar a mí. ¡¡Ella no es alguien a la que una persona normal deba hacer enojar!!)”

“No tengo un temperamento tan corto,” interrumpe la chica.

“Ya veo. Pero si lo que dice milady fuera cierto, yo no hubiera tenido tantas dificultades en el pasado.”

“No tengo idea de lo que estás hablando. Como sea, no necesito de una razón para hablar contigo. Ya que estamos comprometidos, es anormal que pase al menos un día sin que hablemos. De hecho, si tú me contactaras, no tendría por qué hacer esto, Heivia. No está bien para mí el no escuchar nada de ti desde que te fuiste al campo de batalla.”

“Por favor dame un descanso. Cualquier correo que escriba incluso a mis parientes son revisados para evitar que filtre información. Descubrirán que utilizo todo tipo de emoticonos.”

Heivia habla como si estuviera irritado, pero Quenser se percata de que su tono es diferente al normal. Le hace falta su agresividad usual. Quenser juzga que es mejor permanecer callado, así que regresa a cargar balas. Él no es nadie para interferir en una conversación de pareja.

“¿En qué tipo de habitación estás? Pensé que te encontrabas en las líneas frontales llevando a cabo valientes logros para ganarte el derecho de convertirte en el líder de tu familia. ¿O la familia Winchell determina a su heredero con trabajos alternos?”

“Ah, las cosas pueden ser muy complejas aquí. Una señorita tomando té en el país seguro probablemente no comprendería cómo funcionan las cosas en el campo de batalla.”

“Heh heh. ¿En verdad piensas eso, cierto?”

“¿Ahn? ¿Qué? ¿No estás relajándote en una mansión en París? …No me digas que vienes hacia acá o algo así.”

“Ni siquiera yo sería tan descortés como para irrumpir en una base y confundir a todos mientras una guerra está llevándose a cabo. Todo lo contrario. Me dirijo al lugar más alejado del mundo de las guerras de este planeta. Los colores de las banderas nacionales son irrelevantes.”

“¿…?”

“Bueno, si logras ponerte a prueba en ese enlodado campo de batalla y finalmente convences a esos miembros cabeza duras de la familia Winchell, también podrás venir aquí. Es un poco inconveniente para usarse como residencia principal, pero es perfecto para disfrutar de vez en cuando.”

Y entonces la puerta de la habitación se abre bruscamente sin que llamen primero.

Quenser y Heivia se dan la vuelta ante el fuerte sonido.

La comandante de cabello plateado, Froleytia, entra a la habitación.

“Quenser, Heivia, tenemos un trabajo urgente. Necesitamos reunirnos en la sala de conferencias.”

“¿¿…?? ¿Por qué una comandante como tú vino directamente hasta aquí? ¿No podías enviarnos un mensaje?”

“Esta habitación está extrañamente sellada, así que las señales de radio no llegan. Además, se le dio prioridad al video chat, así que no podía interferir hasta que la transmisión de la familia Vanderbilt terminara. Apenas me percaté de eso hace un momento. Fue mi error, así que vine por ustedes.”

Entonces Froleytia se dirige hacia el monitor.

Sujeta a Heivia por la parte posterior de su uniforme y dice, “Como seguramente escuchaste, tendré que pedirlo prestado un momento.”

“Sí,” responde la chica rubia de vestido asintiendo levemente con la cabeza. “Haz que trabaje tan fuerte como sea posible sin matarlo, para que pueda terminar rápidamente con el ejército.”


Parte 4[edit]

Froleytia lanza a Quenser y Heivia dentro de la sala de conferencias y comienza la junta con los soldados que ya se encontraban ahí.

“Nuestro escenario esta vez es la Antártica,” dice Froleytia mientras muestra un enorme mapa en un pizarrón blanco. “Uno de los aviones de reconocimiento de nuestro Reino de la Legitimidad fue objetivo de un misil tierra-aire mientras volaba sobre la costa del Océano Ross. Quedó expuesto a un láser rastreador.”

“¿Nuestra misión es rescatar a la tripulación que se estrelló en la Antártica?” Quenser pregunta, pero Froleytia menea la cabeza.

“Afortunadamente, el avión estaba equipado con bengalas de emergencia. Una de ellas interrumpió la mira del enemigo y escaparon de su alcance. El problema es que algún idiota en la Antártica los estaba apuntando con un misil,” dice Froleytia con una mueca.

“Contactamos directamente con la Alianza de la Información, las Corporaciones Capitalistas, la Organización de la Fe, y los demás poderes mundiales para revisar, pero ninguno de ellos parecía saber quién pudo haber sido. Ya sea que hayan dicho la verdad o no, este incidente está siendo considerado internacionalmente como un ataque por terroristas no asociados con ningún poder mundial. En otras palabras, nadie podrá quejarse si los eliminamos.”

Escuchando eso, Quenser y Heivia comienzan a intercambiar murmullos entre sí.

“(¿Terroristas, hm? Escuché que los pertenecientes al país seguro al oeste de Europa pueden ser más espeluznantes que un campo de batalla en donde los Objetos se encargan de todo.)”

“(Sí. He escuchado que las fuerzas especiales policíacas tienen mucho más entrenamiento en el combate directo. De hecho, tratar con terroristas no es realmente trabajo del ejército.)”

“(La policía no puede ser enviada a la Antártica. Probablemente es por eso que nos envían a nosotros.)”

Heivia alza la mano y habla con su comandante.

“¿Entonces nos vengaremos?”

“No es algo tan incivilizado. La localización predicha del misil tierra-aire a partir del láser está cerca de un puesto de observación sin personal del Reino de la Legitimidad. Necesitamos revisar si ha sido destruido, y si no, eliminaremos la amenaza para mantenerlo de esa forma. …Simple, ¿cierto?”

“(Así que de cualquier forma los mataremos,)” murmura Heivia al ver la sonrisa de Froleytia.

Sin prestarle atención, la comandante continúa con su explicación.

“Como dije, la dirección por la que provenía el laser fue usada para estimar la ubicación de donde fue lanzado el misil. La ubicación es en la base del Monte Erebus que se encuentra a lo largo de la costa del mar Ross. Enviaremos una unidad y atacaremos. Si es posible, nos gustaría capturarlos vivos para conocer su objetivo, pero si no, no se preocupen por ello. Parece ser que matarlos a todos no representará ningún problema.”

Un revuelo falto de tensión se extiende por la sala de conferencias.

Las monstruosas armas de 50+ metros conocidos como Objetos son sinónimo de guerra.

Los Objetos poseen cierta característica. Aunque tienen equipadas más de 100 armas, dichas armas son activadas por un reactor de alta potencia y las armas se encuentran dentro de la variedad de rayos láser, cañones de plasma de baja estabilidad, cañones de riel, y cañones de gauss.

Nadie se molestaría en instalarles misiles tierra-aire.

En otras palabras, la probabilidad de que los supuestos terroristas tengan un Objeto es bastante baja. Además, el ejército del Reino de la Legitimidad puede enviar un Objeto lleno de la tecnología más reciente en cualquier momento.

Su victoria parece prácticamente asegurada.

Un Objeto no puede ser detenido incluso con un arma nuclear, así que pequeñas armas y misiles no pueden hacer nada. Es la comprensión de ese hecho lo que lleva a que la tensión abandone los hombros de los soldados.

“Ah, es cierto. Les tengo una advertencia,” dice Froleytia. “No podremos usar el Objeto de la princesa para esta misión. Ténganlo en mente.”

“¿Hah?” Quenser dice sin pensarlo.

Cree haber escuchado mal, pero Froleytia continúa extrañamente.

“Una vez más, no podremos usar el Baby Magnum de la princesa. Los Objetos son armas monstruosas que pesan más de 200,000 toneladas. Llevar algo así a un continente helado provocaría que el grueso hielo se quebrara y que el Objeto cayera. ¿Y después qué podríamos hacer para sacarlo? Ciertamente no conozco ninguna grúa que pueda levantar tanto peso.”

“U-umm… pensé que éramos una unidad de mantenimiento que se asegura de que un Objeto pueda desplegarse rápidamente y con precisión. ¿Qué se supone que haremos sin el Objeto?” pregunta Quenser.

“Bueno,” responde Froleytia mientras golpea la superficie del mapa con un bastón. “Espero que peleen con los terroristas usando armas más pequeñas.”


Parte 5[edit]

De esa forma, se dirigieron a la Antártica.

Supuestamente, los terroristas se encuentran ocultos en el Monte Erebus cerca del mar, pero Quenser y los demás usan un bote para llegar a tierra en vez de volar directamente hacia ahí. A partir de ahí, ellos y otros 100 compañeros soldados se aproximan en círculo alrededor del área. Los soldados participando en la operación usualmente trabajan como guardias en la base. Ya que también están utilizando tanques y helicópteros de combate, parecen más como una fuerza militar de tiempos pasados.

“¿Es en serio?” Heivia murmura mientras camina al lado de Quenser. “Esto es la Antártica. Déjame decirlo otra vez: la Antártica. ¿Qué estoy haciendo? Se suponía que debía trabajar en una base por 3 años para poder convertirme en el siguiente líder de mi familia. ¿Qué estoy haciendo aquí? ¿Acaso nuestra comandante de enormes pechos habrá olvidado que soy analista de radares?”

“Ahora que lo pienso, llegué a la base como estudiante de campo de batalla para poder estudiar los Objetos, ¿entonces por qué estoy en este continente de hielo que no tiene nada que ver con los Objetos?”

“Maldición. Solamente somos antenas humanas. Pudieron simplemente usar zánganos para esto.”

“Con esta ventisca, los UAVs serían difíciles de usar. Además, la señal de radio es fácil de interceptar, así que probablemente no son una buena idea para tratar con terroristas.”

“¿Qué tipo de respuesta seria es esa? ¿Tu lado masoquista despertó bajo las órdenes de esa hermosa comandante?”

“Solamente quiero terminar esto para poder irnos. Realmente no me importa un trabajo que no tiene relación con los diseños de Objetos. Heivia, necesitas aprender a aceptar las cosas como adulto,” Quenser comenta con un tono de voz aburrido, pero no parece que Heivia le preste atención.

Heivia alza la mirada hacia el cielo blanco y dice, “Por cierto, esto es la Antártica, ¿cierto? He tenido una pequeña duda desde hace algún tiempo. ¿Te molesta si te pregunto?”

“Las maravillas de la naturaleza están fuera de mi área de conocimiento. Si quieres una explicación, pregúntale a una de las organizaciones de protección ambiental.”

“Ah, no es nada difícil.”

La Antártica es un continente de hielo. En algunos lugares, la temperatura es menor a los -50 grados, haciéndola un área de verdadera tierra congelada. En esas tierras blancas, el agua pasa más tiempo del año en estado sólido que en líquido. Lo mismo sucedería con los humanos. Si un cuerpo de carne y hueso fuera expuesto a este ambiente extremo, terminaría congelado en varias partes bastante a menudo.

O al menos así debería ser.

“¿Por qué hace tanto maldito calor en la Antártica?” Heivia se queja mientras retira la capucha de su abrigo para climas fríos.

Entonces se seca el sudor de la frente y mira alrededor. En los documentales de animales que ha visto, el área es un terreno plano de blanco puro, pero ahora mismo ellos se encuentran en un terreno conformado por piedras negras. Además, puede distinguirse vapor blanco saliendo del suelo en varios lugares. Un poderoso viento está soplando y la nieve continúa cayendo de las nubes en el cielo, pero el vapor evita que los chicos sientan frío y la nieve se derrite antes de tocar el suelo, así que no se acumula. Nada concuerda con la imagen que tenía en su mente.

Mientras tanto, Quenser revisa la lectura de un termómetro digital.

“Las estaciones en el hemisferio sur están revertidas, ¿cierto? Casi es verano aquí. Aún así, la temperatura del aire es de -3.9 grados. Te congelarás en poco tiempo si te quitas tu abrigo.”

“No puede ser. ¿Estamos bajo cero? Siento como si estuviera en un sauna.”

“Estamos en un área volcánica, así que un extraño calor sale del suelo temporalmente. Recuerdo una erupción importante hace dos años que llegó a las noticias al cambiar drásticamente el cráter. Simplemente sientes calor por eso. Si te quedas quieto, comenzarás a enfriarte, así que mejor deberías ponerte tu capucha nuevamente.”

“¡¡Ah ha ha ha ha!!” Heivia comienza a reír repentinamente.

Quenser volta a verlo con expresión confusa y mira a Heivia señalando en cierta dirección.

“¡¡Mira, Quenser!! Unas aguas termales. ¡¡Estamos en la Antártica y aún así hay aguas termales saliendo de la tierra!!”

“…Ya te dije que estamos en un área volcánica.”

“¡Pero son aguas termales! ¡¡En la Antártica!! ¡¡Éste lugar está destruyendo todo lo que pensé que sabía sobre él!!”

Mientras habla, Heivia se quita sus gruesos guantes. Se agacha en la orilla del lago de agua que tiene vapor blanco elevándose de ella y mete la mano.

“Oh… wow. Parece ser que está a unos perfectos 40 grados.”

“Detente, Heivia. Si entráramos a las aguas termales, deberíamos simplemente de dejar de llevar a cabo esta guerra.”

Ambos chicos se sienten reacios a irse, pero Froleytia se asegurará de gritarles si caen en la trampa de esas aguas termales. Así que continúan caminando.

Los 100+ soldados también continúan su camino, pero el círculo que conforman es tan amplio que Quenser y Hevia no pueden ver a los demás.

Cruzan las tierras de roca dura y negra basándose en el mapa mostrado en sus aparatos portátiles. Después de recorrer algo de distancia, el suelo oscuro pasa a ser uno cubierto de nieve blanca y hielo. El suelo parece plano, pero realmente está levemente inclinado a tal grado que una pelota rodaría lentamente si se colocara en el suelo. La temperatura también parece estar reduciéndose. La tierra blanca continúa hasta el límite de su visión en todas direcciones y no pueden distinguir ningún punto de referencia obvio. Simplemente dejar de ver el mapa es suficiente para hacerlos sentir perdidos.

Quenser baja la mirada hacia las pequeñas piezas de hielo que crujen bajo sus pies mientras caminan.

“Ah, ahora sí, esto es más como esperaría que fuera la Antártica.”

“¿¡Ow!? ¡Esto no sólo es frío: lastima! Hey, Quenser. Hay algo extraño con mi cara, ¿¡puedes ver algo raro!?”

“El sudor de tu cara se está congelando. Supongo que lastima porque está jalando tu piel.”

“¡¡Mierda, mierda, mierda, mierda!!” Heivia grita mientras sacude los pequeños trozos de hielo de su rostro y se coloca su capucha. “¡Maldición! ¿¡Si vamos a entrar a un ambiente más al estilo Antártica, por qué no puede ser algo más lindo con pingüinos!?”

“Tanto hielo es algo digno de remarcar. Aunque probablemente te aburrirías de esto después de unos días.”

“¿Por qué estás tomándote esto tan positivamente, Quenser? ¿Eres de algún país helado?”

“No, estoy más harto del hielo que de cualquier otra cosa,” Quenser dice encogiéndose de hombros. “Cuando estaba en la escuela de mi país seguro, hicimos todo tipo de experimentos quebrando hojas de hielo rectangulares para aprender lo básico del blindaje de los Objetos. Veíamos cómo se distribuían las fisuras en la hojas cuando las golpeábamos en lugares diferentes.”

“¿Por qué con hielo? El blindaje de un Objeto es de acero.”

“Con agua, es fácil de reusar. Con un congelador, el experimento puede ser repetido tantas veces como quieras. Además, solamente teníamos que aprender las bases sobre cómo funcionan las fisuras, así que no había razón para usar placas de metal bien afinadas con un material reactivo resistente al calor que requiere de un caro artesano. Al mezclar algunos químicos para incrementar la viscosidad antes de que se congelara, se quiebra de la misma forma. También llevábamos a cabo experimentos para encontrar métodos más eficientes para absorber los impactos al destruir el balance de la viscosidad,” Quenser dice con un suspiro.

Fue gracias a que pensaba que esas clases eran demasiado aburridas que decidió salir al campo de batalla.

Entonces Quenser cambia de tema.

“Ahora que lo pienso, ¿qué están haciendo los terroristas en medio de la nada? ¿Obtuvieron un misil tierra-aire sólo para hacer algo de reconocimiento?”

“No sabes nada, Quenser,” Froleytia responde a través de la radio. “La Antártica ha sido un área de intensa competencia entre varias naciones sobre quién tiene los derechos de qué áreas incluso desde antes de que la ONU fuera destruida.”

“¿…? Pensé que la Antártica no tenía fronteras nacionales.”

“Justamente por eso, varias fuerzas han intentado apropiarse de ellas y han entrado en conflictos por eso. Después de todo, en la Antártica hay minas de hierro y carbón. El océano tiene muchas áreas pesqueras. Hay muchos recursos por los cuales competir,” Froleytia explica tranquilamente. “Actualmente, los poderes reclamando los derechos de la Antártica son la nación militar de Oceanía que fue destruida hace poco, el área del Valle Central del Oeste de América de las Corporaciones Capitalistas, el área del Archipiélago Chonos de la Alianza de la Información, y el área de Gran Bretaña del sur del Reino de la Legitimidad.”

Quenser frunce el ceño.

“Oceanía y el Archipiélago Chonos se encuentran en el hemisferio sur, pero el Valle Central del Oeste de América está cerca de Los Ángeles, ¿cierto? Y la Gran Bretaña del sur se encuentra en donde está Londres… Esas áreas no tienen conexión alguna con la Antártica.”

“Ellos están sacando su espíritu explorador e insisten que los que descubrieron primero el continente tienen los derechos. Si se tomara en cuenta el orden en el que fueron enviadas las exploraciones, ellos tendrían los mejores derechos, pero ese proceso de pensamiento no toma en cuenta a las partes involucradas así como sucedía en la Era de la Exploración.”

Eso significa que los terroristas (o al menos así son llamados oficialmente sin importar quiénes sean) deben haber atacado al avión de reconocimiento del Reino de la Legitimidad con un misil tierra-aire debido al problema relacionado tanto con los territorios de la Antártica como con sus recursos.

(Pero ese no es el verdadero problema. En esta era de los Objetos, que los soldados como nosotros seamos obligados a correr por ahí con un arma es lo peor…)

“¿Hay algo que quieras decir, Quenser?” pregunta Froleytia.

“¡¡N-no!! ¡¡Nada de nada!!”

“Tengo buenas noticias para ustedes. No necesitan enfrascarse en un tiroteo con los terroristas una vez que los encuentren. Nuestro preciado Objeto se encuentra en modo de espera en el Mar Ross, así que nuestra linda camarera podría acabar con ellos con un ataque a distancia una vez que ustedes descubran su ubicación.”

“Entonces,” Heivia dice mientras su aliento se hace visible gracias al aire frío. “¿No pudiste simplemente usar un satélite en vez de enviarnos hasta aquí? En estos días, se puede construir una villa en la luna y los transbordadores son lanzados por elevadores de trayectoria láser o catapultas electromagnéticas. Los satélites son tan abundantes como latas vacías al lado de las calles. Pero supongo que no puedo esperar a que una comandante dando órdenes mientras bebe chocolate caliente sobre el puente de un portaaviones comprenda cómo sentimos escalofríos en este helado lugar.”

“Las cosas se ponen un poco difíciles cuando se trata del Ártico o la Antártica,” Froleytia responde rápidamente e ignora por completo el último comentario. “Un satélite geosíncrono usando la fuerza centrífuga de la tierra para mantenerse cerca del ecuador no puede ver tan lejos. Algunos satélites realizan sus órbitas de forma perpendicular al ecuador, pero solamente pueden monitorear un área durante un momento específico del día.”

“¿No tienen satélites que se mantengan exactamente sobre el eje de la Tierra fuera de la atmósfera?”

“Sí, pero eso se encuentra justo en medio de un área de disputa de dueños. ‘Exactamente sobre el eje de la Tierra’ es prácticamente un punto indicador, así que sólo unos cuantos satélites pueden estar ahí. El Reino de la Legitimidad tiene una poderosa ventaja sobre el Polo Norte, pero eso también significa que no tenemos ningún satélite sobre el Polo Sur.”

“Así que estás cubriendo la falta de equipo dejando esa ineficiente carga de trabajo sobre nosotros los soldados humanos,” Heivia dice con un suspiro y frunce el ceño. “Esto no es algo que debería estar haciendo un humano civilizado.”

“Heivia, los humanos civilizados tienen algo conocido como modales. ¿Los conoces?” Froleytia responde.

Heivia quiere responder rápidamente, pero antes de poder hacerlo…

Una bala de rifle impacta el suelo entre Quenser y Heivia.

(¿¡Un ataque enemigo!?)

Ambos intentan cubrirse inmediatamente, pero se percatan que la planicie nevada no les otorga nada que puedan usar. Heivia sujeta a Quenser por los hombros y lo jala bruscamente hacia atrás. Incluso en esa planicie, el suelo tiene leves elevaciones y hondonadas. Los chicos retroceden unos pasos hacia un montículo en la planicie y se ocultan detrás de esa cubierta creada por el suelo helado.

“(¿¡Qué, qué, qué!? ¿¡Son esos terroristas!?)”

“(¿¡Quién más podría ser!? Casi morimos aquí en la Antártica. ¡¡Si no hubiera sido por el viento que sopla fuertemente, definitivamente uno de los dos hubiera muerto por ese primer disparo!!)”

“(Esta área es tanto volcánica como ridículamente fría, así que hay diferencias de temperatura importantes. Ellos han estado aquí más tiempo que nosotros, así que el metal de los cañones de sus armas o miras deben haber sido alterados de alguna forma.)”

Mientras intercambian comentarios apresuradamente, las balas de rifle impactan intermitentemente contra el suelo blanco y lanzan cristales de hielo al aire. Los puntos de impacto son diseminados. Tal vez sea gracias al viento que no pueden golpear a sus objetivos como Heivia dijo, o tal vez sea debido a muchas razones más pequeñas apiladas una sobre la otra.

Aún en el suelo, Heivia alza su rifle con la mira conectada que puede obtener datos de varias fuentes como los espectros infrarrojo y ultravioleta.

“(Su distancia es de 200 metros. Hay 7… tal vez 8 de ellos. Los rifles que utilizan son los que tienen culatas de madera. Han conectado lanza granadas con cinta eléctrica.)”

“(¿Puedes eliminarlos?)” Quenser pregunta.

“(¿Por qué lo dices como si fueras un espectador? ¡¡Deberías sacar tu pistola o tu PDW!!)”

“(Disculpa, pero no traigo ningún arma. Sólo los explosivos de siempre.)”

“(¿¡Entonces para qué estás aquí!?)”

Heivia se prepara para estrangular a Quenser, pero una bala de rifle impacta contra el suelo cercano. El chico baja la cabeza frenéticamente y dispara su propio rifle en respuesta para mantener ocupado al enemigo.

“(¡¡Mierda, mierda, mierda!! ¡Te estrangularé más tarde, pero ahora necesito preguntar! ¿¡¡Por qué saliste a pelear con terroristas sin una sola bala!!?)”

“(¡Para ser honesto, realmente quería traer algún arma!)”

“No puedes, Quenser,” interrumpe Froleytia. “Un estudiante que no ha terminado su entrenamiento no tiene permitido llevar un arma de fuego militar.”

“(Sí, ¿pero no es más complicado manejar explosivos?)”

“Usaste explosivos en tus experimentos anti-impacto relacionados con la forma de los Objetos en la escuela de tu país seguro, ¿cierto? Es por eso que tienes permitido usarlos. Además, esa forma de pensar es señal de un chico que no sabe lo espeluznante que es una descarga accidental.”

“(Ya veo…)” Quenser responde en voz baja justo cuando una bala enemiga lanza partículas de nieve al aire después de impactar contra el suelo.

En ese momento, Heivia pierde el control.

“¡¡Deja de estar ahí y haz algoooooooo!! ¿¡Por qué yo soy el único que arriesga la vida para contraatacar!? ¡¡Sabemos en dónde se encuentra el enemigo, así que usen el Objeto de la princesa para acabar con elloooooooooosss!!”

“Ah, es cierto, es cierto,” Quenser dice mientras cambia la frecuencia de su radio para contactar con el Objeto.

La respuesta que recibe es breve y clara.

“En esa ubicación, la onda de impacto y calor radiante también los afectará a ustedes. ¿Están de acuerdo con eso? Cambio.”

“¡¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, carajo!!” Heivia grita mientras dispara rápidamente 2 o 3 veces con su rifle.

Mientras tanto, Quenser contacta a sus aliados en el área, pero ninguno está en posición para llegar ahí rápidamente.

“Maldición. ¿No estarán mintiendo acerca de su posición para evitar quedar envueltos en esto, cierto?”

Quisiera lanzar su arma y escapar, pero con las balas viajando sobre él, alzar la cabeza descuidadamente seguramente le costaría la vida. Doscientos metros es una distancia relativamente cercana para los rifles, así que es solamente gracias al poderoso viento y al escenario blanco que afecta su comprensión visual que los mantiene al margen de herirse entre ambos bandos.

Los soldados enemigos deben estar más acostumbrados a ello porque se han separado gradualmente. Sólo unos cuantos metros se han abierto entre los soldados enemigos, pero claramente están intentando rodearlos vía rutas diferentes.

Quenser casi alza la cabeza por la sorpresa, pero Heivia lo mantiene agachado. Inmediatamente después, una bala vuela directamente sobre su cabeza.

Aún cubierto con nieve, Quenser dice, “¡¡Esto es malo, Heivia!!”

“¿¡Te refieres al enemigo dividiéndose para rodearnos por ambos lados!? ¡Ya lo sé! ¡¡El problema es que no podemos hacer nada al respecto!!”

“¡¡No, no me refiero a eso!! ¡¡Un pingüino!!”

“¿¡Hah!? ¿¡A quién l preocupa un pingüino en este mome-…!? ¿¡Un pingüino!?”

“¡Es un polluelo! ¡¡Un pingüino bebé!!”

Con expresión sorprendida, Heivia mira en dirección hacia donde señala Quenser. Un pequeño y gris pingüino bebé se encuentra avanzando balanceándose de manera extraña justo en medio del área en donde los soldados disparan sus rifles.

Quedará envuelto en el tiroteo, pero tampoco es que puedan detener su ataque.

Justo cuando las venas de la sien de Heivia están hinchándose debido a la ansiedad, ocurre algo extraño.

Justo cuando está a punto de retirar su dedo del gatillo, los terroristas también dejan de disparar.

El único movimiento restante en la blanca nieve es el pingüino bebé que continúa avanzando contoneándose mientras no les presta atención a los soldados en las líneas frontales de un campo de batalla.

Con manos sudorosas, Quenser y Heivia observan su progreso.

“(¡¡Vamos!! ¡¡Puedes hacerlo, pingüino bebé!!)”

“(¿¡Espera, por qué sólo está el bebé!? ¿¡No se supone que uno de los padres debería cuidarlo!?)”

Y entonces el pingüino bebé tropieza.

“¡¡Waahh!!”

“¡¡No, Heivia!! ¡¡La regla de la naturaleza es la no intervención humana!!”

Heivia casi sale de su cubierta para ayudar, pero Quenser lo detiene rápidamente. Mientras tanto, el pequeño pingüino usa sus alas para intentar levantarse nuevamente.

“¡Gyah!” Se escucha otro graznido aviar.

“¿¡Un albatros!?”

“¿¡No irá a comérselo, o sí!? ¿¡No pensará atacarlo desde el cielo, cierto!?”

Aún así, la regla de la naturaleza se aplica nuevamente.

Mientras Heivia intenta apuntar su rifle hacia el ave marina y Quenser intenta detenerlo, el albatros extiende sus alas y prepara su puntería desde el cielo. El pingüino bebé cuya silueta parece una bola de pelusa no tiene idea de que es el objetivo de un ataque.

Y entonces el albatros entra en acción.

El enemigo natural del pingüino vuela hacia abajo como si fuera una lanza. Su mortífero pico se dirige con precisión hacia el pingüino bebé.

Todos predicen el color y el olor de la sangre.

Quenser y Heivia se olvidan de su pelea por el rifle y se llevan las manos al rostro para cubrir sus ojos.

Pero la tragedia que esperaban no ocurre.

“¡¡Kyaaaahhhhhh!!” se escucha otro graznido desde el costado.

“¿¡…!? ¿¡Q-qué fue eso, Quenser!?”

“Creo que ha llegado la madre. ¡¡Es la madre del pingüino!!”

Asustado por el graznido de advertencia, la puntería del albatros es modificada levemente. El pico apenas roza al pingüino bebé y éste chilla fuertemente por su madre.

Pero el albatros no parece dispuesto a rendirse. Regresa al cielo blanco, vuela formando un amplio arco, y entonces busca al pingüino bebé una vez más.

Sin embargo, el bebé pingüino ya no se encuentra solo.

La enorme madre se apresura para actuar como escudo.

No hay garantía de que la madre pueda salvar a su bebé.

El filoso pico y las garras del ave marina son una gran amenaza para un pingüino adulto.

Aún así, la mirada de la madre no titubea.

Extiende sus alas que normalmente son usadas para remar en el agua, abre su pico tanto como puede, y deja escapar un graznido de advertencia tras otro tan fuerte como puede.

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Tanto Quenser como Heivia aguantan la respiración.

Los terroristas del otro lado de la planicie nevada también se quedan en silencio.

Y entonces…

El albatros da unas cuantas vueltas en círculos sobre las cabezas de los dos pingüinos antes de darse por vencido. Abandona su trayectoria anterior, suelta un graznido retador, y se marcha volando por el cielo.

La madre pingüino consiguió proteger a su hijo.

En ese instante, un animado grito como el que se escucharía en un estadio resuena en la Antártica. Se escucha como si toda la humanidad hubiera lanzado un grito de júbilo ante el amor familiar de esos pingüinos. Quenser y Heivia se abrazan y puede verse a los soldados enemigos alzando sus rifles con ambas manos como pesas en un espectáculo. La espiral de alegría rodeando a los pingüinos parece sorprenderlos. El bebé se oculta en el pequeño espacio entre las patas de su madre y los dos animales se alejan del área rápidamente. Normalmente el macho es el que debería hacer esto, pero por alguna razón se trata de la madre.

Después de unos 10 minutos, los pingüinos cruzan el campo de batalla, bajan por una leve pendiente, y desparecen por completo de la vista de Quenser y Heivia.

En poco tiempo, la fiebre por los pingüinos termina silenciosamente.

Inmediatamente después, ambos lados comienzan nuevamente el tiroteo sin vacilar.

Quenser y Heivia se ocultan lo mejor que pueden. Mientras Heivia presiona el gatillo, grita con ojos inyectados en sangre.

“¡¡Ahhhhhhhhh!!¡¡Fuego fuego fuego fuego!!”

“¡Daahh! ¡Maldición! ¡¡Creo que realmente no podemos llegar a un acuerdo!!” Quenser grita mientras opera su aparato portátil.

En la Antártica, todo es blanco sin importar a donde vayas, así que el chico acerca y aleja el mapa repetidas veces para revisar bien todo.

Viéndolo, Heivia grita con voz irritada. “¿¡En qué nos ayudará revisar el mapa!? ¡No podemos recibir ayuda de la princesa! ¡¡El enemigo está dividiéndose para rodearnos!!”

“Ocupémonos de ellos antes de que eso suceda,” Quenser saca un poco del explosivo plástico ‘Hand Axe’ de su mochila. Entonces incrusta el fusible eléctrico en él. “Cuando te dé la señal, dispara como loco para contenerlos. Lanzaré esto durante ese momento.”

“¿Sabes qué tan lejos están? Son 200 metros. Ni siquiera un lanzamiento largo con un lanzapelotas de béisbol llegaría tan lejos.”

“¡No tengo tiempo para explicarlo! ¡¡Hazlo ahora!!”

“¡Muy bien! ¡¡Mierda!!”

Aún quejándose, Heivia alza su rifle. En vez de apuntar cuidadosamente a algún enemigo, dispara entre todos mientras mueve el cañón de su arma como si fuera un abanico.

Como resultado, la precisión se reduce aún más, así que las balas no quedan ni cerca de impactar. Sin embargo, eso intimida a los soldados lo suficiente para hacer que se cubran.

Quenser se levanta y lanza el explosivo plástico con todas sus fuerzas. El Hand Axe vuela formando un gran arco, pero no alcanza a los enemigos justo como Heivia lo esperaba. Además, el viento evita que vuele exactamente en línea recta. Tomando en cuenta lo poderosa que es la ventisca, debió haber consumido bastante esfuerzo para llegarlo a más de 50 metros como lo hizo Quenser. El explosivo cae en un parche de hielo grueso, así que el Hand Axe se desliza un poco más como una piedra de curling. La pendiente levemente pronunciada en la planicie nevada en esa dirección también ayuda, así que el explosivo plástico gana más distancia mientras se desliza por el suelo.

Incluso con todos esos factores, 120 metros es su límite. No queda ni cerca de la distancia de 200 metros de los enemigos.

Heivia chasquea la lengua y grita, “¡Maldición! ¡¡Te lo dije!!”

“¡Está bien! ¡¡Eso es lo que quería!! ¡¡Agáchate, Heivia!!” Quenser responde gritando mientras usa su pulgar para enviar la señal de detonación vía su radio.

Heivia parece dubitativo, pero el resultado se muestra inmediatamente después.

Con un fuerte estruendo, una enorme porción de 200 metros de largo de la tierra blanca se derrumba.

Es como una trampa gigante. La tierra se derrumba y colapsa unos cientos de metros. La nieve, el hielo, y los soldados sobre el suelo caen por el enorme agujero.

No hay nada que puedan hacer.

Los soldados enemigos que estaban disparando bala tras bala caen en la fosa con gritos de sorpresa.

“Bien, parece ser que eso funcionó,” Quenser dice con un suspiro de alivio mientras retira su pulgar de la radio usada para la detonación. “Todo lo que quiero saber está relacionado con los diseños de los Objetos, ¿entonces por qué continúo aprendiendo a cómo matar personas?”

“…Um, ¿qué acaba de suceder?”

“Literalmente se encontraban en un área sobre el hielo. Una gruesa capa de hielo estaba cubriendo el espacio en un acantilado de piedra en forma de V y debajo no había nada más que un gigantesco espacio. Gracias a la actividad volcánica de esta área, el espacio debajo se ha convertido en algo como un río. Era suficientemente grueso como para que un vehículo de nieve de diesel pudiera pasar sin quebrarlo, pero no era suficiente para soportar un explosivo militar.”

“Ah, era por eso que revisabas el mapa.”

“Puedo entender el por qué no enviarán al Objeto hasta aquí.”

Quenser mira hacia las profundidades del acantilado de hielo que creó. No puede ver el fondo dentro de la profunda oscuridad. Si un Objeto cayera a través de ese hielo, se necesitaría una grúa capaz de levantar 200,000 toneladas. Y obviamente, la humanidad no tiene un aparato similar.

“Ahora que lo pienso, mencionaste los experimentos sobre quebrar las placas de hielo en la escuela de tu país seguro.”

“Aunque no era algo tan intenso,” Quenser dice encogiéndose de hombros. “¿Pero no te alegra que haya traído estos explosivos?”

“De cualquier forma, todavía tengo ganas de estrangularte.”


Parte 6[edit]

Quenser y Heivia avanzan por la planicie nevada.

En poco tiempo, llegan a su destino.

El círculo de soldados rodeando el área se ha estrechado lo suficiente como para poder ver a sus compañeros soldados aproximándose vía rutas diferentes. Cuando un aliado agita la mano hacia ellos a través de la escena blanca, Quenser hace lo mismo.

“¿Sabes? Realmente es un alivio tener tantas caras conocidas a nuestro alrededor.”

“¡Idiota! ¡¡Hay otras maneras de enviar señales!! ¡¡Agitar la mano es como usar una bomba de humo para indicarle al enemigo en dónde estamos!! ¡¡Acabamos de matar a algunos de ellos, así que probablemente se encuentren en alerta máxima!!”

Su compañero soldado debió recibir una advertencia similar porque es golpeado en la cabeza y arrastrado fuera de su vista.

Heivia tiembla y su aliento es blanco en el aire mientras dice, “Ya tuve suficiente de la Antártica. ¡¡Hace demasiado frío!! ¡¡Pensaba que el hemisferio sur estaba cerca del verano!! ¡¡Incluso se me hace difícil creer que ahora mismo está sucediendo lo del calentamiento global!! ¡¡Aquí hace mucho frío!!”

“Eso sólo se debe a que no conoces la temperatura promedio de este lugar. Al menos, ciertamente no me gustaría caminar por aquí de noche.”

Mientras charlan entre sí, entra una transmisión a la radio. Es de la princesa que espera en el Mar Ross en su Baby Magnum.

“Con todo el calor producido en esta área hermética, me estoy rostizando. Quisiera que esto terminara tan pronto como fuera posible. Quenser, ¿estropeaste algo al darle mantenimiento al aire acondicionado?”

“Maldición, el castillo de la princesa se escucha tan maravilloso como siempre.”

“Ahh, hace demasiado calor. Nadie puede verme, así que tal vez debería quitarme este traje especial. Dudo tener que encargarme de alguna batalla a gran velocidad.”

“¿Estás intentando elevar nuestra temperatura corporal a través de nuestra imaginación?”

“¿…?”

Mientras Quenser frunce el ceño, Heivia parece perder todo tipo de motivación.

“Me gustaría recalcar nuevamente que esto es una locura,” se queja. “Nosotros somos soldados que supuestamente debemos proteger el área alrededor de la base segura. No estamos acostumbrados a misiones especiales en las que tenemos que salir en búsqueda de una fortaleza terrorista.”

“¿Huh? ¿Existen diferentes tipos de soldados rasos?”

“Ah, vamos. ¡Eso no es algo que quisiera escuchar de alguien en las líneas frontales! ¡¡Al menos, deberías saber que los trabajos que tú obtienes son muy diferentes a los que nosotros tenemos que hacer!!”

“Pareces sentirte bastante presumido, Heivia. Tal vez yo sólo sea un estudiante, pero los demás son soldados de la misma base que tú.”

“Tal vez les llamemos soldados, pero nos convertimos en soldados de maneras distintas. Algunos acuden a una academia militar y otros pasan por un curso de entrenamiento de corto plazo. Dependiendo del área del ejército a la que quieras entrar, cambia tu ruta. La mayoría de los soldados en la base pasaron por una escuela de entrenamiento de un año entero. No muchos pasaron por el curso de entrenamiento de 6 meses que yo hice.”

“¿No piensas que los que entrenaron por el doble de tiempo sean más fuertes?”

“Quenser, ¿crees que alguien que se sentó en un escritorio por un año sería más fuerte que alguien que se arrastró por el lodo durante seis meses? Además, la mayoría de las personas tienen que repetir el entrenamiento semestral al menos dos veces antes de pasar. Aquellos que se gradúan en 6 meses como yo son bastante raros.”

“De cualquier forma, eso es algo como un día en el parque comparado con lo que sucedía en mis días, cuando teníamos que correr por ahí con un rifle,” interrumpe Froleytia.

Su frase tal vez la haga parecer como si fuera alguna una anciana, pero realmente tiene 18. Quenser se pregunta cuánto tiempo ha vivido en el campo de batalla.

“Por cierto, ¿por qué elegiste el curso enlodado, Heivia?” Quenser pregunta.

“¿Ahn?”

Tal vez se debe a la sensación de calma después de terminar un tiroteo y confirmar que no hay enemigos cerca o porque quieren procrastinar al tener que dirigirse al siguiente campo de batalla, pero Quenser y Heivia continúan charlando.

“Quiero decir, eres un noble, ¿cierto? Seguramente existe algún curso especial para nobles. Uno en el que logres ser segundo teniente tan pronto como te gradúes.”

“Ah, eso sería en una academia militar. Incluso los civiles pueden entrar a esos. Una vez que llegas a general, casi lo único que encuentras son nobles, pero una persona normal puede llegar hasta general de brigada si trabaja duro.”

“¿Entonces por qué estás hasta el fondo de la pirámide como soldado de primera clase?”

“Por varias razones. Para ganarme los derechos de mi familia, necesito demostrar que realmente estoy peleando y defendiendo una base y ayudando al país en vez de simplemente mirar desde un puesto alto.”

“Pero de cualquier forma lo único que haces es perder el tiempo en la base,” comenta Froleytia.

“Bueno, no les digo eso. Todo tiene que ver con las apariencias. Además, no es que las acciones de un solo soldado en un campo de batalla dominado por los Objetos vaya a ‘ayudar al país’. Nunca esperé ser enviado a la Antártica como ahora.”

“Los nobles realmente la tienen difícil. Cuando escucho ese tipo de dificultades, me alegro de ser una persona común,” dice Quenser.

“Yo estaría más preocupado si fuera una persona común. Incluso si el parlamento se ha abierto de alguna forma recientemente, los nobles aún tienen el control del centro del gobierno. ¿No te preocupa el tener tan pocas oportunidades para que el gobierno escuche tu voz?”

“La política es una molestia. Mientras alguien más se encargue de ella, realmente no me importa.”

“¿En serio? Supongo que eso es a lo que le llaman demografía apática.”

Mientras continúan charlando tranquilamente, se detienen de pronto.

Detrás de una pequeña colina, se encuentra la base del Monte Erebus.

Quenser y Heivia se ocultan instintivamente sobre la nieve y observan el área a través de los binoculares y la mira del rifle respectivamente.

Sin embargo, el área de la base es realmente grande. La nieve siendo levantada por el viento hace que el área sea difícil de ver.

Lo que miran a través de sus respectivas lentes es una pronunciada pendiente después de unos cuantos kilómetros de planicie pura.

Similar a una puerta que da paso a un camino hacia las montañas, un solo edificio rectangular se encuentra entre la planicie y la pendiente. Debe tratarse del observatorio del Reino de la Legitimidad. En la planicie nevada cerca de éste, se encuentran cilindros de 80 cm de grueso y unos 9 metros de largo recostados sobre su costado. No sólo son dos o tres. A intervalos, cerca de 50 de ellos se encuentran colocados de tal forma que ocupan unos cuantos kilómetros.

Quenser y Heivia parecen confundidos.

“(Supuestamente el láser para el misil tierra-aire que atacó el avión de reconocimiento estaba por aquí.)”

“(¿En dónde está el resto de los terroristas? No me digas que no aguantaron el frío y se fueron.)”

“Si están calentándose dentro del observatorio, podemos simplemente atacarlos, pero de otra forma esto sería un problema,” dice la comandante, Froleytia.

“¿Por qué?”

“Se nos ordenará buscar a esos terroristas incluso si ya no se encuentran aquí. Tendremos que buscarlos en cada rincón y grieta de este continente helado. Incluso si los terroristas salieron de la Antártica desde hace tiempo, nosotros tendríamos que continuar la búsqueda hasta estar totalmente seguros.”

“¿Es en serio? Hey, Quenser, vayamos a revisar el observatorio de una vez. Si dejamos que escapen, terminaremos congelados hasta morir. Rápido, rápido. Vamos, apresurémonos para poder regresar a donde hay cobijas y calentadores.”

“No, Heivia. Apresurarse de esa forma sólo nos conseguirá un disparo en la cabeza.”

Mientras discuten con voces apresuradas, Quenser y Heivia se arrastran por la planicie nevada. Ocasionalmente observan a otros moviéndose de la misma manera. Son otros soldados del Reino de la Legitimidad y sus reacciones fueron las mismas. Quieren terminar rápidamente con el trabajo, pero también se preguntan qué son esos enormes cilindros.

Como si expusiera lo que todos están pensando, Heivia dice, “En esta era en la que pelean Objetos de 50 metros, los soldados de carne y hueso corriendo por ahí y disparándose entre sí con armas es una tontería. Cualquiera que sea la estrategia del enemigo, no podrán ganar con el Objeto de la princesa esperando en el Mar Ross. En serio, deberíamos darnos por vencidos. Morir por algo como esto es simplemente estúpido.”

“Hey, Heivia, he estado preguntándome algo,” Quenser dice mirando alrededor mientras continúa tendido sobre su abdomen. Se han arrastrado cerca de un kilómetro a través de la nieve hasta ese momento. “¿Qué son esos extraños cilindros alrededor del observatorio?”

“¿Ahn? ¿No serán antenas usadas por el observatorio? Probablemente están colocadas así por el fuerte viento,” Heivia dice indiferentemente, pero realmente no tiene confianza en su propia respuesta.

Y entonces Quenser obtiene su respuesta de una fuente diferente.

Los enormes cilindros de 9 metros de largo y 80 cm de grosor se mueven como uno sólo, reuniéndose en un solo punto.

Un gigantesco cañón de arma soportado por una plataforma con un centro de gravedad bajo ha movido su mira repentinamente en dirección a Quenser y Heivia.

“… ¿Hah?”

En ese instante, Quenser y Heivia son incapaces de mover sus cuerpos como desean. Incluso si miran perplejos, pueden comprender lo que significa la escena ante ellos.

Han visto algo así antes.

Saben qué es lo que les está apuntando.

Son…

Los repuestos para los cañones gigantes creados para ser instalados en un Objeto.

Los 50 cañones que se encuentran alineados a intervalos apuntan hacia la planicie nevada en donde se encuentran Quenser y los demás soldados.

“¿¡¡Oooooooohhhhhhhhhh!!?”

Quenser y Heivia se percatan de lo que está sucediendo, gritan, y ruedan a través de la planicie nevada tan rápido como pueden. Inmediatamente después, los cañones rugen.

Parece ser que se trata de cañones de riel.

Incontables ondas de impacto se expanden y el cuerpo de Quenser flota en el aire. Unos segundos después, regresa a la fría nieve con un fuerte impacto y comienza a girar, pero esta vez no es porque quiera hacerlo. Los cañones no lo golpearon directamente. Si así hubiera sido, su cuerpo hubiera quedado hecho pedazos. Su patético cuerpo simplemente fue afectado por las ondas de impacto creadas cuando fueron disparados.

Sin embargo, eso es suficiente para detener su respiración.

“¿¡Gb…gh!?”

Se dobla como un arco y de alguna manera logra inhalar algo de aire. Seguramente fue gracias al intenso frío sobre las partes móviles de los cañones que no fue golpeado directamente. Sin embargo, el calor causado por los motores pronto elimina eso. Los milagros no continúan ocurriendo para siempre.

(¿¡Seré asesinado!?)

Levantarse sólo le serviría parra recibir un disparo, pero esa planicie no tiene ningún lugar para cubrirse. El enemigo los atrajo hasta ahí por esa simple razón.

(Maldición. ¿¡Por qué tienen cañones de riel preparados!? ¡¡Usaron un misil tierra-aire pasado de moda cuando atacaron al avión del Reino de la Legitimidad!!)

Quenser no tiene idea de qué hacer.

Mientras comienza a perder la tranquilidad, escucha la voz de Heivia llamándolo.

“¡¡Quenser!! ¡¡Baja aquí!!”

Él no sabe lo que eso significa, pero lo comprende una vez que mira alrededor del área. La primera ola de ondas de impacto ha abierto una enorme fisura en la tierra. Es de más de un metro de ancho. Heivia bajó a ese pasaje formado naturalmente y está asomando la cabeza para gritar.

Quenser gira por la planicie nevada y entra a la fisura que se encuentra cerca.

Justo cuando cae dentro, los cañones de riel comienzan su segundo ataque.

Simplemente los efectos secundarios crean un ruido como el de un bombardeo aéreo y todo el oxígeno de Quenser es extraído a pesar de encontrarse dentro de la fisura.

Heivia se percata de ello y corre hacia él.

“Maldición, esto no es ninguna broma. Los terroristas han preparado una tonelada de repuestos para Objeto. ¿¡Se supone que es como una posición antitanque de las guerras antiguas!?”

“¿A qué te refieres con eso?”

“Recibimos clases aburridas sobre varias formas del combate clásico durante las lecciones de historia en el entrenamiento. En el pasado eran usadas las posiciones de batalla en las que atraían enemigos y los bombardeaban por ambos lados. En ese entonces, usaban armas antitanques, pero se ve que han cambiado eso. ¡¡Mierda!! ¿¡No crees que esto es demasiado para unos soldados rasos!?”

Quenser se pregunta cuántos de sus aliados lograron entrar a las fisuras. Espera que todos ellos hayan llegado a alguna, ya que cualquiera que no lo haya hecho seguramente está muerto.

Heivia se recarga contra el muro de la grieta y pregunta, “¿Sabes qué es lo peor de todo esto, Quenser?”

“¿Que esos cañones para Objeto pueden disparar en cualquier dirección a pesar de ser repuestos?”

“No,” Heivia dice con la frente cubierta de sudor. “si están usando cañones para Objeto, deben tener un reactor capaz de hacerlos funcionar.”

“Espera, quieres decir…”

“¡¡No son simples terroristas!! ¡¡Deben tener un Objeto!! Tienen uno oculto en algún lado y unos gruesos cables deben mantener conectados esos cañones de riel. ¡¡Incluso si escapamos de aquí, probablemente nos encontraremos con un Objeto esperándonos!!”

Escuchando la confirmación de alguien más provoca escalofríos en la espalda de Quenser.

Las armas gigantes conocidas como Objetos tienen un grueso blindaje al nivel de un refugio nuclear y reactores con potencia que superan a los reactores nucleares. Y utilizan esa impresionante potencia para crear una lluvia de láseres o usar cañones de plasma de baja estabilidad. Solamente otro Objeto puede enfrentarse a algo así. Sin importar lo mucho que batalle un soldado de carne y hueso, es excesivamente difícil causarle daño a uno.

Sin embargo…

“Heivia. Disculpa, pero no tenemos tiempo para discutir qué hacer después.”

“¿Ahn?”

“¡¡Mira!! ¡Las ondas de impacto están ensanchando la grieta! ¡¡A este paso, caeremos tanto que seremos incapaces de regresar a la superficie otra vez!!”

Heivia baja la mirada hacia sus botas. Es verdad que la fisura está ensanchándose, y rápidamente. Sin embargo, salir de ahí descuidadamente sólo los hará ser víctimas de los innumerables cañones de riel. Están condenados si lo hacen y están condenados si no lo hacen. Si no resuelven rápidamente este problema, terminarán muertos.

“¿Qué hacemos, Quenser? Esos cañones son masas gigantes de acero. ¡¡Un rifle no es suficiente para destruirlos!!”

“Sí, y no tengo suficientes Hand Axe para hacer explotar cada una de esas cosas. Sin mencionar que no puedo pensar en alguna manera para aproximarnos a ellos.”

“¿No podemos quebrar el hielo debajo de ellos como con los terroristas?”

“Desafortunadamente, se encuentran sobre suelo firme con soporte adecuado. E incluso si pudiéramos, terminaríamos envueltos en ello también.”

Al decir eso, Quenser altera la frecuencia de su radio.

Está contactando a la princesa que se encuentra esperando en el Objeto flotando en el Mar Ross.

“Llamando a Baby Magnum. ¿Tienes nuestra ubicación? ¿Puedes eliminar algunos de los cañones aquí?”

“La montaña está en el camino, así que no puedo apuntar directamente. Aunque podría disparar un cañón gauss en arco para esquivarla.”

“¿Cuál sería tu precisión?”

“Un 50/50. Podría eliminarlos con un bombardeo, pero eso también podría acabar con ustedes.”

Los cañones principales del Baby Magnum normalmente son usados para disparar directamente contra el Objeto enemigo en vez de disparar formando arcos a larga distancia. Con los vientos irregulares y la gran altitud, una precisión perfecta sería muy difícil de lograr.

Mientras tanto, un tercer y cuarto ataque de los cañones de riel estremece el suelo bajo los pies de Quenser y Heivia. El enemigo seguramente sabe que se encuentran ocultos en las grietas e intentan hacerlos salir.

Quenser hace una mueca ya que las vibraciones lastiman sus oídos, pero de pronto alza la cabeza.

“¡Baby Mangum! Aunque no puedas apuntar con precisión, aún puedes alcanzar esta área, ¿cierto?”

“S-sí. Puedo hacerlo, pero…”

“¡¡Te daré instrucciones sobre la cuadrícula!! ¡¡Usando la coordenada 000212 como estándar, apunta al W-11, J-18, G-26, M-19, L-27, B-20 y R-12!! ¡Incluso con el viento, eso debería evitar a cualquier aliado con un margen de error de +/-5! ¡¡Lanza esos cañones gauss de inmediato!!”

“No creo que eso logre golpear al enemigo.”

“¡¡Sólo hazlo!! ¡¡Eso lo resolverá todo!!”

“¿…?”

La princesa aún no comprende qué busca hacer el chico, pero parece percatarse que es una situación de emergencia en donde cada segundo importa. Incluso sin una explicación, sigue esas instrucciones.

Un potente estruendo diferente a los anteriores resuena por el área. Debido a que se encuentran entre dos montañas actuando como muros, se escucha un poco amortiguado.

Los cañones gauss del Baby Magnum normalmente son lanzados a una velocidad mayor a la del sonido, pero éstos han sido lanzados a menor velocidad (y por consecuencia, a menor potencia) para que puedan caer en arco sobre un punto específico. Por una vez, el sonido llega antes que los proyectiles.

Sin embargo, no hay tiempo para impresionarse por eso.

Quenser se sujeta de la orilla de la fisura y grita hacia sus soldados camaradas a través de la radio mientras se encuentra suspendido.

“¡¡Sujétense!! ¡¡Probablemente las grietas se ensancharán más y colapsarán!!”

“¿¡Hey, de qué se trata todo esto!?”

Heivia hace lo que se le dice mientras se siente desconcertado, pero no hay tiempo para explicaciones.

Los proyectiles del cañón gauss caen como lluvia desde arriba.

Las masas de acero se incrustan sin misericordia en el suelo firme y estremecen el suelo como un terremoto.

Los proyectiles fácilmente pesan una tonelada y sólo miden un metro de ancho. Caen desde una altura de 3800 metros, así que naturalmente llevan una increíble cantidad de energía cinética.

Con un estruendo explosivo, la nieve y el hielo se alzan en el aire y caen dentro de las grietas como una avalancha. Quenser estaba sujetándose fuertemente, pero sus manos casi se resbalan de la orilla de la grieta. Sin embargo, ya no puede sentir nada bajo sus pies. El impacto generado ha ensanchado las fisuras y el suelo en el que había estado parado había desaparecido. El propio suelo de la Antártica se había dividido como vidrio roto.

“¡¡Mierda!! ¡¡Ya sean de un enemigo o aliado, los cañones de los Objetos son espeluznantes!! ¡Probablemente se pueda ver este cráter desde un satélite!” Heivia grita mientras intenta subir desesperadamente sus piernas sobre la orilla de la fisura. “¡Hey, Quenser, no me agradó lo que tu pedido provocó! En serio, sólo puedo esperar a que las ondas de impacto hayan sido suficientes para derribar esos-…”

Sus palabras se desvían repentinamente.

Lo ha visto.

Unos gigantescos proyectiles que pesan toneladas cayeron desde una gran altura. Los proyectiles quebraron el suelo de la Antártica, provocaron una potente onda de impacto, e incluso ocurrió una avalancha en la montaña distante.

Sin embargo, los 50 cañones no fueron golpeados directamente.

Están cubiertos con bastante nieve y trozos de hielo, pero eso no parece suficiente para que dejen de funcionar.

“¡¡Maldición!!”

La garganta de Heivia se seca. El salir de esa fisura sólo tendrá como consecuencia el ser hecho pedazos. Sin embargo, no puede volver a ocultarse en la grieta porque el bombardeo la ha ensanchado y transformó el suelo en un acantilado.

Entonces Quenser sale de la fisura y grita, “¡¡Ahora sube!!”

“¿¡Tienes idea de lo que estás diciendo!?”

“¡¡Si no lo haces, morirás!!”

Quenser sale totalmente a tierra mientras grita lo que parece una estupidez. Entonces usa su radio para decirles a sus demás aliados lo mismo. Heivia no está seguro sobre qué hacer, pero el muro de la grieta que se ha transformado en un acantilado no tiene salientes para apoyar los pies. Si perdiera la fuerza en sus dedos, ciertamente moriría. Decide salir antes de perder la fuerza de la parte superior de su cuerpo para lograrlo y llega a la superficie casi por pura desesperación.

Por supuesto, en ese momento los innumerables cañones de riel los apuntan.

No son algo que un humano de carne y hueso pueda esquivar.

¡¡Mierda!!”

Sabiendo que es inútil, Heivia alza su rifle.

Pero Quenser simplemente dice, “No hay problema”.

Heivia quisiera responder, “¿Cómo no hay un problema aquí?”, pero el enemigo hace su movida primero.

El potente sonido de los cañones de riel siendo disparados golpea los tímpanos de Heivia y presiona su corazón.

Un solo disparo de esos cañones puede partir en dos a un barco Aegis.

Heivia casi cierra los ojos bruscamente, pero el resultado llega incluso antes de que sus reflejos actúen.

“… ¿Hah?”

Heivia mira incrédulamente la escena ante sus ojos.

Realmente sintió dolor.

Sin embargo, fue provocado solamente por la onda de impacto. Si un proyectil lo hubiera alcanzado, hubiera muerto al instante.

Los cañones de riel disparados en su dirección no los alcanzaron. En vez de eso, volaron en direcciones totalmente diferentes. Y eso no es todo. Algunos de los cañones no soportan el retroceso y giran hacia atrás, otros caen, y otros incluso son propulsados hacia atrás como cohetes. El conjunto de cañones de riel ha colapsado como una capa incompleta de fichas de dominó.

La cabeza de Heivia está repleta de preguntas.

“¿Q-qué? ¿Qué acaba de suceder?”

“Me aseguré de que las anclas incrustadas en el suelo para mantener en su lugar a los cañones de riel dejaran de funcionar.”

“¿…?”

“Específicamente, fue el propio suelo de roca el que quedó destruido en vez de las anclas.” Quenser se levanta de su posición tendida. “Los cañones de riel y láseres usados para los Objetos están diseñados para ser instalados en esos cuerpos de 200,000 toneladas. Cuando son disparados, la onda de impacto y el calor se diseminan. No se usan para defender bases directamente porque, con ellos, los ataques aliados son tan peligrosos como los ataques enemigos.”

“¿Eso qué tiene que ver con esto?”

“Cuando son colocados en el suelo, el poder de estas cosas es tan grande que la onda de impacto derriba al propio cañón de riel. Tuvieron que haber colocado anclas que llegaran a más de 10 metros de profundidad para asegurarse de que no colapsaran. Pero…”

“El bombardeo de la princesa destruyó el propio suelo de roca…”

“Las anclas ya no funcionan. El primer disparo tampoco sirvió porque causó que los cañones se inclinaran. Después de eso, fue como hacer que un niño disparara una magnum con una mano. Se eliminaron a sí mismos. Ahora que evitamos la línea de disparo de los cañones caídos, tenemos que cortar los cables de energía. Algunos tal vez sigan funcionando.”

“Entonces sólo tenemos que encontrar a las personas que los controlan.”

“Creo que tengo una idea respecto a eso.”

Quenser usa su barbilla para señalar hacia el observatorio del Reino de la Legitimidad en donde las cosas se están poniendo bastante animadas. Aparentemente, el enemigo estaba controlando los cañones a distancia mientras se aprovechaba del calor ahí. Su última opción ha sido destruida, así que naturalmente están perdiendo el temple.

“Busquemos una mejor posición antes de comenzar a regresar el fuego,” Quenser dice mientras toca a Heivia en el hombro. “Una vez que ocurra un verdadero tiroteo, yo no seré de ninguna ayuda, así que tú ve adelante, Heivia.”


Parte 7[edit]

Después de eliminar los incontables cañones, Quenser y Heivia se reúnen con los demás soldados del Reino de la Legitimidad. Han perdido menos aliados de los que esperaban.

Y el flujo de la batalla después de eso es tan claro como el día.

Los terroristas en el observatorio son eliminados sin mucho problema. Al parecer la posición antitanque usando los cañones de repuesto para Objeto era su defensa principal y no habían considerado demasiado la posibilidad de que el enemigo los superara. Los terroristas eran pocos, así que tuvieron pocas oportunidades de ganar en una pelea directa. Tal vez esa fue la razón por la que confiaron tanto en los cañones controlados a distancia.

Quenser y los demás también encuentran el lanzamisiles que seguramente fue usado para atacar al avión de reconocimiento del Reino de la Legitimidad. El lanzamisiles se encontraba instalado sobre un vehículo blindado. Ocho misiles estaban cargados en una torreta móvil. Cuatro tubos de disparo conformaban un conjunto y dos de dichos conjuntos estaban alineados uno junto a otro.

El lanzamisiles utilizaba mira láser, pero un vehículo radar especializado había sido preparado aparte. Sin embargo, el ángulo en el que se encuentra el vehículo radar es extraño. Seguramente, las instalaciones antiaéreas fueron alteradas a la fuerza para poder buscar a Quenser y los demás en el suelo.

“Terminamos matándolos a todos, así que aún no sabemos lo que están buscando. Casi puedo imaginarme la expresión de disgusto de Froleytia,” Heivia dice irritado.

En una situación en la cual puede ocurrir un enorme daño ya sea al enemigo o a los aliados, capturar vivo al enemigo es extremadamente difícil. Si los soldados enemigos lograran hacer preparativos mientras ellos esperan por ahí, se meterían en problemas. Por eso, Heivia y los demás usaron sus armas al máximo y terminaron matando a todos y cada uno de los soldados enemigos.

“Ahora ni siquiera sabemos si éstos eran todos o si quedan más ocultos en alguna otra parte. ¿Terminaremos temblando en el frío mientras los buscamos en este continente blanco a pesar de haber ganado?”

“El Monte Erebus es un volcán activo, así que esta área parece ser cálida como el área en la que desembarcamos.”

Quenser señala hacia sus pies. En vez del blanco de la nieve y el hielo, lo que hay es roca dura y gris.

Heivia observa el vapor blanco elevándose desde la roca y comenta, “Maldición. Esta no es una situación para estar buscando. Sin importar lo mucho que nos esforcemos, la paga es la misma. Acabamos con los exploradores terroristas y eliminamos su posición antitanque. ¿No crees que ya hicimos más de lo que deberíamos? Sería grosero robarle el resto del crédito a los demás.”

“¿Qué, ya te estás rindiendo? Froleytia te sermoneará.”

“Mira, Quenser. Estamos en unas aguas termales. Y tienen una temperatura perfecta de 40 grados. No tengo pensado saltar desnudo, pero no veo nada de malo en quitarme las botas y calcetas y sumergir mis pies.”

“¿Sabes? Tengo tan pocas ganas de buscar a lo largo de este continente como tú. Esto no tiene nada que ver con el estudio del diseño de Objetos.”

Las fuerzas del Reino de la Legitimidad continúan buscando alrededor del observatorio. La existencia de un Objeto suministrando energía a los cañones de defensa aún es un misterio, pero a esos dos idiotas eso ya no les importa. Meten los pies al charco de agua caliente que es más o menos de un metro de ancho y 30 cm de profundidad, sentados en una roca, y permitiendo que un humor relajado se apodere de ellos.

“Por cierto, ¿por qué los terroristas habrán usado un misil tierra-aire?”

“¿Ahn? ¿A qué te refieres?”

“Estaban utilizando todos esos cañones de repuesto para Objeto, ¿cierto? ¿No pudieron usarlos también para derribar el avión? Y si realmente tienen un Objeto que active esos cañones…”

“¿Cómo podría saberlo? Usaron la posición antitanque como un ataque sorpresa, así que tal vez usaron a propósito un arma peor para evitar que supiéramos acerca de su mejor arma.”

“¿Y por qué ese supuesto Objeto no aparece en el radar de la princesa? Los Objetos son monstruos de 50 metros. Sería difícil ocultar uno.”

“Hey, Quenser. Realmente lo dudo, pero no será un Stealth Object[1] con lo que estamos tratando, ¿cierto?”

“Wow, eso sería horrible. ¿Pero cuánto costaría agregar la función de sigilo avanzado a algo así de grande? Y además de los costes de desarrollo, tendrían que gastar ríos de dinero para el mantenimiento.”

“Bueno, tendríamos que preguntarle al enemigo sobre todo eso. Todos esos diseños de 2da generación simplemente se van a los extremos de una u otra manera. Por supuesto, eso solamente si ese supuesto Stealth Object existe.”

No pueden preguntarle al enemigo y ni siquiera saben cuál era el objetivo de los terroristas. ¿Qué vinieron a hacer a la Antártica?

“Bueno, eso no nos corresponde. Nuestra comandante de enormes pechos puede preocuparse por ese tipo de cosas,” Heivia comenta tranquilamente. Su cuerpo entero se encuentra relajado mientras absorbe el calor del agua a través de sus pies remojados y el calor del vapor a través del resto de su cuerpo. “Aahh… Esto se siente tan bien que estoy a punto de dormirme…”

“Hey, déjame recordarte que morirás si te quedas dormido. Aunque yo también quiero hacerlo.”

Quenser no tiene planeado continuar pensando acerca de cosas sin relación a los diseños de un Objeto. Gira la cabeza mientras disfruta el calor del agua en sus pies.”

Y entonces se percata de una masa plateada.

“¿…?”

Quenser deja de moverse y mira en esa dirección nuevamente.

Se encuentra en medio de la ventisca que sopla fuertemente. Unos 50 metros a lo lejos hay una roca tan grande como una persona. Hay una enorme masa medio oculta detrás. Parece estar en un punto que la protege lo mejor posible de la ventisca.

“Ah, ojala no hubiera notado eso.”

“¿¡¡Por qué tenías que encontrar eso, idiota!!? ¡¡Ahora realmente tendremos que trabajar!!”

“Desearía que todo el problema estuviera sucediendo del otro lado del mundo.”

“Estamos en la Antártica, así que el otro lado del mundo pondría al país seguro en peligro.”

Completamente irritados por el desarrollo de los eventos, Quenser y Heivia sacan los pies del agua caliente, y secan la humedad adecuadamente antes de ponerse nuevamente las calcetas y botas.

“Hey, Quenser. Hay bastante de lo que parece ser humo blanco saliendo del otro lado. ¿En verdad esto está bien?”

“Si nos encargamos de este problema, podremos regresar a relajarnos más rápidamente. Piensa de esa forma para trabajar motivadamente.”

Ambos intercambian comentarios mientras se dirigen hacia la enorme masa detrás de la roca.

Es una caja de unos 80 centímetros de ancho.

…O al menos eso parecía al principio. En realidad tiene unas patas mecánicas como de cangrejo conectadas a ambos costados. Es un robot. Al verlo más de cerca, pueden verse cámaras y sensores conectados en la parte superior. La tapa de metal había sido retirada y una laptop a prueba de agua se encuentra conectada por un cable.

Heivia frunce el ceño.

“¿Qué es esto?”

“Un robot de observación. Recuerdo haber fabricado uno en la escuela de mi país seguro para aprender la estructura fundamental de los Objetos o algo así,” Quenser dice con gran interés mientras se aproxima y lo revisa desde varios ángulos. “Parece un robot usado para obtener información de áreas como el cráter de un volcán activo al que no puede entrar un humano.”

“Desarrollar UAVs y armas no tripuladas se ha vuelto bastante popular en el ejército, ¿pero realmente le dejarían el trabajo de vigilancia a un robot casero como este?”

“Lo que se necesita para algo como esto es mucho menos que los robots enviados a Marte. Además, es más fácil hacer un robot que entre a un cráter con altas temperaturas que un traje que haga lo mismo,” Quenser responde tranquilamente. “Ya que también necesita soportar el frío de la Antártica, debe haber sido diseñado para ambos extremos. Tiene una antena parabólica, así que probablemente es controlado vía radio y envía datos que recibe directo al laboratorio o barco de investigación vía satélite.”

“Ya veo. Pero eso no es lo que me preocupa.” Heivia rodea al robot y señala hacia cierto punto. “La cubierta ha sido retirada y hay una extraña computadora conectada por un cable.”

“Hm, realmente tiene conectores externos adecuados. No entiendo por qué la persona que fabricó el robot se molestaría en remover la cubierta para conectar una computadora.”

“¿Significa que alguien además del diseñador la conectó a la fuerza?”

Quenser y Heivia intercambian una mirada.

Tal vez este sea el objetivo de los terroristas.

“Hey, Quenser. ¿Puedes deducir algo de la pantalla de la computadora?”

“¿Realmente es una buena idea tocar esto?”

“¿Qué, quieres preguntarle a Froleytia qué hacer? No quisiera ser como una esposa recién casada asistiendo a clases de cocina. Tu sabes, como las que llaman al profesor incluso para saber si se le debe poner aceite a la sartén.”

“Bueno, si algo sale mal, tú tendrás que recibir el castigo, Heivia.”

“Bien, bien. Maldición, Quenser. ¿Eres como una joven esposa que ni siquiera sabe cómo ponerse el delantal?”

Por lo rápido que vino su respuesta, Heivia realmente debe sentir temor por esa comandante.

Quenser cambia la frecuencia de su radio y explica concisamente la situación acerca del robot antártico y la laptop.

La respuesta de Froleytia es clara.

“Enviaré al personal de la división de simulación electrónica. No toquen nada hasta que ellos lleguen.”

“Tch. Así que una vez más, nuestros logros serán tomados por otros,” Heivia dice con expresión disgustada.

Sin embargo, por su queja de hace un momento, es posible que esté molesto por tener que esperar en medio de la Antártica en vez de algo relacionado con sus “logros”.

Mientras Heivia emite un aura de querer apresurarse para irse, Froleytia habla con tono suave falto de cualquier preocupación.

“Ah, ¿no consideraron que algún espacio vacío en el robot puede estar lleno de explosivos plásticos? Si cometen un error, podría explotar.”

“¡¡Quiero irme!! ¡¡Quiero irme ya!!” Heivia grita con lágrimas en los ojos, pero Froleytia le ordena severamente a quedarse ahí y corta la transmisión.

Quenser y Heivia solamente pueden mirar con nerviosismo al robot.

Ambos se alejan naturalmente de él poco a poco.

Pero…

“… ¿Huh?”

“¿Hey, soy yo o empezó a hacer algo raro?”

Ambos dejan de moverse repentinamente.

Sus ojos se mueven hacia la laptop conectada al robot.

Específicamente, hacia la pantalla.

Nuevas ventanas comienzan a aparecer a una velocidad alarmante.

El deseo por escapar de Heivia se incrementa a cada segundo.

“¿Acaso esto acaba de ponerse muy, muy malo?”

“Va más allá de ser malo…”

Quenser sigue las líneas de texto en las ventanas con expresión seria en el rostro. A diferencia de Heivia, se aproxima rápidamente a la laptop a prueba de agua. Mueve sus dedos frenéticamente hacia el teclado.

Abre varias ventanas por su cuenta y revisa lo que dicen.

“Este robot explorador es controlado desde un laboratorio remoto vía satélite y sus datos son enviados vía la misma ruta. Parece ser que algo está interfiriendo con la línea de comunicación que conecta al satélite.”

“¿Quieres decir que están robando información clasificada desde aquí?”

“¡No, eso no! ¡¡Mierda!!” Quenser grita repentinamente mientras observa las ventanas. “¡¡Su objetivo es el satélite!! El satélite que usa para comunicarse también está equipado con varios mecanismos usados para experimentos espaciales. Uno de esos experimentos tiene que ver con quemar la superficie de asteroides cercanos con un láser y analizar los datos de la luz emitida. ¡¡El sistema entero para ese experimento ha sido controlado!!”

“Disculpa, Quenser, pero tendrás que explicar eso de manera en la que pueda entenderte.”

“¡¡Para decirlo más simple, se han infiltrado para poder apuntar libremente hacia lo que quieran con un laser experimental!! ¡¡Es suficientemente poderoso para atravesar una placa de metal de 30 mm!!”

“¡¡Espera, espera, espera!! ¿Pueden hacer eso? ¡¡Pensaba que los satélites poseían una seguridad estricta!!”

“Sí pueden. Este no es un satélite hecho para proyectos nacionales construido usando muchos fondos. Este es un satélite pequeño y barato hecho con fondos personales en una universidad. El sistema que usa solamente es una versión levemente mejorada de un sistema operativo comercial con algunos programas gratuitos agregados. ¡¡Y es lo mismo con la seguridad!!”

“Pero es un láser que quema la superficie de asteroides en el espacio. Incluso si es apuntado a la Tierra, ¿la atmosfera no lo atenuaría y la capa de ozono lo refractaría antes de que llegara a alcanzar a algún edificio o la superficie?”

“Sí, pero eso sólo si su objetivo estuviera en la Tierra,” Quenser dice mientras señala la pantalla. “Los terroristas tienen como objetivo un área en la superficie lunar llena con una clase especial de villas.”

“¿¡La Luna!?” grita Heivia con voz histérica.

Quenser señala los datos del ángulo de disparo del láser del satélite mostrados en el monitor. Claramente se trata de la dirección opuesta a la atmósfera de la Tierra. Está apuntando hacia un cuerpo celestial diferente.

“¿La luna…? No deberías bromear así, Quenser. Esta es una buena oportunidad para decirte que hay cosas con las cuales no deberías bromear.”

“¡Deja de negar la realidad! ¡¡El satélite realmente está apuntando hacia la Luna ahora mismo!! ¡¡Específicamente, está apuntando hacia la Red Ciega instalada como un experimento de terraformación en la superficie de la luna!!”

“¿…? ¿La Red Ciega? Es la cosa conocida como una segunda atmósfera óptica, ¿cierto? Crean dos enormes estructuras similares a redes con forma de hemisferio hechas de cables semitransparentes fabricados con cristales fotónicos, uno más grande que el otro, y los usan para regular libremente la cantidad de luz solar que llega a la superficie, ¿cierto? Recuerdo haber escuchado un rumor de que eso sería usado en el Proyecto ReTerra para combatir el calentamiento global.”

“La Luna no tiene una atmósfera gruesa como la Tierra, así que no tiene protección contra los efectos de la luz solar. ¡¡En un solo día, varía de temperaturas heladas de docenas de grados bajo cero a temperaturas infernales de unos pocos cientos de grados!! ¿¡Tienes idea de lo que sucederá si los terroristas usan el láser para destruir la Red Ciega!?”

La humanidad ha continuado su desarrollo en la luna, pero ésta aún no posee una atmósfera como la terrestre. Las villas son sólidos edificios rodeados por gruesos muros. Aún así, los edificios han sido construidos con la suposición de que la Red Ciega los protegerá. No fueron construidos para soportar el ambiente extraterrestre extremo.

“Sin la Red Ciega, los edificios recibirán esas variantes de temperatura extremas. ¡Quién sabe lo que eso pueda causarle a las villas! ¡¡E incluso una pequeña grieta es suficiente para dejar que las personas viviendo dentro sufran una muerte en el infierno del vacío!!”

La radiación proveniente del Sol es otro problema. La gigantesca Red Ciega también polariza la radiación que cae sobre la superficie de la Luna.

Con tono desesperado, Heivia grita, “¿¡Qué demonios!? ¿¡Este es el primer ataque a gran escala sobre la luna en la historia de la humanidad, cierto!? ¡¡Aunque creo que eso se debe más a que a nadie se le hubiera ocurrido en vez de a no tener los métodos necesarios!!”

“El plan está en proceso mientras hablamos. ¡¡Necesitamos hacer algo sobre ese satélite, y rápido!!”

Los terroristas que se encontraban en el observatorio tal vez planeaban ganar suficiente tiempo para que el ataque sobre la Luna terminara antes de poder escapar. Aún no lo han encontrado, pero debe haber algún bote oculto cerca que les hubiera permitido escapar rápidamente.

“¡¡Esto es malo!! Por la órbita del satélite, la dirección en la que encara la Luna, y su posición relacionada al Sol, podemos saber en dónde se formará el cráter. ¡¡Si no les avisamos a las celebridades de esa área general para que evacúen, me dejará con un muy mal sabor de boca!!”

“¿¡Con nuestra autoridad!? ¿¡Puedes darle órdenes a personas lo suficientemente ricas como para tener villas en la Luna!?”

“Ah, ya sé. Cuando tengas dudas, contacta a tu comandante. ¡¡Necesitamos ayuda de Froleytia!!”

Quenser y Heivia acuden a sus radios para más instrucciones.

Froleytia responde con una voz llena de ira que pareciera quemar más que las flamas del infierno.

“Les dije que no tocaran nada hasta que llegara la división de simulación electrónica…”

“Sí, lo siento por eso. ¡¡Pero este no es el momento!!”

“Tienes agallas para darle un orden de precedencia a las órdenes de tu comandante, Quenser. Pero… ¿Villas en la Luna, dices?”

Su tono parece pensativo, pero puede percibirse un rastro de impaciencia.

“Esperen un segundo,” Froleytia dice antes de cortar la transmisión.

Después de unos minutos, los contacta nuevamente con la tranquilidad habiendo regresado a su voz. Tal vez hizo que la división de simulación electrónica hiciera algunas predicciones por ella.

“Empezaré con la conclusión. No necesitamos preocuparnos por el satélite. Hemos estimado el objetivo del láser, pero el área siendo apuntada hacia la Red Ciega es llamada ‘Castillo de Roca’. Un interesante VIP casualmente se encuentra ahí.”

“¿…?”

“Un general mayor de las Corporaciones Capitalistas, uno de los poderes mundiales equiparables al Reino de la Legitimidad. El Reino de la Legitimidad ha intentado asesinarlo unas cuantas veces, pero sin éxito. Si los terroristas piensan eliminarlo, eso realmente resuelve un problema para nosotros. Los altos mandos opinan que deberíamos dejarlos hacer esto. Yo también estoy de acuerdo. Si la alternativa es que mis subordinados terminen muertos en una misión de asesinato, prefiero hacer oídos sordos a esto.”

“…”

“…”

Quenser y Heivia intercambian una mirada. Se sienten tontos por haberse preocupado tanto antes. Obviamente sería malo si hubiera civiles de las Corporaciones Capitalistas en la villa, pero ellos no tienen la obligación de salvar la vida de alguien que da órdenes para matar personas mientras observa desde lo alto.

“De cualquier forma, no necesitan hacer nada sobre ese satélite. Aunque realmente tocaron la computadora conectada al robot explorador. Bueno, bueno, podemos enviarla al departamento de inteligencia después y hacer que parezca que falló naturalmente debido al ambiente extremo, así que no habrá problema. Si entendieron, regresen inmediatamente.”

Diciendo eso, Froleytia termina la transmisión.

Heivia simplemente se sienta sobre el hielo.

“Ahhn… siento como si toda mi energía me hubiera abandonado repentinamente. ¿Por qué estuvimos peleando todo este tiempo? ¿Cómo se supone que descansarán en paz aquellos que cayeron con la estrategia de la posición antitanques?”

“…”

Quenser no responde al comentario indiferente de Heivia.

Parece estar pensando en algo.

“¿Hey? Vamos, eso hora de irnos. ¿O aún te preocupa lo que sucedió con el pingüino bebé de hace rato?”

“Heivia, ¿puedo preguntarte algo?”

“¿Qué?”

“Antes de venir a la Antártica, tuviste esa plática vía video en el almacén de municiones de la base de mantenimiento, ¿cierto? Tú sabes, con la chica rubia de vestido de la familia como-sea del Reino de la Legitimidad.” Quenser elige sus palabras cuidadosamente mientras habla. “¿Recuerdas cuando dijo que iría a algún lado? Algo acerca del lugar más alejado de las guerras de este planeta, ¿cierto?”

“…Espera un segundo. ¡Espera un segundo!”

“Creo que también mencionó algo de los colores de la bandera siendo irrelevantes. Lo que significa que debe estar en algún lugar fuera de las fronteras de cualquier poder mundial.”

Obviamente hay unas cuantas áreas que llenan esos requisitos.

Por ejemplo, las aguas internacionales, el área de 200 millas náuticas alejadas de tierra firme. O la Antártica, en donde se encuentran en este momento Quenser y Heivia. Existen unos cuantos paraísos que no pertenecen a nadie, pero uno de ellos es…

“He-Heivia. No lo sabemos con seguridad. De hecho, es muy probable que estemos preocupándonos por nada, ¿pero no puedes al menos contactarla vía internet?”

“S-sí. No tenemos pruebas. Espera, ¿al menos podemos usar el internet aquí?”

Debido a la gran cantidad de estaciones de investigación de distintos poderes mundiales, el internet sorprendentemente es fácil de acceder en la Antártica y el Reino de la Legitimidad tiene el portaaviones esperando en el océano.

Heivia saca su aparato portátil y lo cambia a modo LAN inalámbrico.

“Quenser, durante las misiones no podemos tener acceso externo, ¿no puedes abrirte camino por eso?”

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“Si pudiera, no estaría aquí como estudiante del campo de batalla. Pero el acceso especial para esa chica aún debe estar activo. Si así es, al menos deberías ser capaz de contactarla.”

“¡Ah! ¡Funcionó, funcionó! ¡¡Pero siento que es cuestión de tiempo para que Froleytia lo sepa y se enfade!!”

Después de algunas simples operaciones, Heivia logra contactar a la conocida chica que se encuentra en una ubicación desconocida. “Su primera pregunta es, “¿En dónde estás ahora mismo?”

Es una simple pregunta que recibe una simple respuesta.

“Eso debería ser obvio. En una villa en la Luna llamada ‘Castillo de Roca’.”

Inmediatamente después, el hijo de la famosa familia Winchell del Reino de la Legitimidad, suelta un grito con las venas de sus sienes resaltando.

“¡¡¡Jodeeeeeeeeeeeeeeerrrrrrr!!!”

“¡¡E-esa fue una propuesta bastante directa!! A-aunque no me molestan ese tipo de proposiciones…”

Quenser casi grita, “¿¡no te molestan!?”, pero se detiene en el último segundo porque no quiere irritar a la hija de una familia de nobles.

Heivia y Quenser comienzan una reunión de emergencia a base de susurros para que la señorita no pueda escucharlos.

“(¿Qué está sucediendo, Quenser? ¿¡Los altos mandos tienen tantas ganas de matar a un general de las Corporaciones Capitalistas que no les importa matar a la hija de una familia noble en el proceso!?)”

“(Si su familia es influyente y no ve a las Corporaciones Capitalistas como enemigos a pesar de que estamos en guerra con ellos, algunos de los altos mandos militares tal vez quieran deshacerse de ellos. Pero dudo que Froleytia sepa que hay civiles ahí. Si así fuera, no hubiera dado la orden tan tranquilamente.)”

“(Como sea, el resultado es el mismo. Con una orden militar, no podemos interferir con el satélite sin ser penalizados. ¡¡Pero si no hacemos nada…!!)”

“¿Qué tanto susurran ustedes dos?”

La voz de la chica provoca que ambos salten.

Quenser golpea a Heivia en el brazo con su codo.

“(Heivia. Hey, Heivia.)”

“(¿¡Qué quieres!? ¡¡Estamos en una emergencia!!)”

“(Podemos decir que se te resbaló la mano. ¡¡Hazlo, hazlo!!)”

“¿¡Bfh!?” Heivia escupe sorprendido. “(¿¡Sabes lo que estás diciendo!? ¡Si hiciéramos eso, serías penalizado junto conmigo!)”

“(¡Apresúrate! ¡¡El láser será disparado en 30 segundos!!)”

“(¡¡Bien, lo haré!! ¡¡Pero no quiero que estés quejándote después!!)”

Heivia inhala fuertemente para concentrarse y después desvía la mirada hacia la laptop conectada al robot explorador.

“¡¡Uups!! ¡¡Se me resbaló la mano!!”

“¡¡Heivia, qué haces!! ¡¡A dónde vas!!”

Mientras ambos se gritan entre sí, se dirigen a la computadora y alteran desesperadamente la órbita del satélite.

“¿Qué se supone que están haciendo, ustedes dos? Es un poco inquietante.”

“¡¡Estamos interpretando el papel de héroe juntos!! ¡¡Y preparándonos para un peligro poco emocionante que vendrá a nuestras vidas!!”


Parte 8[edit]

Esto va más allá del nivel sobre si está molesta o no.

Quenser y Heivia fueron llamados a la habitación de la oficial en el portaaviones de asalto usado como cuartel marino. Lo que encontraron esperándolos era el iracundo regaño especial de Froleytia. Fue justo como ellos lo esperaban, pero a una escala mucho mayor. Quenser no podía evitar preguntarse cuándo fue que la shuriken japonesa salió volando en su dirección.

Después de que terminara el largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, largo, momento de abuso, habían pasado ya 120 minutos. La propia Froleytia debió darse cuenta de lo largo de su sermón porque toma una pastilla para la tos antes de hablar nuevamente.

“Bueno, tienen suerte de que fuera una misión adicional no oficial. Ya que esta operación nunca debió suceder en primer lugar, no pueden hacer que tomen responsabilidad públicamente. De otra manera, ahora mismo ya estarían tras las rejas.”

“Ahhn…Sí…”

“…Maldición. Peleo para salvar a la heroína, y todo lo que recibo es un sermón.”

Los rostros de Quenser y Heivia parecen bolsas de plástico después de que toda la crema ha sido exprimida.

Con la pastilla para la tos deshaciéndose en su lengua, Froleytia pregunta, “¿y bien, cómo reaccionó la señorita en cuestión?”

“Eso deberías preguntárselo a Heivia, no a mí.”

Quenser le pasa la pregunta a Heivia. Heivia parece incómodo, pero necesita responder sin desviar la mirada ya que su comandante oficial lo ha cuestionado.

“Parecía realmente feliz.”

“Ya veo.”

La expresión de Froleytia había sido una de ira durante las dos últimas horas, pero ahora ha cambiado.

Con una pequeña sonrisa, la comandante de los dos chicos dice, “Entonces, supongo que no necesito preguntar nada más.”


Parte 9[edit]

Con su trabajo terminado, Heivia sale de la oficina de Froleytia y se separa de Quenser. Ese constante compañero suyo es un estudiante después de todo. No ha pasado por el entrenamiento de un soldado, así que está demasiado cansado como para hacer otra cosa después de haber andado de un lugar a otro al mismo paso que Heivia.

Además, Heivia quiere estar solo un momento.

Las habitaciones tienen cuatro camas cada una, así que no puede ir ahí. Al final, abre la escotilla del barco navegando cerca de la Antártica y sale a la helada cubierta.

Utiliza su aparato portátil para comenzar una video-llamada vía internet.

Está llamando a la hija de la familia Vanderbilt que se encuentra en esa villa lunar.

Froleytia seguramente sabe para ese entonces que ese acceso aún está activo. El hecho de no haberlo bloqueado debe ser su forma de mostrar discreción.

Seguramente, el acceso especial terminará después de esta llamada final.

Es por eso que el chico aprovechará para decir todo lo que quiera mientras pueda.

“¿Te has calmado un poco ahora?” pregunta.

“S-sí. Aunque no puedes culparme. Cualquiera perdería el control si escuchara que la villa lunar en la que uno se encuentra es el objetivo de unos terroristas.”

“Tal vez,” Heivia responde con una leve sonrisa.

Una vez más ha terminado distanciándose de las valientes acciones que necesita para heredar su familia. Sin embargo, Heivia no se arrepiente. Si hubiera perdido a la chica en ese momento, esas acciones se volverían inútiles.

“¿Por qué?” la chica pregunta repentinamente. “Entiendo que heredar la familia Winchell no es algo fácil. Aún más si tomamos en cuenta el hecho de que otros miembros de tu familia tienen una razón para evitarte. Pero aún así…”

“¿Intentas decir que las cosas que estoy haciendo son demasiado peligrosas?”

“Hoy pude ver un poco de lo que haces. Pensaba que tu derecho a la herencia llegaría después de tres años viviendo en una base segura, pero esto es totalmente diferente. Si sigues haciendo cosas como esta, algo malo ocurrirá eventualmente. Y… si te rindieras sobre tú-sabes-qué, podrías heredar la familia Winchell en cualquier momento sin tener que pasar por esto. ¿Entonces…por qué?”

-Otros miembros de tu familia tienen una razón para evitarte.

-Si te rindieras sobre tú-sabes-qué…

Escuchando eso, sus ojos se entrecierran levemente. La expresión en su rostro es más seria de lo que alguna vez hayan visto Quenser, Froleytia, o la princesa del Baby Magnum.

“Escucha. Mi familia Winchell y tu familia Vanderbilt son tan hostiles entre sí que desean la destrucción de la otra. ¿Eso lo entiendes, cierto?”

“S-sí…”

“Aún así, ni tú ni yo queremos ser manejados por esa ridícula pelea. ¿Todavía piensas así, verdad?”

“Sí. ¡¡Pero…pero…!!”

“Eso es todo lo que necesito saber.” Heivia sonríe. “A este paso, terminaremos como algo sacado de una tragedia Shakespeariana. Sin embargo, no tengo intenciones de permitir que las cosas terminen así. Continuaré luchando hasta que logre arrebatar el derecho de heredar mi familia de aquellos que quieren quitármelo. Una vez que lo haga, podré silenciar a toda mi familia y acabar con esta ridícula pelea.”

“…”

“Así que tú sólo espera ahí. Me aseguraré de obtener el derecho de tener lo que es mío. ¿Por qué crees que me negué a asistir a una academia militar y me resigné a comenzar como un soldado de primera clase? Fue para poder hacer lo que tengo que hacer.”

Heivia Winchell.

Mientras habla sobre sus metas a través de esa video-llamada, toma una decisión más que no dice en voz alta ni que deja que se muestre en su rostro.

E incluso pelearé contra Objetos para lograr esto si es necesario.


Parte 10[edit]

La princesa, piloto de élite del Objeto Baby Magnum, observa uno de los monitores en la cabina.

Se encuentra en el mar Ross en la costa cerca del Monte Erebus, el cual fue escenario de una batalla hace no mucho tiempo.

Hay unas cuantas lanchas ahí. Pertenecen a los terroristas. Tal vez planeaban usarlas para escapar a Oceanía o cualquier otro lado una vez que terminara el ataque a la luna usando el robot explorador.

Sin embargo, ese no es el problema.

En la superficie del océano junto a las lanchas se encuentra un montón de gruesos cables. Son los que se usaron para hacer funcionar los cañones de repuesto para Objetos usados en su estrategia de posición antitanques.

Normalmente, estarían conectados a un Objeto, pero no hay señales de uno.

La princesa revisa el radar de su Objeto, pero no puede encontrar nada lo suficientemente grande como para ser uno.

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Piensa un momento y después declara su reporte franco.

Está hablando con Froleytia, quien tiene comando del área.

“Como lo esperaba, no pude encontrar el reactor usado. No queda claro cómo fue transportado en secreto. Es probable que fuera un Objeto capaz de sumergirse bajo el agua.”

“Creo que una masa esférica de 50 metros bajo el agua causaría suficientes cambios en las corrientes para ser localizada por un sonar.”

“Entonces debe poseer una función de sigilo.”

“Creo que algo tan grande sería localizado a simple vista incluso si no se mostrara en el radar. Bueno, si no pudimos encontrarlo, no pudimos encontrarlo. Y tenemos una fuerte pista sobre el origen de esos terroristas gracias a otra ruta.”

“¿…?”

“Por los cañones de riel usados en su posición antitanques, por los cables de poca resistencia para activarlos, y por el misil tierra-aire que atacó al avión de reconocimiento. Tal vez todos los soldados enemigos estén muertos, pero hay muchas cosas sobrantes que pueden darnos pistas. Por lo que eso nos muestra, el poder detrás de todo esto seguramente sea…”

Las palabras de Froleytia se detienen.

Tal vez porque no tiene una prueba verdadera.

O tal vez porque aún se siente renuente a decirlo.

Cualquiera que sea la razón, finalmente termina.

“El conglomerado Mass Driver, una organización extremadamente grande dentro del poder mundial de las Corporaciones Capitalistas.”


Notas adicionales[edit]

  1. Lit. Objeto Sigiloso, pero al ser el nombre del Objeto lo dejé en inglés.