Spice & Wolf ~Versión Española~: V03 Epilogo

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Esta traducción ha sido realizada a partir de la versión inglesa de esta misma página (enlace) realizada por Judgment26.

Estado[edit]

Traducido por Sergio Campos Jurado 3:33 29/09/08

Corregido por FNX 17:42 23/11/08

Traducción y corrección iniciales terminadas.

Listo para leer y disfrutar.

[edit]

En un instante, el precio sufrió una inmensa caída.

Aunque todavía quedaban algunas personas que continuaban comprando pequeñas porciones de piritas después de que todas las placas de espera fueran reorganizadas, la venta que se había aproximado a 1000 monedas de plata generó una atmósfera con mayor fuerza en la venta, finalmente causando un completo giro en la tendencia original de subida hacia una caída en picada del precio de mercado.

Por supuesto, las personas que acabaron con la peor suerte fueron al final las que habían estado esperando para comprar al precio máximo.

Incluso los comerciantes más avispados que se habían dirigido a vender tan pronto como se dieron cuenta de las acciones de Horo y Lawrence sufrieron pérdidas considerables.

Y en el caso de Amati, que no le había transferido el contrato de venta a crédito a nadie más mientras el porcentaje de beneficio por el cambio todavía era decente, no hacía falta decir que tan duras fueron sus pérdidas.

En aquel momento, Amati había visto a Horo apresurarse repentinamente al puesto de venta llevando una gran bolsa y alargó su manó intentando detenerla. Ahora, su mano todavía estaba extendida al frente, con su cuerpo paralizado en semejante postura.

Desde la posición de Amati, comparado con el hecho de que el certificado que tenía se había convertido en una pieza de simple papel, la cruda realidad de que Horo repentinamente se volviese hostil era seguramente un golpe mucho mayor.

Aunque sobre este punto, Lawrence no pudo evitar sentir un poco de lástima por él, parecía que Horo no había intentado irse con Amati desde un principio, y había incluso planeado romper con él de una manera cruel.

La razón por la que Horo haría algo así parecía ser porque Amati había dicho algo que simplemente ella no pudo soportar.

Aunque Lawrence por miedo no se atrevió a preguntar que había dicho Amati, al mismo tiempo sentía como si debiera preguntar a Horo, para así evitar que él mismo cometiera el mismo error.

"Entonces, ¿el contrato está acabado?"

Tras completar el contrato con Amati, Lawrence le había hecho una visita al puesto de venta de Mark para agradecerle antes de volver a la posada. Al ver a Lawrence volver, Horo soltó la pregunta mientras se cuidaba su cola, sin siquiera molestarse en levantar su cara.

El tono de Horo todavía sonaba de alguna forma duro, pero no porque los dos todavía estuvieran dejándose llevar por el enfado.

Lawrence por supuesto sabía la razón.

Tras dejar lo que llevaba en el suelo, se sentó y respondió:

"Se ha acabado. Completa y definitivamente acabado."

Lawrence no estaba bromeando.

Porque en verdad había completado muy exitosamente el contrato con el deprimido Amati, que parecía una concha vacía separada de su alma.

En lo referente a los resultados, Amati no había sufrido una perdida desastrosa. Las ganancias que fue haciendo durante todo el proceso realizando transferencia de ventas eran de alguna forma mayor que la pérdida que sufrió debido a la trampa de venta a crédito que Lawrence había preparado.

Por otro lado, Lawrence podía comprender perfectamente que el humor actual de Amati era igual que el de Lawrence si hubiera sufrido una pérdida suficientemente grande como para llevarle a la bancarrota ya que, hasta el último momento, Lawrence había estado situado bajo tal presión que su humor cayo permanentemente.

Al final, Amati no había sido capaz de realizar el contrato del que dependía si era capaz de proponerle matrimonio a Horo. Y para la venta a crédito, el trato también fue completado totalmente cuando Lawrence le dio la pirita que en ese momento valía casi tanto como la basura.

Ya que había temido que las emociones de Amati se descontrolaran, Lawrence había pedido la presencia del propietario de la filial de la compañía a modo de árbitro. El propietario le dijo a Amati en ese momento: "Este es tu castigo por robarle la mujer a otro".

Aunque Lawrence no estaba seguro de Horo podía llamarse realmente su "mujer", al menos todo el problema había enseñado a Amati, que había ido creciendo hacía algo más bien arrogante últimamente, una buena lección.

Después de que Lawrence le hubiera dado a Horo un breve resumen de todas las cosas que habían pasado, Horo, que estaba sentada en la cama, dejó de lado su cola y habló, mirando a Lawrence con una expresión parecida a la que se tiene al juzgar la calidad de una pieza de mercancía:

"¿No suponéis entonces que esto significa que todo el asunto ha alcanzado una conclusión perfecta?"

Mejor que decir que sus ojos parecían estar juzgando la calidad de una pieza de mercancía, quizás sería más apropiado decir que parecía como si estuviera determinando la dureza con la que debería castigarle.

En su corazón, Lawrence comprendió el error que había cometido.

Levantándose, elevó ambas manos por encima de sus hombres en un gesto de derrota y dijo:

"Yo me equivoqué."

Pero, Horo no se conmovió lo más mínimo.

"¿Verdaderamente sabéis dónde erraste?"

Aunque era realmente lamentable que un adulto fuera regañado de tal forma, Lawrence sólo pudo elegir soportar esto resignadamente.

Porque sabía que merecía ser regañado por cometer semejante error.

"Lo sé....."

Las orejas de la loba se agitaron momentáneamente.

"....creo."

Escuchando esto, Horo resopló por su nariz, y cruzó sus brazos frente a su pecho con cara de estar molesta.

Decir sólo eso no era suficiente para obtener el perdón de Horo después de todo.

Por esa razón se decidió, y se disculpó con total sinceridad:

"Estuve actuando egoístamente, tanto cuando decidí ocuparme de los problemas de esta de esta forma, como cuando decidí aceptar el contrato de Amati, ¿no es eso?"

Ya que por la sensación de pánico que parecía a punto de derretir su estómago y causar que todo su cuerpo estuviera envuelto en una intensa excitación, Lawrence había corrido por todo el lugar por el bien de evitar que Amati cumpliera el contrato. Pero al final, no sólo fueron sus esfuerzos totalmente para nada, podía incluso decirse que había estado totalmente cumpliendo sus propios deseos.

"La verdad es que.... no confiar en ti fue mi mayor problema."

Horo miró hacia otro lado, dejando sólo una oreja dirigida hacia Lawrence.

Lo que probablemente quería decir era, "Escucharé a lo que tengáis que decir".

Encontrándose con la actitud tan molesta de Horo, Lawrence por supuesto se sintió de alguna forma indignado, pero no podía sino admitir que no deseaba empezar una pelea.

Lawrence levantó su cabeza y echó un vistazo al techo antes de continuar:

"Que agarraras a tu túnica las plumas blancas era para decirme que tú habías comprado pirita a Deanna, ¿cierto?"

Horo asintió, con su cara llena de enfado.

"Pero, cuando Amati fue directo a vender pirita al puesto de venta de forma deliberadamente misteriosa, pensé que era una trampa que me pusiste."

"¿Cómo?"

Horo exclamó suavemente y dirigió su mirada a Lawrence, que rápidamente tapó su boca.

"Acabo de decir algo que no debería haber dicho", pensó Lawrence, pero ya era demasiado tarde. Horo descruzó sus piernas, poniendo un pie en el suelo, y se acercó para preguntar:

"Explicaos más claramente."

Los ojos color ámbar de Horo con un toque de rojo emitían un brillo perforante.

"Pensé que era una trampa que me pusiste para hacer que actuara prematuramente. Cuando vi las acciones de Amati, tuve la impresión que ya estabas totalmente de su parte, por lo que no había forma en la que le hubiera prestado atención a las plumas blancas. Es sólo que..... la verdad no era como pensé que era, ¿cierto?"

Los ojos de Horo parecían decir, "Por supuesto".

En este momento, Lawrence naturalmente comprendía cuales habían sido las verdaderas intenciones que Horo.

"Era para decirme que Amati ya poseía suficiente stock, y que debería adelantarme y vender toda mi pirita de golpe. Eso era lo que estabas intentando indicar, ¿cierto?"

Lawrence no había confiado en Horo, pero Horo había confiado en Lawrence todo este tiempo.

Si hubiera que explicar las cosas usando un mapa de relaciones, así era como probablemente había sido.

Por lo que, Horo había permitido a Amati realizar una acción de la que Lawrence en ese momento no pudo descubrir de ninguna forma cuales eran sus verdaderas intenciones, sumado a que Lawrence había incluso determinado de forma unilateral que Amati no había dependido de su propio juicio en su intento de asustar la determinación de Lawrence, sino que Horo se había vuelto un enemigo que estaba intentando engañarle también.

La única respuesta correcta en ese momento era que sólo Horo estaba al tanto del plan de Lawrence.

Seguramente si Lawrence hubiera simplemente notado las plumas blancas y confirmado las verdaderas intenciones de Horo mediante contacto visual, Horo hubiera vendido su pirita junto con la de él en ese preciso instante.

"Simplemente no puedo soportaros..."

Murmuró Horo.

Entonces sacó su barbilla hacia delante, invitándole a continuar.

"Antes de eso, el hecho de que firmaras y sellaras el certificado de matrimonio que Amati había preparado, eso....."

Aunque Lawrence se sentía avergonzado, sólo podía obligarse a decir las palabras:

"Eso fue para darme una razón para estar enfadado.....¿cierto?"

Las orejas de Horo temblaron levemente, y tomó una forzada bocanada de aire.

Quizás recordar esto estaba causándole que surgieran oleadas tras oleadas de furia en el corazón de Horo.

En aquel entonces, Horo debía haber estado esperando molesta a que Lawrence se abalanzara al segundo piso, con el certificado de matrimonio en mano.

Pero, tras esperar y esperar sin que Lawrence subiera las escaleras, quizás había continuado esperando así hasta el amanecer.

Habiendo pensado esto, Lawrence no pudo evitar sentir que no podía pronunciar una palabra de queja incluso si Horo llegara a morderle hasta matarle en el sitio.

"Cuando estuvimos en Rubinhagen, ¿No os lo dije ya? No hagas estúpidas y pequeñas acciones. Tan sólo volved aquí y decidme que es lo que hay en vuestro corazón. Gritarnos entre nosotros solucionará los problemas mucho más rápidamente."

Horo rascó la base de sus orejas, produciendo un sonido tal como si quisiera arrancarlas. Parecía como si posiblemente no pudiera enfadarse más.

Horo no había mostrado signos de estar molesta incluso cuando Lawrence descubrió a Amati saliendo de la posada, e incluso preparó el certificado de matrimonio, todo para enfadar a Lawrence para que así fuera capaz de decir lo que sentía más fácilmente.

Lawrence por otro lado había erróneamente pensado que Horo le había dado un ultimátum.

Aunque pensándolo ahora, Lawrence finalmente comprendió que la situación en aquel entonces era de hecho constituida por las condiciones ideales para dejar libres todas sus emociones y decirle a Horo que no deseaba que aceptara la proposición de matrimonio de Amati.

Además, parecía que si simplemente hubiera dicho eso, Horo hubiera estado dispuesta a perdonarle.

"Entonces, no te he entendido completamente desde el principio," dijo Lawrence.

Horo bajó su barbilla, y miró a Lawrence con ojos que estaban más allá del enfado, pareciendo casi llenas de resentimiento.

Esos ojos indicaban como de ridículo había sido el error de Lawrence.

"Tú....¿eh?, Cuándo perdiste el control de tus emociones por la situación con Yoitsu, tu disculpa final era....."

La áspera voz de Horo al pronunciar las palabras "Lo siento" resonó junto a los oídos de Lawrence.

"....era porque ya habías vuelto en ti.....¿cierto?"

Horo miró a Lawrence. Incluso abrió su boca y mostró sus afilados caninos al hacerlo.

Tras descargar una oleada de palabras llenas de maldad y distorsiones de los hechos a Lawrence, Horo inmediatamente se había dado cuenta de que había ido demasiado lejos.

Tras darse cuenta de eso, Horo no había continuado actuando sin pensar.

Inmediatamente se había disculpado con Lawrence, una disculpa que salió de su alma.

No había pensado que Lawrence tomaría su disculpa como la palabra final que sellaba su corazón.

En el momento que reflexionó la situación en aquel momento, Lawrence solo quiso agarrar su cabeza y soltar un fuerte grito.

Por culpa de la disculpa de Horo, Lawrence había detenido el movimiento de su mano que estaba alargándose hasta ella.

Si hubiera sido capaz de decir algo a Horo en aquel momento, quizás hubiera sido capaz de salvar la situación, Lawrence pensó.

Pero, Horo debía haber estado muy sorprendida en aquel entonces.

Después de todo, Horo se había disculpado sinceramente por las malévolas palabras que había pronunciado debido a haber perdido el control de sí misma, pero no sólo Lawrence no había dicho nada, él incluso se había ido de la habitación.

Tras eso, la lista Horo debió haberse dado cuenta inmediatamente cómo había Lawrence malinterpretado sus palabras.

Pero aún habiéndose dado cuenta de esto, perseguirle y explicarle como la había malinterpretado hubiera sido totalmente absurdo.

Seguramente, Horo había querido que Lawrence se diera cuenta de su propia malinterpretación mucho antes siguiendo ciertos puntos clave.

Esta era también la razón por la que estaba tan enfadada ahora mismo.

"¡Vos pedazo de zoquete!"

Horo se levantó de la cama, y siendo incapaz de guardárselo por más tiempo, le gritó audiblemente:

"¡El dicho de que 'a un tonto no se le puede ocurrir una buena idea' se refiere exactamente a ti! Dejando de lado el hecho de que hicisteis que mis esfuerzos se fueran completamente a la basura, ¿estáis incluso diciendo que os he tratado a vos como a un enemigo? No sólo eso, tuvisteis que llegar hasta tales extremos del contrato con ese chico. ¿Tenéis idea de cuan complicado hizo esto las cosas? En verdad, sólo os conozco desde hace poco, pero creo que vos y yo no compartimos una unión tan débil. ¿Es simplemente un deseoso pensamiento por mi parte pensar así? ¿O en verdad...."

"Quiero continuar viajando contigo."

La distancia entre el escritorio y la cama era de apenas unos pasos.

Humano y loba, comerciante y no comerciante estaban separados sólo por una distancia tan corta.

Alguno podría inmediatamente tocar al otro con tan sólo alargar su mano.

Lawrence cogió la mano de Horo, y descubrió que estaba temblando suavemente.

"Desde siempre, mi vida ha estado repleta con nada más que negocios, y planeo continuar siguiendo ese estilo de vida en el futuro. Por lo que, en lo referente a cosas que no están relacionadas con los negocios, podrías pensar de mi que soy un tipo con poca experiencia."

La expresión llena de ira de Horo cambió gradualmente a una seria.

"Pero, en verdad es mi deseo viajar contigo," continuó Lawrence.

"Entonces, ¿qué soy yo para vos?"

Esta era la pregunta que Lawrence no había sido capaz de responder en aquel entonces.

El actual Lawrence sin embargo era capaz de responderla con absoluta confianza:

"No puede describirse con palabras."

Horo abrió sus ojos, irguió sus orejas alto, y entonces-

Y entonces, miró a Lawrence como si estuviera tan frustrada con él casi hasta el punto de llorar, y dijo sonriéndole como pensando que no tenía remedio:

"¿Qué tipo de pobre y seca línea es esa?"

"¿No es la carne seca tu favorita?"

Horo abrió su boca para mostrar 2 afilados caninos y soltar una risa desde su garganta antes de acercar su boca a la mano de Lawrence y decir:

"La odio."

Lawrence sintió un afilado dolor en el reverso de su mano, pero lo aceptó sin quejarse, tomándolo como su castigo.

"Aunque, también tengo una pregunta para ti," dijo.

"¿Mm?"

Tras morder la mano de Lawrence con bastante fuerza para descargar su enfado, Horo levantó su cara y le preguntaron por otro lado.

"¿Cómo supiste que los alquimistas tenían pirita...? No, Amati probablemente te lo dijo. Comparado con eso, estoy más interesado en saber como conseguiste convencer a Miss Deanna para que te vendiera a ti la pirita. Simplemente no puedo entenderlo."

Escuchando esto, Horo miró por la ventana con una expresión que parecía decir, "Entonces eso era lo que querías preguntar".

Para entonces, el atardecer había llegado ya, y el festival de la tarde del segundo día estaba preparándose para empezar.

Las actividades del festival de ese día parecían usar los mismos muñecos que los que habían sido usados para pelear unos con otros desde la pasada noche. Casi la mitad de los enormes muñecos con forma de perro habían perdido ya sus cabezas. Incluso desde cierta distancia, la apariencia cansada de los participantes del festival de la tarde era claramente visible según se tambaleaban al andar, algunos de ellos incluso llegan a caerse al suelo de culo.

Sin importar su cansancio, las personas seguían el sonido de las flautas y tambores y hacían lo posible por marchar en procesiones.

Horo puso sus ojos en Lawrence, y con sus ojos le indicó que se viniera a la ventana con ella.

Lawrence no tenía razón para negarse, y de esta manera se acercó a la ventana.

"Por lo que me contaba el joven Amati en las detalladas notas que el joven Amati nunca olvidaba hacerme, más o menos imaginé cual era tu plan. Aunque, no esperaba que fueras capaz de salir con semejante idea.... en lo referente a este punto, deberé felicitaros."

Horo recostó su espalda en Lawrence, y dejó que su mirada cayera en el festival.

Consecuentemente, Lawrence era incapaz de ver la expresión en su rostro, pero sintió que ya que había recibido una felicitación, él debía recibirla sinceramente.

"Entonces, su nombre es Deanna, ¿correcto? En lo referente a eso, fui a esa persona por otro motivo," dijo Horo.

"¿Otro motivo?"

"Probablemente sería más apropiado decir que fui a pedirle algo a esa persona. Fui capaz de encontrar el lugar por el aroma de la carta. Aunque, el lugar estaba impregnado por una fuerte peste muy parecida a la encontrada cerca de las aguas termales. Era completamente insoportable."

Por un lado, Lawrence estaba sorprendido por el increíble sentido del olfato de Horo. Y por otro lado, también imaginaba como de asfixiante debía haber sido la experiencia para ella.

Entonces, Horo soltó un suave suspiro, y dijo sin mirar a Lawrence:

"Le pregunté a esa muñeca si podía crear una historia sugiriendo la posibilidad de que Yoitsu seguía existiendo en algún lugar, y que te pasara la historia a ti."

Por un momento, Lawrence no comprendió lo que había escuchado.

Pero inmediatamente comprendió la intención de Horo.

Si Lawrence hubiera escuchado semejante historia de Deanna, seguramente hubiera tenido la iniciativa de hablar con Horo con mayor facilidad.

Esto hubiera creado la oportunidad perfecta para que Lawrence diera el primer paso para hablar con Horo.

"Pero."

El tono de voz de Horo según continuaba, sonaba de manera repentina molesto.

"Esa muñeca me hizo relatarle todos los acontecimientos ocurridos, sólo para negar mi pedido en el mismísimo final."

"Eso.....¿eso fue lo que paso?"

Lawrence recordó el "Buena suerte" que Deanna le había dicho cuando se estaba yendo de su casa.

¿Era la forma de Deanna de reírse de él?

"La razón por la que fui rechazada fuisteis vos. Mejor reflexionáis largo y tendido en eso."

Tras recibir un pisotón de Horo, Lawrence volvió en sí.

Pero, no comprendía lo que quería decir Horo.

"En serio... y pensar que llegué a pasar por la vergüenza de explicar toda la situación, y haberme quedado a tan sólo un paso de que aceptara mi petición, sólo para que aparecieras de repente, haciendo que esa muñeca pensara en un plan tan innecesario."

Lawrence no era capaz de ni de pronunciar un "¿Uh?". Entonces Horo había estado presente entonces, pensó para sí.

"Esa muñeca se había atrevido a actuar como si comprendiera todo a la perfección.... y decir que estaría bien poner tu resolución a prueba."

Lawrence finalmente comprendió por que Deanna le había dicho "Buena suerte".

Pero, de alguna forma no podía dejar de pensar que se había olvidado de algo importante.

Justo cuando Lawrence estaba intentando recordar que era lo que había olvidado, Horo miró hacia atrás con cara molesta y dijo:

"También oí cada palabra de esa estúpida pregunta vuestra."

"¡Ah!"

Lawrence exclamó con una voz que sonaba más como un grito agonizante. Horo sonrió maliciosamente y, girándose poniéndose frente a Lawrence dijo:

"Oí que hay muchas leyendas que involucran a humanos y dioses convirtiéndose en una pareja."

La sonrisa que Horo mostró mientras agachaba un poco su cabeza y elevaba su mirada hacia Lawrence muy asustada.

El fino brazo que había que había posado alrededor de la espalda de Lawrence le recordó a una serpiente venenosa que nunca soltaba a su presa.

"Si eso es lo que has planeado, no me importa. Aunque....."

La luz que entró por la ventana desde la calle tiñó la cara de Horo en un color rojizo.

Por favor se gentil...

"Debéis tratarme con cuidado, ¿vale?"

Horo debía ser realmente un demonio, Lawrence pensó medio en serio, pero viendo a Horo parar su actuación tan fácilmente, no pudo evitar sentirse un poco decepcionado.

"No sé porqué, pero tras haber hablado con esa muñeca, parece que simplemente no puedo terminar de animarme,"

Horo dijo con una apariencia cansada, pero manteniendo la misma postura, sus brazos alrededor de Lawrence mientras miraba por la ventana.

La mirada de Horo no estaba dirigida al festival, sino perdida en algún punto lejos en la distancia.

"¿Os disteis cuenta de que esa muñeca no es humana?"

Lawrence estaba tan sorprendido ni pudo pronunciar siquiera un "¿Cómo es eso posible?".

"¿No habían un gran número de plumas desperdigadas en el suelo de la habitación? Pertenecían a esa muñeca."

"¿....Es eso cierto?"

Ahora que lo mencionaba Horo, Lawrence recordó que Deanna ciertamente le había recordado a un pájaro cuando la vio.

Horo asintió y continuó:

"La verdadera identidad de esa muñeca es un pájaro más grande que tú. Una vez se enamoró con un clérigo ambulante, y juntos pasaron muchos años trabajando juntos en construir una iglesia. Pero sin importar cuantos años pasaran, la muñeca nunca envejecía, y por esto el clérigo empezó a sospechar. Seguramente puedas imaginar como acabaron las cosas."

Quizás tan sólo estaba imaginando cosas, pero a Lawrence le pareció sentir como Horo apretaba sus brazos un poco.

Lawrence sentía que parecía entender la razón por la que Deanna coleccionaba leyendas antiguas y protegía a los alquimistas.

Pero le habría causado gran dolor decir la razón, y creía que Horo tampoco estaría dispuesta a oírla.

Por lo que Lawrence no lo pronunció.

En su lugar, puso un brazo alrededor del delicado hombro de Horo.

"Deseo volver a mi pueblo natal, incluso si...ya no existe," dijo Horo.

"Aye."

Al final, el gigante humano y los muñecos de perros en el exterior de la ventana chocaban entre ellos, consiguiendo una ola de vítores.

Aunque, Lawrence inmediatamente comprendió que tal acto no era una simulación de una batalla.

Todas las personas manejando los muñecos se estaban riendo alegremente, y cada miembro de la multitud que lo veía tenía una jarra de cerveza en mano.

Eso no era definitivamente golpeándose entre ellos, sino el movimiento de colocar un brazo sobre el hombro del otro.

Seguidamente, las personas comenzaron a cantar y bailar, y los muñecos fueron incendiados en el centro del cruce.

"Jejeje, las acciones de los humanos son verdaderamente atrevidas."

"Aye, es una extraña visión."

Aunque estaba bastante lejos, Lawrence notó como su cara empezaba a calentarse, aparentemente como resultado del calor.

La gente rodeó los restos ardientes, que parecían como si pudiera fácilmente esconder la luz de la luna, y se animaban mientras brindaban entre ellos.

En el pueblo de Kumerson, tras una gran pelea, los distintos humanos y dioses, que han venido desde distintos lugares, se han calmado nuevamente para beber y comer todos juntos hasta no poder más.

Resultando finalmente en que todos dejaran de luchar entre ellos.

"Vayamos nosotros también."

"Ah.....¿segura?"

Pero, Horo no hizo ningún movimiento. Notando la expresión confundida de Lawrence, Horo levantó su cara y dijo:

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"Por mí, no me importaría incluso si tengo que ser tan apasionada como las llamas que consumen esos muñecos. ¿Y por vos?"

Los muñecos que habían sido incendiados comenzaron gradualmente a derrumbarse hasta hacerse un montón.

Sin importar que se mofara de él, Lawrence mantuvo una sonrisa y respondió:

"Debería ser capaz de hacerlo más o menos mientras siga borracho."

Horo abrió su boca y se rió, mostrando sus afilados caninos. Meneando excitadamente su cola, habló en un tono que no podía ser más feliz:

"Si os llegarais a emborrachar también, ¿quién quedaría para encargarse de mí? ¡Vos, zoquete!"

Lawrence cogió la mano de la sonriente Horo, y salió de la habitación.

Una clamorosa noche una vez más había descendido sobre Kumerson.

Aunque, pasado algún tiempo, un rumor comenzó a extenderse en el pueblo esa misma noche, una verdadera diosa había andado entre la multitud.

FINAL




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