Spice & Wolf ~Versión Española~: V04 Cap 06

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Esta traducción ha sido realizada a partir de la versión inglesa de esta misma página (enlace) realizada por Judgement26.

Estado[edit]

Traducción empezada por Gargola 15:19 11/09/09

Traducción al 100%

Capítulo 6[edit]

Las carretas fueron llegando a Tereo una tras otra, hasta completar un total de dieciséis. El cargamento de cada una de ellas consistía en tres o cuatro sacos grandes de yute.

23 guardias, equipados con lanzas, estaban presentes. Detrás de ellos, había otros que, ademas de estar equipados con sus escudos, llevaban cascos y muñequeras de metal, dando una fuerte impresión que en lugar de tratarse de simple infantería, se estuviera en presencia de caballeros completamente armados.

Los miembros del clero que viajaban a pie eran cuatro en el total. Aunque no se podía precisar cuántas personas estaban en el carruaje cubierto. De acuerdo con Elsa, probablemente llevaba al Obispo Van y sus sacerdotes ayudantes.

Además, había un hombre gordo que parecía ser un comerciante dentro de la procesión. Al instante en que Lawrence percibió a este hombre, profirió un suave “Oh.”

Se decía que, en Enberl, el dueño más adinerado de una tienda de harina era Riendo. Si asi fuera, no sería en lo más mínimo sorprendente que él hubiera comprado toda la harina que se había enviado de Tereo. Si éste hubiera sido en verdad el caso, entonces la hipótesis de que “Aquel hombre se murió al comer el pan hecho con harina comprada en esta tienda” sería naturalmente muy conveniente.

Es decir, si Riendo fuera una figura importante dentro del esquema entero, él no debería de haber comprado de forma intencional nada del trigo que llevaba Lawrence a la compañía de paso por Enberl.

Quizás Riendo había decidido ejecutar el plan justo ahí y en ese momento.

Se decía que un desliz podía causar que uno cayera en oscuro abismo de desesperación, y nadie era capaz de narrar dónde la malevolencia humana pondría ocultarse.

Lawrence dejo escapar un leve suspiro.

Quedando postrado en la colina, él miró como la procesión de Enberl entró en Tereo. Horo también aprovechó esta oportunidad para volver a tomar su forma humana, y rápidamente se volvió a vestir.

Entonces, tomando la ruta larga, las cuatro personas se dirigieron hacia la cueva de Toyerre.

Aunque era posible que Iima hubiera cerrado con llave la entrada al sótano inmediatamente después de cerrar su puerta, era igualmente probable que ella hubiera cerrado dicha entrada sin cerrarla con llave.

Lawrence y compañía estaban poniendo sus esperanzas en esto último.

“Esto es probablemente es lo que vosotros, las personas, llamáis como protección divina,” dijo Horo.

Y entonces, ellos iniciaron la partida.

“Hay alguna señal de movimiento dentro?”

“No, no hay nadie aquí.”

Desde que Elsa e Ivan habían huido, la iglesia no tubo mas uso para los lugareños, por tanto, era natural que nadie estuviera allí.

Lawrence empujó contra el pedestal, tras lo cual se escucho un inmenso kadong al caerse la escultura . Aunque en ese momento, Lawrence sintió correr un escalofrío por su espalda, ni el sonido más ligero se oyó después de aquello. Así, Lawrence empujó fuertemente hacia arriba el pedestal, e Ivan, después de deslizarse fuera del sótano a través de la rendija abierta, termino de alzarlo por completo.

“Entonces ...hmm, por favor prepárenme una hoz y un grial.”

Lawrence estaba refiriéndose, claro, a las herramientas que se necesitarían luego.

Habiendo salido del sótano, Elsa dio una reverencia y salió con Ivan con un suave trote.

Sonriendo suavemente, Lawrence se dirigió Horo que todavía permanecía dentro del sótano:

“Si todos salen tan sigilosamente, usted podria escuchar los latidos de su corazón.”

Oyendo esto, Horo subió los escalones de piedra con una mirada de sumisión, y mientras salia del sótano atino a decir:

"Entonces, como esta la situación fuera?”

“Afortunadamente, la ventana de madera no ha estado rota. Gracias a eso, podremos ver todo claramente.”

Iima probablemente había encontrado una oportunidad de abrir la puerta delantera de la iglesia después de que Lawrence y compañía hubieran huido.

La traba que mantenian las puertas herméticamente cerradas se apoyaba contra una pared, suavemente, de forma delicada.

Asomando fuera por una rendija abierta en la ventana, Lawrence descubrió que la procesión de carretas responsable de transportar el trigo ya había llegado a la plaza del pueblo. Un hombre de mediana edad ataviado con los vestidos de la cupula del clero, que parecía ser el Obispo Van, junto con Riendo, de la tienda de harina, enfrentaron al Mayor Semu y los representantes del pueblo en la piedra gigante.

“Sr. Lawrence,”

Elsa e Ivan lo llamaron en vos baja, mientras se acercaron a la ventana con sigilo y sin hacer ruido alguno

En sus manos, Elsa sostenía un grial que no parecía ser hecho de plata pura sin importar cómo se lo mirase, así como una hoz oxidada.

Así, como aquellas herramientas serian usadas para mostrar un milagro, mientras mas viejas y estropeadas parecieran, mejor.

“Entonces, solo nos queda esperar por la oportunidad correcta para llegar,” dijo a Lawrence.

Elsa e Ivan tragaron con dificultad y asintieron con sus cabezas.


Lawrence percibió que el Mayor Semu estaba gesticulando frenéticamente, intentando explicar algo al Obispo Van, pero con su sentido del oído, Lawrence era incapaz de entender de que trataba la discusión.

De ves en cuando, el Mayor Semu apuntaba hacia la iglesia, y cada ves hacia esto, los lugareños reunidos en la plaza y las demas personas que había en la enorme piedra tornaban su mirada hacia alli, haciendo que Lawrence se pusiese muy nervioso.

Aun así, nadie se dirigio a la iglesia, indicando de esa forma que todos creían que no había nadie en absoluto dentro de la misma.

El Obispo Van respondió serenamente, incluso pidiendo consejo de vez en cuando y de una manera educada, al anciano sacerdote de pie junto a él.

Quizás ante los ojos de Obispo Van, las opiniones del Mayor Semu y los lugareños no eran más significativas que el sonido de una mosca que está pegando las alas.

El hecho era que, después de que el Obispo Van saco unas hojas de papel de piel de oveja, el Mayor Semu se callo con docilidad.

"Puedes oír de que trata la discusión?”

Después de haber consultado de esta manera a Horo, Lawrence recibió la respuesta, “La otra comisión está buscando el pago.”

En ese mismo momento, un fuerte alboroto se oyó de repente, y se vio a un lugareño saltar hacia adelante, sólo pudiendo se dominado por un hombre con una lanza momentos después .

Al ver esto, unos lugareños se apresuraron a adelantarse en su apoyo, pero sólo se encontraron con el mismo resultado.

A pesar de no estar correctamente ataviados, como un un grupo improvisado de soldados, parecía que los lanzeros habían recibido mas o menos un poco de entrenamiento. Los guardias cambiaron su formación en una forma desordenada, mientras se constituian en un bosque de lanzas. .

Con esto, a pesar de ser mayor en el número, habría sido sumamente difícil para los lugareños invertir su desventaja.

“Mm... El hombre llamado Semu ya ha dejado de resistirse y esta cediendo,” dijo Horo.

Al momento en que se empezó ceder, el destino inevitable era que pronto sería atacado constantemente.

Era un hecho que el Obispo Van no cejaría en sus intenciones hasta que hubiera subyugado a Tereo hasta el punto que no tuviera salida hacia ninguna parte.

“Quién es aquel?”

En ese momento, surgio un lugareño y se unió a la negociación. Después de intercambiar unas palabras con Riendo, el lugareño se puso de inmediato fuertemente emocional al punto que el Mayor Semu vino adelante y lo contuvo.

A la pregunta de Lawrence, Ivan contestó:

“Ése es el dueño de la panadería. Le gusta siempre ridiculizarme.”

Tal como el Obispo Van había hecho antes, Riendo extrajo un trozo de papel de piel de oveja de su pecho y lo mostro de forma arrogante con una mano en alto. Después de ello los lugareños se hundieron en el silencio.

Juzgando por la apariencia feliz de Riendo, en lugar de dicir que él estaba acostumbrado a ver a los lugareños guardar silencio, era quizás más apropiado decir que él estaba contento de que los lugareños se hubieran sosegado al fin.

“Quizás el Padre Francis simplemente había sido demasiado sobresaliente.”

Oyendo el inconsciente comentario de Lawrence, Elsa inclino su cabeza ligeramente.

En ese momento, Semu finalmente doblo sus rodillas y se postro en la piedra gigante. Percibiendo esto, los lugareños que habían estado mirando con fiereza al Obispo Van apresuradamente extendieron sus mano para sostener Semu por la espalda.

Viendo la situación llegar a semejante punto, Lawrence parecío oír el sonido de alguien apretando sus puños.

Dando media vuelta, descubrió que era Elsa quien había apretado sus puños.

Aunque la expresión de Elsa parecía tranquila, simplemente no eran necesarias las palabras para saber cuan intensas eran las emociones que alojaba su corazón.

Porque los lugareños no habían extendido sus manos para sostener su espalda.

“Las negociaciones están llegando a su fin. La otra facción ya ha declarado su última decisión”

Horo abrió su boca de repente para decir algo, y Lawrence y los otros entendieron de inmediato su significado.

Todos al mismo tiempo, Semu y los demas, miraron en direccion contraria a la de la iglesia, es decir, hacia la residencia del Mayor Semu.

Con solo mirar sus espaldas, Lawrence podría decir lo que ellos estaban sintiendo en sus corazones con certeza.

No tardo mucho hasta que dos guardias ascendieron a la piedra gigante.

En sus manos, ellos sostenían la figura de Toyerre que Lawrence había visto en la casa de Semu.

“Si usted simplemente quema esta cosa y acepta la fe correcta, todo este asunto puede llegar a resolverse fácilmente. Si no, Tereo sera acusado de herejía.”

Oyendo a Horo decir estas palabras, Lawrence supuso que la declaración había sido hecha por Obispo Van.

Tan pronto como Horo habló, Semu y los otros miraron en dirección de la iglesia, como si ellos la hubieran oído.

“Siempre que dependas de los otros habrá problemas, esa es la manera de hace las cosas de vosotros, los humanos.”

Caminando atrás de la ventana, Horo plegó sus brazos ante su pecho, y dejo escapar un suspiro.

“Hay tiempos, sin embargo, en los que yo también dependo de los humanos. Así que, ahora nos toca a nosotros hacer nuestro movimiento?”

Las palabras, “no puedo perdonar el egoísmo de los lugareños” estaban escritas en la cara de Ivan.

Sin embargo, él se tragó este enojo, y dirigió su mirada hacia Elsa.

Elsa se puso de pie rápidamente.

Y entonces, ella dijo brevemente:

“Como sirviente de Dios que ha aceptado la fe correcta, no puedo abandonar a los lugareños.”

Lawrence cabeceó y habló:

“Entonces, vamos.”

Con estas palabras, que parecían ser una señal, las cuatro personas abrieron las puertas principales de la iglesia.




El lugar se puso completamente en silencio, como si todo el polvo que había estado flotando alrededor se hubiera dejado caer al suelo en ese momento.

Así era cómo Lawrence se sentía.

Es probable que nunca en su vida entera él olvide la mirada suplicante que lanzaron entonces Semu y los otros en dirección hacia la iglesia, antes residencia en Toyerre de un especimen de piel de serpientel.

“Elsa!”

Iima fue la primera en llamarlos.

Quizás porque ella había protegido a Elsa y compañía, Iima, a quien no se le había sido permitido ascender a la piedra gigante, miró el desarrollo de los hechos con los otros residentes en el área circundante. En cuanto ella vio a Elsa, corrió inmediatamente encima de a ella, sin prestar la más mínima atención a las miradas lanzadas en su dirección de todos aquellos que la rodeaban.

“Elsa, por que volviste?”

“Lo lamento, Señorita Iima”

Iima miro a Lawrence, pareciendo estar totalmente extraviada.

“Miren todos quien ha vuelto. Acaso ésta no es Srta. Elsa, sucesora del Padre Francis?”

Antes de que Lawrence tuviera una oportunidad para contestar a Iima, la voz de Obispo Van se oyó desde la piedra.

“Ha sido solo por un rato, Obispo Van,” dijo Elsa.

“Oí que usted se había fugado de manera furtiva del pueblo. ¿Cuál fue el motivo de su regreso? ¿Acaso usted no pudo llevar la carga de una conciencia culpable y ha venido a arrepentirse?”

“Dios es siempre misericordioso.”

Aunque una expresión de cobardía apareció por un instante en la cara de Obispo Van al oír las palabras firmes de Elsa, mientras calculaba que ella tal vez estaba exagerando, su cara retomo la calma y compostura, esbozando una sonría una vez más, y susurrando algo en la oreja del sacerdote al lado de él.

Luego de que la charla entre susurros se extendiera durante algo de tiempo, el sacerdote tosió antes de levantar una hoja de papel de piel de oveja en alto y declarar a todos:

“Nosotros, los representanes de la Iglesia de Enberl de San Rio, creemos que el pueblo de Tereo ha estado orando a los dioses paganos, y ha agregado el vino de Kapass intencionalmente a su trigo con el propósito de infligir daño en las personas de fe ortodoxa. Así como los seguidores de fe ortodoxa dentro de nuestro pueblo padecen la maldición, ni una sola de las persona dentro del pueblo de Tereo ha sufrido el mismo destino, a pesar de que tanto los primeros como los últimos han comido el mismo trigo. Éste es un claro indicador de que el pueblo de Tereo esta bajo la protección de deidades malignas. ”

“Según el contenido del contrato firmado por el Padre Francis, nosotros, en primera instancia, devolveremos el trigo a Tereo. Acto seguido, restableceremos una iglesia virtuosa y sagrada en este lugar. En cuanto al falso y traicionero sirviente de Dios que esconde serpientes venenosas enrollándolas bajo las pieles de oveja, ella debera enfrentar el juicio virtuoso de Dios.”

Después de oír al Obispo Van hablar de esta manera, los guardias armados con escudos siguieron las palabras del sacerdote desenfundando sus largas espadas, las que apuntaron en dirección de Lawrence y compañía.

Aun así, Elsa no retorocedio.

“No hay necesidad de todo esto,”

Elsa contestó fríamente, elevando la voz:

“Es, de hecho, verdad que yo siempre he estado equivocada en mi fe. Sin embargo, Dios omnipotente me ha señalado el camino correcto. Porque Él me ha permitido encontrar a un mensajero divino!”

Una vez mas el rostro del Obispo Van palideció por un instante, y miró al sacerdote a su lado, cruzando sus miradas.

El sacerdote le contestó en dos o tres líneas.

Con una mano elevada en alto, el Obispo Van habló:

“¡El ser capaz de decir algo como haber encontrado a un mensajero divino tan a la ligera es prueba de herejía! Si usted puede demostrar lo contrario, saque la prueba de la que habla ahora mismo!”

Como un pez, el Obispo Van había tragado el anzuelo.

Con sus ojos, Elsa señalo primero a Ivan, y luego a Horo.

Después de dar una reverencia, el joven molinero y la loba antropormorfizada corrieron hacia adelante.

“Si usted alberga cualquier duda, entonces nosotros se lo demostraremos,” dijo Elsa.

Observando a Ivan y Horo hacer una línea recta hacia las carretas que transportaban el trigo, los guardias apuntaron sus lanzas en su direccion, pero Obispo Van sólo se mofó de las palabras de Elsa y profirió un “Permítanles hacer!”

En su mano, Ivan sostuvo un grano de trigo que Horo le había dado.

Después de permitirse seguirlos con la mirada durante algún tiempo, Elsa siguió su camino hacia la piedra gigante, ignorando entretanto las indicaciones de Iima que le aconsejaban lo contrario.

“Rendirle culto a la deidad de la serpiente en Toyerre es en verdad un comportamiento ilegítimo.”

Oyendo la observación de Elsa, los lugareños en la piedra gigante clavaron su mirada fijamente en ella con una expresión que parecía como si les hubieran obligado tragar un pedazo de roca.

“No obstante, semejante conducta no es en su esencia mala.”

Ella subio por la escalera al lado de la piedra, pasando delante de Obispo Van, y se arrodillo ante la figura de Toyerre.

Detras de la iglesia, Elsa había sido reacia a decir una mentira incluso después de entrar en la trampa que Lawrence y Horo habían preparado para ver los libros dejados atrás por el Padre Francis.

No cavia duda que como Elsa seguía siendo la misma ahora que antes, por ello, era también natural que siguiera siendo un miembro del clero de los pies a la cabeza.

En tal caso, ¿por qué no denunció la figura de Toyerre como un objeto de adoración pagano, e incluso ahora va tan lejos como arrodillarse ante dicha figura?

"Creo que Toyerre mismo es un milagro de Dios."

Los ojos de Semu se abrieron, y las expresiones de los lugareños también indicaban el pánico.

El comentario de Elsa ni negó ni reconoció a Toyerre.

A todo esto, el Obispo Van sólo expreso una breve risa antes de decir en un tono sarcástico:

"Las cosas que las personas desesperadas dicen son siempre un puñado de bravuconadas y mentiras. ¿Usted puede demostrar que aquello que usted afirma no está motivado por el diablo?"

"El mensajero de Dios ha prometido a revelar una luz que servirá de guía a las ovejas perdidas de nuevo por el camino correcto".

Horo e Ivan miraron en la dirección de Elsa, indicándole que los preparativos fueron hechos.

Aun sabiendo que las cosas seguirían un curso sereno, Lawrence no podía evitar sentirce sumamente nervioso.

Seguramente Elsa, que atrajo la atención de los lugareños sobre la roca y del Obispo Van, entre otros, con su discurso, estaba bajo una presión tremenda.

A pesar de ello, Elsa reaccionó con firmeza y fuerza.

Elsa había heredado las enseñanzas de Padre Francis y, como sucesora de él, decidido creer en el poder inhumano de Horo, a través de cuál había incrementado su fe en la rectitud del Dios que había creado el mundo.

"Hmph, quien es usted para demostranos el...el poder de Dios?!"

La voz de Obispo Van fue acallada por los llamados temerosos pero también asombrados de las personas rodeando los carros.

"El....el...el trigo!"

"¡Wow ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~!"

Espigas de trigo empezaron a brotar afuera de las bolsas que las contenian en los carros, y continuaron creciendo más y mas alto hacia el cielo.

Como titeres de pobre confeccion, Semu y los otros mostraron una expresión de no llegar a comprender del todo la escena que se desarrollaba ante ellos. En cuanto a Obispo Van, su cara tenía una expresión pasmada cuando miró el milagro.

Cuando observaron el trigo crecer más y más alto, las personas alli presentes se postraron sobre el suelo y dieron gritos que casi sonaban a lamentos.

"¡Dios se ha mostrado! ¡Éste es un milagro de Dios!" Los gritos asombrados se desparramaron de la misma manera que un incendio arrasador. Al final, incluso los miembros clero se inclinaron.

Solamente el Obispo Van se quedó de pie, inmóvil y estupefacto cuando miró la revelación. Cuando los retoños verdes de trigo en los carros crecieron en mazorcas maduras del mismo cereal, otra ola de gritos fue escuchada inmediatamente.

En medio de todo el trigo maduro en los dieciséis carros, solamente uno no creció en una espiga dorada, pero sin embargo se marchito al instante, convirtiendose en polvo al final. Todos los presente sabían perfectamente bien lo que aquello implicaba.

Cuando todos los que estaban presentes enfocaron su atención en el trigo, solamente Lawrence miró en otra dirección.

Miro hacia el rostro pálido de Riendo, al mismo tiempo que Obispo Van.

Naturalmente, solo aquel que había envenenado el trigo no podía complacerse de tal milagro.

"Dios ha señalado la ruta correcta para nosotros."

Escuchando las palabras de Elsa, la mirada y voz de todos se rdirigieron hacia ella.

"Que....que tonteria es esta....algo como esto...."

"Obispo Van."

Elsa habló en un tono frío y sereno:

"Por favor cerciórese que esto no sea un acto del diablo."

"¿Cuán....como haría eso?"

"Por favor use esto"

Habiendo dicho esto, Elsa sacó el caliz de plata parcialmente ennegrecido, y lo entregó al Obispo Van.

"Por favor consagre este grial primero. En cuanto haga eso, Ivan, el molinero de trigo de este pueblo enseñara un ejemplo concreto de la enseñanzas correctas de Dios", dijo.

El Obispo Van recibió el grial de acuerdo con la petición de Elsa, abrió su boca luego habló de una manera aturdida:

"Que....que es exactamente lo que usted esta planeando con algo así?"

"Incluso los pobres tienen el derecho de ser bautizados bajo Dios. Por favor limpie esta taza, Obispo Van."

Desmoronandose bajo las maneras imponente de Elsa e incapaz de hacer cualquier tipo de réplica, el Obispo Van dirigió su mirada hacia el sacerdote con una expresión de la angustia. El sacerdote ordenó a los miembros del clero que estuvieron de pie alrededor de la roca gigante que se fueran y traigan un poco de agua.

Los miembros del clero, volvieron con el agua inmediatamente y se la pasaron al Obispo Van.

El agua vertida por un miembro del clero se tornaría sagrada y especial.

El grial, cuya agua había sido purificada, dio un rayo indescriptible en manos del Obispo Van.

"Ahora, por favor tome el grial en sus manos, al mismo tiempo que la agua bendita, a desela al molinero de trigo."

El hecho de que Elsa no recuperara el grial en sus manos era con el propósito de que Obispo Van no tuviera una oportunidad de desligarse de la culpa.

La rectitud de los miembros del clero (o la falta de ella) se encontraba en el grial y el agua bendita y se manifestaría a través de la acción de pasar el grial a Ivan.

"Por favor miren atentamente."

Elsa dio una indicación con la cabeza a Ivan, que asintió con su cabeza a la vez de forma enérgica.

Entonces, Ivan sacó una navaja y, saltanado en la cubierta de cargamento de los carros, empezó a cortar los sacos de yute uno por uno, retirando una pequeña cantidad de harina de cada saco, depositandola dentro del grial.

Todos los que estaba presente seguramente habrían sabido lo qué estaba planeando hacer Ivan.

Como si el sonido de todos al tragar pudiese ser escuchado, cada mirada se concentró en el joven molinero de trigo .

De los dieciséis carros, Ivan retiró harina de los sacos de quince de ellos y lo dejó caer en el grial, luego lo levantó en lo alto, conteniendo la mezcla de sagrada agua y harina.

Como si hipnotizados, los miembros clero dirigieron sus miradas hacia el grial. Entonces, empezaron a murmurar algo, probablemente algún tipo de oraciones a Dios.

Ivan bajó el grial lentamente, y miró sus contenido con los ojos bien abiertos.

Ivan había sido testigo de la verdadera apariencia de Horo y comprendia que ella no era una persona del todo corriente. Es más, había presenciado con sus propios ojos, hace pocos instantes, un milagro en el que el periodo de crecimiento del trigo, que es normalmente de un año, fue reducido al breve lapso de unos segundos.

Retiró su mirada del grial en sus manos repentinamente.

La persona a la que Ivan acudió no fue otra que Elsa.

Instantes después, el se bebió la totalidad del contenido del grial de un solo sorbo.

"Esto es el resultado de un milagro revelado a nosotros por la mano de Dios",

Ivan, que todavía tenía harina en los bordes de su boca, llevó el grial hacia los miembros del clero y explicó. Los miembros del clero luego vertieron agua limpia afuera del saco de cuero que la contenia y purificaron el grial una vez mas.

En cuanto este acto fue hecho, Ivan saltó al único carro del cual no había tomado ninguna porción de harina, retiro una pequeña cantidad del contenido de los sacos, y lo dejó caer en el grial.

Elsa se dirigió brevemente al Obispo Van, que estaba temblando de manera incontrolable:

"Si suponemos que ésto era un falso milagro, acaso usted podría mostrarnos uno verdadero?"

Tan pronto como uno de ellos afirmara, falsamente, que el trigo había sido envenenado, la única manera de saber si el cereal era realmente venenoso o no, era comer de todos y cada uno de los sacos.

Sin embargo, esto era así en teoría, después de todo, ya que un milagro podía superar sin ningún esfuerzo los límites de la lógica.

Además, un milagro solamente podía ser correspondido por otro milagro.

Si uno deseara probar que esto no era un milagro creado por el diablo, la única manera sería demostrarlo con un milagro de Dios.

"Obispo Van."

Elsa recibió el grial de Ivan, y lo pasó hacia Obispo Van.

Riendo cayó sobre su trasero en el lugar en que se encontraba.

El cuerpo de Obispo Van estaba totalmente rígido e incapaz de moverse.

Porque no desafió a nadie para poder recibir el grial él antes que cualquier otro.

"Yo....yo... lo comprendo. Ésto, es un milagro....un verdadero milagro", dijo.

"Y entonces, ¿que pasara con la iglesia de este pueblo?"

Sin tener compasión, Elsa subió la apuesta.

El Obispo Van no podía ni encontrar las palabras, o un milagro con el que responder a Elsa.

"Uh..esta es … es legítima....esta es una iglesia legítima."

"Entonces, por favor, coloque el contenido del lo que usted dijo sobre papel."

Solo entonces Elsa se mostró con una sonrisa amistosa y se dirigió a Semu y los lugareños, recogiendo la figura de Toyerre con reverencia.

Viendo la formade de proceder de Elsa, era natural que el Obispo Van no pudiera ni quejarse ni exigir a los lugareños renunciar a su adoración a Toyerre . Para los lugareños, ésto era algo por lo que estar feliz.

Elsa había resuelto una situación difícil ingeniosamente.

Mas aún, a pesar de haber sido capaz enfrentar al Obispo Van y los otros sin la más leve pizca de cobardía y lograr su misión astutamente, era mas que seguro que debajo de la fina capa de coraje que mostraba Elsa, las intensas emociones del nerviosismo y la aprensión la habían sacudido y cambiado por dentro de la misma forma que el fuego lo hace.

Elsa aspiró profundamente, y después de pasar suavemente un pañuelo por los bordes de sus ojos, junto sus manos y bajó su cabeza en oración, como si se encomendara a si misma a alguien mas.

Aunque estaba poco claro si Elsa estaba rezando a Dios o al padre Francis, a quien sea que la oración fuese dirigida, probablemente habría elogiado a Elsa.

Justo entonces, Horo corrio hacia el lado de Lawrence, que había estado mirando a Elsa en calidad de espectador.

"¿Cómo estubo? Soy genial, ¿no?"

Horo lo dijo con cierto tono de orgullo. Su actitud podría haber sido considerada como en oposición directa a la mostrada por Elsa, en la que no habia ni la mínima pizca de orgullo a pesar de haber refutado de forma aplastante al Obispo Van.

Sin embargo, la diferencia en las actitudes de las dos quizás podía ser explicada por las diferencias entre Lawrence e Ivan precisamente.

Después de dejar el grial en manos de uno de los miembros del clero, Ivan corrió hacia Elsa inmediatamente y la abrazó.

Mientras que la mirada de Lawrence, junto con la de aquellos lugareños presentes, era atraida hacia aquellas dos personas, Horo se acerco junto a él y profirio un sonoro “Hmph hmph” con su nariz.

"Acaso vuestra persona parece invadida por una enorme envidia?"

Viendo a Horo mostrar una sonrisa de desafío al decir estas palabras, Lawrence solo pudo encogerse de hombros por miedo a las represarias.

"Aye, estoy lleno de envidia."

Y con esto, Lawrence pronunció palabras que eran totalmente contrarias a su manera habitual de ser. Al oírlo, Horo abrió y cerró sus ojos, pareciendo algo sorprendida.

"Porque estaba totalmente entre bastidores esta vez. Sobre el escenario la obra fue interpretada por Elsa e Ivan, y vuestra persona fue aquel que puso la trampa."

Lawrence había desviado el tema con éxito.

Revelando una expresión de desilusión, Horo dejó escapar un suspiro y dijo:

"Pero, el asunto del dinero no ha sido negociado aun. Ése es vuestro trabajo, ¿no?"

"Aye. Pero...."

Lawrence observó todo el panorama tranquilamente.

La situación había sufrido un completo y fenomenal revés.

Debido a que el ratón con gran esfuerzo se las había ingeniado para morder al gato una vez, la situación seria aun mejor si también pudiese exigir una porción de carne del gato en el proceso.

Y ante aquel cambio de situación, era mas que natural comenzar a cambiar las ideas que tenia en mente.

Y en su mente, Lawrence, que sentía que algo de crueldad había crecido, organizó un plan que no se habría se atrevido a ejecutar en cualquier otro pueblo.

"Mmm, esto podría ser digno de intentarse",

Dijo, acariciando su barba inconscientemente y haciendo un sonido irritante, antes de notar que Horo lo estaba mirando.

Como inspeccionando en su interior, Horo levanto sus ojos hasta fijar su mirada en él, mismos ojos que mostraban que algo la sorprendía.

Viendo Horo mostrar tal infrecuente aspecto, Lawrence mismo se sentía sorprendido, y por lo tanto abrió su boca para preguntar,:

"¿Qué es?"

"Mm....Seria posible que vos también fuerais en realidad un lobo?"

En cuanto Lawrence escuchó estas palabras, que parecían un tanto fuera de contexto, no pudo evitar responder en tono gracioso con un "¿Huh?". Viendo lo que Lawrence traía entre manos, Horo mostró una expresión del alivio y dijo, mostrando sus afilados colmillos en una sonrisa:

"Heh, esa clase de la expresión es la que mejor le sienta después de todo."

"...."

Preocupando de que, si dijera algo mas, pudiese terminar cayendo en otra de las trampas de Horo, Lawrence decidió terminar el tema allí. En cuanto a Horo, su intención aparentemente solo fue hacerse la bromista con Lawrence un poco, por ello no dijo nada más.

Sea cual sea el caso, saborear los placeres de tales discusiones era algo que tendría que esperar para después.

Y esto era porque todavía había asuntos pendiente que le preocupaban a Lawrence, incluyendo el pago contra sus enemigos.

Quizás pensando en dirigirse a la residencia de Semu para firmar algunos trabajos, el Obispo Van y los demás bajaron de la roca gigante. Percibiendo esto, Lawrence se acercó a ellos con un trote y dijo:

"Aquellos pocos que se dirigen a la casa de Semu para hablar de temas se relacionados con Dios, adelantensenos. En cuanto a usted, Sr. Riendo, su responsabilidad es quedarse aquí para hablar de temas de dinero."

La expresión que Riendo mostró en ese momento era como la de un criminal que era, en última instancia, incapaz de librarse de ser capturado por el sheriff.

El Obispo Van, quien no tenia idea de quién era Lawrence, mostró una expresión como queriendo preguntar, "Quién miércoles es usted", pero después de que Semu junto con Elsa hubieran explicado la situación con un leve susurro en su oreja, el Obispo Van exclamó perceptiblemente.

Después de escuchar la explicación de Semu, los lugareños, que hasta ese momento veían tambien a Lawrence con desconfianza, se mostraron enormemente sorprendidos, sintiendo algo diferente a lo referido al Obispo Van, y finalmente asintieron con sus cabezas un poco a la fuerza.

Horo cuchicheó suavemente en la oreja de Lawrence: "parese ser que es su voluntad dejar todo el poder de decisión en tus manos."

Lawrence había pasado de ser aquel malvado sospechoso de haber envenenado el trigo a aquel que estaba dirigiendo las negociaciones para el pueblo.

Riendo parecia mucho mas cohibido por la situación en que había puesto a Lawrence, mostrando una expresión como si fuera a estallar en lágrimas al quedarse sobre la roca gigante.

La roca todavía estaba rodeada por lugareños por todos lados. Incluso aquellos que habían venido desde Enberl estaban hablando del milagro con mucho entusiasmo.

Dentro de tan caldeada atmósfera, seguramente Lawrence podría terminar la negociación con facilidad.

"Entonces Sr. Riendo", empezó.

"Huh, ¡sí!"

Riendo respondió con una voz ronca. Lawrence no podía decir si en verdad era su respuesta o si estaba actuando adrede de forma tan despreciable.

En ese momento, viendo a Horo toser antes de mirar de manera furiosa a Riendo, Lawrence comprendió que sólo estaba actuando.

Percibiendo que Horo le clavaba la mirada, Riendo cerró su boca inmediatamente. Toda su cara comenzó a cubrirse por una transpiración aceitosa que ningún grado de actuación podía llegar a explicar.

"La señorita Elsa y el anciano me han confiado la tarea de llevar todas negociaciones que impliquen algun intercambio de dinero. Me pregunto si es voluntad de cada lugareño aceptar esa decisión", dijo Lawrence.

"El anciano mismo ha dado a su consentimiento. Nosotros no podemos ayudar, mas si aceptar" dijo un lugareño de mala gana. Rascando su cabeza, el aparentemente impaciente propietario de la tienda de pan habló:

"Después de todo, siempre hemos dejado que el anciano cuide los asuntos referente al dinero."

Asintiendo con su cabeza, Lawrence dijo:

"Asi es exactamente. Entonces, empezaré haciendo todo lo posible para cancelar la decisión de devolver el trigo."

"¿Qué clase de broma es...! Kof kof....yo... ¿.que posibilidades tendría de hacer eso?" respondió Riendo.

"¿Por qué no?"

"Es decir porque el trigo es la prueba....no, sea cual fuese el caso, ¡alguien ha muerto al comer del trigo! ¡Nuestra tienda de harina también ha sido afectada por este incidente y perdido mucha confianza por consiguiente!"

De la misma forma en que las cosas estaban planteadas, el echo de que exista una víctima muerta era, en si mismo, probablemente una gran mentira, pensó Lawrence.

Lawrence miro hacia Horo, quien le devolvió la mirada como preguntando, "¿Cómo te las vas a arreglar?". Esto solamente refuerza su creencia de que la idea de que alguien se haya muerto es una completa mentira.

Sin embargo, no seria lo ideal revelar la mentira, ya que esto terminaría siendo un error fatal.

"Además, efectivamente esta escrito en el contrato con el Padre Francis que con la aparición del vino de Kapass, todo el trigo tiene que ser devuelto.".

Riendo había sacado a colación una postura que, naturalmente, solamente podía sostenerla él. Por supuesto, en este punto, los lugareños no podían argumentar nada en contra.

Porque incluso si dudaban de Riendo, de haber el mismo plantado el trigo envenenado, no podían tener ninguna prueba de ello.

"Comprendo. Supongamos que fuera nuestra voluntad aceptar la devolución el trigo, entonces el precio sería de...?".

Escuchando el discurso de Lawrence en forma privilegiada, Riendo respiro hondo, como si saliera a la superficie por primera vez después de haber sido lanzado en una piscina de agua, y dijo:

"Dos....doscientos Li..".

"¡No nos tomes por tontos!".

El que había tomado a Riendo por el pecho y gritado así era el dueño de la panadería.

"¿Ese no es el precio que usted nos pagó en una primera instancia?".

Efectivamente, debido a que Riendo ya debía haber vendido al menos un poco del trigo, no había posibilidad de que fuera ese el precio.

Además, si el trigo fuera devuelto en tal precio, de acuerdo con el cálculo aproximado del Mayor del pueblo, Tereo terminaría con una deficiencia de setenta Lima.

Sin embargo, al ver que Riendo se atrevió a proponer la mayor suma posible, incluso en un momento así, Lawrence no podía dejar de admirar su espíritu de comerciante.

".entonces....esteee... entonces....que tal..., ciento....noventa?".

Escuchando esto, el propietario de la tienda de pan apretó sus manos sobre el pecho de Riendo, pero Lawrence lo paró.

Pero a pesar de ello, Lawrence no tenía ninguna intención de rescatar a Riendo.

"Sr.. Riendo.... Si otro milagro fuese a ocurrir, sería probablemente para incrementar su desventaja, ¿no lo cree?".

Aunque los lugareños no llegaban a comprender el significado de las acciones de Lawrence, gracias a Horo no se dejaron engañar por la mentira de Riendo, mientras que Lawrence había comprendido a que cosa Riendo tenía más miedo.

A lo que más temía estar expuesto era a la verdad detrás de este auto-dirigido y mal jugado incidente.

La expresión de Riendo instantáneamente se convirtió en la de un cerdo ahogado.

"Que tal....ciento....mmmh....sesenta?".

Cambiado por monedas de plata de Trenni, Riendo había hecho una conseción de 800 monedas.

En ese momento, el propietario de la tienda de pan finalmente aflojó sus puños.

Este precio era sobre el límite total al cual podía permitirse llegar Riendo en un acuerdo, Lawrence pensaba en ello mientras observaba a Riendo hacer ruidos como tos incesantemente.

Si continuaba presionándolo, probablemente lo único que ganaría seria el resentimiento de Riendo.

Ya que la forma de transacción entre Tereo y Enberl no era del todo normal en primer lugar.

"Entonces, respecto a el precio de devolución, dejemoslo en esa cantidad. Todos los presentes son testigos de este acuerdo", dijo Lawrence.

Después de que todas y cada una de las persona hubo asentido con su cabeza en respuesta, Riendo levantó finalmente su cara.

Luego vino la parte esencial del arreglo.

Aunque había conseguido que Riendo haga tal concesión con éxito, el suma todavía no había sido bajada a un rango asequible para los lugareños.

Además, para impedir que algo similar ocurra otra vez en el futuro, era necesario tener un tipo de contrato formal de por medio.

"Oh sí Sr. Riendo", Lawrence dijo.

"Huh, sí."

"Respecto a el trigo devuelto, no va a ser posible convencerlo de que lo vuelva a comprar, correcto?".

Riendo sacudió su cabeza en el acto. Si fuera a comprar el mismo trigo otra vez, la compañía de Riendo podría terminar quebrando.

"Comprendo. Sin embargo, el Mayor Semu me ha informado que Tereo no posee efectivo suficiente para pagar el trigo devuelto. Aun si usted bajara el precio a 160 Lima, eso todavía no seria suficiente."

Todos los lugareños exclamaron de la conmoción.

Quizás el Mayor había ocultado adrede la verdad para impedir a los lugareños cayeran en el pánico.

"Por lo tanto, deseo hacer una propuesta", interrumpió Lawrence antes de que los lugareños pudieran unirse en contra de Riendo.

"Lo que....que exactamente....es lo que usted quiere que yo haga..?".

"Es una operación simple en verdad. ¿Puedo pedir que usted solicite el permiso del Ovispo para que Tereo pueda vender trigo con su reconocimiento?".

Escuchando esto, Riendo se sumió en una honda contemplación, como tratando desesperadamente de calcular el objetivo detrás del plan de Lawrence.

Sin embargo, era sin duda imposible que Riendo pudiera discernir las verdaderas intenciones de Lawrence.

"Yo....si usted está planeando vender el trigo a otra tienda....yo le indicaría que deje la idea de lado ....," dijo Riendo.

"¿Por qué dice eso?"

Al oir los gritos del propietario de la tienda de pan, aunque momentáneamente, Riendo encogió su cuello por el miedo, pero pronto respondió con una expresión que parecía decir, "Ésto es algo que puede servir de ayuda":

"P....porque no importa por dónde usted vaya, este ha sido un año de cosecha abundante, creando un excedente de centeno. Es imposible para cualquier pueblo aceptar la totalidad de lo que el pueblo es capaz de proveer. A fin de no perder la confianza, ya hemos comprado todo lo que... "

Mas allá de todo esto, a pesar de que el incidente del trigo venenoso fuese algo como una "verdad inventada", el trigo era, en si mismo, polémico. Como comerciante, uno con toda probabilidad evitaría comprar aquel trigo.

"No, incluso si ese fuera ese el caso, no importa. Así que, usted ¿estaría dispuesto a hacernos dicho favor?" preguntó Lawrence otra vez.

Riendo acudió a Lawrence con una mirada suplicante, y luego asintió con su cabeza despacio.

Sus ojos parecían estar suplicando por la gracia de Dios, y con todo al mismo tiempo parecia estar rogando que otro milagro no ocurriese. La visión era muy asombrosa a los ojos de Lawrence.

"Yo....si es ese todo el apoyo que usted requiere...yo....yo supongo que no sería un problema...." fue la respuesta que vino de Riendo.

"Entonces, hay una cosa mas."

"¿Huh?"

"Con respecto a los negocios que estoy planeando dirigir, las personas de Enberl pueden tratar de encontrar errores o buscar problemas. Sin embargo, deseo que usted nos apoye cuando llegue el momento."

"¡Ah!"Riendo gritó.

"Usted no estara planeando hacer pan, ¿o sí?" Preguntó.

"Su respuesta está muy cerca, pero no es del todo correcta. Después de todo, no podríamos hacer eso pase lo que pase, ¿no? Las tiendas de pan nunca admitirían eso ahora, ¿o sí?"

A pesar de que se lo impedía el exceso de carne en su barbilla, Riendo se las arregló para hacer una apretada inclinación de cabeza.

Sin embargo, Lawrence estaba planeando dirigir una empresa que era muy similar a una tienda de pan.

"Ademas, sobre el trigo devuelto, el pago tendrá que esperar hasta que esta empresa este bien encaminada."

"¿Qué....que tipo de empresa es exactamente?"Preguntó a Riendo.

"Por supuesto, no haré ninguna demanda irrazonables. Añadiré una condición de intercambio que es favorable a usted incluso."

Después de echar un vistazo a los lugareños que lo rodeaban por todas partes, Lawrence llevo su mirada a Riendo y habló:

"Abolir la regla de que Enberl debe comprar el trigo de Tereo incondicionalmente, en otras palabras, el contrato dejado por el Padre Francis . ¿Qué dice usted?"

El comentario de Lawrence causó que todos los lugareños protestaran al unísono:

"¡Hey! Incluso si el Mayor del pueblo ha confiado en usted para cerrar el trato, ¡no puede ir y tomar decisiones como esa por su cuenta!"

"Pero mientras este contrato prevalezca, Tereo seguirá aprovechando el resentimiento de Enberl en el futuro, ¿no es así?" Lawrence se estaba dirigiendo a Riendo.

Aunque ésta era una pregunta difícil de responder, el propietario de la tienda de harina más grande de Enberl asintió con la cabeza tímidamente.

"Después de todo, éste nunca fue un contrato normal. Normalmente, un pueblo tendría a alguien especialmente familiarizado con los tratos de dinero puesto a cargo de las negociaciones, porque éso es lo que un trato se supone que realmente es."

Escuchando esto, Riendo asintió con la cabeza enérgicamente como respuesta pero, al recibir las miradas furiosas de los lugareños, inmediatamente encogió su cuello.

"Sr. Riendo, ¿cual es su opinión? ¿Usted esta de acuerdo con mi propuesta?" Lawrence preguntó otra vez.

"¡Hey! ¡Pero!"

A pesar de que los lugareños se acercaron más a él, Lawrence no claudicó.


Porque Lawrence estaba seguro de que podría generar una utilidad inmensa en este lugar.

"Si el Sr.. Riendo y Ovispo Van tienen la voluntad de apoyarnos, puedo mostrarles un negocio que será enormemente rentable tanto a Tereo como a todos ustedes", Lawrence lo dijo con una sonrisa en su cara. Habiendo sido empujados por su manera confiada, los lugareños cayeron en un silencio total.

"¿Qué exactamente....que tipo de empresa...? "

Después de jugar con el misterio por un poco de tiempo, Lawrence abrió su boca finalmente para hablar:

"Supongo que revelaré el secreto. Esta empresa requerirá la asistencia de la tienda de pan."

El propietario de la tienda de pan asintió con la cabeza, algo sorprendido.

"¿Entonces, ¿usted podría prepararme algunos huevos y mantequilla por favor? Un poco de miel vendria bien, incluso mejor."

Todos los presente mostraron una expresión asombrada.

Horo solamente expreso una línea: "Veréis que algo delicioso será llevado a cabo."



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