Strike Witches ~Spanish~:Afrika5 Capitulo3

From Baka-Tsuki
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El papel de bromuro, o el papel fotográfico comercializado en masa, en que Rommel había sacado la fotografía que nos hicimos para inmortalizar el momento en que nuestra unidad se iba a Vladivostok. Oí por ahí que la foto la habían revelado en papel fotográfico, pero apenas le presté atención. La foto que sacó Takeko de Tomoko también se había revelado, y se vendió como churros cuando Tomoko entró en el estrellato gracias a la película que hizo, The Lightning Spark of the Fuso Sea.

Pero nunca pensé que vería esa foto por aquí, tan lejos de la civilización. El General Rommel me pasó feliz un bolígrafo permanente, así que le firmé, más por resignación que por otra cosa. ¿Qué podía hacer? ¿Decir que no? Para mantener un poco de dignidad, se lo firmé en el idioma de Fuso.

“Dedícamelo, si quieres, Para el Teniente General Rommel,” pidió.

“De acuerdo,” le respondí con el menor entusiasmo que me fue posible.

Lo escribí con la escritura de Fuso y entonces se lo devolví al General Rommel, que lo aceptó con una sonrisa.

“Hum, no puedo leerlo.”

“Oh, que pena.”

“Bueno, está bien. Mi colección vuelve a aumentar. Bueno, Marseille, necesito que me firmes esta foto que acabo de conseguir,” Rommel se dirigió a Marseille, sólo para rechazar la petición en un momento.

“No, paso.”

Vi por el rabillo del ojo que al amigo de Rommel y Werner les hacía gracia la situación.

“Te daré hojas de roble para tu cruz de caballero.”

“Ya tengo.”

“Vamos, se buena.”

¡Oh, por favor, creced de una vez!

Entonces me di cuenta, las cosas debían ir muy lentas en el cuartel general si un general como él perdía el tiempo así.

Yo también, me estaba costando aguantarme para echarme a reír, pero entonces me di cuenta de que el General Rommel miraba triste su taza vacía. Le debía haber gustado el té, pero no se atrevía a pedirme más. Por el amor de los dioses…

De acuerdo. Le rellenaré su yunomi con té verde abrasador, y me aseguraré que está lleno hasta el borde. Creo que se le hace cuesta arriba esperar a que se enfríe.

Le serví.

Entonces Werner y los demás empezaron a pasarme los vasos vacíos.

“Vale, vale. Veré si hay algo que os pueda gustar más,” dije, y les llené los vasos con ginebra seca.

“No hay cerveza,” les recordé.

“La ginebra está bien.”

“Oh, perfecto pues,” mientras un pensamiento malvado cruzaba mi mente. Tenía un poco de vermut, pero si se contentan con ginebra, ¿por qué iba a preocuparme?

Ya ni me preocupé en intentar ocultar el disgusto y el desinterés que tenía por esta reunión. Pero entonces me di cuenta que Marseille me miraba directamente. Una ojeada a su vaso me hizo pensar que seguramente no pensaba en alcohol.

“¿Qué pasa?” le pregunté.

“La prosa de tu libro es bastante buena.”

Me pilló con la guardia baja. ¿Estaba pensando en mi libro?

Me alegré de sus palabras. Parecía que se empezaba a preocupar con la posibilidad de que todo eso me empezara a molestar.

Ai, ai, Marseille, a veces puedes ser una niña.

“Bueno, eso se lo puedes agradecer a la traducción de Mami. Originalmente estaba escrito con un estilo más franco y simple. Nunca podía haber imaginado que podría traducir un libro en la prosa de Karlsland y que sonara tan romántico y sofisticado.” “Es verdad. Me sentía como si estuviera escuchando una historia heroica de otra época.” Dijo Marseille.

“Me parece que a Mami le gusta este tipo de literatura, épica. He escuchado varios pasajes que he reconocido de otro lado.”

“Hum. Esto se debería publicar en Karlsland. Se vendería bastante bien.”

“¡Oh, no, MUCHAS GRACIAS, pero NOOOOOOO!”

Mi petición desbordante terminó con un pequeño gritito. La sonrisa juguetona de Marseille podría haberme matado en ese instante.

Recosté la cabeza sobre la mesa, pero pude ver a Raisa nerviosa hablando de algo con Mami. Pude entender “película” y “Batalla del Mar de Fuso,” así que deben estar hablando de The Lightning Spark of the Fuso Sea.

Me enteré de que la película se había estrenado en el extranjero, así que quizás Raisa la había visto.

“¿Y cómo es?” preguntó Marseille.

“¿Qué?” respondí, mi cabeza aún estaba sobre la mesa.

“No te hagas la tonta. Estoy hablando de la historia,” exigió Marseille.

Me levanté y la miré.

“¿Te refieres a lo que pasó en el libro?”

“¿Cuánto de lo que pone ahí es cierto?”

Empezaron a correr recuerdos amargos por mi mente. Actué como si estuviera pensando y calmándome.

“Fue… mucho peor. El Servicio Aéreo de la Armada estaba totalmente devastado y ya sólo volverlo a formar costó mucho.”

Una de las cejas de Marseille se levantó.

“¿Tan mal?”

“Sí,” respondí. “Muchos de nuestros buenos oficiales, especialmente aquellos que estaban en la vanguardia, fueron borrados del mapa. Por lo que pude saber, se hizo la película en parte porque necesitábamos reemplazos.”

Marseille seguía en silencio.

“Bueno, la película cumplió su cometido,” continuó. “Un montón de chicas jóvenes, como Mami, se unieron gracias a ella. Y los mandamases se preocuparon más sobre entrenar a nuevos reclutas,” intenté levantar un poco el ánimo, pero no parecía funcionar.

“Ya veo…” fueron las únicas palabras que salieron de la boca de Marseille.

Un silencio incómodo se apoderó de la sala por un momento.

“¡Ya te tengo!” grité y fotografié a Marseille antes de que pudiera reaccionar.

“Hey,” protestó. “Si haces una foto así, no saldré bien enfocada.”

“Jeje. De hecho, no estar del todo enfocada hace que sea más realista.”

“Ah, una nueva foto, ¿no? ¡Véndemela!” intervino Rommel.

“¡Ni hablar!” contestó Marseille.

La coordinación entre ellos fue perfecta. En el fondo, estos dos se deben llevar muy bien.

“Pero espera,” me dijo Marseille. “¿Quién te ha dado los derechos de vender las fotos sin mi permiso?”

“Bueno, la moral de las tropas aumenta drásticamente gracias a estas fotos,” contesté. “Y las ventas de las copias nos proporcionan fondos. Las tropas contentas te llenan de regalos de licor, haciéndote a ti más feliz. El revelador de fotos de Tobruk tiene mucho trabajo gracias a tus fotos. En esta situación ganamos todos.”

Mientras iba enumerando la lista, Merseille se sentó, mirándome con sus ojos bien abiertos. Nos miramos un buen rato hasta que aparté la mirada y empezamos a reír.

Nos reímos durante un rato, pero entonces Marseille asumió una expresión seria y me hizo una pregunta.

“¿Te puedo preguntar cómo fue realmente?”

“¿Eh?”

“Hum, bueno, si no quieres, no tienes porqué. Es sólo que, es que fue la primera donde, eh, los Striker Unit se utilizaron, así que…” Marseille hablaba a trompicones. Cosa rara viniendo de ella.

Verla en ese estado me hizo sonreír.

“Bueno, el libro tenía que pasar la censura, así que todo está en forma positiva. La verdad, parafraseando a alguien, sería de victoria inicial, un empate momentáneo y una derrota brutal al final.” Le dije a Marseille.

“Hum, una situación bastante desagradable.”

“Lo fue. Cuando empezó el conflicto, la Armada de Fuso, no, más bien todo Fuso, no tenía experiencia contra los Neuroi.”

“Pero estábamos igual cuando todo esto empezó. Hace veinte años desde la última vez que nosotros les atacamos.” Respondió Marseille.

“Sí, eso se trajo a coalición muchas veces. Oímos historias de nuestros instructores, pero todas, desde la líder del Sentai hasta la Witch más novata estaban bien entrenadas, bueno, aunque de hecho todas eran realmente amateurs. Lo que hizo las cosas ir a peor era nuestro equipamiento y las tácticas, aún estaban las dos en fase de prueba y error.” “Karlsland tenía la ventaja de haber estado envuelta en la batalla de Hispania.” Puntualizó Marseille. “Eso nos enseñó algunas cosas.”

“Había batallas por Europa entonces, ¿no? Pero por lo que decían, casi todo se centraba en combate terrestre.”

“Sí, he oído que las Witches aéreas al principio se concentraban en proveer soporte de fuego directo. No me había unido por ese entonces, así que mis conocimientos son escasos.”

“Hum, me pregunto si lo que me contaron sobre esos Neuroi voladores es cierto.” Dijo mientras dirigía la mirada hacia el General Rommel.

“Asintió y dijo, “Sí, es correcto. No estaba involucrado en la misión de Hispania, pero me contaron que la situación fue algo diferente a la vivida en la Gran Guerra.”

“Werner se unió a la conversación,” Bueno, todo parece haber cambiado, ¿no?”

Ahora todos miraban muy atentos y serios. Supongo que nadie quiere perderse el aprender algo sobre las misiones.

Nosotros, la Armada Imperial de Fuso, aprendimos bastantes cosas del conflicto. Francamente, se podría decir que todas las estrategias fueron reescritas a partir de esa batalla.

Se disminuyó el énfasis en esquivar, y se dio prioridad a las tácticas de atacar y correr usando armas pesadas.

Tomoko se centró en esquivar hasta el final, pero Takeko le puso más énfasis en la rapidez y el poder de ataque desde el principio.