Strike Witches ~Spanish~:Afrika5 Capitulo2

From Baka-Tsuki
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La primera vez que tuvimos noticias de los Kaii (paranomales), el término que usábamos antes para denominar a los Neuroi, fue en Julio de 1937 en el Mar de Fuso.

Pequeñas intervenciones de Kaii en Hispania sucedieron en 1936, despertando a las naciones de su pacífico letargo del que habían disfrutado durante poco tiempo, y empezaron a movilizar sus fuerzas.

Fuso consideró enviar fuerzas de apoyo a Hispania, pero al parecer la falta de efectivos hizo que todo se demorase. No sé mucho sobre que unidad enviaron, o incluso si al final enviaron a alguien.

Estábamos en la Escuela de Vuelo Akeno en esa época, pero entonces nos dijeron que nos transferían al primer Sentai o Grupo de Combate. Hicieron ese movimiento por enticipado, seríamos necesarias en combate al poco tiempo. Oír que mi nueva unidad iba a ser un grupo de élite que sólo estaba formado por la creme de la creme de las Witches de la Armada Imperial de Fuso, me hizo sentir orgullosa y muy feliz.

Parece ser que también les dijeron lo mismo a las Witches que formaban el décimo primer Grupo de Combate y al vigésimo cuarto Grupo de Combate.

Una vez que nos unimos al primer Grupo de Combate, empezó el entrenamiento extremadamente riguroso y nunca cesó. Despegábamos al amanecer, volábamos hasta que nos quedábamos sin combustible y entonces volvíamos a volar tan pronto como volvíamos a tener combustible y habíamos terminado de comer. Y así hasta el atardecer. Pensándolo ahora, ese duro entrenamiento seguramente es la razón por la que sobrevivimos al incidente. En cualquier caso, no importaba lo cansadas que estuviéramos, nos forzaban a comer, comida en abundancia. Era parte del régimen diario.

Entonces, un día de Julio, encontramos nuestra base sumida en un estado de pánico cuando volvimos del entrenamiento de vuelo. Nuestros camaradas de la Marina se habían encontrado y confrontado a los Kaii.

“¿La Marina?” Me pregunté.

“¿Por qué la Marina?” Takeko secundó mis pensamientos.

Nadie podía imaginarlo.

Entonces, Tomoko, que había aterrizado antes y se había informado, nos contó los pocos detalles que pudo conseguir. Supuestamente, algunos barcos de la Marina de Fuso que se encontraban en un ejercicio de entrenamiento en el Mar de Fuso se toparon con los Kaii que volaban directos a Fuso.

“¿Así que eran de tipo volador?” preguntó Takeko. Tomoko simplemente asintió.

“Me pregunto de dónde habrán venido,” apunté.

“Ni una pista,” fue la respuesta de Tomoko.

No sabía mucho más. Me imaginé que venían del continente, pero eso significaba problemas.

Mientras hablábamos de todo esto, Tomoko y yo ayudamos a Takeko a quitarse la unidad de energía que estaba intentando descargarse de la espalda. Yo ya me había quitado el mío, pero Tomoko fue al hangar antes que Takeko tuviera la oportunidad de hacer lo mismo.

Con el Tipo 91 de entrenamiento que usábamos, tenías que cargar la unidad de energía en la espalda y llevar las unidades voladoras en las piernas. La Marina había adoptado ya las nuevas unidades voladoras de las piernas desarrolladas por Miyabishi que no requerían unidades de energías a parte. Por lo que decían, tener los brazos libres realmente era un mundo de diferencia.

También escuché que la Armada también había adoptado nuevas unidades voladoras para nosotras las Witches, pero aún no las habíamos visto.

“Como me gustaría echarle el guante a las nuevas unidades,” remarqué.

“Sí, simplemente son unidades en las piernas, ¿no?” Tomoko respondió después de asentir.

“Los rumores dicen que la Nagashima Ki.27 fue implantada para el servicio,” Takeko compartió algo de información con nosotras.

Fue un poco sorprendente. Pensaba que habían adoptado una variante, o una versión mejorada de las unidades de la Marina.

“¿Entonces la nueva unidad no va a ser una Miyabishi?” preguntó Tomoko. Ella debía pensar lo mismo que yo.

“¡Hey, venga! ¡Tenéis órdenes de despegar!”

“¡¿Qué?!”

Mientras teníamos esa conversación, la Teniente Coronel Toshiko Etou, la líder del primer Grupo de Combate, entró en el hangar mientras se quitaba los guantes.

Después de unirnos al primer Sentai, había problemas con los nombres. Yo soy Keiko Katou (escrito con el Kanji de “este”) mientras que Takeko era Takeko

Katou (escrito con el Kanji de “glicinia”) y nuestra líder de Sentai era Etou, lo que significaba que éramos dos Katou y una Etou. La gente se quejaba de lo difícil que era diferenciar nuestros nombres, por lo que no tardaron mucho en llamarme “Higashi” y a Takeko “Fuji”.

“Líder, no sabíamos que habías vuelto a la base.”

Nos dijeron que la Coronel Etou estaría fuera unos días más mientras trabajaba en un programa de entrenamiento en el norte, con instrumentos de navegación aérea.

“¿Cómo voy a estar jugando con tonterías cuando tenemos monstruos de verdad?” dijo Etou, riendo escandalosamente, algo que ya me resultaba familiar en ella.

“Supongo que tiene razón,” dije.

“Y además, si tenemos que luchar, nosotras somos la primera unidad que debemos despegar.”

El razonamiento de mi líder de Sentai estaba basado en el entendimiento de que nosotras éramos supuestamente, una fuerza de élite de Witches aéreas de la Armada Imperial de Fuso que estaba equipada con tecnología puntera, pero yo me preguntaba…

“Por cierto, he podido conseguir con algunos modelos de producción de los nuevos Nueve-Siete cuando volvía hacia aquí. Venid conmigo,” dijo Etou mientras movía la mano con una sonrisa en la cara. La seguimos fuera del hangar como los patitos siguen a su madre, hasta donde había cuatro unidades voladoras de piernas. Eran nuevísimas, sólo la identificación de la nación estaba pintada. El sol y la luna de Fuso se podían ver perfectamente por encima de la superficie de metal plateado.

“¡Alaaa! ¡Así que estos son los Nueve-Siete de los que habíamos oído hablar!” Era Tomoko, que había empezado a toquetear la unidad. Incluso fregaba su cara contra el metal. Estaba sorprendida, por varias razones. Esas unidades habían estado bajo el sol durante un buen rato. Me preguntaba como es que no tenía quemaduras ya de tercer grado.

“Sólo las habían asignado al vigésimo cuarto Grupo de Combate, así que cogí los modelos de producción,” soltó Etou, riendo fuertemente.

Me preguntaba si habían aumentado la producción, pero más importante aún, quería volar con ellas.