Zero no Tsukaima - Spanish Versión: Volumen 10 Capítulo 1

From Baka-Tsuki
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Capítulo 1: El Ostland[edit]

"Huh..."

Louise dejó escapar un largo suspiro. Estaba en la cubierta del Ostland. Frente a sus ojos, comandados por Guiche y Malicorne, los estudiantes de la Academia de Magia causaban una conmoción.

Colbert estaba al centro del círculo. Previamente, ellos habían escuchado cómo él había muerto durante el ataque de un grupo de mercenarios de la armada de Albion. pero actualmente estaba vivo, y aparentemente, Kirche lo había llevado consigo de regreso a Germania.

Era un misterio por qué Kirche hizo eso. Louise inclinó la cabeza.

"Oh cielos, Louise. ¿Cómo está este barco que fabricó mi Jean?"

Su mano rodeó a Louise, y Kirche sonrió dulcemente.

Louise miró a las alas del Ostland que sobresalían de su cubierta. Eran unas alas enormes, alrededor de tres veces el largo de las alas de un barco normal. Usualmente, las alas construidas en un barco eran de madera, como el soporte, con una amplia vela. Pero este barco era diferente. Para lograr esa fuerza, en lugar de madera, enormes mástiles de acero fueron empleados. Alcanzando 100 metros de altura, estos perfectos mástiles de acero no pudieron ser producidos en Tristain.

A la mitad de las alas, había una recamara de motores con enormes propelas!!! Parecía como la 'máquina de vapor' de la que se enorgullecía Colbert. Aparentemente, era algo que habían hecho Colbert y la familia Zerbst usando la 'serpiente feliz' de hace algún tiempo como modelo. Por su apariencia externa, parecían como dos grandes y enormes cajas de acero con grandes chimeneas. Con la energía del vapor generado de la combustión de carbón y el agua hirviendo, estas enormes propelas giraban - este era su mecanismo.

Esas dos cosas eran producto de los mecánicos de Germania, quienes eran excelentes metalúrgicos.

"Es un gran barco."

Louise expresó sus pensamientos brevemente, y ...

"¡Fabricar el acero que pudiera ser empleado para construir esos largos y fuertes mástiles es imposible en Tristain! Louise, ¿lo entiendes? ¡Para conseguir que el diseño de mi Jean se volviera realidad, la tecnología del fuego de Germania es indispensable! ¡Fue como un encuentro predestinado entre el fuego de Zerbst y la Serpiente de Fuego! ¡En otras palabras, el fruto del amor!"

Desvergonzada, Kirche alisó su cabello. Disgustada con Kirche, quien ahora había atrapado a un profesor, llamándolo 'Mi Jean', Louise dijo,

"¿Así que ahora es un profesor? Realmente eres alguien que se enamora fácilmente, ¿eh?"

"Es mi personalidad el ser atraida por grandes caballeros. Sólo soy fiel a eso."

"Entonces ¿por qué hiciste algo como mentir acerca de su muerte y llevártelo?" Preguntó Louise. A sus palabras, Kirche mostró una mirada un poco solitaria. Aún así, sonrió inmediatamente.

"Hay muchas razones para los adultos. Razones complicadas."

Mientras agitaba su mano, se encaminó hacia Colbert.

Colbert estaba explicando el Ostland a sus estudiantes.

"Con la pontencia adquirida por el uso de esas enormes alas, el consumo de piedras de viento es minimizado, y este barco debería ser capaz de navegar una gran distancia... uwa!"

Repentinamente abrazado por kirche, Colbert dejó salir un grito. La risa escapó de los estudiantes. Saito estaba entre ellos. Se reía muy inocentemente.

Se que estás feliz de que esté aún vivo, pero... murmuró Louise.

Explica propiamente tu beso con la princesa.

Aún cuando fuí besada durante la caida, pensé, "Bueno, está bien...", el beso entre Saito y Henrietta era una relación poco común. Louise no pasó por alto la candente atmósfera entre los dos. Aún cuando cuestioné a Henrietta, aún no se si ese sentimiento era real o no... Louise declaró. ¡Oh no! Porque él detuvo a la armada de setenta mil tropas y se convirtió en el héroe de Tristain, parece que los ojos de Henrietta fueron eclipsados también.

¿Cómo reaccionará Saito a los sentimientos de la Reina? ¿Es Henrietta aún mejor que yo después de todo?

Louise recordó su beso. Henrietta y Saito eran como personajes de una novela, conteniendo algo ardiente en sus miradas. ¡Qué ojos! Parecía como si se hubieran dado cuenta de su repentino destino que había llegado hasta ellos sin darse cuenta.

Has dicho tantas veces que te gustaba mucho,y aún así ¡qué es estooooo~! Completamente agitada, ¡Pong! Louise pateó con fuerza el costado del barco.

"¿Está de mal humor, uh?"

Louise miró alrededor. y vio a Siesta de pié ahí, sosteniendo una charola.

"¿Por qué estás aquí?"

Con una voz parecida a un gruñido, dijo Louise. Actualmente, Siesta era la sirvienta exlusiva de Saito. Justo ahora, se suponía que ella estaría limpiando el cuarto.

"Ya que los estudiantes que se han reunido dijeron que querían tomar su desayuno en el barco. Los trabajadores que traían los almuerzos no son suficientes, así que también me llamaron. De cualquier forma, este es realmente un barco sorprendente, ¿cierto? Es la primera vez que veo un barco con alas tan largas."

Siesta no estaba enterada del incidente que involucraba el ataque de Louise por Myoznitnirn la noche anterior. Y parecía como si, del todo, no se diera cuenta que este gran barco, el Ostland, fuera construido por Colbert mientras vivía en Germania por alguna razón. Con una expresión inocente, su vista flotó alrededor de la cubierta hasta el mástil y las alas.

El desayuno que traía en la bandeja consistía en rebanadas de pan, jamón y vegatales - un desayuno ligero. Louise tomó uno de ellos, y comenzó a comerlo silenciosamente.

Siesta susurró cerca de los oidos de Louise.

"¿Fué Miss Valiére encontrada por Saito-san durante el baile?"

¡Ugh! El pan que estaba comiéndo se quedó atorado en su garganta. Con su reacción, Siesta entrecerró los ojos y susurró,

"Asiiiiiiii que ¿cual es el problema? Oh dios, oh dios, oh dios. Juzgando por su expresión, parece que no lo hizo, ¿eh? Si es así, gané la apuesta. Si gané, eso significa..."

La cara de Siesta brilló radiante.

"Así que podré usar a Saito-san por un día, ¿cierto? Y Miss Valiére, por favor diga que tiene cosas que hacer y salga del cuarto. ¡Estará bien! No voy a hacer nada extraño como Mis Valiére está pensando. Solo practicaré una obra, solo eso. Una novela con el título 'La Tarde de una sirvienta', solo practicaré una escena. Así..."

Sin embargo, Louise no respondió. Mientras temblaba, ella miraba intensamente a un punto.

"¿Está escuchándo? Miss..."

Siesta reconoció el objetivo de la mirada de Louise, y sus ojos saltaron.

"¿No es esa Su Majestad, la Reina?"

Tal como había dicho, llevando consigo algunso guardias, Henrietta se encaminaba hacia los estudiantes. Para poder asistir al Baile de Sleipnir, debía permanecer en la Academia de Magia. Se escuchaban saludos de entre los estudiantes que se amontonaban en la cubierta. Notando a Henrietta, quien había aparecido repentinamente, Colbert hizo una profunda reverencia.

"Un esplendido barco, ¿Cierto, señor?"

"Gracias."

Viendo la conversación entre Colbert y Henrietta, Siesta suspiró. La belleza de Henrietta, quien había sido descrita como "La Flor de Tristain", sobresalía por entre las otras damas nobles. La noble atmósfera envolvía incluso a Siesta, una plebeya, presionándola.

Sin embargo... a pesar de estar en esa posición, Henrietta aún tenía esa sensación amistosa. Usualmente, las damas nobles parecían ser siempre vanidosas y distantes. Aún así, Henrietta, quien reinaba en la cima, no hacía sentir a nadie así. ¿Sería porque no tenía rival?

"Es la primera vez que he visto a Su Majestad, la Reina, tan de cerca. Si mi familia en mi pueblo supiera de esto, definitivamente morirían de envidia..."

Aún así, Louise no respondió. Paralizada, su mirada estaba fíjamente dirigida hacia henrietta. ¿Qué diantres le pasa a Miss Valiére? Siesta incluso su cabeza. Eventualmente, su rostro se iluminó. La persona que le gustaba se abría camino entre la multitud.

"Saito-san..."

Con seguridad, era Saito, vistiendo la capa de Ondine. Aunque la figura de Guiche podía ser vista a su lado, los ojos de Siesta estaban sólo con Saito. Guiche se paró frente a Henrietta y reverenció elegantemente. Saito que estaba medio paso detrás siguió su ejemplo, reverenciando de una manera poco refinada para un caballero. La torpeza que se esperaba entre los plebeyos hizo latir aún más el corazón de Siesta.

"Su majestad, los preparativos de su carruaje están completos."

Con una respetuosa reverencia, dijo Guiche. Por su deleite en servir directamente a la reina que admiraba, mostraba una apariencia orgulloza nunca antes vista. La cual contrastaba directamente con Saito quien lucía apenado por alguna razón.

"Gracias por las molestias."

Ella dijo, y como si recompensara su trabajo, tendió su mano derecha. Ante esta acción, Guiche se congeló.

"¿Guiche-san?"

"Oi..."

Saito le tocó ligeramente. Por esto, Guiche calló a un lado. Sorprendida, Henrietta dió un paso atrás.

"¿Q-Qué ha sucedido?"

"Se desmayó."

Dijo Saito de forma lamentable, y los otros estudiantes reunidos estallaron en carcajadas. Parecía como si Guiche se hubiera emocionado excesivamente y hubiera perdido la conciencia.

"Bueno, entonces, en su lugar le expresaré mi gratitud al Asistente del Oficial Comandante."

Saito involuntariamente miró hacia el rostro de Henrietta, y se sonrojó. bajando su cabeza ligeramente.

Henrietta dijo en un tono ligeramente ansioso. A su alrededor, la tensión se extendió rápidamente. Aunque Saito es un Chevalier, aún era de origen plebeyo (la verdad es que era una persona de otro mundo). Previamente, a pesar de saber que se le permitía besar la mano de Su Majestad en Tristain, para él, hacerlo ahora delante de los ojos de todos, era algo que no podía imaginarse nunca, e hizo que se mareara.

Saito involuntariamente miró hacia el rostro de Henrietta, y se sonrojó. bajando su cabeza ligeramente. Los estudiantes nobles alrededor pensaban, ¿no estás un poco nervioso por besar la mano de la princesa? Pero ese hecho también se reflejó en los ojos de Siesta. Apretando sus ojos, miró a los rostros de la Reina y de Saito alternadamente.

"¿Eh ...?"

De la boca de Siesta, surgió un sonido de sorpresa. Como puede esperarse de una chica enamorada, Siesta no dejó pasar por alto el tenue sentimiento ardiente en los ojos de Henrietta, incluso aunque fue por un instante.

"¿C-Cómo puede ser? No me digas que... "

Imposible, mientras pensaba esto, se dio vuelta hacia Louise. Algo grave pasaba ahí también. Apretando sus puños fuertemente, con el rostro decaido, completamente rígida, murmuraba algo contínuamente.

"¿Miss? ¿Miss?"

Siesta rápidamente sacudió a Louise. De la boca de Louise, que estaba murmurando algo, se podían escuchar algo como maldiciones.

"Pensar que eres un perro, lo que estás pensando es imposible, no hay nada más terrible que esto, es Princesa-sama, es Princesa-sama, no hay nada menos honorable que esto, no es en serio verdad, estas bromeando verdad, no sabes lo que es esta sensacion, un imperdonable perro es realmente imperdonable, aun así ¿la Princesa y Tú? Qué gracioso..."

"¡Miss! ¡Miss!"

Palideciendo, Siesta sacudió a Louise más fuerte.

"¿Qué?"

"... ¡Eso! Eso, ¿¡qué significa!?"

Mientras susurraba suavemente, Siesta señaló a Henrietta y Saito.

"Ya sea que signifique eso o aquello, lo que ves es verdad."

Siesta cayó al suelo abatida.

"No puedo creerlo."

Parecía que Henrietta había notado a Louise. Mostrando una sonrisa careciente de cualquier mala intención, se acercó a ella.

Tras ella, con expresión de haber hecho algo malo, Saito vino también. Guiche, que había venido también, estaba con ellos. Louise volvió su espalda de frente a Saito, y saludó torpemente a Henrietta.

"Vuelvo al palacio tras esto... pero antes me gustaría desayunar contigo. ¿Esta bien?"

"Esté bien o no, no hay objeciones. Sólo cumplo los deseos de Su Majestad."

Henrietta rio dulcemente, tras lo cual dio vuelta hacia Saito.

"¿También gustas acompañarnos?"

"Eso, eso es... ¡Encantado! ¡Si!" Respondió Guiche, completamente rígido. Si Montmorency estuviera presente en ese momento, definitivamente no habría tenido dudas en castigarlo mágicamente.

Saito, sin embargo, meneó la cabeza disculpándose.

"Lo siento... me temo que tengo algunas cosas que hacer por el momento."

De los estudiantes que observaban la escena atentamente, se dejaron escuchar voces sorprendidas. Generalmente, era inimaginable que alguien rechazara la invitación de una Reina. Especialmente un desayuno con la Reina, un privilegio que no podía obtenerse incluso si los nobles lo desearan.

Henrietta mostro un aspecto aparentemente solitario por un momento, pero lo cambió por una sonrisa inmediatamente.

"Está bien. Tras convertirte en caballero, debes estar muy ocupado con varias cosas." La Reina y los invitados a desayunar bajaron del Ostland sucesivamente. Guiche, Louise, Henrietta... Sintiendo que la ayuda de una mesera sería necesaria, Siesta fue tras de Louise también.

Tras esto, Saito, que fue dejado detrás, se encaminó hacia Kirche y Colbert.

La gente alrededor de ambos hasta hace un momento no podían asistir también al desayuno, pero aún así siguieron a los invitados de la Reina. Gracias a eso, Colbert fue liberado con dificultad.

"¿Qué es lo que pasa, Saito? ¿Por qué rechazaste la invitación de la reina? ¿No serás muy orgulloso?"

"Tengo algo que quisiera preguntar."

"Si, si. Yo tambien tengo algo que quisiera preguntar. ¿Quienes eran los que los atacaron anoche? ¿Qué fue eso?"

"En realidad no se nada de ellos."

"¿Cómo es eso? después de todo, ¿qué le pasó a Tabitha? Estubo con ustedes anoche, pero hoy no la he visto para nada..."

"La persona a quien quiero preguntar es Tabitha."



Saito le dijo a Kirche lo ocurrido la noche anterior.

Louise fue atacada por una dama misteriosa que dijo llamarse "Myoznitnirn", y fue consecuentemente raptada. Él había tratado de salvarla solo, y de algún modo Tabitha comenzó a atacarlo.

"¿De verdad?"

Los ojos de Kirche se sobresaltaron.

"Si. Pero no pude herirla. Cuando me di cuenta, había apuntado la punta de mi espada lejos de ella. Aunque recibí un golpe en mi estómago, ella no pudo apuntarme a mis puntos débiles, así que no fue una herida fatal."

Saito se quitó la camisa y les mostro la herida que Tabitha le había causado la noche anterior. Gracias a los usuarios de Agua en los Caballeros de Ondine, la herida se había cerrado... pero aún había rastros dejados por los encantamientos "Javalina".

"No sé por qué cambió de parecer... pero tras eso, ella atacó a "esa" hasta entonces aliada suya. Así, montamos juntos a Sylphid, fuimos tras el enemigo que se llevaba a Louise, y fuimos rescatados por el profesor."

Kirche pareció reflexionarlo... y volteó su cara con rapidez. Y entonces, comenzó a correr.

"Kirche, ¿a donde vas?"

Saito y colbert intercambiaron miradas, y siguieron a Kirche.

El destino de kirche era la habitación de Tabitha en la torre de dormitorios.

Sin embargo, era una concha vacía. La figura de Tabitha no podía verse. Kirche cruzó los brazos, y comenzó a reflexionar. Tras eso, preguntó a Saito, con mirada seria,

"Esa niña, ¿cuándo regresó a la academia?"

"Umm... hace diez días, creo."

Kirche frunció el ceño.

"Demonios... tratándose de esa niña, ella no dijo absolutamente nada. Realmente sospechoso, ¿huh?"

"¿Qué quieres decir?"

"Esa chica fue conmigo hasta Germania, pero... tras confirmar la seguridad de Jean, ella dijo 'Regreso', y en verdad regresó."

"¡Oi, oi! ¡Pero ella regresó hace sólo diez días!"

"¡Es por eso! Durante ese periodo, debio de haber recibido alguna 'misión' de nuevo. Demonios...."

"¿Qué quieres decir con 'misión'? ¿No es una persona tranquila? Oh sí, ella lo dijo... 'te diré las razones tras la pelea.' ¡Hey, Kirche! ¡Dímelo!"

Nnnnn~ Kirche puso su mano en la frente.

"Bueno... es inevitable que este hecho se les ocultara por tanto tiempo. ¿Sabes que proviene de Galia?"

Saito asintió. Lo había escuchado directamente de Tabitha durante su invitación para unirse al Cuerpo de Caballeros.

"No es solo una noble normal. Esa chica es de la realeza de Galia."

"¡¿Ha?! ¿Realeza?"

"Es verdad."

Kirche le explicó a Saito. La triste historia de Tabitha estudiando en la Academia de Magia de Tristain...

El joven hermano del rey, el Duke de Orléans, era el padre de Tabitha, fue asesinado por gente de su Tio. Para proteger a Tabitha, su madre bebió veneno, enloqueciendo."

Entonces, Tabitha fue enviada a Tristain a estudiar, como si deshicieran de ella...

"Pero, ¿Qué es lo que la familia real de Galia no permite...?"

Kirche mordió sus labios. En su generalmente juguetona apariencia, como si hubiera sido hecha para recolectar esas finas líneas, una rabia feroz podía verse en su rostro.

"Mientras la trataban tan mal, pasaron incidentes problemáticos, forzando a esa chica."

"...¿incidentes problemáticos?"

"¿Aún recuerdas el incidente del lago Ragdorian?"

Saito recordó el incidente en el hermoso lago Ragdorian. Recuerdos deprimentes fueron revividos. La muerte de Wales... las lágrimas de Henrietta. Y, la promesa con el espíritu del agua...

Había olvidado lo del anillo... Tras murmurar eso, Saito levantó la cara.

"Si, lo recuerdo. La pelea con ustedes dos."

"Esa también fue la orden de la famila real de Galia."

"Entonces, los que nos atacaron ayer..."

"Es también más parecido a una orden de la familia real de Galia."

La ira surgió en el rostro de Saito.

"¡Imperdonable!"

"Antes que eso, ¿No deberíamos preocuparnos primero por Miss Tabitha?"

Colbert, quien hasta entonces había estado escuchando silenciosamente sus palabras, frunció el ceño seriamente y habló.

"No está en su habitación, ¿podría significar que fue raptada...?"

Dijo Saito, igualmente preocupado. Pero Kirche meneo la cabeza.

"Esa niña no es tan estúpida para ser atrapada. Debió haberse escondido, creo. No se preocupen. Esa niña es así."

"Pero aún así..."

"Eventualmente se pondrá en contacto con nosotros, pienso yo. Es mejor que no nos movamos. Creamos en ella y esperemos."

Mirando fuera de la ventana, Kirche dijo. Saito estaba conmovido por la completa fe en su corazón.

"¿Está bien decirle a Louise?"

Preguntó Saito, y Kirche asintió.

"Es mejor decírselo. Esa niña también está involucrada. Realmente la respeto, ser un usuario legendario... Esa Valiére porta una muy pesada responsabilidad. 'Vacío', ¿huh? Rayos..."

"¿¡Tu lo sabías!?"

Con voz sorprendida, Saito gritó.

"En esa ocasión, cuando ese atractivo príncipe de Albion fue revivido y raptó a la Princesa-sama, ¿no lo dijiste tu mismo? 'Solo estoy imitando a la leyenda.' Pero ese encantamiento que Luise invocó para anular la magia empleada para revivir a los muertos... no era de los Cuatro Elementos de la Magia. Legendario.... y una magia no de los Cuatro Elementos. ¿No es eso 'Vacio'...? Pero viendo como reaccionas, parece que es verdad."

Kirche entornó los ojos, y sonrió.


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Mientras eso ocurría, la reina y sus invitados tomaban su desayuno en la habitación de louise. Aunque el personal de la academia con el Viejo Osman como su lider sugirieron usar el comedor, Henrietta se reusó diciendo, "Es un asunto personal."

Con eso, una gran mesa fue preparada rápidamente en la habitación de Louise, y sillas especialmente para el desayuno de la reina fueron dispuestas.

A la mesa lista, en el asiento de honor de espaldas a la ventana, se sentó Henrietta; a su derecha estaba Louise, seguida por Guiche. como mesera, Siesta permanecía detrás, mostrando una expresión nerviosa. Algo como servirle a la reina era algo que nunca hubiera soñado. Siesta lanzaba rápidas miradas al rostro de Henrietta ocasionalmente.

Recordando la ardiente mirada que Henrietta había lanzado a Saito hace unos momentos, giró los ojos. Por lo visto, incluso ahora no podía creerlo.

Aunque pensaba que Henrietta escuchaba las palabras de Guiche, aparentemente disfrutándolas, Henrietta lanzaba una ocasional y rápida mirada fuera de la ventana, dejando escapar nostálgicos suspiros.

Por esa apariencia, ¿no parece el afecto de Henrietta demasiado profundo? La sospecha se agitaba en el corazón de Luise.

La noche de ayer, accidentalmente pasé mi límite y la golpeé.. porque no estaba segura si los sentimientos de Henrietta eran reales o no. Estaba tan angustiada, hasta el punto en que pensé que no podía hacer otra cosa que golpearla. Aún así, ¿y si ese no fuera el caso?

¿Y si los sentimientos de Henrietta fueran verdaderos?

¿Qué debería hacer?

Para Louise, quien desde pequeña había creido que "Seguir la voluntad de Henrietta es un deber", pensar en eso le ponía la mente en blanco. Su cerebro se reusaba a pensar en esas cosas.

Preocupada de tal forma, se dio cuenta de las cosas mezcladas en su alimento. El guiso era carne de ave envuelta en una perfecta cubierta de pan crujiente, pero cuando la cortó con un chuchillo, una pieza de papel apareció rápidamente.

"Por favor, confirme lo que no puedo creer hasta ahora."

Se dio la vuelta, y vio a siesta parada detrás con una expresión nerviosa. Aparentemente, la que había preparado la nota era esta sirvienta. Louise dejó salir un suspiro. Probablemente quería saber mejor si los sentimientos de Henrietta eran serios o no. "No lo entiendo", Louise murmuró suavemente.

Tras su silencio, el monólogo de ahora, ¿Princesa-sama pudo escucharlo? Se puso ansiosa. Secretamente, lanzó una rápida mirada al rostro de la reina. Henrietta estaba feliz, pero su mente se encontraba en otro lado. Y Guiche miraba la melancólica expresión de Henrietta, como si estuviera en un sueño.

Incontrolablemente inquieta, como si urgiera a Louise, Siesta accidentalmente golpeó su espalda. Cuando eso ocurría, Louise siempre daba vuelta. Siesta era tan obstinada, y Louise se puso de pie.

"¡Auch!"

Siesta saltó.

"¿Qué ocurre?"

Con una mirada sorprendida, Henrieta miró a Louise y Siesta.

"¡N-nada realmente!"

Louise arrugó la nota que escribió Siesta, y la puso en su bolsillo. Tras de lo cual, ¡clang!, Siesta tiró su bandeja.

Cuando Henrietta, que estaba pensando que la sirvienta traía algo entre manos, la miró, Siesta, pretendiendo tomar la bandeja, se metió bajo la mesa, subió el mantel, y mostró la cabeza entre las piernas de Louise.

Sus labios se movieron lentamente.

"C-o-n-f-í-r-m-e-l-o p-o-r f-a-v-o-r"

Louise cerró sus muslos atrapando las mejillas de Siesta.

"Ugh, uh, ug, uhh, uughh..."

La atención de Henrietta volvió de nuevo a Louise.

"¿Pasa algo malo?"

Preguntó, usando un tono como si no se hubiera dado cuenta de la desaparición de la sirvienta.

"Re-realmente, todo está bien..." Mientras apretaba la cara de siesta con sus muslos, Louise comenzó a sudar en frio.

Una vez más, Henrietta miró nostálgicamente fuera de la ventana. A primera vista, ella apenas había tocado su comida. ¡Ah!, Henrietta luce profundamente enamorada. Louise exhaló un profundo suspiro.

Bien, entonces... ¿qué pasa con Saito? Cuando sus labios se encontraron con los de Henrietta, la expresión de Saito se iluminó. Sus miradas fueron... fervorosas... Si él me mirara con la misma expresión o no, ahora mismo no tengo tanta confianza. ¿Y si Saito prefiere a Princesa-sama sobre mí...?

Louise sintió crecer su ira.

Hey, Louise Françoise.

¿No lo captas?

Ese perro ha dicho 'te amo, te amo', aún así ha traicionado a su maestro, y movido su cola ante otras chicas.

Aún más importante, esa persona es princesa-sama.

De todas ellas, esta persona es mi muy apreciada Henrietta, Su Majestad La Reina.

¡Esto es tra-tra-tra-traición!

Ahora que lo pienso, ¿no fui engañada por un beso?

Sea por esto o aquello, se había vuelto aún más irritable. Accidentalmente, apretó aún más la cara de Siesta con sus muslos, tras lo cual Siesta dejo salir un agonizante quejido.

"Mi-Miss... Ah... eso duele..."

En ese instante,

La puerta se abrió, y un Saito de apariencia muy seria entró.

"Saito."

"Saito-dono"

"Saito-san"

Con diferentes expresiones de bienvenida debido a sus posiciones sociales, las tres chicas saludaron al repentino huesped.

Con ojos furiosos Louise miró a Saito.

Apareciendo de debajo de la mesa, con el ansia y la soledad mezcladas, Siesta lo saludó con un rostro de apariencia algo complicada. Los sentimientos de las dos damas que se exhaltaban más allá de las nubes.... hacia Saito, que los había obtenido , sintiendo tanto orgullo como incredulidad... y tambien que la distancia los separaba aún más.

"¿Pasa algo malo? ¿No tenías cosas que hacer?"

En esta situación, la única persona que no le dio la bienvenida a la intromisión de Saito, Guiche, habló. Finalmente había conseguido almorzar con Su Majestad La Reina, solo para que Saito rompiera la atmósfera.

Ignorando a Guiche, Saito reverenció a Henrietta una vez.

"Princesa-sama."

"¿Qué ocurre?"

Tomada por sorpresa, incluso ahora, las mejillas de Henrietta se ruborizaron ligeramente, aunque fue a un punto casi imperceptible aparte de Louise y Siesta... Henrietta sintió el temblor de su corazón, y apretó sus labios fuertemente en una linea recta.

Sin embargo, a las siguientes palabras de Saito, el rubor de Henrietta desapareció de sus mejillas, palideciendo instantaneamente.

"Conozco la identidad de los atacantes de Louise."

"¿¡Qué!?"

Todos en el cuarto abrieron los ojos ampliamente.


---


Saito transmitió las palabras que escuchó de Kirche hace algún tiempo a todos en la habitación. Para las partes con insuficiente explicación, Kirche y Colbert, quienes también habían venido con Saito, proveyeron suficiente claridad.

"¿Como puede ser posible? Gallia..."

Como si mostrara su descontento, Henrietta meneó la cabeza.

"Pero indiscutiblemente, esto parece algo que haría Galia. Así que tenemos que..."

Dolorosamente, Saito agregó.

"Porque no hay forma de que Tabitha pudiera atacarme."

"Esa chica atravesó por muy duros momentos también..." Kirche meneó la cabeza.

Henrietta estaba pálida. Las palabras del Primer Ministro Mazarín sonaron nuevamente en su cabeza.

"Debemos tener cuidado de la actitud de Galia".

La razón por la que Galia estaba satisfecha con solo un puerto durante la división de tierras en Albion, se entendía ahora. El verdadero objetivo era el 'Vacío', la habilidad legendaria.

Ella ignoraba lo que galia planeaba hacer cuando obtuviera el poder del 'Vacío'. ¿Era este un plan del Rey Joseph? ¿O era el dogma de algunos nobles influyentes...? De cualquier forma, era indudablemente un mal plan.

Con rabia en los ojos, Saito dijo a Henrietta.

"Princesa-sama. Por favor permítame ir a Gallia."

"Saito."

Louise trató de reprenderlo, pero Saito continuó sus palabras sin escucharla.

"No se quien hizo esto ni de donde son, y aún están esas personas que le hicieron cosas crueles a Tabitha, secuestraron a Louise, y trataron de matarme, ¿cierto? ¡Los encontraré, y les enseñaré a nunca jamás pensar en repetir tales cosas.!

Guiche dejo salir una voz asombrada.

"¿¡Embarcarte en un viaje a Gallia!? ¡Oi, oi, esto podría volverse una guerra!"

"¿¡Qué es esto, Guiche!? ¿Eres el Oficial Comandante, cierto? El Asistente del Oficial Comandante ha sido herido, ¿No quieres ir y cobrar venganza?"

Desilusionado, Saito dijo.

"Bueno, cobrar venganza es, uhh, no lo rechazo pero... la otra parte es un país extranjero. Cuando nosotros, el cuerpo de Caballeros, vayamos ahí, no va a ser tan fácil arreglarlo solo peleando."

A estas palabras de Guiche, Henrietta asintió también.

"Saito-dono, entiendo como te sientes... pero lo que Ghuiche-dono dijo es verdad. Ahora eres un caballero de Tristain. Esto parece como una trampa en la que caerás con facilidad."

"Pero..."

Sintiéndose frustrado, Saito se mordió los labios.

"Por el momento, por favor déjenmelo a mi. Me pregunto si tendremos algo que sirva como evidencia..."

"Hay fragmentos de las gárgolas."

Louise alargó sus manos. Era un fragmento de la gárgola que había atacado a Saito y a ella la última noche. Era algo que había rescatado de los jardines de la academia y los alrededores.

"Correcto. Si conseguimos una prueba de que esto fue hecho en Galia, llamaré al embajador y protestaré enérgicamente."

"¿Cómo puede ser? ¡Y he conseguido la verdadera identidad del enemigo con tantos problemas!"

Saito aún persistía. Henrietta tomó las manos de Saito fuertemente.

"Por favor. No quiero que ninguno de ustedes experimente algo peligroso. La persona que alguien más valora... No podría mirar a esa persona herida nuevamente. Cuando entiendas eso, verás que esta nación en su totalidad está protegiendolos de Galia, que está conspirando planes malignos."

Como si fuera golpeado en el corazón por las palabras de Henrietta, Guiche se arrodilló reverencialmente.

"Su Alteza... he consagrado mi propia vida a Su Alteza. La amiga de la infancia de su Alteza, Miss louise, es tambien lo mismo. Incluso si tengo que arriesgar mi vida, no permitiré que el enemigo ponga un dedo sobre ninguna de ustedes."

"Muchas gracias, Guiche-dono."

Henrietta sonrió, tras de lo cual se volvió nuevamente hacia Saito.

"Por favor promételo también. Por ningún motivo, nunca hagas algo tan peligroso."

Había algo solemne mezclado en su voz.

Saito notó que los ojos de Henrietta estaban ligeramente húmedos. ¡No pongas atención en eso!... murmuró Saito en sus pensamientos.

Él miró a los ojos de Henrietta que estaban a punto de desbordarse en lágrimas... y sintió como si debiera estar a su lado para protegerla, y que debía hacer lo que ella dijo. Y pensar que había pensado en ir tras los atacantes de Louise tras haber claramente identificado la verdadera identidad del enemigo.

Su ardiente fervor fue bañado con agua fria. Saito apretó los dientes con fuerza. Como pidiendo ayuda, miró a Louise... Louise infló sus mejillas, y evitó los ojos de Saito.

Parece como si siguiera muy enfadada con lo ocurrido la última noche. Bueno, era comprensible, ya que había atestiguado el toque de los labios entre Henrietta, la que adoraba, y yo, su familiar.

Pero... ¿tiene Louise algún derecho de estar enojada conmigo?

El corazón de Saito negó con fuerza. No, no del todo.

Saito le había dicho que le gustaba muchísimo, y aún así Louise nunca había dicho "me gustas" ni una vez. Él le había dicho que le gustaba tantas veces, incluso si hubo una ocasión en la que había mentido, pero aún así estaba bien.

Como lo pensaba, en Albion, cuando dijo 'Recompensa', ¿Realmente lo penso? Saito estaba herido. Una dulce carnada para retenerme, su familiar, para ella misma...

¿Dónde está esa dulce carnada? 'Mirar el cuerpo de Louise que tiene tan pocos atractivos, susurró Saito en su corazón.

Dulce anzuelo, huh... Mientras pensaba al respecto, notó a Henrietta quien estaba frente a sus ojos. Cubierto por su vestido, el cuerpo de Henrietta era rico en atractivas curvas femeninas. Aunque no llegaba al punto del de tiffania, su escote dejaba flotar a la vista un poco de sus suficientemente grandes pechos. El sentimiento de ese escote aún permanecía en sus manos.

Al mismo tiempo, Saito recordó el beso, y sus mejillas enrojecieron.

Su usual expresión firme... y su expresión estática cuando buscaba chicas, esas debilidades se convirtieron en la parte principal de su atractivo, devorándolo.

Al respecto... Sin importar como, el corazón de Saito lo confundió. Amo a Louise. Esa verdad es supuestamente inquebrantable... Accidentalmente, la cara de Henrietta flotó en su mente.

Al perder a alguien que amas, ¿no sientes soledad únicamente?

Si lo piensas con calma, ese es el caso.

Aún así... ¿y si, y si ese no fuera el caso?

¿Como pudo su corazón cambiar en ese momento? Incluso si ella no lo sabe. Pero... hay una sola cosa de la que estoy seguro.

Nadie conoce a la verdadera Henrietta

No existe alguien que conozca el verdadero ser de esta joven reina con su firmeza rota.

Nadie conoce su verdadera y extremadamente debil naturaleza de jovencita.

Incluso tratándose de Louise... ella probablemente también no la conozca.

La verdadera Henrietta es simplemente una chica ordinaria vestida con muchas capas de chiffón caro. Si ella besa, se ruborizará; si abraza, esconderá el rostro en el pecho de la otra persona. Su busto y sus mejillas, ambos son suaves, es una fragil dama.

Más, quiero ver más de su rostro anterior. Su rostro antes del beso, ¿Cómo luce? Tal pensamiento pasó rápidamente por su mente, pero Saito meneó la cabeza.

De alguna forma, pensó que eso estaba muy malo.

Pero permanecía, esta conciencia de culpabilidad era también por causa del encanto de Henrietta. Aunque sentía que estaba mal, seguía sumergido en él, esta reina poseía tal encanto. Sentía que si seguía mirándola, permanecería a su lado. Saito alejó sus ojos.


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De pie en un lugar ligeramente alejado, con ojos frios, Louise y Siesta miraban intensamente a Saito y Henrietta, quienes tenían sus cabezas agachadas. Siesta porlo visto se sentia sobrepasada por los celos.

"P-para ganarse el corazón de Su Majestad La Reina, como pensaba, Saito-san es increible..."

Siesta dijo esas cosas por su fascinación, y Louise le dió un pisotón.

"¡Hyaaa!"

"No digas cosas innecesarias."

"Pero, el rostro de Su Majestad La Reina... esa es la expresión de alguien enamorada. Incluso yo, como chica, estoy fascinada con su encanto. Estoy involuntariamente cautivada... ¡Ouch!"

Siesta fue pellizcada por Louise en su mejilla, y chilló.

"Princesa-sama está solo confundida."

"¿Confundida...?"

"Es verdad. Los patos recien nacidos adoptarán la primera cosa que vean como su padre."

"Interesantes palabras."

"Princesa-sama es lo mismo. Cuando perdió a Wales-sama y se deprimió, por coincidencia conoció a este perro, eso solamente eso. Por ello, por todos los medios debo salvar a la Princesa-sama de las manos de ese perro PERVERTIDO ."

"Usted no es franca, huh... si honestamente dijera que no quiere que se lo quiten, Mis Valliére sería un poco mas linda... ¡Ouch!"

Siesta fue pellizcada más fuerte en la mejilla por Louise.

"¿No lo captas? Ese perro, tras ser besado, será malo y desobediente. Esa vez que estabamos en el bote, tras tocar mi trasero, y con esos movimientos de sus manos, él incluso me a-a-a-a-a-acarició toda. Cuando lo imagino haciendo eso a Princesa-sama, de alguna forma es imperdonable. Nunca le permitiré contaminar a mi Princesa-sama. Si de algún modo, la llega a contaminar, ese dia será el día en que morirá."

"¿Movimiento de manos? Aún lo recuerdo bien... ¡Hyaaa!"

El final fue, que Louise pellizcó el trasero de Siesta. ¡Hyaah! ¡Aagghh! mientras gruñia, Siesta saltó en el aire, pero Saito y Henrietta estaban concentrados en su propio mundo, y no la notaron. El siempre jubiloso Guiche malentendió el rostro furiosamente sonrojado de Henrietta como una respuesta a su lealtad, y, sobrecogido por la emoción, se había desmayado hace algún tiempo.

Kirche se recargó coquetamente contra Colbert y dijo.

"Esto es realmente pacífico, ¿cieeeerto, Jean?"

Mirando la escena frente a él con el rostro preocupado, Colbert sudaba.

"Oh, bueno, despues de todo, es un breve descanso. ¿No es eso algo bueno? A propósito, Miss Zerbst, umm... ¿podría por favor no usar el nombre 'Jean'?"

Sonriendo dulcemente, Kirche besó a Colbert en la mejilla.

"N.O. Y si, ya te he dicho muchas veces. Sólo llámame 'Kirche'."


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