Zero no Tsukaima Español:El reino de la magia

From Baka-Tsuki
Jump to navigation Jump to search

Yo Soy un Familiar[edit]

–¿Quién eres tú?– preguntó la chica mientras miraba con detenimiento a Saito, con el cielo de color azul claro detrás de ella.

Parecía tener la misma edad que él. Debajo de una capa negra vestía una blusa blanca y una falda de color negra. La muchacha se arrodilló y miró sorprendida a la cara de Saito.

Su cara... Es preciosa.

Sus ojos rojizos bailaban dulcemente en su piel blanca y lisa, su pelo era de un color fresa.

Tiene rasgos de extranjera. No, ella "debe" ser una extranjera. Una muy linda extranjera con una cara como de muñeca. ¿Será mitad japonesa?

Hmmm… Pero eso que lleva debe de ser el uniforme de alguna escuela, ¿no? Aunque no sé cual.

Durante todo este tiempo, Saito estuvo acostado en la hierba, mirando hacia el cielo. Aunque no esta seguro en como había llegado allí. Levantó la cabeza y observó a su alrededor. Se percató de que mucha gente lo estaban mirando con curiosidad. Todas ellos llevaban capas negras. Más allá, tras el infinito campo verde, consiguió divisar un castillo enorme, hecho de piedra, muy parecido a los de las fotografías que salen en los reportajes de viajes en Europa.

Esto es como si fuese una fantasía. Mi cabeza… Me esta matando.

Saito sacudió su cabeza, y le respondió:

-¿Qué quien soy…? Soy Hiraga Saito.

-¿De dónde eres, plebeyo?

¿Plebeyo? ¿A qué que ella se refiere con eso?

Todas personas a su alrededor tenían una especie de palo en sus manos y llevaban el mismo uniforme que el de esa chica.

¿Será una escuela americana o algo así?

-Louise, ¿qué intentas hacer, invocando a un plebeyo con ‘Summon servant’?- preguntó alguien, y todos, excepto la muchacha, comenzaron a reír.

-Yo… ¡Yo sólo he cometido un pequeño error!- ella lo dijo con una voz suave y refinada, que cruzo el aire como si fuese una campana.

-¿A qué error te refieres? Nada fuera de lo común a pasado.

-¡Por supuesto! ¡No es en vano que eres Louise la Zero! - gritó alguien, y todos volvieron a reír a carcajadas.

Parece que se refieren a la chica de antes, se llamaba… Louise. De todas maneras, esto no es ninguna escuela americana. Uno nunca podría ver ese tipo de edificios en ningún lado. ¿Será algún tipo de película? ¿Estarán filmando?

Todas estas dudas asaltaron de repente a la cabeza de Saito.

No, esto es demasiado grande para una película. ¿Desde cuándo existe este tipo de paisaje en Japón?

“Puede que sea un parque nuevo. ¿Pero entonces qué hacía yo durmiendo en un sitio así?”

-¡Señor Colbert! – gritó la chica llamada Louise.

El gentío se apartó, revelando a un hombre de mediana edad. Saito pensó que era algo gracioso, por que el hombre se veía ridículo. Llevaba una vara enorme e iba cubierto con un traje negro.

¿Que estará haciendo? Va vestido como un mago. ¿Estará loco? Ya está, lo tengo, esto tiene que ser una reunión de disfraces. Aunque no parece tener ese tipo de ambiente.

De repente, a Saito se le pasó por la cabeza una idea escalofriante. ¿Qué hago si esto resulta ser una secta religiosa? Es posible. Quizás, ellos me durmieron de alguna manera y me trajeron acá mientras daba un paseo por la ciudad. Ese espejo pudo haber sido una trampa. Si no, no tengo otra explicación.”

Saito pensó que lo más recomendable era quedarse callado hasta entender qué era lo que estaba pasando. La chica, a la que llamaron Louise, estaba en pánico, rogando rehacer algo mientras agitaba los brazos frenéticamente.

Me da pena la pobre, estar en esta extraña secta religiosa, siendo tan guapa.

-¿Qué es lo que quiere, Señorita Vallière?

-¡Por favor! ¡Déjeme intentar la invocación una vez más!

¿Invocación? ¿Qué es eso? Creo que ya estuvieron hablando sobre eso antes.

El señor Colbert, el que usaba el traje negro, meneó la cabeza de un lado a otro. -No puedo permitir eso, señorita Vallière.

-Pero, ¿Porqué no?

-Está estrictamente prohibido. Cuando te haces estudiante de segundo año, tienes que invocar a tu familiar, que es lo que acabas de hacer.

¿Un familiar? ¿Qué es eso?

-Tu especialidad elemental es decidida por el familiar que invocas. Eso te permite avanzar a los cursos especializados de dicho elemento. No se puede cambiar de familiar una vez que es convocado, ya que el convocar un familiar en la Invocación de Familiares de Primavera es un rito sagrado. No importa que te guste o no, no tienes mas elección que aceptarlo.

-¡Pero… nunca había oído hablar de alguien que tuviera un plebeyo como familiar! Cuando Louise dijo eso, todo el mundo empezó a reírse. Louise los miro mal, pero las risas no pararon.

¿Invocación de Familiares de Primavera? ¿Qué es eso? No entiendo nada. ¿De qué están hablando? ¿Cómo he llegado hasta acá? Tiene que ser una de esas Nuevas Religiones.

Lo mas seguro para mi es, en cuanto se me presente la oportunidad, largarme de aquí. Pero en serio, ¿adónde estoy? ¿Me llevaron a un país extranjero?

¡Un secuestro! ¡Me han secuestrado! Estoy en un gran aprieto, pensó Saito.

-Esto es una tradición, señorita Vallière. Y no puedo permitir excepciones; él – el mago disfrazado, de mediana edad señaló hacia Saito, - puede que sea un plebeyo, pero mientras haya sido convocado por ti, va a tener que ser tu familiar. Nunca antes en la historia a sido convocado un humano como familiar, pero la regla de la Invocación de Familiares de Primavera tiene preferencia sobre todas las otras reglas. En otras palabras, no hay vuelta atrás: el tiene que ser tu nuevo familiar.

-Esto debe ser una broma…- Louise dejo caer sus hombros en su decepción.

-Bien, entonces, que continúe la ceremonia.

-¿Con ÉL?

-Sí, con él. Date prisa. La próxima clase está a punto de comenzar. ¿O cuánto piensas que vas a durar en esta invocación? Después de ir error tras error, finalmente conseguiste invocarlo. Date prisa y haz tu contrato.

Todos hicieron señales de aprobación y empezaron a burlarse. Louise miró fijamente a Saito, como si estuviera preocupada.

¿Qué pasa? ¿Qué me va a hacer?

-Oye- le dijo a Saito.

-¿Sí?

-Deberías estar agradecido. Normalmente irías toda tu vida sin que un noble te haga esto.

¿Noble? ¿Qué noble? Menuda estupidez. ¿De cuales nobles estas hablando? Si no son más que un puñado de bichos raros disfrazados dentro de una nueva religión.

Louise cerró los ojos con cara de resignación. Ella agitó el palito de madera que tenía en su mano.

-¡Mi nombre es Louise Françoise le Blanc de la Vallière! ¡Que el pentágono de los cinco poderes elementales bendiga a este ser humilde y lo haga mi familiar!

Ella empezó a repetir una y otra vez las mismas palabras, como si fuera un hechizo mágico. Tocó la frente de Saito con el palito. Sus labios se iban acercando poco a poco.

¿¡Pero... Pero qué haces!?

-Solo quédate quieto- le dijo Louise, con un poco de irritación en su voz. Su rostro se iba acercando más y más.

-Oye, espera… Yo… Bueno, todavía no... estoy listo para esto…

Saito se aterrorizó, y giró la cabeza.

-¡Oh, te dije que te quedaras quieto!

Louise agarro ásperamente con su mano izquierda la cabeza de Saito.

¡BESO!

¿Eh?

Mmm...

Los labios de Louise se tocaron con los de Saito.

¿¡Qué está pasando!? ¿¡Qué tipo de contrato es este!?

El tacto de los suaves labios de la muchacha confundía aun más a Saito.

¡Mi primer beso! ¡Mi primer beso robado en un sitio raro por una chica rara con un propósito que todavía no entiendo!

Saito se quedó congelado, paralizado en el sitio. Louise retiró sus labios.

-Ya esta hecho.

Su cara está roja. ¿Es qué ahora se avergüenza de lo que hizo? Pensó Saito. ¡Soy yo el qué debería estar avergonzado, no tú!, ¡Fuiste tú la que me besaste de repente!

Pero Louise lo ignoró por completo.

¿Aún por encima de qué me besas no me haces caso? Si eso no es grosero, entonces no se que lo es. ¿De veras, quiénes son? Tengo miedo. Quiero irme a casa ahora mismo y meterme en Internet. Él había conseguido hace poco una cuenta en un buscador de parejas, así que quería ver si tenía algún e-mail.

-Fallaste en “Summon servant” varias veces, pero lograste hacer el “Contract Servant” en el primer intento - dijo Colbert, lleno de alegría.

-Lo hizo solo por que su familiar es un simple plebeyo.

-Si hubiera sido una poderosa bestia mágica, no hubiera logrado hacer el contrato.

Varios estudiantes empezaron a reírse.

Louise los miro mal. -¡No se burlen de mi!- les dijo-. ¡Hasta yo hago las cosas bien de vez en cuando!

-De verdad “de vez en cuando,” Louise la Zero- se burló una chica que tenía el cabello rizado y pecas en la cara.

-¡Señor Colbert! ¡Montmorency la Inundación acaba de insultarme!- protestó Louise.

-¿A quién estás llamando ‘Inundación’? ¡Yo soy Montmorency la Fragancia!

-Oí que mojabas la cama como una inundación, ¿no? ¡‘La Inundación’ te queda mejor, entonces!

-Yo no esperaba mejores modales de Louise la Zero.

-¡Cuidado! Los nobles tienen que demostrarse un respeto apropiado- interrumpió el hombre de mediana edad, y se interpuso entre ellas para detenerlas.

¿De qué están hablando? ¿Que contrato? ¿A quien están llamando plebeyo?- se preguntaba Saito.

De repente, el cuerpo de Saito empezó a calentarse.

-¡Aaah!- gritó Saito, el se paró- ¡Me estoy quemando!

-Tranquilízate, ya casi termina, se te están grabando las Runas del Familiar- le dijo Louise, molesta.

-¡Paralo! ¿Qué me estás haciendo?

No hay nada que pueda hacer, pero no me puedo quedar sin hacer nada tranquilamente. ¡Esta increíblemente caliente!

-A propósito…

-¿Qué?

-¿Por que te permites, tu, un plebeyo, usar ese tipo de lenguaje en frente de nobles?

La sensación de calor duró sólo unos instantes. Su cuerpo volvió a enfriarse rápidamente.

Eso fue rápido… El que disfrazado de mago, de mediana edad, llamado Colbert, se acerco a Saito que estaba arrodillado, y comprobó el dorso de su mano izquierda. Ahí, acababan de aparecer unas letras muy extrañas.

¿Son esas las runas? Parecen como una serpiente que se mueve en algun patron raro. Saito las miró fijamente y pensó, si esto no es un truco, entonces ¿qué es?

-Hmmm…

-¡Estas son unas Runas muy inusuales!- exclamó el mago de las pintas raras.

En este punto, Saito ya no sabía que pensar.

-¿¡Quiénes son ustedes!?- gritó Saito, pero nadie reaccionó.

-Bien, volvamos a las clases.

Dicho esto, el mago se giró, y después se levantó gentilmente en el aire. Saito se quedo mirando con la boca abierta.

¿E-Está volando? ¿Está flotando en el aire? ¡No puede ser!

Y los demás, que parecían estudiantes, también empezaron a flotar.

¡No puede ser! ¿Los demás también? Una persona puede volar gracias a algún truco, ¿¡pero, todos!? Saito empezó a buscar algún cable o hasta una grúa, pero el área alrededor de el no era mas que un gran llano lleno de hierba. No había nada que sugiriere algún tipo de truco.

Todos estaban flotando silenciosamente hacia las paredes del castillo de piedra que se veía a la distancia.

-¡Louise, es mejor que tu “camines” devuelta!

-Ella no debería intentar volar, no puede siquiera usar la levitación.

-¡Un plebeyo es el familiar perfecto para ti!- se burlaron los estudiantes, mientras se iban volaban. Los únicos que quedaban allí eran Saito, y la chica llamada Louise.

Tan pronto quedaron ellos dos solos, Louise tomo aire profundamente, se dio la vuelta hacia Saito y le gritó:

-¿¡Quién eres tú!?

Esto hizo que Saito se enfadara.

¡Eso debería preguntarlo yo!, ¿no crees?, pensó.

-¿Quién eres “tú”? ¿Qué “es” este lugar? ¿”Quiénes” son esas personas? ¿Por qué podían volar? ¿Y “tu” qué le hiciste a mi cuerpo?

-No sé de que campo vienes, pero esta bien, te lo explicaré.

-¿Campo? ¡Este es el campo! ¡Tokyo no se parece en nada a esto!

-¿Tokyo? ¿Que es eso? ¿En que país esta?

-En Japón.

-Nunca lo había escuchado antes.

-¡Oh, por favor! ¡Pero por que están volando! ¡Tú también los viste! ¡Volaron! ¡Todos ellos lo hicieron!

Pero Louise no le hizo caso, como si dijera ¿Qué tiene eso de raro?

-Por supuesto que volaron. ¿Que hiciéramos si los magos no pudieran volar?

Saito agarro los hombros a Louise y grito, -¿Magos? ¿¡En donde rayos estoy!?-

-¡Esto es Tristain! ¡Y esta es la prestigiosa academia de magia de Tristain!

-¿Academia de magia?

-Yo soy una estudiante de segundo año, Louise de la Vallière. Y soy tu ama desde ahora en adelante. ¡Recuerda eso!

De repente toda la intriga de Saito desapareció. Tenía un mal presentimiento de todo esto.

-Eh… Señorita Louise…

-Dime.

-¿En serio me invocaste?

-Eso es lo que he estado intentando decirte todo este tiempo, no puedo creer que seas tan cabeza-dura. Por que es que mi familiar es tan aburrido... Yo quería algo genial como un dragón, un grifo, o una salamandra. Por lo menos un águila o un búho.

-¿Un dragón? ¿Un grifo? ¿De veras?

-¡Si! Esos serian verdaderamente buenos como familiares.

-¿De verdad existen?

-Pues claro. ¿Por qué?

-Tienes que estar tomándome el pelo- dijo Saito, riéndose. Aunque Louise no pareciera como si estuviera bromeando.

-Bueno, probablemente nunca antes los habías visto- dijo Louise con seriedad, y con un poco de pena en su voz.

Los magos que se habían ido volando y las palabras de fantasía de repente encajaron. Saito sintió una sensación fría que recorría su columna y exploto en un sudor frío.

-Tal vez... Esas personas, de verdad volaron, ¿no? ¿Es que ustedes de verdad son magos y magas?

-¡Claro que lo somos! ¡Ahora suelta mis hombros! ¡Tu ni siquiera me deberías estar hablando!

Un sueño… Esto tiene que ser un sueño…

Lentamente, su fuerza lo abandonó, y Saito cayó a sus rodillas.

-Louise- le dijo con una voz débil.

-No me llames directamente por mi nombre.

-Golpéame.

-¿Qué dijiste?

-Por favor golpéame tan fuerte como puedas en la cabeza.

-¿Por qué?

-Quiero despertar de este sueño. Quiero despertar y conectarme al internet. La cena de esta noche es un delicioso filete hamburg, mi madre me lo dijo esta mañana.

-¿Conectarte al internet?

-No es nada. Después de todo, tú formas parte de mi sueño, así que no tienes que preocuparte. Ahora lo único que quiero es escapar de este sueño.

-No entiendo lo que estás diciendo, pero quieres que te golpee, ¿no?- Louise apretó sus puños.

-Sí, por favor.

Sus puños comenzaron a temblar. La expresión de Louise era indescriptible, pero parecía que pasaban muchos pensamientos por su cabeza.

-¿No estas preocupado en nada sobre ser invocado?

-¿Como debería yo de saber?

-¿Cómo pude yo, la tercera hija de la familia Vallière… una noble orgullosa de su antiguo linaje, terminar teniendo con alguien como tu como mi familiar?

-¿Como debería yo de saber?- Le repitió Saito.

-...¿Y quien exactamente decidió que hay que cerrar el contrato con un beso?

-¿Como debería yo de saber? Mira, ¿puedes hacerlo ya para salir de esto? Yo odio las pesadillas.

-¿Pesadillas? ¡Esa es mi linea!

Y entonces Louise le dio un puñetazo con todas sus fuerzas en la cabeza.

-¡Ese fue mi primer beso!

Quizás ella le puso demasiada fuerza… El mío también, pensó Saito, mientras perdía el conocimiento.

* * *


Hiraga Saito. Diecisiete años de edad y en su segundo año de bachillerato. Capacidad atlética: normal. Notas: normales. Tiempo sin novia: diecisiete años. En promedio: sin ningunos puntos positivos o negativos.

Evaluación del profesor: “Ah, Hiraga-kun. Él nunca se rinde, y tiene un gran sentido de curiosidad, pero es un poco torpe.”

Evaluación de los padres: “Debes estudiar más; estas un poco en el lado torpe.”

Aún siendo torpe, rara vez le molestaban los accidentes, y acepta más o menos todo, al menos mas que las otras personas. Hace un tiempo, cuando vio volar a esas personas, el había hecho un alboroto, pero tomando en cuenta que cualquier otra persona hubiera estado tan en shock que se hubieran desplomado a sus rodillas, el le debía mucho a su forma de ser.

Poniendolo simple, el no piensa mucho sobre las cosas antes de actuar. También, tiene un espíritu muy competitivo, en ese sentido, puede ser que el sea muy parecido a Louise en su forma de ser.

De todas formas, hace apenas treinta minutos, Saito estaba Tokyo,Japón; en el planeta Tierra.

El estaba en su camino de vuelta a casa después de haber llevado su computadora portátil a arreglar. El estaba muy feliz, en verdad, ya que podía conectarse al internet otra vez. Recientemente, el se había registrado en un buscador de parejas y al fin tenía un chance de encontrar a una novia.

Aunque lo que en verdad quería era darle un poco de animo a la vida monótona que el llevaba. Sin embargo, en vez de descubrirlo en el Internet, lo encontró en medio de la calle. El apenas estaba pasando a la estación de tren en su camino a casa cuando de repente vio a un objeto similar a un espejo brillante en frente de el.

Saito se paró, y pasó un buen rato observándolo (recuerden que su curiosidad es mas o menos el doble que la de una persona normal).

Era un gran elipse, debía de tener dos metros de alto por un metro de ancho, sin un grosor apreciable. En ese instante el se percató de que el espejo estaba flotando un poquito por encima de la tierra. Esto le pico a su curiosidad aun mas.

¿Qué tipo de fenómeno natural es este? se preguntaba, mientras inspeccionaba el espejo brillante. Esto es mas que raro. Nunca he visto o he oído hablar de un fenómeno como este.

Considero pasarle por un lado, pero su curiosidad se apodero de el. Quería ver si podía caminar a través de el.

No, tal vez no deba, se dijo a sí mismo. Pero es solo por algunos pasos… el se convenció. De verdad que tenia una personalidad irreparable.

Primero, hizo un experimento, lanzó una piedra contra el espejo, y ésta se perdió en su interior.

Oho, pensó.

Cuando reviso el otro lado, la piedra no estaba en ningún lado. Después saco las llaves de su casa de su bolsillo y toco al espejo con la punta de las llaves.

No pasó nada.

Retiro la llave, la examinó, pero no había nada diferente en ella. Así que Saito razono que no corría ningún peligro inmediato si pasaba por ahí, lo que lo tentó aun más a entrar. En el final, aún sabiendo que no debía hacerlo, comenzó a caminar. Era casi como abrir un manga, justo después que uno acaba de decidir en estudiar solamente.

Inmediatamente lo lamentó, pues un intenso choque asalto a sus sentidos. De repente se acordó de su niñez, cuando su madre le había comprado una extraña máquina que, supuestamente, hacia a la persona mas inteligente al correr una corriente eléctrica por su cuerpo. Se sentía muy parecido a eso. Saito se desmayo.

Cuando abrió los ojos…

Se encontraba en un mundo extraño que parecía como si hubiese venido directo de un libro de fantasía.

* * *

-¿Es eso verdad?- preguntó Louise, mirando a Saito con una expresión de incredulidad. En su mano, tenía el pan para la cena de esa noche.

Estaban en la habitación de Louise, que debía tener unos algunos doce tatamis. Si tratabas la ventana como si fuera el sur, la cama estuviera en el oeste, la puerta en el norte y un gran armario en el éste. Todos los muebles parecían como si fueran antigüedades valiosas.

Louise había traído aquí a Saito después que había recuperado la conciencia.

Saito, intentando ignorar el dolor que sentía en su cabeza después del golpe anterior, le respondió. -¿Y que pasa si no lo es?

Saito nunca se había sentido molesto ante su curiosidad, hasta hoy.

Nunca debí haberme metido en esa cosa… Esto no es Japón. Ni si quiera es la Tierra.

Si existía una nación en la que habían magos que pudieran volar por el cielo, aunque sólo fueran unos pocos, el definitivamente no los había visto en su clase de geografía de primaria. Y aun si existiese, que es lo que pasa con esas grandes lunas flotando en el cielo? Esas lunas podrían fácilmente ser el doble de grandes que la Tierra. El tamaño no era el problema; era posible que en algunos países hubieran noches como esta. Lo que estaba raro era que habían dos de ellas. ¿Es que las lunas se pudieron multiplicar en dos sin que Saito se diera cuenta?

No. No pueden. En otras palabras, esto definitivamente no es La Tierra.

Todo estaba oscuro… La noche ya había caído.

Seguro que mi familia está muy preocupada por mí, concluyo con tristeza.

Desde la ventana, él podía ver el extenso césped verde en el que estuvo tumbado. Al fondo de todo, iluminado por la luz de las lunas, podía ver una alta sierra. Y a su derecha se distinguía un gran área de bosque denso. Saito suspiró.

Un bosque como este simplemente no debería existir. Es totalmente diferente a lo que verías en Japón.

El castillo y sus alrededores, que habían pasado en su camino, parecían como algo sacado de las edades medias. Era un sitio que le hubiera quitado el aliento por su asombro si hubiese venido de vacaciones.

Había un arco en la entrada, y una escalera robusta, ambas hechas de piedra… Esta era la Academia de Magia de Tristain, por lo que le explicó Louise. Todos los estudiantes vivían en habitaciones situadas en los jardines de la academia.

¿Academia Mágica? ¿Dormitorios increíbles? ¡Genial! ¡Es igual que una película! ¡Pero no es La Tierra!...

-No puedo creerlo.

-Mira, yo tampoco.

-Hablando de otro mundo… ¿Que quieres decir?

-Allí no hay magos, y sólo hay una luna.

-¿Es que hay algún mundo así?

-¡Es lo que te estoy diciendo, de allí es que yo vengo!- le gritó Saito.

-¡No me grites, plebeyo!

-¿¡A quién le estás llamando plebeyo!?

-¿Tú no eres un mago, verdad? Entonces eres un plebeyo.

-¿Y que importa si soy un mago o no?

-¡Mira! ¿Es que de verdad no sabes nada sobre este mundo?

-¡Como te he estado diciendo todo este tiempo! ¡No soy de este mundo!

En ese instante, Louise puso los codos sobre la mesa, con una cara llena de preocupación.

Encima de la mesa había una lámpara bastante antigua. Su luz intermitente llenaba la habitación con un resplandor pálido. Parecía como si no utilizase la electricidad.

¡Dios, no es tan complicado instalar la electricidad! ¿no? Me siento como si estuviera en la cabaña de ese viejo extranjero que fuimos a visitar hace unos años con mi familia. Espera, “instalar”… O puede ser... Que sea…

-¡Ya lo tengo!

-¿Qué tienes?- preguntó Louise, alzando su mirada.

-Este es uno de esos programas de cámaras ocultas. Y esto es solo una broma que ustedes me están haciendo, ¿no?

-¿Que es una ‘Cámara oculta’?

-Pararon de grabar después que alguien se hizo daño, pero ustedes no tenían material para seguir, así que volvieron a este tipo de cosas, ¿eh? Entonces, ¿Hacia dónde está la cámara?

-¿De qué estás hablando?

Saito saltó encima de Louise.

-¡Kya--! ¡¿Qué estas haciendo?!

Tumbando una de las silla, el cayó sobre ella.

-¿Dónde está el micrófono? ¿Esta aquí?

Agarrándola fuertemente, empezó a desabotonarle la blusa. Sin embargo, una fuerte patada a los genitales lo paro... Esto lo dejo en el suelo, lleno de dolor.

-¡Gaaaaaaah!

-¿Có-Cómo te atreves…? ¿A una noble como yo…?- Louise se paro, con su cuerpo temblando furiosamente.

A través de su intensa agonía, Saito pensó, Esto definitivamente no es un sueño...

-Por favor…

-¿!Qué!?

-Envíame de vuelta a casa…

-Eso es imposible.

-¿Pero, por qué…?

-Por que estas atado por el contrato como mi familiar. Da igual de donde seas, si del campo o de un mundo completamente diferente, como tu dijiste. Una vez que se establece un contrato, no hay vuelta atrás.

-Debes estar bromeando…

-¡Mira, a mi tampoco me gusta! ¿¡Por qué tengo que tener a un familiar como tu!?

-Bien, entonces, envíame de vuelta.

-¿De verdad vienes de otro mundo?- preguntó Louise, aparentemente, aun seguía perpleja.

-Sí- cabeceó Saito.

-Demuestralo.

Todavía haciendo una mueca del dolor, Saito se levantó y abrió su bolso.

-¿Qué es eso?

-Una computadora portátil.- Le respondió Saito

La superficie del ordenador que acababa de ser arreglada brillaba frente a la luz de la lámpara.

-Sinceramente nunca había visto nada igual. ¿Qué tipo de artilugio mágico es este?

-No es magia. Es ciencia.

Saito pulsó el botón de encendido, y el ordenador empezó a funcionar.

-¡Ehhh! ¿¡Qué es esto!?- gritó sorprendida Louise al encenderse la pantalla del ordenador.

-Es la pantalla del ordenador.

-¡Que bonito! ¿Y qué elemento mágico utiliza? ¿Viento? ¿Agua?

-Ciencia.

Louise miró a Saito fijamente con una expresión en blanco. Claramente todavía no lo entendía.

-¿Y qué tipo de elemento es esa ‘ciencia’? ¿Es muy diferente a los otros cuatro poderes elementales?

-¡Ay, es suficiente! ¡Ya te dije, no es magia!- dijo Saito, agitando sus manos violentamente.

Louise se sentó encima en la orilla de su cama y dejo que sus pies ondularan. Entonces, encogiendo sus hombros, dijo, con una mirada sin pasión:

-Mmm. De verdad, todavía no lo entiendo...

-¿Por qué? ¿Es que hay algo parecido en este mundo?

Louise puso mala cara.

-No, pero…

-¡Entonces créeme! ¡No hay nada que entender!

Sujetando su largo pelo, Louise asintió con la cabeza.

-¡Está bien! ¡Te creeré!

-¿De verdad?

Cruzando sus brazos y moviendo la cabeza hacía un lado, Louise le gruño, molesta. -Solo por que hubieras seguido con eso si no yo no hubiera dicho eso.

-Bien, eso no importa, mientras lo entiendas. Ahora, llévame a casa.

-Ya te dije, que eso es imposible.

-¿Por qué?

La cara de Louise estaba dando de señales de incomodidad mientras le contestaba a Saito.

-Es por que no existe ningún conjuro que pueda conectar este mundo con el tuyo.

-¿Entonces cómo hiciste para invocarme desde mi mundo?

-¡Yo quisiera saber eso también!

Saito y Louise se miraron el uno al otro.

-Escucha, te estoy siendo totalmente sincera cuando te digo que no existe conjuro con ese efecto. No hay nadie que haya siquiera escuchado del otro mundo.

-Pero obviamente hay uno, ¡si yo estoy aquí!

-El conjuro ”Summon servant” se utiliza para llamar a seres vivos dentro de Halkeginia. Normalmente, sólo se invocan a animales o bestias mágicas. Esta la primera vez que veo que se invoca a una persona.

-Por que hablas como si tu no estuvieras involucrada. Vuelve a usar ese hechizo otra vez.

-¿Por que?

-Es posible que me devuelva a mi mundo.

Louise se veía bastante perpleja, e inclino su cabeza.

-Eso no funcionará. “Summon servant” es estrictamente de una vía. No existe ningún conjuro que sirva para devolver al familiar a su lugar de origen.

-¿Y que más da? Sólo inténtalo.

-Es Imposible. Ni siquiera puedo conjurarlo ahora.

-¿Qué? ¿Por qué?

-…usar “Summon servant” es…

-¿Sí?

-...Completamente inefectivo a menos que tu familiar se haya muerto.

-¿¡Que dijiste!?

El cuerpo de Saito se congeló al instante.

-¿Quieres morir?

-Err… Creo que paso- Saito dejo caer su cabeza. Su mirada se dirigió hacia las runas que tenía grabadas en la mano izquierda

-¡Quieres saber lo que eso es?

-Sí.

-Esa marca que prueba que tú eres mi familiar.

Louise se puso de pie y cruzó sus brazos. De cerca era realmente linda. Piernas delgadas y bien proporcionadas, tobillos finos. No es muy alta, alrededor de unos 155 centímetros. Sus ojos son similares a los de un gatito curioso y sus cejas trazaban una linea muy sutil sobre ellos.

Si Saito la hubiera conocido por el buscador de parejas, el hubiera estado saltando de la alegría. Pero ese no era el caso, ni siquiera estaba en La Tierra. No importaba que tanto quisiera regresar, no podía. Al pensar eso, Saito se hundió, y sus hombros cayeron.

-Sí, está bien... Por ahora, parece ser que de verdad soy tu familiar.

-¿Dilo otra vez?

-¿Es qué tienes algún problema con eso?

-Ya veo que todavía no estas acostumbrado a un lenguaje formal. Deberías decir ‘¿Es que hay algo que usted deseé, ama?’- le corrigió Louise, levantando un dedo como si lo estuviera semoneando. El gesto era adorable, pero el tono era bastante estricto.

-Bueno, Emm, ¿qué hace un familiar exactamente?- le preguntó Saito. Por supuesto, él ya había visto familiares como cuervos o búhos en animes sobre magos. Pero ellos lo único que hacían era sentarse en el hombro de su amo y no hacían nada muy importante.

-Primero de todo, el familiar puede incrementar el nivel auditivo y la visión de su amo.

-¿Cómo?

-Quiero decir que lo que ve el familiar, lo puede ver también su amo.

-Ah.

-Pero no parece funcionar contigo… No puedo ver nada.

-Sí, bueno, no es como si eso importara- le dijo Saito como si no se tratase de el.

-Y también, un familiar tiene que conseguir los objetos que su amo deseé. Como por ejemplo, reactivos.

-¿Reactivos?

-Son catalizadores que se usan cuando usas ciertos conjuros. Algo como, sulfuro, o musgo…

-Ajá...

-Pero tu nunca me conseguirías cosas como esas, ¿o si? Considerando que tu ni siquiera sabes que tipos de reactivos hay.

-Nop

Louise frunció el ceño, irritada, pero continuó hablando: -Y esto es lo más importante de todo… ¡un familiar existe para proteger a su amo! La tarea de protegerlos contra cualquier enemigo es la tarea más importante. Pero creo que esto será un pequeño problema para ti...

-Ya que soy un humano…

-...Una poderosa bestia mágica casi siempre derrota a su enemigo pero no creo que puedas siquiera derrotar a un cuervo.

-Por eso, sólo te mandaré a hacer cosas que sé que puedes hacer, como por ejemplo, lavar, limpiar, y otras tareas misceláneas.

-Eso es ofensivo. Ya veras, ¡Estoy seguro de que encontraré la manera de volver a casa!

-Claro, claro, no lo dudo. Es más, cuando lo hagas, estaré feliz. Ya que cuando regreses a tu mundo, yo podré invocar a otro familiar.

-Oye tú…

-Bien, toda esta charla ha hecho que me de sueño- dijo Louise con un gran bostezo.

-¿Dónde duermo?

Louise señaló al suelo.

-Yo no soy un perro o un gato, ¿sabes?

-Pero no hay ningún otro sitio. Y sólo hay una cama. Louise le lanzó una manta.

Entonces, ella subió su mano al botón superior de su blusa. Uno a uno, los botones se fueron desabrochando. De pronto Louise se encontraba en solo su ropa interior.

Tan pronto estaba solamente en su ropa interior, Saito se sonrojo. -¿Pe-pe-pero qué estas haciendo!?

Louise le respondió como si fuera la cosa más obvia del mundo. -Voy a dormir, así que me estoy cambiando-

-¿Por qué no te cambias en algún sitio donde no pueda verte?

-¿Por qué?

-¡Por qué si! ¡Es una situación muy incómoda! ¡En serio!

-No es incómoda en lo absoluto.

-¿Eso es porque eres maga? ¿No te sientes rara haciendo eso en plena vista de un chico?

-¿Un chico? ¿Quién? No pienso nada sobre ser vista por mi familiar.

Que rayos. Es exactamente como alguien trataría a un perro o a un gato.

Saito cogió la manta, la lanzo sobre su cabeza y se viro a la otra dirección.

El intento hechar hacia atrás todos los pensamientos que había tenido anteriormente sobre su belleza. Ella de verdad que acababa con su paciencia. Una chica como ella, ¿maga? Si claro.

-Oh, y estos, los quiero limpios para mañana

Varios objetos vinieron volando y aterrizaron suavemente al lado del. El los recogió, con curiosidad sobre lo que eran.

Una camisola de encaje, y unas panties que combinaban. Las dos blancos. Qué ropa más exquisita y delicada, pensó Saito, mientras su cara se sonrojaba. Apretó fuertemente la ropa mientras una mezcla de indignación y felicidad lo llenaba.

-Por qué tengo que lavar tu… ¿¡Ropa interior!? ¿¡Lavarlas!? Francamente, ¡estoy alagado y ofendido!


El se incorporó súbitamente, sin siquiera darse cuenta que lo había hecho. Louise estaba halando un gran camisón sobre su cabeza. Con esa luz tenue que estaba siendo arrojada por la lampara, el podía ver los contornos de su figura. Aunque el no podía ningunos otros detalles, no parecía como si ella estuviera avergonzada. Era un poco decepcionante. Era como si su masculinidad estuviese siendo negada.

-¿Quién crees que te va a mantener? ¿Quién piensas que te alimentará? ¿Y de quién exactamente es la habitación donde vas a dormir?

-Emm...

-Eres mi familiar, ¿verdad? Lavar, limpiar y cualquier otra tarea pequeña, es obvio que son tu trabajo.

Saito volvió a ponerse la manta sobre su cabeza otra vez.

Esta chica no tiene esperanza, pensó. No me ve como un hombre en lo absoluto. Quiero irme a casa. Extraño a mi habitación. Extraño a mis padres.

La sensación de nostalgia lo abrumaba.

¿Cuándo podré volver? ¿Es que hay siquiera una manera de volver? Me pregunto si mi familia esta preocupada por mi ahora mismo... Necesito encontrar alguna manera de volver… ¿Qué debo hacer? ¿Debo intentar huir de aquí? ¿Pero, y después que? Quizás deba intentar preguntarle a alguien. Pero según lo que me dijo Louise antes, nadie siquiera sabe que hay otro mundo, así que no hay manera de que me crean.

No, necesito pensar esto racionalmente. De cualquier manera, si me resisto no llegare a ningún lado. No tengo ninguna pista, y aun si puedo escapar de aquí, nada me garantiza que encontrare una manera de volver. Ni siquiera tengo a algún familiar en este mundo. No hay nadie en quien pueda confiar, excepto a una chica presumida llamada Louise.

Creo que no tengo opción. Por ahora, seré su familiar. Por lo menos me dijo que me alimentara. Va a ser duro, ya que no soy nada mas que un familiar para ella. Claro, es un poco arrogante, pero al menos es bastante linda. Supongo que puedo imaginar que acabo de conseguir a una novia. Alguien a quien conocí por el buscador de parejas. Tratarla como si yo viniese de mi país solo para verla. O como si yo viniera como un estudiante extranjero. Es mas, así esta mejor. Si, eso es lo que me imaginare. ¡Hah! Soy así de simple. ¡Es genial!

Bien, pensó Saito. No es como si estuviese abandonado en una isla desierta. Si me deprimo no logro nada.

Yo viviré como su familiar, y en el proceso, buscare una manera de vuelta a casa.

Ahora que su plan estaba hecho, el se sintió con mucho sueño.

Sin importar la situación, la habilidad increíble de Saito para adaptarse a todo siempre lo salvaba. Donde todos hubieran entrado al pánico y se hubiesen desplomado, Saito podía superar cualquier cosa gracias a su forma de ser.

Louise chasqueo sus dedos, y el resplandor de la lampara murió.

¿La lámpara también es mágica? Creo que eso significa que en verdad no hay necesidad de tener electricidad, razonó Saito.

Un manto de oscuridad descendió sobre la habitación.

Del otro lado de la ventana, las dos lunas brillaban misteriosamente.

Sra. Hiraga, su hijo Saito a llegado a un mundo donde los magos existen. Él no podrá asistir al colegio durante algún tiempo, ni podrá estudiar. Por favor perdonenlo.

Y así dio comienzo la vida de Saito como un familiar.




Louise La Zero[edit]

Cuando Saito se despertó, lo primero que vio al abrir sus ojos era la ropa interior que Louise se había quitado.

De alguna manera había terminado en plena vista, después de haber sido tirado sin ningún cuidado.

Louise todavía estaba dormida en la cama, roncando suavemente. Su cara cuando dormía era simplemente angelical. Ahora ella parecía mucho mas infantil. Ella era una chica molestosa y ruidosa, y cuando habla siempre era “noble” esto, “mago” lo otro; pero cuando dormía, era muy linda. Saito casi deseaba que se quedara así por siempre.

Entonces la realidad lo golpeo. “Así que lo de ayer de verdad NO fue un sueño.” El se había quedado pensado que cuando se despertase, se iba a encontrar de vuelta en su habitación, pero, obviamente, eso no había pasado. Se sentía desanimado.

No obstante, era una mañana refrescante. Una luz deslumbrante estaba iluminando la habitación.

La incesante curiosidad de Saito resurgió. Pensándolo bien, esto es una especie de viaje turístico. ¿Me pregunto qué clase de mundo es éste? Aunque no me gusta la idea de ser el familiar de una maga grosera que ronca, yo debería intentar hacer lo mas que yo pueda de esta situación.

Primero, le dio un jalón a la manta de Louise.

-¿Q-qué? ¡Qué esta pasando

-Ya es de día, milady.

-¿Eh? O-Oh… Espera, ¡¿Quién eres tu?!

Gritó Louise sin poder articular bien las palabras. Su expresión estaba en blanco mientras su voz se bajo a un murmuro que daba pena.

“¿Estará bien esta chica?”

-Hiraga Saito.

-Oh, el familiar. Es cierto, te invoqué ayer, ¿no?”

Louise se incorporó y bostezo. Entonces le ordeno a Saito: -Ropas.

Saito le tiro el uniforme que estaba tendido sobre una silla. Louise empezó a desnudarse torpemente.

Saito rápidamente para esconder su cara que se estaba sonrojando.

-Ropa interior.

-Có-coge eso tú misma.

-Está en la gaveta mas baja… De ese armario… Allí.

Parecía como si planeaba usar a Saito lo mas que pudiese.

Mordiéndose la lengua, el fue a la gaveta indicada. Había una vista increíble, estaba repleto de ropa interior. Era la primera vez que el veía la ropa interior de una mujer, a excepción de su madre. Cogiendo un uno al azar, el lo tiro por encima de su hombro sin ver hacia atrás.

Una vez que Louise terminó de ponerse la ropa interior, murmuro otra orden:

-Ropas.

-Pero si te las acabo de dar.

-Vísteme.

-No te pases.- Saito se dio la vuelta para quejarse, sólo para encontrarse a Louise sentada, adormilada, solamente con la ropa interior que le había lanzado antes. De repente no supo a donde mirar.

Louise puso mala cara.

-Tal vez no sepas por que no eres mas que un plebeyo, pero los nobles nunca se visten ellos mismos si hay un sirviente disponible.

Eso le molestó.

-Lo menos que puedes hacer es vestirte tu sola.

-Bien, entonces. Como castigo para un familiar irrespetuoso; no desayunarás.- declaro Louise, levantando un dedo triunfante.

Sin ganas, Saito recogió la blusa.


* * *


Cuando salió de la habitación con Louise, vio tres puertas de madera idénticas a lo largo de la pared. Una de las puertas se abrió, y de ella salió una chica con un pelo rojo llameante. Era más alta que Louise, debía de ser más o menos como Saito. Tenía una atmósfera bastante coqueta. Su cara era atractiva, y tenía un pecho cautivante. Sus senos eran como dos melones.

Los dos primeros botones de su blusa estaban desabrochados, dejando al descubierto un impresionante escote que atraían a los ojos. Su piel estaba bronceada, dándole una especie de vida y belleza natural.

Su altura, color de piel, atmósfera y tamaño de sus senos… Hacían un gran contraste con Louise, quien no tenia estos encantos.

Cuando vio a Louise, una amplia sonrisa se dibujó en su cara.

-Buenos días, Louise.

Louise le devolvió el saludo con el ceño fruncido.

-Buenos días… Kirche.

-¿Es ese… Tu familiar?- Preguntó Kirche con un tono como de burla, señalando a Saito.

-Así es.

-¡Ajaja! ¡Así que de verdad es un humano! ¡Eso es asombroso!

Saito se resentía de ese comentario. “Perdoname por ser humano. ¿Qué eres tú entonces?” Miró fijamente a su pecho. “Tu no eres mas que un alien con senos grandes. Si, un alien con s-s-senos muy grandes.” Su mirada se intensifico.

-Sólo tú podías invocar a un plebeyo con ‘Summon servant.’ ¿Que mas se podía esperar de Louise la Zero?

Las blancas mejillas de Louise se sonrojaron a un roja vino.

-Cállate.

-Yo también invoqué a un familiar ayer. Y a diferencia una cierta persona, lo hice en mi primer intento.

-¿De verdad?

-Y, si vas a tener un familiar, tiene que ser uno bueno. ¡Flame!

Kirche llamó a su familiar triunfante. De su habitación, un lagarto rojo oscuro salió arrastrándose. Una ola de calor golpeó a Saito.

-¡Uwah! ¿Qué rayos es esa cosa roja?

Kirche sonrió.

-¡Ohoho! ¿No me digas que es tu primera vez viendo a un lagarto de fuego?

-¡Pero ponle una cadena o algo! ¡Es peligroso! ¿Y que exactamente es un lagarto de fuego?

-No te preocupes. Mientras yo le ordene que no lo haga, no atacara. ¿No estas siendo algo cobarde?

Kirche se llevó la mano a la barbilla e inclino su cabeza hacia un lado de forma provocativa.

Esa criatura era al menos tan grande como un tigre. La punta de su cola estaba envuelta en fuego, y su boca botaba chispas y pequeños llamas inconscientemente.

"No te preocupes. Mientras yo le ordene que no lo haga, no atacara. ¿No eres tu un gran cobarde?"

-¿No tienes calor estando tan cerca de él?- Preguntó Saito. El se calmo y lo volvió a mirar. -Wow, es un monstruo... Fantástico!

-En verdad, esta bastante fresco para mi.

-¿Es eso una salamandra?- Preguntó Louise, celosa.

-¡Estas correcta! ¡Un lagarto de fuego! Mira la cola. ¡Una llama tan viva y grande quiere decir que proviene de Las Montañas de los Dragones de Fuego! ¡Es cómo una marca de fábrica! ¡Ni los coleccionistas le podrían poner precio a esto!

-Que bien.- Dijo Louise con voz amarga.

-¿No crees? ¡Encaja perfectamente con mi afinidad!

-Tú afinidad es el fuego, ¿no?

“Pues claro. Después de todo, soy Kirche la Ardiente. El fuego de la pasión gentilmente ardiente. Por donde quiera que vaya, los chicos caen ante mis pies. A diferencia de ti, ¿Verdad?

Kirché sacó se pecho hacia afuera en su orgullo. No queriendo perder, Louise hizo lo mismo, pero la diferencia de volumen era bastante triste.

A pesar de eso, Louise miró mal a Kirche. Parece que ella de verdad odiaba perder.

-Yo no tengo el tiempo de coquetear con todo el mundo que veo, a diferencia de ti.

Kirche solo dio una sonrisa calmada. Después, giro hacia Saito.

-¿Y cómo te llamas?

-Hiraga Saito.”

-¿Hiragasaito? Que nombre más raro.”

-¡Oye!”

-Bueno, ya me voy.”

Acarició su rojo pelo y se marchó rápidamente. La salamandra la siguió con un lindo movimiento que resultaba raro en una criatura de ese tamaño.


En cuanto desaparecio, Louise sacudió su puño fuertemente en su dirección.

-¡Ooh, esa chica si que me irrita! ¡Sólo por que invocó a una salamandra de Las Montañas de los Dragones de Fuego! ¡Argh!

-Tranquilízate, es sólo una invocación.

-¡No, no lo es! ¡Puedes determinar el verdadero poder de un mago solo mirando a su familiar! ¿Por qué es que esa idiota consiguió una salamandra, mientras yo te tengo a ti?

-Ayy, perdona por ser humano. Pero tú también eres una, ¿sabes?.

-¡Comparar a un mago con un plebeyo es como comparar a un lobo y un perro!- Dijo Louise indignada.

-…Esta bien, Esta bien. A propósito, ella te acaba de llamar ‘Louise la Zero’, pero ¿qué significa el ‘Zero’? ¿Es ese tu apellido?

-¡De ninguna manera! ¡Mi nombre es Louise de la Vallière! ‘Zero’ es sólo un apodo.

-Un apodo, ¿eh? Puedo entender por que a ella le llaman ‘La Ardiente’, pero, ¿por que eres tu ‘La Zero’?

-No necesitas saberlo.- Contestó Louise algo incómoda.

-¿Es por tus senos?- Preguntó Saito, echando una mirada a Louise. -Sip, tan plana como una tabla.

La mano de Louise voló hacia él, pero la consiguió esquivar.

-¡Vuelve aquí!

-¡No me golpees!

¿Una bofetada?

Eso me recuerda… Esta chica… Ayer, aunque todos los demás se fueron volando, ella camino. Y ayer en la noche, cuando la agarré, me dio una patada en la ingle.

Si de verdad deseara regañarme, ¿no sería mejor utilizar magia en vez de golpearme o patearme? Eso sería más eficaz, y más típico de un mago. ¿Por que será? Se preguntaba Saito.

* * *

El comedor de La Academia de Magia de Tristain era el mas céntrico y alto de todos los edificios en el campus. Adentro, tres mesas extremadamente largas estaban colocadas en paralelo una al lado de la otra. Cada una de ellas parecían como si pudieran acomodar fácilmente a cien personas. La mesa en la que Louise y todos los demás del segundo año se sentaban era la del medio.

Al parecer los estudiantes se podían identificar según el color de sus capas. Mirando desde la entrada, todos los que estaban sentados a mano izquierda parecían ser más mayores y llevaban capas de color morado; los de tercer año.

Los estudiantes que estaban sentados a la derecha llevaban capas de color marrón; los de primer año. Así que son como jerséis para cada año. Pensó Saito.

Cada uno de los magos de este colegio, tanto estudiantes como profesores, se reúnen aquí para desayunar, comer, y cenar.

En un piso más alto, se podían ver a los profesores gozando de una entretenida charla. Todas las mesas estaban magníficamente decoradas.

Había un montón de velas, ramos de flores, cestos llenos de frutas…

Saito se quedó con la boca abierta del asombro ante la grandeza del comedor. Louise levantó su rostro y comenzó a explicarle. Sus pequeños ojos brillaban con picardía.

-La Academia de Magia de Tristain no sólo enseña magia, ¿Sabias?

-Claro…

-La mayoría de los magos son nobles. Hay un refrán que dice ‘los nobles alcanzan la nobleza con el uso de la magia” esa es la fundación de la educación que recibimos como nobles. Por eso, nuestro comedor también debe ser digno para la posición de un noble.

-Está bien…

-¿Entiendes? Normalmente un plebeyo como tú nunca pisaría la comedor de Alvíss*. Agradecemelo.


[*NdT: Alvíss: era un enano en la mitología nórdica que fue convertido en piedra por Thor.]

-Claro… Eh, espera, ¿Qué es un ‘Alvíss’?

-Es el nombre que para las personas pequeñas. ¿Ves todas esas estatuas de allí?”

Donde ella señaló, alineadas cerca de la pared había una fila de estatuas muy elaboradas de personas pequeñas.

-Están bien hechas. Err, esas cosas no… o sea… no vuelven a la vida o algo por la noche, ¿verdad?

-Oh, ¿Ya lo sabías?”

-¡¿Así que lo hacen?!

-Bueno, ellos bailan. Pero ya es suficiente de esto, saca mi silla, podrías? No eres un familiar muy competente,- Louise comento, cruzando sus brazos e inclinando su cabeza hacia un lado, lo que hizo que su cabello de color fresa undulara. “Ah bueno, damas primero”. Saito le saco la silla de Louise para que ella se sentara.

Louise ni si quiera se lo agradeció cuando se sentó. Saito también saco una silla para el y se sentó.

-¡Esto es increíble!- Gritó Saito. Era demasiado grandioso para un desayuno. Un gran pollo asado estaba tentando a Saito. Aparte de eso, también había vino y una tarta horneada en la forma de una trucha.

-¡No me puedo comer todo esto! ¡Si lo hago me muero! ¡Oye, Señorita!- Saito topó el hombro de Louise, sólo para encontrarse con una penetrante mirada. -¿Qué?- Preguntó Saito dudoso. Louise no le quitó la mirada de encima. -Claro, me estoy adelantando. ¡Debo actuar mas como la nobleza! Aunque no soy un noble.

Louise señaló al suelo, dónde sólo había un plato.

-Es un plato.

-Sí. Lo es.

-Hay algo sospechoso en el.

Louise apoyó su barbilla en sus manos y le dijo.

-Sabes, los familiares se suponen que se queden afuera. Tú sólo estás aquí por qué yo lo solicité.

Y así, Saito se encontró sentado en el suelo torpemente, mirando detenidamente al plata en frente a el. En el habían algunos tristes pedazos de carne flotando en una sopa aguada. En la orilla había media rebanada de un pan duro.

Extendiendo su cuello, miró por encima del borde de la mesa.

Solo podía ver con ganas mientras veía el espectacular festín encima de la mesa. Ni si quiera se podía comenzar a comparar con el pequeño plato de sobras.

“O Gran Fundador Brimir y nuestra señora, la Reina, os damos las gracias por esta humilde comida que nos habéis proporcionado esta mañana.”

El harmonioso sonido de esta oración resonó por la sala. Louise también se unió, cerrando sus ojos.


¿Como es eso una ‘humilde comida’?” se quejo Saito para sus adentros, aun mirando fijamente a la comida. pensó Saito quejandose. Eso es aún más grande que un banquete. Si alguien tiene una ‘humilde comida’ aquí, soy yo. Quiero decir, ¿que rayos es lo que hay dentro de este plato? Esto es peor que como alimentarias a una mascota. Saito quería protestar. ¡Hasta los animales en Japon comen mejor que esto!

Irritado por como le trataban, puso una mano encima de la mesa, solo para tener,la abofeteada por Louise.

Saito la miró con resentimiento.

-¿Qué estás haciendo?

-Dame un poco de pollo. ¿Es que no me puedes dar ni un poquito?

-Ahmm… Refunfuñando, Louise le quitó un poquito de la piel y se lo echó en su plato.

-¿Y la carne?

-¡Negada! Ya que esto podría crear un habito, - Louise empezó a comer. Louise comenzó a comer de ese festín con mucho entusiasmo.

-Ah, esta delicioso. ¡Delicioso! Creo que voy a llorar- Murmuró Saito, mientras intentaba comerse su pan duro.


* * *


Las clases de la Academia de Magia eran muy similares a las salas de conferencia de la universidad. Y como todo lo demás, estaban construidos de piedra. Los profesores se encontraban en la mesa de abajo dando clase, y desde la mesa del profesor los asientos de los estudiantes iban ascendiendo como si fueran una escalera, formando un semicírculo. Cuando Saito y Louise entraron, todos giraron simultáneamente sus cabezas hacia ellos.

Y entonces empezaron a reírse. Kirche también estaba allí, rodeada por un montón de chicos.

Ya veo, así que es cierto que sólo con mover un dedo, a todos los chicos se les cae la baba. Y ellos aparte la tratan como a una reina. Bueno, tampoco me sorprende con el cuerpo que tiene. Supongo que los pechos grandes, siguen siendo pechos grandes seas de dónde seas.

Había todo tipo de familiares.

La salamandra de Kirche estaba dormida bajo su silla. Había estudiantes con búhos apoyados en sus hombros. En una ventana, una gigantesca serpiente miraba la clase. Un chico silbó, y la serpiente se retiró, además de eso también había cuervos y gatos.


Pero lo que más atraía la atención de Saito eran las criaturas fantásticas que no existían en su mundo. Estaba cada más excitado. Todas esas bestias se arremolinaban alrededor de él.

Entre ellos vio a un lagarto con 6 piernas. Qué puede ser eso... Saito intentaba averiguarlo a través de los conocimientos que tenía de las bestias fantásticas. ¡Un basilisco! He visto uno en un juego. También había un ojo que flotaba. ¿Qué puede ser eso? Decidió preguntárselo a Louise.

“¿Qué es ese ojo flotante?”

“Un Bugbear.”

“¿Y esa cosa qué parece un pulpo?”

“Un Skua.”

Louise le contestó malhumorada y se sentó. Saito se sentó al lado de ella. Louise lo miró fijamente.

“¿Qué?”

“Ese sitio es para los magos. Un familiar no puede sentarse ahí.”

A regañadientes, se sentó en el suelo. No puedo comer el desayuno con los demás. No me dejan sentarme en esta silla… Paso de estar sentado aquí. Pensó Saito, y volvió a sentarse en la silla.

Louise le miró, pero por esta vez no dijo nada más. La puerta se abrió, y la profesora entró en la clase.

Era una mujer de mediana edad, vestía un traje púrpura bastante voluminoso y un sombrero. Tenía una cara regordeta, redondita, que transmitía sensaciones amistosas.

“¿También es maga esa señora?” Le susurró Saito a Louise.

“¿Es qué no es obvio?” Le dijo Louise volviéndose.

La señora miró a toda la clase y empezó a hablar con una sonrisa en la cara.

“Enhorabuena, parece que las invocaciones de los familiares fueron todo un éxito. A mí, Chevreuse, siempre me llena de alegría ver a los nuevos familiares que se convocan todos los años.”

Louise cerró sus ojos y agacho la cabeza.


“Madre mía. Si que has convocado a un familiar… Peculiar, Srta. Vallière.” Dijo mirando mirando a Saito. El comentario no iba con malicia, pero aún así la clase estallaba de risa.

“¡Louise la Zero! ¡No vale escoger a un plebeyo de la calle, sólo por que no puedas invocar nada!”

Louise ondeó su rosado pelo y se levantó. Y con su suave voz entrada en cólera dijo.

“¡No! ¡Hice todo correctamente! ¡Él fue todo lo que apareció!”

“¡No mientas! Apuesto a que no pudiste lanzar el conjuro de invocación, ¿verdad?”

Los demás estudiantes se rieron entre dientes.

“¡Señora Chevreuse! ¡Me han insultado! ¡Malicorne el “Resfriado” me ha insultado!”

Louise golpeó con su puño la mesa en señal de protesta.

“¿El resfriado? ¡Yo soy Malicorne el Barlovento! ¡Y nunca he cogido un resfriado!”

“Bueno, es que como tienes una voz tan ronca parece que has cogido uno.”

El chico que se llamaba Malicorne se levantó y miró a Louise. Chevreuse los señaló con la varita. Ambos repentinamente de un tirón, como si fueran marionetas, se sentaron.

“Srta. Vallière, señor Malicorne, detengan esta innecesaria discusión.”

Louise parecía desanimada. Toda la vivacidad que había demostrado tener antes parecía haberse evaporado.

“Llamar a los amigos por motes como ‘la Zero’ o ‘el Resfriado’ no es aceptable. ¿Entendéis?”

“Srta. Chevreuse, a mí me lo dicen de broma, pero para ella, es pura verdad.”

De repente unas carcajadas salieron de algún lado de la clase.

Chevreuse miró a toda la clase con una expresión amenazante. Señaló otra vez con su varita y a todos los que se reían le metió en la boca pedazos de arcilla roja.

“Ahora seguiréis la clase en ese estado.”

Esto era una especie de tapón para cualquier arrebato que se pudiera dar.

“Y ahora, empecemos la clase.”

Chevreuse tosió fuertemente, y agitó su varita. Y unos guijarros aparecieron de la nada encima de la mesa.


“Mi nombre runico es ‘Arcilla roja’. Chevreuse la Arcilla Roja. Este año os voy a enseñar todo lo que tenga que ver con la magia del elemento Tierra. ¿Sabe cuáles son los cuatro grandes elementos de la magia, señor Malicorne?”

“S-sí Srta. Chevreuse. Son Fuego, Agua, Tierra, y Viento.”

Chevreuse asintió.

“Y combinados todos ellos con el ahora perdido elemento del ‘Vacío’ forman en total 5 elementos, como ya deberíais saber. Y entre todos estos elementos, la Tierra ocupa una posición extremadamente importante. Esto no lo digo por que mi afinidad sea el elemento tierra, ni por ningún tipo de preferencia personal.”

De nuevo, Chevreuse tosió fuertemente.

“El elemento Tierra es muy importante por que gobierna la creación de toda materia y su constitución. Si ni existiera el elemento Tierra, no podríamos ni producir ni procesar los metales necesarios. Levantar los edificios a partir de las gigantescas piedras y recolectar las cosechas se haría mucho más costoso. De este modo, la magia del elemento Tierra está íntimamente ligada a nuestras vidas.”

Aha, pensó Saito. Así que en este mundo, la magia es como la ciencia o la tecnología en mi mundo. Creo que ya entiendo, por que Louise se siente tan orgullosa de llamarse maga.

“Ahora que cada uno, recuerde que la base de la magia de la Tierra es la ‘transmutación’. Aunque habrá gente que pueda realizar esto desde su primer año, empezaremos desde los fundamentos básicos, para repasarlos una vez más.”

Chevreuse volvió su atención en los guijarros y agitó su varita sobre ellos. Entonces ella susurró un encantamiento, y comenzaron a brillar intensamente. Cuando la luz cesó, los guijarros habían cambiando a trozos brillantes de metal.

“¡¿E-eso es o-o-oro Srta. Chavreuse?!”

Kirche se inclinó hacia delante, poniéndose encima de su mesa.

“No, no. Es simple bronze. Sólo los magos Cuadrangulares, pueden hacer ese tipo de transmutación. Yo sólo soy…”

Chevreuse tosió de una manera bastante presumida. “Una maga Triangular...”

“Louise.” Saito empujó a Louise.


“¿Qué? ¿No ves qué estamos en medio de una clase?”

“¿Qué significa todo eso de magos cuadrangulares y triangulares?”

“Es el número de elementos que pueden llegar a controlar en un conjuro, y también determina el nivel del mago.”

“¿Eh?”

Louise se lo explicó a Saito tranquilamente.

“Mira, por ejemplo, eres capaz de usar la Tierra en un solo encantamiento. Pero si aparte de la Tierra añades el elemento Fuego al conjuro, aumentará exponencialmente el poder del mismo.”

“Oh, ya veo.”

“Los magos que pueden usar dos tipos de magia diferentes como lo son el Fuego y la Tierra, son llamados magos Lineales. La Srta. Chevreuse puede llegar a combinar tres elementos juntos, Tierra-Tierra-Fuego, es un mago Triangular.”

“¿Y qué pasa cuándo agregas el mismo elemento?”

“Se refuerza el elemento haciéndolo más fuerte.”

“Ya veo, en otras palabras, la profesora de allí tiene un gran poder, por que es una maga Triangular, ¿no?”

“Así es.”

“¿Y cuántos elementos puedes añadir, Louise?”

Ella no le contestó.

“En ese instante la profesora se dio cuenta de que estaban hablando.”

“¡Srta. Vallière!”

“¿S-sí?”

“Por favor deje la charlita para otro momento.”

“Lo siento…”

“Ya que tienes tanto tiempo para hablar, ¿por qué no me demuestras lo qué sabes hacer?”

“¿Eh? ¿Yo?

“Sí, Intenta cambiar estos guijarros por un metal que tú quieras.”


Louise no se levantó. Estaba allí sentada, parecía estar preocupada y nerviosa.

“¡Eh, vamos! ¡Te está señalando a ti!” Le decía Saito mientras le daba codazos.

“Srta. Vallière, ¿ocurre algo?”

La Srta. Chevreuse la volvió a llamar otra vez, pero Kirche entonces le dijo preocupada.

“Esto…”

“¿Sí?”

“Creo que sería mejor que no la deje…”

“¿Y eso por qué?”

“Por que es peligroso.”

Le respondió Kirche. Todos los demás alumnos asintieron.

“¿Peligroso? ¿Por?”

“Es la primera que vez que da clase a Louise, ¿verdad?”

“Sí, pero escuché que se esfuerza mucho. Ahora, Srta. Vallière. No se preocupe, sólo inténtalo. No conseguirás nada positivo si no aprendes de tus errores.”

“¡Louise, no!” Gritó Kirche, con cara pálida.

Pero Louise se levantó.

“Lo haré.”

Con una expresión nerviosa, fue bajando hasta llegar al frente de la clase.

Chevreuse se puso al lado de Louise y sonrió.

“Srta. Vallière, has de visualizar perfectamente en tu mente el metal en el cual piensas transmutar estos guijarros.”

Asintiendo inocentemente, agitó su varita. Nunca había parecido tan adorable como en ese instante cuando empezó a mover sus labios para recitar el conjuro –Parecía de otro mundo.

Aún sabiendo cual era su verdadera personalidad, Saito por un momento notó que el ritmo de su corazón aumentaba al mirarla.


El sol de la mañana que entraba a través de la ventana, se reflejaba en el rosado pelo de Louise de una manera preciosa. Sus ojos rojizos parecían joyas, y su piel se tiñó de un blanco puro. Y su pequeña nariz era propia de la nobleza.

Sólo si sus pechos fueran un poco más grandes, sería perfecta... No, demasiado bonito para ser real. Pero por muy guapa que sea, su personalidad es una verdadera tortura. Se lamentó Saito.

Pero aunque él estaba sentado, los demás estudiantes debido a alguna razón estaban escondidos debajo de sus mesas. ¿No ven lo bonita qué es? Aún así no parece ser muy popular tampoco. La llaman “la Zero” y se ríen de ella. Aunque las chicas de aquí tampoco es que sean una belleza. Sólo Kirche es rival para ella.

Louise cerró los ojos, pronunció una pequeña frase y agitó su varita. De repente los guijarros estallaron. La ráfaga cogió de lleno a Chevreuse y a Louise y las lanzó contra la pizarra, todo el mundo empezó a gritar.

Los familiares asustados se sumaron al caos. La salamandra de Kirche se despertó de repente y levantándose sobre sus piernas, respiró el fuego. La explosión asustó al manticore que salió a escape por la ventana rompiéndola. A través del agujero, la serpiente gigante que había estado mirando a escondidas se tragó a unos cuantos cuervos.

La clase esta en un caos absoluto.

Kirche se levantó y señaló a Louise.

“¡Esto es por lo que le dije que hubiera sido mejor que la dejara estar!”

“¡Demonios, Vallière! ¡Evitanos la pena y abandona el colegio de una vez!”

“¡Mi 'Lucky' fue devorado por una serpiente! ¡Lucky!”

Saito estaba en estado de shock.

La Srta. Chevreuse no podía moverse de donde estaba. De vez en cuando hacía algún que otro movimiento, así que no estaba muerta.

Una Louise llena de hollín se levantaba poco a poco. Era una vista lamentable. A través de su blusa totalmente rasgada se podía ver su pequeño y delgado hombro, al igual que las panties que asomaban por culpa de los arañazos en su falda.

No obstante, era una chica increíble.

Louise no parecía desconcertada tras el alboroto que hubo en la clase. “Parece que he arruinado esto un poco…” Dijo ella, con una fina voz.


Por supuesto, ese comentario tenía una respuesta muy sencilla por parte de los estudiantes.

“¡Eso no es arruinar un ‘poco’! ¡Louise la Zero!”

“¡Tus probabilidades de éxito siempre serán ZERO!”

Saito comprendió entonces por que la llamaban la Zero.




Leyenda[edit]

El señor Colbert era un profesor que le había dedicado veinte años a la Academia de Magia de Tristain y ahora era una figura importante.

Le llamaban “Colbert, la Serpiente de fuego”, y naturalmente, era un mago especializado en magia de fuego.

Desde el Ritual de Invocación de hace unos días, ha estado preocupado acerca de ese plebeyo que Louise invocó. O mejor dicho, en las runas que aparecieron en la mano izquierda del chico. Realmente son unas runas muy poco comunes, así que las últimas noches, se ha confinado en la biblioteca y ha estado investigando varios textos.

La biblioteca de la Academia de Magia de Tristain estaba ubicada en la misma torre que el comedor. Los estantes eran increíblemente altos, alrededor de unos 30 metros de altura, y la manera en que estaban alineados contra la pared era todo un espectáculo. Y con razón, ya que este lugar estaba empapado de historia, desde la creación del nuevo mundo en Halkeginia por el Fundador Brimir.

Colbert estaba ahora en la sección llamada la “Biblioteca de Fenrir” a la cual sólo los profesores tenían permitida la entrada.

Los estantes ordinarios a los que los estudiantes tenían libre acceso no contenían ninguna respuesta que los satisficiera.

Usando un hechizo de levitación, flotó hacia un estante que estaba fuera de su alcance y buscó atentamente un libro en particular.

Sus esfuerzos fueron recompensados cuando su mirada se dirigió al título del libro.

Era un texto muy antiguo que tenía descripciones de los familiares que han sido usados por el Fundador Brimir.

Su atención se enfocó en un párrafo en particular y mientras leía con fascinación, sus ojos se abrieron como platos.

Comparó el libro con el dibujo que había hecho de las runas en la mano izquierda del chico.

“¡Ah!” exclamó sorprendido. En ese momento, había perdido la concentración necesaria para mantener su levitación y casi cayó al piso.

Manteniendo el libro en sus brazos, bajó rápidamente y salió corriendo de la biblioteca. Su destino era la oficina del Director.

***

La oficina del Director estaba localizada en el piso más alto de la torre. Sr. Osmond, el actual Director de la Academia de Magia de Tristain, se sentó con sus codos apoyados en su elegante escritorio de secuoya, parecía terriblemente aburrido mientras sacudía su blanca barba y cabello. Había estado arrancándose los pelos de la nariz, cuando lentamente murmuró “hrm” y tiró con fuerza un cajón del escritorio.

De adentro, sacó una pipa.

Mientras lo hacía, la Srta. Longueville, la secretaria que había estado escribiendo en el otro escritorio ubicado a un lado de la habitación, agitó su pluma.

La pipa flotó y cayó en la mano de la Srta. Longueville. El Sr. Osmond refunfuñó desanimado, “¿Es divertido quitarle a un viejo sus pequeños placeres? Señorita…”

“Cuidarle también es parte de mi trabajo, Viejo Osmond”

El Sr. Osmond se levantó de su silla y caminó hacia la tranquila y calmada Srta. Longueville. Deteniéndose detrás de Longueville, que permanecía sentada, cerró sus ojos con una expresión seria.

“Si los días siguen pasando tan pacíficamente, pensar cómo pasar el tiempo va a ser un gran problema.”

Las arrugas que se marcaban profundamente en la cara de Osmond solo daban pistas sobre la historia de su vida. La gente especulaba que tenía entre cien y trescientos años.

Pero lo que respecta a su verdadera edad, nadie la sabía. Es posible que hasta él mismo ya lo hubiera olvidado.

“Viejo Osmond”, lo llamó la Srta. Longueville, sin quitar los ojos de la pluma con la que estaba haciendo garabatos en el pergamino.

“¿Qué pasa? Señorita…”

“¡Por favor, deje de decir que no tiene nada que hacer como una excusa para tocar mi trasero!” Entonces Sr. Osmond abrió ligeramente su boca y empezó a caminar tambaleándose. “Por favor, deje de pretender que está senil cada vez que la situación no le favorece”, añadió Longueville calmadamente. Sir Osmond suspiró profundamente. Era un suspiro que llevaba el peso de varios problemas.

“¿Dónde crees que se esconde la verdadera verdad? ¿Nunca te lo has preguntado? Señorita…” “Donde quiera que esté, le aseguro, que no es debajo de mi falda, así que deje de escabullir a su ratón debajo del escritorio.”

Sir Osmond puso mala cara y murmuró tristemente. “Mótsognir”

De debajo del escritorio de la Señorita Longueville salió un pequeño ratón. Subió corriendo por la pierna de Osmond y se posó en su hombro, moviendo su diminuta cabeza. Cogió algunas nueces del bolsillo y le dio una al ratón.

“Chuchu” chilló el ratón, aparentemente complacido.

“Eres el único amigo en el que puedo confiar, Mótsognir”

El ratón empezó a mordisquear la nuez. Ésta desapareció rápidamente y el ratón volvió a chillar “chucho” una vez más.

“Ah, sí, sí. ¿Quieres más? Muy bien, te daré más. Pero primero, dame tu informe, Mótsognir.”

“Chuchu.”

“Ya veo. Así que blancas, hrm. Pero la Señorita Longueville debería usar negro. ¿No lo crees, mi lindo Mótsognir?”

Un tic atacó las cejas de la Señorita Longueville. “Viejo Osmond.” “¿Qué pasa?”

“La próxima vez que vuelva a hacer eso, informaré de ello al palacio.”

“¡Kah! ¡¿Crees que podría ser el Director de esta Academia si estuviera asustado de ese lugar?!”

Los ojos del Sr. Osmond se abrieron y gritó enfadado. Fue un despliegue increíble, algo completamente inesperado de un anciano que luce tan frágil.

“¡No te pongas toda engreída solo porque le eché un vistazo a tu ropa interior! ¡Nunca te casarás a este paso! Aah~~ Ser joven de nuevo~~ Señorita…”

El Sr. Osmond comenzó a acariciar el trasero de la Srta. Longueville.

La Srta. Longueville se levantó y sin decir una palabra empezó a patear a su jefe. “Lo siento. Detente. Ow. No lo haré más. En serio.”

El Viejo Osmond se cubrió la cabeza y se encogió asustado. La Srta. Longueville respiraba con dificultad mientras seguía pateando a Osmond.

“¡Ack! ¡¿Cómo puedes hacer eso?! ¡Tratar a un superior! ¡De esta manera! ¡Oye! ¡Ouch!”

Este ‘pacífico’ momento fue interrumpido por una repentina intromisión.



La puerta se abrió de golpe, y Colbert entró rápidamente. “¡Viejo Osmond!” “¿Qué pasa?”

La Srta. Longueville volvió a su escritorio, y se sentó ahí como si nada hubiera pasado.

El Sr. Osmond tenía sus brazos detrás de él, y se giró para mirar a su visitante con una expresión seria. Ciertamente era una rápida recuperación.

“¡T-t-traigo grandes noticias!”

“No existen las grandes noticias. Todo es un conjunto de pequeños eventos.”

“¡P-p-por favor, mire esto!”Colbert le pasó a Osmond el libro que había estado leyendo hace un momento.

“Es el de ‘Los Familiares del Fundador Brimir’, ¿no es así? ¿Todavía te la pasas desenterrando viejos libros como este? Si tienes tiempo para hacer eso, ¿por qué no piensas en mejores formas de cobrar los honorarios de la escuela a esos nobles flojos?

Señor, errr… ¿Cómo era tu nombre?” Sir Osmond ladeó la cabeza.

“¡Es Colbert! ¡¿Se le olvidó?!”

“Cierto, cierto. Ahora recuerdo. Lo que pasa es que habla tan rápido que nunca lo entiendo. Así que, Colby, ¿qué pasa con este libro?”

“¡Por favor, mire esto!”

Colbert le pasó el dibujo de las runas de la mano izquierda de Saito.

En el momento que lo vio, la expresión de Osmond cambió. Sus ojos asumieron una apariencia solemne.

“Señorita Longueville, ¿podría disculparnos un momento?”

La Srta. Longueville se levantó y dejó la habitación. Osmond habló sólo cuando confirmó que estaba fuera.

«Explíqueme esto con todo detalle, Señor Colbert…”

***

No fue hasta un poco antes de la hora de almuerzo cuando por fin terminaron de arreglar la clase, que Louise había destrozado. Como castigo, usar magia para limpiar había sido prohibido, por lo que se demoraron bastante. Igual, Louise no podía usar la mayoría de los hechizos, así que no le habría afectado mucho. La Sra. Chevreuse había despertado dos horas después de lo de la explosión, y aunque regresó a la clase, no dio más lecciones sobre la transmutación por el resto del día. Más bien parecía traumatizada.

Una vez terminaron de ordenar, Louise y Saito se dirigieron al comedor a por el almuerzo. Durante el camino, Saito se burló de Louise una y otra vez. Después de todo, fue culpa de Louise que él tuviera que hacer todo ese trabajo. Fue Saito quien tuvo que llevar la nueva ventana. Fue Saito quien tuvo que mover todos los pesados escritorios.

Y claro, fue Saito quien había limpiado el hollín del salón con un paño. Todo lo que Louise hizo fue limpiar algunos escritorios y además lo hizo de mala gana.

Tengo que dormir en el suelo. La comida es lo peor. Y encima, tengo que lavar la ropa interior. (No es que lo haya hecho todavía).

Con todo ese maltrato por parte de Louise, no había forma de que Saito pudiera mantenerse callado ante su recién descubierta debilidad. Esto molestó muchísimo a Louise.

“‘Louise la Zero’. Ahora lo entiendo~ Es perfecto~ Índice de éxito cero. Pero aún así es una noble... ¡Maravilloso!”

Louise no dijo una palabra, lo que solo provocaba a Saito.

“¡Transmutación! ¡Ah! ¡Kaboom! ¡Transmutación! ¡Ah! ¡Kaboom! Oh, ¡me equivoqué! ¡Solo ‘la Zero’ se equivoca en esto!”

Saito bailó en círculos alrededor de Louis, levantando sus brazos cada vez que decía ‘Kaboom’, imitando una explosión. Fue una interpretación bastante detallada. “Ama Louise. Este humilde familiar le ha hecho una canción.” Dijo Saito, inclinando la cabeza respetuosamente. Obviamente, era un gesto vacío, una completa burla.

La ceja de Louise se movía furiosamente. Estaba a punto de estallar, pero Saito estaba demasiado emocionado para darse cuenta.

“¿Por qué no la cantas?”

“Lou-Lou-Louise es un caso perdido~ ¡Un mago que ni siquiera puede usar magia! ¡Pero está bien! Porque es una chica…”

Saito se agarró el abdomen mientras se moría de risa. “¡¡Buajajaja!!”


Se estaba riendo de su propia broma. Tal vez el también es un caso perdido.

***

Cuando llegaron al comedor, Saito sacó una silla para Louise.

“Solo recuerde, señorita. No lance ningún hechizo en la comida. Sólo imagínese el desastre si llegara a explotar.”

Louise tomó asiento sin decir una palabra. Saito se sentía completamente satisfecho, habiéndose vengado de la grosera y arrogante Louise con sus bromas. Ni la usual escasez de comida le importó mucho.

La escasa sopa y pan seguían siendo tristes de mirar, pero era un sacrificio bastante justo por haberse reído tanto como antes.

“Bien, Fundador no sé quién. Su Alteza la Reina. Muchas gracias por esta asquerosa comida. Itadakimasu.”

Cuando iba a empezar a comer, el plato le fue arrebatado.

“¡¿Qué estás haciendo?!”

“Es-es-es…”

“¿‘Es-es-es’?”

Los hombros de Louise temblaban furiosamente, y también su voz. De alguna manera se las arregló para controlar su desbordante rabia hasta que llegaran al comedor. Probablemente para poder dar un castigo apropiado.

“Es-es-es-este familiar, ¿cómo se atreve a decir e-e-e-esas cosas de su a-a-ama?” Saito se dio cuenta de que se había excedido.

“¡Lo siento! ¡No lo diré nunca más, así que por favor devuélveme mi comida!”

“¡No! ¡Ni de broma!”

Gritó Louise, retorciendo su linda cara con ira.

“¡Una comida menos por cada vez que dijiste ‘Zero’! ¡Sin excepciones!”

***

Al final, Saito dejó el comedor sin haber probado bocado.

No debí haber sido tan sarcástico… Pero ya era demasiado tarde para lamentarse.

“Aah, me estoy muriendo de hambre… Maldición…”

Apretando su estómago, puso una mano en la pared.

“¿Pasa algo?”

Se giró y vio a una chica normal en un traje de sirvienta llevando una gran bandeja plateada, mirándolo con preocupación. Su cabello negro estaba cuidadosamente arreglado con una cinta, y sus pecas la hacían preciosa.

“No pasa nada…” Saito movió su mano izquierda.

“¿Por casualidad no serás el que se convirtió en el familiar de la Señorita Vallière…?”

Parece que notó las runas que tenía Saito en su mano izquierda.

“¿Me conoces?”

“Un poco. Hay un rumor, que dice que un plebeyo fue invocado por una maga.”

La chica sonrió dulcemente. Es la primera vez que Saito había visto una sonrisa tan despreocupada desde que llegó a este mundo.

“¿También eres una maga?” preguntó Saito . “Oh no, no lo soy. Soy una plebeya, igual que tú. Sirvo a la nobleza que vive aquí, haciendo tareas domésticas.”

De hecho, provengo de la Tierra y no soy un plebeyo, pero no serviría de nada explicárselo. Saito decidió presentarse.

“Ya veo… Bueno, me llamo Hiraga Saito. Encantado de conocerte.”

“Que nombre más raro… Yo soy Siesta”

En ese momento, el estómago de Saito gruñó.

“Debes estar hambriento.”

“Sí…”

“Sígueme por aquí, por favor.” Siesta empezó a caminar.

***

Saito fue guiado hasta la cocina localizada en la parte trasera del comedor. Un montón de ollas y hornos estaban alineados. Los cocineros y otras sirvientas como Siesta estaban ocupados preparando comida.


“Espera un momento por favor.”

Siesta hizo que Saito se sentará en una silla ubicada en la esquina de la cocina y desapareció rápidamente.

Pronto regresó con un tazón de estofado caliente en sus manos.

“Este es un poco de estofado hecho con las sobras de la comida de los nobles. Si no te importa, por favor cómelo.”

“¿Puedo?”

“Sí. Aunque sólo es la comida del personal…”

Su amabilidad era conmovedora. Esto era completamente diferente a la sopa que Louise le había dado. Tomó una cucharada y la llevó a su boca. Delicioso. Voy a llorar.

“¡Está tan bueno~!”

"Delicioso. Voy a llorar."

“Genial. Hay bastante por si quieres repetir, así que tomate tu tiempo.”

Saito se comió el estofado como si estuviera en un sueño. Siesta se quedó de pie mirándolo, sonriendo dulcemente todo el tiempo.

“¿No te dieron nada de comer?”

“Esa chica me quitó el plato cuando la llamé ‘Louise la Zero’”

“¡Oh no! ¡No debes decir cosas así a los nobles!”

“¿Qué nobles? Son unos arrogantes solo porque pueden usar magia.”

“Debes ser muy valiente…”

Siesta miró a Saito con una expresión de asombro. Saito le regresó a Siesta el tazón vacío.

“Estaba delicioso. Gracias.”

“Me alegro de que te haya gustado. Siéntete libre de pasarte cuando estés hambriento. Si no te importa comer lo que sea que estemos comiendo en el momento, estaré feliz de compartirlo.”

Qué oferta tan amable. Saito estaba aún más conmovido.

“Gracias…”

De repente Saito empezó a llorar, sorprendiendo a Siesta.

"¿Qu-qué pasa?”

“No… solo es que esta es la primera vez que alguien ha sido tan bueno conmigo desde que llegué a este lugar… me puse un poco emocional…”

“N-no será para tanto.”

“No lo es. Si hay algo que pueda hacer por ti, solo dímelo. Te ayudaré.”

No estaba especialmente interesado en algo como lavar la ropa interior de Louise, y prefería mucho más ayudar a esta chica.

“En ese caso, por favor ayúdame a servir el postre.”

Dijo Siesta con una sonrisa.

“Bien.”, asintió Saito entusiasmado.

***

Se colocaron un montón de pasteles en una gran bandeja plateada. Saito llevaba la bandeja, mientras que Siesta tomaba los pasteles con pinzas y los servía de uno en uno a los nobles.

Un mago en particular se levantó. Tenía el cabello rubio rizado, lucía una camisa con holanes y parecía ser un engreído. También tenía una rosa en el bolsillo de su camisa.

A su alrededor estaban sus amigos, que se estaban burlando de él.

“¡Así que, Guiche! ¿Con quién vas a salir ahora?”

“¿Quién es tu amante, Guiche?”

Parecía que el orgulloso mago se llamaba Guiche. Suavemente puso un dedo en sus labios.

“¿Salir? No hay ninguna mujer que se lo merezca. Después de todo, una rosa florece por el placer de muchos.”

Este tipo se está comparando con una rosa. Un egocéntrico como este es un caso perdido. Era el tipo de narcisista que hacía que los espectadores sintieran vergüenza ajena. Saito lo miró enfurecido, deseando que se muriera.

En ese momento, algo cayó del bolsillo de Guiche. Era una pequeña botella de vidrio con un líquido morado dentro.

Este tipo no me agrada, pero debo decirle que algo se le cayó.

Saito llamó a Guiche.

“Oye, se te cayó esta botella del bolsillo.”

Pero Guiche no le hizo caso. ¡Este tipo me está ignorando!

Saito le pasó la bandeja a Siesta y se agachó para recoger la botella.

“Te dije que se te cayó esto, Casanova.”

La puso en la mesa. Guiche vio con una mirada asesina a Saito, y empujó la botella.

“Esto no es mío. ¿De qué estás hablando?”

Los amigos de Guiche se dieron cuenta de dónde había salido la botella e hicieron un alboroto.

“¿Oooh? ¿Ese perfume no es de Montmorency?”

“¡Sí! ¡Ese color morado es el perfume que Montmorency solo mezcla para ella!”

“Así que si algo así cae de tu bolsillo, Guiche, quiere decir que estás saliendo con Montmorency, ¿cierto?”

“No, esperen, escúchenme. Estoy diciendo esto por el bien de su reputación, pero…”

Cuando Guiche iba a decir otra cosa, una chica, que llevaba puesta una capa marrón y había estado sentada en la mesa detrás de ellos, se levantó y caminó hacia la silla de Guiche.

Era una chica linda con cabello castaño. Por el color de su capa, era una estudiante de primer año.

“Guiche-sama…”

Y con esto, empezó a llorar incontrolablemente.

“Lo sabía, usted y la Srta. Montmorency son…”

“Lo están malinterpretando. Katie, escucha. La única persona que tengo en mi corazón eres tú…”

Pero la chica llamada Katie abofeteó a Guiche tan fuerte como pudo.

“¡Ese perfume que dejaste caer de tu bolsillo es prueba suficiente! ¡Adiós!”

Guiche se frotó la mejilla.

En este momento, una chica con el cabello enrollado se levantó de su asiento un poco más lejos en la misma mesa. Saito la reconoció, era la chica que había discutido con Louise cuando él había sido recién invocado.

Con una expresión seria, se acercó a Guiche rápidamente dando pequeños pasos.

“Montmorency. Esto es un malentendido. Todo lo que hice fue acompañarla en un largo viaje a los bosques de La Rochelle…” Dijo Guiche, moviendo su cabeza. Fingía estar tranquilo pero una gota de sudor frío rodó por su frente.

“¡Tal como pensaba! ¡Has estado seduciendo a esa de primer año, ¿no es así?!”

“Por favor, Montmorency la Fragancia. No arrugues tu preciosa cara por la rabia. ¡Me entristece verlo!”

Montmorency agarró una botella de vino que estaba en la mesa y vació el contenido en la cabeza de Guiche. Y entonces…

“¡Mentiroso!”

Gritó y se fue furiosa.

Hubo un gran silencio en el salón.

Guiche agarró un pañuelo y lentamente se limpió la cara. Moviendo su cabeza, habló dramáticamente.

“Parece que esas señoritas no entienden el significado de la existencia de la rosa.”

Claro, y tú sigue intentando eso, Saito pensó, mientras tomaba la bandeja de manos de Siesta y se marchaba.

Guiche le ordenó que se detuviera.

“Detente ahí mismo.”

“¿Qué pasa ahora?”

Guiche estiró su cuerpo en la silla y cruzó las piernas con un ademán. El que cada acción reflejara arrogancia le causó un dolor de cabeza a Saito.

“Gracias a que tú recogiste una botella de perfume sin pensar, la reputación de dos señoritas ha sido mancillada. ¿Cómo te harás responsable?”

Saito contestó con un tono exasperado.

“Oye, es culpa tuya por salir con ambas al mismo tiempo, a mí no me mires.”

Los amigos de Guiche se empezaron a reír.

“¡Exactamente, Guiche! ¡Es tu culpa!”

La cara de Guiche se tornó de un rojo carmesí.

“Escucha, sirviente. Cuando pusiste la botella de perfume en la mesa, Pretendi no saber nada, o no? ¿Te hubiera afectado en algo el tener un poco de tacto y haberme seguido la corriente?”

“Como sea. De todas formas, infidelidad se iba a descubrir tarde o temprano. Ah, y otra cosa, no soy un sirviente”

“Hmph.… Ah, tú eres…”

Guiche resopló, como tratando con superioridad a Saito.

“Tú debes ser el plebeyo invocado por esa ‘Louise la Zero’. Fue error mío esperar que un plebeyo como tú reaccionase tan inteligentemente como un noble. Puedes irte.”

Saito reaccionó en ese momento. Niño bonito o no, no había forma de que Saito se quedara ahí quieto mientras que ese narcisista vanidoso le decía todo eso. No pudo evitar hacer un comentario provocador.

“Cállate, bastardo pretencioso. ¿Por qué no vas a chupar rosas por el resto de tu vida?”

Los ojos de Guiche se entrecerraron.

“Parece que no sabe cómo dirigirse apropiadamente a un noble.”

“Desafortunadamente, vengo de un mundo en el que no existen tales cosas como los nobles.”

Saito levantó su mano derecha autoritariamente, imitando los gestos de Guiche.

“Muy bien. Entonces te enseñaré una lección sobre respeto. Una manera perfecta de liberar el estrés.”

Guiche se levantó.

“Qué divertido.” Saito mostró sus dientes y gruñó. Primero, no me cayó bien este tipo desde el principio. Segundo, está saliendo con dos chicas bastante bonitas –aunque ninguna es tan bonita como Louise. Y por último, me ridiculizó.

Eso es más que suficiente para que yo pelee. Y también, lo golpearé un par de veces más en nombre de Louise. Después de todo, ella sigue siendo una chica!

“¿Lo quieres hacer aquí?”

Dijo Saito. A pesar de ser más alto que Saito, Guiche era larguirucho y se veía más bien débil. Se dice que los Casanovas no tienen dinero ni fuerza. Saito no era particularmente fuerte, pero no pensó que perdería.

Guiche se dirigió en dirección contraria.

“¿Estás huyendo?”

“No seas estúpido. No puedo ensuciar el comedor de los nobles con la sangre de un plebeyo, así que te estaré esperando en el Jardín Vestri. Ve una vez termines de repartir esos pasteles.”

Los amigos de Guiche, que se veían emocionados, se levantaron y lo siguieron. Pero una persona se quedó, como para asegurarse de que Saito no escapara. Siesta miró fijamente a Saito, todo su cuerpo estaba temblando. Saito habló con una gran sonrisa.

“Tranquila. No hay manera de que pierda ante ese debilucho. Qué noble, ¿huh?”

“Te… te van a matar.”

“¿Qué?”

“Si enfadas a un noble de verdad…”

Siesta salió corriendo.

¿A qué vino eso? Dijo Saito en voz baja. ¿Tan fuerte es ese tipo?

Louise se acercó a él por detrás.

“¡Oye! ¡¿Qué crees que estás haciendo?! ¡Vi todo lo que sucedió!”

“Hola, Louise”

“¡Este no es momento de estar diciéndome ‘Hola’! ¡¿Cómo puedes andar por ahí prometiendo duelos como si tal cosa?!”

“Pero ese tipo era muy irritante…”

Dijo Saito indignado.

Louise suspiró y se encogió de hombros decepcionada.

“Pídele disculpas.”

“¿Por qué?”

“Si no quieres salir herido, ve y discúlpate. Si lo haces ahora, tal vez él te perdone.”

“¡¿Estás bromeando?! ¡¿Por qué soy yo el que se tiene que disculpar?! ¡Él me insulto primero! Y además, solamente estaba intentando ayudar…”

“Solo hazlo.”

Louise se le quedó viendo a Saito con una expresión firme.

“De ninguna manera.”

“Qué terco… ¿Pero sabes qué? No puedes ganar. Estarás gravemente herido. De hecho, tendrás suerte de regresar con vida así sea con unas heridas.”

“No lo sabré hasta que lo intente, ¿no es así?”

“Escucha, ¡un plebeyo nunca le podrá ganar a un mago!”

“¿Así que dónde está el Jardín Vestri?”

Saito se fue caminando. El amigo de Guiche que había estado observando la conversación de Louise y Saito, señaló con la barbilla.

“Por aquí, plebeyo.”

“Aaah, ¡en serio! ¡¿Por qué este familiar sigue haciendo lo que le viene en gana?!” Después de eso, Louise se fue detrás de Saito.

***

El Jardín Vestri era el jardín central que estaba situado entre las torres elementales del Viento y el Fuego. Como estaba localizado al oeste, el Jardín no recibía mucha luz del sol, aún en pleno día, pero era un lugar perfecto para un duelo.

“¡Caballeros! ¡Es un duelo!”

Guiche alzó su rosa artificial, provocando que los espectadores lo aclamaran.

“¡Guiche va a pelear! ¡Su oponente es el plebeyo de Louise!”

¿Sabes? Yo también tengo un nombre… pensó Saito amargamente. Moviendo su mano, Guiche agradeció la aclamación. Y entonces, como si apenas se percatara de la presencia de Saito, se giró para enfrentarlo.

Saito y Guiche estaban de pie en medio del Jardín, mirándose fijamente el uno al otro.


“Antes de nada, ¡te felicito por haber venido en vez de haber huido!”

recalcó Guiche como cantando, mientras giraba su rosa.

“¡Como si fuera a huir!”

“Bueno, entonces, comencemos.” dijo Guiche.

Menos charlar, y más acción. Saito corrió. ¡Las peleas las ganas el que da el primer golpe!

Estoy más o menos a diez pasos de donde está Guiche. ¡No me importan mucho los nobles o los magos; sólo quiero golpear esa arrogante nariz tuya!

Guiche miró a Saito con una sonrisa y movió su rosa.

Un pétalo flotó hasta el suelo como bailando en el aire… Y se convirtió en una guerrera con armadura. Su peso era el mismo que el de una persona, pero parecía estar hecha de algún duro metal. Bajo la pálida luz del día, su piel… su armadura, brillaba.

Se quedó de pie, petrificada, en el camino de Saito.

“¡¿Qu-que demonios es esto?!”

“Soy un mago, por lo tanto, peleo utilizando magia. Seguramente no tienes quejas, ¿cierto?”

“T-tú…”

“Supongo que se me olvidó mencionarlo antes. Me llaman ‘el Bronce’, Guiche el Bronce. Como corresponde, mi golem de bronce ‘Valkyrie’ será tu oponente.”

“¿Eh?”

El golem con forma de guerrera embistió a Saito. Su puño derecho impactó fuertemente en el estómago de Saito.

“¡Aargh!”

Saito gimió y cayó al suelo. No es para sorprenderse, considerando que había sido golpeado en el estómago por un puño de bronce.

El golem miró a Saito sin mostrar emociones.

No podía levantarse por el dolor. Supongo que así es como se siente el ser golpeado por un boxeador profesional, pensó.

“¿Qué? ¿Eso es todo?”

Guiche se escuchaba poco satisfecho.

“¡Guiche!”

“Oh, ¡Louise!, es mi culpa. Solo te estoy pidiendo prestado a tu familiar por un momento.”

Louise movió su largo cabello y le gritó irritada a Guiche.

“¡Ya es suficiente! ¡Y además, pelear está estrictamente prohibido!”

“Solo los duelos entre nobles están prohibidos. Nadie ha prohibido los duelos entre plebeyos y nobles.”

Louise se quedó sin palabras por un momento.

“Es-eso es porque nunca había pasado nada parecido…”

“Louise, ¿te gusta este plebeyo?”

La cara de Louise se puso de un color escarlata por la rabia.

“¡No! ¡No seas ridículo! ¡Lo que pasa es que no pienso aguantar que le den una paliza a mi familiar justo delante de mis ojos!”

“… ¿A-a quién le están dando una paliza? Estoy bien.”

“¡Saito!”

Viendo que Saito se había levantando de nuevo, Louise prácticamente gritó su nombre.

“Je je je, por fin me has llamado por mi nombre.”

Louise estaba temblando.

“¿Entiendes ahora, no? ¡Un plebeyo nunca podrá vencer a un mago!”

“…Fui un poco descuidado, eso es todo. Estoy bien, así que retrocede.”

Saito empujó hacia atrás a Louise.

“¿Qué significa eso? No pensé que te podrías volver a levantar… Tal vez fui muy suave contigo.”

Saito caminó lentamente hacia Guiche. Louise lo siguió y le agarró el hombro.

“¡Detente! ¡Idiota! ¿Por qué sigues de pie?”

Se quitó la mano del hombro.

“Porque él me saca de quicio.”

“¿Te saca de quicio? Mira, ¡no es vergonzoso perder contra un mago!”

“Cállate.”

dijo Saito mientras caminaba tambaleante.

“¿Eh?”

“Tú también me estás empezando a enfadar… No sé nada sobre magos o nobles, para mí son un grupo de mocosos egocéntricos. ¿Qué es tan bueno sobre la magia? Idiotas.”

Guiche observó a Saito con una tenue sonrisa pintada en su cara.

“Entre más lo intentes, más inútil será.”

El característico espíritu de lucha de Saito se encendió, y lanzó un pequeño gruñido.

“Eso no fue nada. Tú pequeña estatua es muy débil.”

Dejó de sonreír. La mano derecha del golem golpeó la cara de Saito. El golpe dio directo en su mejilla y fue derribado.

La sangre goteaba de su nariz rota.

Saito estaba sorprendido, mientras, trataba de contener la sangre.

Mierda… Así que esta es la fuerza de un mago. He estado en una que otra pelea, pero ese puñetazo no se compara con ninguno que he recibido antes.

A pesar de eso, se levantó tembloroso. Sin piedad, el golem de Guiche lo mandó a volar una vez más con una patada.

Se levantó otra vez. Y fue derribado una vez más. Una y otra vez, el proceso se repetía. El octavo puñetazo conectó al brazo derecho de Saito. Se escuchó un horrible ruido seco.

Incapaz de verse el brazo por su hinchado ojo izquierdo, lo examinó con la mano izquierda. Estaba torcido en el ángulo equivocado.

Mientras Saito se quedó mirando su brazo, el golem llegó y le puso el pie en la cara.

Su cabeza se golpeó fuertemente con el suelo y perdió la consciencia por un momento. Cuando volvió en sí, pudo ver la cara de Louise enmarcada con el cielo azul de fondo.

“Por favor. Para ya.”

Los ojos color avellana de Louise estaban húmedos por las lágrimas.

Saito intentó hablar, pero el dolor en su pecho, causado por los repetidos golpes, era demasiado fuerte.

A pesar de esto, concentró toda su fuerza de voluntad para hablar con una voz ronca.

“… ¿Estás llorando?”

“¡No! ¿Quién lloraría aquí? En todo caso, esto es suficiente. Lo hiciste muy bien. Nunca había visto a un plebeyo como tú.”

Su brazo roto palpitaba en agonía. Saito hizo una mueca.

“Esto… duele.”

“¡Claro que duele! ¡Es obvio! ¿En qué estabas pensando?”

Lágrimas rodaban por la cara de Louise y caían en la mejilla de Saito.

“Eres mi familiar, ¿entiendes? No te voy a perdonar que hagas más actos estúpidos.”

Guiche le habló a la pareja.

“¿Ya hemos terminado?”

“…Espera. Solo estoy calentando.”

“¡Saito!”

Guiche sonrió y movió su rosa. Esta vez, el pétalo se convirtió en una espada. Guiche la tomó y la lanzó en la dirección de Saito. La punta de la espada se clavó en el suelo, no muy lejos de donde estaba Saito.

“Si estás dispuesto a continuar, entonces toma una espada. Si no, todo lo que debes decir es un simple ‘Lo siento’. Entonces te perdonaré y terminaremos con esto.”

“¡No lo insultes!”

Louise gritó y se levantó. Pero Guiche la ignoró completamente y continúo hablando.

“¿Entiendes? La espada. En otras palabras, un arma. Es lo mínimo que ustedes los plebeyos necesitarán si quieren tomar venganza de nosotros los nobles. Así que como dije, si todavía quieres continuar, toma la espada.”

Saito estiró la mano derecha para tomar la espada. Pero con su brazo roto, sus dedos no tenían fuerza.

Louise lo detuvo.

“¡No! ¡No hay forma de que te deje hacer esto! ¡Si tomas esa espada, Guiche no tendrá compasión de ti!”

Louise agarró su mano derecha fuertemente. Saito declaró con una voz fuerte y clara.

“No me importa ser un familiar… Puedo soportar el tener que dormir en el suelo… No me importa si la comida es mala… ¿Lavar ropa interior? Lo haré también. Igual no tengo opción.”

Saito hizo una pausa y apretó su mano izquierda.

“Pero…”

“¿‘Pero’… qué?»

“¡No pienso bajar la cabeza ante nadie en contra de mi voluntad!”

Utilizando sus últimas reservas de fuerza, Saito se forzó a sí mismo a levantarse. Apartando a Louise, tomó la espada, que estaba atorada en el suelo, con su mano izquierda.

En ese momento…

Las runas inscritas en su mano empezaron a brillar fuertemente.

***

Cambiemos de escenario por un momento y volvamos a la oficina del Director.

El señor Colbert estaba explicándole fervientemente al Sr. Osmond sobre el plebeyo que fue invocado por Louise en el Rito de Invocación… Acerca de por qué estaba preocupado de que las runas que habían aparecido en la mano del chico fueran una prueba del contrato entre él y Louise… Y que cuando fue a investigar más…

“¿Descubriste que él es el familiar del Fundador Brimir, Gandalfr?”

Osmond examinó el dibujo de Colbert de las runas en la mano izquierda de Saito,

“¡Sí! ¡Las runas que aparecieron el mano izquierda de ese chico son exactamente las mismas runas que estaban inscritas en el familiar legendario Gandalfr!”

“¿Y qué conclusión substrajiste de todo esto?”!

“¡Que ese chico es Gandalfr! Si éstas no son grandes noticias, ¿entonces qué lo son, Viejo Osmond?”

Colbert se levantó mientras limpiaba su cabeza calva con un pañuelo.

“Hrm…Es verdad, las runas son las mismas. Pero que un plebeyo ordinario se conviertaen Gandalfr solo por tener las mismas runas… Me pregunto cómo podría pasar eso.”

“¿Qué debemos hacer?”

“Pero, aún es muy pronto para hacer afirmar nada.”

“Eso es verdad.”

Sr. Osmond tamborileó en el escritorio. Se escuchó un golpe en la puerta.

“¿Quién es?”

Del otro lado de la puerta apareció la voz de la Srta. Longueville.

“Soy yo, Viejo Osmond.”

“¿Qué sucede?”

“Parece que algunos estudiantes están peleando en el Jardín Vestri. Están causando una conmoción. Unos cuantos profesores han ido y han intentado detenerlos, pero los estudiantes impiden que puedan hacer algo.”

“Por Dios, estos chicos nobles tienen mucho tiempo disponible para causar problemas.

¿Quién son los involucrados?”

“Uno de ellos es Guiche de Gramont.”

“Ah, ese hijo idiota de Gramont. El ser un amante de las faldas debe ser de familia, considerando que su padre es más mujeriego aún. No me sorprendería que conozca a cada chica en la escuela. ¿Y quién es su oponente?”

“…Bueno, no es un mago. Me informaron que es el familiar de la Srta. Vallière.”

Osmond y Colbert intercambiaron miradas.

“Los profesores están pidiendo que se utilice la ‘Campana del Sueño’ para detener el duelo.”

Los ojos de Osmond brillaron como los de un halcón.

“Ridículo. No se necesita usar un artefacto tan importante sólo para detener una pelea de niños. Déjenlo estar.”

“Entendido.”

Los pasos de la Srta. Longueville desaparecieron por el pasillo. Colbert tragó, y presionó verbalmente a Osmond.

“Viejo Osmond.”

“Hrm.”

Sir Osmond movió su bastón y un gran espejo que estaba en la pared empezó a mostrar la situación en los Jardines Vestri.

***

Saito estaba sorprendido. En el instante en que tomó la espada, todo el dolor de su cuerpo desapareció.

Se dio cuenta que las runas en su mano izquierda estaban brillando.

Y entonces…

Mi cuerpo se siente tan ligero como una pluma. Casi podría despegar y volar.

Aunado a esto, la espada que llevaba en su mano izquierda se sentía tan familiar que parecía una extensión de su cuerpo.

Eso es extraño. Nunca he tocado una espada antes…

Al ver a Saito con la espada en su mano, Guiche sonrió fríamente.

“Antes de nada, déjame felicitarte. Estoy bastante impresionado de que un plebeyo como tu llegara tan lejos contra un mago.”

Con eso, giró la rosa en su mano.

Esa rosa artificial debe ser su varita. En serio, ¿cuán presumido puedes ser?

Saito estaba tan asombrado que se podía dar el lujo de andar pensando en tales cosas.

Me acabaron de dar una paliza. ¿Qué me pudo haber pasado?

El golem de Guiche atacó de nuevo.

Estúpido pedazo de hojalata.

La estatua modelada con la forma de una mítica valkiria se aproximó a Saito en cámara lenta.

¡Qué demonios!, pensó Saito.

¿Esta pila de basura fue la que me golpeó como si fuera un muñeco de trapo?

Saito saltó a la acción.

***

Al ver cómo su golem fue cortado en dos como si fuera un pedazo de arcilla, Guiche dejó salir un gemido.

Cada mitad del golem golpeó el suelo con un sonido metálico. Mientras tanto, Saito fue hacia Guiche en un torbellino de acción. En pánico, Guiche movió su varita rosa frenéticamente. Pétalos bailaron y seis nuevos golems aparecieron.

En total, siete golems eran el arsenal completo de Guiche. Nunca se habría imaginado que un simple plebeyo podría ganarle tan siquiera a uno.

Los golems rodearon a Saito y se abalanzaron contra él al mismo tiempo.

“Malditos pedazos de hojalata…”

Y justo cuando parecía que lo tenían, cinco de ellos fueron cortados. Había sido tan rápido que nadie vio la espada, haciendo que todos se preguntaran qué tipo de habilidad sobrehumana era esta.

El golem restante corrió inmediatamente para defender a Guiche. Pero también fue derribado por una cuchillada que no se vio.

“¡¡Hiii!!”

Una patada en la cara mandó a Guiche al suelo. Vio cómo Saito saltó hacia él.

¡Voy a morir! pensó, mientras se protegía la cabeza. Algo hizo un ruido hueco… Cuando tímidamente abrió sus ojos de nuevo…

Saito había clavado la espada en el suelo, justo a la derecha de la cabeza de Guiche.

“¿Quieres continuar?”

Le preguntó Saito.

Guiche movió la cabeza frenéticamente. Había perdido todo el deseo de pelear.

Y con un tono decepcionado dijo,

“Me rindo.”

***

Saito soltó su mano y se fue caminando. Podía escuchar una gran aclamación de parte de la audiencia, como

“Waa, ¡ese familiar es genial!” u “Oh cielos, ¡Guiche perdió!”

Yo… ¿Gané?

¿Cómo?

Los pensamientos de Saito estaban borrosos.

… ¿Qué me pasó?

Me estaban dando una paliza sin piedad.

Y entonces, en el momento que mi mano tocó la espada, mi cuerpo se sintió como una pluma. Lo próximo que recuerdo es a los golems de Guiche despedazados. Ni siquiera sabía cómo utilizar una espada. Todavía no lo entiendo muy bien, pero qué importa. De alguna manera gané, y eso es lo importante. Pensaré en esto después. Porque ahora mismo, me siento muy cansado.

Quiero dormir.

Pudo ver a Louis corriendo hacia él.

“Oye, ¡gané!” es lo que quería gritar, pero las rodillas se le doblaron.

La sensación de fatiga podía más que él, y sintió cómo perdía la consciencia lentamente. Saito colapsó.

***

Al ver cómo Saito empezaba a tambalear, Louise corrió más rápido para intentar apoyarlo en ella, pero no llegó a tiempo. Saito cayó al suelo con un fuerte golpe.

“¡Saito!”

Louise lo sacudió. No, no parecía que había muerto.

“Guu…”

Podía escuchar cómo roncaba. Estaba durmiendo.

“Está dormido…”

Louise parecía aliviada mientras dejó salir un suspiro. Guiche se levantó y movió su cabeza asombrado. “Louise, ¿quién es ese tipo? Todas mis Valkyries fueron derrotadas tan fácilmente….”

“Sólo es un plebeyo.”

“No hay forma de que mis golems hayan podido perder contra ‘sólo un plebeyo’.”

“Hmph. ¿No habrá sido porque eras más débil?”

Louise intentó levantar a Saito, pero al no ser capaz de apoyarlo apropiadamente, terminó cayendo, con él encima de ella.

“¡Aaah, Dios! ¡Eres muy pesado! ¡Idiota!”

Uno de los estudiantes de la muchedumbre lanzó un hechizo de levitación en Saito.

Louise empezó a empujar suavemente el cuerpo de Saito. Necesitaba llevarlo de vuelta a su habitación y vendarlo.

Louise se limpiaba los ojos, con la manga de la camisa. Parecía que estaba sufriendo, se veía tan lamentable que ella no podía evitar llorar. Se volvió tan fuerte cuando tomó la espada, pero si no hubiera sido por eso, realmente pudo haber muerto.

Ahora mismo, eso era más importante que el que Saito ganara. Apuesto que este idiota pensó que no importaba si moría. Yendo por ahí, siendo así de testarudo, cuando solo eres un plebeyo…

“Sólo eres un familiar, ¡¿Así que por qué continuas haciendo lo que te da la gana?!”

Louise le gritó a Saito, que dormía. Su alivio fue reemplazado rápidamente por enojo.

***

El Sr. Osmond y Colbert terminaron de ver todo el suceso vía el Espejo de la Vista Remota. Intercambiaron otra mirada.

“Viejo Osmond.”

“Hrm.”

“Ese plebeyo terminó ganando…”

“Hrm.”

“Guiche es solamente un mago de primer nivel, pero aún así, no ha debido ser vencido por un plebeyo cualquiera. ¡Qué velocidad tan increíble! ¡Nunca había visto a un plebeyo como él! ¡No hay duda de que es Gandalfr!”

“Hrmm…”

El señor Colbert presionó a Osmond.

“Viejo Osmond. Debemos reportar esto al palacio inmediatamente y pedir instrucciones…”

“No habrá necesidad de eso.”

Sr. Osmond asintió severamente, despeinando su blanca barba.

“¡Pero señor! ¡Este es el mayor descubrimiento del siglo! ¡Un Gandalfr renacido en el mundo moderno!”

“Sr. Colbert. Gandalfr no era un familiar ordinario.”

“¡Exactamente! ¡El familiar usado por el Fundador Brimir, Gandalfr! Nunca hubo una descripción de su apariencia, pero se dice que fue creado específicamente con el propósito de proteger al Fundador Brimir mientras realizaba sus conjuros.”

“Correcto Los conjuros del Fundador Brimir eran especialmente largos… Pero eso hacía a sus hechizos muy poderosos. Y como sabes, los magos son más vulnerables mientras están conjurando. Gandalfr era el familiar que él usaba para que lo protegiera en esos momentos de vulnerabilidad. Su fuerza.”

Colbert interrumpió en este punto, luciendo bastante emocionado.

“¡Podría eliminar a un ejército de mil soldados él solo! ¡Los magos ordinarios no son nada para él!”

“Así que, Señor Colbert.” “¿Sí?”

«Ese chico, solo es un plebeyo normal, ¿no?”

“Sí. No importa cómo se vea, es un plebeyo normal. Hasta lo confirmé con un hechizo de detección cuando la Srta. Vallière lo invocó, pero aún así, era un plebeyo normal y corriente”

“¿Y cómo es que se convirtió en el Gandalfr moderno?”

“Sería por la Srta. Vallière, pero…”

“Supongo que debe ser una maga muy talentosa, ¿no?”

“Para nada. Más bien, se podría decir que no tiene talento…”

“No hay dudas de que son un dúo misterioso.”

“Sí.”

“¿Cómo es que un chico normal contratado por un mago sin talento se convirtió en Gandalfr? Qué paradoja. No entiendo cómo puso suceder.”

“Exactamente…”

“En cualquier caso, no hay necesidad de que le demos a esos tontos de palacio a Gandalfr y a su ama. Dales juguetes como estos y solo causarán otra guerra innecesaria. Los consejeros de la corte tienen mucho tiempo libre y les gusta combatir.” “Ooh, ya veo. Pido disculpas por haber pasado por alto asuntos tan importantes.”

“Yo tomaré la responsabilidad de este caso. No le hablará a nadie más de esto, Sr. Colbert.”

“¡S-sí! ¡Entiendo!”

Sr. Osmond tomó su bastón y se giró mirando hacia afuera por la ventana. Se vio inmerso en sus pensamientos sobre la lejana historia.”

“El familiar legendario Gandalfr… Me pregunto qué otras formas ha tomado en el pasado.”

Colbert murmuró como si estuviera soñando.

“Se decía que Gandalfr era capaz de utilizar cualquier arma para derrotar a sus enemigos…”

“Hrm.”

“Así que por lo menos tenía un brazo y una mano, creo.”

***

La luz de la mañana despertó a Saito. Su cuerpo estaba cubierto de vendas.

Es verdad.

Acepté un duelo con ese tal Guiche y me estaban dando una paliza…

Entonces de alguna manera milagrosa pude ganar usando esa espada…

Y me desmayé.

Estaba en el cuarto de Louise. Y por alguna razón, estaba durmiendo en la cama de Louise.

Louise estaba sentada, durmiendo profundamente con la cabeza apoyada en una mesa. Sus ojos se dirigieron a las runas en su mano izquierda. Cuando esas runas brillaron, su cuerpo se sintió tan ligero como una pluma, una espada que nunca había sostenido en su vida se sentía como una extensión de su brazo, y había cortado los golems de Guiche como si nada.

En este momento, esas runas no estaban brillando.

Me pregunto qué habrá sido eso…

Mientras miraba a su mano izquierda curiosamente, golpearon la puerta y un momento después se abrió.

Era Siesta. La plebeya que le dio estofado en la cocina. Vestía su uniforme de sirvienta, con la cinta adornándole el cabello.

Miró a Saito y sonrió. En la bandeja plateada que llevaba, había un poco de pan y agua.

“¿Siesta?”

“¿Ya estás despierto, Saito-san?”

“Sí… Yo…”

“Después de todo eso, la Srta. Vallière te trajo aquí para que durmieras. Tuvo que buscar a un profesor para que conjurara un hechizo de sanación en ti. Fue una situación seria.”

“¿Hechizo de sanación?”

“Sí. Es magia que ayuda a curar heridas o enfermedades. ¿No sabías?”

“No…” Saito movió la cabeza. El que Saito no conociera algunos términos básicos, desconcertó a Siesta, pero no ganaría nada quedándose callada.

“La Srta. Vallière pagó por el reactivo que era necesario para el hechizo de sanación, así que no te preocupes por eso.”

Su silencio era una clara indicación de que estaba preocupado por el dinero.

“¿Ese reactivo fue muy caro?”

“Bueno, definitivamente es algo que un plebeyo no podría pagar.”

Saito intento levantarse, pero solo pudo gritar por el dolor.

“¡Ouch!”

“Ah, ¡no te debes mover! ¡Tus heridas eran tan severas que ni el hechizo de sanación pudo curarlas completamente! ¡Necesitas tomar las cosas con calma!”

Saito asintió y se recostó en la cama.

“Te traje un poco de comida. Por favor come.”

Siesta puso la bandeja en la cabecera de la cama, junto a Saito. “Gracias… ¿Cuánto tiempo dormí?” “Tres días y tres noches seguidas. Todos estaban preocupados de que no fueras a despertar.”

“¿Todos?”

“El personal de la cocina…” Siesta bajó los ojos tímidamente.

“¿Qué sucede?”

“Um… Lo siento. Haber huido en ese momento.”

Ella estaba hablando de cómo huyó atemorizada cuando Saito enfureció a Guiche en el comedor.

“No te preocupes. No hay nada de que disculparse.”

“Como no podemos usar magia los nobles siempre han sido intimidantes para nosotros los plebeyos…”

De repente Siesta levantó la cabeza. Sus ojos brillaban.

“¡Pero ya no estoy asustada! ¡Me inspiraste, Saito-san! ¡Aunque eres un plebeyo le ganaste a un noble!”

“De verdad… Ja ja.”

Aunque en verdad no tengo la más mínima idea de cómo gane.

Apenado, Saito solo se rascó la cabeza. Entonces se dio cuenta de que estaba usando su brazo derecho, el que había sido roto. Estaba completamente bien. Todavía dolía un poco al moverlo, pero parecía que los huesos estaban juntos de nuevo.

Wow, así que esto es magia. Saito pensó un poco admirado.

… Supongo que sí es algo de que estar orgulloso.

“Por cierto, ¿me has atendido todo este tiempo?”

“Oh no, yo no. Fue la Srta. Vallière…”

“¿Louise?”

“Sí. Cambió todas las vendas y limpio el sudor de tu cara… No durmió ni un poco, así que debe estar exhausta.”

Mientras dormía, la respiración de Louise era constante y suave. Aunque tenía ojeras.

Su cara mientras duerme siempre es tan adorable. Se parece a una muñeca.

Así que sí puede ser amable a veces, pensó. Repentinamente su cara de perfil parecía mucho más linda.

Louise parpadeó y abrió sus ojos.

“Fuaaaaaaaaaaaaa~~.”

Se estiró con un gran bostezo, y entonces miró a Saito, quien había estado sentado en la cama sorprendido.

“Oh. Estás despierta.”

“S-sí…”

Saito bajó los ojos. Pensó que debía agradecerle.

“Um, Louise.”

“¿Qué?”

“Gracias. Y perdóname por haberte preocupado.”

Louise se levantó. Y se acercó a Saito.

El corazón de Saito se aceleró.

¿Dirá algo como ‘buen trabajo, estuviste genial allá fuera’ y tal vez me bese?

Pero eso no es lo que pasaría.

Louise le quitó la sabana a Saito y lo agarró por el pescuezo. “Si te sientes mejor, ¡sal de mi cama!” Todavía agarrándolo por el pescuezo, Louise sacó a Saito de la cama. “¡Wah! ¡Ow!” Saito cayó al suelo.

“Oye, ¡todavía soy una persona herida!”

Saito se levantó. El cuerpo todavía le dolía, aunque no era nada que no pudiera aguantar. Pero aún así, lo hubiera dejado dormir un poco más. “Uh, en ese caso, me iré ahora…”

Siesta se fue de la habitación con una extraña sonrisa. O mejor dicho, huyó de la habitación.

Louise le arrojó una montaña de ropa, incluyendo ropa interior, a Saito. “¡Ack!” “Esa es la ropa sucia que se acumuló mientras estabas durmiendo. Una vez termines con eso, limpia mi habitación. ¡Apúrate!”

“Um, ¿sabes?...”

Louise miró furiosamente a Saito.

“¿Qué? ¿Crees que por ganarle a Guiche te trataría diferente? ¿Pensaste que serías felicitado? ¿Eres un idiota?”

Saito miró ofendido a Louise.

Decidió retirar lo que había pensado antes sobre ella siendo linda.

Aún así… la manera en que Louise se sentaba en su cama moviendo sus piernas era de un nivel innegable de lindura más allá de este mundo.

Su largo cabello color fresa ondeaba. Sus ojos color avellana brillaban con malicia. Era grosera, arrogante y egoísta, pero no importa cuánto él intentara negarlo, su apariencia era encantadora.

Levantando un dedo triunfante, Louise declaró.

“¡Qué no se te olvide! ¡Eres mi familiar!”






Pagina Principal