Editing Rakudai Kishi no Eiyuutan:Volumen 1 Prologo (section)

==Un Encuentro en la Mañana==

Después de finalizar su carrera diaria, Ikki Kurogane regresó a su habitación en la residencia estudiantil y encontró a una hermosa chica semidesnuda dentro.

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—...Eh?

Cabello escarlata que parecía encarnar olas de fuego ardiente.
Pupilas de color rubí en un hermoso rostro que estaba lejos de ser japonés, abiertos ampliamente de la sorpresa por el repentino intruso. 
Extremidades inmaculadas tan blancas como nieve fresca, vestida con encajes negros.

Hermosa. Ikki no podía pensar en otra palabra para poder describir sus características. 

Su hermosura era como una pintura de una diosa, evocando una solemnidad que no dejaba lugar a la perversa lujuria. Ella simplemente capturaba las miradas.

¿¡Pero...pero por qué estaba semejante chica en su cuarto!?

¿Quizás entré al equivocado?

Él pensó que sí, pero era el cuarto #405 de la primera residencia estudiantil. 

La vivienda de seis tatamis<ref>Tatami: Una estera de paja con una área de alrededor de 91 cm por 182 cm (basado en el formalmente aceptado estándar Nagoya, aunque hay diferencias regionales). Una cuarto de seis tatamis seria de 2.73 metros de ancho por 3.64 metros de largo.</ref>  con una litera sin dudas era de Ikki, entonces lo más probable era que la persona que estaba cometiendo el error fuera la chica, pero...

—Hiiii...

Ella dejó salir un pequeño chillido de su estrecha garganta, y entonces él escuchó el sonido de una respiración profunda siendo aspirada.
Oh oh. Si una chica gritaba en esa situación, las acusaciones seguramente recaerían en el chico.

—¡Por favor espera un minuto! Entiendo lo que quieres decir. Pudo haber sido un accidente pero no voy hacer excusas por lo que claramente vi.

Ikki no trataba de culpar a nadie por este desastre. La amargura de ser visto desnudo por un extraño era algo que él podía imaginarse. ¡Esta era una situación que como un hombre él debía soucionarǃ Así que dijoː

—Es por eso que voy a quitarme mi ropa también, y quedamos a mano.

“!!!NOOOOO UNA BESTIA!!!”

Y así, un grito rompió el silencio de la mañana  y se elevó para perforar el cielo. Esa era la verdad.