Editing To Aru Kagaku no Railgun: Juegos Fríos (section)

===Parte 17===
'''(La_Estrella)'''

Misaka Mikoto cruzó corriendo el Distrito 1 por su cuenta e ignoró la mirada sospechosa de los oficiales Anti-Skill que operaban las puertas de acordeón de acero inoxidable mientras corría hacia la estación de metro. Continuó hasta el hospital universitario del Distrito 2.

No podía usar el nombre de Judgement mientras estaba sola, pero la confianza construida a partir de su encuentro anterior parecía permanecer. Los guardias no la detuvieron mientras se adentraba en el hospital donde no se permitían pacientes ni visitantes normales.

Llamó a la puerta, pero la chica de bata blanca no se dio cuenta.

Asajimo Mebuki permaneció inmóvil en el laboratorio vacío y miró fijamente la gruesa puerta plateada del congelador.

-... Son menos de tres horas hasta el límite ahora. -dijo. -Incluso si el criminal supiera cómo descongelarla, sería demasiado tarde para cuando el procesamiento y otros preparativos estuvieran completos. Eso puede ser lo mejor. Ciudad Academia le ha mostrado al mundo que no negociaremos con criminales pase lo que pase.

-No tenemos que esperar a Loophole.

Por un lado, había surgido la posibilidad de que Innai Chigiri en realidad no supiera cómo descongelar a la niña.

-Todavía podemos llegar a tiempo. ¡Pero solo si comenzamos aquí y ahora en lugar de esperar a alguien más! No querrás simplemente sentarte jugando con los pulgares cuando estés rodeado de técnicas y equipos que podrían salvarla, ¿¡verdad!?

-¿Pero cómo…?

La profesora universitaria de 14 años finalmente se dio la vuelta.

Fue una acción lenta.

Su expresión era una colapsada que parecía que estaba llorando y sonriendo.

-Quería hacer todo lo posible para salvar heroica y emocionalmente a mi familia, ¡mi hermana! ¡Miré su álbum de fotos, leí su diario y pensé en nuestros recuerdos juntos para tallar en mi corazón que simplemente no podía perderla! …Pero me acusarían de un delito… Una vez que acepte el desafío y haga el intento, estaré empujando la pelota colina abajo y no habrá vuelta atrás. ¡¡Si fallo, seré esposada como una asesina!! Por supuesto que tengo miedo de eso. ¡Mi lengua se congela, mis dedos tiemblan y ninguna cantidad de palabras idealistas cambiará la realidad! ¡¡La barrera no bajará solo por mis circunstancias!! ¿Que se supone que haga? ¡¡Si pudiera entregar mi vida para salvarla y fallar me hiciera caer muerta en ese mismo momento, no habría dudado!! Pero cuando el fracaso significa caer hasta el fondo pero tener que seguir viviendo después, ¡entonces por supuesto que voy a tener miedo!

Esta no era una historia encantadora.

Era una historia fea de alguien que comparaba sus lazos familiares con los riesgos prácticos.

Pero esto le dijo algo a Mikoto: ella no era una mala persona.

Si, mientras contaban los últimos segundos, la chica hubiera seguido diciendo cosas que sonaban encantadoras y que en realidad no pensaba, perdiendo el tiempo en el proceso, ese habría sido el verdadero problema. Asajimo Mebuki entendió el valor del tiempo aquí. Así que había desechado todo lo demás y arrastrado lo que realmente pensaba. Porque cada minuto y segundo importaba aquí.

No era que a ella no le importara.

No era que no quisiera salvar a su hermana.

Una excusa prolongada no sería más que una acción defensiva destinada a ocultar lo que realmente pensaba. Pero la chica de bata blanca había dado una explicación de por qué haría bien en abandonar a su hermana congelada y evitar el riesgo. Tenía esa explicación, pero en realidad no había tomado la decisión de rendirse. Ella se mostró renuente y apretó los dientes. Para decirlo de otra manera, no había sido capaz de pensar siquiera en la opción de abandonar a su hermana sin antes armarse con un argumento tan completo para ello. De hecho, incluso después de esa discusión bien razonada, no había podido convencer al alma que residía en lo más profundo de su corazón. Eso no fue como la pérdida de tiempo antes mencionada. Ella había soportado para proteger esa vida.

Y entonces Misaka Mikoto se preguntó qué tenía que hacer.

Criticar a Asajimo Mebuki por las feas palabras que salen de su boca sería el colmo de la locura. Eso mostraría una completa falta de comprensión del núcleo del problema. Esas no eran las palabras necesarias aquí.

Ella tuvo que pensar de nuevo.

Tenía que alinear toda la información que había reunido hasta el momento.

Tenía que haber una llave allí que abriera una conclusión en la que todos pudieran sonreír.

-Estás diciendo que tienes que rendirte porque no hay forma de salvar a tu hermana congelada, Asajimo Saemi, ¿correcto?

-¿Qué…? ¿Tienes que preguntar?

-Solo necesitaba confirmación. Entonces, para decirlo de otra manera, ¡nunca te rendirías con tu hermana mientras hubiera una manera de salvarla! ¡¡Voy a obligarte a eso!!

Ahora era el momento de dar la respuesta.

No se necesitaron más largas excusas. ¡Era hora de llegar al corazón de Asajimo Mebuki y sacar lo que realmente quería hacer!