Editing Heavy Object:Volumen 5 Capítulo 2 (section)

===Parte 1===

La Villa Tecnópica fue construida en el espacio circundante al estadio en forma de domo. Llamarla “villa” era un vestigio de la competencia internacional de una era pasada. En realidad no era tan diferente de un hotel rascacielos estándar.

El guardaespaldas de Mariydi le habló.

“Estoy sorprendido. No te tomé por el tipo que se pega a la TV así.”

“Estoy interesada en los resultados de la carrera femenina de 50 metros.”

Su interés no venía de un recién encontrado nacionalismo. Estaba sosteniendo lo que parecían ser boletos para el cine en una mano.

“¿Apostaste?”

“No sé si es para pagar por la protección antifraude, pero incluso una sola apuesta es cara.”

Eso significaba que esta no era una apuesta privada. Había comprado oficialmente ese boleto de apuesta del Domo Olimpia.

Pero mientras observaba el transcurso de las noticias deportivas, Mariydi puso una cara de disgusto y aventó los boletos bajo la mesa.

“¿¡Qué!? ¿¡Cómo consiguieron un tiempo más rápido que 4.77 segundos en una carrera de 50 metros!?”

“Todos lo que tienen sentido común han estado escogiendo a la reina de la velocidad desde las eliminatorias.”

“Sí, pero ganas una miseria si le apuestas a ella. Es por eso que le aposté al mejor tiempo.”

La atleta negra que ganó el oro tenía un tiempo de 4.74 segundos y otros tiempos milagrosos en el rango de 4 segundos estaban detrás de ella. Por suspuesto, los humanos no podían correr tan rápido con sus propias fuerzas. Estos anormales récords fueron conseguidos superando los límites de la humanidad con su ropa deportiva, zapatos y las drogas que estaban tomando.

Sin más uso para ella, Mariydi dejó la TV y empezó a vagar por el gran cuarto de hotel.

Parecía más molesta por el hecho de haber malgastado dinero que por el monto específico que perdió.

“Tal vez no deberías pararte cerca a las ventanas.”

“Es vidrio polarizado, así que nadie puede verme desde el exterior,” respondió Mariydi mientras observaba el escenario nocturno.

Su guardaespaldas se hundió en el sofá y se encogió de hombros.

“Necesitas relajarte más,” dijo.

“Tú también. Te ves más inquieto que cuando vinimos aquí desde el estadio.”

“Como tu guardaespaldas, no puedo evitar sentir que rascacielos como este son peligrosos.”

“Casi todos los que tratarían de atacarme están aliados con otro atleta. Cuando estamos reunidos en un solo lugar, pierden la opción de volar todo el edificio. POdrías decir que nuestra seguridad está garantizada por el hecho de que todos han tomado al resto como rehenes.”

“Si fuera así de simple, mi paga no sería tan alta.”

“Por cierto.” Mariydi finalmente se volteó. “¿Cuánto tiempo planeas estar aquí? Alicia y Stacy ya regresaron a sus cuartos. No me digas que planeas mirarme toda la noche con la excusa de protegerme.”

“Simplemente estoy siguiendo mi contrato. Como tengo que estar en el cuarto de una chica, personalmente preferiría a una con un cuerpo más glamoroso.” El guardaespaldas se encogió de hombros mientras seguía sentado en el sofá. “Fui contratado para quedarme aquí hasta la medianoche. Después, me mantendré en espera fuera de tu cuarto. Simple, ¿no? Pero por simple que sea, seré acusado de incumplimiento de contrato si no sigo esas reglas. Así que sopórtame un ratito más.”

“¿...Por qué tengo el presentimiento de que me vas a despertar en la mañana?”

“Lo siento, pero no tengo nada más que hacer hasta que salgas a tomar desayuno. Si necesitas que alguien te despierte, deberías contratar a una maid.”

Mariydi chasqueó su lengua ligeramente y volvió a mirar el escenario nocturno fuera de la ventana.

“Me sorprende que el Domo Olimpia no hiciera más para intervernir,” dijo.

“¿De qué estás hablando?”

“El ataque a Erie Greenhat. Incluso si los atletas individuales y las organizaciones a las que pertenecen tienen guardaespaldas, se supone que el Domo Olimpia debería poner un alto a incidentes como esos.”

El ataque fue relaizado por guardaespaldas que supuestamente debían estar cuidando a un atleta, pero la administración del Domo Olimpia debía haber sabido lo que estaba pasando.

Mientras seguía relajándose en el sillón, el guardaespaldas dijo, “Tienen sus propios asuntos con que lidiar. Además, no quieren poner sus propias vidas en peligro involucrándose más de lo que deben.”

“...”

“Gran parte de la fuerza militar del Domo Olimpia está conformada por VANTs y ROVs. Casi todos son no tripulados. Con eso, puedes adivinar cuan pocos soldados realmente quieren salir a pelear, ¿cierto?”

“Pero definitivamente van con todo cuando se trata de equipos,” expectoró Mariydi mientras apuntaba al escenario nocturno.

No estaba apuntando al suelo artificial.

Apuntaba al oscuro océano que se extendía más allá. Luces de naves más grandes que portaaviones podían verse irrumpiendo en lo que debió haber sido una noche vacía.

“Mira esas gigantescas naves transformadoras. Creo que se llaman Subestaciones Oceánicas. La verdadera generación de energía es llevada a cabo por satélites en órbita y luego enviada a las naves vía microondas. Luego la energía es convertida en un láser y enviada al domo donde provee energía para los varios tipos de armas no tripuladas”

“Satélites generadores de energía, ¿hm?”

“Generan energía solar desde el exterior de la atmósfera terrestre. Por un tiempo fueran venerados como los salvadores de la Tierra del calentamiento global, pero el uso de la tecnología disminuyó porque la gran superficie incrementaba el riesgo de choque con basura espacial. Y ya que los paneles solares golpeados por la basura se convertían en más basura atestando las cosas en órbita, hubieron charlas acerca de restringir su uso mediante ley internacional. Sí que es una forma indirecta de sacar toda la energía.”

Las instalaciones de transformación también requerían de energía para funcionar.

La Subestaciones Oceánicas aseguraban esa energía minando hidrato de metano y usándolo como combustible para las turbinas de gas.

La razón por la que eso no era suficiente para la generación primaria de energía era porque la cantidad de energía requerida era ridículamente grande.

“Tienen sus razones,” dijo el hombre. “Generan energía fuera de la isla y la envían al Domo Olimpia vía láser. Entonces la red energética normal de la isla lleva la energía al domo de donde pequeños láseres envían energía para recargar los varios tipos de armas no tripuladas.” Mientras el guardaespaldas hablaba como si estuviera leyéndolo de un libro, sacudió su cabeza. “¿Ahora ves por qué la administración se toma las molestias de mantener la generación de energía fuera del domo? Podrían generar fácilmente la energía aquí, pero no lo hacen. Generar la energía para el armamento no tripulado fuera del domo sirve para mostrar que el Domo Olimpia tiene poquísimo valor militar. De esa forma no será blanco de Objects.”

Además, existía el riesgo de que las microondas tuvieran un efecto negativo en las computadoras o en el armamento no tripulado si es que fueran enviadas al Domo Olimpia directamente desde los satélites.

Algunos reclamaban que también tenía un efecto en el cuerpo humano, pero estos reclamos carecían de un fundamento científico. Sin embargo, el Domo Olimpia era un negocio de servicios. Incluso miedos sin fundamento podían hacer que la gente dejara de venir, así que los evitarían en cuanto fuera posible.

Es por ello que las microondas se enviaban al mar lejos del Domo Olimpia y después la energía era enviada vía láser.

“Así que tener demasiada fuerza militar sería peligroso, pero de esta forma también pueden tomar cartas en el asunto en caso de una emergencia, ¿hm?”

“Y el negocio de guardaespaldas no tuvo que disminuir,” comentó el guardaespaldas.

“Como sea,” dijo Mariydi mientras miraba inmóvil a las gigantescas naves transformadoras a la distancia. “Parece que tendremos que superar cualquier otro problema por nuestra cuenta.”