Editing Heavy Object:Volumen 5 Capítulo 3 (section)

===Parte 2===

Antes de volver a su cuarto en el complejo hotelero, Mariydi visitó el cuarto de Stacy. La Villa Tecnópica en la que Mariydi se alojaba fue hecha para los atletas, así que los miembros de su equipo de apoyo tenían que usar un hotel diferente. Como todos los atletas tenían docenas de personas apoyándolos, no había otra opción.

Esa mujer que se dejaba llevar fácilmente por las modas se veía encantada por su pequeña visitante.

“¿Por qué estás aquí? ¿Quieres darme tu autógrafo?”

“¿Tienes alguna comida que sirva como bocadillo nocturno? Algo como un perro caliente sería genial.”

“¿Oh? ¿Creí que acababas de cenar?”

“No lo comeré ahora. ¿Preferirías que te despierte en medio de la noche cuando me dé hambre? No tengo permitido comer o beber cosas de las tiendas normales, ¿recuerdas?”

“Hmm. Supongo que eres una chica en crecimiento.”

“¿…Dónde crees que estás mirando?”

“¿Pero realmente irán los nutrientes a donde quieres que vayan?”

“De nuevo,  ¿¡dónde crees que estás mirando!?”

Stacy no se veía alterada por la ira de Mariydi. Volvió a su cuarto de hotel y empezó a buscar en un refrigerador que era demasiado grande para haber venido con el cuarto.

“Dijiste que un perro caliente estaría bien, ¿no?”

“Solo tiene que ser algo que evite que esté demasiado hambrienta para dormir. No tiene que ser algo tan nutritivo.”

“Sería más simple tomar una pastilla para dormir, pero…¿Hm?”

Stacy dejó salir una extraña voz mientras metía su cabeza en el refrigerador y rebuscaba en su interior.

Mariydi frunció el ceño.

“¿Qué pasa?”

“Me quedé sin lechuga”

“No la necesito. Solo necesitas un pan y una salchicha para un perro caliente.”

“¡¡No!!” A pesar de que eran las 10 de la noche, Stacy soltó un grito que rivalizaba con los rugidos de la multitud del estadio. “La lechuga es importante. ¡Increíblemente importante! Con solo un pan, mantequilla y una salchicha, ¡¡sería demasiado grasoso!! Y si le agregas kétchup y mostaza, ¡¡tienes algo que ni siquiera cuenta como comida!!”

“Solo pedí algo parecido a un perro caliente.”

“Sin la húmeda lechuga, ¡¡no es un perro caliente!! ¡No puedes solo reemplazarla con repollo o algo! Oh, no. ¡¡Necesito ir al cuartel general y asegurar provisiones!!”

“¡¡Solo dame una salchicha!! ¡¡Suficiente!!”

Ella agarró la mano de Mariydi y la medio arrastró del cuarto de hotel.

Cuando el guardaespaldas que estaba esperando afuera en el pasillo las vio, preguntó, “¿Qué pasó?”

“Estoy aprendiendo algo acerca de las preferencias en hogares de Stacy. ¡¡Maldita sea!!”

“…De ser posible, me gustaría algo para mí también. El trabajo nocturno de guardaespaldas me pone hambriento.”

Stacy ignoró completamente su conversación y continuó avanzando por el hotel con Mariydi en su agarre.

Parecía que cada equipo tenía su equipo guardado en cuartos de almacenamiento alquilados localizados en el sótano del hotel. Guardias de las Corporaciones Capitalistas también estaban presentes.

Stacy rebuscó en un refrigerador industrial que era prácticamente un pequeño cuarto refrigerado. La mirada en sus ojos solo regresó a la normalidad una vez que encontró la lechuga.

“…Hoo. Ahora puedo hacer el perro caliente perfecto.”

“¿Has olvidado completamente tu objetivo inicial?” dijo Mariydi conmocionada mientras se dirigían al elevador.

El cuarto de Stacy estaba en el 20vo piso, pero el elevador se detuvo un piso antes de ese. Era el piso en donde el salón estaba ubicado. El guardaespaldas que llevaba una chaqueta antibalas levantó inmediatamente su guardia, pero Mariydi pensó que un ataque era improbable. Había una posibilidad casi nula de que alguien hubiera previsto una salida no programada como esta.

Pero algo que Mariydi en verdad no esperaba apareció en el otro lado de la puerta del elevador.

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“No podemos dejar que eso pase. Los Tecnópicos están llenos de maquinaciones y ataques, así que te acompañaré,” dijo Alicia con una gran sonrisa.

Estaba intentando entrar al elevador mientras se pegaba al brazo del gerente de RR. PP. de la compañía patrocinadora.

Mariydi Whitewitch había luchado continuamente en las largas y agotadoras guerras de la Zona Restringida de Europa del Norte donde el uso de Objects estaba prohibido. Su expresión no cambiaría ni aunque estuviera encima de un soldado enemigo aplastando su cabeza con una gran roca. Pero esta escena hizo que su mente se apagara.

Los ojos de Alicia se encontraron con los de Mariydi mientras la boca de la chica se abría y cerraba silenciosamente. Luego notó al guardaespaldas y a Stacy en el elevador. Fue solo por un instante, pero su sonrisa definitivamente se congeló.

¿Ganaría su orgullo o su sentido de negocios?

Como verdadera integrante de las Corporaciones Capitalistas, eligió el camino que llevaría al dinero.

Nadie había presionado el botón de cierre, pero la puerta del elevador se empezó a cerrar por su cuenta. Alicia la agarró y la abrió a la fuerza.

Para entonces su sonrisa había regresado completamente y estaba una vez más enclavada al joven gerente de RR. PP. de la compañía patrocinadora con el ángulo y fuerza ideales.

“¿No crees que ya es suficiente de beber en el bar? Puede que no lo parezca, pero sé algo de cocteles. Si quieres, podría hacerte algunos en mi cuarto.”

“M-momento. ¡Un momento! Tú eres la señorita Whitewitch, la atleta a la que mi compañía está patrocinando, ¿¡correcto!?”

Mientras Alicia continuaba pegada a él, el gerente de RR. PP. le habló a Mariydi.

Con una mirada sospechosa, ella dijo, “¿Sí?”

“He sido acribillado con elogios por 3 horas seguidas. Tengo miedo de que mi sentido interno no esté balanceado. Si no te importa, ¿podrías insultarme para reajustarme?”

(Por mucho que actúes como si no, creo que en verdad te gusta tener a una belleza como Alicia colgada así de ti.)

Con eso en mente, Mariydi miró al hombre con una horriblemente helada mirada.

“¿Así que eres un *** de un *** bastardo desquiciado que no puede tener una erección sin mirar a una chica que sostiene un arma gigante? Vuelve a tu patética casa y empieza a lamer una muñeca o algo por el estilo.”

El gerente de RR. PP. se acuclilló frente a un rincón del elevador.

“…Lo siento. Eso fue un poco más de lo que estaba esperando.”

“Fue una petición de mi patrocinador. Tenía que ir con todo.”

“¿Oh? Si eso es lo que quieres, puedo insultarte también.”

El elevador se detuvo en otro piso y Alicia y el gerente de RR. PP. se encaminaron hacia el pasillo. Después de unos pasos, Alicia se volteó hacia el elevador y amenazó a Mariydi y a los otros con un gesto horriblemente obsceno usando su pulgar.

La puerta se cerró nuevamente y un silencio incómodo cayó sobre el elevador.

“…Supongo que en verdad no hay negocio en el que puedas hacer dinero fácil.”

Las palabras murmuradas por Mariydi hablaban de una de las mayores verdades de las Corporaciones Capitalistas.