Editing Strike Witches ~Spanish~:Afrika5 Capitulo5

“Y por un tiempo, las cosas fueron como están descritas en el libro,” dije.
	
“Hum, parece que las nuevas unidades siempre están ligadas a problemas y averías,” observó Marseille.
	
Oh, por el amor de… ¿Te interesa ESA parte?
	
Me sentí un poco defraudada, pero no lo demostré, ya que lo único que quería era seguir con la historia.
	
“Supongo. Con las nuevas unidades lo primero es revisarlas de arriba a bajo, ya que sino luego puedes encontrarte con problemas y ya no hay vuelta atrás. Incluso ahora, hago chequeos al Ki-61 cuando tengo algo de tiempo libre,” respondí.
	
“Karlsland me acaba de enviar una unidad nueva,” apuntó Marseille. “Por lo que parece tendré que andarme con cuidado.”
	
“El propósito de los modelos de preproducción es justamente identificar problemas en campo abierto, así que sí, deberías ir con cuidado.”
	
“Estoy un poco alarmado por tus afirmaciones,” dijo Rommel. “Hacen pruebas rigurosas de las unidades. No creo que haga falta ser tan precavido.”
	
“Se sorprendería General,” respondí. “No podría confiarle mi vida a un trozo de chatarra, como mínimo no hasta que los problemas se reduzcan a cero y la línea de producción se vuelva consistente. Creo que los pilotos de pruebas merecen mucho respeto.”
	
“¿Así lo ves?” preguntó Rommel.
	
“Señor, si hace pruebas en algo que vaya sobre el suelo, siempre puede volver a casa andando si algo va mal. Pero si el motor se estropea mientras está en el aire, lo único que puede hacer es: ‘Ahhh’.” El General parecía aceptar mi punto de vista.
	
“Exacto.” Las cejas de Marseille seguían en alto a pesar de tener el ceño fruncido. “La nueva Striker Unit usa un nuevo motor mágico. Otra cosa nueva con la que lidiar.”
	
“¿Por qué no lo desmontas y lo vuelves a montar?” sugerí.
	
“…No parece mala idea. Lo pensaré.”
	
La respuesta de Marseille dejaba claro que no le interesaba la nueva unidad en lo más mínimo. Ya había demostrado su amor por el Ausf. F así que supongo que no tenia intenciones de cambiar.
	
“No lo sé,” intenté hacerle rabiar. “Si parece una unidad sólida y está bien configurada, quizás me la quede para mí.”
	
“¿Eh? No lo permitiré,” contestó Marseille, haciendo justo lo que esperaba de ella.
	
“Oh, que pena. Tendré preparada la unidad, si aún la quieres.”
	
“Sip,” respondió Marseille, balanceando la cabeza.
	
Werner estaba perdido en sus pensamientos, pero de repente susurró, “Todo lo que oímos en Britannia fue que todo iba increíblemente bien. Hum, supongo que todas las naciones son demasiado altaneras.”
	
Oh, casi me olvidé de que estaba allí.
	
Parece ser que estaba bastante preocupado con algunas cosas de las que se dijeron. Su característica pose de bonachón desapareció y su cara se volvió fría y seria.
	
“Por supuesto,” le dije,”no iban a publicitar algo así como ‘¡Encontrado un gran fallo en las nuevas unidades!’, ¿no? Especialmente desde que el mundo entero aguantaba la respiración por ver cuan efectiva era la Teoría Miyafuji en combate real.”
	
“Muy cierto.”
	
“Pero todas las noticias se tomaron desde una perspectiva positiva. Muchas otras naciones consideraban la batalla una oportunidad sin igual para probar su efectividad en combate, y muchos otros países nos enviaron refuerzos.”
	
“Estaban las Brigadas Internacionales de Voluntarios en Hispania que estaban formadas por gente de varias naciones, pero mucha gente participaba de manera individual,” apuntó Werner.
	
“Hum. Nunca vi a las Brigadas Internacionales de Voluntarios así. Supongo que ser un alto cargo te permite saber algunas cosas durante el proceso.
	
Me preguntaba si podía sacarle alguna información más que fuera útil a este británico. Podría hacer mi relato mucho más interesante. 
	
“La movilización a nivel nacional era lenta,” dijo Rommel con cara seria. “Sólo había unos pocos países que pudieran enviar fuerzas competentes como la Legión Condor de Karlsland y otras unidades de Romagna y Orussia.”
	
“Sí, parece que mi nación era demasiado lenta movilizando y perdieron la oportunidad, no hace falta disimular,” concedió Werner con una sonrisa vacía en su cara.
	
“Bueno, puede que estuviésemos un poco lejos de Europa, pero unidades de numerosas naciones fueron capaces de ganar experiencia en el campo de batalla en ese enfrentamiento, y nos permitieron descansar un poco. ¿Qué más se podía pedir?” bromeé un poco y seguí con la narrativa.