A Simple Survey:Volume2 Atracción 03: Difference between revisions

From Baka-Tsuki
Jump to navigation Jump to search
Rarcher (talk | contribs)
Created page with "===Atracción 03: ¡¡Bang, Bang, Bang!!=== Yo era una persona realmente patética. Cuando triunfaba en algo, ingenuamente asumía que también podría triunfar la próxima vez. Incluso estando en medio de la que posiblemente fuera la competición más crucial de mi vida, olvidaba los riesgos del fracaso y daba por sentado que todo iría bien. Cuando lo hacía repetidamente, era natural que cayera en una trampa. Y entonces la única manera de salir de ahí era con un..."
 
(No difference)

Latest revision as of 00:00, 11 June 2025

Atracción 03: ¡¡Bang, Bang, Bang!![edit]

Yo era una persona realmente patética.

Cuando triunfaba en algo, ingenuamente asumía que también podría triunfar la próxima vez. Incluso estando en medio de la que posiblemente fuera la competición más crucial de mi vida, olvidaba los riesgos del fracaso y daba por sentado que todo iría bien.

Cuando lo hacía repetidamente, era natural que cayera en una trampa.

Y entonces la única manera de salir de ahí era con una apuesta única en la vida.

Creía que triunfaría porque ya lo había hecho antes.

Pero la vida no funcionaba así.

Nadie permanece en un camino ascendente para siempre. Ni nadie está destinado a un camino de fracasos sin fin.

Sin embargo…

Eso no significaba que fuera tan ingenuo como para pensar que todos tenían la misma suerte.

-Hah, hahh...

Estaba en los terrenos de una fábrica abandonada en la costa.

Sostenía una pistola con una sola bala cargada.

Se habían reunido cinco personas en circunstancias similares y una conejita nos dio instrucciones sencillas después de proporcionarnos una pistola a cada uno.

-Maten a todos los demás. El último superviviente recibirá una nueva identidad y una vía de escape a un país feliz.

Las reglas eran tan simples que no daban lugar a interpretaciones.

Todos los reunidos anhelaban un nuevo mundo donde vivir para escapar de usureros, pandillas o algo similar.

-Esto tiene que ser una broma. -Dijo un chico gordo mientras miraba fijamente el cañón de su propia pistola.

En un instante, explotó su ojo derecho y se desplomó en el suelo. Nadie quería tocar el inquietante cadáver.

Las pistolas eran reales.

La atracción era real.

Cualquiera entraría en pánico en una situación como esta, pero me recuperé del susto relativamente rápido. Había experimentado este tipo de juego cruel varias veces. Y siempre creí que sobreviviría de una forma u otra. Por eso ya me había preparado para cuando detecté ese olor característico. A partir de ese momento, las reglas que habíamos aprendido de nuestros padres y en la escuela ya no se aplicarían.

Dicho esto…

Esta seguiría siendo la primera vez que mataba a alguien con mis propias manos.

-Esto no es diferente. Los perdedores simplemente fueron asesinados donde antes no podía verlos.

Una vez que entendimos las reglas, era obvio que primero teníamos que escondernos. Sin intercambiar una palabra, los otros tres participantes restantes y yo nos dispersamos por la fábrica abandonada, dejando el cadáver del chico gordo tendido a la luz de las estrellas.

Los mayores problemas eran las pistolas que poseíamos y la única bala que cada una tenía.

Cada uno tenía el poder de matar a un solo enemigo en un enfrentamiento directo. Pero usar esa carta del triunfo informaría a todos los demás de nuestra ubicación mediante un disparo. …Y también les informaría de que habíamos usado nuestra única bala.

Ninguna otra información podría ser más útil para los participantes que aún conservaban su bala.

Pero, por otro lado, matar a los demás participantes sin usar el arma sería difícil. El enemigo solo tenía una bala, así que se les acabaría si conseguíamos fallar. Sin embargo, ¿de verdad podíamos arriesgarnos? Si nos alcanzaban en cualquier parte del cuerpo, se acababa la partida. Incluso si no era un golpe mortal, estaríamos demasiado heridos como para movernos. El enemigo podría entonces rematarnos con un tubo de metal o algo así.

No quería usar mi arma.

Los demás no querían usar las suyas.

A menos que hubiera otros idiotas que se dispararan en la cabeza, todos los demás participantes habrían llegado al mismo punto muerto.

Tenía tres enemigos con los que lidiar.

Tenía una sola bala.

Era un arma poderosa, pero por sí sola no era lo suficientemente fiable como para sobrevivir hasta el final de la atracción. Si simplemente intentaba abrirme paso a tiros hasta el final, llegaría a un callejón sin salida.

-¿Qué se supone que debo hacer? -Murmuré sin pensar.

La vida de las personas estaba llena de olas. Los momentos de éxito y los de fracaso se alternaban. Esa era mi teoría. Era importante tener un momento de éxito preparado cuando realmente importaba. Quería aprovechar un momento de fracaso en algo sin importancia con antelación para preparar el éxito para cuando realmente importara. Era como disminuir las pérdidas sabiendo cuándo retirarse en una partida de póquer.

Según ese razonamiento, lo peor era dejar de pensar. Eso solo te haría sentir repelido por la "suerte" de ambas variedades y te llevaría a un destino horrible.

Ahora bien.

Quería un punto de partida para mi primera acción.

Necesitaba algo que me pusiera por delante de los demás.

Sabía que tenía que usar mi arma para ganar, pero ¿había alguna otra forma de usarla además de dispararle a alguien?

-...Espera. -Murmuré mientras observaba mi entorno desde detrás de una columna.

Pude ver el cadáver del chico gordo desde donde estaba.

Era un poco peligroso porque estaba en una zona abierta, pero parecía factible.


Dos disparos resonaron en la noche dentro de la fábrica abandonada.

¿Se están disparando?

Incluyéndome a mí, quedaban cuatro participantes. Había oído dos disparos, así que o dos de ellos se habían cruzado o el tercero los había llevado a un conflicto.

Con suerte, los dos se habrían matado, pero si no, ambos podrían haber sobrevivido. El tercer participante y yo teníamos las dos balas restantes. Si ambos tiradores hubieran sobrevivido, eso significaría que tendría que usar algo más que una pistola para matar al último.

-...Esto es malo.

¿Había agotado mi "turno exitoso" cuando vi el cadáver del chico gordo y se me ocurrió la idea? En ese momento, no tenía intención de arriesgarme de verdad.

Había surgido la posible necesidad de matar a alguien sin una pistola.

Estaba totalmente a favor de la igualdad de género, pero como mujer, no estaba segura de si mis delgados brazos estarían a la altura.

Quería creer que los dos tiradores se habían matado entre sí.

Si ese era el caso, simplemente necesitaba matar al último participante con mi bala.

-Supongo que necesito comprobar la situación.

Lo que más me asustaba era no saber si estaban vivos o no. Si no comprobaba por mí misma cuántos habían sobrevivido, no podría idear una estrategia adecuada.

Saqué una bolsita del bolsillo, saqué un caramelo al azar y me lo metí en la boca. Era pura superstición mía. Tenía sabor a refresco de cola. Era mi sabor favorito de los caramelos de diferentes colores, pero hice una mueca.

¿Por qué estaba desperdiciando mi éxito aquí?

Esperaba usar un turno fallido en algo insignificante justo antes de esta importante apuesta.

Caminé lentamente entre la maleza, junto a un muro en los terrenos de la fábrica abandonada. El sudor me rezumaba de la mano que sostenía la pistola. Solo tenía una bala. Comprendí la abrumadora ventaja que representaba, pero si fallaba, todo se acabaría. ¿Podría realmente aprovechar al máximo esa bala?

Aún escondido tras el muro exterior derruido, eché un vistazo al interior de la fábrica, a la que le faltaba equipo.

Vi a alguien dentro.

El edificio estaba demasiado oscuro para distinguir si era un hombre o una mujer, pero sin duda participaba en la atracción.

¿Era uno de los dos tiradores?

¿O era el tercer participante que no participó en el tiroteo?

La respuesta me diría si la persona tenía una bala en el arma o no. Naturalmente, mis movimientos se volvieron más cautelosos. Y entonces…

Oí un crujido a un lado.

-¿…?

Inmediatamente me giré hacia el ruido y vi a un participante de mediana edad apuntándome con su arma. Y la figura dentro de la fábrica abandonada me apuntó frenéticamente con su arma tras oír el mismo ruido.

…¿Ambos?

Había oído dos disparos. Eso debería significar que solo a una persona le quedaba una bala.

Era posible que uno de ellos estuviera fanfarroneando, pero si no era así…

(¿Eran esos dos disparos un señuelo?)

Alguno de los otros participantes podría haber grabado el sonido del chico gordo disparándose al principio. Aunque puede que originalmente tuvieran la intención de grabar la promesa de la conejita sobre la recompensa.

En cualquier caso, la habían usado.

Nadie había usado su arma.

Lo que significaba…

-¡Esto es malo…!

No tenía dónde esconderme. Intenté saltar frenéticamente hacia un lado, pero no lo logré a tiempo.

Oí un sonido mucho más profundo que antes y un agujero rojo oscuro se abrió en mi costado derecho.

-¿¡Aghh!?

¡Qué giro tan horrible…!

No tuve tiempo de contraatacar. No pude detener el impulso de escapar, así que me desplomé sobre el suelo cubierto de hierba. El hombre de mediana edad me quitó el arma de la mano.

-No pienses mal de mí. Acabo de gastar mi bala, así que necesito una nueva…

Las palabras del hombre se interrumpieron de repente.

Las reemplazó un disparo.

Acababa de dispararle al hombre en medio del pecho con otra pistola en la mano.

-¿Bh... bh...?

-Tienes la pistola del gordo que se disparó a sí mismo. Por eso no la pasé a esta mano.

Tenía la intención de fingir que me rendía en algún momento y disparar a mi oponente cuando bajara la guardia, pero la situación había avanzado demasiado rápido.

Los momentos de éxito y los de fracaso se entrelazaban.

-...Uuh...

Con una expresión de sorpresa congelada en su rostro, el hombre se desplomó hacia atrás.

Dudaba que pudiera salvarse en ese momento, pero al menos pudo mirar las estrellas mientras moría.

-Gh... Maldita sea...

Pero aún quedaban algunos problemas. Había usado mi pistola. Las armas del gordo y del hombre de mediana edad también se habían quedado sin munición. Pero sabía que al menos otro participante que sabía de mi presencia estaba dentro de la fábrica abandonada. Y el último participante seguía desaparecido.

-Y definitivamente me espera un turno fallido. Esto es terrible.

No podía usar ninguna de las armas.

¿O sí?

Habían habido dos disparos. Tres pistolas estaban en el suelo.

Era demasiado pronto para rendirse. Los demás participantes desconocían los detalles de la situación, así que ¿podría hacerles creer que una de las armas seguía cargada?

Quedaban dos enemigos con armas cargadas y yo solo tenía una pistola descargada para engañarlos.

-Je…

Saqué un caramelo al azar de la bolsita que llevaba en el bolsillo.

Me lo puse en la lengua y noté el sabor a menta. Odiaba la menta.

Hice una mueca al notar el sabor, pero aun así sonreí.

Era un buen augurio.

Había agotado mi turno fallido. Seguramente tendría éxito el siguiente.


Y después de unos cuantos disparos más y la muerte de algunas personas más, la atracción llegó a su fin.

La conejita anunció con despreocupación:

-Bueno, la atracción ha terminado.

Una figura solitaria se sentó en el centro de la fábrica abandonada.

Era el chico gordito que había pensado que la atracción era una broma, miró dentro del cañón de su propia pistola y se disparó en el ojo derecho.

Se llevó la mano a la boca, visiblemente roja y húmeda incluso a la luz de las estrellas.

-¿Ah? Si se acabó, ¿significa que los otros cuatro se mataron entre sí? ¿Entonces tendré mi boleto a una nueva vida?

-Sí. Para ser sincero, los demás eran mucho más divertidos de ver. Me dan ganas de darles un premio por su esfuerzo.

-Pero el ganador es el último que quede con vida, ¿no? No importa a cuántas personas haya matado.

-Cierto. -La conejita miró fijamente el agujero rojo oscuro donde había estado el ojo derecho del chico regordete. -Pero no puedo creer que hicieras eso como un farol.

-Necesitaba una salida segura del punto muerto entre los cinco. Un ojo parece un precio justo.

Cuando le entregaron la pistola al chico, sacó el cartucho y reemplazó la bala con papel mientras los demás participantes observaban el mapa de la zona. Había creado lo que se conocía como una bala de fogueo. Pero incluso una bala de fogueo creaba una explosión lo suficientemente potente como para aplastar fácilmente un ojo al dispararla a corta distancia. El papel usado en lugar del plomo habría sido perfectamente inofensivo a pocos metros de distancia, pero era bastante peligroso a pocos centímetros.

-Por cierto, ¿qué planeabas hacer si alguien intentaba revisar el cuerpo?

-Contaba con que eso no pasaría. Entré en pánico cuando esa guapa mujer vino a buscar mi pistola.