Fate/Zero:Acto 8 Parte 1

-122:18:42
Carne y vino adornan la mesa. Numerosas, brillantes y resplandescientes velas.
En el gran salón de banquetes, los nobles Erin se han reunido, y ahora es el momento culminante.
Sin embargo, los rufianes cuentan de sus puntos fuertes y las competencias de bebidas están estrictamente prohibidas en este día.
Estos incultos guerreros se encuentran embriagados por el aroma de la elegante flor de esta noche.
Correcto, esto es una fiesta para amar a la flor.
Gráinne, la hija del rey de Irlanda, Cormac Mac Airt, finalmente va a contraer matrimonio.
La persona con la cual contraería nupcias era el hijo de Cumhaill, Fionn mac Cumhaill. El gran guerrero que controla el agua curativa, cuya inteligencia fue provista del aceite del salmón del conocimiento, . Sin precedentes bajo los cielos, él es la cabeza de Fianna, un grupo de caballeros. La fuerza del guerrero y la fama de estos guerreos incluso podría rivalizar con los del Gran Rey. No debe haber ningún otro matrimonio tan dichoso como este en ningún otro sitio.
Acompañando al viejo guerrero se encuentra su hijo, Oisín, quien es también un poeta, y también su nieto, el guerrero Oscar. Y además, el poderoso grupo de los caballeros.
El talentoso Caílte mac Rónáin. Druida de Diorruing, "El horror del campo de batalla" Goll mac Morna. Conan de los Látigos Grises. Y, por último, el que supera incluso al más grande de los honores, Diarmuid Ua Dubhine del amor de la mancha.
Cada uno de ellos es un gran y para nada inferior guerrero. Entre ellos, todos adoran y juran inquebrantable lealtad a Fionn. Reverenciando al gran héroe como su líder, entrecruzaron sus espadas, armas y vidas a esa única vida. Este es el honor de un caballero. El verdadero valor de un guerrero que es expresada por los bardos y recitada de boca en boca.
Anhelando ese camino.
Atravesando ese camino.
Algún día, cuando perezcan con orgullo en el campo de batalla, aún seguirán creyendo en él sin duda alguna.
Hasta el banquete de esa fatídica noche, cuando a él le sucedió ese encuentro con esa flor.
"A cambio de mi amor, acepta esta promesa. Querido mío, no importa cómo, anula este abominable matrimonio. ¡Por favor, llévame lejos ...... hasta los confines de la tierra! "
Apelando a él en lágrimas, los ojos de la doncella resplandecen con sincero amor.
Eso era algo que se convertiría en las llamas del purgatorio y lo reducirían a cenizas ...... Durante ese tiempo, el héroe era capaz de entender esto.
Y, aun así, no se negó.
El peso de una promesa que pondría a prueba su honor, y el camino de lealtad al cual él se había apegado, ¿cuál de ellos era más valioso? No importa cuántas veces él pidió o luchó consigo mismo, no llegaba a la respuesta.
Es por este asunto que lo ha impulsado a tener una razón, sin relación alguna con su orgullo.
El héroe y la princesa se tomaron de las manos, y juntos, se alejaron del esplendor de sus futuros.
Así, después de mucho tiempo, se convirtió en parte de las leyendas celtas que pasarían de generación en generación, y así se levantaron las cortinas de la trágica historia de amor.
Pasando a través de ese extraño mundo de los sueños, Kayneth despertó.
Una escena antigua y distante que nunca había visto ni experimentado. Sin embargo, no era algo misterioso. Maestros que ha establecido un contrato con sus Sirvientes, se dice que ocasionalmente son capaces de tomar de vez en cuando un vistazo a la memoria del Espíritu Heroico en la forma de un sueño.
Para Kayneth, por supuesto que estaría familiarizado con las leyendas asociadas con el espíritu heroico que ha convocado. A pesar de que nunca había pensado que podía experimentar el espectáculo hasta el punto de ...... el sueño de ahora era sin lugar a dudas una de las escenas de "La leyenda de Diarmuid y Gráinne".
"Pero ... ¿por qué estoy aquí?"
Todavía sin estar completamente despierto, Kayneth miró a su alrededor.
Estaba acostado en una habitación vacía. El aire que tenía una pizca de polvo, era dominado por el frío aire de una noche de invierno.
Parecía no haber señales de actividad humana y de visitas previas a ese lugar, una fría sala con solo maquinarias.
No era un lugar que no reconociera. Después del colapso del Hotel Hyatt de Fuyuki, este lugar se había vuelto en el escondite temporal de Kayneth, la fábrica abandonada a las afueras de la ciudad.
Trató de reunir su nublada memoria.
Estaba en la persecusión de Caster, y le siguió hasta el bosque Einzbern. Y luego, con la batalla de los Sirvientes detrás de él, por su cuenta, trató de enfrentar al Maestro de Saber en un duelo ...... Trató de recordar los detalles, y al mismo tiempo, la humillación y la ira surgía como de un dique roto .
En su furia incontrolable de violencia, trató de apretar sus puños, y finalmente se dio cuenta que, pesar del hecho de que se había despertado de su sueño, en realidad ya no sentía del todo sus manos y piernas.
"Qué..."
Impulsado por el desconcierto y el miedo, Kayneth se retorcía en agonía. Sin embargo, su cuerpo no se movió en absoluto. En la superficie de una sencilla cama, estaba boca arriba. Su pecho y su espalda fueron fuertemente atados con un cinturón.
De ser sólo el hecho de no poder levantarse, lo comprendía. Pero entonces, ¿qué significaban sus inmóviles brazos y piernas?
La parte de él que estaba atada sólo su torso. No había atadura alguna en sus extremidades. Sin embargo... no se movían. Era como si sus brazos y piernas no existiesen.
"...Parece que has recuperado el conocimiento"
Desde algún lugare fuera de su rango de visión, se podía oít la voz de su amada prometida. Al parecer Kayneth finalmente empezó a escuchar reprimendas con ese tono.
"¡¿Sola!? Esto... qué demonios...¿P-Poruqué estoy aquí?"
"Lancer te trajo de regreso. Te rescató de tu agonía. ¿Qué sucede? ¿No recuerdas nada?"
"Yo estaba..."
Un disparo. En el castillo Einzbern, justo cuando estaba por asesinar al escurridizo y farsante mago que utilizaba trucos baratos...
Aun así, debería haber estado resguardado de las balas de su enemigo por el Volumen Hydragyrum. Claramente pudo sentir que ese momento era de certera victoria.
De cualquier forma, su memoria se interrumpía ahí. Algún desconocid, abrumador dolor le había atacado - aparentemente, algo había sucedido. Cuando volvií en sí, estaba tendido sobre su espalda. No estab seguro de cuánto tiempo había pasado.
A manera de doctor, ella puso sus dedos en el brazo de Kayneth. Sin embargo, los sentidos del cuerpo de Kayneth estaban completamente ausentes.
"Hay evidencia de que los Circuitos Mágicos en tu cuerpo entero enloquecieron. Tus órganos internos casi fueron destruidos. Por todas partes a lo largo de tu cuerpo, tus músculos y nervios estaban dañados. Fue un milagro el que no muerieras instantáneamente."
"..."
"Hasta ahora, sólo he podido restaurar tus órganos internos. No hay nada que pueda hacer por tus nervios. A este paso, aunque te vayas recuperando conforme pase el tiempo, no esperes recuperarte hasta el punto de poder pararte y correr. Aparte de eso-"
Escuchando desinteresadamente el diagnóstico de su prometida, Kayneth gradualmente iba siendo atormentado por la perdición.
Autodestrucción provocada por la conducta violenta de su propia prana. Para un mago, un final similar al suyo, era más fatal que cualquier otra cosa.
Sólo porque Kayneth sintió que no estaba relacionado con semejante error elemental, no tenía razones para no saber lo que ese final significaba.
"Aparte de eso- Kayneth, tus circuitos mágicos han sido completamente destruidos. Ya no podrás hacer magia nunca más."
"Yo... yo..."
Lágrimas fluían de los ojos del hombre que fue una vez distinguido como el prodigioso Lord El-Melloi.
¿Porqué tenía que recibir tan miserable trato? No lo entendía para nada. Se suponía que el mundo debería estar bendiciendo a Kayneth. Un fututo y esplendor ilimitados se suponían estar garantizados para ese genio.
Los prinicipios del mundo en el cual Kayneth creía, colapsaronestrepitosamente, sin dejar rastro alguno.
Ante esta excesivamente cruel verdad, ante semejante e incompresible irracionalidad, simplemente se aterró y rompió en lágrimas. Kayneth de ahora era similar a un infante que ha comprendido lo que es el miedo por primera vez.
"No llores Kayneth. Es aún demasiado temprano para rendirse."
Mientras le susurraba en una confortable voz, Sola acariciaba su rostro. En los momentos adecuados, era normal para ella que su lado afectivo para su prometido llegara ligeramente tarde.
"La guerra del Santo Grial aún continúa. Kayneth, ¡El fruto de tus planes! Mientras que yo, la fuente de prana, siga aquí, el contrato con Lancer aún continúa. No hemos perdido todavía."
"...¿Sola?"
"Si el Santo Grial es un realizador de deseos omnipotente, una recuperación total para tu cuerpo es completamente posible, ¿cierto? Sería grandioso si tú ganas. Si permaneces en la guerra y obtienes el Santo Grial, todo regresará a la normalidad"
"..."
Las palabras de Sola deberían animar a Kayneth y darle esperanzas. Su apoyo como compañera y confiable prometida buscaba, más que cualquier cosa, darle coraje.
Y entonces - por qué una indescriptible intranquilidad atormentaba su corazón como un huracán.
Fuese o no por su conocimiento o sus dudas, mostrando la sonrisa de su afectuosa madre, ella sujetaba el brazo derecho de Kayneth. En la parte posterior de su mano, que estaba impotente, todavía quedaban 2 sellos de Comando restantes, arrastrándose entre sus dedos.
"Es por eso Kayneth... Por favor, entrégame estos Sellos de Comando. Me encargaré de Lancer como Master. Te traeré el Santo Grial."
"¡N-No!"
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