Zero no Tsukaima ~Versión Española~:Volumen5 Capítulo1

From Baka-Tsuki
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Capítulo Uno: La posada "Hadas Encantadoras"[edit]

Parte 1[edit]

-"Bien, mañana comienzan las vacaciones de verano." Dijo Louise, mientras miraba hacia su familiar tendido en el suelo.

-"Sí." Murmuró Saito, observando a su dueña y el pie que tenía puesto sobre él.

-"¿Qué tal si nos tomamos una semana de descanso?"

Estaban en el Jardín Vestri. Como siempre, Saito estaba siendo pisoteado por Louise, y él, de nuevo tenía que explicar las razones por las que estaba siendo maltratado.

-"Bueno, Siesta dijo que iba a ir de viaje a Tarbes, su pueblo. ¿No estaría bien si me quedara allí un poco y después volviera a tu territorio? A veces no está mal estar solo con tu familia sin nadie ajeno incomodando, ¿cierto?

Pero, juzgando por la expresión de Louise, parecía que la sugerencia había sido rechazada de nuevo.

La puerta principal, llena de estudiantes que volvían a casa, podía ser vista desde el jardín. Los estudiantes, que habían esperado mucho tiempo para volver a sus hogares, serían transportados por carruajes. Volverían a sus ciudades natales, alentados por sus padres de que regresaran a la capital de Tristain. La Academia de Magia de Tristain comenzaba las largas vacaciones de verano a partir de mañana. Serían dos largos meses y medio.

-"S-sabe, Srta. Vallière. Creo que Saito-san necesita un descanso también."

Una nerviosa Siesta decía a Louise, que estaba pisando a Saito. Debido a su pronta marcha, Siesta no llevaba su uniforme de sirvienta habitual, sino ropas de calle consistentes en una camisa verde oscura y una falda marrón.

Louise la observó. Pero... Siesta no era la misma. Con el espíritu ardiente de una chica enamorada, le devolvió la mirada sin vacilar.

-"U-un descanso también es necesario, ¿no es cierto? Usted siempre le hace trabajar a su antojo...; eso es terrible."

-"El está bien; porque él es mi familiar".

Siesta parecía haber detectado algo en esa actitud.

-"¿Familiar, eh? ¿Me pregunto si esa será la única razón...?"

Murmuró Siesta. Sus ojos se entornaron, como si estuviera preparando una trampa para cazar a un conejo. Las chicas enamoradas realmente son bastante susceptibles cuando encaran a una rival.

-"¿Eh? ¿Qué significa eso?"

-"¿N-nada?" Murmuró Siesta mientras se hacía la tonta.

-"Dilo."

-"Es que...recientemente, la forma en que usted mira a Saito-san resulta un poco... sospechosa. Es lo que pensaba."

Dijo Siesta, que al acabar la frase miró hacia otro lado. Louise la observó intensamente.

Incluso una criada está burlandose de mí. Es culpa de Saito. A pesar de ser un plebeyo, hace toda clase de cosas extrañas. Incluso los plebeyos de la Academia están empezando a crecerse. Louise había escuchado ese tipo de rumores antes. Así que esto es lo que había. La autoridad del reino, la autoridad de los nobles. Bien, eso no importa tanto realmente, pero, ¡¡MI autoridad!!

Louise temblaba mientras hablaba.

Siesta, que había entornado sus ojos debido al brillo resplandeciente de los rayos de sol, suspiró "fuuh", se arregló los pechos, y se retiró el sudor con un pañuelo.

-"Realmente... el verano es tan caluroso."

Como una hermosa flor abriendo sus pétalos, raudales de encanto emanaron de tal escena.

Casi a cámara lenta, el canal entre sus dos colinas se abrió ante sus ojos. Louise soltó un "Ha-!" y miró a Saito. Bajo su pie, el familiar estaba desesperadamente intentando echar un vistazo a la camisa entreabierta de Siesta. Louise estuvo a punto de pisotearlo con todas sus fuerzas pero se contuvo.

¡Como si yo fuera a perder! Cierto, soy una noble. Incluso permanenciendo callada, la nobleza emanará desde todos mis poros y más allá de mi vestido.

Louise imitó la escena. Murmuró "Fuuh, qué calor." y se desabrochó los botones de la camisa. También se secó el sudor con un pañuelo. Pero... ahí no había un canal entre dos colinas, sino una lisa planicie...

Saito parecía preferir el terreno con altibajos, porque no apartó su mirada de Siesta.

Viendo el resultado de la batalla, Siesta soltó una risa satisfecha, haciéndo que Louise se enojara.

-"¡Q-Qué! ¡Acabo de verte reír!"

-"¿Qué? No habría manera de que me riera. Imposible, ¿cierto? Yo, mirar a un noble y reír..."

Dijo Siesta, tranquilizando a Louise con una mirada asustadiza. Aunque entonces volvió la cara y murmuró:

".....Con ese cuerpo de niña, ¿una noble?.....Heeh."

"Kaha", Louise exhaló aire ruidosamente.

-"¿Qué acabas de decir? ¡Ey!"

-"...Quién sabe...nada. De todas formas, hace tanto, tanto calor. Ah...qué caluroso..."

Louise tembló de rabia. Saito murmuró:

-"Ey, ama."

-"Qué."

-"¿Puedo ir a Tarbes??

"Kauha", Louise exhaló de nuevo más ruidosamente, y empezó a golpear a Saito con toda su voluntad, pensando ¿Cuántas veces tienes que pedirlo?

Siesta dijo "¡Cálmese! ¡Srta. Vallière! ¡Por favor tranquilícese!" y la agarró de la espalda. Justo cuando el alboroto habitual iba a formarse...

*flap**flap* una lechuza apareció.

-"Nn?"

La lechuza se posó en el hombro de Louise y le dio en la cabeza con sus alas.

-"¿Qué le pasa a esta lechuza?"

La lechuza estaba sujetando con el pico una carta. Louise se la cogió. Reconociendo el sello impreso en ella, adoptó una expresión más seria.

-"¿Qué es esta lechuza?"

Siesta la miró.

Cuando Louise se puso seria, Saito preguntó:

-"¿Qué es?"

Examinando su contenido, Louise analizó severamente el único papel de que constaba. Entonces Louise dijo:

-"La vuelta a casa se cancela."

-"¿Qué quiere decir cancelada? Pero si Siesta me invitó... Estoy muy decepcionado, ¿sabes?"

Dijo Saito, viendo a Louise volver a su cuarto y abrir su equipaje, que previamente había empacado para las vacaciones.

Louise enseñó a Saito la carta que había traído la lechuza.

-"No, no puedo leer las letras de aquí."

Louise se sentó en su cama y empezó a hablar.

-"Tras el anterior indicente... creo que sabes que su majestad la Princesa está muy deprimida, ¿cierto?"

Saito asintió. Fue un suceso trágico. Su amante, muerto... fue resucitado por su enemigo en un intento de secuestrarla. Obviamente debía de estar deprimida.

-"Lo siento mucho por ella... pero creo que no debería hundirse en los abismos de la tristeza para siempre."

-"¿Qué quieres decir?"

Louise explicó lo que había escrito en la carta.

Albión se había retractado de una invasión militar hasta que sus tropas se recuperasen, así que estaban intentando luchar con métodos más ortodoxos - es lo que los ministros habían previsto, con Mazarini al cargo de todos ellos. Tienen sospechas de que planean atacar Tristain desde dentro incitando a la revolución y la rebelión desde la ciudad. Dado que Henrietta y sus hombres temen estas conspiraciones, y ella estaba reforzando el mantenimiento del orden público...

-"Está bien reforzar el orden público, pero ¿qué quiere que hagas tú?"

-"Una misión de inteligencia para recopilar informacion, de incógnito. ¿Hay actividades sospechosas en la ciudad? ¿Corren extraños rumores entre los plebeyos?

-"¡Uwah, una misión de espionaje!"

-"¿Espionaje?"

-"En mi mundo, ese tipo de trabajos de recolectar información son llamados así."

-"Huunn... De todas formas, es básicamente espionaje, cierto..."

Por alguna razón, Louise parecía insatisfecha.

-"¿Qué ocurre?"

-"Bien... es que ¿no es esto un poco trivial?"

-"No, ¿acaso la información no es importante? Mi abuelo dijo que los japoneses antiguamente perdieron la guerra porque se mantuvieron ignorando la importancia de la información.

-"¿Qué?"

-"Nada. Realmente no importa..."

En la carta de Henrietta, había anotada la direccion de una posada para alojarse en Tristania, esconder su identidad y hacer algo como vender flores, y recolectar todo tipo de información que se trapichease entre plebeyos. Un documento para costear los gastos de la misión iba incluído.

-"Ya veo."

-"Por eso estaba deshaciendo mi equipaje. No puedo llevarme tanta ropa."

Louise señaló a su maleta que se había aligerado bastante.

-"Así que tengo que trabajar incluso en vacaciones de verano..." Murmuró Saito tristemente.

-"Deja de refunfuñar. Vamos, ¡nos marchamos!"


Después de que todo esto sucediera, los dos marcharon a Tristain. Para esconder su status social, no usaron carroza. Los caballos de la Academia eran propiedad de ésta, por lo que tampoco pudieron usar esos. Así que al final, acabaron por ir andando.

Louise y Saito caminaron por la vía bajo en sol abrasador, encaminados hacia Tristain. Tardarían dos días en llegar allí.


Mirando con tirria al sol, Saito murmuró:

-"Maldición... y pensar que podría estar en casa de Siesta ahora bebiendo agua bien fría..."

-"¡No te quejes! ¡Vamos, camina!"

Louise, que había hecho cargar a su familiar con todo el equipaje, gritó enfadada.

Tras llegar a la ciudad, los dos visitaron la oficina de finanzas para intercambiar el documento por monedas de oro. Seiscientas monedas de oro. Cuatrocientos écus.

Saito recordó el dinero de Henrietta que llevaba en la bolsa de su cinturón. Le quedaban sobre cuatrocientas monedas de oro. Aproximadamente doscientos setenta écus.

Saito encontró una sastrería y compró ropas de plebeyo para Louise. A ella no le gustaron, pero llevar una capa con un pentagrama la delataría irremediablemente como noble. Sería imposible mezclarse con los plebeyos para recabar información, y no tendría sentido haber venido hasta aquí.

Pero Louise, forzada a llevar ropas de plebeyo, parecía insatisfecha.

-"¿Qué pasa?"

-"No es suficiente"

-"¿El qué?"

-"El dinero asignado para esta misión. Con sólo cuatrocientos écuos nos arruinaremos tras comprar un caballo."

-"No necesitamos ningún caballo. Las órdenes son ocultar tu estatus social, ¿cierto? En otras palabras, se supone que debes actuar como un plebeyo. Anda. Tienes piernas."

-"Actuaré como un plebeyo, pero no puedo ser totalmente eficaz sin contar con un caballo."

-"Un caballo barato irá bien, ¿no? Aceptarás eso."

-"¡Esos caballos son inútiles cuando realmente los necesitas! También necesita arneses. Y también... no vamos a ser capaces de alojarnos en una posada. Con este dinero, nos arruinaremos si tenemos que tirarnos dos meses y medio!"

¿En qué tipo de posada podrían pedir seiscientas monedas de oro?

-"Una posada barata irá bien, ¿cierto?"

-"¡Ni soñarlo! ¡No puedo dormir bien en un hospedaje barato!"

Era de esperar de una muchacha noble. Incluso aun teniendo encomendada la misión de infiltrarse con los plebeyos y recabar información, quería alojarse en una posada de alta clase. Saito se preguntó "¿Qué demonios está pensando?"

-"Yo también tengo algo de dinero. Compartiré contigo."

-"...Aún no es suficiente. El servicio cuesta dinero."

-"¿Entonces qué vamos a hacer?"

"-¿No hay ninguna forma de ganar más dinero?"

Y mientras lo decía, discutiendo acerca de ganar más dinero y encontrar un sitio barato, entraron a un bar donde Saito encontró una mesa de apuestas en un rincón del local. Allí, hombres medio ebrios y mujeres de sospechosa apariencia ganaban y perdían fichas.

Sin preocuparse de Louise, que enarcaba una ceja mirándole, Saito observó las apuestas.

-"¿Qué miras?"

-"Bueno, estaba pensando en ganar dinero con esto. ¿Qué tal?"

-"¿No es eso apostar? ¡Pues vaya cosa!"

-"Ahora, sólo mírame. Lo he hecho miles de veces antes en juegos."

Saito cambió fichas por treinta monedas de oro. Veinte écus los apostó en la ruleta. La circunferencia estaba dividida en treinta y siete partes, cada una con un nombre y un color rojo o negro.

Una bola de metal giraba dentro de la ruleta. Y cerca de ella, mujeres y hombres con los ojos fijos miraban intensamente la bolita moverse.

Era la ruleta.

Saito miró las apuestas iniciales. Primero, probaré mi suerte. Copiando a los jugadores ganadores, Saito puso una ficha de unos diez écus en el rojo.

La bola entró en un hueco rojo.

-"Observa. ¡He ganado algo! ¡Soy increíble!"

Saito estaba de algún modo receloso, así que apostó cuidadosamente y ganó unos treinta écus en fichas.

-"¿Ves? ¡El dinero que tenemos para la misión ha aumentado! Geez, ¡es muy diferente a lo que hace cierta persona que sólo sabe quejarse!"

Saito dijo mientras giraba su pecho. Los ojos de Louise centellearon.

-"Préstame algo."

-"Tú no deberías. Es imposible para ti."

-"¿Qué estás diciendo? Si el familiar gana, su dueña debe ganar al menos diez veces más si prueba."

Louise inmediatamente apostó lo que Saito había ganado en negro. Pero... no acertó. Lo que Saito había ganado fue perdido en un instante.

-"¿Qué estás haciendo? ¡Tras haber ganado algo!"

-"¡C-Cállate!"

-“Fuu… A pesar de que siempre vas de orgullosa, ni siquiera puedes ganar algo de dinero. Aprende un poco de Siesta. Aprende a cocinar o algo. Entonces podrías ir como cocinera a algún restaurante. Eso es lo que significa trabajar.”

Algo se encendió en Louise al escuchar las palabras “Aprende de Siesta”,

-“S-S-Sólo mírame. ¿Quién demonios va a perder?”

-“¿Louise?”

Saito inquirió asustado.

Treinta minutos después…

Louise tenía los hombros caidos y miraba con odio la mesa. Las fichas que acababa de apostar momentos antes habían desaparecido quedamente retiradas por la mano del croupier. Los hermosos hombros de la muchacha permanecieron bajos durante un rato, pero entonces alzó la cabeza orgullosa, y apostó todas las fichas en un número. Saito, que había estado observándola desde atrás, la cogió de los hombros.

-“Louise…”

-“¿Qué?”

Louise respondió en un tono claramente alterado. Saito dijo:

-“Dejémoslo ya.”

-“A la próxima ganaré. Definitivamente ganaré.”

-“¿Cuántas veces has dicho eso?”

El grito de Saito resonó. Los otros jugadores se giraron y pusieron amargas sonrisas.

Era una escena que ocurría a diario.

-“Ni siquiera has ganado una sola vez.”

Saito movió el dedo en frente de la nariz de Louise. Era la primera vez que Saito veía un ser humano tan malísimo en los juegos de azar. Louise había perdido ya alrededor de cuatrocientos écus… la mayoría del dinero requerido para la misión. Si ganara la apuesta de Louise, apenas obtendrian más de treinta écus. Si lo perdían, se habrían arruinado.

-“Todo va bien. Voy a usar mi método de victoria segura.”

-“Cuéntamelo”

-“Hasta ahora, he estado apostando a negro o rojo, ¿cierto?”

-“Sí. Perder quince veces en negro o rojo… es bastante espectacular.”

-“Cállate. ¿Me oyes? En tal caso, si gano, sólo consigo un poco más de lo apostado. ¿Por qué?”

-“Eso es normal.”

-“Entonces me dí cuenta. Al rojo/negro, sólo se gana el doble. Pero…”

-“Pero, ¿qué?”

Saito tembaba. Louise hablaba como si estuviera poseída.

-“Si gano por números, consigo treinta y cinco veces mi apuesta. Sería capaz de recuperar lo que perdimos y más. ¡Debería haber hecho esto en primer lugar!”

-“¿Es ése tu método de victoria segura?”

Louise asintió gravemente.

Saito cogió suavemente el brazo de Louise y lo retiró.

-“¿Qué haces?”

-“La probabilidad de que ganes así es de una entre treinta y siete?”

-“¿Y qué? Ya he perdido quince veces. No importa cómo lo pienses, ganaré la próxima vez. Sería extraño si no lo hiciese. Y si voy a ganar, ¡será mejor que gane a lo grande!”

Los ojos marrón rojizos de Louise brillaban. Le recordó a Saito los ojos de su tio, que había fracasado en sus inversiones de Bolsa y tuvo que huir a medianoche. Él tenía esos mismos ojos la última vez que Saito le vio.

Ese día, la Bolsa que él pronosticaba que iba a aumentar enormemente, tuvo un caida terrible.

-“Cálmate. Cambiemos las fichas por monedas y usémoslas para encontrar un sitio donde alojarnos, ¿vale?”

-“No. Si me voy cuando estoy perdiendo, el nombre de La Vallière sería deshonrado.”

-“¡Qué importa eso!”

En cuanto dijo tal cosa, fue golpeado en la entrepierna y cayó rodando al suelo.

-“Aghhh….. ¿tienes algo contra mi área sensible?”

Tras apartar a su molesto familiar, Louise se volvió a la ruleta.

El croupier estaba apunto de lanzar la bola en la ruleta. Ella aún podía hacer la apuesta.

Louise puso todas sus fichas restantes en el numero que tenía en la cabeza un momento antes.

Entonces miró a la ruleta y la bolita, y sus ojos en aquel momento no podían ser más serios.

Haciendo un ‘’clip-clop’’, la bola del destino entró en un casillero. La expresión de Louise se iluminó durante un momento, pero cambió en incredulidad al momento. El casillero era justo el contiguo al que Louise había apostado.

Mientras aliviaba sus partes nobles, Saito se levantó y cogió a Louise.

-“Vámonos.”

-“¿Qué dices?”

-“¿Eh?”

-“Ha caído en la casilla vecina. La siguiente, será la mía.”

-“No tenemos más dinero, ¿verdad?”

-“El que tú tienes podría ayudar.”

-“¡Idiota! ¡Este es mi dinero!”

Saito cubrió su cinto. No podía permitir que se apostara eso también. Si lo hubieran hecho, obviamente habrían acabado sin un céntimo.

-“¿Acaso no lo sabes? Las cosas del familiar son las cosas del amo. Eso es obvio.”

-“¡Ni de broma!”

Pero al contrario que con Siesta, no llegó a los oídos de Louise, cuyo cerebro estaba aún ardiendo por su fervor ludópata. Ella intentó golpear a Saito de nuevo en sus partes bajas.

Pero Saito estaba distinto a lo normal. Rápidamente cerró sus piernas y se protegió. Entonces cogió el tobillo de Louise.

-“¡Como si te fuera a dejar golpearme de nuevo!”

Louise murmuró en una voz gélida.

-“Vasra.”

El artefacto de restricción mágica envolvió el cuerpo de Saito y descargó sobre él una corriente eléctrica.

Convulsionándose violentamente, Saito cayó al suelo.

-“…Ya veo, no me preparé para eso.” Dijo Saito débilmente mientras maldecía su curiosidad. “Ah, si no me hubiera interesado por las apuestas, esto nunca hubiera…”

Louise buscó en el cinto de Saito, cogiendo todas las monedas que les quedaban, y rápidamente las cambió por fichas. Saito estaba ligeramente satisfecho. Incluso alguien como Louise que tenía cero talento para apostar, no podría perder todas las fichas antes de que su cuerpo se recuperara de la descarga. Cuando se levantara, cubriría la boca de Louise y se irían sin dejarla decir nada. Eso es lo que Saito decidió hacer.

“Apostar en un sitio no funciona, parece. Volveré al principio.”

“Es cierto… Rojo y Negro. Sólo una pequeña cantidad al rojo y al negro. Al menos eso funcionará…”

“Para mostrar respeto a mi leal familiar, apostaré en su color de ojos y pelo.”

“¿Negro?”

“Sí.” Asintiendo, Louise puso monedas al negro.

Todas… Doscientos setenta écus en fichas. Todo.

Saito casi tropezó.

-“¡¡¡P-A-R-A!!!”

Louise sonrió con complacencia a Saito.

-“Tonto. Incluso si recuperamos el doble, el dinero es dinero. Si gano, recuperaremos todo lo que he perdido e incluso más. Aún mejor, en una sola vez. Sólo tengo que apostar una vez.”

-“¡P-O-R F-A-V-O-R!!”

-“Tendría que haber hecho esto desde el principio.”

El croupier hizo girar la ruleta. La bolita empezó a girar también, llevando consigo el destino de ama y familiar.

Con un sonido seco, la bola giraba y giraba sobre la ruleta. La rotación disminiuyó su velocidad y, como si se debiera a un destino cargado de ironía, apuntó al casillero correcto. Louise tenía una gran cantidad de dinero apostada en el negro, así que los otros jugadores habían apostado al rojo. La única con negro era Louise.

Entró en rojo, salió, en negro, salió… Louise hablaba como si estuviera febril.

“Soy una leyenda. Nunca pierdo, si, en situaciones como esta.”

Y la bola entró en un casillero… y se detuvo.

Louise cerró los ojos sin pensar.

A su alrededor, suspiros de tristeza asomaron.

-“…¿Eh?”

Todos excepto Louise habían apostado al rojo. Los suspiros venían de ellos. En otras palabras, debía ser que los que apostaron al rojo perdieron. Lo que significaba…

-“¡Realmente soy la maga del ‘Zero’ después de todo!”

Gritando eso, Louise abrió los ojos. Justo después, su boca se abrió.

La bola… no había entrado rojo o negro, sino en el único casillero verde. En el centro del casillero, como si fuera una broma hacia Louise, el número 0 brillaba.



Saito y Louise estaban sentados en un rincón de la plaza de la ciudad.

La campana de la iglesia de San Rhemy daba seis campanadas. Era por la tarde y la luz naranja bañaba la escena.

Estaban cansados, hambrientos y no tenían a dónde ir.

Louise llevaba el vestido liso que Saito le había comprado antes. En sus pies calzaba rústicos zapatos de madera. Su capa y su varita estaban dentro de la bolsa que Saito acarreaba. Sólo por sus ropas, parecía una chica de campo, pero merced a su cara de noble y su pelo rosa, creaba un contraste curioso.

Saito llevaba sus ropas normales, pero debido a que no podía andar por la ciudad con una espada en la mano, había envuelto a Derflinger en trapos y la llevaba a la espalda. Louise murmuró quedamente mostrando que había entendido el lío gordo en que los había metido.

-“¿Qué…qué deberíamos hacer?”

Saito miró a Louise.

-“Nunca te dejaré llevar el dinero de nuevo.”

-“Uuh…”

Louise se quejó tristemente, abrazándose las rodillas.

-“Bueno, ¿qué deberíamos hacer? Dinero. Si no podemos encontrar una posada donde alojarnos, no seremos capaces de comer. ¿Qué pasa con la misión? Oh, alteza, Majestad, por favor mostrad el camino a este humilde familiar. ¿Por favor?”

Dijo Saito con amargura. Incluso su dinero se lo había gastado. La haría pagárselo apropiadamente algún dia, pero ahora mismo el problema más inmediato era encontrar una posada y comida que llevarse a la boca.

-“Estoy pensando en ello ahora mismo.”

Louise dijo con una cara deprimida.

-“Agachemos obedientemente nuestras cabezas a la princesa y pidámosle más dinero.”

-“Eso es imposible. La pincesa me dio esta misión secreta bajo su propia discreción. Los ministros probablemente no iban a dejarnos el dinero. Ella seguramente no puede usar más que lo que dispone para sí misma. Quizás, eso era lo máximo que nos podía dar.”

-“Y tú tiraste ese dinero en treinta minutos. ¿En qué estabas pensando?”

-“¡Eso es porque no podía conseguir servicios satisfactorios con sólo cuatrocientos ecus!”

-“¡Eso es porque siempre pides lujos!”

-“¡Son necesarios!”

-“¿Si? ¿Entonces ahora qué? Habla con tu casa. Si, ey, Duque”

-“Imposible. Es una misión secreta. No se lo puedo decir a mi familia tampoco.”

Mientras se abrazaba las rodillas, Louise apoyó su mejilla en ellas.

Realmente es una señorita ignorante de cómo funciona el mundo… Ni siquiera es capaz de comprar algo adecuadamente. Incluso Saito, que venía de otro mundo, podía apañárselas mejor. Nada bueno saldría de dejarla hacer las cosas.

Pero tampoco Saito podía pensar alguna buena idea. Miró distraídamente la fuente de la plaza, pero…

-“¿Nnh?”

Se dio cuenta de que la gente que pasaba miraba con curiosidad a Louise.

Incluso si no quería, el encanto y la nobleza que emanaba Louise atraía la atención. Especialmente si abrazaba sus rodillas y parecía una chica de pueblo. La gente la miraba con una expresión que decía “Probablemente se haya escapado de algún cabaret”.

A Saito se le iluminó la mente.

Louise se sorprendió.

-“¿Qué pasa?”

Ignorando las palabras de Louise, Saito se volvió a la gente de la plaza y empezó a hablar.

-“Eh… ¡Damas y caballeros!”

La gente que andaba se detuvo, intentando adivinar qué ocurría.

-“Eh… Esta chica de aquí es una mujer-lobo que escapó del circo.”

-“¿Qué?”

-“¿Qué dice este chico?”

“Siendo criada por lobos, ¡ella aúlla y ladra! ¡Es realmente problemático! ¡Pero la cosa más increíble es que puede rascarse su cuello con el pie! ¡Atentos! ¡Ella se va a rascar el cuello con el pie ahora!”

Saito murmuró a Louise quedamente:

“Bueno, ráscate el cuello con el pie. Vamos.”

Saito la tentó con su mejilla. Louise estampó la planta del pie en su cara. Saito cayó al suelo.

-“¿Qué estás pensando? ¿¡Q-Q-Quieres que actúe como una bestia!?”

Saito se levantó, cogió el brazo de Louise, y gritó.

-“No tenemos otra cosa que actuar, ¿cierto? ¿Hay otra forma de ganar dinero? ¡Ahh!”

Agarrando su pelo violentamente, Louise empezó a discutir con Saito. “Realmente es una chica-lobo.”

La audiencia extrañamente parecía satisfecha.

Pero en cuanto se dieron cuenta de que era sólo una disputa, rápidamente se aburrieron y se fueron. No consiguieron nada. Las fuerzas abandonaron a Saito y este cayó en el suelo. Louise estaba también cansada y perdió sus fuerzas también, así que se sentó en su espalda.

-“Estoy hambrienta…”

-“Yo también.”

A estos dos sentados así, alguien les arrojó una moneda de cobre. Saito saltó y la agarró. Louise se levantó con voz enfurecida.

-“¿Quién es? ¡Sal ahora!”

Tras decir eso, un extraño hombre salió de entre la multitud.

-“Oh, vaya, vaya… Pensaba que eran limosneros…”

Extrañamente, hablaba en un tono femenino.

-“¿Haaah? ¡Preséntate! Sabes, yo, increíblemente, vengo de una familia del duq…”

Cuando intentó decir eso, Saito saltó y cubrió la boca de Louise.

-“¿Familia del Duq…?”

-“¡No-No es nada! Su cerebro no funciona muy bien a veces. Eso.”

Atrapada, Louise se revolvió, pero Saito la ignoró y continuó cubriendo su boca. Si resaltaban aún más, no iba a ser una misión secreta.

El hombre miró intensamente a Saito y louise. Él llevaba ropas bastante llamativas. Bueno, las ropas de Guiche también eran llamativas, pero en un modo diferente. Pelo negro untado con aceite, una chillona camisa violeta abierta por el pecho donde el vello le asomaba, bajo su nariz se situaba una amplia barbilla y tenía un recortado bigote. Un fuerte aroma de perfume alcanzó la nariz de Saito.

-“¿Entonces, por qué estáis durmiendo en el suelo?”

-“Bueno, no tenemos sitio donde comer o dormir…”

-“Pero no somos limosneros.”

Inquirió Louise abruptamente. El hombre observó intensamente a Louise.

-“Ya veo. Bueno, entonces venid a mi local. Mi nombre es Scarron. Dirijo una posada. Les prepararé una habitación.”

El hombre dijo sonriendo. La forma en que hablaba y vestía era extraña, pero parecía buena persona. La cara de Saito se encendió.

-“¿En serio?”

-“Sí, pero hay una condición.”

-“Haremos lo que sea.”

-“Llevo una taberna en la primera planta. Esta chica ayudará. Esa es la condición, ¿okay?”

Louise lo miró reticente, pero obedientemente asintió cuando Saito la observó.

-“¡Trés biennn!”

Scarron juntó sus manos y las puso en su mejilla, y apretando los labios, sonrió. Actuaba un poco gay. De hecho, no podía ser otra cosa que gay. Hay personas homosexuales en otros mundos, también… Y aquel “trés bien”…

-“Entonces está decidido. Seguidme.”

El hombre empezó a caminar, moviendo sus caderas como si siguiera un ritmo. Saito con una extraña expresión tomó la mano de Louise y lo siguieron.

-“Creo que no quiero ir. Es raro.”

Saito miró a Louise con una extraña expresión.

-“¿Piensas que estamos en situación de escoger?”

Parte 2[edit]

-“¡Están listas! ¡Hadas!”

Scarron decía mientras movía sus caderas, mirando alrededor del establecimiento.

-“¡Si! ¡Sr. Scarron!

Vitorearon las chicas envueltas en llamativos vestidos.

-“¡Incorrecto!”

Scarron gritó, mientras movía sus caderas de un lado a otro, después de oír el vitoreo de las chicas.

-“Señor no, llámenme Mi Madeimoselle, ¿está bien?”

-“¡Sí! ¡Mi Madeimoselle!”

-“Très bien.”

Scarron temblaba placenteramente, mientras movía sus caderas. Viendo al hombre de mediana edad que lo había llevado allí, Saito se sintió enfermo.

Pero las chicas en el establecimiento quienes se habían acostumbrado a este hábito, ni siquiera mostraban cambio en sus rostros.

-“Está bien, empezaremos con noticias entristecedoras de Mi Madeimoselle. Recientemente, las ventas de la Posada Hadas Encantadoras han disminuido. Un establecimiento llamada ‘café’ ha estado sirviendo ‘te’ que ha sido recientemente importado del este y están robándonos a nuestros clientes… sniff…”

-“¡No llore! ¡Mi Madeimoselle!”

-“Están en lo correcto. Si nosotros perdemos ante este ‘te’, las palabras ‘hadas encantadoras’ podrían llorar.”

-“¡Sí! ¡Mi Madeimoselle!”

Scarron saltó sobre la mesa y pregunto intensamente.

-“¡La promesa de las hadas encantadoras! Un ~~”

-“¡Servir con una sonrisa alegre!”

-“¡La promesa de las hadas encantadoras! Deux ~~”

-“¡Que el interior del establecimiento siempre este limpio y reluciente!”

-“¡La promesa de las hadas encantadoras! Trois ~~” (un, deux, trois=1, 2, 3 en francés)

-“¡Recibir muchas propinas!”

-“Très Bien.”

Scarron sonrió de manera satisfecha. Entonces movió sus caderas e hizo una pose. Los jugos gástricos subían por su garganta, pero Saito desesperadamente los volvió a tragar.

-“Bueno entonces, les tengo un grandioso anuncio, para ustedes Hadas. Nosotros conseguimos hacer una compañera hoy.”

Las chicas aplaudieron.

-“¡Entonces! ¡Déjenme introducirles a Louise-chan! ¡Ven aquí!”

Rodeada por los aplausos, Louise apareció, con un rostro completamente rojo por la timidez y la ira.

Saito tragó su aliento. En el establecimiento habían peinado el pelo rubio-rosa de Louise, haciéndole pequeños rizos al lado de su cabeza. Ella también estaba vistiendo una pequeña camisola muy sugestiva, muy pegada como si fuera un corsé haciendo que las líneas de su cuerpo fueran más pronunciadas. Estaba abierta por la parte de atrás, dejando ver un evidente encanto. Y también con una falda muy corta que dejaba ver sus piernas, en donde ella tenía puesto un pequeño liguero. Vistiendo así se parecía mucho a una encantadora hada.

-“Louise-chan estaba a punto de ser vendida al circo, pero justo en ese momento se las arregló para escapar con su hermano. Ella es una linda niña, pero muy pobre.”

Los suspiros de simpatía llegaron de las chicas. Esa era una mentira que Saito le había contado en el trayecto hacia el establecimiento. Desesperado, decidió decirle que era el hermano mayor de Louise. Aunque ellos no parecían hermanos, no importara como uno los mirara, pero Scarron no se dio cuenta de este detalle. Parecía que a él no le importaba.

-“Bien entonces, Louise-chan. Saluda a las hadas que se convertirán en tus compañeras.”

A Louise le temblaba todo su cuerpo. Parecía que estuviera enojada. Intensamente. Fuertemente. A una noble orgullosa como Louise le habían dicho que hiciera una reverencia a unos plebeyos vistiendo de esa manera. Saito estaba asustado de wue ella pudiera enloquecer y lanzar el hechizo ‘explosión’ por todas partes.

Pero… el sentido de la responsabilidad de Louise le decía que para cumplir la misión debía suprimir su ira.

Pensando en ello, ella comprendió que los rumores tienden a contarse en los bares. Era perfecto para la recopilación de información. Aparte, ellos estaban en banca rota. Diciéndose a sí misma que esto era una misión, Louise reverenció con una sonrisa forzada. -“Y-y-y-yo soy Louise. E-e-e-encantada de conocerlos.”

-“¡Estr bien, aplausos!”

Demandó Scarron. Un gran aplauso hizo eco en todo el establecimiento. Scarron miró el reloj que estaba en la pared. Era hora de que finalmente el establecimiento abriera.

Él chasqueó sus dedos. Reaccionando a eso, las muñecas hechas con magia en la esquina del establecimiento empezaron a tocar música chillona. Era el ritmo de una marcha. Scarron habló con una voz entusiasmada.

-“¡Ahora! ¡Es hora de abrir!”

Las puertas cubiertas con plumas se abrieron con un ‘BAM’. Los clientes que esperaban se aglomeraron para entrar al establecimiento.

La posada ‘Hadas Encantadoras’ a la que Saito y Louise habían llegado, lucía solo como un bar, pero en realidad era un establecimiento popular donde las chicas lindas en prendas sugestivas les servían las bebidas a los clientes. Scarron había notado la hermosura y la belleza de Louise y la llevó allí para trabajar como camarera.

Dándole un mandil con el logotipo del la tienda, a Saito le habían dado el trabajo de lavar platos. Mientras el viviera en la posada, tenía que hacer un tipo de trabajo.

El establecimiento estaba a reventar, así que las montañas de platos le eran entregadas a él, por montones.

Parecía que no importaba de donde fueras, incluso en otro mundo, lavar los platos era un trabajo para los nuevos. Saito no quería lavar los platos en el establecimiento de un hombre tan raro, pero lo soportó.

Era por el bien de la misión de Louise. Ella era una pequeña niña deficiente, egoísta, de voluntad fuerte, terca y arrogante que nunca escuchaba lo que Saito le decía, pero eso no evitaba querer ayudarla ya que él se sentía atraído por ella. A pesar de todas sus quejas, parecía que ella se estaba esforzando duramente esta vez para el éxito de la misión y así obtener información. Y también, el triste perfil de Henrietta que él vio en la orilla del lago Ragdorian… él quería hacer algo por la conmovedora princesa. Si él podía ayudar a las personas que quería haciendo lo que él pudiera, él no podría pensar en una manera de regresar a su mundo. Aunque era un conjunto de problemas, la sencillez que tenía le hacía pensar de esta manera.

Saito batallaba con los platos. Pero todo tiene algo llamado ‘límite’. Después de un rato, él ya no podía mover sus manos cansadas. Pero incluso si él empezaba a cansarse, la cantidad de platos que tenia que lavar no desaparecía, si no que empezaba a aumentar, apilándose junto a él.

Una chica de aspecto llamativo apareció junto a Saito, que solo mirando sin expresión la montaña de platos mientras estaba parado cansado y sin sentido en frente del fregadero. La linda chica tenía el pelo de color negro, era largo y lacio. Sus cejas dejaban salir un aura llena de vida. Parecía que era de la misma edad de Saito. Saito rápidamente se quebrantó cuando sus ojos cayeron en los pechos de la chica, que aparecían en pronunciado escote de su vestido verde de una solo pieza.

-“¡Hey! ¡Ya no tenemos platos!”

Gritó ella, poniendo sus manos sobre su cintura.

- “¡L-lo siento! ¡Los lavaré inmediatamente!”

Acostumbrado a recibir órdenes de lindas chicas, Saito saltó al fregadero reflexivamente y comenzó a lavar los platos. Viendo la inexperiencia de sus manos para lavar, la chica de pelo negro inclinó su cabeza.

-“Déjame ver.”

Diciendo eso, ella tomó el trapo usado para lavar los platos de las manos de Saito y empezó a fregar los platos de una forma experimentada. Con movimientos suaves que no dejaban ningún desperdicio en ellos, los platos gradualmente se empezaron a limpiar. Saito se dio cuenta que había un secreto para lavar los platos.

“Déjame ver.”Diciendo eso, ella tomo el trapo usado para lavar los platos de las manos de Saito y empezó a fregar los platos de una forma experimentada.

-“Toma tiempo pulirlos de un lado y después del otro, ¿verdad? Tú puedes poner los dos lados en medio del trapo y tallar fuertemente.”

-“Asombroso.” Dijo Saito.

Viendo que él realmente estaba sorprendido, la chica sonrió.

-“Yo soy Jessica. ¿Tú eres el hermano de la nueva muchacha, verdad? ¿Y tu nombre es?”

-“Saito. Hiraga Saito.”

-“Ese es un nombre raro.”

-“Esta bien, siempre me lo dicen. Déjalo así.” Saito empezó a lavar los platos con Jessica. Después de mirar alrededor, ella le susurró a Saito en voz baja.

-“¿Hey, esa cosa sobre ti siendo hermano de Louise fue una mentira, verdad?”

-“No. En verdad ella es mi hermana pequeña y yo soy su hermano mayor.”

Dijo Saito con frialdad.

-“Tu color de pelo, de ojos, y la forma de tu cara son completamente diferentes. No hay nadie que se crea eso.”

Saito se quedó mudo.

-“Aunque eso no importa. Las chicas de aquí están bien con cualquier motivo. No hay ninguna persona aquí que quiera entrometerse en su pasado. Relájate.”

-“Y-ya veo…”

Jessica se quedó viendo a los ojos de Saito. Por un momento, él se sobresalto.

-“¿Pero me lo puedes decir en secreto? ¿Solo dime cuál es la relación entre ustedes dos? ¿Te has escapado de algún lugar?”

Al parecer Jessica tendía a ser curiosa. Ella miró apasionadamente a Saito. Pero no había forma de que él le dijera la verdad.

Saito miraba el traje vistoso de Jessica. Ella probablemente era una de las ‘Hadas’ meseras. Su innecesaria e impertinente curiosidad era molesta, así que Saito agitaba sus manos para hacer que se fuera.

-“¿Está bien para ti que estés perdiendo el tiempo aquí? Tú tendrás tu propio trabajo. Ir y llevar vino o cerveza a alguien. El dueño Scarron se podría enojar contigo.”

-“Esta bien para mí.”

-“¿Por qué?”

-“Por que yo soy la hija de Scarron.”

Saito soltó un plato. Haciendo un sonido terrible, el plato se rompió en pedazos.

-“¡Ah! ¡¿Qué quebraste?! ¡Vas a pagarlo de tu salario!”

-“¿Su hija?”

-“Sí.”

Para tener una hija tan linda, nacida del dueño de un establecimiento que era gay… Saito se preguntaba en qué estaba pensando cuando la estaban haciendo. -“¡Vamos! ¡No solo hables y empieza a mover las manos! ¡El establecimiento va a estar más ocupado a partir de ahora!”

Saito estaba teniendo dificultades, pero Louise estaba sufriendo mucho más.

-“…A-aquí esta su orden.”

Desesperadamente tratando de sonreír… ella dejó una botella de vino y un vaso de cerámica en la mesa. En frente de ella, un hombre estaba viendo a Louise mientras sonreía vulgarmente.

-“Pequeña niña, sírveme un poco.”

‘¿Yo sirviéndole alcohol a un plebeyo, a un plebeyo, a un plebeyo? ¿Una noble como yo? ¿Una noble como yo? ¿Una noble como yo?’ pensó Louise.

Esos humillantes pensamientos giraban alrededor de la cabeza de Louise.

-“¿Ah? ¿Cuál es el problema? ¿No te dije que te apures a servirme algo de vino?”

Louise exhaló y trato de calmarse ella misma.

‘Esta es una misión. Esta es una misión. Reunir información mientras nos disfrazamos de plebeyos. Reunir información…’

Susurrando eso como un hechizo, ella de alguna forma se las arreglo para sonreír.

-“B-bueno entonces, yo te serviré algo de vino.”

-“Huun…”

Louise tomó la botella y empezó a servir lentamente el vino en el vaso del hombre.

Pero debido a que estaba temblando por la ira, derramo un pocó de vino en la camisa del hombre.

-“¡Uwah! ¡Me lo derramaste encima!”

-“P-per…dón.”

-“¡Crees que una disculpa puede ayudar!”

Entonces el hombre empezó a mirar a Louise.

-“Tú… ni siquiera tienes pecho, pero eres considerablemente bonita.”

La sensación de sangre dejó el rostro de Louise.

-“Me has empezado a gustar. Tal vez te deje alimentarme boca a boca. ¡Entonces te perdonaría! ¡Ja, ja, ja!” Louise tomo la botella, bebió un poco de vino, y lo escupió sobre la cara del hombre.

-“¡¿Qué estás haciendo, malcriada?!”

‘BAM’

Poniendo una pierna en la mesa, Louise miró bajo al hombre que estaba sentado.

Por un momento, el hombre puso una cara de susto por la intensidad de la pequeña niña.

-“D-d-d-desgraciado. ¿Q-q-q-quien crees que soy yo?”

-“¿Q-qué?”

-“P-p-para tu información, soy de la familia de un d-d-d…uqu…”

En el momento que ella iba a decir ‘familia de un duque’, Louise fue empujada hacia atrás.

-“¡yo~~ lo siento~~!”

Era Scarron. Sentado atrás del hombre, empezó a limpiar la camisa del hombre con un servilleta que tenía en su mano.

-“Q-que es lo que te pasa, gay bastardo… no te necesito…”

-“¡Esto no se hace! ¡Esta empapado en vino! ¡Hey, Louise-chan! ¡Ve por más vino! ¡Mientras ella lo trae, Mi Madeimoselle te hará compañía!”

Decía Scarron mientras se inclinaba al hombre. El hombre parecía como si quisiera llorar, pero Scarron lo abrazó con su fuerza sobrehumana y él no se pudo mover.

-“¡S-si!” dijo Louise, finalmente como un chasquido regresando a la realidad, y corrió hacia la cocina.

-“Eh, ¡Bien entonces, gracias por el arduo trabajo!”

Cuando el establecimiento cerró, el cielo empezaba a aclarar. Saito y Louise se encontraban allí temblorosos. Ellos se encontraban muy cansados, se sentían como si se fueran a morir. Se encontraban completamente exhaustos haciendo un trabajo al cual no estaban acostumbrados.

-“Todos ustedes han hecho un gran trabajo, así que parece que estaremos en números verdes este mes.”

Scarron empezó a entregar los sobres de pago a las chicas que trabajaban de meseras y a las personas de la cocina, quienes estaban dando gritos de alegría.

Parecía que ese día, era el día de pago.

-“Vengan aquí, Louise-chan, Saito-kun.”

Pensando ‘¿vamos a obtener algo también?’, los rostros de Saito y Louise se iluminaron por un momento, pero… la única cosa en él, era un pedazo de papel.

-“¿Qué es esto?”

Preguntó Saito. La sonrisa del rostro de Scarron desapareció.

-“Una cuenta. Saito-kun, ¿Cuántos platos rompiste? Louise-chan ¿Cuántos clientes hiciste enojar?”

Louise y Saito se miraron el uno al otro y suspiraron.

-“Esta bien. Todos comenten errores en el principio. Solo traten de dar lo mejor de ahora en adelante y paguen la cuenta.”

Y… los suspiros no pararon después de todo.

La habitación que le habían dado a Louise y a Saito se encontraba siguiendo un corredor alineada con la puerta de la habitación de huéspedes… y usando una escalera para subir y llegar al ático.

No importaba como lo mirara uno, no era un cuarto que estaba hecho para que la gente vivieran en el. Estando polvoriento y oscuro, parecía que había sido usado como almacén. Vitrinas y sillas rotas, cajas de madera llenas de botellas de vino, y barriles… todo tipo de objetos estaban apilados. Una dura cama de madera había sido puesta allí. Cuando Louise se sentó, sus piernas cedieron lo que causó que se dejara caer en la cama, notando lo dura que estaba.

-“¡¿Qué es esto?!”

-“¿Una cama?”

Mientras limpiaba quitando un nido de arañas, Saito abrió la pequeña ventana. Haciendo que los murciélagos que parecían vivir en el ático, colgados de una viga, volaran chillando.

-“¡¿Qué fue eso?!”

-“Probablemente nuestros compañeros de cuarto.”

Dijo Saito con una voz calmada.

-“¡¿Tu quieres que una noble como yo duerma en un lugar como este?!”

Louise gritó enojada.

Saito silenciosamente agarró la manta que se encontraba sobre la cama y la sacudió para quitarle el polvo. Entonces se acostó en la cama de madera y puso la manta sobre él. -“Vamos, ven a dormir. Scarron-san ya nos dijo. Que despertáramos a medio día y preparáramos el establecimiento. Vamos a limpiarlo.”

- “¡¿Por qué estas tan bien con esto?!”

-“No es muy diferente de la forma en que alguien usualmente me trata.”

Diciendo eso. Saito, probablemente por el cansancio, rápidamente se quedó dormido.

Louise se quejo haciendo -“uu” y -“mu”, pero lo dejó después de un tiempo y se acurrucó junto a Saito. Moviéndose alrededor, ella puso su cabeza en el brazo de Saito.

Era definitivamente un horrible lugar… pero había una cosa que la hacía feliz.

La sirvienta no estaba allí.

-“¡Dios, no sé que le ve mi familiar de bueno a esto! Realmente no me gusta este lugar pero… la sirvienta que le gusta a Saito no está aquí. Eso honestamente es maravilloso.”

Louise murmuraba con tono un poco alegre, moviendo su mejilla junto a Saito y cerrando sus ojos. Sonrojada ella le susurro:

-“Espero que me trates bien en estas vacaciones de verano.”

‘Y también… escuchar los rumores en la ciudad y darle un reporte detallado a la princesa.’

Pensando eso, entendió que iba a estar muy ocupada, así que Louise se durmió.

Pero.

La pequeña felicidad de Louise se quebró rápidamente. La causa fue la noche del siguiente día. La posada Hadas Encantadoras estaba llena de gente ese día también. Louise servía con cansancio comida o bebidas a los clientes como el día anterior.

Los hombres tenían dos tipos de reacciones cuando ellos veían a Louise.

Los primeros eran las personas que veían que Louise tenía varias partes de su cuerpo pequeñas, y decían enojados:

-“¿Este establecimiento está usando niñas?”

A esos clientes, Louise les servía mucho vino. Enojada les hacía tomar la botella completa de un solo trago.

Por el otro lado, había clientes que presentaban un interés especial. Solo la apariencia exterior de Louise era hermosa, así al contrario de las otras, para las personas con esta línea de pensamiento, era una cosa maravillosa. Estos clientes subestimaban a Louise debido a que ella parecía obediente cuando estaba quieta y ellos extendían sus manos sobre su pequeño trasero o piernas. Para estas gentes, Louise decidía servirles la palma de su mano. Ella les servía, en ambas mejillas, y a veces, incluso en su nariz.

Louise era incapaz de actuar con cortesía, así que al final no recibía ninguna propina.

Scarron le dijo:

-“Espera aquí y observa como lo hacen las otras chicas.”

Y la hizo esperar en una esquina.

Sí, las otras chicas eran hábiles. Ellas sonreían brillantemente y nunca se enojaban, no importara lo que les dijeran o hicieran. Ellas conversaban gentilmente y complacían a los hombres… y cuando los hombres trataban de tocarlas, ellas gentilmente tomaban sus manos para prevenir que las tocaran. Haciendo esto los hombres trataban de ganar el favor de las chicas derrochando el dinero con ellas y al final dejándoles una buena propina.

‘No hay manera de que yo pueda hacer eso.’ Louise pensó mientras fruncía el ceño.

‘La familia en la que yo nací es la familia Valliere, quienes son nobles y magos. Y, lo que es más importante, ¡es la familia de un duque! ¡Si yo regreso a mi casa, yo soy una princesa! Incluso si me dijeran que el mundo se va a acabar mañana, yo no podría actuar tan cortésmente enfrente de ellos. Y, lo que es más importante, en este vergonzoso vestido…’ pensó Louise.

-“¿Vestido?”

Louise se dio cuenta en ese momento. Que ella vestía la misma camisola del día anterior. Incluso ella pensó que interiormente, no era bonita, pero estaba bastante segura de su exterior. En ese momento miró detenidamente alrededor y encontró un espejo en la tienda. Entonces empezó a hacer numerosas poses enfrente del espejo. Al mismo tiempo ella intentaba poner la punta del dedo índice dentro de su boca.

‘Sí. Aunque estas ropas son vergonzosas, aun soy bonita. Una noble incluso si me desarreglo. Ninguna de las chicas de aquí pude competir con la nobleza que emana de mí. Eso es verdad.’ Pensó Louise

‘Tal vez Saito está encantado con mi apariencia’ Pensó Louise y se puso feliz.

‘¿Que idiota? Él se está tardando en darse cuenta de mi encanto y cuando lo haga, sin duda el dirá algo como ‘aah, Louise es tan hermosa, maravillosa, ah, aunque una chica tan hermosa, estaba junto a mi… yo no me daba cuenta… sin embargo, yo estaba tan absorto con una sirvienta… dándole a vestir un traje de marinera y hacerle dar vueltas… yo me arrepiento… este estúpido perro se arrepiente’. Hmph ¿Eres un idiota? Seguramente se tomo bastante tiempo en darte cuenta de los encantos de tu ama. Pero eres solo un familiar, así que no mires a tu ama de esa forma tan grosera. ¡Ve y pule mis zapatos o algo! ¿Qué? Tú no puedes. Tú no puedes tocar a tu ama. Un perro como tú, ¿Qué estas acariciando? Pero si me prometes, servirme por el resto de tu vida, voy a dejar que lo hagas por un corto tiempo. Pero a cambio, ponte de rodillas en el piso. Ponte de rodillas en el piso y discúlpate por todas las veces que me desairaste. ¿Entiendes?’

Imaginando eso, Louise cubrió su boca para contener su risa. Entonces miró a los lados… y dio un vistazo discretamente a la cocina, pensando que él estaba deslumbrado por ella en ese momento.

‘¡Allí esta! ¡Ese estúpido perro esta lavando los platos con esa estúpida mirada!’ pensó Louise.

-“¿Eh?”

De hecho, Saito estaba intentando observar el área donde Louise estaba con su mente ausente mientras lavaba los platos. Pero… él no estaba mirando a Louise. Louise siguió su mirada. Y lo que encontró allí fue a una chica de pelo negro, largo, que se estaba contoneando de la risa con un cliente. Era Jessica.

El pelo rubio-rosa de Louise se empezó a elevar y a mover ondulantemente.

-“De nuevo, tú y esa. Esa tipa de pelo negro.”

Observando a Jessica aun más, vio que estaba vistiendo un traje de una sola pieza muy apretado y tenía un escote que mostraba sus grandes pechos. Entonces siguió la mirada de Saito mas detenidamente y se dio cuenta de que él estaba apuntado su vista a los pecho de la chica que sobresalían del escote del vestido de una pieza.

‘Sus pechos. ¿Realmente, amas tanto los pechos grandes? ¿Por qué a mi perro, le gustan los pechos como esos?’ pensó Louise.

- “Hou.” Saito dejó salir un triste suspiro. Luego con un rostro embelesado, dibujó círculos con sus dos manos como si midiera la circunferencia de los pechos de Jessica. Algo se quebró en la mente de Louise, así que en ese momento, decidió arrojar un vaso que estaba cerca, con toda su fuerza.

Directamente golpeándolo cerca de su sien, Saito cayó en frente del fregadero.

-“¡¿Qué estás haciendo?!”

Le pregunto el dueño del vaso que fue arrogado, poniéndose de pie trato de agarrar el hombro de Louise. Entonces Louise se subió a una mesa y trató de servirle al hombre un golpe en la cara, con la suela de sus zapatos. Era su servicio especial doble.

Pero antes de servirlo, Scarron gritón -“Louise-chan”. Entonces Louise miro hacia atrás y vio que Scarron se aproximaba hacia donde ella se encontraba. Al mirar esto, Louise cerró con firmeza su puño, mientras todo su cuerpo temblaba por la ira que tenía que contener.

‘Ese familiar… solo espera ¡Te voy a dar un servicio adecuado!’ pensó Louise.

Cuando Saito despertó… lo primero que vio fueron los grandes pechos de Jessica. Pensando. ‘¡Que es esto!’, se quedo con la boca abierta.

-“Wah, ¿finalmente recuperaste la conciencia?”

Mirando alrededor, se dio cuenta de que estaba acostado en la cama.

-“¿Dónde estoy?”

-“En mi cuarto”

Jessica dijo sonriendo mientras estaba sentada en una silla junto a la cama.

-“¿Por qué?”

-“Tú te desmayaste cuando un objeto golpeó tu cabeza.”

-“Ya veo… ¿Qué fue lo que me golpeo…?”

Pero parecía que Jessica no estaba interesada en lo que decía Saito.

-“Hey, hey, ya lo tengo.”

-“¿Qué?”

-“Louise. ¿Ella es una noble, verdad?”

Saito empezó a toser violentamente.

-“Tú no tienes que hacerte el tonto. Mi papa me encomendó la dirección de las chicas de la tienda. Mi habilidad para discernir entre las chicas es bastante buena. Dios, esa Louise ni siquiera sabe como cargar los platos. No solo eso, su orgullo es extrañamente alto. Y ese comportamiento… probablemente sea una noble.”

Saito agarró su cabeza pensando.

‘¿Incluso cuando vestía sencillamente… ¿eso era completamente obvio? ¿No es así? ¿Qué ‘esconder su condición social’ ni que nada? No lo estaba ocultando en absoluto’

-“¡Ha! ¿Ella una noble? ¡De ninguna manera! Ella es tan violenta, ruda y no tiene gracia alguna…“

-“Esta bien. No le voy a decir a nadie. Ustedes tienen algún tipo de circunstancia, ¿Verdad?”

Viendo a Saito permanecer en silencio, Jessica sonrió. Jessica realmente tendía a ser una masa de curiosidad… ella quería preguntarle, el propósito de por qué, ella lo había llevado todo el camino hasta allí.

-“Es mejor si no te metes en esto.”

Le dijo Saito en voz baja. Él quería espantarla y hacer que no le preguntara nada más.

Pero eso no dio resultado en Jessica.

-“¡Eh! ¿Qué fue eso? ¿Están involucrados en algo malo? Eso es más interesante”

Inclinando su cuerpo aun mas, ella llevó su rostro… y sus pechos aun más cerca de Saito.

‘Por que su escote esta tan enfatizado, la razón de que su ropa sea más atrevida que la de Siesta es porque ella es una chica de ciudad.’

Pensó Saito, mientras su rostro se empezaba a sonrojar, por lo que Jessica puso una sonrisa reveladora.

-“Hey.”

-“¿Qué sucede?”

- “¿Nunca has salido con una muchacha antes, o sí?”

-“¿Q-que? Eso, tú no puedes subestimarme o…”

‘Eso era muy acertado. Ella es muy perspicaz para esas cosas…’ pensó Saito mientras el sudor frió le comenzaba a fluir.

-“Yo lo entiendo. Después de todo soy una chica de ciudad muy perspicaz. Es realmente fácil imaginarse lo que pasa por las mentes de la gente de pueblo.”

Siendo llamado una persona de pueblo, Saito se trastornó un poco.

‘Tu sabes, a pesar de que creas que Tristainia es grande, en Tokio, no sólo hay algunas insignificantes estructuras. Tu llorarías si vieras la torre de Tokio.’ Pensando esto Saito contestó:

-“¿Quién es una persona de pueblo? No quiero que la hija de un gay me diga eso.”

-“Que quieres decir. Incluso si él es así, es un papa tierno. Cuando mi mama murió, el dijo "a partir de ahora, tu papa también ocupará el papel de tu madre…”

-“¿Eso está ‘tres bien’?”

Jessica asintió.

-“Bueno, podemos poner el tema de mi papa a un lado. Hey, ¿Qué estas planeando hacer con la chica noble? ¿Tú no eres un noble, verdad? ¿Eres su sirviente?”

-“No soy su sirviente”

Debido a que Saito lo dijo bruscamente, Jessica rió satisfecha y tomó las manos de Saito.

-“¿Q-qué?”

-“¿Quieres que te enseñe algo a cerca de las mujeres?”

-“¿Qué?”

Saito se puso rígido en un instante, viendo a Jessica se puso inquieto. Jessica que sabía muy bien cómo usar sus encantos, notó el cambio instantáneo en Saito.

-“Pero, a cambio ¿dime la verdad? Acerca de lo que ustedes dos están planeando…”

Jessica tomó la mano de Saito y la acercó a su escote. Saito estaba estupefacto.

‘Cooperando con una chica del bar. ¿No es una excelente manera de conseguir información? Toda clase de personas visitan los bares. Los rumores mayormente se comparten en un lugar como este. Las personas que están planeando algo, pueden dejar su guardia baja con las chicas y decirles sus secretos. Por eso hacer a Jessica una aliada en un lugar como este, probablemente sería beneficioso de ahora en adelante.’

Pensando de esa manera, en el momento cuando sus dedos sentían la calidez de la piel de Jessica…

La puerta del cuarto de Jessica se abrió bruscamente.

Saito dio un pequeño salto. Louise, temblando toda por la ira mientras vestía su camisola blanca, estaba parada en la puerta.

-“¿Qué están haciendo?”

Saito miro su mano y la quito en un momento por el pánico.

-“R-reuniendo información.”

-“¿A quién le estas pidiendo y de que lugares, te estás informando?”

Mientras él entraba en pánico, Louise camino con un paso ligero dentro de la habitación y cuando llego a donde estaba, lo piso en su entrepierna. Saito se retorcía del dolor. Cuando se iba a caer de la cama, alguien lo agarró de la rodilla.

Jessica llamó y detuvo a Louise

-“Espera un momento.”

-“¿Qué?”

-“¿Por qué no estás sirviéndole a los clientes? ¿No estabas en medio del trabajo?”

Siendo cuestionada de tal forma por una simple chica de ciudad, Louise se empezó a agitar, pero eso no servía en ese momento, ya que podía revelar su misión.

-“¡Solo cállate! ¡Después de disciplinar a mi… estúpido hermano, regresare al trabajo!”

Saito se había convertido en hermano de Louise en ese lugar.

-“¿De verdad tienes tanto tiempo libre? Incluso cuando tú no has podido recibir una simple propina adecuadamente…”

-“Eso no tiene nada que ver.”

-“Si lo tiene y mucho. Y eso es porque yo soy la encargada de dirigir a las chicas. Chicas como tú son un problema. Tú enfadas regularmente a los clientes, no recibes ordenes, tiras vasos donde quiera, y provocas peleas. Bueno, supongo que no tienes remedio. Mocosas como tú no pueden trabajar en un bar como camareras.” Dijo Jessica aburrida.

-“No soy una mocosa. Tengo dieciséis años.”

-“¿Eh? ¿Eres de la misma edad que yo?”

Jessica miraba genuinamente sorprendida a Louise.

Entonces miro el pecho de Louise y los suyos. Ella cubrió su boca antes de poder reírse.

-“Buena suerte entonces. Aunque no voy a esperar nada. Pero si tú te equivocas o haces un lió, estas despedida, ¿Entiendes?”

Louise se trastornó con el comportamiento de Jessica.

-“Q-que… estúpida mujer y sus pechos grandes… llamando a las personas mocosas, o niñas, o inútiles…”

Saito, todavía en el piso, reclamó.

-“No, nadie ha dicho inútil…”

Louise pisoteó el rostro de Saito. Saito gimió y se quedó tranquilo.

-“Yo voy a conseguir tantas propinas como para construir un castillo.”

-“¿Eh, realmente? ¡Estoy tan feliz!”

-“Por que si yo hago mi mejor esfuerzo, soy sorprendente. Esos hombres, todos me miraran a mí.”

-“Si tu lo dices... huh"

-“En verdad ¿Quién perdería contra alguien como tú?”

Dijo Louise mientras empezaba a odiar los pechos de Jessica. Y pensando.

‘Mi estúpido perro miró esos pechos. Mi estúpido perro acerco su mano allí.’

-“Que momento más perfecto. Va a ver una competencia de propinas la siguiente semana.”

-“¿Competencia de propinas?”

-“Correcto. Es una competencia donde las chicas del establecimiento compiten para ver quien recibe más propinas. También hay un premio preparado para la ganadora.”

-“¿No suena interesante?”

-“Hazlo mejor que puedas. Si tú me vences en la competencia de propinas, yo no voy a llamarte mocosa de nuevo.”

Parte 3[edit]

-“¡Hadas! ¡Finalmente, la semana que estaban esperando ha llegado!”

-“¡Si, Mi Madeimoselle!”

-“¡Vamos a empezar la competencia con entusiasmo!”

Aplausos y ovaciones se escucharon por todo el establecimiento.

-“Ahora bien, como todas ustedes saben… la creación de la posada ‘Hadas Encantadoras’ data de hace más de cuatrocientos años, durante el régimen de Su Majestad, Henry III, también llamado el rey atractivo de Tristain. Su Majestad Henry III, conocido por ser un hombre incomparablemente guapo, se decía era la encarnación de un hada.”

Scarron comenzó a hablar en de una manera cautivadora.

- “Un día, ese rey visitó la ciudad en secreto. Y entonces, sorprendentemente, puso sus pies en este bar. En ese tiempo, el nombre del establecimiento era Posada ‘cama de las anguilas’, que no tiene ningún atractivo ni nada. Allí, el rey ¡Como les digo! Se enamoró de una mesera que conoció allí.”

Scarron sacudió su cabeza con tristeza.

-“Pero… un rey no puede enamorarse de una chica que trabaja en un bar… al final, el rey se dio por vencido con este amor. Entonces… el rey preparo un bustier y se lo mando a la chica como un recuerdo de su amor. Mis antepasados quedaron muy impresionados por ese amor y cambiaron el nombre del establecimiento, basándose en el bustier. Que historia más hermosa…” (bustier: el vestido negro que se ve en el anime)

-“Que historia más hermosa ¡Mi Madeimoselle!”

- “¡Este es el ‘Bustier de las Hadas Encantadoras’!”

Enfáticamente, Scarron se despojó de su indumentaria y su pantalón. En ese momento, Saito, quien lo estaba viendo a la distancia, dio un -“Ouue” y vomitó. Eso era por que Scarron estaba vistiendo un corto y sexy, bustier negro que se ajustaba perfectamente a su cuerpo.

- “¡Este es el ‘Bustier de las Hadas Encantadoras’ que el rey le mandó a la chica que amaba hace cuatrocientos años, es una reliquia de mi familia! Este bustier tiene una magia que le permite cambiar de talla dependiendo de la persona que lo esté vistiendo, así como la magia ‘atracción’ esta puesta sobre él.”

-“¡Eso es maravilloso! ¡Mi Madeimoselle!”

-“¡Nnnn~! ¡Tres bien!”

Scarron posó con una voz eufórica.

En ese momento… sorprendentemente, el sentimiento de ‘No está mal’ rozó el interior de Saito. De buena voluntad hacia Scarron… ese tipo de sentimiento. Aunque su apariencia fuera desagradable, Saito comenzó a sentir ¿No está bien seguir tu propio camino?

Entonces Saito se dio cuenta. Que eso era por la magia de ‘atracción’. Pero la apariencia de Scarron en el, era un poco desagradable, el único efecto que podía conseguir era el de ‘a el no le queda ni bien ni mal’.

‘Ya veo. Debido a que Scarron lo está vistiendo, solo pensé a ese nivel. Si una chica normal lo vistiera… puede ser que la vea como a una belleza sin igual. La magia realmente asusta.’ Pensó Saito asintiendo.

Aun posando, Scarron continuó su discurso.

-“¡El hada que gane la competencia de propinas que empieza esta semana ganará el derecho de vestir este ‘bustier de las hadas encantadoras’ por un día! ¡Dios! ¡Me pregunto cuantas propinas podrá obtener el día que lo lleve puesto! ¡Me emociono solo de pensarlo! ¡Es por eso que todas tiene que dar su mayor esfuerzo!”

-“¡Sí! ¡Mi Madeimoselle!”

-“¡Muy bien! ¡Bueno, entonces todas! ¡Levanten su copas!”

Todas las chicas levantaron su copa al mismo tiempo.

-“Por el éxito de la competencia de las propinas y los negocios, prosperidad y…”

Entonces, Scarron dejó de hablar y se paró recto con una apariencia seria después de aclarar su garganta. Y entonces, no en su forma femenina de hablar habitual, sino con la voz de un hombre de mediana edad, dijo, alzando su copa.

-“una oración por la salud de Su Majestad la Reina. Salud.”

Con esto la competencia de las propinas empezó, pero…

Debido a que ella pensó que a ese ritmo, ella no lograría ninguna propina, Louise decidió dejar de hablar. Louise pensó que ella enojaba a los clientes siempre que abría la boca. Por eso decidió estar lo más callada que pudiera. Decidiendo eso, ella estaba sirviendo vino para un cliente cuando él le hablo.

‘Funcionó. Es una oportunidad para recibir una propina.’ Pensó Louise.

-“Hey, tú, solo por un momento. Muéstrame tu mano.”

Louise le mostró su mano.

-“Yo practico la adivinación, así que voy a adivinarte.”

El cliente miró la palma de Louise y dijo.

-“Acordando con lo que veo en tu palma, tú… naciste en una familia que tiene un molino de harina. ¿Estoy en lo correcto?”

‘¿Cómo te atreves a comparar una noble como yo, con la familia de un molino de harina?’ pensó Louise.

El hombre siguió adivinando.

-“¡OH! ¿A ti te gusta alguien que está junto a ti? ¿Tienes a un chico que te gusta?”

Ella pensó en el rostro de su familiar. Ella no podía perdonarse por pensar eso.

‘No tengo ninguno’ pensando eso. Louise agitó su cabeza.

-“¿No? ¡¿Tú si tienes, o no?! ¡Entonces voy a adivinar tu compatibilidad con él…! ¡Wa! ¡Estoy sorprendido!”

El hombre trágicamente agitó su cabeza.

-“La peor.”

‘Yo ya sé eso, incluso si no me lo digiera. Yo lo sé muy bien. Además yo no le guste en primer lugar.’ Pensó Louise

Ofendida, Louise le dio las gracias por la adivinación con su pie. Para Louise, la persona del sexo opuesto más cercana a ella era Saito. Así que no sabía tratar a las personas por lo que su costumbre de tratar a Saito accidentalmente salió.

-“¡¿Q-qué es lo que te pasa?! ¡Mocosa!”

No soy una mocosa. Tengo dieciséis años. Ella quería responder esto, pero con firmeza se mantuvo quieta.

‘Yo decidí quedarme quieta hace solo un momento’ pensó Louise.

-“¡Di algo! ¡Niña presuntuosa!”

‘Que es lo que intentas decir. Solo crezco lento.’ pensó Louise.

Pensaba la manera apropiada de decirle su edad al cliente. De repente Louise pateó el rostro del hombre dieciséis veces.

Esta fue la manera en que actuó, todo el tiempo, así que Louise no consiguió ninguna propina en todo el día.

Louise se estremeció por el resultado de permanecer en silencio, el número de veces que la suela de su zapato voló al rostro de los clientes se incrementó en lugar de su abusivo lenguaje. Parecía que los sentimientos que no podía expresar con su boca, eran dichos por la suela de su zapato. A la mañana siguiente Louise consultó con Saito que hacer. Saito le propuso que para prevenir que la suela de su zapato volara, ella no debería de llevar ropa interior cuando estuviera trabajando, para así evitar que alzara su pierna. Al terminar de decir eso, Louise lo golpeó.

En el segundo día.

Louise se estaba preocupando de no dejar que su pie volara.

Así que decidió permanecer sonriendo no importando lo que pasara, o lo que alguien le digiera, por lo que puso alambre en su boca y fijo su rostro en una sonrisa. La siempre preparada Louise nunca dejó de sonreír. Pero… ella no recibía ninguna propina. Ella retuvo sus pies en el suelo para evitar que salieran volando, y fijó su sonrisa. Pero incluso así no recibía nada.

Increíblemente, el problema venia de su rostro.

Un cliente tuvo interés en Louise. Parecía que a él le gustaba su rostro.

-“OH, ¿Tu eres… un poco hermosa, no es así? Sírveme un poco de vino.”

El hombre estaba satisfecho con el rostro de Louise, pero pronto se dio cuenta de una indiscutible falla. Su pecho.

‘Que es esto. Completamente plano.’ Pensó, así que involuntariamente, las palabras de burla empezaron a salir.

-“¿Qué pasa contigo? ¿No me digas que eres un chico? Bueno, tu rostro no está bien ni está mal, aunque… Escucha, déjame decirte un truco. Al menos pon algunas ropas o cosas allí. ¡Si haces eso, te convertirás en la número uno de aquí! Ahora sírveme algo de vino”

Por las palabras del hombre, los músculos del rostro de Louise empezaron a tirar, pero su sonrisa estaba fijada con seguridad por el alambre. A ese paso parecía que todo iba a salir bien gracias al alambre.

Pero no fue así.

Louise sirvió el vino sobre la cabeza del hombre.

-“¡¿Qué estás haciendo?!”

El hombre se puso de pie. Louise, sintiendo peligro a su cuerpo, quebró la botella de vino en la cabeza del cliente.

El hombre cayó al piso así que ella no tuvo que servirle más, por lo cual no pudo conseguir ninguna propina.

Así, Louise se escandalizaba cada vez que alguien se burlaba de la medida de sus pechos, su mano se movía por su propia voluntad, sirviéndoles a los clientes el vino sobre la cabeza.

A la siguiente mañana, Louise volvió a consultar con Saito. Saito le propuso que para dejar de servir el vino sobre la cabeza de los clientes, ella debería de poner la botella de vino en medio de sus pechos y serviles. La botella de vino no alcanzaría físicamente la cabeza de los clientes si sus manos están posicionadas en sus pechos. Y como extra, la pose que tomaría Louise sería muy agradable para los clientes. Pero Louise, pensando que Saito estaba diciendo algo malo acerca del tamaño de sus pechos, lo volvió a golpear.

El tercer día.

Louise estaba cuidando mantener sus manos quietas. Después de poner la botella de vino en la mesa, ella tomaba sus manos y las ponía atrás de su espalda y les daba una sonrisa brillante. Incluso si le dijeran que sirviera algo de vino, lo único que Louise hacia era sonreír.

-“Sírveme un poco de vino.”

Ella sonreía con intensidad.

- “Dije que me sirvieras un poco de vino”

Ella sonreía con intensidad.

-“Te estoy diciendo que me sirvas un poco de vino”

Ella sonreía con intensidad.

-“¡¿Qué pasa contigo?!”

No había manera de que ella pudiera recibir una propina. Cuando consultó con Saito, él le dijo que sostuviera la botella en su boca mientras servía. La boca de Louise era chica. Una botella de vino no podría caber dentro de ella. Mirando con cuidado, parecía que Saito estuviera dormido.

‘Solo porque estas dormido no significa que debas decir cosas al azar.’ Pensó Louise y después golpeó a Saito.

El cuarto día.

La competición ya estaba a la mitad. Y el número de propinas que había recibido eran cero. Como era de esperase, Louise había llegado a la desesperación. Louise le servía a los clientes mientras cuidaba la suela de su zapato, la posición en la que ella servía el vino y de sus palabras.

-“Parece que no tienes habilidad, pero tus modales son extrañamente refinados. Puedes tener esto.”

Era posible que debido al esfuerzo de Louise, ella recibiera una moneda de oro como propina de lo que parecía ser el primer cliente noble al que ella le servía.

-“¿D-dé verdad? ¿Puedo tener esto?”

-“Ah. Tómalo.”

-“¡Waai!”

Saltando de la felicidad, ella volteó un plato y tiró toda la comida sobre la camisa del cliente.

-“OH perdone…”

Louise se disculpó, pero el cliente noble no aceptó la disculpa.

-“Tú… esta camisa era una joya hecha de seda, que tu salario nunca podría pagar. ¿Qué vas a hacer sobre eso?”

-“En realidad lo siento… Auu…”

-“Bueno entonces ¿Qué es lo que vas a hacer acerca de esto?”

-“Pagaré por el daño…”

-“Hmph, entonces vamos a hacer esto. Te voy a dejar que me compenses por esto con algo que puedas hacer.”

-“¿Qué es lo que debo hacer?”

-“No mucho, solo venir a mi cuarto en medio de la noche.”

-“¿Y luego?”

-“¿Tú entiendes que va a pasar después de eso? No eres una niña ¿cierto?”

-“¿Q-que es lo que significa?”

- “Significa que me compensaras bastante con tu cuerpo. Eso es lo que significa. Muhoho.”

La sangre voló a la cabeza a Louise.

‘I-i-incluso aunque eres un noble, ¡lo que pensabas hacer!’ La tercera hija del Duque de La Valliere enfureció. ‘No pongas a los noble cerca de esa lujuria. Como una representante de Su Majestad, tengo que concluir y castigar esta deshonra de noble.’ Pensó Louise.

La tercera hija de la familia de un duque se enfureció.

-“¡Tu deshonra! ¡Es debido a que existe la gente como tú! ¡La autoridad del reino! ¡La autoridad! ¡Y mi autoridad también!”

-“¿Q-que estás haciendo? ¡Uwah! ¡Detente! ¡Detente, te digo!”

Su pie, las palabras, y el vino volaron fuera todos a la vez.

-“¡Te regreso esto!”

Louise le tiro la propina que finalmente había obtenido sobre la cara del cliente noble.

Louise fue llamada por Scarron y él le dijo que iba a lavar los platos todo el día de mañana como castigo. Louise estaba muy irritada por lo que decidió golpear a Saito.

El quinto día… mientras Louise estaba lavando los platos con Saito, Jessica se les aproximó:

-“¿Qué está haciendo? Joven ama, yo he recolectado ciento veinte Ecus hasta ahora.”

-“¿No es algo por que sorprenderse?”

Louise contestó bruscamente.

-“Tu no vas a conseguir ninguna propina mientras estés lavando los platos.”

-“Ya lo sé."

Dijo Louise mientras lavaba los platos de manera poco profesional.

-“Dios, ¿No puedes ni lavar los platos correctamente?”

Jessica se quejó mientras miraba el plato que Louise había lavado.

-“…Estoy lavando correctamente los platos.”

-“Mira, todavía hay grasa en el. Tú no le puedes llamarle lavar a eso.”

Jessica tomó el plato que estaba lavando Louise y lo limpió con rápidos movimientos de su mano. Louise la miraba de una manera ofendida.

-“Hey.”

Jessica miró con enojo a Louise.

-“¿Qué?”

-“Alguien te está enseñando. ¿Por qué te ofendes de esa manera?”

-“......Uu...”

Saito observaba la plática de las dos con un aspecto sorprendido.

-“¿Cuándo alguien te enseña algo, le dices ‘gracias’? Eso es lo básico, lo básico.”

-“…G-gracias.”

-“Dios, es debido a que haces esa cara, que no consigues ninguna propina. Mañana es el último día, ¿entiendes? Obténgalo juntos, joven ama.”

Diciendo eso mientras se marchaba, Jessica desapareció detrás del el bar. Louise agachó su cabeza desalentada.

Como el día se dirige hacia la mañana…

Louise, después de lavar los platos toda la noche, miraba a sus manos y suspiraba. Los dedos de Louise que nunca habían lavado nada antes se habían puesto de color rojo brillante debido al constante trabajo de la cocina y le lastimaban debido al agua fría y al jabón.

‘¿Por qué tengo que hacer algo como esto?’ Louise pensaba. Aun cuando ella era una noble, ella tenía que lavar los platos… y también tenía que servirle a esos plebeyos… y lo que era más importante, una chica que trabajaba en un bar le había hablado con impertinencia.

-“No mas.” Susurró.

‘Sea para conseguir información o lo que sea, este no es mi trabajo. Yo soy una leyenda. Yo soy una usuaria del vacío. Sin embargo, ¿Por qué debo de ser mesera en un bar? ¿No debería de haber una misión más vistosa esperando por mi?’

Pensando así, las lágrimas le salían como un torrente debido a la tristeza. Abriendo la puerta del ático, Saito asomó su cabeza mientras estaba parado en las escaleras así que Louise se arrastró a la cama. Ella no quería que Saito la viera llorar.

-“Ten, es algo de comida.”

Saito llamó a Louise, poniendo el plato lleno de guiso en la mesa. Pero Louise solo respondió con voz cansada desde el interior de la cama.

-“No la necesito.”

-“No hay forma de que no la necesites. Si no comes no vas a tener fuerzas.”

-“No está rica.”

-“Incluso si tú dices que no está rica, no hay nada más que comer así que no se puede evitar.”

Incluso entonces, Louise se cubrió con la manta y no quiso salir fuera de la cama. Saito se aproximó a la cama y jaló la manta. Louise estaba acurrucada en la cama con su pijama.

-“Come. Tu cuerpo no va a sopórtalo.”

-“Mis manos me duelen. No puedo sostener la cuchara.”

Louise gimoteó como una niñita. Viendo que era inútil, Saito tomo un poco de guisado con la cuchara y lo llevo a la boca de Louise.

-“Entonces, te voy a tener que alimentar. Come. ¿Está bien?”

Louise finalmente tomó un sorbo. Derramando lágrimas de sus ojos.

-“Ya no quiero esto. Me voy a regresar a la academia.”

-“¿Qué hay de la misión?”

-“No me importa. Esta no es mi misión.”

Saito retiró la cuchara poniéndola nuevo dentro del plato y se quedo mirando a Louise.

-“Sabes.”

-“Que.”

-“¿Tienes motivación después de todo?”

-“La tengo”

-“La princesa te confió este trabajo debido a que ella confía en ti, ¿verdad? Mezclarse con los plebeyos y recolectar información. Debido a que si ella hubiera usado a alguien de la corte real, ella se habría negado… no puede depender de nadie, así que ella depende de ti. ¿No es así?"

-“Sí.”

-“Sin embargo que es lo que pasa contigo. Pierdes todo el dinero en el área de apuestas debido a que estabas enojada, arrastras tu orgullo de noble aquí y no puedes conseguir ni una sola propina. Lo único que haces es enojar a los clientes. Ni siquiera estamos cerca de recolectar información.”

-“Solo cállate. ¿Pero qué tiene que ver con la misión lavar los estúpidos trastes o servirle a alguien? Quiero hacer trabajos más grandes. No más de esto. Porque una noble como yo…”

Saito agarró los hombros de Louise y la volteó hacia su rostro.

-“¡¿Qué?!”

-“¿Adivina qué, joven ama? Todo el mundo trabaja. Ellos hacen su mejor esfuerzo en el trabajo que llamas estúpido y comen esta comida. Solo los nobles juegan alrededor y hacen que las personas los alimenten.”

Dijo Saito con una voz seria. Louise, con miedo de los ojos fríos por la ira de Saito, miró hacia abajo sin pensar.

-“No puedo decir muchas cosas jactanciosas, debido a que yo fui criado igual que tu, pero después de llegar aquí, he sufrido de varias maneras y he entendido. Que es bastante difícil solo vivir.”

De alguna manera no podía decir nada para responder las palabras de Saito, Louise permaneció en silencio. Saito continúo hablando.

-“No entiendo muy bien, pero quizás las personas que se preocupan mucho acerca de su estúpido orgullo ¿No pueden hacer grandes trabajos? Yo creo que de todas formas. Bueno, si tú me dices que renuncie, yo renunciaré. De todas maneras no me importa mucho. Debido a que no es mi trabajo de todos modos.”

Louise cerró su boca despacio.

-“¿Tú ya no quieres esto?”

Preguntó Saito, retirando la cuchara del plato. Louise saltó fuera de la cama, tomo la cuchara de las manos de Saito, y empezó a devorar el guisado.

Saito extendió sus manos hacia su bolsa, giró su cabeza, y tomo algo. Era un recipiente pequeño de cerámica.

-“… ¿Qué es eso?”

-“Es una crema para las manos resecas. Jessica me la dio.”

Entonces Saito le dijo a Louise que extendiera sus manos. Louise lo hizo obedientemente.

Louise miraba culpable la cara de Saito mientras él untaba la crema, pero… después de un rato susurro en voz débil.

-“Hey…”

-“¿Qué?”

-“Yo cumpliré. Seré una mesera. ¿Eso está bien?”

-“Si, está bien.” Saito dijo con voz aliviada.

-“¿Pero, esta bien?”

-“¿Qué cosa?”

-“¿Esto está bien?”

Louise se sonrojó y dijo con voz disgustada:

-“Servir está bien. Incluso puedo decir una palabra de cortesía. Pero…”

-“¿Pero qué?”

-“¿E-está bien si los clientes tocan a tu ama por todas partes?”

Saito con firmeza permaneció en silencio.

-“Hey. ¿Qué te parece? No digas cosas egoístas y responder correctamente si está bien o mal”

Saito empezó a comer el guisado en silencio.

-“Hey, te pregunte ¿Si está bien o mal? Contéstame.”

Louise le preguntaba mientras jalaba la oreja de Saito.

Sin despegar la vista del guisado. Saito murmuró:

-“…S-si tu permites que te toquen de esa forma, yo daría una bofetada.”

-“¿A quién le darías una bofetada?”

-“…a ti.”

Louise miró de repente a los ojos de Saito.

-“¿Por qué el amo va a ser abofeteado por el familiar? así que explica la razón.”

Todo quedó en silencio.

Mirando a un lado, Saito dijo con voz débil:

-“A-aunque. V-voy a perdonar que sostengas sus manos.”

-“¿Y qué con eso?”

Louise mando a volar a Saito de un golpe.

-“¿Por qué dices ‘voy a perdonar que sostengas sus manos’? ¡Te estoy preguntando la razón por la cual vas a abofetearme! ¡Idiota!”

-“D-debido a…”

-“Además, ¿Qué quieres decir con ‘voy a perdonar’? actuando tan orgulloso. Si sostengo sus manos o lo que sea, no es decidido por ti. ¡Soy yo la que decido, yo! ¡Hmph!”

Louise peinó su pelo rubio-rosa y puso una expresión compuesta. Ella cruzó los brazos y dijo:

-“Bien. ¿Qué fue del Bustier de las Hadas Encantadoras? Voy a vestir eso y a cautivar a todos los clientes. Sí, por el bien de las propinas. Voy a perdonarles todo. No solo mi mano…”

Saito se paró dando un salto y le gritó a Louise.

-“No estés bromeando!”

Louise volteó su rostro a un lado y se acostó de nuevo en la cama. Justo entonces, Saito se pudo poner bajo control y moviendo su cabeza de un lado a otro dijo.

-“Bueno, el Bustier de las Hadas Encantadoras es imposible. Es el premio de la ganadora. Justo en este momento, tú probablemente eres la última en la competencia.”

Louise no le contestó.

Sintiéndose preocupado Saito le pregunto.

-“¿…Podrías realmente perdonarlos? Pon la victoria de la competencia de propinas a un lado ¿O estas, determinada a hacerlo? Vamos.”

Louise no le respondió.

-“¿Realmente lo vas a hacer?”

Casi con una voz llorosa, Saito persistentemente le preguntaba a Louise. Pero Louise grito, -“¡Cállate! ¡Ya me voy a dormir!” y Saito deprimido se arrastró dentro de la cama.

Parte 4[edit]

El día final de la competición de propinas llegó. En la tarde de ese día, Scarron anunció los progresos de las chicas hasta ese momento.

-“¡Ahora voy anunciar a las mejores tres! ¡Primero el tercer puesto! ¡Marlene-chan! ¡Ochenta y cuatro Ecus, cincuenta y dos Sous, y seis Deniers!”

Los aplausos se escucharon. La chica rubia llamada Marlene dio una elegante reverencia.

“¡El segundo lugar! ¡Jeanne-chan! ¡Noventa y ocho Ecus, sesenta y cinco Sous, y tres Deniers!”

Los aplausos se escucharon de nuevo. La chica de pelo castaño llamada Jeanne sonrió y asintió.

-“¡Y el… Primer lugar!”

Scarron con lentitud vio a todas las chicas y asintió varias veces.

-“¡Sin competencia, mi hija! ¡Jessica! ¡Ciento sesenta Ecus, setenta Sous, y ocho Deniers!”

Se escuchó un -“¡Wahhhhhh!” como grito de alegría hacia Jessica, vistiendo un sugestivo vestido con un profundo escote que fue preparado para ese día, dio una reverencia.

-“¡Ahora! ¡Si están llorando o riendo, hoy es el último día! ¡Pero hoy es el día de Daeg en la semana de Teuz! ¡Debido a que hoy es fin de mes, muchos clientes van a venir! Si ustedes se esfuerzan, podrían obtener muchas propinas. ¡Todavía pueden alcanzar a los primeros puestos!”

-“¡Si! ¡Mi Madeimoselle!”

Saito dio un pequeño vistazo a la expresión seria de Louise. Louise tenía el tipo de rostro que decía que ella había resuelto algo.

-“¿Cuánto tienes?”

Sin responder, Louise abrió su apretado puño. Lo que había allí era… varias monedas brillantes de cobre.

Saito acarició su pecho. Con eso, la victoria sería imposible incluso si Louise tratara de hacer su mejor esfuerzo.

Las palabras de Louise -“Si obtengo el Bustier de las Hadas Encantadoras, yo atraería a los clientes y les perdonaría todo” le estaban molestando a Saito, incluso en ese instante.

‘¡¿Qué es lo que quiso decir con ‘les perdonaría todo’?! ¡¿A qué se refería?! ¡Aunque, yo… yo no le he hecho nada aún! Aunque no es como si tuviera el derecho de hacerlo. No, en absoluto. Aunque, después de todo, solo soy un familiar’ Pensaba Saito.

Yo quiero que de lo mejor de sí misma, pero no hasta ese nivel. Ese era el tipo de emoción que corría a través de la mente de Saito.

Scarron dijo con voz fuerte.

-“¡Entonces háganlo con entusiasmo!”

Los gritos de entusiasmo llenos de toda clase de sensaciones resonaron por todo el lugar.

En ese momento… Louise estaba un poco diferente ese día. Ella quitó el alambre que arreglaba su sonrisa y revelo su sonrisa natural.

Sonreía con brillantez y se movía avergonzada. Haciendo eso, los clientes le preguntaban.

-“¿algo anda mal?”

Louise mordisqueaba su dedo pulgar y continuaba sin dejar de moverse. Y entonces decía algo que le costaba mucho decir, esforzándose y murmurando.

-“Bueno, Sr. Cliente, debido a que usted es tan apuesto…”

Pero el cliente parecía estar acostumbrado a ese tipo de adulación. Sin moverse, sostenía su copa de vino. Allí, Louise liberaba su movimiento final.

Pellizcando el dobladillo de su camisola, ella hacia una reverencia con elegancia. Como era de esperarse de la hija de un duque, la reverencia era hecha como si estuviera enfrente de un rey, llena con el espíritu de un noble. Aun consiguiendo una mejor apariencia, ninguna de las chicas de ese lugar podía imitar tal manera.

Haciendo esto, el cliente empezaba a mostrar interés en la educación de Louise.

‘Ya veo. Sus facciones son bastante similares a los nobles.’ Pensaba el cliente.

-“¿Tú naciste en una familia de clase alta, verdad?”

Incluso entonces, Louise no dejaba de mostrar vergüenza. Luego, con pesar y melancolía, ella miraba hacia fuera. El hombre empezaba a mostrarse más y más interesado en el refinado comportamiento de Louise. Inclinándose hacia enfrente, él dijo sus expectativas.

-“¿Serviste en la casa de algún noble? ¿Ellos te enseñaron tus buenos modales, verdad?” Louise continuaba sonriendo con brillantez. Las ilusiones dentro del cliente empezaban a convertirse en una sobre-exageración como a él le complacían.

-“Si una muchacha linda y reservada como tú les servía, es probable que no termine en un lugar como este. No solo tu etiqueta, sino ese tipo de cosas… fueron enseñadas en ti, ¿tal vez?”

Louise le hizo una reverencia con elegancia. Las únicas armas de Louise eran su sonrisa y su reverencia.

-“¡Kuh! ¡Que historia tan cruel! ¡Una chica tan linda como tú… pero como una sirvienta como tú, vino a trabajar a este establecimiento… ya veo! ¡Ya lo tengo! ¿Te cansaste de ese contundente amo quien trataba de llegar a hacer ese tipo de cosas y huiste fuera de la mansión, verdad? Pero la deuda que dejaron tus padres todavía permanecía. Para regresar el dinero, tú estas desesperadamente trabajando. ¡¿Algo así verdad?!”

Louise sonreía mientras veía al cliente. Siendo mirado por los ojos rojizos como joyas de Louise, el cliente, como si fuera encantado por un hechizo, quería desatar la cuerda de su billetera.

-“Que niña tan necesitada. Hmm, entonces usa esto para ayudarte a pagar tu deuda. A propósito, bueno, ése tipo de cosas… ¿qué tipo de cosas son? Por favor dime. ¿Está bien?”

El cliente, quien creía en sus propias ilusiones debido al comportamiento de Louise, le dio a Louise monedas de plata y oro. Al momento de tomarlas, ella corrió a toda velocidad en dirección a la cocina, agachándose, y dejando salir una respiración áspera. Forzándose a ser cortés y a actuar para conseguir la simpatía de las personas la hacían sentir como una leprosa, así que Louise decidió golpear a Saito quien estaba lavando los platos. Haciendo eso, ella se senitia un poco aliviada. Entonces regresó a la mesa.

Después, era tiempo para su ‘trabajo’. El de recolectar información que le había confiado la princesa. Ella no quería perder la competencia de propinas, pero ese trabajo era más importante.

Sentándose junto al cliente, ella le preguntó.

-“Dios, ellos dicen que es una guerra. Usted debe de estar cansado de esto…”

-“Bastante. Ellos la miran como a una ‘santa’, ¡pero que hay acerca del gobierno!”

-“¿Qué quiere decir eso?”

-“¡Estoy diciendo que esa ignorante princesa no puede gobernar este país!”

Él estaba insultando a Henrietta, pero con firmeza lo aguantó. Ella tenía que escuchar de él todo tipo de historias.

-“¡Como esa batalla en Tarbes… es como si la hubiera ganado por pura suerte! ¡No estoy seguro acerca de la próxima vez!”

-“Así que es eso…”

Justo así, Louise con lentitud empezó a recolectar los rumores de la ciudad. A los borrachos les gustaba discutir acerca de la situación en el mundo. Cuando Louise les planteaba un tema de interés para ellos, ellos empezaban a criticar al gobierno como si estuvieran esperando que ella les preguntara más. Los borrachos hablaban acerca del gobierno como si ellos fueran a convertirse en ministros del gabinete.

-“Además, es mejor para el país si Albión nos gobernara, ¿Verdad?”

Una opinión tan indignante fue dicha.

-“¡Estoy diciendo que nos debemos dar prisa para atacar a Albion!”

Tan valiente opinión saltó fuera.

Alguien.

-“¡Hay un rumor que dice que para que el ejército se fortalezca! ¡Los impuestos se van a incrementar de nuevo! ¡Ellos deben de estar bromeando!”

Dijo eso, y,

-“¿Pueden los armamentos actuales proteger el país? ¡Desearía que se apresuraran en organizar a la armada!”

Una opinión completamente diferente salía. De todas formas… poniéndolas todas juntas, la popularidad que había recibido Henrietta por derrotar a Albion en la batalla de Tarbes parecía empezar a oscurecerse.

La guerra estaba sin terminar… parecía que la depresión continuaría. Henrietta es joven. ¿Puede guiar al país correctamente de ahora en adelante? Era la ansiedad que todos sentían.

‘Es probablemente una historia dolorosa para Henrietta, pero tengo que reportársela con propiedad…’ pensó Louise.

Así, Louise empezó a recolectar propinas e información pero…

La recolección de propinas de Jessica era simplemente incomparable.

De todos modos, Jessica era buena haciendo pensar a los clientes ‘Ella esta rendida a mis pies.’

Louise empezaba a observar como Jessica hacia los cosas. Si no conoces al enemigo, no puedes ganar la batalla.

Jessica primero actuaba con frialdad con el cliente que escogía.

Ella ponía la comida enfrente del cliente mientras parecía enojada. El cliente se sorprendía por esa actitud.

-“¿Hey, que sucede, Jessica? ¿Estas de mal humor?”

Jessica miraba al cliente con ojos fríos.

-“¿Con quién estabas hablando hace un momento?”

Si lo llaman una habilidad o de otra manera, esos celos eran divinos. Después de todo, de verdad parecía que ella estaba celosa. En ese momento, el cliente malentendía la situación y pensaba que ella estaba enamorada de él y de momento muy celosa.

-“Q-que… animate”

-“No es nada… ¿A ti te gusta esa chica, verdad?”

-“¡Estúpida! ¡A la única que amo más es a ti! Vamos…”

Él decía y trataba de darle en la mano una propina. Pero Jessica ponía lejos el dinero.

-“¡No es dinero! ¡Lo que quiero son palabras tiernas! ¿Lo que dijiste antes… fue una mentira? ¡Fue enserio! ¡¿Qué?! ¡Ya no me importa más!”

-“No hay manera de que fuera una mentira.”

El hombre entraba en desesperación y trataba de calmar a Jessica.

-“Por favor anímate… tu eres la única para mí. ¿Está bien?”

-“Tú le dices eso a todas. Solo porque eres un poco popular con las mujeres…”

No importaba como lo mirara uno, el hombre no tenía un rostro muy agraciado. Usualmente, él no creería tales halagos. Pero las palabras de reproche que venían de la boca de Jessica, las decía en una forma que parecía como si ella las dijera sin querer y provenientes de una persona celosa. Por esto el hombre era completamente engañado.

-“¡En realidad, no soy muy popular!”

-“Estas en lo correcto. La única persona que quisiera besar tus labios soy yo.”

-“¡Eso es muy cierto!”

-“Wa… pero estoy cansada.”

-“¿Cuál es el problema?”

-“Tú sabes, en este momento, estamos en un concurso llamado competencia de propinas. En realidad a mi no me importan las propinas pero… seria regañada si solo obtengo una pequeña cantidad.”

-“Si son propinas, yo te doy algunas.”

-“¡Esta bien! ¡Ya me dijiste palabras tierna, así que está bien! Pero, me voy a poner furiosa si tú le dices lo mismo a otras chicas ¿Entiendes?”

Entonces ella miraba hacia arriba de él. Con esto, el hombre era vencido por completo.

‘Ha… pero es realmente cansado hablar con halagos por el bien de las propinas… porque con honestidad revelar tus sentimientos a la persona que amas y halagarla es muy diferente…’ pensó Jessica.

-“Entiendo. Te voy a dar esto, pero no coquetees con otras personas. Bien”

-“¡Ya te dije que está bien! ¡No la necesito!”

-“Son mis sentimientos. Mis sentimientos.”

El hombre hacia que Jessica que aun se negaba, tomara la propina. -“Gracias” Susurraba Jessica con timidez tomando la mano del hombre. El hombre entonces trataba de tener una cita con Jessica.

-“Entonces, hoy, cuando el lugar cierre…”

-“¡Ah! ¡Esto no está bien! ¡La comida se quema!”

Después de obtener lo que quería, ya no tenía más interés en él. Jessica se levantaba.

-“Ah, oye…”

-“¡Vamos a hablar de nuevo más tarde! ¡No mires a otras chicas amorosamente!”

Dándole la espalda al hombre, Jessica le sacaba la lengua. Todo había sido actuado.

Después de que Jessica se fuera, el cliente vio a sus amigos y dijo, -“Iyah, conseguir celos como esos…”

Louise estaba impresionada por completo. Por las técnicas en verdad temibles de una chica de ciudad, que hacían parecer a Kirche una bebé.

Su capacidad para hacer halagos, hacían que la gente se preguntase cuantas maneras tenia para mostrarse celosa, haciendo que recolectara propinas como si las barriera con una escoba.

Jessica en realidad no era una belleza excepcional. Pero… ella estaba al borde de la línea que hacía que los hombres pensaran ‘A este nivel, incluso pueda hacer algo.’ Este tipo de chicas tendían a ser más populares en el mundo, comparadas con las personas de belleza sin igual.

Louise, quien había estado observando, se encontró con los ojos de Jessica. Jessica sonrió y le mostró a Louise que ella ponía las propinas en medio de su escote.

‘Con seguridad, incluso si ella no lo hubiera apostado, Saito se hubiera quedado sin dinero. Si esa chica de ciudad hubiera sabido que el tenia dinero, nadie sabría que hubiera hecho. Y ese estúpido familiar… sería enrollado y secado al sol en un segundo.’ pensó Louise.

Pensó en el rostro de Siesta.

Pensó en el rostro de Jessica.

Pensó en el rostro de Saito mirando los dos escotes.

‘Como voy a perder.’ Pensó Louise apretando con firmeza su puño… exponiendo su pecho plano, y triunfante se levantó sobre sus pies.

Mientras las chicas competían por el número de propinas así…

La puerta adornada con plumas se abrió, y un nuevo grupo de clientes apareció. A la cabeza estaba un hombre de mediana edad que estaba vistiendo un manto que decía que era noble. Él parecía estar cada vez más gordo, y un delgado cabello estaba atascado en su frente llana. Los que estaban con él parecían ser nobles de clase baja. Ellos tenían sus varitas mágicas pegadas como pinzas a sus caderas, y también había algunos nobles vistiendo uniformes militares mezclados entre ellos.

Cuando los nobles entraron, todos en el establecimiento guardaron silencio. Scarron rápidamente se apresuró a donde estaban los nuevos invitados mientras sobaba sus manos.

-“Si no es otro más que Chulenne-sama. Bienvenido a la Posada Hadas Encantadoras.”

El noble llamado Chulenne retorció su bigote que se parecía al de un pez gato y moviéndolo hacia atrás dijo.

-“MM.” Tosiendo -“¿El establecimiento parece estar prosperando, huh, gerente?”

-“No, no. No del todo. Hoy es solo una coincidencia. Usualmente, la única cosa que pasa es el sonido del reloj cuco. Yo estaba a punto de consultar con mi hija acerca de visitar el templo mañana para obtener el permiso de salvar mi cuello. Sí."

-“Que, no estás trabajando hoy. No digas tales excusas.”

Disculpándose, Scarron continuó hablando.

-“Es solo mi palabra, Chulenne-sama, pero como puede ver, el establecimiento está completamente ocupado hoy…”

-“¿En serio? yo no veo tal cosa”

Cuando Chulenne dijo eso con un tono exagerado, los nobles que lo seguían sacaron sus varitas. Los clientes asustados de las relucientes varitas de los nobles, despertaron de su borrachera, se pusieron de pie, y desaparecieron por la entrada a toda velocidad. El establecimiento se quedo vacío en un instante.

-“Parece que lo que dijiste del reloj cuco es cierto después de todo.”

Dijo eso, mientras se reía y su vientre se tambaleaba, el grupo de Chulenne llegó a las mesas del centro.

Cuando Saito se dio cuenta, Jessica estaba junto a él, mirando con frustración a Chulenne.

-“¿Quién es ese tipo?”

Cuando Saito le pregunto eso, Jessica le explicó enojadamente.

-“Chulenne, es el recolector de impuestos de aquí. Justo como en este momento, él va a los establecimientos bajo su jurisdicción como un enjambre alrededor. ¡Una persona horrible! Él ni siquiera paga una sencilla moneda de cobre.”

-“Mmm conque es así…”

-“Fanfarroneando así, solo por que es un noble. Si lo haces enojar, él te pone un deshonesto impuesto que manda a la bancarrota al establecimiento, así que todos escuchan lo que dice.”

Parecía que en cualquier mundo, había personas que abusaban de su poder y extorsionaban a la gente común. Ninguna de las chicas fue a servirle, así que Chulenne se empezó a enojar. Con el tiempo, empezó a quejarse.

-“¡OH! Este establecimiento parece estar haciendo bastantes ganancias ¿No es este un vino de buena cosecha traído desde Gronyu? ¡Las ropas que esas chicas están vistiendo son hechas a la medida por sastres de Gallia! Supongo que tengo que ver el incremento de los impuestos este año”

Los nobles que estaban alrededor dijeron -“¡Es cierto!” o asintieron las palabras de Chulenne.

-“¡¿No hay ninguna chica que le sirva algo de alcohol a este recolector de impuestos de Su Majestad la Reina?! ¡¿Este establecimiento al menos vende eso, verdad?!”

Chulenne gritó. Pero, ninguna de las chicas del establecimiento se aproximo a él.

-“¿Quién podría servirte, cuando tú ni siquiera nos das una vil propina, no importando cuanto nos toques?”

Cuando Jessica susurraba esas detestables palabras…

Una pequeña sombra vistiendo una camisola blanca se aproximó a él mientras cargaba una charola con vino sobre ella.

Era Louise.

Ella cometió muchos errores… uno de ellos fue ‘no ser capaz de leer el estado de ánimo’. Su cabeza estaba llena de ‘trabajar duro como mesera’ por lo cual no se molestó en entender el ambiente alrededor del cliente y el establecimiento.

-“¿Qué? ¿Quién eres tú?”

Chulenne miraba con sospecha a Louise. Sonriendo, Louise dejó el vino enfrente de Chulenne.

-“E-e-esa idiota…” Saito murmuraba en estado de shock mientras la veía con preocupación.

-“Señor… usted es tan idealista.”

Actuando como si siguiera un manual, Louise, incapaz de leer su estado de ánimo, lo elogiaba. Pero parecía que Chulenne no encontraba a Louise de su gusto.

-“¿¡Qué es esto?! ¡¿Este establecimiento está usando niños?!”

Sin moverse, Louise agarró la orilla de su camisola y le hizo una reverencia. Eso era todo lo que podía hacer.

-“Ahora, vete, vete. No tengo interés en niños. Fuera de aquí.”

Saito veía el temple de Louise temblar. Parecía que ella estaba enojada. Saito rezaba.

-“¡Louise, no lo golpees! ¡Ese tipo es demasiado peligroso!”

-“OH, mirando de cerca, tú no eres una niña… solo una chica con los pechos muy chicos.”

El rostro de Louise se puso pálido. Sus piernas empezaron a temblar lentamente. La lujuria retorció el rostro de Chulenne.

Y entonces… extendió sus manos hacia los pequeños pechos de Louise.

-“Ahora, que tal si Chulenne-sama checa y ve cuan grandes son.”

En ese momento…

La suela de un zapato explotó en el rostro de Chulenne.

Derribando la silla, Chulenne rodó hacia atrás.

-“Wa ¡Por que tú!”

Los nobles alrededor sacaron sus varitas, al mismo tiempo.

En frente… estaba la silueta de un chico cuyos hombros estaban temblando del la ira.

-“Saito…”

Louise miraba la espalda de Saito, quien se había parado para protegerla. Mientras miraba la espalda de Saito… algo caliente llenó su pecho que estaba siendo agitado por la ira.

Como era de esperar, Saito no pudo soportar más.

‘¿Louise esta dando lo mejor de si misma, no es asi? ¿Mi ama no tiene pechos grandes, pero ella es linda, verdad? ¿Así que Louise trató duramente de complacerte, y que es lo que hiciste? ¡Solo te quejaste! Bueno, quejarte esta bien. Yo lo hago a veces. Es Louise, no se puede evitar. Pero… pero… hay una cosa que no puedo perdonar.’ Pensaba Saito.

-“Hey tú, viejo, para de una vez”

-“M-maldito... para referirte a un noble así....”

-“Ya sean nobles, un príncipe, o un dios… yo definitivamente no les permitiré hacerlo. Es mi privilegio especial. ¡¿A quien le interesan los nobles?! ¡La única persona que puede tocar a Louise soy yo!”

Gritó Saito.

Sin pensar, Louise se sonrojó.

‘Aunque eres solo un familiar, ¡¿Qué tipo de cosas presumidas estás diciendo?! ¡Tu no tienes el derecho de decirlo!’

Ella trataba de decir eso, pero… por alguna razón, estas palabras no pudieron salir. Su mente se encontraba en blanco. Incluso con la situación que se estaba realizando alrededor de ella. Louise terminó en trance.

-“¡Detengan a estas personas! ¡Para colgarlas!”

Los subordinados de Chulenne rodearon a Saito.

Saito miraba alrededor con lentitud.

-“¿Quién, va capturar a quien? Desafortunadamente para ti, yo…”

-“¿Desafortunadamente, que?”

-“Afortunada o desafortunadamente, yo recibí este poder legendario…”

Murmurando eso, el giro su mano hacia su espalda. Y… se dio cuenta que Derflinger, que supuestamente debería de estar allí, no estaba.

-“¿Eh?”

En problemas, Saito rascó su cabeza.

-“Es verdad… yo deje a la leyenda en el ático… después de todo, seria una molestia si la tenia puesta mientras lavaba los platos.”

-“¡Deténganlo y a esa chica de pecho plano!”

Los nobles blandían sus varitas.

-“¡Tiempo fuera!”

Pero no hubo tiempo fuera. Los nobles enfurecidos entonaban sus hechizos. Una pequeña cuerda apareció como un tornado, y en el momento que trató de envolver a Saito…

Una luz blanca resplandeció a través del establecimiento y mando a volar a los nobles armados hacia la entrada.

Después la luz lentamente desapareció… Louise apareció, parada sobre una mesa. El ataque de Louise fue un hechizo de ‘Vacío’, ‘explosión.’

Todo su cuerpo temblaba con ira, su herencia favorita, su varita estaba reluciente en su mano. Louise la había atado a su ligero y la escondió, solo en caso de que algo pasara.

Confundidos, los nobles entraron en pánico.

Louise murmuró con voz suave:

-“¿…pecho plano no era necesario, o si?”

Su rara vez alcanzado estado de ánimo feliz, fue lanzado lejos con esa única declaración. Ella recordó mucho de su oscuro pasado con esa frase ‘pecho plano’. Ella pensó en el escote de Jessica y Siesta. En su mente decía.

-“Es demasiado. Para ti decir algo como eso cuando alguien finalmente va a servirte.”

-“¡Hey! ¡Heeeey!”

La intensidad de la legendaria usuaria del ‘Vacio’. Con su intensidad asustaba a los nobles.

-“¿Por qué tenias que ir tan lejos y decir esas cosas? ¿No es demasiado para ti llamarme pecho plano cuando fui a servirte algo de alcohol? ¡Mejor vete preparando!”

Los nobles luchaban por escapar.

Sin moverse, Louise agitó su varita.

El suelo en frente de la entrada fue completamente destruido, creando un gran hoyo. Todos los nobles cayeron dentro de el.

Los nobles se amontonaron uno sobre otro y miraron arriba. Louise lentamente apareció, y los nobles empezaron a temblar aun mas.

-“¿Q-que eres tú? ¿Quién eres tú? ¡¿De cual famoso mago eres hija?!”

Chulenne, mientras temblaba, le preguntó a Louise. Él nunca había visto u oído hablar de esa luz que hacia volar a las personas.

Sin responder, Louise tomó el permiso que obtuvo de Henrietta y lo puso enfrente del rostro de Chulenne.

-“¿…un permiso de Su Majestad?”

-“Soy una dama de la corte de Su Majestad la Reina, y la tercer hija de un estimado linaje familiar que se jacta de tener una orgullosa historia. Yo no tengo un nombre para decirle a un oficial tan bajo como tú.”

-“¡Y-y-yo lo siento mucho!”

Chulenne inclinó su cuerpo gordo y esforzándose hizo una reverencia en el hoyo. Los nobles, aplastados por él, dejaban salir quejidos de dolor.

Louise se paro.

-“¡Perdóneme! ¡Al menos mi vida!”

Diciendo eso, Chulenne busco algo por su cuerpo y al encontrarlo le tiró su cartera llena de dinero a Louise. Él le dijo a los nobles alrededor de el, que hicieran lo mismo, dando todos su cartera a Louise.

-“¡Con esto! ¡Ignore que paso aquí! ¡Se lo imploro!”

Sin ver las carteras, Louise declaró.

-“Olviden todo lo que vieron y escucharon en este lugar. De otra manera, no importara cuantas vidas tengan, no serán suficientes.”

-“¡Si! ¡Lo juro! ¡Yo juro por Su Majestad y el Fundador que yo no voy a revelar que paso aquí a nadie!”

Mientras decía eso, salió del hoyo de una manera acrobática. Chulenne y sus hombres desaparecieron en la oscuridad de la noche.

Louise valientemente regresó al establecimiento. Un fuerte aplauso asaltó a Louise.

-“¡Eso fue asombroso! ¡Louise-chan!”

-“¡No voy a tener suficiente con esa expresión en el rostro de Chulenne!”

-“¡Me siento aliviada! ¡Eso fue grandioso!”

Scarron, Jessica, y las chicas del establecimiento rodearon a Louise al mismo tiempo.

Entonces, Louise retornó a la normalidad, pensando ‘Ahora que he hecho…’ agarrando su cabeza con vergüenza. Ella había perdido el control cuando fue llamada pecho plano. Y estaban a punto de capturar a Saito, así que ella entonó un hechizo sin pensarlo.

Saito se aproximo hacia ella y le susurro.

-“¡Idiota! ¡¿Tu no debiste usar magia?!””

-“Ah… pero…”

-“Demonios…. Ah, dios mío… ahora tenemos que volver a empezar de cero…”

Scarron dándoles palmadas en los hombros de Louise y Saito dijo.

-“Esta bien.”

-“¿Eh?"

-“Ya sabia que Louise-chan era una noble desde antes.”

Saito vio a Jessica. En pánico, Jessica movía sus manos en frente de su rostro para decirle.

-“Yo no dije nada.”

-“¿C-cómo lo supo?”

Louise le pregunto mientras se quedaba pasmada.

-“Por que, bueno, es…”

Las chicas del establecimiento terminaron por Scarron.

-“¡Era completamente obvio por tu actitud y comportamiento!”

‘Así que eso es…’ pensó Louise, sintiéndose desanimada.

-“¿Cuantos años crees que llevamos trabajando en este bar? Mi sentido para discernir entre la gente es de clase alta ¿pero ustedes tiene circunstancias, verdad? Relájense. No hay ninguna chica aquí que exponga el pasado secreto de una compañera.”

Las chicas asintieron al mismo tiempo.

‘Ya veo. Jessica no es la única sagaz aquí.’ Pensó Saito.

-“Las chicas ya lo aceptaron muy bien. Es por eso que te puedes relajar… continua ganando propinas de ahora en adelante, esta bien.”

Louise asintió. Saito se sintió aliviado.

Juntando sus manos, Scarron dijo con voz animada.

-“¡Y ahora! Ya que todos los clientes se han ido a sus casas, anunciaré los resultados de la competencia de propinas”

Voces animadas se dejaron escuchar.

-“Bueno, no hay necesidad de contar, ¿Verdad?”

Dijo Scarron después de ver a las carteras que Chulenne y sus hombres dejaron en el piso.

Viendo a las carteras, Louise se dio cuenta de lo que trataba de decir. Adentro de ellas se encontraba una gran cantidad de dinero.

-“¿Eh? Eso es…”

-“¿Propinas, verdad?”

Le dijo Scarron mientras guiñaba el ojo. Entonces tomo la mano de Louise y la alzo.

-“¡Ganadora! ¡Louise-chan!”

Los aplausos resonaron por todo el establecimiento.

En la tarde del siguiente día… Louise no salió de la cama.

-“Hey, vamos a trabajar.”

-“Voy a descansar hoy.”

-“Eh.”

Saito la miro sin comprender. Entonces lo reconsideró pensando.

‘Bueno, ha pasado poco tiempo desde que ella utilizó la magia, así que probablemente esta cansada. Supongo que esta bien si ella descansa este día.’

-“Entiendo. Dime cuando te sientas mal.”

El premio de la ganadora, el Bustier de las Hadas Encantadoras, estaba colgado en la pared. Aun cuando era un premio… ella solo lo podía vestir ese día. Bueno, era una herencia después de todo.

Bajando la escaleras, Scarron se aproximo a él.

-“¿Qué pasa con Louise-chan?”

-“Parece que planea descansar el día de hoy.”

-“Mi… de ninguna manera, que desperdicio…”

-“¿Por qué lo dice?”

-"Porque ella solo puede vestir el Bustier de las Hadas Encantadoras hoy. Lo voy a tener que regresar mañana.”

-“Dios, es verdad.”

-“Si tu vistes eso, puedes tener tantas propinas como quieras… que desperdicio, que desperdicio.”

Murmurando eso, Scarron desapareció dentro del establecimiento, que se empezaba a poner muy tumultuoso.

Saito fue a su lugar para lavar los platos, incapaz de entender que es lo que pasaba.

Después de trabajar duro y finalizar su trabajo, Saito regresó al ático. Mirando desde el corredor… se dio cuenta de que la luz se filtraba entre las tablas de la puerta del ático. Parecía que Louise todavía estaba despierta.

‘Que es lo que le pasa… Aun que ella dijo que estaba cansada y que iba a descansar, no esta durmiendo. Ella pudo vestir el Bustier y ganar algo de dinero en este caso.’ Pensó Saito.

Empujando la puerta del ático, Saito asomó su cabeza. E instantáneamente, se asombró.

La habitación había sido barrida hasta dejarla limpia, y parecía que con un trapo habían limpiado todo el polvo ya que no quedaba ni un poco. La pila de trastos estaba puesta en un solo lugar, y la habitación se había arreglado para que pareciera que alguien pudiera vivir allí.

-“¿Q-qué… pasó?”

-“Yo lo hice. Es desagradable tener que vivir en un lugar sucio todo el tiempo.”

Al oír su voz, Saito se asombro aun más.

Comida y vino estaban servidos sobre la mesa… y una vela estaba iluminándola.

Y también iluminada por esa luz… estaba el ama de Saito bellamente vestida.

Comida y vino estaban servidos sobre la mesa… y una vela estaba iluminándola. Y también iluminada por esa luz… estaba el ama de Saito bellamente vestida.

Saito tragó saliva. La fatiga por el arduo día de trabajo empezaba a alejarse.

Louise estaba sentada sobre una silla junto a la mesa. Cruzada de piernas, su cabello estaba atado con un broche. Y… su divina apariencia también incluía el ‘Bustier de las Hadas Encantadoras’. El bustier negro hacia que la belleza de Louise fuera aun más prominente.

Boquiabierto, Saito solo la miraba fijamente.

-“¿Por cuánto tiempo intentas poner esa expresión estúpida? adelante, vamos a comer. Un festín ha sido servido en la mesa”

Dijo Louise en un tono torpe.

-“¡¿Qué es esto?!”

-“Yo lo hice”

Saito veía a Louise fijamente, quien parecía estar nerviosa.

-“¿En serio?”

-“Le pedí a Jessica que me enseñara.”

Mirando a Louise, quien se sonrojo al decir eso, el corazón de Saito empezó a latir intensamente. Una línea de cordeles se dejaba ver en el centro superior del bustier, permitiendo que su blanca piel se viera a través de ese lugar. El bustier negro se ajustaba perfectamente a su cuerpo, haciendo mas pronunciadas las líneas de su cuerpo. La falda considerablemente corta alrededor de su cintura se levantaba como si flotara a un nivel perdonable. Se veía más sensual que si estuviera desnuda.

Saito involuntariamente desvió sus ojos. Él sentía que se volvería loco si se le quedaba mirando. Si él se sentía así debido a que ya estaba enamorado de ella, o si era debido a la magia de ‘Atracción’ que estaba puesta en el bustier, Saito no lo sabia, pero… había una cosa que era cierta:

Estaba encantadora.

Pero sin poder decir eso, Saito habló con una voz enojada.

-“¿…No ibas a vestir eso y a servirle a los clientes alegremente?”

-“¿Si yo les dejara tocarme, tú me abofetearías, verdad?”

Louise respondió de una forma descontenta.

-“Bueno, vamos a comer.”

Saito asintió, y empezó a comer la comida que Louise había hecho. Pero… la sangre se le subió a la cabeza y le previno de figurar el sabor, que era probablemente malo, pero de todas maneras estaba bien. Louise lo cocinó. Eso era un progreso.

-“¿Qué tal está?”

Louise le pregunto.

-“¿No está delicioso?”

Saito le respondió de una manera que evadía el punto principal.

-“Yo limpie el cuarto. ¿Cómo está?”

-“Woau, es impresionante”

-“¿Pero, como luzco yo?”

Louise se inclinó sobre su codo y miró fijamente a Saito.

La luz de la mañana entraba por la ventana y cubrió todo el ático, tonificándolo. Él había tenido su boca cerrada hasta ese momento, pero finalmente dejó salir unas palabras.

-“Très bien.”

- “…Por lo menos halágame con diferentes palabras.”

Louise suspiró y pensó.

‘¿Realmente un hechizo de atracción esta puesto sobre esto? ¿Qué? Aunque estaba pensando que él me trataría cariñosamente, su actitud es la misma que siempre. Como si estuviera enojado, como si estuviera preocupado, ese tipo de actitud.’

‘Aburrido. Yo pensé que él me cortejaría como un idiota si yo vestía esto. Entonces lo trataría lo más fríamente posible. ¡Es demasiado tarde para darte cuenta de cuan encantadora es tu ama! ¿Qué, idiota? No me toques. Pero, si, cuando dijiste ‘¡el único que puede tocar a Louise soy yo!’, estaba un poquito feliz por alguna razón, por lo que te permitiría un poco. Pero, un poco. Solo un poco, ¿Entiendes?’

A pesar de que ella imaginó eso, a pesar de que ella gastó todo el día preparándolo, Saito solo miraba a otro lugar.

‘Que aburrido.’ Pensó Louise con amargura.

Al final, Louise nunca se dio cuenta de que Saito estaba perdidamente enamorado de ella desde hacia mucho tiempo atrás… así, que esa magia de ‘atracción’ era insignificante.



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