Zero no Tsukaima ~Versión Española~:Volumen5 Capítulo3

From Baka-Tsuki
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Capítulo Tres: La Fiesta de Tristain[edit]

Parte 1[edit]

La campana del templo de San Rami sonó a las once en punto.

Saito estaba corriendo hacia la plaza central en la calle De Chikutonn.

Acerca de por qué estaba corriendo... bien, eso es porque estaba llegando tarde a una cita. Él se abrió paso a codazos de algún modo a través de la masa de personas, justo apenas llegó a la plaza central, y vio quien lo estaba esperando con impaciencia.

-"H-ey”

Viendo a Saito, Louise, quien estaba sentada en la fuente, resopló sus mejillas.

-"¡¿Qué pasa contigo?! ¡Llegas tarde! "

-"No... Cuando estaba a punto de salir fui llamado por Scarron."

-"¡Simplemente ignóralo! "

-"No puedo, de momento, él es mi patrón... "

Molesta, Louise insistió a Saito. Aah, debí de haber salvado mi cabeza y no venir a la cita si ella se enfadaba así.

Louise se vistió para la ocasión. Estaba avergonzada, porque aunque ella se veía grandiosa, su ropa todavía no era conveniente para un noble… Ella se vistió con una reciente tendencia popular entre las muchachas del pueblo, una boina negra y vestida de negro con un escote muy bajo. El pendiente que Saito le dió estaba colgando en su cuello. Con esa ropa ella parecía realmente una muchacha de pueblo. Como uno esperaría de una muchacha en su adolescencia, era duro para Louise adquirir un vestido apropiado en el pueblo.

Aah, cuanto silencio, ella realmente se veía encantadora. Con sus brazos cruzados e inclinando su barbilla… la joven miraba intensamente al otro lado de la calle. Su pelo rosa-rubio resplandecía vivamente en los rayos del Sol. Sus grandes ojos avellana eran una señal obvia de que era de otro mundo. Aah, su encantadora ama estaba muy linda ahora mismo, mientras sus pies taladraban furiosamente el suelo.

-"¡Eh, ¿nos vamos ya?! Antes de que comience la obra”

Dijo Louise, mientras todavía parecía un poco tímida.

Saito cabeceó y empezó a caminar. Sin embargo, Louise seguía estando de pie en su lugar.

-"¿Qué pasa? "

-"¡Moo! ¡Escólta,e propiamente! "

-¿Escoltar? "

-¡En serio. Eh! "

Louise tiró del brazo de Saito.

-"¿Kuh?" Él estaba enmudecido por tener sus brazos unidos.

¡Estar agarrados de la mano! Esto hizo a Saito muy torpe. Aunque ella había estado usando sus manos como almohadas para dormir últimamente, él nunca las había usado para ir de paseo agarrados de la mano en medio de la ciudad. Saito se sentía nervioso. Entonces ella pisó su pie.

-"¡¡Q-Qué?!"

-"Durante nuestro día Nulo tú debes guiarme. ¿Por qué no dices nada? ¡Uuuuh! " (Día nulo es decir el día libre como un domingo supongo -_-)

Louise gimió.

-"B-Bien, éste es nuestro día Nulo. ¿Q-Quieres ir al t-teatro? "

Louise agitó su cabeza mientras suspiraba, y entonces tiró del brazo de él arrastrándolo tras ella.

-"¡Moo! ¡Qué escolta tan inútil! ¡De esta manera! ¡Así! "

Y así, caminando de cierto modo que todavía no estaba claro quién escoltaba a quién, el par bajó por las calles de Tristain, mientras se bañaban en la luz del sol del verano.

¿Bien, acerca de por qué la pareja fue a ver una obra…?

Hoy era el día de Trapo y la posada estaba cerrada. -"Yo quiero ir a una obra", Louise había dicho temprano por la mañana, cuando ella estaba haciendo su desayuno (aunque realmente era una cena, porque ellos se fueron a dormir tarde ayer) con Saito en el ático.

-"¿Obra?"

-"Correcto."

Louise murmuró algo avergonzada.

-"¿Te gustan las cosas como las obras?"

-"No es que me gusten, pero yo quiero ver una."

-"¿En serio?"

Louise asintió. Cuando uno piensa sobre ello, ella creció en un ambiente diferente. Louise fue educada estrictamente en casa, por lo que probablemente nunca fue al teatro del pueblo.

Pensando de esta manera, Saito sentió piedad de repente por Louise.

-"¿Bien, pero por qué quieres ver una obra ahora?"

-"Jessica me dijo que hay una obra muy popular hoy en la cartelera."

Louise era una chica, después de todo, las cosas de moda la atraen justo como cualquier otra.

Y…

Louise por alguna razón insistió en que esto debía ser una cita.

-"No se siente bien simplemente ir allí. ¡El ambiente es importante! ¡Por consiguiente encontrémonos! "

-"¿Encontrarse?"

-"¿Bien? Encontrémonos delante de la fuente, en la plaza central”

-"Es molesto."

-"No es molesto. Desde ahí, podemos ir al Teatro Real de Tanaijiiru.

-"Fuuuunn." (Esto es un resoplido)

Y así, ellos se encontraron.

El Teatro real de Tanaijiiru era de hecho majestuoso, un teatro espléndido magníficamente construido en piedra. El relieve en las columnas le hacía parecer un templo.

Señores y señoras elegantemente vestidos se reunieron en el teatro.

Saito los siguió también.

Después de comprar un boleto sorprendentemente barato en la taquilla, Saito se encabezó hacia el asiento. Una cortina espesa se dejó caer encima del escenario, estaba oscuro alrededor de ellos… de hecho, Saito se emocionó por la atmósfera misteriosa.

Los asientos estaban marcados por números y estába escrito en el boleto dónde uno debía sentarse, sin embargo emocionado, Saito, sin notar, se sentó en un asiento diferente.

Mientras él y Louise esperaban que empezara la obra, un noble de buen aspecto de mediana edad con un bonito pelo color de plata tocó su hombro.

-"Escuche, compañero."

-"¿S-Sí?"

-"Éste es el asiento que yo había reservado hace algún tiempo. ¿Su asiento no será otro?"

Cuando dijo esto, comprobaron el número del asiento. Era como el hombre había dicho. Rápidamente Saito, mientras era apresurado por Louise, se puso de pie.

-"¡Moo! ¡No tienes vergüenza! "

Louise se quejó agitando su cabeza. Buscando sus asientos, Saito le preguntó a Louise.

-"¿Cómo se llama la obra?"

-"… La Fiesta de Tristain”

-"¿De qué trata la obra?"

-"La Princesa de un cierto país y el príncipe de un cierto país vienen en secreto a Tristain. El par se encuentra pero esconden sus identidades, sin embargo una vez ellos se enamoran… descubren la identidad del otro y se separan. Una historia triste”

Tal historia tuvo una gran popularidad entre las muchachas jóvenes. Y de hecho, el teatro estaba atestado de mujeres jóvenes.

Después de que encontraran sus asientos con mucho esfuerzo, la cortina se elevó. La obra empezó. La música comenzó y… sonó hermosamente en el teatro.

-"Asombroso."

Louise miró el escenario con interés absorto.   

Saito, que veía por primera vez una obra en Halkeginia, al principio también observó atentamente. Sin embargo… se cansó pronto.

El guión no era tan malo - pensó. Aún así, los actores eran inexpertos. Aunque Saito no estaba muy interesado en las obras, él ya había visto varias películas en la tierra y también algunas obras en la escuela.

Comparado a eso… estos tipos eran actores principiantes. De vez en cuando la voz se volvía al revés y las escenas de canciones se ejecutaban en un tono sordo. ¿Era realmente una ópera?

Aún así Louise se conmovió profundamente por la obra, mientras se reía -‘¡Ha!’ y suspiraba débilmente. -‘Waa’, ‘simplemente debo disfrutar de la obra como ella’, era el pensamiento de Saito.

Sin embargo… la obra todavía no parecía ser buena. Él echó una mirada alrededor, viendo al público bostezar. Al parecer había unas caras bien conocidas de la sociedad allí. Sin embargo, sólo las mujeres jóvenes estaban mirando fijamente a los actores. Supongo que algunas cosas no cambian ni siquiera comparando a los diferentes mundos de Saito.

Saito se adormiló mientras miraba.

No pudiendo disimularlo ya, empezó a roncar ligeramente.

Louise echó una mirada furiosa al durmiente Saito.

¡¿Q-Qué?! ¡Este tipo… aún cuando sea una obra especial! ¡Yo lo invité!

Para Louise ésta era una cita. Esta era su memorable primera cita. Por consiguiente ella estaba pendiente de seleccionar cosas tan detalladas como lo de encontrarse, aunque este familiar no notó eso.

¡Más aun, él no me escoltó!

¡No sabía dónde estaba el teatro!

¡Yo tuve que comprar los boletos!

¡Además, él confundió los asientos vergonzosamente!

¡Es más, él se durmió!

¡Aunque ella lo escogió como su anhelado primer compañero en una cita, este familiar era renuente de que ambos tuvieran una cita! ¡Renuentemente el escogió actuar así! ¡IM-PER-DO-NA-BLE! Louise refrenó sus sentimientos de gritar muy fuerte y miró fijamente a Saito que había empezado un viaje a la tierra de los sueños.

Pero… la obra era larga… y Louise también se habia cansado en el camino. Entonces el sueño la tomó y lentamente cerró sus párpados.

No le era posible soportar más y… colocó su cabeza contra el hombro de Saito… ella empezó a mirar otra obra en la tierra de los sueños… Louise empezó a remar en un bote.


Había otro visitante que tampoco estaba mirando la obra. Era el mismo noble de mediana edad de quien Saito tomó el asiento por equivocación. Él estaba sentando al lado de un comerciante y estaba teniendo una conversación secreta con él.

El contenido de esta charla… era acerca de los rumores de los generales de Tristain. Un asunto extremádamente secreto en el ejército de Tristain era el objetivo de los cotilleos.

-“¿La construcción de una f-flota? "

El comerciante preguntó.

-"Tomará por lo menos medio año"

Contestó el noble.

Hubo más susurros a lo largo de la charla… a cambio de tal información secreta que se considera realmente importante, el noble le pasó una bolsa pequeña al comerciante. El comerciante miró dentro y notó que estába llena con monedas doradas.

El comerciante susurró

-"Sin embargo… ¿por qué nos encontramos en el teatro?"

-"¿Qué? ¿Para tener una conversación secreta entre una muchedumbre de personas? Es natural contar una historia susurrando aqui. Por consiguiente un teatro. Si usted hiciera eso en un pequeño cuarto, se volvería sospechoso de tramar algo malo."

-"Jajaja, Señor estoy seguro que Su Alteza el Emperador estará enormemente interesado en la información. Él podría darle incluso una medalla si usted fuera sobre las nubes."

-“Las personas de Albión tienen el corazón frío.”

-"Qué, toda esta tierra será llamada por ese nombre, tarde o temprano. Gracias por su cooperación."

Diciendo eso, el comerciante intentó ponerse de pie. El noble lo detuvo.

-"¿Qué pasa?"

-"¿Por qué no actúa más cuidadoso? Espere hasta el último minuto de la obra."


En el palacio Real de Tristain unas botas hacían eco en el suelo pedregoso con el caminar de una joven mujer guerrera. Ella tenía un pelo rubio corto y ojos azul claro. Un vestido de cáñamo tejido, protegida en partes con planchas de metal las cuales se envolvían alrededor de su cuerpo, además de una túnica con un escudo de armas con una azucena pintada en él.

No había ninguna vara en su cintura… pero si una espada larga y delgada.

Aquí y allá, guardias, magos y nobles se detuvieron y la miraron fijamente sorprendidos. Era raro ver un espadachín en el palacio real.

Los magos la vieron con espada en su cintura y llevando una carta y empezaron a susurrando entre ellos.

-"¡Fuun! ¡Una plebeya!"

-"Ella necesitaba tener algún gran permiso para caminar en el palacio vestida así… ¡oh vaya, son tiempos diferentes! "

-"¡Es más, esta mujer es una protestante! ¡Dándole el título de Chevalier a semejante insecto pernicioso…! ¡Me siento avergonzado de nuestra joven majestad!"

A pesar de las miradas atrevidas y las charlas groseras sobre ella, la mujer siguió caminando rectamente, sin gastar una sola mirada a ellos.

Al final del pasillo… ella se dirigió hacia la oficina de Henrietta. Fue detenida en la puerta por un miembro de la guardia mágica con el emblema real en su pecho, sin permitirle visitar a su majestad.

-"Su Majestad está ahora mismo en medio de una conferencia. Regrese más tarde.”

El guardia mágico declaró fríamente, ni siquiera intentó esconder su desprecio hacia la mujer caballero.

-“Por favor dígale que Agnes vino. Yo tengo el permiso para visitar a Su Majestad cuando quiera."

El guardia frunció el ceño, abrió la puerta y desapareció en la oficina. Después de eso, él regresó, concediéndole el permiso a Agnes para entrar en el cuarto.

Cuando Agnes entró en la oficina, Henrietta estába en medio de una conferencia con Richmon de la Alta Corte de Justicia.

¿Qué es la Alta Corte de Justicia? Ésa es la organización que gobierna la administración de justicia en el reino. Siempre que la clase privilegiada discrepara… un juicio se hace. Ellos inspeccionan trabajos de literatura, óperas u obras en los teatros, o dirigen los mercados de los plebeyos y frecuentemente cuidan de conflictos dentro de la administración de la prefectura gubernamental monárquica.

Henrietta notó a Agnes, sonrió con el borde de sus labios, y le dijo a Richmon que terminaría la junta.

-"Pero Su Alteza… Imponer un aumento en las contribuciones de cualquier magnitud hará que el resentimiento de los plebeyos crezca. Esto causará desorden. Otros países pueden usarlo contra nosotros."

-"Es una emergencia. A pesar de la pobreza de nuestros ciudadanos… "

-“¡La construcción de 50 buques de guerra! ¡Contratar 20,000 mercenarios! ¡Proveer 15,000 equipamientos para la armada! ¡Los gastos de comida de los oficiales, hombres y nuestras fuerzas aliadas! ¿Dónde se puede conseguir tanto dinero? El establecimiento de un ejército de avanzada de este modo, simplemente déjelo así, por favor".

-"El derrocamiento de Albión es ahora la prioridad nacional de Tristain."

-"Pero Su Majestad, aunque los Reyes anteriores de Halkeginia con sus fuerzas unidas atacaron a Albion en ocasiones innumerables… ellos siempre fueron derrotados. Entrar en una campaña en el cielo tiene más dificultades de la que uno puede imaginar."

Richmon declaró, mientras agregaba un gesto presumido.

-"Entiendo. Sin embargo también sé que según el reporte del ministro de finanzas 'La obtención de estos gastos de guerra no es imposible'. ¿Es consciente de que no podrá disfrutar de sus lujos anteriores? De hecho, me pregunto cuánto ha ahorrado desde que empezó a trabajar"

Henrietta dijo, mientras miraba la vistosa ropa que Richmon estaba llevando sarcásticamente.

-"Yo he prohibido que los caballeros de la guardia imperial lleven la cadena de plata que decora el bastón para mostrar ejemplo a otros. No hay nobles, plebeyos, ni miembros de la familia real. Nosotros estamos ahora unidos, Richmon".

Henrietta miró a Richmon. Él agachó su cabeza.

-"Usted me conmueve con esto. Lo sé, Su Majestad. Sin embargo, el concilio de la Alta Corte de Justicia consiste en muchas personas y no es posible que ellos estuvieran de acuerdo con esta campaña. Me gustaría que lo reconociera como una realidad."

-"Nosotros alcanzaremos un acuerdo general, con el cardenal y mi propio trabajo. Tengo la confianza de que nosotros podremos persuadir al concilio."

Richmon miró a Henrietta que declaró esto con los ojos deslumbrantes.

-"¿…sucede algo? "

-"No… yo solo la admiro."

-"¿Admira?"

-"Sí. Este Richmon, sirvió por diez años a Philip El Grande, hace más de treinta años. Pero cuando usted nació, yo sabía más acerca de su Majestad que la propia Majestad."

-"Oh, en serio."

-"¡Aunque usted no pueda recordarlo, el Emperador y la Emperatriz estaban muy contentos por el nacimiento de Su Majestad! Aunque me asustaba alzar su cuerpo diminuto en mis brazos, fui honrado con mecer y bañar a Su Majestad una o dos veces."

-"Mi madre dijo que le sirvió bien."

Dijo Henrietta sonriendo.

-"Usted es demasiado amable. Apenas hace un momento yo estaba diciendo comentarios descorteses que no honran a nuestra madre patria”.

-"Usted es un patriota real, lo sé muy bien."

-"Sin embargo, yo no diré más. Aunque Su Alteza era muy llorona antes, ahora se ha vuelto una mujer espléndida. No me arrepiento de nada."

-"Yo todavía soy… una llorona. Por favor preste su poder a la madre patria, Richmon".

Richmon reverenció, mientras pedía permiso para dejar el cuarto. Henrietta cabeceó.

Agnes que estaba de pie al lado de la puerta, miró a Richmon salir.

Finalmente Agnes se volvió a Henrietta que estaba sentada en su silla y se arrodilló, agachando su cabeza.

-"Agnes Chevalier Hacen Milán, bienvenida".

Observándola, Henrietta instó.

-“¿Usted terminó la investigación?"

-"Sí."

Entonces Agnes sacó una carta de su bolsillo y se la dio a Henrietta. La Reina la tomó y miró dentro.

Lo que sucede es que… Henrietta pidió a esta Mujer caballero investigar los eventos de esa noche siniestra. La noche dónde un secuestrador de Albión… El revivido Walles, escabulléndose en el palacio real siguió el plan escrito de alguien.

-"Así que el guardia no estaba vigilando… cuando me llevaron."

-"Exactamente, él les ayudó desde adentro, dejándoles el cerrojo abierto, así ellos pudieron entrar inadvertidos en el palacio real cuando éste estaba solo."

-“Una vez despejado, ¿cuánto tiempo tuvo el que entró para incitarme?"

Henrietta dijo con una mirada dolorosa en sus ojos.

-"En sólo cinco minutos, Su Majestad. Una vez lo encontré, él insistió que solo fue una coincidencia. Sin embargo, él no podía explicar de dónde salió el dinero… "

El hombre cuyo nombre estaba allí escrito era uno de los que ella otorgó una posición, y asumió que era fiel, pero fue sobornado por la suma de…

-"70,000 ecu… Esta cantidad de oro es más alto que la cantidad total de su pensión."

-"Es como usted dijo."

Cabeceando, Agnes estaba de acuerdo.

-"Aunque nosotros pudimos capturar al informante que trabajó por dinero… El número de personas que apoyan al lado de Albión ha aumentado recientemente."

-"Ese empleado… "

-"Yo no pude contactar con él ayer. Quizás, él se dió cuenta de que estába siendo investigado."

Henrietta suspiró.

-"Serpientes en mi pecho”. (nota: esto es como un refrán, significa que tiene traidores cerca de ella, bueno más o menos jeje)

-“Los nobles de Reconquista alcanzan y oyen más allá de su fronteras nacionales."

-"Por el poder del dinero. Un hombre con sueños se convirtió en un hombre con lujuria de oro. Por dinero… él intentó venderme a mí y al país."

Agnes guardó silencio. Henrietta puso la mano suavemente en su hombro.

-"Usted hizo bien. Gracias."

Agnes miraba el escudo en su pecho. El emblema… la azucena, la señal de la familia Real.

-"Estoy dedicada a Su Majestad. Su Majestad me dió un apellido y una posición."

(nota: En la estructura aristócrata las únicas personas con apellido heredable son los nobles, mientras que los plebeyos no tienen apellidos para legar a sus hijos, un ejemplo es Siesta no es que ella simplemente obviara su apellido es que no lo tiene, también pasa con los hijos de nobles que no son reconocidos (“los vástagos”) un ejemplo parecido seria cuando Tabitha le dijo su nombre a Kirche y esta creyó que Tabitha era un vástago (aunque realmente no lo es, tienen que verse el capi anterior) bueno algo curioso es que cuándo Saito le dice su nombre a Louise ella no está segura si este es un noble o un plebeyo aunque se nota muy rápido que Saito no es noble jejejejeje)

-"Ya no puedo confiar en las personas que usan la magia. Salvo algunos viejos amigos…"

Henrietta dijo en una voz triste.

-"En Tarbes, los nobles son equivalentes al ejército. Por consiguiente, esto es lo que lo hace realmente un noble."

-"Usted es demasiado amable."

Henrietta agitó su cabeza suavemente.

-"Usted… lo tiene muy difícil en la corte real, Agnes".

-"Yo nací de la manera que nací. Y no importa que se rían con desprecio."

-"Aunque usted no es noble por nacimiento, usted es un noble por su alma. Esas personas tontas...”

Agnes murmuró una pregunta:

-"¿Y qué hará sobre el caso de ese hombre?"

-"Sin suficientes evidencias, es difícil demostrar un crimen."

-"Entonces…" Agnes continuó en voz baja.

-"Hace poco que fui establecida como Reina… le dejaré todo al 'Escuadrón de Mosqueteros’. "

Después de la traición del comandante Wardes, la guerra de Tarbes y la reciente aniquilación del escuadrón de Grifos, la guardia mágica que debía proteger a la realeza se desmoronó. El escuadrón de grifos ahora está bajo la orden de la tropa Mantícora, así sólo una unidad todavía estaba en el servicio.

Para complementar la falta de guardia, Henrietta estableció recientemente el 'Escuadrón de Mosqueteros’ comandado por Agnes. Como su nombre lo sugiere, la nueva fuerza usa mosquete y espada, en lugar de la magia. Debido a la escasez de magos, los únicos miembros eran plebeyos… por causa de la seguridad personal de Henrietta, que es una mujer, la guardia también estaba compuesta por mujeres. (nota: Pues mira que es precavida esta princesa jeje tal vez piensen que Henrietta se va a comer a los hombres si los dejan solos jejeje y por otro lado pensaba que Agnes en verdad tenía gustos diferentes jejeje)

Porque interfiere en el tratar con otros escuadrones cuando el comandante no es un aristócrata, Agnes se le otorgó excepcionalmente un título de noble. Ella se volvió un 'Chevalier' y un apellido inventado le fue dado. (nota: se refiere al apellido de ella miren “Agnes Chevalier Hacen Milán” el que está en cursiva es un titulo que se le otorga como el de duque o barón y el que está en negrita es un apellido que se creó o invento para ella, normalmente referente al lugar donde nació o crio)

La excepción de Henrietta hizo que el poder militar nacional aumentara debido a los numerosos plebeyos que se unieron. Aunque los nobles naturalmente estaban indignados por esta idea, Henrietta lo suprimió. Aunque parecía que la razón era que ellos se aliaron con Germania, era realmente algo diferente. Henrietta, gracias al secuestro que afectó profundamente su confianza… ya era incapaz de confiar en los magos.

-"Nosotros somos como la corte real dice, ‘nacidos sin la fineza’. Después de todo, es imposible volverse un noble."

Henrietta agitó su cabeza.

-"¿Quién dijo que usted no es un noble? Usted es comandante del escuadrón de caballeros de la guardia imperial que yo creé. El comandante de los guardias imperiales es diferente, cuando tu puesto sólo puede rivalizarse con la de un mariscal de campo.” (nota: mariscal de campo es el puesto del que líderea el mando del ejército en el campo de batalla generalmente un alto cargo del ejército, un general o comandante se le otorga este honor)

Agnes suspiró profundamente.

-"Tenga orgullo. Camine alto. 'Yo soy un aristócrata' dígase a sí mismo delante del espejo. Si usted hace esto, usted eventualmente ganará la fineza."

-"Como usted diga." (Me pregunto si en verdad lo hará jeje)

-"Usted solamente siga nuestro plan anterior y observe las acciones de ese hombre. Si estamos en lo correcto, ciertamente los delincuentes se expondrán mañana."

-"¿Nosotros no les permitiremos ir libres?”

-"Ciertamente. No perdonaré a nadie que esté relacionado a lo sucedido esa noche… Países… Personas… Cualquiera. Sí. "

Entonces Agnes se arqueó profundamente y dejó el cuarto.

Ella agradeció a Henrietta. No debido a la posición o el apellido... No, era porque ella le dió una oportunidad para la venganza.

Parte 2[edit]

Saito estaba sentado en el suelo. Un poco más alto que él estaba una Louise que respiraba furiosamente. Era la cocina de la Posada 'Las Hadas Encantadoras'. La posada apenas abrió, pero ya estaba ruidoso dentro. Louise, con sus brazos cruzados, miraba hacia abajo a Saito.

-“Dígame, hermano mayor.”

Louise todavía lo llamaba hermano mayor. Estando allí, Saito pretendió ser el hermano mayor de Louise. Nadie lo creyó, como todos en la posada ya sabían que Louise era una noble, aunque ella todavía continuó llamándole 'Hermano Mayor' a pesar de todo. Éra de un carácter muy terco.

-"¿Qué, hermanita?"

Saito preguntó en una voz débil y colada entre la respiración áspera de Louise.

-"¿Qué estába haciendo antes de que yo lo llamara?"

-“Limpiando los platos”.

-“No mienta. Estábas mirando a otras."

-"Un poco."

-"No un poco."

Louise apuntó dentro de la posada.

-"Te estábas devorando con la mirada los muslos de esa chica, los pechos de esta chica y lo más profundo de esa chica… "

Entonces, Louise enojada apuntó a Jessica.

-"Usted estába mirando el valle de los pechos de Jessica también."

-"Un poco."

-"Eh, hermano mayor... "

Louise pisó la cara de Saito.

-"¿Sí?"

-“¿No es una pena para usted no mirarme? ¿Acaso su ama no está recolectando información de borrachines? ¿Si su linda ama se encuentra en peligro, usted debe protegerla, verdad? "

-"Lo siento."

-"Sentirlo no es suficiente. Sólo me miráste dos veces. Incluso yo las conté. Miraste a esta chica y a esa chica cuatro veces. Miráste el escote de Jessica doce veces. Usted mirába a otras, mientras ignoraba a su ama. ¡Yo no p-p-p-p-p-p-puedo p-p-permitir que…! "

-"¡Eh, yo no estába mirando! "

Perdóneme. Yo veo a Louise todos los días. Su cara mientras duerme. Eso es amor. Aah, ama linda. Sin embargo, yo quiero que usted permita mirar a otras chicas. Es la naturaleza del hombre. No puede regañarme aun cuando mire a otra. Por consiguiente, no es necesario enfadarse tanto… Saito entendió mal su enojo.

Pero él nunca diría en alto tal excusa. Saito ya había aprendido cómo tratar con Louise.

-"¿Qué tal si en el momento cuándo miras a otra, soy atacada por un hombre extraño? ¿Entiendes? ¿Acaso estás deseoso de ponerme en tal peligro? "

-"No… eso no es verdad ¡Uf! "

-"¿Por qué? "

-“Mi ama no es realmente atrayente. Un cuerpo diminuto tiene popularidad diminuta"

Saito dijo lo que él estaba pensando. Louise extendió sus manos, suspiró -'Fuuh', y empezó a calentar para otro ejercicio físico.

-"¿Realmente? ya veo. Un perro sólo puede enseñarsele físicamente. Nnshotto." (nota: Nnshotto esta palabra no se qué rayos podría ser tal vez un error o una especie de resoplido por el calentamiento no se -_-)

Ella regresó a su ejercicio con vigor.

Mientras Louise estaba calentando, Saito se escabulló calladamente hacia la puerta trasera. Él tuvo bastante castigo hace poco. Diez minutos. Necesitaba escapar y tener algún descanso.

Saito agarró a Derflinger que estaba enrollado en una tela. Debido al reciente accidente, él siempre llevaba a Derflinger con él. Renuentemente, decidió llevarlo alrededor, aunque él sabía que tan obstructivo pudiera ser.

El momento cuando él abrió la puerta trasera y salió a la calleja, vio a una mujer encapotada que corría a paso corto en su dirección.

¡DON! La mujer golpeó contra Saito que apenas había abierto la puerta y cayó al suelo. Ésto hizo que Saito se agitara.

-"Lo-lo siento... ¿usted está bien? "

La mujer escondió su cara con su capucha y dijo en pánico:

-“…esto, ¿hay una posada llamada ‘Hadas Encantadoras’ en alguna parte cerca de aquí?”

-“¿Eh? Es aquí…”

Murmurando Saito notó que la voz de esa mujer sonaba familiar. La mujer también se dió cuenta al mismo tiempo de la misma cosa.

Calladamente, ella alzó un borde de la capucha y robó una mirada rápida a la cara de Saito.

-"¡Princesa!"

- "¡Shh!" ella dijo, mientras cubría su boca. Henrietta, se envolvió en los pliegues de la capucha gris, se escondió detrás de Saito, para evitar ser vistos desde la Calle Principal.

Henrietta, se envolvió en los pliegues de la capucha gris, se escondió detrás de Saito, para evitar ser vistos desde la Calle Principal.

-"¡Investiguen por ahí!"

-"¡Quizá ella se dirige a la Calle de Bourdonne!"

Desde la calle principal podían oírse las voces hoscas de los soldados. Henrietta se colocó la capucha de nuevo.

-"¿…Hay algún lugar dónde me pueda esconder? "

Henrietta parecía tan pequeña.

-“Hay un ático aquí donde nosotros vivimos…”

-“Por favor lléveme allí.”

Saito llevó a Henrietta silenciosamente al ático. Ella se sentó en la cama y suspiró profundamente.

-"…Es seguro por ahora."

-"¿Cómo que seguro? ¿Qué sucede? "

-"Yo solo salí a escondidas por un minuto… Y arman tal alboroto."

-"¿Huh? ¿No fuiste secuestrada el otro día? ¡No me impresiona que se volviera un escándalo!"

Henrietta guardó silencio.

-"¿Princesa, usted no es ahora la gobernante? ¿Y todavía actúa tan egoístamente?"

-"Que no es eso. Es porque tengo un asunto importante… Y escuché de los informes que decían que Louise estába aquí… me alegro de que consiguiera encontrarlos enseguida."

-"E-En cualquier caso, llamaré a Louise."

Louise ciertamente después de notar que Saito había desaparecido se enfurecería, pero esto podría ayudar a calmarla un poco. La conducta de Louise era fácil de predecir. Como siempre.

-"No lo haga. "

Henrietta detuvo a Saito.

-"¿P-Por qué?"

-"… No quiero hablar con Louise."

-"¿Qué?"

-"Yo no quiero defraudar a esa chica."

Saito se sentó en una silla y miró fijamente a Henrietta.

-"¿Entonces, que más? Salir a escondidas del castillo sin permiso no es algo bueno que se deba hacer."

Entonces Saito comprendió.

-"¿Pero, si usted no vino aquí para encontrarse con Louise, entonces para qué vino?"

-"Vine a pedir prestado su poder."

-"¿Y-Yo?"

-"Si le parece bien, quiero que me escondas hasta mañana."

-"¿P-Por qué yo? ¿No eres la Reina? Usted tiene muchos soldados y magos para cuidarla... "

-"Por hoy y mañana, quiero mezclarme con los plebeyos. Y, naturalmente, no quiero que nadie del palacio sepa de esto. Así que… "

-"¿Qué?"

-"Yo sólo confío en usted."

-"¿Eso es… usted no tiene a nadie más?"

-"Sí. Sé que usted es buena persona, y yo, yo estoy casi sola en el palacio. A muchas personas no les agrado por ser una reina tan joven… "

Y después de un momento agregó vacilante.

-"… y con un traidor."

Saito recordó a Wardes. La princesa le pidió a Louise, ya que era su mejor amiga, que viajara de incógnito con él, entonces era algo que ni siquiera podía decirle a Louise.

-"Ya veo. Sólo porque es una petición de la princesa lo haré, pero… "

Después de eso Saito miró la cara de Henrietta.

-"¿Es peligroso, no es así? "

Henrietta agachó sus ojos.

-"Sí."

-"¿Realmente? Entonces princesa, no le diga a Louise que estuviste en peligro. Por favor prométamelo."

-"Bien."

Ella cabeceó.

-"está bien, pero… "

-"Entonces, salgamos. No podemos quedarnos por siempre aquí.”

-"¿A dónde vamos? "

-"Nosotros no dejaremos el pueblo. Por favor tranquilícese. De momento, quiero cambiarme de ropa… "

Henrietta miraba el vestido bajo su túnica. Era blanco, limpio, un vestido elegante, escondiéndolo debajo de la túnica sería demasiado visible. Nisiquiera un noble podría quejarse de este atavío.

-"Ésta es la ropa de Louise pero… Ella las compró para parecerse a un plebeyo."

-“Por favor, préstamelas."

Saito alcanzó la caja debajo de la cama y sacó la ropa de Louise. ¡Entonces Henrietta la tomó de Saito, sin preocuparse de que él estuviera viendo! Saito se asustó una vez que ella se quitó su vestido. Él accidentalmente pilló un vislumbre del pecho de Henrietta desde atrás. Aunque no eran tan grandes como los de Kirche, todavía eran más grandes que los de Siesta. Después de todos, ella era una reina, por lo que sus pechos también deben ser como tal. Pero entonces comprendió algo.

¿Ella podrá usar la camisa de Louise?

Simplemente era como él pensó.

-"La camisa… es algo estrecha."

No solo 'algo'. La camisa se compró al tamaño de Louise, y no podría quedar con los pechos de Henrietta. Si ella se estirara mucho, los botones saldrían volando.

-"Mhm. muchos."

Saito dijo mientras sostenía su nariz.

-"¿Mh, bueno?"

¡Bueno! Uno no podría esperar menos de la reina. Henrietta no debe preocuparse por eso. -"Espero que no sea demasiado llamativa si hago esto", ella murmuró cuando se desabrochó sus primeros dos botones.

Sólo dió énfasis al canalillo de sus pechos, esto era como si no hubiera ninguna camisa en absoluto para empezar. Aunque podría estar avergonzada, caminando al lado de un hombre en tal atuendo. Esto también hizo que se olvidase que ella era reina e hizo que pareciera más mujer.

-“Vamos.” Henrietta insistió a Saito.

-"No podemos irnos todavía."

-"¿Eh? ¿En serio? "

-"Usted debe cambiar su peinado por lo menos.”

-"Entonces, cámbielo."

Henrietta es similar a Louise después de todo, como una princesa inexperta, Saito pensó mientras tocaba nerviosamente el pelo de Henrietta. Ni siquiera cambiándose la ropa podría enmascarar eso…

Él alzó su pelo en una coleta, de la manera que hizo de vez en cuando también para Louise.

Esto cambió mucho la atmósfera. Entonces, Saito puso algo de maquillaje ligero en Henrietta, mientras usaba los cosméticos de Louise.

¿No se usa maquilaje en la posada? Porque ella dijo eso, Saito lo compró… Pero desde que Louise no lo usó, sobraba demasiado.

-"Fufu, de esta manera usted se parece a una mujer de pueblo.” (nota: fufu es una risa ligera casi entre dientes y eso de mujer de pueblo sonó más a otra cosa que a plebeya)

Con un maquillaje ligero y con el frente de la camisa abierta… Ella se parecía a una mujer de pueblo ciertamente alegre. (nota: y sigue el doble sentido jaja)

Porque ella subió directamente al ático, parecía como si ellos no le dirían a Louise sobre eso. Saito se sintió intranquilo por un momento. Él supuso que tendría que hablar después con ella. No podría evitarlo, como era el deseo de la Reina.

Saito y Henrietta salieron silenciosamente a través de la puerta trasera al callejón.

El estado alertado sobre la desaparición de la Reina parecía haber aumentado… La salida a Chikutonn era de nuevo muy defendida. (nota: chikutonn es una calle en la ciudad de Tristain)

-"Ellos pusieron un cordón." (nota: es decir acordonaron el área con soldados solo para aclarar -_-)

Saito le contó que parecía como un drama policíaco de su mundo. De algún modo entendiendo el significado, Henrietta cabeceó.

-"¿Ahora qué? ¿No debería tener su cara bien cubierta? "

-"Escondiéndola serían más sospechosos aún. Coloque su mano encima de mi hombro."

Saito sostuvo el hombro de Henrietta como le dijo. Ellos se acercaron al lugar dónde estaban los guardias. La tensión se levantó y el pulso aumentaba. Henrietta murmuró en un tono firme.

-"Pretenda apoyarse en mí. Como un amante."

¿Eh? Sin darle ningún tiempo para pensar, Henrietta agarró la mano de Saito con la que él estaba sosteniendo su hombro, y lo llevó a la hendidura de su camisa abierta. Sintiendo las suaves y lisas colinas de carne de Henrietta a lo largo de su dedo, Saito se aterró.

-“No se retuerza." (jajajaja que cosas dice jaja, además había gente que vio esto en el anime y no creía que esto pasara en las novelas jaja)

Henrietta acercó su boca al lado de la oreja de Saito y murmuró tiernamente, con una sonrisa falsa en sus labios.

Saito atravesó a los guardias doblemente nervioso.

Aunque el guardia vio a la pareja accidentalmente… él había visto la cara de la Reina solo a la distancia. Además incluso en sus sueños más salvajes él no podría imaginar a la Reina caminar con un plebeyo, permitiendo que su mano tocase su piel de tal manera. Él aparto sus ojos enseguida y llamó a otra mujer para detenerla.

Henrietta, mientras salían a la Calle Principal, reía.

-"¿Princesa?"

-"No… lo siento. Porque era un momento tan cómico. Sin embargo, agradable.” (cancerbero_ac: jejeje)

-"¿…Eh? "

-"Yo me puse ropa hosca, cambie mi peinado… poniéndome sólo un maquillaje ligero y nadie puede reconocerme. "

Ciertamente… Henrietta parecía encajar con el paisaje de ésta noche. Saito sentía que ella era una mujer diferente.

-"Sin embargo, solo nos vio una persona que apenas conoce su cara, Princesa".

-"¡Shh!"

-"¿Eh? ¿Eeeh? "

-“No me llame princesa en público. Llámeme 'Ann' es corto."

-"Ann, entonces".

-"Sí."

Entonces, Henrietta inclinó su cabeza a un lado en forma de duda.

-"Dígame su nombre."

Siendo desconocido por la Princesa, Saito contestó tristemente.

-"Saito."

-"Saito, es un raro nombre.”

En ese momento, Henrietta murmuró apoyándose en Saito de la manera de una mujer de pueblo.

-"S-Sí, Ann, es raro."

-"Sea más informal."

-"Entendiste, Ann."

Sonriendo, Henrietta entrelazó su brazo alrededor de Saito.



Como la noche vino despacio, la pareja fue de momento a un hotel. Era evidente, una casa de alojamiento barata. Ellos llegaron a un cuarto deteriorado en el segundo piso que hizo que incluso el ático de las ‘Hadas Encantadoras’ pareciera el de una posada celestial.

El futón de la cama estaba extrañamente húmedo, era incierto durante cuántos días estuvo afuera para secarse, y un hongo pequeño estaba creciendo en la esquina del cuarto. La lámpara, incluso después de limpiar el hollín, todavía estaba muy negra. (nota: futón es el tipo de colchón o mejor dicho colchoneta usada en Japón seguro dejan esta palabra debido a que el origen del autor es evidentemente japonés)

-"Bueno, para tanto dinero, no es un gran cuarto."

Pero Henrietta dijo mientras se sentába en la cama:

-"No, el cuarto es fantástico."

-"En serio… "

-"Sí. Aquí por lo menos no hay que preocuparse… sobre serpientes venenosas que duermen en tu pecho." (nota: referencia a un comentario que ella mismo dijo en la pagina 12 y se refiere al miedo de tener traidores en el palacio, disculpen la explicación -_-)

-"O ningún bicho raro."

-“Cierto”.

Henrietta sonrió.

Saito se sentó en la silla que está de pie en el cuarto. La silla, como si protestára, hizo un sonido extraño, crujiente. Por alguna razón, él quiso guardar la distancia entre él y su honorable compañera hasta donde le fuera posible. Encontrando difícil el poder seguir hablando, Saito preguntó.

-"¿Es realmente un buen cuarto? "

-"Sí. Es excitante. Porque tiene el sabor de la vida imprudente, ordinaria de ciudadanos…"

Ella dió énfasis a eso con un gesto lindo. Henrietta al actuar así, creó un ligero sentimiento de intimidad.

Como el cuarto era oscuro como el carbón, decidieron encender las lámparas negras como el hollín. Él no pudo encontrar ningún fósforo, aunque echó una mirada cuidadosamente alrededor.

-"Ellos no tienen los fósforos aquí… bajaré y los traeré."

Henrietta agitó su cabeza y sacó la vara de cristal de su bolsa. Ella la giró y ‘¡Posh!’ la mecha de la lámpara se iluminó.

Henrietta se sentó, mientras miraba fijamente la lámpara, apoyando su barbilla con su mano.

Saito, sintiéndose deslumbrado de algún modo, apartó sus ojos.

Viendo a una tan relajada Henrietta… aunque ella todavía tenía ese sentimiento de tranquilidad alrededor de ella, todavía era una princesa. No, ella era ahora una reina… una reina muy joven todavía. La palabra princesa la identifica más. La esencia de gracia y dignidad. Aunque había un sentimiento similar al de Louise… pero Louise podría ser tan infantil como infeliz, mientras Henrietta todavía era educada y serena. Ella tenía un aura adulta alrededor de ella. Incluso a través de los huecos de su camisa uno podría oler su encanto femenino.

Éste era un encanto mixto indescriptible de orgullo noble y peligro.

-"¿Ahora qué?"

Ella le preguntó a Saito en una voz inocente. Tal princesa era muy bonita, pensaba Saito mientras mascullaba algo.

-“¿Louise está bien?"

Henrietta le preguntó a Saito desde el otro lado de la lámpara. Misteriosamente, con esta mirada la presencia de Henrietta hizo que el lugar se pareciera a una alcoba del palacio real. Henrietta tenía el poder de cambiar la atmosfera alrededor de ella. Incluso siendo por la noche se sentía como fuera un día luminoso.

-"Sí. Bien, ella, que, ella dijo que lograría su trabajo para la Princesa… "

En cuanto a Louise, ella regañaba siempre a Saito por no recoger la información.

-"Ella está bien en ese aspecto."

-"¿Eh?"

-"Esa niña me ha enviado todos los días un informe preciso a través del correo de búho.”

-"¿En serio?"

Probablemente ella escribía aquello mientras Saito estaba durmiendo. Que muchacha tan sería.

-"Sí… Ella me informó exáctamente todos los días sobre cada rumor… Cada uno. Sin una sola queja. Ella ciertamente se ha mezclado con los plebeyos, sin preocupase cuándo acabará. Porque ese niña es noble… Así, me preocupo si su salud está bien."

-"Ella está bien. Hace todo enérgicamente."

Saito cabeceó.

-"Me alegro tanto."

-"¿Pero, la información que reunió Louise en realidad es útil?"

-"Sí. Es muy útil."

Henrietta sonrió.

-"Deseo oír las intenciones reales de los ciudadanos. Quiero escuchar la verdadera opinión de las políticas que hago. Si ellos me informan directamente, cambiarán algunas cosas. Ellos no estarían cómodos con decírmelo… Ellos son como los otros. Yo quiero saber la verdad. Incluso las cosas que no me gustan."

Una sonrisa triste apareció en la cara de Henrietta.

-"¿Princesa?”'

-"No… es sólo que saber la verdad a veces es difícil. Aunque me llaman ‘la Mujer Santa’, he oído nombres más groseros. Soy mirada hacia abajo como una novata que intenta atacar Albión, mientras abuso de mi poder para organizar un ejército de invasión, y soy sospechosa de ser una marioneta de Germania… Realmente, sin ningún parecido a una reina... '

-"¿En serio?"

-“¿Su mundo también es igual?”

-"¿Eh?"

Saito miraba inexpresivamente.

-"Disculpe mi descortesía. Le pregunté al Director de la Academia Mágica Osman. Me sorprendió saber que usted venía de un mundo diferente. No podía imaginarme que tal mundo existía. ¿También en su mundo, en la guerra… hablan mal del gobierno? "

Saito recordó. Los periódicos inúndados con noticias cotidianas sobre la corrupción de los políticos en la guerra…

-“No hay mucha diferencia."

-"Es lo mismo allí también."

Henrietta murmuró, consolada.

-¿Las guerras… ustedes las tienen?" Preguntó Saito

-"Nuestro país está en medio de una."

-"¿No… yo quiero decir, además de atacar ese continente flotante?"

-"¿Por qué lo dice?"

-"Hace un momento, usted dijo un ejército de invasión. ¿Invasiones similares pasan aquí, también? "

-"Oh bien. En ese caso, ésta guerra es interminable… Éstas son las cosas que no deben decirse. No es algo que deba hablarse con usted. Por favor olvídelo."

Todavía, Saito estába callado mientras oía, Henrietta alzo la vista.

-“¿Usted odia la guerra?"

-"Supongo que no la amo."

-"Pero, usted salvó al reino en Tarbes."

-"Lo hice para defender a una persona importante.”

-"Entonces, esa noche… "

Henrietta volvió su rostro y murmuró vacilante. Entonces Saito… recordó esa noche fatídica.

La noche en que Wales el cual se pensaba que estaba muerto revivió e intentó secuestrar a Henrietta. Él recordó la vista de su cadáver. Pero no pudo acordarse de mucho más.

-"Lo siento."

Henrietta dijo en una voz diminuta.

Y entonces…

Empezó a llover. Cuando las pequeñas gotas de lluvia golpearon contra la ventana. Ellos podrían oír a las personas en las calles gritando -"¡Che! ¡Lluvia!", -"¡salió de la nada!”

Henrietta empezó a temblar.

-"¿Princesa?"

Henrietta murmuró en una voz diminuta, en una voz que parecía desaparecer:

-"¿…usted podría hacer algo por mí?"

-"¿Q-Qué?"

-"Sostenga mis hombros fuertemente."

La vara se cayó de la mano temblorosa de Henrietta e hizo un sonido seco al golpear el suelo.

-"¿Qué sucede?"

-"Le tengo miedo a la lluvia."

Después de esas palabras… Saito recordó que en esa noche también empezó a llover. Henrietta y el Wales revivido usaron esa lluvia para crear…… un tornado gigante que intentó tragarse a Saito y a los otros.

Saito se sentó silenciosamente al lado de Henrietta y sostuvo sus hombros. Henrietta siguió temblando.

Saito se sentó silenciosamente al lado de Henrietta y sostuvo sus hombros. Henrietta siguió temblando.

-"Princesa… "

-"Por mi culpa… todos murieron… los maté. Yo no entiendo. Yo no entiendo. ¿Podré ser perdonada?"

Saito pensó durante algún tiempo y dijo.

-"Nadie puede perdonar eso. De verdad… "

-"Así es. Yo… yo no tengo perdón por lo que le hice a usted y otras personas… Cuando oigo la lluvia, sólo puedo pensar sobre tales cosas."

Henrietta cerró sus ojos y llevo su mejilla al pecho de Saito. Su mano agarró firmemente a Saito. Al compás de la lluvia, sus temblores crecían más fuertes. Ella no era una reina, ni siquiera una princesa… ella era simplemente una persona desolada, una débil chica. Una muchacha que se enamoró de un príncipe de un país extranjero. Quizá esta persona, era más débil que cualquiera. Ella no puede hacer nada, sin alguien al lado de ella. Todavía la obligaron a que se pusiera una corona. La obligaron a que agarrara el cetro para comandar una guerra.

Él pensó tristemente.

Parte 3[edit]

Louise estaba viendo caer la lluvia con una expresión de disgusto.

‘¿Donde habrá ido Saito en medio de esta lluvia?’

Cuando Louise terminó el calentamiento para darle un castigo a su familiar, se volteó hacia donde él estaba pero… Saito no se encontraba ahí.

Aunque ella había buscado en la posada adentro y afuera, no lo encontraba en ningún lado. Aunque al principio pensó que él había regresado al ático para esconderse, no había nadie ahí. Sin embargo… sus ropas de plebeya, que había comprado para mezclarse entre la gente, habían desaparecido también.

Sintiéndose algo inquieta, Louise dejó el ático. Cuando regresó a la posada, Scarron y los otros parecían preocupados.

-“No dios, está lloviendo… los clientes van a dejar de venir debido a esta lluvia.”

-“Sin embargo, esta algo ruidoso afuera. ¿Pasó algo?”

En efecto, como decía, se podía oír afuera el sonido de la lluvia mezclado con el clamor de los guardias del palacio. Louise abrió la puerta y salió. Entonces ella se aproximó a un soldado con una espada y lo llamo diciéndole.

-“¿Oiga, qué es lo que está pasando?”

El soldado dio un vistazo rápido a la camisola de Louise y expresó con voz molesta.

-“¡Eei! ¡Cállate! ¡No es el problema de una mujer de bar! ¡Regresa a tu posada!”

-“Espera.”

Louise le llamó para detenerlo y tomó de su escote los papeles de autorización que le había dado Henrietta.

-“Aunque luzca de esta manera, yo soy una dama de la corte de Su Majestad.”

Con ojos de asombro, el soldado miró los papeles de autorización de Louise, regresó donde se encontraba ella, se paró recto y dijo.

-“¡P-p-perdone mi descortesía!”

-“Solo contesta lo que te pregunté.”

El soldado con voz débil le explicó a Louise.

-“…Cuando terminamos de inspeccionar el Campo de Marte, y regresamos al palacio real, Su Majestad había desaparecido.”

(nota: champ de mars realmente no se qué significa el traductor lo traduce literalmente a ‘mordisquear de Marte’ a lo mejor hace referencia a una región o un personaje)

(nota2: Champ de Mars viene de Champ du Mars, que en Francés significa Campo de Marte, y sí, seguramente sea el nombre de un lugar)

-“¿Es Reconquista de nuevo?”

-“El objetivo del criminal es desconocido, pero era ciertamente experto… ya que una niebla salió repentinamente de su carruaje…”

-“¿Quién estaba a cargo de la seguridad esta vez?”

-“Era un cuerpo recién formado. Los mosqueteros.”

-“Ya veo. Gracias. ¿Tienes un caballo?”

El soldado sacudió su cabeza.

-“¡Inútil!”

Louise empezó a correr hacia el palacio real a través de la lluvia. Mordiendo sus labios airadamente pensando.

‘En éste momento, ¿a dónde diablos se fue Saito? ¡Realmente, justo cuando más lo necesito él no está aquí!’


Agnes tiró de las riendas del caballo que estaba montado para detenerlo en frente de una gran residencia. Era la residencia de Richmon… donde Henrietta y ella habían tenido la conferencia durante el día.

Era la esquina de un área residencial exclusiva donde los nobles de alto rango residían. Agnes miró a la gran residencia de dos pisos e hizo una mueca con los labios. Ella sabía dolorosamente bien que Richmon vivía allí desde hace 20 años, y que había usado cualquier posible método para construir esa lujosa mansión.

Ella tocó la puerta con fuerza anunciando su visita. La ventana de la puerta se abrió y un criado asomó su cabeza.

-“¿Quién está ahí?”

-“Por favor dígale a Richmon que el Mosquetero de Su Majestad, Agnes, ha llegado.”

-“¿A esta hora?”

El criado le dijo con voz sospechosa.

En efecto, era alrededor de la media noche.

-“Tengo un mensaje urgente que debo transmitirle por todos los medios.”

Inclinando su cabeza, el criado desapareció dentro de la casa. Después de un momento, regresó y quitó el cerrojo de la puerta.

Agnes le dió las riendas del caballo al criado y se dirigió dentro de la residencia.

Después de un rato, cuando ella estaba pasando la sala, finalmente vio a Richmon sentado junto a la chimenea, vestido con sus ropas de dormir.

-“¿Un mensaje urgente, huh? Será mejor que sea bueno para despertarme tan abruptamente.”

Richmon murmuró, sin tratar de ocultar su elevado desprecio hacia Agnes.

-“Su Majestad ha desaparecido.”

Al momento de oír eso levantó sus cejas con asombro.

-“¿Secuestrada?”

-“Está bajo investigación.”

Richmon parecía dudoso.

-“Un gran incidente de hecho. Sin embargo, ¿Este caso es similar al secuestro de la otra vez? ¿Está Albión involucrado de nuevo?”

-“Está bajo investigación.”

-“¡Esa no es la forma en que los guardias deben de hablar! ¡Bajo investigación! ¡Bajo investigación! Sin embargo, tú no puedes hacer nada. Siempre trayendo problemas a la academia de leyes ¿Qué unidad estába en servicio?”

-“Nosotros, los mosqueteros.”

Richmon se le quedó mirando a Agnes de una manera poco agradable.

-“Esto solo prueba la incompetencia de la unidad que fue establecida recientemente.”

Declaró Richmon con voz fuerte y llena de sarcasmo.

-“Para limpiar nuestro nombre, nosotros hacemos lo mejor que podemos en la investigación.”

-“¡Eso es por lo que dije! ¡Que las espadas y las pistolas son juguetes de niños contra las varitas mágicas! ¡Una unidad completa de plebeyos no puede reemplazar a un solo mago!”

Agnes sólo miraba a Richmon calladamente.

-“Conceda el permiso de actos militares… me gustaría tener el permiso de bloquear caminos y puertos.”

Richmon movió su bastón y agarró una pluma que volaba en dirección a él, escribió algo en un pergamino y se lo dió a Agnes.

-“Hagan lo mejor para encontrar a Su Majestad. Si no son capaces de encontrarla, todos los miembros del cuerpo de mosqueteros serán llevados a la horca por un tribunal de guerra. Piensa en eso.”

Agnes dio media vuelta para marcharse pero se detuvo en frente de la puerta.

-“¿Qué? ¿Hay algo más?”

-“Su Excelencia…”

Con voz ahogada, baja, y llena de ira, Agnes empezó a dejar salir palabras.

-“¿Qué?”

-“Hay rumores acerca del incidente en el que usted estuvo involucrado hace 20 años.”

Tirando de la cadena de sus recuerdos, Richmon cerró sus ojos. Hace veinte años… una rebelión que sacudió al país y de la cual él recordaba la supresión.

-“Ah, ¿y?”

-“Su Excelencia estuvo involucrado en la ‘Carniceria de D'Angleterre’.”

-“¿Carnicería? No lo llame de una forma tan enferma ¿No estában los plebeyos de una provincia lejana planeando derrocar a la nación? Se trató de un derecho legítimo de represión. De todos modos, es casi una leyenda.”

Agnes después de oír eso se retiró.

Richmon miró la puerta cerrada por un rato… alcanzó la pluma y el pergamino de nuevo, él podría cambiar su decisión, él sentía que una despiadada fuerza se liberaba en ese momento.

Agnes, quien dejó la residencia, tomó su caballo del criado. Tomándo una túnica negra de la bolsa que estaba atada a la silla de montar, se la colocó sobre la malla de vestir y se puso la capucha sobre su cabeza. Entonces tomó dos pistolas y cuidadosamente las recargó, cuidando que la pólvora no se mojara por la lluvia. Entonces checó el cañón de la pistola, y el martillo de percusión. Era un nuevo tipo de arma de pedernal.

Puso su espada en su funda y montó al caballo, terminando la preparación para la batalla. Pero en ese instante… alguien corría a través de la lluvia. Una joven venía procedente de la calle Chikutonn, quien, después de notar a Agnes montada sobre el caballo, corrió en dirección a donde se encontraba. Debido a que estaba corriendo bajo la lluvia ella lucía mal. Su camisola blanca estaba sucia por e lodo, e iba descalza porque se había quitado los zapatos, ya que era incómodo correr con ellos puestos.

-“¡Espere! ¡Espere! ¡Por favor espere!”

Sorprendida, Agnes volteó hacia ella.

-“¡Préstame su caballo! ¡Rápido!”

-“Me niego.”

Diciendo eso Agnes trató de girar su caballo para irse pero la joven bloqueó su camino.

-“Hazte a un lado.”

Le dijo Agnes pero la joven no escuchaba. Ella tomó un pergamino y lo puso frente a Agnes diciendo.

-“¡Soy una dama de la corte de Su Majestad! ¡Tengo la autoridad de ejercer el poder de Su Majestad! ¡Su caballo es confiscado en nombre de Su Majestad! ¡Desmonte en este momento!”

-“¿Una dama de la corte de Su Majestad?”

Agnes parecía dudosa. La joven parecía como una mujer de un bar. Sin embargo, aunque ella estába toda sucia por correr bajo la lluvia, sus características de noble todavía se podían reconocer. Agnes dudó por el momento.

Louise, finalmente perdió su temperamento debido a que Agnes no desmontaba su caballo, sacó su varita. Imitando los movimientos de Louise, Agnes sacó sus pistolas a la vez.

Dos personas estaban apuntándose con una varita y una pistola la una a la otra.

Louise dijo con una voz baja y temblorosa.

-“…aunque todavía no estoy acostumbrada muy bien a mi magia. Aun es más poderosa. Date por vencida.”

Agnes replicó, con su dedo en el martillo de percusión de la pistola.

-“…a esta distancia, una pistola es más certera.”

Todo quedó en silencio.

-“Preséntate. Tienes una varita, entonces debes de ser una noble.”

Le dijo Agnes.

-“Dama de la corte, directamente bajo las ordenes de Su Majestad, De La Valliére.”

¿La Valliére? Ese era un nombre familiar. En las conversaciones con Henrietta, ella había escuchado ese nombre en incontables ocasiones.

-“Entonces, tú…”

Agnes guardo su arma. Ésta joven que está temblando con su varita lista… es la rumoreada mejor amiga de Su Majestad. Ésta jovencita con el pelo rosa desarreglado…

-“¿Tú me conoces?”

Louise, con una expresión pálida en su rostro, bajó su varita también.

-“Yo he escuchado acerca de tí. Estoy muy honrada de conocerte al fin. Puedes compartir el caballo conmigo. Déjame explicarte las circunstancias. Si te disparara, causaría que Su Majestad se enfadara bastante.”

Agnes extendió sus manos a Louise. Agnes fácilmente jaló a Louise con una fuerza que era difícil de imaginar que poseyera tan delicada mujer.

-“¿Quién eres tú?”

Le dijo Louise que estaba sentada detrás de Agnes.

-“Un mosquetero de Su Majestad. Comandante Agnes.”

Esto hizo que Louise, quien había oído hablar de los ‘Mosqueteros’ del soldado al que le pregunto, se enfadara.

-“¡¿Qué estában haciendo?! ¡¿Estában dormidos mientras olvidaban su guardia?! ¡Su Majestad fue desvergonzadamente secuestrada!”

-“Antes de que digas algo, déjame explicarte la situación. De todos modos, Su Majestad está a salvo.”

-“¡¿Q-qué?!”

Agnes golpeó con las espuelas al caballo y empezó a correr. Con la lluvia cayendo fuerte las dos personas desaparecieron en la oscuridad de la noche.


En la cama de una posada barata, Henrietta estaba sentada con los ojos firmemente cerrados y con los brazos de Saito alrededor de ella, temblando. Saito no podía encontrar palabras… así que el sólo se sentó y abrazó los hombros de Henrietta.

Cuando la lluvia finalmente cambió a una llovizna, Henrietta se calmó un poco y forzó una sonrisa.

-“Lo siento.”

-“No…”

-“Yo te traje a este lugar horrible. Sin embargo, tú me ayudaste de nuevo al final.”

-“¿De nuevo?”

-“Así es. En esa noche, yo… yo no podía pensar bien, fui manipulada y trate de escapar con Wales… tú me detuviste…”

-“Si.”

-“Tú me dijiste en ese momento. Si usted se va, voy a cortarla. No puedo permitir que se mienta aun si esta locamente enamorada.”

-“¿Yo d-dije eso?

Saito avergonzado miró hacia abajo.

-“Aun así, la tonta de mi no despertó. Traté de matarte. Sin embargo, tú detuviste el imprudente tornado que había desatado.”

Henrietta cerró sus ojos.

-“Por cierto, en ese momento… me sentí aliviada.”

-“¿Aliviada?”

-“Correcto. Aun notando no era el mismo Walles a quien amaba. La verdad era diferente. Yo… en el fondo de mi corazón, buscaba a alguien que dijera esas palabras y me detuviera.”

Dando un profundo y doloroso suspiro, Henrietta continuó hablando con voz retraída.

-“Por lo tanto, te pido, noble familiar. Si llegara a hacer algo tonto de nuevo… si fuera instigada de nuevo… ¿Me podrías detener con tu espada?”

-“¿Por qué?”

-“En ese momento, estaba preparada para matar, sin regresar atrás. Aunque Louise me lo pidió, esa gentil niña, no pude detenerme. Por lo tanto…”

Saito dijo con una voz de sorpresa.

-“¡No lo podría hacer! Realmente… usted no puede ser tan débil. Usted es la reina. Todos obedecen su voluntad. No hable así, princesa. Usted no podría estar viva después de todo si no fuera valiente. ¿Eso fue una mentira?”

Henrietta bajó la mirada.

Entonces…

Toc, toc, toc.

Alguien estaba tocando la puerta.

-“¡Abran! ¡Abran la puerta! ¡Es la policía real! ¡Estamos buscando a un criminal que escapó y se escondió en esta posada! ¡Abran ahora!”

Saito y Henrietta se miraron el uno al otro.

-“Parece que ellos no me están buscando a mí.”

-“…deja que se vayan. Guarda silencio.”

Henrietta asintió en acuerdo…

Mientras, el cerrojo empezaba a girar. Sin embargo… no era posible abrir debido al cerrojo. Con un ruido fuerte el pomo de la puerta se sacudió violentamente.

-“¡Abran ahora! ¡Es una emergencia! ¡O tumbaremos la puerta!”

Un sonido fuerte se escucho de pronto. Eran los sonidos de las espadas golpeando el cerrojo de la puerta, tratando de abrirla.

-“No está bien.”

Henrietta, con un rostro determinado, desabrochó los botones de su camisa.

-“¿Princesa?”

Su voz de sorpresa fue cortada rápidamente por Henrietta que capturó los labios de Saito con los de ella. El beso fue repentino e intenso. Poniendo sus brazos alrededor del cuello de Saito, Henrietta lo tiró a la cama. Con una aparente tranquilidad, Henrietta tenía los ojos cerrados y con un profundo suspiro, introdujo su lengua en la boca de Saito. Podría tomarse como si ella perdiera la conciencia, así de intenso fue el beso.

Simultáneamente cuando Henrietta tiró a la cama a Saito, los soldados, quienes estában tratando de quebrar el cerrojo de la puerta, la abrieron de una patada.

Lo que el par de soldados vió fue… a una joven, reposando sobre un hombre, que se estaban besando con intensidad. La mujer no puso atención a los soldados y seguía volviéndose loca. Suspiros de afecto se escapaban por las aberturas de sus labios. Los soldados vieron el espectáculo por un momento… entonces uno le murmuró a otro.

-“…ellos parecen que se están refugiando de la lluvia, y lo están disfrutando mucho.”

-“Demonios, vamos a finalizar esto y verificar los otros cuartos.”

Con un golpe la puerta fue cerrada y ellos desparecieron bajo las escaleras. Debido a que el cerrojo de la puerta fue roto, la puerta permanecía entreabierta, levemente rechinando.

Henrietta separó sus labios… pero, aún cuando los soldados ya habían salido de la posada, ella se mantuvo viendo a Saito con los ojos húmedos.

Saito estaba completamente sorprendido por el comportamiento de Henrietta en ese momento. Cuando el momento llega, ella podía sacrificar su cuerpo, como esa noche, sólo para mantener el secreto. Ella era realmente fuerte.

Con las mejillas sonrojadas, Henrietta se mantuvo en silencio viendo a Saito.

-“…Princesa.”

Entonces Henrietta le dijo con voz tensa.

-“Ya te dije que me llames Ann.”

-“Pero…”

Sin esperar a que terminara, ella presionó sus labios contra él de nuevo. Esta vez, fue gentil… un beso emocional. Bajo la sombría luz de la lámpara… él podía ver los hombros de Henrietta que había abrazado momentos antes.

Con Saito fuertemente confundido, los labios de Henrietta empezaban a buscar la forma de su rostro.

-“¿Tienes… una enamorada?”

Con una voz fogosa le susurro al oído. Él se sentía como si se derritiera por el sonido. Entonces, el rostro de Louise apareció en la mente de Saito. Louise no era su enamorada. Pero…

-“No tengo, sin embargo…”

Henrietta empezó a mordisquear el lóbulo de Saito.

-“Entonces, compórtate como si yo fuera tu enamorada.”

-“¡¿Q-que?!”

-“Está bien, sólo por esta noche. No te estoy diciendo que seas mi enamorado. Pero, por favor, abrázame… y bésame.” (cancerbero_ac: un difícil sacrificio por la nación jeje)

En ése momento el tiempo se detuvo… de esa forma, unos minutos pasaron.

La humedad llenó la habitación gracias a la lluvia. El olor mezclado de las sabanas y los cuerpos viajaba a la deriva en el aire. Saito veía los ojos de Henrietta. Incluso en ese cuarto sucio… la belleza del rostro de Henrietta era deslumbrante. No, tal vez brillaba debido a lo sucio del cuarto.

Él estaba casi inadvertidamente ahogado en sus encantos. Pero… él no podía ir más allá del beso de Henrietta… Louise no podría perdonar a Saito. No solo no lo podría perdonar sino que también ella se pondría triste, debido a que Louise respetaba mucho a Henrietta.

Él no podía hacer tal cosa.

No podía pretender estar enamorado y besarse con la persona… que su persona más importante consideraba importante. Henrietta solo se sentía sola. Debía de haber otra forma de consolarla.

Por lo tanto, Saito acarició ligeramente el pelo de Henrietta.

-“No me puedo convertir en un príncipe.”

-“No te estoy pidiendo que hagas tal cosa.”

-“¿Recuerda? No soy una persona de este mundo, soy de un mundo distinto. No puedo… sustituir a alguien.”

Henrietta cerró sus ojos y puso su mejilla en el pecho de Saito.

Después de eso… cuando el calor gradualmente se desvaneció… Henrietta susurró, avergonzada.

-“…Tu debes de pensar que soy mujer desvergonzada. Aunque soy llamada una reina… todavía soy una mujer. Y en la noche todavía extraño el calor de alguien.”

Por un momento… Henrietta no dijo ni una palabra y solo se quedo allí, presionando su mejilla contra el pecho de Saito. Dentro de una posada barata, que podría ser la más barata de la ciudad, la mujer más noble temblaba como una niña en sus brazos. Saito sonrió con ironía por esta absurda situación. (cancerbero_ac: cabron suertudo >_< #)

Y… se sentía incomodo.

-“Princesa.”

-“¿Qué?”

-“Por favor explíqueme lentamente. ¿Qué estamos haciendo aquí? Secretos… todos la están buscando arduamente. Y… usted está tratando con fuerza de esconderse. Esto no puede ser una de esas cosas caprichosas, ¿Verdad?”

-“…Oh bueno. Supongo que tengo que contarte la historia completa.”

La voz de Henrietta regresó a su dignidad habitual.

-“Es la cacería de un zorro.”

-“¿Cacería de un zorro?”

-“Si, tú sabes del astuto animal, el zorro. Aún con perros, y rastreadores, no es fácil capturarlo por la cola. Por lo tanto… hay que ponerle una trampa.”

-“¿Una trampa?”

-“Si, y la carnada soy yo. Para mañana… el zorro dejará su madriguera.”

Saito se quedó mirando a Henrietta.

-“¿Y quién es el zorro?”

-“Un espía de Albión.”


Agnes y Louise que estaban montando el caballo en medio de un callejón que conducía a la mansión de Richmon. Aunque la lluvia se convirtió en una ligera llovizna… todavía hacía frío. Agnes le dio a Louise su capa para que la vistiera.

-“¿C-cuáles son la circunstancias?”

-“Cazando una rata.”

-“¿Cazando una rata?”

-“Sí, ellas no solo dañan el granero del reino… sino también tratan de traicionar a su amo en medio de la cacería.”

Sin entenderlo, Louise se le quedo mirando y le dijo:

-“Explícamelo detalladamente.”

-“No hay tiempo de explicártelo otra vez en este momento.”

La puerta de la residencia de Richmon se abrió y un joven criado apareció enfrente del caballo de Agnes. Era un niño de 12 o 13 años con las mejillas rojizas. Sosteniendo una antorcha, miró alrededor nerviosamente antes de empezar a avanzar de nuevo. El criado empezó a galopar sosteniendo la antorcha. Agnes sonrió ligeramente y empezó a perseguir al caballo, siguiendo la luz de la antorcha.

-“¿…Que está pasando?”

-“Ha comenzado.”

Respondió Agnes brevemente.

En la oscuridad de la noche, el criado continuaba galopando el caballo a toda velocidad. Parecía que su amo de antemano le había ordenado que se diese prisa. El joven estaba mirando a los alrededores mientras se aferraba al lomo del caballo. Agnes, mantenía la distancia, siguiéndolo.

El caballo del criado pasó la lujosa área residencial y se detuvo en un distrito sospechoso. En los alrededores de la noche uno podía escuchar al grupo de búsqueda de la Reina tomándo y divirtiéndose.

Omitiendo pasar por la calle Chikutonn, el caballo desapareció dentro de un callejón aislado.

Cuando él desapareció en la entrada del callejón, Agnes descendió del caballo y miró dentro del callejón.

Dejando el caballo en los establos, Agnes regresó a la posada donde ella estaba segura que el criado entró. Dando un salto Louise bajó del caballo, y preguntó mientras corría tras ella.

-“¿Qué, qué es lo que está pasando?”

Agnes no le contestó.

Ella entró a la posada y se abrió paso a través de la masa de personas que se encontraban en el bar, hasta que vió al criado ir al segundo piso. Ella lo siguió.

Desde las escaleras, Agnes confirmó la puerta por la cual el criado había entrado.

Una persona se encontraba adentro esperando su visita.

Agnes le susurró a Louise.

-“Quítate el manto y empieza a inclinarte sobre mí como lo haría una mujer de bar.”

Sin entender, Louise hizo lo que Agnes le dijo quitándose el manto. Entonces ella pretendió ser alguien que le coqueteaba a un caballero. Ella había visto tales escenas durante el bullicio del bar así que las tenias impresas en su mente.

-“Bien.”

Le dijo Agnes a Louise sin quitar su mirada del segundo piso. Aunque su voz era la de una mujer, cuando guardaba silencio ella dejaba la impresión de ser un honorable caballero, probablemente debido a su cabello corto. Las mejillas de Louise se sonrojaron inadvertidamente.

El criado caminó fuera del cuarto.

Entonces Agnes acercó a Louise hacia ella. Y le dio un beso.

Aunque Louise trato con ira de escabullirse, Agnes la suprimió con su gran fuerza, así que ella no se pudo mover.

El criado le dió una ligera mirada a Agnes y a Louise besándose, y giró su vista a otro lado.

Un beso entre un caballero y una mujer de bar. Justo como en las pinturas que cuelgan en las paredes de la residencia, un espectáculo ordinario.

Entonces el criado se dirigió a la salida, monto al caballo justo como llego al lugar, y desapareció en la oscuridad de la noche. Agnes finalmente dejó libre a Louise.

-“¡¿Q-qué estás haciendo?!”

Le gritó Louise sonrojada. Si su pareja hubiera sido un hombre, ella hubiera sacado su varita y explotado ese lugar en un instante.

-“Relájate. No tengo ese tipo de pasatiempo. Esto solo es el deber” (cancerbero_ac: je que buen deber -_-)

-“Tampoco yo.”

Entonces Louise recordó que el criado se había marchado.

-“¿No lo vas a seguir?”

-“Eso ya no importa. Ese joven no sabe nada en absoluto. Su parte fue solo la de entregar una carta.”

Agnes sin hacer sonidos con sus pasos, silenciosamente se aproximó al frente de la puerta del cuarto en el cual el criado había entrado. Louise le preguntó en voz baja.

-“¿…No eres una maga, verdad? ¿No puedes tirar la puerta?”

-“… todavía puedes tirarla con suficiente fuerza.”

-“…está seguramente cerrada. No hay nada que puedas hacer. Con todo el escándalo él podría huir.”

Louise sacó su varita que estaba atada a su ligero, respiró hondo, y susurró el hechizo de ‘Vacio’, apuntando la varita en dirección a la puerta. BOOM… la puerta explotó volando dentro del cuarto. Sin perder tiempo, Agnes sacó su espada y saltó hacia dentro. Un mercader estaba allí, parado junto a la cama con una expresión de sorpresa en su rostro. Él estaba sosteniendo una varita en su mano. Un mago.

El hombre parecía ser un considerable buen usuario de la magia, el rápidamente apuntó su varita en dirección a Agnes, quien saltó dentro, y recitó un hechizo. Una masa de aire hizo volar hacia atrás a Agnes. Cuando el entonó otro hechizo y arrojó a Agnes hacia la pared… Louise entró.

La explosión de Louise lo golpeó directamente en frente de él, el hombre cayó al piso agarrándose el rostro.

Agnes se puso de pie y golpeó la varita del hombre con su espada. Louise recogió la varita que yacía en el piso. Agnes puso la punta de su espada en la garganta del hombre. Era un hombre de mediana edad. Aunque lucía como un comerciante, la luz de sus ojos era diferente. Él era probablemente un aristócrata.

-“¡No te muevas!”

Aún apuntando su espada, Agnes sacó unas esposas de su cinturón y las puso en las muñecas del hombre. Entonces le puso una mordaza en la boca.

-“¿Qué es lo que está pasando en este momento?”

Preguntaban los visitantes y los huéspedes de la posada que se empezaban a reunir enfrente de la puerta y a mirar dentro del cuarto.

-“¡No hagan ningún ruido! ¡Sólo estoy arrestando a un ladrón furtivo!”

La gente asustada de la posada se empezó a retirar inmediatamente después de oír eso.

“La carta que el criado le entregó debe de estar en algún lugar.” Pensó Agnes.

Con una sonrisa en sus labios ella empezó a hurgar en el escritorio del hombre, encontrando muchas cartas y documentos que empezó a leer calmadamente uno por uno.

-“¿Quién es este hombre?”

-“Una rata de Albión. El pretendió ser un mercader y se infiltró en Tristain, reuniendo información para Albión.”

-“Entonces, este tipo… es un espía enemigo ¡¿Eso no es grandioso?! ¡Lo capturamos!”

-“Esto no ha terminado aun.”

-“¿Por qué?”

-“Los aliados de la rata todavía están libres.”

Entonces Agnes encontró un pedazo de papel, ella lo miró detenidamente. Era el croquis de un edificio. Notas estaban escritas en algunos lugares.

-“De modo que así es como es… malditos, ¿estaban planeando contactarse en el teatro verdad? Esta carta que llegó hace un momento, dice que se van a reunir mañana en el lugar de siempre. Y parece ser por el croquis, ¿que el lugar debe de ser el teatro? Estoy segura de eso.”

El hombre no respondió. Guardó silencio y sin decir nada miró a otro lado.

-“Respóndeme… Noble orgulloso.”

Con una sonrisa fría en sus labios, Agnes atravesó el pie del hombre con su espada. Con la mordaza todavía en la boca, el hombre se retorció de agonía.

Agnes sacó su pistola de su cinturón y la apuntó al rostro del hombre.

-“Voy a contar hasta dos. Escoge. Tu orgullo o tu vida.”

La frente del hombre empezó a sudar. Clic. El sonido de Agnes levantando el martillo de percusión hizo eco en la habitación.

Parte 4[edit]

El amanecer se convertía en medio día. En la plaza central, el templo de San Remi de Confucius tocó la campana. Eran las 11 de la mañana.

Un solo carruaje se detuvo enfrente del Teatro Real Tanaijiru. Richmon salió de él. Él miró con orgullo el teatro. El criado que estaba sentado en el asiento del conductor, trató de bajar y seguirlo.

-“Está bien. Espera con el carruaje.”

Richmon sacudió su cabeza y entró en el teatro. El vendedor de boletos hizo una reverencia una vez que notó al noble. Sin comprar un boleto, Richmon pasó adentro. Eso era porque la inspección de las obras era uno de sus deberes como director de censura, ese lugar era como su villa personal.

Los asistentes al teatro eran solo mujeres jóvenes, quienes empezaron a llegar seis minutos antes. Al principio tenía un repertorio popular, pero debido a que la actuación de los actores era horrible fue severamente criticada. Era como si ellos hubieran espantado a muchos visitantes a propósito.

Richmon se sentó en su asiento privado y calladamente esperó que la cortina se levantase.

Agnes y Louise habían llegado a la parte delantera del teatro hacía solo un momento. Louise no podía entender porque ellas tenían que acechar en el callejón junto al teatro todo ese tiempo. Solo cuando cierto carruaje apareció Agnes pudo dejar su escondite. Louise estaba cansada y desgastada. Ella no había dormido la noche anterior. Aparte de que Agnes no le había explicado nada. Ella decía que era la caza de una rata, está bien, pero siempre que ella preguntaba quién era la rata… Agnes guardaba silencio y dejaba de hablar.

Ante los ojos de Louise, quien estaba pacientemente esperando en frente del teatro, figuras que quería y conocía pasaron.

Era Henrietta escoltada por Saito, quien tenía ojeras bajo sus ojos por la falta de sueño. Aunque Henrietta traía puesta una capa y ropas de plebeya, las que Louise había comprado anteriormente, y llevando su pelo como una chica de ciudad… Louise estaba segura de que no se estaba equivocando.

Agnes les había marcado a las dos personas el lugar del encuentro con anterioridad ya que ella había enviado un reporte con el búho mensajero y mantuvo sus ojos abiertos para cuando ellos llegaran.

-“¡Princesa! ¡Saito!”

Lo que empezó como un pequeño susurro se convirtió en profundo grito mientras ella corría hacia el par.

-“Louise…”

Henrietta abrazó su pequeño cuerpo muy fuerte.

-“¡Estába tan preocupada! ¿En caso de que hubiera desaparecido también?”

-“Tomé prestado a tu gentil familiar… y me escondí en la ciudad. Perdóname por no decírtelo. No quería involucrarte en esto. Ya que, cuando fui informada esta mañana por Agnes que estaban actuando juntas, me sorprendí. Sin embargo, eres mi mejor amiga, así que supongo que estamos destinadas a encontrarnos en el mismo lugar tarde o temprano.”

Entonces, Agnes que estaba parada en silencio cerca, se arrodilló.

-“Todo está listo, estámos esperando por sus órdenes.”

-“Gracias. Realmente lo hiciste muy bien.”

Y los últimos espectadores llegaron al frente del teatro…

Era la unidad de Mantícora, los magos guardianes.

Todos miraban sorprendidos a su comandante, quien tenía una criatura fantástica con cabeza de león y cuerpo de serpiente en su escudo de armas, aproximarse de una manera enojada.

-“¡Oye! ¡¿En qué estas pensando, Agnes?! ¡Vine volando después de recibir tu carta, pero Su Majestad no está aquí!”

Entonces el comandante Manticora notó a Henrietta y corrió hacia ella con pánico.

-“¡Su Majestad! ¡Estábamos preocupados por usted! ¿Dónde ha estado? ¡La hemos buscado toda la noche!”

Al borde de las lágrimas, el comandante alzó su voz. (cancerbero_ac: jeje que gracioso debió verse)

-“¿Qué pasa con esta unidad de magos guardianes”? Los espectadores empezaban a reunirse y preguntarse eso. Debido a tal alboroto. Henrietta bajó la capucha de su capa.

-“Perdón por causarles esa ansiedad. Les explicaré luego. Por ahora, comandante, solo siga mis órdenes.”

-“¿Cuáles son?”

-“Con los hombres bajo su comando, por favor rodee el Teatro Real Tanaijiru. No deje salir ni siquiera a una hormiga.”

El comandante, que tenía una expresión sospechosa en su rostro, hizo una reverencia.

-“Como desee.”

-“Entonces, voy a entrar.”

-“Voy con usted.”

Gritó Louise. Sin embargo, Henrietta agito su cabeza.

-“No, tú debes de esperar aquí. Esto es algo que debo de terminar por mí misma.”

-“Pero…”

-“Es una orden.”

Oyendo tan decisivas palabras, Louise hizo una reverencia de mala gana.

Henrietta, sin compañía, desapareció dentro del teatro. Agnes, teniendo otras cosas secretas que hacer, montó su caballo y se fue a algún lugar.

Así… sólo dos personas, Saito y Louise, permanecieron.

Louise tiró de la manga de Saito, quien veía a Henrietta partir con las mejillas sonrojadas.

-“Hey.”

-“¿Qué?”

-“¿Qué, qué paso?”

-“Me dijo que esto era la caza de un zorro.”

-“Yo escuché que era la caza de una rata.”

-“Es lo mismo, de todas formas.”

Después de eso, ellos se miraron sin comprender.

-“De alguna forma, esto es un deber…”

-“Sí.”

-“Supongo que ambos sólo estábamos llevando papeles de relleno.”

Saito asintió.

Louise notó un cierto olor y llevo su nariz cerca del cuerpo de Saito.

-“Q-que…”

Con una peligrosa expresión en su rostro, ‘snif, snif’ Louise empezó a oler el aroma del cuerpo de Saito con su nariz.

-“O-oye, que es…”

-“¡Este aroma… es el aroma del perfume de la princesa!”

-“¿Eh?”

Saito estaba asustado.

-“¿Tú… tú no le hiciste nada extraño al princesa verdad?” (cancerbero_ac: que miedo los instintos de Louise)

Louise veía a Saito de forma amenazadora. Saito se puso pálido. Seguramente… él no le podía decir acerca del beso. Él no podía traicionar a Henrietta. Por el honor de la princesa, él no le podía decir eso. Además, incluso si le decía, Louise no le creería de cualquier forma.

-“¡Idiota! ¡Yo no hice nada!”

-“¿Realmente?”

Louise seguía mirando fijamente a Saito.

-“Se me debió de haber pegado por escoltarla hace un momento.”

Louise agarró la oreja de Saito y la jaló cerca. Entonces aceró su nariz al cuello de Saito.

Snif, snif, snif, snif

-“¿Entonces por qué tienes su aroma en tal lugar? ¿Por qué tienes perfume en tu cuello solo por escoltarla? 

¿Eh? ¡¿Qué tipo de perfume es ese?!”

-“No, eso… eso debe de haber sido al voltearse en la cama al dormír. Nuestros rostros tal vez se acercaron. Nada más.”

-“Muy bien. ¡Lo escucharé todo de tu cuerpo!”

Louise, todavía sostenía la oreja de Saito, lo arrastró al callejón de al lado.

El grito de Saito hizo eco en la callejón vacío.


Las cortinas se levantaron… y la obra empezó.

Debido a que la obra era para mujeres, las espectadoras eran mujeres jóvenes. Rodeado por fuertes aplausos, sobre el escenario, los actores espléndidamente vestidos empezaron la obra de una historia de un trágico amor.

Era la obra que Louise había visto antes… ‘El día festivo de Tristain’.

Richmon hizo un gesto con las cejas. Pero no era por las poses o las risas de los actores, tampoco por los imprudentes y discordantes gritos de las jóvenes. Era porque un visitante esperado no se mostró a la hora convenida.

En su cabeza, varias preguntas giraban de lado a lado.

‘¿Fue la desaparición de la Reina un plan de Albión del cual no estaba informado? ¿Y si así fue, cuál fue la razón? Y si no ¿entonces tal vez un tercer poder existía dentro de Tristain del cual no tenía conocimiento? De todas formas, era problemático.’ Richmon se dijo a sí mismo en voz baja.

Entonces… un espectador se sentó junto a él. ¿Era el espectador esperado? Él le dio una mirada de lado. No era él. Era una joven con una capucha en su cabeza.

Richmon susurró.

-“Perdóneme. Este asiento está ocupado. Por favor siéntese en otro lugar.”

Sin embargo, la joven no trató de ponerse de pie.

Ésta joven… con una expresión de enojo, Richmon volteó su rostro hacia ella.

-“¿No me oyó, Mademoiselle?”

-“Los espectadores solo deben de ver la obra, Richmon.”

A Richmon le saltaron los ojos cuando reconoció el rostro encapuchado. Era una persona de la que estaba seguro había desaparecido… Henrietta.

Henrietta, mirando al escenario, le preguntó a Richmon:

-“Ésta es una obra para mujeres ¿Trata de divertirse viéndola?”

Richmon regresó a su posición inicial, recuperando su postura e inclinándose en su asiento.

-“Solo estoy viendo esta obra tan trivial por causa del trabajo. De todas formas, Su Majestad, hay un rumor que dice que se escondió usted misma… ¿Es por una razón de seguridad?”

-“De hecho. Siendo discreto con mis contactos. Es un buen lugar para encontrarse secretamente con mi amante ¿verdad?”

Richmon rió. Sin embargo, Henrietta no rió. Ella solo entrecerró los ojos como un cazador.

-“Si uno puede conseguir todo, es inútil esperar. Yo estaba parada en la fila de la taquilla. Usted está viendo una obra sin comprar un boleto, tal acto es una violación de la ley. Quisiera que un juez del palacio real siguiera la ley.”

-“¡Ho! ¿Desde cuándo la venta de boletos se convirtió en jurisdicción de la familia real?”

Henrietta suspiró, rompiendo la cuerda de la tensión.

-“Ahora, terminemos con las tonterías. El mensajero secreto de Albión, con el que se tenía que contactar hoy, fue arrestado la noche anterior. El confesó todo. En éste momento el está en la prisión de Cherunboog.”

Henrietta acorraló a Richmon.

Sin embargo, como si conociera todo lo relacionado, Richmon no perdió su compostura. Él sonrió de una manera audaz, sin temor.

-“¡Ja, ja! ¡Mi relación esta oculta muy bien, usted no puede vencer mi estrategia!”

-“Eso es correcto, Juez del palacio real.”

-“¡No voy a bailar en las palmas de Su Majestad!”

-“Realmente no lo quiero hacer… de esta manera.”

Richmon nunca mostró malicia detrás de su sonrisa. Él nunca mostró una mala actitud, Henrietta recordó con un dolor desagradable.

-“Debido a mi desaparición, decidió venir a contactarse con el mensajero secreto. ‘La reina fue tentada por otras manos, que no eran las suyas’ para usted esto no era más que un oportunidad. Está calmado y sin miedo. Un zorro cuidadoso, que no muestra su cola…”

-“Bueno, ¿desde cuándo empezó a sospechar?”

-“No estaba segura. Además de usted, hay varios sospechosos. Sin embargo, la persona que estaba informada de mi desaparición esa noche, debe de ser el criminal. Y esa persona era usted.”

Henrietta continúo con voz triste y cansada.

-“No quería creer. Usted era un… Juez del Palacio Real, quien defendía la autoridad y el bienestar del reino, pero de todos modos ayudó en un plan de traición. Durante mi infancia usted era siempre el que me alentaba… y ahora me vende al enemigo.”

-“Su Majestad, para mi usted es una niña que no sabe nada. Siendo gobernados por Albión es mejor que por una niña ignorante en el trono.”

-“¿Su amor por mi era una mentira? Usted lucía como una persona gentil ¿eso era una mentira también?”

-“Afabilidad por la hija del rey para no descender a un vasallo. Usted puede entender eso. Debido a que usted es ese tipo de niña, es por eso que lo hice.”

Henrietta cerró sus ojos.

"¿En quién debo de confiar? ¿Por qué es tan doloroso, ser traicionada por una persona en la que confías? No… no fui traicionada. Este hombre me engañó solo por el bien de su carrera. No puedo entender tal cosa, tal vez porque, como Richmon dice, todavía soy una niña. Pero ya no puedo ser más una niña. Debo de ganar… ojos que vean la verdad. Para ver la verdad a pesar del corazón y los sentimientos.”

Entonces Henrietta dijo con un tono decisivo.

-“En el nombre del la Reina, usted es despojado de su título, Juez del Palacio Real. Entréguese en silencio.”

Richmon no se movió ni un poco. Sin embargo, el apuntó al escenario y declaró en un tono como si Henrietta fuera una idiota.

-“No diga tal cosa tan absurda. Déje que la obra continué. Acaba de empezar. Marcharse antes de que la obra termine es una ofensa para los actores.”

Henrietta sacudió su cabeza.

-“En éste momento, afuera, los guardias mágicos han rodeado el edificio. Ahora, muestre la valentía de un noble y entrégueme su bastón.”

-“Realmente… una chica sin experiencia… ¿A quién cree que va a arrestar?”

-“¿Qué está diciendo?”

-“Solo estoy diciendo que es 100 años muy joven para ponerme una trampa, eso es todo.”

Clap, clap. Richmon aplaudió.

Entonces, los actores que estaban representando la obra hasta ese momento…, cerca de seis hombres y mujeres, sacaron sus varitas mágicas que estaban escondidas en sus pantalones y chaquetas, y le apuntaron a Henrietta.

Las jóvenes que estaban viendo la obra empezaron un alboroto.

-“¡Guarden silencio! ¡Miren la obra silenciosamente!”

La voz enojada de Richmon… que rebelaba su verdadera naturaleza, resonó en el teatro.

-“Cualquiera que haga un sonido va a ser asesinado. Ésto no es un juego.”

De repente, el edificio entero fue envuelto por el silencio.

-“Es muy desafortunada al venir aquí, Su Majestad.”

Henrietta… susurró con calma.

-“Los actores… son sus aliados.”

-“Sí. Esto no es un engaño. Ellos son magos de primera clase.”

-“Y terribles actores por lo visto.”

Richmon agarró las manos de Henrietta. Henrietta sintió escalofríos por su repulsivo contacto.

-“Mi escenario es de largo alcance. Su Majestad, voy a tomarla como rehén. Entonces, voy a tomar un barco a Albión. Su persona va a ser mi regalo de emigración para Albión. Esto es el fin.”

-“De hecho. Este escenario es suyo. El escenario es Tristain y los actores son Albion…”

-“Y usted puede ser la heroína. Así que, tome parte en esta comedia.”

-“Desafortunadamente, solo las tragedias son de mi gusto. No puedo tomar parte en esta actuación de monos.”

-“Lamentablemente, en esta vida, nadie puede actuar en contra de mi escenario.”

Henrietta sacudió su cabeza. Sus ojos brillaron con confianza.

-“No, el escenario de la obra en este día me pertenece a mí.”

-“Su gestión es mala. Lamentablemente, como encargado, no puedo permitir que destruya la obra.”

Henrietta sin perder su compostura… apuntó su varita hacia los magos, que representaban a los actores.

-“Los malos son los actores. Ellos son actores sobreactuados. Uno no puede evitar sino notarlos”

-“No diga cosas extravagantes. Tarde o temprano ellos van a ser actores alabados en Albion.”

-“Ahora, dejen la farsa.”

Hasta ese momento, las ruidosas y asustadas mujeres…

Después de las palabras de Henrietta, ellas cambiaron su apariencia por completo, sacando sus armas al mismo tiempo.

Los magos subordinados de Richmon, que estaban apuntado sus varitas a Henrietta, sorprendidos por el espectáculo, retrasaron sus movimientos.

¡Bam! El sonido de decenas de disparos se fundió en un gran sonido.

Debido a que en el interior del teatro el sonido se multiplicaba, se sintió como un estruendoso rugido.

Cuando la oscuridad por el espeso humo se disipó… los magos de Albion que representaban a los actores fueron acribillados por los disparos, todos ellos fueron muertos en el escenario antes de que pudieran recitar algún hechizo.

Todas las espectadoras en el teatro… eran miembros de los Mosqueteros. Naturalmente, incluso las sospechas de Richmon no pudieron ver a través de esto.

Todos los mosqueteros eran jóvenes plebeyos… además mujeres.

Henrietta le informó al espectador que estaba junto a ella en un tono frío.

-“Richmon, por favor levántese. La obra ha terminado.”

Richmon se puso de pie con mucho esfuerzo.

Él empezó a reír con fuerza mientras sacaba una daga al mismo tiempo.

Mientras continuaba riendo como si estuviese loco, sin temor a las espadas que le apuntaban, Richmon se dirigió al escenario lentamente. Los mosqueteros lo rodearon.

Ellas estaban preparadas para atravesarlo con sus espadas si intentaba hacer algún movimiento sospechoso.

-“¡No sabe cuando rendirse! ¡Richmon!”

-“¡Estoy alegre por el éxito! ¡No puede competir con el espléndido escenario escrito por Su Majestad! Es mucho para mi escenario…”

Richmon miraba a los mosqueteros que lo rodeaban de una forma arrogante.

-“Su majestad… El último consejo de alguien que sirvió a Su Majestad desde el día de su nacimiento…”

-“Hable.”

-“A pesar de que se inició hace mucho tiempo, Su Majestad…”

Cuando Richmon se puso de pie en la esquina del escenario… y golpeó el piso con su pie. Entonces, como una trampa, el piso se abrió a sus pies.

-“Todo se termina aquí.”

Richmon cayó directamente a través de él. A pesar de que los mosqueteros corrieron apresuradamente… el piso se cerró y no se abrió aunque lo jalaran o lo empujaran.

Aparentemente, estaba controlado por la magia.

-“Su Majestad…”

Todos los miembros miraban a Henrietta ansiosamente. Mortificada, después de morderse las uñas, Henrietta miró arriba y gritó.

-“¡Búsquenlo en las puertas de enfrente! ¡Muévanse!”

El agujero llevaba a un pasaje subterráneo. Richmon había hecho este pasaje para los días lluviosos.

Para detener su caída Richmon uso ‘Levitación’ y, poniendo un hechizo de luz en su varita, empezó a caminar a través del pasaje subterráneo mientras iluminaba el piso bajo sus pies. El pasaje conducía a la residencia de Richmon. Él necesitaba regresar allí. Estaba planeando escapar a Albión después de reunir su dinero.

-“Sin embargo… la persona que me llevó a esto fue la princesa…”

En el día de su escape, él iba a solicitarle a Cromwell un regimiento de tropas. Entonces regresaría a Tristain de nuevo, atraparía a Henrietta, y después de pagarle por la humillación de ese día muchas veces, él la violaría y la asesinaría. (cancerbero_ac -_-# que repúgnate persona)

Mientras caminaba y se imaginaba ese tipo de cosas… vio una sombra en la luz.

Un momento pasó.

El rostro que aparecía en la oscuridad era… el rostro de Agnes, el mosquetero.

-“Oh dios, es Richmon ¿Tomando otro camino para ir a casa?”

Le dijo Agnes con una sonrisa. Su voz hizo eco en el estrecho, húmedo y sombrío pasaje.

-“Tú…”

Sonriendo con alivio, Richmon le respondió. De hecho, ellos habían descubierto la existencia de ese pasaje secreto tras haber visto los planos del teatro… pero ésta no era un mago, solo un espadachín que le tendió una emboscada, eso no le causaría problemas. Él, como la mayoría de los magos, miraba con desprecio a los espadachines.

-“Fuera de mi camino. No tengo tiempo de jugar contigo. Es demasiado molesto tener que asesinarte en un lugar como éste.”

Después de las palabras de Richmon, Agnes desenfundó su pistola y le apuntó.

Después de las palabras de Richmon, Agnes desenfundó su pistola y le apuntó.

-“Jaque mate. Ya he pronunciado un conjuro. Solo tengo que liberarlo contra ti. Las balas no pueden traspasar mi malla de veinte capas. Tu obligación con Henrietta no incluye dar tu vida. Debido a que eres una plebeya.”

Richmon continúo hablando con un tono aburrido.

-“La paga de un insecto no vale tanto como para enfrentarse ante un hechizo de un noble. Así que mejor retirare.”

Agnes dejó salir sus palabras.

-“Lo voy a matar no por la lealtad a Su Majestad, sino por mi venganza personal.”

-“¿Venganza personal?”

-“D'Angleterre (Provincia Angle).”

Richmon sonrió. Pensándolo, el otro día, antes de dejar mi residencia… esta persona me preguntó acerca de eso. Era por eso, Richmon, finalmente entendió la razón, riendo.

-“¡Ya veo! ¡Así que tú eres la sobreviviente de la villa!”

-“Tú fuiste responsable por ese crimen… mi hogar fue destruido sin siquiera saber por qué.”

Declaró Agnes, mordiendo su labio. Un hilo de sangre escurrió de su labio.

-“Herejía de Romalia, ‘Cacería Protestante’. Culpó al ‘Protestantismo’ de ser una rebelión y destruyó mi ciudad. ¿Cuánto dinero le dio la agencia religiosa de Romalia a cambio, Richmon?”

Richmon hizo una mueca y contesto.

-“¿Me preguntas por la cantidad de dinero? ¿Quieres saber? Me gustaría decírtelo, pero no puedo recordar la suma del soborno.”

-“¿El dinero es en lo único en lo que crees? Hombre miserable.”

-“La forma en la que confías en dios, y la forma en la que confío en el dinero, ¿Hay alguna diferencia? La forma en que sientes tu pena por tus familiares que fallecieron, y mi forma de anhelar el dinero ¿Hay alguna diferencia? Dime. Me gustaría conocerla.”

-“Te voy a matar. Gasta tus ahorros en el infierno.”

-“Aunque es un desperdicio usar un hechizo de un noble en alguien como tú… ésto es el destino.”

Richmon le dijo mientras liberaba el hechizo.

Una enorme bola de fuego apareció en la punta de la varita y voló hacia Agnes.

Él esperaba que Agnes disparara la pistola que estaba sosteniendo en su mano… sin embargo, ella se arrojó a un lado.

-“¿Qué?”

Ella se cubrió con su manto y recibió la bola de fuego. Aunque el manto ardió en un momento… la bolsa de agua que se encontraba debajo absorbió el impacto de la bola de fuego evaporándose en un instante. Sin embargo, no desapareció completamente. Golpeando el cuerpo de Agnes, encendiendo su ropa y su malla de acero.

- “¡Uwaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!”

Sin embargo, Agnes lo resistió sin derrumbarse. Con una fuerza de voluntad terrible. Resistiendo el dolor que le producían las quemaduras de su cuerpo, desenfundo su espada, y corrió hacia Richmon.

Richmon, con rapidez, liberó otro hechizo tratando de contraatacar. La espada de viento atacó a Agnes. Aunque rasgó a través de la malla de acero y la armadura de metal, éso le previno sufrir una herida mortal. Mientras recibía innumerables cortes en su cuerpo, Agnes seguía corriendo hacia Richmon.

En el momento en el que Richmon trató de recitar otro hechizo, Agnes atravesó su pecho.

-“Uoo…” 

El hechizo no salió de la boca de Richmon… sino su sangre roja. Agnes empujaba el mango de la espada dentro del pecho de Richmon aún más.

-“Un m… mago por un plebeyo… un noble como yo… por un espadachín como tú…”

-“…dime, ¿todavía las espadas y las armas son juguetes para ti?”

Mientras tenía su cuerpo completamente quemado y cortado, Agnes giró su espada lentamente excavando el pecho de Richmon.

-“No son juguetes. Son armas. Semejantes a ustedes nobles, nosotros tenemos colmillos afilados. Muere por estos colmillos, Richmon.”

Richmon vomitó especialmente una larga cantidad de sangre.

Y lentamente se desmoronó.

El silencio retornó a las inmediaciones.

Agnes recogió la linterna que había tirado antes, y, soportando sus hombros con la pared, asombrosamente empezó a caminar. Los cortes por encima de las quemadas le dolían mucho así que Agnes podía desfallecer en cualquier momento.

Aún así, Agnes caminó.

-“…no puedo morir aquí. Todavía, todavía… necesito matar.”

Lentamente, paso a paso, usando su espada como bastón y aún sangrando, Agnes se dirigió a la salida.

La salida más cercana del pasaje secreto que atravesaba el suelo del Tristania era… el canal del drenaje de la calle de Chikutonn.

Así Agnes se deslizó fuera de allí, empujando fuera su cuerpo, los transeúntes empezaron a gritar. Mirando la deslumbrante luz del sol… sintiéndose afortunada de estar viva, Agnes se desmayó.



Tres días después…

En la cocina, Saito estaba lavando los platos como lo hacía normalmente. ‘Pum’ Louise lo empujó por la espalda. Casi tirando un plato, Saito se quejó.

-“¡Se más cuidadosa! ¡No me hagas romper los platos!”

-“Grrr”, Louise se le quedó mirando. Sintiéndose desahogado, Saito giró su cabeza. Desde ese día… Louise no había hablado con él.

Louise lo criticó, así eventualmente Saito le dijo todo lo que pasó mientras se escondía con Henrietta en esa posada barata. Excepto por una cosa… el beso.

Ella sólo estaba haciendo pucheros en ese momento, pero ella se podría poner realmente seria si se enteraba del beso. De todos modos, el deseo de Louise de monopolizarlo era muy grande. Ella siempre se enojaba cuando Saito, su familiar, estaba distraído con otras muchachas, el beso con su gran amiga Henrietta podría ser mucho peor.

Ella podría matarlo si se enteraba.

Por lo tanto, no importando que, Saito se tenía que asegurar de que ella no se enterara.

-“…no estés tan enojada.”

-“No estoy enojada.”

-“¿Entonces por qué no me hablas? La princesa y yo nos tuvimos que abrazar porque no tuvimos elección. No queríamos que nos encontraran…”

-“¿…Tu no hiciste algo más?”

-“¡D-desde luego que no!”

Saito empezó a silbar mientras lavaba los platos.

Aunque del lado en que uno lo viera era una pelea entre enamorados… ellos dos pensaban diferente. Saito veía los celos de Louise como un deseo de monopolizar a su familiar. Y Louise siendo Louise no admitía sus sentimientos hacia ella misma. Así, por completo, su relación seguía líneas paralelas.

Entonces, en el lugar donde la relación de dos personas se complicaba como de costumbre, la puerta se abrió y dos visitantes entraron. Ambos vestían capuchas.

-“Hola. ¿En qué puedo ayudarla?”

Cuando Louise fue a tomarles la orden, uno de los invitados con calma se quitó la capucha y le mostró su rostro a Louise.

-“¡Agnes!”

Agnes le murmuró a Louise.

-“Por favor prepara una habitación en el segundo piso.”

-“Si eres tú, entonces… la otra…”

-“…soy yo.”

Se escucho la voz de Henrietta.

Louise asintió y preparó el cuarto de invitados en el segundo piso.

-“Ahora bien… Louise. Primero que nada, déjame expresarte mi gratitud…”

Dijo Henrietta mirando a todos los que estaban sentados alrededor de la mesa

Louise, Saito, Agnes…

Aunque Agnes estaba seriamente herida, con Henrietta, quien era una usuaria del agua, y la ayuda del hechizo de ‘Recuperación’, ella estaba casi aliviada. Sin embargo, no podía vestir su armadura. Por lo tanto en ese momento estaba vistiendo una camiseta acolchonada y un pantalón sencillo con botas.

-“La información que estas reuniendo es realmente útil.”

-“¿Es realmente útil para usted?”

No sólo eran temas de política los rumores que había en la ciudad. También eran las opiniones de los ciudadanos y sus críticas.

Aunque no podía pensar en todos ellos, eran útiles para Henrietta.

-“De esta forma puedo ver sin pensar como me ven los demás. Quiero escuchar las palabras verdaderas. Incluso si son dolorosas de oír…”

De todos modos, había varias críticas sobre Henrietta. Aunque Louise no estába de acuerdo, ella reportaba todo como era. Era por eso por lo que estaba contenta.

-“Todavía soy una novata, así que debo de aceptar las criticas, debido a que es necesario para mejorar en el futuro”

Louise hizo una reverencia.

-“También necesito disculparme. Perdón por haber tomado prestado a tu querido familiar sin permiso y sin explicarte las circunstancias.”

-“De hecho. Fue cruel ignorarme.”

Dijo Louise sin entusiasmo.

-“No quería que te involucraras mucho. Necesitaba hacer un trabajo sucio para tenderle trampas… a un traidor…”

-“El Juez del Palacio Real era el traidor…”

Aunque Henrietta trató de mantenerlo en secreto… tales secretos siempre terminaban por salir de alguna manera. Richmon siendo un espía de Albión era ya un rumor popular en la ciudad.

Louise hizo hacia atrás su cabeza.

-“Sin embargo, ya no soy una niña. Puedo mantener los secretos de la princesa. De ahora en adelante, de todas formas dígame.”

Henrietta asintió.

-“Ya veo. Vamos a hacerlo de esa manera. De todas formas, las únicas personas en las que puedo confiar con el fondo de mi corazón… son las que se encuentran en ésta habitación.”

-“¿Mi familiar también?”

Louise se sorprendió. Los ojos de Henrietta y Saito se encontraron por un momento. Después de eso, un pequeño bochorno apareció en sus mejillas y mutuamente miraron hacia abajo.

-“S-sí... naturalmente. ¡Ah! ¡Es cierto! ¡Todavía no han tenido una presentación formal!”

Henrietta, trató de cambiar el tema, llevando sus manos en dirección a Agnes.

-“Esta es mi confiable Comandante de los Mosqueteros, Agnes Chevalier De Milán. Aunque ella es una mujer, usa una espada y un arma tan bien como un hombre. Ella también castigó espléndidamente al traidor que estaba tratando de escapar. Sin temor ella se enfrentó a un mago sólo con una espada… una heroína.”

-“No soy una heroína.”

Agnes se sacudió la afirmación y regresó a su alegre expresión de nuevo. Entonces ella dijo con una voz suave.

-“Su Majestad, nosotras no necesitamos introducción. Con la señorita La Valliére ya tuve una relación durante la pasada noche.”

Louise se sonrojó, recordando el beso.

-“¡No sé a lo que se refiere!”

-“¿Esa fue una noche inolvidable, verdad, Señorita La Valliére?”

Dijo Agnes riendo. Lo que hacía que Louise se sonrojara aún más.

-“¿Noche inolvidable?” preguntó Henrietta.

-“Nada, para engañar a los ojos del enemigo nosotras pretendimos ser amantes. ¡Nosotras nos besamos! ¡Eso es lo gracioso! ¡Ja, ja, ja, ja, ja!”

Agnes rió felizmente.

Louise se sonrojaba más y más. Ella esperaba que Saito empezára a burlarse de ella por que se había besado con una mujer. Sin embargo, él no se rió.

Algo torpe, él evitó sus ojos.

Entonces Louise vió a Henrietta. Ella también estaba jugando con sus dedos como si estuviera titubeando.

Además, hacia solo un momento cuando los ojos de esos dos se encontraron, ellos miraron hacia abajo. Una extraña duda se deslizó dentro de Louise.

-“B-bueno entonces, teniendo varias cosas por hacer, nosotras nos retiramos, Agnes.”

Henrietta se puso de pie.

-“¿Eh? Yo pensé que íbamos a brindar durante toda la noche.”

-“Estoy preocupada por tus heridas… bueno entonces, Louise, te pido que continúes.”

Henrietta rápidamente dejó la habitación. Agnes, quien parecía completamente perdida, la siguió.

Saito también se levantó y trató de salir.

-“No hay necesidad de darse prisa.”

Dijo Louise deteniéndolo. Sintiendo una premonición terrible, el rostro de Saito se tornó pálido.

-“No, bueno, tengo que lavar los platos…”

Le dijo Saito mirando hacia delante. Su voz temblaba.

Sin embargo, Louise sonrió.

-“Mm, siéntate. Está bien. Quédate aquí hasta el amanecer.”

Ella apuntó a la cama. Lentamente, Saito se sentó. ¿Qué paso, ella se enteró? El beso con la princesa… no, seguramente no… ella no estaría tan calmada.

Eso es cierto. Si ella estuviese enterada, Louise no tomaría tal actitud. Ella estaría incontables veces pisoteando la cara de Saito y diciendo.

‘¿Tú besaste a la princesa no es así?’

Sin embargo ella estaba sonriendo. Tal vez ella realmente, sin ningún motivo oculto, quería mostrar su aprecio por la miseria de Saito.

-“¿Q-que es esto? ¿Estás extrañamente gentil?”

-“No, gracias por el arduo trabajo que has hecho últimamente. Yo solo quería expresar mi gratitud. En serio.”

Louise le dió una copa a Saito y le sirvió un poco de vino.

-“G-gracias.”

-“Mira, yo… solo estaba molesta porque la princesa no me necesitó. Estos dos, no, tres días yo estaba de mal humor… sobre esto y aquello. ¡Pero ahora ya regresé con un gran espíritu! ¡Está todo bien de nuevo!”

Viendo eso, Saito se sintió aliviado.

Ah, el sólo se estaba preocupando demasiado… estoy tan feliz… ella realmente parece que ha recuperado su buen humor.

-“¿Fue muy difícil proteger a la princesa?”

Louise agarró la mano de Saito.

-“H-hasta cierto punto.”

¿Por qué Louise es tan gentil? Ah, a quien le importa, no me había sentido tan bien en años.

Saito comenzó a alardear.

-“E-eso fue… un trabajo muy fácil. Pero lo hicimos juntos…”

-“Sin embargo, es maravilloso. La forma en que nadie fue capaz de encontraros, tú debiste realmente haber engañado a los perseguidores, verdad.”

-“C-cierto.”

-“Bebe, bebe. Voy a tener el deber de cuidar a mi amo hoy. Voy a ser la sirvienta.”

Diciendo eso ella volvió a llenar la copa de vino. Siendo halagado por Louise de esa manera, la confianza de Saito gradualmente empezó a crecer.

-“¡Saito es tan maravilloso! ¿Cuándo estabas caminando y encontró a sus perseguidores, rápidamente pretendieron ser amantes, no es así? ¡Tú deberías de convertirte en actor! ¡Tú podrías ser el actor principal del Teatro Real Tanaijiru!”

-“¡Cierto! ¡Una victoria fácil!”

Louise continuó en la misma manera.

-“¡Maravilloso Saito! ¿besaste a la princesa?”

-“¡Cierto!”

En ese momento, el aire se congelo.

Saito notó que él había sido espléndidamente engañado. Si deseas sacar algo de tu compañero, lo primero, es hacerlo sentir relajado.

La técnica que Louise aprendió en el bar era la que estaba usando.

Louise la usaba todos los días, así que su habilidad se había incrementado.

-“L-Louise, esto… T-tú… eso…”

La tensión en el cuarto se incrementó.

Entonces Louise se levantó y cerró la puerta.

Dándose la vuelta, Louise dijo en una resplandeciente y uniforme voz.

-“Oye, perro.”

Perro.

En un respiro los mareos del vino se habían esfumado.

Saito empezó a temblar.

¿Por qué esa aura oscura emana de los hombros de Louise?

-“¿Qué es esa aura oscura?”

-“Perro, ¿Cuál es el problema? ¡Respóndeme!”

-“W-woof!”

Esta noche, ‘perro’ seguramente sonaba diferente. Era diferente. El presentimiento de algo terrible perforaba el cuerpo entumido de Saito. El sabor amargo de la desesperación llenaba su boca.

-“Dime. ¿Con magia o con mi pie, cual?”

-“Los dos parecen dolorosos.”

-“Perdón, tiene que ser doloroso. Ahora, haz tu decisión, rápido.”

Y así… iba hacer una larga noche.

Realmente larga. Y un largo amanecer.

Asumiendo eso, puedo sobrevivir esta noche… y debería de tener cuidado de todas las mujeres que sirvan alcohol de ahora en adelante. Pensó Saito.



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