Fate/Zero:Acto 15 Parte 1

From Baka-Tsuki
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-25:48:06[edit]

Acto 15.

El cielo ya estaba aclarando para el momento en que Waver Velvet regresó a la casa MacKenzie en Miyama.

Había caminado durante horas por el camino nocturno. No habría logrado llegar a la ciudad si no se hubiera encontrado con un taxi en el camino. Había sido un golpe de suerte que un taxi vacío estuviese en tal remota locación, pero no sabía si debía sentirse agradecido o enojado. La fortuna debería haberlos agraciado cuando Waver y Rider estaban en su momento más feroz de la batalla. Sólo podía sentir tristeza de esta suerte inoportuna.

Waver dejó escapar un largo suspiro en su prolongada marcha nocturna cuando salió del taxi. Repentinamente, oyó que alguien lo llamó.

"-- Hey, Waver. Ven, ven aquí. "

La voz venía de arriba de su cabeza.

Levantó su cabeza. El anciano Glen, el patriarca de la familia que Waver había asumido que estaba profundamente dormido, estaba sentado en el techo del segundo piso y estaba saludando a Waver mientras se paraba en la puerta.

"¿Abuelo? Tú... ¿qué estás haciendo? "

"Está bien, está bien. Ven arriba. Tengo algo que decirte. "

"¿Algo que decirme? Entonces... ¿por qué estás en el techo? "

"No encontrarás una vista como esta en cualquier otro lugar. No hay mejor lugar que éste para ser bañado por la luz del amanecer. "

Este tipo de comportamiento extraño era suficiente para que la gente se pregunte si él se estaba volviendo senil. Para ser honesto, Waver no tenía ganas de seguirle la corriente al anciano. Había regresado con un andar pesado después de haber sufrido el aire frío de la noche; todo lo que quería ahora era meterse en la cama tan pronto como sea posible y dejar que su cuerpo exhausto tenga un poco de descanso.

"Abuelo... puedes esperar hasta la mañana?"

"No digas eso."

Aunque su tono era plácido, el anciano Glen era completamente inflexible.

"Niño, es mejor que te subas ahí. Ese anciano parece realmente querer decirte algo. "

Una voz ronca que sólo Waver podía oír dijo esto sobre su hombro. Rider finalmente había prometido conservar su prana y permanecer en forma espiritual en su viaje de regreso después de su lucha con Saber.

"Voy a mantener un ojo en los alrededores. No te preocupes. "

"No es una cuestión de si estoy preocupado..."

Waver quiso reprochar, pero inmediatamente se calló. El anciano Glen no podía ver a un Sirviente en forma espiritual. Si Waver habla, parecería como si estuviera murmurando a sí mismo de manera extraña.

"A nadie le importa lo que yo pienso..."

En esta etapa, con la Guerra del Santo Grial casi en su fin, tenía que obligarse a proveer compañía a este anciano inútil. Waver no pudo evitar sentir resentimiento. Sin embargo, solamente arrastraría por más tiempo esto si comienza a discutir. Incluso si no está de acuerdo, aún no sabía cómo responder si le preguntan por qué estaba regresando en las primeras horas de la mañana. Al final, Waver sólo podía caminar hacia el techo, donde el anciano estaba.

La casa MacKenzie difiere de las otras casas en una manera: su techo tiene un ático y un tragaluz. Era fácil subir al techo a través del tragaluz, si uno utiliza la escalera que se extiende hacia la azotea del ático desde las escaleras del segundo piso. No había sido hecha de ese modo por accidente. Más bien, la casa había sido diseñada para facilitar el acceso a la azotea cuando estaba en construcción. Era fácil llegar al techo si uno se acostumbra ello.

A pesar de que era fácil subir al techo, tenía que soportar el frío amanecer de invierno. Waver, habiéndose subido por el tragaluz, tembló en el viento del norte. Con absolutamente nada alrededor para romper el viento, el frío a esta altura era incomparable a lo que había sido en el nivel del suelo.

"Siéntate. Aquí, preparé un poco de café. Bebiéndolo te calentará. "

El anciano Glen dijo en voz alta mientras vertía el líquido humeante del termo a la taza. Llevaba un abrigo largo y tenía unas cuantas mantas envueltas alrededor de él. Parecía que el anciano había hecho preparativos exhaustivos para el frío. Waver no podía pensar en una razón para que el anciano haga esto.

"Abuelo... ¿cuánto tiempo llevas sentado aquí?"

"Me desperté cuando el cielo se estaba haciendo brillante, y descubrí que tú aún no habías regresado. Además, puedes ver las constelaciones de la primavera en esta época del año. Así que quería mirar al cielo mientras esperaba el regreso de mi nieto... "

Waver no respondió cuando escuchó esas ebrias y casi seniles palabras, simplemente bebiendo su café tranquilamente. Glen había pensado en levantarse específicamente para mirar las constelaciones; ¿tienen todos los ancianos tales relajados pensamientos?

"¿Qué pasa, Waver? ¿No te gustaba este lugar mucho cuando eras joven? Tú vistes las estrellas conmigo muchas veces. ¿Aún recuerdas eso? "

"Mm... creo que sí."

Waver contempló la escena debajo de él mientras superficialmente dejo pasar esos eventos del pasado de los que no tenía recuerdos.

La totalidad de la ciudad Fuyuki, desde Miyama hasta el mar, podía ser vista desde la azotea ya que la casa estaba ubicada en la ladera de la colina. El aire era fresco y crujiente, mientras el amanecer teñía al mar con una sombra de color rosa perlado, e incluso podía detectar con sus ojos la sombra de las velas, partiendo a tierras lejanas.

"¿Qué tal es? ¿No es esta una buena vista? "

"..."

Era la completa vista del campo de batalla para Waver. No tenía tiempo libre en su corazón para apreciar tal belleza.

"Primero pisé esta tierra a causa de un viaje de negocios... Martha pidió dos cosas cuando yo discutí la decisión de dejar nuestros huesos en la tierra de Fuyuki con ella. Uno de ellos era que la casa iba a ser construida en la colina de Miyama, y la otra era que tenía que haber un tragaluz que nos permitiera ir al techo... Sin embargo, Chris aún no podía olvidar Toronto. Él no quería ser arrastrado a ser un japonés."

La mirada de Glen, inmersa en la memoria, miró hacia el otro lado del océano, su tierra natal, donde su hijo que partió, reside.

"... ¿De verdad te justa Japón así tanto?"

"Podrías decir eso. Pero si eso fue en última instancia la razón por la cual luché con mi hijo y me separé de él... entonces honestamente, me arrepiento... "

El anciano dejó escapar un suspiro mientras recordaba esos años de soledad.

"Siempre soñé sentándome en el techo y viendo las estrellas con mi nieto, justo como esto, aunque supongo que nunca sucederá."

"-- ¿Huh?"

Había una obvia incongruencia en esa reminiscencia, acompañado con una sonrisa amarga. Que hizo a Waver pausar.

Como si burlándose de él, el anciano Glen silenciosamente sacudió su cabeza y dijo.

"Mi nieto real nunca vino al techo conmigo. A Martha también le dan miedo las alturas. Yo siempre he estado solo cuando veo las estrellas... "

Lo qué hirió a Waver más que la torpeza y la sensación de crisis fue el sentimiento de humillación.

"Di, Waver, tú no eres nuestro nieto, ¿verdad?"

La sugestión subliminal fue removida -- además, fue por este amable anciano sin entrenamiento en magia.

"Yo --"

"Hmm, ¿quién eres? No importa. Es increíble que Marta y yo realmente creyéramos que tú eras nuestro nieto. Pero incluso después de haber vivido durante tanto tiempo, me he dado cuenta que algunas cosas increíbles en este mundo permanecen increíbles no importa que tanto pienses en ellas... tu comportamiento usual fue más amable que el de nuestro nieto, de todos modos. "

"... ¿No estás enojado?"

Waver preguntó en voz baja. El anciano Glen dijo con una compleja pero calmada expresión.

"En cuanto a eso, por supuesto que estoy enojado. Sin embargo, Martha siempre está sonriendo felizmente ahora; eso solía ser imposible. Tengo que darte las gracias por eso."

"..."

"Además, parece que no entraste en nuestra casa con mala intención. Jóvenes honrados como tú y aquel hombre Alex son difíciles de encontrar en estos días. En cuanto al por qué nos engañaste... no puedo entenderlo, incluso si quisiera. "

Waver llegó a la conclusión de que este anciano estaba completamente indefenso y extremadamente denso. Incluso las ratas de laboratorio en la Torre del Reloj fueron más inteligentes que él.

¿Por qué no odió a Waver? ¿Por qué no culpó a Waver? Para Waver, quien sólo conocía el pequeño mundo de la Asociación de magos, la clemencia del anciano era algo que no podía comprender.

"O tal vez yo puedo pedirte que te quedes sólo porque no sé nada de ti... Si es posible, deseo que podamos mantener esta relación por un tiempo más largo. Yo a un lado, Martha probablemente no siente algo inusual. No importa si fue un sueño. Los momentos que pasamos con nuestro amable nieto, han sido nuestro tesoro difícil de alcanzar. "

Waver no se atrevía a mirar al anciano. Bajó sus ojos y miró sus manos.

Era un par de manos que un día crearían grandes misterios. Tenía tal talento -- incluso si los otros lo niegan, al final podía firmemente creer en esa posibilidad dentro de sí mismo.

Pero, ¿qué dice la realidad?

Ni siquiera podía llevar a cabo una indirecta hipnótica, el arte más básico entre los básicos, a un grado excepcional. No era cuestión de suerte o accidente. Esas excusas eran inútiles. Su magia ni siquiera mantuvo un resultado satisfactorio cuando se enfrenta a este amable anciano quien le rogaba que los engañe un poco más.

Si él hubiese sido ese hombre, podría haber obtenido su objetivo mientras riéndose y sosteniendo una copa en su mano.

No sólo la magia de Waver Velvet falló en alcanzar tal resultado, a cambió había sido agradecido por la ternura de otra persona.

Ahí Había una sensación de absurdez sobre el arrepentimiento -- Sí, era sólo un payaso.

Mirando fijamente el cielo vacío, Waver se convirtió ajeno a su entorno y se hundió en contemplación. Ahora comprendía perfectamente la mentalidad de esos en la Torre del Reloj quienes se habían reído de él. Waver se estaba riendo de su propia estupidez con esa gente.

Aunque pensó como tal, no podía realmente reír. Glen y Martha MacKenzie no esperaban una comedia.

Estaban haciendo una petición sincera a Waver en su propia manera. Ahora que lo pensaba, esta era la primera vez que no era el objeto de las burlas.

"... Lo siento, no puedo prometerte eso. Ni siquiera puedo prometer que pueda regresar aquí la próxima vez. "

"Así que tú y Alex están haciendo algo que pone en peligro sus vidas?"

"Sí".

El Fantasma Noble de Saber y su fría luz brilló ante sus ojos. Eso había pasado hace medio día. Waver no olvidaría el abismo de la muerte que vio entonces en el corto plazo.

El anciano Glen estaba callado por un rato, como si pensando, entonces asintió fuertemente.

"No sé qué tan importante sea esa cosa para ti... pero si deseo que me escuches decir esto. Te darás cuenta de que no hay nada más importante que la vida misma cuando uno mira hacia atrás después de haber vivido a través de la mayor parte de ella. "

Esta lógica estaba en contra de la razón por la que Waver apostaba su juventud.

La auto-llamado camino de la magia solamente podría comenzar una vez que el practicante se prepara para morir -- el último estado podría solamente ser alcanzado mediante la quema de de la propia vida. Esa era la dirección en que había trabajado hasta el día de hoy.

Sin embargo, si uno tuviera que buscar una forma de existencia que se ajuste a uno mismo, entonces quizás las palabras dichas por este pacífico anciano, probarían ser la verdad.

Con un sentimiento de pérdida que lo dejó sin habla, Waver se quedó mirando fijamente el amanecer.

Poco sabía que estaba saludando al último día de la cuarta Guerra del Santo Grial.



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