Zero no Tsukaima - Spanish Versión: Volumen 6 Capítulo 2

From Baka-Tsuki
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Capítulo dos: Cattleya[edit]

Mediodía, dos días después de salir de la academia ...

Saito y el resto llegaron al territorio de la familia Vallière. Sin embargo, no llegarían a la mansión de los Vallière hasta el atardecer. Al oír las palabras "atardecer"... Saito pálidecio. Se dio cuenta de que aquellas "tierras" no eran más que un patio.

Sin embargo, después de medio día de viaje, no era capaz de entender cómo algo así de grande podía ser simplemente el jardín de una residencia.

Según los estándares Japoneses, el territorio de la familia de Louise podría ser una ciudad de tamaño mediano. Una ciudad ... Saito nunca había oído hablar de que alguien poseyera tantas tierras en ningún lugar. Éstos Altos Nobles son realmente intimidantes.

La condición de noble de Louise se manisfestó realmente una vez que entraron en su territorio.

Ellos decidieron tomar un descanso en una posada...

Una vez dejado su carruaje, Siesta, que llegó un poco antes, salió rápidamente de su transporte. Habiendo sido formada como una sirvienta, fue a abrir la puerta del carruaje para Louise.

"Uwaa, no puedo creer que haga eso Siesta... sin protestar", pensaba Saito mientras caminaba hacia el carruaje de Louise. Pero antes de que pudiera llegar, fue atropellado por una multitud de aldeanos que venía desde la posada.

Los aldeanos sacaban sus sombreros delante de Louise, que acababa de bajar del carruaje.

-"¡Señorita Eleonore! ¡Señorita Louise!" llorando profundamente mientras se inclinaban como reverencia.

Los aldeanos pensaron que incluso Saito, que ahora yacía en tierra, era un noble. Ellos rápidamente le ayudaron mientras pedian disculpas por sus terribles modales.

- "No, yo no soy un noble ..." Saito intentaba nerviosamente explicarse.

- "Aún así, usted debe ser cuidador de la Señorita Louise o de la Señorita Eleonore. No podemos faltarle al respeto".

Dijeron los agricultores ordinarios mientras asentían.

Iban diciendo cosas como "Déjeme llevar su espada por usted," y "Debe haber sido un viaje agotador hasta aquí, ¿eh? ", Saito era tratado con la máxima amabilidad.

- "Vamos a parar aquí a descansar un momento. Por favor informad a la familia de nuestra llegada", pidió Eleonore.

Un niño saltó rápidamente a un caballo y cabalgó fuera con el fin de dar este informe.

Caminaron hacia la posada. Una vez se acercaron Louise y Eleonore a una mesa, las sillas fueron retiradas para que ellas se sentasen. Las dos se sentaron como si fuera algo natural. Saito intentó seguirlas, pero fue detenido por una glacial y degradante mirada de Eleonore.

- "¡Saito-san! ¡Saito-san!"

Siesta llamaba su atención, Saito se dio la vuelta.

- "A los plebeyos no se les permite sentarse en la misma mesa que los nobles."

Saito recordaba. Recientemente se había sentado junto a Louise sin preocuparse. Sin embargo, era una de la extrañas costumbres de este mundo que tenía que cumplir. Ahora que lo pienso, al principio, Louise hacía que Saito se sentase en el suelo.

Louise abrió su boca para decir algo, pero fue cortada por una glacial mirada de Eleonore. Louise no podía hacer nada más que sentarse en su silla como una buena chica. Saito miraba con ojos desorbitados, era la primera vez que veía a Louise en tal estado. Realmente parecía obediente delante de su hermana mayor. Ella debía ser realmente una aterradora hermana mayor para hacer que Louise pareciera tan débil.

- "¡Oh, Louise cómo ha crecido!"

- "¡Ella está cada vez más y más bella!"

Los aldeanos clamaban alabanzas a su alrededor.

- "Parece que la señorita Eleonore se va a casar, ¿verdad?" Alguien murmuró.

- "¡SHHH! ¡No hablen de eso! "Regañó alguien.

Eleonore fruncio las cejas y su expresión se oscureció. El ambiente en el posada se tranformó. Al parecer, el tema de la boda de Eleonore era algo que debía evitarse.

Los plebeyos, que sentían la intenciones asesinas procedentes de Eleonore, no se atrevieron a hablar otra palabra. Saito y Siesta intercambiaron miradas. Siesta tranquilamente se acercó a Saito y cogió su mano. Tenía miedo.

Sin notar el cambio de su hermana mayor, Louise habló. (NT: Vaya, si Louise ya es el diablo incluso cuando no se enfada... la hermana debe ser... bufff... que miedo)

- "Eleonore. Eleonore nee-sama... "

- "¿Qué ..."

- "¡Felicitaciones por su compromiso!"

El rostro de cada aldeano cayó, y un profundo suspiro se escapó de ellos.

Una vez más, Louise había malinterpretado totalmente la atmósfera. De repente, las cejas de Eleonore se dispararon y pellizcó la mejilla de Louise.

- "¡Eso dwwueleeeee! ¡Waaahhhhh! ¡Hermanaaaaaa! ¿por qué? ¡Eso hace dwwwaño! ¡que dwueeelee ay ay ay! ¡dwaañooo auuuuuu! "

- "¿No lo sabes? ¡hablas sobre eso aunque no sabes nada! "

- "¡Yo no whoh wah se nadwwwaaaa sobre eswwwooo!"

- "¡El matrimonio ha sido cancelado! ¡C-A-N-C-E-L-A-D-O! "

- "¿P... Por qué?"

- "¿Quién sabe? ¿Porqué no se lo preguntas a Earl Burgandi? Dijo algo acerca del límite de su paciencia... No puedo entender por qué. "

Saito se solidarizó totalmente con ese Earl Burgandi. Sí. Es comprensible que alguien que la aguante llegue a su "límite". Eleonore era mucho más fiera y abusiva que Louise. El Conde debía haber pensado que no tendría la suficiente resistencia para soportarla.

Al final, descontenta con la anulación del matrimonio, Eleonore liberó toda su ira con Louise...

Y así, comenzó a reñirla. Regañó a Louise por lo de la voladura del techo del carro. La mejilla de Louise se veía muy roja e hinchada por entonces. Naturalmente, Saito sentía pena por Louise.

Sin embargo, la reprimenda no duró mucho, porque de repente se abrió la puerta y un viento rosa entró.

Una chica, vistiendo un elegante vestido delgado alrededor de su cintura y un gran sombrero bordeado con plumas en la parte superior había entrado. Bajo el sombrero se veía un sedoso cabello rubio-rosa, exactamente igual que el de Louise.

Sorprendentemente, una bonita cara apareció bajo el sombrero.

Aunque era evidente que ella era mayor, era muy linda. Su hermoso rostro estaba más allá de la descripción. Su color de ojos y la forma en que brillaban era igual que lo hacían los de Louise. Eleonore la notó, la chica las miraba sorprendida.

- "¡Ah! Estoy tan contenta de haber observado el extraño carruaje fuera y venir hasta aquí para echar un vistazo. Yo no creia que sería usted! Eleonore nee-sama! ¿Usted ya volvió?"

- "Cattle... ya..." murmuró Eleonore.

Notando a la repentina invitada, Louise miró. Al ver a Louise, la cara de Cattleya irradiaba la felicidad que se reflejaba en la cara de Louise también.

- "¡Hermana mayor!"

- "¡Louise! ¡Imposible! ¡No eres tú mi pequeña Louise! ¡Regresaste también! "

Louise se puso de pie y se abalanzó al pecho de Cattleya.

- "¡Ha pasado tanto tiempo, hermana!"

Incapaces de controlar su emoción, se abrazaron con cariño.

Parece que Cattleya era hermana de Louise. Ella tenía el mismo color de cabello, el mismo color de los ojos, era como ver una Louise adulta. Sin embargo, la cara de Cattleya parecía tener más calma y plácidez en la mirada que Louise. Este aura de completa calma y ternura procedentes de Cattleya hicieron que el corazón de Saito se acelerase.

Ella era como una Louise adulta, con el añadido de la dulzura. Además, su bella figura y sus senos combinados completaban los gustos Saito. (NT: Vale Louise es el diablo en persona... pero cuando castiga a Saito lo hace con bastante motivo, es un pervertido...)

Cattleya quedó con la boca entreabierta, ya que finalmente observó a Saito.

- "¡Ah, ah, ah, ahah!"

Aunque Saito preguntaba qué podría significar este "Ah", Cattleya se le acercó y le miró a la cara.

- "¿Qué, qué le pasa?" Preguntó Saito nerviosamente.

Cattleya comenzo a zarandear la cabeza de Saito. Saito casi se desmayó de la sensación.

- "Tú eres... El amante de Louise, ¿verdad? "

- "¿Huh?"

Siesta, que estaba justo al lado de Saito, el cuál se habia quedado congelado le pisó fuerte. Saito saltó arriba.

Louise se sonrojó furiosamente.

- "¡Él es mi familiar! ¡No es mi amante!"

- "Ah... ¿qué es eso?"

Cattleya riendo inclinó la cabeza con su dulce sonrisa.

-"Lo siento, estoy un poco mal. No te preocupes."

Todo el mundo subió al carruaje de Cattleya para continuar el resto del trayecto a la casa de la familia Vallière. Eleonore estana evidentemente descontenta con tener que sentarse con una plebeya y un familiar. Pero cuando Cattleya dijo en tono de broma, "Ni que fueses mejor que el resto del mundo ¿no?" Eleonore, aunque no profirió una sola palabra, lo consintió a regañadientes.

Sin embargo... Saito y el resto no eran los únicos pasajeros en el gran transporte.

Era como un parque zoológico en el interior del transporte.

Delante de los asientos, un tigre yacía en el suelo estirándose entre bostezos. Louise se sentó junto a un oso. Distintos tipos de perros y gatos estaban esparcidos aquí y allá. Una enorme serpiente que se colgaba del techo apareció justo ante la cara de Siesta haciendo que se desmayase. Mientras Siesta se desmayó, Saito murmuró:

-"¡Qué maravilloso transporte ..."

- "A mi hermana mayor le encantan los animales", dijo Louise.

Aunque él pensó que este tipo de amor era demasiado, Saito no dijo nada.

- "Reciéntemente tomé un Tordo".

Dijo Cattleya con voz alegre.

- "¡Muéstrame! ¡Muéstrame!" Louise estaba divirtiendose como una niña pequeña.

Eleonore y los demás suspiraron profundamente.

Esta era la vida de las tres hermosas hermanas de La Vallière. Saito sintió simpatía hacia la hermana mayor de Louise.

Louise y Cattleya continuaron charlando entre ellas.

Parecía que la segunda hermana mayor, la que llevaba las ropas bonitas, era la mejor amiga de Louise. Estas dos personas convertían en algo alegre todo, incluso un tedioso viaje como este no se sentía aburrido. Siesta dormía en paz sobre su regazo. A la izquierda del camino, colinas. A la derecha extensos campos de cultivo. Como la cosecha era de centeno, la paja se acumulaba aquí y allá. Observando la tranquilidad de ese escenario, era imposible creer que una guerra estaba pasando. Apoyándose en el marco de la ventana, ajustando a Derflinger tras su espalda, Saito bostezó profundamente.

A última hora de la noche...

Eleonore cogió un reloj de bolsillo y confirmó la hora.

Un castillo se veía en el horizonte, justo detrás una colina. Cómo no había nada a su alrededor, parecía más grande que el palacio real de Tristain.

- "Podría ser... " Saito susurró. Louise asintió.

Era un castillo espléndido. Rodeado por altos muros y profundos fosos. Elevadas almenas sobresalían por encima de las paredes. Era realmente un espléndido, grande, y verdadero castillo.

Siesta, que había dormido hasta ahora, se despertó, y notando el castillo, miraba con ojos muy abiertos.

- "¡Guau! ¡Increíble!"

En ese momento, un gran búho entró volando por la ventana del carruaje y aterrizó sobre la cabeza de Saito.

- "Bienvenidas a casa, Eleonore-sama, Cattleya-sama, Louise-sama". Saludo el Búho.

- "¡El el el el búho habló y saludó! Sorprendente". Siesta se desmayó de nuevo. A pesar de que procedía de un mundo diferente, Saito no parecía estar sorprendido por que la lechuza hablase y no se movió. Saito no se sorprendía de este tipo de cosas ya.

Cattleya sonrió.

- "¿Y dónde está Madre?"

- "La Maestra está a la espera de todos en el comedor". Respondió el Búho.

- "¿Qué pasa con Padre?" Preguntó Louise ansiosamente.

- "El Amo no ha regresado todavía."

Debido a que el miembro más esencial faltaba, Louise estaba disgustada. Venir aquí para obtener el permiso de su padre a participar en la guerra no tenía sentido sin él.

Se podían ver las puertas tras el foso.

Cuando el carruaje se detuvo, los sonidos de las cadenas del puente levadizo aflojandose podían ser escuchados por cualquiera, las estaba moviendo una gigantesca estatua con forma de pilares.

Cada estatua de piedra tenía al menos veinte pies de altura. Aunque estos golems fueron creados sólo como adornos para la puertas, hicieron que todo el puente levadizo quedara espectacular visualmente.

Una vez terminado de bajar el puente levadizo, el carruaje comenzó a moverse de nuevo, cruzando el puente levadizo y avanzando hacia la muralla.

La sorpresa de Saito por los lujos de la familia de Louise se renovó de nuevo. Era el castillo de un gran noble.

Saito y el resto llegaron a una sala que estaba generosamente decorada por una gran cantidad de muebles de lujo. Siesta inmediatamente se dirigió a la zona de los sirvientes, Saito, por petición de Louise, se permitió que las acompañara para la cena.

Sin embargo, se vió obligado a esperar detrás de la silla de Louise. Saito que hacía guardia detrás de Louise, se fijó en que la mesa era de alrededor de 30 pies de largo.

Aunque eran tan sólo cuatro personas las que se sentaban en los asientos en esta cena, 20 sirvientes esperaban alrededor de la mesa.

Y, a pesar de que era la medianoche, la madre de Louise, la duquesa de la Vallière, esperaba a sus hijas en la mesa del comedor.

La duquesa, que ocupaba un asiento en un extremo, miraba la llegada de sus hijas.

Saito admiró ese poder. Como la fuerza de Eleonore, el aura que emanaba presionaba a Saito, la madre de Louise era igual de impresionante.

Era solo la hospitalidad de una madre hacia sus hijas.

Ella parecía estar en torno a los cincuenta años de edad. Sin embargo, esto planteaba la cuestion de adivinar la edad de la hermana mayor. En realidad, no le hechaba más de cuarenta. Ella tenía una muy fuerte apariencia. El color rosa del pelo de Louise y Cattleya parecía proceder de su madre. La duquesa había atado su cabello de color rosa con encanto en la cabeza. Ésta persona parecia estar rodeada por un aura de mando, Saito se sintió presionado.

Louise, a pesar que no veía a su madre desde hace mucho tiempo, parecía algo tensa. Parece que Louise solo tenía confianza con Cattleya.

- "Madre, ya hemos vuelto." Dijo Eleonore, la Duquesa de la Vallière asintió.

Cuando las tres hermanas tomaron asiento, los camareros comenzaron a llevar los aperitivos de la cena.

Para Saito, que estaba de pie detrás, el tiempo pasaba muy lentamente. Nadie pronunciaba ninguna palabra. La comida que se servía aquí era mucho mas ostentosa incluso que una cena formal en la academia. Los únicos sonidos procedentes de la sala eran los sonidos de los tenedores y cuchillos de plata.

Rompiendo el silencio, Louise habló.

- "M-madre-sama".

La duquesa no respondió. Eleonore lo hizo.

- "¡Madre-sama! ¡Hable con Louise! ¡Ésta tonta niña dice que quiere ir a la guerra! "

¡Bam! Louise se puso de pie, golpeando la mesa.

- "¡Yo no soy una tonta! ¿Por qué soy una tonta por querer ayudar a las fuerzas de Su Majestad?"

- "¿No es usted una niña? ¡La guerra es cosa de hombres!"

- "¡Esa es una forma muy anticuada de pensar! ¡Esta es ahora una época en la que las mujeres y los hombres se encuentran en igualdad de condiciones! ¡Si las posibilidades solo las tuviesen los niños en la Academia, incluso usted, hermana mayor, no podría haberse convertido en una investigadora jefe en la Academia!"

Eleonore sacudió su cabeza en asombro.

- "¿Sabes qué clase de lugar es un campo de batalla? No es uno al que las mujeres y los niños como tú deban ir."

- "Pero Su Majestad confía en mí..."

- "¿Tú eres de confianza? ¿Tú, la "Zero"?"

Louise se mordió el labio. Henrietta me pide a mí que vaya al campo de batalla porque soy necesaria. Soy una usuaria de "Vacío". Sin embargo, no puedo decirselo a mi familia. Así que Louise no fue capaz de decir nada y quedó en silencio.

Eleonore intentaba seguir la discusión, pero fue cortada por la duquesa, que aunque se habia quedado en silencio hasta ahora. Ella ordenó con voz altiva,

- "Come, Eleonore."

- "Pero... pero madre..."

- "Hablaremos de Louise mañana, cuando vuelva su padre."

Y así terminó la discusión.



Saito, en una habitación preparada para él, estaba acostado en la cama y mirando el techo.

La habitación, una escoba inclinada sobre la pared y una manta polvorienta como cama. Saito aprendió de nuevo acerca de la diferencia entre su estatus social y el de Louise. Recientemente, dormían en la misma cama, vivían en el mismo ático y comían en la misma mesa, todavia no podía sentir ninguna diferencia en su situación...

Cuando conoció a su familia, todo comenzó a sentirse como fantasías.

Louise es hermosa. Rica. Una noble, por así decirlo.

Asimismo, Saito recordó que no había hablado con Louise desde que salieron de la escuela. Louise perdió sus nervios debido a Eleonore y no hablaba mucho. De hecho, ella estuvo toda la predicación con su familia, como un siervo de su dueño, sin quejarse. Por alguna razón, ella escondió su verdadero yo.

Sentía lástima por ella.

Él no tenía nada que ver con el sistema social de este mundo.

Pero... después de presenciar la cena en el castillo, él no podía hacer nada por remediar eso, ¿verdad? Pensó.

En ese momento se dió cuenta de la diferencia entre el estatus social de Louise y el suyo.

Él se sentía un poco inferior debido a que...

De repente, golpearon en la puerta.

¿Quién podría haber ido a esa hora a esta sala de almacenamiento? Pensaba mientras abría la puerta, sólo para ser recibido por la tímida sonrisa de Siesta, que estaba allí.

- "¿Siesta?"

- "Bu... bueno... yo no podía dormirme, así que vine aquí".

- "¿Eh? ¿Eeeh?"

Mientras Saito entraba en pánico, Siesta entró en la habitación.

- "Aun así... ¿cómo sabías dónde estaba?"

- "Le pedí a los sirvientes si me podían decir donde se hallaba Saito-san".

- "¿Es así...?"

Siesta se sentó en su cama, de brazos cruzados y columpiando las piernas. Por alguna razón, su rostro estaba rojo. Cuando Saito intentó pasar junto a ella, Siesta agarró su brazo y tiró de él hacia abajo para que se sentase junto a ella. Luego descansó su cabeza contra su hombro, igual que antes en el carruaje.

- "¿Siesta?"

Interrogante, Siesta inocentemente le miró.

- "Ésta es la primera vez que entro en este maravilloso castillo. Este castillo es un auténtico laberinto. "

- "Sí, es estupendo".

- "Un amigo en la academia me dijo que la familia de la Vallière es una de las cinco familias más distinguidas en Tristain. Viviendo en este castillo, con los títulos, la riqueza y los bonitos vestidos... La señorita Vallière sólo puede dar envidia ".

- "¿Es así?"

- "Sí. Tiene una vida asegurada. Puede obtener lo que desee, al igual que... "

Entonces Siesta miró a Saito a la cara.

- "... Saito-san."

-"Yo... Yo no soy su propiedad. Yo soy su familiar ... "

- "Entiendo".

Dijo Siesta lentamente.

- "¿Eh?"

- "La forma en que Saito-san la mira, yo lo entiendo. No tengo ninguna oportunidad de ganar. Ella es rica, ella es una noble y es hermosa ... y tiene un gran castillo como hogar. Hip"

Siesta bajó su mirada. Tratando de entender lo que acababa de decir, Saito quedó en silencio también.

- "Hip, hip." Parecía que Siesta sollozaba. ¿Estába ella llorando?

Saito no sabía que debía hacer, Siesta de repente se puso de pie.

- "Siesta ..."

- "Pero..."

- "¿Eh?"

- "Tengo algo también".

- ¿"Siesta?"

Parece que la situación había cambiado. Con un nuevo ímpetu que parecía decir "¡no voy a renunciar a Saito-san!", Siesta se giró.

- "¡Mis pechos definitivamente bati... bati... batirán a los de la Señorita Vallière! ¡Hip!"

- ¿"Si... Siesta?"

Agitándose con rabia, Siesta siguió hablando.

- "Fa... fa... familia noble? ¿Y qué? Soy una criada. ¡Una criada! Hip!"

- "Sí, lo sé."

Saito notó que Siesta hipaba muchas veces, una y otra vez.

- "Siesta, ¿podría ser que estés borracha...?"

- "Hice la cena sola. Y nadie me dijo "Usted hizo un largo viaje, gracias por todo, por favor descanse. "¡Hip!"

No solo era que estaba colorada, también olía a alcohol. Saito estaba anonadado. Era la primera vez que veía borracha a Siesta.

De hecho, desde que habia tenido que ejercer como sirvienta en ese castillo, Siesta solo había estado entretenida sirviendo alcohol. Borracha, Siesta sacó una botella de vino del escote de su camisa.

- "Pero... ¿De dónde has sacado la botella?"

Siesta acercó su cara a Saito.

- "La robé."

- "Ya veo".

Siesta descorchó la botella y de inmediato comenzó a beber. Fijándose en Saito de arriba a abajo.

- "¡Phua!" Siesta separó su boca de la botella. Su rostro estaba aún más rojo.

- "¡Oye, Saito!"

Por fin le llamaba de manera informal.

- "¿Sí?"

- "tú también deberías beber".

- "Salud".

Él sabía que si se negaba, el estado de ánimo de ella iría a peor. Saito aceptó el vino. Intentó tomar un trago y con un "Buaagh," Lo escupió rapidamente. ¿Porqué estaba tan malo ese vino? Era muy fuerte.

- "Si... Siesta. Este vino... "

- "Estaba en una mesa de la cocina".

Siesta era de esas personas que cambian de ánimo con solo una copa de vino, y ella se estaba bebiendo una botella entera que había robado. Siesta era indescriptiblemente muy mala bebedora.

- "Y no deberías haberla tomado sin permiso... "

- "¡Hey! Saito!"

- ¿"Si?"

- "Lo que sea. ¡Bebe!"

- "Sa... salud."

Recordó que el estado de ánimo puede cambiar a furioso si uno se negaba, a regañadientes Saito bebío el vino de nuevo.



Mientras tanto....

En la habitación de Cattleya, Louise estaba peinando su cabello su hermana mayor.

La habitación de Cattleya era una elegante mezcla entre un jardín botánico y un zoológico. Plantas colocadas alrededor, un montón de aves de corral estaban en cestas colgantes del techo, y los cachorros corrían alrededor de la sala.

Cattleya peinaba suavemente el cabello de Louise.

- "Louise, pequeña Louise. Tu cabello es tan encantador, tiene un hermoso color."

- "Hermana, usted tiene el mismo cabello."

Cattleya rió alegremente.

- "Oh bueno. Tu pelo me gusta."

Louise se relajó y murmuró:

- "El color del pelo de nuestra hermana Eleonore es el mismo rubio que el de padre, creo".

- "Bueno, cuando yo le pregunté a nuestra hermana mayor Eleonore sobre eso, se ofendió."

- "Cierto. No creo que a nuestra hermana mayor Eleonore le importe que coincida o no."

- "¿Eh, por qué?"

- "Ella lo sabe. Ella es una hermana mayor algo diferente. Pero aunque ha sido así tanto tiempo, ella sigue intimidándome."

- "Eso es debido a que eres tán delicada Louise. Tan delicada que es una preocupación. Y esa es su forma de cuidarte."

- "Eso no es cierto".

Cattleya abrazó lentamente a Louise por la espalda.

- "Es cierto. Todos en esta casa te quieren, pequeña Louise".

- "Dígame una cosa, hermana mayor..."

Cattleya con su cara enterrada en el pelo de Louise y los ojos cerrados.

- "Estoy muy contenta, Louise. Creí que estarías totalmente deprimida... "

- "¿Por qué?"

- "El Vizconde Wardes. Era un traidor, ¿verdad? Hace medio año, él era líder de la guardia mágica. Wardes vivía a nuestro lado en el territorio vecino. Él te traicionó, ¿no te duele?"

Louise sacudió la cabeza.

- "No realmente. Ya no soy una niña. No lo confundí más que con un amor infantil destrozado."

Cattleya sonrió a Louise cuando lo dijo con tanta firmeza.

- "Eres admirable. Has crecido, Louise".

- "Así es", murmuró Louise para sí misma. "Ya no soy una niña, por lo tanto, quiero tomar decisiones por mí misma."

- "Entonces, si padre se opone a su petición, ¿irías a la guerra sin su permiso?"

- "Si es posible, pero quiero llegar a un acuerdo. Quiero que todos me entiendan."

- "Sin embargo, yo no siento admiración por la guerra".

- "Nuestra patria está en crisis. Y, la princesa... no, Su Majestad, necesita de mis facultades. Por lo tanto ... "

- "Es inútil que me lo digas a mí. Es difícil para mí entenderlo, tu hermana mayor siempre está encerrada en el castillo."

Cattleya acarició suavemente la cabeza de Louise. Entonces, a ella le dió una tos fuerte.

- "¡Hermana! ¿Estás bien?"

Louise miró a Cattleya con una expresión preocupada. La segunda hermana mayor de Louise tenía el cuerpo débil. Ella nunca había podido alejarse demasiado de la mansión ni de los terrenos de la familia Vallière.

- "¿Necesita que llame a un médico?"

Cattleya asintió.

- "Llamaron al médico local, y aunque lanzó poderosos hechizos de magia de "Agua" muchas veces, era inútil contra esta enfermedad. Nada parecía ser beneficioso para ese órgano. El toque del flujo de agua era inútil."

La causa de la enfermedad de Cattleya se desconocía. Incluso cuando el tratamiento con medicina o magia curaba una parte de su cuerpo, otra parte comenzaba a empeorar. Eventualmente, todos los médicos desistian de ese ciclo. Sus síntomas se intentaban disminuir constantemente por diversos medicamentos y magias.

A pesar de todo, Cattleya todavía sonreía. Louise sentía pena por su hermana mayor. Debido a su condición, Cattleya nunca pudo entrar en la academia de magia, a pesar de que podía lanzar magia. Asimismo, no podía casarse, a pesar de ser tan hermosa.

- "Hmmm, ¿por qué esa cara larga? Yo llevo una vida feliz todos los días. ¡Mira!"

Cattleya señaló el ave de una jaula.

Había un pajaro encogido dentro. Tenía un pequeño vendaje alrededor de un ala.

-"Mira, es el pájaro del que te hablé en el carruaje hace un rato. Lo recogí recientemente."

- "L-lindo".

- "Este pequeño pajarito estaba muy malherido. Tenía un ala mal. Lo encontré cuando estaba paseando y escuché el sonido de un pájaro herido. Bajé del carruaje y lo recogí."

Al parecer, Cattleya, mientras ella estaba en el bosque, escuchó el grito de las aves, por lo que detuvo el transporte y los recogió.

- "¡Hermana! ¡Pero si es sólo un pájaro!"

- "¿No sientes lo mismo acerca de tu familiar?"

Cattleya sonrió a sabiendas. las mejillas de Louise enrojecieron en un instante. No entendía lo que sentía por Saito. ¿Es porque era un ser humano?

- "Así que entiendes. Él es como este pájaro".

Señaló Cattleya.

- "¿En serio?"

- "Sí". Me alegra que ya hayas alcanzado la edad de enamorarte."

Incluso las orejas de Louise se pusieron coloradas.

- "¿De qué hablas? ¡Yo no estoy enamorada!"

- "Es inútil que me lo ocultes. Yo me he dado cuenta de todo."

- "¡Yo no estoy enamorada, de verdad!"

Muy avergonzada, Louise sacudió su cabeza, estaba al borde de las lágrimas.

- "No hagas tanto alboroto. Yo lo comprendo. Ahora, vamos a dormir que hace mucho que no dormimos juntas"

Todavía sonrojada, Louise asintió y se mordió el labio.

En la suave cama, Louise, se había desvestido quedándose solo con su ropa interior. Cattleya, también con un pijama, tenía a Louise acogida como un gatito. Louise recostó su cara en el pecho de Cattleya y suspiró profundamente.

- "¿Qué te preocupa Louise?"

- "Nada."

- "Dime".

Después de las palabras de Cattleya, Louise murmuró con vacilación.

- "Me pregunto si las mías creceran tan grandes como las de mi hermana."

- "Pfft", Cattleya se aguantó la risa. Entonces palpó a tientas el pecho de Louise.

- "Hyaah!"

Louise gritó. Aún haciendo caso omiso de sus gritos, Cattleya seguía tocándola.

- "Muy bien. No te preocupes. Crecerán pronto".

- "¿En serio?"

- "Sip. Yo estaba como tú al principio también."

Louise trataba de recordar. Cattleya ahora tenía 24... así que si ella tenía dieciséis, eso era ocho años atrás. Yo tenía ocho. ¿Cattleya tenía el mismo aspecto que yo en aquel momento? Ella no podía recordarlo con claridad, porque era demasiado joven entonces.

Ahora que lo pensaba, siempre se quedaba dormida abrazando a Cattleya, en los viejos tiempos. Yo no conseguía dormir sola. Iba con su almohada a la cama de Cattleya, y mientras escuchaba las historias de su hermana mayor y oliendo su perfume... ella siempre se calmaba y se dormía.

Mientras abrazaba a Cattleya, sus ojos comenzaban a cerrarse...

Diversos pensamientos venían a su cabeza.

Henrietta.

La Guerra contra Albión.

Posiblemente la muerte.

Venir a casa a pedir permiso para lo que podía terminar siendo su muerte. Tenía una pesada carga sobre su hombros.

Las crueles y valiosas lecciones que aprendía día a día.

Y, cuando ella estaba pensando acerca de su familiar, por alguna razón, las mejillas de Louise ardían. Apenas hablaron hoy. Como ella estaba siendo regañada por Eleonore, no pudieron hablar. Pero ahora, cuando ella comenzó a pensar en estas cosas, no conseguía dormirse.

Ella comenzó a retorcerse inquietamente...

- "¿Qué te aflige? ¿No puedes dormir?"

- "Sí... sí..." murmuró ella avergonzada.

- "Fufufu. No eres capaz de dormirte a mi lado. ¿En quién estas pensando, pequeña?"

- "Na... Nadie! De verdad!"

- "¿Es el niño que trajiste contigo antes?"

- "¡Mentira! ¡Él es sólo un familiar! ¡Yo no lo amo!"

- "Hmmm. Yo no dije que amases a nadie."

Louise se escondió bajo el futón.

- "Te odio, hermana mayor."

- "Oh querida, ahora me odias."

Cattleya rió alegremente.

- "Pero está bien. Si una niña ya no es capaz de dormir al lado de su hermana mayor, entonces es que no es capaz de cumplir como hermana mayor, debería estar avergonzada."

- "Uuuuuh... " Gimió Louise.

- "Nos vemos pronto. El lugar en el que debes estar es otro."


Louise, envuelta en una manta, caminaba por el pasillo. En el camino, preguntó a los sirvientes por donde se alojaba Saito. Estaba al final de un corredor adjunto detrás de la habitación de huéspedes, en un lugar donde se almacenaban las herramientas de limpieza.

Respiró profundamente, una vez llegó a la sala de almacenamiento. No es que quiera verlo ni nada de eso, pensaba tratando de persuadirse a sí misma. Soy una maga. Si el familiar no está cerca, me sentiré insegura. Realmente, no es nada más. No hemos hablado durante todo el día de hoy. Y si no hablo incluso un poco, el familiar se sentirá mal, pensaba.

- "Realmente, no es nada más." Murmuró Louise abriendo las puertas de la sala de almacenamiento, su rostro estaba colorado con un rojo brillante.

Sin embargo, Siesta era la que estaba sentada allí en la cama.

- "¿Eh? Señorita Vallière".

Sus mejillas estaban coloradas. Y en su mano, tenía una botella de vino.

- "¿Que... que... qué estás haciendo aquí?"

Preguntó Louise confundida.

- "Vine aquí para divertirme." Respondió Siesta.

Entonces vió a Saito detrás de la cama. Soltó un alto "Guah." (NT: debía intentar ladrar... por eso de que Louise le trata como un perro pero como estaba borracho soltó lo mas parecido a un ladrido de lo que era capaz... que malo es el alcohol...) Parecía como si se hubiesen emborrachado, se derrumbó y se quedó dormido.

- "¡Fuera de mi habitación".

Dijo Louise, orgullosa.

- "Esta no es la habitación de la señorita Vallière."

Respondió Siesta a continuación.

- "Ésta es mi casa."

Louise indomable posó una mirada glacial en Siesta. Ambas mirándose la una a la otra, sin retroceder. Listas para estallar en una furia de fuego.

Estando borracha, Siesta tenía una voluntad y osadía muy fuertes. Podía incluso hacerle frente a Louise. Alarmada y agitada, declaró a Louise:

- "Yo soy una sirvienta de la escuela. No una criada de la señorita Vallière. Además, estamos de vacaciones de todos modos. Nos corresponde a nosotros sobre cómo usamos nuestro tiempo libre. Así que por favor, no nos moleste."

Era absurdo. Louise se acercó bruscamente a la cama, y trató de arrastrar a Saito por el tobillo mientras dormía. Luego Siesta agarró su otro pie...

- "¡Suéltalo!"

- "¡Suéltalo tú!"

- "Bueno, discúlpame, pero es mi familiar. En otras palabras, es mío."

Ahora Siesta miraba fríamente a Louise a los ojos con hostilidad. Ella no escuchaba lo que decía Louise.

- "... ¿Estas desobedeciendo a una noble?"

De repente, el aire de la habitación se volvió tenso. (comentario traductora: ¿hasta ahora no estaba suficientemente tenso?)

Siesta, de un tirón, bebió más vino.

Y murmuró con una vocecita.

- "Noblenoblenoble, cállate".

- "¿Haa? Que arro... arro... arrogante"

El momento en que gritaba... Siesta puso su cara al lado de Louise y atrajo la cara de la joven noble.

- "Es amor, ¿no? En resumen, se encuentra celosa. A pesar de que es una noble... ¡Ridícula!"

- "Que... que..."

En un instante, la resolución fue arrasada y Louise entró en pánico.

- "¿Lo confiesa? ¿Tiene celos de mi amor?"

Siesta siguió presionando a Louise a una esquina.

- "¡Ah, auuh... uuh... "

Murmuró Louise, ruborizándose.

- "¿Qué? ¿No lo confiesa? Cobarde".

- "Uuh ..."

Extrañamente poderosa, Siesta hizo retroceder a Louise completamente.

- "Pero lo que más importa es Saito-san..."

- "¿¡Que... que... !? ¿¡De qué está hablando!?"

- "A él le gustan las chicas con grandes pechos."

Esto hizo que Louise se detuviese, sin saber que decir.

- "Y si lo piensa, usted no es que tenga demasiado busto."

Siesta puso en jaque a Louise.

- "Pe... pechos."

- "Siempre te llamaban cosas como era... tu estás plana como una tabla, ¡una tabla!"

- "Uuh." Louise estaba a punto de ponerse a llorar.

Ella recordó burlas de Saito. ¿No andaba su estupido familiar burlándose de ella diciendo siempre que parecía que tenía un valle en vez de pechos?

- "Saito me lo dijo. Las de la señorita Vallière parece que tienen el tamaño de las de una niña."

Con la bravura que le daba la borrachera, Siesta decía cosas sin sentido.

Firmemente mordiendose el labio, Louise salió de la habitación.

Después de asegurarse que ella se había ido, Siesta se tumbo al lado de Saito y se durmió.



Cattleya se quedó sorprendida de ver a Louise de regreso en la habitación.

- "¿Qué problema hubo, Louise? ¿Qué sucedió?"

- “Fueh...” Louise se abrazó al pecho de Cattleya.

- “Esta bien... ¿porqué estás llorando?”

Sin embargo, Louise cansada, no dijo nada.

- “Fuuh” Suspiró Cattleya profundamente.

Justo como en los viejos tiempos, Louise se quedó dormida con la cabeza apoyada bajo la seguridad de Cattleya.



Saito se levantó en un instante sorprendido. Eso era porque Siesta estaba durmiendo a su lado.

- “Uuhn, uuhn,” comenzó a abrir sus ojos. Siesta, porque está a mi lado… él estaba asombrado, pero despues de ver la botella de vino tirada en el suelo, el recordó.

- “Oh no, yo estuve bebiendo, despues de eso...”

Me ví obligado a beber a la fuerza, el licor de Siesta era muy fuerte.

- “Siesta, Siesta” Llamó a Siesta.

Sin embargo ella no se despertó.

- “Uuh, uguu, mguu.”

Saito estaba preocupado por que ella podría estar ahogándose. Ella tenía su blusa desarreglada. ¿Tendría ella ropa interior en el castillo? Realmente, cuando ella vestía su blusa no se le notaba si la tenía puesta en el cuerpo por el tamaño de esta, pero se sentia muy mal. Saito desabrochó un botón de la blusa de Siesta.

En ese momento Siesta comenzo a abrir lentamente los ojos. Saito sacó la mano de la blusa.

- “Bu... *yawn* buenos dias... ” (comentario traductora: yawn debe ser la onomatopeya del sonido de un bostezo o del gesto de desperezarse por las mañanas...)

Siesta murmuraba todavia con sueño pero en un instante se dió cuenta de donde se encontraba.

- "Sa... Saito-san, ¿por qué? ¡Eso! ¡Yo!"

Hey hey, fuiste tú la que irrumpió en mi habitación borracha en primer lugar, pensó Saito y sonrió irónicamente.

- "Siesta, anoche, se emborrachó y..."

Al decir Saito esto, Siesta abrió los ojos completamente.

- "¿Eh? ¿Borracha?"

- "Sí. ¡Mira!"

Saito señaló la botella de vino en el suelo.

- "La trajiste tú."

- "¿Tomé viiiiiino?"

- "Sí... sí..."

- "Recuerdo que, durante la cena, bebí un vaso. Pero parece que me tomé más de un solo sorbo. Ahh, qué hice... "

Saito se mostró sorprendido por la preocupación de Siesta.

- "¿Siesta?"

- "Yo.. Realmente lo hice, ¿no?"

- "Sí... sí".

- "Creo que bebí demasiado. No soy muy buena bebedora de vino."

Evitando su cara, Siesta murmuró torpemente.

"En efecto, "bebi demasiado", Saito lo consintió. ¡Parece que esta criada tuvo un frenesí de borracha!"

- "Después de beber todo ese vino, no tengo ningún recuerdo de la última noche. ¿Fuí grosera, Saito-san?"

- "No, no en particular... "

Saito sacudió la cabeza.

En ese momento... el sonido de alguien corriendo ruidosamente a través del corredor se escuchaba.

  • Bam *

La puerta se abrió y una de las criadas del castillo saltó dentro.

- "¡Qué... qué... que pasa!" Gritó Saito.

- "¡No hay tiempo! ¡El Maestro llego! Tenemos que poner el castillo limpio... " gritó, y cargandose de herramientas de limpieza, se fue corriendo. Pronto, otro criado llegó para recoger un trapeador y un balde. Se trataba de un trastero, después de todo. Aunque había un montón de herramientas de limpieza, casi nunca eran utilizadas. Sin embargo, parece que hoy era una excepción.

¿Maestro? Siesta y Saito se miraron entre sí.

En resumen, el padre de Louise había regresado.


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