Zero no Tsukaima - Spanish Versión: Volumen 10 Capítulo 9

From Baka-Tsuki
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Capítulo 9: El Castillo de Alhambra[edit]

El Castillo de Alhambra era una citadela construida por los elfos en la cima de una pequeña colina en el desierto.

El incidente de las Fuerzas Armadas de Halkeginia de Recuperación de la Tierra Sagrada que la recuperaron al costo de incontables sacrificios, podía remontarse a miles de años atrás.

Durante ese tiempo, las Fuerzas Armadas de Recuperación de la Tierra Sagrada establecieron los límites del país, y dijeron a los elfos, "Esta es nuestra tierra." Consecuentemente, se convirtieron en los límites del país.

Los elfos, quienes han vivido desde siempre en el desierto no tienen el concepto de "Límites del país". Sin embargo, los elfos sabían que los humanos son criaturas vivientes que gratamente tratan cualquier lugar como su tierra y pelean por ella, si no se establecen "límites de propiedad". Así, ellos a duras penas reconocieron la línea que dibujaron los humanos como el límite del país.

Ya que la citadela se transformó en el punto donde la tierra de los elfos fue atacada tantas veces, también recibieron muchas veces los ataques de los elfos. Cada ocasión, este proceso de tratar de expulsar o ser expulsados se repitió... hasta esa batalla cientos de años atrás, en la cual las Fuerzas Armadas para Recuperar la Tierra Sagrada se volvieron sus actuales poseedoras. Como la citadela era pequeña, fue dejada al margen como una base militar y se convirtió en un castillo abandonado... por esto mismo, prosperó inversamente.

Al pie de la colina en la cual el Castillo de Alhambra fue construido, se formó un oasis. Una pequeña villa comenzó a crecer a partir del oasis... Ya que el área que rodeaba el Castillo de Alhambra fue una base militar, viajeros que pasaban por el desierto podían detenerse, y así se convirtió en una pequeña área comercial.

Con las habilidades de los elfos, los muros del Castillo de alhambra fueron construidos exquisitamente, adornados con un fino patrón de figuras geométricas. Reflejando la luz de las lunas gemelas, las paredes resplandecían brillantemente, proveyendo a los viajeros del desierto de una fantástica vista.

Para los Halkeginians, los alrededores del Castillo de Alhambra eran un lugar de exótica belleza.

Ahora bien, en una pequeña cantina llamada "Father Joseph's Desert Doors Inn" en esa hermosa villa, el tema caliente era un reciente rumor acerca del Castillo de Alhambra. (N. del T.: Por regla general, los nombres propios, lugares o títulos no se deben traducir)

Una unidad de la armada real había llegado y se estacionó en el castillo.

Los mercaderes quienes portaban cerámica y porcelana en el Sahara decían al tendero en un susurro.

"Las tropas llegaron al Castillo de Alhambra recientemente... ¿pero saben por qué vinieron esos tipos, Padre?"

Viajando de un lugar a otro, el sabio padre que había fundado su cantina aquí, probó su carne mientras meneaba su cabeza.

"Ni idea."

"¡Esos tipos vinieron a esta área buscando tesoros?" Había un rumor al respecto, pero... creo que la verdad es otra."

"¿Lo es?"

El Padre reaccionó indiferente. Sabía que meter las narices sin necesidad en los asuntos de otros era el secreto de la longevidad.

"Hey, te invito una bebida, así que cuéntame más acerca de ese rumor"

"No me interesa."

¿No quiere más vino? El mercader resopló. Junto a él, una dama vestida con una polvorienta capa atada con una cuerda se sentó.

"¡No es esa una maravillosa conversación?"

La piel morena y los labios rojos que se asomaban por las aberturas de la capa le dieron la impresión de una extraordinaria belleza. El mercader tragó saliva nervioso.

"Querido, ¿Podría ofrecer una copa a este hombre?"

La copa del hombre fue llenada con cerveza hasta el borde.

"¡Gracias! he he"

"Ahora, ¿podrías contarme más de eso?"


El grupo entero recibió a Kirche con aplausos al regresar a la mesa. Sobre sus disfraces de actores callejeros, cada uno iba vistiendo el mismo tipo de capa usada en el desierto.

El grupo finalmente había llegado a este lugar de Alhambra la noche previa.

Les tomó una semana trasladar la carrozas por caminos y veredas para llegar aquí desde la mansión de Orleans. Aparentemente Tristain no envió ninguna advertencia a Galia, y los actores no fueron sospechosos para nadie conforme avanzaban por el camino. No. en su jornada, fueron sospechosos a las unidades de patrulla en varias ocasiones, pero se las arreglaron para escapar gracias a la gran discreción de Kirche, quien conocía la zona muy bien.

"Joder, todos ustedes... siempre dejándome a mi conseguir información, ¿Qué es lo que intentan?"

"¿Pero no eres la mejor? ¡Justo la persona para el trabajo!"

Guiche afirmó solemnemente también.

"Sorprendente... como te las arreglas para obtener información una tras otra", dijo Saito con admiración.

"Relamente, sólo lo hago. Chicos, si todos son sólo nobles de Tristain, con un enorme orgullo, no es de sorprender que no puedan obtener información."

Montmorency volteó la cara avergonzada, pero Louise elevó los ojos.

"¡Oh, si podemos! Yo he ido tan lejos como ser una camarera en un bar en Tristania la última vez!"

"¿Esa patética tipa?"

Louise hinchó las mejillas. Pensándolo bien, había permitido ser vista por Kirche unas cuantas veces. Pero ahora no era el momento para esas cosas, así que no tuvo elección más que quedarse en silencio.

"Así que... ¿conseguiste algo?"

El mercader al que Kirche dio un festín extravagante le dijo todo lo que sabía, tras de lo cual, estando ebrio y satisfecho, se recostó sobre el mostrador, quedándose dormido.

Cambiaron su punto de reunión estratégica a un cuarto en el segundo piso. Eso porque había mucha gente.

Después de entrar al cuarto, Kirche comenzó a decir las noticias que había escuchado.

"Como pensaba, parece que ésta es la ciudad."

"¿Lo que significa?" la urgió Saito.

"Aparentemente, ese mercader lo escucho de las tropas estacionadas ahí. La razón por la que vinieron fue para proteger a un "noble" que trajeron aquí. De acuerdo a la historia, parecían miembros caídos de la familia real. El punto clave es que esos nobles son "padre e hijo."

"En otras palabras, ¿Tabitha y su madre?"

"¿Podemos concluir eso?"

Los rostros de todos se tornaron solemnes.

"He regresado."

Abriendo la puerta, Malicorne entró.

"¡Usé el encantamiento de "Visión Lejana" y examiné el castillo!"

Siendo un mago del elemento Viento, Malicorne había usado magia para examinar el castillo desde lejos. Incluso Sylphid no fue empleado, ya que resultaría sospechoso. Ella había permanecido en du forma humana desde entonces, y probablemente debido al cansancio, estaba dormida en cama, roncando. Al parecer tomar la forma humana consumía su fuerza de voluntad más intensamente.

Con calma, Malicorne extendió un doblado pergamino sobre la mesa. En este, un tosco diagrama del Castillo de Alhambra podía verse. Obviamente, la estructura interna del edificio era desconocida, pero los patios, muros, torres, fosas - todos fueron dibujados con precisión.

"¡Buen trabajo!"

"Espléndido..."

Lo halagó Guiche.

"Las tropas de Galia estacionadas aquí no son sólo un escuadrón. ¡Hay dos escuadrones aquí! ¡Cerca de 300 soldados y 10 oficiales nobles!"

Esos son unos cuantos.

"Ya veo. Gracias. Ahora bien, hemos reunido toda la información que hemos podido."

Kirche era claramente el líder. En verdad, en proyectos como estos, no había posibilidad para los nobles de Tristain quienes estaban llenos de orgullo y solo sabían hacer ataques frontales.

"Así que, ¿cómo rescatar a Tabitha de ese castillo?"

"La mayoría somos magos. Un ataque sorpresa contra aproximadamente 300 personas funcionaría de alguna forma, ¿no creen? De nuestro lado, tenemos a Sylphid, Saito que detuvo a setenta mil..."

Dijo Guiche, pero Kirche meneó la cabeza.

"De ninguna forma. Si atacamos de frente de esa forma, los refuerzos llegarán rápidamente, y podría ser peligroso para Tabitha. También es posible que Tabitha sea llevada a otro lugar."

"¿Entonces qué debemos hacer? ¿Poner a dormir a todos los soldados con magia?"

"¡Eso es!"

Kirche sonrió traviesa.

"¡Es imposible! ¿No vamos contra 300 personas? Incluso si fuéramos a invocar 'Sleep Cloud', ¿cómo los cubriríamos a todos de una sola vez?"

"Para hacerlos dormir, no solo debemos usar encantamientos, Montmorency."

"¿Queé?"

"¿Puedes mezclar una poción para dormir?"

"Puedo, pero... ¿cómo hacer que la beban? Incluso si la mesclamos en el agua, ¡sería descubierta inmediatamente!"

"Tenemos un plan. ¡Solo hazlo! Mezcla la poción más fuerte que puedas. Guiche, por favor compra algún vino que se venda cerca."

"Lo tengo."

Para ellos que estaban a punto de salir corriendo, Kirche dijo.

"¡Hey! Si se encuentran con un elfo..."

Los tres temblaron instantáneamente. Una palabra que no querían escuchar. Recurriendo a su coraje, habían logrado sacar esa palabra de sus cabezas.

"Corran. No piensen en combatirlo. Lo que no deben olvidar es, no venimos a pelear. Los elfos claramente están con la armada de Galia. Debemos introducirnos sigilosamente en el Castillo de Alhambra, y cuidadosamente rescatar a Tabitha y su madre. Eso es. Hemos venido 'a salvar a nuestros amigos'. Eso sería poner la carroza frente al caballo. Es por eso que, si sienten peligro no solo de los elfos, corran. Es cobarde, pero no es dañino."

"Entendido", asintieron los tres.

"Gracias por cooperar en este plan para salvar a mi mejor amiga. Estoy agradecida por su bravura."

Kirche reverenció apropiadamente. Era la primera vez que veían a kirche tan refinada. Por eso, cambiaron sus expresiones aterradas por unas serias.

Después que los tres salieron, Kirche se volvió hacia Saito y Louise.

"Ahora bien..."

"¿Qué se supone que haremos? ¿Qué es lo mejor para nosotros?"

"Descansar. Ustedes son nuestra carta del triunfo. Por favor repongan sus fuerzas."

"Carta del triunfo, ¿qué quieres decir?"

Kirche contestó rápidamente.

"Para luchar contra el elfo. Aún cuando podamos engañar al ejército, el elfo probablemente no muerda el anzuelo."

"¡¿qu!-qué!? ¿¡Estás diciendo que está bien incluso si somos heridos!? Podríamos morir, ¿No es así? ¿¿Estás diciendo que está bien si morimos?? ¡No somos la carta del triunfo, sino el sacrificio! ¡En verdad eres una Zerbst! ¿¡Me odias hasta ese punto!?"

Kirche respondió con total corrección.

"Te equivocas, Louise. No es 'odio', sino 'reconocimiento'. Nosotros probablemente no podamos ganar contra el elfo. La única cosa que puede, es tu 'leyenda'".

Los ojos de Louise refulgieron.

"¿Tu sabes?"

"Tú eres la única que piensa que no lo sabemos. Tu invocaste delante de nosotros anteriormente, y esas invocaciones no existen, ¿cierto?"

Louise se ruborizó.

"Humildemente me disculpo por mi descortesía en el pasado. ¿Podrías amablemente prestar tus sagrados poderes a esta débil sirvienta?"

Kirche se arrodilló. Como era de esperarse, Louise entró en pánico. En la larga historia de la disputa entre los La Valière y los Von Zerbst, era la primera ocasión en que un Von Zerbsrt se disculpaba.

"¡L-levanta la cabeza! ¿¡Qué estás haciendo!? Si me reusara, ¿¡no sería yo la mala!? ¡Ya he rechazado mi nombre de noble! ¡Solo soy Louise, la Cero! Es por eso que incluso si escucho lo que pides, en verdad no tiene importancia."

Volteando a un lado, Louise dijo en un tono avergonzado.

"¿Eh? ¿Tiraste tu nobleza?"

"¡Es verdad! He devuelto mi manto y mi nombre a Su Majestad."

"¿Aah! Bien, entonces, después de salvar a Tabitha, ¡ven a Germania! ¡Te emplearé como mi sirvienta!"

"¡Déja de bromear con eso!"

Sobrecogida por la emoción, Kirche abrazó a Louise con fuerza.

Saito miraba a ambas con una expresión muy radiante. Después de eso, para conservar sus fuerzas, se encaminó a la cama.

No tenía ninguna confianza en ganar contra el elfo después de todo. O mejor dicho, ¿cómo podría luchar para ganar?

Mientras más pensaba en ello, más ansioso se sentía.

Con su ansiedad aumentando, Saito sentía como si se oprimiera.

"Pero... ¿amigos con Kirche?" Cuando miro a Louise quien parecía intentar sobreponerse, se sintió avergonzado de esos sentimientos.

"Bien, entonces, haré lo que dijiste y dormiré un poco."

"Veré por tí, Saito. Jean siempre lo ha dicho. Saito-kun es alguien capaz de cambiar este mundo. Yo también lo creo. Por eso mismo, por favor cambia el destino de Tabitha."

Elevando su coraje, Saito sonrió, exagerando.

"¡Déjamelo a mi!"

Saito se deslizó en la cama, y Sylphid que había estado durmiendo hasta ahora, abrió sus ojos.

"Kyui"

"Oh, ¿Estas despierta?"

Bajo su cabello azulado, los ojos de Sylphid brillaron nuevamente.

"Gracias," ella expresó su gratitud.

"Para salvar a onee-sama, todos trabajan muy duro. Estoy conmovida. Si onee-sama supiera que todos ustedes vienen a salvarla, seguramente sería muy feliz."

"..."

"Para salvar a onee-sama, todos trabajan duro por nosotros, pero... en realidad ella es una persona muy gentil. Amo a onee.sama muchísimo, pero onee-sama no me pierde, ella me ama mucho también. Aunque mi onee-sama no diga nada, yo se algo como eso."

"Uh-huh..."

Sylphid notó que Saito lucía un poco decaído.

"¿Qué está mal?"

"No... sólo los envidio un poco."

Aunque somos Maestro y Familiar, no podemos entendernos del todo.

Sentimientos mutuos, aún no podemos entendernos del todo.

"No te ves bien. Déjame reconfortarte. Pero no se cómo hacerlo."

"¡Kyui, kyui!" Mientras ronroneaba, Sylphid le dio a Saito un fuerte abrazo.

Mientras era abrazado fuertemente por el suave cuerpo de Sylphid, Ah, Louise será así conmigo algún día?, pensó Saito vagamente.

Si fuera más imponente... ella posiblemente me vería un poco, ¿no es así? pensó él. Pero, eso parece que no pasará.

Como sea, en el palacio de Tristain cuando fuimos capturados, cuando intentaba decirle que la amo... "¡No lo digas!" me gritó, así que...

Por supuesto también estoy equivocado.

Tonteando con Siesta, mi corazón palpitó cuando vi el rostro de Henrietta. En cuanto a ellas, además de guardar sus encantos para mi, no puedo hacer nada. Es la fisiología del hombre.

Pero, he estado diciendo "Te amo" a Louise todo el tiempo, ¿no es así?

Quizás... Louise no tenga tiempo para enamorarse, pensó Saito.

Louise, quien es más seria que todos los demás.

Louise, quien siempre permanece firme a sus ideales.

Diciendo "¡es una recompensa!" Besándome, no enojándose cuando sus senos son tocados, esto significa... no es por causa de su orgullo realmente, Saito cambió sus pensamientos.

Es porque, tal como Sylphid no sabe la mejor forma de confortar a este ser humano...ella no sabe cual es la mejor recompensa que darme, esta puberta adolescente. Porque ella no sabe cómo expresar su gratitud.

Y así, cada vez que la malinterpreto... Saito deseaba poder meterse en un agujero. ¿Louise enamorada de mi? ¡Ha!

Soy un tipo vergonzoso. Aah, ¡¡VERGONZOSO!!

Ah, Louise.

La Louise que regresó su manto a Henrietta para seguir firme en sus ideales. Más seria que todos los demás, la noble Louise.

Quizás porque eres así, me gustaste.

Entre la gente que conocí en el mundo en que nací, no hay nadie que al menos se acerque completamente a su "forma de vivir" como lo hace Louise. Y entonces, en este mundo también..."

Algún día, cuando Louise sea capaz de alcanzar sus ideales, no empezará ella a enamorarse de alguien en esos momentos? Cuando eso ocurra, quiero ser quien esté a su lado, pensó Saito.

Para cumplir con los ideales de Louise, debo ser más fuerte. Elfo o lo que sea, ahora no es momento de estar aterrado.

Mostrando puro coraje, Saito se extendió de brazos abiertos y cerró los ojos. Para cumplir con los ideales de Louise, no podía mostrarse intimidado ante nadie.


Viendo a ese extraño Saito que se extendía abriendo los brazos mientras sonreía, la ansiedad de Louise se extendió aún más.

Se te dijo que esta es una pelea con un elfo, y aún así, ¿por qué no tienes miedo?

¡Por qué no lo odias?

Aah, como pensaba, Saito tiene el coraje del familiar, eh?

Louise se sintió profundamente miserable.


Al día siguiente, al atardecer....

De pie frente a las puertas del Castillo de alhambra, un miembro de la armada de Galia que montaba guardia dio un gran bostezo. Un soldado a su lado lo reprendió.

"Oi"

"Hmm? Aah..."

"¡Si no guardas la puerta debidamente, seremos reprendidos por el oficial comandante!"

"¿Baron Misscoeur? ¡Está bien! Es un idiota."

"No, no es él. Es ese tipo inhumano."

El soldado adormilado agitó la cabeza frenéticamente como si el sopor se hubiera desvanecido.

"Oi, ¡No lo menciones tan a la ligera! Toco madera... oh Fundador Brimir. Por favor protege mi alma..."

"¡Tampoco deseo ser devorado! Por eso es que no menciono su nombre... Pero no se que demonios pasa el día de hoy... fui a las calles a comer durante el almuerzo, pero el vino se vendió todo!"

"¿Haa?, ¿Qué dices?"

"Alguien de alguna parte ha comprado todo el vino de la villa. Eso es, no hay vino no importa a que bar fuera. ¡Qué gracia!"

"¡Es el único placer en el centro de este aburrido desierto! Joder, ¿quién hizo tal atrocidad?"

Conforme seguía la conversación, un carro podía verse viniendo por el camino a la villa.

"¿Qué es eso?"

Habían 7 llamativos actores callejeros hombres y mujeres en el carro. El vagón trasero estaba lleno de barriles.

El carro se detubo frente a las puertas. Apuntando sus lanzas a ellos, los soldados preguntaron al grupo.

"¿Quiénes son ustedes?"

Una chica pelirroja ataviada con un vestido de bailarina con un alto grado de exposición reverenció elegantemente.

"Somos un grupo de actores callejeros, señor."

Era Kirche.

"Eso puedo verlo. Esta no es una carretera."

"Lo sabemos."

Atractivamente, Kirche les lanzó una mirada coqueta. En un instante, los soldados quedaron encantados como si se tratara de un Súcubo (N. del T.: Un súcubo es un demonio de aspecto femenino que seduce a los hombres y termina devorándolos, según su rango, ya sea su energía vital o todo su ser).

"Hemos venido a proveer entretenimiento."

"¿Entretenimiento?"

Los soldados intercambiaron miradas. Después de todo, se habían dado cuenta de cuál era el contenido de los barriles apilados detrás. Uno de ellos se aproximó y olfateó el contenido de los barriles.

"¿¡Esto es vino!?"

El otro miró a kirche con una mirada llena de odio.

"¿Los que compraron todo el vino fueron ustedes?"

"Es verdad."

Kirche se inclinó coquetamente hacia los soldados. Ante la adorable Kirche, la expresión de los soldados cayó patéticamente.

"Por favor, no se molesten, adorables caballeros. Solo hacemos lo mejor que podemos para sobrevivir. Hemos venido de gira por el Sahara, pero esos elfos tacaños no nos dieron ni un centavo por nuestra actuación."

"¿¡Cómo pueden los elfos saber lo que es bailar!?"

Los soldados comenzaron a reírse.

"¿Verdad? Es por eso que necesitamos clientes que comprendan nuestro arte. Naturalmente, siendo acompañado con vino, ¿cierto?"

"Lo tengo. Ustedes chicos no solo vinieron a comprar el vino ¿eh? ¿Planeaban alguna diversión?"

Todos los del carro se pusieron tensos.

"Y también a vender bailes mientras están en ello, ¿cierto?"

Con una gran sonrisa, Kirche dijo.

"¡Exactamente! Nuestro vino es un poquito más caro que el del pueblo, pero les proporcionaremos bailes como un servicio. ¿Qué tal eso?"

"¡Qué temple tiene esta dama! Me agrada. ¡Los ayudaré con su negocio!"

El soldado corrió a reportarse con su oficial superior.

Dándose la vuelta, Kirche peinó su cabellera hacia atrás triunfante. Ante esa brillante actuación, el grupo entero aplaudió.


Saito y los otros fueron llevados a ver a los diez nobles que comandaban las unidades estacionadas en el castillo. Aparentemente, los cuartos a la derecha a la entrada del salón del castillo eran usados por los oficiales.

El oficial comandante era un noble de más de cuarenta años - Barón Misscoeur. Al parecer se sintió atraído por Kirche tan pronto la vio, y le había permitido hacer una demostración.

"Las chicas de Germania son buenas en los negocios, ¿eh?"

Kirche puso un precio al vino, y el Baron misscoeur sonrió.

"Presentaremos la danza y la actuación de acuerdo al precio."

Hmmm... Inclinándose en su silla, lanzó una mirada al cuerpo de Kirche como relamiéndose. Con su cabeza calva, el Barón Misscoeur causó que una atmósfera extraña flotara en el aire.

"Muy bien. Pagaremos el precio pedido. Pero, es necesario asegurarnos de que no esconden nada bajo la manga... Después de todo, nos han confiado con valiosas tropas de Su Majestad..."

"Si no cree en nosotros, le mostraré mi danza personal."

Diciendo esto mientras entornaba una mirada coquetísima, los ojos del Barón Misscoeur se agrandaron.

"Por otra parte, tengo la preocupación de que privar a los soldados de su entretenimiento podría ser desmoralizante. Después de su actuación, venga a mi habitación. Personalmente la investigaré."

Los nobles cercanos mostraron expresiones de desilusión.

"¡Esto también es el deber del oficial comandante! ¡Ahaha!"

Enfrentando a los oficiales comandantes que estallaron en carcajadas, Kirche mostro una encantadora sonrisa.

"Bien, entonces, comenzaremos con nuestros preparativos."

Como Kirche trataba de retirarse de la habitación, el Barón Misscoeur la llamó.

"Antes de eso, ¿qué tal darnos una probada de ese vino que venden?"

Montmorency palideció. La poción para dormir que preparó ya estaba mezclada en los barriles de vino. Si era descubierta por él aquí, sus planes se habrían arruinado.

Sin embargo, sin inmutarse, Kirche tenía un barril preparado y sirvió una copa.

El grupo completo sostuvo la respiración.

"Disfrútelo."

El Barón Misscoeur olfateó, y agitó la cabeza.

El grupo se congeló. ¿Los habían descubierto?

"Esto es algo barato. No es del gusto de un noble. Dénselo a los soldados."

Diciendo eso, el Barón Misscoeur vació la copa de vino en el piso.

Saito susurró suavemente a Kirche, quien se había disculpado al salir de la habitación de oficiales.

"Estuvo cerca..."

"Solo es el comienzo. La verdadera acción viene ahora. Pero no hay elfos dentro, ¿eh?"

"¡Y si no hay ninguno?"

"Si fuera el caso, sería grandioso..."

Dijo Kirche con un tono no muy esperanzado.



Trescientos soldados se reunieron en el patio del Castillo de alhambra. Aunque el baile no había comenzado, los soldados ya estaban excitados.

En este castillo abandonado al mitad del desierto, con órdenes insensatas de hacer de guardaespaldas, estaban completamente aburridos. Debido que el descontento crecía hasta el amotinamiento, casi todos se reunieron. Con sólo los mínimos guardias indispensables, eran casi todos ellos.

El oficial comandante, Barón Misscoeur estaba indignado de compartir sus deberes de guardia con el elfo. Tal como la mayoría de los otros nobles de Galia, era despectivo e insatisfecho con Joseph. Hablando claramente, lo odiaba.

El teniente propuso dividir a los soldados a la mitad, rolando turnos. Pero el Barón Misscoeur, meneó la cabeza.

"Ese 'Rey impotente' me condujo a esta situación. Una vez, el linaje Misscoeur fue de prominentes gerreros de Galia. Envistiéndome el deber de cuidar a la Señora Duquesa con un elfo en medio de un área rural... ¿Vaya capricho! Joder, ¿quién buscaría a esa chiquilla y a la vieja? No importa, ¡deje a los soldados participar!."

Diciendo eso, se tumbó en un lujoso sillón traído del patio.

Al momento en que ambas lunas fueron cubiertas por las nubes...

Portando antorchas, un tipo delgado y otro gordo aparecieron. Debido a que los que aparecieron eran chicos, los soldados comenzaron a silbar y abuchear. Ambos sujetaron las antorchas en los lugares preparados previamente para ello.

Tras esto, ambos prepararon sus instrumentos musicales. El gordito comenzó a tocar el tambor. El delgado y bien parecido sacó una flauta y comenzó a tocarla. Ya que era una horrible actuación, los abucheos crecieron de intensidad.

Sin embargo, tan pronto las mujeres bailarinas aparecieron de la oscuridad, el ruido cesó abruptamente.

En total eran cuatro bailarinas.

La sexy chica pelirroja era la líder. Iluminada pro las llamas, sonreía atractivamente. Junto a ella se encontraba una chica rubia. Parecía avergonzada y colorada.

Después de ella estaba una chica de cabello rosado, que más parecía una niña. La cara molesta y colorada.

La última era una hermosa chica con larga cabellera azul. Ella los bañaba a todos con inocentes sonrisas.

Aplausos entusiastas, aullidos y silbidos se escuchaban de los soldados.

La fiesta había comenzado.


Cuando Tabitha despertó... su madre seguía en cama.

Sosteniendo el libro con una mano, estaba recostada sobre la cama.

Junto a ella, su madre roncaba pacíficamente.

Parecía como si se hubiera sentido somnolienta y callera dormida mientras leía "El Héroe de Ivaldi".

Los ojos de su madre se abrieron ligeramente.

Ella pensó que su madre comenzaría a ponerse violenta... pero fijando sus ojos en ella, no se movió. ¿Habría recuperado la cordura? El júbilo llenó su corazón mientras Tabitha llamaba a su madre.

"Madre."

Sin embargo, su madre no mostró ninguna reacción. Ella solo miraba fijamente a Tabitha, pero, eso era suficiente.

Mirando la muñeca al pie del espejo, Tabitha sonrió un poco.

"Leeré este libro ahora."

Dándole vuelta a la página, Tabitha comenzó a leer en voz alta.



Ivaldi llegó a la caverna en la que vivía el dragón. Sus compañeros y amigos se detuvieron a la entrada. Uno de los cazadores le dijo a Ivaldi.

"¡Volvámonos! Si el dragón se despierta, todos moriremos. Que tú no sabes cuan terrorífico el dragón es."

Ivaldi dijo.

"Tengo miedo."

"Entonces actúa de acuerdo a lo que sientes."

"Pero si me abandono al miedo, abandonaré a alguien atrás de mi. Eso es muchas veces más espantoso que ser mordido hasta la muerte por el dragón."



Aún cuando Bidashal entró en la habitación, Tabitha no levantó su cara del libro. Su madre tampoco pareció darse cuenta de la entrada del elfo. Tras esos 20 días, cada día, Tabitha había leído a su madre "El Héroe de Ivaldi". Si le leía cualquier otro libro, enloquecería como en el pasado. Era por eso que Tabitha había leído el mismo libro una y otra vez. Lo había leído en voz alta muchas veces. Era como si lo hiciera de memoria.

Viendo a Tabitha leyendo un libro, Bidashal mostró una pequeña sonrisa.

"Pareciera que le has tomado un gran cariño a ese libro, ¿eh?"

Tabitha no respondió. Aún cuando Bidashal había entrado, a menos que fuera algo especial, ella no pararía de leer.

"Parece que un grupo de actores ha venido a confortarte. Llevan a cabo su actuación en el patio. Como sea, no estoy interesado, pero ¿qué tal tu? Si deseas dar un vistazo, puedo darte un permiso especial para salir de esta habitación."

Tabitha levantó su cara y negó con la cabeza.

Con una voz ligeramente más suave, Bidashal le dijo a Tabitha.

"La medicina estará lista mañana."

El dedo de Tabitha que cambiaba la página se detuvo.

"Solo podrás ser tu misma hasta mañana."

Darle un permiso especial para abandonar esta habitación... en otras palabras, sería la última misericordia antes de la ejecución de su sentencia.

"Un entretenimiento aburrido, pero al menos podría consolarte un poco."

"La simpatía no es necesaria."

Tabitha respondió brevemente.

Ya veo... Susurrando, Bidashal salió de la habitación.

Ela deseaba al menos pasar sus últimas pocas horas con su madre.

Tabitha posó de nuevo sus ojos en "El Héroe de Ivaldi."



Ivaldi entró a la caverna del dragón. Nadie más lo acompañó. Con la luz de su antorcha, los muros cubiertos de musgo de la caverna se iluminaron. Molestados por la luz, muchos murciélagos salieron volando intentando escapar.

Ivaldi se sintió aterrorizado y a punto de llorar. Se imaginaba que todos lo habían abandonado en esa oscura caverna. ¡Qué atemorizante era eso!

Pero Ivaldi no flaqueó.

Ivaldi se lo había repetido muchas veces.

"Tú puedes hacerlo. ¿No has salvado a mucha gente antes? Esta vez lo harás de nuevo. ¿Ya lo escuchaste Ivaldi? Tienes el poder, así que huir es una cobardía."



Las ocasiones en que había releído el libro, Tabitha lentamente había notado la contradicción en el título del libro cuando era joven, discutiendo sobre ello.

"El Héroe de Ivaldi", ¡Qué significa?

Ivaldi no era el nombre del lugar - era el nombre del joven en la historia. Usualmente, ¿no debería el título ser publicado en cambio como "El Héroe Ivaldi"?

Cuando era joven, Tabitha había tenido una vez esa duda en su mente.

Pero ahora ella entendía el significado del título del libro.

El término "Héroe" no se refería al mismo Ivaldi.

Se refiere a la idea que impulsa o la resolución de su corazón.

Cuando era joven... ella lo leería y lo anhelaría.

De acuerdo con el "héroe" viviendo dentro de los corazones como Ivaldi de los lectores, ella había esperado ser el héroe, pero... ella era diferente.

Había sido cautivada por la doncella atrapada por el dragón. Ella deseaba ser la dama que fuera salvada por el héroe. Aunque era divertido, Tabitha había esperado impaciente al héroe que la rescataría del aburrimiento de su vida diaria.

Comparando su vida con la de la dama de la historia, Tabitha sonrió secamente en su corazón.

¿No me he convertido en esta chica yo misma?

Ahora yo he sido tomada prisionera.

La única diferencia con el libro, es que el héroe que vendrá a salvarme, no existe.

Ahora, o al último...

Pero, así está bien.

Es porque siempre he estado haciendo las cosas sola.

Sin depender de nadie, sin confiar en nadie, he estado haciendo todo por mi misma... es por esto.

Sin embargo... después de leer este "Héroe de Ivaldi", comenzó a imaginar.

Acerca del héroe que vendría a rescatarla.

Acerca del héroe que la salvaría de esta ominosa caverna, el Castillo de Alhambra...

Porque esos eran los últimos momentos antes de perder su corazón, podía sentir esas cosas obedientemente.

Sintió el amor en su corazón que se perdería después del siguiente día. Por primera vez, Tabitha sintió el amor de su corazón que estaba cubierto por una tormenta de nieve. Sujetó firmemente las manos de su madre.

Tabitha comenzó a temblar ligeramente.


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