Editing Black Bullet:Volumen6 Capítulo3

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"No, me vi obligado, así que no tenía otra opción. Pero maldita sea, que no debería haber visitado casas de otra persona, junto con ella. Esa chica me engañó".
 
"No, me vi obligado, así que no tenía otra opción. Pero maldita sea, que no debería haber visitado casas de otra persona, junto con ella. Esa chica me engañó".
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Hotaru suspiró y luego lo miró con ojos de piedad.
 
Hotaru suspiró y luego lo miró con ojos de piedad.
   
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Tsurayuki tragó saliva nerviosamente y miró hacia arriba. El hombre se colocó frente a él y lentamente extendió sus brazos:
 
Tsurayuki tragó saliva nerviosamente y miró hacia arriba. El hombre se colocó frente a él y lentamente extendió sus brazos:
   
—Estoy aquí para protegerte.[[image:Black Bullet V6 Pg 067.png|thumb]]
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—Estoy aquí para protegerte.
   
 
El hombre se enroscó la manga derecha de su traje y chaqueta.
 
El hombre se enroscó la manga derecha de su traje y chaqueta.
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En comparación a alguien con intereses personales, una maquina era mucho más útil.
 
En comparación a alguien con intereses personales, una maquina era mucho más útil.
   
Eran las 20:00 hs. Hitsuma observó al cielo calmado después de haber derramado lágrimas durante todo el día. Una atmósfera sofocante descendía sobre la tierra.
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Eran las 20:00 hs. Hitsuma observó al cielo calmado después de haber derramado lágrimas durante todo el día. Una atmósfera sofocante descendía sobre la tierra.
   
 
=== Parte 5 ===
 
=== Parte 5 ===
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Además, lo que parecían ser guardias patrullando podían ser vistos.
 
Además, lo que parecían ser guardias patrullando podían ser vistos.
   
—Vamos a hacer una competencia para ver quién descubre el paradero de Shiba Miori primero. Supongamos que la encuentro primero, entonces, voy a utilizar mi método para obtener su cooperación. Después de todo, nuestros objetivos son los mismos.
 
 
Antes de que Rentaro pudiera detenerla, Hotaru ya se había levantado corriendo en silencio sobre las tejas de barro.
 
 
Rentaro se sentía muy impotente.
 
 
Después de todo, su relación era sólo la de una débil alianza entre una vengadora y un Promotor inculpado. Cualquier desacuerdo terminaría así.
 
 
Ya que los pensamientos de Hotaru se centraban sólo en la venganza, con el fin de lograr ese objetivo no le importaba lo mucho que pisoteara o dañara la dignidad de los demás.
 
 
Rentaro cada vez pensaba más que la chica que cooperaba con él era muy difícil de manejar.
 
 
Al mismo tiempo, estaba seguro de que no podía dejarle a Miori a Hotaru.
 
 
Pero aunque dijera eso, Rentaro no tenía idea dónde podría esta Miori. Sus pensamientos llegaron a un punto muerto, no tenía más remedio que observar la mansión desde la pared. Eran las 20:00 hs. Por sentido común, Miori debería estar tomando la cena o preparándose para tomar un baño.
 
 
En términos de probabilidades, a pesar de que era peligroso, la decisión de Hotaru de dirigirse a la residencia principal era la mejor.
 
 
Hablando de eso, Rentaro recordó que Miori a menudo le mencionaba que siempre estaba ocupada con clases particulares y practicando diversas artes. En su memoria, esa era una reacción rara para la relajada Miori que rara vez se quejaba.
 
 
No sólo clases particulares, sino que además danza tradicional japonesa, cítara japonesa, y tiro con arco. Cumpliendo la voluntad de sus padres, el tiempo personal de Miori para disfrutar prácticamente había sido aspirado hasta cero. Probablemente, ella no podía evitar quejarse bajo ese tipo de presión.
 
 
¿Tiro con arco?
 
 
Rentaro llegó a una conclusión mientras examinaba el lugar de nuevo. Pronto encontró su objetivo.
 
 
Después de haber visto la majestuosidad de la mansión principal, había un pequeño edificio feo que podía confundirse con un establo. Desde donde estaba, cosas parecidas a objetivos del tiro con arco parecían estar colocadas al fondo. Debido a la distancia, Rentaro no podía estar seguro de eso incluso después de enfocar ambos ojos.
 
 
Después de vacilar por un momento, Rentaro asintió.
 
 
La pared estaba aproximadamente a ocho metros del suelo. Avanzando mientras se arrastraba contra la pared, llegó a un borde donde se requería coraje para saltar hasta abajo
 
 
En ese momento se resbaló por las baldosas mojadas. Era demasiado tarde para evitar caerse. Sintiendo como si alguien lo hubiera mandado a volar, tuvo una sensación como si estuviera flotando en el aire, el suelo oscuro se acercaba hacia él rápidamente.
 
 
Rentaro aterrizó con ambas piernas. El fuerte impacto fue sentido directamente por su columna vertebral. Aterrizando con cierta dificultad, sin caer de espaldas, notó una sombra acercándose a su cabeza, por lo que estiró ambas manos con el fin de atrapar al objeto cayendo. La baldosa que cayó junto a Rentaro perdió la oportunidad de alertar a los demás sobre el intruso, parecía estar protestando silenciosamente.
 
 
Sería absolutamente vergonzoso para Rentaro si fuera atrapado habiendo caído de forma tan torpe.
 
 
Justo en ese momento, el ladrido de un animal se escuchó desde algún lugar, congelando a Rentaro donde estaba.
 
 
Sólo entonces, Rentaro recordó que normalmente había animales además de las cámaras de seguridad y los guardias.
 
 
Dejando caer sudor frío, miró hacia la fuente del sonido. Como esperaba, había algo ahí…
 
 
Cubierto de un espeso cabello negro rojizo, con una expresión feroz. En la parte superior de su cabeza alargada, un par de orejas sobresalían.
 
 
Un doberman pinscher...
 
 
El perro guardián de los Shiba.
 
 
Los guardias llegarían pronto, no había tiempo que perder aquí.
 
 
Para hacer que su oponente saltara, Rentaro se inclinó hacia el doberman usándose a sí mismo como cebo para que atacara. Como era de esperar, el doberman se lanzó hacia su cuello con un rugido.
 
 
Una vez que conocía su objetivo, evadirlo era una tarea fácil. En el momento en que el doberman pasó cerca de él, Rentaro lo golpeó rápidamente con un golpe de karate silenciándolo momentáneamente.
 
 
Jalando al perro, Rentaro lo arrastró hasta un bosque cercano. En ese momento, un guardia se apareció en la escena.
 
 
Rentaro contuvo el aliento desde los arbustos donde estaba escondido. Una linterna barrió momentáneamente el lugar donde estaba.
 
 
Moviendo la cabeza, tratando de comprobar su entorno, el guardia finalmente suspiró. Como si escapara de su vergonzoso comportamiento, murmuró, Regresemos antes de desaparecer de la vista de Rentaro.
 
 
Exhalando el aliento que estaba conteniendo, suspiró con fuerza y acarició su pecho levemente, parecía haber sobrevivido a la crisis por ahora. Para evitar ser captado por las cámaras de seguridad, utilizó tres pinos que estaban en fila para ocultarse, mientras se dirigía a la arquería.
 
 
Las linternas de piedra exhalaban un olor dulce y amargo a aceite de canela. Los parpadeos de las llamas por el viento alteraban la sombra de Rentaro ligeramente, dándole una sensación de calidez.
 
 
Un gran banquete probablemente estaba siendo llevado en la residencia principal, ya que el viento soplando contra su rostro llevaba un ligero sonido de música tradicional.
 
 
Dando la vuelta a la orilla de un estanque, se detuvo detrás de una roca. En el momento en que vio la arquería, escuchó un ruido sordo, el ruido de una flecha atravesando su objetivo.
 
 
Había alguien adentro.
 
 
Dejando a un lado los bambús brillantes por las gotas de lluvia, Rentaro se agachó y cautelosamente se acercó a la parte trasera del campo de tiro.
 
 
Entonces escuchó nuevamente el ruido de algo perforando el aire, impactando en su objetivo con fuerza.
 
 
Los ojos de Rentaro, que se habían acostumbrado a la oscuridad, pudieron ver claramente la figura de la joven usando un uniforme blanco de arquería.
 
 
La chica relajó su postura, jalando la cuerda hasta su pecho. Incluso las gotas de sudor en su rostro eran hermosas.
 
 
Sin embargo, a través de la oscuridad podía verse una expresión sombría. Parecía estar disparando las flechas para disipar sus frustraciones.
 
 
—Sigues siendo tan diligente a pesar del clima tan caliente.
 
 
—¿Quién eres?
 
 
Mostrando su intención inofensiva, Rentaro levantó ambos brazos y se acercó a ella.
 
 
Bajo el cielo oscuro, el campo de tiro no estaba iluminado. Sin embargo, la chica movió sus ojos en la oscuridad hacia Rentaro.
 
 
Rentaro escuchó una respuesta sorprendida.
 
 
—¿Satomi-chan? ¿Realmente eres tú...?
 
 
—¿Te parezco falso?
 
 
Naturalmente, Rentaro esperaba que Miori utilizara un tono burlón de Visitándome tan tarde… ¿Podría ser esto un asalto nocturno? Eso es muy travieso ¿Qué voy a hacer? como siempre lo hacía.
 
 
Sin embargo, con el sonido del viento siendo cortado, algo impactó junto a Rentaro, haciéndolo detenerse de la sorpresa.
 
 
Girando su rostro poco a poco, encontró el eje de la flecha templando violentamente frente a su nariz.
 
 
Tensando la cuerda que estaba a punto de romperse, Miori murmuró temblando.
 
 
—Escuché que estabas muerto... ¿Sabes lo preocupada que estaba?
 
 
Rentaro de inmediato se sintió avergonzado de su imprudencia. Después de todo, las noticias habían informado que Rentaro había muerto en el hotel de la plaza Magata.
 
 
A juzgar por su expresión sombría, podría ser que...
 
 
—Lo siento, hice que te preocuparas.
 
 
Los ojos de Miori parecían tristes.
 
 
—Satomi-chan... ¿Realmente lo mataste?
 
 
—¡No!
 
 
Rentaro lo negó todo apresuradamente sin poder hacer nada.
 
 
—Tal vez no me creas, pero fui inculpado… ¿Podrías darme tiempo para explicarlo?
 
 
Miori instó a Rentaro a que continuara. Por lo que, Rentarō narró los puntos principales y contó lo que había pasado hasta ahora brevemente. Eso incluía el asesinato desconcertante de su cliente, el mismo siendo arrestado, y luego escapando. También como alguien le estaba ayudando a desenmascarar el Proyecto del Cisne Negro.
 
 
Después de escucharlo, Miori hizo una expresión mucho más relajada.
 
 
—Lo sabía… no eres un asesino.
 
 
Con las manos en los bolsillos, Rentaro hizo mala cara antes de decir:
 
 
—Ni tienes que decirlo.
 
 
—Hey, ¿ya lo sabias…? Escuché que Kisara va a casarse pronto.
 
 
Rentaro sintió como si su cabeza fuera golpeada por un martillo.
 
 
¿Kisara-san va a casarse...?
 
 
—¿Con quién?
 
 
—Al parecer, con un policía llamado Hitsuma.
 
 
Ese tipo…
 
 
Rentaro al instante se sintió lleno de rabia, su visión se llenó de impotencia. Debí haber imaginado eso.
 
 
Rentaro había concluido en un principio que el enemigo había hecho que Enju cuya tasa de corrosión estaba aumentando rápidamente fuera llevada por la IISO, inculpado a Tina y obligado a que Seguridad Civil Tendo se disolviera debido al miedo hacia sus poderosas Iniciadoras, pero estaba totalmente equivocado.
 
 
—No recibí ninguna respuesta, no importa cuántas veces llamara o le envira un mensaje a Kisara. ¿Qué está pasando, Satomi-chan?
 
 
Imaginando a Hitsuma poniendo sus sucias manos en Kisara, Rentar sintió ganas de vomitar.
 
 
Bajando la cabeza, cerró los ojos. Su puño estaba temblando.
 
 
Kisara-san...
 
 
Te extraño tanto... Tengo muchas ganas de dejarlo todo y sólo ir corriendo a rescatar a Enju y Tina para sostenerlas en mis brazos, y después ir corriendo hacia donde estás para pedirte disculpas por las cosas malas que te dije. De que todo vuelva a ser como era…
 
 
—Yo…
 
 
—Ustedes dos parecen bastante ocupados…
 
 
Hotaru apareció espontáneamente en el techo. Bajando rápidamente, se acercó a Miori.
 
 
—¿Quién es ahora?
 
 
—Soy Koro Hotaru. Debido a ciertas razones, en este momento estoy actuando en conjunto con esa persona de allí.
 
 
Con una expresión como si no quisiera explicarlo, Hotaru miró hacia Rentaro.
 
 
—Nunca esperé que estuviera en la arquería.
 
 
—Hmph, encontré a Miori primero, así que no te atrevas a ponerle un dedo.
 
 
Hotaru levantó ambas manos y cerró los ojos, sacudiendo la cabeza con una mirada indefensa.
 
 
—¿Qué demonios ha pasado? ¿De verdad te estás moviendo en compañía de esa chica...?
 
 
Después de pensarlo en silencio por un tiempo, Rentaro volteó hacia Miori de nuevo.
 
 
—Miori, gracias por hablarme del matrimonio de Kisara-san. Sin embargo, no puedo intervenir ahora mismo.
 
 
Rentaro sacó un objeto del bolsillo de su cintura, y lo colocó frente a Miori. La parte superior del recipiente estaba llena de hielo seco con un orificio de ventilación al interior.
 
 
—Hay unas células Gastrea aquí dentro. Estoy seguro de que es una pista sobre el caso, así que espero que nos puedas prestar tu equipo para analizarlo.
 
 
Rentaro sostuvo el volante del Benz negro mientras su cuerpo se sentía incómodo, asegurado por el cinturón de seguridad. La tarea poco familiar de la conducción se sentía increíblemente tensa.
 
 
Recordando los procedimientos en la escuela de conducción, confirmó todo mientras pisaba el acelerador con movimientos poco naturales. Después de todo, era su primera vez conduciendo un auto tan caro, así que decirle que no se pusiera nervioso era imposible.
 
 
—¿Tu licencia de Seguridad Civil incluye una licencia de conducir?
 
 
Sentada en el asiento de al lado, Miori preguntó con un tono de voz estridente.
 
 
—No me hables. No seré responsable si ocurre un accidente.
 
 
De repente, asomando la cabeza desde el asiento de atrás, Hotaru explicó:
 
 
—Aparte de tanques y aviones de combate, a los Promotores se les permiten operar cualquier vehículo. Por otro lado, la licencia de una Iniciadora no ofrece ningún beneficio a parte de obtener el medicamento anticorrosivo.
 
 
—Oh, qué conveniente. Debo tomar el examen para obtener mi licencia también…
 
 
Mirando hacia adelante, Rentaro se burló.
 
 
—Como si una licencia de Seguridad Civil fuera tan fácil de obtener…
 
 
Habiéndose cambiado a un kimono, Miori agitó su abanico colocándolo sobre su boca.
 
 
—Oh, tengo la impresión de que ya que Satomi-chan aprobó el examen, no debería tener ningún problema en lo absoluto
 
 
—Hmm…
 
 
—Estoy de acuerdo. Si alguien como Rentaro puede obtener una licencia tan fácilmente, debe haber algún problema.
 
 
—¿Ustedes dos están tratando de comenzar una pelea?
 
 
—Oh, gira allí a la derecha.
 
 
Rentaro movió frenéticamente el volante siguiendo las instrucciones de Miori, dando la vuelta de forma precaria.
 
 
—Por cierto, ¿a dónde vamos?
 
 
—A la sede de Shiba Heavy Industries.
 
 
Viendo un semáforo en rojo, Rentaro desaceleró. Comprobando el espejo retrovisor como cuestión de hábito, revisó si los estaban siguiendo.
 
 
Cuando salieron de la residencia Shiba con el fin de distraer al detective estacionado en la puerta, le pidieron al chofer de Miori que fuera hasta la escuela como distracción.
 
 
Después de confirmar que el detective había picado el anzuelo, Rentaro, Miori y Hotaru salieron del Benz. A pesar de haber hecho eso antes, era mejor no ser descuidado.
 
 
Rentaro agudamente comprobó el paisaje nocturno iluminado por las luces de neón. Mirando un reloj electrónico, notó eran casi las 22:00 hs.
 
 
Frente a las calles iluminadas, un edificio apareció, elevándose por encima de todos los demás.
 
 
Rentaro esperaba que todo el personal del edificio se hubiera ido a esta hora, pero muchas ventanas todavía estaban brillando. Era evidente que había personas trabajando horas extras.
 
 
Miori pareció haber leído la mente de Rentaro y murmuró: Hay personas trabajando en la empresa de mi familia las veinticuatro horas.
 
 
—¿Todo el edificio es propiedad de Shiba Heavy Industries?
 
 
—Sí.
 
 
—Parece que les va bien…
 
 
Rentaro planeaba hacer un comentario sarcástico, pero Miori simplemente acercó el abanico a sus labios y sonrió:
 
 
—De hecho, las armas que vende la empresa de mi familia son muy rentable y lo seguirán siendo. Después de todo, el mundo actual está lleno de peligros.
 
 
—¿No sienten nada vendiendo todas esas armas para asesinar?
 
 
—También vendemos equipo antibalas y vehículos blindados para resistir esas armas.
 
 
Ese tipo de comportamiento es igual que actuar y señalar los mismos actos directamente… Rentaro reprimió sus pensamientos antes de que fuera a decir algo problemático.
 
 
Después de todo, ¿qué era exactamente él?
 
 
Llevaba un arma de fuego en nombre de erradicar a los Gastrea e incluso mantenía cartuchos explosivos en sus ropas, Rentaro era una creación tabú rechazada por el mundo.
 
 
El coche se detuvo frente a Shiba Heavy Industries. Rentarō vio una estructura parecida a una estación de vigilancia.
 
 
Al detenerse allí, un guardia frunció el ceño debido al coche llegando a altas horas de la noche, entonces Miori bajó la ventanilla y saludó con una sonrisa. El guardia respondió «¡Disculpe! Siga inmediatamente». Manteniendo una postura erguida.
 
 
Poco a poco entraron en las instalaciones de Shiba Heavy Industries, Rentaro no pudo evitar cerrar su boca.
 
 
En la entrada frente al edificio principal, el personal de seguridad se asemejaba a algún tipo de equipo especial de asalto rodeando todo el lugar con un logo de Shiba Heavy Industries en su pecho.
 
 
Esa fuerza increíble era semejante a un ejército privado. Además, a juzgar por sus posturas, era evidente que cada uno de ellos era un veterano experimentado.
 
 
—La seguridad aquí es incluso más estricta que en tu casa.
 
 
Miori sonrió glamurosamente como si hubiera sido elogiada.
 
 
—Como mencione antes, el mundo actual está lleno de peligros. En caso de una emergencia, estas personas pueden sustituir a la policía y a las Seguridades Civiles, ayudando a suprimir incidentes Gastrea en la zona. Están equipados de pies a cabeza con equipos de Shiba y sirven como la mejor forma de publicitar nuestra empresa.
 
 
—Ya veo…
 
 
Rentar movió el volante mientras observaba a esas personas. Lo que parecían ser chalecos antibalas a primera vista, era en realidad la última generación de exoesqueletos de fuerza de Shiba Heavy Industries.
 
 
Aparte de proteger sus cuerpos, también podían aumentar la fuerza muscular al ciento ochenta por ciento, obteniendo excelentes resultados absorbiendo choques y en poder de penetración. Eran equipos elite de clase mundial.
 
 
Rentaro se había sentido mareado antes cuando contó el número de ceros en los precios del catálogo. Al parecer, este era el equipo estándar para una pareja de Seguridad Civil dentro de Shiba.
 
 
Miori miró a Rentaro con relucientes ojos llenos de curiosidad.
 
 
—Satomi-chan, probablemente puedas vencer a estas personas si vas en serio, ¿cierto?
 
 
Rentaro silenciosamente negó con la cabeza.
 
 
Si esas personas bien entrenadas con tal potencia de fuego atacaban todas a la vez, no había forma de que Rentaro pudiera mantenerlos a raya.
 
 
El coche llegó a la entrada del edificio principal. Miori bajó elegantemente. Por otro lado, Rentaro lo hizo después de ponerse las gafas de sol y guantes que le sugirió Hotaru.
 
 
El primer piso estaba completamente rodeado de cristal. Había muchos guardias aquí, por lo que el corazón de Rentaro comenzó a palpitar rápidamente.
 
 
Aunque Miori había accedido a ayudarlos, los empleados de su empresa familiar naturalmente no eran aliados de Rentaro.
 
 
Mientras sentía las miradas sorprendidas de los guardias observándolo, Rentarō no pudo evitar sentirse nervioso.
 
 
—¿Qué le trae por aquí tan tarde, señorita Miori?
 
 
—Hmm, algunas cosa que debo hacer. ¿Hay alguien utilizando el laboratorio en la tercera planta del sótano?
 
 
El hombre en la recepción escaneó la información de una terminal con sus gafas antes de responder:
 
 
—No, todos los empleados se han ido.
 
 
—¿Es así…? Entonces bajaré un rato. Además, ellos dos son amigos míos.
 
 
Continúen trabajando bien… Miori se despidió de manera muy glamorosa.
 
 
Rentaro sintió las miradas detrás de ellos cuando llegaron al ascensor y apretó el botón de la tercera planta del sótano. Sólo después de que las puertas del ascensor se cerraran, Rentaro suspiró el aliento que había estado conteniendo. Quitándose su disfraz preguntó:
 
 
—Probablemente no me han descubierto todavía, ¿cierto?
 
 
Miori hizo una expresión traviesa.
 
 
—Quién sabe. ¿No es muy extraño usar gafas de sol en la noche?
 
 
Hotaru miró hacia Miori:
 
 
—Miori-san, ¿no va a molestarse tu familia porque vinieras tan tarde en la noche?
 
 
—Oh, no puedo creer que la pequeña Hotaru me llame por mi nombre tan directamente.
 
 
Miori acercó su mano a su pecho como si estuviera orgullosa:
 
 
—Pero no necesitas preocuparte. A menudo hago esto para diseñar armas o cosas por el estilo.
 
 
La puerta del ascensor se abrió avisando que llegó a su destino. El lugar estaba oscuro y el aire acondicionado aparentemente estaba desconectado. Sin embargo, a juzgar por el ruido de sus pasos, el techo debía ser bastante alto.
 
 
-Bienvenido, Satomi-chan. Miori agitó su ID delante de un dispositivo electromagnético, causando que una luz brillante impactara los ojos de Rentaro sin previo aviso, causando que levantara la mano derecha para bloquear su rostro rápidamente.
 
 
Las luces se activaron, iluminando la parte más profunda de la habitación. Una vez que todo el lugar fue revelado por las luces, Rentarō se sorprendió por el tamaño del lugar.
 
 
El interior era casi como un laboratorio. Una habitación aislada por un cristal reforzado, llena de tubos de ensayo, vasos y otros dispositivos experimentales. Rentarō podía reconocer algunas cosas a la vista. En cuanto al objeto similar a una caja gigante, era probablemente un secuenciador de ADN o algo así.
 
 
Miori iluminó también el área de fabricación de armas para que Rentaro la viera. Se sentía como una fábrica, pero con una tecnología más limpia y avanzada que la mayoría de ellas.
 
 
—Satomi-chan, por favor, dame la muestra que quieres que analicé.
 
 
—Vas a manejar esto personalmente, ¿cierto?
 
 
Sacando el abanico de metal de su pecho, Miori lo abrió agitándolo con orgullo.
 
 
—¡Qué pregunta más tonta! No hay ningún equipo en este lugar que no sepa cómo usar.
 
 
Mientras la alababa en su corazón, Rentaro sacó el recipiente que poseía la muestra del tejido Gastrea y lo colocó en la mano de Miori.
 
 
—Cuento contigo.
 
 
—Déjame esto a mí.
 
 
Miori guiñó adorablemente.
 
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Viéndola alejarse, Rentaro murmuró de nuevo: Cuento contigo.
 
 
=== Parte 6 ===
 
 
—¿Qué dijiste?
 
 
Un abrigo salió volando. Los detectives alrededor miraban hacia aquella persona perplejos.
 
 
A pesar de eso, Shigetoku Tadashima presionó el teléfono con fuerza contra su oreja, completamente desinteresado por las miradas de las otras personas.
 
 
Al otro lado de la línea estaba su subordinado, Yoshikawa, hablando en un extraño tono de voz debido a su torpeza. Sonaba como si estuviera suplicándole a Tadashima.
 
 
—Lo siento, perdí a la heredera de Shiba Heavy Industries. Originalmente estaba en guardia en la entrada de su casa. Viendo la limosina usual en la que ella viajaba saliendo, la seguí. La limosina se detuvo en frente de la Preparatoria Magata donde ella estudia, pero no salió. Sólo después de mirar secretamente al interior del auto, noté que había sido engañado completamente… Entonces…
 
 
Tadashima se levantó sin esperar a que Yoshikawa finalizara. Agarrando el abrigo que había caído cerca, salió del lugar mientras se lo ponía.
 
 
Indudablemente era algo que Satomi Rentaro hizo. Aun así, ¿A dónde querría llevar a la hija de Shiba Heavy Industries? Al menos que supiera eso, incluso si buscaba azar…
 
 
—¡Espera un segundo…!
 
 
Escuchando un grito emocional detrás de él, Tadashima miró hacia atrás para ver a una joven mujer policía observándolo de forma enojada, moviéndose alrededor de él para bloquearle la salida.
 
 
—¿Has dormido últimamente? Al menos duerme un poco.
 
 
—¡El criminal no va a esperar que tome una siesta antes de entrar en acción!
 
 
—No vas a conseguir nada si esto continúa, ¿cierto? Sé cuidadoso con tu edad.
 
 
—¡¿Qué clase de detective seria si dejo que eso influya en mi trabajo?!
 
 
Siendo enfrentada por el furioso Tadashima, la mujer cedió el paso; entonces, recordando algo, Tadashima le hizo una pregunta antes de salir:
 
 
—Hey, recuerdo que el equipo que usa la policía proviene de Shiba Heavy Industries, ¿cierto?
 
 
La pregunta de Tadashima hizo que la mujer entrara en pánico. A pesar de eso, ella dijo «Si, así es» en respuesta mientras pensaba con su mano contra la frente.
 
 
—Aparte de proveernos armas, también hacen una parte del trabajo forense. Análisis balísticos y pruebas de ADN son parte de sus responsabilidades…
 
 
—¡Eso es…!
 
 
—¿Eh?
 
 
—Bien hecho, su localización es los cuarteles generales de Shiba Heavy Industries. Reúne a tantos como sea posible y envíalos allí. Yo iré primero.
 
Colocando sus manos en los hombros de la mujer para enfatizarle, Tadashima se dio la vuelta y salió de la estación de Policía Magata.
 
 
¿Por qué Satomi Rentaro y su cómplice atacan a personas que transportan Gastreas? Sin lugar a dudas, deben estar buscando un lugar para analizarlo.
 
Si se trataba de eso, su especulación de que estaba tratando de probar su inocencia ganaba credibilidad.
 
 
Girando la llave dentro de su auto, Tadashima pisó el acelerador.
 
 
 
 
 
 
 
Vertiendo un reactivo en una probeta de laboratorio, Miori comenzó a operar el aparato de análisis de forma hábil, una persona normal no podría de comprender lo mucho que había progresado en su tarea.
 
 
Sin poder ayudar, Rentaro caminó hacia las escaleras para revisar la situación de Shiba Heavy Industries.
 
 
Después de haber confirmado la ubicación de la escalera de emergencia, jaló la puerta metálica y subió los escalones oscuros. Mientras sus pies pisaban las baldosas de piedra, Rentaro dejó volar sus pensamientos.
 
 
Había sido atacado por Hummingbird.
 
 
El escondite que creía muy seguro había sido descubierto. Las capacidades de rastreo del enemigo eran bastante impresionantes.
 
 
Era muy posible que en este mismo momento, las garras del enemigo estuvieran acercándose a su espalda...
 
 
No seas tonto.
 
 
Para alejar a esa duda, Rentaro sacudió su cabeza y miró hacia el frente notando que había llegado a puerta hacia la planta baja.
 
 
Ir hacia los guardias sería malo. En el momento en que dio la vuelta para regresar, un ruido familiar le impidió continuar.
 
 
Ese ruido familiar era el sonido de disparos.
 
 
Presionó su oreja contra la salida de emergencia, sintiendo la textura fina de metal. Nuevamente se escucharon disparos de nuevo. Esta vez, estaba seguro que venía de las balas de pequeño calibre y alta velocidad de los rifles de asalto.
 
 
El tiroteo continuó ferozmente. Junto con lo que parecían gritos, el ruido ceso.
 
 
La mano de Rentaro estaba cubierta de sudor frío.
 
 
Silenciosamente, abrió un poco la puerta.
 
 
El fuerte olor a sangre que venia del otro lado lo hizo aterrorizarse.
 
 
Entonces, decidió abrir la puerta por completo
 
 
No pudo evitar exaltarse.
 
 
—¿Qué está pasando...?
 
 
En frente a donde estaba, un guardia de seguridad estaba sentado en el suelo con la cabeza colgando, su postura parecía como si estuviera tomando una siesta.
 
 
En realidad, su cuello había sido cortado por algo afilado. Con su cuello cortado, la sangre que salpicó produjo imágenes renacentistas de muy mal gusto.
 
 
Todos los muebles del edifico habían caído, con cadáveres sobre el suelo y marcas de balas por todas partes. Aparte de eso, los cadáveres parecían masacrados. Algunos tenían sus cuellos torcidos y rotos por la fuerza, mientras que otros tenían sus piernas dobladas en ángulos extraños. Algunos incluso tenían las extremidades cortadas.
 
 
Todas las luces del piso estaban destruidas a excepción de una pequeña lámpara iluminando la recepción. Entonces, el hombre que había recibido a Rentaro, estaba sentado de espaldas a él.
 
 
Mirando más fijamente, Rentaro notó un charco oscuro bajo la silla como si le hubieran exprimido toda la sangre.
 
 
Levantando su Beretta, giró la silla para mirarlo. Su cabeza estaba mirando hacia arriba escindida en posición vertical. Sus ojos parecían llenos de terror, congelados eternamente con esa expresión.
 
 
Sintiendo su pulso, Rentaro negó con la cabeza.
 
 
—¿Cómo pudo pasar esto...?
 
 
Las tropas de seguridad, que sumaban casi veinte, fueron completamente exterminadas.
 
 
Su garganta se secó. Finalmente, logrando controlar la tensión en su cuerpo, Rentaro trató desesperadamente de mantener la compostura.
 
 
Justo en ese momento, un grito vino desde lejos en medio del ruido de un rifle de asalto.
 
 
La terraza de Shiba Heavy Industries podría verse por el vidrio. Un único guardia estaba disparando su rifle hacia la nada de forma completamente automática. El chico había perdido cualquier rastro de razón.
 
 
—¡Hey!
 
 
Escuchando a Rentaro, el guardia gritó ¡Eeeeeeek! y apuntó el rifle hacia él.
 
 
Rentaro se escondió frenéticamente detrás del mostrador y tapo sus oídos. Fragmentos volaron por todas partes rápidamente. Una bala impactó en la última lámpara restante, inundando todo el lugar en una completa oscuridad.
 
 
—¡Espera! No soy un enemigo.
 
 
Rentaro alzó su mano arriba del mostrador para demostrar que no era hostil. Asegurándose de que era seguro, Rentaro asomó su cabeza.
 
 
El otro chico finalmente entendió el mensaje y corrió hacia él.
 
 
—¡A–Ayúdame!
 
 
—¿Qué pasó?
 
 
Sosteniendo su cabeza con ambas manos, el guardia de seguridad habló frenéticamente.
 
 
—No tengo idea. Mi amigo junto a mí de repente estaba suspendido en el aire y luego cortaron su cabeza. No puedo entender lo que pasó después.
 
 
—¿De qué estás hablando...?
 
 
—¡No me preguntes! ¡Quiero saberlo también!
 
 
En ese momento, el guardia de seguridad entró en pánico de nuevo, por lo que Rentaro puso su mano sobre el hombro del chico para tranquilizarlo.
 
 
Animándolo a hablar, Rentaro descubrió que sus colegas habían sido asesinados de forma extraña, siendo cortados por cuchillos o con sus cuellos rotos. Era como si un hombre invisible lo hiciera.
 
 
Esto sólo podía ser descrito como algo increíble. Si no fuera por la carnicería y los ríos de sangre frente a sus ojos, probablemente habría puesto en duda la cordura del guardia.
 
 
Sin duda, había sido hecho por la organización que los perseguía a él y a Hotaru.
 
 
Esas personas habían enviado a otra Parca.
 
 
Hummingbird, la persona que había sido enviada para matar a Hōbara Kenji, ya era historia.
 
 
Quedaban dos más.
 
 
El que mató a Ebihara Giichi seguramente fue Dark Stalker, especializado como francotirador, en otras palabras: Mitsugi Yuuga. Ese tipo aún no había aparecido, pero métodos tan violentos como romper los cuellos no eran su estilo.
 
 
El asesino de Takamura Saya aún era desconocido, así que el atacante aquí fácilmente podía ser esa persona.
 
 
—De todas formas, debo tomar a Miori y escapar de este edificio. Puedo salir por la puerta trasera, ¿cierto?
 
 
El guardia de seguridad hizo una mirada como si recordara la existencia de la puerta trasera. Sin mirar atrás, huyó hacia esa dirección.
 
 
—¡H–Hey, espera!
 
 
El guardia de seguridad gritó mientras miraba hacia Rentaro.
 
 
—¡Estoy escapando…! ¡¿Cómo podría estar en este infierno terrible?!
 
 
Pero al segundo siguiente, algo increíble ocurrió…
 
 
En el momento que escapaba, un cuchillo gigantesco apareció de la nada, insertándose en el exoesqueleto del chico. Con un sonido punzante, su cuerpo fue levantado.
 
 
—¡Gah... Ah...!
 
 
Vertiendo un reactivo en una probeta de laboratorio, Miori comenzó a operar el aparato de análisis de forma hábil, una persona normal no podría de comprender lo mucho que había progresado en su tarea.
 
 
Sin poder ayudar, Rentarō caminó hacia las escaleras para revisar la situación de Shiba Heavy Industries.
 
 
Después de haber confirmado la ubicación de la escalera de emergencia, jaló la puerta metálica y subió los escalones oscuros. Mientras sus pies pisaban las baldosas de piedra, Rentarō dejó volar sus pensamientos.
 
 
Había sido atacado por Hummingbird.
 
 
El escondite que creía muy seguro había sido descubierto. Las capacidades de rastreo del enemigo eran bastante impresionantes.
 
 
Era muy posible que en este mismo momento, las garras del enemigo estuvieran acercándose a su espalda...
 
 
No seas tonto.
 
 
Para alejar a esa duda, Rentarō sacudió su cabeza y miró hacia el frente notando que había llegado a puerta hacia la planta baja.
 
 
Ir hacia los guardias sería malo. En el momento en que dio la vuelta para regresar, un ruido familiar le impidió continuar.
 
 
Ese ruido familiar era el sonido de disparos.
 
 
Presionó su oreja contra la salida de emergencia, sintiendo la textura fina de metal. Nuevamente se escucharon disparos de nuevo. Esta vez, estaba seguro que venía de las balas de pequeño calibre y alta velocidad de los rifles de asalto.
 
 
El tiroteo continuó ferozmente. Junto con lo que parecían gritos, el ruido ceso.
 
 
La mano de Rentarō estaba cubierta de sudor frío.
 
 
Silenciosamente, abrió un poco la puerta.
 
 
El fuerte olor a sangre que venia del otro lado lo hizo aterrorizarse.
 
 
Entonces, decidió abrir la puerta por completo.
 
 
No pudo evitar exaltarse.
 
 
—¿Qué está pasando...?
 
 
En frente a donde estaba, un guardia de seguridad estaba sentado en el suelo con la cabeza colgando, su postura parecía como si estuviera tomando una siesta.
 
 
En realidad, su cuello había sido cortado por algo afilado. Con su cuello cortado, la sangre que salpicó produjo imágenes renacentistas de muy mal gusto.
 
 
Todos los muebles del edifico habían caído, con cadáveres sobre el suelo y marcas de balas por todas partes. Aparte de eso, los cadáveres parecían masacrados. Algunos tenían sus cuellos torcidos y rotos por la fuerza, mientras que otros tenían sus piernas dobladas en ángulos extraños. Algunos incluso tenían las extremidades cortadas.
 
 
Todas las luces del piso estaban destruidas a excepción de una pequeña lámpara iluminando la recepción. Entonces, el hombre que había recibido a Rentarō, estaba sentado de espaldas a él.
 
 
Mirando más fijamente, Rentarō notó un charco oscuro bajo la silla como si le hubieran exprimido toda la sangre.
 
 
Levantando su Beretta, Rentarō giró la silla para mirarlo. Su cabeza estaba mirando hacia arriba escindida en posición vertical. Sus ojos parecían llenos de terror, congelados eternamente con esa expresión.
 
 
Sintiendo su pulso, Rentarō negó con la cabeza.
 
 
—¿Cómo pudo pasar esto...?
 
 
Las tropas de seguridad, que sumaban casi veinte, fueron completamente exterminadas.
 
 
Su garganta se secó. Finalmente, logrando controlar la tensión en su cuerpo, Rentarō trató desesperadamente de mantener la compostura.
 
Justo en ese momento, un grito vino desde lejos en medio del ruido de un rifle de asalto.
 
 
La terraza de Shiba Heavy Industries podría verse por el vidrio. Un único guardia estaba disparando su rifle hacia la nada de forma completamente automática. El chico había perdido cualquier rastro de razón.
 
 
—¡Hey!
 
 
Escuchando a Rentarō, el guardia gritó «¡Eeeeeeek!» y apuntó el rifle hacia él.
 
 
Rentarō se escondió frenéticamente detrás del mostrador y tapo sus oídos. Fragmentos volaron por todas partes rápidamente. Una bala impactó en la última lámpara restante, inundando todo el lugar en una completa oscuridad.
 
 
—¡Espera! No soy un enemigo.
 
 
Rentarō alzó su mano arriba del mostrador para demostrar que no era hostil. Asegurándose de que era seguro, Rentarō asomó su cabeza.
 
El otro chico finalmente entendió el mensaje y corrió hacia él.
 
 
—¡A–Ayúdame!
 
 
—¿Qué pasó?
 
 
Sosteniendo su cabeza con ambas manos, el guardia de seguridad habló frenéticamente.
 
 
—No tengo idea. Mi amigo junto a mí de repente estaba suspendido en el aire y luego cortaron su cabeza. No puedo entender lo que pasó después.
 
 
—¿De qué estás hablando...?
 
 
—¡No me preguntes! ¡Quiero saberlo también!
 
 
En ese momento, el guardia de seguridad entró en pánico de nuevo, por lo que Rentarō puso su mano sobre el hombro del chico para tranquilizarlo.
 
Animándolo a hablar, Rentarō descubrió que sus colegas habían sido asesinados de forma extraña, siendo cortados por cuchillos o con sus cuellos rotos.
 
 
Era como si un hombre invisible lo hiciera.
 
 
Esto sólo podía ser descrito como algo increíble. Si no fuera por la carnicería y los ríos de sangre frente a sus ojos, Rentarō probablemente habría puesto en duda la cordura del guardia.
 
 
Sin duda, había sido hecho por la organización que los perseguía a él y a Hotaru.
 
 
Esas personas habían enviado a otra Parca.
 
 
Hummingbird, la persona que había sido enviada para matar a Hōbara Kenji, ya era historia.
 
 
Quedaban dos más.
 
 
El que mató a Ebihara Giichi seguramente fue Dark Stalker, especializado como francotirador, en otras palabras: Mitsugi Yuuga. Ese tipo aún no había aparecido, pero métodos tan violentos como romper los cuellos no eran su estilo.
 
 
El asesino de Takamura Saya aún era desconocido, así que el atacante aquí fácilmente podía ser esa persona.
 
 
—De todas formas, debo tomar a Miori y escapar de este edificio. Puedo salir por la puerta trasera, ¿cierto?
 
 
El guardia de seguridad hizo una mirada como si recordara la existencia de la puerta trasera. Sin mirar atrás, huyó hacia esa dirección.
 
 
—¡H–Hey, espera!
 
 
El guardia de seguridad gritó mientras miraba hacia Rentarō.
 
 
—¡Estoy escapando…! ¡¿Cómo podría estar en este infierno terrible?!
 
 
Pero al segundo siguiente, algo increíble ocurrió…
 
 
En el momento que escapaba, un cuchillo gigantesco apareció de la nada, insertándose en el exoesqueleto del chico. Con un sonido punzante, su cuerpo fue levantado.
 
 
—¡Gah... Ah...!
 
 
El fenómeno inexplicable dejó a Rentarō estupefacto. ¿Qué diablos está pasando?
 
 
Sólo había aire detrás del cuchillo. Como si actuase por su cuenta, el cuchillo se clavó en el pecho del guardia de seguridad.
 
 
—¡M–Monstruo…!
 
 
Suspendido en el aire, el guardia luchaba como loco mientras sus zapatos pateaban hacia delante. Justo en ese instante, algo brilló en el fondo.
 
 
Al igual que una imagen digital, el fondo se tambaleó. Una forma humana se manifestó borrosamente antes de desaparecer.
 
 
Alguien estaba allí. Como era de esperar, alguien sostenía el cuchillo que apuñaló al chico. Y ese alguien era muy alto y con un cuerpo musculoso.
 
 
¿Podría ser…?
 
 
Rentarō sólo conocía un tipo de tecnología que podía alcanzar ese tipo de logros.
 
 
—¿Camuflaje óptico...?
 
 
A pesar de que lo murmuró para sí mismo, Rentarō aún tenía dificultades para creerlo.
 
 
La capacidad de distorsionar la luz para evitar que algo fuera visto era la cúspide de la tecnología… Incluso con la tecnología de vanguardia, era imposible crear un «Hombre Invisible».
 
 
Notando que había presas intentando escapar por la puerta trasera, el enemigo se había vuelto transparente para acecharlas.
 
 
Este único hombre había acabado con todas las tropas de élite de Shiba Heavy Industries.
 
 
Suspendido en el aire, el guardia vomitó una gran cantidad de sangre antes de quedar inmóvil.
 
 
Al ver el cuerpo del guardia siendo lanzado a un lado, Rentarō sintió como si el hombre invisible mirara hacia él. Podía sentir el poderoso instinto asesino exudando del enemigo.
 
 
La respiración de Rentarō se aceleró. Permanecer aquí por más tiempo sería peligroso.
 
 
Levantando un rifle de asalto a sus pies, se colocó en posición de disparo. Usando su dedo pulgar para cambiar a modo automático, Rentarō abrió fuego.
 
 
Acompañada de un intenso fogonazo, la pared del corredor fue alcanzada por las balas, produciendo un gran ruido mientras era atravesada.
 
 
Las balas se agotaron en apenas dos segundos. No había sangre en el suelo. Las había desperdiciado.
 
 
Lanzando de forma instantánea el rifle a lo lejos, Rentarō comenzó a huir.
 
 
Intentó controlarse mientras regresaba por las escaleras de donde vino.
 
 
Abriendo la puerta del tercer piso del sótano de golpe, se encontró con Hotaru y Miori mientras le devolvían la mirada con un pedazo de papel en sus manos.
 
 
—Satomi-chan, los resultados del análisis de la muestra de células Gastrea están listos.
 
 
—Olvídate de eso por ahora. El enemigo está aquí. Es alguien problemático.
 
 
Los ojos de Hotaru se estrecharon al instante:
 
 
—¿Dónde?
 
 
—No estoy seguro… Pero de todas formas, quedarnos aquí sería muy peligroso.
 
 
Rentarō luego volteó hacia Miori: —Miori, las instalaciones de entrenamiento VR1 todavía están en el quinto piso del sótano, ¿no? Préstamelas un momento. Virtual Reality.
 
 
—¿Instalaciones de entrenamiento VR?
 
 
La pregunta de Hotaru causó que Rentarō se detuviera.
 
 
—Sí. Es un espacio en forma de cubo gigantesco que puede simular cualquier tipo de paisaje virtual. Voy a enfrentar al enemigo allí.
 
 
Hotaru asintió ligeramente, pareció entender con la explicación simple de Rentarō.
 
 
Rentarō miró a Miori de nuevo.
 
 
—El enemigo nos está apuntando a nosotros, así que… ¿por qué no vas a la otra habitación para ayudarnos a controlar las instalaciones VR? Asegúrate de cerrar la puerta por completo para evitar a los intrusos.
 
 
—Entendido. El resultado del análisis y las explicaciones están en la hoja de papel. Voy a entregárselo a Hotaru para que pueda explicártelo luego.
 
 
—Sí.
 
 
Rentarō pulsó el botón del ascensor e instó a Miori a que entrara.
 
 
—No te atrevas a morir, Satomi-chan.
 
 
—Me parece que ya morí una vez, así que no hay forma de que experimente eso de nuevo.
 
 
Rentarō asintió mostrándole su gratitud y determinación. Las puertas del ascensor se cerraron.
 
 
—Vamos, Hotaru.
 
 
Mirando hacia el suelo mientras hablaba, Rentarō se apresuró a bajar las escaleras, tres pasos a la vez, mirando rápidamente hacia el quinto piso del sótano antes de entrar en él.
 
 
Después de haber tomado prestados dos rifles de asalto de Shiba Heavy Industries del sótano, Rentarō le arrojó uno de ellos a Hotaru.
 
Abriendo la puerta principal, estaba equipada con un lector de tarjetas. A pesar de que ya se lo esperaba, Rentarō tuvo que levantar sus manos ante la luz cegadora.
 
 
Dentro había un espacio de un blanco tan puro que era imposible diferenciar entre el suelo y el piso. No se podía encontrar una solo rastro de polvo en este espacio vacío.
 
 
Trascendiendo la realidad, este espacio estaba lleno de un fuerte sentido surrealista. Todos los que fueran testigo de esto por primera vez, probablemente quedarían sin palabras.
 
 
Después de haber dado un paso para confirmar el suelo, Rentarō saludó a Hotaru, quien se había detenido estupefacta.
 
 
Justo en ese momento, una distorsión apareció en este espacio blanco puro. Después de que todo girara momentáneamente, el paisaje ante sus ojos inmediatamente cambió, sólo para convertirse en lo opuesto.
 
 
Muy oscuro. El polvo llenaba el aire rancio y húmedo. Clavadas con tablas de madera, las ventanas no dejaban entrar ningún signo de luz. Podía sentirse un olor a moho y madera podrida. El lugar probablemente era algún sitio abandonado.
 
 
Dentro del espacio, Rentarō notó que el techo estaba muy alto. Era un almacén.
 
 
—¿Q–Qué es este lugar?
 
 
Hotaru estaba extremadamente inestable. Rentarō le explicó lo más calmadamente que pudo.
 
 
—Este nivel es llamado «Almacén». Eso es lo sorprendente de este lugar, puede cambiar instantáneamente a un lugar como este.
 
 
Que estuvieran en este nivel probablemente era el plan de Miori.
 
 
—¿Es virtual…?
 
 
Rentaro dejó a Hotaru sola mientras ella tocaba con cuidado una caja de madera. Sacando una linterna que de su bolsillo trasero, la encendió, iluminando de izquierda a derecha, revelando un gran número de cajones apilados en la oscuridad. Cubiertas de polvo grueso, las cajas parecían protestar silenciosamente contra alguien perturbándolas. La luz de Rentarō formo un anillo al interior de la instalación, inesperadamente profundo. Era más o menos tan extenso como una fábrica.
 
 
Colocando su rifle en la parte superior de una caja cercana, Rentarō sacó el bípode. Con la boca del cañón apuntando hacia la entrada por donde ambos entraron hace un momento, apuntó con la mira óptica.
 
 
Con instrucciones simples, Rentarō le enseñó a Hotaru cómo operar el rifle de asalto.
 
 
—Escucha con atención. El enemigo vendrá después de abrir esa puerta. Es alguien invisible debido a que usa camuflaje óptico. Tan pronto como se abra la puerta, abre fuego incluso si no ves el enemigo.
 
 
—Entendido.
 
 
Disminuyendo el alcance de la mira óptica, la vista de Rentarō tenía un punto rojo en el centro, moviéndose ligeramente junto a las vibraciones de la linterna en sus manos.
 
 
Un sonido metálico débil por fin se escuchó del otro lado de la puerta.
 
 
El corazón de Rentarō latía con fuerza.
 
 
Entrecerrando sus ojos ligeramente, colocó sus dedos en el gatillo. La puerta se abrió ligeramente.
 
 
—¡Hotaru!
 
 
Disparando de forma automática. La puerta se llenó de agujeros como una colmena. Los fogonazos y disparos continuaron sin parar.
 
Agotando todas las balas, Hotaru y Rentarō se detuvieron casi al mismo tiempo. Después de un breve silencio, una figura cayó detrás de interruptor de la puerta.
 
 
Rentarō le hizo un gesto a Hotaru mientras se acercaba al cuerpo y colocaba su mano sobre el arma en su cintura.
 
 
Su figura era mucho más clara, tal vez porque el camuflaje óptico se había dañado o caído.
 
 
Pateando el cuerpo ligeramente, Rentarō confirmó que no respondiera antes de girar su cuerpo. En ese momento, se congelo debido al shock…
 
 
Volteando hacia atrás, Rentarō gritó:
 
 
—¡No es este, Hotaru! ¡El enemigo sigue vivo!
 
 
Vestido con una camisa, de alrededor de treinta y seis años de edad, el hombre era un guardia de seguridad que había perdido su vida antes.
 
El enemigo había arrojado el cadáver como cebo para que Rentarō le disparara.
 
 
—Finalmente me encuentro contigo, Nuevo Humano. Soy Sword Tail.
 
 
Rentarō escuchó una voz desde atrás.
 
 
Girando el torso para mirar hacia atrás, Rentarō vio el cuchillo balanceándose en el aire hacia él.
 
 
—Imposi—
 
 
El cuchillo apuñaló a Rentarō y le atravesó el corazón… En el momento en que esa imagen apareció por su mente, se escuchó un disparo. El cuchillo salió volando por la bala, deslizándose en el piso del almacén.
 
 
Venía de Hotaru.
 
 
Rentarō se agachó mientras Hotaru continuaba disparando repetidamente con sus dos pistolas.
 
 
La pared de la bodega fue agujereada. Pero en este tiempo muy corto, la figura del enemigo desapareció una vez más.
 
 
Mientras Rentarō sentía a Hotaru envolviendo sus brazos alrededor de su cintura, de inmediato sintió una aceleración intensa, como si hubiera sido el viento.
 
 
Decidiendo que sería peligroso quedarse allí, Hotaru había dado un gran salto.
 
 
—¡¿Cómo se supone que derrotemos a alguien así?!
 
 
—¡Sólo estoy comenzando a pensar en eso ahora!
 
 
Aterrizando en medio del almacén, Rentarō se situó espalda con espada con Hotaru y le gritó a la oscuridad desconocida.
 
 
—¿Eres el asesino de Takamura Saya? ¡Bastardo…!
 
 
—Ho, sigues vivo a pesar de saber tanto. Ya veo porque la organización quiere encontrarte tan desesperadamente…
 
 
La voz resonó por todo el almacén, siendo difícil determinar la fuente.
 
 
Rentarō habló mientras organizaba desesperadamente la información de su oponente dentro de su mente.
 
 
El enemigo era invisible, pero el cuchillo podía ser visto por el ojo desnudo.
 
 
Eso significaba que el enemigo estaba usando algo así como una capa de camuflaje, sólo exponiendo su mano cuando estaba dispuesto a atacar.
 
 
Pero borrar sus huellas y respiración no debía ser posible. Suponiendo que el enemigo no poseyera otra arma a corta distancia aparte del cuchillo, sería posible averiguar su ubicación en base a los signos de su presencia. Pero si tenía algo como una pistola, la situación seria completamente diferente.
 
 
Una vez dicho esto, ese tipo Sword Tail era en realidad...
 
 
—Debes estar pensando en esto, ¿cierto? ¿Cómo es posible que pueda esparcir mi camuflaje óptico a todo el cuerpo?
 
 
— …
 
 
—Así como Dark Stalker replicó los ojos de Varanium modelo veintiuno de Sumire y Hummingbird con el Shenfield de Ayn Rand, yo herede la inyección de poder Mariott de los soldados mecanizados. Mi piel está compuesta por nano metales, permitiéndome reflejar la luz a voluntad. Este fue el último modelo para los soldados mecanizados desarrollado por Arthur Zanuck después de superar muchos obstáculos.
 
 
—¡¿Qué?!
 
 
Arthur Zanuck… Rentarō había escuchado ese nombre antes. Al igual que Sumire, era uno de los Cuatro Sabios.
 
 
¿Qué demonios está pasando? ¿Podría ser que el que está escondido detrás del Nuevo Plan de Creación Humana sea…?
 
 
Dentro del laberinto desordenado de los objetos en el almacén, Rentarō miró a su alrededor cautelosamente, buscando rastros de su enemigo. El almacén estaba completamente tranquilo a pesar de la posibilidad de que la batalla comenzara en cualquier momento. Rentarō no podía sentir ninguna presencia.
 
 
Todos los bellos de su piel estaban completamente erizados, afilados como radares, negándose a perder el ruido de incluso un alfiler cayendo al suelo.
 
 
—Es inútil.
 
 
La presencia del enemigo apareció de repente detrás de él, haciéndole sentir la piel de gallina a Rentarō.
 
 
Apareciendo de repente de la nada, el asesino apuntó su arma directamente hacia Rentarō.
 
 
Rentarō se movió reflexivamente y desvió el arma lejos de su rostro justo antes de que el enemigo apretara el gatillo. Con un disparo ensordecedor, la bala pasó silbando junto a su rostro, dejando una sensación de ardor.
 
 
Golpeando el suelo, rodando antes de levantarse rápidamente, Rentarō trató de apuntar su arma al enemigo que había disparado contra él. Pero su oponente ya había desaparecido.
 
 
—Si has investigado sobre mí, ¿no deberías entenderlo ahora?
 
 
Llena de compasión, una voz llegó a los oídos de Rentarō de nuevo, envolviéndolo en un frío terror.
 
Recreando la escena nuevamente, el cañón estaba apuntando ahora a su espalda.
 
 
—No puedes derrotarme, sin importar cuántas veces lo intentes.
 
 
Pero justo en ese momento, Hotaru corrió más rápido de lo que el ojo podía seguir.
 
 
—¡Ooooh!
 
 
Rentarō miró hacia atrás para ver a Hotaru sosteniendo hábilmente el brazo del hombre, usando toda su fuerza corporal, torció el brazo sosteniendo la pistola del hombre.
 
 
Al parecer, el camuflaje era débil contra las fuerzas externas, ya que de inmediato se desvaneció, revelando a un hombre excepcionalmente grande usando un abrigo.
 
 
Rentarō incluso podía sentir la tensión en las fibras musculares del brazo del hombre.
 
 
—¡Este chico…!
 
 
Sin embargo, el enemigo no se quedaba atrás tampoco. Aunque su brazo con la pistola estaba restringido, utilizó un movimiento que obligó a su cuerpo a girar alrededor de su brazo y golpeó a Hotaru. La espalda de Hotaru se estrelló con fuerza contra el suelo mientras Sword Tail apuntaba su pistola hacia ella.
 
 
Reconociendo la crisis, Rentarō corrió frenéticamente.
 
 
En el momento en que Rentarō corrió, tratando de proteger a Hotaru, dos disparos sonaron repetidamente. Sintiendo un dolor agudo en su espalda, Rentarō apretó los dientes y aguantó.
 
 
Debajo de él, Hotaru habló mientras sus ojos se veían vacilantes:
 
 
—¡Rentarō...! ¿Qué estás haciendo…?
 
 
Cayeron gotas de sangre en el rostro de Hotaru. Incrédula, sacudió la cabeza y le dijo:
 
 
—¡Idiota! Mi regeneración esta mejorada, esto es…
 
 
—¡Cállate!
 
 
Hotaru no pudo encontrar qué palabras decir.
 
 
—Esa actitud es lo que más odio de ti…
 
 
—¡Idiota! ¡Morirás!
 
 
Sword Tail continuó disparando, impactando la espalda de Rentarō cada vez.
 
 
—¡Gahhhhhhhhhhh!
 
 
Hotaru sacudió su cabeza con fuerza.
 
 
—¡Basta! Por favor, no hagas esto.
 
 
Lagrimas salían de sus ojos mientras murmuraba con voz débil.
 
 
—Por lo menos permíteme proteger la vida de mi pareja esta vez.
 
 
—Game Over, mocoso.
 
Escuchando la voz de Sword Tail desde atrás, Rentarō no podía pensar en una solución. Mientras esperaba la siguiente bala, Rentarō tensó todo su cuerpo.
 
 
Pero fue repentinamente golpeado y enviado a volar hacia un lado.
 
 
Se escuchó un disparo. La sangre brotó del pecho izquierdo de Hotaru, en otras palabras, su corazón.
 
 
Por un momento, Rentarō no pudo comprender lo que estaba pasando.
 
 
Hotaru murió. Tan pronto como comprendió la realidad, una oleada de emociones intensas invadió su cabeza.
 
 
—¡Bastardo!
 
 
No puedo dejar que se haga invisible de nuevo. Escupiendo sangre, Rentarō corrió tan fuerte como pudo y bajó su centro de gravedad.
 
De su pierna salió un proyectil, con el impulso producido levantando su pierna derecha.
 
 
Estilo de Artes Marciales Tendō, Tipo Uno, Número Catorce… —Zen Oculto, ¡Mysterious White Cave!
 
 
Ejecutando una patada media con su cuerpo inclinado, Rentarō impactó el pecho del hombre mientras este estaba sorprendido. Un golpe limpio.
 
 
El aire rodeándolos se sacudió. Utilizando el impulso, la pierna de Rentarō envió el cuerpo musculoso del hombre volando como una hoja muerta, golpeando con fuerza las cajas de madera. El polvo se arremolinó alrededor mientras el enemigo quedó tirado sobre las cajas sin moverse.
 
 
—¡Guh!
 
 
Rentarō escupió sangre. La cantidad de sangre en el suelo era muy aterradora.
 
 
El intenso retroceso por usar su pierna, hizo que las heridas de Rentarō se hicieran aún más grandes.
 
 
Pero aún podía moverse.
 
 
Sosteniendo su arma, caminó cuidadosamente hacia el almacén. En el interior del almacén, donde estaba la mayor cantidad de cajas de madera, todas fueron dispersadas por Sword Tail. Era muy difícil confirmar su cadáver.
 
 
Él no podía estar vivo después de eso.
 
 
Una técnica del Estilo de Artes Marciales Tendō combinada con su cartucho podía rivalizar con el poder de un motor a reacción. Era un poder destructivo que rivalizaba con el de un camión gigante impactando a una persona a toda velocidad.
 
 
Incluso podía decir que era increíble que el enemigo no fuera pulverizado por el ataque
 
 
Rentarō sintió un ardor en su garganta. Para evitar inhalar el polvo en el aire, cubrió su boca con la mano vacía.
 
 
Entonces, encontró el abrigo marrón de Sword Tail. Alrededor de la misma había un gran número de cajas, probablemente había sido enterrado por estas y sólo su espalda habría quedado expuesta.
 
 
Acercándose a él, Rentarō apretó el gatillo de su Beretta dos veces sin dudarlo. Era un «Disparo al cadáver» para evitar que el enemigo fingiera su muerte y lanzara un ataque sorpresa.
 
 
Las fibras de la capa fueron agujereadas, pero no hubo sangre. Rentarō sintió que algo no estaba bien.
 
 
Tocando el abrigo con la punta de su pie. Rentarō le dio la vuelta por completo
 
 
Para evitar que un ataque sorpresa lo golpeara, colocó su espalda detrás de una caja de madera cercana.
 
 
Comprobando lo que había debajo de la capa, vio una silueta humana, pero ningún signo de un cuerpo.
 
 
Sintiendo un fuerte instinto asesino a su lado repentinamente, Rentarō instantáneamente se echó hacia atrás, moviendo su barbilla. Un puño rozó su oreja como si fuera una roca. Habiendo torcido su cuerpo en esa posición, Rentarō no pudo evitar la patada acercándose a su vista a una velocidad alarmante.
 
 
El fuerte golpe en su abdomen fue más fuerte de lo esperado, enviándolo lejos, rebotando un par de veces antes de romper una caja de madera y rodar a un lado de una pared.
 
 
—¡Gah!
 
 
—Tus reflejos no son malos…
 
 
Desde el otro lado del almacén vino una voz tranquila.
 
 
Para el momento en que pudo enfocar su visión borrosa, el pie de Sword Tail estaba a un metro de él.
 
 
El enemigo también estaba herido. Tenía arañazos, la sangre teñía sus pantalones mientras sus hombros se movían hacia arriba y abajo con fuerza.
 
En el torso de Sword Tail había algo parecido a un triángulo al revés. Era una camisilla negra.
 
 
—Fallaste porque no tuviste cuidado y pensaste que estaba al mismo nivel que Hummingbird.
 
 
El arma de Sword Tail apuntó a la cabeza de Rentarō. La boquilla parecía un abismo sin fondo.
 
 
—Perdiste.
 
 
—Esa arrogancia es el motivo por el que perderás.
 
 
Notando de pronto una figura sentada en su hombro, Sword Tail se sorprendió demasiado.
 
 
—Tú… ¡¿Cómo diablos?!
 
 
Para evitar que Sword Tail reaccionara, Hotaru envolvió sus piernas alrededor de su cuello y luego usó sus manos libres para sacar las dos pistolas en la funda de su espalda.
 
 
—Voy a hacer que saborees una décima parte del dolor que Kihachi-san sintió.
 
 
Después de varios disparos y fogonazos repetidos, Rentarō sintió sangre caliente salpicando en su rostro.
 
 
Sin inmutarse mientras rugía como una bestia, Sword Tail trató de quitarse a Hotaru, por lo que Hotaru continuó disparando repetidamente, usando todas sus balas de 45 en él.
 
 
Sword Tail cayó de rodillas, con el cuerpo inclinado hacia adelante. Un ruido sordo se escuchó a los pies de Rentarō.
 
 
—¡Rentarō! ¿Estás bien?
 
 
Hotaru saltó sobre él para abrazarlo desde el cuello.
 
 
Aunque estaba tan mal herido que prácticamente no sentía su cuerpo, Rentarō asintió débilmente.
 
 
La pérdida de sangre hacía sus parpados pesados. Al verlo, Hotaru lo sacudió desesperadamente.
 
 
—¡Debes darte prisa y dejar que te traten!
 
 
Rentarō se levantó con su ayuda, levantando sus rodillas temblorosas con mucha dificultad. Hacía mucho frío. Debido a la pérdida excesiva de sangre, sentía como si el frío lo congelara.
 
 
Rentarō miró involuntariamente a Sword Tail. Lo que vio entonces… le hizo abrir los ojos.
 
 
El cuerpo del hombre musculoso había desaparecido de repente, dejando un rastro de sangre en el suelo. El rastro se extendía hasta la entrada de la habitación.
 
 
—Hotaru... ese tipo escapó...
 
 
—Eso no es posible… ¿cómo puede moverse con esas heridas?
 
 
—Parece que definitivamente puede.
 
 
Tanto el Nuevo Plan de Creación Humana como el Nuevo Plan de Creación Mundial, eran súper humanos absurdos. Lo más terrorífico de sustituir los órganos internos y huesos con Varanium era que las heridas críticas ya no eran críticas.
 
 
—De todas formas, vamos a perseguir a ese tipo cuando antes... No podemos dejar que se vaya con información sobre nosotros.
 
 
 
 
 
 
 
 
Sword Tail, cuyo nombre real era Katake Juugo, caminó hacia el baño, apoyándose contra la pared, invadiendo la ducha de forma que casi rasga la cortina.
 
 
Ajustando el agua a 36° para facilitar el lavado de su sangre, vertió agua tibia sobre su cabeza.
 
 
¿Cómo es posible que algo como eso pudiera suceder? Es totalmente absurdo...
 
 
Murmurando erráticamente, Juugo se aferró desesperadamente a su conciencia.
 
 
Sus nano-músculos elásticos —a base de nanotubos de carbono— y sus vertebras autoreparadoras de una aleación de Varanium, habían bloqueado todas las balas y comprimido los vasos sanguíneos para evitar una mayor pérdida de sangre. En su cuerpo estaban instalados unos transistores para medir sus funciones vitales.
 
 
Aun así, las balas fueron disparadas a tan corta distancia y tan rápidamente que causaron un daño en el cuerpo de Juugo que no podía ser ignorado.
 
Sólo después de lavar las manchas de sangre y confirmar que las funciones del camuflaje óptico se habían recuperado completamente, Juugo retomó su fuga.
 
 
Tomando el ascensor, dio un paso sobre el cadáver de un guardia de seguridad en la planta baja para salir del edificio. Después de salir del aire acondicionado, fue recibido por el calor húmedo y caliente.
 
 
Recordando lo que había pasado hace un momento, se llenó de ira: Como un verdadero soldado del Nuevo Plan de Creación Mundial, ¿cómo pude perder contra un modelo más antiguo? ¿Por qué fui inferior a ese tipo...?
 
 
—Parece que terminaste en muy mal estado.
 
 
—¡¿Quién está ahí?!
 
 
Estaba en la terraza de Shiba Heavy Industries.
 
 
En el césped bien cortado, un joven que estaba escondido bajo un árbol se acercó a él.
 
 
El joven salió lentamente de la oscuridad. Al reconocer la figura del hombre cuya silueta estaba bañada por la luna, Juugo quedó sorprendido.
 
 
Vistiendo el uniforme de la preparatoria Nukagari como disfraz, el joven estaba sonriendo.
 
 
—¡¿Dark Stalker?!
 
 
¿Por qué estás aquí…? Esa duda apareció en la mente de Juugo, pero en ese momento, lo único que podía hacer era sorprenderse por este giro fortuito de acontecimientos.
 
 
—Llegaste en el momento adecuado. Estaba a punto de decirle algo a Hitsuma a través de Nido. Justo ahora, asesiné a Kōro Hotaru, pero ella luego resucitó. Parece que su cuerpo posee genes Gastrea de supervivencia extrema.
 
 
—Debió haber sido duro para ti.
 
 
Juugo no sabía si Dark Stalker realmente entendía la gravedad de la situación, pero su tono de voz era muy indiferente y despreocupado. Juugo no pudo evitar impacientarse.
 
 
—¡¿Por qué continuamos aquí?! El enemigo está acercándose, vamos a escapar antes.
 
 
—Lo siento, pero no puedo hacerlo…
 
 
—¿Qué?
 
 
—A pesar de que estoy ignorando el procedimiento habitual, voy a ejecutarte aquí mismo. Fallar no significa nada más que la muerte.
 
Incapaz de comprender lo que estaba escuchando por un momento, Juugo se quedó congelado en su sitio por un momento.
 
 
—¿Qué broma de mal gusto es esa?
 
 
—Lamentablemente no es una broma. Perdiste. Por lo tanto, la organización decidió abandonarte.
 
 
—¡No he perdido!
 
 
—Eres el único que piensa eso.
 
 
¿Así que la organización en realidad quería...?
 
 
—E–Espera. Dame otra oportunidad.
 
 
—No será necesario.
 
 
Yuuga movió su cabello con sus dedos y se burló de él maliciosamente:
 
 
—¿Es realmente tan increíble que tu final sea que mueras ejecutado?
 
 
Por supuesto, Juugo se negaba a creerlo. Él le había ofrecido todo a la organización. ¿Por qué estaba siendo tratado de esa forma?
 
 
—Bastardo. ¿De verdad crees que voy a aceptar ese castigo obedientemente?
 
 
Yuuga se encogió de hombros y dijo:
 
 
—Es por eso que me enviaron.
 
 
Sword Tail bajó su centro de gravedad silenciosamente preparándose para luchar.
 
 
—¡¿Cómo puede suceder algo tan ridículo?! Vete al infierno. Le preguntaré directamente a Hitsuma. ¡Es imposible que la organización me abandone!
 
 
El dolor que estaba sintiendo desde hace un tiempo se desvaneció. La adrenalina invadió el cerebro de Juugo.
 
 
Comprobó sus piernas. Aunque sus órganos internos estaban dañados, sólo era lo que quedaba del cuerpo de Juugo, es decir, menos de un cincuenta por ciento. El resto estaba hecho de tecnología de vanguardia en lugar de ser un producto de la naturaleza.
 
 
Juugo disminuyó la velocidad de su respiración y bajó la temperatura de su cuerpo, mirando a su oponente mientras daba un paso tranquilamente. El camuflaje óptico comenzó a hacer efecto, por lo que su figura se fundió por completo en el paisaje.
 
 
Juugo había escuchado de la habilidad de los ojos artificiales de su oponente. Precisamente porque poseía ese poder excepcional y se apoyaba de él por completo, era alguien fácil de eliminar.
 
 
Haciendo todo lo posible para colocarse de puntillas, Juugo intentó darse la vuelta. Dark Stalker siguió mirando hacia la dirección donde Juugo estaba antes. Sacando un cuchillo preparado en secreto, era como un carnívoro depredador emboscando a su presa, acercándose a la derecha de Dark Stalker sin apenas hacer ruido. Giró el arma horizontalmente para lanzar un golpe.
 
 
Era un ataque con toda su fuerza que Juugo había usado innumerables veces antes en operaciones de asesinato. En el momento en que sintiera el ataque, ya no tendría la cabeza sobre su cuerpo.
 
 
La cabeza de Dark Stalker que volaría en un instante, desvaneció las expectativas de Juugo. Sin siquiera mirarlo, Dark Stalker levantó su mano derecha.
 
 
Cuando el cuchillo se puso en contacto con su mano derecha, se sintió inmediatamente el sonido del metal chocando. Entonces, por alguna razón desconocida, el punto de vista de Juugo fue sacudido violentamente, como si hubiera sido electrocutado y su camuflaje óptico hubiera perdido efecto.
 
 
Juugo saltó hacia atrás por reflejo para recuperar su campo de visión, notando que el cuchillo de acero inoxidable había sido destruido hasta la empuñadura.
 
 
La vista increíble lo hizo temblar mientras el resto del cuchillo caía de su mano.
 
 
—¡Imposible…!
 
 
—¿Cómo es posible…? Nunca esperé que te atrevieras a atacarme a pesar de nuestra diferencia de poder. Déjame ser franco. Un miserable camuflaje óptico como ese es completamente inútil contra mí.
 
 
Viendo a Juugo congelado en su posición por el shock, Dark Stalker sonrió con lástima, encogiéndose de hombros y extendiendo sus manos:
 
 
—Ese truco de invisibilidad tuyo se llama Mariott. Definitivamente estoy impresionado, pero pierde sentido si llego a verte con mis ojos antes de que desaparezcas. Usando las funciones de cálculo de mis ojos artificiales, puedo predecir tu método de ataque por la forma en que tus músculos aplican fuerza. Incluso el lugar dónde vas a aparecer. Es como predecir el futuro. Todo lo que tenía que hacer era suprimir mis bostezos mientras esperaba el instante en que hicieras tu movimiento.
 
 
—¿Entonces por qué con simplemente tocar el cuchillo…?
 
 
Juugo miró la hoja de su cuchillo que se había destrozado. En ese momento, notó algo.
 
 
Había escuchado que Dark Stalker estaba equipado con otro nuevo tipo de tecnología militar.
 
 
—¿Podría ser el dispositivo de vibración ultrasónica?
 
 
Para el momento en que Juugo gritó, Yuuga ya había golpeado su pecho, presionando su palma por encima del corazón de Yuuga para causar un ataque letal.
 
 
—Estás en lo correcto… Esta vez, voy a dejar que experimentes sus efectos directamente. El llamado progreso tecnológico, es capaz de hacer que la formación de los artistas marciales sea algo anticuado.
 
 
Antes de que Juugo tuviera incluso tiempo suficiente para arrepentirse, la palma de Yuuga emitió un pulso ultrasónico capaz de destruir su formación celular. —Este es mi segundo poder… Vario Orchestration.
 
 
Acompañado por el intenso dolor agitando sus órganos internos, el corazón de Juugo se rompió rápidamente. Sin siquiera con el tiempo para sentir remordimiento o desesperación, su conciencia fue enterrada en la oscuridad de la muerte.
 
 
Después de que escuchara un sonido que no sonaba para nada como un golpe de palma, Sword Tail vomitó una gran cantidad de sangre, formando un charco bajo sus pies.
 
 
Sword Tail se tambaleó vacilantemente. Después de mirar fijamente incrédulo, se desplomó, incapaz de colocarse de pie otra vez.
 
 
Saliendo del edificio de Shiba Heavy Industries para perseguir a Sword Tail, Rentarō fue testigo de dos soldados del Nuevo Plan de Creación Mundial tratando de matarse unos a otros.
 
 
No podía entender por qué estaban luchando, pero el resultado fue que Sword Tail fue derrotado de un solo movimiento.
 
 
Esa diferencia abrumadora de poder no podía ser justificada como un descuido momentáneo.
 
 
Una necrosis celular se produjo en el lugar en que impactó la palma de Yuuga. Podía verse la marca negra de una palma en el pecho de Sword Tail, quien yacía derrumbado bocarriba.
 
 
Idéntico al que había usado en el hotel contra Rentarō, resultó ser el ataque final de Yuuga como sospechaba.
 
 
Rentarō sintió un intenso escalofrío a lo largo de su columna vertebral, como si hubiera sido sumergido en hielo.
 
 
Sus uñas se incrustaron en su carne mientras apretaba sus puños con fuerza, obligándose a controlarse antes de caminar hacia Yuuga.
 
 
Separados por una distancia de diez metros, en la terraza de Shiba Heavy Industries, Satomi Rentarō y Mitsugi Yuuga se reunieron una vez más.
 
 
—Mitsugi… Yuuga…
 
 
Rentar habló lentamente con rabia. La primera vez que se vieron, derribó a Rentarō en el aire con una bala.
 
 
Rentaro tenía una fuerte sensación de que iba a luchar contra él nuevamente, pues no había olvidado lo que le hizo.
 
 
—Por fin nos encontramos de nuevo.
 
[[image:Black Bullet V6 Pg 121.png|thumb]]
 
 
Las comisuras de los labios de Yuuga mostraron una expresión de alegría mientras extendía sus brazos.
 
 
—A pesar de que ha pasado tiempo, nunca esperé que alguien del nivel de Sword Tail pudiera dejarte en un estado tan lamentable.
 
 
—Esto no es nada.
 
 
El cuerpo de Rentarō seguía temblando y su visión era inestable, pero la sangre que había manchado su uniforme ya no era muy visible.
 
 
Yuuga parecía sonreír con lastima.
 
 
—Después de luchar contra Sword Tail y ver por ti mismo sus capacidades, ya deberías entender de qué se trata el Nuevo Plan de Creación Mundial…
 
 
—El Nuevo Plan de Creación Mundial es la continuación del Nuevo Plan de Creación Humana, es decir, la segunda generación de soldados mecanizados.
 
 
Rentarō tomó aire antes de continuar:
 
 
—Estás utilizando una réplica del ojo artificial desarrollado por Sumire Muroto… Una de los Cuatro Sabios. Igualmente, Hummingbird utilizó una copia de la interfaz controlada por los pensamientos desarrollada por Ayn Rand mientras Sword Tail heredó los frutos de investigación de Arthur Zanuck. La Dra. Sumire me dijo antes que para crear las prótesis y los ojos se requieren todo tipo de conocimientos, por lo que un investigador mediocre ni siquiera sería capaz de entender las teorías básicas. Pensándolo de esa forma, sólo existe un hombre capaz de copiar esas tecnologías y replicarlas…
 
 
Yuuga inclinó su cabeza ligeramente:
 
 
—Pruébamelo…
 
 
Levantando su cabeza, Rentarō miró hacia Yuuga:
 
 
—El líder de ese proyecto es precisamente el último de los Cuatro Sabios… Albrecht Grunewald.
 
 
Como si estuviera haciendo un discurso en compañía de Rentarō, Yuuga extendió sus manos y anuncio en voz alta:
 
 
—Estás en lo cierto. ¡Además, nuestra organización se llama Five Wings Syndicate! Encantado de conocerte.
 
 
—¿Five Wings Syndicate...?
 
 
—Dale un vistazo a esto.
 
 
Yuuga alzó la manga de su chaqueta y la manga de su camisa debajo, exponiendo la cara interna de la piel de su codo y tríceps.
 
 
Viendo el patrón tallado allí, Rentarō se sorprendió.
 
 
—Una estrella de cinco puntas con alas...
 
 
Era la que había visto varias veces, pero Yuuga tenía cuatro alas con diseños complicados añadidas a las puntas. Sin embargo, dos de las alas habían sido tachadas, probablemente debido a que borrarlas era demasiado trabajo, por lo que las alas parecían los rayones que hace un niño cuando no está satisfecho con su dibujo.
 
 
—Dos de mis alas han sido arrancadas. Por eso caí al suelo, incapaz de volar…
 
 
—Creo que esa marca representa la jerarquía en el Five Wings Syndicate. El número de alas representa algo así como el rango de una persona, ¿no…?
 
 
—Ya que lo notaste, haces las cosas mucho más fáciles de explicar. Tal como dijiste, los que tienen cinco alas tienen la mayor autoridad, seguidos en secuencia por los que tienen cuatro alas, tres alas y dos alas. Aquellos con una sola ala son sólo creyentes comunes o esclavos y ganado. En algún lugar de Sword Tail debe haber dos alas.
 
 
Sintiendo la densa niebla envolviendo la verdad ligeramente, Rentarō dio cautelosamente un paso hacia adelante.
 
 
—Cuando visité el apartamento de la Dra. Surumi Ayame, alguien llamó al teléfono alterando su voz para avisarme que venía Hummingbird... Fuiste tú, ¿cierto?
 
 
En ese instante, el viento soplando desde abajo causó que el cabello de Rentarō, Yuuga y Hotaru se levantaran mientras las hojas de los arboles susurraban suavemente. La hierba en el césped también se balanceo ligeramente.
 
 
—Te equivocas…
 
 
—Deja de mentir. ¿Por qué? ¿Por qué actuaste en mi interés?
 
 
Con el silencio como respuesta por un tiempo, Yuuga finalmente suspiró resignado:
 
 
—Satomi-san, ¿alguna vez has llorado debido a la belleza de este mundo?
 
 
—¿Qué…?
 
 
—Nací completamente ciego de ambos ojos.
 
 
Incapaz de comprender la intención detrás de las palabras de Yuuga, Rentarō fue incapaz de responder por un instante.
 
 
-Debido a una enfermedad contraída durante el embarazo de mi madre. Sí, nací completamente ciego. Aunque no me siento especialmente triste por mi difícil situación, ya que no perdí mi vista después de mi desarrollo cognitivo. Los niños tienden a ser brutales e intolerantes. Después de comenzar la escuela primaria, a menudo se burlaban de mí, por lo que me llené de resentimiento. Quien me salvo en ese momento fue el doctor Grunewald, junto a su proyecto secreto de la segunda generación de soldados mecanizados. Ya debiste haber notado que mi modelo de ojos Varanium es algo diferente al tuyo. Incluso sin liberar su poder, puedo disfrutar de una visión normal.
 
 
Yuuga enderezó su cabeza ligeramente inclinada para mirar a Rentarō directamente. El bajo perfil en sus ojos había desaparecido remplazado por el ambiente de una pelea inminente.
 
 
—Después de convertirme en un soldado mecanizado, lloré por el bello paisaje de la primavera. Lloré por la luz del sol del verano entrando a mis ojos.
 
Lloré por la belleza del otoño, lloré por la belleza blanca del invierno. No necesito nada más. He decidido sacrificar todo por el profesor. Por eso, tengo que ser fuerte. Perdido en la intoxicación por mis sentimientos, alcancé con éxito el rango de «Cuatro alas», siendo así el subordinado favorito del profesor. Sin embargo…
 
 
Con cada vez más y más emociones, Yuuga detuvo de repente su monólogo, sonriendo con un ligero auto desprecio.
 
 
—Un solo fallo me hizo perder dos alas e incluso tener una marca de fracaso por parte del profesor, obligándome a unirme a las filas de estos asquerosos asesinos. Hace un momento, me preguntaste porque actuaba en tu interés. ¡No me hagas reír…! Eso no fue por tu bien. Simplemente no puedo soportar que seas llevado por marionetas de metal como Hummingbird o Sword Tail.
 
 
Sus ojos estaban llenos de odio, mirando fijamente a Rentarō como si se negara a comprenderlo.
 
 
—El profesor me dijo podía recuperar mis alas si te derroto. Con eso puedo pagar también mis deudas con el profesor.
 
 
Aunque Rentarō no había visto antes a Grunewald, a juzgar por el hecho de que marcó a Yuuga como un fracaso por un solo error y lo utilizaba a él como una carnada para redimirse, era imposible que Rentarō tuviera una buena imagen de él.
 
 
El antiguo maestro de Tina, Ayn Rand, no era muy diferente. Al parecer, aparte de Sumire, los llamados Cuatro Sabios eran personas que no tenían nada que ver con la moral y la conducta ética.
 
 
—¿Consideras a Grunewald una persona honesta a pesar de obligarte a hacer esos trabajos de asesinato despreciables?
 
 
—Lo que haga el profesor no es el punto aquí… Lo único que importa es si confío en él.
 
 
Yuuga le dio la espalda a Rentarō, entonces miró hacia atrás ligeramente.
 
 
—Voy a esperarte en el campo de batalla final…
 
 
Veremos quién sale vencedor entonces.
 
 
Diciendo eso, Yuuga abandonó la escena sin mirar atrás.
 
 
Rentarō miró hacia él hasta que estuvo seguro de que no iba a regresar. Sólo después de un tiempo, exhaló profundamente.
 
 
La visión de Rentarō se nubló de repente, por lo que Hotaru lo sostuvo en sus brazos.
 
 
Su cansancio era aparentemente obvio para todos.
 
 
—Rentarō, volvamos a nuestro escondite por ahora.
 
 
Justo en ese momento, las sirenas de policía se escucharon desde alguna parte. Muy probablemente, la policía se dirigía hacia acá en estos momentos.
 
 
El rostro de Hotaru era muy serio.
 
 
—Suena como si fueran un montón de ellos.
 
 
—Se siente como si la caballería llegara tarde.
 
 
Hotaru lo miró exasperada.
 
 
—Si aún tienes fuerzas para decir cosas estúpidas como esa, estoy segura de que no tienes ninguna objeción con una forma un poco ruda de escapar, ¿cierto?
 
 
—¿Una forma un poco ruda de escapar?
 
 
La cabeza de Hotaru se inclinó en un ángulo recto.
 
 
Siguiendo su mirada, Rentarō vio el techo del edificio de Shiba Heavy Industries.
 
 
—Nos alcanzaran rápidamente si escapamos por aquí. Vayamos a la parte superior de edificio y luego empecemos a saltar.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Las puertas del ascensor se abrieron con un sonido electrónico. Rentarō se colocó de pie apoyándose en las paredes del ascensor, saliendo con la ayuda de Hotaru.
 
 
De repente, un sonido como de un remolino se escuchó.
 
 
El techo estaba bien iluminado y equipado con un helipuerto. Las luces guía colocadas en las cuatro esquinas estaban parpadeando en rojo.
 
 
Rentarō movió su cabeza para mirar a su alrededor. Desde el helipuerto, podían verse los anuncios de neón rojos, amarillos y azules de las calles de abajo.
 
 
Las luces de los coches de policía estaban todas juntas debajo de ellos. Rentarō sintió una sensación de déjà vu.
 
 
Hotaru abrazó a Rentarō por los hombros. Sus palmas se sentían muy cálidas, dándole a Rentarō una mayor sensación de paz y comodidad que antes.
 
 
—Nos vamos. Sostente con fuerza.
 
 
Rentarō pensó en darle las gracias, pero sus músculos tiesos y fríos no le obedecían, por lo que le fue imposible hablar correctamente.
 
 
Justo en ese momento…
 
 
—¡Deténganse! Un movimiento en falso y voy a disparar.
 
 
Escuchando el sonido de la cámara de un revolver, Hotaru y Rentarō se detuvieron al instante.
 
 
—Los brazos en alto. Dense la vuelta lentamente. No demasiado rápido.
 
 
Para evitar provocarlo Rentarō no tuvo más remedio que levantar los brazos y darse la vuelta lentamente. Delante de él había un detective sosteniendo un revólver con ambas manos y una expresión sombría en su rostro.
 
 
En otras palabras, alguien a quien Rentarō no quería ver en esta situación.
 
 
—Inspector Tadashima...
 
 
Hotaru se preparó para atacar, pero Rentarō extendió su mano para detenerla y dio un paso hacia adelante.
 
 
El viento sofocante de la noche soplaba entre Rentarō y Tadashima. Aleteando, sus ropas golpeaban contra sus cuerpos.
 
 
—Parece que te gustan mucho los lugares altos, siempre apareces de esta forma en edificios o apartamentos de gran altura. Como un completo idiota.
 
 
Rentarō intentó mover su mandíbula inferior para comprobar que podía hablar.
 
 
—Vamos, Inspector.
 
 
—¡No puede ser! Soy un agente de la ley, tengo la obligación de cumplir la ley. La ley es la orden que le da luz a este mundo. Sin la ley, el mundo se sumiría en la oscuridad. Un mundo sin ley no puede llamarse una sociedad. Sólo sería un caos absoluto.
 
 
—¿Entonces puedes dejar la justicia a un lado?
 
 
—¿Te llamas a ti mismo del lado de la justicia? ¿Qué hay detrás de la conspiración en este incidente? ¿Cuánto sabes sobre eso?
 
 
—Se lo repetí muchas veces en el interrogatorio.
 
 
—¿Y qué? ¿Crees que los delirios que dijiste en tu testimonio pueden ser realidad? ¡Deja de engañarte!
 
 
—Las acciones del enemigo están destruyendo el orden del que hablas, y sin embargo estás ayudándolos. No puedes ignorarlos con sólo decir que es un engaño. Tu ignorancia es tu propia responsabilidad. Me voy.
 
 
—¿Crees que voy a dejarte ir sin una razón de esa forma?
 
 
—Hitsuma Atsurō es un espía acechando dentro de la policía.
 
 
—¡Mierda!
 
 
Tadashima negó con su cabeza, aparentemente angustiado.
 
 
—Imposible... ¡Tonterías...!
 
 
—Entonces, ¿por qué no me matas?
 
 
Hotaru miró a Rentarō preocupada.
 
 
—¡Espera, Rentarō...!
 
 
—No te entrometas, Hotaru. Espero que al menos este hombre pueda entender mis pensamientos.
 
 
Rentarō volteó hacia Tadashima de nuevo.
 
 
—Si piensas que está bien entonces dispárame con tu arma. Una vez arrestado, es como si estuviera condenado. No, probablemente muera en la cárcel. El enemigo definitivamente hará un movimiento.
 
 
—Imposible. Somos la policía. Como mínimo, podemos garantizar la seguridad del acusado.
 
 
—La policía es completamente inútil. Ese es el tipo de enemigo al que nos enfrentamos.
 
 
—...
 
 
—Tu reacción demuestra que conoces a Hitsuma Atsurō, ¿cierto? Si has pasado tiempo con él, debes haber notado que algo huele mal, ¿no?
 
Sin poder refutar a Rentarō, Tadashima tuvo en problemas para encontrar que decir. Su expresión, ligeramente decaída parecía representar la vergüenza de su corazón.
 
 
—Ya veo... Así que te pareció sospechoso, pero al final, decidiste obedecer las órdenes de arriba…
 
 
—...
 
 
Rentarō cerró los ojos y negó con la cabeza.
 
 
—¿Por qué simplemente no me disparas y reclamas una gran recompensa?
 
 
—Y–Yo...
 
 
Tadashima se sacudió violentamente. Agarrando su arma, su dedo índice fue incapaz de moverse, como si estuviera congelado. Su rostro estaba lleno de sudor frío.
 
 
—Si no vas a disparar, me voy.
 
 
Rentarō movió su barbilla haciéndole un gesto a Hotaru. Luego se apoyó en su hombro y se lanzaron hacia abajo.
 
 
—¡Ah! ¡Hey!
 
 
Tadashima corrió de prisa hacia el borde del edificio y miró hacia abajo. La figura del joven vestido de negro se había fundido en las calles. No había ningún rastro de él.
 
 
—¡.......!
 
Sin poder descargar su ira, Tadashima apretó el gatillo tres veces apuntando su arma hacia el aire. Tres disparos resonaron y se perdieron en el viento. Aun así, no pudo descargar la ira contenida en su corazón, por lo que arrojó el arma al suelo.
 
 
Cayendo de rodillas, Tadashima estrelló violentamente su puño contra el concreto, ignorando el dolor.
 
 
—¡¿Por qué?! ¿Por qué no fui capaz de dispararle justo ahora?
 
 
Tenía que disparar. Para demostrar que era un representante de la ley, en esas circunstancias, Shigetoku Tadashima debía disparar y matar a los delincuentes detestables simbolizando su condena.
 
 
Al final, Tadashima no pudo hacerlo.
 
 
En algún lugar en un rincón de su corazón, sospechaba de si Rentarō era el verdadero asesino o no. Las investigaciones secretas y furtivas de Hitsuma también le parecían sospechosas.
 
 
Sin embargo, este resultado declaraba que la Ley de Tadashima había perdido por completo.
 
 
La Ley de Shigetoku Tadashima había perdido contra la Justicia inexperta revelada por un joven Promotor.
 
 
—¡Jefe de Sección! ¡Ya estamos aquí!
 
 
Tadashima miró hacia atrás. Yoshikawa corría hacia el alarmado, probablemente debido a que escuchó los disparos.
 
 
Tadashima sintió que sus pensamientos se enfriaron al instante. Acariciando el polvo en sus rodillas y levantándose, caminó directamente hacia su subordinado.
 
   
—Voy a dejar la investigación por ahora. Hay cosas que debo aclarar antes. El superintendente Hitsuma llegara a la escena pronto, así que sólo tienes que seguir sus órdenes.
 
   
—¿Cómo sucedió esto? ¿Qué pasó jefe? ¡Jefe!
 
   
  +
''trabajando en ello...''
Los gritos detrás de él lo hicieron dudar, pero al final, dejó la escena sin mirar atrás.
 
   
Tenía que hacerlo. Porque sabía que al menos que eliminara la duda en su corazón, tendría muchas dificultades para seguir cumpliendo la labor justa de un oficial de policía.
 
   
  +
''trabajando en ello...''
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