Editing Maria-sama ga Miteru:Volumen1 Capitulo1 1

===<noinclude>Lunes de Inquietud. </noinclude>Parte 1.===

“Espera”

Era lunes

Bajo el pasaje de árboles ginko hay una bifurcación y, fue ahí donde Yumi escuchó la voz que le pedía aguardar.

Era una voz fría y penetrante, lo suficientemente fuerte como parecer una ilusión. Más aun debido a que sucedió frente a la figura de María-sama, por un instante ella creyó que era la misma Virgen quien le pedía esperar.

Si alguien te llama, primero debes responder “si” y después girar todo tu cuerpo. Aún si fuera inesperado, no debes actuar apresuradamente. Sobra decir que “girar solo tu rostro” es definitivamente una conducta impropia de una dama.

Debe ser lo más elegante y hermoso que sea posible. Todo en orden de acercarse un paso más a ser como las hermanas mayores.

Es por eso que tan pronto como gires y estés frente a tu compañía debes sonreír y decir “gokigenyou”

Desafortunadamente, Yumi fue incapaz de responder “gokigenyou”

“_ _ _”

Fue debido que al reconocer a quién la llamaba, se quedó sin habla.

La razón por la que no se sobresalto se debió a que se había decidido por completo a actuar como una estudiante de la Academia Lilian. Debía hacerlo, y en este preciso instante esa dedicación había dado frutos… Al menos es así como a ella le hubiera gustado que pasara; al contrario, su asombro fue tal que sus acciones se retrasaron tanto de su mente racional que la dejaron congelada en ese instante.

“Um… ¿Me habla a mi?”

Logrando descongelarse de alguna forma, Yumi logró formular la pregunta, incrédula. Por supuesto, Yumi ya había confirmado ser la única persona en contacto visual directo, además era la única persona con la quien era posible hablar. Aún así era difícil para Yumi creerlo.

“No te equivocas, yo soy quien llamó, y es a ti a quién llame”

“No te equivocas” dijo ella, aún así Yumi sentía el impulso de responder “por supuesto que hay un error” y después salir corriendo. No tenía la mínima idea de por qué la llamaban. Su mente se encontraba en un estado muy cercano al pánico. 

Ella mostró una fina sonrisa y caminó directamente hacia Yumi, ignorando por completo el estado en que ella se encontraba.

Debido a que cursaban diferentes grados, no había tenido oportunidad de ver su rostro tan de cerca. Esta era la primera vez que Yumi había escuchado su voz tan claramente.

Su cabello era largo y le llegaba hasta la cintura, brillaba tanto que te rogaba por preguntar qué clase de shampoo utilizaba. Estaba tan bien cuidado que era difícil imaginar tan siquiera una hebra en mal estado.

“Sujeta esto”

Ella le ofreció su bolso. Cuando Yumi, aún confusa lo tomó, ella puso ambas manos detrás del cuello de Yumi.

(¡¡Kya-!!)


Ignorando que sucedía, Yumi cerró sus ojos, bajó su mentón y se quedó completamente quieta.

“Tu pañuelo, estaba torcido”

"¿Qué?"

Cuando abrió sus ojos, aquel hermoso rostro aún se encontraba frente a ella. Aparentemente ella estaba arreglando el pañuelo de Yumi.

“Siempre debes cuidar tu apariencia personal. Después de todo María-sama nos ve”

Y con eso, aquella persona tomó de vuelta su bolso, dijo “gokigenyou” y se dirigió hacia el edificio de la escuela.

(Eso… Eso fue…)

Parada allí, dejada a un lado, la sangre lentamente regresó a su cabeza y Yumi comenzó a procesar lo que acababa de pasar.

No había duda de quién era ella

Segundo año, Ogasawara Sachiko-sama (小笠原祥子) Coincidentemente su nombre era el séptimo en la hoja de asistencia. Ella era conocida como “Rosa chinesis en bouton” 

Ella era el objeto del afecto de la academia, a tal punto que no podías evitar preguntarte si estaba bien decir su nombre, o si alguien de tan bajo estatus podía mencionarla.

(Eso…) 

Yumi estaba a punto de hervir de vergüenza.  

(¡Eso no es justo!)
Yumi quedó atontada por unos momentos

Acababa de intercambiar palabras con la onee-sama a la que aspiraba ese año. Aún así fue un episodio horriblemente embarazoso. Fue demasiado cruel.

(¡María-sama fue demasiado cruel!)

Cuando vio a la figura de María-sama con un poco de rencor, esta sostuvo su siempre modesta sonrisa y se mantuvo silenciosa en medio del pequeño jardín verde.