Difference between revisions of "Black Bullet:Volumen6 Capítulo4"

From Baka-Tsuki
Jump to navigation Jump to search
(Created page with "=== Parte 1 === Dentro de un sueño… El Edificio Feliz estaba teñido de rojo debido a la puesta del sol detrás de él. Subiendo las escaleras, pasó por la puerta m...")
 
Line 109: Line 109:
 
Levantando la mano, señaló hacia el exterior.
 
Levantando la mano, señaló hacia el exterior.
   
—Este lugar es muy caliente. ¿Quieres salir a tomar aire
+
—Este lugar es muy caliente. ¿Quieres salir a tomar aire?
   
   

Revision as of 03:25, 1 September 2015

Parte 1

Dentro de un sueño…

El Edificio Feliz estaba teñido de rojo debido a la puesta del sol detrás de él.

Subiendo las escaleras, pasó por la puerta marcada con las palabras Compañía de Seguridad Civil Tendō.

Tirada en el sofá estaba la ropa que Enju se había quitado. En el lavabo de la cocina había una gran cantidad de platos sucios.

El sofá en la recepción era el lugar favorito de Tina. Gobernada por sus instintos nocturnos, a menudo se acurrucaba allí, durmiendo como un gatito.

Mirando hacia el sofá, parecía que las arrugas causadas por su peso estaban todavía allí, pero Tina no estaba presente. Encima de la mesa de la recepción, había una tarea de matemáticas a medio hacer, además de una pila de polvo de borrador.

Se escuchaba el agua fluyendo. Atravesando la cocina, podía verse el lavaplatos desbordando. Los calcetines de Rentarō estaban empapados de agua fría.

A pesar de la fuerte impresión de que había personas viviendo aquí, no había nadie presente. Era casi como el incidente del Mary Celeste, donde el barco fue encontrado en el atlántico pero no había nadie allí.

Por alguna razón, todas las personas que Rentarō conocía ya no estaban.

Kisara se había ido. Enju y Tina estaban vivas o muertas. Los días del pasado se habían vuelto irrecuperables. La oficina se había convertido en una cáscara vacía. Videos de los momentos felices de Seguridad Civil Tendō pasaron por su mente como si estuvieran en un bucle, superponiéndose con la imagen actual de la compañía. Por desgracia, los actores de esos videos, se habían ido para siempre.

Un dolor indescriptible lo recorrió.

Rentarō sintió un remordimiento incomparable, arrodillándose para llorar con la cabeza entre sus manos. Un quejido brotó de su garganta como una rana siendo aplastada. Todo es mi culpa. Todo es porque no pude salvarlas.

De repente, escuchó que alguien lo llamaba. Era la voz de una chica. Lo llamaba desesperadamente.

Movió su cabeza para buscar a la dueña de esa voz. ¿Dónde está? ¿Desde qué dirección viene? Era una voz que no le pertenecía ni a Enju, ni a Tina ni a Kisara.

Sí, esa voz era…





El sueño en su mente fue cortado. La conciencia de Rentarō despertó lentamente.

La sensación contra su espalda se sentía muy dura, su cuerpo parecía tan pesado como el plomo. Su ropa estaba empapada de sudor. Tenía la garganta reseca.

La voz llamándolo no se detuvo. Rentarō parpadeó varias veces antes de poder forzar sus ojos a permanecer abiertos.

—¿Qué diablos...? Que ruidosa.

Rentarō se quejó débilmente, su visión borrosa fue enfocándose gradualmente. Quien sacudía su cuerpo mientras lo llamaba era Hotaru. Tenía los labios apretados con fuerza y los bordes de sus ojos estaban rojos. Rentarō se sintió muy sorprendido por lo que veía.

—¡Por lo menos responde de inmediato si todavía estás vivo!

—¿Este lugar es...?

Hotaru limpió las comisuras de sus ojos con una manga.

—la fábrica donde nos escondimos antes.

Sólo entonces, Rentarō reconoció el techo decrepito familiar.

Moviendo su cuello, sus nervios instantáneamente sintieron un dolor intenso. Ahora que lo pensaba, había bloqueado quien sabe cuántas balas con su espalda. Moviendo la cabeza para examinar lentamente su cuerpo, notó que su chaqueta y camisa habían sido retiradas y tenía vendas desde debajo de sus axilas hasta la parte inferior de su abdomen, haciéndole lucir como un viejo Samurái errante sin señor.

En cualquier caso, era evidentemente que había sobrevivido.

Para cuando Rentarō lo notó, Hotaru había vuelto a su comportamiento habitual. Haciendo Hmph, levantó los ojos con orgullo.

—Las balas han sido sacadas. No debe haber quedado ninguna pero no puedo garantizarlo.

En la bandeja de metal junto a ellos, podían verse pinzas y algodones manchados de sangre.

—Wow, no puedo creer que hayas sido capaz de extraer las balas.

—Me había tratado a mí misma en el pasado.

Casi sin entenderlo, Rentarō miró frenéticamente hacia ella.

—¿Así que te han disparado muchas veces?

—En efecto. ¿Y qué?

—Uh, eso no es algo menor...

Rentarō vaciló por un momento, preguntándose qué era lo mejor que podía decir, entonces notó los círculos oscuros bajo los ojos de Hotaru.

—¿No has dormido?

Parecía que Hotaru pensaba que era vergonzoso que los demás vieran sus ojeras, por lo que cubrió sus ojos con ambas manos. Sólo después de forzarse a sí misma a aceptar ese hecho, hincho su pecho con orgullo.

—De hecho, no dormí anoche. Gracias a un cierto tonto. Debes asumir la responsabilidad.

Rentarō sonrió irónicamente.

—Oye, ¿qué fue eso?

Hotaru murmuró repentinamente con una voz apenas audible:

—Hacerte daño para protegerme... ¿Por qué sigues haciendo algo tan estúpido? ¿No te he dicho que eres un cebo? Estoy usándote y tú puedes utilizarme a cambio. No voy a preocuparme por tu vida, y por el otro lado, puedes abandonarme en cualquier momento.

—Ya habías dicho eso...

Para evitar que el ambiente se hiciera demasiado pesado, Rentarō respondió casualmente. Escuchándolo, Hotaru miró hacia abajo y volteó su rostro como si estuviera de mal humor.

—Eres un idiota.

Un extraño silencio descendió. Aunque ninguno de ellos dijo una palabra, definitivamente no era un silencio incómodo.

Aunque Rentarō no odiaba este estado de ánimo, no podía mantenerlo indefinidamente. Todavía había un montón de problemas que debía resolver.

Levantando la mano, señaló hacia el exterior.

—Este lugar es muy caliente. ¿Quieres salir a tomar aire?



.............. ..............continuara