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Durante el descanso de clases, ellos habían estado juntos todo lo largo del día. Había ido de compras juntos. Aunque era natural que no quedaba las noches, ellos de todos tomaron una siesta lado a lado después de cenar hasta tarde de la noche cada día. En cuanto a vivir juntos casi constantemente, era mas que nada una cuestión de conveniencia. Sin embargo, el Ryuuji seguía emitiendo palabras sin direcciónk a la espalda de la Taiga quien estaba parada delante de él.
 
Durante el descanso de clases, ellos habían estado juntos todo lo largo del día. Había ido de compras juntos. Aunque era natural que no quedaba las noches, ellos de todos tomaron una siesta lado a lado después de cenar hasta tarde de la noche cada día. En cuanto a vivir juntos casi constantemente, era mas que nada una cuestión de conveniencia. Sin embargo, el Ryuuji seguía emitiendo palabras sin direcciónk a la espalda de la Taiga quien estaba parada delante de él.
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"¿Para qué vuelvas? ¿Tendrás algo que hacer? En todo caso, estabmos de vacaciones, ¿no? Entonces, ¿no está bien todavía?"
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Él hablaba tratando de demorarle por aunque sea un poquito mas de tiempo. Moviendo su cabello al lado como si fuera una molestia para ella, la Taiga le dió una mirada fría.
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"¿No eres tu la única persona quien está libre? Necesito lavarme la ropa ya. El clima está bien ya."
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"¿Lavandería? Es por solo apretar un botón, ¿no? La lavadora de ropa de tu casa también funciona como secadora, y es automática, entonces ¿porque estás diciendo que tienes que volver a casa?"
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"Che," La Taiga sonó su lengua, irritada, mirando enojada como si de veras quisiera matar la molestia que no quería sacarse de su camino.
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"Agh, ¡qué depresionante! ¿Qué en este mundo estás diciendo?! Si haya que quieres decir, entonces dilo ya!"
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Casi con dolor, el Ryuuji dijo de voz baja,
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"...¿Q, quieres ir a la restaurante familiar conmigo...?"
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"¡Eso otra vez?!"
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En un instante, la irritación de la Taiga se puso aun mas fuerte. Todavía, el Ryuuji no cedió por solo eso,
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"Está bien si solo estás haciendo así tanto, ¿no?! ¡No puedo ir solo! Solo hoy, dijiste que mi omelete de arroz frito era tan bueno que te hice uno, ¿no es así? Y encima, exactamente cuánto tiempo piensas que voy ayudarte con tus problemas constantes con el Kitamura? ¿Por qué no puedes ayudarme a mi un poco?! Eso sería bueno, ¿no?!"
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"Carambas, cállate ya! Simplemente cállate! ¡Deja!"
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"¿De qué?!"
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En medio de la discusión sin sentido, desde detrás de la puerta deslizante vino un “Oo, ooh” -- Sufriendo una resaca, la Yasuko dejó salir un gemido. Los dos se pusieron quietos al instante.
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"... Supongo que no se puede evitar. Seriamente me basta ya."
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La persona que se rindió por fin era la Taiga.
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"Tu estás pagando, ¿entiendes? Y cómprame una revista mas tarde. Estoy enferma de hablar contigo ya."
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Fingiendo escupir de malos modales con un sonido ‘pe’, o por lo menos parecía así, la Taiga habló su mente. No obstante, el Ryuuji señaló con su cabeza como un hombre, sin quejar. Si ella iba a acompañarle al restaurante, entonces este tipo de reembolso era un precio pequeño que pagar. Porque ese restaurante familiar era--
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Revision as of 20:46, 2 February 2010

Capítulo 1

Era el último día de una hilera casi una semana de largo de feriados conocía como la Semana Dorada,

"¿Estás libre, no?"

La hora era la una de la tarde.

"¿De veras? ¿Tienes un poco de tiempo libre, no?"

Como si fuera la buena clima afuera una mentira, la residencia Takasu estaba un poco sombrado. Aparentemente dentro del alcanze de un brazo mas allá de la ventana hacia el sur había la borde un apartamento cercano que era bastante mas alto, y por eso el sol brillante del comienzo del verano no pudo entrar adentro.

No obstante, el interior fue organizado metódicamente, cada esquina limpiada perfectamente, y a pesar de ser angosta, la habitación milagrosamente elegante duraba gracias a ser planificada inteligentemente. Ese espacio maravillosamente cómodo y fácil de usar existía gracias a las habilidades de un hijo único llamado Ryuuji, quien estaba ahora terminando almuerzo en la cocina con su espalda hacia la sala familiar.

"¿Estás escuchando?"

Nadie tomó el tiempo para aun contestar a las preguntas en su voz, ni aun con palabras de gratitud por su trabajo. Tomando un descando momentario de lavar los platos, el Ryuuji volteó y miraba directamente al montoncito blanco tirado en el suelo. Ese montoncito estaba echado en un desórden al lado de la mesa para comer, cabeza abajo con su barbilla sobre un cojín doblado y una cara confundida mientras metía su dedo a la pajarera que estaba cerca.

Picando con hambre a ese dedo como si fuera algo rico había un loro amarillo, Inko-chan. El hecho de que era feo era su encanto; el pico que le gustaba mantener abierto fue el color de concreto, y su lengua pequeña que lamía y metía afuera fue color café claro, como el color de res pudrido. También, los ojos eran blancos descolorados que aun ahora parecían al punto de la muerte. Y, como un pajaro incomprehensible a los humanos, sus párpados temblaban mientras él convulsaba en respuesta a unas agitaciones que parecían peligrosos. Según el dueño, la situación ya difícil había esetado empeorando.

"...Taiga. Deja eso. El Inko-chan se está volviendo loco."

"...Hm? De veras, tienes razón."

Por fin volteando, el montoncito blanco--o sea, la Aisaka Taiga, volteó y sacó su dedo de la pajarera. O por lo menos, así parecía.

"¿Eh? No lo puedo sacar."

...Tan torpe. Mirandole inclinar su cabeza, Ryuuji solo pudo dejar un suspiro.

"¿Qué pasa con eso, tu? No es tiempo de suspirar. Creo que de veras estoy atrapada."

Jalando su cuerpo pequeño para sentarse sobre la tapete tatami, la Taiga agarró la pajarera en una mano mientras trataba de sacar su dedo mientras gruñía de mal humor. El Inko-chan simplemente no le soltaba, mas bien se quedó agarrado valientemente del dedo de la Taiga's aun mas intensamente.

"Uwa...está usuando su lengua..."

Aun en la luz baja, el cabello de la chica estremecida, largo hasta la cintura, color castaño, hacía un contraste con el plomo alrededor. Llevaba un vestido de una sola pieza, cubierta de encaje, que cubrió ligeramente su figura delicada. Completando la apariencia con una sobrefalta blanca, el volumen elegante fue encantador--

"Oye, espere. ¿Para qué estás solamente mirando? Tu pájaro está portándose mal, entonces apúrate y haz algo, tu PE."

"P, E?"

"Perro estúpido. Lo dije de un modo mas suave que normal, entonces ¿por qué no muestres un poco de gratitud?"

Este aumento repentino de abuso verbal sacó su habilidad de aun hablar. Sin embargo, si no fuera por el lenguaje fuerte, la Taiga habría sido justo como una muñeca francesa viva.

En todo caso, sus ojos eran como joyas brillantes, sus labios pálidos eran como capullos de rosa silvestre, y su parecer bien ordenada era tan peligroso y tentadora como una entrampa pintado de leche condensada. Desafortunadamente, no había esperanza para ella,

"Agh, tan molestoso, gah!"

Con un sonido, la forma de la pajarera empezaba a torcer en su mano--Ella inevitablemente había nacido bajo la seña del tigre brutalmente violento. Su apodo era 'La Tigre de Bolsillo'...porque aunque era de poco tamaño, se podría comprar su ferocidad con la de una tigre.

Con eso dicho, no era como si el Ryuuji iba a perder en cuanto a parecer feroz. Él miraba severamente por las aberturas en su cabello que estaban en progreso de crecer. Tuvo un parecer hasta excesivamente peligroso, una mirada que desmintió de su personalidad. Aunque no había nada especial en cuanto a sus habilidades físicos, su aspecto salió como de increiblemente terrible, como lo de un jóven que podría volverse loco al ser superado por la negatividad.

Pero,

"N,n,n, no lo rompes! ¡No! ¡Con cuidado!"

En el caso del Ryuuji, solo parecía peligroso. Secando sus manos mientras fue para proteger el hábitat de su mascota de la tigre, se arrodilló al lado de la Taiga. Él trató de jalar a la pajarera, pero,

"Oh-ow-ouch!"

"Ah, lo siento."

El Ryuuji saltó hacia atras cuando la Taiga gritó con su dedo todavía atrapado. Probablemente sorprendido por el grito, junto con la estimulación ya presente, el Inko de repente mordió fuerta al punto del dedo de la Taiga.

"Eeeeeee~!"

Quizás por cuestión del dolor intenso, mientras soltaba aun mas gritos, logró sacar su dedo.

Así no mas, liberaron su dedo y quedaron desmayados en los tapetes tatami sin decir nada por varios segundos.

"...Eso dolió...Basta ya~...!"

Levantando su cabeza, la Taiga miró en la dirección de Inko-chan con ojos, aunque fueran un poco mojados por lágrimas, brillaban con el cuchillo filudo de un asesino. Quizás entendió la severidad de la situación.

"...Awawawa."

El Inko-chan miraba a la Taiga y se sacudió un poco e hizo un sonido. Con el estrés contenido a lo largo de su cuerpo, empezaba a dejar plumas en grandes paquetes. En su confusión, el Ryuuji abrazó la pajarera contra su pecho,

"Uwawa, Inko-chan se pone calbo, recógete, quédate tranquilo! Si te pongas mas feo, no sé si es que podremos vivor juntos ya, ¿sabes? No sé qué hará la Taiga ahora, entonces salgamos de acá.”

A la misma vez, la Taiga también se paró.

"Espere, ¿qué pasa con eso? No es como si me pondría seria en contra de algo como esa cosa Inko."

"Bueno, entonces, ¿por qué estabas haciéndote un puñete?"

"Es para que yo pueda darte tu castigo."

Mientras le forzaba hacia atrás hacia la pared, ella se agarró su puñete pequeño fuerte.

"¿Qué hice yo?!"

"Mi dedo! Duele, sabes!"

"¿Cómo pueda saber yo?!"

Persiguiéndole al Ryuuji, quien estaba huyendo mientras se agarraba de la pajarera, la Taiga dió una vuelta al cuarto cuando,

"Fugya~!"

Se cayó de cara, plana, sobre el tapete tatami. A través de la puerta corrediza parcialmente abierta, él pudo discernir algo blanco saliendo al suelo, de lo cual se tropezó la Taiga.

De lado, la naturaleza de aquella cosa blanca era,

"...¿Qué está es esto acá?"

Mientras sus ojos parecieron como su él hubiere vuelto loco y podría sacar un cuchillo, el Ryuuji bajo la pajarera y miró a lo que de veras era la pierna descubierta de su mamá. Para que sepan, el Ryuuji no se había enloquecido, sino que estaba confundido.

Con solo una pierna saliendo de su cuarto, que estaba separado por una reja delizante, la cabeza de la familia, Yasuko, había caido a un sueño profundo. Después de emboracharse sirviendo en Bishamontengoku, la única cantina de mozas donde ella trabajaba, ella había vuelto para las seis de la mañana.

"Ah, ¿salimos despertándole?"

La Taiga, a pesar de ser tres veces afligida por egoísmo, una naturaleza torcida, y la vanidad, de todos modos mostraba buenos modales, cortésmente preguntando en voz bajada desde su posición en el suelo.

"Nah, todavía duerme."

Porsupuesto, el Ryuuji también bajó la voz, y agarrando de la pierna saliente, empezaba a empujarle de vuelto a su cuarto.

Como resultado,

"Mm…Hm, hua~…"

Toradora vol02 019.jpg

Una voz coqueta y un poco nasal. Entonces,

"…Waaah!"

"Ah, ¿qué está mal?, ¿qué está mal?"

La dueña de esa pierna de repente comenzó a llorar. Vestida en los pantalones de gymnasia anteriores de su hijo, y una camiseta delgada suficiente que se veía su sostén de encaje negra, ella luchó, tirando sus piernas y brazos y sobando la superficie blanca del futón con la espalda de su mano.

A pesar de su portamiento patético, ella de veras tenía 33 años, una mujer quien jactaba de tener un busto necesitando una copa 'F'.

"Hue, huello omeletes de arroz frito~! El Ryuu-chan y la Taiga-chan se lo comieron solitos mientras durmía la Ya-chan! Waah~!"

"No seas ridícula; aseguré de guardar un poco para ti. Está envuelto para ti en la cocina, Lo pondré en la refrigeradora por ahora para que pudas ponerlo en la microondas y comerlo cuando te despiertes."

"...¿Escribirás ‘YASUCO’ sobre ello con salsa de tomate?"

"No estoy escribiendo nada. Solo se malogrará una vez que lo envuelve. De todos modos, es ‘YASUKO’."

"...Ooh...Ya-chan, estoy todavía cansada, entonces por favor no me digas cosas difíciles..."

Cayendo sobre su almohada con un golpe chistoso, la madre soltera (por circunstancia) Yasuko pronto comenzaba a hacer los ligeros suspiros del sueño. Ganaba un buen sostén a pesar de ser sin esperanza en cuanto a mantener su propia casa, pero aunque tuve una personalidad suave y gentil, los tornillos de su cabeza estaba poniéndose ridículamente sueltos... Cada día su hijo Ryuuji gastaba un tiempo tratando de ayudar a su mamá mantenerse la mente. Sin mencionar, cuando la Yasuko estaba en su tercer año del la escuela media,

"El resultado de mi examinación de matemáticas era 17~. Mi maestro principal quedaba sin palabras, y salimos mirándonos el uno al otro de asombro hasta que terminó el día~."

...O por lo menos él oyó.

A pesar de todo eso, por la actualidad, la vida en la casa Takasu, mas bien que caerse al bancoroto, había seguido prósperoso. Con la Yasuko como el apoyo principal, el Ryuuji a cargo de los quehaceres de la casa, la mascota Inko-chan, y,

"Ouch... Me raspé la barbilla. Seriamente, esta casa es demasiada chica para comenzar. Oye, Ryuuji, ¿harás sashimi para la cena? No tiene nada que ver, pero ese choque ahorita me hizo pensar en ella."

"... De veras no tiene nada que ver..."

"¿Qué? ¿Estás diciendo que no puede tener nada de sashimi?"

Mirando al Ryuuji enojada con sus ojos bien abiertos, mientras sobaba la mandíbula había una tigre con un temperamento salvaje. Aunque no estaban de veras viviendo juntos,

"... Habrá una oferta de atún delante de la estación para las cinco, si me acuerdo correctamente."

"Bueno, quiero ir de compras también, entonces recójeme a las cuatro cuarenticinco. Vuelvo a casa."

"¿Eh? ¿Estás saliendo?"

"¿Tendrás una queja?"

Durante el descanso de clases, ellos habían estado juntos todo lo largo del día. Había ido de compras juntos. Aunque era natural que no quedaba las noches, ellos de todos tomaron una siesta lado a lado después de cenar hasta tarde de la noche cada día. En cuanto a vivir juntos casi constantemente, era mas que nada una cuestión de conveniencia. Sin embargo, el Ryuuji seguía emitiendo palabras sin direcciónk a la espalda de la Taiga quien estaba parada delante de él.

"¿Para qué vuelvas? ¿Tendrás algo que hacer? En todo caso, estabmos de vacaciones, ¿no? Entonces, ¿no está bien todavía?"

Él hablaba tratando de demorarle por aunque sea un poquito mas de tiempo. Moviendo su cabello al lado como si fuera una molestia para ella, la Taiga le dió una mirada fría.

"¿No eres tu la única persona quien está libre? Necesito lavarme la ropa ya. El clima está bien ya."

"¿Lavandería? Es por solo apretar un botón, ¿no? La lavadora de ropa de tu casa también funciona como secadora, y es automática, entonces ¿porque estás diciendo que tienes que volver a casa?"

"Che," La Taiga sonó su lengua, irritada, mirando enojada como si de veras quisiera matar la molestia que no quería sacarse de su camino.

"Agh, ¡qué depresionante! ¿Qué en este mundo estás diciendo?! Si haya que quieres decir, entonces dilo ya!"

Casi con dolor, el Ryuuji dijo de voz baja,

"...¿Q, quieres ir a la restaurante familiar conmigo...?"

"¡Eso otra vez?!"

En un instante, la irritación de la Taiga se puso aun mas fuerte. Todavía, el Ryuuji no cedió por solo eso,

"Está bien si solo estás haciendo así tanto, ¿no?! ¡No puedo ir solo! Solo hoy, dijiste que mi omelete de arroz frito era tan bueno que te hice uno, ¿no es así? Y encima, exactamente cuánto tiempo piensas que voy ayudarte con tus problemas constantes con el Kitamura? ¿Por qué no puedes ayudarme a mi un poco?! Eso sería bueno, ¿no?!"

"Carambas, cállate ya! Simplemente cállate! ¡Deja!"

"¿De qué?!"

En medio de la discusión sin sentido, desde detrás de la puerta deslizante vino un “Oo, ooh” -- Sufriendo una resaca, la Yasuko dejó salir un gemido. Los dos se pusieron quietos al instante.

"... Supongo que no se puede evitar. Seriamente me basta ya."

La persona que se rindió por fin era la Taiga.

"Tu estás pagando, ¿entiendes? Y cómprame una revista mas tarde. Estoy enferma de hablar contigo ya."

Fingiendo escupir de malos modales con un sonido ‘pe’, o por lo menos parecía así, la Taiga habló su mente. No obstante, el Ryuuji señaló con su cabeza como un hombre, sin quejar. Si ella iba a acompañarle al restaurante, entonces este tipo de reembolso era un precio pequeño que pagar. Porque ese restaurante familiar era--


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