Difference between revisions of "Black Bullet:Volumen6 Capítulo4"
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Las profundidades de los ojos de Hotaru brillaron intensamente. |
Las profundidades de los ojos de Hotaru brillaron intensamente. |
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+ | Desde la mañana hasta el mediodía del día siguiente, Rentarō se centró en la recuperación de sus lesiones. Ya era de noche para el momento en que hizo su siguiente movimiento. |
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+ | Tomando un tren para visitar el área exterior, llegaron al distrito treinta y uno del área de Tokio. |
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+ | Para esta época del 2031, aunque no había signos de reconstrucción en las áreas exteriores, que en su mayoría eran ruinas, las partes más interiores de las antiguas prefecturas de Shinkawa, Koto y Minato, encerradas dentro de los monolitos de la bahía de Tokio, tenían relativamente pocas ruinas. |
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+ | Rentarō sabía que era muy cómodo usar ese tipo de lugares para reuniones clandestinas. Además, aparte de los residentes, casi no había personas de la ciudad alrededor de las calles en las noches, por lo que atraía menos atención. |
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+ | Pero aun así, no podía darse el lujo de ser descuidado. |
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+ | La persona con las que estaba a punto de encontrarse, era miembro de los Yakuza. Ellos eran muy hábiles para esconder cadáveres en el área exterior. |
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+ | Después de conocer la ubicación del lugar de reunión, Rentarō se preparó para hacer una larga caminata después de bajar del tren, pero nunca espero que fuera casi hasta el límite de los monolitos. |
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+ | Como si absorbiera la ciudad en un negro puro, el monolito se mantenía visible en el cielo nocturno, por lo que proporcionaba un sentido de dirección. |
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+ | Después de caminar un rato, finalmente pudo sentir el olor de la brisa marina. |
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+ | Subiendo a la parte superior de unos escombros que sobresalían, Rentarō miró el espejo negro de la superficie del agua, ondulando suavemente, reflejaba la luna tenue, brillando intensamente. |
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+ | El sonido de las olas se sentía agradable a los oídos. Rentarō contemplo la gigantesca oscuridad del monolito frente a él. |
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+ | En el muelle junto al mar, había una fila ordenada de lo que parecían ser almacenes pescaderos. Comprobando el número en la hoja de papel con el que estaba escrito en las paredes, Rentarō avanzó hasta que finalmente llegó a un centro más grande que todos los demás edificios. |
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+ | Era probablemente una fábrica para la limpieza y organización de mariscos después de que fueran llevados hasta la orilla. |
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+ | Cubiertas por la marea, las palabras en las paredes eran imposibles de leer. Pero después de verificar la dirección, estaba seguro de que era el lugar correcto. |
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+ | Para cuando llegó, ya era medianoche. |
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+ | Una persona a la que Rentarō quería conocer mejor estaba junto a él. |
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+ | —Así que este es el mar... |
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+ | Sin preocuparse de lo que pensaba Rentarō, Hotaru miró vacilante hacia el mar con una reverencia. |
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+ | —¿Nunca lo habías visto antes? |
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+ | Hotaru asintió con la cabeza en respuesta. |
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+ | —¿Puedo ir a echar un vistazo? |
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+ | Rentarō sonrió torpemente. |
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+ | —No necesitas mi permiso, ¿cierto? |
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+ | Debido a la protección de los campos magnéticos del Monolito, las personas podían entrar libremente en el agua e incluso nadar en el mar, siempre y cuando no se alejaran demasiado de la orilla. |
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+ | Pero en el 2031, cuando las personas tenían miedo a los Gastrea marinos, nadar en el mar era equivalente a una enfermedad mental. |
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+ | La industria pesquera fue esencialmente eliminada. Aunque existían acorazados fortificados con cascos de Varanium, la situación definitivamente no era segura. El suministro de productos marinos dependía solamente de la acuicultura a lo largo de la costa, por lo que, los precios eran enormemente altos. Rentarō creía que eso no podía evitarse. |
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+ | Olvidando a Rentarō, Hotaru corrió hacia el mar que veía por primera vez. Sorprendida por lo fría que estaba el agua, sostuvo un poco en su mano y la acercó a su boca, emocionándose ante el sabor desconocido. |
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+ | —¡Mira, Rentarō, es salada! |
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+ | —¡Por supuesto! |
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+ | Los ojos de Hotaru, llenos de curiosidad, eran casi como los de un niño. Por lo que Rentarō recordó a Enju. |
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+ | Hablando de eso, cuando conoció a Enju, también estaba llena de hostilidad. Rentarō no pudo evitar sonreír irónicamente. |
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+ | —Hay un monolito muy cerca. ¿Estás bien? |
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+ | Las Iniciadoras también llevaban el virus Gastrea en sus cuerpos. Dependiendo de la velocidad de corrosión viral, acercarse al Varanium causaría todo tipo de efectos en sus cuerpos. |
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+ | —No hay problema. Mi nivel de corrosión esta sólo un poco por encima del diez por ciento. |
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+ | —¿Realmente...? Al menos eres diferente a Enju en eso. |
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+ | —¿Qué dijiste? |
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+ | —Nada... |
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+ | Rentarō miró hacia el mar que se extendía infinitamente, recordando a Enju que había sido llevada por la IISO. |
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+ | … Enju, seguramente te traeré de vuelta. |
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+ | Justo en ese momento, se escucharon pisadas desde alguna parte. Rentarō volteó hacia atrás para ver a un hombre acercándose sin ninguna prisa. |
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+ | No era alguien joven ni viejo. Su edad era desconocida. Vestido con un traje completamente blanco, su piel color marrón oscuro, carente de brillo, daba la impresión errónea de que tenía una edad avanzada, pero el brillo de sus ojos era muy vigoroso. Los instintos de Rentarō como Promotor le dijeron que no era alguien de fiar. |
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+ | —¿Eres la persona que envió el señor Abe? |
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+ | Rentarō asintió en silencio. |
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+ | Antes de venir aquí, Hotaru y Rentarō habían contactado con Tiburones de financiamiento Koufuu en el cuarto piso del edificio feliz, quienes habían estado contentos por organizar una reunión con los Yakuza. |
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+ | Los contactos de Rentarō estaban siendo vigilados prácticamente todos por la policía, pero nadie imaginaria que contactara con los Yakuza, ¿cierto? Por tal motivo, tomó esa decisión. |
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+ | A pesar de haberse reunido un par de veces antes, Abe Shouki parecía inesperadamente nervioso cuando se encontró con Rentarō. |
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+ | Después charlar un poco de forma informal, le había prestado un encendedor para que encendiera un cigarrillo, antes de por fin mostrar una expresión más relajada. Abe le dijo a Rentarō que la razón de eso fue debido a que su apariencia había cambiado tanto que se sintió sorprendido… |
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+ | De hecho, Rentarō llevaba gafas de sol para evitar ser rastreado por las cámaras de seguridad. Además, en los últimos días, tampoco había tenido oportunidad de afeitarse. Probablemente debido a que no había comido adecuadamente, su rostro parecía más delgado. |
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+ | Tan pronto como pensó en eso, negó con la cabeza. A lo que Abe se refería probablemente no se limitaba a la superficie. |
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+ | Habiendo caído en una trampa disimulada e intentando cambiar las cosas, Rentarō había cambiado por completo. Para alguien como Abe, que vivía en el mundo de los Yakuza, Rentarō exudaba un aura intimidante a primera vista. |
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+ | Para alguien que había sido llamado el salvador del área de Tokio hace poco, Rentarō no pudo evitar sonreír irónicamente al pensar en esto. |
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+ | Cuando le preguntó a Abe acerca de los mercados negros para la Trihidroxicina, Abe le explicó la situación con una expresión complicada. |
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+ | Según Abe, la cantidad de Trihidroxicina circulando por los callejones estaba disminuyendo, resultando en un aumento de los precios. Por otra parte, una misteriosa organización estaba acaparando los suministros de Trihidroxicina. |
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+ | Finalmente, Abe le prometió a Rentarō que lo contactaría con alguien a cargo de las entregas para que le explicara las cosas de forma más detallada. |
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+ | Rentarō, permítame añadir un comentario final. Los que estamos en este negocio también tenemos nuestros propios principios. Personalmente, estoy en contra del narcotráfico. Casi la mitad de los ingresos actuales de mi grupo se basa en movimientos de acciones… en otras palabras, transacciones sin involucrar dinero tangible. Creo que esto es mucho mejor que trabajar con drogas. Sólo me degrade a hacer préstamos de alto interés porque odio las drogas. Pero no te hagas la idea equivocada de que nuestra organización permanecerá totalmente de tu lado. Si bloqueas los beneficios de mi organización, incluso en lo más mínimo, vamos a deshacernos de ti antes que la policía. |
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+ | Repitiendo la conversación con Abe nuevamente en su mente, Rentarō sacudió su cabeza para calmar sus pensamientos antes de mirar hacia el repartidor de nuevo. |
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+ | Mirando hacia la superficie oscura del mar más allá de los rompeolas. El tipo miró de reojo a Rentarō y dijo: |
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+ | —Entonces, Gran salvador del área de Tokio, ¿qué quieres saber? |
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+ | Rentarō respondió a la actitud sarcástica del hombre con una actitud fría. |
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+ | —¿Quién ha estado comprando grandes cantidades de Trihidroxicina últimamente? |
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+ | —No podemos filtrar información sobre nuestros socios comerciales. En este negocio, la confianza es más importante que cualquier otra cosa. |
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+ | Rentarō se impaciento. Habiendo visto a otras personas utilizar esa actitud antes, sabía que era lo que quería. |
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+ | —Corta el rollo. ¿Cuánto quieres? |
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+ | El hombre hizo una sonrisa lasciva y levantó tres dedos. «Ha, el precio de la información es mucho mayor en estos días. |
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+ | Sacando provecho de la desgracia de los demás, no era más que una hiena sedienta de sangre. |
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+ | —Te pagaré el doble de eso. Pero después de que todo termine. |
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+ | —Hey amigo, eso ni siquiera es gracioso. |
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+ | —Estoy corto de dinero en este momento. Una vez que me ocupe de las cosas, pagare el doble. |
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+ | —¿Por qué debo creer en una promesa vacía como esa? |
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+ | —Si muero, no obtendrás un solo centavo. No quieres hacer todo este trabajo para terminar con nada, ¿cierto? Por suerte, soy tan famoso que incluso conocías mi rostro, por lo que no tienes que preocuparte porque escape. |
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+ | —¿Qué pasa si me niego? |
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+ | —Entre tú y yo, sólo uno de nosotros saldrá de este lugar con vida. Voy a ser franco, no tengo la intención de morir aquí. |
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+ | La brisa del mar soplo contra el uniforme de Rentarō y el traje repartidor, agitándolos violentamente. |
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+ | —Quiero el triple. |
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+ | Rentarō asintió. |
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+ | —Hablemos entonces. |
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+ | El hombre sacó un cigarrillo de su traje y lo encendió. El humo rápidamente fue arrastrado por la brisa del mar. |
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+ | —Para ser honesto, no sé demasiado sobre el cliente. Sólo sé que tienen un intermediario para encontrarse conmigo. Ese tipo tiene los labios bien cerrados. No hacer preguntas es la regla de este negocio. Todo vale siempre y cuando pagues dinero… |
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+ | —¡Hey! |
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+ | Rentarō estuvo a punto enojarse antes de que el hombre extendiera su mano hacia él. |
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+ | —Paciencia, paciencia. Sin embargo, cada vez que la otra parte desembolsa el dinero, me pide que entregue la Trihidroxicina a una ubicación específica. Es un lugar un poco inusual, por decirlo de alguna forma. |
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+ | —¿Inusual? |
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+ | —El área exterior cerca de un monolito. Hay una alcantarilla abierta que conduce a algo así como un túnel subterráneo. Todas las veces, me limito a tirar los medicamentos por allí. Supongo que su base debe estar abajo o algo así. |
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+ | Rentarō sintió que había encontrado algo. |
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+ | —Hotaru. |
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+ | Rentarō volteó para mirar a la chica de cabello violeta junto a él. Haciendo una expresión que demostraba que no podía ocultar su excitación, asintió con la cabeza. |
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+ | —Finalmente una pista. Ese lugar fácilmente podría ser la base del Five Wings Syndicate. |
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+ | Rentarō le pidió la ubicación exacta de la alcantarilla, que resultó estar exactamente opuesta se su posición actual, en las áreas exteriores del otro lado. |
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+ | Simplemente viajar allí tomaría mucho tiempo. |
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+ | Rentarō planeaba dirigirse allí de inmediato, pero en el momento en que se dio la vuelta, el tipo lo detuvo y dijo ''Espera un segundo''. |
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+ | —Hey, ¿qué planeas hacer allí? |
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+ | —Por supuesto, irrumpiré en su base, los interrogare y llegare al fondo de las cosas… |
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+ | —A juzgar por el tamaño de sus pedidos, deben tener una gran cantidad de mano de obra. Parece que ustedes dos sólo tienen armas de corto alcance. ¿No me digas que vas a ir en contra de ellos tan pobremente equipado? |
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+ | —¿Qué diablos estás tratando de decir? |
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+ | El repartidor se encogió de hombros y respondió de forma poco natural: |
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+ | —No mucho, es sólo que no recibiré nada si mueres. Si voy a jugar un poco, preferiría apostar en grande. Sígueme. |
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+ | Diciendo eso, el hombre se dirigió a la entrada la fábrica de procesamiento de mariscos. |
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Revision as of 00:14, 11 September 2015
Parte 1
Dentro de un sueño…
El Edificio Feliz estaba teñido de rojo debido a la puesta del sol detrás de él.
Subiendo las escaleras, pasó por la puerta marcada con las palabras Compañía de Seguridad Civil Tendō.
Tirada en el sofá estaba la ropa que Enju se había quitado. En el lavabo de la cocina había una gran cantidad de platos sucios.
El sofá en la recepción era el lugar favorito de Tina. Gobernada por sus instintos nocturnos, a menudo se acurrucaba allí, durmiendo como un gatito.
Mirando hacia el sofá, parecía que las arrugas causadas por su peso estaban todavía allí, pero Tina no estaba presente. Encima de la mesa de la recepción, había una tarea de matemáticas a medio hacer, además de una pila de polvo de borrador.
Se escuchaba el agua fluyendo. Atravesando la cocina, podía verse el lavaplatos desbordando. Los calcetines de Rentarō estaban empapados de agua fría.
A pesar de la fuerte impresión de que había personas viviendo aquí, no había nadie presente. Era casi como el incidente del Mary Celeste, donde el barco fue encontrado en el atlántico pero no había nadie allí.
Por alguna razón, todas las personas que Rentarō conocía ya no estaban.
Kisara se había ido. Enju y Tina estaban vivas o muertas. Los días del pasado se habían vuelto irrecuperables. La oficina se había convertido en una cáscara vacía. Videos de los momentos felices de Seguridad Civil Tendō pasaron por su mente como si estuvieran en un bucle, superponiéndose con la imagen actual de la compañía. Por desgracia, los actores de esos videos, se habían ido para siempre.
Un dolor indescriptible lo recorrió.
Rentarō sintió un remordimiento incomparable, arrodillándose para llorar con la cabeza entre sus manos. Un quejido brotó de su garganta como una rana siendo aplastada. Todo es mi culpa. Todo es porque no pude salvarlas.
De repente, escuchó que alguien lo llamaba. Era la voz de una chica. Lo llamaba desesperadamente.
Movió su cabeza para buscar a la dueña de esa voz. ¿Dónde está? ¿Desde qué dirección viene? Era una voz que no le pertenecía ni a Enju, ni a Tina ni a Kisara.
Sí, esa voz era…
El sueño en su mente fue cortado. La conciencia de Rentarō despertó lentamente.
La sensación contra su espalda se sentía muy dura, su cuerpo parecía tan pesado como el plomo. Su ropa estaba empapada de sudor. Tenía la garganta reseca.
La voz llamándolo no se detuvo. Rentarō parpadeó varias veces antes de poder forzar sus ojos a permanecer abiertos.
—¿Qué diablos...? Que ruidosa.
Rentarō se quejó débilmente, su visión borrosa fue enfocándose gradualmente. Quien sacudía su cuerpo mientras lo llamaba era Hotaru. Tenía los labios apretados con fuerza y los bordes de sus ojos estaban rojos. Rentarō se sintió muy sorprendido por lo que veía.
—¡Por lo menos responde de inmediato si todavía estás vivo!
—¿Este lugar es...?
Hotaru limpió las comisuras de sus ojos con una manga.
—la fábrica donde nos escondimos antes.
Sólo entonces, Rentarō reconoció el techo decrepito familiar.
Moviendo su cuello, sus nervios instantáneamente sintieron un dolor intenso. Ahora que lo pensaba, había bloqueado quien sabe cuántas balas con su espalda. Moviendo la cabeza para examinar lentamente su cuerpo, notó que su chaqueta y camisa habían sido retiradas y tenía vendas desde debajo de sus axilas hasta la parte inferior de su abdomen, haciéndole lucir como un viejo Samurái errante sin señor.
En cualquier caso, era evidentemente que había sobrevivido.
Para cuando Rentarō lo notó, Hotaru había vuelto a su comportamiento habitual. Haciendo Hmph, levantó los ojos con orgullo.
—Las balas han sido sacadas. No debe haber quedado ninguna pero no puedo garantizarlo.
En la bandeja de metal junto a ellos, podían verse pinzas y algodones manchados de sangre.
—Wow, no puedo creer que hayas sido capaz de extraer las balas.
—Me había tratado a mí misma en el pasado.
Casi sin entenderlo, Rentarō miró frenéticamente hacia ella.
—¿Así que te han disparado muchas veces?
—En efecto. ¿Y qué?
—Uh, eso no es algo menor...
Rentarō vaciló por un momento, preguntándose qué era lo mejor que podía decir, entonces notó los círculos oscuros bajo los ojos de Hotaru.
—¿No has dormido?
Parecía que Hotaru pensaba que era vergonzoso que los demás vieran sus ojeras, por lo que cubrió sus ojos con ambas manos. Sólo después de forzarse a sí misma a aceptar ese hecho, hincho su pecho con orgullo.
—De hecho, no dormí anoche. Gracias a un cierto tonto. Debes asumir la responsabilidad.
Rentarō sonrió irónicamente.
—Oye, ¿qué fue eso?
Hotaru murmuró repentinamente con una voz apenas audible:
—Hacerte daño para protegerme... ¿Por qué sigues haciendo algo tan estúpido? ¿No te he dicho que eres un cebo? Estoy usándote y tú puedes utilizarme a cambio. No voy a preocuparme por tu vida, y por el otro lado, puedes abandonarme en cualquier momento.
—Ya habías dicho eso...
Para evitar que el ambiente se hiciera demasiado pesado, Rentarō respondió casualmente. Escuchándolo, Hotaru miró hacia abajo y volteó su rostro como si estuviera de mal humor.
—Eres un idiota.
Un extraño silencio descendió. Aunque ninguno de ellos dijo una palabra, definitivamente no era un silencio incómodo.
Aunque Rentarō no odiaba este estado de ánimo, no podía mantenerlo indefinidamente. Todavía había un montón de problemas que debía resolver.
Levantando la mano, señaló hacia el exterior.
—Este lugar es muy caliente. ¿Quieres salir a tomar aire?
La luna podía verse.
La fábrica abandonada estaba cerca de un río. La lluvia que había caído todo el día de ayer había hecho que el agua se elevara. Envuelta en el color de la noche, el agua del rio parecía fluir rápidamente, mientras los sonidos del agua moviéndose relajaban los oídos.
Hotaru y Rentarō caminaban lado a lado a lo largo de la orilla.
A pesar de que era tarde en la noche, aún habían personas mayores paseando los perros o corriendo en chándales pasando por el lugar de vez en cuando. Mirando hacia el agua por un tiempo, Hotaru volteó exasperada.
—¿No te duele? La cirugía del Nuevo Plan de Creación Humana debe ser increíble. Incluso te ayuda a controlar el dolor.
—Sí, es como dices.
Rentarō le mintió a Hotaru. Sus heridas todavía dolían bastante, pero si hablaba con honestidad, seguramente sería obligado a acostarse y descansar.
Rentarō no podía permitirse eso.
Confundido, Rentarō recordó su sueño de antes. Estaba llorando dolorosamente en la Seguridad Civil Tendō después que Kisara, Tina y Enju se habían ido… Definitivamente había sido un sueño.
Si no intentaba darlo todo para rescatarlas, eso iba a suceder en un futuro próximo. Ese sueño tal vez no era más que una predicción del futuro. Precisamente por eso, el tiempo era esencial.
—Rentarō, mira esto.
Observando el objeto que Hotaru sacó de su bolsillo, Rentarō pensó que era la hoja de un árbol que se había caído en un principio.
Pero luego notó que era una llave bastante rara. El arco de la llave tenía la forma de una hoja de arce mientras que la llave era de color rojo, probablemente debió haber sido tratada químicamente. Podría considerarse un artículo exquisito hecho meticulosamente.
—¿Qué es esto?
—Estaba en Sword Tail.
Rentarō se sorprendió mientras examinaba el objeto nuevamente
—Su teléfono celular fue roto por Dark Stalker, por lo que esta fue la única pista que quedó.
Rentarō se frotó la barbilla.
—Me pregunto qué es lo que abre esta llave...
Hotaru sacudió la cabeza y murmuró: No pude adivinar que era.
A pesar de no tener ninguna respuesta sin importar cuanto lo discutieran, decidieron guardar la llave por ahora.
Entonces, Hotaru sacó una hoja de papel doblada de su bolsillo.
—Hay algo más, esto.
Rentarō sólo lo notó después de tomar el papel y abrirlo hacia arriba. Era el informe de análisis que Rentarō le había pedido a Miori.
Rentarō se quedó mirando el papel, casi abriendo un agujero en el a través de su mirada. En el mismo, había una lista de productos químicos de los cuales no había escuchado hablar antes. Sólo con mirarlos una vez era suficiente para causarle dolor de cabeza.
—¿Cómo diablos se supone que lea este documento?
—No conozco bien los detalles, pero Miori-san dijo que nos fijáramos en esto.
Rentarō miró hacia donde Hotaru señaló, comprendiendo de inmediato.
0.1 Miligramos de Trihidroxicina fueron encontrados en la muestra de células Gastrea.
En ese momento, Hotaru y Rentarō fueron envueltos por una densa sombra. Un tren pasaba sobre un puente elevado, haciendo un ruido ensordecedor. Una vez que el tren pasó, lo único que queso fue paz, silencio y tranquilidad.
—Trihidroxicina... No puede ser…
Hotaru entrecerró los ojos.
—¿Sabes lo que es?
Rentarō asintió, mirando los ojos azules en su pequeño rostro.
—Hotaru, ¿cuánto sabes acerca de la Guerra Gastrea?
Hotaru se encogió de hombros, al parecer, sin entender porque Rentarō le preguntaba eso.
—Soy de una generación inocente. Para mí, la Guerra Gastrea es sólo una leyenda.
Rentarō cerró los ojos y comenzó a buscar a través de sus terribles recuerdos de la guerra.
—Durante la guerra, con el fin de detener al Gastrea cuyos números estaban creciendo descontroladamente debido a la infección, los humanos investigaron desesperados sin poder obtener nada. Cualquier tipo de ética y principio moral, fue hecha a un lado. Se hizo la vista gorda a una escala global. Esta situación, dio lugar a la propagación de bombas de racimo, gases venenosos, uso desenfrenado de minas terrestres, modificación genética, experimentos humanos y todo tipo de atrocidades. El Nuevo Plan de Creación Humana es uno de esos hijos bastardos.
—¿Es lo mismo con la Trihidroxicina?
Rentarō asintió.
—La Trihidroxicina fue reconocida por primera vez como un medicamento revolucionario capaz de inhibir la proliferación del virus Gastrea, pero fue prohibido de repente. Sus efectos eran de muy corta duración, pero causaban que el virus desarrollara resistencia, haciendo su desarrollo aún más violento. Sin embargo, esta droga también se convirtió en el centro de atención debido a otro uso.
—¿Otro uso?
—Cuando se utilizaba en personas o Gastreas, provocaba un poderoso efecto sedante. Por lo que, incluso fue utilizada ilegalmente durante un tiempo. El recuerdo de la Trihidroxicina se filtró de nuevo a la sociedad a través del mercado negro, produciendo graves problemas sociales.
Los resultados de las investigaciones de los seres humanos, a menudo conducían a resultados poco esperados.
Por ejemplo, el subproducto del metabolismo del hongo Penicillium, en otras palabras, la penicilina, fue capaz de salvar millones de vidas como un antibiótico. Y también estaban las sustancias como la Trihidroxicina, que originalmente fueron hechas con buenas intenciones, pero llamaron la atención de las fuerzas oscuras y fueron corrompidas notoriamente.
Rentarō obtuvo un enorme agujero en su abdomen durante la batalla contra Kagetane Hiruko y logró volver de la muerte gracias a la droga experimental AGV, oficialmente nombrada como un medicamento experimental contra el virus Gastrea. También fue el intento fallido de Sumire por inhibir la proliferación del virus Gastrea, pero terminó como otro ejemplo de esos medicamentos que obtienen fama por sus efectos distintos.
—¿Por qué esta sustancia fue encontrada en las células Gastrea?
—No estoy seguro todavía... Debido a convertirse en un grave problema social, hubo una dura penalización contra esta droga y los mayoristas comenzaron a elegir a sus clientes cuidadosamente. Este tema no ha llamado la atención durante mucho tiempo, por lo que me olvide por completo de él.
—Hey Rentarō, ese efecto sedante también funciona en los Gastrea, ¿cierto?
—Funciona sin importar si es humano o Gastrea. Por supuesto, ya que el virus Gastrea sobresale por la eliminación y neutralización de objetos extraños que invaden el cuerpo, se requiere una dosis masiva de Trihidroxicina si se quiere producir un efecto fuerte y duradero en un Gastrea.
—Es exactamente por eso que se encontró esa sustancia en el análisis celular, ¿no?
Rentarō de repente pensó en algo:
—Uh, pero hablando de eso, ¿qué está planeando el Five Wings Syndicate sedando a los Gastrea? ¿En qué consiste el llamado Proyecto del Cisne Negro? Hotaru sacudió la cabeza silenciosamente.
Cuanto más pensaba, más delirios desagradables aparecían en el corazón de Rentarō, sin poder disiparse.
El problema era de dónde provino la Trihidroxicina que obtuvo el Five Wings Syndicate.
Se requerían conexiones si se quería adquirir una cantidad más allá de cierto nivel, lo que inevitablemente significaba negocios por debajo del suelo. Gracias a eso, también podía exponer sus intentos y movimientos como resultado.
—Negocios por debajo del suelo, ¿eh? —murmuró Rentarō.
—¿Tienes conexiones que puedan servir como ejemplo?
Las profundidades de los ojos de Hotaru brillaron intensamente.
Parte 2
Desde la mañana hasta el mediodía del día siguiente, Rentarō se centró en la recuperación de sus lesiones. Ya era de noche para el momento en que hizo su siguiente movimiento.
Tomando un tren para visitar el área exterior, llegaron al distrito treinta y uno del área de Tokio.
Para esta época del 2031, aunque no había signos de reconstrucción en las áreas exteriores, que en su mayoría eran ruinas, las partes más interiores de las antiguas prefecturas de Shinkawa, Koto y Minato, encerradas dentro de los monolitos de la bahía de Tokio, tenían relativamente pocas ruinas.
Rentarō sabía que era muy cómodo usar ese tipo de lugares para reuniones clandestinas. Además, aparte de los residentes, casi no había personas de la ciudad alrededor de las calles en las noches, por lo que atraía menos atención.
Pero aun así, no podía darse el lujo de ser descuidado.
La persona con las que estaba a punto de encontrarse, era miembro de los Yakuza. Ellos eran muy hábiles para esconder cadáveres en el área exterior.
Después de conocer la ubicación del lugar de reunión, Rentarō se preparó para hacer una larga caminata después de bajar del tren, pero nunca espero que fuera casi hasta el límite de los monolitos.
Como si absorbiera la ciudad en un negro puro, el monolito se mantenía visible en el cielo nocturno, por lo que proporcionaba un sentido de dirección.
Después de caminar un rato, finalmente pudo sentir el olor de la brisa marina.
Subiendo a la parte superior de unos escombros que sobresalían, Rentarō miró el espejo negro de la superficie del agua, ondulando suavemente, reflejaba la luna tenue, brillando intensamente.
El sonido de las olas se sentía agradable a los oídos. Rentarō contemplo la gigantesca oscuridad del monolito frente a él.
En el muelle junto al mar, había una fila ordenada de lo que parecían ser almacenes pescaderos. Comprobando el número en la hoja de papel con el que estaba escrito en las paredes, Rentarō avanzó hasta que finalmente llegó a un centro más grande que todos los demás edificios.
Era probablemente una fábrica para la limpieza y organización de mariscos después de que fueran llevados hasta la orilla.
Cubiertas por la marea, las palabras en las paredes eran imposibles de leer. Pero después de verificar la dirección, estaba seguro de que era el lugar correcto.
Para cuando llegó, ya era medianoche.
Una persona a la que Rentarō quería conocer mejor estaba junto a él.
—Así que este es el mar...
Sin preocuparse de lo que pensaba Rentarō, Hotaru miró vacilante hacia el mar con una reverencia.
—¿Nunca lo habías visto antes?
Hotaru asintió con la cabeza en respuesta.
—¿Puedo ir a echar un vistazo?
Rentarō sonrió torpemente.
—No necesitas mi permiso, ¿cierto?
Debido a la protección de los campos magnéticos del Monolito, las personas podían entrar libremente en el agua e incluso nadar en el mar, siempre y cuando no se alejaran demasiado de la orilla.
Pero en el 2031, cuando las personas tenían miedo a los Gastrea marinos, nadar en el mar era equivalente a una enfermedad mental.
La industria pesquera fue esencialmente eliminada. Aunque existían acorazados fortificados con cascos de Varanium, la situación definitivamente no era segura. El suministro de productos marinos dependía solamente de la acuicultura a lo largo de la costa, por lo que, los precios eran enormemente altos. Rentarō creía que eso no podía evitarse.
Olvidando a Rentarō, Hotaru corrió hacia el mar que veía por primera vez. Sorprendida por lo fría que estaba el agua, sostuvo un poco en su mano y la acercó a su boca, emocionándose ante el sabor desconocido.
—¡Mira, Rentarō, es salada!
—¡Por supuesto!
Los ojos de Hotaru, llenos de curiosidad, eran casi como los de un niño. Por lo que Rentarō recordó a Enju.
Hablando de eso, cuando conoció a Enju, también estaba llena de hostilidad. Rentarō no pudo evitar sonreír irónicamente.
—Hay un monolito muy cerca. ¿Estás bien?
Las Iniciadoras también llevaban el virus Gastrea en sus cuerpos. Dependiendo de la velocidad de corrosión viral, acercarse al Varanium causaría todo tipo de efectos en sus cuerpos.
—No hay problema. Mi nivel de corrosión esta sólo un poco por encima del diez por ciento.
—¿Realmente...? Al menos eres diferente a Enju en eso.
—¿Qué dijiste?
—Nada...
Rentarō miró hacia el mar que se extendía infinitamente, recordando a Enju que había sido llevada por la IISO.
… Enju, seguramente te traeré de vuelta.
Justo en ese momento, se escucharon pisadas desde alguna parte. Rentarō volteó hacia atrás para ver a un hombre acercándose sin ninguna prisa.
No era alguien joven ni viejo. Su edad era desconocida. Vestido con un traje completamente blanco, su piel color marrón oscuro, carente de brillo, daba la impresión errónea de que tenía una edad avanzada, pero el brillo de sus ojos era muy vigoroso. Los instintos de Rentarō como Promotor le dijeron que no era alguien de fiar.
—¿Eres la persona que envió el señor Abe?
Rentarō asintió en silencio.
Antes de venir aquí, Hotaru y Rentarō habían contactado con Tiburones de financiamiento Koufuu en el cuarto piso del edificio feliz, quienes habían estado contentos por organizar una reunión con los Yakuza.
Los contactos de Rentarō estaban siendo vigilados prácticamente todos por la policía, pero nadie imaginaria que contactara con los Yakuza, ¿cierto? Por tal motivo, tomó esa decisión.
A pesar de haberse reunido un par de veces antes, Abe Shouki parecía inesperadamente nervioso cuando se encontró con Rentarō.
Después charlar un poco de forma informal, le había prestado un encendedor para que encendiera un cigarrillo, antes de por fin mostrar una expresión más relajada. Abe le dijo a Rentarō que la razón de eso fue debido a que su apariencia había cambiado tanto que se sintió sorprendido…
De hecho, Rentarō llevaba gafas de sol para evitar ser rastreado por las cámaras de seguridad. Además, en los últimos días, tampoco había tenido oportunidad de afeitarse. Probablemente debido a que no había comido adecuadamente, su rostro parecía más delgado.
Tan pronto como pensó en eso, negó con la cabeza. A lo que Abe se refería probablemente no se limitaba a la superficie.
Habiendo caído en una trampa disimulada e intentando cambiar las cosas, Rentarō había cambiado por completo. Para alguien como Abe, que vivía en el mundo de los Yakuza, Rentarō exudaba un aura intimidante a primera vista.
Para alguien que había sido llamado el salvador del área de Tokio hace poco, Rentarō no pudo evitar sonreír irónicamente al pensar en esto. Cuando le preguntó a Abe acerca de los mercados negros para la Trihidroxicina, Abe le explicó la situación con una expresión complicada.
Según Abe, la cantidad de Trihidroxicina circulando por los callejones estaba disminuyendo, resultando en un aumento de los precios. Por otra parte, una misteriosa organización estaba acaparando los suministros de Trihidroxicina.
Finalmente, Abe le prometió a Rentarō que lo contactaría con alguien a cargo de las entregas para que le explicara las cosas de forma más detallada.
Rentarō, permítame añadir un comentario final. Los que estamos en este negocio también tenemos nuestros propios principios. Personalmente, estoy en contra del narcotráfico. Casi la mitad de los ingresos actuales de mi grupo se basa en movimientos de acciones… en otras palabras, transacciones sin involucrar dinero tangible. Creo que esto es mucho mejor que trabajar con drogas. Sólo me degrade a hacer préstamos de alto interés porque odio las drogas. Pero no te hagas la idea equivocada de que nuestra organización permanecerá totalmente de tu lado. Si bloqueas los beneficios de mi organización, incluso en lo más mínimo, vamos a deshacernos de ti antes que la policía.
Repitiendo la conversación con Abe nuevamente en su mente, Rentarō sacudió su cabeza para calmar sus pensamientos antes de mirar hacia el repartidor de nuevo.
Mirando hacia la superficie oscura del mar más allá de los rompeolas. El tipo miró de reojo a Rentarō y dijo:
—Entonces, Gran salvador del área de Tokio, ¿qué quieres saber?
Rentarō respondió a la actitud sarcástica del hombre con una actitud fría.
—¿Quién ha estado comprando grandes cantidades de Trihidroxicina últimamente?
—No podemos filtrar información sobre nuestros socios comerciales. En este negocio, la confianza es más importante que cualquier otra cosa.
Rentarō se impaciento. Habiendo visto a otras personas utilizar esa actitud antes, sabía que era lo que quería.
—Corta el rollo. ¿Cuánto quieres?
El hombre hizo una sonrisa lasciva y levantó tres dedos. «Ha, el precio de la información es mucho mayor en estos días.
Sacando provecho de la desgracia de los demás, no era más que una hiena sedienta de sangre.
—Te pagaré el doble de eso. Pero después de que todo termine.
—Hey amigo, eso ni siquiera es gracioso.
—Estoy corto de dinero en este momento. Una vez que me ocupe de las cosas, pagare el doble.
—¿Por qué debo creer en una promesa vacía como esa?
—Si muero, no obtendrás un solo centavo. No quieres hacer todo este trabajo para terminar con nada, ¿cierto? Por suerte, soy tan famoso que incluso conocías mi rostro, por lo que no tienes que preocuparte porque escape.
—¿Qué pasa si me niego?
—Entre tú y yo, sólo uno de nosotros saldrá de este lugar con vida. Voy a ser franco, no tengo la intención de morir aquí.
La brisa del mar soplo contra el uniforme de Rentarō y el traje repartidor, agitándolos violentamente.
—Quiero el triple.
Rentarō asintió.
—Hablemos entonces.
El hombre sacó un cigarrillo de su traje y lo encendió. El humo rápidamente fue arrastrado por la brisa del mar.
—Para ser honesto, no sé demasiado sobre el cliente. Sólo sé que tienen un intermediario para encontrarse conmigo. Ese tipo tiene los labios bien cerrados. No hacer preguntas es la regla de este negocio. Todo vale siempre y cuando pagues dinero…
—¡Hey!
Rentarō estuvo a punto enojarse antes de que el hombre extendiera su mano hacia él.
—Paciencia, paciencia. Sin embargo, cada vez que la otra parte desembolsa el dinero, me pide que entregue la Trihidroxicina a una ubicación específica. Es un lugar un poco inusual, por decirlo de alguna forma.
—¿Inusual?
—El área exterior cerca de un monolito. Hay una alcantarilla abierta que conduce a algo así como un túnel subterráneo. Todas las veces, me limito a tirar los medicamentos por allí. Supongo que su base debe estar abajo o algo así.
Rentarō sintió que había encontrado algo.
—Hotaru.
Rentarō volteó para mirar a la chica de cabello violeta junto a él. Haciendo una expresión que demostraba que no podía ocultar su excitación, asintió con la cabeza.
—Finalmente una pista. Ese lugar fácilmente podría ser la base del Five Wings Syndicate.
Rentarō le pidió la ubicación exacta de la alcantarilla, que resultó estar exactamente opuesta se su posición actual, en las áreas exteriores del otro lado.
Simplemente viajar allí tomaría mucho tiempo.
Rentarō planeaba dirigirse allí de inmediato, pero en el momento en que se dio la vuelta, el tipo lo detuvo y dijo Espera un segundo.
—Hey, ¿qué planeas hacer allí?
—Por supuesto, irrumpiré en su base, los interrogare y llegare al fondo de las cosas…
—A juzgar por el tamaño de sus pedidos, deben tener una gran cantidad de mano de obra. Parece que ustedes dos sólo tienen armas de corto alcance. ¿No me digas que vas a ir en contra de ellos tan pobremente equipado?
—¿Qué diablos estás tratando de decir?
El repartidor se encogió de hombros y respondió de forma poco natural:
—No mucho, es sólo que no recibiré nada si mueres. Si voy a jugar un poco, preferiría apostar en grande. Sígueme. Diciendo eso, el hombre se dirigió a la entrada la fábrica de procesamiento de mariscos.
.............. ..............continuara
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