Difference between revisions of "Black Bullet:Volumen6 Capítulo5"

From Baka-Tsuki
Jump to navigation Jump to search
m
Line 1,827: Line 1,827:
   
 
El ambiente de verano era llevado cada vez más intensamente por el viento.
 
El ambiente de verano era llevado cada vez más intensamente por el viento.
  +
  +
<noinclude>
  +
{| border="1" cellpadding="5" cellspacing="0" style="margin: 1em 1em 1em 0; background: #f9f9f9; border: 1px #aaaaaa solid; padding: 0.2em; border-collapse: collapse;"
  +
|-
  +
| Anterior: [[Black Bullet:Volumen6 Capítulo5|Capítulo5– Errantes del Purgatorio]]
  +
| Volver a: [[Black_Bullet_(Spanish)|Español (Spanish)]]
  +
| Siguiente: [[Notas del autor|Notas del autor]]
  +
|-
  +
|}
  +
</noinclude>

Revision as of 04:33, 4 February 2016

Parte 1

La batalla a muerte, celebrándose bajo la oscuridad de la noche mientras el barro salpicaba por todas partes, se había convertido en una lucha desesperada.

Habiendo luchado con ellos antes, Rentarō estaba muy familiarizado con la motosierra de Varanium de Tamaki Katagiri, que se fusionaba con sus guantes y el territorio de Yuzuki Katagiri, de hilos invisibles. Sin embargo, los feroces ataques ejecutados por el cuerpo pequeño de Mibu Asaka, superaban su imaginación.

Su Doble espada, consistía en una hoja adicional que se extendía desde la parte superior de la empuñadura de una espada ordinaria. Una extraña arma. Sólo en términos de longitud, podría igualar a una lanza. Como si estuviera bailando, Asaka movía sus caderas balanceando su arma. En comparación con el primer ataque, el segundo ataque, que realizaba cuando retiraba su arma, era uno del que debía tenerse más cuidado.

No sólo eso, haciendo uso de su fuerza como Iniciadora, utilizaba la espada para golpear el suelo a sus pies, produciendo ondas de choque parecidas a terremotos. El suelo temblaba tanto que Rentarō casi perdía el equilibrio.

En ese momento, Yuzuki y Tamaki aprovechaban la oportunidad para saltar por encima con un ataque repentino. Emitiendo gruñidos aterradores, la motosierra pasaba zumbando junto al oído de Rentarō.

En cualquier caso, Asaka debía neutralizarse primero. Encontrando una abertura, Hotaru y Rentarō dispararon al mismo tiempo. Los disparos fueron acompañados de chispas y balas rebotando. Al notar que Asaka usaba su espada para desviar las balas, Rentarō no pudo evitar sentirse aturdido. Si lo pensaba cuidadosamente, el antiguo IP Rank de Asaka era 275, era la tercera Iniciadora más fuerte que Rentarō había enfrentado después de Tina y Kohina. No había ninguna razón para subestimarla.

Al mismo tiempo, Rentarō intentaba gradualmente categorizar sus habilidades.

Su factor Gastrea probablemente le permitía aumentar su fuerza. El Exoesqueleto en forma de armadura fortalecía aún más ese rasgo.

Siempre que Rentarō atacaba, golpeaba las fibras absorbentes del exoesqueleto, por lo que Asaka casi no recibiría ningún golpe.

La única forma en la que Rentarō podría acabarla seria con un movimiento final usando un cartucho de su pierna, pero su oponente era capaz de retirarse cuando notara que Rentarō se preparaba para hacerlo.

La regeneración mejorada de Hotaru que le permitía revivir después de recibir una herida mortal era completamente inútil en este momento.

Si Hotaru dejaba la batalla por tan sólo un momento, Rentarō no sería capaz de manejarlos a los tres, por lo que rápidamente perdería. Entendiendo eso, Hotaru evitó cuidadosamente los golpes letales, y sólo proporcionaba fuego de cobertura desde lejos.

Sin tener en cuenta el poder base de Hotaru de regeneración mejorada, ella era demasiado inferior a Asaka e incluso Yuzuki en todo lo demás. Rentarō no podía encontrar ninguna oportunidad de victoria.

En esta situación en la que cualquiera se rendiría, Rentarō seguía luchando mientras mostraba movimientos asombrosos que dejaban sin habla al grupo de Tamaki.

—¡¿Por qué?!

Aunque se suponía que tenían una ventaja abrumadora, Yuzuki gritó mientras agitaba su cabello bajo la lluvia.

Usando su ojo artificial, Rentarō esquivó por poco tres golpes consecutivos de la Doble Espada de Asaka mientras bloqueaba el ataque de la motosierra de Tamaki y la patada de Yuzuki con su brazo y pierna protésica respectivamente.

La pierna izquierda de Rentarō se hundió en la tierra mientras el apretaba los dientes y aguantaba.

—¡Ohhhhhhhhhh!

Reuniendo todas sus fuerzas, empujó los ataques de sus oponentes hacia atrás, causando que los hermanos Katagiri tropezaran.

El cartucho en su pierna artificial exploto al mismo tiempo, impulsándola con una fuerza abrumadora.

Rentarō pisó el suelo, tratando de comprimir el barro bajo sus pies. Esto creó una depresión masiva en el terreno, que como resultado, produjo un violento temblor en la zona.

Aparte de Asaka, que había notado la intención de Rentarō y rápidamente se retiró, Yuzuki y Tamaki perdieron el equilibrio por el suelo y cayeron. Omitiéndolos a ambos, Rentarō se lanzó al ataque. No podrían ganar esta batalla al menos que derrotaran a Asaka.

Preparándose para atacar, Asaka levantó su doble espada en lo alto. Aun había veinte metros entre ella y Rentarō.

Notando que se había precipitado en el momento equivocado, y no podría llegar a tiempo, Rentarō se estremeció de terror.

Decidiendo en una fracción de segundo, saltó a un lado antes de escuchar el sonido de la tierra dividiéndose que lo congelo de terror. El lugar donde se encontraba antes había sido cortado en dos.

Rentarō se sintió totalmente aterrorizado.

Una espada… A diferencia de Kisara, Asaka cortaba el suelo a través de simple fuerza bruta.

El siguiente ataque giró hacia él horizontalmente.

Rentarō se agachó para esquivarlo, mientras escuchaba el sonido de algo dividiéndose detrás de él. Sin atreverse a dejar de moverse, miró hacia atrás para ver el segundo piso de la fábrica colapsando, mientras emitía una nube de humo negro.

Rentarō suprimió el chirrido de sus dientes mientras se movía tan rápido como podía.

En su campo de visión, Asaka se acercaba poco a poco. Una vez que estuviera en su rango de ataque, los cortes de su Doble Espada, serían tan cambiantes e impredecibles como los vientos de un huracán, atacándolo mientras rebanaba el suelo a sus pies.

Gracias a los cálculos a alta velocidad de su ojo artificial, Rentarō leyó desesperadamente la trayectoria de sus ataques y esquivo dos de ellos, entonces, realizo una finta mientras saltaba con fuerza hacia la derecha.

Asaka hizo una expresión de sorpresa.

… ¡Es el momento!

Rentarō planeaba encender el cartucho de su pierna izquierda para contraatacar. Pero, de repente, algo tiro hacía de él, haciéndole perder el equilibrio.

Mirando hacia atrás, Rentarō no pudo evitar abrir sus ojos.

Una farola, con forma de lirio, estaba iluminando la seda de araña.

Y quien usaba ambas manos para tirar de ella era Yuzuki, tirada en el suelo con una expresión de odio.

Cuando esquivo los ataques de hace un momento, su brazo se enredó en la seda de araña.

Sin ni siquiera tiempo para rechinar los dientes, vio la doble espada de Asaka aprovechando la apertura.

Rentarō cerró los ojos con fuerza. ¿Esto es todo?

Con un sonido agudo, el arma de Asaka salió volando de sus manos.

La más aturdida no fue nadie más que Asaka.

La espada fue lanzada a un lado por una bala que vino desde algún lugar, produciendo una gran cantidad de chispas antes de que saliera volando hacia un lado.

Eso no era todo. Casi al mismo tiempo, otra bala cortó la seda de araña extremadamente dúctil.

Un disparo increíblemente preciso.

—¡Rentarō!

Sin esperar a que la voz de Hotaru llegara a sus oídos, Rentarō entró en acción, atacando de lleno a Asaka.

Con un brillo segador lo suficientemente fuerte como para iluminar la noche oscura, la parte inferior del cartucho de su pierna artificial fue golpeada por el percutor, detonando la pólvora.

Rentarō observó el rostro de Asaka, que parecía tan indefenso como el de un niño perdido.





Diez minutos después...

Rentarō estaba inmóvil en el suelo fangoso, siendo golpeado repetidamente por las gotas de lluvia cayendo sin parar.

Tiradas junto a él, había dos personas.

A un lado, junto a los fragmentos de un exoesqueleto esparcidos desordenadamente, Mibu Asaka estaba en el suelo como un trapo, con su rostro dentro del agua fangosa.

La persona derrumbada al otro lado era Yuzuki Katagiri.

—Guh... Maldita sea... ¿cómo pudo suceder esto?

Escuchando un gemido, Rentarō volteó para ver a Tamaki desplomado contra una pared, limpiando la sangre de las comisuras de su boca.

Después de que Asaka fuera derrotada, las debilidades de los hermanos Katagiri fueron siendo más claras.

Estaban usando una técnica para evitar los ataques instantáneos de los cartuchos en la pierna de Rentarō. Pero por otro lado, también significaba que Rentarō podría usar tácticas para enfrentarlos de otra forma.

Ambos hermanos estaban centrados en ataques a corta distancia. Aunque el arma en la cintura de Tamaki podía funcionar a media distancia, a pesar de su poder destructivo increíble, las magnum tenían un retroceso muy fuerte, por lo que era casi que exclusivamente para enfrentar Gastreas.

El revólver magnum era completamente incapaz de oponerse a la Beretta de Rentarō en un combate, dada la diferencia en la capacidad de los cartuchos. Mientras atacaban a Tamaki, Hotaru y Rentarō obligaron a Yuzuki a saltar continuamente para salvar a su hermano. Atacarla en el momento en que estuvo fatigada fue tarea fácil.

Una vez que Tamaki fue el único que quedaba, no era más que un problema menor.

A través de sus gafas color miel, Tamaki miró Rentarō como si mirara a un traidor.

Rentarō simplemente lo soportó con una expresión fría.

—¡Mátame!

Rentarō lanzó un puñetazo al estómago de Tamaki.

Tamaki gimió mientras murmuraba «bastardo» y se desmayaba.

Rentarō lo observó por un momento antes de cerrar los ojos, dejando que las lágrimas fluyeran libremente.

—Rentarō...

Rentarō miró hacia atrás para ver a Hotaru de pie con las manos cruzadas frente a su pecho, mirando hacia él inquieta.

Rentarō negó con la cabeza y se acercó a su lado.

—Debemos irnos, este lugar es peligroso.

Había cosas que debía hacer.

Todo se arreglaría una vez que el Proyecto del Cisne Negro fuera sacado a la luz.

Sin importar la cantidad de maldiciones y odio que tuviera que cargar en sus hombros mientras lo hacía, era algo que debía terminar...

Parte 2

Rentarō se protegió sus ojos con una mano y miró hacia arriba. La mitad del amanecer era bloqueada por la pared masiva, pero a pesar de que era sólo el amanecer, podía sentir el calor abrazador del verano invadiendo su piel.

Al parecer, las nubes oscuras habían desaparecido con gran rapidez. El clima de hoy era un hermoso cielo azul, sin una sola nube.

Debajo del enorme muro había una placa de acero inoxidable que tenía escrito No. 0013.

Este muro de rocas negras, era un monolito. Moviéndose en medio de la noche para evitar a los peatones, Hotaru y Rentarō habían llegado junto al Monolito N º 13.

Mirando hacia atrás, podían verse los edificios y ruinas cuyos tejados habían sido aplastados. Los postes de electricidad se enredaban en los cables, como si trazaran patrones complicados en un juego de La cuerda del gato.

Por suerte, ya que era temprano en la mañana, no había ni un solo habitante.

—¿Realmente es aquí?

—Creo que debe serlo.

Hotaru respondió inmediatamente. Su voz sonaba tan fría como de costumbre, pero Rentarō podía sentir sus emociones dentro de ella.

—De acuerdo al repartidor, debe haber una alcantarilla cerca. Vamos a buscarla.

Había todo tipo de cosas en el lugar, incluyendo latas de aluminio y basura plástica. Usar las manos para buscar a través de ella requería una cierta cantidad de coraje. Rentarō uso sus botas para patear los objetos que estaban húmedos por el roció de la mañana. Probablemente debido a la basura podrida, el aire desde abajo estaba caliente.

Madera, recipientes y cosas como clavos oxidados estaban esparcidos por el suelo, por lo que era difícil verlo.

En el momento en que Rentarō se preguntó si el repartidor lo había engañado, finalmente encontró algo como una alcantarilla entre la basura.

Rentarō llamó a Hotaru, en el momento en que lo vio, ella dijo: Este debe ser el lugar.

—¿Por qué estás tan segura?

Con la punta de su pie, señalo hacia un lado de la tapa de alcantarilla. Allí estaba una pequeña estrella con plumas que uno podría omitir fácilmente. Rentarō sintió que sus vasos sanguíneos se contrajeron al instante.

Hotaru activo su poder y desprendió la tapa. El aire frío ataco hacia ellos mientras un olor a acre irritaba sus fosas nasales.

Rentarō iluminó con la linterna el interior. Tubos oxidados parecían extenderse de izquierda a derecha.

Tirando una bolsa hacia abajo y una caja que estaba llena de armamento, Rentarō reunió su coraje para bajar peldaño por peldaño por la escalera oxidada. A pesar de que no era el primero en bajar, entre más se adentraba al lugar en el que la luz del sol no brillaba, más terror sentía, como si estuviera entrando en la boca de un demonio.

Naturalmente, no había luz en el interior. Sólo las cosas dentro del círculo de luz producido por la linterna Maglite podían verse.

Escuchando ruidos extraños que parecían los gemidos de un fantasma, Rentarō se convenció a sí mismo que sólo era el viento soplando en el interior del espacio hueco.

Hotaru iluminó hacia delante de izquierda a derecha respectivamente en el momento en que se encontró con una encrucijada.

—Hacia el monolito o hacía de donde vinimos. ¿Qué camino usamos?

—¿Cuál elegirías tú?

—Hacia la dirección de donde vinimos.

—Entonces vamos hacia el Monolito.

Hotaru pateó a Rentarō en la rodilla. Realmente duele.

—¡Te odio, idiota!

Viendo a Hotaru hacer una expresión enojada, Rentarō no pudo evitar sonreír con ironía.

—De todos modos, vamos a ir hacia el Monolito y miramos. Si llegamos a un callejón sin salida, simplemente podemos devolvernos. Hotaru no parecía estar enfadada de verdad. Al final, asintió con la cabeza.

Cada paso que daban, producía sonidos en el agua gorgoteando debajo de ellos. El eco del ruido se hacía más evidente en cuanto más se acercaban al Monolito, mientras la expectativa en sus corazones aumentaba proporcionalmente.

A parte de algunas pequeñas curvas, el camino era prácticamente recto.

Después de caminar unos doscientos metros más o menos, Hotaru y Rentarō se detuvieron.

—Un callejón sin salida, ¿eh?

Un enorme muro, más o menos de un metro de ancho estaba bloqueando su camino.

Aunque no habían contado sus pasos, su ubicación actual estaba probablemente justo debajo del monolito.

Iluminada por una linterna, la superficie de cromo negra emitía un brillo oscuro. Eso era probablemente para evitar la invasión Gastrea. —Parece que nos dirigimos por la dirección equivocada.

—No, es demasiado pronto para decir eso.

—¿Rentarō? Habiéndose volteado para irse, Hotaru se dio la vuelta de nuevo.

Tocando a lo largo de la suave superficie fría del Varanium, Rentarō encontró una pequeña depresión con sus dedos. —Hotaru, ven y echa un vistazo.

Rentarō dejó que Hotaru viniera a su lado y tocara. Al instante, hizo una expresión como si saltara del miedo. Había un pequeño agujero en el Varanium de por lo menos dos centímetros de diámetro.

—¿No escuchábamos un ruido como un silbido justo ahora? Probablemente era debido al viento soplando a través de este agujero. Además…

Rentarō hizo una pausa y apuntó con la linterna en dirección al agujero.

—¿No parece el ojo de una cerradura?

Aunque no entendía al principio, Hotaru de repente pareció comprender. Tapándose la boca con una mano, comenzó a buscar desesperadamente en el bolsillo de su chaqueta.

—La encontré.

Hotaru sacó una llave en forma de hoja de arce. La habían tomado de Sword Tail y ninguno de los dos sabía que era, hasta ahora, sólo lo consideraban un objeto misterioso.

Rentarō dio un paso hacia atrás, Hotaru introdujo la llave y la giró. Con un sonido leve de un desbloqueo, la pared se abrió en silencio, como si se agitara desde adentro para saludarlos.

—¡Esto es...!

Era un espacio en forma de cúpula de aproximadamente el tamaño de una casa. Además, había algo parecido a un tren detenido allí. Su tamaño era demasiado pequeño para ser uno, pero demasiado grande como para llamarlo un microbús. —¿Un vehículo riel de luz (LRV)...? ¿Por qué hay uno aquí?

Los LRV eran trenes terrestres de última generación que funcionaban con luz y rápidamente alcanzaban altas velocidades.

Después de pasar la puerta, Rentarō notó que el techo del lugar era muy alto. Detrás del LRV, un túnel y una pista se extendían a la distancia.

Tratando de usar la linterna para iluminar hacia allí, la parte posterior de la pista estaba envuelta por oscuridad, y no podía verse claramente.

Probablemente era la estación del LRV.

—¿Es lo que creo que es...?

—Sí.

Ese túnel probablemente llevaba a alguna de las bases del Five Wings Syndicate.

Pensándolo mejor, este lugar estaba justo debajo del monolito. Una vez que tomaran el LRV entrarían al área Inexplorada.

Por alguna razón, estas personas habían comprado grandes cantidades de Trihidroxicina, y por eso, identificaron la droga al interior del Gastrea.

Suibara Kihachi, Surumi Ayame, Hōbara Kenji, Takamura Saya y Ebihara Giichi. De los asesinatos conocidos por Rentarō, ya contaban cinco. Ese número probablemente sólo era la punta del iceberg.

¿Qué secreto sabían estas víctimas? ¿Por qué debían ser silenciadas a cualquier precio? ¿Quiénes eran realmente los que los cazaban? ¿Por qué el Proyecto del Cisne Negro requería que se derramara tanta sangre?

Teniendo en cuenta la posibilidad de una trampa, Rentarō se acercó cuidadosamente el LRV antes de finalmente abordarlo.

Con el anillo en forma de mano para sostenerse y los asientos, la cabina era muy similar a la de los trenes ordinarios. La falta de polvo significaba que había sido utilizado recientemente.

Preguntándose cómo activar el LRV, Rentarō se colocó en el asiento del conductor. Inesperadamente, las distintas partes del tablero estaban cuidadosamente etiquetadas con instrucciones. Después de leerlo todo, Rentarō parecía confiado de poder conducirlo.

Girando una llave, poniendo en marcha la máquina. Las luces tenían mucho alcance, más allá que la pequeña linterna Maglite, iluminando la oscuridad por delante.

Colocando su mano sobre la superficie metálica fría del panel de control, Rentarō lo operó lentamente. El indicador de velocidad al instante se disparó, acompañado de intensas vibraciones. Al mismo tiempo, el anillo en forma de mano para sostenerse, comenzó a balancearse.

Después de que Rentarō empujó la barra de control para el engranaje P5 y verificó la aceleración del tren, el LRV cambió a modo de velocidad constante después de alcanzar los cincuenta kilómetros por hora.

Sintiendo que había alguien detrás de él, Rentarō se dio la vuelta para ver a Hotaru mirando fijamente la pared interior del muro. —El interior del túnel parece ser de Varanium.

Escuchándola decir eso, Rentarō entrecerró los ojos y observó. —Ya veo, así que este túnel fue cavado con una Shield Machine8. 8 Maquina escudo.

—¿Una Shield Machine?

—Es una maquina utilizada para cavar túneles. Hay algo parecido a un corte en el frente. Los últimos modelos colocan en las paredes materiales segmentados, reforzándola para evitar que colapse. El material segmentado utilizado para este túnel probablemente fue Varanium.

—Que increíble tecnología.

El comentario de Hotaru fue muy corto, pero Rentarō podía entender a lo que ella se refería.

El Five Wings Syndicate necesito transportar una Shield Machine aquí, montarla, hacer que escavara el túnel y luego desmontarla pasando desapercibidos. Aparte de las vías del túnel, también construyeron un sistema LRV. Sólo la ingeniería por sí sola era un proyecto increíblemente monumental.

Una vez existió un Proyecto llamado Cassiopeia en el pasado, que sugería el uso de Shield Machines para construir una red ferroviaria gigante que conectara las cinco áreas de Japón. Pero aparte de las dificultades técnicas que eran muy difíciles de superar, fue difícil promover el proyecto debido a los políticos y los que tenían intereses ocultos que no querían que la competencia producida por la circulación de mercancía hiciera los productos más baratos.

Siendo capaces de hacer algo como esto incluso antes que el estado, ¿qué tan grande era el Five Wings Syndicate exactamente?

Después de que el diálogo se detuvo, el estado de ánimo se volvió sombrío. Lo único que se escuchaba era el sonido del vehículo moviéndose sobre las vías, haciendo que el interior se sacudiera violentamente.

Colocando su mano en el panel de control para operar los faros, Rentarō miró hacia la oscuridad que era imposible de iluminar totalmente por un buen rato, cuando de repente, escuchó un sonido metálico detrás de él. Mirando hacia atrás, vio a Hotaru abrir la bolsa y la caja con las armas preparándose para la batalla.

Agarrando un subfusil ametralladora vectorial KRISS e inspeccionando la cámara, Hotaru murmuró con indiferencia.

—Rentarō, he pensado sobre eso. Supongo que no debemos ayudarnos unos a otros después de todo. Si me golpean, no te preocupes y sigue luchando. Por el contrario, no vas a importarme cuando este luchando.

Era casi como si hubiera regresado a su actitud fría de cuando se conocieron. Ofendido, Rentarō estuvo a punto de replicar cuando entendió por qué estaba diciendo eso.

Tal vez ella ya tenía un presentimiento sobre lo que iba a pasar ahora.

Algo estaba esperándolos allí a ambos.

Viendo una señal de Stop escrita con letras rojas en las paredes, Rentarō se movió rápidamente hacia el panel de control para presionar el freno.

Después de que la inercia los llevara hacia adelante, su cuerpo se echó hacia atrás como si rebotara. Rentarō casi pierde el equilibrio.

—Es aquí.

Junto al muro de hormigón que impedía el paso, había una puerta de color metálico. Por encima de la puerta, había una caja de luz de color verde con las palabras Tercer Laboratorio de Investigación Bioquímica.

—¿Laboratorio de investigación? ¿Este lugar es un laboratorio de investigación?

—¿Exactamente en qué lugar estamos?

—Viajamos a 50 km/h durante veinte minutos por lo que un cálculo simple dice que recorrimos un poco más de dieciséis kilómetros.

Naturalmente, este lugar no estaba protegido por los campos magnéticos del Monolito. En términos de superficie del suelo, esto también contaba como Área Inexplorada.

Probablemente era un laboratorio de investigación subterráneo. Supongamos que hubiera una instalación así debajo del suelo, ¿cómo evitaba una invasión Gastrea?

Rentarō limpió la gran cantidad de sudor de sus manos en su pantalón y sostuvo la manija de la puerta mientras miraba a Hotaru a los ojos.

—Vamos a entrar.

Después de abrir la puerta, ambos entraron.

El interior era muy oscuro. Una línea de focos en el techo dejaba salir una luz azul pálida como luces fantasmales, reflejándose en las paredes y el suelo gris. Era muy similar a un hospital después que apagaban las luces.

No había ni un alma a la vista. Todo lo que podía escucharse era el sonido de maquinaria operando en alguna parte. El aire estaba lleno de un olor a productos químicos. El suelo estaba muy limpio, por lo que sólo podía suponer que había sido limpiado hace poco.

Después de pasar a través de una puerta grande, llegaron a un vestuario. Había placas con nombres tales como Firebird, Huckebein o Squid, lo más probable es que fueran nombres clave.

Todas las placas de identificación estaban colocadas, lo que significaba que ninguno había venido a trabajar. Probablemente hoy era un día libre. O también podría ser que Five Wings Syndicate hubiera abandonado este lugar, preocupados por la investigación de Hotaru y Rentarō. Después de entrar en la oficina, Rentarō se convenció aún más de la segunda posibilidad.

Por todo el suelo había cenizas de papeles cuidadosamente quemados, además de otros restos triturados. Esta instalación aparentemente confiaba aún en los papeles impresos, y seguía utilizándolos.

Naturalmente, el Five Wings Syndicate sabía que Rentarō había derrotado a Hummingbird y a Sword Tail. Decidiendo que su objetivo final probablemente sería este, probablemente habían decidido marcharse por su cuenta.

Si su especulación era correcta, entonces la verdad que Rentarō buscaba ya no estaría aquí.

Pero contradiciendo la voz de su razón, una casi imperceptible presencia fue captada por Rentarō.

Era casi como si alguien estuviera reprimiendo su respiración, mirándolos fijamente desde algún rincón oscuro de esta instalación.

A pesar de que había un ascensor funcionando. Hotaru y Rentarō decidieron instintivamente que era demasiado llamativo viajar allí.

Por el panel de información del ascensor, podían decir que sólo había dos pisos más por debajo de este.

Tomando la escalera hacia el piso debajo, Rentarō sintió el aire inusualmente frío.

Tras continuar caminando, por fin llegaron a una sala blanca.

Allí, simple esterilización podía realizarse, y había trajes blancos guindando de las paredes. Pero no había nada para detener a Hotaru y Rentarō que seguían avanzando.

Después de activar la partición interior, vieron algo que parecía un muro grueso al otro lado. En el muro había algo así como un panel de control de aspecto futurista. Rentarō sintió como si hubiera entrado en una estación espacial.

Sólo después de que la partición anterior se cerrara correctamente, se abrió la siguiente.

Delante de ellos había un pasillo enorme. En las profundidades del pasillo frente a ellos había algo increíble.

—¿Jaulas...?

Había jaulas rectangulares incorporadas en las paredes a lo largo del pasillo. No sólo una o dos, sino que a ambos lados del pasillo, habían hileras tan largas de jaulas que llegaban hasta donde alcanzaba la vista.

El problema era el tamaño de las jaulas. Eran claramente demasiado grandes para ser utilizadas para retener ratas o conejos para experimentos. Además, podían escucharse débiles respiraciones del interior de las jaulas.

Las jaulas contenían ciertas criaturas. Y no sólo una o dos. Algo estaba conteniendo el aliento, mirando hacia su dirección.

Rentarō estaba a punto de dar un paso hacia el pasillo, cuando de repente sintió algo tirando de él, por lo que miró hacia atrás para ver a Hotaru sacudiendo la cabeza hacia él. Aunque Rentarō podía comprender completamente lo que ella sentía, no podía dar marcha atrás ahora que estaba aquí. Sin importar que, entendía eso.

—Vamos a confirmar la verdad.

Rentarō caminó ligeramente hacia el pasillo. Un sentimiento de pesar carcomía su mente como si hubiera entrado en un mundo paralelo.

Después de caminar por un tiempo, a pesar de mirar hacia lo que había en las jaulas, no podía ver lo que había dentro.

Con su mano temblando, Rentarō encendió su linterna Maglite y apuntó hacia la jaula más cercana.

Unos ojos de color rojo brillante se iluminaron. En ese instante, Rentarō supo que lo que había adentro estaba cargado con locura. Aparte del ruido ensordecedor de los ladridos, la criatura ataco con fuerza contra la jaula, royéndola como loca con sus dientes como si intentara romperla. Presa del pánico, Hotaru corrió y disparó su metralleta.

—¡Geeeeeeeeeeeeeeee!

Haciendo un extraño sonido como si fuera una rata, la criatura se retiró a las profundidades de la jaula. Como si las paredes hubieran explotado, todas las jaulas emitieron ruidos fuertes. Asustadas por los disparos, las criaturas en las otras jaulas gritaban con fuerza y golpeaban contra ellas.

—¡Date prisa y escapa!

Sin esperar una respuesta, Rentarō sostuvo la mano de Hotaru y corrió por el pasillo.

Sólo después de golpear la puerta con su hombro y saltar hacia el otro lado, Rentarō pudo soltar la respiración que estaba conteniendo.

—Esas cosas no podrían ser eso, ¿cierto?

—Cierto.

Después de esperar a que su pulso se calmara, Rentarō se acercó a una jaula agitada. Una vez más, apuntó con su linterna hacia ella.

Tenía una superficie reflectante viscosa. La piel podrida segregaba algo parecido al limo. En las profundidades de la jaula, había un grupo de criaturas haciendo ruidos horribles.

—¿Todos estos son Gastreas?

—Ignoremos eso por ahora, primero, vamos a echarle un vistazo a esto...

Rentarō apuntó la linterna a la jaula en vez de a los Gastreas.

El cuerpo de Hotaru se tensó, como si hubiera sido golpeado por una bala.

—¿Jaulas hechas de Varanium...? No puede ser… ¿Cómo puede ser eso posible?

La gran mayoría de los Gastrea eran débiles al Varanium. Si estaban confinados en un espacio hecho de Varanium, se debilitarían y morirán.

Este laboratorio de investigación probablemente fue abandonado en los últimos días, pero los Gastrea encerrados en estas jaulas tenían probablemente mucho más tiempo aquí que eso.

Incluso un Fase IV estaría medio muerto en un estado lamentable después de haber sido encerrado en algo como esto durante medio día. ¿Cómo sobrevivieron estos?

Sin embargo, lo único que podían hacer ahora era poner sus preguntas a un lado y seguir adelante.

Dentro de una pequeña habitación de madera del tamaño de tres tatamis que poseía normas de seguridad de nivel P4, había un monstruo pulpo con tentáculos entrelazados haciendo ruidos extraños mientras intentaba romper la ventana de cristal.

Después de entrar en una sala de cirugía y ver el estado trágico de las mesas quirúrgicas, Rentarō renunció a seguir investigando y cerró la puerta. Este laboratorio de investigación llevaba a cabo todo tipo de experimentos Gastrea. No había duda sobre eso. Los investigadores probablemente se dieron por vencidos en aplicarles la Eutanasia a estos Gastrea y simplemente huyeron.

Rentarō había presenciado muchas escenas abrumadoramente ilícitas, pero de alguna forma, tenía la sensación de que todavía no había visto la prueba decisiva.

Y esa era la columna vertebral del Proyecto del Cisne Negro, probablemente situada en algún lugar de este laboratorio.

Después de recorrer varias zonas del lugar, finalmente llegaron a una puerta gigantesca.

De acuerdo al mapa pegado en el pasillo, el espacio detrás de esta puerta era tan grande como una sala de conciertos.

La placa en la puerta decía Cámara de incubación.

—Vamos a entrar.

Rentarō dijo eso para estimularse antes de tocar el panel de control para abrir la partición. Después de entrar, encontraron otra partición. Con un sonido de presurización, la partición donde estaba Rentarō se llenó con aire frío para activarla. Una fuerte ráfaga de aire frío pasó junto a sus pies.

Entonces eso finalmente entró a su vista…

Esferas abultadas de color amarillo-verdoso temblaban como si se tratara de movimientos fetales.

Las bolsas abultadas estaban rodeadas por una red de tubos de sangre. Un gran número de esas cosas estaban colgando del techo. Cada bolsa era lo suficientemente grande como para contener a una persona. En las bolsas translucidas había todo tipo de figuras, incluyendo un Hombre-pez de múltiples cabezas, un escarabajo con verrugas que crecían de todo su exoesqueleto, y un organismo gigante similar a una cuerda que no se podía saber si era una serpiente o una lombriz.

La densa cantidad de bolsas amarillo-verdosas parecían extrañamente un racimo de uvas. El interior de esta cúpula estaba lleno con muchas de esas cosas formando muchos racimos. Cada bolsa contenía un Gastrea en su interior.

Era casi como una cantidad de uvas creciendo en un viñedo.

—… El Vineyard debe ser quemado…

A pesar de que nunca había escuchado a la Dra. Surumi durante su vida, podía escuchar esa voz resonando vacíamente en su mente.

—N-No puede ser... ¡Imposible!

—¿Qué quieres decir? ¡¿No hay forma...?!

Hotaru también pareció entender la verdad, sólo que seguía fingiendo no darse cuenta. Su actitud de negación estaba haciendo a Rentarō ponerse nervioso.

—¡Es la cámara de incubación! ¡Incuban Gastreas! ¡Y no sólo Gastreas ordinarios!

Aunque Rentarō sabía que ella era la persona equivocada para descargar su ira, debido a la sangrienta escena frente a él, no pudo evitar perder el control de sí mismo.

—Una vez que estos Gastreas se desarrollan y maduran, son colocados en las celdas que vimos antes. ¡Esos no son Gastreas ordinarios...! Han sido modificados para tener resistencia contra el Varanium, por lo que no mueren incluso cuando están encerrados en jaulas hechas de Varanium. Maldita sea... Así que eso es lo que está pasando.

¿No lo había dicho Sumire antes?

Las personas en un principio pensaban que todos los cisnes eran blancos, pero después de que se descubrieran cisnes negros en Australia, se armó un gran revuelo entre los Ornitólogos. En un mundo que en un principio creyó que todos los cisnes eran blancos, nadie podía predecir la existencia de cisnes negros…

Desde entonces, el término «Teoría del cisne negro» fue usado para describir fenómenos donde las personas sufren pérdidas sin ningún tipo de preparación porque consideraban que era imposible debido a su adhesión al sentido común.

Una predicción como «Ya que esta área ha tenido buenas cosechas durante cinco años, inevitablemente habrá una inundación» sería considerada una tontería, ¿no?

De hecho, nadie podría imaginar que existieran Gastreas con resistencia contra el Varanium. Si estas cosas se multiplicaban rápidamente a través de infecciones, eventualmente se harían cargo de todas las naciones de la humanidad, estableciendo así un imperio Gastrea.

Eso era el Proyecto del Cisne Negro. Demasiado Horrible. Demasiado sucio. Rentarō no podía creer que otros humanos pensaran en hacer algo así. —Pero ¿Con que fin el Five Wings Syndicate realiza este tipo de investigación...?

Rentarō negó con la cabeza.

—Un brote de infección podría iniciarse fácilmente sólo por liberar a tantos de estos Gastrea resistentes al Varanium.

—¡Imposible! Los Gastrea no van a escuchar a los seres humanos sin importar como los críes o intentes darles órdenes. Muchos experimentos que intentan controlar a los Gastrea insertando chips en sus cerebros han fracasado. Si estos Gastreas encarcelados fueran liberados al mismo tiempo, sólo se dispersarían como animales salvajes.

—Trihidroxicina.

Todo el cuerpo de Hotaru se congeló al instante.

—Pero aún hay un problema sin resolver, ¿no? ¿Por qué la organización compra tan grandes cantidades de Trihidroxicina en el mercado negro aun a riesgo de ser descubierta? Esta droga tiene un poderoso sedante. Aunque no sé los detalles, parece que al criar a estos Gastreas en un estado sedado, pueden obligarlos a atacar el área de Tokio y dirigirse hacia ella, ¿cierto? Piensa en ello, ¿no fue lo mismo allí? Durante la guerra, la gente estaba obligada a desarrollar grandes reflejos, por lo que entrenaban para dispararle a un arma de fuego tan pronto como veían un blanco.

Condicionamiento era el término que se refería a la capacidad de entrenar animales para que respondieran a un cierto estimulo de control.

Por ejemplo, poniendo ratas de laboratorio en un laberinto y dándoles comida para hacerlas aprenderlo, al final, las ratas serian capaz de salir del laberinto casi sin dudarlo.

Si condicionaban a los humanos en los entrenamientos para disparar tan pronto como vieran el objetivo, desarrollarían un mecanismo para apretar el gatillo sin necesidad de una voluntad consiente, aumentando considerablemente su eficiencia a la hora de acabar con los enemigos.

Eso era lo que a los comandantes les gustaba ver en las mayorías de las guerras, pero también causó el mal hábito de que los soldados mataban a quien apuntaban de inmediato, incluso si no era necesario, resultando en un trastorno postraumático grave Postraumatic Stress Disorder en otras palabras, el auto reproche por los asesinatos causaba inestabilidad mental en los soldados. El precio era incomparablemente alto.

Esos experimentos demostraron que, incluso como animales superiores, los seres humanos podían desarrollar un condicionamiento. No había que decirlo de los Gastrea...

—Pero... incluso si es posible en teoría, ¿cuáles son las posibilidades de que todo vaya según lo previsto en la práctica?

—Es por eso que necesitan experimentar.

Rentarō miró el centro de la estructura en forma de cúpula. Los racimos de Gastreas atraían toda su atención, por lo que en un principio no notó que en el centro de la cúpula, de unos veinte metros de diámetro, había algo enorme que se extendía hacia arriba con un complicado dibujo de cables y tubos, que recordaba el tronco de un árbol.

De hecho, era como un árbol construido mecánicamente. Esas cosas que parecían tubos eran probablemente para apoyar todos los racimos desde arriba.

—El Five Wings Syndicate probablemente libera a los Gastrea para realizar experimentos, para probar si realmente son capaces de colarse en el área de Tokio. Por eso, agregaron los pentagramas alados para evitar que se confundieran con los otros Gastrea. Además, prepararon un equipo de antemano para que estuviera a cargo de recuperar esos cadáveres. El Gastrea que Suibara y tu derrotaron era probablemente uno de esos «Gastrea resistentes al Varanium». Originalmente iba a ser recuperado rápidamente antes de ser entregado a la Dra. Surumi, pero al final... La Dra. Surumi descubrió algo, por lo que contacto a Suibara y ambos comenzaron a investigar juntos, descubriendo finalmente la verdad que no estaba destinada a ser conocida. Por ese motivo, ambos fueron silenciados…

… Suibara, ¿fue esto lo que no tuviste la oportunidad de decirme en aquel entonces?

Un llanto repentino causó que Rentarō mirara hacia atrás, para ver a Hotaru de rodillas, tapándose la cara con ambas manos.

Ella negó con la cabeza y gritó de dolor.

—N-No puedo creer que fuera por este tipo de cosas que Kihachi-san... Yo estaba muy feliz sólo con Kihachi-san a mi lado. ¡Pero al final…! En efecto. Ella era una víctima más del Proyecto del Cisne Negro.

Sólo por liberar todos esos «Cisnes Negros» el área de Tokio seria destruida. Suibara estaba decidido a avisar sobre esta crisis, a pesar de que sabía que intentar hacerlo podría poner en riesgo su vida.

Si Hotaru y Rentarō perdían ahora, entonces el secreto por el que Suibara y los demás entregaron sus vidas para revelar se hundiría en la oscuridad de nuevo. El Five Wings Syndicate reanudaría estos experimentos macabros en alguna parte.

Todo el dolor y la tragedia habían comenzado aquí. Por ese motivo, aquí debían llegar a su fin.

Rentarō movió ligeramente su cabeza y miró hacia el árbol gigante.

—Hotaru, me equivoqué. Originalmente quería colarme en este laboratorio para encontrar pruebas que limpiaran mi nombre. Pero ya no es una cuestión de probar mi inocencia. Ni uno de los Gastreas que están aquí debe salir. Todos deben ser exterminados aquí.

—Pero ¿Cómo planeas hacer eso?

Rentarō miró hacia el centro de la cámara de incubación.

En el árbol gigante, había caminos que conducían hacia afuera desde allí. Esos caminos utilizaban andamios sin ningún tipo de decoración. Rentarō reunió su determinación para subir por ellos, sus botas traquetearon contra el metal.

Mirando hacia abajo desde los andamios, Rentarō vio gas blanco «hinchando» la raíz del árbol gigante y convirtiéndose en niebla. El aire frío que estaba sintiendo desde hace un rato probablemente era el resultado del nitrógeno a una muy baja temperatura. Si caía de aquí, las consecuencias serían impensables.

Al llegar al centro de la cúpula, Rentarō examino la maquinaria que parecía el equipo para controlar el Vineyard. Probablemente era posible matar a los Gastreas siendo incubados si destruía esa máquina.

¿Qué tan grande era esta organización como para ser capaz de construir un sistema de este tipo? ¿Hasta dónde se había infiltrado en el área de Tokio? Afortunadamente, Rentarō estaba alerta en todo momento por si habían enemigos detrás de él, por lo que, muy pronto, fue capaz de notar la intención asesina cerca de ellos.

Rentarō movilizó su brazo prostético. El propulsor interno empujó el cartucho después de que el extractor lo expulsara.

Estilo de Artes Marciales Tendō, Tipo Uno, Número Tres…

—¡Rokuro Kabuto!

Trazando un círculo, su puño se abrió violentamente, impactando con fuerza al objeto que se acercaba a Hotaru. En un abrir y cerrar de ojos, una onda expansiva atravesó el aire, produciendo un fuerte ruido mientras desviaba el objeto… Una bala de rifle volando hacia ella.

Rentarō miró hacia la dirección de donde la bala había venido. Hotaru sólo lo notó después de ver el movimiento de Rentarō y frenéticamente miró hacia el mismo lugar.

—Bienvenido, Satomi. Sabía que vendrías.

Una figura se acercó lentamente desde el otro lado del andamio, produciendo sonidos que resonaban en el lugar.

Con el puente de la nariz recto y ojos tranquilos, el rostro del joven, que estaba usando un uniforme hasta el cuello, mostró una sonrisa. Colocando a un lado el rifle de francotirador cuya boquilla botaba humo, se acercó con las manos en los bolsillos.

—Yuuga… Mitsugi...

Rentarō murmuró su nombre con una voz llena de odio, sin sentir ningún tipo de sorpresa. Después de todo, esperaba que este tipo apareciera frente al para impedir su camino.

Aparte de eso, Rentarō también sabía que no podía esperar vencer al Five Wings Syndicate si antes no vencía a este tipo. Mirando fijamente a Yuuga, Rentarō le susurro a su compañera:

—Hotaru, tengo que pedirte un favor. ¿Podrías llevarte los explosivos en la bolsa y colocarlos en los puntos críticos de la instalación? Voy a encargarme de él.

—Yo también…

—Por favor. Debo decidir las cosas entre él y yo.

Hotaru parecía que quería decir algo más, pero de mala gana acepto resignada.

—...Te deseo buena suerte, Rentarō. Por favor, no mueras sin importar lo que pase.

Dejando atrás esas palabras, Hotaru sostuvo la mochila en sus brazos y salió corriendo como si tratara de sacudir su vacilación.

Después de mirar hacia los lados para asegurarse que saliera por la puerta, Rentarō miró de nuevo hacia adelante.

Un solitario silencio fluía que fue remplazado por el sonido de un vapor refrigerante. Rentarō sentía una ilusión como si estuviera en un puente en las montañas, donde la niebla colgaba en el aire.

Rentarō bajó la voz y preguntó:

—Parece que ya se dé que se trata todo, Mitsugi Yuuga. Voy a exponer toda esta mierda que ustedes están haciendo.

—Por favor, ten misericordia.

—¿Cuál es el objetivo del Five Wings Syndicate? ¿Venderles Gastreas resistentes al Varanium a terroristas del tercer mundo?

—¿Venderlos? ¿Por qué deberíamos hacerlo? Por supuesto que vamos a utilizarlos.

Rentarō se sintió preocupado, sin entender lo que quería decir. Su mente racional se negaba a comprender sus palabras.

—¿Dijiste... utilizar?

—En efecto.

Yuuga extendió sus manos y le dijo a Rentarō:

—Nosotros, el Five Wings Syndicate, tenemos como objetivo precisamente, la hegemonía de administrar el mundo.

Yuuga caminó con un aire de superioridad alrededor de Rentarō explicándole.

—Aunque no estoy muy seguro de cómo eran las cosas antes de la guerra, las cinco Áreas de Japón son los principales productores de Varanium. Eso, combinado a que nuestra nación se basa en la ciencia y tecnología, nos convierte en uno de los pocos países ricos del mundo. Debido a que los distintos países del mundo han perdido la forma de ayudarse a sí mismos, se esconden en cuevas como osos hibernando. Nuestro objetivo es restablecer el orden y limpiar el mundo de los Gastrea. Para eso, debemos primero unificar el mundo y colocar todo bajo nuestro control.

—...

—Lo trágico es que la gente del mundo se divide por razas, religión y mentalidad. Incluso si queremos darles órdenes, no serán pocos los que se nieguen a obedecer, ¿cierto? Con el fin de hacer que el mundo coopere en unidad, los países desobedientes deben ser erradicados. Esa es la razón por la que nacieron los Gastrea Resistentes al Varanium.

—¿Qué...? ¿Erradicar? ¿Cuál es la diferencia entre eso y conquistar el mundo por la fuerza?

—Completamente diferente. Estamos tratando de crear un mundo sin Gastreas, llevando al mundo hacia una mejor dirección. En el proceso de eso, debemos suplantar a la superpotencia considerada como policía mundial mientras hacemos varias naciones más grandes y a las más pequeñas las sometemos a nosotros. Se supone que somos la especie más avanzada, pero los animales sociales llamados seres humanos son, lamentablemente, aun incapaces de crear modelos de gobierno sin una clase dirigente. A pesar de tener cerebros inteligentes, la tendencia humana a seguir ciegamente a la autoridad no los hace diferente a las hormigas, por lo que, alguien debe servir de hormiga reina para enseñarle a las masas a moverse correctamente. Quien cumplirá ese rol es precisamente el Five Wings Syndicate, reclutando patriotas de las cinco áreas de Japón y los países exteriores, reuniendo a todos bajo una ideología para convertirse en una organización que supere al estado.

—¿Estás hablando en serio?

—Por lo menos, los que están por encima de mi creen eso. Es por eso que somos la fuerza de choque que transcenderá a los Nuevos Humanos para construir el Nuevo Mundo.

Rentarō sacó su arma de fuego a la velocidad de un rayo y disparó a los pies de Yuuga. Una bala abrió un agujero en el suelo.

A una temperatura igual de alta que su rabia, la boquilla soltó un calor abrazador en un extremo de su brazo.

—Deja de estar bromeando... ¿Sólo por algo como eso Suibara murió? ¿Por este tipo de caos mundial hicieron llorar a Hotaru?

Yuuga se encogió de hombros indiferente.

—Ya escuché bastantes absurdeces. Tu y yo nunca nos llevaremos bien... ¡Vamos a ponerle fin a esto ahora mismo!

El ojo izquierdo artificial de Rentarō y los dos ojos de Yuuga activaron su poder al mismo tiempo y empezaron a calcular.

—Es un día maravilloso. Vamos, vamos a hacerlo. Entre el Nuevo Plan de Creación Humana y el Nuevo Plan de Creación Mundial, ¡Veamos cual es la correcta evolución de la humanidad!

Rentarō y Yuuga finalmente comenzaron la batalla final.

Justo en ese momento, una neblina aún más densa que antes ocultó sus figuras.

Rentarō detuvo los cálculos predictivos de su ojo artificial. Sin embargo, el enemigo se enfrentaba a las mismas condiciones también.

Usando la postura Tipo Uno Número Cinco del Estilo de Artes Marciales Tendō, Tiger Prevails Over Heaven, Rentarō atacó.

Incluso sin necesidad de utilizar un cartucho, Rentarō fue capaz de alejar la cortina de niebla lejos con el movimiento a la velocidad del sonido de su brazo. Al final, el que fue sorprendido terminó siendo el mismo Rentarō. No encontró a su enemigo.

En ese instante, sintió un intenso dolor en un costado de su cabeza, haciendo que su visión se oscureciera de inmediato.

—¡Guh!

Mirando más de cerca, notó que Yuuga retiraba su pierna después colocarse a su lado y desatar una patada.

En la mano izquierda de Yuuga, había un cuchillo de grandes dimensiones similar a una daga. Cuando Rentarō giró para seguir sus ataques, sólo pudo ver sus movimientos como las imágenes residuales de un rayo.

Forzando la habilidad de cálculo de su ojo hasta el punto que sintió que estaba a punto de explotar, Rentarō apenas pudo ver la trayectoria de la hoja y torcer el cuello para evadirlo. Después de enredar el codo de su enemigo, torció su brazo en un intento de golpearlo en la mandíbula inferior, pero, lamentablemente, fue bloqueado por el arma que su enemigo usaba.

El rostro de Yuuga, lleno de odio, estaba muy cerca de él. Cuando su rostro se acercó de repente, causó que Rentarō casi viera estrellas saliendo de su propia cabeza.

Para cuando Rentarō notó que habían chocado sus cabezas, estaba sangrando por la nariz y había retrocedido unos pasos.

Su visión se sacudió. La sangre en su nariz goteo ruidosamente en el suelo metálico, salpicando de una manera aterradora.

Cuando Rentarō miró hacia delante de nuevo, la figura de Yuuga volvió a desvanecerse en la niebla densa.

Rentarō entró en pánico por un momento, pero de pronto suprimió esa sensación.

Usar su ojo para capturar al enemigo no iba a funcionar.

La persona era el arma. El arma era la persona. Durante la batalla contra Tina, Rentarō había entendido «El poder cuando la persona y el arma se vuelven una» incluso hasta el punto de no sólo sentir su propia arma, sino también el sonido del enemigo apretando el gatillo y el martillo de su arma descendiendo.

En el momento en que saltó a la derecha, un fogonazo salió del otro lado de la niebla. Rentarō escuchó el sonido ensordecedor de los explosivos detonando.

—¿Qué?

Inesperadamente, pudo evadir la bala sin usar su ojo artificial.

Rentarō no desaprovecho la oportunidad para acercarse a Yuuga. Para el momento en que Yuuga quiso apuntar la boquilla del arma hacia Rentarō de nuevo, ambos estaban a un rango muy cercano.

Con ambas manos libres, Rentarō caminó en el piso con ambos pies y gritó:

—¡Estilo de Artes Marciales Tendō, Tipo Uno, Numero Quince…!

El cartucho hizo un sonido destructivo mientras expulsaba el casquillo. Con un impulso a un nivel increíble, el puño de Super Varanium atacó ferozmente hacia arriba desde abajo. Este golpe era similar a una bola de demolición oscilada por una grúa en un sitio de construcción. No sólo supero la barrera del sonido, también alejo la niebla.

Yuuga cruzó frenéticamente ambos brazos para defenderse, pero fue inútil.

-¡Carpa en el lago de las montañas nubladas!.

El gancho dirigido hacia arriba golpeó el brazo izquierdo de Yuuga que usaba para defenderse, lanzándolo casi diez metros a la distancia.

Las cosas no habían terminado aún. Orientando el cartucho de su pierna hacia atrás y activando el propulsor una vez más, Rentarō continuó su ataque.

Saltando en el aire a la misma altura que la curva parabólica de Yuuga, hizo detonar un cartucho de su pierna, lo que causó otro sonido explosivo intenso mientras el casquillo caía en el aire.

Este movimiento era del Estilo de Artes Marciales Tendō, Tipo Dos, Numero Dieciséis: Zen Oculto: Huracán Negro.

—¡Rahhhhhh!

Ejecutando una patada giratoria en el aire, Rentarō golpeó a Yuuga que todavía estaba volando por el primer ataque. Esto causó que el vector de Yuuga se invirtiera, estrellándose abajo. Rentarō escuchó su cuerpo chocando intensamente contra el suelo, produciendo un sonido nítido. Sin embargo, esto por sí sólo no fue suficiente para disipar el impacto por completo. Yuuga rebotó varias veces hasta que golpeó una barandilla que le impidió caer.

…¿Cómo te pareció eso?!

No sería extraño que una persona ordinaria tuviera todos sus huesos fracturados si recibiera el primer golpe. Incluso si él era un soldado mecanizado y relativamente robusto...

—¡Gah!

Rentarō abrió los ojos nuevamente por la sorpresa.

Contrayendo su cuerpo para hacer un movimiento, Yuuga se sostuvo de la barandilla y se levantó. Esta vez, no dijo nada. Su cabello desordenado cubría un ojo mientras el otro giraba y miraba a Rentarō.

—Voy a matarte.

—.Esa fue la venganza por aquella vez en el hotel…

—¡No puedo perder contra el estilo Tendō una segunda vez…!

… ¿Una segunda vez?

Con un rugido, Yuuga sacó dos cuchillos de combate de su cintura y se abalanzo de nuevo.

El instinto de Rentarō le dijo que no se acercara a Yuuga. Sacando su arma de la funda, Rentarō apretó el gatillo dos veces. Las balas de 9 mm produjeron un potente retroceso.

En el momento en que pensó que lo habían impactado, el cuerpo de Yuuga se balanceó ligeramente y las esquivó.

El enemigo también era usuario de ojos artificiales. Mientras este dentro de su rango visual, podía predecir la trayectoria de las balas usando los cálculos de sus ojos.

Yuuga bajó su postura y se lanzó hacia Rentarō. El remolino de niebla blanca detrás de él indicaba que tan rápido iba.

En el momento en que Rentarō intentó apuntar la Beretta de nuevo, Yuuga de repente lanzó un cuchillo. El cuchillo voló hacia la boquilla del arma, haciendo que Rentarō perdiera su objetivo y apretara el gatillo accidentalmente. La boquilla soltó un fuerte fogonazo. El otro cuchillo fue lanzado de inmediato hacia la cintura de Rentarō, brillando con fuerza.

Sintiendo que era demasiado tarde para esquivar, Rentarō no tuvo más opción que bajar su centro de gravedad, bloqueando el arma letal por la fuerza con su brazo de Super Varanium.

Al instante en que ambos chocaron, todo su cuerpo sintió un impacto masivo. Las suelas de los zapatos de Rentarō se deslizaron al instante en el suelo. La fricción hizo que soltaran un olor a quemado.

La hoja del cuchillo hizo un ruido ensordecedor de fricción. Para cuando volvió en sí, Rentarō notó la cuchilla girando a unos centímetros de su nariz.

Rentarō bloqueo el ataque sorpresa del enemigo en el momento preciso.

El rostro de Yuuga, torcido con odio, todavía no estaba dentro del rango de alcance de Rentarō.

Pero incluso en ese momento, Rentarō calculo mal el nivel de amenaza de Yuuga.

Yuuga sólo estaba sosteniendo un cuchillo en su mano derecha.

Usando su mano izquierda, empujó un pequeño objeto esférico hacia Rentarō.

Sintiendo un frío intenso, como si tocaran su corazón con una mano helada, Rentarō gimió.

Tenía una cierta impresión de que era el objeto.

… Una mini granada HG-86.

El pin de seguridad ya había sido retirado. Si usaba eso mientras ambos estaban tan cerca, era evidente que ambos iban a recibir heridas fatales.

… ¿Un ataque suicida?

Mientras todo el cuerpo de Rentarō era traspasado por el terror, su cuerpo reaccionó de forma automática ante la desesperación. Usando su codo libre, golpeó la granada lejos.

La granada cayó del andamio. Al segundo siguiente, la explosión produjo una fuerte onda de choque.

Yuuga uso su otra mano para darle un golpe en el estómago a Rentarō mientras el movía su codo y descuidaba su defensa.

Sólo después de medio latido, Rentarō comprendió la intención de Yuuga.

Mierda, esta palma es…

Viendo la sonrisa en los labios de Yuuga, Rentarō sintió un fuerte terror a lo largo de su columna vertebral.

—¡Vairo Orchestration! ¡Tritúralo y espárcelo!

Al instante siguiente, todo su cuerpo se llenó de un dolor inimaginable.

—¡Gahhhhhhhh!

Su visión se oscureció, el intenso dolor casi estaba desgarrando el cuerpo de Rentarō.

Pateando el suelo por reflejo, se retiró del enemigo.

Con su visión inclinada, Rentarō estaba arrodillado del dolor. Revisando su herida, sintió que sus entrañas estaban hirviendo, mientras sufrían una hemorragia sin precedentes.

Con una oleada de náuseas, vomitó sangre junto a trozos de órganos destrozados. La sangre negra salpicó en el suelo de una forma aterradora.

Rentarō rechinó los dientes en la desesperación mientras miraba a Yuuga.

Yuuga también estaba fuertemente herido, por lo que le era difícil mantenerse de pie. Eso era natural ya que Rentarō había usado dos cartuchos en el justo ahora. El hecho de que Yuuga todavía estuviera vivo sólo podía atribuírsele a un milagro.

—¡Fuimos creados hace diez años en la guerra Gastrea para proteger al mundo! ¡Pero terminamos tratando de matarnos unos a otros! ¡¿No te parece muy irónico?!

Yuuga se movió horizontalmente.

—¡Sólo creo en el profesor Grunewald! ¡Esa es mi forma de vivir!

—Nunca me he acostumbrado al cuerpo mecanizado. Los miembros protésicos siempre debían ser reemplazados cada vez que crecía y el intenso dolor siempre fue insoportable.

—Igual conmigo.

—Hubo momentos en los que tuve muchas ganas de morir.

—Igual conmigo.

—¡No es demasiado tarde aún! ¡No quiero matarte!

—¡No puedo entender tu forma de pensar! ¡¿Porque aquellos que están destinados a gobernar no pueden hacerlo?! ¡Nosotros fuimos predestinados por los cielos! ¡Si preguntaras si existe un problema que no podemos resolver, entonces lo único que quedaría es la entropía! Tú también eres una máquina de matar creada por Sumire Muroto, ¿cierto? Nuestras manos se hicieron para el caos y la destrucción. ¡Tú y yo somos pájaros del mismo plumaje!

—¡Cállate! ¡No soy igual que tú! ¡Sensei me dio esta mano para poder conectarme con las otras personas…!

—¡Eso no es más que una lógica torcida!

—¡Maldito bastardo…!

Rentarō gritó mientras se mantenía de pie, todo cubierto de sangre. Cada vez que respiraba, sentía un intenso dolor en sus pulmones.

Era el dispositivo que producía niebla quien causaba ese sonido persistentemente. Pero a través de los oídos de Rentarō, se sentían como los latidos de su corazón.

Yuuga agacho su cuerpo e hizo una postura. Era un movimiento único con los brazos izquierdo y derecho cruzados.

Rentarō también se preparó para atacar. Usó la postura del Estilo de Artes Marciales Tendō: Blue Unity of Water and Sky. Ahora no era el momento para defenderse. No podía dar marcha atrás.

Los ojos artificiales de ambos lados se activaron haciendo cálculos a máxima potencia, soltando chispas sin parar en el fondo de sus ojos.

Los dos contuvieron la respiración y se miraron. Podría decirse que era una concentración al máximo nivel. Una vez desatada, los puños mortales que dirigirían entre si definitivamente terminarían con sus vidas.

El silencio fue roto repentinamente por la voz de una chica que venía desde un lado. Era Hotaru.

—¡Rentarō!

Con eso sirviendo como señal, Rentarō y Yuuga patearon el suelo al mismo tiempo sincronizados casi en una fracción de segundo. Encendiendo un tercer cartucho, Rentarō aceleró intensamente. Con una velocidad supersónica que superaba un motor a reacción, se acercó a Yuuga.

Entonces Rentarō encendió un cartucho de su brazo. Sus fosas nasales se llenaron de un intenso olor a pólvora.

Rentarō blandió su puño hacia Yuuga. El puño de Yuuga también se acercó hacia él. Era el Estilo de Artes Marciales Tendō, Tipo Uno, Número Ocho: Flaming Fan.

Era un intenso enfrentamiento entre dos súper tecnologías de vanguardia, el cartucho y el dispositivo de vibración ultrasónica, lo que provocó una onda de choque expansiva que impactó en todos los alrededores a la vez, causando que el suelo colapsara y la computadora central de la incubadora soltara chispas.

—¡Hahhhhhhhhhhhhhhhhh!

—Guh... ¡Rahhhhhhhhhhhhhh!

El puño de Rentarō y la palma de Yuuga chocaron entre sí, compitiendo por la supremacía. Aunque Rentarō estaba completamente agotado y no tenía idea de cómo funcionaba el dispositivo de vibración ultrasónica, utilizó su brazo protésico para soportar las vibraciones, haciendo que su puño de Super Varanium se royera.

Aullando como una bestia salvaje, Rentarō encendió todos sus cartuchos restantes. —¡Unlimited Burst!

Incluso un experimento de los aceleradores de partículas, nunca implicaría que dos objetos con tanta energía chocaran entre sí. El resultado fue un sonido demoledor que Rentarō nunca había escuchado en toda su vida.

De repente, sintiendo como si su cuello fuera comprimido, Rentarō fue lanzado debido a la intensa fuerza de repulsión magnética. Después de rebotar en el suelo un par de veces, su espalda se estrelló contra el árbol gigante en el centro de la cámara de incubación. Al apretar los dientes para soportar el dolor intenso, casi se rompen, pero aun así se colocó rápidamente de pie para la batalla.

Sin embargo, no pudo encontrar a su enemigo.

Recogiendo su Beretta, sacó el cuchillo que se había incrustado en ella para poder usarla.

Mirando hacia abajo desde el borde del puente, entendió porque su adversario no había continuado con su ataque.

En medio de la cortina de niebla de nitrógeno líquido a súper bajas temperaturas siendo vaporizado, sólo pudo vislumbrar débilmente la raíz y los cables. El desgraciado de Yuuga había caído allí.

La temperatura debajo del puente debía ser extremadamente baja. Incluso la sangre goteando de Yuuga se había congelado y sus ropas se habían adherido a las tuberías congeladas, inmovilizándolo.

Rentarō sostuvo su Beretta en silencio y apuntó hacia él. Yuuga le devolvió la mirada con ojos llenos de odio. Al ver las profundidades de sus ojos, Rentarō se dio por vencido en tratar de persuadirlo.

Moviendo su objetivo hacia un lado, Rentarō disparó hacia el tanque de almacenamiento junto a Yuuga.

Al instante, fluyo un líquido hacia afuera a menos -196 °C, suficiente para congelar cualquier cosa. Evaporándose en una niebla brumosa, ataco a Yuuga.

—¡Gahhhhhhhhhh!

Rentarō cerró los ojos.

Su único consuelo fue que el gas expandiéndose instantáneamente se convirtió en niebla, oscureciendo el momento de su muerte.

Finalmente, todo lo que escuchó fue el sonido de algo congelándose, acto seguido, no escuchó nada más que el silencio.

El intenso aire frío soplo contra el cabello de Rentarō. El lugar se cubrió una vez más por una niebla como la del inframundo.

—Rentarō...

Negándose a permitir que Hotaru terminar lo que estaba a punto de decir, Rentarō pasó junto a ella.

—Se acabó. Vámonos.

Subiendo la escalera para ascender desde el segundo piso subterráneo hasta la planta baja, Rentarō vio un rayo de luz entrando y rápidamente cerro sus ojos.

Totalmente inconsciente debido a causa de haberse movido bajo tierra todo este tiempo, notó que ya era medio día en la superficie.

Saliendo por la puerta trasera de la instalación, notó que el lugar estaba rodeado de colinas. El laboratorio de investigación había sido construido en la depresión central de una cuenca.

—Parece que esto es lo que evita que los Gastrea invadan la instalación.

—Ya veo, establecieron Monolitos móviles utilizados para fortalecer las posiciones...

Era un tipo de mini-Monolito cuyo tamaño podría ser descrito como muy lindo. De dos metros de ancho y 3.236 de altura.

Además, los efectos eran limitados. Para ser precisos, sólo eran efectivos contra Gastreas Fase I. Contra Fases II, serían más como una campana para asustar a los osos y para Gastreas más avanzados, su efecto no sería mejor que el de un amuleto de la suerte.

Ese tipo de equipo había sido creado originalmente para ser usado en el Área inexplorada por parejas de Seguridad Civil contratadas para proteger el personal de excavación en minas de Varanium.

Quizás Hummingbird, Sword Tail y los demás estaban a cargo de la seguridad del personal...

—Hotaru, ¿dónde están los explosivos?

—Están instalados en los principales pilares soportando el edificio. Pueden detonarse en cualquier momento. También aproveché la oportunidad para tomar fotos de la instalación, por lo que la evidencia debería ser suficiente.

—Bien, entonces démonos prisa y demolamos este edificio.

—Espera un segundo. Si demolemos el edificio ahora, no vamos a ser capaces de tomar el tren subterráneo para regresar. Rentarō negó con la cabeza lentamente.

—Yuuga probablemente era un asesino enviado para tendernos una emboscada en el laboratorio, pero terminamos encargándonos de el en su lugar. Esos tipos de la organización controlan los latidos de su corazón, por lo que ya deben saber que está muerto. Nadie puede garantizar que el tren subterráneo no tendrá ningún explosivo colocado para cuando hiciéramos el viaje de regreso. Aunque es problemático, creo que lo mejor es caminar de regreso. Es por eso que antes de que presentemos la evidencia para inculpar al Five Wings Syndicate, no podemos ser descuidados ni un segundo. Hotaru miró con inquietud el Monolito gigantesco a la distancia.

—¿Realmente seremos capaces de regresar a salvo?

—Los efectos del campo magnético del Monolito se extienden hacia el exterior por cinco kilómetros. Este lugar está a unos dieciséis kilómetros, por lo que significa que sólo debemos caminar once kilómetros antes de entrar al rango seguro. Los Gastrea que encontremos en la zona deben ser a lo mucho Fase II, por lo que no deberían ser lo suficientemente fuertes para causarnos problemas. Incluso si cae la noche, debemos continuar hacia adelante. Rentarō no sabía lo mucho que su pareja entendía, pero Hotaru decidió ser optimista después de pensarlo un poco. Mirando hacia arriba a Rentarō, ella dijo:

—Entiendo, entonces vamos a enterrar a los Gastrea subterráneos vivos.

Rentarō asintió brevemente de acuerdo.

Atravesando los mini-monolitos que absorbían la luz abrasadora del sol, Hotaru y Rentarō subieron hasta el borde de la cuenca. Llegando a un punto en el que podían ver el laboratorio desde arriba, Hotaru sacó el conmutador inalámbrico para activar la señal y luego le quitó la tapa plástica de seguridad.

Prediciendo la escena que estaba a punto de ocurrir en el instante siguiente, Rentarō miró hacia el laboratorio con su cuerpo tenso.

—Rentarō…

Una voz suave, que no se adaptaba a la atmosfera del momento, acaricio el oído de Rentarō. Mirando hacia un lado para ver su rostro, notó que la cara de Hotaru estaba ligeramente ruborizada, sonriendo con ternura hacia él con labios como un gato.

—Gracias.

—¿Por qué me das las gracias?

—Por todo lo que has hecho hasta ahora.

No acostumbrado a escucharla agradeciéndose, Rentarō desvió su mirada torpemente y se rascó la cabeza.

—Es demasiado pronto para que me des las gracias, ¿no? Sería gracioso si la detonación falla.

Hotaru cerró los ojos como sintiéndose muy feliz, y sacudió la cabeza ligeramente.

—Rentarō, yo, yo... Tal vez puedas sentirte incomodo por escucharlo, pero yo…

… Tal vez siendo advertida por el sexto sentido único de las Iniciadoras...

Hotaru miró repentinamente con los ojos abiertos al laboratorio de investigación y luego aceleró, empujando a Rentarō.

Sin saber lo que estaba pasando, Rentarō salió volando sin previo aviso, sintiendo un fuerte impacto cuando su cabeza golpeó contra una roca.

—¡Hey! ¿Qué estás…?

A mitad de la frase, Rentarō no pudo continuar.

—Estoy muy contenta de que estés sano y salvo, Rentarō.

Con una sonrisa en su rostro, Hotaru estaba de pie sin moverse de su lugar. Rentarō podía ver sus piernas luchando vacilantemente para mantener el equilibrio mientras un rastro de sangre fluía hacia abajo desde la esquina de su boca.

Moviendo su vista para mirar hacia abajo, Rentarō vio cómo su abdomen y pecho se llenaban de un líquido color rojo.

De la herida en el centro del pecho de Hotaru, sangre caliente salpicó en el rostro de Rentarō.

Entonces, ella perdió el equilibrio. Moviéndose con sus rodillas y la cabeza inclinada, Hotaru se derrumbó en Rentarō.

Mirando sorprendido, Rentarō atrapo el pequeño cuerpo de la chica de cabello violeta.

—¿Hotaru…?

Parte 3

A pesar de acabar de dispararle a su objetivo, Yuuga no sentía ninguna emoción en lo absoluto. Operando el perno para expulsar el casquillo, metió en la recamara la siguiente ronda. Esta serie de movimientos era para él como respirar, algo que podía hacer incluso sin estar plenamente consciente.

—Jaque mate…

Yuuga bajó deliberadamente su voz. Si alguien más estuviera presente, el terror se inculcaría en sus corazones, provocando probablemente hipotermia. La voz de Yuuga sonaba como el viento del inframundo.

De hecho, Yuuga sabía que no era diferente a alguien muerto.

Alejando sus ojos lejos de la mira óptica por un momento, miró hacia sus piernas. Todo por debajo de sus muslos se había ido.

Había dos razones por las que la pérdida de sangre fue mínima. En primer lugar, la mayoría de las piernas de Yuuga estaban hechas a partir de nanotubos de carbono y sus músculos fueron fortificados artificialmente, un cuerpo cibernético diseñado mediante ingeniería neuro-mecánica. Una de las funciones de su cuerpo era comprimir sus vasos sanguíneos a voluntad, con el fin de evitar el flujo de sangre. La otra razón era muy simple. Antes, cuando Yuuga cortó sus propias piernas, todo por debajo de sus muslos ya estaba sólidamente congelado.

Atrapado en la explosión de nitrógeno líquido, casi se volvió loco por la temperatura fluyendo a través de sus nervios, todos los movimientos de Yuuga fueron ejecutados por su cuerpo prácticamente de forma automática antes de que perdiera contra el dolor. Fue completamente gracias a que era una máquina de batalla.

Escapando de la muerte, Yuuga se arrastró y abandonó la escena, subiendo hasta las tuberías lentamente, finalmente recuperó el rifle de francotirador y se arrastró por la planta baja.

Lo que motivó a su cuerpo para que siguiera avanzando no fue más que pura fuerza de voluntad.

Se había olvidado de Kōro Hotaru. Su odio y obsesión casi se habían solidificado de forma tangible. Sin importar lo que pasara, nada cambiaría su intención de matar a su enemigo. Instinto asesino salía expulsado violentamente del cuerpo de Yuuga.

La bala era como una alegría y bendición para él. El retroceso del disparo era como una mano meciendo una cuna. El olor de la pólvora era como el aroma tentador de la comida gourmet.

En ese estado medio muerto, Yuuga utilizó el supresor para apuñalar y romper la ventana de cristal del laboratorio. A partir de ahí apuntó el arma hacia el enemigo de pie en la colina. Todos esos movimientos fueron completados con una increíble fluidez.

La munición eran balas Varanium concentrado que permanecería en el cuerpo del enemigo.

Al final, Yuuga no pudo acabar con su objetivo previsto. Arrastrando el cuerpo de Hotaru, Rentarō se escondió detrás de la colina, pero el detonador en la mano de la chica había rodado a través de la colina.

Si quería recuperarlo, Rentarō debía entran en la línea de fuego de Yuuga.

Sin embargo, Yuuga no podía ser optimista a su propia situación.

El hielo se derretiría tarde o temprano. La sangre filtrándose a través de los vellos de sus piernas causaría que la compresión de los vasos sanguíneos perdiera su propósito. Era muy probable que muriera a causa de la pérdida de sangre.

No, eso no debía ocurrir. Más exactamente, Yuuga era un francotirador en estos momentos. Incluso si toda la sangre saliera de su cuerpo, siempre y cuando Rentarō apareciera por un instante dentro de su línea de visión, apretaría el gatillo con un cien por ciento de acierto, viendo la muerte de su oponente antes de pasar a la otra vida sin resentimientos.

… Antes de acabar a todos sus objetivos, un francotirador no dormirá.

Sus dos ojos artificiales se movían a alta velocidad para hacer cálculos exactos.

—¡Aun no! ¡Las cosas aún no han terminado! ¡Ven! ¡Satomi Rentarō...!

Sostenido en sus brazos, su pequeño cuerpo perdía temperatura. La sangre estaba invadiendo sus pulmones dañados, haciendo un ruido como un fuelle dañado mientras Hotaru respiraba desesperadamente al borde de la muerte. En este momento, había una clara diferencia entre sus habituales muertes fingidas y regeneraciones.

Sintiéndose desesperado por ese inesperado fenómeno, Rentarō sintió como si hubiera podido prever esto. Esto no venía de la nada. Pensándolo cuidadosamente, recordó que el primer disparo de Yuuga en el laboratorio estaba apuntando a Hotaru. ¿Por qué?

Sword Tail debió haber informado acerca del secreto sobre su regeneración mejorada.

Pero a pesar de saber eso, Yuuga hizo un disparo que no tendría ningún sentido.

Lo más probable es que Yuuga tuviera contramedidas preparadas contra Hotaru. El punto principal era la bala.

La razón por la que Yuuga le disparó primero a Hotaru, a pesar de su obsesión por acabar con Rentarō, sólo podía ser una: Querer eliminar la interferencia, tan pronto como fuera posible. Con eso, todo tenía sentido.

En otras palabras, Hotaru nunca podrá nuevamente…

Rentarō cerró los ojos y respiró con fuerza. Sabía que era lo que debía hacer.

—Rentarō, ¿yo...?

Hotaru se esforzó por mantener sus ojos cerrándose abiertos. Aparte de sus labios temblorosos, que se habían vuelto azules, ella realmente parecía que acababa de ser despertada luego de haber dormido.

Rentarō tomó su mano y la miró a los ojos directamente.

—La herida no es nada en especial. Vas a revivir pronto.

Hotaru suspiró como si estuviera aliviada. Quizás su mente ya había trascendido el dolor. Su expresión era muy tranquila.

Hotaru levantó su mano temblorosa. La mirada de Rentarō siguió sus dedos para ver la Sniper M24 que había caído al suelo.

Rentarō sabía lo que estaba tratando de decir.

—No es bueno... no puedo hacerlo.

Al ver a Rentarō dudar, Hotaru sonrió y dijo:

—Por favor. Debes hacerlo. Si no lo haces, los Gastrea van a... invadir el área de Tokio. Con eso...

Hotaru… ¿no entiendes que no tengo ningún talento como francotirador? Soy un inútil... Incluso falle dos veces apuntándole a un enemigo en la torre de Tokio a cien metros de distancia.

En comparación, su enemigo fue capaz de acabar con una persona viajando en un tren bala a 1.2 kilómetros de distancia. Si lo pensaba con el sentido común, incluso ensayando mil veces y luego intentándolo, el resultado no iba a cambiar.

Sin embargo, los ojos confusos de la chica brillaban con una luz de confianza única hacia Rentarō.

Rentarō cerró los ojos y los abrió nuevamente.

—Entiendo.

Recogiendo el rifle de francotirador, quitó el seguro.

—Definitivamente voy a acabar con ese tipo y a volar el laboratorio. No tienes que preocuparte por nada.

—Pero...

Rentarō dijo cada palabra con fuerza.

—Soy el Salvador del área de Tokio después de todo. ¿No confías en mí?

La expresión de Hotaru se hizo lentamente más suave antes de negar con la cabeza.

—La próxima vez que me despierte... probablemente voy a ser más honesta contigo, Rentarō.

—Sí.

—Con eso... voy a ser capaz de reunir más valor que antes, para decir lo que tengo que decirte, sin importar lo que pase.

—Okey.

Lagrimas caían por las comisuras de los ojos de Hotaru.

—Finalmente pude proteger a mi pareja. No voy a tener pesadillas sobre eso nunca más. Ya no le tengo miedo a la muerte. No es dolorosa en lo absoluto. Rentarō la miró y movió su cabeza en silencio.

—Gracias, Rentarō. Por llenar el vacío de mi soledad. Por decirme lo que significa vivir.

Mirando hacia el cielo azul, Hotaru entrecerró los ojos.

Señalando hacia arriba, su mano finalmente cayó inerte.

Ella no se movería nunca más.

—Gracias, Hotaru. Por estar dispuesta a creerme. Por luchar a mi lado.

Rentarō no derramó lágrimas. Debido a que sabía lo que debía hacer.

En lugar de perder el tiempo dejando que las lágrimas empañaran su visión, era mejor derrotar a su enemigo primero. Después de todo, él era la persona que llevaba los sueños y esperanzas de los demás.

Quitando la tapa sobre la mira, recordó las palabras de Tina hablando a través de su mente.

Debes apagar tu alma con el fin de matar seres humanos.

Mal. No es así, Tina. Ese es el camino del mal.

El camino de la justicia era empinado y difícil de seguir. Caer al camino del mal era además muy fácil. Sin embargo, eso no traería la victoria contra este enemigo.

Rentarō se levantó y caminó hasta el pico de la colina. En otras palabras, apareció en la línea de visión enemiga.

Usando su mano derecha para sostener su arma con fuerza, Rentarō descanso la base de fibra de vidrio sobre su hombro izquierdo. Luego, presionó su ojo contra la mira.

Onii-san, debes encontrar tu propia razón para quitarle la vida a tu rival.

Quiero proteger a los demás. Eso incluye a Tina, Kisara y Enju, y a todos los demás dentro de mi capacidad.

Por ese objetivo yo…

Su estado de ánimo había llegado al reino de la absoluta tranquilidad.

Rentarō inhalo y luego exhaló lentamente.

… Ojo artificial liberado.

Originalmente cerrado, su ojo izquierdo activó sus funciones, ampliando al instante su campo de visión. Una complicada mezcla de sabores se repartió dentro de su boca adormecida. El Nano-procesador estaba haciendo cálculos a súper alta velocidad, mientras los patrones geométricos en su globo ocular negro se mantenían girando.

—Vamos. Resolvamos esto de una vez por todas. Mitsugi Yuuga.





Cuando Rentarō apareció dentro de su línea de visión, la retina electrónica de Yuuga se centró naturalmente en su imagen.

Sin embargo, Yuuga no podía evitar preguntarse si algo andaba mal.

—Disparar desde una postura de pie, usando su ojo izquierdo... ¿Qué diablos?

A diferencia de estar de rodillas o acostado boca abajo, mantener el arma en el objetivo era difícil cuando se disparaba de pie. Eso también significaba mucha mayor dificultad para francotiradores a larga distancia.

Un milímetro de oscilación por sostener mal el arma cuando se disparaba, podría significar que la bala fallara por más de doscientos metros de distancia.

Además, ya que Rentarō estaba usando su ojo artificial para disparar, se veía obligado a usar su mano no dominante para apretar el gatillo con el fin de presionar su ojo izquierdo contra la mira.

Era un comportamiento suicida sin importar cómo se mirara… Juzgándolo puramente a través del sentido común.

El espíritu de lucha en el corazón de Yuuga se entusiasmó al instante.

Notando que Rentarō había entrado al campo de batalla al igual que él, sintió su pecho calentándose.

… Excelente.

Lo que tenía que hacer seguía siendo lo mismo. Deshacerse de su enemigo con un solo ataque.

Su ojo artificial se había calentado, girando aún más rápido. Para Yuuga, esta era la primera vez que sobrepasaba su límite.

El flujo del tiempo se hizo extremadamente lento. La parte posterior de ambos ojos se sentía como si fuera quemada por fuego. Después de completar todos los cálculos balísticos y del paisaje, apretó livianamente el gatillo de su rifle DSR.

Su oponente disparó al mismo tiempo.

Se escuchó el sonido de la pólvora explotando. El retroceso golpeó su hombro.

Se escuchó el ruido agudo y fuerte de los cristales siendo rotos. Al mismo, vio a través de la mira que su objetivo había caído de rodillas, desapareciendo tras el otro lado de la colina.

Yuuga no apartó la vista de la mira. Entendió que Rentarō había juzgado mal su objetivo, golpeando la ventana junto a él.

Yuuga operó el cerrojo y cargó la siguiente ronda.

Había golpeado a su objetivo. Sin embargo, la victoria no había sido decidida aún. Antes de que la bala lo golpeara, su enemigo había torcido su cuerpo evitando una herida fatal.

—Guh... ¡Uwahhhhhhhh!

El rifle de francotirador cayó al suelo. Rentarō se derrumbó de rodillas inmediatamente.

La bala había golpeado la herida causada por Vairo Orchestration, haciendo un agujero en el flanco de Rentarō.

La sangre se filtraba hacia afuera de su mano presionándose contra la herida, goteando en el suelo. El sudor frío, deslizándose sobre su rostro, también caía lentamente.

En medio del dolor que lo volvía loco, Rentarō bajó su frente y la golpeó con fuerza contra el suelo quien sabe cuántas veces. Su frente se rasgó y salió sangre chorreando hacia afuera.

Apretando los dientes con fuerza, su respiración, tan violenta como una bestia, golpeaba con fuerza contra sus molares, mientras caía saliva al suelo desde su boca.

Déjame quedarme aquí. La próxima vez que levante la cabeza, muy bien podría desaparecer de este mundo.

Cállate, tengo que luchar. Por Hotaru, por Suibara. Por todas las personas que fueron silenciadas por culpa de esto.

Notando a través de su sexto sentido que los ojos de Yuuga estaban claramente calentándose, Rentarō experimento como se sentía que su ojo artificial acelerara infinitamente.

Era como el fenómeno biológico de «co-evolución», donde un cambio en un objeto biológico, era provocado por un cambio en un objeto relacionado, afectándolos mutuamente.

Cien veces, doscientas veces, trescientas veces… Todavía aumentando. Rentarō sentía sus ojos a punto de quemarse.

Rentarō levantó su cabeza y miró ligeramente. El mundo se veía borroso por culpa de sus ojos. Se sentía como un video compuesto por muchos cuadros y, por lo tanto, difícil de ver. El flujo del tiempo se aceleró de nuevo. La viscosidad del aire también aumentó. El brillo del sol parecía más tenue y ligero. Se sentía como si estuviera siendo arrastrado a las profundidades del océano mientras estaba vivo.

Los ruidos en los alrededores parecían distorsionarse.

Para evitar exponerse a la línea de visión enemiga, Rentarō se arrastró hacia adelante, recuperando desesperadamente el rifle de francotirador. Operando el perno para retirar el casquillo, cargó la segunda ronda.

Colocándose de rodillas, sujeto el arma y miró a través de la mira.

Por más que trató de apuntar a su enemigo, esta vez, su enemigo se puso en acción un paso más rápido.

En ese momento, Rentarō movió su cuerpo por puro instinto.

La bala de francotirador abrió un agujero en el lugar donde estaba, arrojando tierra contra su rostro.

Rentarō se colocó en posición de disparo nuevamente. Con su rostro cubierto de arena, apretó su ojo de nuevo contra la mira. Esta vez, definitivamente no iba a fallar. No tenía miedo.

Su tasa de pensamiento superó los 1500x y continuó acelerando. En proporción directa a su velocidad de pensamiento, sintió que su cuerpo no obedecía sus órdenes a la velocidad de sus pensamientos.

Supero los 1900x. Su globo ocular se sentía como si estuviera a punto de quemarse, causando que Rentarō casi gritara del dolor. El ojo artificial hizo un ruido de fricción, mientras una intensa luz aparecía frente a ellos.

… Entonces, el campo de visión de Rentarō se hizo blanco como la nieve. El sonido, la luz y todo tipo de presión desaparecieron por completo. Por un instante, se preguntó si le habían disparado y había muerto sin saber.

Pero eso no estaba bien. Su conciencia definitivamente todavía existía. A pesar del entumecimiento temporal por los efectos de la adrenalina, todavía tenía la sensación de la herida en su abdomen.

Levantando su mano izquierda delante de su rostro, la abrió y cerró varias veces.

Miró a su alrededor. El paisaje blanco como la nieve se extendía cegándolo.

La sala de entrenamiento VR en Shiba Heavy Industries también tenía este tipo de escenario surrealista. Sin embargo, era obvio que en este momento no estaba allí….

De hecho, este lugar era…

Terminal Horizon... El otro lado de las dos mil milésimas de segundo…

Tu ojo protésico está equipado con un circuito limitador que impide que tu tasa de procesamiento sobrepase un límite determinado.

La voz irónica de Sumire se escuchó en la mente de Rentarō.

Porque terminarías viendo demasiadas cosas. Actualmente, todavía estás atascado en el nivel de calcular futuras posiciones o movimientos del enemigo o ralentizar la percepción del tiempo, pero, francamente hablando, hay mucho espacio para mejorar. Durante los ensayos clínicos, a varios pacientes se les implantaron ojos artificiales como el tuyo, pero sin un circuito limitador, al final, ninguna de esas personas regresó.

Cuando las cosas llegan al punto en el que un segundo en la vida real se convierte en dos mil segundos en tu mente, es el límite. Todos los pacientes que hicieron eso no pudieron regresar debido al daño cerebral.

Ahora que lo pensaba, la escena frente a sus ojos era el horizonte de sucesos vistos por aquellos que superaban el límite. Quizás esto podría ser llamado el ojo de Dios.

Pero ninguna de estas cosas importaba realmente.

Rentarō buscó la figura de su enemigo.

Un brillo humanoide apareció diez metros por delante de él. Yuuga había aparecido.

Hasta ahora, Rentarō claramente había estado apuntando desde la colina alrededor de la cuenca, por lo que, la boquilla debía estar apuntando hacia abajo, pero ahora, su enemigo se encontraba en el espacio delante de él. Además, se suponía que su distancia excedía los doscientos metros, pero ahora, Yuuga se veía tan cerca que Rentarō incluso podía entender sus expresiones faciales.

Yuuga estaba mirando hacia el con una expresión alegre, pero Rentarō tenía la sensación de que sus ojos no se centraban en él.

En cualquier caso, ninguna de esas trivialidades importaba.

Rentarō descanso la Sniper M24 contra su hombro. Un poco más lento, Yuuga también se preparó para disparar.

El gatillo fue apretado.

Victoria.

En el momento en que Yuuga estuvo seguro de eso, escuchó un violento impacto sin precedentes haciendo soltar chispas en el aire.

Aunque era un fenómeno difícil de comprender para las personas normales, gracias a los pensamientos súper acelerados de su cerebro a través de sus ojos protésicos, Yuuga fue capaz de entenderlo.

—Imposible...

Dos balas supersónicas cortando a través de la atmosfera impactaron de frente produciendo un sonido nítido, desviando la trayectoria la una de la otra, perdiendo la posibilidad de una muerte instantánea.

—Una colisión entre balas, ¿uh?

Eso no podría ser intencional. En la filosofía de francotirador de Yuuga, este no era un resultado que pudiera ser provocado a propósito.

Mientras Yuuga abría sus ojos de la sorpresa, sus manos se movieron por su cuenta como si fueran otra criatura.

Expulsando el casquillo, volvió a cargar. Con su objetivo en la mira, utilizó el poder de su ojo artificial para hacer cálculos balísticos antes de disparar de nuevo.

Un impacto seco se escuchó de nuevo. Su enemigo no fue eliminado. Tampoco el. Sólo el eco persistente de los disparos se mantuvo.

El cuerpo de Yuuga se estremeció violentamente.

No fue coincidencia.

Su enemigo estaba apuntando deliberadamente al milagro de derrumbar las balas con balas.

¿Cómo puede algo tan absurdo ser posible? Yo tengo poderes artificiales en ambos ojos. Además, el profesor también dijo que soy el usuario de ojos artificiales más fuerte del mundo.

—¿Qué clase de broma es esta…? ¡¿Qué clase de broma es esta?!

En contraste con la explosión emocional de Yuuga, Rentarō estaba en un estado completamente calmado.

Debido a que ambas partes poseían el poder de asegurar una muerte de un solo disparo, era imposible atenerse al principio básico de un francotirador de Golpear y correr. Tampoco había necesidad de usar ese método.

Rentarō no contenía la respiración al instante en que apretaba el gatillo. En esta situación de Disparar hacia abajo con esta arma, Rentarō disparaba sin importarle la distancia de su enemigo. Sin embargo, todavía golpeaba a su blanco.

Su ojo artificial, conectado directamente a su cerebro, tomó el control de todos los tejidos de su cuerpo, incluyendo la corteza motora, convirtiendo todo el cuerpo de Rentarō en un sistema de francotirador.

Yuuga apuntó hacia el por tercera vez. En este punto, Rentarō incluso podía ver la trayectoria de la bala antes de que Yuuga incluso apretara el gatillo.

Completando las predicciones balísticas un paso antes, Rentarō fue capaz de esquivar la bala con sólo girar su cabeza. El movimiento de Yuuga apretando el gatillo era aún más lento que él. Un fogonazo potente salió de la boquilla del arma. La bala supersónica se movía en espiral mientras volaba, pasando junto a la oreja de Rentarō como el sonido de un colibrí.

El ruido explosivo barrió el rostro de Rentarō. Sangre salió salpicando.

Operando el arma, movió el cerrojo hacia atrás y expulso el casquillo. Mientras la cascara expulsada todavía estaba volando por el aire, ya había vuelto a cargar la ronda de Lapua Magnum usando los mismos movimientos en sentido inverso.

A través de la mira, podía ver a Yuuga mirándolo confundido. Sus labios estaban formando lentamente la palabra Imposible.

Es todo... Mitsugi Yuuga.

Rentarō apretó el gatillo. Moviendo el martillo y accionando el perno, el percutor encendió el cartucho. Escuchando el sonido explosivo del disparo, el retroceso golpeó su hombro.

Ante la bala acercándose, cargada de intención asesina, Yuuga no hizo ningún movimiento. Incluso al final, estuvo mirando en dirección a Rentarō con una expresión de incredulidad.


Parte 4

Las suelas de sus botas hacían ruidos en la grava mientras Rentarō se movía en círculo hacia la instalación blanca. El interior del lugar estaba en silencio.

Entrando por la puerta, dio la vuelta por el pasillo en forma de U y continuó caminando.

Después de un tiempo, Rentarō se detuvo.

—Yo.

—Hola.

Yuuga estaba tirado en el suelo. El rifle de francotirador DSR estaba arrojado lejos como si hubiera sido abandonado por su dueño.

—La batalla, ¿qué diablos pasó…? Yo… ¿Qué fue exactamente lo que...? ¿Por qué...?

Levantando poco a poco su cabeza, que aún no podía moverse libremente, Yuuga miró el estado trágico de su pecho, lamentándose a la mitad con un Qué desgracia como si renunciara...

Rentarō no sabía lo que debía decir en este momento.

Yuuga había matado a Hotaru. Ninguna cantidad de odio transmitido hacia él sería demasiado. Naturalmente, quería maldecir a este enemigo.

Pero al mismo tiempo, Rentarō sentía que Yuuga era como un reflejo de sí mismo.

Para utilizar con éxito las prótesis, que eran acompañadas de un gran dolor, mientras crecían, ambos tuvieron que hacer fisioterapia desesperadamente.

Del mismo modo, ambos eran usuarios de ojos artificiales que tuvieron que lidiar con el aislamiento.

—Si nos hubiéramos encontrado en una situación distinta, pudimos haber sido amigos…

Yuuga cerró sus ojos como si sintiera placer.

—En un sentido sí... Pero no es como si me hubiera gustado.

—¿Alguna vez has visto ese espacio blanco como la nieve?

—¿Espacio blanco como la nieve...? No. ¿Qué es?

—.Nada… olvídalo.

Notando lo que Rentarō estaba tratando de decir, Yuuga continuó.

—Al final, mis ojos artificiales sólo pueden acelerar hasta los 1800x. He oído que la habilidad de los ojos artificiales aumentará o disminuirá mediante el uso de diversas emociones como la ira, tristeza, maldiciones, odio, esperanza o alegría. Tus emociones sobrepasaron mi complejo de inferioridad y odio. ¿Qué usaste exactamente como emoción para hacer que la velocidad de tu ojo superara a la mía?

—Los pensamientos de los demás.

—Esos sentimientos son ajenos a mí. Ya veo, así que es por eso que no puedo superarte.

Yuuga murmuró con auto desprecio y habló como si se dirigiera al cielo.

—Tu último disparo Satomi, cuando expulsaste el casquillo para recargar, los movimientos de tus manos fueron tan rápidos que no pude verlos claramente.

—¿Fue así como lo viste…?

Rentarō cambió de tema.

—Yuuga, ¿qué es exactamente el Five Wings Syndicate?

—Una organización que trasciende las facciones y los estados. Nuestros compañeros están en todas partes. No puedo garantizar si algunas de tus personas de confianza son miembros de la organización…

—Recuerdo que dijiste que las alas en el pentagrama indicaban los rangos dentro de la organización. Originalmente tenías cuatro alas, pero ¿Por qué perdiste dos? ¿Qué pasó?

Yuuga bromeó con su propia expresión una vez más:

—No mucho. Antes de eso, era favorecido en gran medida por el profesor Grunewald, casi quedándome a su lado todo el tiempo. Pero después de una derrota, fui despojado de dos alas, y el protegido del profesor deje de ser yo.

—¿Derrotado? ¿Perdiste?

—Al igual que tú, quien me derrotó también utilizaba el Estilo de Combate Tendō.

—¿Uh...?

—¿No te lo dije antes? No puedo perder contra el estilo Tendō una segunda vez. Es por eso que quería derrotarte. Por mucho que no quiera admitirlo, una parte de ello se debía a las emociones personales.

—¿Qué rama del estilo Tendō...? Desenvaine, Aikido, lanza… Hay muchos diferentes tipos de combate bajo el estilo Tendō.

—Lo mismo que tú.

—Artes Marciales... ¿Por qué...?

Actualmente, no había ningún sucesor del destacable Estilo de Artes Marciales Tendō...

—Doce segundos después de que la batalla comenzó.

Yuuga sonrió como dijera la broma más irónica del mundo.

—Ni siquiera noté cuando el oponente se me acercó. Cuando quise notarlo, ese tipo ya estaba frente a mis ojos. En los primeros tres segundos, rompió mi brazo derecho protésico y fracturo los huesos de mis piernas. Luego vinieron ataques de un solo lado. Un estilo de lucha muy similar al tuyo... no, no es así. Su estilo era aún más sorprendente.

Rentarō preguntó frenéticamente:

—¡Nombre! Dime el nombre de ese tipo, ¿quién fue la persona que te derrotó?

En ese momento, Rentarō notó el sudor apareciendo en la frente de Yuuga. Su resistencia probablemente había llegado al límite. La respuesta de Yuuga no tenía nada que ver con la pregunta de Rentarō.

—Satomi, ¿alguna vez has visto filas de muertos?

—¿Qué?

—Antes de someterme… A la operación para mecanizarme del profesor... Estaba completamente ciego… Te lo dije, ¿cierto? Aunque mis ojos no podían ver… Había una cosa... Que pude ver... Básicamente… Todo el pueblo… Después de la guerra… Estadísticamente... Se convirtió en Gastrea... Todos ellos fueron tratados como… Perdidos… ¿No fue eso lo que dijo el gobierno durante un tiempo…? Los vi… Aquí… Debajo de mis párpados… «Ni vivos ni muertos... Filas de Viajeros al purgatorio»

—Satomi... El cielo… Está lejos de nosotros… Pero el infierno... El infierno… Esta… Probablemente… Tan cerca… Como un tiro de piedra. El rostro lleno de sudor de Yuuga se retorció en sadismo hasta el final.

—Eso… La guerra... Nosotros y ustedes... La Guerra Gastrea… Hasta ahora... Aún no ha terminado...

Eso fue todo.

Yuuga vomitó una gran cantidad de sangre, antes de cerrar los ojos ligeramente como si hubiera cumplido con su deber, entonces, dejó de moverse.

En ese momento, el asesino definitivo del Five Wings Syndicate, Dark Stalker, murió.

Y así, Mitsugi Yuuga, que pudo ser amigo de Rentarō, fue llevado lejos.

Parte 5

—¡Maldita sea! ¡Maldita sea!

Hitsuma pisó el acelerador lo más fuerte que pudo, adelantando a los coches a lo largo del camino mientras maldecía en voz baja.

Todo había terminado. Todo había fallado por Satomi Rentarō.

Hace un momento, los signos vitales de Dark Stalker habían desaparecido, lo que servía como prueba de que había sido vencido a manos de Rentarō.

Enfrentándose a todo tipo de situaciones peligrosas y sobreviviendo, incluso Dark Stalker terminó siendo derrotado por él. Al enterarse de eso, Hitsuma sólo podía sentir que era algún tipo de broma de mal gusto.

Pensándolo cuidadosamente, Hitsuma lamentaba haber tomado a Rentarō muy a la ligera.

Al principio, había pensado que mantener a Satomi Rentarō alejado en un centro de detención, sería la mejor manera de manejar las cosas. En retrospectiva, eso fue absolutamente ineficiente.

Aun si era demasiado agresivo e impetuoso, pudo haber envenenado fácilmente los alimentos proporcionados a él en el centro de detención, evitando así la situación actual.

Justo ahora, Hitsuma había recibido órdenes del Five Wings Syndicate para que esperara su castigo.

Tendría que agradecerle a su suerte si eso significaba simplemente ser echado de la organización con todas sus alas borradas. Debía prepararse incluso para recibir un disparo en la espalda cuando estuviera en las calles.

Pero en este momento, Hitsuma todavía era capaz de llevar a cabo una venganza personal contra Rentarō.

Vestido con un traje formal, pisó con fuerza el acelerador del convertible.

La luz del techo de un edificio en esta tranquila zona residencial estaba a la vista. Este lugar era como el paraíso para las bodas. A pesar de haber decidido el matrimonio a toda prisa, Hitsuma había elegido el día cuidadosamente, después de todo.

Aunque no podía evitar sentir sospecha al elegir la fecha para su boda de acuerdo a un almanaque occidental, podía aceptarlo fácilmente como que se trataba de un tipo de trabajo.

Dentro de poco… Hitsuma se casaría con la mujer de los sueños de Rentarō.

La bestia acechando en su corazón se rio a carcajadas.

Debo contaminarla. Debo violar su conciencia.

Hitsuma se sintió eufórico tan pronto como imaginó a Rentarō rechinando los dientes y apretando las manos de la rabia.

Mirando su reloj, Hitsuma se advirtió a sí mismo que se diera prisa para llegar a tiempo. Pisó aun con más fuerza el acelerador. La hora acordada ya había pasado.

Dejando el convertible en el parqueadero, Hitsuma miró la magnífica iglesia estilo basílica y la cruz colocada en el punto más alto mientras empujaba las puertas con ambas manos al tiempo.

En el aire, un poco estancado, había una frágil fragancia a velas encendidas.

Numerosos candelabros colgaban de las paredes, pero ya que Hitsuma había estado bajo el sol hace un momento, se sentía inevitablemente oscuro.

Alineado con las columnas de piedra, el interior de la iglesia formaba una cruz intersectándose con el salón principal y los ángulos. Sin embargo, había una alfombra roja decorada con adornos de bodas, que llevaba hasta el altar azul, luz azul se dispersaba a través de la enorme ventana iluminada por el sol de arriba. En el centro de la altar…

—¡Wow...!

Hitsuma exclamó, olvidando todos los innumerables halagos que había preparado de antemano.

Un sedoso cabello negro combinado con un velo y guantes blancos. La tela suave de la falda ondeaba con el viento.

Una mujer tan hermosa convertida en una chica de blanco puro, estaba de pie, de espaldas a él.

El sacerdote, aparentemente, no había llegado todavía.

Hitsuma caminó hechizado hacia la chica que estaba de espaldas a él.

Pasando por los bancos de los feligreses, finalmente acercándose lo suficiente para alcanzarla con su mano, Hitsuma agarró su hombro esbelto.

—Kisara, estás aquí. Perfecto, una vez que llegue el sacerdote, podremos realizar la ceremonia.

Hitsuma apoyó su mano sobre el hombro de Kisara.

Para el momento en que notó a Kisara sacudiendo su mano con fuerza, había un objeto cilíndrico estaba apuntando a su nariz.

Al notar que era el cañón de una Beretta de los 90th, Hitsuma se quedó sin habla por el shock y la angustia.

La novia de cabello negro entrecerró los ojos y miró a Hitsuma.

—Por desgracia, no voy a casarme contigo, Hitsuma. No, más bien, debería llamarte Miembro del Five Wings Syndicate Hitsuma Atsurō en su lugar…

—¿Qué...? Kisara, ¿qué tonterías estás diciendo? ¿Miembro del Five Wings Syndicate? No tengo idea de lo que significa…

—Superintendente Hitsuma… has estado merodeando alrededor todo este tiempo, pero ahora es el momento de que seas juzgado.

En ese mismo instante, otra voz se escuchó desde una dirección completamente distinta. Hitsuma volteó frenéticamente.

Del otro extremo del ala de la iglesia, la puerta por donde entraba el sacerdote se abrió para revelar a un detective obeso de mediana edad. Su revolver también estaba apuntando a Hitsuma, mirándolo como si fuera una broma.

—Inspector Tadashima...

—Desafortunadamente, el sacerdote no vendrá. Soy su reemplazo. Puedo leerte el American-Style Miranda en lugar de los votos matrimoniales. Deberás encontrar un buen abogado, al menos…

—¿D–De qué estás hablando…? ¿Tienes alguna evidencia?

—Por supuesto que sí.

Levantando su mano izquierda, Kisara mostró un pequeño chip.

—La SD Card... ¡¿Dónde diablos estaba...?!

Esas palabras eran equivalentes a una confesión, pero Hitsuma ni siquiera tuvo tiempo para pensar en eso...

—Aquí dentro.

Diciendo eso, Kisara sacó un reloj de bolsillo que reflejaba la luz.

Era el presente que Hitsuma le había regalado durante la entrevista de matrimonio.

—¡N–No seas ridícula! ¿Cómo es posible que estuviera allí? Lo revise de antemano.

—No es de extrañar que no pudieras descubrir el secreto en el interior.


Kisara golpeó el reloj de bolsillo con su dedo medio.

—Hay un mecanismo muy especial dentro de este reloj. Incluso después de jugar con él por mucho tiempo, sólo lo descubrí cuando fue la hora preestablecida.

—La hora preestablecida... ¿Qué?

—Este reloj de bolsillo era originalmente un regalo que Suibara Kihachi planeaba darle a Kōro Hotaru. Hoy, 22 de agosto, es precisamente el cumpleaños de Kōro Hotaru. A la medianoche en punto, la melodía de una caja musical comenzó a sonar y expuso el mecanismo. La SD Card estaba en el interior. Abriendo su cuaderno de policía, Tadashima continuó:

—Superintendente Hitsuma, voy a reexaminar el testimonio de Satomi Rentarō una vez más. Durante el interrogatorio, enfatizo repetidamente en que Suibara dijo que la evidencia fue robada, por lo que quería conseguir una audiencia con Seitenshi-sama a través de mí. Después de una investigación detallada, descubrimos que Suibara Kihachi efectivamente había llamado a la policía tres veces y la policía fue a su casa en todas las ocasiones. Cada una de esas tres veces, su casa había sido saqueada, casi hasta el punto en que era difícil determinar si era la obra de un ladrón o por algún tipo de rencor. Además de eso, incluso transportaron un objeto pesado con una advertencia que decía «Deja de investigar más». Así que lo que pasó después podría considerarse culpa de nosotros, la policía. Los oficiales que fueron a su casa, simplemente regresaron después de realizarle algunas preguntas. Aunque eso no podía evitarse, todo el mundo está muy ocupado. Es una mala costumbre que la policía sólo actúe si hay un homicidio involucrado. Sin duda, fue en ese entonces que robaron el reloj de bolsillo de Kōro Hotaru.

Las pruebas que mencionaba casi hicieron que Hitsuma no pudiera respirar.

—¿Entonces el contenido de la tarjeta de memoria...?

—Por supuesto que lo leí. Sus subordinados y personal del Five Wings Syndicate todavía están obstruyendo a la policía. Nunca esperé que el propio Superintendente General participara en este plan.

El revólver de Tadashima temblaba de ira. La empuñadura crujía por la presión de su mano.

—Naturalmente, los detalles del Proyecto del Cisne Negro salieron a la luz. Me sorprendí mucho al principio, pero ahora sólo me queda ira hacia ti ¡¿Cómo te atreves a planear cosas tan repulsivas como usar Gastreas como armas biológicas?!

Kisara movió su cabeza con fuerza.

—Por qué... ¿Por qué, Hitsuma? Recuerdo que eras un hombre muy modesto cuando te conocí hace cinco años. Exactamente cuándo empezaste a. .. Todo se había derrumbado. Pero increíblemente, al darse cuenta de eso, lo que Hitsuma sentía en su corazón no era ira o deseos de rendirse, sino más bien risa.

—Muy bien, eso me ahorra el esfuerzo de pedirte que te unas a nosotros.

—¿Pedirme que me una…?

Moviendo sus manos hacia los lados, Hitsuma dio un paso hacia Kisara. El arma de Tadashima seguía temblando y un destello de miedo apareció en el rostro de Kisara.

—¿Crees que me uní a la organización por petición de mi padre? Lamentablemente, no es así. Soy parte de ella por mi propia voluntad. Tal vez fue mencionado en la SD Card de Suibara, pero el objetivo de la organización es eliminar al Gastrea de este mundo.

—¡Pero sus métodos son demasiado malvados!

—¿Qué tanto? La victoria pertenece a Aquellos que toman la iniciativa. ¿No es ese tipo de mundo muy fácil de entender?

—¿No escuchas los gritos de dolor de los débiles pisoteados por Aquellos que toman la iniciativa?

Hitsuma se encogió de hombros y extendió sus manos nuevamente con indiferencia.

—Oh querida, ¿soy la única persona aquí que puede ser considerada inhumana? ¿No va eso un poco lejos? El Five Wings Syndicate investigo el incidente de Kazumitsu Tendō. A pesar de criticarme, en realidad sientes resonancia con nuestras creencias en el fondo de tu corazón, ¿cierto? No, tal vez, el monstruo que vive en tu corazón posee ideas aún más perversas.

Kisara se estremeció del miedo.

—¡Es suficiente, superintendente Hitsuma!

Ignorando la amenaza de Tadashima, Hitsuma continuó:

—Los cimientos de esta nación, las minas de Varanium, se agotaran algún día. Ya debiste haber visto las advertencias planteadas por los expertos en la televisión, ¿no? El Varanium no sólo es el material del que están hechos los Monolitos, sino que también es un recurso esencial para el armamento y municiones de las seguridades civiles. «Los que controlen el Varanium controlaran el mundo». Por desgracia, esas palabras no son ninguna exageración. Enfatizando con sus manos, Hitsuma continuó su monologo.

—Incluso si todo el Varanium del mundo es desenterrado, no es para nada suficiente para rehacer los monolitos de todas las naciones del mundo. Hasta que esa situación no se resuelva, una guerra para apoderarse del Varanium estallara eventualmente. Cuando ese momento llegue, los primeros que serán pisoteados, son los débiles de los que hablas. Si hacemos el primer movimiento, vamos a ser capaces de salvar más vidas en comparación. Tal vez debería decir que los seres humanos, que continúan matándose entre sí, hundiéndose cada vez más profundamente en una guerra de desgaste, un día serán completamente exterminados por los Gastrea. Alguien inteligente como tú, debería ser capaz de entender eso. Por lo que, Es necesario atacar primero y rápidamente. De esa forma, la población será la más beneficiada. Kisara, estás calificada para unirte a nosotros.

Kisara abrió mucho los ojos en estado de shock.

—¡No lo escuches, presidenta Tendō…!

Hitsuma sacó una pistola automática oculta y disparó. Sangre brotó de la camisa de Tadashima, mientras una expresión de sorpresa aparecía en su rostro.

Hitsuma se volteó rápidamente y escapó.

Escuchó disparos desde atrás. Las balas hicieron agujeros cerca de sus pies. Empujando la puerta con su hombro, Hitsuma salió de la iglesia.

Como si absorbiera todo su cuerpo, el cielo azul al instante se apodero de su vista. Hitsuma entró de inmediato en un callejón.

Charcos salpicaban bajo sus pies mientras Hitsuma corría tan fuerte como pudo.

El plan había fracasado. Necesitaba volver a evaluar su estrategia.

A pesar de que se había visto obligado a huir y pensar en un nuevo plan en este momento, lo único que debía hacer era contactar con Kisara después para reclutarla. No había necesidad de impacientarse.

Varios planes ya estaban surgiendo en su mente.

Justo en ese momento, un coche pasó por la calle con el chirrido de unos frenos, bloqueando el camino de Hitsuma antes de detenerse. Detrás de la ventana, apareció un rostro, un hombre joven usando un sombrero de caza.

—Buenas tardes, Hitsuma-san.

Con una expresión de sorpresa, Hitsuma miró fijamente al hombre.

—Esa voz… ¿Eres Nido?

Este era su primer encuentro cara a cara. Después de todo, Nido era sólo un enlace importante, responsable de transmitir las misiones a Hummingbird, Sword Tail y Dark Stalker, además del transporte de suministros.

Hitsuma regresó rápidamente a sus sentidos y balanceo su brazo con fuerza.

—¡El plan fallo! De todas formas, debemos rescatar a mi padre y escapar a Osaka antes de cualquier otra cosa. Ve a buscar los pasaportes falsos. ¡Saldremos de inmediato!

En contraste a la voz urgente de Hitsuma, Nido sonrió y dijo:

—Esa corbata le queda muy bien.

—¿Qué?

Hitsuma no pudo evitar inclinar su barbilla, mirando la corbata en su cuello.

Era sólo una pieza negra de decoración ordinaria. Esa broma no era divertida en lo absoluto.

—¡¿Qué diablos estás tratando de decir...?!

Se escucharon varios disparos ahogados por un silenciador. El cuerpo de Hitsuma se tambaleó.

Cayendo de rodillas, sintió una sensación ardiente en todo su pecho. El color extendiéndose por su camisa era rojo oscuro. Nido sostenía una pistola automática equipada con un silenciador.

—El Proyecto del Cisne Negro se canceló. Al mismo tiempo, los altos mandos me ordenaron eliminar todas las pruebas relacionadas con el Five Wings Syndicate.

—Bastardo... Sin mí, la organización va a…

Un fogonazo de color naranja salió del silenciador nuevamente.

Esa fue la última imagen que Hitsuma vio.





Nido continuó apretando el gatillo hasta vaciar el cargador. Tirando el arma al asiento trasero, sostuvo el volante con ambas manos.

—Sólo la muerte le espera a aquellos que fracasan... Adiós, el increíble superintendente Hitsuma.

Poniendo en marcha el motor, Nido se alejó de la escena a gran velocidad.

Dejando sólo un cadáver abandonado en un callejón oscuro…

Parte 6

Cuando el medio muerto Rentarō finalmente llegó al Monolito, ya era tarde en la noche. Sus pasos eran inestables. Obligándose a caminar, sentía un dolor inmenso con cada paso.

No mucho tiempo después de la batalla contra Yuuga, perdiendo la ayuda de la adrenalina, fue golpeado por un dolor inmenso.

Antes de llegar aquí, Rentarō se había encontrado con Gastreas Fase I tres veces. Cada vez que lo hacía, utilizaba los cartuchos restantes en su pierna derecha para encargarse de los mismos antes de que lo notaran.

La brisa del verano soplaba suavemente a través de su piel, que había perdido el color debido a la pérdida de sangre.

Cerrando los ojos, Rentarō sintió un olor en su nariz.

Había visto personalmente como el laboratorio Gastrea era destruido por los explosivos.

A pesar de necesitar regresar rápidamente, Rentarō no pudo evitar la tentación de volver a la escena para recuperar el cuerpo de Hotaru. Incluso sintió el impulso de llevarla hacia el Monolito en sus brazos. Pero en su estado actual, todo cubierto de heridas, no había nada que pudiera hacer.

Rentarō enterró a Hotaru junto a los mini-Monolitos. Si era posible, quería llevar sus restos a otro lugar tan pronto como fuera posible para una ceremonia solemne. Naturalmente, sería al lado de la tumba de Suibara.

El monolito se hacía más y más grande ante su vista.

Cerca del límite que separaba el exterior del interior, un gran número de luces rojas parpadeaban, causando que Rentarō estrechara sus ojos. No tenía idea de cómo lo habían encontrado, pero parecía que una gran cantidad de coches de policía estaban esperándolo desde hace mucho tiempo.

Rentarō suspiró. A pesar de las fotos en el celular de Hotaru, explicar toda la historia iba a tomar mucho tiempo.

Sin embargo, las cosas se desarrollaron más allá de sus expectativas.

—¡Rentarō!

—¡Onii-san!

Una chica con coletas y una de cabello rubio caminaron hacia él al mismo tiempo, causando que se quedara estupefacto.

Sus extremidades temblaron violentamente, dudando de sus sentidos.

Rentarō se preguntó si era una alucinación causada por sus más profundos deseos.

En el momento en que confirmó que no era eso, Rentarō empezó a correr, olvidando las heridas en su cuerpo.

Los tres se estrellaron, uniéndose en un sólo abrazo. Después de dar muchas vueltas abrazados, se desplomaron sobre el suelo. Tan cálido. Una sensación tan suave como un sueño. Eran Enju y Tina.

—¡Enju! ¡Tina!

Por mucho que quisiera controlarse, Rentarō no pudo evitar que su rostro se contorsionara. En el momento en que lo notó, descubrió que estaba derramando lágrimas.

Los tres se miraron el uno al otro, hombro con hombro. Enju también estaba comportándose emocionalmente mientras que Tina incluso limpió varias veces las comisuras de sus ojos.

Pronunciando sus nombres muchas veces como tontos, el trío se abrazó estrechamente de nuevo. Como si nunca quisieran separarse de nuevo, así de fuerte era su abrazo.

Rentarō no podía esperar por preguntar cómo estaban. Resultó que ambas ya habían sido puestas en libertad.

Las chicas hablaban caóticamente para responder sus preguntas. Enju fue repentinamente liberada de su recién asignado Promotor mientras que Tina fue liberada y traída hasta aquí en un coche de policía rápidamente.

Después de escuchar acerca de sus situaciones, Rentarō sintió de repente una pregunta apareciendo en su mente.

—Por cierto, estamos muy cerca de un Monolito. ¿Están realmente bien estando tan cerca?

—Ah, cierto —Enju dijo con una expresión sorprendida, antes de cubrir su boca con ambas manos. Sus colas gemelas incluso parecían deprimidas.

—Ugh, me siento muy mareada. Voy a vomitar.

—Yo también, me siento muy mal.

—Idiotas.

Rentarō no pudo evitar sonreír con ironía, acariciando su cabello con ambas manos. Las chicas aparentemente incluso habían olvidado algo como eso.

Rentarō caminó con las dos chicas detrás de él.

—Bien, démonos prisa para volver a casa. A este ritmo, realmente van a…

Rentarō miró hacia el frente, incapaz de terminar la frase.

De pie frente a él estaba una novia. Sin el velo, su largo cabello negro era agitado por el viento.

—Kisara-san...

Por alguna razón, Rentarō fue incapaz de hacerle frente, quedándose de pie mirando hacia debajo de forma estúpida mientras la veía acercarse a él.

Mientras Rentarō miraba hacia abajo, Kisara se acercó y se colocó de pie junto a él.

—Pecho.

—¿Uh?

—Préstame tu pecho.

—Uh, seguro.

Rentarō extendió sus brazos y Kisara se arrojó en ellos mientras miraba hacia el suelo.

Sus manos con guantes largos mientras lo abrazaban hacían palpitar el corazón de Rentarō.

—H–Hey, Kisara-s…

—Idiota.

Ya que estaba presionando su rostro contra su pecho, Rentarō no pudo ver su expresión con claridad. Con la punta de su nariz tocando su pecho, Kisara negó con la cabeza lentamente.

Un leve temblor se trasmitió desde el cuerpo de Kisara hasta Rentarō.

En ese momento, Rentarō abrazo con cuidado su espalda. La sensación de suavidad era increíble.

—Umm, yo...

—Sí.

—¿Todo terminó?

Desde su pecho, sintió a la chica asintiendo con la cabeza. Rentarō levantó la mirada hacia el cielo nocturno sin ninguna estrella y suspiró:

—¿Realmente?

Kisara estaba a su lado. Enju y Tina fueron liberadas. Eso también significaba que las falsas acusaciones de Rentarō habían sido limpiadas por Kisara.

En cuanto a lo que había ocurrido entre ella y Hitsuma, ya que había aparecido en su vestido de novia, Rentarō encontró difícil que él pudiera aparecer aquí.

Manteniendo esa postura por quien sabe cuánto tiempo, Rentarō finalmente tomó a Kisara de la mano y dijo: Vamos a casa.

El Monolito estaba justo frente a sus ojos. Con el fin de recuperar el tiempo perdido durante su separación, era natural que se tomaran de las manos. Los cuatro formaron una fila, pasando por la línea de meta invisible que representaba su regreso al área de Tokio.

Muchos coches de policía estaban reunidos allí, mirando con expresiones aturdidas en sus rostros. El drama de un Promotor fugitivo que atravesó por muchas dificultades hasta que al final demostró su inocencia y limpió su nombre, tal vez ellos encontraban demasiado sorprendente aquella versión. Entre todos ellos, Rentarō notó la cara familiar de Tadashima.

Al parecer, había recibido un disparo en su hombro. Su rostro se veía más serio que antes. Rentarō vio al detective de mediana edad saludando en silencio hacia él.

—Ábranles paso, todo el mundo. El salvador del Área de Tokio esta por regresar.

Un tranquilo ambiente de emoción lleno a la policía, que comenzó a saludar al cuarteto en grupos. En los rostros de esas personas estaban escritas expresiones de mucha reverencia.

Rentarō escuchó de repente el sonido de una caja musical.

Al parecer, venia del reloj de bolsillo que tenía Kisara.

Era una melodía nostálgica, pero Rentarō no podía recordar el nombre de la canción.

Este era un desfile de la victoria sin micrófonos anunciándolo ni confetis esparciéndose.

Finalmente reuniéndose, la Compañía de Seguridad Civil Tendō hizo su camino hacia la multitud, bajo la mirada ferviente de la policía.

El ambiente de verano era llevado cada vez más intensamente por el viento.


Anterior: Capítulo5– Errantes del Purgatorio Volver a: Español (Spanish) Siguiente: Notas del autor