Heavy Object:Volumen 1 Capítulo 3

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Capítulo 3: Guerra de la Hormiga y el Saltamontes >> Batalla para Derrotar a una Nación Militar de Oceanía


Parte 1

Existe una nación militar en Oceanía, una tierra que es famosa por sus koalas y canguros. En la era cuando un país conocido como Australia existió ahí, las ciudades se encontraban principalmente en las zonas de bordes costeros y el área central era mayormente tierra árida y seca que se veía como algo sacado de una película del Oeste. Incluso si las áreas no eran desiertos, el suelo duro y seco sólo podía producir maleza, así que desarrollar cosechas y construir una ciudad moderna era muy difícil.

Sin embargo, los tiempos modernos han revertido esa situación.

La tierra artificial con alta retención de humedad ha sido desarrollada y muchos cultivos de plantas genéticamente mejoradas son capaces de llevar a cabo un reverdecimiento urbano incluso en climas secos. Usando esos y otros métodos, un plan a gran escala para mejorar el ambiente de Oceanía se puso en acción. Con las mejoras en el suelo, las tierras interiores serían capaces de producir enormes cantidades de cosechas y las personas que se beneficiaran de las mismas podrían construir enormes ciudades y conectarlas con una red de tráfico. Al aprovechar los recursos ocultos dentro de la tierra, la economía del país florecería, y su posición en la comunidad internacional se elevaría. Si todo hubiera salido de acuerdo al plan, nadie hubiera pensado en volver a esa nación el objetivo de un Objeto.

Sin embargo, no todo salió de acuerdo al plan.

Las tribus que vivían en Oceanía desde tiempos remotos sintieron como una necesidad el conservar el estado original de las tierras. Sus creencias religiosas los llevaron a ver el estado natural del terreno como preciado y noble sin importar qué tan estéril fuera. Por eso, se negaron a permitir que la tierra fuera cubierta con plantas no nativas y mejoradas genéticamente. Las tribus no podían soportar la idea de que sus tierras fueran “consumidas” sólo para hacer dinero, así que comenzaron protestas y demostraciones totalmente pacíficas. La nación militar estaba perdida en la avaricia por los beneficios que el desarrollo de la tierra produciría, así que respondieron de una manera simple.

Enviaron a un Objeto tras ellos.

“A eso se le conoce como la Conservación del Bosque que comenzó hace dos años. Entonces una fuerza de coalición intervino para proteger a las tribus de la tiranía de esa nación militar,” Heivia dice dentro de la zona base cubierta de arena.

De pie cerca de él, Quenser responde, “¿Huh? ¿Todo esto comenzó hace dos años? ¿Entonces por qué fuimos llamados hasta ahora?”

“¿Por qué debería saberlo? Debe haber algún nuevo desarrollo. Algo que requiera que acabemos con ellos.”

El balance de poder dentro de Oceanía es increíblemente fácil de ver. Las áreas bajo el control de la nación militar están cubiertas de verde mientras que las áreas bajo el control de la fuerza de coalición (y las tribus que se negaron a apoyar a la nación enemiga) están cubiertas por desierto. También se separan en si están dispuestos a acabar con una fuerza opositora por nada más que el beneficio ganado por el alimento y la madera.

Los Objetos de varias fuerzas diferentes se mantienen dentro de la zona base de la coalición en las líneas frontales. Normalmente, esos Objetos apoyarían a lados opuestos, pero ahora mismo están alineados uno al lado del otro.

La tierra ahí está maldita y árida. De acuerdo con las demandas de las tribus, solamente acabaron con la vegetación que no existía en Oceanía desde tiempos antiguos.

“¿Por qué hace tanto maldito calor? ¿No estábamos congelándonos el trasero en Alaska hasta hace poco?”

“Las estaciones en el hemisferio sur están al revés, idiota. Pero supongo que este clima le vendría mejor a una Santa Claus con minifalda.” Quenser mira alrededor mientras se limpia una mezcla de sudor y arena del rostro. “Sabes, ahora tenemos un montón de Objetos de nuestro lado. Tal vez finalmente logremos superar esto sin tener que salir a atacar nosotros mismos.”

“No seas estúpido. ¿Ya olvidaste cuantas veces han sido traicionadas nuestras esperanzas? Probablemente sea más realista el pensar que entre más aliados haya incremente nuestra posibilidad de ser pisados accidentalmente.”

“Las fuerzas de coalición han enviado incontables Objetos contra las bases para poder acabar con la dictadura aquí, ¿cierto? ¿Pero qué sucedió con la bandera blanca? La guerra estos días está basada en peleas entre Objetos así que, ¿en verdad está bien atacar bases con personas de carne y hueso dentro?”

“No me preguntes. Probablemente sea algún tipo de excepción extrema. ¿Has visto qué naciones conforman esta coalición? No puedo creer que hayamos estado trabajando con países peligrosos como esos por dos años. Esta dictadura de Oceanía debe ser realmente odiada por la comunidad internacional. …Además, dudo que los de Oceanía hayan alzado la bandera blanca en alguna ocasión. Han hecho cosas bastantes desagradables, así que dudo que alguien se los permitiera incluso si escaparan del país.”

Mientras escucha a Heivia, Quenser se recarga contra la barricada de fibra sintética colocada alrededor de la base y se lleva algo parecido a un enorme borrador rectangular a la boca.

“Hm, las raciones son tan desagradables como siempre, y eso ya es decir algo.”

“Sí, pero ahora incluyen una capa de arena para agregar más sabor.”

“Sólo quiero irme a casa.”

“Los altos mandos están ejecutando bombardeos usando la función de comunicación de sus sistemas portátiles.”

Mientras murmuran varias quejas, escuchan un rechinido proveniente de la barricada.

Ambos se dan la vuelta para encontrarse con una chica nativa de unos 10 años sujetándose a la barricada desde fuera y observándolos.

“¿Qué es eso?” la chica pregunta mientras señala inocentemente hacia los Objetos de la coalición siendo movidos dentro de la zona base.

Quenser y Heivia no están seguros sobre qué responder.

Sin embargo, a la chica no parece importarle y apoya su libro de fotografías contra la barricada.

“¿Son ellos, cierto? Son las gentiles bestias de las rocas de esta historia.”

“S-sí, eso es lo que son. Les están ofreciendo protección a las ardillas y canguros en caso de que llueva.”

Quenser no podría soportar el decirle que son armas de destrucción masiva y que eran cualquier cosa menos gentiles. Para empeorar su incomodidad, Heivia le lanzó una mirada que parecía decir, “¡¡Buena respuesta, Quenser!!”

Después, varias columnas de humo blanco comienzan a elevarse hacia el aire dentro de la zona base.

La chica señala hacia el cielo y pregunta, “¿Y qué son esos?”

Quenser se niega absolutamente a decirle que son el nuevo modelo de misiles de sensor meteorológico siendo probados.

“S-son cohetes… que serían como los parientes de los transbordadores espaciales… supongo.”

“Wow, nunca antes había visto uno.”

Mientras los ojos de la chica brillan de la emoción, los dos chicos desvían la mirada.

Es en ese momento cuando su oficial superior, Froleytia, llega.

“Hey, idiotas, no se queden hablando en la barricada. Concéntrense.”

La chica fuera de la barricada responde más rápidamente que los subordinados de Froleytia. Salta por el susto y escapa corriendo tan rápido como puede.

Quenser y Heivia observan en silencio a Froleytia por un momento.

“…Qué desperdicio.”

“…Ni modo. Puede que sea hermosa, pero sigue siendo una comandante estricta. Incluso un profesional de las artes marciales se sentiría intimidado por esa aura.”

“Ah, ¿quieren conocer mi lado amable? Puedo darles una introducción usando la suela de mi bota si gustan. Pero por ahora, no pierdan el tiempo cerca de la barricada. Estamos en un campo de batalla, ¿recuerdan?”

“Estaremos bien. Incluso en una nación militar como esta, dudo que un francotirador ataque una base con tantos Objetos.”

“No me refiero a eso. La base está siendo vigilada por cámaras.” Froleytia parece irritada, pero a pesar del calor, no desabrocha ni siquiera un botón del uniforme militar envolviendo sus enormes pechos. “Un sorprendente número de reporteros extranjeros se ha reunido, diciendo que expondrán la tiranía de la nación militar. Sin embargo, la mayoría son mocosos de países seguros que nunca han visto una guerra y el resto son personas que realmente dudo que sean reporteros.”

“Ah, ¿te refieres a las personas que actúan como guías del campo de batalla ahora que los Objetos han vuelto obsoletos a los mercenarios?” Heivia pregunta.

“Eso parece,” Froleytia responde. “El problema es que el protocolo de seguridad del ejército no nos permite dejarlos pasar a las áreas dominadas por la nación militar, así que no tienen nada que hacer. Ocasionalmente, apuntan sus cámaras hacia acá, esperando obtener una imagen que valga algo de dinero. Si no quieren que sus estúpidos rostros se muestren junto con un artículo satírico en su país de origen, asegúrense de estar en plena forma mientras están afuera.”

“…Dios, qué molesto. ¿No pueden prohibir las fotografías de la base diciendo que es una medida de seguridad necesaria para conservar información clasificada sobre los Objetos o algo así?”

Froleytia siente que comienza a dolerle de cabeza cuando escucha la sugerencia novata de Quenser.

“¿Para qué crees que es una coalición? La nación de origen podría terminar esta pelea por su cuenta si quisiera, pero los altos mandos quieren una imagen de los héroes de la justicia en un desfile. Si prohibiéramos la fotografía, los candidatos contendiendo desesperadamente por el Consejo se molestarían. El Consejero Flide está extremadamente alterado.”

“¿No lo has escuchado, Quenser? Están haciendo todo tipo de cosas por la prensa. Incluso hubo pláticas para permitir estampas de compañías millonarias o partidos políticos en el blindaje de los Objetos así como los autos de F1 y cosas así.”

“Qué, ¿están planeando enviar la imagen de las bases siendo atacadas y los soldados siendo asesinados directamente a la sala de estar de las personas? No comprenden lo que es la guerra.”

El comentario de Quenser tal vez se escuchó como algo que cualquier otro soldado diría, pero él sigue siendo técnicamente un estudiante de campo de batalla. La expresión de sabelotodo que muestra mientras se queja es más una peculiaridad de un ciudadano pacífico.

Harto de esa discusión, Heivia cambia de tema.

“Hey, ¿no viste los botes de un grupo anti-guerra navegando por el océano? Tenían esas enormes pancartas insistiendo que las fuerzas de coalición terminaran la invasión que está conformada por la impresionante fuerza de los Objetos.”

“O son un montón de idiotas que no saben lo que está sucediendo dentro de la nación militar o son un montón de bastardos egoístas que lo saben pero no les importa. ¿En verdad tenemos que prestarles atención? De hecho, podría apostar a que nos preguntarían por qué no atacamos la nación militar desde antes el momento en el que un torpedo de esa nación hunda uno de sus botes.”

Con expresión irritada, Froleytia comenta, “La elección del Consejo en el país de origen sucederá pronto. Como dije, el Consejero Flide está en sus límites para asegurar que no ganen ninguna imagen negativa. Es posible que realmente esté planeando una operación para proveer alivio a ese ignorante grupo anti-guerra.”

“Ah, vamos. ¿Venimos hasta un campo de batalla y tenemos que cuidar a un montón de idiotas?” los dos chicos se quejan.

Froleytia desvía la mirada hacia el sol que ha comenzado a ocultarse.

“Ustedes formaran parte de una misión que empieza al ocaso, así que tienen que prepararse ya. Se llevará a cabo una reunión informativa oficial esta tarde, así que asegúrense de estar totalmente listos para entonces.”

“Espera, ¿’ustedes’? Froleytia-san, ¿te quedarás en una habitación con aire acondicionado mientras esperas los resultados?” Heivia pregunta mientras hace una mala cara.

Froleytia se encoge de hombros y responde, “¿Preferirías ayudarnos aquí? No es fácil contener a los reporteros de tercera que quieren ser camarógrafos en el campo de batalla y quieren ignorar los protocolos de seguridad dirigiéndose a las líneas frontales. Todos ellos piensan que los soldados somos algo así como guías de turistas. Cuando su libertad es violada aunque sea un poco, comienzan a quejarse como si fuéramos un centro de servicio a clientes. ¿Quieres ver el verdadero rostro del pacifismo mientras que las personas te escupen a la cara y tú eres incapaz de defenderte?”

Quenser y Heivia sólo hacen una mueca ante ese pensamiento.

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