Zaregoto (Español): Volumen 1: Capítulo 1.1
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No estés tan inquieto.
Relájate, ¿de acuerdo?
1
La tercera mañana de nuestra vida en la isla de Karasunonureba estaba dándonos la bienvenida.
Me desperté aturdido, tratando de distinguir entre los sueños que acababa de tener y la realidad aún por llegar. La alta ventana rectangular dejaba pasar solo un poco de luz, así que la habitación todavía permanecía a oscuras.
Dado que la habitación no tenía luces tendría que esperar a que se hiciese más luminosa: el sol acababa de salir y debían ser alrededor de la seis de la mañana, juzgando por mi reloj interno.
Sospecho que esta forma de determinar el tiempo tenía un margen de error de no más de quince minutos. Pero incluso suponiendo que estuviese una hora desfasada, no es como si fuese un problema.
“A levantarse”, balbuceé, y lentamente me levanté de la cama.
La habitación estaba en su mayor parte vacía, su único mobiliario una silla y un futón. Aparte de eso, estaba completamente desnuda. Su alto techo daba una sensación de espacio incluso mayor–y una hueca y muerta atmósfera que evocaba tan vívidamente imágenes de confinamiento solitario. No pude evitar sentirme un poco como un preso en el corredor de la muerte. Era la segunda vez en mi vida que me levantaba con esa sensación.
Pero esto no era de hecho confinamiento en solitario, ni siquiera era originalmente una habitación. Anteriormente era un espacio de almacenamiento. Cuanto le pregunté a Akari que me enseñase la habitación más pequeña en la mansión, aquí es donde me trajo. La habitación más pequeña. Aun así, era infinitamente más grande que la habitación de mi residencia. Chico, esto es deprimente.
“Nah… Está mucho más allá de lo deprimente” me dije a mí mismo.
De todas formas. Cambie mi canal cognitivo de ‘Modo preso en corredor de la muerte’ a ‘Modo rutina’.
Preguntándome qué hora era realmente, eché un vistazo a mi reloj de muñeca, pero la pantalla LCD no mostraba nada. Quizás las baterías se habían agotado mientras dormía. Pero espera, las había cambiado hace poco. Tenía que haber otro problema. Bueno, siempre le podría pedir a Kunagisa que me lo arreglase.
Aclarando mi mente nublada de sueño, hice una serie de estiramientos simples y entonces abandoné la habitación. Caminé alrededor un momento. La moqueta era gruesa, de color rojo brillante, y parecía como (y probablemente fuera) de altísima calidad. Eventualmente me condujo a la escalera en espiral, donde me crucé con Rei-san y Akari-san.
“Oh, buenos días. Ambas os habéis levantado pronto.” Era simplemente cortesía común el saludarlas, pero simplemente pasaron sin mayor reconocimiento que una simple inclinación de cabeza.
“Supongo que son del tipo silencioso” me murmuré a mí mismo.
Pero para ser justos, probablemente estuviesen trabajando, y yo no era precisamente un ‘invitado’, per se, así que simplemente tendría que vivir con su tibia respuesta. Si esperaba algo más de ellas, tendría que extender mis brazos y gritar, “¿¡Como os sentís, mi gente extraña?!” Y, francamente, no tenía la energía.
Handa Rei-san y Chiga Akari-san eran doncellas empleadas en la mansión. Rei-san era la doncella jefe, Akari su subordinada. Y había otras dos doncellas en la mansión del mismo rango que Akari-san. Un total de cuatro doncellas.
Considerando quién poseía la mansión y el tamaño de la mansión, parecía que un personal de cuatro doncellas sería demasiado pequeño. Pero estas mujeres realizaban sus tareas con la ligereza y habilidad de verdaderas especialistas.
La señora de la mansión, y la persona a la que estas doncellas servían, era Akagami Iria. Ella era la propietaria de la isla, además de la mansión. Y aún más, era la que había invitado a Kunagisa aquí.
“Pero espera, ¿era yo realmente un invitado?” me pregunté a mí mismo.
Pensándolo bien, ¿qué edad tendrá Akari-san? Podrías decir simplemente mirando a Rei-san que probablemente estaba al final de la veintena. No es fácil para críos como yo predecir exactamente qué edad tiene una persona de esa edad, pero esa era definitivamente la impresión que conseguí de ella. Akari-san era el verdadero desafío. No pensaba que fuese más joven que yo, pero todavía, se veía ridículamente joven. Era una de esas mujeres que podías ver en el centro de la ciudad de las que podían irse pagando la mitad de precio por todo cuando en realidad eran adultas. A medida que iba subiendo la escalera en espiral y me dirigía hacia el pasillo del segundo piso, mi mente se llenó de sinsentidos. Quizás tiene un fetiche por la gente joven. Sí, balbuceos sin sentido.
Me dirigía hacía la habitación de Kunagisa. Dos días antes, cuando llegamos a la isla, una habitación había sido por supuesto preparada para Kunagisa, pero no para mí. Esto era de esperar: incluso yo no tenía idea de que estaría visitando esta extraña y pequeña isla hasta esa misma mañana, cuando Kunagisa me llamó.
Akari-san preparó una habitación para mí en el último minuto. Pero yo educadamente la había rechazado. ¿Por qué? La razón me golpeó tan pronto como abrí la puerta.
Llamé una vez, entonces seguí adelante y la abrí.
El interior era enorme. Moqueta blanco puro y papel de paredes blanco puro complementaban un mobiliario blanco puro. Incluso yo sabía que el blanco reflejaba la luz. Kunagisa estaba loca por el color blanco, así que alguien había decorado esta habitación de esta forma deliberadamente. Y en el centro de la habitación estaba un lujoso sofá y una mesa de madera. Un candelabro colgaba de un extrañamente alto techo. La cama era como algo sacado de una película medieval, incluso tenía un dosel.
“Sí, nunca hubiese podido dormir aquí.”
Y entonces hice que Akari-san me enseñase la habitación de almacenamiento de la primera planta. Mientras Kunagisa, careciendo de mis más delicadas sensibilidades, yacía ahí adormilada en sus sábanas blanco puro.
Mirando al enorme, antiguo reloj mecánico en la pared (incluso siempre tan cuidadosamente seleccionado en blanco), vi que eran, de hecho, la seis en punto, justo como había supuesto. Reflexionando que hacer ahora, me senté en el borde de su cama, disfrutando la sensación de la tupida y mullida moqueta bajo mis pies.
Kunagisa se dio la vuelta. Sus ojos se abrieron solo ligeramente. “¿Hmm? Oh, ¿Ii-chan?”
De alguna manera había sentido que era yo, aunque de todas formas parecía estar despierta. Apartó su pelo azul hawaiano de su cara y me miró con ojos somnolientos. “Oh, ahhh, Ii-chan… umm… Has venido a despertarme, ¿no? Gracias.”
“En realidad he venido a arroparte pero, ¿qué es esto? ¿Tomo durmiendo de noche? Eso es muy raro. ¿O te acabas de ir a la cama? Si ese es el caso tendría que disculparme.”
“Uh-uh” sacudió su cabeza.
“Creo que dormí tres horas. Porque ya sabes, ayer, bueno, ocurrieron algunas cosas, Ii-chan. Dame cinco segundos más…”
“¡Buenos días! Ah, es una mañana luminosa, energética, ¿no es así?” Se sentó, su pequeño diminuto cuerpo apareciendo de pronto. Centelleándome con una sonrisa de oreja a oreja, adoptó una pose dinámica. “¿Huh? Eh, no está tan iluminado ahí fuera. No me gusta esto. Me gusta que el sol esté bien alto en el cielo cuando me despierto por la mañana.”
“Estás hablando de la tarde.”
“Eh, de cualquier forma. Esto ha sido dormir bien” Ignorándome, siguió hablando. “Estoy segura de que me fui a la cama a las tres de la madrugada. Algo realmente malo ocurrió ayer y simplemente me arrojé a la cama. Ya sabes, porque dormir es lo mejor cuando te estás sintiendo realmente terrible. Es como si dormir fuera el único regalo de la salvación que Dios le dio a la humanidad. ¿Ii-chan?”
“Sí, ¿Tomo?”
“Quédate quieto un segundo.”
Sin siquiera darme tiempo a estar confundido, me abrazó. O para definirlo más precisamente, se cubrió conmigo, cargándome con la totalidad de su peso. Descansó su pequeña cabeza en mi hombro derecho, con nuestros cuerpos pegados juntos, sus esbeltos brazos envueltos alrededor de mi cuello.
(Apretón)
No es que sea pesada.
“Uh, ¿Kunagisa?”
“Recargando.”
Evidentemente se estaba recargando. Por tanto, no estaba permitido moverse. Me rendí a la idea de resistirme y soporté su peso. Pero hey, ¿qué soy yo, una toma de corriente eléctrica o algo?
Mirando a Kunagisa, me di cuenta que había dormido con su abrigo puesto. Por lo que sabía, lo llevaba puesto todo el tiempo, en casa y fuera, verano o invierno. Un abrigo de hombre negro azabache. En una chica de la pequeña estatura de Kunagisa, el largo abrigo fácilmente tocaba el suelo. Pero de todas formas ella parecía locamente enamorada de él. Le había dicho millones de veces que al menos se lo quitase cuando dormía, pero en vano.
Una cosa era segura: Kunagisa Tomo hacía las cosas a su propia manera. En ese sentido, era un poco como yo.
“Okey, ¡gracias!” dijo ella, soltándome por fin. “¡Batería llena! Ahora, vamos a encarar otro día.”
Con un gruñido se levantó de la cama, con su pelo azul agitándose. Caminó hacia los ordenadores en la ventana opuesta de su cama. Eran tres ordenadores que había traído desde su casa en Shirosaki. Los tres eran torres. El de la izquierda y el de la derecha eran de tamaño normal. El del medio era excepcionalmente grande. Todos eran blancos, por supuesto. Simplemente no comprendía por qué estaba tan obsesionada por un color que era tan fácil de ensuciarse.
Los tres ordenadores estaban en un estante en forma de U, con una silla de oficina acolchada en el centro. De esa forma podría controlar simultáneamente los tres ordenadores. Pero no importa como cuentes, de todas formas solo tenía dos manos. Por qué pensaría en usar tres teclados al mismo tiempo estaba por encima de mí.
Miré sobre su hombro. Los tres teclados no eran ni ASCII ni JIS ni Oasis. En su lugar, una extraña y misteriosa alineación de teclas. Pero preguntar esa anomalía sería inútil. Para una ingeniera lumbrera como Kunagisa Tomo, diseñar un teclado desde la nada era probablemente un paseo en el parque.
De paso, Kunagisa no usaba ratón. Porque “eran una total pérdida de tiempo” solía decir. Pero para un novato como yo, el ver un ordenador sin ratón era enervante, totalmente imposible acostumbrarse a ello. No es como si fuese el peor sentimiento del mundo.
“Ii-chan.”
“¿Sí?”
“Átame el pelo.”
Recibido. Fui hacia su silla. Deslicé algunas cintas de pelo de su brazo y le até el pelo en dos trenzas.
“Dios, lávate el pelo de una vez. Mis dedos se están poniendo aceitosos.”
“Odio bañarme. Porque ya sabes, tu pelo se pone todo mojado y eso.”
“Bueno, obviamente. Mira esto, el azul se está poniendo oscuro.”
“No puedo ver mi propia cabeza. Hehehe, si lo dejo así se pondrá ultramarino. Gracias, Ii-chan.” dijo, mordiendo su labio inferior con una risilla. Simplemente le devolví la mirada con una inocente y confusa sonrisa.
“Uh, sin problema, en serio.”
Incluso a medida que hablábamos, sus dedos no paraban de moverse. Se movían con la precisión de una máquina a un ritmo constante con cada golpe de tecla. Sus movimientos fluían tan suavemente que era como si estuviese llevando inconscientemente alguna tarea pre-planeada de alguna forma pre-programada. Incomprensibles caracteres en inglés y números fluían a lo largo de las pantallas de los monitores a una velocidad increíble.
“Tomo, ¿en qué estas metida ahora? Aún te acabas de levantar.”
“Mmm, bueno, no creo lo comprendieses incluso si te lo dijera.”
“Hmm. ¿Realmente necesitas los tres PCs para hacerlo?”
Me echó una mirada perpleja. “Ii-chan, el del medio no es un PC, es una estación de trabajo.”
“¿Qué es una estación de trabajo? ¿No es un PC?”
“No, es diferente. Bueno, supongo que PCs y estaciones de trabajo se asemejan en que ambos están destinados al uso individual, pero las estaciones de trabajo están muy por encima de su nivel.”
“¿Ah? ¿Así que una estación de trabajo es como un PC extremadamente bueno?” Le dije, mostrando abiertamente mi ignorancia.
Ella se quejó. “Ii-chan, un PC es un PC y una estación de trabajo es una estación de trabajo. Ambos son GPCs, pero piensa en ellos como dos cosas completamente diferentes.”
“¿Qué es un GPC?”
Me miró como si fuese algún tipo de cavernícola. “Ii-chan, no sabes nada, ¿verdad?” Me dijo con un toque de incredulidad. “¿Qué has estado haciendo exactamente en Houston esos cinco años?”
“Otras cosas.”
Ella suspiró. “Okay, okay” dijo inclinando la cabeza. Entonces resumió su trabajo como si un interruptor se hubiese activado en su cerebro. Letras y números que parecían como un abracadabra para mí continuaban fluyendo en las pantallas.
Quería que me dijese un poco más acerca de las diferentes clasificaciones o lo que sea, pero no soy realmente tan curioso intelectualmente. Además, sería rudo interrumpir en lo que sea que estuviese trabajando. Eso y que, para un ‘externo’ como yo, tratar de seguir las explicaciones de esta magdalena empollona solo me daría lugar a un dolor de cabeza, así que con eso acabé la discusión. Masajeé sus hombros un rato, entonces decidí tomar prestado su lavabo, donde me lave la cara y me cambié de ropa.
“Hey, Tomo, voy a dar una vuelta.”
Sin levantar la vista de su trabajo, me hizo un ademán poco entusiasta. La otra mano permanecía pulsando teclas. Me encogí de hombros y dejé la habitación.
2
Estaría mintiendo si dijese que sabía todo sobre la Fundación Akagami.
No son exactamente la organización mejor publicitada en el mundo. Además, dado que ellos principalmente operaban fuera de la región de Kanto, alguien como yo que nació en Kobe, creció en Houston, Texas, y vivía en Kyoto no sabría tanto sobre ellos.
Simplificando, la mansión Akagami era el hogar de un legado célebre de hombres de negocios. Esos negocios podían haber sido algún tipo de intercambio, o un sistema en el que el dinero simplemente llegaba a raudales por sí solo. No estoy exactamente seguro de qué es lo que hacían, pero fuese lo que fuese, una cosa era segura: la Fundación Akagami estaba repleta.
Poseyendo propiedades no solo en Japón sino por todo el mundo, la Fundación Akagami era también la propietaria de la isla Karasunonureba. Y la dueña de la mansión de estilo occidental situada en el centro de la isla no era otra que Akagami Iria.
Como puedes suponer por su nombre, Iria estaba relacionada con el jefe de la Fundación Akagami; su nieta, de hecho. Nació y creció tratada como una princesa, para la que ninguna alabanza servil era suficientemente servil. A lo largo del tiempo, había heredado una vasta cantidad de enorme riqueza e increíble poder y gobernaba sobre una gran cantidad de subordinados. Pero entonces, el mismo jefe de la Fundación la había aislado por completo. Así que quizás esto es mejor expresarlo en pretérito perfecto.
Aislada.
No sabía qué fue lo que hizo para merecer eso, pero debía haber sido algo gordo.
Supuestamente fue retirada permanentemente de la familia hace cinco años, a la edad de dieciséis. Por aquel entonces, la cabeza de familia la dejó con una pequeña compensación (que probablemente sea una suma inimaginable para una persona corriente como yo) flotando alrededor del mar de Japón.
En otras palabras, había sido exiliada.
Quizás estos días parecían desfasados. Pero no me interesa entrometerme en la forma de hacer las cosas de otra gente. Especialmente si esa gente pertenecía a una poderosa institución que es prácticamente su propio mundo en sí mismo.
De todas formas, Iria había pasado los últimos cinco años aquí con sus cuatro doncellas, ni siquiera poniendo el pie fuera de la isla el alguna ocasión. Cinco años en esta isla dejada de la mano de Dios en el medio de la nada, sin diversión, sin nada. Por un lado, era la vida en el infierno, aunque yo especularía sobre ello. Por otro lado, era también un poco como la vida en el paraíso.
Pero, ¿estaba Iria-san sola o aburrida? A decir verdad, podías decir que Kunagisa había sido invitada a la isla para solventar algo del aburrimiento de Iria. Pero no era solo Kunagisa. De la misma forma, no sería una exageración decir que Akane-san, Maki-san, Yayoi-san y Kanami-san habían sido todas traídas aquí con el mismo propósito.
Bueno, de acuerdo, quizás es un poco exagerado.
Así que, de cualquier forma, con la prohibición de dejar la isla, Iria-san dijo, “Bueno, si así es como es”, y procedió a invitar, como sus huéspedes, a las figuras más prominentes del mundo.
Ahora, si ‘figuras prominentes’ sonaba un poco raro, déjame intentar ponerlo de otra forma. Iria había decidido invitar a los llamados genios a su mansión. Era un plan simple: “Si yo no puedo ir a ellos, ellos pueden venir a mí.”
Famosos y desconocidos por igual, todos aquellos que poseían talentos genuinos y habilidades increíbles habían sido llamados por Iria-san, uno detrás de otro detrás de otro. Y, por supuesto, todos los gastos, incluido alojamiento, estaban cubiertos por Iria-san. De hecho, a los visitantes de la isla a menudo se les daba dinero, así que casi siembre era una situación de ganar o ganar para ellos.
Para mí, parecía como si Iria-san se estaba dirigiendo hacia la imagen de salón de la antigua Grecia, coleccionando y cabriolando con todos los artistas y genios; y de ese modo viviendo una vida fructífera. Para estar seguro, no era la idea más corriente, pero sí, había algo increíble acerca de ello. Aparte de la mansión y el bosque, la isla estaba esencialmente vacía, casi una isla desierta, y para esos hombres y mujeres de talento cansados del mundo que necesitaban descansar tanto el cuerpo como la mente, este era el sitio perfecto. Y en consecuencia, el plan de Iria-san había sido un éxito tremendo.
Ahora bien.
Paseando sin rumbo alrededor de esta isla vacía, disfrutando en el bosque, fue cerca de un extremadamente distante cerezo en flor donde me encontré súbitamente con Shinya-san.
“Oh, eh, esto, quiero decir” dijo Shinya-san, agitando con la mano para saludarme. “Eres un pájaro bastante mañanero, ¿eh? Señor… er, ¿cuál era tu nombre? Lo siento, mi memoria es un poco limitada, como ves.”
Me sacaba unos cuantos centímetros, y su ropa de diseño era mucho mejor que la mía. Su forma de hablar era apacible, y así eran, de alguna forma, sus ropas y estatura, pero si Shinya-san fuese o no apacible, no lo podría decir. No tengo la habilidad para juzgar a alguien basándome solo en su apariencia, y soy la última persona en llegar a conclusiones después de conocer a alguien solo desde hace unos días.
“Creo que nunca te lo he dicho,” respondí encogiéndome de hombros. “Solo soy el acompañante de Kunagisa Tomo. No es necesario que un acompañante tenga nombre, ¿verdad?”
“Eso es terriblemente modesto por tu parte. No es ninguna sorpresa, estando en esta isla. Pero hablando de acompañantes, se supone que estoy en el mismo saco que tú,” dijo Shinya-san sonriendo.
Sí, Shinya-san y yo no éramos más que perritos falderos. Probablemente pasase sin decir nada en este momento, pero no estaba paseando por esta isla porque fuese ningún tipo de genio. Kunagisa Tomo era el ‘genio’ aquí, yo no era más que su ayudante. Y si ella no me hubiese dicho, “Ii-chan, resulta que tengo que irme a una isla, así que ven conmigo, ¿de acuerdo?” ahora mismo estaría en mi habitación de Kyoto de cuatro tatamis de tamaño preparándome para la escuela.
Sin discusión: el protagonista aquí es Kunagisa Tomo. Dejemos eso claro.
Ahora bien, sobre a quién estaba Shinya-san acompañando, bueno, ella estaba justo debajo del cerezo. Con esos ojos pensativos, irreflexivos, observaba el vaivén de los pétalos del cerezo.
Tenía los ojos azules y el pelo dorado. Su vestido, pálido en color, parecía salido de una película francesa, y estaba acentuado con deslumbrante joyería. Solo uno de sus colgantes o brazaletes valía más que mi hígado. Incluso si vendiese todas las partes de mi cuerpo aún no podría pagarlo.
Ibuki Kanami. Uno de los genios.
Habiendo sufrido problemas con sus piernas supuestamente desde su nacimiento, estaba confinada en una silla de ruedas. Y en consecuencia Shinya-san, como su cuidador, se había colado en el viaje. Según había oído, hasta hace unos pocos años, ella estaba totalmente ciega. Sus ojos azules no eran un signo de sangre extranjera.
Kanami-san era una pintora.
Incluso yo, sin el más mínimo conocimiento en ese campo, había oído hablar de ella. Se había ganado una reputación como pintora sin estilo propio. Nunca había visto ninguna de las pinturas de Kanami-san, pero pensé que quizás estaba observando el cerezo para luego plasmarlo en su lienzo.
“¿Qué está haciendo?”
“Como puedes ver, estaba mirando el cerezo. No falta mucho hasta que los pétalos empiecen a caer. Tiene una atracción por esos ‘momentos antes de la muerte’, las cosas efímeras de la vida, si lo deseas.”
La mayoría de los árboles de la isla eran autóctonos comunes, pero por alguna razón, había un cerezo. Parecía bastante viejo, y el hecho de que solo había uno en toda la isla era algo bizarro. Probablemente, Iria-san lo había trasplantado.
“Así que se suele decir que hay cuerpos enterrados debajo de los cerezos, ¿eh?”
“Que espantoso.”
Ouch.
Solo estaba intentando iniciar una conversación, pero en su lugar la terminé precipitándome. Desde luego, era bastante espantoso.
“Solo bromeaba” se rio Shinya-san.
“Personalmente, pienso que tendría más sentido si la leyenda fuese sobre un ciruelo. Pero supongo que entonces no sería una leyenda sino un mito. ¡Jajaja!”
“A propósito, chico, ¿ya te has acostumbrado a la isla? Es tu tercer día aquí, ¿verdad? Um, ¿cuánto tiempo tenéis pensado quedaros?”
“Una semana. Así que tenemos unos pocos día más.”
“Mmm, eso está muy mal,” dijo con un toque de misterio.
“¿Qué está muy mal?”
“Oh, es solo que he oído que el favorito de Iria-san vendrá aquí en una semana. Pero si te marchas en cuatro días, no os encontrareis, ¿no es así? Eso está muy mal.”
“Oh, ya veo.” Asentí y pensé en ello por un momento.
El ‘favorito’ de Iria-san.
En otras palabras, el genio de genios.
“Un chef, un adivino, un erudito, un artista, y un ingeniero. ¿Qué puede ser lo siguiente?”
“Bueno, no he oído nada específico, pero aparentemente es una persona capaz de prácticamente todo. No es un ‘especialista’, sino un ‘generalista’. Hikari-san me dice que esta persona es tan aguda como un alfiler y está llena de conocimiento, y tiene reflejos como el rayo.”
Hmm. Así que otro genio completamente increíble. Asumamos que es solo un rumor ridículamente exagerado. El hecho que un rumor así exista sugería que este genio en particular no era un cualquiera. Estaría mintiendo si dijese que no estaba intrigado.
“Supongo que conocer a esta persona no haría daño. ¿Qué me dices acerca de preguntar por una extensión de tu visita? Estoy seguro de que Iria-san estaría encantada de recibiros.”
“Suena bien y todo eso, pero…” Probablemente pareciese todo menos emocionado. “Para ser honesto, esta isla es un poco sofocante. Para un crío corriente como yo, quiero decir.”
Shinya-san soltó una sonora carcajada. “Bien, bien. Bien, bien, bien, bien, muchacho. ¿Así que así es cómo es? Kanami-san y Akane-san y todos los demás no te habrán acomplejado, ¿verdad?”
Un complejo. Incluso suponiendo que no fuese algo que pudieses declarar tan francamente, lo que sentía era desde luego algo similar. Shinya-san me dio una fuerte palmada en el hombro.
“No hay razón para sentirse inferior que esa tropa, ¿verdad? ¡Aguantemos juntos, hermano! Ya sea Kanami-san…” Kanami-san observó desde debajo del cerezo.
“Ya sea Akane-san, Yayoi-san o incluso Kunagisa-chan, si fuesen a jugar contra nosotros a piedra-papel-tijeras, solo ganaría una de cada tres veces. Supongo que Maki-san sería una excepción en este caso, pero no importa.”
“Esa es una manera bastante directa de decirlo.”
Sin mencionar que Shinya-san se acababa de referir a su propia jefa como parte de ‘esa tropa’. No lo digo como si estuviesen tirándose a la garganta del otro, pero quizás Shinya-san y Kanami-san no eran precisamente buenos amigos.
“El talento no es tanta cosa. De hecho, yo, para mí, estoy orgulloso de no tener ninguno. El talento no vale una mierda.”
“¿Por qué?”
“Si tienes talento, tienes que esforzarte. Ser ordinario es un alivio. No tener nada que dominar es una ventaja, si me permites,” dijo Shinya-san encogiéndose cínicamente de hombros. “Creo que nos hemos ido un poco del tema. De todas formas, no creo que fuese una cosa terrible si fueses a preguntar por una extensión de tu estancia, si me permites. Y hey, quizás este ‘generalista’ nos venza a piedra-papel-tijeras las tres veces.”
“Bueno, lo hablaré con Kunagisa… Sería difícilmente correcto para el acompañante decidir algo como esto por su cuenta.”
“Me lo imaginaba. Te pareces mucho a mí,” dijo mirándome cara a cara.
Su mirada era profundamente desconcertante. Me dio la inconfortable sensación que tienes cuando estas siendo observado.
“¿Tú y yo? ¿Parecidos? ¿A qué te refieres? ¿En qué sentido?”
“No suenes tan feliz sobre ello. En particular, eres prácticamente idéntico en albergar la idea de que tú mismo eres parte del mundo.”
Pareciendo que no tenía la intención de explicarse más allá. Apartó su mirada y la devolvió a Kanami-san. Predeciblemente, Kanami-san todavía estaba observando el cerezo completamente concentrada. Estaba rodeada por una especie de trascendencia, como si ese punto estuviese aislado del resto del mundo. Tenía un aire de ser inaccesible, incluso sagrada.
“Así que, ¿Kanami-san ha estado pintando desde que llegó?”
“Bueno, más bien es que vino a esta isla para pintar. Eso es realmente lo único que hace, después de todo. Supongo que puedes decir que vive para la pintura. ¿Puedes creerlo?”
Habló con un deje de frustración, pero si tomas sus palabras por su valor aparente, sonaba como una existencia increíblemente envidiable; una vida donde lo que quieres hacer y lo que tienes que hacer están directamente conectados. Era el tipo de vida que yo nunca podría esperar conseguir. Yo, que no he descubierto ni lo que quiero ni lo que tengo que hacer.
Noté que Shinya-san estaba mirándome con una sonrisa perversa, como si hubiese recordado una broma de mal gusto. Retrocedí un poco. Estaba teniendo un mal presentimiento, como una premonición. Y entonces Shinya-san, con una expresión en su cara como si dijese ‘he tenido una revelación divina’, aplaudió sus manos deliberadamente.
“¡Es cierto! Es una gran oportunidad, ¿Por qué no intentas ser modelo?” Me soltó mientras permanecía sin palabras e incapaz de comprenderle, y se dirigió a Kanami-san. “¡Hey!” la llamó. "¡Kanami! ¡Este tío de aquí dice que quiere ser tu modelo!”
“Espera, ¡Shinya-san!” Al fin comprendiendo la situación, me giré para encararle. “No puedo hacerlo, quiero decir, ¡dame un respiro!”
“Calma, calma, ¿por qué estás tan avergonzado? Eso difícilmente encaja con tu carácter.”
No lo creo. ¿Preguntarle a Kanami-san que me pinte? Era una idea increíblemente intimidante. Pero Shinya-san disipó mi protesta con un simple “calma, calma, no seas tímido” y esperó por la respuesta de Kanami-san.
Kanami-san ajustó la dirección de su silla de ruedas y me echó un vistazo. Me escaneó de arriba abajo, de la punta de mi cabeza a la punta de mis pies, observándome, evaluándome, y dijo “¿Así que quieres que te pinte?” Sonó realmente irritada.
Era una pregunta difícil de responder. Con alguien con tanto talento como Kanami-san, el simple acto de vacilar sería grosero. Era débil en estas situaciones. Una personal realmente fácil de convencer. Un chico de diecinueve años que ha pasado su vida siguiendo el curso no tiene el poder de alterar el curso de una historia.
“Sí, desde luego, si no te importa” dije.
Kanami-san simplemente parecía desinteresada. “De acuerdo. Pásate por el estudio esta tarde,” dijo, y giró su silla de ruedas de nuevo hacia el cerezo. Habló con una apatía cordial, pero al menos se había apiadado de mí.
“Bueno, está decidido entonces. ¿Estás libre esta tarde?” dijo Shinya-san, extrañamente alegre.
Le dije que estaba libre y decidí marcharme antes de que me metiese en más problemas.
Regresé a la mansión y visité la habitación de Kunagisa de nuevo. Kunagisa estaba justo donde la dejé, sentada en su silla de oficina, sus tres PCs (quiero decir, dos PCs y su estación de trabajo) en frente suyo. Ahora mismo estaba concentrada en la estación de trabajo, y los dos PCs estaban apagados.
“¿En qué andas, Tomo?”
Sin respuesta.
Me acerqué por detrás y tiré de sus trenzas.
“Ay” profirió en una extraña voz, pareciendo al fin notar mi presencia. Sin cambiar de posición, me miró boquiabierta con desconcierto. Seguramente me veía bocabajo.
“Yooo, Ii-chan. Has vuelto de tu paseo.”
“Sí, bueno… Dime, ¿eso es un Mac?”
El monitor de su estación de trabajo estaba mostrando algún tipo de pantalla en Mac OS . Por lo que había oído, Mac OS solo funcionaba en Macs.
“Sí, es Mac OS. Ya sabes, hay algunas aplicaciones que solo corren en Mac OS. Así que lo estoy corriendo en una máquina virtual.”
¿Máquina virtual?”
“Básicamente estoy haciendo que la estación de trabajo piense que hay un Mac dentro suyo. En otras palabras, estoy engañando al software. Por supuesto Windows también está. La mayoría de sistemas operativos están instalados en la estación de trabajo de forma que pueda hacer de todo.”
“Ah…”
No lo pillaba.
“Es una pregunta estúpida, ¿pero en qué son diferentes Mac y Windows?”
Se planteó mi pregunta de verdadero principiante por un momento. “Son diferentes porque personas diferentes los usan,” contestó con un aire de precisión.
“Bueno, sí, eso es verdad, pero… Bueno, olvídalo. Así que un sistema operativo es como el núcleo del software, ¿verdad? Creo que eso es cierto. ¿Así que es como si este ordenador tuviese personalidad múltiple?”
“Es una metáfora extraña, pero podrías decir que es así.”
“Así que ese PC, eh, estación de trabajo, ¿Cuál es el núcleo principal del sistema operativo? Igual que alguien con personalidad múltiple tiene una personalidad ‘principal’, ¿verdad?”
“Geocide.”
“Nunca he oído sobre él. ¿Es como Unix?”
“Es Unix, pronunciado ‘yu’. Venga, has estudiado fuera, deberías saber cómo pronunciar el alfabeto inglés, Ii-chan. Te hace sonar muy estúpido. Uh, bueno, es compatible con Unix. Pero en realidad es un sistema operativo original desarrollado por un amigo.”
“Un amigo…”
Amigo de Kunagisa. El único amigo de Kunagisa que podría haber desarrollado un sistema operativo original era alguien del ‘equipo’. De ese notorio ‘equipo’.
Hace unos años, en el siglo pasado, durante la época en la que la red japonesa estaba todavía bajo desarrollo, ese grupo apareció. No, ‘apareció’ no es la expresión correcta.
Ni siquiera por un instante dejaron su rostro, ni su sombra, ni siquiera su olor rozar la imagen pública. Nunca anunciaron su nombre; cualquier nombre por el que alguna vez se hayan conocido fue dado por otros. Tanto si los llamases un club virtual, ciberterroristas, una unidad de hackers, o una banda que hacía montañas de granos de arena, no les importaba, y ellos probablemente no respondiesen.
Eran totalmente sin igual, una especie desconocida. ¿Cuánta gente había, y qué tipo de gente formaba este ‘equipo’? Todas estas cosas estaban rodeadas de misterio.
¿Y qué es lo que hacían?
De todo.
Hacían de todo, eso es todo lo que podías decir. Hacían mucho de todo, no había nada que no hiciesen. Causan estragos, estragos y más estragos. No estaba en Japón en esa época, así que no lo viví de primera mano, pero dicen que fue un completo y ridículo caos que fue prácticamente refrescante, no dejando pistas sobre sus motivos u objetivos. Empezando por puro hackeo y crackeo, también metieron sus manos en asesoramiento empresarial y fraude fiscal. También se especula que, en aquél entonces, controlaban un gran número de empresas.
Pero no podías decir que existían solo como una molestia. Para bien o para mal, fue gracias a ellos que el nivel general de la red tecnológica mejoró drásticamente. Incluso podías decir que la forzaron. Si lo observabas cuidadosamente, seguro que hubo pérdidas, pero a gran escala, las ganancias superaban a las pérdidas por diez.
Pero, por supuesto, los peces gordos de ahí arriba los veían como poco más que molestos criminales, una molestia de hackeo y crackeo. Así que el ‘equipo’ fue despreciado y perseguido. Pero nunca fueron cogidos, y lo que estaban haciendo exactamente nunca salió a la luz. Entonces, el año pasado, de repente y sin que nada en particular sucediese, nunca se volvió a oír hablar de ellos. Fue como si se hubiesen volatilizado y desparecido.
“Ey, ¿Qué pasa, Ii-chan? Te has quedado callado de repente.”
“Nah… nada.”
Apartó su pelo con una risilla.
“Sí, supongo que no es nada…”
De alguna manera, el final que el ‘equipo’ encontró fue, en un sentido, anticlimático.
¿Quién hubiese creído que el líder de ese ahora difunto equipo era esta despreocupada chica adolescente? ¿Exactamente quién en su sano juicio creería algo tan ilógico que no podría ser confundido ni siquiera por una broma de mal gusto?
Pero si ese no fuese el caso, Kunagisa no habría sido invitada a esta isla llena de genios. No como a una ingeniera especialista en comunicaciones y sistemas.
“¿Cómo podría no estar acomplejado, Shinya-san?”
“¿Huh? ¿Has dicho algo?” Kunagisa me observó por un momento.
“Solo farfullaba” Dije. “Así que ‘Geocide'... ¿No significa ‘asesinato de la Tierra’?”
“Sí. De todos los sistemas operativos existentes es probablemente el más increíble. Geocide es el número uno. Incluso el RASIS es perfecto.”
“Algunas veces pienso que usas esas palabras complejas para tocarme las narices. ¿Qué es un RASIS?”
“Es un acrónimo de fiabilidad, disponibilidad, utilidad, integridad, seguridad. Pero claro, es en inglés,” dijo un poco irritada.
“Básicamente significa estabilidad. Por supuesto requiere un sistema con un alto rendimiento, pero no causará errores ni nada de eso. Tío, ese Atchan es realmente un genio. Hehehe.”
“Atchan, ¿eh? Suena como si fueseis muy cercanos.”
“¿Hmm? ¿Celoso? ¿Hmm? ¿Hmm?” dijo con un tono extrañamente satisfecho y una traviesa sonrisa. “Está bien. Tú eres el que más me gusta de todos.”
“Ah, cierto. Aprecio eso.” Me encogí de hombros e intenté cambiar de tema. “Pero si es un sistema operativo tan increíble, ¿por qué no comercializarlo? Si vendiese como Windows haríais una fortuna.”
“No se puede. ¿Sabes sobre los rendimientos crecientes, verdad? Con un sistema operativo diferente nunca los alcanzaríamos. Los negocios van más allá de habilidades y talento.”
Rendimientos crecientes. La ley de la economía que define ‘cuanto más tienes, más consigues’, que no hace nada por lo que no tienes. Hace un tiempo que lo estudié, así que no lo recuerdo claramente, pero dicho de forma simple, ‘una vez que una diferencia significativamente problemática ha aparecido, es imposible reducir esa diferencia’. Tanto en relación a la habilidad o al dinero, parecía no haber diferencia.
“Además, Atchan estaba satisfecho solo por crear Geocide. Atchan es un persona muy auto-complaciente”
“Eh, sí, debe estar muy contento.”
“Incluso si ese no fuese el caso, no creo que fuese posible comercializarlo. Aunque es solo el núcleo del software, requiere unas increíblemente escandalosas especificaciones. Cifras gravemente astronómicas. Incluso mi máquina lo corre por los pelos.”
“Hmm. ¿Cuántos gigas tiene tu disco duro? ¿Sobre cien?”
“Cien teras.”
Diferente unidad.
“Tera…ese es el opuesto de pico, así que… ¿mil veces un giga?”
“Nope, 1024 veces”
Tía puntillosa.
“Tío, nunca he visto un disco duro como ese.”
“Para ser específico, no es un disco duro; es una memoria holográfica. Al contrario que los discos duros, que graban datos con imanes, este graba datos directamente en la superficie. Es capaz de transferir a un tera por segundo. Lo que encuentras en el mercado es, bueno, bastante más lento. Este es el tipo de equipo que están usando en el desarrollo de tecnología espacial.”
¿También tiene esos tipos de conexiones?
Pertenecía a una comunidad completamente sospechosa.
“Por supuesto, esto va más allá de la capacidad de la máquina también, pero si las especificaciones de la placa base no tienen personalización homebrew , no estás de suerte. Atchan solo hace cosas sin considerar nada de las circunstancias de su entorno, ya sabes. Así que acaban así. No trata de adaptar las cosas a otra gente.”
“¿Un homebrew de placa base? ¿Hay gente que hace eso?”
“Como la mía en realidad, para uno mismo.” Se indicó a si misma con el pulgar.
Es cierto. Era una ingeniera después de todo. Debía haber sido la culpable de proveer a sus ‘compañeros’ con el hardware y el software que eran sus principales ‘armas’. Si piensas sobre ello, era bastante inquietante. Una cosa era desarrollar un sistema operativo en apariencia incomerciable de esta forma, pero coger y construir tu propia placa base era simple y llanamente de friki.
“Sin contar con el señor ‘asesina-tierras’, ¿no has considerado nunca vender estas cosas? ¿Cómo la placa base de la que estás tan orgullosa?”
“Soy del tipo auto-complaciente también. ¿Qué hay de ti, Ii-chan?”
“Hmm, quién sabe.”
Independientemente de talento o falta de él, al fin y al cabo toda la gente está clasificada en dos grupos: los que persiguen y los que crean. A pesar de mi propio caso, Kunagisa era abrumadoramente de los segundos.
“Además, en cuanto al dinero, tengo mucho de sobra. No estoy pensando hacer más en estos momentos.”
“Ah, no me extraña.”
Eso era verdad. Kunagisa no estaba en una posición que demandase entrar en negocios. No sería mucha exageración decir que gastaba dinero como si fuese agua. Una chica de diecinueve años de clase alta ocupando un edificio de apartamentos en Shirosaki y gastando dinero tan rápido como podía. No sabía cuanta gente había ahí fuera con más dinero que Kunagisa, pero seguro ningún individuo gastaba tanto.
Entre la Fundación Akagami y la casa Kunagisa, quién poseía mayor poder estaba fuera de mi campo de conocimiento, pero de cualquier forma, ambos poseían suficiente fortuna para disfrutar las mejores cosas de la vida y todavía recibir cambio, eso era seguro.
Hablando de ello, Kunagisa se parecía a la dueña de la isla, Iria, en que ella, también, estaba parcialmente exiliada de su familia. Quizás eran gente similar. En tres días que he pasado en esta isla, los signos indicaban en efecto la dirección contraria, pero, bueno, ambas eran excéntricas, eso era seguro. Tanto que hubiese sido imposible para ellas mezclarse en cualquier grupo o ser miembros de cualquier organización.
Seguramente así es como era.
En cualquier caso, esta isla…
El significado del nombre esta isla llamada ‘Pluma de cuervo mojado’…
Kunagisa regresó a su tecleo.
“Voy a desayunar. ¿Qué hay de ti?”
“No, gracias. No tengo hambre. Es época de celo. Ii-chan, adelántate solo. Come por mí también.”
“Recibido” dije, y me dirigí al comedor.
3
Akane-san estaba en el comedor.
Me tensé.
Ella estaba sentada sola en la mesa redonda del comedor con sus piernas cruzadas en una forma elegante y, de alguna manera, poco japonesa, tomando su desayuno. O no, ya había terminado el desayuno y estaba disfrutando de un café.
“¡Oh! ¡Buenos días!” Era la voz brillante y viva de Akari-san en medio de la limpieza del comedor. No, espera, no era ella. Akari-san nunca me saludó brillante y vivamente. Esta no era la Akari-san que conocía. Lo que significaba…
“Hola, Hikari-san” dije, determinando que era Hikari-san. Evidentemente estaba en lo cierto, ya que entonces me sonrió y se inclinó.
Chiga Akari-san y Chiga Hikari-san.
Eran hermanas. Gemelas. Para dejarlo claro, había otra tercera hermana también, su silenciosa hermana pequeña Teruko. Teruko supuestamente tenía mala vista y era reconocible por sus gafas de cristales oscuros. Akari-san e Hikari-san, sin embargo, eran perfectamente idénticas, desde la longitud de su pelo hasta su ropa, hasta el punto que no eran solo similares, eran la misma persona.
Pero al contrario que Akari-san, Hikari-san era una persona increíblemente amable. Incluso aunque yo no era un verdadero ‘invitado’ me trataba igual que a los demás.
“¿El desayuno? Espera un momento, por favor” dijo, entonces se giró y se apresuró a la cocina. Debía ser tan buena girándose porque era pequeña, pensé.
Con Hikari-san fuera me quedé de repente a solas con Akane-san.
Después de un segundo de duda, me adelanté y tomé sitio cerca de ella. Pensé en saludarla, pero parecía completamente inmersa en su mundo, murmurándose a sí misma en una voz casi inaudible, sin siquiera mirar en mi dirección. Era como si no me hubiese notado. ¿Qué diantres estaría pensando? Agudicé el oído y escuché.
“Sente 9-6, peón… Kote 8-4, peón… Sente, mismo peón… Kote 8-7, peón… Sente 8-4, torre… Kote 2-6, peón… Sente 3-2, general de plata… Kote 9-5, peón… Sente 4-4, obispo… Kote 5-9, general de oro, coger… Sente 2-7, caballero…”
Significado desconocido.
Eso es lo que consigues de uno de los Siete Idiotas; incluso las cosas que se murmuran a si mismo son diferentes, pensé completamente impresionado. Pero escuchando de cerca, sonaba como si estuviese recitando una partida grabada de shogi. Wow, shogi a ciegas.
Y ella sola, nada menos.
¿Es esto lo que hace todas las mañanas?
“Kote 2-3, peón, jaque mate, Sente se retira” dijo y me observó. “Ah, estaba imaginándome quién sería y resulta que eres tú. Buenos días.”
“Buenos días.”
“Jeje. ¿No es el shogi difícil? Las piezas se mueven mucho más que en el ajedrez. Estaba jugando en Kote ahora mismo. Fue una victoria ajustada.”
“Huh.”
¿Hay un Sente y un Kote en el shogi de un jugador? Quizás Akane-san era capaz de dividir su mente como un delfín. Sí, parecía probable para alguien como ella.
“¿Eres bueno jugando al shogi, o al ajedrez, da igual?”
“Yo diría que más bien no.”
“Hmm, ¿es así?”
“Leer la mente de otra gente no es mi fuerte.”
“¿Ah no? Hmm, supongo que no. Tienes cara de ello,” asintió. “Vi tu cara desde la ventana hace un poco. Dando un paseo mañanero, ¿verdad?”
“Sí, un paseo por el bosque.”
“Ah, un paseo por el bosque, que entretenido. Muy entretenido. La fitoncida liberada por los árboles crea un efecto bactericida y demás.”
¿Qué demonios?
En Houston, Texas, en América, hay un centro de investigación llamado ER3 System. Allí, mentes brillantes de todo Estados Unidos, no, de todo el mundo, se reunía, y es conocido como el último bastión del conocimiento, desde la economía a la historia, desde ciencias políticas a ciencias culturales, desde física y matemáticas avanzadas a biología, electrónica e ingeniería de sistemas, metafísica, de hecho, cualquier cosa que pudiese ser llamada un campo de estudio o investigación.
También es conocido como Centro de Investigación Exhaustivo. Era un lugar de reunión para todos aquellos que les gustase el aprendizaje y la investigación por encima de todo. Un nido para todos los humanos inhumanos que deseaban conocimiento que excede incluso sus deseos naturales y biológicos. Una organización sin ánimo de lucro, no se atrevían a vender su conocimiento o descubrimientos, y eran en un sentido un tipo de organización secreta cerrada e introvertida.
Había solo cuatro reglas básicas:
No tener orgullo.
No tener principios.
No tener lazos.
Prohibido quejarse.
Tenían que cooperar con otra persona al máximo de sus capacidades sin quejarse, nunca ser improductivos, incluso si el mundo fuese a extinguirse, y nunca dejar nada a medias, contra viento y marea.
El destino último para todos aquellos que quieran investigar, los que quieren saber, los que tienen que saber, lo que significa un fin y completa armonía, era el ER3 System. La gente se reunía allí, desde profesores de universidad ampliamente respetados a investigadores de primera línea y académicos principiantes, una verdadera asamblea sin orgullo de todo tipo de individuos. Su reputación parecía tan bizarra que los medios los ridiculizaban como un ‘paquete cultillo de bobos sobreeducados’.
Pero su investigación había conseguido grandes recompensas: la demistificación de la óptica no-lineal de Dalevio, los desbordantes avances de la tecnología de hologramas, y el establecimiento de la casi mágica DOP como tecnología sensorial eran todos gracias al ER3. No por el trabajo de los individuos sino por el trabajo en equipo, y su trabajo sin lucro en ello, rechazaron todo tipo de premios y otros honores, y por tanto no llamaron mucho la atención, pero su reputación en el mundo académico era en verdad alto. Era un estudio de investigación con un relativamente pequeña historia-ni siquiera un siglo-pero ya estaba conexionada mundialmente.
Y dentro de este centro de investigación existía el trascendental grupo conocido como los Siete Idiotas. Siete individuos seleccionados por turnos por la selecta ‘siete en los límites de las respuestas del universo’. Eran los verdaderos ‘genios entre genios’.
Uno de estos siete individuos era Sonoyama Akane-san.
Tenía un precioso pelo negro, cortado con precisión milimétrica para darle un aire de intelectualismo. Era alta para ser mujer, con una figura estilísticamente esbelta. No había ninguna parte en ella que no desbordase feminidad elegante. Era una erudita mujer japonesa de la más alta clase.
El ER3 System es relativamente desconocido en Japón. El hecho de que el ER3 en sí mismo sea tan exclusivo es sin duda parte de la razón de ello, pero la principal razón es probablemente que la naturaleza imposible de catalogar del centro no coincidía con la forma de hacer las cosas de los japoneses. Pero de cualquier forma, Akane-san había crecido, como una pura e inocente mujer japonesa (y en la veintena nada menos), hasta el rango de los Siete Idiotas del ER3. No sería una sorpresa si un día fuese un nombre reconocido en Japón.
Ahora bien, esto puede hacer que os preguntéis: si también soy una persona japonesa ‘pura e inocente’, ¿cómo es que sé tanto? Aunque no hay una razón en especial, en serio. No es como si estuviese particularmente bien informado, es solo que el ER3 y yo hemos cruzado nuestros caminos en ocasiones.
Quiero decir, en preparación a largo plazo, el ER3 System implementa un programa de estudiantes de intercambio para educar a los jóvenes de la siguiente generación. Durante cinco años, empezando en mi segundo año de secundaria, participé en este programa, así que naturalmente conocía la reputación de Sonoyama Akane como una de los Siete Idiotas, además de su existencia ‘en las nubes’. Y así es como me sorprendí tanto al descubrir a Akane-san aquí en la isla. No soy del tipo que se rinde incondicionalmente al primer atisbo de autoridad o talento, pero no podía evitar estar nervioso. ¿Qué le dices exactamente a uno de los Siete Idiotas?
Estaba allí sentado, callado como un muerto, cuando Akane me habló. “Por cierto, esa chica de pelo azul–Kunagisa-chan, quiero decir.”
“Ah, ¿sí?”
“Es simplemente adorable. La noche pasada le hice hacer algo de mantenimiento a mi ordenador. Es increíblemente habilidosa, ¿no es así? También tenemos técnicos en el ER3, pero nunca he visto uno con tanta… precisión mecánica. Hacía que pareciese una rutina de trabajo. Puede sonar rudo, pero por un momento me pregunté si realmente era humana. Estoy seguro de que Iria-san la adoraría por completo.”
“Ah, ¿de verdad? Espero que no fuese una molestia.”
Dejó escapar una risilla. “Suenas como un cochecito”
Un cochecito. De nuevo había sufrido una apreciación infundada. “¿Quieres decir una niñera ?”
“Bueno, los dos significan lo mismo, ¿verdad?”
“Un cochecito es un tipo de carrito”
“Ah, cierto” asintió.
A pesar de su evidente habilidad en matemáticas y ciencia, parecía que el japonés no era el fuerte de Akane-san.
“Bueno, de cualquier forma. No fue una molestia en absoluto.”
Bueno.
“Aunque parecía un poco torpe socialmente. Creo que no escucha a la gente cuando está hablando. Y como resultado, mi PC ha evolucionado como dos generaciones.”
“Pero esa es en realidad la Kunagisa mejorada. Solía ser terrible conversando. Empezando y acabando cuando le venía en gana. Era bastante difícil para mí.”
“Hmm. Si quieres mi opinión, creo que su personalidad sin complejos tiene un cierto encanto.”
“Eh, no estoy seguro de estar de acuerdo.”
“Eso es cosa tuya.” Akane-san se encogió de hombros. “Por cierto, también oí por ella que estuviste en el programa ER.”
“Huh.” ¡Esa chismosa había dejado escapar el gato de la bolsa! Creía que le había dicho que estuviese callada. Aunque no es como si no fuese completamente consciente de que no había manera en intentar tener a esa chica callada.
“Deberías habérmelo dicho. Podíamos haber tenido una buena charla. Me siento como si hubiese perdido dos días. ¿Debería suponer que no te estuvieses conteniendo por un casual? No me malinterpretes, no soy la gran cosa.”
“No, no es eso… Supongo que simplemente era difícil sacar el tema. Y además, incluso aunque estuve en el programa, lo dejé a medias.”
El programa eran unos estudios de diez años. Yo lo abandoné después del quinto año. De ahí regresé a Japón y me reuní con Kunagisa. Por suerte ya estaba cualificado como graduado de bachiller desde el segundo año en el programa así que fui capaz de transferirme directamente a la universidad Rokumeikan de Kyoto.
“Aun así es un gran logro. A pesar de cuan ‘torcido’ haya sido para ti…”
“Es ‘pesado ’.”
“A pesar de cuan pesado haya sido para ti, el examen de entrada para el programa ER es un gran obstáculo a superar. Debería tener un poco más de orgullo sobre tus logros.”
El examen de entrada para el programa ER era inusualmente difícil. Incluso en la guía para aplicantes decía: 'No hay gratificaciones. No garantiza tu futuro. Nadie va a venir a rescatarte. Sólo te ofrecemos un ambiente en el que puedes satisfacer tu curiosidad intelectual.' Y aun así candidatos de la élite de todo el mundo se reunía para realizar el test. Así que era cierto, simplemente aprobar el test era algo sobre lo que alardear.
Pero.
No había completado el programa.
“No tiene sentido si abandonas a la mitad. Los resultados finales lo son todo en este mundo.”
“En realidad, resulta que yo pienso que todo en este mundo es un resultado… ¿O eres una de esas personas que dice ‘un genio es un genio’?” Tenía un toque de sarcasmo en su tono. “Un genio no es una rosa. En Japón ves frecuentemente gente que se enorgullece del simple hecho de esforzarse, ¿no crees? ‘He sufrido grandes dificultades, sin importar los resultados finales’, dicen. Dicen que hay mérito en el simple esfuerzo. Creo que es un punto de vista válido. Decir ‘he trabajado duro’ es una buena conclusión en sí misma. Con lo que tengo problemas es con gentuza que suelta cosas absurdas como ‘lo podía haber hecho si quisiese’ o ‘no lo pude hacer porque no lo estaba intentando’ o ‘he dicho que puedo hacerlo, pero no significa que vaya a hacerlo’. Eso es ridículo. Hay todo tipo de gente en este mundo, ¿eh?”
“No lo intenté porque no podía hacerlo.”
“Hmm, jejeje, sabes, tienes algo de esa cualidad de apático del mundo.”
“Es probablemente modestia.”
“Bingo.”
La parte derecha de su labio se curvó en una media sonrisa y sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo. Con movimientos gráciles y fluidos, puso uno en su boca y lo encendió.
“Wow, ¿fumas? Vaya sorpresa.”
“¿Eres del tipo al que no le gustan las mujeres que fuman?”
“Bueno, no, no en mujeres en particular. Fumar es malo para tu salud, ya sabes.”
“La salud es mala para tu afición a fumar, ya sabes.” He ahí el ingenio de los Siete Idiotas, pensé, pero sonrió avergonzada.
“Es un argumento estúpido, ¿eh? No me hagas coso. Sería horrible que acabases pensando que soy ese tipo de persona”, dijo.
“¿Deberíamos cambiar de tema? Sabes, en realidad estuve en Japón durante todo el instituto.”
“¿En serio?” Estaba un poco sorprendido. Pero si piensas sobre ello, en realidad no era ningún misterio. “¿En qué instituto?”
“Solo un corriente instituto a nivel de prefectura. No era precisamente conocido. Estaba en el club de karate femenino por aquel entonces. No me gustaba del todo, pero en retrospectiva en realidad era divertido. Que recuerdos me trae. Hace ya más de diez años… Las faldas de aquel entonces eran así de largas, no tenía las mejores notas, pero era buena en matemáticas e inglés. Así es como acabé en una universidad extranjera. Mi familia estaba en contra pero les desafié. Después de todo, ¿no dicen que ‘si amas a alguien préndele fuego ’?”
“No.”
“De cualquier forma, fue así, así que al final corté los lazos con mi familia y crucé hasta América por mí misma. Fue un cambio infernal para alguien como yo en aquel entonces.”
Y así acabó metida en los Siete Idiotas. Quizás Cenicienta también salía en esta historia.
“Así que te gustan las matemáticas. Me lo imaginaba.”
“Bueno, sabes, no me desagradan. En bachiller me gustaba como siempre tenían una solución concreta, sin elementos inciertos, así que matemáticas era todo lo que hacía. Me gustaban las cosas claras y concisas. Pero en la universidad, en el ER3 System, llegué a darme cuenta que ese no era necesariamente el caso. Es como el shogi o el ajedrez. Solo tienes que conseguir el jaque mate, pero hay un infinito número de formas para llegar a él. Me siento como si me hubiesen timado.”
“¿Cómo cuando un amante te muestra un lado suyo desconocido?”
Se rio como si dijese, “Una idea romántica, pero no exactamente.”
“Pero estaba un poco emocionada, sabes. En mis días en el instituto, siempre me imaginé que las matemáticas no serían de ningún uso en el mundo real, pero de hecho hay momentos donde tienes que usar cálculos y ecuaciones cúbicas y demás. Usas factoriales en la vida diaria. Estaba definitivamente emocionada por ese hecho.”
“Entiendo”, asentí.
Realmente lo hacía.
Se rio satisfecha. “¿También eres una persona matemática? Por lo general, los hombres son mucho más dados a las matemáticas que las mujeres. Por la manera en que su cerebro funciona.”
“¿Es así?”
“Bueno, basándonos en datos estadísticos.”
“Suena a datos machistas.”
Además, las evidencias estadísticas eran muy poco fiables. Si tiras un dado cien veces y siempre cae en seis no significa que será un seis la próxima vez. Le dije esto mismo pero protestó.
“Si cae en seis cien veces seguidas, es un dado que solo cae en seis. Es una diferencia demasiado significante para ser descrita como una coincidencia o una probabilidad predilecta. Las estadísticas hombre/mujer también son de este tipo. Jejeje, así que eres feminista. ¿O solo estás siendo educado conmigo? Bueno, por desgracia yo no soy feminista. Escuchar hablar de expansión de los derechos de la mujer y la liberación de las mujeres me produce dolor de estómago. Quiero decir. Están obviamente soltando sinsentidos. Sí, es un mundo de hombres, pero no es la igualdad de géneros lo que necesitamos, es igualdad de oportunidades para aplicar nuestras habilidades. Los hombres y las mujeres son tan diferentes que prácticamente podrías definirlos como dos criaturas separadas genéticamente. Así que pienso que tienen papeles diferentes. Por supuesto, eso reside en la suposición principal de que tu papel y lo que quieres hacer son diferentes, y la suposición secundaria de que si tienes que escoger entre los dos, lo que quieres hacer debería priorizar. Ah, y quizás la suposición intermedia de que puedes hacer lo que quieres hacer antes de todo. Pero decir que no puedes hacer nada suena como una excusa conveniente para mí.”
“Existe también un factor ambiental.”
“Ambiental, eh. ¿Pero acaso existió una época en la que a la mujer se le prohibió escribir, o esculpir? En relación a tendencias actuales he llegado a simpatizar más con los hombres. Me parece como si estuviesen más cerca de mi punto de vista, pero también, el lugar de trabajo era el dominio exclusivo de un hombre, ¿verdad? Así que no es ninguna sorpresa que se enfureciesen cuando las mujeres quisieron meterse en medio.”
“Solo estaban corrigiendo algo equivocado. Eso solo es mala suerte para los hombres.” Me pregunto porque tenía yo que tomar la postura feminista.
“Hmm” asintió. “Quizás tienes razón. No lo sé realmente. Pero también puede entender por qué las mujeres se enfadan con los hombres. Incluso aunque están llevando a cabo sus papeles y nosotras los nuestros, todavía actúan de forma grandilocuente y se dan aires. No es ninguna sorpresa que las mujeres se enfaden. Solo mientras no traten de mezclarme en nada, supongo que lo que en realidad quiero es que las feministas hagan las cosas lejos de mí. Sea el caso que sea, los mujeres son por naturaleza una raza aburrida. Igual que los hombres. Hmm, pensando en ello, también había más hombres que mujeres en el ER3. De entre los Siete Idiotas cinco eran hombres.”
“Rendimientos crecientes, eh.”
“¿Eh?” Parecía desconcertada. “Creo que no conozco esa palabra. Que es, ¿algún tipo de dieta o algo?”
“Significa que Beta perdió contra VHS.”
“Ah, quieres decir esa tendencia que ocurre en economía. Es cierto, Para devolver un mundo dominado por los hombres al equilibrio tendrías que atravesar unas cuantas dificultades. En serio, no habría ningún problema si los hombres y las mujeres no estuviesen celosos el uno del otro. Pero nadie comprende eso, ¿no es así? Y aun así claman que no hay diferencia entre separación y discriminación.”
“Sabes Akane-san, viniendo de ti suena convincente. Supongo que tú misma has atravesado unas cuantas dificultades.”
“Nunca” dijo rotundamente. “Solo me he esforzado un poco.”
Era una declaración cargada.
De repente recordé algo que había querido preguntarle a alguien desde que oí por primera vez sobre la existencia de los Siete Idiotas en el ER3.
“Dime, ¿quién es la persona más inteligente de todo el ER3 System?”
En otras palabras, ¿quién era la persona más inteligente del mundo? Akane-san respondió sin mucha deliberación.
“La segunda es Frolein Love .”
“¿Y el primero?”
“¿Vamos chaval, esperas que diga toda la lista?”
Huh.
“Es broma, es broma. Hmm, para responder a tu pregunta seriamente, la persona a la que respeto más, o en otras palabras la persona que sitúo por encima de mí y de todos los demás, es probablemente el profesor asistente Hewlett. Él es el número uno sin lugar a dudas.”
Conseguido casi inefablemente, era simplemente la mente más brillante del último siglo, y probablemente de este también. La primera y probablemente última persona en dominar todas las materias cuando todavía estaba en edades de un solo dígito. Concedida la inmunidad criminal especial por el gobierno, usaba su intelecto superior para servir al bien de la nación. Si Akane-san era como una diosa para mí, el profesor asistente Hewlett era la misma fábrica del universo.
“Si hubiese sido una mujer, probablemente hubiese cambiado el curso de la historia” dijo mirando a la distancia. Era una curiosa mirada de admiración.
“¡Perdón por la espera!” Perfectamente sincronizada, Hikari-san apareció empujando un carrito. En lo alto del carrito reposaba mi desayuno. Con manos experimentadas lo situó enfrente de mí, seguido de un cuchillo y un tenedor a cada lado. “Tómese su tiempo” dijo con una inclinación y una sonrisa radiante y entonces se marchó a otro sitio de nuevo. Parecía que todavía tenía mucho trabajo por hacer.
Nueve piezas de bolas de arroz fritas con lechuga. Sopa de pescado, ensalada y un sándwich hecho de pan italiano. Más un café.
“Esta Sashirono-san es todo un portento, ¿eh?” susurró Akane-san echándole un ojo a mi comida.
Sashirono Yayoi.
Dirigía la cocina de la mansión, pero no eran una empleada. De hecho, era uno de los genios que habían sido invitados a la isla. Llevando aquí desde hace más de un año en estos momentos era el invitado de más larga duración. No había duda que mucha de la élite que visitaba la isla había venido con esperanzas de probar su cocina.
Oficialmente, su especialidad era la cocina occidental, pero podía hacer cualquier otro tipo de cocina con igual habilidad, tanto china como japonesa como cualquier otra. Era una maestra cocinera con la que nadie en el mundo culinario era familiar –o eso decían los rumores sobre ella. Personalmente, era tan ignorante sobre la cocina como lo era sobre arte y estudios académicos, así que tristemente no había oído hablar de Yayoi-san hasta visitar la isla, pero haber tenido el privilegio de probar sus platos tres veces al día más algún aperitivo entre comidas, incluso yo llegué a darme cuenta de su extraordinario valor culinario.
La imagen típica que acompañaba a un nombre como Yayoi es o la de una engreída sabelotodo o la de una pequeña guaperas, pero esta Yayoi-san no encajaba ninguna de las descripciones, en su lugar resultando ser una mujer bulliciosa y vivaz con el pelo corto. Diciéndolo de una manera educada, era del tipo humilde, a pesar de ser llamada un genio. Probablemente era también la única persona de esta isla con los pies en la tierra aparte de mí. De la misma forma, era la segunda persona más placentera con la que hablar. Hikari-san era la primera. Nada, cosas mías.
Los rumores decían que Yayoi-san poseía algún tipo de poder que le permitía hacer cualquier comida mejor que cualquier otro cocinero, ¿pero que sería? Estaba curioso por saberlo, pero todavía tenía que indagar. Se pasaba la mayor parte del día en la cocina (creo que eso es lo que llaman un hikikomori ) así que las oportunidades para hablar con ella eran raras.
Noté que Akane-san estaba observando hambrienta mis bolas de arroz. Después de un tiempo negándose a hablar transfirió su mirada hacia mí. Algo en sus ojos era ligeramente diferente que antes. Como en esos juegos de caza salvaje.
“¿Alguna vez has oído que la gente al principio no sabía contar más allá de siete?”
“Bueno, yo…”
Aparentemente, todos los números por encima del siete eran simplemente conocidos como ‘muchos’. También había oído en mí programa de entrenamiento que esta era la razón fundamental por la que los Idiotas estaban limitados a siete personas. “Sí, observando las cosas objetivamente, si tus nueve bolas de arroz se convirtiesen en ocho, no creo que fuese una pérdida tan grande.”
“¿Y?” “Eres un chico avispado, ¿eh? Una buena pareja para una chica como Kunagisa.”
“No hay nada de eso entre nosotros.”
“No cambies de tema. ¿Estás intentando que yo te suplique a ti? Está bien. Las bolas de arroz de Sashirono-san son deliciosas, así que dame una. ¿Contento?”
Deslicé mi plato hacia ella sin decir nada.
Akane-san empezó a engullir alegremente las bolas de arroz, una detrás de otra. Antes de que te dieses cuenta ya habían desaparecido. Aparentemente ‘una’ significaba ‘un plato’.
Bueno, nunca fui de los que comían mucho por las mañanas. También se suponía que tenía que comer por Kunagisa, pero era horriblemente cruel dejarme eso a mí.
Cambiando de enfoque, me dirigí hacia el sándwich y la ensalada. Sin ser muy genéricos, estaban realmente buenos. Si me dijeses que esta era la única comida que se servía en la isla (y toda ella gratis, nada menos), ningún genio declinaría. Sorprendentemente, incluso Akane-san estaba en el mismo barco.
“Ahora bien, para volver al tema que tan astutamente estás evitando” dijo, limpiando su boca con una servilleta. “Si no hay ‘nada de eso’ entre vosotros, ¿qué tipo de relación es? Si sólo fueseis amigos no hubieseis venido a esta isla juntos. Tienes escuela por la que preocuparte.”
En efecto, viniendo a esta isla me había perdido cada día de clase desde la ceremonia de entrada. También me había perdido la ceremonia de entrada. En otras palabras... Bueno, da igual.
“La conocí antes de entrar al programa. Así que hay un vacío de cinco años.”
“Mmm, y cuando regresaste se había convertido en una ciberterrorista, ¿eh? Eso es un cuento sórdido.”
En efecto.
Lo veía venir desde que teníamos trece años. Sin embargo, habiéndome reunido con ella tras mis cinco años de estudio en el extranjero estaba honestamente sorprendido de lo poco que había cambiado desde los viejos tiempos. Cualquiera estaría sorprendido al regresar repentinamente a sus primeros años de adolescencia. Por supuesto, eso era solo lo que parecía. En realidad, se había hecho mucho más humana en términos de personalidad.
Nuestra relación.
Preguntado así de pronto, era una pregunta difícil de responder.
Kunagisa me necesitaba–hasta ahí sabía. Sin embargo, en realidad no tenía por qué ser yo. Sería extremadamente difícil explicar las circunstancias que nos rodeaban. Para hacerlo, tendría que explicar mucho sobre Kunagisa misma, y no quería hacer eso.
“Hmm.” Akane-san asintió.
“No he hablado tanto con Kunagisa-chan, pero me parece que tiene demasiados defectos que atravesar en su vida diaria… Hmm, supongo que no debería decir defectos. No es como si fuese defectuosa. Pero su atención está muy sesgada. Me recuerda a una amiga cuyo hijo es un savant.”
Savant–en francés significa una persona de gran sabiduría. Estaba al corriente de que Kunagisa, también, solía ser llamada un genio. Probablemente sabía demasiado sobre ella.
“Así que probablemente necesite alguien como tú cuidando de ella. No hay duda sobre ello. Pero quiero decir, ¿Cómo te hace sentir eso?”
No tenía una respuesta.
“Parece que ambos tenéis algo así como una relación de co-dependencia.” Akane-san continuó.
“¿Relación de co-dependencia?”
Inclinó su cabeza como si dijese, “¿No has escuchado esa palabra?”
“Es un síntoma de adicción que afecta a las relaciones humanas. Como, por ejemplo, digamos que hay un alcohólico recuperándose que tiene un cuidador a su lado. Él necesita al cuidador, y el cuidador devotamente cuida de él. Pero cuando la devoción llega a extremos es un signo de co-dependencia. Se emborrachan en ser serviciales. Incluso se ven leves casos de ello en parejas. Sin necesidad de decir que no es algo bueno. Acabas por llevar al otro a desperdiciarse. No voy a decir que vosotros dos sois así, pero deberías tener cuidado.”
“Claro.”
“Pocas cosas son tan insignificantes como una fallida relación que se prolonga. Aun así, no tengo otra cosa que admiración por los talentos de Kunagisa-chan. Incluso en el ER3 están usando software que ella creo. O que ‘ellos’ crearon, mejor dicho. Pero desde luego nunca imaginé que la conocería en un sitio como este.”
“¿Y por qué estás tú en esta isla?”
No es como si los Siete Idiotas tuviesen los horarios más vacíos del mundo.
“No hay ninguna razón en realidad” dijo después de unos momentos de silencio. Era una respuesta extrañamente franca, lo cual me molesto un poco. “Pero más importante, incluso si no eres el mejor jugador, al menos sabes las reglas del shogi y del ajedrez, ¿verdad? ¿Por qué no jugamos una partida mientras rememoramos un poco más el ER3?”
“Claro.”
Una partida de shogi con uno de los Siete Idiotas.
Suena interesante.
“Pero no sin mirar. Mi memoria es reconocidamente mala.” No es como si tuviese reputación si yo mismo decía esas cosas. “Si podemos cambiar de ubicación cuenta conmigo.”
“Tengo un tablero en mi habitación. Fue la primera cosa que compré cuando regresé a Japón. Hmm, en realidad tengo algo de trabajo que hacer esta mañana. ¿Qué tal esta tarde?”
“Suena bien… ah, espera, no puedo. Ya tengo algo que hacer.”
“¿Oh? Has quedado con Kunagisa-chan o algo, ¿eh? Bueno, en ese caso, que puedo hacer yo.”
“No, con Kanami-san.”
Boom.
La expresión de Akane-san se puso inusualmente firme.
Mierda, lo había olvidado. Cuando llegué a la isla Hikari-san había sido suficientemente amable como para darme a conocer que Akane-san y Kanami-san estaban en catastróficamente malas relaciones, pero dada mi reconocidamente mala memoria lo había olvidado.
“Hmph. Somos compañeros así que déjame darte un consejo. No deberías andar con alguien con una ocupación tan vulgar. Rebajarse a uno mismo así es estúpido, ¿lo sabes?”
“Akane-san, ciertamente odias a Kanami-san, ¿no es así?”
“No. No hay razón por la que debería tener ningún sentimiento de aprecio o desprecio hacia esa mujer. Pero los artistas son una raza verdaderamente despreciable. Hmph, ¡en serio!” Golpeó la mesa con la mano. “No hay nada que odie más que los pintores. Son la raza más inferior en existencia. Comparados con ellos, ladrones y violadores parecen Jesús. Todo lo que hacen es echar un poco de pintura en algo con un pequeño pincel y piensan que son jodidamente geniales. Un poco de rojo, un poco de azul, y puf, ¡es una ‘obra maestra’! ¡Hah! ¡Cualquiera puede hacerlo!”
Era como si se hubiese convertido en otra persona. Era un cambio realmente abrupto, casi hacía preguntarte si un pintor le había robado su material de investigación o algo.
“Ah, perdona” dijo regresando a su yo normal tras notar mi expresión estupefacta. “Supongo que me he dejado llevar. No es como si me fuese a retractar de nada, pero sé que no es divertido escuchar a alguien quejándose sobre otra persona. Creo que debería ir a despejarme” dijo con palabras atropelladas, después se ayudó a sí misma con el resto de mi café y se dirigió hacia la puerta. Parecía que se arrepentía de perder la razón así como así. Incluso si no iba a retractarse.
Una vez estuve a solas, dejé escapar un suspiro.
Tío, estaba realmente nervioso. No estoy habituado a mantener conversaciones con la gente en primer lugar, mucho menos Sonoyama Akane de los Siete Idiotas del ER3. Nada menos, ¿verdad?
Bueno, aparte de esa pifia al final, fuimos capaces de mantener una conversación mucho más natural de lo que hubiese imaginado, así que supongo que debería estar contento. Y quizás, en algún momento en los próximos cuatro días, tendría la posibilidad de jugar esa partida de shogi con ella.
Dejé escapar otro suspiro, pero no había tiempo para dormitar. Habiendo terminado el desayuno, decidí hacer otra visita a la habitación de Kunagisa, pero ni un segundo más tarde, Maki-san apreció con medio bostezo en la cara. Completamente vestida con indumentaria de calle, que había complementado con una alta coleta, parecía como si hubiese venido a la isla de vacaciones.
“Ba baya baya baya baya bahhh” canturreó alegremente a medida que paseaba hacia aquí y tomaba sitio a mi lado.
“Buenos días.”
“Hola.”
“No, no, no, tienes que decir ‘buenos días’ cuando saludas a alguien por la mañana. Ah, espera, ¿todavía no es por la mañana? Has estado despierto desde las seis, así que probablemente parece muy tarde para ti, wow. En mi caso, tengo la presión sanguínea extraordinariamente baja así que no puedo ser como tú,” dijo con otro gran bostezo. Le ofrecí el usual combo de asentimiento de cabeza y ‘sep’. No había razón en preguntar por qué sabía a qué hora me había levantado.
Estaba nervioso de nuevo, esta vez de una forma totalmente diferente que cuando estaba con Akane-san.
Himena Maki-san.
Por supuesto, no estaba aquí solo para hacer surf. Había una razón sólida para que ella se encontrase en la isla. La ocupación de Maki-san era la adivinación. Al igual que Kanami-san era un genio pintor y Akane-san un genio académico, Maki-san era conocida como un genio en el mundo de la adivinación.
Eso sí que es una talento real, ¿eh? Pensé para mí mismo.
Aparte de ello, no era un gran fan de Maki-san.
Habíamos tenido una mala primera impresión del otro.
“¿Eres una adivina? Nunca había conocido una antes. ¿Qué dice mi fortuna?”
No es como si me importase mi fortuna en realidad. Solo me figuré que dado que era una adivina, sería la frase socialmente apropiada que decir. Normalmente cualquier persona estaría emocionada de tener la conversación dirigida a su campo de experiencia. Como Churchill dijo una vez, “Quiero hablar de lo que sé, pero la gente solo me pregunta de lo que no sé.” No quería ser una de esas ‘personas’.
En realidad es solo una excusa.
Pero después de oír mi pregunta, Maki-san se burló y dijo, “Bueno, dame tu año, mes y día de nacimiento; tu grupo sanguíneo; y el nombre de tu actor favorito.” Le contesté todo ello mientras me preguntaba qué posible conexión tendría mi actor favorito con mi fortuna, fecha de nacimiento y grupo sanguíneo. En cualquier caso, había olvidado mi grupo sanguíneo, y en realidad no conocía muchos actores, de hecho, así que me inventé algunas respuestas.
“Ok, ya veo. Entonces toma esto,” dijo Maki-san, sacando una tira de papel de su bolsillo y entregándomelo. Con eso, se marchó. Abrí el papel de la fortuna y eché un vistazo. Mi fecha de nacimiento junto a mi grupo sanguíneo y el actor que acaba de mencionar estaban inscritos en él con fuente Mincho.
“Me estabas engañando, ¿verdad?”
Después de eso, fui a discutir con Kunagisa sobre ello. “Me imagino que es algún tipo de truco de magia gastado donde el bolsillo tenía tiras de papel con número al azar escritos en ellos o algo así” dije.
“Mmm-mmm.” Kunagisa sacudió su cabeza. “De ninguna manera. Eso puede funcionar jugando a las cartas, pero para algo así debería haber demasiados. Además, debería de haberte observado de antemano. No es como si pudiese haber adivinado que ibas a mentir sobre tu grupo sanguíneo y actor favorito.”
Y entonces es cuando Kunagisa me dio una charla sobre Himena Maki. Parecía que aunque chusma sin estudios como yo no habían oído hablar de ella, Maki-san se había hecho un nombre en el mundo de la adivinación. No hacía esas ‘lecturas’ de horóscopo supuestamente terapeúticas como veías en las revistas, en su lugar usaba su habilidad para advertir a peces gordos de la política y clientes de corporaciones, nunca haciendo mucho eco sobre ella misma.
Himena Maki, maestra adivina.
“También conocida como una buena auto-promocionada,” comenté.
Kunagisa parecía pensar de la misma forma sobre ella también.
Su lema sobre ella era: “La telépata que conoce el pasado, el futuro, los seres humanos, el mundo, y todo en su interior.”
“¿Qué es un telépata?”
“Que tiene superpoderes,” dijo huraña. “Percepción extrasensorial.”
“¿Eh?”
“ESP. Los superpoderes se dividen en dos categorías de ESP y PK. Lo que Maki-chan tiene es ESP. Retrocognición, precognición, y telepatía. Traduciendo, retrocognición significa que puede ver el pasado. Precognición significa que puede ver el futuro. Telepatía significa que puede leer la mente.”
“Espera un momento, no te sigo. Más despacio. Tomo, Maki-san es una adivina, ¿verdad?”
“Ocupacionalmente, sí. Usando sus habilidades especiales. Eso es todo. Ser capaz de correr rápido no es una ocupación, ¿verdad? Pero ser un atleta lo es. Ser bueno con las manos no es una ocupación, ¿verdad? Pero ser un artesano lo es. Las habilidades especiales son solo habilidades, pero ser adivino es una ocupación.”
“Ah…” Asentí. “Así que Maki-san…”
“Sí. Leyó tu mente por adelantado, incluso antes de que le hicieses esas preguntas.” Respondió con una iluminada sonrisa.
“Superpoderes eh” Murmuré suavemente para no ser oído por Maki-san, ahora sentada a mi lado en el comedor. Recordé mi conversación con Kunagisa. Su explicación previa había sonado convincente de alguna manera, para ser sincero, pero…
Ahora, sentado al lado de esta mujer de ojos adormilados y en las nubes, era realmente difícil imaginarse que era una adivina. Parecía solo una chavala adormilada con baja tensión sanguínea.
“Te dije que soy una adivina, pero pareces estar insatisfecho” dijo, dirigiendo su mirada hacia mí de repente. Por alguna razón, parecía como si intentase picarme un poco desde nuestro primer encuentro. “Quizás te gustaría que fuese por ahí con una túnica negra y una bola de cristal. ¿Debería hablarte en términos vagos y crípticos sobre tu perdición inminente? Basas todo lo que ves en su apariencia, ¿verdad?”
“No creo que ese sea el caso.”
“Sí, apuesto por ello. Lo sé todo sobre ti” respondió sacudiendo la cabeza. “Bueno, da igual. De cualquier forma, no te importa.”
“¿No me importa?”
“Sí. Eres el representante japonés de las cosas que no importan.”
En otras palabras, el tío menos importante de Japón. Era una cosa terrible de escuchar.
“Pero te daré un pequeño consejo por la amabilidad de mi corazón. Tus impresiones sobre mi están bastante fuera de lugar. Y eso no es todo. Las ideas que tienes sobre los residentes de esta isla también están fuera de lugar. Y eso incluye a Kunagisa-chan. Más importante, parece que intencionalmente ajustas todas tus creencias cuando hablas con otra gente. Esa es desde luego una manera de vivir muy confortable, pero no la llamaría una manera inteligente” me soltó mientras dejaba salir otro enorme bostezo. Durante los últimos dos días, había tenido las mismas quejas cada vez que nos encontrábamos. Y tampoco podía decir que estuviese tan lejos de la realidad. Sus observaciones eran tan precisas que me preguntaba si realmente estaba usando telepatía.
Seré sincero: la encontraba realmente espeluznante.
“Oh, perdón por ser espeluznante.”
Dicho eso, se encaminó en dirección a la cocina, presumiblemente para conseguir su desayuno.
4
Así que para no dejar escapar esta oportunidad entre mis dedos, me dirigí fuera del comedor y de regreso a la habitación de Kunagisa de inmediato. Como esperaba, seguía cara a cara con su estación de trabajo. No parecía correcto pasarse el día encerrado cuando eran un invitado en la casa de otra persona, pero supongo que tenemos diferentes valores.
Kunagisa me miró.
“Oooh, Ii-chan. Bienvenido. ¿Qué tal fue? ¿Te cruzaste con alguien?”
“Prácticamente con todos. Hoy he visto a todos excepto Teruko-san e Iria-san. Ah sí, a Yayoi-san tampoco.”
Pero habiendo comido su comida me sentía como si la hubiese visto.
“Hmm, bueno, eso es casi perfecto.”
“¿El qué?”
“Tu puntuación en el concurso de media mañana ‘encuéntrate con todos en la isla de Karasunonureba’”.
Vaya nombre más cutre para un concurso.
De cualquier forma.
Había actualmente doce personas en la isla. La artista Ibuki Kanami-san, la chef Sashirono Yayoi-san, Sonoyama Akane de los Siete Idiotas, la adivina Himena Maki-san, y la ingeniera Kunagisa Tomo. Aparte estábamos Sakaki Shinya y yo, los acompañantes. Aparte estaban los propios residentes de la isla, empezando por Akagami Iria, quien poseía la mansión, además de la doncella jefe Handa Rei-san y sus tres doncellas multifunción, Chiga Akari-san, Chiga Hikari-san, y Chiga Teruko-san. Un total de doce personas.
En una casa de tamaño normal, las cosas se habrían puesto bastante apretadas, pero es este enorme palacio, todavía había un exceso de espacio.
En ese momento fue cuando me acordé.
“Ey, Kunagisa. ¿Cuánto tiempo tienes pensado estar aquí?”
“Otros cuatro días. Así que una semana, ¿sí?”
“Shinya-san me preguntó sobre una cosa” Le expliqué sobre lo que Shinya-san me había contado. El rumor sobre el favorito de Iria-san, el as de corazones, llegando al pueblo. Kunagisa, a pesar de ello, parecía desinteresada, desconectada durante la mayoría de mi historia.
“¿Es eso realmente tan importante? Toda ella es una información realmente vaga, pero no creo que realmente necesitemos encontrarnos con esa persona. Realmente no he venido aquí para conocer ningún genio, no estoy realmente tan interesada.”
“Bueno, sí, pero, ey, hablando de eso, me he estado preguntando desde hace un tiempo, ¿a qué exactamente has venido? Si no estás interesada en esa clase de cosas, ¿en qué has estado tan interesada?”
No me podía imaginar por qué alguien que odiaba tanto salir de casa como hacía Kunagisa aceptaría una invitación como esta.
Inclinó su cabeza un poco, y después de una pausa dijo “Eh, solo porque.” Nada como respuesta. “No hay ninguna razón particular, en serio. ¿O eres el tipo de persona que siempre necesita una para todo?”
Me encogí de hombros.
De ninguna forma.
“Mientras haya red, no me importa realmente donde estoy. Aunque en casa es lo mejor después de todo” dijo a pesar de estar todavía de vacaciones.
Bueno, de cualquier forma. Solo era su habitual naturaleza caprichosa. No me importaba particularmente, y no es como si tuviese que estarlo tampoco. Me espatarre en la moqueta blanco puro y observé el candelabro del techo. Tío, que escena tan surrealista. Aunque, si me preguntases como sería una escena realista, no sabría qué decir.
Kunagisa me miró espatarrado en el suelo. “Ii-chan, ¿supongo que no estás aburrido?”
“Estoy aburrido de la vida.”
“Ya sabes, eso es muy poco atractivo.”
Huh.
Lo situó justo al lado mío.
“Si estás libre, ¿por qué no lees un libro? He traído unos pocos.”
“Un libro eh. ¿Qué tienes?”
“Pues, un diccionario Japonés-Inglés, códigos legales, y un diccionario de japonés moderno.”
“Tía, trae esas cosas en formato digital.”
¿Quién se divierte leyendo ese tipo de cosas?
Oh, cierto. Ella lo hace.
Medio dado por vencido, medio harto, me giré.
“¿Eh? Ii-chan, tu reloj está roto, ¿no es cierto?”
“¿Eh?”
Eché un vistazo a mi reloj. Era cierto. Si bien recuerdo, tenía pensado preguntarle que me lo arreglase. Después de cruzarme con tanta gente esta mañana me había olvidado de ello.
“Déjame ver. Lo arreglaré por ti.”
“Aquí tienes. Quizás la pila se agotó.”
“Hmm…” Lo mantuvo en alto para que le diese la luz. “No, hay algo más que está mal. ¿Te has golpeado contra algo duro? De cualquier forma, creo que será un arreglo rápido. Pero sabes, los relojes de muñeca se han convertido en un anacronismo hoy en día. La mayoría de la gente mira la hora en su móvil. ¿Huh? Hablando de eso, ¿Dónde está el tuyo?”
“Me lo dejé en casa.”
“Deberías haberlo traído. Eso es lo que lo hace un teléfono ‘móvil’.”
“¿Y qué pasa si lo perdiese?”
“Bueno, supongo, pero…”
“Y de cualquier forma, aquí estaría fuera de cobertura. Haría falta un teléfono como el tuyo para que recibiese señal aquí.”
Kunagisa usa un teléfono que recibe señales vía satélite desde cualquier parte del mundo. Incluso en una isla desierta en el medio de la nada, su teléfono no sabía el significado de la frase ‘fuera de servicio’. Por supuesto, no salía barato. Era un gasto de dinero terrible para una antisocial como Kunagisa, pero no era el tipo que le daba muchas vueltas a esos asuntos.
“Hmm, quizás. Bueno, no es como si ser un anacronismo fuese algo malo.”
Entrecerró sus grandes ojos y situó mi reloj al lado del estante de ordenadores.
Justo entonces alguien llamó a la puerta. Kunagisa no mostró ninguna reacción, así que no tuve más opción que abrir yo mismo. El visitante no era otro que Hikari-san, suministros de limpieza a remolque.
“Hola. Muchas gracias.” La invité a entrar.
“Que hay, Hikari-chan, ¡ciaooo!” Kunagisa le dio la bienvenida con una sonrisa de oreja a oreja. Hikari-san respondió de manera similar. Por alguna razón estas dos eran extrañamente amigables entre ellas. Simplemente se llevaban bien. Es algo raro que alguien sea capaz de hacerse tan amigable con Kunagisa en un periodo tan corto de tiempo, así que no pude evitar estar un poco sorprendido.
“En que andas, ¿Tomo-san?”
“Estoy haciendo el software de un juego ahora mismo. Estoy creando una aplicación que convierte el texto en música. Me imaginé que se lo daría a Iria-san como un recuerdo de mi visita.”
“¿Qué tipo de juego es?” le dije.
“Bueno, ¿debería explicarlo? De acuerdo, um, de acuerdo, así que, Ii-chan, ¿cuál es el libro más largo que has leído en tu vida?”
“Dejé a medias ‘La historia de Genji’ y ‘Don Quijote’, así que… ‘Guerra y paz’ de Tolstoi, era largo.”
“De acuerdo. Así que digamos que convertiste ese libro entero en un documento de texto, ya sea usando un escáner o tecleando todo a mano. Entonces haces una conversión digital-analógica, donde la ‘a’ es ‘do’, ‘b’ es ‘re’, ‘c’ es ‘mi’ y así sucesivamente. Si haces eso acabas con la canción de ‘Guerra y paz’. Con tanto texto, probablemente saldría alrededor de… una hora, ¿quizás? Por supuesto, en realidad es más complicado que eso. Los códigos de conversión y las sesiones y todo tiene que ser totalmente consistente. Pero aun así, convierte libros en música. Suena divertido, ¿verdad?”
“Bueno, sí que suena divertido. ¿Qué lenguaje de programación usas? ¿Basic? ¿C?”
“Lenguaje máquina.”
Un lenguaje de codificación extremadamente básico. Creía que nadie usaba ese tipo de lenguaje en estos días.
“Tío, es como si pudieses comunicarte con la máquina como si fuese un colega tuyo.”
“Je je je” se rio de forma ligeramente jactanciosa.
Pareciendo aún más ignorante que yo acerca de ordenadores, Hikari-san mostraba una expresión inescrutable, sin revelar siquiera si estaba siguiendo la conversación, y sin decir otra cosa más que “Wow.”
“En serio.” Dije. “¿Pero por qué es tan divertido este juego? Supongo que no lo pillo.”
“Hacerlo es divertido.”
Era un argumento sólido. No podía objetar.
Hikari-san escuchaba con aparente interés, cuando pareció recordar algo. “Oh, cierto.” Se giró hacia mí. “¿Estaría bien si limpiase tu habitación más tarde? Me detuve en la habitación de mantenimiento hace un rato, pero estabas fuera.”
“Claro, sin problema.”
Obviamente no sabía qué tipo de limpieza hacía falta en esa habitación. Hikari-san me agradeció educadamente y retomó la limpieza de la habitación de Kunagisa. Después de un simple barrido de la habitación se detuvo y se acuclilló en el suelo con un suspiro.
“Lo lamento. Estoy solo… un poco agotada.”
“¿Por qué no te tomas un descanso?”
“No, estaré bien. Rei-san se pondría furiosa si lo hiciese. Ya lo he dicho antes, pero es muy estricta. Estoy llena de vida. Ese es mi único rasgo positivo. Estoy bien. Por favor, disculpadme por causaros preocupación,” dijo firmemente, tras lo que salió de la habitación.
Dejé escapar un suspiro. “Sí que parece que lo tiene difícil. Quizás es solo una suposición mía, pero verla así, parece como si tuviese que soportar una enorme carga sobre los hombros ella sola.”
“¿Te sientes como si estuvieses observándote a ti mismo?”
“No es eso, pero sabes, siento algo de simpatía por ella.” Sí que parecía ser miserable después de todo. Rei-san y Akari-san parecían tener una división aparte en sus cabezas que les decía que esto era solo ‘trabajo’, pero Hikari-san parecía que no procesaba mentalmente de la misma forma. Era como si el concepto de trabajo no hubiese sido impreso en su ‘circuito interno’. Quizás había circunstancias rodeando ese hecho. En cuanto a la otra doncella, Teruko-san, no estaba seguro de lo que pasaba por su cabeza, así que no podría comentar.
“Todo el mundo sufre de alguna manera, Ii-chan,” dijo Kunagisa a sabiendas. “Todo el mundo conoce las dificultades, o incluso si no lo hacen, al menos están haciendo un esfuerzo en algún sitio. Hikari-san, tu compañero Nao-kun, Akane-chan; todos. Si existe alguien que vive sin sufrimiento o sin esforzarse, esa probablemente sea yo.”
5
Después de desayunar, me dirigí al estudio como prometí. Kunagisa declaró, como es habitual, no estar hambrienta y se dirigió a la cama poco después del mediodía. Era un pequeña ingenierilla con déficit de sueño crónico. “Despiértame para la cena, porfa. Tengo que ver a Iria-chan y demás” dijo. Llamé a la puerta del estudio, esperé por una respuesta, y después giré el pomo. El suelo era de madera sin enmoquetar. De alguna forma me recordaba a la sala de arte de mi escuela primaria, excepto en que esta habitación, por supuesto, no estaba llena de pupitres rayados y no había copias de esculturas en escayola. No era tan grande de hecho. El área total del estudio era probablemente sobre la mitad de la habitación en la que Kunagisa se estaba quedando. “Bienvenido. Toma asiento.” Me dijo Kanami-san después de observarme brevemente con una fría mirada. Shinya-san debía estar en su habitación en algún sitio de la mansión, así que Kanami-san era la única persona en ese lugar. Crucé pasando una estantería que contenía pintura y utensilios para pintar y tome asiento como me dijo. Encaré a Kanami-san. “Gracias por hacer esto.” No podía negar que era una mujer hermosa. De cabello rubio y con ojos azules, era como una de esas ‘jóvenes de alta cuna’ que se veía en las películas antiguas. Una intelectual. Incluso más aún, tenía talento artístico. Era como si tuviese la gracia de Dios. No, quizás no podía decir eso. Tenía mal las piernas, y hasta hace unos años no podía siquiera ver. Supongo que sería muy patético por mi parte, con la buena fortuna de mi saludable cuerpo, el quejarme. Aunque por otro lado, ella misma tampoco parecía ver su condición como un hándicap o una discapacidad. “Dios es justo. Si hubiese tenido un cuerpo saludable, hubiese sido injusto para la gente ordinaria.” “Las piernas son solo decoración.” “Incluso cuando recobré la vista, mi mundo no cambió realmente. El mundo parecía justo como pensé que sería. La selección natural y el destino pocas veces tienen mal gusto.” Todas esas eran citas de los libros de arte de Kanami-san. Kanami-san se sentó en una silla redonda de madera justo como en la que yo estaba sentado. Tenía puesto un vestido, así que me di cuenta de que parecía ligeramente inconfortable. “Kanami-san, ¿eso es lo que llevas puesto cuando pintas?” “¿Estás dudando de mi sentido de la moda?” Su cara se puso sutilmente más severa. Parecía que no era broma. Sí que estaba ofendida. Intenté escabullirme como fuese. “No, no, no quería decir eso. Solo estaba pensando que tu ropa puede ensuciarse.” “No voy y me cambio de ropa cada vez que tengo que pintar algo. Hasta ahora nunca he ensuciado mi ropa mientras pinto. No soy idiota.” “Oh. Ya veo.” Supongo que es como ser un experto en caligrafía. En retrospectiva, que se te cayese pintura en la ropa era probablemente una pifia de principiantes. Para Kanami-san, una de las mejores artistas del mundo, la misma idea era probablemente grosera. Me encogí de hombros. “¿Pero en serio está bien pintar a alguien como yo?” “¿Qué se supone que significa eso?” soltó con la misma expresión severa. Parecía estar de un increíble mal humor. O no, quizás venía de serie. “Eh, no, es solo que, ¿no hará mermar tu valor como artista?” Al igual que, por ejemplo, era probablemente seguro decir que Kunagisa tenía habilidades tecnológicas como ningún otro en el mundo. Sin embargo, ella solo usaba esas habilidades para divertirse, así que el número de personada que realmente la reconocían como increíble y brillante eran extremadamente pocas. “La autoridad llega de los resultados. No hacerlo y no ser capaz de hacerlo son la misma cosa.” Aparentemente ese era el caso de Kunagisa. Me imaginé que sería lo mismo con los pintores. Si simplemente eliges tus temas al azar y pierdes el tiempo todo el rato, es difícil que otra gente te reconozca como un artista valioso. Pero Kanami-san rechazó mis ideas. “¿No te he dicho que no soy idiota? ¿Tienes cerebro siquiera? No voy por ahí escogiendo temas. Sabes, si mantuvieses la boca cerrada la gente no vería lo estúpido que eres, así que, ¿por qué no haces eso?” Mi corazón se hundió. “Simplemente… odio esa forma de pensar. Me da ganas de vomitar. ‘Oh, no había ningún buen tema que pintar’, ‘Mi modelo no era bueno’, ‘El entorno estaba todo mal’, ‘No es el tipo de cosas que debería estar pintando’. Y no es solo con los pintores de hecho. Incluso conoces a gente que dice cosas tan desagradablemente egoístas como ‘Oh, esto no es lo que quería hacer’ o ‘Oh, no sé lo que quiero hacer, ¿verdad?” “Sí, yo lo hago.” Sí, yo mismo. “Cielo santo” suspiró. “Odio la gente que se queja sobre lo que quieren y no pueden hacer, poniendo su propia ineptitud en un pedestal. Quiero decirles que dejen de vivir como idiotas. No quiero decir que estarían mejor muertos, pero deberían ser más humildes. Simplemente pintar cualquier cosa y dejar de rezongar todo el rato. No me importa si es un pelmazo aburrido o una pila de gusanos. Lo convertiré en una obra de arte espléndida.” A pesar de lo dulce y preciosa que parecía, era toda una arrogante. Era tan intransigente que no perdonaba siquiera a aquellos que lo eran. Ser comparado a una pila de gusanos no era mi cosa favorita en el mundo, pero si podía pintar eso, seguro que podía pintarme a mí. Parecía que hacer cualquier otro comentario solo acabaría mal, así que decidí permanecer callado. Noté que detrás de Kanami-san estaba un lienzo. Una vista desde abajo del cerezo estaba dibujada a lápiz. El que había estado mirando esta mañana con Shinya-san. Estaba tan precisamente dibujado que era como una fotografía en blanco y negro. Con aproximadamente diez millones de píxeles. No, eso es estúpido. No era necesario abaratar tan intrincado dibujo con ese tipo de metáfora. Señalé al dibujo. “¿Cuándo has hecho eso?” “Por la mañana. ¿Algún problema?” Era a principios de la mañana cuando estaba observando el árbol. Eso era hace unas cinco horas. En otras palabras, había dibujado este impresionantemente detallado dibujo en unas simples cinco horas. Un dibujo como este debería tomar al menos una semana para completarlo. Sin pensarlo le dirigí una mirada escéptica. Ella me devolvió una mueca audazmente. “Solo los idiotas pasar tres o cuatro meses haciendo lo que pueden acabar en una semana. Idiotas o vagos. Y dado que no soy ninguno de los dos, he hecho este dibujo en tres horas. No toma mucho más que eso.” Huh. Siendo yo la pura encarnación de la pereza, eso era doloroso de oír. Escocía. Desearía que Kunagisa puediese oírlo también. “¿Verdad? Incluso tú también tienes que estar algo de acuerdo, ¿verdad?” dijo en un tono cruel, demandando asentimiento. No podía evitar sino sentir como si estuviese atacándome con un insulto directo. Y dudo que solo fuese una falsa impresión. “Eh, no, bueno, quiero decir… sí. Eh, pero de cualquier forma, eres realmente buena.” “Ya, claro,” contestó completamente desinteresada in mi genérico elogio. Fue realmente un comentario sumamente soso el que hice, en retrospectiva. ‘Eres realmente buena’. Sonaba como algo que diría un niño de cinco años. “Uh, así que, Kanami-san, ¿haces dibujos detallados?” “Hago todo tipo de dibujos. ¿No lo sabías?” Oh sí, pondría el zapato en mi boca de nuevo. La mujer enfrente de mis ojos era Ibuki Kanami-san, la artista que negaba tener cualquier estilo y no tomar ninguna postura. Ya sea detallado o abstracto, no había dibujo que no pudiese o quisiese pintar. Me echó un vistazo con un ojo. “No me quedo estancada en un estilo. No es una regla escrita en piedra, pero quedarse demasiado estancado es una completa locura. Si hay una cosa en la vida que quiero hacer que me apetezca, esa es pintar.” “Puede que tengas razón, ¿eh?” Incapaz de discutir o estar de acuerdo, sentencié con un simple asentimiento. Quizás siendo capaz de ver a través de mí, me devolvió el asentimiento con una burla de desprecio. “Hey, ¿alguna vez has visto mi arte?” “Bueno, un par de veces en algún libro de arte. Pero debiéndoselo a mi ignorancia, esta es la primera vez que lo veo directamente.” “Hmm, ¿y qué es lo que piensas de él? No lo del libro de arte sino el cerezo de ahí.” Para mí, la pregunta de Kanami-san me pilló un poco por sorpresa. Nunca me imaginé que los llamados genios les importase tanto la opinión de otra gente sobre ellos. Empezando con Sonoyama Akane-san, ninguna de las personas en el ER3, incluyendo ese deplorable grupo de estudiantes extranjeros, tenía ninguna vanidad o deseo de gloria, y a nadie le importaba sobre lo que parecían en ojos de otras personas. “Sé mi valía mejor que cualquier otro. No necesito sentarme aquí y ser evaluado por un puchado de gandules sin cerebro.” Esa era su unánime manera de pensar. Probablemente la razón por la que no era un gran fan suyo. “Esto,” dije, tanteando una respuesta, bueno, es un dibujo muy bonito.” “Un dibujo bonito, ¿eh?” repitió mi línea. “Sabes, no hay necesidad de intentar adularme. No me enfadaré.” “Bueno, es solo que no tengo realmente juicio u ojo crítico para este tipo de cosas. Pero sí, creo que es un dibujo bonito.” “Hmm… ¿bonito?” Tenía una expresión absolutamente defraudada mientras observaba si lienzo. Murmuró algo para sí misma. “Bonito… bonitobonitobonito. No es el tipo de cumplido que haces al arte.” “¿Eh?” “Hmm, no lo pillas, ¿eh? Maldición, no quiero hacer realmente esto. Vaya desperdicio.” Dejó salir un profundo suspiro, se encorvó un poco hacia delante, y cogió el lienzo. Lo levantó sobre su cabeza… … y lo estampó contra el suelo de madera. El sonido de la madera astillándose. Por supuesto, no era el suelo el que se había roto. “Hey, ¿q-qué estás haciendo?” “Como puedes ver, me estoy deshaciendo de mi metedura de pata. Ah, ¿por qué ha tenido que llegar a esto?” Esa tendría que haber sido mi línea. Observó a los restos destrozados de su lienzo, con una expresión desolada en su rostro, y dejo salir otro suspiro. “Maldita sea, parecía como si pudiese haber llegado a valer veinte millones algún día.” “¿Veinte millones de yenes?” “Veinte millones de dólares.” Diferente unidad. “Por supuesto, estamos hablando de varias décadas después. “Los artistas pueden ser muy temerarios a veces, ¿eh?” No podía evitar sentirme culpable de que mis patéticos comentarios hubiesen provocado este desastre. “No deberías sentirte como si hubieses hecho algo malo. Esta es mi responsabilidad. No soy del tipo de imbécil que vuelca sus propias responsabilidades a otra gente.” “Pero soy solo un principiante. No tenías que hacer algo así basándote en la opinión de un principiante.” “No es arte si eliges a quien lo observa,” insistió. Así que así era. No podía entenderlo. Sus palabras y sus formas estaban llenas hasta el borde de despecho, pero para ser sinceros, esta mujer era una artista hasta la médula. “Pero era tan realista, era casi como una fotografía.” “Eso tampoco es un cumplido, sabes. Escucha, si tienes un hábito de elogiar a la gente diciendo ‘es justo como bla bla bla’ creo que deberías dejarlo. Es realmente un insulto del mayor nivel. Si tienes que encajar absolutamente todo dentro de un estilo supongo que no hay esperanza.” Se giró hacia mí. “Supongo que puedo entender por qué dices que era como una fotografía. Después de todo, los fotógrafos se originaron en los dibujos.” “¿Eso es cierto?” “Sí. ¿No lo sabías?” Me levantó una ceja. Parecía que decir ‘¿No lo sabías?’ era su hábito. “La persona que inventó la fotografía daguerrotipo era un ‘verdadero artista’. Aparentemente el estudio de la perspectiva está asociado a la invención de la cámara. Has oído hablar de la cámara oscura, ¿verdad?” Oír sobre ella sí. La llamada cámara oscura. El fenómeno donde si hacías un agujero en un punto en el muro de una habitación completamente a oscuras, el escenario de fuera se proyectará en la pared opuesta. Era una tecnología bastante vieja, databa de los días del Imperio Romano, e incluso había sido mencionada por Aristóteles. Supuestamente era el origen de la cámara. “Fue solo un invento usado para crear imágenes precisas. La idea principal detrás de la perspectiva es ‘mostrar las cosas de la forma que realmente parecen’. Así es como el artista francés Courbet lo definió. Él también hizo observaciones tan realistas como ‘Nunca he visto un ángel así que, ¿Por qué pintarlo?’ Aunque eso va en contra de mi filosofía. Si pones a un niño a dibujar algo, nunca tiene perspectiva ni profundidad, ¿verdad? Todo está dibujado en primera plana. El tamaño de los objetos es elegido a su antojo, así que por ejemplo una casa y una persona son del mismo tamaño, o la cosa más importante es la de mayor tamaño. En otras palabras, lo que ponen en el lienzo no es lo que los objetos parecen, es como se sienten los objetos. Si crees que dibujar es una forma de expresión personal, entonces creo que es la forma correcta de hacerlo. Si piensas así sobre ello, un dibujo que parece como una fotografía no es un buen dibujo, ¿no es así?” “Wow.” Tan pronto como pasó a la jerga profesional perdí por completo el hilo de lo que estaba hablando. Y con toda su charla ni siquiera había empezado a prepararse para pintar. ¿Cuándo tenía pensado empezar de una vez? “Aunque siendo sincera, las fotografías tampoco son una representación de la realidad precisa. Si editas una fotografía bien no es difícil engañar a la gente. Quizás no son tan diferentes de los cuadros, en el sentido de que ambos son selectivos.” “Eh, Kanami-san, ¿no ibas a dibujarme?” “Ahora mismo estoy memorizando.” Justo cuando pensé que estuve a punto de ser llamado incompetente de nuevo, me habló con una inesperada amabilidad. “¿Igual no lo sabías? Soy del tipo que tiene que hacer su trabajo a solas. Cuando estoy con otra gente mi concentración se va de paseo.” Sonó como Leonardo da Vinci. Artista que no miran y pintan al mismo tiempo no eran del tipo sobre los que oías todos los días, pero no eran la cosa menos común del mundo tampoco, así que no estaba particularmente sorprendido. “Así que cuando hago retratos, simplemente tengo que confiar en mi memoria.” “¿Puedes hacer eso?” “Para mí la memoria y la percepción son sinónimos.” Ahora sonó como Hannibal el Caníbal. Simplemente permanezcamos así y hablemos durante las próximas dos horas. Entonces empezaré a pintar después de que te marches. Ah, después de que rehaga este dibujo del cerezo, eso es. Quiero convertirlo en algo que hasta tú puedas comprender. Sobre tu cuadro, necesitaré añadir dos capas de color, así que me tomará algo más dibujarlo. Debería ser capaz de dártelo mañana por la mañana.” “¿Me lo darás?” “Claro. No necesito esa clase de cuadros. No tengo interés en cuadros que están acabados. Lo firmaré, así si lo vendes deberías ser capaz de sacar una suma decente. Por supuesto siempre puedes destruirlo si no te gusta, pero eso parece un desperdicio. Debería valer unos cincuenta millones.” Que conversación más materialista. (Suspiro.) “Hey, por cierto, he oído que no te llevas bien con Akane-san, ¿es eso cierto?” “Es cierto. O mejor dicho, es algo así como un odio unidireccional por su parte. Como individuo, como erudito, como investigador, como miembro de los Siete Idiotas del ER3, yo no tengo nada más que buena voluntad y respeto por Sonoyama Akane, pero…” “¿Pero? ¿Qué se supone que significa eso?” Me mostró una pequeña sonrisa. “Sobre las ‘simple’ Sonoyama Akane, la desprecio.”
Dos horas más tarde. Después de dejar el taller de Kanami-san me dirigí a la habitación de Kunagisa. Estaba en la cama, pero evidentemente se había despertado en algún momento y arreglado mi reloj. Como broma de clase mundial, había cambiado la pantalla digital de forma que los números se mostraban del revés, pero al menos parecía estar funcionando, así que lo puse en mi brazo izquierdo, acaricié a la durmiente Kunagisa en la cabeza, dije gracias, y me dirigí a la habitación de Akane-san. “Juega conmigo,” me desafió, y entonces dijo que una encantadora sonrisa, “me pondré un hándicap aún mayor.” Con eso, alineó su lado del tablero de shogi con piezas de ajedrez. “Es un compromiso Japón-Occidente.” “Parecido a dos tipos diferentes de artes marciales, ¿eh?” A pesar del hándicap, fui completamente derrotado. Siete veces seguidas.