Spice & Wolf ~Versión Española~: V04 Cap 03

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Esta traducción ha sido realizada a partir de la versión inglesa de esta misma página (enlace) realizada por Judgement26.

Estado

Traducción empezada por Alas&Griev 19:42 09/06/09

Traducción al 13%

Capítulo 3

En realidad, si el Padre Francis y el cabeza del monasterio que Lawrence y Horo habían estado buscando, Louis Lana Shootinghilton, eran la misma persona, entonces, los libros y documentos del registro de las leyendas de los diferentes dioses paganos era muy probable que todavía se almacenasen dentro de la iglesia de Tereo.

Por supuesto, si existía la situación en la que Elsa y el pueblo de Tereo se enfrentasen, como había previsto Lawrence, entonces era posible que el insistente silencio de Elsa sobre la localización del monasterio fuera porque no estaba dispuesta a correr riesgos.

Sin embargo, más importante que eso, mucha gente tiende a que se registren en papel. Si estos registros fueron el producto de una labor difícil, entonces, era menos probable que la gente decidiera quemarlos hasta las cenizas tan fácilmente.

Por lo tanto, era muy probable que la iglesia aún conservara los libros que contienen los cuentos de los dioses paganos.

El problema era como desenterrar esos libros.

“Disculpe, ¿hay alguien dentro?”

Como ayer, Lawrence y Horo visitaron la iglesia desde la entrada principal.

Sin embargo, no fueron, naturalmente, sin un plan, como el día anterior.

“… ¿Que negocio importante tiene aquí?

Ya que solo había pasado un día desde la última visita, Lawrence estaba seguro de que Elsa estaría dispuesta a abrir la puerta. Aunque, a juzgar por la situación actual, parece que no fue, por el momento, un motivo de preocupación.

El día anterior Elsa había exhalado una especie de sentimiento agitado que pareció capaz de sobresaltar a cualquiera hasta el punto de paralizar todo cuanto había a su alrededor, pero hoy se mostró entristecida, como envuelta por una capa de nubes negras.

El hecho de sentir pena hasta tal punto por Elsa provocó que Lawrence se encariñara con ella.

Lawrence reveló una casual sonrisa y respondió:

“Fui demasiado imprudente al atreverme a molestarla ayer. He escuchado del Señor Iván que parece que está en una situación complicada.”

El cuerpo de Elsa se desplazó ligeramente al oír el nombre de Iván. A través del resquicio de la puerta, abierta ligeramente, examinó primero a Lawrence y a Horo, después al carro totalmente equipado para el viaje que estaba detrás de ellos, antes de volver la mirada hacia Lawrence.

Lawrence notó que la expresión de disgusto de Elsa se suavizó.

“… Entonces, ¿habéis venido a preguntar una vez más por la localización del monasterio?” Preguntó.

“No, no. Ya pregunté al alcalde de la villa sobre la localización del monasterio y me dijo que no sabía nada de ello. Es posible que fuera engañado en Kumerson. Después de todo, la información me vino de una persona muy peculiar.”

“Ya veo.”

Aunque Elsa sentía como si hubiera hecho un buen trabajo ocultando la verdad. Realmente no fue rival para los ojos de un mercader.

“Bueno, aunque es antes de lo que habíamos previsto inicialmente, nos iremos a la próxima ciudad. Por lo tanto querríamos que nos permitiera orar por un buen viaje en la iglesia”, continuó Lawrence.

“Si ese es el caso…”

A pesar de revelar una expresión de sospecha, Elsa abrió la puerta poco a poco e invitó a Lawrence y a Horo a entrar con un “Entrad dentro.”

Después de que Horo entrara detrás de Lawrence, la puerta se cerró con un sonido sordo. Los dos iban ataviados de viajeros, incluso Lawrence llevaba una bolsa de viaje al hombro.

Al entrar en la iglesia por la parte frontal podía apreciarse un vestíbulo extendiéndose de izquierda a derecha con una puerta en cada terminación.

Desde cualquier parte donde uno fuera, la estructura de una iglesia era siempre la misma, detrás de la puerta se encontraba probablemente la nave central (NdT: espacio principal en el interior de una iglesia delimitado por columnas).

A la izquierda estaba normalmente una sala para las obligaciones divinas y a la derecha los dormitorios.

Sacudiéndose ligeramente sus prendas de sacerdotisa, Elsa se alejó de los dos y abriendo la puerta de la nave central dijo:

"Por favor, por aquí."

En cuanto entró en la nave central, Lawrence se encontró con los majestuosos adornos del interior.

En el ábside se encontraba el altar, así como una estatua de la Madre Santa. La luz brillaba a través de la ventana del segundo piso.

El alto techo, junto con la falta de muebles de la nave central, la cual no incluía ni una sola silla, hacían que ésta pareciese más espaciosa.

Los bloques de piedra que cubrían el embaldosado del suelo estaban fuertemente unidos, seguramente ni el mas ávido de los comerciantes sería capaz de llevarse uno para venderlo.

El embaldosado que cubría la distancia entre el pórtico de entrada y el altar tenía un color ligeramente distinto, ya que había sido desgastado por las pisadas de la gente.

Lawrence continuó detrás de Elsa hacia adentro, donde apreció que el suelo justamente anterior al altar se hallaba ligeramente elevado.

"Padre Francis..."

"¿Huh?"

"Seguro que era un creyente muy devoto."

Elsa parecía algo desconcertada, pero pronto sintió la mirada de Lawrence.

Cercano al lugar donde Elsa estuvo de pie seguramente se había arrodillado el sacerdote alguna vez para rezar.

"Ah... sí, estoy seguro. Aunque... antes de escucharte a tí yo no sabía nada de él."

A pesar de sentir solamente una ligera sensación de alegría, la primera sonrisa que esbozó Elsa ante Lawrence era la típica sonrisa sensible propia de las mujeres de la Iglesia.

Quizás, por el hecho de haber sido testigo de la fiereza de Elsa el día anterior, cuando la conoció por primera vez, la risa de Elsa le pareció especialmente dulce a Lawrence.

Sin embargo, al pensar que tras haber causado esa risa tendría que desaparecer un momento después, Lawrence sintió una gran depresión. Sentimiento semejante a lo que se siente cuando un fuego difícil es expandido por el viento.

Entonces, comencemos a rezar. ¿Estáis listos?

"Ah, antes de eso."

Habiendo dicho esto, Lawrence dejó su bolsa de viaje, se quitó su abrigo y acercándose a Elsa dijo:

"¿Puede permitirme hacer una confesión antes?"

Quizás, debido a la sorpresa de la petición de Lawrence, Elsa se detuvo un momento antes de responderle un "Sí."

"Entonces, por favor, vayamos a la sala de confesiones..."

"No, quedémonos aquí. Si no es molestia, deseo confesar ante Dios."

Aunque Lawrence tenía una apariencia imponente cuando se acercó, Elsa no se derrumbó por la presión. Asintiendo su cabeza y diciendo un “Entiendo” antes de asentir una vez más con la cabeza de manera digna para mostrar su identidad del clero.

Seguramente, la insistencia de Elsa en heredar el puesto del Padre Francis no fue puramente por el bien del pueblo.

Viendo a Horo manteniéndose en silencio detrás, Elsa juntó sus manos y comenzó a cantar un himno dedicado a la oración con una voz suave.

Cuando levantó la cabeza una vez más, se había transformado en un fiel siervo de Dios.

“Confiesa tus pecados a Dios. Dios es siempre misericordioso para aquellos que son honestos.”

Poco a poco, Lawrence respiró profundamente. Aunque para Lawrence, rezar a dioses o ridiculizarlos era una práctica común, cuando fue a confesar sus pecados en el centro de una nave central, sin embargo, sentía una tensión que se correspondía con la atmósfera.

Después de tomarse el mismo tiempo para exhalar como lo hizo para inhalar, Lawrence arrodillado en el suelo habló:

“He dicho una mentira.”

“¿Cuál es la mentira?”

“Por el bien de mi propio beneficio, he mentido a alguien.”

“Ya has confesado este pecado ante Dios. Ahora, ¿tienes el valor de decir la verdad?”

Lawrence levantó la cabeza y respondió:

“Sí.”

“Aunque Dios lo sabe todo, aún quiere oír el pecado de su propia boca. No hay necesidad de tener miedo. Para los que abrazan la correcta fe, Dios es siempre misericordioso.”

Lawrence cerró los ojos y dijo:

“He dicho una mentira hoy.”

“¿Cuál es la mentira?”

“Con el fin de engañar a alguien, di una falsa intención”

Después de una pausa, Elsa continuó:

“¿Por qué razón lo hizo?”

“Hay algo que deseo saber no importa como. Con el fin de conseguir que la persona me lo dijera, le dije una mentira para acercarme a ella.”

“…Entonces… ¿quién es esa persona?”

Lawrence levantó su rostro y contestó:

“Es usted, señorita Elsa.”

Elsa parecía, claramente, aterrorizada.

“He confesado mi pecado de mentir ante Dios, así como decir la verdad.”

Lawrence se levantó y dijo a Elsa directamente, quien tenía una cabeza más pequeña que él:

“Estoy buscando el Monasterio Diendoran, y he venido para preguntarle su ubicación.”

Aunque Elsa se mordió el labio y miró a Lawrence, sus ojos estaban llenos de odio, al contrario que el día anterior, ya no dio frente a la feroz energía que parecía decir: “No importa con que tipo de demanda me enfrente, la rechazaré.”

Había una razón por la cuál Lawrence había elegido intencionadamente ese lugar para hacer su confesión.

Lo había hecho con el fin de crear una trampa en presencia de Dios a fin de hacer que la devota Elsa cayese rendida.

“No, mentí de nuevo. No he venido a pedir su ubicación.”

La confusión se hizo patente en el rostro de Elsa como aceite derramado en el agua.

“He venido a preguntarle si este lugar es el Monasterio Diendoran.”

“…!”

Elsa dio unos pasos atrás. Tropezando con el terreno que estaba desgastado por largos años de continuas oraciones del padre Francis, perdiendo así el equilibrio.

Ésto fue dicho ante Dios.

Se prohíbe decir una mentira aquí.

“Señorita Elsa, este lugar es el Monasterio Diendoran, y el padre Francis era el cabeza, Louis Lana Shootinghilton, ¿estoy en lo cierto?”, dijo Lawrence.”

Elsa parecía estar firme a la infantil idea de que si no movía la cabeza, no contaba como una mentira. Con una expresión que parecía estar a punto de estallar en lágrimas, apartó la mirada de Lawrence.

Sin embargo, la reacción de Elsa confirmaba claramente ese hecho.

“Señorita Elsa, queremos saber el contenido de leyendas de deidades paganas que había recogido el padre Francis. Esto no es por el bien de hacer negocios, y claro esta, tampoco para Enberl.”

Elsa inhaló bruscamente y rápidamente se tapó la boca para prevenir la salida del aire inhalado.

“La razón por la cual esta preocupada de que la gente descubra que este lugar es el Monasterio Diendoran es porque este sitio aún contiene registros de leyendas recogidas por el Padre Francis.”

El sudor se derramaba gradualmente por la cara de Elsa.

Su reacción no fue diferente a la admitir la verdad.

Lawrence cerró su puño de forma natural y le hizo una señal a Horo.

“Señorita Elsa, le preocupa que Enberl descubra que ha hecho el Padre Francis, ¿verdad? Nuestro deseo es simplemente averiguar el contenido de esos registros no importa como. Incluso si eso significa emplear un método tan inmoral como ahora, tengo que saber el contenido.”

Como si fuera a toser, Elsa abrió su boca para hablar:

“¿Quiénes… quiénes son ustedes?”

Lawrence no dio ninguna respuesta, sino que simplemente miraba directamente a Elsa.

Elsa, quién iba a soportar la carga de esta iglesia con su delgado cuerpo, se encontró con la mirada de Lawrence con ojos inquietantes.

Y entonces.

“¿Quiénes somos? En relación con esta cuestión, probablemente sería difícil darle una respuesta satisfactoria”

Horo interrumpió desde al lado. Elsa pareció notarla ahí de pie e involuntariamente dirigió su mirada hacia ella.

“Nosotros… no, hay una razón para mi de hacer esta petición tan poco razonable.”

“… ¿Que… tipo de razón?”

Elsa contesto como una llorona que se ahoga en sus sollozos. Horo asintió lentamente con la cabeza y dijo:

“Este tipo de razón”

Demostrar que no eran enviados de la iglesia de Enberl fue tan difícil como tratar de demostrar que uno no es un demonio.

Sin embargo, si es capaz de revelar las alas de un ángel, al menos, uno sería capaz de demostrar que no es un demonio. De la misma forma podrían, al menos, probar que no eran esbirros enviados de la iglesia de Enberl.

En otras palabras, revelando las orejas y cola de Horo.

“Ah…ah…”

“No son falsas, ¿te gustaría tocarlas?”

Lawrence pensó que Elsa había asentido con la cabeza ligeramente, solo para encontrarse con que su cabeza estaba colgando y sus manos detrás de su pecho cerradas fuertemente.

“Hu…”

Manteniendo esa postura, Elsa emitió un gemido ronco antes de retroceder.





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