Epilogue – Los Dos Reunidos, los Dos que se Cruzaron Entre Sí

From Baka-Tsuki
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Cuando giró el glifo para llenar el balde de madera, Rentarō fue sorprendido por las gotas de agua fría que salpicaron hacia afuera.

La superficie transparente del agua reflejaba el cielo azul de arriba, temblando con una gama de colores debido a la luz.

Volteando su cuello noventa grados, vio pasar un avión con un gran estruendo a través del cielo del mediodía, dejando una línea recta por el lugar donde pasó.

Rentarō estaba en un cementerio muy cerca al Área exterior, rodeado de un bosque. El sonido de las cigarras era muy fuerte. Parecía como si el bosque estuviera gritando.

Levantando el ahora pesado balde de madera en su mano derecha, Rentarō regresó al cementerio con un diseño cuadrado. Pudo ver las figuras de las tres chicas.

Probablemente porque entendían que era un lugar solemne, Tina y Kisara estaban más reservadas que de costumbre. La normalmente enérgica Enju también parecía reservada, sin atreverse a correr o saltar por todos lados.

Rentarō y el resto de los miembros de Seguridad Civil Tendō miraron hacia la lápida y cambiaron el agua de la vasija, antes de colocar un ramo de flores purpura que consistía principalmente de campanillas.

Usando una cuchara de madera para regar agua sobre las lapidas, el grupo comenzó a decir sus condolencias.

—Lo siento por llegar tarde, Suibara y Hotaru.

Agachándose hasta la altura de las dos lapidas, Rentarō habló.

Todo el incidente esencialmente había terminado.

Actualmente, los canales de televisión y sitios de internet continuaban reportando el incidente repetidamente.

Incluyendo al superintendente general, treinta policías habían sido encontrados culpables por inculpar a Rentarō por el asesinato de Suibara, junto a otros delitos que Rentarō había sacado a la luz, en este momento, la policía estaba tan caótica como un avispero.

Entre ellos, la gran mayoría habían sido castigados y enviados a la corte. Lo que pasara después dependía de su veredicto.

Los medios de comunicación no mencionaron ninguna palabra con respecto a la crianza y experimentación con Gastreas resistentes al Varanium.

Naturalmente, fue lo mismo con el Five Wings Syndicate quienes fueron el cerebro detrás de todo.

A pesar de que la derrota de Yuuga era un golpe para las ambiciones del Five Wings Syndicate, eso no solucionaba el problema de raíz.

Cuando Rentarō se infiltró en el laboratorio, todos los materiales de investigación ya habían sido destruidos. Casi todos los miembros de la organización eran esencialmente pequeños peones de la policía. En cuanto al padre e hijo Hitsuma, que tenían conocimiento sobre la organización, habían muerto de forma inesperada, por lo que, la investigación no pudo continuar.

Después de eso, Rentarō había visitado a Tamaki, Yuzuki y Asaka en el hospital. Tan pronto como abrió la puerta de la habitación, Asaka y Tamaki se arrodillaron en el suelo.

Rentarō recordó que ambos debían tener huesos rotos, pero la postura de Asaka era tan perfecta como un libro. En cuanto a Tamaki, que estaba junto a ella, su trasero tocaba el suelo y sus movimientos eran algo torpes.

—Ofrezco mil disculpas por ser engañado por la organización enemiga.

—Un hombre no hace excusas. ¡No digas nada y golpéanos!

En comparación a esos dos, Yuzuki estaba apoyada contra la pared de la habitación, hirviendo de rabia.

—¿No les dije que la policía parecía sospechosa…? Ustedes chicos tienen una percepción…

Originalmente serio, Rentarō no pudo evitar estallar en carcajadas debido a lo divertido que era la escena.

Entonces acaricio la superficie de su ojo artificial ligeramente.

El Terminal Horizon que había usado durante la batalla contra Yuuga no había aparecido de nuevo. Aun así, sus habilidades como francotirador habían mejorado de forma espectacular.

—Esto debería también...

Kisara colocó cuidadosamente el reloj de bolsillo como ofrenda en las tumbas.

En la parte interna de la tapa estaban talladas las palabras Siempre estarás en mi corazón.

Probablemente no lo había hecho a propósito, pero era casi como si Suibara hubiera presentido su muerte y dejado atrás unas palabras finales. Rentarō no pudo evitar sentir un nudo en su garganta.

Con el fin de proteger el Área de Tokio, Suibara y Hotaru habían sacrificado sus vidas.

Sin sus valientes acciones, el plan del Five Wings Syndicate probablemente habría sido imposible de detener.

Rentarō negó con la cabeza e interrumpió esos pensamientos.

—Vamos a regresar…




Kisara se quejaba porque la compensación de la policía había sido demasiado poca. Habiendo descansado en la IISO durante tanto tiempo, Enju parecía rebosante de energía. Tina parecía haber sido interrogada muy duramente, ya que se negó a decir ninguna palabra cuando Rentarō le preguntó sobre lo que le había pasado.

Debido al calor insoportable, Rentarō le pidió a Enju que comprara bebidas en una máquina expendedora que rara vez utilizaban, pero ella le jugo una broma y pidió café caliente para él. Cuando Rentarō retiro el anillo y tomó un sorbo, su lengua se sintió como si hubiera sido quemada por el infierno, por lo que se irrito mucho.

En el momento en que el grupo llegó a la oficina de Seguridad Civil Tendō, que probablemente extendería las horas de trabajo durante las vacaciones, Kisara hizo una mirada de sorpresa como si hubiera notado algo extraño.

—Oh, ese coche es...

Mirando hacia donde ella señalaba, Rentarō vio una limosina negra parqueada en el frente del Edificio Feliz.

Ellos también parecieron haber notado a Rentarō. Por lo que la puerta se abrió y una joven doncella rápidamente corrió hacia él.

—¡Satomi-san!

La chica, vestida en un traje formal blanco puro, era Seitenshi. Debido a que usaba tacones altos que no habían sido diseñados para correr en primer lugar, su rodilla se torció y tropezó.

Rentarō frenéticamente corrió para sostenerla en sus brazos, evitando que cayera al suelo.

—Hey, deberías ser más cuidadosa…

Rentarō estaba a punto de quejarse cuando vio a Seitenshi levantar la vista con los ojos húmedos, lo que causó que incluso olvidara lo que quería decir.

—Muchas gracias, Satomi-san. Estaba esperando en el coche, ya que parecía que estabas fuera.

Rentarō se rascó la cabeza, evitando su mirada.

—Uh, por cierto, ¿cuál es la razón por la que repentinamente viniste todo el camino hasta aquí?

Con las manos en su pecho, Seitenshi sonrió ligeramente y dijo: Ah, sí, entonces sacó un objeto de su bolso de cuero blanco y se lo entrego a Rentarō.

—Vine a devolverte esto, Satomi-san.

—¿Esto es...?

Rentarō lo recibió, mirando su propia foto. Había muchos detalles en una lista, incluyendo varios títulos y autorizaciones para portar armas de fuego. Parecía una tarjeta con un forro de cuero sintético.

Esta era, sin duda, la licencia de Promotor de Rentarō. Hablando de eso, Rentarō no la había vuelto a ver desde que se la entregó a Seitenshi en la Sagrada Residencia.

Lleno de emociones profundas, Rentarō sostuvo la licencia por un buen rato, incapaz de moverse.

Desde el primer momento en que la había adquirido, no la había llevado con ningún tipo de sentimiento.

Pero ahora que la había perdido y recuperado, sentía un chorro de emociones ardientes y pesadas desde su corazón.

Sintiendo que sonaría falso, sin importar lo que dijera, Rentarō cerró los ojos en silencio, exhalando por la nariz.

Cuando notó a Seitenshi sonriendo de manera acogedora, no pudo evitar mover frenéticamente su rostro.

—Pudo haberla enviado por correo. ¿Usted salió de la sagrada residencia sólo por esto?

—Entendiste mal... Eso no es todo, eso no es todo...

Seitenshi vaciló un momento antes de continuar mientras sostenía su falda con fuerza.

—Antes, cuando me dijeron que habías perdido la vida en el hotel, Satomi-san, el shock me hizo incapaz de manejar mis tareas administrativas. Estaba tan triste que incluso no podía comer. Entonces, cuando me entere de que todavía estabas vivo, yo...

Seitenshi dejó de hablar a pesar de tener más que decir. Entonces, con sus manos cubiertas por guantes finos, sostuvo la mano de Rentarō con fuerza.

—Estuviste verdaderamente excepcional esta vez, Satomi-san.

El rostro de Seitenshi era verdaderamente radiante a esta distancia. Incluso de cerca, Rentarō pensaba que era tan bonita que la dejaría hacer lo que quisiera.

Los dos se miraron fijamente en frente a los demás por un tiempo antes de volver en sí y mover sus rostros frenéticamente a un lado al tiempo.

Sosteniendo sus mejillas enrojecidas en sus brazos, Seitenshi dijo:

—Mis disculpas, no puedo creer que estaba mirándote fijamente desde tan cerca. Demasiado descortés de mi parte...

Las miradas frías apuñalándolo de las chicas detrás de él, causaron que Rentarō comenzara a sudar frío.

—¡Espere!

Kisara frenéticamente se interpuso entre ambos y comenzó a hablar con Seitenshi como si estuviera corrigiéndola.

—E–Escuche, Seitenshi-sama, debo decírselo ya que usted nunca ha sido testigo de la verdad. Satomi en realidad no tiene encanto. Aparte de tener un cerebro estúpido y no ser perseverante, sus pies apestan, además, su expresión de desgracia va a llevarse lejos toda su energía con una sola mirada.

Escuchando eso, Seitenshi parecía más bien incrédula. Acariciando su mejilla con su mano derecha, miró a Kisara.

—¿Estás saliendo con Satomi-san?

—¡Por supuesto que no!

—¿Entonces porque hay tanta desesperación en tu cara?

—¡No estoy desesperada!

Rechinando los dientes, Kisara miró hacia atrás para ver a Rentarō.

—¡Hey, Satomi!

… ¿Por qué soy el culpable ahora?

—Onii-san, ¿sólo estabas jugando conmigo?

—Rentarō, ¡¿sólo estabas jugando conmigo también?!

Tina parecía triste mientras Enju miraba de reojo mientras gritaban a Rentarō.

Rentarō realmente quería gritar y escabullirse con la cabeza entre sus manos cuando escuchó una voz masculina alegre diciendo: ¡Oh, incluso Seitenshi-sama vino también!

Era un hombre de unos cincuenta años, usando un Haori y un Hakama tradicional con un abanico en su mano y un peinado parecido a una piña. Sonriendo con alegría mientras decía «¡Yo!», era difícil imaginar alguien de su edad usando este tipo de saludo que sólo los jóvenes usarían.

Viendo un aliado inesperado, Rentarō no pudo evitar gritar alegremente:

—¡¿No es Shigaki-san?!

El hombre, Senichi Shigaki, sonrió alegremente, mostrando sus dientes blancos.

—Saque un tiempo para visitarlos, pero nunca esperé que incluso Seitenshi-sama estuviera aquí.

Seitenshi al instante saludó seriamente:

—Mis saludos, Shigaki-san. ¿El negocio de las minas de Varanium va bien últimamente?

—Ja, no está mal, supongo.

—Nunca hubiera esperado que el ex-mayordomo de Kikunojō-dono se convirtiera en un magnate.

—No, en lo absoluto, simplemente sucedió que tengo un poco de talento en esa área.

—¿Tiene la intención de participar en las elecciones?

—Hablando de eso, por vergonzoso que sea, por favor no se ría de mi si pierdo las elecciones y terminó desempleado jajajaja.

Después de bromear, Shigaki miró hacia Rentarō y Kisara haciendo una expresión de disculpas.

—Kisara, uhm... lo siento por lo que pasó esta vez. Vine aquí a disculparme contigo.

Rentarō entendió que se refería a la entrevista de matrimonio.

—Te lo presente porque pensé que era un excelente partido. Nunca esperé que ese mocoso y el superintendente general participaran en asuntos ilegales... Y al final hubo grandes problemas… Lo siento.

El anciano se inclinó para disculparse. Viéndolo actuar de forma tan madura, Kisara sonrió indulgentemente y dijo:

—No, Shigaki-san, ya que no hubo ningún daño, no considero que sea un problema.

—Jajaja, sabía que ibas a decir eso.

En ese momento, Rentarō sintió que alguien tiró de su camisa, por lo que miró hacia atrás para ver a Tina y Enju con expresiones preocupadas.

—Rentarō, ¿quién es este señor?

—Ah, cierto, es la primera vez que ustedes se encuentran con él. Él es el señor Shigaki.

Rentarō movió sus manos y le presento a Enju y Tina a Shigaki antes de presentarles a Shigaki a ellas.

—Este señor de edad avanzada es Senichi Shigaki, el titular de Seguridad Civil Tendō en los papeles, además del tutor legal de Kisara-san y mío.

—Oh, así que es un gran señor...

—E-Encantado de conocerlo, estoy a su cuidado.

Shigaki se cruzó de brazos y tensó su rostro mientras veía a las dos chicas con personalidades opuestas. Luego relajó su cara y acarició el cabello de ambas de forma amistosa.

—Jajajaja, tienes estas pequeñas señoritas lindas a tu lado. Mocoso, la hija de Shiba también parece muy enamorada de ti. ¿Qué pasa? ¿No te parece que cinco es ir demasiado lejos? jajajaja

Shigaki le dio un par de codazos a Rentarō por lo que este negó por reflejo: Eso no es cierto. En ese instante, el café en la lata de su mano se derramo. El líquido caliente voló hacia las mangas del Haori de Shigaki.

Ah… Para cuando Rentarō gritó, ya era demasiado tarde.

—¡Caliente!

Shigaki rápidamente levantó su manga cubierta de café. Rentarō fue a echar un vistazo, pero Shigaki rápidamente sacó un pañuelo para secarse y luego la bajó de nuevo.

Mirando la lata de café en la mano de Rentarō, Shigaki habló:

—¿Q–Qué pasa contigo, mocoso? Comprar café caliente con este tipo de clima ¿Hay algo malo con tu cerebro? ¿O es que esa es la moda de los chicos de estos días?

—H-Hey, comparado con eso, ¿no te quemaste justo ahora?

Completamente indiferente, Shigaki dijo «¿Hmm? Está bien». Sin embargo, Tina insistió: «La oficina está cerca, ¿le gustaría ir por un poco de agua fría?».

Shigaki vaciló, tomándose un tiempo antes de decidir pedir prestado el fregadero de la cocina.

Sintiendo que algo no estaba bien, Rentarō acompaño a Shigaki por las escaleras del edificio feliz.

Acompañado por Tina y Rentarō, Shigaki subió las escaleras del edificio feliz. Mientras los veía por detrás, Enju permaneció inmóvil como si estuviera clavada en el lugar.

¿Qué fue eso? Enju se preguntó con los brazos cruzados.

Parecía como si fuera la única que lo notó, pero en el instante en que Shigaki levantó su manga frenéticamente para limpiar el café, Enju vio algo por una fracción de segundo.

¿Sera ese su hobby? Enju vio algo parecido a un tatuaje en el brazo de Shigaki. Además, era un pentagrama con cinco alas, un diseño fantástico que no se adaptaba para nada a ese viejo hombre.

Pero ya que no tenía el hábito de pensar profundamente las cosas, Enju rápidamente se olvidó de ese detalle trivial debido a su personalidad notablemente sencilla, corriendo detrás de Rentarō.





Después de haber hecho una fortuna gracias a las minas de Varanium, Shigaki vivía en su mansión personal ubicada en la zona de bienes raíces al interior de la primera área de Tokio.

Dentro del estudio al que se le prohibió la entrada a todo el mundo, aparte de a él mismo, toda una pared estaba oculta por estantes. Allí había diccionarios clásicos y actuales, esperando en silencio por el día en que alguien quisiera abrirlos.

Si una persona con conocimiento de arquitectura, examinaba el exterior de la mansión antes de entrar a este estudio, sería capaz de deducir que el área de esta habitación parecía mucho más pequeña de lo que debería.

Después de haber vuelto a su estudio, Shigaki se acercó a la fila más alejada de estantes en lugar de sentarse frente a su escritorio de alta calidad. Sacando el tercer volumen del Gran Diccionario de armas alrededor del mundo, insertó una llave en el ojo de una cerradura y la giró.

Con eso, las estanterías móviles llamadas «Compactos electrónicos» fueron impulsadas por electricidad, por lo que se movieron a través de unos rieles. Las estanterías, ocupando toda una pared, se movieron para revelar un pasadizo oculto.

Shigaki caminó a través de las profundidades del pasadizo oscuro, aparentemente familiarizado con el lugar.

Dentro de este abismo, donde no sería extraño que tropezaras con algo por accidente, la oscuridad rápidamente alcanzo el punto donde no podría ver si mano, incluso si la agitaba delante de su rostro.

Pero en ese momento, el suelo de repente brilló con un azul tenue antes de encender la iluminación, mostrando una silla ejecutiva de cuero. Shigaki se sentó en la silla, haciendo que un rayo de luz se extendiera hacia afuera como una luz fantasmal, trazando un diseño de un pentagrama con alas dispuestas de forma complicada alrededor de él.

—Demasiado lento, idiota. Que reprochable que me hagas esperar tanto tiempo.

Al mirar más detenidamente, había otra silla ejecutiva idéntica a la de Shigaki situada en una de las puntas del pentagrama con alguien sentado en ella. Con una barba que tocaba su cabello, la cabeza arrogante del hombre parecía adornada por la melena de un león, mientras cruzaba las piernas con altivez.

Él era Sōgen Saitake, el miembro de más alto rango del Five Wings Syndicate en Osaka.

Como el miembro de más alto rango del área de Tokio, Shigaki miró a su alrededor y notó que eran las dos únicas personas visibles en las puntas del pentagrama. Las otras tres sillas estaban vacías.

—Sin contar a Hokkaidō, que debido a su situación actual es comprensible, ¿qué pasó con Hakata y Sendai?

—Quién sabe. Después de todo, usted y yo podemos tomar decisiones si pasa algo.

El cuerpo de Saitake era una proyección holográfica hecha por una luz azul tenue.

Esta era una reunión del Five Wings Syndicate en la que sólo podían participar un selecto grupo de miembros, los Cinco alas.

Shigaki fue el primero en hablar.

—Acabo de encontrarme con Rentarō y el resto. Ese mocoso todavía parece despreocupado a pesar de acabar de destruir mi plan.

—Las «células» que plantamos en el cuerpo de policía han sido eliminadas. Es una derrota dolorosa.

—No del todo. Aprovecharé esta oportunidad para cambiar a esas basuras. Por otra parte, en lugar de llamar a esto un fracaso, diría que el que visitó el área de Tokio sin mi consentimiento, tratando de eliminar a Seitenshi, debe ser el que fracaso totalmente, ¿no crees?

—Eres muy bueno con el sarcasmo como siempre, bastardo.

Saitake hizo una expresión de fastidio, exhalando antes de continuar:

—Creo que el plan para asesinar a Seitenshi era el más eficaz. Estaba destinado a ser su última advertencia. Si ella todavía sigue predicando ese idealismo puritano suyo, tendremos que hacer una matanza sin piedad. No me gusta tratar con ese tipo de personas, deberías saberlo bien, ¿cierto? Aquellos que desobedecen deben ser eliminados con fuerza, ese es mi estilo.

—Saitake, aún no comprendes el área de Tokio lo suficiente. Con el fin de mantener el sistema político del área de Tokio, alguien como Seitenshi, que es similar a una Idol, es esencial. A pesar de que el caos causado por su asesinato sería de gran ayuda para conseguir más autoridad, los efectos siguen siendo inferiores a si erradicamos el clan Tendō. Por lo que, la primera persona que debe ser asesinada es Kikunojō Tendō.

—… En ese caso, ¿por qué estás tratando de reclutar a Kisara Tendō tan desesperadamente? Shigaki, ¿vale la pena gastar tanto esfuerzo para persuadir a esa mujer?

Shigaki negó con la cabeza.

—Eso es porque no tienes idea ya que no has visto las fotos de cuando asesino a Kazumitsu Tendō. Esa damita es un monstruo del clan Tendō.

—¿Ah, sí?

—Además, he oído que su objetivo final es matar a Kikunojō Tendō, lo que se alinea con nuestro objetivo.

—Hmph, en cualquier caso, todo lo que planeaste terminó en fracaso.

—No, tuvo éxito.

—¿Hmm?

Shigaki sonrió.

—Dije, eso tuvo éxito.

Tratando de discernir los verdaderos pensamientos de Shigaki, Saitake quedó en silencio.

—Por cierto, ¿cómo van las cosas del lado de Juujōji?

—Mmm, han alcanzado gradualmente un clímax, supongo. Originalmente, había esperado que fueras el segundo en llegar a la cima después de mí.

—¿Qué? Eres bastante bueno con el sarcasmo también.

—Todo gracias a un cierto gran pionero.

Los hombros de Shigaki y Saitake se sacudieron ligeramente mientras se reían en la oscuridad.

—Con eso, los jefes de Estado, tanto en el área de Osaka como en el Área de Hokkaidō son ahora miembros del Five Wings Syndicate. Hay tres áreas restantes. No olvides nuestro sueño y nuestra gran misión.

—Gloria al Five Wings Syndicate.

—Gloria al Five Wings Syndicate.

El resplandor azul se desvaneció al instante mientras la oscuridad devoraba todo a la vista.

Algo en algún lugar sonaba como un triste perro ladrando a lo lejos.

La noche se hacía gradualmente más tarde. Bajo el resplandor de las farolas, Satomi Rentarō arrastraba sus pasos perezosamente mientras regresaba a casa.

El olor a pólvora en su cuerpo le estaba dando dolor de cabeza.

Su brazo estaba muy adolorido por el retroceso y era increíble que no estuviera dislocado. No podía evitar preguntarse si sería capaz de sostener los palillos en la cena.

Trató de taparse los oídos con ambas manos. De hecho, sentía un severo timbre en ellos. A pesar de ponerse la protección para los oídos cuidadosamente, no pudo suprimir completamente el ruido de las nuevas armas y municiones que Miori sacaba uno tras otro.

Había pasado todo el día en Shiba Heavy Industries para probar sus productos.

Miori estaba desarrollando poderosa munición y armamento para uso exclusivo de las Iniciadoras. Dijo que podía ofrecérselos a Tina de forma gratuita una vez que terminara. Esa sugerencia fue más que bienvenida a los oídos de Rentarō.

En relación al incidente de esta vez, Miori no había dicho nada, excepto «Satomi-chan, me debes una». Ese intento deliberado por no preguntar causó que Rentarō se sintiera cómodo.

Por increíble que pareciera, a pesar de poseer esa sensación de agotamiento, subió la escalera de metal del lugar y luego giró la manija de su apartamento.

—Has vuelto, Satomi.

Detrás de la puerta, había una chica vestida con un uniforme de marinero negro.

—Oh, ¿Kisara-san?

Con un delantal sobre su uniforme negro, Kisara llegó a la espalda de Rentarō con una expresión divertida y lo empujó a través de la puerta.

Aflojando su corbata y quitándose la chaqueta, Rentarō miró alrededor de su apartamento. Las chicas que debían estar presentes no estaban a la vista.

—¿Dónde están Enju y Tina?

—Fueron a ver los fuegos artificiales organizados por la asociación de vecinos.

Rentarō dio una palmada con sus manos.

—Ah, cierto, es el evento en el que tenemos que pagar 500 yenes. Así que lo están haciendo hoy.