Kaze no kishihime prologo

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Kaze no kishihime Prologo

La pequeña se encontraba corriendo. Puede que su edad haya sido de 10 años, tenía un brillante cabello rosado que rodeaba un adorable rostro tan bello como una muñeca. Delante de ella una joven aproximadamente 2 años mayor que ella podía verse corriendo ansiosamente. -¡Espera! ¡Por favor espera oneesama! -Ven rápido Karine, por aquí Después de correr solo un poco mas, se encontraron con un lugar en que la hierba ya no se encontraba presente, un lugar donde ante ellas se vislumbraba un gran acantilado, Este famoso sitio era llamado "La huella de dragón", era un gigantesco acantilado formado desde tiempos inmemoriales a causa de un meteorito que allí se había estrellado, o por lo menos eso era lo que la gente creía, simplemente era un lugar en medio de los verdes campos en el cual parecía que un dragón hubiera pisado. A primera vista el enorme agujero parecía tener unos 300 metros de diámetro, y una profundidad de 200 metros. Las paredes de dicho cráter se extendían casi verticalmente desde el borde hasta el fondo del mismo. Si uno se asomaba para ver dentro de él, uno podía darse cuenta como la luz iba desvaneciéndose a medida que uno movía su mirada hacia lo más profundo del precipicio hasta no quedar nada más que oscuridad. Una profunda oscuridad que parecía continuar indefinidamente. Al ver por un tiempo este lugar, uno no podía dejar de pensar que, sus profundidades eran tales que llegaban mucho más al fondo que el fondo de la misma tierra. Los padres de las jovencitas obviamente había negado fervientemente a las mismas su petición de venir a este lugar, sin embargo, la irrefrenable curiosidad de las hermanas había sido más fuerte que las advertencias hechas por sus padres. Por lo que secretamente había decidido emprender su visita a este lugar. -Karine, Karine mira eso La hermana mayor entonces señalo con el dedo, como a través de la luz que bañaba la pared del cráter podía verse un brillante destello azul que emitía una pequeña flor que florecía justo allí. -¡Que bella flor!- Karine dijo entusiasmada, cuando de repente una sonrisa se asomo en el rostro de su hermana. -¿Verdad que si?, veras Karine, tengo un favor que pedirte. -¿Que es lo que quieres? -Quiero que vallas y me traigas esa flor. -¡Heeeee! ¡Imposible! esta demasiado lejos. La flor estaba fácilmente situada a unos 20 metros al fondo, para acceder a ella uno tendría que descender por la pared casi vertical del acantilado, era demasiado arriesgado. Pero sin tomar en cuenta las protestas de Karine, su hermana dijo con un rostro despreocupado: -No hay problema, no hay problema. Dime Karine, acaso ya se te olvido como usar la "levitación". Precisamente, Karine había nacido en una familia de magos, y por eso era que los dioses le había otorgado el poder de realizar milagros, "magia" ella era capas de usarla. La magia que los magos invocaban se dividía primordialmente en 4 tipos, fuego, agua, viento y tierra. De esos 4 Karine había despertado rápidamente el poder del "viento", fue solo apenas hace unos días que ella había logrado aprender lo que su hermana aun no había podido, sus padres se llenaron de alegría al ver que ella había sido capaz de aprender a usar la "levitación". La "levitación" era un encantamiento que otorgaba a aquel que lo recitara el poder de librarse del yugo de la gravedad, aquel quien llegase a dominarlo tenía la posibilidad de flotar en el aire, pero... Una Karine indecisa estaba siendo reprendida por su hermana. -¡No puede ser! ¡Como puedes ser tan cobarde Karine! ¡Que te hace ser tan miedosa! Y así era, Karine era una niña que se podría decir, era mas asustadiza que el promedio, aunque era de esperarse de una niña de tan solo 10 años, sin importar que tanto talento llegase a tener, o que incluso haya llegado a poder usar la "levitación", a fin de cuentas eso no evitaba que fuese una miedosa, por ejemplo, todavía hace menos de un año cuando en la noche el viento abría aunque fuese un poco la venta, o cuando solo al ver los espacios entre los muebles, ella pensaba que había algo escondiéndose allí, por lo cual no se atrevía ni a acercarse debido al miedo que sentía. -¡Pero si seria muy fácil, que tomaras esa flor, si solo usas esa habilidad para flotar en el aire! ¡Valla que eres una miedosa! Cada vez que karine oía que la llamaban "miedosa", ella se enojaba un poco más. Si hubiera una cosa mas digna de mencionar de la personalidad de Karine, eso seria... Que odiaba perder, y al final de cuentas eso era Karine, una pequeña niña miedosa a la cual no le gustaba perder. -Yo, ¡yo no soy una miedosa! -¿En verdad?, entonces, tráeme esa flor.- Esto lo dijo su hermana sabiendo lo simple que era Karine, sabia que si insistía un poco mas la convencería. Resuelta Karine tomo su pequeña varita y comenzó a recitar el encantamiento. -Full Sol Windy... (Furu soru uinde)- Hecho esto su pequeño cuerpo comenzó a flotar en el aire mientras ella agitaba su varita, controlaba con esto su manera de flotar en el aire. Y así, el profundo cráter se extendía ante ella. El miedo que le producía verlo le impedía avanzar, ciertamente ese cráter parecía como si en verdad estuviera conectado con el infierno mismo. El miedo instintivo a la oscuridad, aunado a la certeza de que si cayera moriría, hacía del corazón de Karine una maquina inconsolable. -¿Que es lo que te pasa? ¿No que no tenias miedo?-Dicho su hermana esto, Karine respondió agitando la cabeza. No hay problema yo soy una experta con la magia. No veas para abajo, si solo vez la pared estarás bien, tu puedes... Esto era lo que Karine se decía así misma mientras hacia que su pequeño cuerpo descendiera dentro del cráter. Al debilitar un poco el efecto de "levitación" hacia que su cuerpo comenzara a descender lentamente. Apoyando su mano izquierda en el muro, Karine comenzó a acercarse cuidadosamente hacia la flor... -¡Increíble, increíble! ¡Tu puedes!-Desde arriba de su cabeza, Karine podía oír resonar la voz de su hermana. Karine seguía advirtiéndose a si misma de no mirar hacia abajo, mientras se acercaba cada vez mas a su objetivo. Ella debía solo concentrarse completamente en dos cosas, la pared, y la flor. Sin embargo, en el momento en que estiraba su mano para tomar la flor, descuidadamente, Karine miro hacia abajo. -Hii- Debajo de sus pies una profunda oscuridad se extendía. Era literalmente "La oscuridad del mundo". Esa oscuridad, provocaba que el corazón de Karine se constriñera.

Fue un instante, la concentración de Karine se había ido, y el hechizo se disolvió.

-¡¡¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaa!!!- Su cuerpo repentinamente se volvió pesado, por un reflejo repentino ella logro asirse de alguna forma a una roca en el muro, realmente dentro de todo este caos de acontecimientos, había tenido un poco de suerte. Sin embargo, de su mano derecha, se había separado su varita, que ahora se encontraba desvaneciéndose dentro de la oscuridad que había bajo sus pies, sin su varita, aquellas niñas que se hacían llamar así mismas magos, eran incapaces de conjurar un hechizo, era una situación de vida o muerte. Karine intentaba lo mejor que podía seguir sujeta al muro. -¡Karine! ¡Karinnnn!- resonaban los desesperados gritos de su hermana. De un momento a otro la pequeña mano de Karine, ya no seria capaz de aguantar su propio peso, la poca fuerza que le quedaba la había abandonado. Porque a mí, porque yo, porque tengo que ser tan cobarde... Aun con mi talento con la magia... solo con algo tan simple, no pude hacerlo bien. Así Karine maldijo a su propio miedo. Que haya perdido toda su concentración solo al sentir un poco de miedo... Por fin su mano no pudo mas, Karine se soltó de lo único que la sostenía, y sin pensar cerro los ojos. "Me voy a morir". Una desesperación tan profunda como la oscuridad en que caía envolvió el corazón de Karine. En ese instante... Alguien tomo su pequeña mano. -... ¿Eehh? El pequeño cuerpo que había comenzado a caer al vacío, ahora estaba flotando en el aire. -Cálmate, no te muevas- Resonó una extrañamente gentil voz, en ese momento Karine abrió los ojos. La mano izquierda de Karine estaba siendo sujetada firmemente por un caballero, la mitad de su rostro estaba cubierta por la mascara de acero de su yelmo, pero la parte descubierta de su rostro dejaba ver unos brillantes ojos rasgados, en forma de almendra. Con lo poco que veía, Karine no podía saber si el caballero era hombre o mujer, lo único que para ella era evidente, era que se trataba de alguien joven. En su mano derecha el caballero sostenía una varita que, estaba hecha para uso militar, la cual resplandecía como si ella misma emitiera la luz que reflejaba del sol. -Resiste, sujétate bien. El caballero balanceo ligeramente su varita, y entonces los dos comenzaron a elevarse. Una Karine que había sido puesta a salvo fuera de ese cráter, y su hermana, no pudieron dejar de agradecer una y otra vez al caballero que la había salvado. -Fue una suerte que estuviera pasando por casualidad por aquí...ustedes deberían ser mas prudentes con las aventuras que desean emprender.-Dicho esto, el caballero que parecía haber cumplido con su deber, se preparo a partir, montando en una criatura voladora. Esta tenia la cabeza de un león y las alas de un águila...era una manticora. El caballero había divisado desde el cielo a una Karine en crisis, e inmediatamente se había lanzado a rescatarla. El caballero que se disponía a emprender el vuelo, escucho a una Karine que lo llamaba. -¡Estehh! ¡Seria tan amable de aceptar una invitación a mi casa!, quisiera mostrarle mi agradecimiento... -No tienes nada que agradecer, solo cumplía con el deber que se me a asignado como caballero -Entonces, al menos podría decirme su nombre- Dicho esto, el caballero pareció sonreír bajo su mascara, ya que sus ojos se había entrecerrado un poco mientras la miraban. -Yo no poseo ningún nombre el cual merezca la pena ser nombrado. Si me disculpan. Sin embargo Karine una vez mas se dirigió hacia èl -Pe, perdón, entonces ¡podría contestarme solo una pregunta! -¿Dime? -¿No tenia miedo?- Ahí fue cuando su hermana, que hasta ahora se había mantenido en silencio, con un rostro como si no pudiera contener la culpa, comenzó a reprender a Karine. -¡Que irrespetuosa eres Karine! Aun así Karine no retiro su pregunta, con una mirada que mostraba su férrea convicción, miro a los ojos a aquel caballero al cual le debía la vida. -¿No tenia miedo? con esa oscuridad, aunque tenia frente a sus ojos esa horrible oscuridad, y si hubiera caído, ¡¿En serio no tenia miedo?!- Dicho esto, el caballero se acerco a Karine y tomo el dedo índice de su mano derecha. Y después... El conjuró un encantamiento de solo unas pocas palabras, para después sujetar firmemente aquel dedo de Karine. Poco a poco Karine sintió una calidez en su dedo -¿Que es lo que hizo...? Con cierta desconcertacion Karine observo su dedo, ciertamente no parecía haber cambiado en nada, pero... -Justo ahora he colocado magia en tu dedo -¿Magia? -Si justo eso, magia para invocar valor, si llegas a sentir un miedo insoportable, con la magia que he colocado ahora en tu dedo, en la palma de tu mano izquierda escribe con ese dedo "valor", y después intenta lamer justo como lo estoy haciendo, ese dedo. Karine probó hacer justo lo que aquel caballero le había dicho. -¿No sientes algo calido en tu pecho?- Dicho esto, una extraña calidez comenzó a fluir en el pecho de Karine... Fue cuando Karine asintió con la cabeza. -Todo estará bien, cuando tengas miedo, solo intenta hacer justo como ahora te he explicado. El caballero observo fijamente a los ojos de Karine, pero, abruptamente este pateo el costado de la manticora, y esta partió rápidamente al cielo tal y como su amo lo deseaba. Incluso después de que el caballero había desaparecido en la lejanía de aquel inmenso cielo, Karine siguió observando a lo lejos con su mirada fija. Su hermana trato más de una vez de persuadirla. -Hey Karine. Ya es hora de que regresemos. Sin embargo esas palabras parecían no alcanzar los oídos de Karine, perdida dentro de sus sueños, sus labios dejaron escapar un leve susurró -Yo me convertiré en caballero ¿Que es lo que estas diciendo? ¡Las mujeres no pueden ser caballeros! dijo su hermana mientras comenzaba a reír. Karine observo su dedo fijamente, ahora era diferente, podía sentirlo a través de la calidez de ese dedo, Karine sujeto su dedo fuertemente y pensó. "Yo, iré a encontrar mi propio destino".