A Simple Survey:Volume1 Video 12

From Baka-Tsuki
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Video 12: Un Papá Noel entrenado como un ladrón elegante[edit]

Papá Noel existía.

Y estaba sorprendentemente cerca.

-¡Aquí está tu chasu-men! Oh, ¿por casualidad eres Papá Noel? ¡Tu traje es todo rojo!

¡Y aun así este era un restaurante chino con el suelo pegajoso de aceite!

-(¡Shh! ¡No puede hacer eso, anciana! ¡Hay una regla que dice que los niños que descubren la identidad de Papá Noel no reciben regalos! ¡Así que no ande diciendo eso!)

Miré frenéticamente a mi alrededor, pero era la hora de comer de un día laborable, así que no había niños en el restaurante. Todos los niños buenos estaban en la escuela. Los únicos otros clientes eran un par de extranjeros fornidos.

-¿Qué es eso?

-Es un póster de baño.

-Eh... ¿Por qué lo llevas al baño?

-¡Oye! ¡No preguntes eso! ¡Eres una insensible!

Hablaban en inglés, pero por lo que pude entender de esa conversación, no habían oído lo que decíamos.

La anciana parecía desconcertada.

-¿Por qué tienes una regla así?

-Yo no la puse, así que no lo sé. Después de todo, hay más de un millón de Papá Noel en todo el mundo. Ahora, a comer.

-Bueno, tener sueños es bueno, así que sigue así.

Justo cuando la anciana se fue con una sonrisa, mi celular empezó a vibrar. Mientras sorbía los fideos, usé la mano izquierda para revisar el correo electrónico.

-(…Mierda, sabía que acabaría así.)

Después de terminar el chashu-men, salí del restaurante chino. Un deportivo rojo puro estaba parado enfrente. Ni que decir tiene, ese era el color de Papá Noel. Bueno, no podía negar que cierta famosa bebida carbonatada había tenido algo que ver. Pero dejando eso de lado…

-Derechia, Izquierdeis… ¿Por qué tenemos solo dos asientos si somos tres?

-Los renos son consideradas como un par, así que no se puede evitar.

-Y Papá Noel se considera que debe ir sentado atrás, así que no se puede evitar.

-Sigue así, y te meto una mordaza en la boca y te azoto.

Las dos personas que hablaban con descaro eran dos chicas hermosas con el pelo largo y rubio. No eran gemelas. Todos los renos modernos eran así. Llevaban abrigos de piel marrón claro y cuellos gruesos con campanillas. En general, parecía que los trajes de mis compañeras habían costado más que los míos siendo Papá Noel.

Como no tenía otra opción, me apretujé en el pequeño maletero.

-Leí el correo. Supongo que los padres de Shindou Mimi-chan se negaron.

-Sí, pero no fue por motivos religiosos.

-Más bien, la madre quería cooperar, pero el padre se enfadó mucho por alguna razón.

Chasqueé la lengua.

-Así que son 2 contra 1 si cuentas a Mimi-chan. Continúa.

Derechia prácticamente saltó del asiento del copiloto de alegría por mi malhumor.

-¡Ahora sí que estamos hablando! Si el papá odia a Santa Claus, entonces Mimi-chan debió de pasarla mal cuando no recibía regalos año tras año. ¡Tenemos que darle algo por lo que valga la pena despertarse!

En contraste, Izquierdeis tamborileó con el dedo índice en el volante con irritación y expresó su preocupación.

-Pero, Santa. Esta es la casa del presidente de Peach Software, una corporación multinacional. Las contramedidas contra el espionaje industrial son probablemente de las mejores del país. ¿Cómo se supone que vamos a colarnos?

Básicamente, Santa Claus visitaba las casas de todos los niños que querían su visita.

Sin embargo, había algunas casas en las que era difícil entregar regalos por diversas razones.

Nos llamaban para esos casos.

Esos casos requerían un Santa Claus entrenado como un ladrón elegante.

-Derechia, ¿conseguiste el plano de la mansión? -Pregunté, pero la rena que manejaba una tableta con el dedo índice negó con la cabeza.

-Los datos habían sido borrados del sistema de la constructora.

-Prueba con su agencia de publicidad. Si no me equivoco, se usaron imágenes de la construcción de esa mansión en un anuncio de televisión. Solo se usaron unos doce segundos, pero abarcaron semanas. El anuncio permitía ver la construcción de la mansión como si se estuviera acelerando.

-Ya veo... Ah, aquí está. Parece que puedo obtener un diagrama de estas imágenes.

-Bien, bien. Izquierdeis, ¿cómo fue la investigación?

-Mimi-chan quiere uno de esos osos de peluche que se mueven gracias a una IA. Lo escribió en una de las tarjetas de Navidad para Papá Noel que se envían desde todas partes del mundo al Vaticano. Ya lo compré.

-De acuerdo. Solo nos queda su seguridad.

Peach Software no confiaba su seguridad a una empresa de seguridad externa. En cambio, el grupo compró una empresa de seguridad entera y les encargó proteger los secretos de la multinacional mediante una rutina única. Naturalmente, estaban muy bien entrenados. Como la empresa se encargaba de un software militar, en ocasiones tuvieron que lidiar con espías extranjeros disfrazados de espías industriales. Había oído que los guardias los habían superado.

En otras palabras, un Papá Noel normal no podría encargarse de esto.

Había una buena razón por la que Mimi-chan nunca había recibido un regalo.

Puedo averiguar la ubicación de las cámaras y sensores usando el diagrama de la mansión, pero no podré "ver" dónde patrullan los guardias de carne y hueso. Dudo que esos datos sean fáciles de robar.

Nos enfrentaríamos a un oponente de ese calibre sin práctica.

Sin duda no sería divertido.

-Esto es peligroso. Si se convierte en una pelea directa, no hay nada que podamos hacer los tres.

A pesar de lo que decía, Derechia parecía estar disfrutando mucho.

Respondí con calma al reno en minifalda para que recuperara el control.

-Nunca he oído hablar de un Papá Noel entrando por la puerta principal. Nos colamos en plena noche.

-Si la madre quiere cooperar, ¿qué tal si intentamos contactarla?

-¿De verdad crees que ese viejo lo permitirá? Siempre está alardeando de la abrumadora cuota de mercado que tienen su navegador y su smartphone. De hecho, él fabricó esa tableta que usas. ¿No crees que interceptaría cualquier contacto que intentáramos hacer?

-¡Eso es! -Chasqueé los dedos. -Contactemos a la madre sabiendo que el viejo lo interceptará. Si les damos una ruta de infiltración falsa, los guardias se centrarán en esa dirección.

-¿Entonces por qué no enviamos una tarjeta anunciando lo que vamos a hacer? O mejor dicho, 50 o incluso 100. Aunque sepa que la mayoría son falsas, tendrá que colocar cierto nivel de seguridad en todas ellas. Eso dejará menos guardias donde tenemos que ir.

-Si vamos a usar un engaño, ¿por qué no lo hacemos lo más llamativo posible? Algo como lanzar el regalo por una ventana con un pequeño cohete. Así también tendrían que vigilar lo que está fuera de la mansión.

Esos eran los métodos que usaría un Papá Noel para entrar.

Nos consideraban los representantes de los milagros, pero lo que hacíamos era bastante realista.

-Bueno, tres días más…

-Je, je, je. Esto será un poco ajustado, ¿verdad?

-Diría que esto no es tan malo como cuando nos colamos en la residencia del presidente de ese país de la Unión Europea.

-No me refería a eso.

-¿?

-¿?

-A menos que aparezca un frente frío, esta no será una blanca Navidad.

Nuestro objetivo era una mansión inexpugnable.

Protegiéndola había una unidad privada de guardias de seguridad que hacía palidecer incluso a los departamentos de inteligencia militar. El nivel de dificultad de este trabajo era casi el máximo y era totalmente posible que nos mataran.

Pero igual lo haríamos.

No era tarea de Papá Noel calcular los riesgos y las ganancias. Simplemente haríamos una visita en la oscuridad de la noche para entregar los regalos a los niños que los desearan.

Las voces de los niños que volvían a casa se oían en una calle al anochecer.

-¿Qué le pediste a Papá Noel?

-¡Juegos! ¡¡¡Ese nuevo sistema 3D!!!

-¡¡¡Pedí un uniforme de béisbol!!!


-¡Espera! ¿De verdad se supone que debemos avisar a la gente antes de que entreguen los regalos?

Con el contenido de sus mochilas haciendo ruidos metálicos, los niños corrían por el ancho camino, vitoreando las luces decorativas.

Una niña se quedó atrás.

Mientras se detenía, miró hacia el cielo nublado.

-Me pregunto si de verdad vendrá este año…

-(Nos aseguraremos de ello.)

Papá Noel y las “renos” que pasaban junto a ella por la calle lo juraban en sus corazones.

Mientras los niños hicieran esas torpes peticiones…

Mientras desearan recibir la mañana de Navidad con una sonrisa…

Un verdadero Papá Noel enviado desde Noruega rompería cualquier tipo de seguridad y se colaría en esa mansión.