Black Bullet:Volumen6 Capítulo4
Parte 1[edit]
Dentro de un sueño…
El Edificio Feliz estaba teñido de rojo debido a la puesta del sol detrás de él.
Subiendo las escaleras, pasó por la puerta marcada con las palabras Compañía de Seguridad Civil Tendō.
Tirada en el sofá estaba la ropa que Enju se había quitado. En el lavabo de la cocina había una gran cantidad de platos sucios.
El sofá en la recepción era el lugar favorito de Tina. Gobernada por sus instintos nocturnos, a menudo se acurrucaba allí, durmiendo como un gatito.
Mirando hacia el sofá, parecía que las arrugas causadas por su peso estaban todavía allí, pero Tina no estaba presente. Encima de la mesa de la recepción, había una tarea de matemáticas a medio hacer, además de una pila de polvo de borrador.
Se escuchaba el agua fluyendo. Atravesando la cocina, podía verse el lavaplatos desbordando. Los calcetines de Rentarō estaban empapados de agua fría.
A pesar de la fuerte impresión de que había personas viviendo aquí, no había nadie presente. Era casi como el incidente del Mary Celeste, donde el barco fue encontrado en el atlántico pero no había nadie allí.
Por alguna razón, todas las personas que Rentarō conocía ya no estaban.
Kisara se había ido. Enju y Tina estaban vivas o muertas. Los días del pasado se habían vuelto irrecuperables. La oficina se había convertido en una cáscara vacía. Videos de los momentos felices de Seguridad Civil Tendō pasaron por su mente como si estuvieran en un bucle, superponiéndose con la imagen actual de la compañía. Por desgracia, los actores de esos videos, se habían ido para siempre.
Un dolor indescriptible lo recorrió.
Rentarō sintió un remordimiento incomparable, arrodillándose para llorar con la cabeza entre sus manos. Un quejido brotó de su garganta como una rana siendo aplastada. Todo es mi culpa. Todo es porque no pude salvarlas.
De repente, escuchó que alguien lo llamaba. Era la voz de una chica. Lo llamaba desesperadamente.
Movió su cabeza para buscar a la dueña de esa voz. ¿Dónde está? ¿Desde qué dirección viene? Era una voz que no le pertenecía ni a Enju, ni a Tina ni a Kisara.
Sí, esa voz era…
El sueño en su mente fue cortado. La conciencia de Rentarō despertó lentamente.
La sensación contra su espalda se sentía muy dura, su cuerpo parecía tan pesado como el plomo. Su ropa estaba empapada de sudor. Tenía la garganta reseca.
La voz llamándolo no se detuvo. Rentarō parpadeó varias veces antes de poder forzar sus ojos a permanecer abiertos.
—¿Qué diablos...? Que ruidosa.
Rentarō se quejó débilmente, su visión borrosa fue enfocándose gradualmente. Quien sacudía su cuerpo mientras lo llamaba era Hotaru. Tenía los labios apretados con fuerza y los bordes de sus ojos estaban rojos. Rentarō se sintió muy sorprendido por lo que veía.
—¡Por lo menos responde de inmediato si todavía estás vivo!
—¿Este lugar es...?
Hotaru limpió las comisuras de sus ojos con una manga.
—la fábrica donde nos escondimos antes.
Sólo entonces, Rentarō reconoció el techo decrepito familiar.
Moviendo su cuello, sus nervios instantáneamente sintieron un dolor intenso. Ahora que lo pensaba, había bloqueado quien sabe cuántas balas con su espalda. Moviendo la cabeza para examinar lentamente su cuerpo, notó que su chaqueta y camisa habían sido retiradas y tenía vendas desde debajo de sus axilas hasta la parte inferior de su abdomen, haciéndole lucir como un viejo Samurái errante sin señor.
En cualquier caso, era evidentemente que había sobrevivido.
Para cuando Rentarō lo notó, Hotaru había vuelto a su comportamiento habitual. Haciendo Hmph, levantó los ojos con orgullo.
—Las balas han sido sacadas. No debe haber quedado ninguna pero no puedo garantizarlo.
En la bandeja de metal junto a ellos, podían verse pinzas y algodones manchados de sangre.
—Wow, no puedo creer que hayas sido capaz de extraer las balas.
—Me había tratado a mí misma en el pasado.
Casi sin entenderlo, Rentarō miró frenéticamente hacia ella.
—¿Así que te han disparado muchas veces?
—En efecto. ¿Y qué?
—Uh, eso no es algo menor...
Rentarō vaciló por un momento, preguntándose qué era lo mejor que podía decir, entonces notó los círculos oscuros bajo los ojos de Hotaru.
—¿No has dormido?
Parecía que Hotaru pensaba que era vergonzoso que los demás vieran sus ojeras, por lo que cubrió sus ojos con ambas manos. Sólo después de forzarse a sí misma a aceptar ese hecho, hincho su pecho con orgullo.
—De hecho, no dormí anoche. Gracias a un cierto tonto. Debes asumir la responsabilidad.
Rentarō sonrió irónicamente.
—Oye, ¿qué fue eso?
Hotaru murmuró repentinamente con una voz apenas audible:
—Hacerte daño para protegerme... ¿Por qué sigues haciendo algo tan estúpido? ¿No te he dicho que eres un cebo? Estoy usándote y tú puedes utilizarme a cambio. No voy a preocuparme por tu vida, y por el otro lado, puedes abandonarme en cualquier momento.
—Ya habías dicho eso...
Para evitar que el ambiente se hiciera demasiado pesado, Rentarō respondió casualmente. Escuchándolo, Hotaru miró hacia abajo y volteó su rostro como si estuviera de mal humor.
—Eres un idiota.
Un extraño silencio descendió. Aunque ninguno de ellos dijo una palabra, definitivamente no era un silencio incómodo.
Aunque Rentarō no odiaba este estado de ánimo, no podía mantenerlo indefinidamente. Todavía había un montón de problemas que debía resolver.
Levantando la mano, señaló hacia el exterior.
—Este lugar es muy caliente. ¿Quieres salir a tomar aire?
La luna podía verse.
La fábrica abandonada estaba cerca de un río. La lluvia que había caído todo el día de ayer había hecho que el agua se elevara. Envuelta en el color de la noche, el agua del rio parecía fluir rápidamente, mientras los sonidos del agua moviéndose relajaban los oídos.
Hotaru y Rentarō caminaban lado a lado a lo largo de la orilla.
A pesar de que era tarde en la noche, aún habían personas mayores paseando los perros o corriendo en chándales pasando por el lugar de vez en cuando. Mirando hacia el agua por un tiempo, Hotaru volteó exasperada.
—¿No te duele? La cirugía del Nuevo Plan de Creación Humana debe ser increíble. Incluso te ayuda a controlar el dolor.
—Sí, es como dices.
Rentarō le mintió a Hotaru. Sus heridas todavía dolían bastante, pero si hablaba con honestidad, seguramente sería obligado a acostarse y descansar.
Rentarō no podía permitirse eso.
Confundido, Rentarō recordó su sueño de antes. Estaba llorando dolorosamente en la Seguridad Civil Tendō después que Kisara, Tina y Enju se habían ido… Definitivamente había sido un sueño.
Si no intentaba darlo todo para rescatarlas, eso iba a suceder en un futuro próximo. Ese sueño tal vez no era más que una predicción del futuro. Precisamente por eso, el tiempo era esencial.
—Rentarō, mira esto.
Observando el objeto que Hotaru sacó de su bolsillo, Rentarō pensó que era la hoja de un árbol que se había caído en un principio.
Pero luego notó que era una llave bastante rara. El arco de la llave tenía la forma de una hoja de arce mientras que la llave era de color rojo, probablemente debió haber sido tratada químicamente. Podría considerarse un artículo exquisito hecho meticulosamente.
—¿Qué es esto?
—Estaba en Sword Tail.
Rentarō se sorprendió mientras examinaba el objeto nuevamente
—Su teléfono celular fue roto por Dark Stalker, por lo que esta fue la única pista que quedó.
Rentarō se frotó la barbilla.
—Me pregunto qué es lo que abre esta llave...
Hotaru sacudió la cabeza y murmuró: No pude adivinar que era.
A pesar de no tener ninguna respuesta sin importar cuanto lo discutieran, decidieron guardar la llave por ahora.
Entonces, Hotaru sacó una hoja de papel doblada de su bolsillo.
—Hay algo más, esto.
Rentarō sólo lo notó después de tomar el papel y abrirlo hacia arriba. Era el informe de análisis que Rentarō le había pedido a Miori.
Rentarō se quedó mirando el papel, casi abriendo un agujero en el a través de su mirada. En el mismo, había una lista de productos químicos de los cuales no había escuchado hablar antes. Sólo con mirarlos una vez era suficiente para causarle dolor de cabeza.
—¿Cómo diablos se supone que lea este documento?
—No conozco bien los detalles, pero Miori-san dijo que nos fijáramos en esto.
Rentarō miró hacia donde Hotaru señaló, comprendiendo de inmediato.
0.1 Miligramos de Trihidroxicina fueron encontrados en la muestra de células Gastrea.
En ese momento, Hotaru y Rentarō fueron envueltos por una densa sombra. Un tren pasaba sobre un puente elevado, haciendo un ruido ensordecedor. Una vez que el tren pasó, lo único que queso fue paz, silencio y tranquilidad.
—Trihidroxicina... No puede ser…
Hotaru entrecerró los ojos.
—¿Sabes lo que es?
Rentarō asintió, mirando los ojos azules en su pequeño rostro.
—Hotaru, ¿cuánto sabes acerca de la Guerra Gastrea?
Hotaru se encogió de hombros, al parecer, sin entender porque Rentarō le preguntaba eso.
—Soy de una generación inocente. Para mí, la Guerra Gastrea es sólo una leyenda.
Rentarō cerró los ojos y comenzó a buscar a través de sus terribles recuerdos de la guerra.
—Durante la guerra, con el fin de detener al Gastrea cuyos números estaban creciendo descontroladamente debido a la infección, los humanos investigaron desesperados sin poder obtener nada. Cualquier tipo de ética y principio moral, fue hecha a un lado. Se hizo la vista gorda a una escala global. Esta situación, dio lugar a la propagación de bombas de racimo, gases venenosos, uso desenfrenado de minas terrestres, modificación genética, experimentos humanos y todo tipo de atrocidades. El Nuevo Plan de Creación Humana es uno de esos hijos bastardos.
—¿Es lo mismo con la Trihidroxicina?
Rentarō asintió.
—La Trihidroxicina fue reconocida por primera vez como un medicamento revolucionario capaz de inhibir la proliferación del virus Gastrea, pero fue prohibido de repente. Sus efectos eran de muy corta duración, pero causaban que el virus desarrollara resistencia, haciendo su desarrollo aún más violento. Sin embargo, esta droga también se convirtió en el centro de atención debido a otro uso.
—¿Otro uso?
—Cuando se utilizaba en personas o Gastreas, provocaba un poderoso efecto sedante. Por lo que, incluso fue utilizada ilegalmente durante un tiempo. El recuerdo de la Trihidroxicina se filtró de nuevo a la sociedad a través del mercado negro, produciendo graves problemas sociales.
Los resultados de las investigaciones de los seres humanos, a menudo conducían a resultados poco esperados.
Por ejemplo, el subproducto del metabolismo del hongo Penicillium, en otras palabras, la penicilina, fue capaz de salvar millones de vidas como un antibiótico. Y también estaban las sustancias como la Trihidroxicina, que originalmente fueron hechas con buenas intenciones, pero llamaron la atención de las fuerzas oscuras y fueron corrompidas notoriamente.
Rentarō obtuvo un enorme agujero en su abdomen durante la batalla contra Kagetane Hiruko y logró volver de la muerte gracias a la droga experimental AGV, oficialmente nombrada como un medicamento experimental contra el virus Gastrea. También fue el intento fallido de Sumire por inhibir la proliferación del virus Gastrea, pero terminó como otro ejemplo de esos medicamentos que obtienen fama por sus efectos distintos.
—¿Por qué esta sustancia fue encontrada en las células Gastrea?
—No estoy seguro todavía... Debido a convertirse en un grave problema social, hubo una dura penalización contra esta droga y los mayoristas comenzaron a elegir a sus clientes cuidadosamente. Este tema no ha llamado la atención durante mucho tiempo, por lo que me olvide por completo de él.
—Hey Rentarō, ese efecto sedante también funciona en los Gastrea, ¿cierto?
—Funciona sin importar si es humano o Gastrea. Por supuesto, ya que el virus Gastrea sobresale por la eliminación y neutralización de objetos extraños que invaden el cuerpo, se requiere una dosis masiva de Trihidroxicina si se quiere producir un efecto fuerte y duradero en un Gastrea.
—Es exactamente por eso que se encontró esa sustancia en el análisis celular, ¿no?
Rentarō de repente pensó en algo:
—Uh, pero hablando de eso, ¿qué está planeando el Five Wings Syndicate sedando a los Gastrea? ¿En qué consiste el llamado Proyecto del Cisne Negro? Hotaru sacudió la cabeza silenciosamente.
Cuanto más pensaba, más delirios desagradables aparecían en el corazón de Rentarō, sin poder disiparse.
El problema era de dónde provino la Trihidroxicina que obtuvo el Five Wings Syndicate.
Se requerían conexiones si se quería adquirir una cantidad más allá de cierto nivel, lo que inevitablemente significaba negocios por debajo del suelo. Gracias a eso, también podía exponer sus intentos y movimientos como resultado.
—Negocios por debajo del suelo, ¿eh? —murmuró Rentarō.
—¿Tienes conexiones que puedan servir como ejemplo?
Las profundidades de los ojos de Hotaru brillaron intensamente.
Parte 2[edit]
Desde la mañana hasta el mediodía del día siguiente, Rentarō se centró en la recuperación de sus lesiones. Ya era de noche para el momento en que hizo su siguiente movimiento.
Tomando un tren para visitar el área exterior, llegaron al distrito treinta y uno del área de Tokio.
Para esta época del 2031, aunque no había signos de reconstrucción en las áreas exteriores, que en su mayoría eran ruinas, las partes más interiores de las antiguas prefecturas de Shinkawa, Koto y Minato, encerradas dentro de los monolitos de la bahía de Tokio, tenían relativamente pocas ruinas.
Rentarō sabía que era muy cómodo usar ese tipo de lugares para reuniones clandestinas. Además, aparte de los residentes, casi no había personas de la ciudad alrededor de las calles en las noches, por lo que atraía menos atención.
Pero aun así, no podía darse el lujo de ser descuidado.
La persona con las que estaba a punto de encontrarse, era miembro de los Yakuza. Ellos eran muy hábiles para esconder cadáveres en el área exterior.
Después de conocer la ubicación del lugar de reunión, Rentarō se preparó para hacer una larga caminata después de bajar del tren, pero nunca espero que fuera casi hasta el límite de los monolitos.
Como si absorbiera la ciudad en un negro puro, el monolito se mantenía visible en el cielo nocturno, por lo que proporcionaba un sentido de dirección.
Después de caminar un rato, finalmente pudo sentir el olor de la brisa marina.
Subiendo a la parte superior de unos escombros que sobresalían, Rentarō miró el espejo negro de la superficie del agua, ondulando suavemente, reflejaba la luna tenue, brillando intensamente.
El sonido de las olas se sentía agradable a los oídos. Rentarō contemplo la gigantesca oscuridad del monolito frente a él.
En el muelle junto al mar, había una fila ordenada de lo que parecían ser almacenes pescaderos. Comprobando el número en la hoja de papel con el que estaba escrito en las paredes, Rentarō avanzó hasta que finalmente llegó a un centro más grande que todos los demás edificios.
Era probablemente una fábrica para la limpieza y organización de mariscos después de que fueran llevados hasta la orilla.
Cubiertas por la marea, las palabras en las paredes eran imposibles de leer. Pero después de verificar la dirección, estaba seguro de que era el lugar correcto.
Para cuando llegó, ya era medianoche.
Una persona a la que Rentarō quería conocer mejor estaba junto a él.
—Así que este es el mar...
Sin preocuparse de lo que pensaba Rentarō, Hotaru miró vacilante hacia el mar con una reverencia.
—¿Nunca lo habías visto antes?
Hotaru asintió con la cabeza en respuesta.
—¿Puedo ir a echar un vistazo?
Rentarō sonrió torpemente.
—No necesitas mi permiso, ¿cierto?
Debido a la protección de los campos magnéticos del Monolito, las personas podían entrar libremente en el agua e incluso nadar en el mar, siempre y cuando no se alejaran demasiado de la orilla.
Pero en el 2031, cuando las personas tenían miedo a los Gastrea marinos, nadar en el mar era equivalente a una enfermedad mental.
La industria pesquera fue esencialmente eliminada. Aunque existían acorazados fortificados con cascos de Varanium, la situación definitivamente no era segura. El suministro de productos marinos dependía solamente de la acuicultura a lo largo de la costa, por lo que, los precios eran enormemente altos. Rentarō creía que eso no podía evitarse.
Olvidando a Rentarō, Hotaru corrió hacia el mar que veía por primera vez. Sorprendida por lo fría que estaba el agua, sostuvo un poco en su mano y la acercó a su boca, emocionándose ante el sabor desconocido.
—¡Mira, Rentarō, es salada!
—¡Por supuesto!
Los ojos de Hotaru, llenos de curiosidad, eran casi como los de un niño. Por lo que Rentarō recordó a Enju.
Hablando de eso, cuando conoció a Enju, también estaba llena de hostilidad. Rentarō no pudo evitar sonreír irónicamente.
—Hay un monolito muy cerca. ¿Estás bien?
Las Iniciadoras también llevaban el virus Gastrea en sus cuerpos. Dependiendo de la velocidad de corrosión viral, acercarse al Varanium causaría todo tipo de efectos en sus cuerpos.
—No hay problema. Mi nivel de corrosión esta sólo un poco por encima del diez por ciento.
—¿Realmente...? Al menos eres diferente a Enju en eso.
—¿Qué dijiste?
—Nada...
Rentarō miró hacia el mar que se extendía infinitamente, recordando a Enju que había sido llevada por la IISO.
… Enju, seguramente te traeré de vuelta.
Justo en ese momento, se escucharon pisadas desde alguna parte. Rentarō volteó hacia atrás para ver a un hombre acercándose sin ninguna prisa.
No era alguien joven ni viejo. Su edad era desconocida. Vestido con un traje completamente blanco, su piel color marrón oscuro, carente de brillo, daba la impresión errónea de que tenía una edad avanzada, pero el brillo de sus ojos era muy vigoroso. Los instintos de Rentarō como Promotor le dijeron que no era alguien de fiar.
—¿Eres la persona que envió el señor Abe?
Rentarō asintió en silencio.
Antes de venir aquí, Hotaru y Rentarō habían contactado con Tiburones de financiamiento Koufuu en el cuarto piso del edificio feliz, quienes habían estado contentos por organizar una reunión con los Yakuza.
Los contactos de Rentarō estaban siendo vigilados prácticamente todos por la policía, pero nadie imaginaria que contactara con los Yakuza, ¿cierto? Por tal motivo, tomó esa decisión.
A pesar de haberse reunido un par de veces antes, Abe Shouki parecía inesperadamente nervioso cuando se encontró con Rentarō.
Después charlar un poco de forma informal, le había prestado un encendedor para que encendiera un cigarrillo, antes de por fin mostrar una expresión más relajada. Abe le dijo a Rentarō que la razón de eso fue debido a que su apariencia había cambiado tanto que se sintió sorprendido…
De hecho, Rentarō llevaba gafas de sol para evitar ser rastreado por las cámaras de seguridad. Además, en los últimos días, tampoco había tenido oportunidad de afeitarse. Probablemente debido a que no había comido adecuadamente, su rostro parecía más delgado.
Tan pronto como pensó en eso, negó con la cabeza. A lo que Abe se refería probablemente no se limitaba a la superficie.
Habiendo caído en una trampa disimulada e intentando cambiar las cosas, Rentarō había cambiado por completo. Para alguien como Abe, que vivía en el mundo de los Yakuza, Rentarō exudaba un aura intimidante a primera vista.
Para alguien que había sido llamado el salvador del área de Tokio hace poco, Rentarō no pudo evitar sonreír irónicamente al pensar en esto. Cuando le preguntó a Abe acerca de los mercados negros para la Trihidroxicina, Abe le explicó la situación con una expresión complicada.
Según Abe, la cantidad de Trihidroxicina circulando por los callejones estaba disminuyendo, resultando en un aumento de los precios. Por otra parte, una misteriosa organización estaba acaparando los suministros de Trihidroxicina.
Finalmente, Abe le prometió a Rentarō que lo contactaría con alguien a cargo de las entregas para que le explicara las cosas de forma más detallada.
Rentarō, permítame añadir un comentario final. Los que estamos en este negocio también tenemos nuestros propios principios. Personalmente, estoy en contra del narcotráfico. Casi la mitad de los ingresos actuales de mi grupo se basa en movimientos de acciones… en otras palabras, transacciones sin involucrar dinero tangible. Creo que esto es mucho mejor que trabajar con drogas. Sólo me degrade a hacer préstamos de alto interés porque odio las drogas. Pero no te hagas la idea equivocada de que nuestra organización permanecerá totalmente de tu lado. Si bloqueas los beneficios de mi organización, incluso en lo más mínimo, vamos a deshacernos de ti antes que la policía.
Repitiendo la conversación con Abe nuevamente en su mente, Rentarō sacudió su cabeza para calmar sus pensamientos antes de mirar hacia el repartidor de nuevo.
Mirando hacia la superficie oscura del mar más allá de los rompeolas. El tipo miró de reojo a Rentarō y dijo:
—Entonces, Gran salvador del área de Tokio, ¿qué quieres saber?
Rentarō respondió a la actitud sarcástica del hombre con una actitud fría.
—¿Quién ha estado comprando grandes cantidades de Trihidroxicina últimamente?
—No podemos filtrar información sobre nuestros socios comerciales. En este negocio, la confianza es más importante que cualquier otra cosa.
Rentarō se impaciento. Habiendo visto a otras personas utilizar esa actitud antes, sabía que era lo que quería.
—Corta el rollo. ¿Cuánto quieres?
El hombre hizo una sonrisa lasciva y levantó tres dedos. «Ha, el precio de la información es mucho mayor en estos días.
Sacando provecho de la desgracia de los demás, no era más que una hiena sedienta de sangre.
—Te pagaré el doble de eso. Pero después de que todo termine.
—Hey amigo, eso ni siquiera es gracioso.
—Estoy corto de dinero en este momento. Una vez que me ocupe de las cosas, pagare el doble.
—¿Por qué debo creer en una promesa vacía como esa?
—Si muero, no obtendrás un solo centavo. No quieres hacer todo este trabajo para terminar con nada, ¿cierto? Por suerte, soy tan famoso que incluso conocías mi rostro, por lo que no tienes que preocuparte porque escape.
—¿Qué pasa si me niego?
—Entre tú y yo, sólo uno de nosotros saldrá de este lugar con vida. Voy a ser franco, no tengo la intención de morir aquí.
La brisa del mar soplo contra el uniforme de Rentarō y el traje repartidor, agitándolos violentamente.
—Quiero el triple.
Rentarō asintió.
—Hablemos entonces.
El hombre sacó un cigarrillo de su traje y lo encendió. El humo rápidamente fue arrastrado por la brisa del mar.
—Para ser honesto, no sé demasiado sobre el cliente. Sólo sé que tienen un intermediario para encontrarse conmigo. Ese tipo tiene los labios bien cerrados. No hacer preguntas es la regla de este negocio. Todo vale siempre y cuando pagues dinero…
—¡Hey!
Rentarō estuvo a punto enojarse antes de que el hombre extendiera su mano hacia él.
—Paciencia, paciencia. Sin embargo, cada vez que la otra parte desembolsa el dinero, me pide que entregue la Trihidroxicina a una ubicación específica. Es un lugar un poco inusual, por decirlo de alguna forma.
—¿Inusual?
—El área exterior cerca de un monolito. Hay una alcantarilla abierta que conduce a algo así como un túnel subterráneo. Todas las veces, me limito a tirar los medicamentos por allí. Supongo que su base debe estar abajo o algo así.
Rentarō sintió que había encontrado algo.
—Hotaru.
Rentarō volteó para mirar a la chica de cabello violeta junto a él. Haciendo una expresión que demostraba que no podía ocultar su excitación, asintió con la cabeza.
—Finalmente una pista. Ese lugar fácilmente podría ser la base del Five Wings Syndicate.
Rentarō le pidió la ubicación exacta de la alcantarilla, que resultó estar exactamente opuesta se su posición actual, en las áreas exteriores del otro lado.
Simplemente viajar allí tomaría mucho tiempo.
Rentarō planeaba dirigirse allí de inmediato, pero en el momento en que se dio la vuelta, el tipo lo detuvo y dijo Espera un segundo.
—Hey, ¿qué planeas hacer allí?
—Por supuesto, irrumpiré en su base, los interrogare y llegare al fondo de las cosas…
—A juzgar por el tamaño de sus pedidos, deben tener una gran cantidad de mano de obra. Parece que ustedes dos sólo tienen armas de corto alcance. ¿No me digas que vas a ir en contra de ellos tan pobremente equipado?
—¿Qué diablos estás tratando de decir?
El repartidor se encogió de hombros y respondió de forma poco natural:
—No mucho, es sólo que no recibiré nada si mueres. Si voy a jugar un poco, preferiría apostar en grande. Sígueme. Diciendo eso, el hombre se dirigió a la entrada la fábrica de procesamiento de mariscos.
Rentarō intercambió miradas con Hotaru.
—¿Qué piensas?
—Muy sospechoso, pero nuestra falta de armas es una verdad innegable. Vamos a darle un vistazo.
Aproximadamente a diez pasos del repartidor que caminaba sin mirar atrás, Hotaru y Rentarō lo siguieron.
Para un lugar abandonado en el área exterior, este sitio viniéndose abajo estaba muy ordenado.
Rentarō había visto un montón de ruinas similares antes, por lo que podía distinguir entre lugares abandonados y lugares que simplemente parecían abandonados, pero en realidad no lo estaban. Su instinto le decía que este lugar pertenecía a la última categoría.
Normalmente hablando, lo elementos útiles en los lugares abandonados serian robados por los habitantes de las afueras, pero eso no sucedió aquí. Subiendo a la segunda planta, el hombre finalmente se detuvo frente a una puerta. Sosteniendo la linterna en su boca, giró la manija de una puerta oxidada.
La puerta herméticamente cerrada de lo que debería ser el almacén frío, los saludó con un olor familiar a aceite y metal.
Rentarō se inclinó adelante para mirar. No pudo evitar jadear.
En pocas palabras, se trataba de una bóveda de almacenamiento de armas.
Colgando de las paredes había un gran número de armas de fuego, granadas, rifles de asalto y lanzacohetes. Todos ellos eran de última generación sin excepción.
Rentarō miró sorprendido. El hombre se encogió de hombros y respondió.
—Toma lo que quieras.
—¿Podemos?
El hombre sonrió con torpeza, como si estuviera muy avergonzado.
—Quiero dejar claro esto en primer lugar. No estoy haciéndolo para ayudarte, sino para asegurarme de que vivas para pagarme. No te hagas una idea equivocada.
Rentarō asintió para expresar su gratitud, antes de mirar a su alrededor de nuevo.
Las cajas de madera cercanas se sentían gruesas y húmedas. Usando una palanca que el chico le arrojó, Rentarō abrió la tapa para revelar un relleno de paja y un gran número de metralletas vectoriales KIRSSS.
—Estos de aquí son los rifles de francotirador, ¿no?
Rentarō miró hacia atrás viendo a Hotaru examinar un rifle de francotirador.
—Una Sniper M24 de sistema automático...
Era la unida estándar de rifles de francotirador del ejército de los estados unidos, personalizada de la obra maestra del rifle modelo Remington 700. La mira óptica era un visor de aumento fijo 10x fabricado por Leupold Optics. La versión completamente personalizada era llamada el M24A3 y se supone que era hecho a medida para los militares, por lo que Rentarō nunca espero encontrar uno en un lugar así. Sin embargo…
—Esto no puede golpear a algo sin hacer ruido en primer lugar.
—Vaya, realmente sabes algunas cosas.
—Hay una experta en la empresa donde trabajo. ¿Sabes cómo utilizar ese tipo de arma?
—Sí, he practicado un poco antes. Pero antes, haré un tiro de pruebas a cien metros antes. ¿Quieres hacer uno también?
—Nah, aunque es una rara oportunidad, mi velocidad en los combates cuerpo a cuerpo se verá afectada si uso algo tan pesado, así que es mejor no hacerlo.
Hotaru no se ofendió cuando su sugerencia fue rechazada. Cruzando sus brazos, dijo:
—Ya veo. Entonces, ¿por qué no llevas unos explosivos mientras estás en ello?
—¿Explosivos?
Hotaru metió la mano en una caja de madera y sacó su contenido, colocándolo en línea sobre el suelo.
Las cosas largas y delgadas como plastilina eran probablemente explosivos plásticos. La cantidad aquí era suficiente para ir a la guerra.
Con esa cantidad, debería ser posible enfrentarse a cualquier enemigo.
Tras debatir brevemente sobre las armas, salieron de la habitación, notando que el cielo ya se había vuelto brillante.
El océano pacifico se veía tan tranquilo como un espejo.
Nubes negras venían desde el otro lado del mar.
Rentarō respiró profundamente y luego exhalo.
Era obvio que el momento de la batalla decisiva estaba cerca.
Parte 3[edit]
—¿Realmente? Así que Sword Tail perdió también...
—Sí, es una verdadera lástima.
En la sala de control de la Agencia Central de Desarrollo, comúnmente llamada el Edificio Negro, Hitsuma mirando hacia afuera a través de una ventana.
Mirando fijamente la espalda de Hitsuma, Mitsugi Yuuga se sentía extrañamente conmocionado.
—Al principio, pensé que harías una rabieta.
—Por supuesto que estoy enojado. Pero antes de gritar sin sentido, es más importante hallar una forma de tomar la cabeza de ese chico... la cabeza de Satomi Rentarō.
Yuuga no pudo evitar sentirse impresionado.
Su jefe nada fiable en ningún sentido, aparentemente estaba progresando después de experimentar todo tipo de dificultades.
—Subestimar las habilidades de Kōro Hotaru fue una de las razones por las que fracasamos esta vez. Aunque todavía no sabemos de qué animal provienen sus genes Gastrea, de acuerdo a lo que dijo Sword Tail, aparentemente puede revivir después de haber muerto. Tal vez es una habilidad especial que finge la muerte para engañar al enemigo.
—¿Alguna contramedida?
Pensando Excelente pregunta, Yuuga sacó una bala y la hizo girar con sus dedos.
La bala era negra, y el casquillo brillaba con un limpio bronce. Desde la perspectiva de Hitsuma, no era más que una bala de Varanium ordinaria. Hitsuma frunció el ceño.
—¿Ese es tu ingenioso plan? Hummingbird y Sword Tail también lucharon usando cuchillos y balas de Varanium. Al final, ¿no es eso lo mismo?
—… Espera un segundo, Hitsuma.
Sosteniendo la bala en la palma de su mano, Yuuga continuó:
—Esta bala contiene Varanium concentrado en forma líquida en el interior, también conocida como Bala de Varanium Concentrado. Al instante que golpea a su objetivo, la bala se fragmenta dentro del cuerpo, expandiendo el Varanium líquido concentrado, permitiéndole matar Iniciadoras y Gastreas incluso con una regeneración de Nivel III. Me tomó mucho trabajo conseguir esta.
—¿Regeneración Nivel III?
—¿No habías escuchado de eso antes? Aquellas Iniciadoras o Gastreas que pueden ser asesinados por balas de Varanium comunes, poseen una regeneración de Nivel 1, casi todos las Iniciadoras y Gastreas están incluidos dentro de ese rango, pero aquellos que lo superan, son llamados Nivel II. El Varanium no puede inhibir por completo la regeneración de un Nivel II, pero siempre y cuando los decapites o les prendas fuego, puedes asesinarlos. Entonces, cuando llegan al Nivel III, los miembros amputados pueden incluso reconectarse con el cuerpo. Aparentemente sucede porque las células se comunican mutuamente
—¿Las células se comunican mutuamente...?
Viendo a Hitsuma con un aspecto leve de disgusto como esperaba, Yuuga no pudo evitar sonreír irónicamente.
—Los Nivel IV son aún más sorprendentes. Pueden regenerarse incluso después de perder todos los órganos de su cuerpo. Quienes poseen este nivel sólo pueden ser eliminados con una aniquilación a fondo sin dejar rastro. Ese era el nivel de regeneración de Aldebarán. Pero los Niveles V incluso si los lanzas a un frío extremo, vacío o a lava a varios miles de grados de temperatura, todavía pueden regenerarse tan pronto como regresen a un medio ambiente normal. Esa regeneración es al nivel de partículas. Para la ciencia y la tecnología del 2031, los Nivel V son aquellos que no pueden ser asesinados por medios físicos.
Hitsuma agitó su mano impaciente.
—Suficiente. No quiero saber más.
El hermoso rostro de Hitsuma miró de reojo hacia Yuuga.
—En cualquier caso, quieres decir que la bala en tu mano puede matar a Hotaru, ¿cierto?
—Por supuesto. Sin importar lo excepcional que sea su regeneración, Kōro Hotaru es a lo mucho Nivel II. Nivel III es el límite absoluto.
—En ese caso, voy a dejarte eso a ti. Pero es posible que esas balas que te tomaron tanto esfuerzo obtener terminen sin utilizar.
—¿Por qué piensas eso?
—El escondite de Satomi Rentarō y Kōro Hotaru debería encontrarse pronto. Después del incidente de la ametralladora y el de Shiba Heavy Industries, podemos estimar el lugar hacia el que escaparon por medio de triangulación. Estamos realizando actualmente una búsqueda en esa zona.
Pensando Ya veo Yuuga extendió sus manos y se encogió de hombros.
—Incluso si encuentras su ubicación, la policía ordinaria no será capaz de manejarlos, ¿cierto?
—Es por eso que estoy enviando Seguridades Civiles en este momento.
Yuuga no pudo evitar afilar su mirada.
—¿Seguridades Civiles…?
Hitsuma le ofreció un vaso de papel con café, pero Yuuga lo rechazo con una mano.
—No deberías ser capaz de utilizar a las Seguridades Civiles en este tipo de situación, ¿cierto?
La policía había ocultado su fracaso en el asedio del hotel de la plaza Magata, donde Rentarō había logrado escapar de su barricada. Eso causó que la policía se viera en una situación donde no podía pedir ayuda de otras agencias.
—No necesariamente.
—¿A quién pretendes enviar?
Para evitar desperdiciar el café, Hitsuma lo bebió él mismo.
—Algunas personas son muy adecuadas para esta tarea, por lo que fueron enviadas a la escena inmediatamente después de que escucharon mi explicación.
Desafortunadamente, aún no hay una oportunidad para que puedas entrar en el escenario.
Yuuga pensó silenciosamente en silencio por un rato, moviendo su cabeza al final.
—Aun así, me dirigiré a esperar a Satomi Rentarō, tal como decidí en un principio.
Hitsuma lo miró perplejo.
—¿Por qué harías eso?
—Ya que nunca has luchado contra él personalmente, es probable que no puedas entender la dimensión de este problema. Puedo afirmar que definitivamente llegara hasta mí.
Hitsuma cruzó los brazos delante de su pecho, pensando por un momento, entonces, lanzó el vaso de papel vacío a la basura.
Con un sonido débil, otro vaso de papel se amontono en la pila que estaba en la basura.
—Haz lo que quieras.
Yuuga asintió ligeramente. Hitsuma asintió también.
—Entonces, me dirigiré hacia allá.
—Sí.
Eso fue suficiente como despedida.
Después de salir de la sala de control, Yuuga se dirigió en solitario al campo de batalla.
Parte 4[edit]
El cielo negro rugía de vez en cuando, mientras un impresionante aguacero caía.
El sonido del agua fluyendo a lo largo de los desagües, llegaba a los oídos de Rentarō. En conjunto con el golpeteo de las gotas de lluvia que caían al suelo a través de las grietas, producían una hermosa sinfonía.
Escuchando esos sonidos, Rentarō estaba acostado en la fábrica abandonada.
La humedad era muy alta, pero la temperatura del aire había disminuido un poco. Para Rentarō, este tipo de clima era mucho mejor que el calor insoportable.
Cuando se movía, el polvo detrás de su espalda saldría volando, por lo que, Rentarō intentó permanecer inmóvil y mantener la misma postura tanto como fuera posible.
Dormir en el suelo de la fábrica abandonada, con las ventanas completamente cerradas, se sentía como si estuviera convirtiéndose en un cadáver.
Acostado boca arriba, Rentarō entrelazo sus manos en la parte superior de su pecho, imitando a los muertos a pesar de que aún estaba vivo.
Había acordado con Hotaru que iba a pasar todo el día recostado, recuperándose de sus heridas que aún no habían terminado de sanar.
A pesar de que quería irrumpir en la base lo más pronto posible y descubrir la verdad detrás del Proyecto del Cisne Negro, la condición de su cuerpo no podría soportar el esfuerzo, independientemente de lo que quisiera su corazón.
Después de aumentar sus calorías, este tipo de pensamientos inútiles eran imposibles de detener. Intentar no pensar en nada deliberadamente era una tarea muy difícil.
Rentarō recordó que en el budismo, con el fin de alcanzar la máxima iluminación, había un tipo de entrenamiento que servía precisamente para practicar como detener los pensamientos innecesarios.
En un principio, el rostro de Enju apareció en la mente de Rentarō, siendo obligada a asociarse con otro Promotor.
Habiendo sido un Promotor, Rentarō sabía lo difícil que era disolver una pareja PromotorIniciadora una vez establecida. Además, si el Promotor asociado con Enju descubría su potencial oculto, sería aún más difícil que la dejara ir.
Rentarō nunca había pensado que no podría volver a verla desde los días en que estuvo encerrado en el centro de detención.
Recordando a Enju. Rentarō la extrañaba desde el fondo de su corazón.
¿Restringieron sus movimientos? ¿Se enteró de mi muerte a través de las noticias? ¿Está completamente aislada de los medios de comunicación y el aire libre?
¿Cómo estaría Tina? Si debía ser condenada tras un juicio, tomaría mucho tiempo. Pero tan pronto como Rentarō pensaba en que el juez, los abogados, el fiscal y el jurado, pertenecían a la Generación Perdida, su veredicto no parecía optimista.
Incluso si le garantizaban sus derechos humanos como una persona normal, ella debía estar sentada en una esquina de un centro de detención, abrazando sus rodillas.
Tina había sufrido mucho por culpa de los caprichos de los adultos. Rentarō realmente no quería ser testigo de la conducta vergonzosa de esas personas más. Sin importar la cantidad de dificultades que tuviera que pasar, Rentarō había decidido protegerla.
En ese punto, Rentarō notó que estaba pensando deliberadamente en Kisara.
De hecho, no había pensado en ella en lo absoluto. En cuanto a Kisara quien estaba a punto de casarse con Hitsuma, los pensamientos de Rentarō se congelaban y retrasaban su conclusión de forma indefinida.
Hablando de eso, ¿porque la situación se había deteriorado al punto en que creyó que Hitsuma era una buena persona, e incluso pensó en confiarle a Kisara a él?
Rentarō sintió de repente las comisuras de sus ojos calentándose mientras lágrimas se deslizaban por sus mejillas.
Todo era culpa suya.
¿Cómo sería capaz de mirarla a la cara y decirle algo como «Espero que canceles el compromiso y regreses a mi lado»? Además, incluso había pisoteado la dignidad de Kisara cuando se encontraron por última vez en la sala de visitas.
En ese momento, Rentarō oyó pasos desde abajo. Frenéticamente limpió sus lágrimas y fingió que dormía. Un momento después, las bisagras oxidadas hicieron un sonido chirriante y se abrió la puerta.
Incluso sin voltear hacia ella, Rentarō podía decir que era Hotaru quien había llegado.
—Rentarō, ¿estás dormido?
—No… estoy despierto.
Cuidadosamente empujando la parte superior de su torso hacia arriba, Hotaru sacudió su cabello castaño empapado y utilizó ambas manos para escurrir el dobladillo de su camisa. Debajo de su ropa ajustada por el agua, Rentarō podía ver claramente la cintura delgada de Hotaru, además de las líneas hermosas trazadas por sus pechos.
Notando la mirada de Rentarō, Hotaru envolvió sus brazos alrededor de la parte superior de su cuerpo y de inmediato se colocó en cuclillas. Apretando sus labios con fuerza, miró hacia Rentarō.
—¿Lo viste?
Rentarō se rasco la parte posterior de su cabeza con fuerza.
—Idiota. No siento ninguna alegría por el hecho que vea un palo de golf.
Hotaru no pudo evitar murmurar, pero finalmente suspiró y movió su cabeza.
—Te ayudaré a cambiar las vendas y limpiar tu cuerpo. Quítate la ropa.
Sin esperar una respuesta, extendió la mano hacia la espalda de Rentarō, le quitó la camisa y comenzó a frotarla con sus manos con fuerza. Rentarō fue incapaz de resistirse.
Sintiendo la sensación fría de un pañuelo húmedo recorriendo su espalda, no se atrevía a pensar que mañana seria la batalla decisiva final. A partir de un cierto punto, la actitud de Hotaru hacia él había cambiado completamente. La hostilidad de cuando se conocieron se había ido completamente.
—Realmente estás cubierto de cicatrices.
—Recuerdo que esta fue de la Tercera batalla de Kanto. Esta de aquí fue del incidente del francotirador de Seitenshi. Esta es un poco más vieja, del incidente terrorista de Kagetane Hiruko…
Rentarō las señalo una por una, ninguna de esas batallas había sido fácil. Todas eran los recuerdos de las batallas que habían quedado en su cuerpo. De repente, sintiendo algo suave y cálido presionando su espalda, Rentarō no pudo evitar estremecerse Un momento después, notó que era el cuerpo de Hotaru.
—Lo siento. No pude entenderte por mucho tiempo, Rentarō.
Un silencio descendió sin previo aviso.
En contraste a su exterior frío, los sentimientos internos de Hotaru eran en realidad muy delicados y sensibles. A pesar del corto tiempo que habían pasado juntos, Rentarō podía saber eso.
Efectivamente… a este ritmo...
Rentarō miró de cerca el rostro de Hotaru, antes de tomar una decisión.
—Está bien. Déjame dormir.
Sin esperar una respuesta, Rentarō apagó la linterna y se acostó, usando sus brazos como almohada.
Parecía que Hotaru dudaba en decir algo, respirando cerca de él. Al final, se acostó mientras se escuchaba el ruido de la fricción de su ropa contra el suelo.
Rentarō abrió sus ojos en la oscuridad, mirando el techo ligeramente pálido.
A pesar de la fatiga extrema en todo su cuerpo, no podía permitirse dormir como si nada.
Sin saber cuánto tiempo había estado mirando hacia la oscuridad encima de él, para el momento en que sus se entumecieron por servir como almohadas, pudo sentir a Hotaru respirando profundamente mientras dormía. Sólo entonces, tuvo la oportunidad de sentarse en silencio.
Alcanzando el bolsillo trasero de su pantalón, sacó un pequeño bolígrafo y un pequeño cuaderno que había comprado secretamente en la tienda de conveniencia donde compraron la linterna. Arrancando un pedazo de papel, escribió guiándose por el tacto debido a la oscuridad.
Aunque era demasiado oscuro para comprobar su contenido, colocó la nota junto a Hotaru y silenciosamente se puso de pie. En el momento en que Rentarō comenzó a caminar de puntillas, con el propósito de alejarse, la luz de la linterna apuntó hacia él...
Debido a la luz de la linterna, repentinamente apuntando hacia él, Rentarō cubrió su rostro con sus manos.
—¿A dónde vas…?
El tono de Hotaru era extremadamente frío.
—...
Rentarō no pudo encontrar las palabras que debía decir, y sólo continuó mirándola en silencio.
Notando la nota junto a ella, Hotaru la agarró y comenzó a leerla.
—¿Qué es esto…?
Los ojos de Hotaru se estrecharon completamente, la temperatura de su voz se congelo por completo. Aunque estaba usando su habitual tono carente de emociones, sin duda estaba enojada. El grado en que Rentarō conocía a Hotaru, había llegado a un punto en el que podía saber eso con sólo mirarla.
—Es exactamente lo que está escrito allí. Vamos a separarnos desde aquí, Hotaru. Allí esta anotado lo que debes hacer. Vas a entregarte a la policía y a decirles que te obligue a ayudarme. Aunque no estoy seguro de que tanto la organización enemiga se haya infiltrado en la policía, el inspector Tadashima en la estación de policía Magata es alguien en quien puedes confiar.
—¡Deja de bromear!
—No estoy bromeando.
—¿Estás tratando de deshacerte de mí?
—Más bien, estoy tratando de salvarte.
Después de una pausa, Rentarō continuó.
—Hotaru, actualmente estamos en el borde estrecho de un punto de no retorno. Aunque estoy muy contento de que creas que no soy el asesino, y esa sea la verdad, el enemigo está compuesto de personas poderosas que incluso pueden manipular a la policía. La batalla de mañana seguramente será más dura de las que hemos tenido hasta ahora. Si continuas acompañándome, seguramente terminaras muerta.
Rentarō utilizó deliberadamente un tono áspero y amenazante de voz para asustarla.
Sin embargo, la siguiente reacción de Hotaru supero por completo sus expectativas.
—¿Vas a abandonarme como lo hizo Kihachi-san, Rentarō?
—¿Qué?
La expresión de Hotaru era muy triste. Sus ojos, mirando hacia arriba, eran borrosos por las lágrimas.
—Kihachi-san hizo lo mismo. Comenzando un cierto día, comenzó a distraerse con frecuencia, a actuar a menudo lejos de mí, y a mostrarse preocupado... No me respondía, no importa cuántas veces le preguntara. Le dije que mi cumpleaños se acercaba, y que esperaba que al menos pudiera acompañarme ese día, pero terminamos discutiendo... al día siguiente, me levanté de la cama y encontré una nota suya. La nota decía que iba a hacerse cargo de todo antes de mi cumpleaños. Pero poco después, la policía me llamó para decirme que había sido asesinado…
—Bueno...
Esta situación estaba más allá de su imaginación, no podía calmarse simplemente si la consolaba.
—Incluso ahora, sigo teniendo un sueño al que no tengo idea de cómo hacerle frente. Fingiendo dormir, me levanto de la cama para seguir a Kihachi-san cuando va saliendo por la puerta. Cuando le disparan, yo lo protejo… Kihachi-san derrota al enemigo que le tendió la trampa y tiene la oportunidad de darme las disculpas que no pudo darme por mucho tiempo… Kihachi-san me abraza y susurra unas palabras a mi oído… Vamos a estar juntos a partir de ahora Hotaru.
Hotaru sacudió la cabeza con indiferencia:
—Siempre despierto en ese punto. Al ver la cama excesivamente vacía, no puedo evitar rechinar los dientes de la rabia. Así que esta vez, definitivamente debo proteger a mi pareja correctamente. Por favor, Rentarō, déjame seguir ayudándote… Quiero saber exactamente lo que hizo que Kihachi-san comenzara a actuar de forma diferente, quiero saber la verdad.
Si no estás de acuerdo con mis deseos de venganza, ¡Al menos permíteme enfrentar el futuro! ¡Por favor, Rentarō!
Sus miradas se encontraron. Después de mirarse por una gran cantidad de tiempo, Rentarō finalmente cerró los ojos y dijo.
—… Entiendo. Entonces asumiré la responsabilidad de llenar el vacío en tu corazón después de la muerte de Suibara….
Comprendiendo poco a poco lo que significaban esas palabras, el rostro de Hotaru se iluminó. Ella tenía originalmente la intención de decir algo, paro al final sólo pudo cerrar los labios y mover lentamente su cabeza con un simple Gracias.
Llorando de alegría, Hotaru extendió su mano derecha.
—Entonces, es un placer conocerte de nuevo, Rentarō.
Esta era probablemente la verdadera personalidad de Hotaru. Pensando para sí mismo que era muy linda cuando sonreía, Rentarō sacudió su mano a cambio. Su delicada mano se sentía increíblemente fiable, y despedía un aura cálida y agradable.
—Por cierto, dijiste que tu cumpleaños se acercaba…. ¿Cuándo es exactamente?
—Oh, eso...
Hotaru sacó su celular del bolsillo y dijo Es el momento perfecto, entonces, encendió la pantalla LCD del celular.
El reloj mostraba exactamente las 00:00 hs, el momento justo en que el día cambiaba.
—Hoy es mi cumpleaños. Ahora tengo diez.
El desarrollo inesperado dejó a Rentarō sin habla. Rápidamente busco palabras de felicitación en su mente, pero para empezar, no estaba acostumbrado a felicitar a los demás, así que no pudo hacer nada más que rascarse la cabeza.
Justo en ese momento, sintió repentinamente un intenso instinto asesino, por lo que recogió su Beretta y giró la cabeza.
Hotaru lo notó medio latido más tarde. Sus ojos se hicieron rojos brillantes mientras desataba el poder en su cuerpo.
—Rentarō, ya vienen.
—Sí.
El instinto asesino venía desde afuera de la fábrica.
Sin embargo, el intenso instinto asesino no invadió el lugar inmediatamente. Sino que vaciló por un momento y luego se detuvo.
Tal vez no estaban seguros de atacar, pero también era posible que estuvieran esperando refuerzos.
Rentarō tenía un mal presentimiento.
Sin importar cual fuera la posibilidad, permanecer dentro de la fábrica no sería una buena opción.
—Vámonos. Ven conmigo.
Después de decirle a Hotaru, Rentarō levantó la Beretta y suprimió sus pasos mientras se movía.
La fábrica abandonada donde Hotaru y Rentarō dormían era una fábrica de dos pisos. Debido a que estaba alejada de los barrios, incluso si una batalla estallaba, no había preocupación de que los vecinos despertaban y llamaran a la policía.
Además de eso, el aguacero tomaba un papel importante encubriendo los sonidos de la batalla.
Hotaru y Rentarō se movieron silenciosamente. Escondiéndose detrás de un pilar, caminando por las escaleras donde el concreto caía. Apoyados espalda contra espalda, se asomaron ligeramente para ver el exterior del edificio.
Había tres figuras de pie bajo la lluvia sin ninguna intención de ocultarse.
Rentarō entrecerró sus ojos para ver a las personas. Tan pronto como notó quienes eran, sus pensamientos se quedaron en blanco por un tiempo.
Olvidando ocultarse, Rentarō salió corriendo y se revelo a sí mismo.
—Ustedes... ¿Por qué...?
Iluminados por la luz de la linterna, las tres figuras incluían a un joven alto y dos niñas.
El joven llevaba una chaqueta negra con un par de gafas color piel.
La chica a su lado estaba toda vestida de negro, con una gargantilla en su cuello.
En contraste a ellos dos, la chica restante parecía tan tranquila como el agua de un lago. Todo su cuerpo estaba vestido con una armadura samurái parecida a un exoesqueleto.
Rentarō involuntariamente dio un paso fuera del edificio. La intensa lluvia lo empapo al instante, pero no le prestó atención.
Él conocía esos tres rostros muy bien.
Eran los camaradas completamente confiables con los que había compartido situaciones de vida o muerte en el pasado. En otras palabras, guerreros que valían por cien hombres cada uno.
—Nunca pensé que nos encontraríamos de nuevo tan pronto.
Hablando severamente, la chica con un atuendo de samurái dio un paso hacia adelante, precisamente, era Mibu Asaka. Normalmente cerrados completamente, sus ojos se abrieron un poco y miraron a Rentarō con desprecio. Rentarō había luchado junto a ella para derrotar a Aldebarán.
¿Por qué esta ella aquí ahora?
Debido a que había perdido a su pareja, la IISO debió haber tomado su custodia.
Asaka probablemente leyó la pregunta en la mente de Rentarō y le lanzó una mirada fría.
—Gracias a la policía, estoy temporalmente libre del control de la IISO. Esto con el fin de capturar al fugitivo y malvado Ex-agente de Seguridad Civil.
A pesar de que llevaba una espada japonesa en el pasado, Asaka actualmente usaba un arma especial conocida como «Doble espada». Probablemente fue heredada por su Promotor fallecido. Tocando el suelo con ella, Asaka dijo:
—Estuve esperando por mucho tiempo para volverme a reunir con usted, pero nunca esperé que hubieras caído tan bajo. Prepárate ahora mismo.
Como siguiendo la declaración de Asaka, Tamaki Katagiri escupió en el suelo y lo miró desde detrás de las gafas de sol.
—La policía fue a contratarnos para una misión. Aparte de asesinar y escapar, ¡Incluso estás involucrado en un tiroteo en la carretera y la masacre de Shiba Heavy Industries! Ya he visto la evidencia.
—...
Lo más probable, era que la policía antes mencionada fuera Hitsuma moviendo los hilos desde las sombras. Rentarō no sabía qué tipo de pruebas falsas estaba utilizando, pero teniendo en cuenta el ambiente, era imposible razonar con ellos aquí.
Durante la Tercera Batalla de Kanto, habían reído, llorado y entrado al campo de batalla juntos como un grupo. Pero ahora, esa amistad había sido avergonzada y denigrada por Hitsuma. Rentarō no podía evitar exudar una fuerte intención asesina.
Mientras tanto, el resto de su cerebro estaba intentando analizar el potencial de combate de ambos lados. El resultado causó que Rentarō cayera en la desesperación.
Después de haber servido como su líder antes, Rentarō conocía sus capacidades más que nadie.
—Rentarō, estas personas son tus...
Junto a él, Hotaru hizo una expresión incomoda.
Rentarō asintió en respuesta, pidiéndole que no se preocupara. Ambos iban a combatir uno al lado del otro.
Parecía que Asaka y Tamaki sentían que la confianza generada durante la batalla contra Aldebarán había sido pisoteada, por lo que estaban furiosos. Pero entre ellos, sólo una persona parecía diferente, hablando con una actitud triste.
—¿Por qué no te explicas? Vamos, habla.
La chica estaba sacudiendo su cabeza sin prestarle atención a sus colas gemelas despeinándose. Era Yuzuki Katagiri.
—¡Ya estás todo cubierto de heridas...! ¡Probablemente no puedas ganar contra nosotros! ¡Date prisa y ríndete! ¡No quiero pelear contigo!
—Levanta tu arma.
—¿Uh?
—Lo que quiero decir es que no hagas nada innecesario. No voy a rendirme.
Los rostros de Asaka y Tamaki se inundaron de oscuridad, sus ojos se llenaron de decepción.
Yuzuki dio un paso hacia atrás con una expresión desesperada.
—Tú...
Extendiendo su brazo horizontalmente, Rentarō dejó caer varias partes de su piel ortopédica.
Al mismo tiempo, libero su ojo artificial. El globo ocular negro mostraba patrones geométricos mientras comenzaba a girar.
—Creo que es la primera vez que pronuncio mi título frente a ustedes.
Entrando en una postura preparatoria del Estilo de Artes Marciales Tendō Blue Unity of Water and Sky Estance Rentarō miró hacia sus oponentes y dijo:
—Permítanme anunciar mi nombre y título: ex-miembro de las Fuerzas de Autodefensa Terrestres de Japón, Ejército del Este, Fuerzas Especiales Mecanizadas Numero 787, Satomi Rentarō del Nuevo Plan de Creación Humana. Yo seré su oponente.
—… Ah...
Sacudiéndose intensamente, Yuzuki miró hacia él, sacudiendo su cabeza y mirando hacia abajo. Era imposible saber cuántas dudas había en su corazón exactamente.
—¡Sólo renuncia a ese pensamiento, Yuzuki!
El regaño de su hermano mayor, pareció haber hecho que Yuzuki tomara su decisión. Cuando volvió a levantar la vista, su expresión estaba llena de hostilidad.
El grupo de Tamaki se extendió para rodear a Rentarō.
La batalla estaba a punto de estallar en cualquier momento.
No había ninguna posibilidad de victoria en una batalla prolongada. Rentarō decidió que debían dar el primer paso si querían ganar. Los recuerdos de las veces que habían pelado en el pasado entre si pasaron por su mente.
Sobre la arena que se había convertido en barro por la lluvia, Rentarō disparó un cartucho de su pierna derecha y se precipito hacia adelante. Parte 5 Antes de que Rentarō se lanzara a un combate mortal…
Incluso la lluvia seguía siendo incapaz de llevarse el olor a licor que envolvía toda la calle.
Con colores rojos y verdes, las farolas emitían luz, filtrándose a través de la lluvia. En su camino hacia aquí, el paraguas de Tadashima había golpeado una sorprendente cantidad de borrachos.
Las prostitutas que violaban las ordenanzas municipales con sus constantes ofrecimientos hacían que se molestara. Si llevara puesto su uniforme de policía, esas personas saldrían corriendo de inmediato, pero lamentablemente, no tenía casi ninguna posibilidad de llevar su uniforme después de convertirse en detective.
Sosteniendo el paraguas entre su cuello y hombro, Tadashima extendió un mapa de papel, poco usado en estos días, y comenzó a buscar una dirección. Encontrando la dirección que quería, levantó la mirada del mapa, mirando al edificio frente a él, oscurecido por la lluvia.
—¿Es este lugar…?
Tadashima se preguntó si había cometido un error, pero lamentablemente, el cartel en el tercer piso decía claramente «Compañía de Seguridad Civil Tendō» en palabras escritas de forma impresa.
Realmente quería hacer un comentario irónico sobre el edificio en el que estaba ubicada.
A pesar de ser promocionado como el salvador del Área de Tokio, Seguridad Civil Tendō tenía sus oficinas en un edificio en ruinas donde incluso un bar Stripper no querría abrir.
A pesar de sentir que la persona que quería encontrar no estaría allí en este momento, Tadashima ya había venido a este lugar, por lo que lo único que podía hacer era intentar tocar.
Cerrando su paraguas, Tadashima golpeó el suelo de piedra para sacudirse las gotas de agua, subiendo las escaleras para llegar a la tercera planta. Deteniéndose frente a una puerta de cristal donde una placa con las palabras Seguridad Civil Tendō estaba colgando, presionó el timbre.
Después de tocar el timbre tres veces y confirmar que no había respuesta, estuvo a punto de darse la vuelta y regresar cuando vio una figura a través del cristal.
Por lo que, Tadashima llamó a la puerta y gritó sin descanso «Discúlpeme, soy de la Estación de Policía Magata». Después de un rato, una chica de pelo negro asomó la cabeza acompañada del sonido de la puerta siendo desbloqueada.
—Uh, tiene alguna idea de qué hora es…
La chica dejó las bromas a mitad de camino y luego mostró una expresión de comprensión.
—Es el inspector Tadashima, ¿cierto?
Tadashima saludó y respondió cortésmente:
—Lo siento mucho por perturbarla tan tarde. Respecto al incidente de Satomi Rentarō, ¿puedo tomar un poco de su tiempo?
Kisara parecía bastante indecisa, pero al final, decidió dejar entrar a Tadashima mientras abría la puerta y daba un paso hacia atrás.
Mirándola más de cerca, Tadashima notó que estaba vestida con un camisón de una sola pieza.
Aunque el diseño era simple y poco glamoroso, no era una vista que una joven debía mostrarle a alguien más aparte de su pareja.
La chica no parecía estar preocupada por esto, y simplemente caminó hacia la cocina con pasos vacilantes.
Sus ojos parecían tan huecos como cuencas de cristal, mostrando un sentido de belleza que daba una impresión absoluta de fragilidad, como si corriera el riesgo de romperse al menor contacto. Ya veo, así que esta es la belleza que agita el corazón de Rentarō… Aunque Tadashima entendió eso, fue golpeado por otros asuntos desconcertantes al mismo tiempo.
Después del incidente de Kagetane Hiruko, Tadashima se había encontrado con ella en varias escenas del crimen. Esa chica siempre mostraba una actitud estricta, dándole órdenes a Rentarō con los brazos cruzados y las piernas separadas… Tadashima sólo tenía recuerdos de su actitud altiva.
Pero ahora, era como una persona completamente diferente. Así que ella es este tipo de chica, pensó Tadashima.
En ese momento, notó que algo no se ajustaba con esta oficina llena de humedad.
Era el vestido de novia color blanco puro, usado por el maniquí sin cabeza en una esquina de la oficina. Además, era un material de la mejor calidad posible, posiblemente podría valer varios de millones.
—Yo… voy a casarme.
Tadashima se enfocó en Kisara, que salió de la cocina con una bandeja de té.
—Perdón por ser grosero, pero… ¿cuántos años tienes?
—Dieciséis.
—Oh, ya veo... Legalmente hablando, no hay problema. Pero ¿Qué pasa con la escuela?
—Dejare la escuela.
Una voz dura e indiferente. Sus ojos medio abiertos parecían haber perdido algo, mientras miraban fijamente hacia los pies de Tadashima.
—¿Cuándo es la boda?
—Mañana. Hitsu... Mi novio tiene prisa por celebrar la ceremonia por alguna razón.
Tadashima casi dudó de sus oídos.
—¿Hitsuma? ¿Acabas de decir Hitsuma?
—Sí...
—¿Quieres decir, el superintendente Hitsuma Atsurō del MPD?
—¿Lo conoce?
—Más que conocerlo…
Casi olvidando su propósito original, Tadashima estaba sin palabras desde el fondo de su corazón. Pensar que Hitsuma estaba a punto de casarse y él había fallado en darse cuenta.
Por otra parte, Hitsuma estaba tan impaciente como para celebrar la boda mañana, y con una chica de dieciséis años además.
… Hitsuma escondió este matrimonio del mundo exterior. Pero ¿Por qué?
Kisara se puso de pie, abriendo un cajón de un escritorio de ébano y luego regresó con un reloj de bolsillo de oro en su mano. La tapa del reloj tenia algunas piedras preciosas incrustadas alrededor de ella. Era claro que era bastante caro con sólo un vistazo.
—Hitsuma-san me dio esto como un regalo el día de la entrevista de matrimonio. No tendré que preocuparme por el dinero nunca más.
La voz de Kisara casi sonaba como si estuviera convenciéndose a sí misma en un intento por olvidar algo.
Sin saber qué decir, Tadashima simplemente levantó la taza de té para llevarla a sus labios. Entonces, no pudo evitar fruncir el ceño...
—Perdone, perdone por ser tan grosero, pero ¿Está segura de que este té negro se prepara con agua fría?
—¿Uh?
Un brillo de racionalidad de repente apareció en el ambiente oscuro de Kisara, tornándola completamente roja.
—No es posible, cometí un error de nuevo... Y recibir un invitado mientras estoy vestida así... Soy casi como una idiota...
La expresión de Kisara de repente se trastorno, gritando mientras se cubría el rostro con las manos.
—¡No hay forma!
—¿Uh?
Tadashima notó que algo parecía estar apareciendo entre sus manos. El cuerpo de Kisara se sacudió con fuerza.
—No puede ser... Para ser sincera, no quería casarme con Hitsuma... Realmente extraño a Satomi… Satomi... Por qué... ¿Por qué tuviste que morir? Kisara lloro sin parar. Sus hombros temblaron por su lamento doloroso.
En ese momento, Tadashima por fin comprendió porque sentía ese sentido de disonancia.
Por alguna razón, Hitsuma le había ocultado a Kisara que Rentarō estaba vivo. Por otra parte, después de haber visto los informes sobre el incidente en el hotel de la plaza, ella creía que Rentarō había muerto.
Tadashima instantáneamente se llenó de ira.
De hecho, era necesario esconderles a los ciudadanos el secreto de que Rentarō aún estaba vivo, ya que tenía que ver con el orgullo de la policía, pero debería estar bien decírselo a sus amigos íntimos, tras recalcarles que debían evitar que la verdad se filtrara.
Sin embargo, Hitsuma había hecho que esta joven se casara con el de una forma engañosa. ¿Qué diablos es lo que pasa por su mente?
En el momento en que Tadashima se decidió a revelarle la verdad, una voz de racionalidad le dijo que se esperara.
Algo como eso, probablemente sería visto como un acto de traición hacia Hitsuma Atsurō.
El respaldo de Hitsuma era su padre, el superintendente general Hitsuma, máximo líder de la fuerza policial. Nadie podría predecir su futuro si lo traicionaba.
Sin embargo, Tadashima estaba seguro de que iba a lamentarse en el futuro si mantenía la boca cerrada ahora.
… Eres el único culpable aquí, Hitsuma.
Apoyando sus codos sobre la superficie de cristal de la mesa en la recepción, Tadashima respiró profundamente y luego exhalo.
—Presidenta Tendō, espero que me escuche atentamente. Aunque la verdad se ocultó deliberadamente para salvaguardar el honor de la policía, la verdad es que Satomi Rentarō sigue vivo.
Con el sonido aterrador de algo rompiéndose, Kisara dejó caer la taza de té en su mano y se congeló en su lugar.
Sus ojos, abriéndose ampliamente, se llenaron lentamente de lágrimas mientras se tapaba la boca con ambas manos.
… Como si hubiera sido planeado con anticipación para este momento, un sonido musical de repente se escuchó desde alguna parte.
Era una melodía que Tadashima había escuchado antes. Debido al color del tono, producido a partir de engranajes de acero golpeando un teclado, podía entender que se trataba de una caja musical mecánica.
La fuente del sonido podía encontrarse sin necesidad de buscarla.
—¿Por qué haría eso...?
Mirando fijamente al objeto en la mesa por un buen rato, Tadashima dirigió su mirada hacia el reloj colgado en la pared cuyas manecillas apuntaban ambas al mismo sitio, señalando la media noche...
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