Zaregoto (Español): Volumen 1: Capítulo 1.2
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Si te niegas a ti mismo el hecho de que tu opinión está completamente equivocada, esencialmente estarás en lo correcto.
1[edit]
Desperté a mamporros a la durmiente Kunagisa, forzándola a lavarse la cara, y até su pelo en dos coletas. Entonces, ella todavía medio dormida y yo medio cargando con ella, nos dirigimos al comedor, donde todas las demás personas de la mansión ya estaban reunidas. Una mesa redonda, dos sitios vacíos. Ayudé a Kunagisa a tomar asiento y entonces me senté justo a su lado. Según me coloqué en mi silla, eché un rápido vistazo a cada persona de la mesa. De las doce persona presentes, la más llamativa, y no estoy seguro si es necesario mencionarlo, no era otra que la dueña de la casa, Akagami Iria-san. El concepto de belleza es completamente subjetivo, variando de una persona a otra, así que decir que Iria-san era hermosa era simplemente algo que yo sentía personalmente y nada más. Es más, la doncella Akari-san era mucho más de mi tipo, hablando en cuanto a preferencias personales. Aunque nada de eso importa. En serio. Para señalar algo más objetivo, Akagami Iria era una mujer con clase. Lucía su hermoso pelo negro en un gran bucle, acompañado con un vestido de apariencia cara. Era en realidad un conjunto dispar, pero su excesiva clase lo solucionaba sin problemas. Parecía rondar la misma edad que yo, todavía en la veintena, pero tío, la educación y el linaje sí que tenían efecto en la gente. Por supuesto, también hay otros factores, pero desde luego esas cosas eran importantes. Eso siempre ha sido así. Akagami Iria. La nieta y oveja negra de la Fundación Akagami. “Bueno, dado que Kunagisa ya está aquí, ¿deberíamos comenzar con la mejor parte del día?” Juntó sus manos como haría un niño pequeño. “Que aproveche.” Parecía que todavía era algo inmadura emocionalmente. Era casi seguro asegurar que no era la persona más mundana ahí fuera, pero probablemente le diese igual. Incidentalmente, esta isla, donde la gente era completamente libre de hacer lo que quisiera, tenía una única regla: ‘Todos cenamos juntos’. Era una regla simple que no debería ser difícil de seguir para nadie pero, de hecho, unos cuantos genios no lo hicieron y acabaron dejando la isla. Hay muchas similitudes entre un genio y una persona sin sentido común o decencia. Iria-san se sentaba con dos doncellas a cada lado. A su izquierda estaban Teruko-san y Rei-san. A su derecha, Akari-san e Hikari-san. No había manera de distinguir entre Akari-san e Hikari-san así que no podía decir quién era quién. Teóricamente, uno debería ser capaz de distinguir a unas gemelas por sus expresiones faciales y sus gestos, pero para alguien poco observador como yo, eso era todo un reto. Kunagisa parecía ser capaz de distinguir entre ambas (lo que no era ningún misterio, era Kunagisa después de todo), pero dependiendo de la conversación, parecía tener problemas en distinguir quién era Iria-san. Aunque a nadie parecía importarle. “Bueno pues, alzad todos vuestra copa… salud.” Dijo casi cantando, con su copa bien alto. Todos los demás, incluido yo, hicimos lo mismo. Cabía mencionar que mi copa y la de Kunagisa estaban llenas, no de vino, sino de zumo. Después de todo, todavía éramos menores de edad. Numerosos platos estaba dispuestos elegantemente alrededor de la mesa. Eran las orgullosas obras maestras de la extraordinaria chef Sashirono Yayoi. Empezaré con el plato más cercano a mí y continuaré en ese orden: Asado de cordero, sopa de boniato al cappuccino, terrina de foie gras con ñoquis de trufa, mejillones azules al vapor, anguila belga hervida en salsa verde, arenque en escabeche, sashimi de carne ballena, raviolis en salsa, carpaccio de carne de avestruz, ensalada de frutas, ensalada de patata y huevo y, finalmente, setas salteadas. Sí, estaba sin palabras. Probablemente porque Yayoi-san había creado cada plato especialmente para satisfacer los respectivos gustos de cada invitado. Incluso después de oír los nombres, no tenía ni idea de lo que estaba comiendo. Pero eso daba igual. No es como si el nombre tuviese especial influencia en el plato en sí. Eso creo. Después de todo esto, también había postre. Si piensas en ello, era realmente una cantidad copiosa de comida. Y con Yayoi-san siendo la maestra culinaria que era, la comida estaba tan deliciosa que me olvidé por completo de controlar mi peso. Por descontado, Yayoi-san había considerado esto en su cocina, aparentemente. “Después de considerar el valor nutricional, todavía es así de increíble. Es realmente un genio,” me murmuré a mí mismo más de unas cuantas veces. Hablando de ello, había hablado con Yayoi-san un poco durante la comida. Cuando fui al comedor, resultó que era la única persona en los alrededores, así que use la oportunidad para indagar sobre los populares rumores sobre ella. En otras palabras, ¿cuál era el poder secreto que le permitía realizar cualquier plato mejor que cualquier otro chef? Esa era mi pregunta. Al oír eso, Yayoi-san me dirigió una curiosa sonrisa. “Me temo que la realidad no está a la altura de las leyendas. Al contrario que Himena-san, no tengo ningún tipo de superpoder. Es solo esfuerzo y disciplina, básicamente.” “¿En serio?” “Bueno, supongo que puedo imaginarme como puede haber comenzado un rumor así. Mi sentido del gusto y del olfato son un poco, bueno, bastante más potentes que los de una persona corriente.” Chasqueó la lengua. “Para dar un ejemplo anecdótico, esto, bien, como Helen Keller. Era ciega pero decía que podía distinguir a las persona solo por su olor. Yo soy algo parecido a eso. Mi sentido del olfato no es tan increíble pero, por ejemplo…” Tomó mi brazo y, sin aviso, lamió la palma de mi mano. Nunca habría soñado que las cosas habrían acabado así, y casi dejé escapar un gemido, aunque de alguna forma logré contenerlo. Con su lengua todavía fuera, mostró una sonrisa intelectual. “Tu grupo sanguíneo es AB, ¿verdad?” dijo. “Negativo, ¿verdad?” Habiendo dicho eso, recordé que tenía razón. Un médico me había dicho una vez, “tienes un grupo sanguíneo extremadamente raro.” Así que Yayoi-san estaba en lo cierto, pero… “¿En serio puedes saber eso solo lamiéndome la piel?” “Bueno, lamiendo tu sudor, para ser específica. Mi lengua puede distinguir entre aproximadamente veinte mil sabores, dividiéndolos en veinte niveles de intensidad. Mi sentido del olfato es aproximadamente la mitad de bueno, supongo.” Inclinó la cabeza pensativamente. Era un gesto adorable. “No soy inteligente como Sonoyama-san; soy terrible en arte al contrario que Ikubi-san; no soy particularmente habilidosa con las máquinas como Kunagisa-san; desde luego no tengo poderes especiales como Himena-san; y no hay mucho más en lo que sea buena, pero he tenido este gran don desde que era una niña. Deduje que convertirme en chef era la única forma de aprovecharme de ello.” Gusto perfecto lo llaman. Es como si fuese la versión en gusto del tono perfecto, excepto que el gusto perfecto no es algo que puedas adquirir con entrenamiento. En otras palabras, Sashirono Yayoi-san era, para decirlo alto y claro, uno de los afortunados elegidos de Dios. Entre los poseedores de grandes habilidades existen dos tipos de personas: los que son elegidos y los que eligen ellos mismos; aquellos que nacieron con ello y aquellos que trabajaron por ello. Por supuesto, Yayoi-san tenía su ‘disciplina y esfuerzo’, pero era evidentemente del primer grupo. Así que el camino del chef no era algo que había escogido realmente. Había nacido con ese don, y por esa razón había decidido estudiar gastronomía, viajar a Occidente, y pulir sus talentos innatos incluso más allá. La idea de que el sabor condiciona en última instancia a la habilidad de cada individuo para juzgar el gusto. Cómo puede una persona usar y tomar ventaja del sabor como si fuese posesión suya; eso estaba enormemente conectado a la habilidad de uno como cocinero, y esto se reflejaba en la propia cocina de Yayoi-san. Bueno, esa es la lógica básica, pero no significa mucho en la práctica. Para decirlo de una manera mejor, la cocina de Yayoi-san era endiabladamente buena. Si piensas en la mesa redonda como un reloj con Iria-san sentándose a las doce, entonces Sashirono Yayoi-san estaba a las tres, a continuación de Teruko-san y Rei-san. A las cuatro estaba Sakaki Shinya-san. Como podías esperar del hombre que llevaba tanto tiempo empleado como cuidador de Kanami-san, no parecía intimidado en lo más mínimo, y era realmente bastante majestuoso de ver. A continuación suyo se sentaba Kanami-san en posición de las cinco. Detrás de ella estaba su silla de ruedas, la cual seguramente usase para venir al comedor. No parecía estar de mal humor, pero no parecía demasiado alegre tampoco. A las seis estaba Kunagisa. Esto significaba que estaba sentada directamente enfrente de la dueña de la casa, Akagami Iria-san. Eso era más que suficiente para hacerme sentir nervioso, pero no importaba realmente; para Kunagisa, la palabra nervios no existía siquiera en el diccionario. En el asiento de la suerte, el número siete, me sentaba yo mismo. A continuación mía, en el asiento número ocho, se sentaba Sonoyama Akane-san de los Siete Idiotas. Estaba completamente inmersa devorando la cocina de Yayoi-san. Tenía mucho más apetito del que podías esperar. Por supuesto, era humana antes que erudita (tanto si lo admitiese como si no) y no puedes vivir si no comes, pero incluso si te despreocupas de eso, era una auténtica glotona. Incluso yo me sentía satisfecho de verla comer. Me parece que Yayoi-san debe estar realmente orgullosa de verla devorar su comida tan encantada. A continuación de Akane-san, a las nueve, se sentaba la maestra adivina, la poseedora de superpoderes ESP, Himena Maki-san. Aparentemente, en algún momento se había cambiado de ropa, y ahora estaba engalanada en una moda completamente diferente que esta mañana. Llevaba puesto una camiseta escotada con una rebeca rosa palo y unos pantalones con estampado de ovejas. Su pelo se recogía en dos coletas. Posiblemente porque me descubrió observándola me devolvió la mirada con una extrañamente disgustada burla e hincó sus dientes en el cordero asado. Era una expresión que decía, “Lo sé todo pero no diré nada,” y me hacía sentir completamente incómodo. Esto nunca acaba. A las diez y once se sentaban Akari-san e Hikari-san. Teruko-san estaba completamente callada y casi inexpresiva. Solo colocaba la comida en su boca como si se tratase de un proceso mecánico. Para que alguien sea capaz de comer esta comida sin ningún tipo de reacción te hacía preguntarte si tenía sentido del gusto. En contraste con el aire de juventud de la cara de las tres hermanas, Rei-san tenía la apariencia de una mujer madura. No la había oído hablar mucho, pero juzgando por su apariencia, parecía ser del tipo estricto, y a estas alturas ya había oído varias veces las tristes historias de Hikari-san que lo corroboraban. Así que aquí lo tienes. Estos son las doce personas. ¿Número de la suerte? ¿Con una cara así? Balbuceos míos de nuevo. ¿Qué tipo de significado yace en cosas como esas? Estaba obviamente fuera de lugar en este sitio. Podías incluso llamarme la oveja negra. Aunque nunca ha habido un sitio en el que no estuviese fuera de lugar. Ni en Kobe, ni en Houston, ni en Kyoto, ni siquiera en esta isla. En este ancho mundo solo hay un yo. Esto, da igual. Me gusta la soledad. Sin bromas. Incluso si estuviese de broma. “Oh, por cierto, si puedo cambiar de tema…” Dijo Iria-san, desplazando las conversaciones individuales que se habían desarrollado hasta ahora a una pausa inmediata. El poder de dirigir las conversaciones de la mesa yace únicamente en las manos de Iria-san. Era el privilegio egoísta propio de una chica de clase alta. Continuó, elevando la voz. “Parece que ya hay rumores esparciéndose por ahí, así que me adelantaré y haré un anuncio. Es sobre nuestro próximo invitado. El último genio en honrar esta casa.” Todos los ojos se dirigieron hacia Iria-san. Bueno, todos excepto los de Kunagisa, que continuó comiendo su carne de ballena. Intentar y capturar deliberadamente la atención de esta chica era una tarea bastante difícil. “Me gustaría enfatizar que nuestro invitado es poseedor de tales extraordinarios y gloriosos talentos que incluso rivaliza con todos vosotros. Me gustaría mucho darle la bienvenida a esta persona, así que por favor colaborad, ¿de acuerdo?” Cada uno tuvo una respuesta personalizada. La parte de rivalizar con todos parecía haber alterado las cosas. Cada uno intentaba contenerse a su manera, solo el ordinario Shinya-san se atrevió a hablar. “Pregunta. ¿Quién es esta persona? No he averiguado mucho solo a través de los rumores que he oído, pero dicen que es un ‘as de todos los palos’. ¿Es eso cierto?” “Podrías decir eso. Nos hemos visto con anterioridad solo una vez, pero, sí, una fue suficiente. Esta persona es mi héroe.” Observó al techo, evidentemente sumida en sus pensamientos. “Una existencia verdaderamente heroica, para mí. Como un detective en una novela de misterio o un monstruo en una película de monstruos.” ¿Un monstruo? Podía sentir mis cejas elevarse por motu proprio. Iria-san acabada de soltar una referencia sobre películas Kaiju pero, ¿era esa una forma apropiada de describir a una persona? Ese no era el tipo de vocabulario que usas para describir a una persona, incluso si lo hicieses, definitivamente no era un cumplido. “Eso sí que es publicidad agresiva. Suena como si pudiésemos esperar mucho de este individuo,” dijo Shinya-san con una risa estruendosa. “Oigo que esta persona puede hacer todo tipo de cosas como… ¿pintar maravillosamente y demás?” “Nunca lo he visto, pero no me sorprendería. Imagino que algo tan simple como pintar un dibujo no debería ser un reto.” Como era de esperar, esto parecía que había herido el orgullo de Kanami-san. Parecía un poco (con lo que quiero decir ridículamente muy) disgustada. “¿Podríamos ser agraciados con conocer el nombre de este espécimen superior, Iria-san?” Dijo Kanami-san. Su tono era mordaz. También había pensado sobre esto esta mañana, pero Kanami-san en verdad tiene mucho orgullo. No es como si fuese algo necesariamente malo, pero tampoco es algo estrictamente bueno. Lejos de ser mi intención calumniar la forma en la que Kanami-san decide vivir, pero decir como mínimo que sabía que yo nunca podría vivir de esa forma. La expresión de Iria sugería que no entendía por qué Kanami-san estaba tan enfadada (y en realidad probablemente ese fuese el caso), y contestó simplemente “Aikawa-san.” Pura estupefacción. En este momento, parecía que Kanami-san fuese la estúpida. “Poseyendo una extremadamente apretada agenda, Aikawa-san solo permanecerá aquí durante tres días pero por favor sed amables todos vosotros. Aikawa-san es una persona muy importante para mí. Incluso lo podrías llamar amor.” Las mejillas de Iria-san se pusieron rojas. Viendo ese gesto infantil, su audiencia quedó aún más desconcertada. Parecía como si pudiese hacer cualquier demanda, no importa cuán autoritaria, y todo el mundo se lo perdonaría. Poseía ese tipo aire innato en ella. Probablemente su linaje era el culpable de nuevo. “Aun así, Aikawa…” Nunca había oído ese nombre, ignorante de mí. Eché un vistazo a Kunagisa para ver su reacción, pero ella seguía comiendo. Cuando esta chica se centraba en algo siempre era así. Más incorregible que un niño y más difícil de manejar que una fiera. Bueno, de cualquier forma, por lo menos sabía cómo sentarse en una silla. “Oh, estoy deseando que llegue. Pensar que Aikawa-san viene de nuevo. Se lo pregunté tantas veces. Es como un sueño. Oh, ¿qué pasaría si fuese un sueño en realidad?” Dijo aturdida. Juzgando por su estado actual, iria-san debía estar loca por ese Aikawa. Era como si estuviese hablando del hombre del que llevaba enamorada años y años. Pronunciaba su nombre con gran veneración. “Ah, hablando de ello, Kunagisa-san,” dijo, dirigiendo la conversación hacia Kunagisa. “Ibas a marcharte ante de que llegase, ¿no es cierto?” “¿Qué? Oh, sí, sí,” respondió. Nunca dejó de mover los palillos que tenía en las manos. El hecho de que tenía un par de palillos en cada mano era suficiente prueba de sus modales en la mesa. “Sí, cuatro días más.” “Eso está realmente mal. Va a ser una gran oportunidad. Me encantaría que conocieses a Aikawa-san. ¿En serio no hay ninguna posibilidad?” “Me temo que no. Soy de un mundo en el que una vez has planeado algo no puedes cambiarlo. Incluso me llaman el horario de comidas viviente. Ii-chan también, por supuesto.” No me metas en esto, pensé. En primer lugar venir a esta isla nunca fue pare de mi ‘horario de comidas’. Iria asintió con una cara verdaderamente decepcionada. “¿Es así? Dime, ¿podría ser que no te lo estás pasando bien aquí? No parece que salgas mucho tu habitación.” “Soy de un mundo donde la gente no suele salir de su habitación. Pero no, me lo estoy pasando bien. Muy bien. Puedo divertirme donde quiera, cuando quiera y de cualquier manera.” Sus palabras me hicieron tensarme un poco. No había exageración en lo que dijo. Para alguien que está tan inmersa en su propio mundo, nunca hay un momento que no sea divertido. ¿Que qué pasa con las otras emociones? ¿Cómo de trágico debe ser estar siempre divirtiéndose, no importa dónde estés? Eso era algo de lo que ya conocía la respuesta. “Ah, ¿es así?” Iria se encogió de hombros. “Pero Kunagisa-san, seguro que incluso tú encontrarías algún valor en encontrarte con Aikawa-san. Conocer a una persona así, estás destinada a encontrar algo de inspiración.” Como si hubiese estado esperando por el momento perfecto, Kanami-san saltó dentro de la conversación. “Ser influenciado por otra persona es prueba de la mediocridad de uno mismo. De la impotencia de uno mismo. Qué ridículo. No sé qué tipo de persona es este Aikawa, pero sinceramente dudo que haya ninguna necesidad de conocerlo.” “Calma, calma, ¿es eso un hecho?” Interpretar el papel de abogado del diablo con Kanami-san era la elección obvia para Sonoyama Akane. “He pasado muchos años rodeada de las mentes más brillantes del mundo, y sé por experiencia que si no hubiese tenido esas influencias no estaría aquí en este momento. Puedes mejorarte a ti mismo solo con pasar tiempo con gente brillante.” “¿El ER3? Vaya broma. Debes ser estúpida. ¿Por qué querría alguien atarse a una organización así?” Se burló Kanami. “No considero que me esté atando. Cualquiera es libre de moverse como le dé la gana y ayudar a pulir las habilidad de otros.” “¿Libre? No sueltes esa palabra tan fácilmente. Una organización sin restricciones no es una organización. Al fin y al cabo, incluso tú eres un miembro de la jerarquía, ¿no es así? Vaya chorrada. He estado en esta isla contigo bastante tiempo ya, pero desde luego no me siento como si me hubiese refinado. Si acaso, mi valía está decreciendo.” Se observaron fijamente la una a la otra. Actuar de esta forma en frente del grupo al completo, realmente eran infantiles. Era bastante espantoso. Las doncellas intentaron lo mejor que pudieron mediar en el asunto, pero Iria-san tenía un aire de puro regocijo en su cara mientras veía a la pareja de duelistas, así que se contuvieron de meterse en medio. Este tipo de situaciones no eran plato de mi gusto. Mientras tanto, Yayoi-san parecía bastante indiferente también, mientras que Maki-san observaba absolutamente impresionada, y Shinya-san parecía haber escrito la disputa al completo, como si fuese un hecho cotidiano. Era increíble que ni una sola persona pudiese pararlas. Espera, había una. Solo una persona. “Después de todo, Ibuki-san, los humanos son una especie comunitaria. La gente como tú que actúa como mendigos y esperan un trato especial, todos deberían replantearse su estilo de vida, si me lo permitís,” dije. “Supongo que eso significa que no puedes funcionar sin estar rodeado de otras personas. La gente no son peces migratorios, sabes. Y no espero ningún trato especial. Simplemente no me rebajo a mí misma. Vivo honestamente, y valoro las cosas tal y como son,” espetó Kanami. “Hmm, quién sabe.” “¿Que quién sabe? Ah, más preguntas vagas. Piensas que pareces astuto adoptando una postura ambigua sin siquiera expresar tu opinión con claridad. Sí, realmente astuto. ‘Quien sabe’.” Dijo Kanami. “Esto es un poco doloroso de escuchar.” Una voz. Era Kunagisa. Sacó sus labios como un niño malhumorado y miró a Kanami-san. “Esto está haciendo daño a mis oídos, Kanami-san, Akane-chan.” En un instante había atraído la atención de todos. Nadie había esperado que Kunagisa, de toda la gente presente, dijese eso. Había tenido unas cuantas experiencias con Kunagisa en el pasado así que no era algo inimaginable. Kunagisa Tomo odiaba bastante ver a la gente pelearse. Considerando su usual actitud alegre debía haber sido algo inesperado, pero tenía sentido. Era una chica que le encantaba la diversión, lo que significaba que no le gustaban las situaciones que no eran divertidas. La lógica era tan simple como eso. “Lo siento. Me he excedido.” Por increíble que pareciese, fue Kanami-san la primera que se disculpó. En consecuencia, Akane-san no pudo sino admitir que Kanami-san, también, era una mujer prominente con un estatus respetable. “Yo también estaba equivocada,” dijo Akane-san, evitando incómodamente el contacto visual. Ambas bajaron su cabeza y miraron fijamente el suelo. Aunque la atmósfera todavía era incómoda, al menos la disputa parecía haber terminado. Hasta que Maki-san lo arruinó por completo. “Esto se va a poner peor antes de mejorar,” murmuró con un tono de voz helado y una sonrisa siniestramente audaz. ¿Qué intentaba hacer esta adivina de pacotilla metiéndose en medio ahora que las cosas se habían calmado por fin? Mientras tanto, los ojos de Iria-san estaban brillando de emoción. “¿Es eso una profecía?” preguntó. “¿A qué te refieres con que va a ponerse peor antes de mejorar? Esto es tan fascinante. ¿Podrías decírnoslo?” “No lo haré. No voy a decir nada. No.” Según habló, echó un vistazo a hurtadillas en la dirección de Kunagisa. “No soy tan arrogante como para involucrar al resto del mundo.” “¿Qué se supone que significa eso?” Protesté sin pensar. Acerca de Kunagisa, ya había devuelto toda su atención a su ingesta alimenticia. Era como si pensase que esto no era más que una pequeña molestia para ella. “Maki-san, ¿qué quieres decir con eso?” “No hay razón alguna. Igual que tampoco tus acciones la tienen. Sabes, eres, guau, eres el tipo de tío que se enfada por el bien de un completo extraño, ¿eh? Eso no es algo muy bueno. Tampoco es malo per se, pero no es bueno.” “Vaya por dios, ¿y por qué es así?” dijo Iria-san, entrometiéndose en nuestra conversación. O quizás, yo era el que estaba fuera de lugar. “Creo que es una cosa maravillosa el ser capaz de enfadarse en favor de un extraño. No es algo común en el mundo desde luego.” “Eso es porque la gente que puede expresar sus emociones por el bien de alguien más es la misma gente que echan la culpa a otros cuando algo va mal. Detesto la gente como tú.” Tenía que ser la primera vez en mucho tiempo que alguien me hablaba tan duramente directamente a la cara. Lentamente, dirigió su mirada hasta toparse con mis ojos. “Solo te dejas llevar por otras personas. Eres el tipo de persona que ignora las señales de tráfico solo porque alguien más lo está haciendo. Eres una excusa abominable como ser humano. A menudo se dice lo de ‘armonizar sin aceptar’, pero en tu caso joven, es más que aceptas sin armonizar. No diré que es algo malo. No diré nada como eso. La identidad de uno y la valía de uno no están siempre conectadas. Un tren que se mueve por unas vías es mejor que uno que no lo hace. Así que no diré nada parecido. Pero odio a la gente como tú. La desprecio. Gente que siempre le echa la culpa de las cosas a otros, que nunca reconoce su propia responsabilidad.” Solo dejarse llevar por la corriente. Para ser sinceros, así es como vivía. Aun así… “No recuerdo…” Lo odiaba. Desde que conocía a Kunagisa había crecido completamente asqueado por ello. “No recuerdo haberte oído decirme eso, Himena Maki-san.” “Oh, ¿estás enfadado? Ja, tu límite está mucho más abajo de lo que esperaba. ¿Eres del tipo de persona cuyo humor cambia con el tiempo?” “Yo…” Devórame. Que te den. Que te den, que te den, que te den… Que te den, puta… “Ii-chan.” (Tirón) Kunagisa me tiró de la manga. “No vale la pena enfadarse por esto.” Kunagisa Tomo. “Vale.” Sentí un escalofrío a través de mi cuerpo. La fuerza se marchó de mi cuerpo. Estaba más allá de la debilidad, cercano a la extenuación. Me hundí en la silla. “Perdón. Solo estaba bromeando, ¿vale?” Le dijo Maki-san a Kunagisa con una terriblemente dulce sonrisa.
Y así la cena de ese día acabó en un pequeño desastre. Por supuesto, los dos días previos no habían ido precisamente sin problemas tampoco, pero la inteligencia de este as de todos los palos parecía haber hecho pedazos algo. La visita a la isla de ese tal Aikawa-san se estaba convirtiendo en algo que temer. Gracias a dios, no estaría aquí cuando eso sucediese, así que no tenía mucho que ver conmigo. No obstante, no tenía idea de por qué Maki-san estaba tan ensañada conmigo. Desde luego no había sido una gran primera impresión para ella, pero esa no podía ser la única razón llegados a este punto. Era obvio que me odiaba, pero eso no era razón suficiente para estar atacándome tan agresivamente. Lo opuesto de afecto no es animadversión, sino apatía. Si simplemente no le gustase, no iría tan lejos como para meterse conmigo de esta forma. ¿Por qué, de entre todo este grupo de gente brillante, estaría Himena Maki específicamente apuntando a una persona aburrida y ordinaria como yo? No teníamos nada que hacer el uno con el otro. Era extraño. Dándole vueltas al asunto en mi cabeza, no pensé ni por un momento sobre la profecía de Maki-san del ‘empeoramiento de las cosas’. Si le hubiese dado algunas vueltas, no es probable que nada hubiese ido de diferente manera pero, echando la vista atrás, no podía evitar arrepentirme un poco. Supongo que no hay nada que pudiese haber hecho sobre ello. Después de todo, solo Maki-san podría arrepentirse de las cosas antes de que sucediesen.
2[edit]
Eran ya pasadas las diez cuando tomé prestado el baño de Kunagisa para refrescarme. Kunagisa se sentaba enfrente de sus ordenadores en la silla de oficina, pero los tres terminales estaban apagados. Solo quería dar vueltas. Debía tener un estómago fuerte. “Date un baño tú también.” “No.” “No me importa esta noche, pero date uno mañana.” “No.” “Mañana te desnudaré, ataré tus manos y pies y te tiraré al baño. Si no quieres eso mejor que lo hagas tu misma.” “Ag, que lata.” Se levantó a medias de la silla para estirarse. “Envidio a los peces. No necesitan bañarse nunca. Hmm, pero me pregunto si tienen frío en invierno. Oh, oh, oh, por cierto, ¿has oído esto antes, Ii-chan? Esto, vamos a ver, digamos que tienes un pez en un acuario. Y digamos que gradualmente elevas la temperatura del acuario. Como la elevas gradualmente el pez no se da cuenta. Llegado un momento el agua se pone tan caliente que hierve, pero el cuerpo del pez se ha adaptado al cambio gradual, así que puede ponerse a nadar sin darse cuenta de lo caliente que está el agua. Sueno como una mentira, pero es verdad. Así que, Ii-chan, ¿qué lección podemos sacar de esto?” “Que el calentamiento global es un problema.” “¡Bingo!” Parecía francamente divertida. Que chica más energética pensé, entonces sin previo aviso, colapsó por completo. Primera la cara, panza abajo, sin detener su caída. Me estremecí. “Au. Eso duele.” Sin duda. “¿Qué demonios estás haciendo?” “Estoy hambrienta…” “Acabas de comerte un maldito festín.” “Eso no importa. Me he saltado el desayuno y la comida, así que probablemente no he comido suficiente. Dormí toda la tarde, así que no tengo que volver a dormir hasta mañana, pero supongo que te tienes que asegurar que duermo y como apropiadamente.” “Los cuerpos humanos no están hechos para sufrir ese tipo de trato.” “Supongo que no soy humana entonces. Cojamos algo para comer, Ii-chan. ¿Me atas el pelo antes?” “Probablemente Yayoi-san ya esté de vuelta en su habitación. Se despierta pronto, ¿así que no crees que ya estará durmiendo?” No podíamos ir y despertarla para que nos hiciese algo de comer. Teníamos que recordar también que era una invitada. “Hikari-chan probablemente esté despierta todavía. La cocina de Hikari-chan es deliciosa también, a la manera de Hikari-chan. Si Hikari-chan también está dormida, Ii-chan, puedes hacerme tu algo.” “¿Por qué yo?” “Bueno, porque te ves increíble desde detrás cuando cocinas.” “Jejeje,” se rio con picardía, todavía bocabajo. “Vale, vale, vale. De acuerdo, de acuerdo. Entendido, señorita Tomo. Primero ataré tu pelo así que ven aquí.” “Vaya, vaya.” Até su pelo en una ligera coleta. Entonces dejamos la habitación y nos dirigimos al comedor. “Ah, por cierto, siento lo de antes.” “¿El qué? Ah, sobre lo de Maki-chan. Ya, está bien. Te perdonaré. Pero en serio, comparado con hace un tiempo te has vuelto blando. No creía que la dejarías marcharse con un simple comentario como ese. Me pregunto si vivir en Houston te ha reprimido o algo.” “Sí, bueno, vivir en un desierto como ese durante cinco años, tus creencias empiezan a cambiar. No creo que importe que fuese un desierto.” “Deberías contármelo algún día. Lo que pasó allí y eso.” “Tú también has cambiado mucho. No tanto por fuera, sino por dentro.” “No hay nada en este mundo que no cambie. Es pantha rhei.” “¿Handa Rei?” “El ciclo de las cosas… Ii-chan, se supone que eres inteligente así que ¿por qué no sabes nada?” “Es solo mala memoria. Lo único que quiero es tener una normal y corriente, en serio.” Suficiente con una que me permita no olvidarme de los buenos momentos. Suficiente con una que también me permita darme cuenta de que el mundo está lleno de buenas cosas. “Ah, Akari-chan a la vista,” dijo Kunagisa, y cargó a través del vestíbulo. Eché un vistazo para verlo y, en efecto, Akari-san estaba ahí. Aunque en realidad, a esta distancia no había forma de que pudiese saber si era Akari-san o Hikari-san. También era posible que fuese Teruko-san sin sus gafas. Pero si Kunagisa decía que era Akari-san, seguramente fuese ella. Para cuando llegué a donde ellas, Kunagisa y Akari-san ya habían intercambiado unas pocas palabras. Kunagisa regresó a mi lado y Akari-san continuó por el vestíbulo en dirección contraria. Me pregunté por qué. Debía quedarle trabajo por hacer, incluso a estas horas. Si ese es el caso, estaba yendo más allá de lo normal. “¿De qué habéis hablado?” “Me ha dicho que Hikari-san está en la sala de estar.” “¿Ah sí? Qué conveniente.” Por supuesto no todo en este mundo va tan suavemente. Cuando llegamos a la sala de estar, no solo Hikari-san, sino también Shinya-san y mi archienemiga Himena Maki-san estaban allí. Los tres estaban sentados en un sofá en forma de herradura, ocupados en un ligero debate. En la mesa se encontraban algunas copas y alcohol, más algo de queso en una gran bandeja como aperitivo. Hikari-san se dio cuenta de nuestra presencia inmediatamente y nos llamó con una mano en alto, “Ah, ¡Tomo-san!” Habiendo sido descubiertos no había otra cosa que pudiésemos hacer. Nos dirigimos hacia el fondo y nos unimos a ellos en el sofá. Kunagisa rápidamente ocupó el sitio al lado de Hikari-san, incómodamente forzándome a sentarme al lado de Maki-san. Mientras me dirigía al asiento no podía soportar el pensamiento de girarme y salir corriendo. Era deshonroso huir en frente de tu enemigo. Pero Maki-san, pareciendo ver a través de mí, me saludó con una perversa expresión. “Bienvenido a mi club,” dijo jactanciosamente. “Siento lo de antes. Supongo que toqué un tema delicado,” dijo disculpándose insinceramente. “En serio, lo siento. Cualquiera se enfadaría con un tema tan sensible.” “No era un tema particularmente sensible.” “Oh, lo era. Era tan lamentable.” Se burló de mí. ¿Estaría borracha? No, era así todo el tiempo. De hecho, probablemente fuese más agradable cuando estaba borracha. Se bebió su vino de un trago, entonces empujó su copa hacia mí. “Bebe tú también chico. El alcohol es bueno, sabes. Olvidas todas las cosas malas.” “No hay nada tan malo que quiera olvidar.” “Ni hay nada tan bueno que quieras recordar,” se rio por lo bajo. “No creo que tu mala memoria sea la culpable de que no tengas ningún buen recuerdo. Hay pocas cosas felices en tu vida, y unas pocas cosas tristes. No hay mucho de nada en realidad. Está todo vacío. Es un vacío más terrorífico que la oscuridad. Jajaja. ¿No es divertida la vida?” Retrocognición, telepatía. No parecía que los comentarios sobre ella fuesen simples rumores. Era una maldita vidente. “Dame un respiro, Maki-san. Esto es abuso.” “Sí, estoy abusando de ti. Ahora bebe.” “No tomo alcohol. Soy menor de edad.” “Oh, que correcto por tu parte. Pero cielo, estás siendo tan frío. ¡Oh, Ii-chan, eres tan interesante! ¿Es eso lo que quieres oír? Es extraño. Debería llamarte ‘el chico que es frío incluso en verano’.” Puso su copa de nuevo en frente suya con una expresión aburrida en su cara. Aparentemente muriéndose de hambre, Kunagisa acabó con los aperitivos de queso. Se los comía a dos manos, mostrando sus terribles modales. Por supuesto, sabiendo que no causarían ningún daño en esta situación, era difícil que me preocupase por algo como eso. “Son quesos Supremo, Valencay y Maroille,” explicó Hikari-san dulcemente. Aparentemente eran buenos quesos para acompañar con vino. Probando una única pieza me di cuenta de que era delicioso, pero probablemente solo Kunagisa sería capaz de aguantar tantos sin siquiera un poco de agua. “¿Cómo fue con Kanami?” Me preguntó Shinya-san después de un rato, queso en mano. Parecía bastante interesado. “¿Estuvo bien ser modelo?” “Eh, supongo. No hubo problemas.” “Tiene una personalidad horrible, ¿eh?” dijo sin eufemismos, hablando de su jefa nada menos. “Esto, no, no tiene…” “¿Es así? Bueno, yo al menos nunca he conocido una mujer con peor personalidad que ella.” Yo sí. Estaba sentada al lado mío, bebiendo. “No, estuvo bien, en serio… Oh, pero destrozó una de sus pinturas de repente y eso me pilló por sorpresa.” Sonrió. “Oh, eso… sí, sí. Cuando volví al estudio me dijo, ‘Shinya-san, deshazte de esta basura’. Era como, ‘¿Qué eres, Picasso?’ Siento eso. Esa es su forma de ser. No le prestes atención. Esa mujer ha obtenido mucho éxito sin apenas esfuerzo, así que es muy obstinada. No puede vivir sin actuar como un pez gordo.” “¿Su forma de ser?” “Sí, ya sabes. Si actúa así, parece una artista de clase mundial, ¿no crees? ¿No te dijo todo tipo de cosas artísticas? ¿Cosas presuntuosas? Así es como es.” “Bueno, pero, esa es su verdadera naturaleza, ¿verdad? Quiero decir… yo creo que lo era.” “Oh, por supuesto. Es incuestionablemente su verdadera naturaleza. Pero no tiene que decir ese tipo de cosas, ¿no es así? Si fuese una verdadera artista no hablaría de esa forma. Kanami es un genio, eso es cierto, pero está lejos de ser una artista. Solo se está dando a ella misma esa imagen. Al menos eso es lo que yo pienso. Apreciaría si se deshiciese de esa fachada, pero ya sabes como es.” Parecía un poco triste. “En serio.” Continuó tomando un trago de vino. Saliéndonos un poco de tema, la copa de vino le encajaba bastante bien con su personalidad. Era un poco envidiable. “Esa es la razón por la que le pregunté si podías ser su modelo. No hace muchos retratos, sabes.” “¿Ah sí? Pero dijo que ella no escogía sus temas.” “Bueno, no lo hace, pero… Es una cuestión de gustos. Odia a la gente. No importa lo bien que los dibuje, ellos se quejan. Además, ya sabes, como solía ser ciega, y ahora sus piernas se encuentran mal, y por encima de todo porque tiene ese tipo de personalidad, no se lleva bien con nadie.” “Así es como son los genios.” El único genio del que he oído hablar que era bueno en las relaciones humanas fue Gauss. Supuestamente, las personas como Miguel Ángel eran ampliamente odiados. Aunque para empezar, con Miguel Ángel era porque a él no le gustaba nadie tampoco. “No tienes que ser un genio para ser torpe socialmente,” intervino Maki-san con una expresión de falsa inocencia. En efecto. “Esa mujer tiene mucho orgullo por llegar hasta donde está por sí misma. Así que no es ninguna sorpresa que no se lleve con Sonoyama-san.” En efecto, Akane-san, la cual había pulido sus talentos en una atmósfera grupal como el ER3 System, y Kanami-san, que irradiaba individualismo, eran prácticamente polos opuestos. Era natural que nunca se caigan bien. “Fui yo el que le enseñó arte a Kanami-san,” dijo Shinya-san. “Sus ojos mejoraron, y… tienes que entender que en aquél entonces ella no tenía nada. Ni familia, ni conocimientos especiales de los que hablar. Así que le di un pincel. Solo estaba intentando confortarla, pero un mes más tarde ya me había superado.” “¿Así que tú también eres un artista?” No había oído nada sobre eso. Encogió su hombro derecho, un poco avergonzado. “Después de Kanami-san me superase lo dejé. Cuando Verrocchio se dio cuenta de que Da Vinci le había superado rompió su propio pincel. Yo también comprendí sus sentimientos en ese momento. Con una persona de tan increíble talento justo a mi lado todo el tiempo, no hay ninguna forma de que pueda pintar cuadros.” Esa mañana Shinya-san me había dicho que los dos éramos similares. No supe a qué se refería hasta ahora. La relación entre Sakaki Shinya e Ibuki Kanami. Era justo como mi relación con Kunagisa Tomo. Aunque hablase mal de ella, estaba claro que Shinya-san tenían un afecto incondicional por Kanami-san. “Así que también eres el tipo de persona que hace todo por otra persona eh, ¿Shinya-san?” dijo Maki-san como si estuviese leyéndome la mente. “Por supuesto, en el caso de Shinya-san, hay cierto encanto, al contrario que alguna gente.” “¿Y por qué es eso?” “No va por ahí echándole la culpa a otros.” Iba a hundirme golpe tras golpe. “Esto, ey, ey…” Interrumpió Hikari-san con una expresión preocupada. “¿Quién quiere algo de beber?” “Algún tipo de soda estaría bien.” “Por supuesto, en seguida.” Cogió una pequeña botella de ginger ale del frigorífico de la sala de estar y regresó rápidamente. Con una brillante sonrisa lo situó a mi lado. “Disfrútalo.” Era desde luego muy trabajadora. Pensé que sería maleducado seguir peleando así en frente suyo así que forcé a mis nervios a punto de explotar a relajarse. Bah, echarle la culpa de las cosas a otros. Maldita sea… Maki-san me tenía en la palma de su mano. “Hikari-san, tráeme una bebida también,” dijo Kunagisa. “¡Por supuesto!” Se dirigió a Kunagisa con otro ginger ale. “Si recuerdo bien, tú también eres menor de edad, ¿no es cierto Kunagisa-chan?” Dijo Maki-san. “Pero está bien, ¿no es así? ¿Qué te parece? Solo una.” “Por favor no la alientes.” “Vaya, vaya, jugando a ser el guardián, ¿no es así?” Se burló Maki-san. “Ah, que maravilloso debe de ser ser joven.” “Pero tú todavía eres joven.” “No, ya tengo veintinueve.” Dijo como si no fuese importante, aunque yo estaba algo sorprendido. Siempre se vestía como un niño así que me imaginé que debería ser de la misma edad que Iria-san. “Guau. Eso significa que tienes la misma edad que Kanami,” dijo Shinya-san. “Entonces, Himena-san, todavía eres joven. Sabes, yo tengo ya treinta y dos años. Una vez pasas la treintena empiezas a notar la edad. Te lleva el viento fácilmente y eso.” “Hikari-san, ¿cuántos años tienes tú?” Me tomé la libertad de preguntar. “Tengo veintisiete.” “Así que Akari-san también tiene veintisiete, ¿eh?” “Sí. Somos trillizas después de todo.” Veintisiete… Repetí ese número un par de veces en mi cabeza. Veintisiete años. Akari-san e Hikari-san, ambas veintisiete. Quizás fuese grosero por mi parte, pero realmente no aparentaban tener veintisiete. Casi me pregunté si había algún tipo de misterioso aire en esta isla que detuviese el envejecimiento. Nah, no creo. Este no era el país de nunca jamás. “Akane-chan tiene treinta, ¿verdad? Y creo que Yayoi-chan tiene alrededor de treinta también. Chico, cuando te sientas y piensas sobre ello, todo el mundo es realmente joven. A Iria-chan le deben gustar las mujeres jóvenes y genios.” “Horrible hobby si me preguntas.” Kunagisa asintió en acuerdo mientras se llenaba la boca de queso. Aparentemente habiéndose topado con una pieza picante, inmediatamente cogió su ginger ale y se lo bebió de un trago, pero parecía que le fue por mal sitio y soltó una ola de tosidos. ¿Qué demonios estaba haciendo? Shinya-san dejó salir un suspiro. “Pensé que si traía a Kanami aquí a que cohabitase con otra gente podría cambiar un poco. Igual que cuando envías a un niño rebelde a un campamento. Pero esta estrategia parece no haber acertado. Era algo así como el último recurso. Llegados a este punto, probablemente estará viviendo así el resto de su vida.” Incomprendida por todo el mundo. Sin esperar que alguien la comprenda. Sin depender de nadie excepto de ella misma. Devorándose a sí misma mientras tanto. “Bueno, esa es una forma de vivir.” “Mira quien habla.” No creo que haga falta mencionar de quién fue esa línea. “Esto, hablando de ello, Maki-san, ¿por qué estás en esta isla?” Dijo Shinya-san. “Me lo llevo preguntando un tiempo. No es solo vacaciones, ¿no es así?” “Lo son. Este lugar es el sitio ideal. Puedes vivir aquí gratis, e incluso cobras dinero por ello. Es Xanadú. Si uso la red puedo hasta hacer consultas de adivinación. Es un mundo conveniente. Buenos momentos sin final.” Vaya patética escusa de adulto. Y jodidamente patética en ello. “Pero no recuerdo escuchar tu historia,” dijo Maki-chan, rompiendo mi silencio. “¿Por qué estás tú en esta isla entonces? Y por favor, no me digas algo como que viniste aquí solo porque Kungaisa-chan dijo que venía.” No actúes como si no lo supieses, puta. En serio, ¿por qué la estaba tomando conmigo así? Quizás solo estaba riéndose de mí sin ningún objetivo ni razón aparente. No era impensable. “Incorrecto,” dijo, entonces dirigió su mirada hacia Kunagisa. “Bien, asumiendo que los chicos como tú no importan, ¿por qué está Kunagisa-chan aquí?” “Solo un capricho, un antojo. No voy por ahí buscando razones para todo lo que hago.” “Ya veo.” Maki-san mostró una sonrisa sospechosa. No sabía que era lo que pasaba con esa personalidad suya, pero parecía llevarse bien con todos menos conmigo, incluyendo Kunagisa. “Es lista, no como tú.” “Ah, ¿te está poniendo malo esto? ¿Estás tenso? Jejeje, pero no voy a parar. Voy a seguir jugando contigo hasta que me aburra.” Mostraba una sonrisa absolutamente sádica. Me sentí atrapado en el juego. “Telepatía, ¿eh? Increíble como siempre, Himena-san, pero déjalo.” Intercedió Shinya-san. “Has ahuyentado a un montón de gente brillante de esta isla haciendo eso. Él se marchará pronto tal y como estamos, así que no es necesario enviarlo a casa aún antes, ¿verdad?” “Todos con los que me intento divertir me odian. Es discriminación contra la gente con superpoderes, te aviso.” Superpoderes… Hablaban de ello como si fuese una cosa cotidiana, ¿pero existía algo así realmente? De hecho, en el ER3 System, como un centro de investigación ‘exhaustivo’, incluso habían realizado estudios psicológicos avanzados en relación a habilidades supernaturales. Telequinesia, ESP, DOP, levitación, y teletransportación. Había visto múltiples tipos de papeles de temática inexplicable e inobservable durante mi estancia en el programa ER3, e incluso había conocido a alguien que reivindicaba que era verdad (aunque resultó ser un farsante). Pero todo lo que pude sacar en claro es que no importa las vueltas que le des, estas cosas no eran más que cuentos chinos. Ninguno de esos papeles explicaba nada, a pesar de cuanto intentaron alterar arbitrariamente los hechos en conclusiones. Era lo que se llama ‘amor ciego’. Tesis llenas de amor ciego de estos falsos científicos que, para ser sinceros, eran entretenidas a su manera, pero eso era todo lo que eran. Desde luego no tenían lo que hacía falta para convencer a alguien de algo. “Eso es solo porque tienes una mente cerrada.” “¿Has oído hablar alguna vez de la palabra privacidad?” “No es mi culpa. Veo lo que veo y oigo lo que oigo. Y por cierto, tratar de huir es inútil. No importa donde vayas, sé exactamente dónde estás.” “¡Así que también tienes visión remota y oído supersensible!” Dijo Kunagisa. “Conozco mucha gente con poderes especiales pero esta es la primera vez que conozco a alguien con tantos. Multimulti. Increíble.” A pesar de conocer que nuestros pasados, futuros y mentes estaban posiblemente siendo leídos ahora mismo, Kunagisa estaba completamente despreocupada. O quizás no tenía ningún secreto que ocultar. “En realidad siempre quise tener telequinesis, pero acabé dirigiendo hacia el ESP por alguna razón. Una pena… quiero decir, ¿no parece conveniente el teletransporte?” La telequinesis (referido como PK) y ESP estaban definidas académicamente como dos habilidades completamente diferentes. En metapsicología común se dice a menudo que la existencia de los ESP puede ser probada hoy en día, aunque lo mismo no puede ser dicho sobre los PK. Esto es porque el concepto de los PK es algo completamente inhumano, mientras que los ESP son una simple extensión de los sentidos humanos reales. “La adivinación es todo lo que puedo hacer solo con ESP. No es una habilidad tan útil,” dijo Maki-san con un suspiro. Desde luego no había mucho que pudiese hacer aparte de la adivinación, pero todavía era escéptico sobre toda esta idea. “Maki-san, ¿puedes demostrar que tienes poderes especiales?” “No creo que necesite hacerlo. ¿Cómo podrías, por ejemplo, demostrar que tú eres tú? ¿Nos enseñarías tu carné de conducir? ¿Estarías convencido si tuvieses un carné de superpoderes? No importa en realidad. Tanto si piensas si es cierto como si es mentira es otra cosa, que no afecta para nada. Al igual que aunque yo conozca todo no cambia nada.” “Mmm, quién sabe.” “Sí que tienes un montón de dudas. Ah, de acuerdo, ¿qué te parece si leo tu fortuna de nuevo?” dijo de repente sonriéndome. Maldita sea, no había visto venir esto. “Me engañaste la primera vez después de todo. Sí, hagámoslo. Es una buena oportunidad para ti. Casi nunca hago sesiones gratis.” “Creo que paso.” “Respuesta rápida. Realmente me odias, ¿eh? Jejeje, mi mentor siempre me enseñó a ‘sacar el odio de la gente’ así que eso es lo que hago.” “No puedo evitar preguntarme si tu mentor no quería decir otra cosa.” “Eres un buen mentiroso, ¿no es así?” Empezó la sesión de adivinación sin importar lo que había dicho. “No te gusta mostrar tus emociones, pero tampoco te gusta controlarlas, así que tienes muchos remordimientos. Incluso aunque te dejas llevar por las opiniones de otras personas, eres bastante independiente. Cuando te enfrentas a un desafío huyes sin pararte a deliberar, pero no eres idiota. Y, no te gusta competir. ¿Suena correcto?” “¿Eso es a lo que llamáis ‘lectura en frío’?” le devolví. “Podías haber dicho cualquier cosa. Esas son el tipo de cosas que son ciertas para cualquier persona, hasta cierto punto.” “¿Es así? Hmm, quizás. Entonces hablemos sobre tu relación con Kunagisa-chan. Lo que llamaríamos una lectura de compatibilidad. Hmm, tanto tú como Kunagisa sois del tipo que no necesitan amigos. Y aun así por alguna razón permanecéis juntos. ¿Y la razón de eso es? Oh vaya, esta parte está bastante retorcida. Tú permaneces a su lado porque estás celoso de ella. Y mientras que tú estás celoso de su habilidad de expresarse libremente, de alguna manera parece infeliz, independientemente de si lo es o no realmente. Tú ves a una chica que tiene todo lo que quieres y puede hacer todas las cosas que tú no, y aun así ella es, por alguna razón, infeliz, y eso te hace sentir mejor. Eso te hace sentir como si no importase que no puedas conseguir lo que quieres.” “¿En serio?” Kunagisa me dirigió una mirada confusa. Tanto si fuese cierto como si no, no estaba bien decir algo así justo delante de Kunagisa. Sacudí mi cabeza. “No, Maki-san, creo que te has confundido por completo. No soy un chico tan complicado. Soy tan simple como se puede ser.” “Sí, bueno, quizás, o quizás no.” “Dime, Maki-chan,” dijo Kunagisa acercándose a ella. “Si ese es realmente el caso, ¿por qué paso yo el tiempo con Ii-chan?” “Lo siento, pero no consigo ser capaz de leer tu mente o tu pasado.” Dijo Maki-san encogiéndose de hombros. “De vez en cuando me encuentro con gente así. Supongo que es un tema de compatibilidad o algo, pero el aura que os rodea es muy ambigua y difícil de descifrar. Es como si estuviesen en la oscuridad y es un poco inquietante. Me pone de mal humor.” Así que quizás solo estaba desahogándose conmigo. Que horrible. “Himena-san, en vista de la ocasión, me atreveré y haré una pregunta también. ¿Cómo se siente ser capaz de ver el futuro y leer la mente de la gente?” Dijo Shinya-san. “Sólo es curiosidad.” “Hmm. Eso es como preguntar cómo le parecen las cosas a las arañas a través de sus ocho ojos. Para intentar explicarlo simplemente, es como ver la tele. Es como si la habitación entera estuviese cubierta de televisores y no tuviese un mando a distancia. No puedo apagarlas, no puedo cambiar de canal, así que lo único que puedo hacer es mirar. Es como tener un par de cerebros más que la gente común, si puedes imaginarte algo así.” Yo no podía. “Ahora bien, aunque este personaje nos haya sacado un poco del tema, Kunagisa-chan, todavía no he oído por qué has venido a esta isla.” “Fue solo un impulso, en serio.” “No. Puede que no sea capaz de leerte pero sé que esa no es la razón.” Kunagisa resolló un extraño suspiro. Parecía un poco molesta. No eran un gran fan de su forma de plantear las preguntas, pero para ser honestos, me había estado preguntando lo mismo. ¿Por qué razón Kunagisa, el hikikomori definitivo y sin igual, se había empeñado en viajar hasta aquí, la isla de Karasunonureba? “De acuerdo, te lo diré,” dijo finalmente con un trozo de queso en la boca. “Estoy interesada en un incidente que sucedió aquí hace mucho tiempo.”
3[edit]
Pero no tuve la ocasión de conocer más. Justo cuando estaba a punto de preguntar, “¿A qué te refieres con ‘incidente’?” me mordí la lengua, fuerte. Tanto que fui incapaz de decir esas palabras. Pero incluso si milagrosamente hubiese sido capaz, nunca hubiesen llegado a los oídos de Kunagisa, ni a los oídos de nadie, incluidos los míos. Hubiesen sido ahogadas por otro ruido. El temblor. Pronto me di cuenta de que era un terremoto. “¡Ahh!” Profirió Shinya-san. “¡Permanecer todos en calma, por favor!” Instó Hikari-san, cuya profesión demandaba que permaneciese serena sin importar lo que sucediese. Maki-san, quien parecía como si hubiese estado esperando el terremoto todo el tiempo, se reclinó en el sofá sin un atisbo de preocupación. Traté de recordar lo que había aprendido sobre terremotos allá en mi primer curso de secundaria, cuando todavía estaba en Japón. Supuestamente, empezaban con pequeños temblores y se iban haciendo más y más grandes. No podía recordar cuales eran las ondas S y cuales las ondas P, o imaginarme cuales eran los temblores horizontales y cuales los verticales, pero eso no importaba. De cualquier forma, la fuerza del temblor había subido unas cuantas magnitudes. Dominado por el pánico, empujé a Kunagisa (cuya expresión decía ‘no tengo ni idea de lo que está pasando’) al sofá y me tiré encima de ella. Había un candelabro justo encima de ella. Si fuese a caer, no tendría ninguna posibilidad de sobrevivir con esa pequeña estatura suya. Eso era lo que me pasaba por la cabeza en ese momento. Pero mis esfuerzos parecían haber sido en vano, porque ni un segundo más tarde, el temblor amainó. Por supuesto, cuando digo ‘ni un segundo más tarde’ me refiero en términos de tiempo reales. En mi caso me pareció solo un poco menos llevadero y terrible que cinco minutos con la mano en una estufa. En realidad, el temblor probablemente había durado algo menos de diez segundos. “¿Ha acabado?” pregunté, todavía encima de Kunagisa. “Sí,” contestó Maki-san. Era la palabra de un profeta así que era de fiar, probablemente. Mientras tanto, Kunagisa se quejó con la cara enterrada en el sofá, así que me aparté de ella por el momento. “Perdóname Hikari-san. Voy a tomar prestado el teléfono. Estoy preocupado por Kanami.” Señaló al teléfono fijo. Hikari-san asintió. Se dirigió al teléfono blanco en la vitrina. “Hikari-san, ¿tienes una radio o algo?” Dije. “Quiero comprobar la magnitud del terremoto. Oh, Tomo, ¿podrías mirarlo en internet?” “Bueno, probablemente ya haya habido un boletín de última hora. Estamos técnicamente en Kyoto ahora mismo, ¿verdad? Oh, espera, ¿es eso incorrecto?” “Fue magnitud 3 o 4. No puedo determinar con precisión el epicentro, pero es probablemente cerca de Maizuru, donde la magnitud sería 5.” Dijo Maki-san de una forma bastante casual. “Y parece que no ha habido ningún herido, incluso en las áreas urbanas.” “¿Cómo lo sabes?” Quizás fue poco elegante por mi parte plantear esa pregunta, pero simplemente parecía lo más natural que decir en ese momento. Dejó escapar un gran suspiro antes de responder. “Es como acabo de decirte, simplemente lo sé. Puedes ser inteligente, pero desde luego eres lento. Y no tienes mucha memoria tampoco, por lo que parece. Espera, ¿no te hace eso estúpido? De cualquier forma, para expresarlo para que lo entiendas, puedo ver estas cosas claras como el día. Ibuki-san y los demás están todos bien.” “Ah, visión remota y oído supersensible, ¿no es así?” La distancia no era un factor para ella. Técnicamente podía ver la televisión desde la otra punta del océano y aun así predecir lo que iba a pasar. Unos ESP complejos. Pero incluso si estuviese fingiendo todo esto, no hay manera de comprobarlo. Pero era probablemente cierto que la mansión no había sufrido mucho daño. Shinya-san regresó del teléfono. “Kanami está bien,” dijo. Dice que está en el taller. Algunas latas de pintura se han caído de la estantería. Suena como una buena molestia pero al menor no está herida. “¿Deberías ir hasta allí?” Era su cuidador después de todo, incluso si no lo fuese, debe estar preocupado por ella sabiendo que no puede caminar. “Nah, no hace falta,” dijo encogiéndose de hombros. “Probablemente le fastidie si lo hiciese.” “¿Por qué dices eso?” “Porque me ha dicho que no vaya,” dijo con una dolorosa expresión humildad. “Dice que está trabajando ahora mismo. De hecho, está trabajando en tu retrato. Suena como si lo fuese a convertir en una verdadera obra maestra, así que mejor no molestarla.” “Incluso con el talento de Ibuki-san, no hay esperanza si ha usado un modelo tan horrible,” dijo Maki-san. “En serio me odias, ¿no es así?” “Sí, sí,” asintió. Maldita sea. Bueno, qué más da. Así es como siempre me ha ido la vida. Me giré hacia Hikari-san. “¿Pasa esto a menudo? Los terremotos, quiero decir.” “No mucho en realidad. Shinya-san, tú has vivido unos cuantos, ¿verdad?” “Sí, pero este ha sido inusualmente grande.” “Me pregunto si el mobiliario se ha caído. Estoy un poco preocupada.” “Si vas a ir a arreglar las cosas te ayudaré.” “No, no me parecería correcto. Mañana nos encargaremos de ello dependiendo de las ordenes de Rei-san.” Mostró una sonrisa dulce. Si fuese madre sus hijos seguro que crecerían apropiadamente. Si no nos hubiésemos conocido en este tipo de circunstancias, definitivamente me hubiese enamorado de ella. O por lo menos, creo que lo haría. Nunca iba a pasar, pero lo creía. “Jeje. Ese ha sido mi primer terremoto en un tiempo,” murmuró Kunagisa, apartando su pelo azul al tiempo que por fin se levantaba del sofá. “Me pregunto si mis ordenadores estarán bien. Deberían estarlo. Si el epicentro fue en Maizuru la mansión debería estar también bien. Chico, esto me recuerda al Gran Terremoto de Hanshin. Dime, Ii-chan, ya estabas en Houston de aquella, ¿verdad?” “Sí. Claro.” Recuerdo vagamente haber visto algo sobre ello en las noticias en mi pequeña habitación de América. “Eso fue un verdadero reto para mí. Todavía estaba en Kobe de aquella. La mayoría de mis ordenadores se rompieron permanentemente. Estaba tan sobresaltada.” ¿Era ‘sobresaltada’ realmente la palabra más apropiada para describir tu vivencia de un desastre? “¿Entonces no deberías estar preocupada por tus ordenadores? Debes estar atiborrada de queso a estas alturas. Volvamos ya a la habitación.” Parecía que era el momento apropiado así que decidí abandonar la sala de estar. No creía que tuviese el autocontrol suficiente para permanecer calmado si tuviese que hablar con Maki-san de nuevo. Parecía un buen momento para separarse. Como si fuese capaz de leer mi mente a cada momento, la mirada de Maki-san me atravesó la espalda, y me costó toda mi fuerza de voluntad que mi cuerpo la ignorase. Cogí a Kunagisa del brazo y la llevé de vuelta a su habitación. Los tres PCs (quiero decir dos PCs y una estación de trabajo) en su habitación permanecían firmemente asegurados en el estante de ordenadores, y la habitación no había sufrido ningún otro daño. Kunagisa dejó escapar un gran bostezo y se estiró. “Dejémoslo por hoy. Tener el estómago lleno desde luego te adormece, ¿eh? Ii-chan. Suéltame el pelo.” “Hazlo tú misma, ¿o no puedes?” “Vamos, es difícil deshacer una coleta por mí misma. No soy nada flexible. No es como si no pudiese hacerlo pero me empezará a doler. Me he roto huesos de esa forma, sabes.” “Lo pillo, lo pillo. Eres realmente adorable, ¿lo sabes?” Removí la goma de su pelo y le pasé un cepillo por él. Dejó escapar una risilla pícara. Una vez acabé se zambulló en la cama. Se hundió a sí misma en el colchón y dio vueltas jubilosamente. “Quítate ese abrigo. ¿Cuantas veces tengo que decírtelo? ¿No tienes calor?” “Este abrigo tiene integradas memorias especiales, así que ni hablar.” ¿Qué memorias? Incluso nuestra querida adivina, Himena Maki, no era capaz de leer el pasado de Kunagisa. Quizás tenía algo que ver con ese ‘equipo’. “De cualquier forma, Ii-chan, Kanami-chan y Akane-chan son bastante terribles, pero tú y Maki-chan no parece que estéis en buenos términos tampoco.” “Bueno, es más que ella se mete conmigo sin ninguna razón,” dije, pensando en lo similar que era esto a lo que había dicho Kanami-san. “No tengo ningún problema en particular con ella.” “Sí, apostaría por ello. No eres lo suficiente agresivo para odiar o estar resentido con la gente. Como mucho te sientes ofendido, ¿no es eso cierto?” “¿Eso crees? Interesante.” “Solo bromeo,” y soltó una risilla. “Pero Ii-chan, nunca te has enamorado de alguien antes, ¿no es así?” “No.” “Me gusta eso de ti.” Más risillas. “Que extraño. Estaba siendo extrañamente espontánea. Me pregunto si quizás ese ginger ale no sería en verdad vino. Nunca la he visto borracha antes, así que no me podía imaginar cómo sería. “Por cierto, Tomo.” “¿Ee pa’a?” “¿Tienes algún poder especial?” “Hmmm… si lo tuviese, no me importaría mucho,” dijo con una gran sonrisa. “No quiero ninguno en realidad, pero uno siempre puede soñar. Es mejor para Santa Claus que exista a que no lo haga, ¿verdad? Es algo por el estilo.” “Ese es un punto de vista extraño.” Incluso si tuviese poderes especiales no le importaría. Hmm, por supuesto. Eso era sorprendentemente perspicaz. Tanto si tienes esas habilidades como si no, no tendrían mucho efecto en tu vida diaria. Por supuesto, ahora mismo había una pequeña excepción. ¿Porque estamos en esta isla? Porque estamos en esta isla. “Voy a volver a mi habitación a acostarme también. Te veo mañana. Si estás planeando dormir ahora te vendré a despertar mañana, así que desayunemos juntos.” “Hey, Ii-chan,” me llamó todavía tumbada boca arriba en su cama. “Hagamos el tonto,” dijo haciéndome señas. Me paré por un momento. “No,” le dije. “Raro. Inútil. Cobarde. Gallina.” Sí, sí. Cerré la puerta y fui escaleras abajo, dirigiéndome a mi habitación. Hubiese sido verdaderamente horrible cruzarme con Maki-san en el pasillo, pero por suerte no ocurrió tal incidente. Quizás todavía estaba ocupada conversando con Shinya-san. Encontré una llave colgando de la puerta de mi habitación. No debería ser una sorpresa sabiendo que supuestamente era un almacén, pero no pude evitar imaginarme quedar encerrado dentro si a alguien se le ocurriese girar la llave mientras estaba dormido. No había forma que pudiese llegar a la ventana incluso si me subiese a la silla, así que en realidad sería como estar confinado en solitario. Aunque tampoco ganaba nadie nada encerrándome a mí, así que probablemente era una preocupación excesiva. Entré en la habitación, me acurruqué en mi futón, y observé el techo sumido en mis pensamientos. Estaba por supuesto pensando sobre lo que me había dicho Maki-san antes. Oh vaya, esta parte está bastante retorcida. Tú permaneces a su lado porque estás celoso de ella. Y mientras que tú estás celoso de su habilidad de expresarse libremente, de alguna manera parece infeliz, independientemente de si lo es o no realmente. Tú ves a una chica que tiene todo lo que quieres y puede hacer todas las cosas que tú no, y aun así ella es, por alguna razón, infeliz, y eso te hace sentir mejor. Eso te hace sentir como si no importase que no puedas conseguir lo que quieres. “Ja.” Maldita sea. “Está completamente en lo cierto.” Akane-san de los Siete Idiotas nos había definido a Kunagisa y a mí como una relación de codependencia pero en realidad la opinión de Maki-san se acercaba más a la verdad. Para mí, Kunagisa Tomo representaba lo que más quería ser. No, no era eso. No era eso. Para mí ella es… Ella es… “¿Qué es ella?” La razón por la que escogí una universidad en Kyoto en vez de Kobe era porque ella se había mudado a Kyoto. Tampoco podía negar que ella era una de las razones por las que dejé Houston. ¿Por qué había hecho todo eso? Como había dicho Maki-san, no era lo suficiente agresivo como para tener sentimientos de amor u odio. Incluso si alguien fuese a molestarme no era un sentimiento diferente del sentirse irritado porque llueve. No importa cuánto desdé tuviese Maki-san contra mí, no importa cuántos comentarios maliciosos soltase Kanami-san contra mí, ninguna emoción crecería nunca en mi interior. No podía evitar preguntarme. ¿Era realmente humano? No entendía para nada los sentimientos de otra gente. Si realmente existían. Si superpoderes como los que Maki-san clamaba que existían en realidad, quizás quería algunos para mí mismo. “No, no necesito eso,” reconsideré. Si pudiese entender los sentimientos de la gente solo haría la vida aún más molesta. No estaba buscando una vida con una caja de Pandora abierta. No tenía el valor para ello. “Solo estoy soltando estupideces aquí mismo, maldita sea.” Odio las vacaciones. Siempre acabo pensando demasiado. Bueno, no sé si es realmente demasiado, pero son el tipo de pensamientos que solo pueden llevarte a la ruina. Cuatro días más. Podía ser paciente. No odiaba ser paciente. O al menos, estaba habituado a ello. Sufrimiento y dolor. Estaba habituado a estas cosas. “Aun así, no sienta demasiado bien.” Maldición, quería regresar a mi pacífica vida en la otra punta del mar, pensé a medida que iba cayendo en el sueño. Pero al siguiente día me daría cuenta de que estos pasados tres días habían sido muy pacíficos.