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Después de eso, le preguntó a Koizumi y a Nagato por más ideas. Nagato sacudió levemente la cabeza, y Koizumi se rehusó con una sonrisa. ''Hicieron lo correcto.''
 
Después de eso, le preguntó a Koizumi y a Nagato por más ideas. Nagato sacudió levemente la cabeza, y Koizumi se rehusó con una sonrisa. ''Hicieron lo correcto.''
   
“¿Perdón, puedo echarle un vistazo?”
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“¿Perdón, puedo echarle un vistazo?”
   
 
Koizumi terminó rápidamente de beber su café con leche frío, y leyó con detenimiento la lista. Parecía estar pensando en algo, y estuvo casi ausente por un momento… ''me pregunto en qué está pensando.''
 
Koizumi terminó rápidamente de beber su café con leche frío, y leyó con detenimiento la lista. Parecía estar pensando en algo, y estuvo casi ausente por un momento… ''me pregunto en qué está pensando.''

Revision as of 23:37, 10 January 2007

Agosto Infinito


Fue un poco raro.

Tuve una extraña sensación unos días después de que terminara el Festival de O-Bon.

En ese momento, estaba sentado en la sala, viendo por momentos un canal con un campeonato de béisbol, a pesar de que no me interesaba en absoluto. Yo tenía la culpa de estar así, por estar despierto en una tarde en la que no había nada que hacer. Aún a pesar de estar muerto del aburrimiento, no tenía el valor para enfrentarme a mi montaña de tareas, así que seguí matando el tiempo, viendo televisión como una marmota.

Estaban pasando el campeonato escolar del distrito, en el cual nunca podría participar aunque quisiera, pero la simpatía por el débil me hizo animar al equipo que iba perdiendo 0 contra 7. De pronto, tuve una premonición, una sensación de que Haruhi estaba haciendo algo.

No había visto a Haruhi en semanas, ya que había ido con mi hermanita al campo (en donde vive la familia de mi madre) a pasar unos días del verano y a visitar las tumbas de nuestros ancestros, y sólo había regresado desde hacía un día. Es un viaje que hacemos cada año en nuestra casa. Durante las vacaciones de verano, los miembros de la Brigada SOS teníamos muy pocas oportunidades de vernos, así que era de esperarse que no volvería a ver a Haruhi. Además, el primer día de nuestras vacaciones habíamos seguido a Su Excelencia hasta esa extraña isla desierta, y ya habíamos dado por cumplida y terminada aquella actividad de campo que ella tanto había querido. Aún si Haruhi estuviese planeando algo, no sería otro viaje de un día para otro. Al menos por este año, ese recuerdo de verano debía de ser suficiente para ella.

“Pero es que…”

Mientras hablaba para mí, por alguna razón desconocida, algo pasó con mi normalmente silencioso teléfono celular – así de repente – justo en el momento en que mis dedos alcanzaron la correa del celular para acercarlo, lo cual me hizo sospechar que alguien había instalado una cámara escondida en mi casa.

Justo en ese momento, en ese justo momento, comenzó a sonar el tono de una llamada. ¡Quizá tengo el poder de predecir el futuro! Ese pensamiento pasó por mi cabeza, pero fue eliminado de inmediato con una sacudida de negación – era demasiado estúpido.

“¿Qué es lo que quiere?”

El número que aparecía en la pantalla era del celular de Suzumiya Haruhi.

Después de dejar que sonara tres veces, presioné el botón "contestar" con calma. Como ya tenía una idea de lo que iba a decirme Haruhi, me sorprendí por conservar aquella actitud.

“¿Estás libre hoy?”

Esa fue la primera frase que dijo Haruhi.

"Exactamente a las dos en punto, reúne a todos al frente de la estación, tú tienes que ir también."

Cortó la llamada inmediatamente. No hubo ningún tipo de charla ni saludos formales, ni siquiera preguntó si era yo el que estaba contestando. Pero lo más importante era, ¿por qué asumió que no tenía nada qué hacer hoy? A pesar de lo que parecía, yo… ah, no importa, en realidad no tengo nada mejor que hacer hoy.

El teléfono sonó otra vez.

“¿Qué?”

“Olvidé decirte lo que necesitas llevar.”

Entonces me dictó una lista tan rápido como una ametralladora.

“¡Además, acuérdate de traer tu bicicleta y suficiente dinero, cambio y fuera~!”

Colgó el teléfono.

Arrojé el celular a un lado, y me pude a pensar un rato. ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué tengo esa extraña sensación de estar siendo arrastrado a un sueño raro?

El sonido fuerte y claro de un silbato surgió del televisor. Cuando volteé a mirar, el puntaje del equipo enemigo – al menos para mí eran los enemigos – iba ya por dos dígitos. El sonido de un bate de aluminio golpeando la bola, confirmó ese hecho sin lugar a dudas.

El verano estaba terminando.

Un coro de cigarras se filtraba por las paredes de la casa, que se encontraba herméticamente sellada y con el aire acondicionado encendido.

“Ella es imposible.”

Haruhi. Esa chica... ¿No había sido suficiente con organizar un viaje a esa isla solitaria tan pronto como empezaron las vacaciones de verano? Está haciendo un calor infernal… ¿Qué es lo que quiere ahora? En realidad no quería salir de mi cuarto, que estaba bien refrigerado.

A pesar de todas mis protestas, me dirigí obedientemente hacia mi armario a buscar los objetos que ella había pedido.


“¡Kyon, tardaste mucho! ¿Podrías mostrar un poco más de interés?”

Suzumiya Haruhi sacudió una bolsa de plástico mientras movía su mano para señalarme con disgusto. No había cambiado en nada.

"Mikuru, Yuki, y Koizumi llegaron antes que tú. Lo más grave es que hiciste esperar a tu Comandante… ¿Qué quiere decir eso? ¡Que mereces un castigo! ¡Castigo!"

Fui la última persona en llegar al lugar de reunión, y eso que todavía faltaban quince minutos para la hora acordada. Parece que todos sabían con anticipación que Haruhi los llamaría, por lo que se reunieron de inmediato. Gracias a esos sabihondos, siempre me tocaba invitarlos a todos a comer. Ya me había acostumbrado y me había resignado desde hacía mucho. El hecho es que yo soy sólo un hombre común, y llegar antes que esta gente con características tan especiales, era una tarea imposible.

No le presté atención a Haruhi, y procedí a saludar a los otros miembros con calma.

“Siento haberlos hecho esperar.”

Me importaba muy poco saludar a dos de aquellos individuos, pero no podía ignorar ningún detalle con la tercera persona que estaba allí. Bajo un elegante sombrero adornado con cintas, Asahina Mikuru-san me dirigió su cálida sonrisa y asintió con la cabeza.

“No te preocupes, yo acabo de llegar.”

Las manos de Asahina-san sostenían una canasta, el interior de la cual parecía estar lleno de cosas que despertaron mi curiosidad, y me hicieron sentir muchas ganas de probarlas. Hubiera deseado seguir viviendo aquel momento mágico para siempre, pero un demonio tenía que venir a destruir la ilusión.

“Hace tiempo que no nos veíamos. ¿Has estado viajando desde la última reunión?”

Koizumi Itsuki reveló aquellos dientes increíblemente blancos y levantó su pulgar. Aún cuando ya se acercaba el final de las vacaciones, su cara sonriente lo hacía ver como si estuviese planeando algo en secreto. ¿Por qué no te podías ir de viaje? ¿Por qué tienes que venir corriendo con Haruhi tan pronto como te llama? Eso, y el que llegues tan temprano, sólo te hace ver más sospechoso cuanto más lo pienso… ¡¿Acaso vas a morirte si le dices “no” alguna vez?!

Mi vista pasó de largo junto a esa máscara de falsedad, y se detuvo a un lado. Allí parada estaba la presencia casi inorgánica de la inexpresiva Nagato, que parecía ser casi la sombra de Koizumi. Allí, con el uniforme escolar de verano y sin derramar una sola gota de sudor, de pié con la espalda recta, con un aspecto que ya conocía de sobra. Estaba comenzando a sospechar que quizá era incapaz de sudar.

"..."

Nagato levantó su cabeza y me miró como un gato mira un ratón inmóvil de juguete, luego asintió levemente. Quizá eso fue un saludo.

“¡Ya todos están aquí, vamos!"

Cierto sentido del deber me llevó a preguntarle a Haruhi:

“¿A dónde?”

“¿A dónde crees? Vamos a la piscina municipal”

Eché un vistazo a lo que traía en mi mano derecha: un maletín deportivo con una toalla y mi traje de baño. Bueno, ya me suponía que iríamos a la piscina.

“Estamos en verano, y deberíamos realizar actividades de verano. Sólo un pingüino o un cisne entrarían al agua en mitad del invierno.”

Pero los animales de esos ejemplos lo hacen por hábito, no por diversión. Yo no soy de esas personas que se dejan convencer con un par de ejemplos inapropiados sobre lo que hacen los animales.

“¡El tiempo se agota, así que debemos actuar en el momento en que algo se nos ocurre! ¡Las vacaciones de verano del primer año en la Preparatoria Norte sólo ocurren una vez en la vida!”

Como siempre, el plan de Haruhi no incluía escuchar las sugerencias de los demás. Claro que a decir verdad, aparte de mí, los demás miembros no se molestaban en darle sugerencias a Haruhi, así que las únicas ideas que le entraban por un oído y le salían por el otro eran las mías. Siendo razonable, no se podía razonar con Haruhi... pero yo mismo había sellado mi destino por ser el único miembro con algo de sentido común. Qué fortuna tan desgraciada es esta...

Cuando me disponía a analizar las diferencias entre fortuna y destino –

“¡Bien, ahora vamos a la piscina en bicicleta!”

El Decreto Real de Haruhi fue proclamado. Incluso sin nuestra aprobación, la orden sería llevada a cabo hasta por la fuerza.

Después de preguntar, me enteré que incluso a Koizumi le había ordenado traer su bicicleta. Las tres chicas habían venido a pié. Vale la pena mencionar que sólo había dos bicicletas y nosotros éramos cinco. ¿Qué es lo que tiene en mente ahora?

Haruhi nos explicó con mucho ánimo.

“Sólo hay que acomodar dos personas en una bicicleta y tres en la otra, y listo, problema solucionado. Koizumi-kun, tú lleva a Mikuru-chan. Kyon nos llevará a Yuki y a mí.”

Y así, comencé a pedalear con el ánimo de alguien a punto de morir. Podía soportar el calor que me estaba haciendo sudar como un cerdo, pero aquel ruido que se repetía en la parte de atrás de mi cabeza y que parecía el sonido de un altavoz descompuesto, me estaba volviendo loco.

“¡Kyon! ¿Viste eso? ¡Koizumi-kun tomó la delantera! ¡Pedalea más rápido y alcánzalo!”

El sudor nublaba mi vista. Apenas si podía reconocer a Asahina-san sentada de lado en el asiento trasero de la bicicleta de Koizumi mientras me saludaba con una mano. ¿Por qué Koizumi lleva a la bella y yo a la bestia? ¡Casi puedo asegurar que la palabra “injusto” se inventó para esta situación en particular!

Tanto mis piernas como mi bicicleta luchaban para soportar aquel peso extra. Nagato estaba sentada en el asiento trasero, mientras que Haruhi estaba parada sobre el eje de la ruda trasera y apoyada sobre mis hombros. Casi parecía como un acto de acrobacia entre tres personas. ¿La Brigada SOS ahora también se prepara para ser un circo?

Ah sí, antes de salir, Haruhi había dicho esto:

“Yuki es muy delgada, debe pesar menos que una pluma.”

Esa frase tenía algo de cierto. No tengo idea si acaso Nagato alteró su peso hasta cero, o si estaba usando algún dispositivo anti-gravedad, pero se sentía como si sólo estuviera llevando a Haruhi. Vaya, no me asombraría que Nagato pudiese alterar la gravedad. Lo que me gustaría saber es qué NO es capaz de hacer.

Claro que si hubiera hecho algo también con el peso de Haruhi, habría sido mucho mejor, porque mi espalda y mis hombros podían sentir plenamente el peso de esa chica.

Koizumi, mirando hacia atrás por un costado de Asahina-san, dejó ver aquella odiosa sonrisa de Mona Lisa, la cual me hizo apreciar lo injusto que es el mundo, y me llevó a hacer crueles bromas a expensas propias, al mejor estilo de Balzac. ¡Maldita sea! ¡En el camino de regreso, voy a hacer lo posible por llevar a Asahina-san y disfrutar de ese paseo en bicicleta para dos! Creo sin lugar a dudas, que mi frágil bicicleta compartía esos mismos pensamientos.


La Piscina Municipal no hacía honor a su nombre. Sería más apropiado cambiarle el nombre por "El Estanque del Barrio" ya que en sus instalaciones sólo había una piscina de quince metros de largo y una pileta de quince centímetros de profundidad para los niños.

Los únicos estudiantes que iban a ese lugar eran aquellos completamente aburridos y sin nada mejor qué hacer, como nosotros. En aquel lugar sólo había niños pequeños con sus padres – madres principalmente – y perdí todo mi interés cuando vi que en la piscina sólo había niños con flotadores inflables. Parece que la única que alegrará mi vista hoy, será Asahina-san....

“Hmm, el desinfectante que usan de verdad apesta.”

Bajo aquel brillante sol, Haruhi, con un bikini de color rojo, olía el aire en todas direcciones con los ojos cerrados. Salió de los cambiadores de mujeres sosteniendo la mano de Asahina-san. Ella, con la canasta en su otra mano, traía puesto un traje de baño de una pieza con rebordes floreados, similar a los que usan las niñas, y Nagato traía un traje de baño deportivo y sin adornos. Ambos trajes parecían haber sido escogidos por Haruhi, que prestaba muy poca atención a su propia ropa pero parecía muy cuidadosa al elegir la de los demás (especialmente la de Asahina-san).


“Entren al agua tan pronto encuentren un lugar para dejar sus cosas. ¡Vamos a competir! ¡A competir! Vamos a ver quién nada más rápido hasta el otro lado de la piscina.”

Levanté los hombros y (después de intercambiar una rápida mirada con Asahina-san) me dirigí a un lugar sombreado para extender la toalla y dejar allí las bolsas.

Los niños en la piscina flotaban por la superficie como insectos patinadores gigantes, lo cual hacía imposible el nadar en línea recta. El resultado de la competencia estilo libre entre los miembros de la Brigada, en aquel ambiente brutal, fue una victoria nada sorprendente para Nagato.

Esa chica, que ni siquiera pareció tomar aire primero, se clavó en la piscina y avanzó con fuerza. Las gotas de agua caían de su pelo corto y pegado las mejillas, mientras esperaba pacientemente en el otro lado a que nosotros llegáramos. Como era de esperarse, Asahina-san fue la última. Tuvo que parar a medio camino para respirar y arrojar un balón de playa que había flotado cerca de ella, lo cual hizo que le tomara diez veces más tiempo que a Nagato para llegar al otro lado. Para cuando terminó, casi ni podía respirar.

“¡Es una total mentira eso de que el deporte libera el estrés! El cuerpo es el cuerpo, la mente es la mente. El cuerpo puede moverse sin necesidad de pensar, pero el cerebro no.”

Haruhi tenía una expresión de estar diciendo una gran verdad, y continuó:

“Por lo tanto, vamos a hacerlo otra vez. ¡Yuki, esta vez no voy a perder!”

¿Acaso nunca te enseñaron que la conjunción "por lo tanto" no queda bien en una frase así? ¿Qué estupidez estás diciendo? Sólo eres una mala perdedora buscando un excusa para repetir la prueba.

Por lo tanto, imaginé que Nagato entendería lo tensa que podía volverse aquella situación, y decidí salir de la piscina. Mejor dejo que lo resuelvan entre ustedes y me quedo a un lado como espectador. Yo le apuesto a Nagato, ¿quién quiere apostarle a Haruhi?

Haruhi y Nagato hicieron cinco carreras atravesando la piscina de ida y vuelta. Luego, el asunto terminó fon el trío femenino de la Brigada SOS jugando a la pelota con un grupo de niños de primaria. Koizumi y yo, que no participábamos, decidimos que igual podíamos quedarnos aun lado y verlas jugar, además no había nada más que ver allí.

“Están poniendo todas sus ganas en ese juego.”

Koizumi las observaba.

“Se siente como un Paraíso, todo está bien en el mundo. ¿No has notado tú también que Suzumiya-san ha aprendido a disfrutar de pasatiempos más convencionales?”

Parece que me está hablando a mí, así que mejor le contesto.

“Hace una llamada así de repente, y cuelga tan pronto suelta un montón de palabras; ¿Qué parte de esa invitación te parece normal?”

“¿No dicen por ahí que es mejor vivir en el momento?”

“El problema es que los ‘momentos’ que ella elige nunca son los mejores”

Los recuerdos del torneo de béisbol y de aquel grillo enorme pasaron por mi cabeza.

Koizumi continuó sonriendo:

“Es cierto, pero yo diría que ahora está todo en calma. Al ver a Suzumiya-san riendo de esa forma, uno pensaría que no van a producirse fenómenos que cambien el mundo.”

Espero que tengas razón.

Intencionalmente di un largo respiro, y añadí un profundo suspiro al final…

Justo en ese momento, Koizumi adoptó una expresión muy peculiar. Era una expresión que me resultaba muy familiar, claro, aparte de su sonrisa.

“¿Hmm?”

Las cejas de Koizumi se levantaron de repente.

“¿Qué pasa?” le pregunté.

“Nada…”

Koizumi, que normalmente era muy directo, parecía tener la lengua paralizada aunque quería decirme algo… pero su sonrisa normal regresó muy pronto.

“Lo más probable es que me esté preocupando en exceso. Hemos tenido una oleada tras otra de fenómenos desde la primavera, y me estoy volviendo un poco esquizofrénico. ¡Ah! Ya volvieron.”

Miré hacia donde Koizumi estaba señalando. Haruhi se aproximaba con grandes zancadas, como un Pingüino Emperador que regresa a alimentar a sus crías, con una sonrisa dibujada en el rostro. Asahina-san y Nagato la seguían como dos lacayos tras una princesa rebelde.

“Ya es hora de comer. El menú para hoy son los emparedados caseros de Asahina-san. Su precio en el mercado no es de al menos 5000 yen, pero si los subastamos en línea, no me sorprendería que alcanzara los 500.000. Deberían agradecerme por la oportunidad de comer algo tan bueno.”

“Muchas gracias.”

Lo dije de todo corazón, pero se lo dije a Asahina-san.

Koizumi siguió mi ejemplo.

“Es todo un gusto.”

“No, no, no es nada.”

Asahina-san inclinó la cabeza mientras jugueteaba con sus dedos.

“No estoy segura de cómo quedaron… No se enojen si saben mal.”

Sería imposible que tuvieran mal sabor. Cualquier comida que haya sido preparada con el toque mágico de Asahina-san, sin importar cuándo o dónde fue preparada, o cuáles fueron los ingredientes, es un manjar para cualquier mortal. Después de todo, lo más importante aquí es la respuesta a la primera de las seis preguntas clásicas (quién, qué, cómo, cuándo, dónde y por qué).

Por lo tanto, me emocioné de tal manera con la idea de probar los emparedados caseros de Asahina-san, que la verdad no pude notar si sabían mal o no. Sencillamente, cualquier cosa hecha por ella es increíble; hasta el té japonés tibio que sirvió de su termo, que aunque no era rival para el emparedado, tenía un sabor casi celestial. Las pequeñas gotas de agua que cayeron de su cuerpo sólo lo hicieron mucho más refrescante.

Haruhi acabó con su bebida en un momento, como si estuviese desesperada por calmar el calor que su cuerpo había acumulado.

“Voy a ir a nadar otro rato. Vengan a nadar cuando hayan terminado.”

Después de dar esa orden, saltó nuevamente dentro de la piscina.

Esa chica era increíble, se movía como si no hubiera nadie más allí, cuando de hecho había obstáculos por todos lados. Por lo visto, parecía que la teoría de que los humanos descendemos de criaturas marinas no está del todo mal. Claro que si los ancestros de Haruhi hubiesen sido arrojados a la luna sólo con su ropa, sospecho que habrían encontrado una manera de sobrevivir.

Más tarde, con la excepción de Nagato que comía muy lentamente, nosotros tres nadábamos hacia Haruhi como lobos marinos en temporada de celo. Esta vez, Haruhi y un grupo de niñas de primaria estaban jugando voleibol acuático.

“¡Mikuru-chan! ¡Ven aquí rápido!”

“Sí.”

Segundos después de asentir con la cabeza, Asahina-san fue golpeada por una pelota rápida lanzada por Haruhi y se hundió en el agua.


Koizumi y yo salimos de la piscina después de apenas una hora, y nos quedamos tirados en los bordes de la piscina, cansados del alboroto y los gritos de las niñas.

No importa cuánto lo intente, simplemente no encajamos aquí. ¿Qué estaba pensando Haruhi al escoger, de entre todos los lugares, una Piscina Municipal sin ninguna atracción? No estoy pidiendo que tenga toboganes acuáticos, pero debería buscar sitios más adecuados para cuando salgamos.

Yo sé que la piel comienza a acumular melanina al exponerse a la luz solar; cuando comencé a preguntarme si Nagato había ido a buscar algún lugar para broncearse, vi a la delgada y callada chica de cabello corto, sentada y absolutamente quieta en la sombra donde estaban nuestras cosas, mirando hacia el cielo con sus grandes ojos.

Era una visión que nunca aparecía cambiar: la imagen de Nagato sentada como una muñeca, sin importar en dónde estuviésemos.

“¿Hmm?”

Una leve oleada de perplejidad invadió mi corazón, pero se desvaneció al instante. Otra vez había regresado esa extraña sensación. Por un leve instante, sentí como si Nagato estuviese aburrida, y tuve una sensación de déjà vu. Más aún, me pareció que lo que pasaría a continuación me resultaría muy familiar. Ah sí, Haruhi dirá algo así como-

“Ellos dos son miembros de mi brigada. Si yo digo Este, ellos no se atreverían a decir Oeste. Hablen con ellos si necesitan algo.”

Volteé a mirar hacia la piscina y vi que Haruhi se había acercado a nosotros con una horda de niñas.

Asahina-san flotaba con su barbilla apenas sobre la superficie y los ojos cerrados, quizá exhausta por jugar con las hiperactivas niñas de primaria. La escandalosa de Haruhi, quizá mas ingenua que aquellas niñas, nos dijo a Koizumi y a mí mientras miraba hacia el infinito:

“¡Únanse a la diversión! Vamos a jugar polo acuático, y necesitamos a dos hombres como guardametas.”

Justo cuando pensé en preguntar cómo se jugaba y cuáles eran las reglas, esa sensación tan familiar comenzó a desvanecerse.

“…Ajá.”

Respondí a regañadientes y me puse de pié. Koizumi se unió al grupo de niñas con una sonrisa en la cara.

La sensación familiar había desaparecido por completo.

Ehh, ya no importa. Ese tipo de cosas pasan muy a menudo. Muchas veces pienso que he visto ciertas cosas antes en un sueño; además ya había estado en esa piscina cuando era niño, y quizás mis recuerdos pasados se estaban mezclando con los del presente. Parecía que el programa de transmisión de datos en mi cerebro había tropezado con un pequeño error.

Hice a un lado un flotador con forma de delfín mientras corría tras la pelota, que había salido volando tras un golpe en mi cabeza.


Abandonamos la piscina municipal sólo cuando ya estábamos agotados. Claro que en viaje de regreso, tuve que repetir la acrobacia de tres en una bicicleta, mientras que Koizumi repetía su paseo de fantasía. Era suficiente para romper el corazón de cualquiera.

Asahina-san se sentó en el asiento trasero con la elegancia de una dama, y su piel blanca hacía resaltar el rojo que habían tomado sus mejillas. Mi pobre corazón se detuvo en seco cuando una de sus manos se envolvió alrededor de la cintura del conductor. Si alguien hubiese puesto su oído contra mi pecho, sólo habría escuchado algo como el sonido del viento en una llanura solitaria.

Siguiendo las indicaciones de Haruhi, giré a izquierda y derecha con mi bicicleta, hasta que terminamos en la estación de la que habíamos salido.

Ahh, claro. Ahora tengo que invitarlos a comer a todos.

Tan pronto como conseguimos asiento en el café, puse una pequeña toalla fría sobre mi cabeza y me desmoroné sobre la silla. Mientras tanto-

“Ya tengo un plan decidido para nuestras próximas actividades, vamos a echar un vistazo.”

Haruhi extendió una hoja de papel con mucho cuidado y la señaló con su dedo índice para que la miráramos. Era una hora de papel A4 arrancada de un cuaderno.

“¿Para qué es eso?”

Haruhi respondió con algo de orgullo.

“Este es el plan para los pocos días que quedan del verano.”

“¿El plan de quién?”

“¡El nuestro, es el resumen especial de actividades de verano de la Brigada SOS!”

Haruhi acabó con su bebida de un solo trago, y continuó después de pedir otro vaso:

“Me di cuenta de pronto que sólo faltan dos semanas para que acabe el verano, lo cual me asombró. ¡Es terrible! Todavía hay tantas cosas por hacer, y ya nos queda muy poco tiempo. Por lo tanto, tenemos que empezar a ponernos al día en este mismo momento.”


El plan escrito a mano por Haruhi, estaba formado por las siguientes líneas:


Eventos Obligatorios para las Vacaciones de Verano

  • Excursión de verano.
  • Piscina.
  • O-bon.
  • Fuegos artificiales.
  • Trabajo de medio tiempo.
  • Observar las estrellas.
  • Práctica de tiro.
  • Atrapar luciérnagas.
  • Prueba de valentía.
  • Otros.


Tenía fiebre de verano.

Quizá alguna enfermedad tropical había comenzado a extenderse desde alguna selva y había comenzado a infectar a los humanos a través de un vector como los mosquitos. Me sentí un poco mal por el "vector" que había picado a Haruhi. Seguro que murió por envenenamiento.

La "Excursión de verano" y la "Piscina" estaban tachadas de la lista, seguramente porque ya las habíamos realizado.

Por supuesto, eso quería decir que Suzumiya Haruhi cumpliría con cada una de estas actividades en las próximas dos semanas. Además estaba ese renglón de "Otros". ¿Eso quiere decir que Haruhi está planeando más cosas?

“Sólo se me han ocurrido estas. Añadiré otras a medida que lo vaya pensando. ¿Mikuru-chan, hay algo que quieras hacer?”

“Ehhh…”

Le hice un gesto a Asahina-san, que estaba pensándolo con cuidado, tratando de que se negara a responder. Oh, por favor, que no se le ocurra decir nada complicado.

“Me gustaría ir a atrapar peces dorados.”

“¡Está bien!”

Haruhi sacó una pluma y añadió eso a la lista.

Después de eso, le preguntó a Koizumi y a Nagato por más ideas. Nagato sacudió levemente la cabeza, y Koizumi se rehusó con una sonrisa. Hicieron lo correcto.

“¿Perdón, puedo echarle un vistazo?”

Koizumi terminó rápidamente de beber su café con leche frío, y leyó con detenimiento la lista. Parecía estar pensando en algo, y estuvo casi ausente por un momento… me pregunto en qué está pensando.

Nagato sorbía lentamente su refresco con una pajilla –

“Gracias.”

Koizumi puso aquel supuesto plan otra vez en la mesa, y siguió entregado a sus pensamientos. ¿Ahora qué estás planeando?

“Empezaremos mañana. ¡Nos encontraremos frente a la estación! ¿Alguno sabe de un lugar cerca en el que vayan a celebrar el O-bon? Un festival con fuegos artificiales también podría funcionar.”

¿No podrías al menos investigar un poco antes de dar las órdenes?

“Yo buscaré uno que nos sirva.”

Así es Koizumi, siempre cubriéndola.

“Contactaré a Suzumiya-san tan pronto como tenga la información. Buscaré sitios que vayan a celebrar el O-bon y que planeen usar fuegos artificiales, ¿está bien?”

“No te olvides de la pesca de peces dorados, Koizumi-kun. Es lo que quiere Mikuru-chan.”

“Entonces haré lo posible por encontrar un sitio que celebre el O-bon y el Festival de Verano al mismo tiempo.”

“Ah, sí, por favor. Entonces lo dejo en tus manos, Koizumi-kun.”

Haruhi terminó de comerse la bola de helado que flotaba en su vaso de café frío, y dobló el papel cuidadosamente, como si se tratara del mapa de un tesoro.

Mientras yo fui a pagar la cuenta, Haruhi salió trotando del café como un maratonista que se prepara para la competencia. Quizá sólo quería ahorrar su energía para el día siguiente. Deseé que gastara toda aquella energía de una sola vez, en lugar de guardarla, lo cual nos evitaría a nosotros la molestia de arreglar el desastre que provocaría.

Los cuatro miembros dimos por terminado el día, y cuando estábamos saliendo de allí, llamé a la más silenciosa de nosotros.

“Nagato.”

La interfaz humanoide, con su uniforme escolar de verano, volteó al escuchar mi voz.

“…”

Me miró sin demostrar ninguna emoción. Mirando aquellos grandes ojos inexpresivos sobre su piel blanca, uno nunca podía saber si estaba afirmando o negando algo.

Claro que había algo raro. Aunque siempre había sido así de inexpresiva, pude sentir que había algo inusual en Nagato ese día, pero no pude saber con exactitud qué era.

“Nada…”

Me sentí un poco raro al haberla llamado, sólo para darme cuenta de que no tenía nada que decirle.

“No es nada. ¿Cómo has estado? ¿Todo anda bien?”

En verdad no pude pensar en nada qué decirle, así que tuve que romper el hielo con una conversación así.

Nagato parpadeó, y muy sutilmente, tanto que habría sido necesario un transportador para notar el ángulo de su cabeza, asintió.

“Estoy bien.”

“Qué bueno.”

“Sí.”

Su expresión, que parecía haber cambiado un poco, era un poco más definida… No, al contrario, parecía un poco más suave… ¿Por qué tenía esos pensamientos tan contradictorios? No lo entiendo. ¿Quizá la percepción humana es así de defectuosa? Mejor lo dejé pasar.

Al final, como no pude encontrar nada de qué hablarle, me despedí con unas pocas palabras y salí de allí, como si estuviese huyendo de Nagato.

Por alguna razón sentí que eso era lo mejor. Llegué hasta mi casa en bicicleta, me duché tan pronto como terminé mi cena, encendí el televisor al salir del baño, y me quedé dormido mirándola.

Una llamada de Haruhi me despertó a la mañana siguiente.

Habían encontrado un lugar para la celebración del O-bon. Tendría lugar esa misma noche, en el estadio comunitario de la ciudad… de acuerdo con lo que me dijo.

¿Cómo podía ser así de fácil? Yo todavía no salía de mi asombro por aquella increíble casualidad, y Haruhi continuó hablando:

“Vamos a ir a comprar las yukata juntos.”

[Parece que el ejercicio de la mañana va a comenzar. ]

“Antes planeaba que todos las usáramos para el Tanabata, pero se me olvidó. No sé que me pasó. Es una suerte que la tradición en Japón nos permita usar yukata durante dos meses.”

¿Una suerte para quién?

Sólo para aclarar, era muy temprano. Yo había pensado que reunirnos al atardecer estaría bien, pero Haruhi me levantó muy temprano para ir de compras. Entonces, igual que el día anterior, la majestuosa Haruhi, la pobre Asahina-san, la silenciosa Nagato, y el alegre Koizumi se reunieron todos en nuestro punto de encuentro habitual junto a la estación.

“Ni Mikuru-chan ni Yuki tienen yukata, y yo olvidé la mía. Vi un lugar en el distrito comercial en el que estaban vendiendo el conjunto completo con sandalias, así que podemos ira allí más tarde a conseguirlas.”

Miré a Asahina-san y a Nagato, preguntándome qué tal se verían en yukata.

Bueno, estamos en verano.

Koizumi y yo estaríamos bien usando algo más casual. Somos hombres; así que unas yukata sencillas como las de los hoteles serían suficientes. De todos modos a los hombres no se nos ven tan bien como a ellas.

"Bueno, Koizumi-kun se vería muy bien en una yukata, pero tú..."

Haruhi me miró de pies a cabeza haciendo una mueca.

"Bueno, nos vamos."

Comenzó a darnos órdenes con un [[Suzumiya Haruhi:Notas#Abanico|abanico] de papel improvisado.

"¡Destino: la tienda de yukata!"

Haruhi entró corriendo a la tienda, escogiendo sin preguntar los diseños para Asahina-san y Nagato, y luego siguió corriendo hasta los vestidores.

Excepto por Nagato, ellas no tenían idea de cómo ponerse una yukata, así que le pidieron ayuda a la vendedora, lo cual les tomó bastante tiempo. Koizumi y yo nos quedamos afuera, junto a una vitrina llena de ropa de mujer, antes de que las tres salieran por fin a verse frente al espejo.

La yukata de Haruhi tenía un patrón formado por delicadas flores de Hibisco, la de Asahina-san tenía peces de colores, y la de Nagato tenía un patrón estampado de figuras geométricas. No sabía a cuál debía mirar primero, cada una se veía increíble a su manera.

Los dependientes de la tienda nos miraron a Koizumi y a mí, quizá tratando de adivinar quién era el novio de cuál de ellas… Lástima, ninguno de los dos lo era. Incluso aunque no estaba muy seguro por Koizumi, yo si estaba allí sólo como acompañante. Me sentí un poco mal en ese momento.

Pero no importa. Mientras pueda ver a Asahina-san usando una yukata, no tendré razones para sentirme mal por el resto de mi vida. Haruhi y Nagato se veían muy bien, por supuesto, pero no hay palabras par hacerle justicia a lo que estaba viendo en ese momento. "Mikuru-chan, estás..."

La excitación de Haruhi al ver a Asahina-san con su yukata, no fue menos que la mía.

"¡Te ves tan bonita! ¡Me siento impresionada, por tener tan buen gusto para la moda! ¡Tú, en esa yukata, podrías conquistar al 95% de todos los hombres!"

¿Y qué hay del otro 5%?

"Porque con un homosexual de verdad nunca funcionaría, no importa lo hermosa que sea una chica. Recuérdalo bien: de cada cien hombres, cinco son homosexuales."

No veo para qué quieres que recuerde eso.

Asahina-san no parecía querer negar su atractivo, ya que daba una vuelta tras otra frente al espejo, examinando su vestido.

"Así que este es el atuendo tradicional de este país. Está un poco apretado en el pecho, pero se ve muy bien..."

Aquel era el atuendo más formal y adecuado de los que Haruhi le había obligado a usar a Asahina-san. No era ni de cerca tan revelador como el disfraz de conejita, ni tan provocador como el uniforme de mucama, era un atuendo normal para la temporada, un símbolo del verano que no haría sentir incómodo a nadie. Además el conjunto le quedaba a la perfección, era como si estuviera viendo a mi propia hermanita en una yukata, excepto por sus voluptuosos senos. A pesar de eso, se veía completamente inocente; Asahina-san irradiaba un aura Divina que parecía capaz de purificar el mundo entero de sus pecados. La defendería, incluso aunque fuera la mente maestra de un robo a un banco, si se tratase de Haruhi, no estaría tan seguro...


Como Haruhi nos había llamado tan temprano (era incapaz de calcular y administrar bien el tiempo), todavía faltaba un buen rato para que comenzara la celebración del festival. Por lo tanto, terminamos matando el tiempo quedándonos en el parque frente a la estación. Haruhi "ayudó" a atar el cabello de Nagato y de Asahina-san. Los diferentes peinados que probó en aquellas dos chicas, sentadas tan quietas como muñecas, fueron tan increíbles que deseé haber tomado una serie de fotografías para poder recordarlos. No fue sino hasta después de la puesta del sol que entramos en el estadio.

El espacio para el festival de O-bon, que ya tenía algo de gente antes de anochecer, se llenó de oleadas de gente que parecían salidos de la nada. Era increíble que hubiera atraído a tanta gente.

"¡Ahh!"

Asahina-san exclamaba sin contenerse.

"..."

Nagato no parecía estar sintiendo nada, a pesar de lo impresionante aquel evento.

Por un momento yo también me sentí así, a pesar de que muy pocas veces había visto una celebración así en vivo. ¿Por qué me parece que ya había visto esto antes?... ¡Es nada menos que la fiesta del O-bon!

"¿Ehh?"

Me golpeó de nuevo; ese déjà vu regresó como un dolor de cabeza. Seguía sintiendo que había estado allí hacía muy poco tiempo, aunque sabía que no había entrado en aquel sitio desde hacía años. Es todo tan familiar... la plataforma en el centro del estadio, los kioscos alrededor un poco desorganizados...

Pero cuando estaba a punto de agarrar los hilos de aquella telaraña que flotaba sobre mí, la sensación desapareció.

Escuché la voz de Haruhi.

"Aquí está el kiosco de los peces dorados que tanto querías. Haz todos los intentos que quieras. Te daré doscientos puntos extra si logras atrapar uno can con ojos negros y saltones."

Haruhi llevó a Asahina-san de la mano hasta el estanque de peces del kiosco, después de inventar aquel estúpido premio.

"Vamos a intentarlo. ¡Veamos quién logra sacar más!"

Ignoré la apuesta que me proponía Koizumi. Incluso si atrapara uno para llevármelo, no tenía un acuario en casa para tenerlo. Estaba mucho más interesado en los kioscos de comidas que nos rodeaban con sus deliciosos aromas.

"¿Nagato, quieres comer algo?"

Sus ojos inexpresivos se detuvieron a mirarme por un largo rato y luego se desviaron lentamente hacia un lado. Estaba mirando directamente al kiosco de las máscaras. A veces era difícil saber qué era lo que quería.

"No importa, sólo vamos a mirar por ahí."

Los altavoces estaban sonando con una suave música de carnaval. Atraído por la música, iba con Nagato hacia el kiosco de las máscaras, cuando vi a Koizumi acercándose con su gran botín.

"Aunque atrapé muchos, en realidad no necesito tantos, con uno será suficiente. Mikuru-chan no atrapó ninguno, así que le regalé éste."

Asahina-san traía en su mano una pequeña bolsa plástica amarrada con un cordel. En la bolsa había un pequeño pez dorado de color naranja, nadando muy tranquilo. Cada uno de los movimientos de Asahina-san, incluso la forma como sostenía el cordel, eran completamente adorables. Cuando noté que en la otra mano traía una manzana acaramelada, decidí que compraría una para llevársela a mi hermanita. Hacerla feliz de vez en cuando no le hace mal a nadie.

Haruhi, por otra parte, jugaba con un globo lleno de agua que colgaba de su mano izquierda, y nos dijo, ofreciéndonos un plato de [[Suzumiya Haruhi:Notas#Takoyaki|takoyaki] que sostenía con su mano derecha:

"Uno para cada uno."

Era raro que se mostrase tan generosa con nosotros... Y justo cuando disfrutaba de mi porción de takoyaki con salsa-

"¿Eh? ¿Yuki, de dónde sacaste esta máscara?"

"La compré."

Nagato respondió murmurando, mientras miraba fijamente el palillo con la bola de takoyakiki en la punta. En un lado de su cabeza, traía puesta una máscara de [[Suzumiya Haruhi:Notas#Ultraman|Ultraman] del Reino de la Luz. No tengo idea de a qué generación pertenecía, pero supongo que por alguna razón atrajo la atención para aquella extraterrestre, y logró hacer que reaccionara sacando el monedero de entre sus [[Suzumiya Haruhi:Notas#Mangas|mangas].

Con todo lo que Nagato había hecho por mí, lo menos que podía hacer era invitarla a un bocadillo, pero Nagato se rehusó y pagó con su propio dinero. Hmm.... ¿De dónde saca todo su dinero?

La plataforma central estaba rodeada de mujeres y niños que bailaban al ritmo del [[Suzumiya Haruhi:Notas#Tanko-bushi|tanko-bushi]. Creo que pertenecían a algún grupo comunitario, ya que el público normal que asistía al evento no bailaría algo así, y por supuesto, nosotros tampoco íbamos a hacerlo.

Los ojos de Asahina-san estaban ensimismados viendo el grupo de bailarines. Parecía que estuviera observando a un grupo de aborígenes en algún lugar remoto del planeta.

“Ah…aah”

Exclamaba suavemente. ¿La tradición de la danza O-bon se ha olvidado en el futuro?

Bajo el liderazgo de Haruhi, nuestro dispar grupo recorrió todo el festival. Nos convirtió en sus peones, diciendo “vamos a comer eso,” y luego “vamos a probar aquello.” Haruhi lo estaba disfrutando mucho, y parecía que también Asahina-san, lo cual me alegró a mí también. No podía estar del todo seguro de que Nagato la estuviera pasando bien, y me importaba un bledo lo que estuviera sintiendo Koizumi.

Koizumi, de vez en cuando, se quedaba un rato en silencio antes de seguir sonriendo como siempre… No había dudad de que sus emociones no eran precisamente estables en esos días. Quizá es una maldición que todos los miembros de la Brigada SOS debemos sufrir.

Se supone que las vacaciones de verano deben ser como un gran festival.

Para mí, habría sido más que suficiente con haber visto a aquel trío vestido con sus yukata. Por eso, en el momento en que Haruhi sugirió: "¡Vamos a lanzar algunos fuegos artificiales, fuegos artificiales! No es común que salgamos todos así, vestidos de yukata, así que deberíamos hacer todo eso en un solo día!", su propuesta recibió la aclamación unánime de la Brigada SOS.

Compramos algunos de esos fuegos artificiales sencillos que se les dan a los niños, y caminamos hacia el río, bajo un cielo nocturno tan nublado que apenas se podían ver la Luna y Marte. Seguimos a Haruhi, que había comprado un encendedor barato y una cámara Polaroid en el camino. Parecía que estaba de un mejor ánimo que el acostumbrado. Por alguna razón, la frase "eres lo que te pones" pasó por mi cabeza.

Dejé de prestarle atención a las terribles posturas que tenía Haruhi al caminar cuando vi su pelo atado en una coleta sobre su cabeza. Definitivamente, la principal fortaleza de Haruhi es lo terca y decidida que es.

Una hora más tarde, había tomado un montón de fotografías. Había una de Asahina-san sosteniendo una luz de bengala con los ojos abiertos de asombro, una de Haruhi inclinada sosteniendo una vela romana con ambas manos, y otra de Nagato hipnotizada mirando una serpentina de fuego. La actividad de verano de la Brigada SOS llegó así a su final.

Koizumi recogió algunos trozos de papel que habían caído junto al río, y los depositó en una bolsa de plástico. Haruhi lo miró pensativa y puso un dedo sobre sus labios-

“Entonces mañana iremos a atrapar insectos.”

Estaba dispuesta a cumplir con toda aquella lista de eventos.

“Haruhi, no le veo nada de malo, ¿pero ya acabaste con las tareas de vacaciones?”

Yo no tenía ningún derecho a preguntarle eso, ya que ni siquiera había tocado una pluma. Haruhi me miró con una expresión extraña.

“¿De qué diablos estás hablando? Se pueden terminar máximo en tres días, es pan comido. En realidad, yo las terminé todas en Julio. Hay que hacer primero lo que menos nos gusta para poder divertirnos luego, ¡así es como se disfruta de las vacaciones!”

Cuando Haruhi se lo propone, incluso una gran montaña de trabajo no significa nada. ¿Por qué tenía que ser así de brillante? Eso demuestra que Dios no es justo.

Haruhi nos dio una orden con un aire de absoluta confianza:

“¿Escucharon? Mañana, todos van a traer una red para atrapar insectos y un frasco para guardarlos. Ah sí, vamos a competir a ver quién atrapa más. El que gane podrá ser el líder por un día.”

No me importaba en nada lo del premio. ¿Un momento, cualquier insecto sirve?

“Ehh… ¡sólo cigarras! claro. Será la Competencia de Cacería de Cigarras de la Brigada SOS. Y las reglas… No hay restricciones de tamaño, cada una cuenta, y ganará el que tenga más.”

Haruhi, a la que le bastaba con su propia aprobación, comenzó a jugar con el abanico de mando de la Brigada como si fuera una red. Una red y un frasco… Debo tener unos en el depósito de mi casa.

Cuando por fin regresé a mi casa, me di cuenta de que había olvidado comprar la manzana acaramelada.


Por alguna razón, a pesar de que había clavado un [[Suzumiya Haruhi:Notas#Teru teru bozu|Teru teru bozu] pidiendo que lloviera, al día siguiente amaneció con un cielo completamente despejado. Sin lugar a dudas, las cigarras estarían muy animadas por la alta temperatura del verano.

"¿Las cigarras son comestibles, no? Seguramente serían un bocado delicioso si las fritáramos en [[Suzumiya Haruhi:Notas#Tempura|tempura]. Ahh, se me acaba de ocurrir, ¿Cualquier cosa al estilo tempura sabe tan bien por la cubierta de harina, no? Por eso unas cigarras tempura deben ser deliciosas."

¡Pero te las comerás tú sola!

La imagen de cinco estudiantes de preparatoria de estaturas tan diferentes, saliendo juntos con redes y frascos en mano a cazar insectos, sólo puede describirse como un tanto bizarra.

Nos reunimos antes del mediodía. Buscando un campo adecuado, llegamos hasta la Preparatoria Norte, ya que la escuela está en la cima de una colina llena de árboles y prácticamente sin nada más. Eso la hacía un buen lugar para atrapar insectos, ya que habitan en los bosques. Por lo que pude apreciar, incluso aunque la ciudad es bastante grande, no es tanto como para que las cigarras no canten.

Todos los troncos estaban llenos de aquellos chillones insectos, como si se tratara de una invasión de cigarras. Estaban en donde uno mirara. Asahina-san llenó su frasco con sólo un par de sacudidas de su red. Eso nos probó que las cigarras no se daban cuenta que le debían temer al hombre más que a cualquier otro animal. Bueno supongo que hoy me toca [[Suzumiya Haruhi:Notas#Terapia de inmersión|terapia de inmersión]

Me incliné para ver a las cigarras inmóviles en el frasco, después de llenarlo en un instante. No tenía idea de cuántos años habían pasado bajo tierra, pero no hay duda de que no habían planeado madurar sólo para ser freídas por Haruhi. Sentí una cierta melancolía al escuchar los chillidos de aquellos insectos, y me invadió la culpa. Siento mucho que hayamos destruido sus casas con carreteras de asfalto. Espero que alguna vez puedan perdonar la insolencia de los humanos.

Sabía que era imposible que Haruhi escuchase mis pensamientos, pero ella dijo esto:

"Se necesitan más cazadores dispuestos a perdonar a sus presas. Hoy las liberaremos, y quizás en un futuro, ellas nos devuelvan el favor."

Me sentí muy mal en el momento en que imaginé unas cigarras de tamaño humano llegando a la puerta de mi casa. Si el liberar a sus parientes después de haberlos cazado era un favor para ellas, entonces serían tan estúpidas como un insecto. Si algo así apareciera algún día buscando venganza, serían mucho más inteligentes.

Haruhi abrió el frasco y lo sacudió de un lado para el otro.

"¡Vayan! ¡Vuelvan a las montañas!"

Jijiji- Las cigarras de apretujaron dentro del frasco mientras luchaban por salir volando. Asahina-san dio un pequeño grito mientras de encogía para evitarlas. El enjambre voló a su alrededor por un momento y luego pasó junto a la cabeza inmóvil de Nagato, volando en línea recta y luego en espirales, desaparecieron en el cielo, que se teñía de rojo por el sol poniente.

Yo abrí mi frasco al igual que lo hizo Haruhi. Me sentí como Pandora al abrir la caja que le había entregado Hermes. La idea de quedarme con una al final sólo se me ocurrió cuando ya todas habían desaparecido.


La actividad para el día siguiente era un trabajo de medio tiempo.

De alguna manera, Haruhi había encontrado un trabajo, y se había asegurado de que todos tuviéramos algo qué hacer. El trabajo, que era solo por un día, consistía en –

"¡B... Bienvenidos!"

A Asahina-san se salía demasiado forzado el saludo.

"¡Vamos todos, hagan una fila! ¡Ahhahh... No empujen!"

El trabajo que Haruhi nos obligó a aceptar era atraer clientes para las ofertas anuales en un supermercado local.


(continuará)