Difference between revisions of "Toradora! (Español):Volumen2 Capitulo5"

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El Kitamura se metió en la conversación entra la Taiga y la Minori. El Ryuuji estaba pensando de qué diablos será la conversación, como no podía escuchar lo que estaban diciendo, pero en todo caso, se veía que la Taiga estaba poniendo aun mas alegre.
 
El Kitamura se metió en la conversación entra la Taiga y la Minori. El Ryuuji estaba pensando de qué diablos será la conversación, como no podía escuchar lo que estaban diciendo, pero en todo caso, se veía que la Taiga estaba poniendo aun mas alegre.
   
Él miraba hacia la Taiga, quien estaba mirando a la Minori, como no pudo mirarle directamente a la cara del Kitamura, y la Ami, quien parecía estar acordándose del alguna de las canciones de anoche que desafortunadamente se había metido en su cabeza, como empezaba a decir algunas palabras sin sentido. El Ryuuji no tenía ninguna idea de cómo cantarlos, ni bailarlos, pero al comparar las dos chicas, él pensaba,
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Él miraba hacia la Taiga, quien estaba mirando a la Minori, como no pudo mirarle directamente a la cara del Kitamura, y la Ami, quien parecía estar acordándose del alguna de las canciones de anoche que desafortunadamente se había metido en su cabeza, como empezaba a decir algunas palabras sin sentido. El Ryuuji no tenía ninguna idea de cómo cantarlos, ni bailarlos, pero al comparar a las dos chicas, él pensaba,
   
 
"Es justo como el cielo y el infierno."
 
"Es justo como el cielo y el infierno."
   
 
--- Sin embargo, la situación no era nada tan sencillo.
 
--- Sin embargo, la situación no era nada tan sencillo.
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El Ryuuji se dió cuento de su error cuando...
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"¿Qué!"
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Era durante del descanso de la tarde al sacar (con ganas!) su almuerzo de su bolsa, y estaba cruzando la clase para ir a su gaveta para sacar sus palillos guardados (porsupuesto, él los lavaba diariamente después de comer).
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"¿Qué demonios estás haciendo?"
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"..."
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Había sido víctima de un asalto casual.
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La rea era la Taiga, silenciosa y deprimida. La arma que había usado era una lata de te bien enfriada que recién había comprado. Como ella había sido pasando por detrás de él, ella lo había puesto contra la piel del cuello, detrás de su cabeza, causando que él se parara de puntapies y que se torciera todo su cuerpo.
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"¿Qué demonios, tu? Si haya algo que quieres decir, dilo pues! Entonces deje de hacer eso...!"
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No importaba cuanto trataba de evitarla, la Taiga simplemente seguía viniendo y impujando su lata de te contra él, con fuerza. Ella estaba con sus ojos casi cerrados de una forma que indicaba que estaba para reventar cualquier segundo, crujiendo sus dientes visiblemente, su mandíbula moviendo de lado a lado, y poniendo una cara feroz,
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"Mi pecho, siente como si estuviera para reventar!"
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"Es una sensación horrible!"
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"Ya! Dejalo! Yo soy él que está sufriendo ahorita!"
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Por fin logró quitarle la lata de sus manos pequeños y lo levantaba bien afuera de su alcanze. Portándose como una tigre neurótica en el parque zoológico, la Taiga daba vueltas al Ryuuji.
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"No hay modo...! ¿Por qué?!"
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Seguía murmurando consigo misma.
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"¿Qué, justo qué en el mundo pasó?"
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"...Oh, no hay modo, pero, pero..."
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"Oye!"
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Sin pensar, él había tomado la lata fría en su mano, y había tratado de ponerlo en contra de la nariz de la Taiga. La Taiga se agarró de su nariz y saltó,
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"¿Qué demonios estás tratando de hacer?"
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Ella entonces había agarrado y pelliscado la cara del Ryuuji, quien estaba de puntapies con su brazo extendido. Parecía que por fin ella había vuelto a sus sentidos.
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"Carambas... ¡Tu cara dejó sudor sobre mis manos!"
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"¡Me arañaste con tu uñas! Oye, si tienes algo que decir, entonces ¡apurate y dilo! Justo ¿qué te tiene tan pertubada?"
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"...Eso es..."
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Dejando salir un solo suspiro, la cara de la Taiga se puso casi de arrepentida, y se mordió el labio. Por fin, unos minutos mas tarde, ella bajó la voz mientras rápidamente le dejó saber el problema que condujo a cometer el asalto.
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"...Kitamura, esta mañana me dijo... que sea mas amistosa para con la Ami Kawashima y aun que la invite para almorzar hoy..."
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"...Q"
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El Ryuuji esperaba un momentito, cerró y abrió sus ojos.
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"¿Por qué?"
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"¡Es justo lo que quiero preguntar!"
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Él pudo entender qué estaba sintiendo la Taiga gritona. Simplemente no había modo que eso pasara.
   
 
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Revision as of 00:06, 9 August 2010

Capítulo 5

"...Whoa!"

El Ryuuji se estremeció y retrocedió instintivamente.

Yendo a la escuela como normal mientras mantenía un poco de distancia entre si mismo y la Taiga, él entro la clase y se fue a su asiento. La Ami había venido para agradecerle por el día anterior y él se encontró mirándole la cara.

"...¿Q, qué?"

"Nada... Solo que..."

Ella fue iluminada por la luz brillante del comienzo del día veranal. Desanimada de un modo sorprendente, parecía completamente gastada y exhausta. Su voz estaba aun mas raspada; el día de ayer de veras le había costado.

"...¿Cómo debo decir esto? Pareces bastante cansada..."

"...¿De veras?..."

No pareciendo de su manera normal, y dejando salir un suspiro lastimosa, la Ami jalló un asiento cercano y se sentó con sus codos descansando sobre el escritorio del Ryuuji. Entonces, poniendo una cara de poco ánimo,

"Eso sí es correcto. No pude deshacerme del cansancio de ayer..."

Y así, salió poniendo su cabeza, cara abajo, contra su escritorio. Podía haber sido champu, o quizás jabón, o posiblemente estaba llevando un poco de perfume, pero ella estaba emitiendo una fragancia suave y buena. Solo un poquito estimulado, los ojos del Ryuuji reflejaron la luz de un modo animal. De algún modo, logró mantenerse una apariencia tranquila.

"...Ayer, tuviste una experiencia horrible, de veras. Se puede entender que estás cansada."

Él trataba decir algo así de un modo macho.

"Eso no lo es."

Levantando su cara blanca, la Ami miraba de frente al Ryuuji con ojos brillantes pero estables.

"En el apartamento de la Taiga Aisaka... Haciendo una cosa u otra por cinco horas... No, era mas como seis horas..."

"Hi, hizo algo la Taiga?!"

“Quedaba bailando. Y, quedaba cantando.”

¿Bailando?...¿Cantando?

Dirigiéndose del Ryuuji, quien estaba dándole una mirada curiosa, la Ami dejó salir otro suspiro... Ella estaba mirando a la distancia, dando un aspecto de estar cansada del mundo.

"Que si yo no escuchara a lo que dijo, entonces sería botada a la calle. Me amenzaba así y ... hasta bien de noche ... ella me lo hizo hacer."

"¿Qué te hizo hacer?"

"...Escucharle su serie de impresiones, canciones hechos imitando varios cantores, 150 juegos, uno tras otro."

"Ella seguía haciéndolos continuamente, sin contar, hasta que se mezclaron en una masa continua. Uganda... Falcon... Ami-chan quiere morir." La Ami murmuraba como si fuera un gemido hasta que por fin puso la cabeza otra vez sobre el escritorio del Ryuuji. En la distancia, el Haruta y el Noto estaban hablando de suspiros entre si, "Noto-cchi! Ese pata ahora está del pituco!", "Ya veremos con quién vamos a hacer amigos de ahora en adelante!" Él notaba que los dos estaban mirando hacia él de plenos celos, pero no tuvo nada que ver con él.

"¡Tan cruel!"

Él tembló, enfriado al centro mismo, acordándose de cómo la Taiga había sonreido con lo que parecía bondad cuando invitó a la Ami a su apartamento, y después de su actitud mas tarde mientras devoraba salmón a la muniere como una osa preparándose para invernar.

Aun ahora, cuando miraba, la Taiga y la Minori estaban juntas, riéndose incontrolablemente de alguna cosa u otra. Cuando la Taiga estaba de buen humor, siempre parecía que algún otra persona estaba sufriendo mas bien --- Como la Ami había, basicamente, caido justo delante de él.

Una vez mas estaba mirando al perfil bien ordenado de la Taiga, pensando "qué pata tan horrible", cuando,

"¿Podría hablar contigo por un momento?"

El Kitamura se metió en la conversación entra la Taiga y la Minori. El Ryuuji estaba pensando de qué diablos será la conversación, como no podía escuchar lo que estaban diciendo, pero en todo caso, se veía que la Taiga estaba poniendo aun mas alegre.

Él miraba hacia la Taiga, quien estaba mirando a la Minori, como no pudo mirarle directamente a la cara del Kitamura, y la Ami, quien parecía estar acordándose del alguna de las canciones de anoche que desafortunadamente se había metido en su cabeza, como empezaba a decir algunas palabras sin sentido. El Ryuuji no tenía ninguna idea de cómo cantarlos, ni bailarlos, pero al comparar a las dos chicas, él pensaba,

"Es justo como el cielo y el infierno."

--- Sin embargo, la situación no era nada tan sencillo.


El Ryuuji se dió cuento de su error cuando...

"¿Qué!"

Era durante del descanso de la tarde al sacar (con ganas!) su almuerzo de su bolsa, y estaba cruzando la clase para ir a su gaveta para sacar sus palillos guardados (porsupuesto, él los lavaba diariamente después de comer).

"¿Qué demonios estás haciendo?"

"..."

Había sido víctima de un asalto casual.

La rea era la Taiga, silenciosa y deprimida. La arma que había usado era una lata de te bien enfriada que recién había comprado. Como ella había sido pasando por detrás de él, ella lo había puesto contra la piel del cuello, detrás de su cabeza, causando que él se parara de puntapies y que se torciera todo su cuerpo.

"¿Qué demonios, tu? Si haya algo que quieres decir, dilo pues! Entonces deje de hacer eso...!"

No importaba cuanto trataba de evitarla, la Taiga simplemente seguía viniendo y impujando su lata de te contra él, con fuerza. Ella estaba con sus ojos casi cerrados de una forma que indicaba que estaba para reventar cualquier segundo, crujiendo sus dientes visiblemente, su mandíbula moviendo de lado a lado, y poniendo una cara feroz,

"Mi pecho, siente como si estuviera para reventar!"

"¡Q, qué!"

"Es una sensación horrible!"

"Ya! Dejalo! Yo soy él que está sufriendo ahorita!"

Por fin logró quitarle la lata de sus manos pequeños y lo levantaba bien afuera de su alcanze. Portándose como una tigre neurótica en el parque zoológico, la Taiga daba vueltas al Ryuuji.

"No hay modo...! ¿Por qué?!"

Seguía murmurando consigo misma.

"¿Qué, justo qué en el mundo pasó?"

"...Oh, no hay modo, pero, pero..."

"Oye!"

"¿Qué?"

Sin pensar, él había tomado la lata fría en su mano, y había tratado de ponerlo en contra de la nariz de la Taiga. La Taiga se agarró de su nariz y saltó,

"¿Qué demonios estás tratando de hacer?"

"¡Owowow!"

Ella entonces había agarrado y pelliscado la cara del Ryuuji, quien estaba de puntapies con su brazo extendido. Parecía que por fin ella había vuelto a sus sentidos.

"Carambas... ¡Tu cara dejó sudor sobre mis manos!"

"¡Me arañaste con tu uñas! Oye, si tienes algo que decir, entonces ¡apurate y dilo! Justo ¿qué te tiene tan pertubada?"

"...Eso es..."

Dejando salir un solo suspiro, la cara de la Taiga se puso casi de arrepentida, y se mordió el labio. Por fin, unos minutos mas tarde, ella bajó la voz mientras rápidamente le dejó saber el problema que condujo a cometer el asalto.

"...Kitamura, esta mañana me dijo... que sea mas amistosa para con la Ami Kawashima y aun que la invite para almorzar hoy..."

"...Q"

El Ryuuji esperaba un momentito, cerró y abrió sus ojos.

"¿Por qué?"

"¡Es justo lo que quiero preguntar!"

Él pudo entender qué estaba sintiendo la Taiga gritona. Simplemente no había modo que eso pasara.


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