Zero no Tsukaima Español:Volumen1 Capítulo1
"¿Quién eres tú?"
Preguntó una muchacha mientras le miraba de arriba a abajo a Saito y con el cielo de color azul claro detrás de ella. Parecía tener la edad de Saito, llevaba una capa negra, y por debajo, vestía una blusa blanca y una falda de color gris. La muchacha se arrodilló y miró con detenimiento la cara de Saito.
Su cara... Es preciosa. Sus ojos rojizos, bailaban dulcemente en su blanca y lisa piel y en su pelo, de un precioso color fresa. Tiene pinta de ser extranjera. No, seguro que es extranjera. Una preciosa extranjera. ¿Será mitad japonesa?
Hmm… Pero eso que lleva debe de ser un uniforme de alguna escuela, ¿no? Aunque no sé cual.
Durante todo este tiempo, Saito estuvo acostado en la hierba, miró hacia el cielo, no sabía como había llegado hasta allí. Levantó la cabeza y observó a su alrededor, se percató de que mucha gente le estaba mirando con cara de curiosidad, todas ellas llevaban capas negras, y a lo lejos, tras el infinito campo verde que cubría la tierra, consiguió divisar un castillo enorme, hecho de piedra, muy parecido a los de las fotografías que salen en esos reportajes de viajes sobre Europa.
Esto tiene que ser un sueño.
Mi cabeza… Duele, se golpea la cabeza y dice, “¿Qué quien soy…? Soy Hiraga Saito” “¿De dónde eres plebeyo?” ¿Plebeyo? ¿A qué diablos se refiere? Todos los de su alrededor portaban una especie de vara en la mano, y llevaban el mismo uniforme que esa chica. ¿Será una escuela americana o algo así?
“Louise, ¿qué intentas hacer, invocando a un plebeyo con el ‘Ritual Sagrado’?” preguntó alguien, y todos comenzaron a reír. “Yo… Yo sólo he cometido un pequeño error” Y una chica que estaba delante de Saito gritó con una suave voz. “¿A qué fallo te refieres? Admítelo, eso es típico en ti.”
“¡Por supuesto! ¡No en vano eres Louise la Zero!” Gritó alguien, y todos de repente empezaron a morirse de la risa.
Parece que se refieren a la chica de antes, se llamaba… Louise.
De todas maneras, esto no es ninguna escuela americana. Tú nunca podrías ver ese tipo de edificios en ningún lado.
¿Será algún tipo de película? ¿Qué estarán haciendo? Todas estas dudas asaltaron repentinamente la cabeza de Rito, no, esto es demasiado grande para una película. ¿Desde cuándo existe este tipo de paisaje en Japón?, Puede que sea un parque nuevo, ¿Pero entonces qué hacía durmiendo en un sitio así?
“¡Señor Colbert!” Gritó Louise. La gente se apartó, revelando a un hombre de mediana edad. Saito pensó que era divertido por que el hombre estaba haciendo el ridículo. Llevaba un palo enorme e iba cubierto con un traje negro.
¿A qué viene eso? Va vestido como un mago. ¿Estará loco? Ya está, lo tengo, esto tiene que ser una reunión de cosplay . Pero no parece haber ese tipo de ambiente. De repente, a Saito se le pasó por la cabeza una idea escalofriante. ¿Qué hago si esto resulta ser una secta religiosa? Es posible. Ellos quizás me durmieron de alguna manera y me trajeron hasta aquí mientras daba un paseo por la ciudad. Eso es, todo esto tiene que ser una trampa, no hay otra explicación posible. Saito pensó que lo más recomendable era estarse quietecito y callado hasta entender qué es lo que se cocía allí.
La chica a la que llamaron Louise estaba muy nerviosa, no paraba de hablar, diciendo cosas como “Déjeme intentarlo de nuevo,” o “Se lo ruego”, al mismo tiempo que agitaba los brazos frenéticamente. Me da pena la pobre, estar en esta extraña secta religiosa, siendo tan guapa.
“¿Qué ocurre, Señorita Vallière?”
“¡Por favor! ¡Déjeme intentar el ritual de invocación una vez más!”
¿Ritual de invocación? ¿Qué cojones es eso? Creo que ya estuvieron hablando sobre eso antes.
El señor Colbert, el que usaba ese traje negro tan raro, meneó la cabeza de un lado a otro. “No puedo permitir eso, señorita Vallière.”
“Pero, ¿Porqué no?”
“Es la regla, cuando te haces estudiante de segundo año, tienes que invocar a tu familiar, cosa que acabas de hacer.”
¿Un familiar? ¿Qué es eso?
“Tu especialidad elemental es decidida por el familiar que convocas. Eso te permite avanzar a los cursos especializados de dicho elemento. No se puede cambiar de familiar una vez sea convocado, por que convocar a un familiar de la primavera es un rito sagrado. Que te guste o no el familiar que invocaste es cuestión de suerte, pero sea lo que sea debes aceptarlo como tu familiar”
“¡Pero… Nunca había oído hablar de alguien que tuviera un plebeyo como familiar!” Cuando Louise dijo eso, todo el mundo empezó a reírse.
¿“Convocar a un familiar de la primavera”? ¿Qué es eso?
No entiendo nada. ¿De qué están hablando? Cómo he llegado hasta aquí… Tiene que ser una de esas Nuevas Religiones*. En cuento se me presente la oportunidad me largo de aquí. Pero espera, ¿Dónde estoy?, ¿Me llevaron a un país extranjero? ¡Un secuestro! ¡Me han secuestrado! Estoy en un gran aprieto, pensó Saito.
[*NdT: Nuevas Religiones: Hace referencia a las nuevas tendencias religiosas que surgieron después de la Restauración Meiji en el año 1868. Esto incluye a la organización Budista Soka Gakkai así como al infame Aum Shinrikyo. Éste último seguramente es por la que Saito estaba preocupado.]
“Esto es una tradición, señorita Vallière. Y no se permiten excepciones; él… “El mago cosplayer de mediana edad señaló hacia Saito” … Puede que sea un plebeyo, pero mientras fuese convocado por ti, tiene que ser tu familiar. Nunca antes en la historia un plebeyo había sido convocado como familiar, pero no por ello se hará una excepción. Por lo tanto, él será tu nuevo familiar.”
“Estarás de broma…” Louise inclinó los hombros en señal de decepción. “Bien entonces, que continúe la ceremonia” “¿Qué? ¿Con él?”
“Sí, con él. Démonos prisa. La clase siguiente está a punto de comenzar, o, ¿cuánto te piensas que lleva invocar? Después de ir error tras error, finalmente conseguiste invocarle. Venga date prisa y haz un contrato” Todos hicieron su contrato, y cuando terminaron empezaron a reírse de Louise.
Louise miró fijamente a Saito, como si estuviera preocupada.
¿Qué pasa? ¿Qué me va a hacer? “Oye” Le dijo Louise a Saito. “¿Sí?” “Deberías estarme agradecido. Normalmente nadie recibe esto de parte de un noble en toda su vida”
¿Noble? ¿Qué noble? Menuda estupidez. Si no sois más que un puñado de bichos raros dentro de una nueva religión.
Louise cerró los ojos con cara de resignación. Agitó el bastón de madera que tenía en su mano.
“Mi nombre es Louise Françoise le Blanc de la Vallière. Que el pentágono que guarda los cinco poderes elementales, bendiga a este ser humilde y lo haga mi familiar” Ella empezó a repetir una y otra vez las mismas palabras, como si fuera un conjuro mágico.
Tocó la frente de Saito con el bastón. Sus labios se iban acercando poco a poco.
¡¿Pe… Pero qué haces?!
“Solo quédate quieto” Dijo Louise, con un tono de enfado en su voz. Su cara se iba acercando más y más.
“Oye, espera… No… No estoy listo todavía…” Saito se aterrorizó, y giró la cabeza. “¡Ah, Jesús! Te dije que te estuvieras quieto” Y entonces, Louise sujetó con su mano izquierda la cabeza de Saito.
“¿Eh?” “Mmm…” Los labios de Louise se tocaron con los de Saito.
¡¿Qué?! ¡Pero bueno! ¡¿Qué tipo de contrato es este?! El tacto de los suaves labios de Louise confundía todavía más a Saito. ¡Mi primer beso!, ¡Mi primer beso me lo robó una total desconocida, en este lugar de locos! Saito quedó paralizado en el sito.
Louise retiró sus labios. “Hecho.”
Su cara está roja. ¿Es qué ahora se avergüenza de lo que hizo? Será idiota. Pensó Saito.
“¡Soy yo el qué debería estar avergonzado, no tú!, ¡Fuiste tú la que me besaste de repente!”
Pero Louise ignoró por completo ese último comentario.
¿Aún por encima de qué me besas no me haces caso? Que grosera. ¡¿Quiénes son?! Tengo miedo. Quiero irme a casa ahora mismo y meterme en Internet. Pensó Rito. Él había conseguido hace poco una cuenta, y quería ver si tenía algún e-mail.
“Fallaste en el “Ritual de Invocación” varias veces, pero acabas de hacer a la primera el “Contrato del Familiar” Dijo muy contento Colbert.
“Dio hecho el contrato por que su familiar es un simple plebeyo”
“Si hubiera sido una bestia mágica, nunca hubiera conseguido hacer el contrato.” A raíz de estos comentarios varios estudiantes empezaron a reírse. Louise les dijo. “¡No os riáis de mi!, ¡Aún de vez en cuando doy hecho las cosas bien!” “Eso seguro “muy de vez en cuando,” Louise la Zero.” Se burló una chica que tenía el pelo riza y pecas en la cara.
“¡Señor Colbert! ¡Montmorency La Bebé acaba de insultarme!”
“¿A quién estás llamando bebé? ¡Yo soy Montmorency the Fragrance!”
“Oí que mojabas la cama como un bebé, ¿no? ¡‘La Bebé’ te queda que ni pintado!” “¡Pero cómo te atreves Louise! ¡A ti si qué te queda bien Louise la Zero!” “¡Mirad! Los nobles tienen que demostrarse el respeto apropiado.” Dijo el hombre de mediana edad, y se interpuso entre ellas para detenerlas.
¿De qué están hablando? ¿Un contrato? ¿Contrato del Familiar?
De repente, el cuerpo de Saito empezó a calentarse.
“¡Aaah!” Gritó Saito con la mirada perdida hacia arriba. “¡Quema!”
“Tranquilízate, ‘Las Runas de los Familiares’ aparecerán dentro de poco.” Dijo Louise enfadada.
“¡No quiero esto! ¡¿Qué me estáis haciendo?!”
Es inútil, no puedo hacer nada, ni tan si quiera me puedo mover. ¡Hace demasiado calor!
“A propósito” “¿Qué?” “¿Piensas qué se le puede perdonar el lenguaje que usó antes con los nobles?”
La sensación de calor duró sólo unos instantes. Inmediatamente su cuerpo volvió a la normalidad.
“Que rápido…”
El supuesto mago llamado Colbert se arrodilló ante Saito, y comprobó el dorso de su mano izquierda. Ahí, acababan de aparecer unas letras muy extrañas.
¿Y estas letras? Parecen que siguen un extraño patrón, Saito las miró fijamente y pensó, si esto no es un truco, entonces ¿qué es?
“Hmmm…”
Llegado a este punto, Saito ya no sabía que pensar.
“Son unas Runas muy inusuales,” exclamó el mago de las pintas raras. “¡¿Quiénes son estas personas?!” Gritó Saito, pero nadie reaccionó. “Bien, volvamos a las clases.” Dicho esto, el mago se giró, se levantó y empezó a alzarse suavemente en el aire. Y entonces Saito, entró en estado de shock.
¿E… Está volando? ¿Está flotando en el aire? ¡No puede ser! Y los demás, que parecían estudiantes, también empezaron a flotar.
¡No puede ser! ¿Los demás también? Una persona aún vale, por que podría volar gracias a algún truco, ¿pero todos? Saito empezó a buscar algún cable o alguna grúa, pero no había nada que se pareciese a algo así.
Todos los que estaban volando empezaron a dirigirse al castillo de piedra.
“¡Louise síguenos, no te quedes atrás!” “Ella no puede volar, no sabe utilizar la levitación.” “¡Un plebeyo es el familiar perfecto para ti!” Dijeron los estudiantes, que ya estaban bastante lejos, los únicos que quedaban allí eran Saito, y la chica llamada Louise.
Tan pronto como quedaron ellos dos solos, Louise dio un fuerte suspiro, se dio la vuelta hacia Saito y le gritó “¡¿Quién narices eres tú?!”
Eso hizo que Saito se enfadara. ¡Eso debería preguntarlo yo!, ¿No crees? Pensó
“¿Quién eres tú? ¡¿Qué es este lugar?! ¡¿Quiénes son esas personas y por qué podían volar?! ¡¿Qué le hiciste a mi cuerpo?!”
“No sé de donde vienes, pero te lo explicaré”
“¿Un país? Esto es una zona remota, perdida en el culo del mundo, ¿no? ¡Por qué Tokyo no se parece en nada a esto!” “¿Tokyo? ¿Dónde queda eso?” “En Japón” “¿Cómo? Nunca había oído nada parecido.”
“¡Oh por favor! ¡¿Dime cómo consiguieron volar?! ¡Tú también les viste! ¡Volaron! ¡¿Cómo lo hicieron?! ¿Eh? ¿Eh?”
Pero Louise no le hizo caso, es como si dijera, “¿Qué tiene eso de raro?”
“Por supuesto que volaron. Somos magos, ¿Cómo no lo íbamos a poder hacer?” “¿Mangos? ¡¿Qué es este lugar?!” Le preguntó Saito intrigado. “¡Esto es Tristain! ¡Y esta es la prestigiosa academia de magia de Tristain!” “¿Academia de magia?” “Yo soy una estudiante de segundo año, Louise de la Vallière. Y ahora soy tu ama. ¡Recuerda eso!”
De repente toda la intriga de Saito desapareció. Tenía un mal presentimiento de todo esto. “Eh… Señorita Louise…”
“Dime.”
“¿En serio me invocaste?”
“Eso es lo que he estado intentando decirte todo este tiempo, una y otra vez, hasta que me cansé. Yo quería invocara una criatura que sobrepasase a la de los demás… Algo como un dragón, un grifo, una salamandra. O por lo menos un águila o un búho.”
“¿Un dragón, un grifo? ¿A qué te refieres?”
“Pues eso, sólo decía, que deseaba tener alguna de esas criaturas como familiar.” “¿De verdad existen?” “Pues claro. ¿Por?”
“Tienes que estar tomándome el pelo” Dijo Saito riéndose. Pero en cambio Louise seguía seria, sin inmutarse.
“Bien, probablemente nunca antes los habías visto” Dijo Louise con un tono de compasión en su voz. No parecía estar bromeando.
Claro, ahora todo encaja, los magos que vuelan, los conjuros.
De repente sintió como una extraña sensación que recorría su espina dorsal, que explotó en un sudor frío. “Entonces… Vosotros sois… ¿Magos y magas?”
“¡Si, lo somos! ¡Y ahora que lo vas pillando, súbete a mis hombros y vámonos! ¡No debes ni tan si quiera dirigirme la palabra!”
Un sueño… Esto tiene que ser un sueño… Entonces, como por arte de magia, su fuerza lo abandonó, y Saito cayó de rodillas. “Louise” Le dijo con una voz débil. “No me llames directamente por mi nombre.” “Golpéame.” “¿Qué?”
“Golpéame tan fuerte como puedas en la cabeza.” “¿Por qué?” “Quiero despertar de este sueño. Quiero despertar solo, en mi casa, y así poder comer esta noche un delicioso filete hamburg, de las que prepara mi madre.”
“¿Solo?”
“No es nada. Después de todo tú formas parte de mi sueño, así que no es necesario que te preocupes. Ahora lo único que quiero es despertar.”
“No entiendo nada de lo que estás diciendo, pero quieres que te golpee, ¿no?” Louise apretó fuertemente sus puños.
“Sí, por favor.”
Sus puños comenzaron a temblar. La expresión de Louise era indescriptible, pero parecía que pasaban muchos pensamientos por su cabeza. “¿No trataste de ser convocado?”
“¿Cómo iba a saber que me convocarías?”
“¿Cómo pude yo, la tercera hija de la familia Vallière… una noble orgullosa, de su antiguo linaje, tener como familiar a un plebeyo como tú?”
“Y yo que sé”
“¿…Y tener que besarte para cerrar el trato?”
“¿Y como iba a saber eso? Si no, haber pensado antes de actuar. Ahora voy a tener pesadillas.”
“¿Pesadillas? ¡En tal caso las tendré yo! Y entonces Louise le propinó un puñetazo con todas sus fuerzas en la cabeza. “¡Era mi primer beso!”
Quizás ella fue un poco demasiado dura… Pensó Saito, que se había desmayado.
Hiraga Saito. Diecisiete años y está haciendo el segundo año de instituto.
Capacidad atlética: normal. Notas: normales. Tiempo sin novia: diecisiete años. Total: sin puntos positivos o negativos.
Opinión del profesor: “Ah, Hiraga-kun. Él nunca se rinde, y es un chico muy curioso, pero un poco torpe.”
Opinión de los padres: “Debes estudiar más, eres muy torpe.”
Aún siendo así de torpe, rara vez se mete en problemas, y acepta más o menos a la mayoría de la gente con todas sus diferencias. Pero antes, al ver volar a todas esas personas, fue demasiado para él, pero dado que cualquier persona normal habría sufrido una especie de shock al ver eso y se habría caído de rodillas, él le debe mucho a su forma de ser. Pero para empeorar las cosas, él es muy impulsivo, y casi siempre actúa sin pensar. También, tiene un espíritu muy competitivo, y en ese sentido su forma de ser es bastante parecida a la de Louise.
De todas formas, hace treinta minutos escasos, Saito estaba en La Tierra, concretamente en Japón, caminando bajo el cielo de la ciudad de Tokyo.
Saito estaba de camino a casa, había ido a recoger su ordenador portátil, que lo había llevado a reparar. Él estaba muy feliz, sobre todo por el hecho de que por fin volvía a tener Internet. Hace poco obtuvo una cuenta, y había conocido a una chica que posiblemente podría llegar a ser novia suya.
Aunque lo que quería de verdad era cambiar el ritmo de vida monótona que llevaba. Sin embargo, no lo descubrió en Internet, lo encontró en medio de la calle.
Él estaba de camino a casa, ya había pasado la estación de tren cuando de repente un espejo brillante apareció delante de él. Saito se paró, y aún se pasó un buen rato observándolo. Recordad, que su curiosidad es mayor que la de una persona normal.
Tenía forma de elipse y era bastante grande, debía tener dos metros de alto por un metro de ancho. En ese instante se percató de que el espejo estaba flotando en el aire.
Eso había picado su curiosidad. Qué tipo de fenómeno natural es este, se preguntaba, mientras inspeccionaba el brillante espejo.
No tengo ni idea. Nunca he visto o he oído hablar de un fenómeno como este. Pensó que lo mejor sería pasar de él, pero la curiosidad mató al gato, y pudo con él. Quería tocarlo, sentirlo, caminar sobre él.
No, no debo, se dijo a sí mismo. Pero es que está tan cerca… Pensó.
Primero, hizo un experimento, lanzó una piedra contra el espejo, y ésta se perdió en su interior.
Oho, pensó. Se fue a comprobar que la piedra no estaba al otro lado del espejo, y así era, la piedra había desaparecido. Sacó las llaves de casa de su bolsillo y tocó con la punta de las llaves el espejo. No pasó nada. Quitó la llave, la examinó pero no había nada diferente en ella. Así que Saito pensó que de principio no corría ningún peligro si entraba ahí dentro y se vio tentado a entrar.
Al final, aún sabiendo que no debía hacer esto, siguió caminando. Era como abrir un manga sólo que después te acuerdas de que tenías que estudiar.
Inmediatamente lo lamentó, pues un intenso choque embotelló sus sentidos. De repente se acordó de su niñez, cuando su madre le había comprado una extraña máquina, que supuestamente había fabricado con anterioridad una inteligente persona, y que funcionaba con electricidad, pero eso le produjo una descarga que recorrió todo su cuerpo. La sensación de ahora era muy parecida.
Saito se desmayó, y cuando abrió los ojos… Se encontraba en un mundo de ensueño.
“¿Es eso verdad?” Preguntó Louise, mirando a Saito con una expresión de incredulidad. En su mano, tenía el pan de la cena de anoche.
Estaban en la habitación de Louise, que debía tener unos 12 tatamis. Había una ventana al sur de la habitación, la cama estaba en el lado oeste, la puerta al norte, y el enorme ropero al este. Todos los muebles parecían ser antigüedades muy valiosas. Louise había traído aquí a Saito, aprovechando de que estaba desmayado.