Maria-sama ga Miteru:Volumen 01 Capítulo 1

From Baka-Tsuki
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Capítulo 1: Lunes de Intranquilidad

Parte 1

—Espera.

Era Lunes.

Luego de las filas de árboles de ginko, hay una bifurcación en el camino, y fue desde aquí que Yumi escuchó que alguien la llamaba desde atrás.

Era una voz fría, penetrante, suficientemente fuerte como para parecer una ilusión. Además, como esto había pasado justo en frente de la estatua de la Virgen María, por un instante pensó que quizás era ella la que le estaba diciendo que se quedara quieta.

Una vez que alguien te dirige la palabra, primero debes detenerte y responder "si", entonces voltear con todo el cuerpo.

Incluso si te hablan de manera inesperada, no debes proceder de manera apresurada. Está demás decir que sólo girar la cabeza como respuesta, se clasifica como una conducta definitivamente poco femenina.

Tan elegante como sea posible, de manera estética. Todo esto para acercarse un paso mas a parecerse a las hermanas mayores.

Es por lo mismo que tan pronto como te encuentras frente a frente con tu acompañante, debes sonreir y saludar diciendo "gokingenyou".

Desafortunadamente, Yumi fue incapaz de decir estas palabras.

—...

Era porque el reconocer quien la había llamado la dejó sin palabras.

La razón por la cual no se sobresaltó fue porque se había dedicado a aprender a comportarse de la manera en que la estudiantes de la escuela Lillian deberían. Su capacidad de autogobernarse en aquel momento era prueba suficiente de los progesos de aquel aprendizaje... o mejor dicho, esa era la manera en que lo hubiera deseado. Sin embargo, su estupefacción era tan grande que sus acciones fueron considerablemente mas lentas que su mente excitada, dejándola congelada en el tiempo.

—Eh... ¿Es posible que me estés hablando a mí?

De alguna forma, logrando deshielarse, Yumi logró preguntar, con incredulidad. Por supuesto, Yumi ya había confirmado que aquella era la unica persona a la vista, y sólo podría haberle hablado a ella. Pero aún así, le resultaba difícil creerlo.

—No te has equivocado. Yo soy quien habló y es a tí a quien he hablado.

No se había equivocado, había dicho ella. Sin embargo, Yumi desesperadamente hubiera querido responder, que porsupuesto que había un error, y entonces salir corriendo. Al no tener idea de por qué la había llamado, su mente estaba al borde del pánico.

Emitió una débil sonrisa y caminó directo hacia Yumi, ignorando el estado en el que ella estaba.

Ya que estaban en años distintos, no había tenido nunca la oportunidad de ver su rostro tan de cerca. Esta era incluso la primera vez que Yumi escuchaba su voz con tanta claridad.

Su cabello largo hasta la cintura brillaba tan intensamente que daban ganas de preguntarle que marca de shampú usaba. Estaba tan bien cuidado que era difícil imaginar que hubiera una sola hebra en mal estado.

—Sostén esto.

Estiró su cartera. Cuando Yumi, aun perpleja, la tomó, ella extendió ambas manos desnudas hasta la parte trasera del cuello de Yumi.

"¡Ay, no!"

Sin saber lo que estaba pasando, Yumi cerró los ojos, bajó la barbilla y se puso rígida.

—Siempre debes estar atenta a tu presentación personal. La virgen María está observando, después de todo.

Con estas palabras, aquella persona tomó su cartera de vuelta, se despidió con "gokingeyou", y se adelantó hacia el edificio de la escuela.

"Esa... esa era..."

De pie ahí, dejada atrás, la sangre lentamente volvió a subir hasta la cabeza de Yumi, y comenzó a hacer recuento de lo que había pasado.

No había duda acera de quién era ella.

Número siete en la lista de la Clase Pino, segundo año, Ogasawara Sachiko-sama. Era conocida como "Rosa Chinensis en bouton".

Era tal su popularidad en la escuela, que no podías evitar preguntarte si estaba bien decir su nombre, o incluso mencionarla, si eras alguien de tan bajo estatus.

"Esa..."

Yumi estaba a punto de hervir de vergüenza.

"¡Eso no es justo!"

Yumi se quedó de pie, atontada por unos momentos.

Había intercambiado palabras con la onee—sama a la que había aspirado desde el principio. Pero había sido un episodio horriblmente embarazoso. Era muy cruel.

¡La Virgen es muy cruel!

Cuando miró hacia arriba, en busca de la Virgen María, esta mantenía su perpetua sonrisa casta y se erguía silenciosa en medio del pequeño y verde jardín.


Parte 2

—Ah. Así que eso es lo que pasó.

Katsura-san, que se sentaba frente a ella, sólo rió cuando escuchó la historia.

—Estabas tan sombría cuando apareciste en la clase, que me estaba empezando a preguntar si te topaste con un acosador en el tren, o algo parecido.

—Un acosador habría sido mejor

—¿Por qué?

—No te sigue a todas partes.

—Yumi-san, se nota que nunca has tenido que viajar cerca de un acosador en el tren.

—Viajo en bus.

Las estudiantes de la Academia Lillian para Niñas solían tomar un bus desde la salida norte de la Estación de Trenes M en el distrito de JR para llegar a la escuela. Ambas hacían este mismo recorrido, pero Katsura-san tomaba un tren muy concurrido para llegar a la Estación M, mientras que Yumi tomaba un bus hasta la salida sur de la misma, lo que marcaba una clara diferencia en comodidad (o incomodidad).

—Había un rumor acerca de un vagón de la Academia Lillian ¿recuerdas?

—Hay uno, pero está ocupado mayormente por las Yamayurikai, así que el resto de las estudiantes llenan el segundo vagón. Pero a causa de las tareas diarias y las actividades de los clubes, entre otras cosas, si sales demasiado temprano no hay suficientes estudiantes, así que pierde el sentido.

A pesar de eso, parecía ser que gracias a los rumores, estudiantes de otras escuelas aparte de Lillian habían comenzado a usar ese vagón, haciéndolo bastante efectivo contra acosadores. Por supuesto, no había una forma real de prohibirles la entrada a los hombres, pero el número de hombres con el descaro suficiente como para entrar a un carro lleno de jóvenes colegialas era muy bajo. Aparte de que, de cualquier manera, en tal situación tenían muy pocas oportunidades de hacer movimientos sospechosos.

El uniforme de Lillian estaba hecho de una tela negra opaca, que tenía una gota de color verde, y era muy refinado en todo sentido. El pañuelo de marinero color marfil, llevaba una sola línea en el borde y se ataba como una corbata. Durante aquella estación, la falda tableada de una pieza, iba desde la cintura hasta las rodillas. Combinando todo esto como un set con las calcetas blancas dobladas tres veces y los zapatos de cuero estilo ballet, conseguías un atuendo muy tradicional. Uno que tenía una popularidad fuertemente enraizada con la gente en general así como también, por supuesto, con los fetichistas de los uniformes.

Esta atractiva tenida anunciaba que la dama que la llevaba pertenecía a un estatus social elevado. Pero también, los uniformes de marinera atraerían siempre la atención.

—Los trenes suelen ir llenos, así que siempre compruebo mi aspecto antes de entrar a la escuela.

Diciendo esto, Katsura-san se movió ante Yumi como si estuviera ante un espejo, se arregló el flequillo y volvió a atarse la corbata. A eso se refería.

—Ya veo, fui tan descuidada.

Yumi se dejó caer sobre su escritorio. Entonces, Katsura-san acarició su cabeza, como diciendo "ya, está bien".

—Es verdad. Pero las personas que pueden permitirse sentarse cómoda y elegantemente mientras viajan a la escuela no tienen que molestarse en pensar en eso. No te preocupes por eso, no es la gran cosa.

—Es la gran cosa.

—Mientras nosotras hagamos nuestra parte en olvidar, estará bien.

—¿Por qué dices eso?

—Porque ella es la estrella de la Academia Lillian. Las estrellas no se fijan en cada novata que se encuentran.

Estrellas y novatas.

A pesar de que era la verdad, o mas bien porque lo era, dolió. Los consuelos de Katsura-san eran un tratamiento extremista.

De paso, Katsura era un nomre y no un apellido. En Lillian los sobrenombres generalmente no existían. La costumbre era referirse con -san a aquellas que estaban en tu mismo grado y con -sama a aquellas que estaban en cursos superiores.

—No hay forma de evitar ponerse nerviosa cuando te llaman. La única persona de primer año en nuestra clase que puede conversar tranquilamente con algún miembro del concejo Yamayurikai es ella.

Y con estas palabras, Katsura san echó una mirada rápida por sobre su hombro. Siguiendo su línea de visión, Yumi observó a Todou Shimako entrar en la habitación.

—Gokigenyou, Katsura-san. Gokigenyou, Yumi-san.

Conforme saludaba a ambas, Shimako-san avanzó elegantemente hasta su asiento.

—Go- Gokigenyou.

Yumi y Katsura-san intercambiaron miradas, como si ambas quisieran preguntar "¿Por qué te pones tan nerviosa?"

A pesar de que la edad era la misma, la diferencia era enorme. Aunque totalmente diferente a Sachiko-sama, Shimako-san era también sensacionalmente hermosa.

—¿Escuchaste?

Katsura-san comenzó a susurrar, de manera que Yumi también bajó la voz. —¿Que Shimako-san se convirtió en Rosa Gigantea en bouton? Sobrepasando incluso a las de segundo año.

Era famosa. La historia de Shimako-san intercambiando votos de hermandad con Rosa Gigantea a pesar de ser una estudiante de primer año.

—No me refería a eso.

—¿No?

Dejando adivinar que era el más reciente rumor, Katsura-san puso su dedo índice sobre su labio, diciendo "Onee-sama me contó".

Su Soeur era una de los miembros mas antiguos del club de tenis, e iba a la misma clase que Sachiko-sama.

—Shimako-san. Rosa Gigantea no fue la primera en proponérsele, sino que al parecer también lo hizo Sachiko-sama.

—¿¡Ahh!?

—Yumi-san, estás metiendo ruído.

Ambas estaban encogidas sobre un solo escritorio. Era un espectáculo muy impropio para unas damas, pero las dos no se habían dado cuenta. Virgen María, por favor perdónalas. Sin importar la generación de la que sean, las mujeres aman los rumores acerca de otras personas.

El sistema Soeur de la Academia Lillian de Niñas había nacido, se decía, de la actitud que tenía la escuela de respetar la autonomía de sus estudiantes en la escuela secundaria. Al graduarse de la educación obligatoria, en la cual vivían bajo la vigilancia de las hermanas y las profesoras, se esperaba que llevaran una vida ordenada segun su propia capacidad. El sistema Soeur fue adoptado para que las hermanas mayores pudieran guiar a sus hermanas pequeñas a través de aquella época abrumadora.

Conforme aquel sistema se fue integrando a toda la escuela, era tal que incluso sin la necesidad de que interfiriera ninguna regulación estricta, el estilo de vida escolar puro y correcto era pasado de generación en generación.

Soeur significaba hermanas, en francés. Presumiblemente con la finalidad de prevenir confusión con las hermanas religiosas (a quienes llamaban "sisters"), habían evitado utilizar el ingés. Originalmente, todas las mayores eran llamadas Soeurs, pero eventualmente se convirtió en una manera de designar a dos niñas ligadas estrechamente. Nadie estaba seguro de cuando se había comenzado a utilizar la práctica de entrega y recibimiento de un rosario como señal de convertirse en Soeurs.

—De acuerdo a lo que cuentan, Sachiko-sama se le propuso primero. Pero ella aceptó la manio de Rosa Gigantea, a pesar de que llegó después.

Katsura-san parecía un poco desdeñosa, pero definitivamente estaba emocionada por el tráfico de rumores.

—Me pregunto si sólo prefería el color blanco al rojo.

—Ese no es el punto. Vaya, Yumi-san, eres un poco extraña. ¿Ves? Eres de la misma clase de persona que Shimako. Eres capaz de seleccionar entre dos rosas.

—Seleccionar, que palabra mas fea.

—Pero, diciendo la verdad, Sachiko-sama fue rechazada.

—Umm.

Que deperdicio hacer algo como eso, pensó Yumi.

—¿A qué te refieres con "Umm", no crees que es algo horrible?

—¿Por qué? Si no puedes tener dos onee-sama, tienes que elegir una.

—¿Y eliges a la que llegó después?

—Pero no es una carrera.

—Si, lo es.

Y con un suspiro, Katsura-san había concluído la discusión. Ahora que lo pensaba, había intercambiado sus votos Soeur el mismo día en que se había unido al club de tenis.

—Y hablando del tema ¿Qué pasa con Rosa Foetida?

—Rosa Foetida es pacífica y está asegurada con una estudiante de tercero, una de segundo, y otra de primero.

—Ya veo.

Para Yumi, en contraposición con el asunto de que Rosa Gigantea y Rosa Chinensis en bouton se estuvieran peleando por Shimako-san, el hecho de que ninguna de ellas tuviera hermanas menores le resultaba mas sorprendente.

—De cualquier manera, la verdad es que Sachiko-sama se le propuso, y ella no aceptó de inmediato.

Al decir esto, Katsura-san miró hacia el reloj.

La campana sonaría para las plegarias de la mañana.

Entonces, un himno sonaría desde el sistema de transmisión de la escuela. Aparte de la plegaria matutina semanal en el Santuario, todas rezaban en sus salas de clases. Todas cantaron el himno, escucharon las palabras de la directora, y entonces calmaron sus espíritus y ofrecieron rezos a Dios.

Por favor, permíteme vivir rectamente el día de hoy.

Sin embargo, en aquel día, a pesar de rezar, tuvo el presentemiento de que estaba a punto de ser arrastrada lejos de su pacífica y rutinaria vida.


Parte 3

—Yumi-san, Yumi,san.

Alguien llamó a Yumi al finalizar la escuela, justo cuando había acabado con sus tareas de limpieza y salía de la sala de música.

—Ah, Tsutako-san. ¿Ya has terminado de limpiar el salón de clases?

—Si, y es por eso que me apresuré hasta aquí, para asegurarme de encontrarte. Yumi-san parecía parecía haber tomado su maletín con ella a las tareas de limpieza.

A causa de que las salas de primer año estaban alejadas de la sala de música, las de primer año siempre llevaban sus maletines.

Como las entradas de los clubes estaban cercanas, resultaba conveniente para irse a casa o a las actividades de tu club directamente.

—¿Me estabas buscando?

—Quisiera discutir algo contigo.

—¿Discutir?

Esto motivó a Tsutako-san a levantar sus lentes sin marco hasta el puente de la nariz con un dedo, asentir, y responder "si".

—Yumi-san, tenemos actividades a las que asistir, así que nos retiramos ahora. Oh, y voy a regresar el registro de limpieza a la sala de profesores en el camino, también.

Las tres estudiantes que la habían acompañado en las tareas de limpieza sonrieron con ojos puros.

—Vaya...gracias.

—No, no. No te preocupes por eso. Gokigenyou.

—Gokigenyou.

Los uniformes, con el color de alas de cuervos húmedos, suavemente se deslizaron hasta el final del pasillo. Tsutako-san y Yumi-san las observaron alejarse durante un instante.

—¿Sabes que pertenezco al club de fotografía?

Tsutako-san se volvió hacia Yumi y preguntó abruptamente.

—S-si.

Porque ella es famosa.

Aparte de las horas de clase, escasamente se separaba de su cámara. Yumi recordaba borrosamente haberla escuchado lamentarse, en algún momento, acerca de lo mortificada que se sentía cada vez que perdía la oportunidad de hacer una buena toma, y para evitar ese sentimiento de frustración era que llevaba su cámara colgando del cuello todo el tiempo. Desde el principio de la secundaria, esta era la primera vez que Yumi terminaba en la misma clase que Tsutako-san, pero ya le había mostrado dos o tres fotos que le había tomado sin que ella se diera cuenta. A pesar de que no tenía los conocimientos para distinguir si Tsutako era una buena fotógrafa, tenía que admitir que incluso ella misma lucía al menos un treinta por ciento mas bonita en las fotos que ella le había tomado.

—¿Sabes que el festival de la escuela está cerca? Verás, a causa de eso, he estado viniendo a la escuela temprano para tomar fotos desde antes de que empiece la jornada.

Sólo fotografiaba gente. Mejor dicho, específicamente, "jovencitas de la escuela secundaria". Honestamente, no había nada malo con eso, pero como ella pensaba que "si el modelo es consciente de que está siendo fotografiado, la foto no quedará bien", así que tenía la costumbre de tomar fotos a escondidas.

—Tsutako-san ¿No piensas que sería mejor dejar de tomar fotos como si fueras un papparazzi?

—¿Por qué desperdiciar mi situación provilegiada al ser una estudiante de la Academia Lillian de Niñas? Mi único deseo es embotellar la belleza a mi alrededor dentro de este marco. Con el tiempo, todos nos volvemos viejos, pero es posible preservar el "ahora" en toda su brillante gloria. Intento verlo como un deber enconmendado por Dios, que me eligió para portar esta cámara.

Con estas palabras, levantó el puño, apsionadamente.

—Aún así.

—No te tienes que preocupar. Consigo permisio de cada uno de mis modelos. Si, por el contrario, mi petición es rechaza, quemo todo, incluso los negativos. Y antes de mostrarlas, siempre, siempre me aseguro de que las involucradas lo deseen.

—¿Permiso?

—Exactamente así.

Tsutako-san le mostró a Yumi dos fotografías.

—¿Qué?

Tres, dos, uno.

Bastaron tres segundos para que se diera cuenta de qué eran las fotografías.

—¿¡Ehhh!?

Como Yumi levantaba la voz muy por encima del tono que era generalmente aceptado de una estudiante de Lillian, Tsutako-san le cubrió la boca.

—Es-esto.

Ah, y qué era.

La escena de la mañana, la misma escena que deseaba se hubiera borrado de su memoria. Dos fotografías de Ogasawara Sachiko-sama y Yumi.

Aún así, era un trabajo digno del as del club de fotografía. No había dejado pasar la oportunidad de fotografiar el momento preciso. Las dos manos de Sachiko sostenían firmemente el pañuelo de Yumi. Casi podías oir el sonido de la tela al ser ajustado el nudo.

Haciendo un esfuerzo para no soltar su cartera, Yumi observó imbuida, absorbiendo cada detalle de la foto.

Como siempre, Sachiko-sama estaba adorable. Y como resultado directo de su presencia, Yumi, de pie junto a ella, lucía como un ángel.

—La primera fue tomada con una lente de rango largo, el acercamiento. Pero esta otra, en la que aparece todo tu cuerpo, tiene un tinte mas "prohibido", dándole mas puntos. ¿No lo crees?

—Por cierto, el título es "Entrenamiento" —dijo Tsutako-san, y Yumi no pudo hacer mas que estar de acuerdo.

—¿Puedo quedármela?

Al preguntar esto, Tsutako-san rió y le quitó las fotografías. Lucía como si Yumi acabara de picar el anzuelo.

—No tengo problema, pero tengo dos condiciones.

—¿Condiciones?

—Condición uno: que me permitas usar esta foto en uno de los paneles de la exibición del club de fotografía durante el festival de la escuela.

—Eh...

¿Exibición? ¿Panel? ¿Se había vuelto loca?

Que insensato, poner a alguien como Yumi, con sus notas, altura, peso, y figura totalmente promedio, en el mismo nivel que alguien que era perfecta en cada aspecto, como Ogasawara Sachiko-sama, y dejar que cada una de las estudiantes lo viera.

—Tsutako-san, debes estar bromeando.

—¿Por qué bromearía? Desde que tomé la fotogafía me he sentido con la confianza de afirmar que es mi mejor trabajo en todo el año. Es por eso que use el descanso del almuerzo para revelarla.

Al decir esto, su estómago soltó un rugido definitivamente poco femenino. Ah, su almuerzo yacía intacto en su lonchera. Las aficiones tienen prioridad sobre la necesidad de satisfacer el apetito.

—Pero, un panel...

Yumi bajó los ojos.

—¿No quieres la foto?

Tsutako-san puso las fotos en abanico y las agitó en frente del rostro de Yumi.

—Lo sé. Siempre has admirado a Ogasawara Sachiko-sama en secreto. Mas aún, desconociendo la remota posibilidad de una fotografía doble, se que nisiquiera tienes una foto de acercamiento a su cabeza. Cuando las fotos del paseo fueron puestas afuera de la sala de profesores, estabas molesta por no poder pedir una copia al ser de un año diferente. ¿Tengo razón? Y como no eres parte de ningún club, no conoces a ningúna estudiante de segundo a la cual le puedas pedir una copia. La única fotografía que tienes es una del evento de atletismo. Esa es la imagen en la que Sachiko-sama, esperando en línea por el relevo, quedó en el último plano. Y, bueno, no voy a decir que es un grano de arroz, pero en realidad es sólo una mota.

—Dicúlpame, pero era, por lo menos, del tamaño de un lápiz. Y aún así, es un tesoro para mí.

Tsutako-san podría haber seguido una carrera como detective privado si así lo hubiera deseado.

—Me pregunto si ese lápiz te satisfará después de los eventos de hoy.

Los cristales de sus lentes brillaron como el flash de una cámara.

—...Eres malvada.

Por supuesto que no había manera de que estuviera satisfecha, no después de haber visto una foto tan buena.

—¿Pero no existe la posibilidad de que Sachiko-sama se niegue?

—Es por eso que —Tsutako-san levantó su índice y rió de manera triunfante— la otra condición es que recibas permiso de Rosa Chinensis en bouton.

—¿¡Ehhh!? Eso es imposible, absolutamente imposible.

Denuevo, dijo algo tan impactante de una manera increíblemente lisa y llana.

—¿Por qué? —Tstutako-san abrió los ojos con sorpresa— Las dos lucen tan cercanas, como soeurs. —¡Ojalá!

Yumi le explicó. Esta mañana, al dirigirse a la escuela, alguien la había llamado derrepente, y mientras se preguntaba qué estaba pasando, había sido amonestada a causa de su apariencia.

—Bueno. Y mientras lo hacía arregló tu corbata, además. Si tus compañeras se enteraran desearían haber estado en tu lugar.

—¿Qué podrían decir: "Ay, me muero de envidia"?

El sólo recordarlo la hacía sentir que iba a enrojecer.

—Sachiko-sama debe haber pensado "que estudiante mas vaga".

No se suponía que fuera así.

En verdad, se suponía que el hablar por primera vez con su onee-sama en un futuro cercano fuera una situación mucho más hermosa.

Por ejemplo, como la escena de una película. Una escena que te hiciera sonrojar de emoción de sólo recordarla, algo que atesoraras aún después de la graduación. Incluso si se trataba sólo de un instante. Como recoger el pañuelo de Sachiko-sama al ser arrastrado por el viento, y devolvérselo. O algo parecido, algo trivial.

Pero una corbata doblada. Para peor, se había asustado tanto que nisiquiera se había podido despedir o agradecerle. Había caído al estatus de una estudiante menor y mal educada.

—Una estudiante descuidada ¿no está eso bien? Después de todo, te permitió acercarte a tu preciosa onee-sama.

—Err..

No había contraargumento a eso. Si su corbata no hubiera estado doblada, era muy probable que no le hubiera hablado en absoluto, en toda su vida.

—Tsutako-san ¿por qué no vas a negociar en persona? Después de todo, lo haces todo el tiempo.

—Incluso Tsutako-san, con lo valiente y audaz que es, se siente intimidada por el concejo Yamayurikai.

El Yamayurikai era el concejo estudiantil de la Escuela Secundaria de la academia Lillian de Niñas. Conocidas como las Rosas Blanca, Roja y Amarilla, los tres miembros del consejo, a pesar de ser estudiantes como ellas, estaban en un nivel social distinto, como si fueran miembros de la corte. Sachiko-sama era la petite soeur de Rosa Chinensis.

—Además, Yumi-san, decidí que sería rentable usarte para las negociaciones.

—¿P- por qué?

—Porque tú capturaste la atención de Sachiko-sama.

—Pero eso fue porque mi corbata-

—Si una corbata desarreglada fuera todo lo que se necesita para obtener la atención de Sachiko-sama, cada estudiante de Lillian andaría por la escuela con la suya desarreglada.

Ese había sido el argumento de Tsutako-san.

—Nadie haría eso.

—Te lo digo enserio, he visto algunas estudiantes de primero bastante calculadoras. Estudiantes de primer año que emprenderían una hazaña tan atrevida como caminar en frente de Sachiko-sama con la corbata desarreglada, sólo con el propósito de llamar su atención por un momento. Tsutako-san habló de esto en un tono sereno, como si fuera la protagonista de una obra, de pie en medio de un escenario iluminado por los focos.

—Sobre todo Sachiko-sama, es considerada una de las personas mas compulsivas acerca del orden dentro de la escuela. Es tan famosa por desdeñar las apariencias descuidadas, que debe haber mas de una persona que tontamente haya intentado esta acrobacia.

Para tener un alma recta, uno debe empezar por su apariencia. Por casi once años desde el jardín de infancia, ese había sido un mantra repetido hasta el cansancio, y romper ese condicionamiento con el fin de obtener la atención de su adorada superior, les había hecho ganarse sólo una, fría y reprobatoria, mirada de Sachiko-sama. Seguida de una completa indiferencia.

Para empeorar las cosas, a veces la onee-sama de esa estudiante era llamada para tener una "discusión" acerca de la importancia de la presentación personal.

—Sachiko-sama... da miedo.

—¿Recién te diste cuenta? Ogasawara Sachiko-sama es aterradora. Por supuesto, esto solo pasa con las cosas que ella desaprueba.

—¿Y me estás diciendo que enfrente a esa persona intimidante?

A decir verdad, Tsutako-san daba miedo también.

Yumi ya estaba preparándose para huir. El frente de sus zapatos de interior ya estaba mirando hacia la salida.

—No lo entiendes, Yumi-san. Sachiko-sama no es un demonio, es un angel. El Arcángel Miguel.

—¿E- el Arcangel Miguel...?

¿Qué está diciendo, siquiera entiende lo que está diciendo? Los ojos de Tsutako-san estaban enfocados en un punto en la distancia.

—Ella es, en realidad, sublime y tolerante. Sin embargo, todo lo que se opone a su sentido estético es absolutamente imperdonable. Ella es, después de todo, una princesa en toda su ley. Tiene derecho a poseer su propia y peculiar escala de reglas.

La mente de Tsutako-san estaba en algún lugar muy lejano en ese momento. Yumi no pudo evitar levantar la mano, decir "disculpa", y preguntar:

—Tsutako-san, mis notas en la clase de lengua son sólo aceptables.

—¿Si?

—¿Puedes bajar el nivel de tu lenguaje y darte a entender, por favor?

—¿Bajar el nivel?

—Eh, en otras palabras ¿Puedes explicarlo en español, por favor?

Tsutako-san cruzó los brazos y se sumergió dentro de sus pensamientos. Era difícil explicarle a alguien mas una teoría que ya habías completado en tu cabeza.

—Poniéndolo simple, Sachiko-sama jamás se enoja de manera irracional, así que no hay problema. Cuando se enoja, siempre hay razón en sus palabras.

—¿Entonces?

—Entonces no te preocupes y convéncela.

—¿Y por qué yo?

—Parecen complementarse, tú y Sachiko-sama.

¡Vaya! no puedo entender la forma de razonar de Tsutako-san.

—¿En qué te basas para afirmar eso?

—¿Base? no tengo base. Esas cosas se basan en el instinto. Intuición.

Sachiko-sama, que nunca se molestaba en ocuparse de las corbatas de las estudiantes menores, derrepente había decidido llamarla aquella mañana, corregirla, y entonces re-atar el pañuelo de Yumi con sus propias manos. Tsutako-san parecía convencida de que este era un buenísimo logro, uno que no podría haber sucedido de pura suerte.

—Incluso si una persona no es consciente de esto. Creo que la gente se acerca subconscientemente a quienes le son parecidos.

—Una vez mas, estás siendo irracional.

Esencialmente, era mas como si estuviera pasándole a Yumi la responsabilidad de algo que ella no quería hacer.

—Si realmente lamentas que te vea como una estudiante descuidada, entonces tienes la oportunidad de cambiar esa imagen. Si vas y le agradeces: "Gracias por advertirme esta mañana", te conviertes automáticamente en una dama educada.

—Ay, Tsutako-san, eres persuasiva.

—Vaya, gracias. Una vez me invitaron a unirme al club de debate.

Su risa triunfante era tan magistral que Yumi tenía la impresión de que igualmente podría ser invitada al club de teatro.

Diez minutos después, Yumi estaba de pie en frente de la puerta del cuartel general de las Yamayurikai, La Mansión de las Rosas.

Al final, el golpe crítico de Tsutako: "¿No quieres la foto?" había empujado a Yumi a aceptar el rol de negociar con Sachiko-sama.


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