Mushoku Tensei Spanish:Volume 11 Chapter 109.1
Esta traducción ha sido realizada a partir de la versión inglesa encontrada en esta misma página (enlace) realizada por Vanant.
Traducido por Sergiocamjur (talk) 15:11, 8 November 2015 (UTC)
Volumen 11 Capítulo 109.1 - Capítulo Especial - Afilando los Colmillos
1ª Parte
Esta historia ocurre en la Tierra Santa de la Espada.
Concretamente a 1 hora de camino en dirección norte, donde se encuentra un cabo[1] sin nombre ni importancia.
En este sitio tan apartado se encontraba una joven entrenando con su espada en solitario, repitiendo una y otra vez un corte en el viento. Este ataque no era ningún tipo de técnica o Kata[2] del estilo del Filo Celestial, tan solo eran golpes en el viento.
Y la chica que se encontraba realizando este repetitivo entrenamiento es Eris Greyrat.
"..."
Eris Greyrat se encontraba ejecutando simples golpes al aire con su espada en un lugar apartado sin nadie a su alrededor, sin nada más que ocupara sus pensamientos salvo el movimiento, imitando un perfecto Mushin[3].
Para la joven, entrenar mientras te asaltaban pensamientos innecesarios era perder el tiempo; al igual que imitar a otros sin comprender el sentido de sus movimientos era igual de estúpido.
Esta joven creía que realizando el movimiento poniendo todo tu ser en cada golpe, sin alejar la mente del mismo, serviría para afilar su el filo de la hoja en la que quería convertirse. Que cada golpe fuera afilando la hoja un mínimo imperceptible, pero seguro.
Lo que la joven no sabía es cuánto debía afilar esa hoja, cuántos golpes serían necesarios para conseguir la fuerza que buscaba.... Cuánto tiempo necesitaría repetir este proceso para alcanzar a Orsted...
La respuesta a esta pregunta no era conocida por Eris, ni por nadie.
... Podría ser que por mucho que afile mis colmillos, jamás pueda vencer a Orsted.
Y esto exactamente era lo que la joven comprendía como un Pensamiento Innecesario.
"...Tcht."
Eris chasqueó su lengua al comprender que había perdido la concentración, agitó su cabeza y se sentó en el suelo donde se puso a meditar.
Era un círculo vicioso que carcomía a la joven en su entrenamiento, puesto que su meta era vencer a Orsted, pero cuanto más se esforzaba en conseguirlo, más alejado veía su objetivo.
En sus orígenes, Ghyslaine, la persona a la que Eris consideraba su Shishou le dijo las siguientes palabras:
Sé Lógica.
Pero para Eris, la lógica era algo complicada, porque por mucho que se parara a analizar lo que le rodea buscando una solución, no era capaz de encontrarla y se perdía en gran cantidad de situaciones.
Por este hecho, Ruijerd, el que Eris consideraba como su segundo Shishou, fue exactamente lo que la joven necesitaba para calmar sus ansias.
A diferencia de la lógica que solicitaba Ghyslaine, Ruijerd tan solo se lanzaba contra Eris en combates de práctica, la tumbaba a golpes y sus únicas palabras de enseñanza fueron ¿Lo comprendes ahora?.
Al principio Eris no era capaz de comprender lo que Ruijerd intentaba mostrarle, pero al final, tras intentarlo una y otra vez, cada día, sin descanso, incluso cuando su cabeza se bloqueara, consiguió comprender a lo que este se refería, pudiendo ver por fin la Lógica.
Por todo esto, Eris respetaba a Ghyslaine, al igual que respetaba a Ruijerd; y aun con las irritantes clases del Dios del Filo, viendo como esas personas le respetaban, comprendió que ella también debía respetarle.
Y por eso continuaba día tras día dando golpes al aire bloqueando su mente hasta que el cansancio la sacaba de ese estado, tras lo que simplemente se sentaría para reposar buscando la lógica y la respuesta. Y cuando se hartaba de pensar, simplemente se ponía en pie para repetir el proceso.
La persona que le encargó que realizara este entrenamiento fue el propio Dios del Filo, entrena, descansa, entrena, descansa. Si te da hambre, come; pero entrena y descansa.
Al principio, Eris había realizado este entrenamiento en el dojo, pero siempre había alguien o algo que la acababa interrumpiendo; en su mayoría, otras mujeres que entrenaban en ese lugar, con cualquiera de las siguientes frases.
"Eh, vente a realizar con nosotras el entrenamiento matutino."
"Eh, ya está el arroz, ven a comer."
"Eh, ¿te vienes a entrenar conmigo?"
"Eh, apestas, ve a darte un baño."
Cansada de estas interrupciones, Eris decidió abandonar el dojo.
Se puso en marcha sin ninguna dirección en mente, caminando en línea recta, y acabó encontrando un cabo sin nadie que la molestara y viendo esto, continuó su entrenamiento en este lugar.
Para comer utilizaba cualquier cosa que se trajera de la cocina del dojo o cualquier monstruo que viniera atacarla; debido al frío invernal, se trajo leños para hacer una fogata que prendía con la magia que aun recordaba; y cuando necesitara dormir, regresaba al dojo donde recuperaba susfuerzas.
Este estilo de vida se había prolongado durante medio año; en el que entrenaba, pensaba, entrenaba, pensaba.
En este tiempo, había una cosa que Eris había comprendido, que entrenar la espada es complicado.
De pequeña creía que pelear con espadas era mucho más sencillo que estudiar, y que se le daba mucho mejor; pensamiento que aun ha día de hoy mantiene. Comprendía que se le da mejor pelear que estudiar. Pero eso no quitaba que fuera algo sencillo.
Pensándolo un poco, aprender lo que otros te enseñan es más sencillo que descubrirlo por ti misma... Como por ejemplo, dar un golpe al aire como estoy haciendo. Solo tengo que subir la espada más rápido y golpear lo más rápido posible, pero haga lo que haga, no lo consigo.
Pero aun con eso en mente, no dejó de intentarlo, ya que había comprendido que su velocidad había aumentado mucho comparado con como empezó.
...Pero Ghyslaine es más rápida que yo, Ruijerd es incluso más rápido que Ghyslaine, el Dios del Filo les supera a ambos y Orsted... no sé ni por cuánto supera a esos 3.
Sentada, Eris se puso a pensar, analizando cómo debería golpear con su espada, imaginándose las figuras del Dios del Filo, Ruijerd y a Orsted imitando el movimiento.
¿Cómo haría el gesto el Dios del Filo? ¿Y Ruijerd? ¿Cómo pelearía Orsted con una espada?
Siguiendo esa pregunta, haría lo imposible por imitarles en su cabeza, analizando el funcionamiento de cada músculo de sus cuerpos desde la yema de sus dedos hasta el hombro. Porque aunque Eris buscaba llegar a su altura, su meta era vencerles, trascenderles, superarles a todos.
Pero no sé cómo hacerlo... ¿Cómo voy a saberlo? Si no se me da bien pensar.
Y cansada de pensar, se pone en pie para volver a agitar su espada cortando el aire y sin dejar que los pensamientos la saquen de la sensación y el movimiento.
Alzar la espada, golpear con ella.
Más rápido...
Alzar la espada, golpear con ella.
Más rápido...
Este gesto es repetido decenas de veces, cientos, miles... embriagándose de la sensación hasta que pensamientos innecesarios le interrumpieran, hecho que solía ocurrir cuando se cansaba.
"...Tcht."
Llegando a ese punto, no pudo evitar chasquear la lengua y volver a sentarse.
Le dolían las manos de sujetar y golpear con la espada y su mente era incapaz de olvidarse de la molestia. Sacó un trozo de tela de su pecho y se envolvió la mano con él.
Para Eris, el dolor que sentía de hacer este entrenamiento no era nada, y mucho menos comparado con lo ocurrido en la Mandíbula Inferior del Dragón Rojo[4].
Comparado con ese momento, esto no es nada... por mucho que pueda sufrir dolor, o sea bastante severo o lo frustante que pueda ser. El entrenamiento es sencillo, comparado con lo que sentí ese día; por mucho que ahora esté totalmente sola, sin Ludeus ahí para apoyarme... pero puedo soportarlo.
"Ludeus..."
Pero no siguió pensando en ello, ya que se le daba mal pensar demasiado.
Además, comprendía que no era una persona especialmente optimista; sabía que si pensara demasiado en él se derrumbaría y no podría seguir.
"Fuuu..."
3 años ya.... Sé que he avanzado mucho, pero todavía me queda mucho camino por delante...
Y con esto en mente, se puso nuevamente en pie para repetir su entrenamiento con la espada.
2ª Parte
Cuando Eris no pudo soportar más el cansancio, regresó al dojo.
Allí se encontró a un desconocido que se encontraba frente a las puertas del dojo al que ella se dirigía. Se trataba de un hombre increíblemente excéntrico que iba vestido con un abrigo coloreado como un arcoíris y unos pantalones cortos que no le llegaban ni a la rodilla; en su cintura llevaba 4 espadas. Además, en su mejilla llevaba tatuado un pavo real y su peinado le recordaba a una cazuela para saltear verdura.
Cuando el hombre se dio cuenta de la presencia de Eris, inclinó su cabeza ligeramente a modo de saludo.
"Me presento, soy-"
"Aparta."
Eris solo le dirigió una palabra al hombre que le impedía entrar al dojo; no le quedaban fuerzas para nada más.
El entrenamiento de Eris había afilado su presencia, al igual que sus colmillos; el brillo en sus ojos era más propio de una bestia que de una persona, y una fuerte sed de sangre manaba de ella casi con un brillo perceptible.
El hombre comprendió que ante él se encontraba una bestia salvaje que no dejaría que nadie se acercase.
"...¡!"
Ante este ser, el excéntrico hombre no dudó en desenvainar su espada.
"Estás en medio. Aparta."
Eris dio un paso al frente conforme pronunció estas palabras. Para Eris, el hombre no era más que un estorbo en su camino, una piedra que le impedía tomar el camino más rápido hacia su merecido descanso.
"¡Q-¿Qué le pasa a esta mujer...?!"
El hombre no había sido capaz de comprender que Eris le había estado hablando, a sus ojos tan solo veía a una bestia hambrienta que le miraba enfadada, al habérselo encontrado fortuitamente en su búsqueda de alimento.
Con esta impresión grabada en su cabeza, no se le ocurriría pensar que un animal pudiera hablar, por lo que no se percató de sus palabras.
Eris, pasados unos segundos sin ver reacción por parte del excéntrico hombre desenvainó su espada. Este acto hizo que el extraño comprendiera que la bestia era en realidad humana, concretamente una espadachina.
"Soy conocido como Auber, Hoja Pavorosa, podrías avisar al Dios del Filo-sama que he venido a conocer a su discípul-"
"Te he dicho que te apartes."
Irritada por los acontecimientos, Eris dio un paso al frente, espada en mano.
Auber por su parte no había llegado a escuchar las palabras de la joven al verse bañado completamente en la sed de sangre que emanaba del cuerpo de esta. Viendo esto, no pudo evitar llegar a la conclusión de que hablar con ella fuera inútil, y más aun porque en su siguiente paso, entraría dentro de su campo de acción[5].
Comprendiendo este hecho, Auber aumentó la presión con la que sujetaba la espada en su mano derecha mientras llevaba su mano izquierda hacia las otras armas que llevaba en su cintura; no obstante, las hojas en su mano estaban invertidas para golpear con la zona sin filo de estas[6].
Como la piedra que se interponía en su camino seguía bloqueándole el paso, ahora que se encontraba a distancia de golpe, Eris se lanzó para eliminar el obstáculo.
FFfff
La espada en manos de Eris desapareció, tras haber realizado una perfecta Hoja de Luz, sin ninguna clase de movimiento innecesario y de gran poder gracias a la cantidad de veces que había golpeado su espada en su entrenamiento.
La Hoja de Luz o Espada Invisible era la técnica definitiva del Filo Celestial, un ataque del que pocos podían escapar.
"¡Fhh-!"
Pocos, pero no todos. Auber alzó su espada para bloquear el ataque sincronizándose con el mismo y así poder evadir la técnica casi inevitable. Viendo esto, Eris simplemente utilizó el rebote de su espada para preparar una continuación a su ataque.
"...¡!"
La espada de Eris se encontró con las espada que Auber desenfundó con su mano izquierda. Teniendo en cuenta que Eris llevaba su espada agarrada con ambas manos y que Auber solo utilizaba su mano izquierda, era imposible que el ataque fuera correctamente repelido, pero así fue.
La espada de Eris se detuvo a pocos centímetros del peinado raro de Auber y un contraataque con el arma en su derecha se dirigía hacia el cuello de Eris a una velocidad terrible.
"¡Tsk!"
Viendo la situación, Eris no tuvo más remedio que soltar su arma y tirarse al suelo para esquivar el golpe, dejando pasar la espada de Auber por donde el cuello de la joven pelirroja se encontró hace un instante.
La espada de Eris cayó al suelo, y esta, como si de una gata se tratase, dio un giro brusco en mitad del aire para intentar cogerla, pero Auber no le dio oportunidad a hacerlo, al darle una patada al arma para apartarla de la joven y clavarla en el suelo nevado.
Por lo general, llegados a este punto, Auber hubiera sido el vencedor... pero claro, por lo general... ya que Eris no tenía intención de parar, y al verse desprendida de su espada, se lanzó a por Auber con sus manos desnudas.
Para alejarla, Auber le lanzó un ataque con el canto plano de su hoja dirigido a su cabeza, y con suficiente fuerza para partirle el cuello.
Y aun así...
Eris no retrocedió.
"¡Gahhhhh!"
Habiendo recibido el golpe en su frente pero sin intención de retroceder, le lanzó un puñetazo a la barbilla de Auber con la intención de desestabilizarle. Y Auber con su brazo izquierdo aun armado con una espada se protegió la cabeza.
"¡Mu-!"
Pero Eris alteró el curso de su ataque y el puñetazo se convirtió en una mano abierta que se lanzó contra el brazo de Auber, alargando sus dedos hacia el pomo de la espada que este llevaba con la intención de quitársela.
Viendo la escena, Auber sintió como un escalofrío recorrió su espalda al comprender que la bestia que peleaba contra él solo pararía una vez su corazón dejara de latir. Por este motivo, le lanzó una fuerte patada a la mujer que se aferraba a él con todas sus fuerzas para alejarla, esta vez con éxito; y aprovechando el pequeño respiro, recolocó sus armas esta vez con sus amenazantes hojas apuntando directamente a la bestia imparable con la intención de darle fin a su furia.
Por pura suerte, Eris acabó aterrizando junto a su espada del impacto por la patada de Auber; y con su respiración agitada por el encuentro llevó las manos a esta blandiéndola nuevamente con la intención de eliminar de una vez el fastidioso obstáculo que había en su camino.
Auber vio en sus ojos que solo podía matarla si quería detenerla, y sujetó sus espadas con la verdadera intención de acabar con su vida-
"Es suficiente."
hasta que inesperadamente una voz resonó en el lugar junto a una mareada de sed de sangre proveniente de un nuevo adversario. Eris que había sido el destino de toda esa ansia asesina se detuvo en seco.
Antes de que ninguno se percatase, Gull-Farion, Dios del Filo Celestial se había posicionado en la entrada del dojo.
Eris, impactada por la impresión cayó de espaldas sobre la nieve con su respiración salvajemente agitada y la mirada clavada en el cielo. Su expresión era de clarísima frustración.
Auber, viendo a la persona que le había hecho llamar, enfundó sus armas, calmadamente, y llevándose la mano al pecho, hizo una reverencia.
"Cuánto tiempo sin verle, Dios del Filo-sama."
"Veo que has venido, Emperador Nórdico."
"Vi tu solicitud y vine... entonces esa joven..."
"¿A qué es sorprendente?"
"En mi vida había visto una espadachina tan dedicada, tan feral... casi como si fuera una animal enrabietado... ¡Ah! ¿Acaso es ella la supuesta Mad Dog[7] que mencionaste?"
Mientras Auber charlaba con el Dios del Filo, Eris simplemente se puso en pie y balanceándose como un fantasma se dirigió hacia la puerta. Viéndola de este modo, Auber preparó su espada nuevamente.
"..."
Eris clavó sus ojos en Auber, pero simplemente lo sobrepasó en dirección al edificio.
"..."
Sin prestarle la menor atención una vez se encontró a su espalda, Eris entró en el edificio dejando atrás a Auber completamente anonadado por la situación.
La joven se llevó el trapo sudado al hinchazón en su mejilla y sin preocuparse por quitarse la nieve que cubría gran parte de su cuerpo atravesó el pasillo hacia su habitación. Una vez dentro, lanzó su espada cerca de su almohada y se dejó caer sobre la cama donde se durmió al instante.
La derrota le había molestado, pero no fuera nada que le importara en este momento.
3ª Parte
Esa tarde, mientras Eris dormía, Ghyslaine tuvo una audiencia con el Dios del Filo en la sala conocida como Espacio Presente.
En la habitación se encontraban tanto Gull-Farion, como el invitado de este, Auber, el Emperador Nórdico Celestial.
He had an eccentric hairstyle and odd clothing. Ghyslaine was frowning a little. However, she didn't pay it any heed and rudely entered. She then immediately got to the point.
"Shisho, why aren't you teaching Eris?"
Hearing that, the Sword God gave a short laugh.
"I am teaching her, aren't I?"
"How to do practice swings?"
"No, how to forge herself."
The Sword God answered as if natural. His voice had none of the usual wildness. It was a calm reply. Ghyslaine couldn't stomach such an attitude. That's why she racked her dull mind and chose her words.
"This is something that Shisho always says. [Do everything rationally], you say."
"I did say that."
"Eris spends everyday doing sword swings like an idiot; just what part of that is rational?"
"Hah...?"
The Sword God looked at Ghyslaine like she was a nuisance.
"When did you start to talk about annoying things like this?"
"Before I returned here!"
"...Will you no longer listen to what your Shisho says?"
"However... Uh!"
Before Ghyslaine had noticed, a sword was pointed at her. To an ordinary person it would've looked like the sword had suddenly appeared. Ghyslaine had seen the movement of the sword. However, she hadn't been able to respond. Even if she was a Sword King, in the face of the man who was this generation's fastest, she wasn't skilled enough to react properly.
"Ghyslaine. You know, I kinda regret teaching you a little."[8]
"..."
"That old Ghyslaine who was like a hungry tiger lost her fangs and turned into a little kitten. Even though had you stayed as you were, you'd be a Sword Emperor by now."
Ghyslaine gulped at the Sword God's words. Lately, Ghyslaine herself had sensed that she had become weaker.
However, it wasn't something that she had thought of as a bad thing. Indeed, her growth as a swordsman had stopped. She wouldn't become any stronger than this. However, in exchange she had gained something great: they were wisdom and knowledge. They were things that she would never gain from swordsmanship.
"I won't pull out anymore fangs."
The Sword God was dedicated to the sword. He expected Ghyslaine to understand with just that. However, Ghyslaine irritably asked,
"I don't understand. Why aren't you training her? Isn't Eris pitiful like this?"
The Sword God sighed. He sighed as though Ghyslaine was a child who wouldn't understand unless you spelled it out from A to Z for her.
"Listen up, Ghyslaine. If you just wanted to surpass me, then following rational methods to the end, you could surpass me one day. I myself ended up where I am by following rational methods, after all. Well, of course to become a Sword God you'd need effort and talent as well, but let's leave that aside. What that girl is aiming for is the Dragon God. The Dragon God Orsted. He's 『an existence beyond rationality』. HE's a monster in a completely different league. With only my teachings, you'll never defeat him."
The Sword God narrowed his eyes as if recalling something nostalgic. He himself had actually fought with Orsted once. It was before he had become a Sword God, back when he was still a stubborn Sword Saint. Though it had been a complete loss, for some reason his life wasn't taken; on the contrary, he didn't even know why he was left without even a limb missing. His stubbornness had been completely broken, and after that he continued to train with Orsted as his goal. The result of that was his ascension to Sword God. It was exactly because of this that he didn't feel like being interrupted further on this topic.
"Hey, Ghyslaine. Training isn't the same as practice, yanno? Even more so if you have a goal. There's no point if you just blindly accept what someone else tells you. Right?"
"...Shisho always speaks of difficult things. I don't understand."
"Hah!"
Ghyslaine replied. The Sword God snorted.
That's right. She's an idiot who won't understand even if you carefully spell it out from A to Z.
"Well, the point is that she's not just gonna be taking lessons from me. For that purpose, I've prepared various things. To start with, this guy."
Saying this, the Sword God pointed at Auber. Auber gave a small nod and greeted her.
"I am the North Emperor, Auber Corvette. I'm known as 『Peacock Sword』."
Ghyslaine frowned. It was because an indescribable odor was coming from Auber's body. It was a strong, citrusy smell. It was probably a perfume. To a member of the Beast Race like Ghyslaine, it was an unpleasant smell.
"What business does the North God Style have here?"
"I've been called here by Sword God-sama. He wanted me to train one of his students, he said."
Ghyslaine made an even more doubtful expression. She then questioned the Sword God.
"Why the North God Style? Eris isn't suitable for their kind of makeshift style."
"Because the Dragon God uses it."
The doubt on Ghyslaine's face deepened. She had never heard that the Dragon God used the North God Style. If he were a North God Style, then the Second Place was likely the North God.
"Just what kind of person is the Dragon God?"
"Like I'd know... But that guy, whether it's the Sword God Style, or the North God style, what he uses incorporates all of that. Of course if you can use it, then you can deal with it, and that guy uses it. In that case if we don't learn to use it too, we won't be able to fight evenly against him."
The grimness on Ghyslaine's face disappeared. After all, learning to use the techniques that the enemy used was an extremely rational approach.
"I see, so in the future you'll call for the Water God Style as well?"
"Yeah, I'll send a letter."
"I see."
Ghyslaine's tail started swaying in a good mood. Seeing that, the Sword God chuckled bitterly. As long as it was a reply she could easily understand, she would consent. In this respect, she hadn't changed at all since the past.
"Well then, North Emperor-dono, please stay at your leisure."
Because her doubts had cleared, Ghyslaine had stood up and greeted the North Emperor. She got down on one knee and performed the particular etiquette passed down in the Sword God Style.
"Mmn, Sword King-dono. I'll be in your care."
Auber once again placed a hand to his chest and returned the greeting. And so like that, Eris would begin her training from the beginning again.
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Eris would eventually become a 『North Saint』 a year from that point.
Notas del traductor y Referencias
- ↑ Cabo: Punta de tierra que se adentra en el mar. Similar a una península, pero más pequeño y por lo general afilado.
- ↑ Kata: Secuencia de movimientos y golpes a realizar en solitario para el entrenamiento de artes marciales, puede incluir golpes, pasos y fintas; y ayuda a aprender por repetición movimientos complejos y ayudar al cuerpo a saber cómo moverse para seguirlos. Más Información
- ↑ Mushi: Palabra japonesa para referirse a un estado de concentración extrema en el que entran los luchadores de artes marciales en los que evitan pensar y se centran en reaccionar y pelear. Más Información)
- ↑ El lugar en el que se encontraron con Orsted.
- ↑ Campo de Acción: Zona que rodea a un combatiente y que comprende el área en el que este puede alcanzar con sus ataques de forma efectiva. Depende en gran medida del tipo de arma que utilice (lanzas > dagas/manos).
- ↑ Las katanas solo tienen afiladas una de sus 2 hojas, siendo la otra más gruesa para darle firmeza al arma, al contrario que las espadas occidentales en las que ambas hojas son afiladas.
- ↑ El título de aventurera que le dieron a Eris en el continente demoniaco.
- ↑ Note: Noting again that the Sword God refers to himself as ore-sama
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