Konjiki no Word Master Capítulo 210
La traducción de este capítulo fue realizada gracias a la versión en inglés de esta misma página.
Traducido por TibeTranslations.
Editado por ValkarRouse.
Capítulo 210ː ¡Judom Aparece![edit]
El Rey Rudolf aún no ha vuelto. 【Conferencia en Victorias】, los nobles y la aristocracia que gobiernan en Victorias se reúnen para discutir qué hacer ahora que el rey aún no aparece, sin embargo lo único que discuten son asuntos fútiles.
Los fallos y desastres que había provocado el Rey también eran responsabilidad de los que habían apoyado tales planes, intentaban ocultar sus crímenes sobornando a los demás para que no se revelara. Ahora era la oportunidad para tomar el poder ya que nadie quería aceptar las represalias que habían provocado las decisiones del Rey..
Pero ahora que estaban sin rey, también tenían que tomar decisiones en cuanto a que los países vecinos comenzaran una invasión.
Quiero gobernar. Deseo el poder, Pero no quiero fallar. No quiero tomar la responsabilidad. Con tales pensamiento la conferencia no llegaría a ninguna conclusión.
La indecisión de la aristocracia se estaba incluso extendiendo por el pueblo. Los soldados que sabían de estas circunstancias temblaban de miedo por un posible ataque Evila. Las dudas generan más dudas, el país comenzaba a derrumbarse.
Entonces durante la conferencia las puertas se abrieron de par en par. A pesar de estar siendo relativamente intimidado por la mirada de los presentes, petrificó a los presentes con su sola presencia, los cuales solo discutían asuntos fútiles.
"¡Hasta cuando van a seguir con sus estúpidos asuntos sin sentido!"
Era el Maestro del Gremio, Judom Lancaster. Que se enfureció al ver al tipo de aristocracia que debería guiar al país.
"Gro-Grosero, irrespetuoso."
"Ahora estamos en una...... realmente importante conferencia, así que tú eres Judom Lancaster."
La aristocracia se puso seria al ver a Judom.
"¡Maldito! ¡Qué ha pasado con el rey! ¡Si tú estás aquí cómo es que no vienes con el rey!"
"¡Si, cierto, cierto! Tú el Maestro del Gremio, también eres uno de los que gobiernan el país, deberías saber cuán importante es el rey, pero."
"¡Si has llegado a ser tan inútil entonces has de ser castigado!"
Que digan lo que quieran. Judom no sentía ira por la palabras que le dirigían. Sino que pensaba en lo rastreros que eran, al intentar aún encontrar a alguien a quien echarle la culpa a pesar de la situación crítica en la que estaban.
Judom abrió los ojos con decisión y dio un pisotón tan fuerte que hizo que todo el salón se tambaleara.
*¡Don!*
En ese instante la onda de choque producida por el pisotón se extendió por toda la sala, era tan fuerte que los que tenían poca fuerza perdieron la fuerza en sus rodillas.
"¡¿Q-Qué preten-?!"
Susurró alguien.
"...... Qué es lo que pretenderé me pregunto."
Judom echó un vistazo rápido a los presentes. Y se quedaron petrificados mientras observaban a Judom.
"¿Ustedes están intentando levantar el país?"
"¡P-Por supuesto, es algo obvio!"
"¡C-Cierto! Nosotros como los nobles que somos, somos los pilares de este país."
"Para empezar hemos convocado esta reunión para decidir la dirección actual del país."
Cada uno tenía en parte razón, pero no sentía ni una pizca de convicción en sus miradas.
"¿Habrá llegado la información? El Rey se ha transformado."
Todo el mundo se quedó en silencio. En señal de que había llegado.
"Si, el Primer Ministro, como alto cargo en este reino nos lo contó entonces."
"......."
"Ahora mismo el pueblo está en una gran confusión, a punto de destruirse y ustedes están conversando sobre como solucionarlo."
"Si, es cierto."
"¡Entonces por qué no dan ninguna orden! ¡Los soldados tiemblan de temor, el pueblo está en una gran confusión! ¡Y con más razón si el país está tan inestable por qué no se han tomado la molestia de dar instrucciones al pueblo!"
La mayoría apartó la mirada debido a la cruda realidad que había mostrado Judom.
"En este pequeño salón, cómo van a cambiar o dirigir el país, si aman o los enorgullecemos al menos un poco del país, entonces porque no mueven sus delgados brazos en pos del pueblo."
Ante tan sólido argumento, nadie podía replicar, sólo dejar que el sudor cayese por sus frentes de preocupación.
"En lo relacionado a ustedes. Quieren hacer algo, pero si lo arruinan, no quieren hacerse cargo. Tienen miedo a tener que tomar la responsabilidad de un posible error, cierto?"
"No, no es por... esa razón..."
Definitivamente estaba tartamudeando. Como si no tuviese convicción en lo que había dicho.
"Quieren gobernar, entonces quieren tomar a alguien como su títere para que se lleve la peor parte mientras ustedes...... se enriquecen a su costa."
"¡Pa-Patrañas! Ni siquiera tenemos razones para hacer tal cosa. En primer lugar el país no es tan débil para derrumbarse solo por una crisis tan minúscula."
"¡Cierren el pico, cobardes!"
Volviendo a dar un pisotón. Los nobles chillaron mientras se sujetaban a la mesa.
"¿Lo mas importante es proteger la vida del Rey? ¡Te equivocas! Lo verdaderamente importante es proteger al pueblo, sus ciudadanos. Unir las manos con el pueblo. Actuar pensando en el pueblo y consultar con el pueblo los problemas que acaecen al pueblo."
"¡Lo... impor... tante!"
Debido a la afirmación de Judom, todos empezaron a rascarse sus cabezas como si algo fuese a salir si se la rascasen.
"¡Aquí mismo decidan! ¡Quien los gobierne, quien crea que es capaz de dar órdenes al pueblo que alce el brazo!"
Entonces los que se habían reunido empalidecieron buscando a alguien que quisiera tomar el cargo. Cómo pensaba, no había nadie que quisiera tomar el cargo por voluntad propia.
Ciertamente en esta situación de crisis necesitaban un gobernante, pero el gobernante que tomara la responsabilidad tendría que aceptar toda la culpa de la crisis. Eso era a lo que temían.
...... Entonces este es el limite de estos desgraciados......
Realmente desalentador. Me pregunto cuándo fue que los dirigentes de este país se volvieron tan cobardes y frágiles. Pensando solamente en la cantidad de riquezas que podrán conseguir al día siguiente.
Rudolf... Ésta crisis es la cosecha de tus deseos egoístas......
Lamentándose en cómo había cambiado para mal su mejor amigo.
Al llegar al borde de la mesa y golpearla, todos sus cuerpos sintieron tal dolor que sus caras mostraron unas muecas.
"Ya comprendo sus intenciones perfectamente. Simplemente, no están capacitados para guiar al país."
Dijo mientras desprendía tal presión que se podría haber confundido con la sed de sangre.
"Yo también tengo miedo a ser herido. ¡No pude proteger nada! ¡Lo más importante! Aunque sea duro y no puedas proteger a nadie no debes de huir."
Mirando uno a uno, otra vez a los nobles.
"¡Si aunque sea un poco están agradecidos por el país que los crió, al menos muestren un poco de agradecimiento maldita escoria!"
Para la nobleza, un civil que no conocía su lugar, se enfurecieron queriendo replicar a lo que había dicho, pero se rindieron ante la presencia de Judom.
"...... ¿Entonces esta es su repuesta escoria?"
Mientras ellos aún suspiraban inquietamente entre ellos por alguien que hiciera frente a las palabras de Judom.
"...... Comprendo perfectamente. Ustedes protejan únicamente su propia morada, escoria tan estúpida...... no sé siquiera si serán capaces de proteger sus propios hogares. Y quienes ni siquiera pueden proteger sus propios hogares...... son ustedes, basura."
Cuando Judom terminó de hablar, apareció el segundo capitán al mando del ejército. Que inclinó su cabeza al instante que llegó.
"Tengo algo que informarles a todos. Este es un mensajero de la Reina."
Qué es lo que esperaba, mientras los nobles empalidecían. Seguramente la reina pensó que ellos solamente pensaban en sí mismos.
"Por orden de la Reina. Quién estará al frente del país y dirigirá el país...... Será Judom Lancars, el aquí presente."
"¡¿Qué?!"
Todos los aquí presentes incrédulos, pusieron más atención aún sin poder creer lo que habían escuchado.
"La dirección del país será responsabilidad de Judom-dono. Esta es la voluntad de la Reina."
Enseñando el papel que acababa de leer. Allí estaba la firma de la Reina, con esta realidad dicha, todos los nobles se empalidecieron.
"... Pensaba que habría alguien más adecuado que yo para el puesto pero..."
A pesar de todo él era un civil. Aunque fuese el Maestro del Gremio, aún había sitios en los que su influencia no llegaba. Por eso pensaba que podía confiar en el juicio de los nobles que eran supuestamente más aptos que él.
Pero aquí no había nadie que se mereciera tal cargo, más bien eran unos completos inútiles.
"Es desalentador, ustedes que se suponía que pensaban y avanzaban por y para el pueblo..."
Mostraron señales de querer replicar, pero al instante se rindieron. Mientras se daba la vuelta pronunció unas últimas palabras.
"Ya haré algo respecto al país. ¡Un agradecimiento por el país que me crió!"
Dijo Judom mientras dejaba la habitación, pudiendo solamente contemplarlos pensando que eran gente sin remedio, sin decir nada. Entonces Vale otra vez, calmadamente dio una reverencia, en señal de adiós.
A partir de entonces Judom formaría un gobierno con sólo gente de su elección y confianza. Tomando esas ideas como pilares para su gobierno, pensó en revelar todo lo sucedido al pueblo.
En verdad puede que no hubiera sido necesario tener que resolver las dudas del pueblo, pero con este tipo de nobles, aunque sea un poco, Judom quería aliviar la ansiedad que sentían.
Si el problema fuese aún más grave había decidido poner su vida en juego, sin embargo a pesar de poner su vida en juego no creía ser capaz de protegerlos a todos. Por eso quería que el pueblo hiciese también todo lo que pudiera.
Lo que el pueblo no pudiera hacer lo supliría él mismo. De esa manera aunque fuera un poco, calmaría la ansiedad de la gente, no pensaba en dar instrucciones desde el castillo, sino que quería dar las instrucciones a la gente por sí mismo delante de ellos.
El pueblo al ver como actuaba Judom, al principio desconfiaban, pero la gente fue poco a poco confiando más y más en el. Así era como actuaba Judom cada vez que comandaba sus tropas. Por eso todo el mundo sintió que Judom era alguien en quien podían confiar.
Los soldados también recordaban las maravillosas dotes de liderazgo de Judom. Vale también estuvo a la altura de las expectativas que tenía Judom de él.
Rudolf... No sé en que estabas pensando o que estabas planeando, pero no dejaré que este país llegue a su ruina.
Miró con una renovada determinación dirigiéndola a cada uno de los ciudadanos de su país.
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