To Aru Majutsu no Index:SSVolumen1 Capítulo 3

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Capítulo 3: El dormitorio de mujeres de la Iglesia Anglicana. Ruleta_Rusa.

Parte 1

La mañana llegó 9 horas más tarde a Londres que Ciudad Academia.

Con los suaves rayos del sol y el canto de los pájaros entrando por la ventana, Kanzaki Kaori se levanta somnolienta en el vestidor del dormitorio para mujeres.

Frente a ella está una lavadora automática fabricada con la tecnología de punta de Ciudad Academia.

“Ya te dije… Solo porque la caja decía que puede lavar un futon entero no significa que sea cierto.”

Debido a que el frio se ha intensificado últimamente, Kanzaki está usando una chaqueta que llega hasta su ombligo además de su usual camisa y jeans con una sola pierna. La chaqueta tiene la manga derecha cortada por completo, así que su hombro está descubierto.

“La forma en la que trabaja esta lavadora siempre nos está dando problemas…”

Hay un sonido de un objeto cayendo al suelo. Proviene de la Shichiten Shichitou (Siete cielos, siete espadas) que se resbaló de donde estaba apoyada. Sin embargo, Kanzaki ni se da cuenta.

El 3 de octubre es el día en que lava ropa, pero todo esto ha sido causado por Agnese Sanctis que dijo que también debía probar meter el futon, doblándolo fuertemente y metiéndolo en la lavadora.

El aparato parece que está a punto de soltar humo negro debido ya que está haciendo un preocupante ruido sordo mientras se mueve hacia atrás y adelante.

“…”

Hablando de Agnese, parece como si estuviera a punto de llorar y su espalda está recargada fuertemente contra la pared del vestidor porque intenta estar lo más lejos posible de la lavadora. Se ve como alguien que ha sido acorralado en una esquina, y tiembla tanto que bien podría competir contra la lavadora. Debido a que el cuerpo tembloroso de Agnese parece como si pudiera batir crema, Kanzaki no está segura si debería reprenderla o no.

En ese instante entra Orsola Aquinas.

La cara sonriente de la monja con grandes pechos es lo único que se puede ver, ya que lo demás está cubierto con su hábito negro.

“Hora de desayunar.”

“¡¡Es muy temprano!! ¿No puedes pensar un poco en el flujo de los acontecimientos?”

Oh. Pero pensé que tener el desayuno a la misma hora de siempre sería el flujo natural de los acontecimientos. De hecho, ¿no es esa lavadora el único aspecto irregular?”

Kanzaki se queda callada.

Ahora que lo piensa, Orsola tiene razón.

Mientras estaba distraída, Agnese dijo “D-d-d-desayuno. ¡¡Desayuno!!” y escapó del vestidor.

Kanzaki suspira, se rasca la cabeza, levanta su katana del suelo, y se dirige al comedor. Orsola debe estar casada, porque su cuerpo se ladea de un lado a otro mientras sonríe y camina hacia la sala.

“Ah, cierto. Kanzaki-san.”

“¿Qué pasa?”

“¿Qué era ese paquete que recibiste el otro día? Estoy segura que era de parte de Tsuchimikado-san de Japón.”

Los hombros de Kanzaki saltan en sorpresa.

Desordena un poco su fleco con sus dedos pulgar e índice mientras habla.

“O-oh, en realidad no era nada. No creo que sea algo que valga la pena mencionar.”

“Ya veo. La etiqueta decía ‘Set de Sirvienta Ángel Caído’ escrito con letras muy grandes, así que todas pensamos que era algo más bien preocupante. ¿Pero no había nada de que preocuparse?”

“¡¡N-no!! ¡¡Para nada!!”

Kanzaki agita su cabeza mientras tiembla a alta velocidad.

Orsola o no se dio cuenta de la forma de actuar de Kanzaki o su mente había empezado a divagar de nuevo.

“Por cierto, ¿no te estorba esa katana tan larga?”

“Pa-para mi, una que no pese mucho es mas fácil de usar.”

“Ma, ma. Y yo pensaba que su longitud tenía algún significado religioso.”

“Oh, de hecho si tiene un significado de una leyenda japonesa.”

Kanzaki está aliviada de que el tema por fin haya cambiado y continua hablando mientras camina por el corredor con Orsola.

“La única razón por la que hay muchas katanas religiosas es porque las clases que dominaban Japón tenían en gran estima armas como las katanas y otras espadas. Si hubieran estimado más las hachas, habría más hachas. Es igual a como en algunas áreas la gente está orgullosa de los peces y vegetales, mientras que otros se enorgullecen de los cuchillos de cocina y las ollas. Todo depende de lo que la gente en cierta área encuentre importante.”

Desliza sus dedos por la funda de la Shichiten Shichitou.

“En el Sintoísmo, todo está basado en la teoría de los 8 millones. En otras palabras, se cree que los Dioses residen en todas las cosas y por eso cualquier cosa puede usarse como arma mágica. La Iglesia Amakusa utiliza esa idea a menudo, creando hechizos con objetos que tienen a la mano. Pero como un Dios reside en cada objeto, un solo objeto no puede ser usado para varios tipos de hechizos.”

“Uaaaa… todavía tengo sueño.”

“¡¡!! ¿¿Tu fuiste la que preguntó y ni siquiera me pusiste atención??”

Kanzaki grita sorprendida, pero Orsola sólo frota sus ojos y se dirige rápidamente al comedor.

Kanzaki, que se queda atrás, baja los hombros mientras entra al comedor también. Es una habitación enorme.

Originalmente, solo alrededor de 70 personas la usaban, pero la llegada reciente de las Fuerzas de Agnese sumó a otras 250 personas. El hecho de que haya espacio suficiente para todos es buen indicador de que tan grande es la habitación.

No hay horarios fijos para las actividades de Necessarius, así que las monjas comen a distintas horas. Debido a esto, el comedor casi nunca se llena.

Pero…

“No puedo creer que cada vez que Orsola está a cargo de la comida, todos los lugares están ocupados. Hablando de solo cuidarse a uno mismo.”

Kanzaki se sienta mientras sigue asombrada.

Agnese, Orsola, Lucia y Angelene están sentadas cerca. Viendo a Lucia jalando las mejillas de Angelene, Kanzaki supone que la pequeña monja con la espalda inclinada debió haber robado un poco de comida antes del almuerzo.

“Ph-phero solo quiero preguntarle a la hermana Orsola su secreto.”

“¿Su secreto? No seas ridícula.”

“Pero quiero saber como tener grandes pechos.”

(…¿De que están hablando?) Kanzaki piensa mientras se cubre la cara con sus manos, exasperada.

Mientras tanto, Lucia y Angelene continúan su discusión.

“Hermana Angelene. Una monja no necesita pechos. Una monja se aparta de todo tipo de deseos y los pechos solo traen el peligro de tentar a los hombres. La hermana Orsola y yo somos culpables en este caso.”

“¡Wah! ¡¡Dices eso, pero presumes que también tienes grandes pechos!! ¡No dejare que rebases la línea tan cruelmente! ¿Y alguien como tu que se queja de que sus pechos se hacen mas grandes incluso cuando pensabas que ya habían dejado de crecer y dices que duelen no entenderías como me sientghaaah?”

Mientras Angelene habla la cara de Lucia se sonroja y suprime la cabeza rubia y con coletas de Angelene lo más fuerte que puede. Mientras pelean, los cuchillos y tenedores de la mesa tiemblan un poco.

Kanzaki les da una advertencia mientras observa con completo asombro. “Angelene. Y tu también, Lucia. Es hora de la oración antes de la comida. Dejen de hacer tanto alboroto.”

Pero Angelene no está escuchando.

Está viendo hacia un área un poco debajo de la cabeza de Kanzaki.

“¡¡Y el punto va para la comida japonesa!!”

“¡Suficiente de esta conversación sacrílega, hermana Angelene! ¡¡Y tú, Kanzaki Kaori, si eres una monja, saca esas cosas obscenas de aquí!!”

“¡¡No creas que son así para llamar la atención hacia ellas!!”

Kanzaki grita sin pensar, pero las humilladas (tanto en cuerpo como en mente) monjas desvían la mirada y chasquean la lengua suavemente.

Y con esta atmósfera tan pesada, rezan y comienzan su desayuno.

No se hace nada en especial para el desayuno en el dormitorio de mujeres. El día anterior, cartas indicando lo que las personas preferían para el día siguiente eran contadas y un solo tipo de comida se preparaba de una sola vez en una olla gigante. Pero Orsola es suficientemente hábil como para hacer diferentes comidas de una sola vez. No puede hacer cientos de comidas por si sola, así que una docena de monjas la ayudan. Sin embargo, Orsola conoce recetas de un gran número de platillos y es muy buena dando indicaciones a los demás.

Así que frente a Kanzaki hay arroz y sopa miso, frente a Agnese y Lucia hay pasta, y frente a Angelene hay comida francesa.

Kanzaki murmura ‘itadakimasu’, toma los palillos, y habla.

“En serio, ¿Qué pasa con esa lavadora? Primero destiñó mi obi y mi yukata y hoy se descompuso fácilmente. Ciudad Academia no nos habrá mandado una lavadora que elimine los efectos espirituales de nuestra ropa, ¿o si?”

“Ah. Ah ha ha. Mejor concentrémonos en la comida, ¿no?” Agnese trata de cambiar el tema con una sonrisa fingida.

Mientras tanto la alta Lucia y la encorvada Angelene están hablando.

“¿Uheh? Hermana Lucia, ¿aguantarás con tan poco hasta el almuerzo? La pasta solo cubre la mitad de tu plato.”

“Hermana Angelene, estás comendo demasiado. ¿Qué clase de menú es ese? Una monja no necesita leche con chocolate o helado en el desayuno. Si mantienes un espíritu de moderación y eres agradecida por la comida con disciplina y fe, un simple plato de fideos te llenará. Incluso puedes decir que he sido bendecida con demasiada comida.”

“hehh… Bueno, si no necesitas tanto, entonces lo comeré por ti.”

“¿¡!? ¡¡Deja de enredar mi pasta en tu tenedor, hermana Angelene!!”

Mientras las dos monjas pelean de nuevo, Kanzaki remueve los huesos de su pescado cocido y suspira. Por la forma en la que estaban hablando sobre pechos hace poco, es difícil de creer que ellas dos hubieran apuntado sus armas y buscando la muerte de otros llamándolos herejes unas semanas antes.

(Parece que las personas cambian demasiado si se les da la oportunidad…)

Kanzaki termina de remover los huesos del pescado y con un humor extraño, abre un pequeño bote y saca un umeboshi(encurtido de ciruela japonesa, se come usualmente con arroz). Parece que no usaron tintes artificiales porque es más beige que rojo.

Y…

Cuando Kanzaki alza la vista, Lucia y Angelene están observando hacia donde está ella.

“¿Qu-que?”

Kanzaki está sorprendida y las dos monjas se susurran la una a la otra.

(…Hermana Angelene. La asiática está a punto de comer algo que jamás había visto. ¿Será ese ‘umeboshi’ del país de los samurái del que he oído hablar?)

(…Apuesto a que es algo necesario para un hechizo Amakusa. He escuchado que tienen algo llamado ‘hinomaru bento ahí. Tiene algo que ver con la imitación de su bandera.)

(…¿Comer su bandera tiene algún significado religioso? Puede ser nuestra oportunidad de aprender sobre que dirección han tomado los hechizos Amakusa.)

Kanzaki no puede decidir si corregir su malentendido o no, y Agnese da un pequeño codazo. Alzando la vista, Kanzaki ve que Agnese está fijando la mirada en el umeboshi.

“¿A que sabe eso? ¿Puedo probar?”

“Se-seguro. No te preocupes… Espera, ¿sobre tu pasta?”

Kanzaki se estremece al ver a Agnese poniendo el umeboshi sobre la pasta que es color crema y ya le ha puesto salsa también. Mientras Agnese revuelve, la pasta cambia a un color rosa claro.

El rostro de Kanzaki palidece cuando ve esto, pero para su sorpresa, Agnese sonríe con gusto después de probar un poco.

“Hm, es bastante fresco. Tiene un sabor muy refrescante.”

“¿¡En serio, en serio!?”

Dicen Lucia y Angelene asombradas. Pero Kanzaki es la más sorprendida. La pasta estilo japonés con salsa de soya o mentaiko es una cosa, pero duda que la crema combinada con umeboshi sepa bien.

Orsola no había estado activa durante la conversación y para este punto lo único que hace es ladear su cabeza un poco. Con una expresión que se ve completamente feliz, murmura algo sobre cuanto medirá su pasta mientras continúa girando su tenedor en el aire. Probablemente esté dormida. Kanzaki ladea la cabeza a un lado, confundida por el hecho de que Orsola haya sido capaz de preparar comida tan rica en ese estado somnoliento.

Y entonces…

“¡Kan-Kanzaki-san! ¡Yo también! ¡¡Yo también!! ¡¡Yo también quiero probar el umeboshi!!”

Angelene está gritando mientras se arrastra por la mesa. Bajando la vista, Kanzaki ve que su plato principal es un pequeño croissant. Kanzaki está a punto de preguntarle en que va a poner el umeboshi, pero de pronto se detiene.

(No. No puedo darle la idea preconcebida de que el umeboshi va sobre algo. Está abierta a cosas nuevas como Agnese. Una vez que pruebe el umeboshi, querrá iniciar su camino a la comida japonesa sin problema.)

“Se-seguro. Hay suficientes, si quieres probar uno, adelante.”

Ella acepta humildemente, pero Kanzaki de hecho las encurtió bajo el sol en el techo del dormitorio de mujeres porque no le gustan mucho las comerciales. Debido a que estaba preocupada de no obtener suficientes rayos del sol debido a los constantes cambios climáticos de Londres, hizo un invernadero de plástico e iba y venía de vez en cuando para ver si necesitaba usar luz mágica o si se habían secado por completo bajo el sol. El hecho de que la gente las estuviera alabando la hace extremadamente feliz en su interior, pero se asegura de ser una verdadera Yamato Nadeshiko escondiendo ese sentimiento con una expresión calmada.

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Kanzaki toma un umeboshi del bote con sus palillos y lo coloca en un plato. Angelene lo toma alegremente.

Kanzaki examina la cara de Angelene para ver como reaccionará.

“Colocas el umeboshi sobre algo que vas a comer, ¿verdad? Puedo ser bastante débil a las pastas de fruta como la mermelada.”

“¿Hah?” Kanzaki dice mientras sus ojos se vuelven puntos.

Tiene la sensación de que hay un gran malentendido aquí, pero no hace nada en cuanto a esa sospecha.

“Esto no es igual a un dulce occidental, ¿verdad? Creo que esos se llaman ‘wagashi’. Me he interesado en ellos desde hace tiempo.”

Angelene se echa el umeboshi en la boca sin ninguna precaución.

Y justo después de eso…

Sus ojos se convierten en X, sus labios se arrugan, y cae de espaldas con su silla.

La pequeña monja abandona su desayuno y sale del comedor gritando algo.

Un umeboshi lleno de historia y técnicas Amakusa no se compara con uno comercial.

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