Daybreak:Volumen 1 Capítulo 1

From Baka-Tsuki
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Capítulo 1- La Maldición del Prodigio[edit]

“Lo habéis oído!? Han vuelto! Ya están de regreso!”

Reynald apenas podía contener su creciente entusiasmo mientras descendía a saltos las escaleras de granito delante de sus dos compañeros. De baja estatura y de cabello rojo intenso, su abundante energía iluminaba los sombríos pasillos del castillo como una antorcha radiante.

“Es difícil no oírlo contigo recordándonoslo cada tres minutos” Respondió Parzifal con una exhalación exasperada. A pesar de tener la constitución esbelta de un atleta, sus musculosas piernas avanzaban por el pasillo con gracilidad. “¿Sabes a cuantos hemos perdido esta vez?”

“De la escuela sólo a tres, y eso que la campaña ha durado prácticamente toda una estación! El Santo Padre ha bendecido Weichsel con una gran victoria este año! Esos invasores bárbaros de Vastergötland yacen aplastados y humillados mientras nuestros compañeros regresan triunfalmente!” Reynald golpeó el aire repetidamente.

“Tres personas de cuatro docenas” Parzifal le lanzó una dura mirada a Reynald, pero el joven pelirrojo ni siquiera se dio cuenta. “¿Cómo puede ser el seis por ciento una buena cifra, especialmente cuando ellos...nosotros, somos tan jóvenes? Desperdiciar así sus vidas...”

“¡No hay gloria sin riesgo, hermano! Venga! Incluso he escuchado que alguien de nuestra clase se ha convertido en el Capitán más joven de la historia! ¡Condecorado por el mismísimo Rey en persona, nada menos!”

“Yo también me he enterado de eso” añadió Ariadne, pero con una voz suave y cautelosa, tanteando el terreno. “Las chicas llevan días cotilleando sobre las últimas noticias” Ella entrelazó sus delicados dedos con los de Parzifal para tranquilizarse antes de continuar: “El prometido de Anna Marie trabaja en el Estado Mayor del Mariscal, y según él, Pascal estaba sirviendo a su padre como segundo al mando--“

Ariadne notó como los dedos de su amado se cerraban, y ella devolvió el apretón mientras trataba de ocultar una dolorosa mueca.

“--cuando la situación durante la Batalla de Parchim cambió, Pascal modificó las órdenes que llevaba a los magos de artillería montada para bombardear un punto débil en las filas enemigas. El Mariscal von Moltewitz le cedió el crédito, por supuesto, pero también le reprendió públicamente por ignorar las órdenes. Pero cuando el Rey se enteró...ascendió a ese idiota pedante y lo armó caballero personalmente.

Ambos hombres emitieron un quejido, demostrando así que no dejaban de ser unos jóvenes.

“Genial, el rey se encargará de deshacer la brillante idea de nuestro Mariscal de Campo. Ese principito necesita aprender cuál es su lugar, y eso lo sabe incluso su padre” Al instante, Reynald se puso de mal humor, a pesar de estar hablando sobre el anciano héroe von Moltewitz, quien era su ídolo desde la infancia. Después, mientras abría la última puerta del pasillo y entraba en el aula con forma de anfiteatro, comentó: “y hablando del demonio, el nuevo estatus de celebridad de nuestro Runelord ya está surgiendo efecto”

No era difícil localizar a Pascal. Incluso con los ojos cerrados, se sentaba con un aplomo regio que no daba lugar a dudas. Enmarcado por suaves rizos de tono dorado lo bastante largos para cubrir sus orejas, su rostro brillaba con una amable e impecable sonrisa. Su constitución esbelta pero ancha le daba a su pulido uniforme militar un aspecto digno de un poster para propaganda.

Pero Pascal no destacaba simplemente por eso. Sentado en la primera fila del ala izquierda, estaba rodeado por un semicírculo de hermosas chicas, las cuales permanecían a unos dos metros de distancia pero sin perderle nunca de vista. Mientras tanto, más de la mitad de los hombres esparcidos por la habitación, e incluso algunas mujeres, le miraban con rostros ceñudos.

Decir que Pascal Kay Lennart von Moltewitz, único heredero del Mariscal de Campo y Landgrave von Moltewitz de Nordkreuz destacaba entre la multitud sería un eufemismo. Pero a pesar de parecer tan calmado y confiado, nadie podía negar los efectos negativos tan habituales en quienes son tachados como prodigios desde su infancia:

En una habitación llena de compañeros charlando, Pascal se sentaba solo y en silencio.

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“Ascendido a Capitán y condecorado con una Cruz de Caballero a los diecinueve años...”

“Se presentó a los exámenes de cuarto grado mientras estaba de campaña, ¡y además aprobó con máxima puntuación!

“... ¡He oído que incluso los mercenarios del Imperio saben su nombre!”

“Por supuesto! Está comprometido con la Princesa Heredera de Rhin-Lotharingie, ¿no es cierto? Incluso se teletransportó para felicitarle personalmente...”

“... Ahora parece estar incluso más lejos de nuestro alcance”

Las hijas nobles a su alrededor murmuraban entre susurros, no obstante los entrenados oídos de Pascal captaban las palabras de todas maneras. No le gustaban esos chismorreos, pero ningún hijo de noble criado entre las intrigas políticas de la corte podía simplemente ignorar lo que otros decían sobre él.

...Día tras día estoy rodeado de idiotas insignificantes, ninguno de los cuales tiene ningún propósito aparte de llevar su propio nombre, y eso solo para alterar mínimamente las estadísticas del censo y los informes de alistamiento.

Pascal no podía evitar desear que uno de esos rumores fuera cierto, y que la Princesa Heredera Sylviane realmente le hubiera visitado. Era una de las pocas mujeres que conocía digna de su nobleza, pues no solo tenía una belleza a la altura de su fama, sino también poseía la visión de futuro y el intelecto de un aspirante a gobernar. Desgraciadamente, las futuras reinas no iban sobradas de tiempo, y todo cuanto ella pudo hacer tres noches atrás para felicitarle fue una breve conversación mediante el hechizo de conversación Llamada Lejana .

Obviamente, no todo el mundo hablaba de sus logros con admiración. Eso incluía a cierto número de jóvenes señores en esta misma sala, sus voces llenas de desprecio, como si ridiculizar a otros de alguna forma salvara su orgullo masculino de la cobardía por no hacer nada.

“... Su padre solo está haciendo propaganda; von Moltewitz ya es sobradamente famoso. ¿Por qué no anunciar la idea como si fuera de su hijo y regalarle algo de mérito al novato?

“Debe estar bien ser condecorado sólo porque papá es el comandante...”

Pascal no prestaba atención a quienes solo sabían ridiculizarle desde lejos. No, a él sólo le preocupaba lo justo como para llevar la cuenta de quién era lo bastante estúpido como para volverse su enemigo. Sus quejas no significaban nada, indignas de mayor consideración incluso para una sola célula de su cerebro. Lo realmente molesto era el hecho de tener que perder el tiempo cerca de estos seres insignificantes.

Cobardes, lloricas y damiselas lánguidas, con la idiotez propia de las ovejas y los borregos. Al menos quienes se unieron tuvieron el valor de seguir nuestro patrimonio militar aristocrático durante la guerra.

El Reino de Weichsel se enorgullecía de la competencia de su aristrocracia militar, y el currículo educativo de los nobles seguía esa tradición. La Academia de Magia Königsfeld es una de las mejores en todo el continente de Hyperion en las artes de la administración, diplomacia, estrategia, y por supuesto, hechicería.

...O eso pensaba al principio Pascal.

Ya he aprendido todo lo que podían ofrecerme en estos últimos dos años. ¿Por qué me obliga padre a permanecer dos años con estos nobles simplones? Aquí estoy perdiendo el tiempo!

Pascal era perfectamente consciente del largo camino a recorrer para lograr salir de la sombra proyectada por la fama de su padre. Además, como aspirante a oficial que ya había sentido el poder de la responsabilidad en el campo de batalla, volver a simples libros de texto era como pedirle volver a jugar en el cajón de arena.

“Silencio, todo el mundo,” anunció el profesor Albert von Marienfeld, exactamente un minuto tarde como era costumbre en su clase de Comunicaciones y Organización Mágicas Avanzadas.

“Soy consciente de que la vuelta de nuestros cadetes de las líneas frontales ha traído noticias interesantes, por eso la clase de hoy será una discusión y análisis de las experiencias de campo obtenidas por vuestros compañeros!

Su anunció atrajo la atención de gran parte de la clase en un instante.

Incluso Pascal le devolvió la mirada con una pizca de admiración por la capacidad de adaptación mostrada por su terco tutor, quien hace apenas unos meses le insistía en cumplir los deseos de su padre y proseguir sus estudios por ser algo “bueno para él” o algo así.

“Pero primero me gustaría anunciaros una cosa: todas las clases del tercer curso de este viernes serán canceladas para llevar a cabo la ceremonia de invocación de vuestro familiar.”

Comentarios ansiosos volvieron a llenar la clase tras estas palabras.

El profesor se giró para preparar los proyectores ilusorios de la clase, silbando con calma una melodía mientras esperaba pacientemente a que los estudiantes vaciaran sus mentes de impaciente curiosidad para poder recibir nueva sabiduría.

Aparte de él, la única persona que no parecía emocionada era el propio Pascal.

...Estupendo, como si necesitara la presencia de más animales estúpidos a mi alrededor.

Silenciosamente hizo memoria, recordando al familiar de cada mago con el que se había topado a lo largo de los años. Algunos de ellos pensados para servir como montura en el campo de batalla; otros eran los ojos y oídos de sus amos; algunos incluso fueron entrenados como valets o criados. Pero ninguno de ellos -- ni siquiera los familiares fénix de los Paladines Oriflamme -- mostró nunca más inteligencia o creatividad de la que se podría esperar de un animal.

Pero siendo así... por qué yo debería limitarme a simples bestias?

Pascal sacó un rollo de pergamino y copió los encantamientos mnemónicos haciendo la función de núcleo para los hechizos Invocar Familiar, en todas sus variantes que conocía de memoria. En apenas un minuto, las descompuso en un árbol conceptual identificando el efecto de cada componente – búsqueda, llamada, hechizo, invocación, transporte, ordenación, unión, conexión...

Él no necesitaba un sirviente. No había ninguna diferencia entre un familiar tradicional, completamente obediente de un adulador cualquiera. Completamente leal, pero no deja de ser un idiota sin mucha utilidad práctica.

Sin prestar atención a las conversaciones a su alrededor, Pascal señaló las sílabas representando las palabras 'convocar animal' del hechizo en su pergamino.

Lo que realmente necesito es una persona a mi nivel, un compañero con quien poder compartir mis ideas y puntos de vista...

En su mente apareció la imagen de un gemelo con su misma apariencia, y la perspectiva de oír sus mismas palabras repetidas le hizo recapacitar. Pascal no necesitaba escuchar voces de conformidad ni aprobación. Sus mejores recuerdos de exploración intelectual venían de los debates acalorados.

...Alguien con un punto de vista sobre el mundo totalmente diferente; una base de conocimiento totalmente distinta, pero lo bastante amplia como para rivalizar con la mía.

De cara al futuro, pensó en su inminente carrera tanto en el campo de batalla como en el terreno diplomático, donde la supervivencia dependía del equilibrio entre la espada y las palabras.

...Ha de ser capaz de servirme como mi segundo; un consejero, estratega y analista, pero también debe poder defenderse por sí misma usando los poderes que le otorgaré mediante nuestro vínculo.

Un breve flashback le trajo memorias de su infancia, cuando él y la Princesa Sylviane podían pasar largas horas paseando por las costas del Lago Cross cerca de la finca von Moltewitz. Sus conversaciones fluían de forma natural de un tema al siguiente sin pausa, cuando disponía de todo el día para admirar la agudeza e inteligencia detrás de su mirada violeta, o el vasto entendimiento bajo su cabello negro azabache.

“...Y además ha de ser guapa” decidió, con la imagen perfecta grabada en su mente.

El profesor dio dos palmadas para llamar la atención de la clase una vez más, dirigiéndola hacia una proyección tridimensional ilusoria del campo de batalla de Parchim.

“Capitán Sir Pascal Kay Lennar von Moltewitz, como es nuestro héroe más condecorado en esta batalla, lo justo es empezar nuestra lección hablando de su... irregular contribución durante la guerra.”

Desde el fondo de la clase se alzaron algunas risas ahogadas, pero Pascal las ignoró cual zumbido de un insecto molesto.

“Sí señor.”

Enrollando el pergamino mientras se levantaba, su firme determinación no dejaba ver ni rastro de ofensa o vacilación. A juzgar por la elección de palabras de Albert, era obvio que el profesor estaba de acuerdo con su padre. Pascal entendía los motivos para la reprimenda del Mariscal de Campo -- las reglas son las reglas, a pesar de todo, y ningún ejército podría funcionar si los oficiales subalternos cambiaban las órdenes recibidas.

Simplemente, parecía injusto que reglas hechas para mediocres también se le aplicaran a él.

Varias horas de estudio nocturno después, Pascal finalmente terminó de trabajar en su pergamino. Después comprobó tres veces sus modificaciones con cierta satisfacción. Pero ni siquiera entonces detectó el error crítico que había cometido debido a su falta de experiencia:

Los animales tienen mentes simples. Era fácil encontrar una criatura con cuerpo y mente sanos para convocarlo como familiar.

En cambio los humanos son mucho más complejos, y el componente de búsqueda que Pascal había inscrito en el hechizo no era ni remotamente lo bastante poderoso como para buscar por todo el multiverso hasta encontrar una coincidencia perfecta según sus especificaciones.

La energía mágica naturalmente tomó el atajo más próximo: seleccionar a la primera persona que cumpliera la mayoría de los criterios en vez de buscar una coincidencia exacta. Por supuesto, alterar mentes era algo peligroso y complicado, pero cambiar la forma era algo muy sencillo utilizando magia.



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