Fate/Strange Fake Rider

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Acto 5: Rider[edit]

Acto 5: Rider


En conclusión, “él” era un ser tan extraño como podría existir.


“Él” fue invocado por esta Guerra del Santo Grial falsa como un Servant de la clase Rider.


“Su” existencia era prueba de que esta Guerra del Santo Grial era falsa; prueba de que no había nada menos digno del título “Santo Grial” que el objeto de esta Guerra.


“Él” era un Espíritu Heroico solo en nombre, y de ninguna manera era un Héroe.


Entonces, ¿El Espíritu de un Villano? ¿Un espíritu Demoniaco? No. Ningún término bastaba para “describirlo”. En algunos lugares, fue descrito como una “maldición”, mientras que en algunas religiones se decía que se trataba de “castigo divino”.


En la Guerra del Santo Grial los Servants son seleccionados del pasado y el futuro—de cualquier era de la historia de la humanidad.


Las clases en la que los Servants son invocados trascienden el tiempo. Un Héroe del pasado, solo conocido por leyendas puede ser invocado, como puede serlo un Héroe del futuro aun no nacido en este mundo. Si la Guerra del Santo Grial hubiera existido cuando Amakusa Shirou vivió, él incluso podría haber sido capaz de invocar a su yo más poderoso proveniente del futuro, un icono del heroísmo.


Desde esa perspectiva—“él” había existido desde tiempos inmemoriales, y probablemente seguiría existiendo en el muy lejano futuro. Había vivido una vida mucho más corta que la de cualquiera y a la vez más larga que la de cualquiera.


Y así, “él”—un ser con presencia física, aunque no un Espíritu Heroico— incluso en este mismo momento—no hay duda de que continua tomando la vida de aquellos que viven en este planeta.


Es verdad, tal vez “él” lo hace para que pueda “el mismo” proveer nutrición para que la vida comience de nuevo.


_ _


Que bello.


Eso pensó cierta joven mientras observaba aquello que estaba desperdigado en el suelo ante ella.


Se trataba de una ciudad con la que se encontraba muy familiarizada.


Era la ciudad donde había sido criada. Los múltiples edificios se alzaban sobre ella, rozando el vasto cielo con tal vigor que parecían listos para tragársela a ella también.


Un par de puentes elevados de seis carriles se encontraban en una ponderosa intersección. Las arterias primarias de norte a sur y este a oeste, los caminos de la Ciudad de Snowfield se encontraban ahí, no muy lejos del centro de la ciudad. Desde el cielo los caminos parecían formar un enorme crucifijo, identificando el nexo de la ciudad.


Un observador mirando esos grandiosos caminos podría pensar que se encontraba en una ciudad tan grande como Nueva York o Chicago. En verdad, aquellos caminos sobrepasaban los límites de la ciudad hacia los múltiples ambientes naturales que rodeaban Snowfield, era como si desearan asegurar que eran parte de los alrededores—no, que eran de hecho la culminación, la perfección de toda naturaleza.


Pero algo era extraño.


Y la chica pensaba que esta ciudad, esta ciudad tan familiar, era bella precisamente porque faltaba algo.


Ella se encontraba de pie al centro de la enorme intersección, la cual era en si misma el centro de la ciudad.


Se trataba de una intersección que permitía que los peatones la cruzaran en cualquier sentido—pero por supuesto, el tráfico vehicular se resumiría en algún momento, forzando a la gente a vaciar el camino.


Y aun así, ella se había mantenido de pie ahí por más de diez minutos.


Los semáforos ya habían cambiado en varias ocasiones.


Pero el silencio reinaba. Ni un solo auto hacía sonar su claxon hacia ella. Y así era como debía ser—


Porque no había ni un solo ser humano a la vista.


Una intersección vacía.


Un camino sin vehículos.


¿Acaso ella había notado que todo estaba en silencio? Más aun ¿Acaso ella había notado que no había ningún olor?


Desde la mitad del camino, estaba claro que no había ninguna presencia humana.


La chica imaginó un piso de asfalto del color de una alfombra roja, una cosa demasiado contradictoria. La chica se encontraba sobrecogida por la belleza del complejo de altos edificios ante ella.


En la ausencia de la gente, el concreto—ese símbolo de la humanidad—parecía un bello objeto de la naturaleza, nacido de la superficie de la Tierra.


Si un edificio fuese un árbol, que grandioso y harmonioso bosque seria esta ciudad. En ese caso, la torre de la ciudad, la más alta de todas, sería un veterano entre ellos.


Ella no tenía idea de porque estaba ahí.


Por ello, vago por la ciudad en busca de una respuesta.


Pero eso solo le trajo tristeza.


Aunque encontraba bello a este mundo por su falta de gente, también lo encontraba solitario.


Al principio no sintió más que soledad; aunque después de unos días se había acostumbrado a ello.


Es verdad. Ella había vagado en esta ciudad vacía por un largo, largo tiempo. Después de tres meses había dejado de contar los días.


Nunca fue abatida por el hambre, aunque no sabía porque. Durante el día vagaba por la ciudad, y al atardecer procedía a dormir.


Por la noche, las luces se encendían en los edificios vacíos. Ella miraba el cielo nocturno y era reconfortada por las estrellas. Pocas cosas eran más perturbadoras que observar cómo se encendían las luces en un edificio sin gente, pero hace mucho que se había acostumbrado a ello, enfrentada a lo absurdo de una ciudad sin gente.


Mientras que la soledad abandonaba su corazón, el vacío dejado fue llenado por el placer que sentía de encontrarse en esta ciudad vacía.


Después de buscar en la ciudad por un tiempo, se recostó en la mitad de la intersección y miro perezosamente hacia el cielo nocturno.


Papi. Mami.


Los rostros de sus padres llegaron a su mente.


Lo lamento. No pude hacerlo correctamente.


Su primer instinto fue pedir disculpas.


Pero entonces se dio cuenta que ni siquiera estaba haciendo algo por lo que tuviese que pedir disculpas, y—


Dos viejas emociones emergieron dentro de ella.


Una era la soledad, emergiendo de la imposibilidad de encontrar a alguien más.


La otra era…


_ _


Hospital Central de Snowfield


Un enorme edificio se encontraba de pie en el distrito central de la Ciudad de Snowfield, cubierto de pintura blanca.


A primera vista era muy parecido a un museo de arte. De hecho, sin embargo, era un gran hospital, con el mejor equipo en la ciudad.


Era un Castillo de sanación. Multitudes de pacientes llegaban a sus puertas buscando tratamiento de parte de cirujanos y doctores y todo tipo de especialistas.


Por supuesto, no todos los pacientes venían por su propia decisión. Varios eran traídos al hospital por muchas otras razones.


“…Me temo que debo informarles que será muy difícil que su hija recupere la conciencia por su estado,” dijo la doctora a un hombre y una mujer.


Ellos se miraron el uno al otro. Probablemente se encontraban alrededor de los treinta años y parecían provenir del Este de Asia. Parecían un poco más que alterados.


“A partir del día de hoy nuestra hija ha estado hospitalizada por un año completo… ¿Es ese un signo de que su condición ha empeorado?” preguntó el hombre con un Inglés fluido.


“…Físicamente hablando, no hay síntomas que sugieran que la condición de su hija se esté deteriorando. Sin embargo, se vuelve más difícil recuperarse de un coma mientras que la duración de éste se incremente.”


El paciente había estado bajo su cuidado por un año completo y aun no recobraba la conciencia. Había entrado a un estado vegetativo. Solo su cuerpo continuaba desarrollándose, y también a un paso lento. Ella solo tenía diez años y tres meses de edad.


Nadie sabía lo que le había sucedido. Un día perdió la conciencia abruptamente y no despertaba, y así sus padres, aterrados, la llevaron al hospital.


Un examen reveló que su cuerpo estaba lleno de lesiones, particularmente alrededor de su cráneo.


Después de llevar a cabo la biopsia de una de las lesiones se encontró que eran causadas por una extraña cepa de bacterias. Todos los doctores entraron en pánico, temiendo una epidemia dentro del hospital.


Al final la bacteria resultó no ser contagiosa, dejando como un misterio el como la chica se infectó en primer lugar. Los doctores consideraron el que un hospital con equipo mucho más avanzado la examinara, pero por alguna razón, se les denegó el acceso, y así, la chica permaneció bajo observación en este hospital municipal.


“No hemos observado ningún cambio en la infestación de la bacteria. Desafortunadamente, esto significa que la bacteria continuara impidiendo sus funciones cerebrales. La bacteria no ha causado tanto daño como para inducir necrosis; sin embargo, están impidiendo sus funciones mentales.” Dijo la doctora de la manera más tranquilizadora que pudo.


“Así están las cosas…” respondió la mujer, con la preocupación llenando su voz.


“Tengan en mente que eso no quiere decir que una recuperación fuese imposible. Ha habido casos donde pacientes que han estado más de 10 años en estado vegetativo recuperan la conciencia. Mientras más aprendamos del genoma de la bacteria, más opciones de tratamiento estarán disponibles. Por favor, no pierdan la fe.” La doctora estaba haciendo lo mejor posible para mantener sus espíritus en alto, pero—


El padre de la paciente parecía aún más desconsolado.


“Su conciencia no importa… ¿sus funciones reproductivas siguen intactas?” preguntó.


“… ¿Perdón?”


Por un momento no entendió lo que se le preguntaba. Simplemente no podía comprender lo que querían decir con “Su conciencia no importa”. Por un corto momento hubo un poderoso silencio.


Poco después el hombre habló nuevamente, incapaz de permitir que el silencio continuara. Reorganizando su pregunta con más detalle dijo, “Me gustaría saber si sus ovarios y útero— o al menos sus ovarios—se están desarrollando normalmente.”


“Er… bien, las lesiones solo están inhibiendo el crecimiento en la parte de su cerebro en la que están localizadas, así que no ha habido efectos adversos en sus otros órganos, pero…” La doctora solo le dijo los hechos como eran realmente, incapaz de adivinar la razón por la cual estaba preguntando tal cosa.


Pero—


Al escuchar su respuesta, los padres de la paciente se miraron nuevamente. Sus rostros se iluminaron.


“¿¡En verdad!? Bien, si ese es el caso, ¡se lo agradecemos mucho! Continuaremos pagando los costos del hospital como lo hemos estado haciendo, así que por favor, ¡continúen cuidando de nuestra hija!”


“¿Disculpe? Eso no… quiero decir…”


“Le estamos muy agradecidos doctora. ¿Lo ves querida? No necesitas preocuparte más por ello.”


“Es cierto cariño. Vámonos… tenemos que hacer las preparaciones para esta noche.”


La joven pareja salió felizmente del hospital, dejando atrás a una doctora completamente perpleja.


Ella no tenía idea de que sería apropiado decirles y así, solo pudo observarlos mientras se marchaban.


“Dios… ¿Qué es lo que les sucede…?”


Tal vez el shock de enterarse que su hija estaba en coma los había dejado alterados. La próxima vez que asistan al hospital les recomendaría que buscaran ayuda.


Mientras pensaba en esa peculiar pareja ingreso a través de la puerta exterior de un cuarto estéril.


Después de ser rociada con un gas desinfectante y limpiada con luz ultra violeta, la puerta interior se abrió, revelando una sola cama.


En la cama se encontraba durmiendo una chica con una sonda intravenosa.


Aunque a primera vista parecía que simplemente estaba durmiendo, su rostro estaba demacrado y sin vida, y no parecía que fuese a recuperar la conciencia.


“…Aun si tus padres te abandonan, yo no lo haré. Nunca me daré por vencida por ti.”


El único sonido que emanaba de la chica era el de su respiración. Mientras la doctora la miraba, revisó su intravenosa y sus signos vitales con renovada determinación.


Y entonces—descubrió algo inusual.


“¿…oh?”


Noto una anormalidad mientras acomodaba a la chica.


Algo había aparecido en la mano derecha de la inmóvil chica.


“¿Qué… son estas…?”


Le dio un vistazo más de cerca a la mano de la chica. Ahí pudo ver unos símbolos color carmesí que le recordaban los eslabones de una cadena.


“¿Un tatuaje…? ¿Pero quién…?”


El acceso al cuarto de la chica estaba estrictamente controlado, y no había forma de que alguien pudiera haber introducido implementos de tatuado adentro. Además— cuando revisó a la chica esa misma mañana ciertamente no había nada fuera de lo ordinario. Un escalofrió recorrió su espalda.


“¿Es esto… algún tipo de… broma?”


Y aunque no había forma de que ella siquiera supiera que los magos existían en verdad—


Esas marcas eran, sin lugar a duda, Hechizos de Comando.

_ _


El otro fue una mezcla de dolor y miedo.


Aún era una jovencita, pero cuando recordaba lo que sus padres le habían hecho cuando era aún más joven—


Eso ciertamente no era crueldad. Si no que era amor aplicado racionalmente.


“Nosotros te convertiremos en un mago ilustre.”


Ellos la bombardeaban con su amor mientras decían esas palabras. Aunque era joven podía entender al menos eso.


Y aun así, el dolor la consumía.


El dolor el dolor el dolor dolo dolor dolor dolor dolor dominaba su niñez. Aun cuando debió de haber tenido recuerdos agradables, recuerdos felices, y recuerdos tristes, todos eran sobrescritos por el sobrecogedor dolor.


“Lo siento. Lo hare bien, así que…”


Aun cuando trato de olvidar, no pudo sobreponerse al dolor. Si hubiese sido mera crueldad podría haber sido capaz de sellar todo eso.


Desafortunadamente para ella, en verdad sentía que sus padres la amaban. Era verdad, es por eso que no podía huir. No podía hacer nada más que sufrir todo ese tiempo.


Desde una tierna edad creyó que podía responder el amor de sus padres por medio del sufrimiento.


Aunque no era capaz de darse cuenta que sus padres no la amaban como a una persona. Ellos solo la amaban como un contenedor para la continuación de su línea familiar—como su futuro en el mundo de la magia.


Sus dos padres tenían un pedigree mágico y es verdad, estaban dentro de aquellos que descifraron parte de la maquinaria de la verdadera Guerra del Santo Grial.


El conocimiento que habían ganado no era solo relevante para la Guerra del Santo Grial—también habían adquirido parte del sistema de cierto mago, la entomomancia, y rápidamente lo adaptaron a sus propios usos.


Su meta: el desarrollar una nueva forma de modificar la carne utilizando incluso bichos aún más pequeños.


Y después de décadas de prueba y error—finalmente estaban en camino de perfeccionar un tipo de pseudo entomomancia.


Utilizaron magia para modificar bacterias que serían los huéspedes. Si eran utilizadas adecuadamente en el cuerpo de un joven mago, estas amplificarían los Circuitos Mágicos de este. Ese era su plan. Una vez que perfeccionaron sus técnicas eligieron a su hija como el distinguido primer sujeto de prueba. Ella había experimentado gran agonía. Aunque su cuerpo fue levemente alterado, sus Circuitos Mágicos habían sido amplificados más allá de cualquier medida.


Mientras crecía sus Circuitos Mágicos se acercaban a estar completos. Todo lo que quedaba es que ella heredara la magia familiar. Entonces, su plan habría sido un éxito perfecto pero—


Desafortunadamente para ellos perdieron el control de algunas de las bacterias, y su aun joven hija fue privada de su conciencia.


Para asegurarse de que aun fuese posible que su hija, con sus Circuitos Mágicos amplificados, fuese su sucesora, sus padres la hospitalizaron. Por supuesto, para este momento sus padres ya no tenían interés en ella como persona.


Y entonces—


Aun sin saber que sus padres la habían abandonado, ella vago en el mundo de sus sueños, un vacío entre la vida y la muerte.


Tal vez a causa de que las bacterias la habían modificado, sus sueños eran mucho más realistas de lo que sería cualquier sueño ordinario. Aunque al final, era solo un mundo en el que no había ni olor ni sabor. Era solo un sueño.


“Lo siento, lo siento… ¡Lamento el que me haya dolido!”


Mientras experimentaba recuerdos de su pasado, ella comenzó a gritar en ese mundo vacío. Aunque rebosaba de energía mágica aun carecía del conocimiento. Ella era una bruja—pero una sin ningún poder.


En sus sueños, juntó toda la fuerza que tenía—y comenzó a gritar. Una y otra vez.


Como si deseara apoyarla, su cuerpo alterado hizo que sus Circuitos Mágicos perdieran el control en el mundo de sus sueños.


Como si reconocieran que estaban por desvanecerse; como si fueran solo unos niños gritando “¡No me abandones!”—gritaron con cada célula de su cuerpo.


“¡Lo hare bien! Lo hare, ¡Soportare el dolor!”


Y aunque no sabía que es lo que tenía que hacer bien—


“¡Así que por favor no me abandonen! ¡No me dejen…!”


Entonces—pudo ver un destello de luz.


Hubo una poderosa ráfaga de viento—un rugido en un mundo sin sonido.


No sabía lo que estaba sucediendo. Rápidamente se puso de pie y miro alrededor de la intersección y—


Todos los caminos estaban cubiertos de una niebla negra.


Algo había cambiado, pero no podía entender que era.


Mientras estaba de pie ahí completamente confundida, una voz resonó.


Era un sonido áspero, como el crujido de un enjambre de insectos peleando con otro.


Y aun así hubo palabras—palabras con un significado.


“ Y O T E LO P R E G U N T O: ¿ A C A S O E R E S M I M A S T E R ? ”


Ella no podría haber sabido el significado de esas palabras, pero aun así—


Ese Servant era bizarro más allá de las palabras.


Para comenzar, “él” carecía de una persona—sin siquiera mencionar que carecía de la naturaleza de un Héroe. Después de todo, “él” no era un humano en primer lugar.


Sin embargo, cuando se le otorgo conocimiento por el Santo Grial, “él” apareció como un Servant, en la forma de una masa sin forma con conciencia propia.


No poseía ni emociones ni siquiera un monologo interno. Era meramente una masa de conocimiento sobre la Guerra del Santo Grial, creada por el sistema—algo así como un robot.


Las palabras que “él” dijo eran como el terror encarnado, pero—


Ella no tuvo miedo.


Alguien estaba ahí, así que ya no estaría más sola. Algo había cambiado en este mundo perpetuo.


Estaba tan feliz por ello que miro hacia los rascacielos envueltos por la niebla oscura, y tímidamente le dijo su nombre.


“¿Quién eres tú? Mi nombre es Kuruoka Tsubaki.”


Y así, ella se convirtió en el distinguido primer Master de esta falsa Guerra del Santo Grial.


Nadie podría haber sabido de su contrato, forjado en un sueño, y—


Cierto, en el mundo exterior la chica permanecía inconsciente.


_ _


Snowfield—la residencia Kuruoka.


“Es tiempo de que Faldeus inicie su declaración.”


Después de regresar del hospital, los Kuruokas se encontraban de buen humor, alistándose para la ceremonia que llevarían a cabo esa noche.


“Las líneas ley de esta área pronto estarán en su punto de mayor fuerza. Entonces recibiré los Hechizos de Comando. Una vez que los tenga todo estará en su lugar.”


“Además, incluso hemos preparado un Noble Phantasm como reliquia… y si llegásemos a eso podríamos utilizarlo como un arma nosotros mismos.”


“Es verdad, podríamos hacerlo. Si vamos a llamar a Shi Huangdi, debemos estar preparados para mostrar cierto grado de respeto.”


Su hija no era un asunto a discutir en este punto. Aparentemente se estaban preparando para invocar a la figura más reconocida de la historia China.


Desafortunadamente para ellos, todas sus preparaciones serian inútiles.


No porque su hija inconsciente hubiese tomado los Hechizos de Comando que hubiesen sido para ellos.


Si ese fuese el único problema podrían haber recibido un juego diferente de Hechizos de Comando.


Al final no recibieron ningún juego de Hechizos de Comando—


Pero si recibieron algo más.


Sintiendo algo inusual, el esposo miro su brazo derecho.


“¿Mm…?”


Había una marca negra en él.


A primera vista parecía como un moretón. Él frunció el ceño pensando si habría chocado contra algo y después miro a su esposa.


“Cariño, ¿Qué crees que sea…? ¿¡hey!?”


Estaba sorprendido.


Marcas similares aparecieron por todo su rostro y brazos— y entonces ella colapsó en el suelo, como una marioneta a la que le habían cortado las cuerdas-


“¿¡H-hey…!?”


Él trató de llegar a su esposa, pero su visión se volvió difusa. Todo se dividió en un arcoíris de colores y cayó boca arriba.


Para cuando se dio cuenta de que él era quien estaba cayendo, era demasiado tarde. Ni siquiera tenía la fuerza para ponerse de pie.


Mientras yacía al borde de la inconciencia, entendió lo que estaba sucediendo.


Su energía mágica estaba siendo succionada de su cuerpo y llevada a algún otro lugar.


Dado que no era su vida la que estaba siendo robada, no moriría por ello. Sin embargo ciertamente caería en un estupor.


Esto no puede ser.


Si alguien… nos ataca ahora…


No, qué tal si… alguien… ya…


Incluso mientras caía en la oscuridad eterna, su mente estaba llena de pensamientos sobre la Guerra del Santo Grial. Su hija no cruzó su mente ni siquiera una vez.


Y entonces, unos minutos después—


Ambos se pusieron de pie como si nada hubiera sucedido. Sus cuerpos aún estaban cubiertos de marcas negras.


“…Ahora que lo pienso, el día de hoy es el cumpleaños de Tsubaki, ¿no es cierto?”


“¡Ah, es cierto querido! ¡Tengo que cocinar un pastel!”


Se encontraban claramente mal y aun así hablaban tan tranquilamente. Y sobre algo fuera de lo ordinario para ellos.


Es verdad, habían perdido cualquier rastro de la personalidad que habían tenido y—Se habían convertido en muñecos vivientes, que Vivian sus vidas como lo deseaba su hija.


_ _


Ella bailo con “él”. Ella bailo con “él”.


Para olvidar el tiempo que había permanecido despierta.


“Él” bailo con ella. “Él” bailo con ella.


Para concederle todos sus deseos.


“¡Yay! ¡Se los agradezco! ¡Papi! ¡Mami!”


“Está bien Tsubaki. Hiciste un buen trabajo.”


“Es cierto. Eres nuestro pequeño tesoro.”


Habiendo recibido tan maravilloso regalo, la chica se divirtió alegremente por la casa.


Después de divertirse por un tiempo, le sonrió a la masa de niebla negra que estaba de pie a su lado.


“¡Gracias por traer a mamá y a papá aquí!”


El Servant ni siquiera asintió. “Él” simplemente continuo existiendo.


Lo que existía en el mundo real se proyectaba en sus sueños.


Tal vez ese era el poder de la energía mágica que había florecido dentro de ella mientras permanecía inconsciente. Sin embargo dado que es imposible afectar el mundo real desde un sueño, la magia utilizada para proyectar el mundo real dentro de un mundo de sueños era inútil; una línea de investigación que pocos magos se molestarían en perseguir.


El Servant meramente facilitaba la magia inconsciente de la chica.


“Él” manipulaba a sus padres en el mundo real para que se comportaran como ella lo deseaba.


Por supuesto, “él” también había absorbido su energía mágica. Sus instintos lo habían obligado a hacerlo.


No podía entender las emociones humanas. Meramente poseía el conocimiento de ellas.


Y en verdad, por ello y a causa de la gran fuerza que “él” poseía, había convertido a la chica en el más grande y peor “caballo negro” de la Guerra del Santo Grial.


“Él” cabalgo en el viento y las aguas y las aves y la gente y—


Por lo tanto era apropiado para “él” pertenecer a la clase Rider, porque “él” había cabalgado en su camino para dominar el mundo.


Sin embargo, aún más importante—

Después de divertirse por un tiempo, le sonrió a la masa de niebla negra que estaba de pie a su lado.


“Él” era la personificación de la calamidad, y la gente le dio un alias que reflejaba eso. Tal vez esa espuria asignación de una personalidad fue la razón más importante de que fuese invocado como Rider.


En cierto momento dejó suelta la Muerte Negra, la cual mató a treinta millones, en otro, bajo el nombre de la Influenza Española asesino a cincuenta millones.


“Él” era el jinete que traía la calamidad a todos. Su alias: Peste.


Sobre si alguien reconocería cuál era su alias o si en verdad “él” había sido invocado como Servant—


De cualquier forma, esta falsa Guerra del Santo Grial finalmente estaba en camino de convertirse en una tormenta del caos.



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