Fate/Zero:Acto 9 Parte 1

From Baka-Tsuki
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Act 9

-96:16:02[edit]

Cenizas –

Y la trágica escena que viene con ellas.

Ha sido completamente arruinado, al punto en que nadie podría decir que había intentado destruir el perpetrador. Era como si una tormenta hubiera pasado y arruinado el taller, sin dejar nada para que el que viera recordara su antigua apariencia.

Por supuesto esto no fue ninguna tormenta, sino destrucción deliberada. Después de todo, ¿Cómo podría una tormenta barrer este lugar, en un tanque de agua subterráneo? La carnicería forjada en el taller de Caster solo podía haber sido causada por el poder de un Fantasma Noble anti-ejército, o tal vez uno anti-fortaleza.

“Oh Dios… ¡esto es demasiado!”

Uryu Ryunosuke no podía hacer mucho más que lamentarse y sollozar desesperadamente al mirar la escena de esta tragedia. Un observador podría verse movido de simpatía al ver esta forma lastimosa, agonizante… claro, si no supieran nada de él.

Ryunosuke y Caster habían estado ocupados toda la noche anterior cazando carne fresca. Pero cuando regresaron al taller, rebosantes de alegría, ellos fueron recibidos por esta escena de absoluta devastación.

“Las piezas de arte que trabajamos tan duro en crear… ¡es demasiado! ¡¿Cómo pueden los humanos hacer esta clase de cosas?!”

Los hombros de Ryunosuke se sacudían al sollozar. Caster lo trajo gentilmente a su confortable abrazo.

“Ryunosuke, tú aún no has visto la maldad verdadera escondiéndose en los corazones de los hombres, así que tu pesar es comprensible… lo que tú debes entender es que solo una pequeña cantidad de gente puede entender realmente la belleza y la harmonía. Los otros, el resto de los canallas, solo reaccionaran con celosía bestial al ser expuestos a una obra sagrada. Para ellos, las cosas hermosas no son más que blancos que ser destruidos.”

Naturalmente, Caster también estaba furioso por la destrucción de su santuario. Como sea, él no tuvo otra opción que tragar su ira y aceptar con calma la situación. Después de todo, él una vez había sido el general de los ejércitos de una nación. Su intuición de batalla le decía que sería peligroso confrontar directamente a un enemigo que podía destruir a todos los demonios que él había dejado de centinelas y arruinar tan consumadamente su taller.

Que Ryunosuke no se hubiera quedado en el taller anoche también había sido una clase de bendición. Con eso en mente, la ira de Caster se apaciguó lentamente.

“Tú debes saber que a menudo nuestras creaciones serán destruidas por esos villanos… por eso, no podemos ser demasiado sentimentales hacia nuestras piezas de arte. Todo lo que hagamos inevitablemente será destruido. Así, como creadores, debemos regocijarnos del acto de crear.”

“¿Quieres decir… que no importa si lo que hagamos sea destruido, porque siempre lo podemos crear de nuevo?”

“¡Exactamente! ¡Ryunosuke, ese perspicaz entendimiento tuyo es definitivamente lo mejor de ti!”

Oyendo eso, Ryunosuke secó las lágrimas de los bordes de sus ojos cuando Caster reía apaciblemente. Él suspiró profundamente al dar un vistazo a sus alrededores.

“¿Es este el castigo de Dios porque seguimos demasiado nuestra felicidad?” murmuró él.

La actitud de Caster cambió repentinamente al oír las palabras de Ryunosuke. El apretó firmemente los hombros de Ryunosuke, volteándolo para tenerlo cara a cara. Un claro destello vacilaba en sus ojos cuando miraba la expresión de Ryunosuke.

“Diré esto una vez, Ryunosuke… Dios no castiga a los humanos. Dios solo juega con los humanos.”

Los ojos de Barba Azul ardían de emoción, pero su cara estaba blanca. Era casi como si él fuera una persona diferente, comparando con el denso humor que tenía más temprano.

“¿S-señor?”

“Una vez, yo cometí el más oscuro sacrilegio; la más vil, más horrible cosa que alguna vez pudiera hacer un hombre. Ryunosuke, los pecados que tú has cometido no son más que un juego de niños en comparación. Pero sin importar cuántos haya matado, sin importar el pecador en que me convirtiera, ningún castigo de Dios descendió hacia mí. Para cuando lo comprendí, había caminado el camino del Infierno por ocho años. ¡Los destrozadores gritos y los gemidos de miles de niños se perdían en la nihilista oscuridad!”

“…”

Act 9

“Al final yo no fui eliminado por Dios, sino por hombres con interminables deseos, como yo. La Iglesia y el Rey decidieron que yo era culpable, me capturaron y me ejecutaron. Pero todo lo que ellos querían era mi riqueza y mi tierra; ellos simplemente me pusieron en una trampa para apropiarse de esas cosas. ¡Eso no fue ningún castigo por mis pecados! ¡Eso no fue más que un robo descarado!”

En ese momento, Ryunosuke entendió que había dado en un nervio a este monstruo – pero Uryu Ryunosuke no sentía miedo. En su lugar, él sintió una soledad y angustia que no parecía tener fin. Comparada con su anterior locuacidad, la expresión en la cara de Caster, como si hubiera perdido todo lo importante para él, hizo a Ryunosuke entender el pesar que este grandioso loco encubría en el fondo de su corazón.

“Pero Señor, aún así… ¿Dios aún existe, cierto?”

Escuchando el suave murmuro de Ryunosuke, Caster no pudo evitar contener su respiración y verse examinando cuidadosamente la expresión de su común pero aún así extrañamente noble Maestro.

“… ¿Por qué, Ryunosuke? Tú no tienes religión ni sabes nada de milagros. ¿Por qué pensarías eso?”

“Porque parecería que este mundo era un sitio aburrido, así que seguí buscando. Pero mientras más buscaba, encontraba cosas más inusuales e interesantes.”

Ryunosuke abrió sus brazos al hablar, como si abrazara todo en el mundo.

“Yo he pensado en esto por un largo tiempo. Este mundo está lleno de tantos placeres. Es demasiado lujo para un individuo. Si nosotros simplemente cambiamos la manera en que vemos las cosas, descubriremos que hay un sinfín de presagios aquí. En la búsqueda de la verdadera felicidad, no debe haber una emoción mayor que la de derrotar al mundo. Alguien debe estar escribiendo esto, el guión del mundo. Alguien debe estar escribiendo esta larga novela con casi cinco millones de caracteres… quizás, este autor es lo que nosotros llamamos Dios.”

Caster parpadeaba silenciosamente, mirando en blanco al vacio como si contemplara las palabras de Ryunosuke. Después de un momento, él miró una vez más a su Maestro y preguntó en una baja y solemne voz.

“– entonces, Ryunosuke, ¿honestamente, tú piensas que Dios ama a los hombres?”

El asesino serial contestó animosamente, “Por supuesto. Es un amor de lo profundo de su corazón. Un Dios que es capaz de seguir escribiendo este guión del mundo por decenas de miles de años sin detenerse debe amar mucho a los hombres. Hmm… yo pienso que Dios debe estar dando lo mejor en de Si al escribir, inmerso en el goce de crear Su obra al mismo tiempo. Él es movido por el amor y el valor de Su trabajo, derramando lágrimas en las partes tristes, y conmocionado por el horror y la desesperación el él…”

Ryunosuke pausó, como repasando lo que ya había dicho, y luego continuó.

“Dios disfruta el coraje y la esperanza de la humanidad, pero también le gusta la pena y la desesperación del derramamiento de sangre. De otra manera… el himno de la vida perdería su vivo color. Por eso, Señor, este mundo debe estar lleno del amor de Dios.”

Como un creyente devoto rezando ante una pintura sagrada, Caster escuchó las palabras de Ryunosuke con una silenciosa solemnidad. Entonces, él levantó lentamente su cabeza con una expresión de felicidad.

“En estos días modernos, la gente ya ha perdido su fe y los gobiernos han abandonado su credo en Dios. Una vez, yo pensé que este era un mundo próximo a su destrucción… pero estoy completamente impresionado de que nuevos seguidores como tú aparezcan en tiempo como este. ¡Oh Ryunosuke, mi Maestro!”

“Ah, no, no, me avergonzaré si dices cosas así.”

Aunque él no sabía porque, al menos él sabía que Caster lo estaba felicitando. Ryunosuke lo apartó tímidamente.

“Como sea – desde tu perspectiva religiosa, mis pecados son pequeños en comparación.”

“Es la naturaleza de artistas de primera categoría el aceptar tareas desagradables para conseguir sonrisas, ¿cierto? Señor, Dios seguramente premiará sus despiadados actos alegremente devolviéndonos a esos tontos a nosotros.”

Oyendo lo que Ryunosuke dijo, Barba Azul dio una risotada, claramente complacido.

“¡Sea sacrilegio o alabanza! Para ti, ¿acaso todo parece venerar a Dios? Ah, Ryunosuke, tus pensamientos son verdaderamente profundos y filosóficos. Ese Dios que juega con los incontables humanos en el mundo no es nada más que un juguete él mismo – ¡Ya veo! Entonces incluso puedo entender esta mala broma.”

Después de reír un momento, los ojos de Caster llevaron una vez más esa desamparada mirada; la misma mirada que un hombre, locamente devoto a su arte, tendría justo antes de alcanzar el clímax de su frenesí.

“Muy bien. Entonces hágasenos usar de la desesperación y las lágrimas de vivos colores para teñir una esplendida sombra a este templo divino. Haré saber a aquellos en el Cielo que no son los únicos que saben lo que es el verdadero entretenimiento.”

“¿Tiene alguna nueva brillante idea, Señor?”

Ryunosuke miró expectante a Barba Azul, quien parecía más emocionado de lo que nunca había estado en su vida.

“Como ya está decidido, entonces tengamos una celebración. Ryunosuke, el festín de hoy será algo especial; será el alzar las cortinas en la nueva religión que has propuesto.”

“Entendido. ¡Yo haré todo lo que pueda para hacerlo ir tan BIEN como sea posible!”

Esa noche, Ryunosuke y Caster había ‘cosechado’ cinco niños. Esos niños, llevados a un desconocido lugar sin luces, fueron amontonados unos con otros y temblaban al observar la enloquecida actuación desarrollada frente a ellos.

En frente a la religión de estos dos insanos seguidores, el alma de esos inocentes niños ni vería ni una pista de una luz de salvación.



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